Biomecánica del Pie en el Plano Frontal. Caso de Niños con Mielomeningocele Cleva, Mario S. - Civetta, Julio D. - Monzón, Jorge E. Departamento de Ingeniería Eléctrica, Facultad de Ciencias Exactas, UNNE 9 de julio 1449 - (3400) Corrientes - Argentina Tel. +54 (03783) 423123 - Fax: +54 (03783) 474930 - Email: [email protected] ANTECEDENTES Una de las limitaciones en el análisis sagital de la marcha humana es la imposibilidad de cuantificar los movimientos que se producen fuera de este plano (Davis y DeLuca, 1996). En el caso de pacientes con mielomeningocele, la dinámica del pie está muy afectada (Lindseth, 1996), por lo que se requieren estudios complementarios del movimiento del pie en la cara posterior del plano frontal, a los fines de una mejor evaluación biomecánica como también de una planificación adecuada de cirugías correctivas. La precisión del análisis a partir de registros de video es comparable con registros fílmicos sobre celuloide (Kerwin y Twigg , 1998). El análisis bidimensional del pie en el plano frontal no muestra diferencias significativas con el análisis tridimensional para el 60% de la fase de apoyo (Cornwall y McPoil, 1995). El propósito de este trabajo es medir los ángulos pierna-pie y pie-suelo, para posteriormente evaluar cuantitativamente los movimientos de pronación y supinación del pie y las debilidades de la musculatura de la pierna. M ATERIALES Y MÉTODOS Se estudiaron los casos de tres niños (de 7.0 ± 1.7 años, 26.66 ± 4.04 kg de peso y 1.20 ± 0.11 m de estatura) con mielomemingocele a nivel lumbosacro, y con capacidad para caminar sin ayuda. Se realizaron mediciones antropométricas de la longitud y el perímetro de los miembros inferiores, y anchos de pie y de rodilla con el objeto de cuantificar atrofias musculares y deformidades óseas. Estos datos son necesarios para la interpretación de los resultados cinemáticos obtenidos. La determinación de los valores angulares del pie se realiza a través de la ubicación de 4 marcadores cutáneos en cada pie que definen los ángulos entre tibia y talón y entre la vertical y el talón (Fig. 1) Figura 1: Ubicación de marcadores en el sujeto en experimentación. El movimiento bidimensional del pie se registra mediante una cámara de video JVC modelo GR AX-730, norma NTSC, ubicada a 4 m del sujeto a analizar, a una altura de 50 cm del suelo y perpendicular al plano de análisis. La velocidad de registro de video es de 30 fps (fotogramas por segundo). Las secuencias de video se digitalizan con una placa editora Miró DC 10 Plus y se convierten a archivos de formato jpg. Las coordenadas en twips (twentieth of a point) de los marcadores se determinan para cada fotograma de la secuencia. Los puntos experimentales presentan desviaciones causadas por las limitaciones del modelo, por la resolución de la imagen y por el proceso de digitalización. Estas distorisiones agregan componentes de alta frecuencia a la serie de datos, que deben ser filtradas mediante la Transformada Rápida de Fourier. La observación de las secuencias de video, permite estimar los momentos en que el talón hace contacto con el suelo, definiendo el inicio del ciclo de marcha (Cleva y col., 1999; Pollo, 1999). De manera similar, el despegue del talón del suelo, indica el fin del ciclo. DISCUSIÓN DE RESULTADOS 40 35 30 25 20 15 10 5 0 -5 -10 Grados Grados Para la comparación estadística, cada ciclo fue dividido en 30 puntos equiespaciados de manera de tener ciclos normatizados (Kadaba, 1989). Se analizaron los promedios de dos ciclos de marcha para cada extremidad de los pacientes, obteniéndose para el ángulo entre pierna y pie las gráficas de la Figura 2. 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 40 35 30 25 20 15 10 5 0 -5 1.0 0.0 0.2 % ciclo 0.4 0.6 0.8 1.0 % ciclo (a) (b) 120 105 100 95 90 85 80 75 70 65 60 55 50 110 100 Grados Grados Figura 2. Ángulo entre pierna y pie (a) extremidad izquierda, (b) extremidad derecha 90 80 70 60 50 0.0 0.2 0.4 0.6 % ciclo (a) 0.8 1.0 0.0 0.2 0.4 0.6 % ciclo (b) Figura 3. Ángulo pie-suelo (a) extremidad izquierda, (b) extremidad derecha 0.8 1.0 El mismo procedimiento se aplicó para el cálculo del ángulo pie-suelo, obteniéndose los resultados que se ilustran en la Figura 3. Definimos como neutra a la posición para la cual el ángulo pie-suelo es de 90°. La supinación o inversión corresponde al movimiento en el cual el borde interno del pie se eleva y la planta mira hacia la línea media formando con el suelo un ángulo mayor de 90°. La pronación o eversión es el movimiento en virtud del cual se eleva el borde externo del pie mientras la planta mira hacia fuera, correpondiendo un ángulo menor de 90°. En la Fig. 3 se observa una disminución del ángulo pie-suelo en ambas extremidades haciéndose más notable a medida que el sujeto entra en la fase de respuesta a la carga (loading response). Este aumento es una consecuencia de de la debilidad del triceps sural (Cleva y Monzón, 1999) y del peroneo lateral largo, músculo responsable de la concavidad de la bóveda plantar. Para compensar (Fig. 2), la tibia adduce en una cantidad similar, lo que provoca un movimiento fuera del plano rodilla-pierna (genu valgum) causando el dolor de rodilla que caracteriza al paciente con ML (Lindseth. 1996). CONCLUSIONES La diversidad de deformaciones que afectan al pie (pie equinovaro, deformidad de talón) y el nivel de la lesión conducen a una variabilidad en los resultados que dificulta la identificación de un patrón de movimiento. Los procedimientos terapéuticos deben orientarse a alinear la posición del pie a fin de mantener una posición neutra durante la fase de apoyo, evitando el movimiento compensatorio de la tibia. El análisis de la cara posterior del plano frontal complementa y confirma algunas de las observaciones que se presentan en el plano sagital. BIBLIOGRAFÍA Cleva MS, Civetta JD, Monzón JE, 1999. Cinemática de la Locomoción en Niños con Lesiones Espinales Congénitas. Proceedings del XII Congreso Argentino de Bioingeniería. Fundación Favaloro, Buenos Aires, pp. 141-144. Cleva MS, Monzón JE, 1999. Assesment of Gait Kinematics in Children with Myelomeningocele. Proceedings of the XXI International Annual Conference of the IEEE Engineering in Medicine and Biology Society. Atlanta, Georgia, Octubre. Cornwall MW, McPoil TG, 1995, Comparison of 2-Dimensional and 3-Dimensional Rearfoot Motion During Walking, Clinical Biomechanics Vol. 10, No. 1. pp. 36-40 Davis RB, DeLuca PA, 1996. Clinical Gait Analysis: Current Methods and Future Directions. In G. Harris and P. Smith (eds) Human Motion Analysis: Current Applications and Future Directions.. pp. 17-42. IEEE Press, New York. Kadaba MP, Ramakrishnan HK, Wooten ME, 1989. Repeatability of Kinematics, Kinetis and Electromyographic Data in Normal Adult Gait. J. Orthopaedic Research, 7:849-860. Kerwin DG, Twigg DR, 1998. Precision and Accuracy of Video and Cinefilm Digitising Systems. North American Congress on Biomechanics. Waterloo, Ontario, Canada, August 14-18. Lindseth R, 1996. Myelomeningocele. In R. Morrissy and S Weinstein (eds.) Lovell & Winter's Orthopaedics. Lippincott-Raven Publishers: Philadelphia, pp. 503-535. Pollo FE, 1999. Motion and Perfomance Laboratory. Department of Orthopaedic Surgery. Baylor University Medical Center. Dallas, Texas. Comunicación personal.