Artículo de opinión Francisco Mesonero, Director General de

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Artículo de opinión Francisco Mesonero,
Director General de Fundación Adecco
El voluntariado: principal herramienta para una
globalización responsable
Madrid, 5 de julio de 2010.- La sociedad se ha enfrentado históricamente a desigualdades
e injusticias que han definido los principales retos de las sociedades, su progreso, y un ideal
que apuesta por un modelo social que se sustenta bajo un concepto o teoría suprema: el bien
común.
Con el objetivo de alcanzar este ideal, se creó a finales del siglo XVIII la Sociedad de
Naciones que a pesar de ser valorada por muchos como una invención y un rotundo fracaso,
abrió las puertas a la actual Organización de Naciones Unidas (ONU); ésta tiene por delante
el difícil papel de hacer frente a los grandes retos del siglo XXI y a los efectos desconocidos de
la globalización.
En este panorama han ido adquiriendo especial relevancia ciertos actores sociales que pueden
alterar el equilibrio socioeconómico o desde otro punto de vista propiciar una globalización
responsable. Conscientes del tremendo impacto de la actividad empresarial, en el año 1999,
Koffi Annan, Secretario General de la ONU, trasladó a las empresas un compromiso para
atender a las necesidades sociales, medioambientales y económicas de forma responsable y
sostenible. Para ello, se creó el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, punto de partida del
actual modelo empresarial basado en la Responsabilidad Social Corporativa.
Globalización Responsable
La globalización responsable responde a un modelo social, político y económico que a nivel
internacional busca el bien común mediante la distribución de la riqueza, la atención a los
grupos sociales más desfavorecidos, la promoción de valores, el acceso a la educación y
formación, la defensa de los derechos fundamentales, la protección del medio ambiente y la
normalización de la diversidad.
Tras la creación del Pacto Mundial, en el año 2000 se definieron 8 Objetivos del Milenio con
un plazo para alcanzarlos fijado en el año 2015. Estos objetivos se han convertido en el
principal argumento de desarrollo social a nivel global. Sin embargo estamos todavía muy lejos
de alcanzarlos y ya son muchas las voces que dudan de la capacidad de nuestra sociedad
para superar en este plazo los objetivos marcados.
A pesar de ser un progreso lento, estamos dando los primeros pasos para definir un modelo
global socialmente responsable, sin embargo, no podemos perder de vista las grandes
amenazas a las que tenemos que hacer frente:
-
Pobreza y marginación
Procesos migratorios
Guerras y conflictos bélicos
Crisis económica
Integración de la Diversidad
Destrucción del Medio Ambiente
Distribución de Riqueza y Poder
Drogas y alcoholismo.
Trabajo infantil
-
Desigualdad de género
Violencia de género
Tráfico de órganos
Prostitución y trata de blancas
Corrupción
Desempleo
Catástrofes Naturales
Enfermedades y epidemias
¿Cómo podemos hacer frente a estas amenazas?
Me gustaría rescatar la pregunta que el hijo de Alicia Kauffman, Catedrática de Sociología de la
Universidad de Alcalá de Henares, le hizo inmerso en su ingenua inconsciencia: Mamá, ¿para
qué vivimos? Y sobre todo me gustaría resaltar la contestación magistral: vivimos para hacer el
mundo un poco mejor de cómo nos lo hemos encontrado.
Para lograr tremenda misión, es fundamental desarrollar el capital espiritual, es decir “aquello
que enriquece los aspectos más profundos de nuestra vida”. De todo esto, se deduce que
antes de llegar a modelos socialmente responsables es muy importante trabajar la
responsabilidad individual para huir de modas y de proyectos vacios en el fondo y aparentes en
la forma. No existen empresas socialmente responsables sino trabajadores y directivos
responsables.
Desde la Fundación Adecco tras tres años poniendo en marcha iniciativas de voluntariado
corporativo en empresas españolas, hemos comprobado que humaniza a las empresas. Esto
no quiere decir que no sean humanas, sino que cada vez más centran su misión, visión y
valores en sus grupos de interés, sus necesidades y sus intereses.
Voluntariado: la principal herramienta para una globalización responsable
En la gestión de los recursos humanos, se están integrando iniciativas que asientan los valores
sociales con los que las empresas se quieren identificar. Somos muchos los que creemos que
la crisis financiera es la traducción de una crisis de valores y de falta de identidad. El
voluntariado corporativo hemos comprobado que es la mejor herramienta para que las
empresas integren sus valores corporativos en la actitud y el compromiso de sus grupos de
interés, especialmente sus empleados.
Por ello, la tendencia en la mayoría de las empresas es crear una estructura de voluntariado
con unos objetivos alineados con la actividad empresarial que permita aprovechar su Know
How y el talento de sus recursos humanos al servicio de la sociedad. De esta forma, se ha
superado el modelo tradicional del voluntariado basado en la filantropía para desarrollar
acciones de alto impacto con elevada estrategia y niveles de experiencia y habilidad
corporativa. De esta forma, además de ayudar al desarrollo sostenible de las comunidades
locales, resulta más sencillo incorporar en la identidad y personalidad de las empresas las
políticas de RSC y sus valores corporativos.
Una vez que se ha creado una estructura y se ha implicado a un equipo multidisciplinar dentro
de la compañía, es fundamental buscar alianzas en el tercer sector con asociaciones,
fundaciones y ONG´s cuyos fines sociales se alineen con la estrategia y objetivos definidos por
el equipo de trabajo y para los que la actuación y colaboración de la empresa suponga un valor
e impulso. De esta manera, los planes de voluntariado corporativo en cooperación con la
comunidad local se llevan a cabo como parte de un plan integral en las empresas:
sensibilización de los grupos de interés, apoyo a ONL y a la sociedad y fortalecimiento de los
valores corporativos.
Este tipo de voluntariados tienen un mayor alcance para la mayoría de los empleados y se crea
conexión entre ellos y organizaciones no lucrativas de la zona. El Programa de Voluntariado
Corporativo de la Fundación Adecco consta de 4 fases: Acercamiento a las necesidades
sociales, Intercambio de experiencias, Transmisión de valores y Vinculación. Estas fases
definen un proceso de integración del voluntariado en la empresa que a medida que se va
formalizando, favorecerá la vinculación de los empleados a proyectos sociales con los que se
sientan identificados.
El voluntariado desarrollado en las empresas, cumple una función muy importante a nivel
corporativo: desarrollar su cultura socialmente responsable y generan en sus empleados
valores tan enriquecedores como la diversidad y la igualdad y actitudes de superación y
motivación para enfrentarse a las dificultades de la vida y del trabajo. Gracias a estas ventajas
que se ha demostrado que tiene el voluntariado corporativo, algunas empresas lo introducen
como complemento en los programas de formación de sus empleados.
Sin embargo esta función de sensibilización y toma de conciencia de las dificultades de la
sociedad, además de ayudar a las empresas a entender mejor el entorno social y a involucrase
más allá de la actividad empresarial dirigida al negocio, tiene un efecto real sobre aquellas
personas que necesitan apoyo para vencer dificultades y limitaciones personales, familiares y
sociales.
¿Cuáles son los principales valores que aporta el voluntariado corporativo?
Como decíamos al principio, para lograr un equilibrio sostenible, es necesario implicar a todas
las personas en la búsqueda del bien común. Este sería el principal valor que proporciona el
voluntariado corporativo: “unir a todas las personas en torno a objetivos comunes y a favor de
aquellas personas y realidades más desfavorecidas aportando su talento y esfuerzo
desinteresado”.
Paralelamente, existen múltiples valores que se desarrollan en los empleados a través de estas
actividades: el trabajo en equipo, la igualdad, la normalización de la diversidad y eliminación de
estereotipos, la superación ante la adversidad y el sentimiento de pertenencia a una compañía
que participa en proyectos sociales.
La Fundación Adecco incorpora una transferencia de valores sociales al finalizar cada
actividad. La transferencia es un momento de intercambio en el que se analizan aquellas
situaciones, actitudes, dificultades más relevantes, más significativas y con mayor valor social,
profesional y personal.
A través de este mecanismo, se transfieren valores profesionales a los beneficiarios de la
actividad, se eliminan barreras y estereotipos y se comparten valores y actitudes
fundamentales para la empresa socialmente responsable.
Sobre Francisco Mesonero
MESONERO, Francisco. Licenciado en Derecho por la
Universidad de Sevilla. MBA Ecole Superieure d’Administration
des Enterprises. Corporate Social Responsibility Program,
Harvard Business School.
Director General de la Fundación Adecco. Director de
Responsabilidad Corporativa de Adecco España y LATAM.
Presidente de la Comisión de Acción Social Empresarial de la
Confederación de Empresarios de Andalucía. Miembro de la
Comisión de RSC de CEOE. Consejero del Foro Soria XXI.
Coautor de la Obra “La Responsabilidad Social de la Empresa.
Propuesta para una nueva Economía de la Empresa
Responsable y Sostenible”.
Para cualquier aclaración no dudéis en poneros en contacto con nosotros. Un cordial saludo:
Irene Gil /Pablo García
Dpto. de Comunicación Fundación Adecco
Tlf: 91 700 49 20
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