El Juicio Final de Miguel Ángel Buonarroti

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El Juicio Final
de Miguel Ángel Buonarroti
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ÍNDICE:
- INTRODUCCIÓN……………………………………………………………..
p. 3
- CONTEXTO HISTÓRICO E INFLUENCIAS EN LA OBRA………...…….
p.3-4
- EXPLICACIÓN DE LA OBRA………………………………………………
p.4-8
- RESTAURACIONES………………………………………………………….
p.8-13
- BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………....
p.14
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INTRODUCCIÓN:
El tema que he escogido para realizar este trabajo es, el Juicio Final de Miguel Ángel y
sus restauraciones a lo largo de los años.
El Juicio Final (13,7m x 12,2m) 1537-1541, es una obra al fresco, situada en la pared
del altar de la Capilla Sixtina y realizada por Miguel Ángel Buonarroti. El título hace
referencia a la Segunda Venida de Cristo y del Apocalipsis.
Miguel Ángel nació en Caprese (Italia) en 1475 en el seno de una familia noble, y murió
en Roma en 1564; fue un arquitecto, escultor, poeta, dibujante y pintor. Su padre
deseaba que estudiase una carrera administrativa, pero Miguel Ángel se negó, por lo que
acabó enviándolo al taller del pintor Ghirlandaio, aunque más tarde, al tener preferencia
por la escultura marchó al taller de escultura de Bertoldo. Aquí, le conoce ya que los
jardines de este taller pertenecían a los Médici por lo que se convierte en su mecenas.
Con esto entrará en contacto con las obras de la Antigüedad Clásica, lo que le provocará
una gran influencia. A la muerte Lorenzo de Médici, comenzaría su gran trayectoria
artística, siendo sus nuevos mecenas los papas romanos. Por influencia del papa Julio II
comenzó a dedicarse a la pintura y en sus últimos años realizó proyectos
arquitectónicos.
Se caracteriza por el perfeccionismo, su estilo sin adornos, la obsesión por el desnudo, y
la “terribilitá”. Su labor artística se extiende a lo largo de más de 70 años. Realizó más
de 100 obras, de las que destacan: el David, la bóveda de la Capilla Sixtina, la Piedad
del Vaticano, el proyecto de la Basílica de San Pedro, entre muchas otras.
CONTEXTO HISTÓRICO E INFLUENCIAS EN LA OBRA:
La obra la realizó en Roma que se encontraba en crisis, debido al Saco de Roma, en
1527, por las tropas del Sacro Emperador Romano, el Habsburgo Carlos V. La
ejecución con la que la hizo no fue la misma que para la bóveda de la capilla Sixtina, ya
que en 1534 cambió de estilo, creando otro con un tipo humano de aspecto tosco y
basto, intentando reproducir la realidad interna de la vida con esos cuerpos. La Reforma
y la Contrarreforma, influenciaron en la religión y en el arte. Durante el Renacimiento la
Iglesia es gradualmente transformada, pasando de ser una institución internacional a ser
verdaderamente italiana tanto lo relativo a sus miembros como a sus perspectivas.
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En 1533, Clemente VII encargó a Miguel Ángel que pintase en el muro que hay a la
entrada de la Capilla Sixtina una Caída de los Ángeles Rebeldes y en el muro del altar
una Resurrección de Cristo, pero no se llevó a cabo por la muerte del Papa. El proyecto
de la caída ya se había abandonado en 1534. Pablo III el sucesor de Clemente VII,
volvió a encargar que se decorase el muro del altar, pero ya no con una Resurrección
sino con un Juicio Final. En 1535 se levantó un andamiaje con el fin de preparar el
muro para el fresco, seguido de unos meses donde se demolieron los frescos de
Perugino, las historias de la Natividad y el Moisés salvado de las aguas y el retablo con
la Asunción de la Virgen, los dos lunetos de la época de Julio II y los cuatro papas
situados junto a las dos ventanas. Sebastiano del Piombo, logró persuadir al papa para
que Miguel Ángel hiciese esta composición al óleo y no al fresco. Miguel Ángel no dijo
nada, pero al iniciar los trabajos dijo: “la pintura al óleo estaba bien para mujeres y
holgazanes como Fray Bastiano”1, y pidió que se quitase la capa aplicada. La
preparación del muro según las instrucciones dadas por Miguel Ángel concluyó hacia el
10 de abril de 1536, ese mismo año comenzaría el fresco. La parte superior la acabo el
15 de diciembre de 1540, ya que en esa fecha se desmonto el andamio. El 18 de
noviembre de 1541 se daba por concluido.
EXPLICACIÓN DE LA OBRA:
Las tres eras de la Historia Sagrada ya estaban representadas en la Capilla Sixtina, por
ello se ejecutó el Juicio Final que suponía el final de esa Historia. Tenía el fin de
recordar a los fieles el destino final de la humanidad al abandonar el espacio sagrado.
El fresco se divide en dos registros horizontales, el superior y el inferior, y cada registro se
divide en dos partes. En la composición se han identificado unas 50 de las más de 400
figuras representadas.
Miguel Ángel disponía de un gran presupuesto para la obra por lo que usará el azul
proveniente del lapislázuli en la mayor parte del fresco. La técnica utilizada fue la del
buon fresco.
En cuanto a la pincelada se trata de empastes cromáticos muy ricos, realizado con
gruesos toques, siempre veloces e incisivos. Se inspiró en la iconografía tradicional,
introduciendo elementos originales. La principal fuente de inspiración del artista son la
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La autenticidad de esta historia halla confirmación en los registros del tesoro secreto del Vaticano: el
25 de enero de 1536 se quitó la primera capa (León Dorez).
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Sagrada Escritura, el Evangelio de San Mateo y el Apocalipsis, y la Divina Comedia.
El tema está de acuerdo con los sentimientos casi desesperados del artista envejecido,
desengañado, tantas veces arrancado de sus sueños más caros. Esta obra contiene todas
sus esperanzas, todos sus sufrimientos y el reflejo de sus ideas religiosas.
Miguel Ángel escondió en una de las obras más importantes y más visitadas del mundo
símbolos, mensajes ocultos y secretos, imperceptibles a primera vista, y que cambia
completamente su verdadero significado.
Miguel Ángel quería que el espectador se diese cuenta de lo que él consideraba el
verdadero árbitro entre el bien y el mal.
Empezaré de arriba abajo:
Miguel Ángel concibió dos lunetos del remate del fresco como focos de energía
adicionales que animaran el drama y amplificaran el poder de Cristo. Su misión era
simbolizar el sacrificio redentor de Cristo, aunque la forma en lo que lo hizo Miguel
Ángel resultó novedosa, por el movimiento, la multitud de ángeles.
El de la izquierda presenta la cruz de la Crucifixión y la corona de espinas, donde los
ángeles marcan un movimiento de izquierda a derecha, conduciendo hacia la figura de
Cristo. Los ángeles no tienen ni alas ni aureolas, son jóvenes, guapos, musculosos y
semidesnudos.
El de la derecha presenta la columna de la flagelación, la caña con la esponja empapada
en vinagre y la caldera utilizada para el descendimiento. La columna se inclina a la
izquierda además de ubicarse en la mitad izquierda del luneto. También tiene sentido de
izquierda a derecha siendo el ángel que abraza la columna y se apoya con su pierna
izquierda el eje central.
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En medio debajo de los lunetos, encontramos a la Virgen María con una actitud de
desconfianza, junto a Cristo, el cual, no está sentado ni tiene barba (como era normal
representarlo), y debajo de la columna a la derecha, aparecen representados los
Hombres Justos como jóvenes desnudos besándose y abrazándose apasionadamente,
algo que rompe totalmente el esquema católico. Cristo es joven, parece una especie de
Zeus-Júpiter que lanza al espacio su brazo poderoso y amenazador, marcando el fin de
los tiempos y el acto final de las vicisitudes humanas. Podemos entenderlo como una
interpretación cósmica, heliocéntrica (copernicana), en la que Cristo ocupa el lugar del
Sol, hacia el que convergen todas las figuras, apartándose así de la tradicional
cosmovisión geocéntrica de la iglesia.
El grupo de los bienaventurados rodea a Cristo y se divide en el grupo de Ecclesia a la
izquierda, el grupo de Dimas a la derecha y los santos alrededor de Cristo. La figura de
San
Juan
Bautista,
a
la
izquierda,
tiene
su
correspondencia en el San Pedro de la derecha, que
tiende a Cristo las dos enormes llaves del paraíso.
Debajo de Cristo están representados San Lorenzo, con
la parrilla en que fue martirizado y san Bartolomé, con
la piel que le despellejaron en el martirio. Esta piel es
un autorretrato de Miguel Ángel. También encontramos
otros mártires como Santa Catalina de Alejandría, con
la rueda de púas de su martirio, San Sebastián de
rodillas con flechas en la mano, San Andrés con una
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cruz en forma de X, etc.
Las figuras en arco sobre las cabezas de Cristo y la Virgen se hacen eco de sus
complejos movimientos. Las ánimas que rodean a Cristo y la Virgen vuelan hacia la
derecha por encima de la cabeza de Cristo realzando el poder asombroso de Cristo y la
complejidad de su acción, que eleva a los bienaventurados al cielo y dirige a los
condenados al infierno.
Debajo de Cristo están los ángeles con trompetas, reforzando como conjunto el dominio
de Cristo sobre todas las figuras y anunciando el Juicio Final. Encontramos once de
ellos, ocho con trompetas. Los cinco de la izquierda apuntan en diagonal hacia abajo
despertando a los muertos, uno de ellos tiene un libro pequeño para los elegidos. En los
seis de la derecha, dos no tienen
trompeta,
uno
apunta
hacia
abajo, otro a la izquierda y
reclaman atención con un gran
libro abierto donde se inscribe
los condenados. Al lado derecho
de este grupo están los caídos al
infierno y al izquierdo los
salvados saliendo de sus tumbas
y ascendiendo.
Ya, abajo del todo, encontramos
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varias escenas. A la izquierda están los salvados y resucitados que ascienden hacia el
cielo como cadáveres que se recomponen (resurrección de la carne). En el centro está la
boca del infierno, donde acechan tres demonios que intentan llevarse a los salvados al
infierno impidiendo su ascenso. El de la izquierda mira al espectador, el del centro
medio sale de la cueva y el de la derecha observa la escena. A la derecha están las
tinieblas, en donde los ángeles y demonios luchan contra las peores almas,
simbolizando algunas de ellas diversos pecados o vicios, como la avaricia representada
con un saco de dinero o la lujuria, que es arrastrada hacia la perdición por los testículos.
Observamos a Caronte y su barca llena de condenados, a los que conduce a la presencia
del juez y rey del infierno Minos, al cual, representa desnudo con una serpiente
alrededor de su cuerpo y con orejas de burro, mezclando mitología y teología.
Finalmente comentaré que el colorido brillante sintoniza con la bóveda, pero también
destaca el de la carne humana. Las figuras se retuercen sobre sí mismas, manifestando
acentuados escorzos que se anticipan al Manierismo y al Barroco, creándose una
sensación de movimiento a pesar de la ausencia de la perspectiva tradicional. Los
personajes exhiben el interés de Miguel Ángel por la anatomía escultórica, destacando
sus amplias y musculosas anatomías que son abstracciones inexistentes del mundo real,
pretendiendo alcanzar la divinidad a través de sus formas y también la fuerza de la
"terribilità" típicamente de él.
Tras comentar un poco por encima la obra pasaré a explicar el desarrollo que sufrió a lo
largo de los años con las restauraciones.
RESTAURACIONES:
Pablo III o Paulo III fue a ver el fresco de Miguel Ángel y se quedó asombrado por la
majestuosa belleza de las escenas, pero sin embargo el maestro de ceremonias Meser
Biagio de Cesena quedó escandalizado por ver tanto desnudo, por lo que la calificó
como propia de un burdel, a lo que Miguel Ángel contestó: “no te preocupes por la
pequeñez de una pintura cuando tantos pecados y desórdenes hay en estos tiempos.
Mejor haría la iglesia en afanarse por arreglar el mundo, que es mucho más difícil que
retocar las imágenes de un muro”. Además de esto, Miguel Ángel lo representó unos
días después en el infierno como Minos, Biagio fue a quejarse al Papa para que lo
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corrigiese pero Paulo lo encontró tan gracioso que le dijo: “Mi poder sólo alcanza a
sacar a los cristianos del purgatorio”.
Tras esto el freso sería mostrado al público en 1541, siendo Miguel Ángel considerado
el más grande artista de la cristiandad. Pero pronto empezarían las críticas y los tiempos
comenzarían a cambiar teniendo la Iglesia Católica durante esta época del Renacimiento
un abuso de poder y de privilegios que crearían malestar. Pensadores como Erasmo de
Rotterdam2 verían corrupción en la cultura romana y en su arte, rechazando la adopción
de modelos clásicos y mitológicos para las representaciones religiosas.
Paulo III que había creado la figura del mundator, que se encargaba de limpiar cualquier
tipo de suciedad de las pinturas de la Capilla, buscó formas para que no existiese ese
malestar, por lo que intentó convocar un concilio en dos ocasiones, ambas fracasando.
Por lo que revivificó el Santo Oficio, poniendo a la cabeza al cardenal Carafa, futuro
Carlos IV, el cual perseguiría la herejía religiosa y la libertad científica y artística. En
1563 crearía el Índice y condenó a la hoguera multitud de obras sospechosas de herejía.
Entre 1545 y 1563 se convocaría el Concilio de Trento, que le supuso la recuperación
del poder absoluto que la Iglesia ya había tenido siglos atrás. Con esto, censuraría todas
las imágenes exageradas, antinaturales, entre otras. En 1540 y 1550 dos edictos
condenarán las imágenes irrespetuosas de los santos y el clero. El Concilio de Trento
mandaba “evitar toda lascivia para que las figuras no se pintaran con una hermosura
que incite a la lujuria”. Pero lo obsceno era sobre todo la figura desnuda, que era
abundante en este periodo. Por eso hay muchos decretos y actuaciones de la Inquisición
prohibiendo los desnudos, para los cuales se nombraron algunos pintores como censores
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Róterdam, 1466 – Basilea, 1536. Fue un humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés.
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y veedores. El Papa Paulo III moriría dejando su lugar a Julio III, el cual no duró
mucho, por lo que Marcelo III reinaría veintidós días, siendo finalmente Carafa o Paulo
IV el nuevo Papa, al cual no le gustaba el fresco de Miguel Ángel, ni el propio artista.
Pero este moriría ya que era un anciano y llegaría Pio V, el cual, fue a hablar con
Miguel Ángel y le dijo que se iban a cubrir los desnudos de su obra pero sin estropearla,
a lo que el artista respondió: “volved a vuestra bandada de cuervos negros y a los
hipócritas que os alimentan; decidles que guarden la mínima decencia de no
molestarme que ya poco tienen que esperar para lograr sus empeños. Y sabed que yo
no corrijo hombres”. Por esta razón Pio V encargaría a Daniele da Volterra, conocido
de Miguel Ángel, a cubrir la desnudez de algunas figuras del Juicio Final, por lo que
recibiría el apodo de “Il Braghettone” más tarde. Miguel Ángel como ya he dicho se
había negado, pero habló con Volterra y le dijo que para que lo hiciese cualquiera tras
su muerte, lo hiciese él, ya que era su amigo y discípulo. Tres meses después de esto
Miguel Ángel moriría.
Daniele comenzaría a hacer los tapados lentamente con un gran dolor en su cuerpo. Su
intervención fue limitada esencialmente en la franja en la que están el Bautista, el grupo
de Santa Catalina y San Blas y la figura del Cirineo. Los tapados de estas imágenes se
realizaron con dos técnicas distintas: para el Bautista y Cirineo se idearon unas
coberturas de pequeño tamaño que se realizaron a secco. Mientras que en el grupo de
Santa Catalina y San Blas se planteaba una cuestión distinta, debido a que el problema
no se encontraba en la desnudez, sino en la posición en la que se encontraban ambos
santos.
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En San Blas, el artista modificó la posición de la cabeza, volviéndola hacia Cristo Juez.
Ello comportó un gran cambio en el esquema compositivo, ya que Volterra tuvo que
picar gran parte del fresco, y volver a ejecutar los añadidos. Santa Catalina fue cubierta
con una túnica verde, conservando la cabeza, los brazos y la rueda del martirio de la
versión original. Ambas reformas, dada la extensión de la superficie de la intervención,
se realizaron al fresco. Finalmente se cubrieron treinta figuras, pero no todas por
Volterra, ya que había abandonado el trabajo y murió en 1566. Por lo que se deduce que
el artista ejecutó el trabajo en 1565.
Como Daniele no había conseguido acabar el trabajo, Pio V, a instancia del cardenal
Rusticucci, dio el encargo a Girolamo da Fano, el cual le pediría ayuda a Domenico
Carnevali. En el curso de limpieza han salido a la luz una serie de números y de letras
en el extremo del remo de Caronte: “con mayor precisión; la fecha 1566 en la parte
redondeada; y justo al lado, en la empuñadura D.C.”. Unas siglas y una fecha que
confirman el trabajo de estos. Además, se ha comprobado que tanto el remo como el
manto no son los originales, sino fruto de la restauración, señal de que Carnevali no se
limito a pintar los tapados que faltaban, sino que también efectuó una limpieza de la
zona en la que debía intervenir, repintando, entre otras cosas, la parrilla de San Lorenzo
y las trompetas de los ángeles que están debajo de Cristo.
Tras esto las evidentes irregularidades cualitativas y, el hecho de no presentar la misma
fluorescencia bajo rayos ultravioleta en las investigaciones que se han hecho, hace
pensar en que fueron varias manos y en distintos periodos de ejecución las
intervenciones, ya que la censura continuó incluso después de estos artistas; esto se sabe
ya que hay muchos dibujos y grabados del siglo XVI, derivados del Juicio Final, que
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reproducen sin tapados algunas figuras mucho tiempo después de la muerte de Volterra.
Por ejemplo, los cubiertos que en la actualidad cubren la desnudez de San Pedro son
una modificación de una acción censora, de menor tamaño pero visible, y que confirma
que las intervenciones de este tipo se efectuaron en distintos momentos.
Se registraron nuevas intervenciones a lo largo de los siglos XVI, XVIII y XIX. En el
XVIII encontramos el testimonio de J. Richard, donde declara haber visto en 1762 “des
très mediocres Artistes occupés à couvrir de draperies le plus belles figures nues du
tableau et du plafond”3, esto es, como atestigua Chattard 1766, Stefano Pozzi y sus
ayudantes.
También durante el siglo XVII no hay documentos que justifiquen una restauración,
pero se cree que la Accademia di San Luca aplicó un corrosivo que provocó daños en la
obra aún visibles. Por ello cuando Vicenzo Camuccini hizo unas pruebas y propuso
restaurar la obra en 1825, la Accademia di San Luca se negó para que no se
descubriesen los daños causados al fresco. Después de este intento no se volvió a
plantear el tema de la restauración hasta la actualidad, cuando Seiz y Biagetti tras
muchos intentos fallidos de limpiezas, se encargaron de limpiar la obra entre 1935-1936
con el objetivo de consolidar el enlucido.
Tras esta limpieza, surge la idea de restaurar la obra. Por lo que en 1964 se inició un
programa de restauración. Será entre 1990 y 1994 cuando los restauradores Maurizio
Rossi, Piergiorgio Bonetti y Bruno Baratti dirigidos por Gianluigi Colalucci realicen la
restauración dejando al descubierto muchos aspectos desconocidos de la obra.
La restauración se realizó con una mezcla solvente compuesta por bicarbonatos de sodio
y amonio, carboximelcelulosa y un fungicida diluido en agua destilada, con la que se
lavaba la zona a trabajar y se aplicaba la solución durante unos tres a cuatro minutos,
lavando la superficie tratada y dejando descansar un mínimo de un día, realizando una
segunda aplicación durante otros tres a cuatro minutos para lavar definitivamente con
agua destilada. De esta manera se descubrió la importancia del color en la pintura de
Miguel Ángel, compaginándose con la fuerza escultórica de sus personajes.
Los restauradores, por la relevancia de significación de los repintes efectuados por
Volterra, han sido respetados en la restauración actual, por considerarlos un documento
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Description historique et critique de l’Italie en 1766.
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histórico importante, como queda manifiesto, vinculado ideológicamente a las
disposiciones del Concilio de Trento.
Por último decir que es una gran obra con mucha historia, ya que fue intervenida por
diversos motivos y, que Miguel Ángel ocultó mensajes de los que mucha gente no es
consciente incluso hoy en día; en la bibliografía he dejado un vídeo donde los explica
mejor.
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BIBLIOGRAFÍA:
MACARRÓN MIGUEL, A. Historia de la conservación y la restauración desde la
antigüedad hasta el siglo XIX. 2001.
DE TOLNAY, C. Miguel Ángel escultor, pintor y arquitecto. Alianza forma. Madrid
1985.
PARTRIDGE, L. MANCINELLI, F. COLALLUCCI, G. OKAMURA, T. El Juicio
Final: la obra y su restauración. Madrid: Nerea, 1997.
NÉRET, G. Miguel Ángel, 1475-1564. Köln [etc.]: Taschen, cop. 2006.
http://www.harteconhache.com/2012/11/los-dos-rombos-de-la-capilla-sixtina.html
http://www.aasafaubeda.com/index.php/escritos/101-mis-pinturas-favoritas/3033-eljuicio-final-miguel-angel-buonarroti
http://eldibujante.com/?p=2294
http://www.youtube.com/watch?v=QS6qAqaVzNU
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