295-313 Urol3 10/7/08 14:52 Página 295 CLÍNICAS UROLÓGICAS de Norteamérica Urol Clin N Am 34 (2007) 295 – 313 Patogenia de los cálculos renales Nicole L. Miller, MDa,b; Andrew P. Evan, PhDb,c, y James E. Lingeman, MDa,b,* aClarian Health Partners and Indiana University School of Medicine, 1801 North Senate Boulevard, Suite 220, Indianapolis, IN 46202, USA bInternational Kidney Stone Institute, P.O. Box 7168, Indianapolis, IN 46207, USA cDepartment of Anatomy and Cell Biology, Indiana University School of Medicine, 635 Barnhill Drive, Indianapolis, IN 46202, USA Los cálculos renales son una entidad frecuente que afecta, aproximadamente, al 5% de las mujeres americanas y al 12% de los hombres americanos. Informes recientes han sugerido que la prevalencia de la litiasis renal está aumentando [1]. En las tres últimas décadas se han producido avances considerables en el diagnóstico y el tratamiento de los cálculos renales, como la TC helicoidal, la evaluación metabólica completa y los tratamientos quirúrgicos mínimamente invasivos: litotricia de ondas de choque (LEOC), nefrolitotomía percutánea (PNL) y ureteroscopia (URS). Sin embargo, los avances de nuestra comprensión de la patogenia de los cálculos renales no han ido en paralelo a esta progresión diagnóstica y terapéutica. Aunque se comprenden muchas cosas sobre la física química implicada en la nefrolitiasis, siguen siendo esquivos el factor iniciador y la secuencia de acontecimientos que conducen a la formación de un cálculo renal. Se han realizado importantes investigaciones usando modelos animales y experimentos con cultivos celulares; sin embargo, no está claro si esos resultados son transferibles a los formadores humanos de cálculos renales. Recientes intentos de comprender la patogenia de la nefrolitiasis en seres humanos han permitido esbozar la anatomía quirúrgica humana, la histopatología y los factores metabólicos en diversos formadores de cálculos [2-5]. Este trabajo fue financiado parcialmente por las becas del NIH P01 DK56788 y P01 DK43881. *Autor para la correspondencia. Department of Urology, Indiana University School of Medicine, International Kidney Stone Institute, 1801 North Senate Boulevard, Suite 220, Indianapolis, IN 46202. Dirección electrónica: [email protected] (J.E. Lingeman). Ese trabajo ha sugerido que hay distintos fenotipos de cálculos, y la cascada de acontecimientos que conduce a la formación de cálculos es diferente dependiendo de ese fenotipo. Este artículo revisa las teorías actuales sobre la patogenia de los cálculos renales. La química física de la formación de cálculos Sobresaturación y límite superior de la metaestabilidad La sobresaturación (SS) urinaria es necesaria para la formación de cálculos clínicos. La SS es la fuerza que impulsa un cambio de fase de sal disuelta a sólido; es decir, que a volúmenes de SS menores de 1, los cristales estarán disueltos en la solución, y a valores mayores de 1 pueden formarse cristales (fig. 1) [6]. La concentración a la que se alcanza la saturación y empieza la cristalización se denomina producto de solubilidad termodinámico (Ksp). El Ksp es una constante igual al producto de la concentración de los componentes químicos puros del soluto en saturación. Aunque puede calcularse la SS a partir de la relación entre una sal concreta disuelta y su solubilidad, existen programas informáticos que calculan la SS basándose en la concentración del ión libre de las principales especies iónicas en orina a la luz de las concentraciones totales de los iones, el pH y las constantes de estabilidad de los diferentes pares de iones [7,8]. Se ha observado que los valores de SS, medidos en pruebas de orina de 24 horas se correlacionan con la composición de los cálculos, subrayando la importancia de la SS en la formación de éstos [9]. Aunque es fácil calcular la SS en agua, la orina es una solución mucho más compleja, que contiene sustancias que afectan a la formación de oxalato cálcico 295 295-313 Urol3 296 10/7/08 14:52 Página 296 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 Zonas de saturación urinaria • Se produce formación espontánea de cristales • Los cristales ya presentes pueden crecer • Agregación, más probable • No hay formación Concentración espontánea de cristales creciente de • Los cristales ya presentes sustancias pueden crecer cristalizables • Posible crecimiento y agregación epitaxial Formación del producto Solubilidad del producto Infrasaturado • Sin nucleación ni crecimiento • Puede producirse la disolución • Posible agregación Fig. 1. Química física de la formación de cálculos. (CaOx) y de fosfato cálcico (CaP). El rango de SS entre el producto de solubilidad y el punto en el que se forman los cristales, conocido como el producto de formación (Kfp), se denomina zona metaestable (v. fig. 1). Se usa el término metaestable porque la concentración de la sal, por ejemplo CaOx, está por encima de su solubilidad, y la precipitación es inevitable. La cantidad de calcio o de oxalato necesaria para producir una fase sólida de CaOx o de CaP se conoce como límite superior de la metaestabilidad (ULM) [6]. Asplin et al [10,11] han demostrado que la ULM es baja en formadores de cálculos y varía con la SS urinaria. Nucleación y formación de cristales El primer paso en la formación de cristales es la nucleación. En una solución pura, la nucleación se produce a un nivel crítico de SS, llamado nucleación homogénea. Sin embargo, en la orina pueden formarse núcleos de cristales en superficies existentes, como membranas celulares, desechos celulares, otros cristales, eritrocitos y cilindros urinarios, mediante un proceso llamado nucleación heterogénea [12,13]. La nucleación heterogénea se produce a un nivel más bajo de SS que la nucleación homogénea [14]. Todos los cristales tienen una estructura reticular que puede determinarse por difracción con rayos X. Si la estructura reticular de un cristal es similar a la de otro, el segundo cristal puede ser capaz de nuclearse y de crecer sobre el primero. Éste es un proceso llamado epitaxia [15]. Se ha estudiado el papel de la epitaxia en el crecimiento de los cristales [16-21]; sin embargo, se sabe que los núcleos forman cristales más grandes si la orina permanece sobresaturada respecto a la sal precipitante [22]. Además del crecimiento de los cristales, se cree que la agregación, o aglomeración, de los mismos es un importante mecanismo en la formación de cálculos. Cuando hay núcleos de cristales en una solución acuosa, las colisiones entre cristales causadas por fuerzas eléctricas o químicas pueden producir su agregación. Se ha presentado el proceso combinado de crecimiento del cristal y de agregación como una hipótesis en la patogenia de la enfermedad litiásica mediante la formación de cristales lo suficientemente grandes como para obstruir la luz del conducto colector [23]. Retención de cristales Una parte de la bibliografía propone que es necesaria la retención de cristales para la formación de cálculos. Una vez que se ha retenido un cristal en los túbulos renales, se puede producir su crecimiento en presencia de SS o de agregación de cristales. Se han propuesto dos mecanismos generales para la retención de cristales: la hipótesis de la partícula libre y la hipótesis de la partícula fija. La hipótesis de la partícula libre propone que la nucleación seguida del crecimiento rápido de los cristales se produce en la luz tubular, resultando el atrapamiento de los cristales en el conducto colector papilar y la subsiguiente formación de cálculos; sin embargo, no se han aclarado los pasos necesarios para que se produzca un cálculo clínico [24,25]. Finlayson argumentó contra esta hipótesis, diciendo que no había tiempo suficiente para la formación de una masa de cristal que obstruyera la luz debido al rápido paso del ultrafiltrado a través del túbulo [26]. La segunda teoría de retención de cristales, la hipótesis de la partícula fija, propone la adhesión de los cristales a alguna superficie subyacente, como las células epiteliales renales [27-29]. Basándose en datos de cultivos celulares, algunos investigadores han propuesto un papel integral de las moléculas que se unen a los cristales, como la fosfatidilserina [30,31], el ácido siálico [32,33], la osteopontina [34] y el hialuronano [35,36], en la retención de cristales y en la interacción célula-cristal. Inhibidores y promotores del crecimiento de los cristales La saturación urinaria con CaOx es frecuente en los no formadores de cálculos, lo que indica el papel de otros factores distintos de la SS en la formación del cálculo. Se ha observado que varias sustancias de las que se encuentran en la orina modulan la formación, el crecimiento y la agregación de los cristales (cuadro 1). Los investigadores han planteado la hipótesis de que las diferencias de esas sustancias pueden desempeñar un papel en la patogenia de los cálculos renales. Por ejemplo, algunas personas con orina sobresaturada 295-313 Urol3 10/7/08 14:52 Página 297 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 Cuadro 1. Moduladores de la formación de cristales • • • • • • • • • • • • • Pirofosfato Magnesio Citrato Proteína de Tamm-Horsfall Nefrocalcina Osteopontina Bikunina (inhibidor inter-α) Calgranulina Fragmento F1 de la protrombina Albúmina Fragmentos de ADN y de ARN Glucosaminoglicanos Litostatina renal puede ser capaces de evitar la cristalización por la presencia de inhibidores urinarios. Se han estudiado inhibidores urinarios del sistema CaOx. La mayoría de la actividad inhibidora reside en macromoléculas como las glucoproteínas y los glucosaminoglicanos. Las moléculas son aniónicas, con largas extensiones de cadenas polianiónicas que pueden unirse a los átomos superficiales de calcio y evitar el crecimiento de los cristales. Estos inhibidores contienen con frecuencia modificaciones postranslacionales, como fosforilación y glucosilación [37]. Se han identificado los siguientes inhibidores urinarios: citrato, magnesio, pirofosfato, nefrocalcina, proteína de Tamm-Horsfall (THP), uropontina, proteína de matriz cristalina (fragmento F1 de la protrombina), litostatina, molécula inhibidora inter-α-tripsin a / p r o teína rica en ácido urónico (bikunina), albúmina, fragmentos de ADN y de ARN, glucosaminoglicanos y calgranulina [6]. El grado en el que todos estos inhibidores modulan la formación de cálculos sigue siendo un área de investigación activa, y se estudia con más detalle posteriormente. Algunas de las mismas sustancias que inhiben una fase de la formación de cristales pueden promover otra fase, como la agregación. Por ejemplo, los glucosaminoglicanos favorecen la nucleación de cristales, pero inhiben la agregación y el crecimiento de los mismos [38]. También se ha observado que la THP actúa como promotor o como inhibidor, dependiendo del tamaño molecular, del estado de autoagregación y de la concentración de citrato en orina [39-42]. Papel de las proteínas/matriz Los cálculos renales contienen una cantidad variable 297 de material orgánico no cristalino llamado matriz. Se cree que la matriz se origina en el túbulo proximal, y el análisis químico de la matriz ha demostrado la presencia de un 65% de hexosamina y de un 10% de agua unida [43,44]. La cantidad de matriz presente en los cálculos renales varía; la mayoría de los cálculos urinarios sólidos tiene un contenido bajo de matriz del 3% [45,46]; sin embargo, los cálculos que se desarrollan en el contexto de infecciones urinarias pueden tener un contenido de matriz de hasta el 65% [47]. Se ha debatido el papel de la matriz en los cálculos urinarios. Estudios de microscopia electrónica de barrido de cálculos de CaOx han revelado material orgánico entre los cristales adyacentes, favoreciendo la hipótesis de que la matriz actúa como una sustancia de base [48,49]; sin embargo, otra explicación de la presencia de matriz en los cálculos es a través de la adsorción inespecífica de compuestos orgánicos sobre los cristales en crecimiento [50]. Boyce y King [51] aislaron un material mucoproteico de la matriz, y le llamaron sustancia matriz A. Se describió la sustancia A como un componente orgánico formado por componentes proteicos e hidratos de carbono, que estaba presente en la orina de los formadores de cálculos recurrentes. Una investigación inmunitaria posterior de la sustancia A mostró tres de los cuatro antígenos propios de los cálculos [52]. Un estudio más reciente de Jones et al [53] usó un modelo animal formador de cálculos (rata hiperoxalúrica) para aclarar el papel de las proteínas urinarias en la formación de los cálculos renales. Todos los animales del grupo formador de cálculos tenían signos anatomopatológicos de formación inicial de cálculos (calculosis intranefrónica difusa) que se asociaba de manera constante a una reducción de la excreción de proteínas urinarias de bajo peso molecular. La tinción con azul de Alcian confirmó la presencia de matriz en los acúmulos de cristales de CaOx intranefrónicos, lo que sugiere que las proteínas urinarias de bajo peso molecular son incorporadas selectivamente a la estructura cristalina de un cálculo en la fase inicial de su formación. La contribución de la matriz y de las proteínas urinarias a la formación de cálculos sigue siendo un área activa de investigación. Futuros intentos usando proteómica y biología molecular pueden ser determinantes para desentrañar su papel específico [54]. Teorías de la patogenia de los cálculos Lesión renal producida por cristales Se ha elaborado la hipótesis de que la retención de cristales se produce en el riñón como respuesta a la lesión tisular. La mayoría de las pruebas de esta teoría se ha obtenido mediante el uso de modelos animales y 295-313 Urol3 298 10/7/08 14:52 Página 298 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 de experimentos con cultivos tisulares [55]. La producción experimental de hiperoxaluria produce cristaluria y deposición de cristales de CaOx en el riñón [29]. La hiperoxaluria desencadena un aumento de la excreción urinaria de enzimas asociadas con la lesión de las células epiteliales renales, como la N-acetil-βglucosaminidasa, la γ-glutamil transpeptidasa y la fosfatasa alcalina [56]. Se cree que el oxalato produce lesión mediante la producción de especies de oxígeno reactivo (ROS) y subsiguiente peroxidación de lípidos [57]. Normalmente, de esos ROS se encargan las defensas antioxidantes endógenas del riñón; sin embargo, la producción excesiva puede superar este sistema y producir estrés oxidativo y lesión renal [58]. Además de la producción de ROS, se cree que el oxalato aumenta la expresión génica y la producción de varias macromoléculas urinarias, como fosfatidilserina, CD44, osteopontina e hialuronano, que pueden modular la adherencia de los cristales a las superficies de las células epiteliales renales [59-61]. Se han utilizado resultados de estudios de cultivos tisulares para obtener pruebas de la adherencia de los cristales a células epiteliales renales lesionadas, pero no a células sanas, del conducto colector medular interno (IMCD). Cuando se expusieron cultivos primarios de células del IMCD a cristales de CaOx, los cristales se adhirieron de manera preferente a células con uniones estrechas alteradas [62]. Un estudio posterior que utilizó células MDCK-1 lesionadas mecánicamente refirió conclusiones similares, porque se observó que los cristales de CaOx se adherían específicamente a las superficies de células lesionadas o en regeneración [63]. Nuevamente, se cree que esa adherencia está mediada por moléculas que se unen a cristales, que pueden ser afectadas por la lesión celular. Se cree que la adhesión y el depósito de cristales provocan inflamación intersticial renal con migración de macrófagos [57]. Estos macrófagos liberan factor de necrosis tumoral α (TFN-α), que produce un aumento de la expresión de varias metaloproteinasas de la matriz (MMP) [64]. Las MMP son las principales enzimas degradadoras de la matriz, y se ha observado que desempeñan un papel en la erosión de la placa ateroesclerótica [65]. Por tanto, se ha propuesto que estas MMP pueden interpretar un papel similar en la erosión o en la ulceración del depósito subepitelial en la superficie papilar renal, creando un nido para la formación de cálculos. A pesar del papel propuesto para el oxalato en la formación de los cálculos renales, se han realizado varias críticas a los modelos experimentales utilizados para proporcionar pruebas sobre la lesión renal producida por cristales. En el modelo más habitual, se administra a ratas etilenglicol (EG), un precursor del oxalato, para producir hiperoxaluria [61,66,67]. Los animales desarrollan cristaluria y deposición de CaOx, con lesión tubular renal. Las críticas a este modelo para el estudio de la nefrolitiasis por CaOx son que el consumo de EG puede producir lesiones en múltiples órganos y causar también acidosis metabólica [68,69]. Además, se ha demostrado que muchos otros metabolitos del EG lesionan el epitelio renal [70]. También se han cuestionado los modelos animales, porque se ha creado la lesión celular utilizando niveles suprafisiológicos (1003) de oxalato [71-73]. Holmes et al [74] estudiaron los cambios del oxalato plasmático y urinario después de una carga dietética de oxalato por vía oral en seres humanos. No refirieron pruebas de lesión renal aguda ni de estrés oxidativo después de una carga de oxalato de 8 mmol. Estudios de cultivos celulares han confirmado que el oxalato es tóxico para las células tubulares renales sólo en concentraciones suprafisiológicas [73]. También se ha criticado este modelo de estudio de la toxicidad del oxalato porque muchos de esos estudios de cultivos celulares se realizaron utilizando células del túbulo proximal renal, en vez de células del conducto colector [75-79]. Por último, y tal vez lo más importante, no ha habido estudios en seres humanos vivos formadores idiopáticos de cálculos de CaOx que hayan apoyado la teoría de la lesión renal producida por cristales. De hecho, la investigación reciente de Evan et al [4,27] de biopsias papilares humanas de formadores de cálculos de CaOx bien caracterizados no detectó ninguna evidencia de que los cálculos se formaran como resultado de la lesión epitelial tubular causada por toxicidad de oxalato. En el mejor de los casos, estos modelos representan hiperoxaluria grave, como la observada en la hiperoxaluria primaria; una afección no observada con frecuencia en los habituales formadores idiopáticos de cálculos de oxalato cálcico. Formación de partículas libres en la luz tubular La hipótesis de las partículas libres propone que la nucleación, seguida del crecimiento rápido de cristales se produce dentro de la luz tubular, provocando el atrapamiento de los cristales en el sitio del conducto colector papilar y formación de cálculos [25]. Finlayson y Reid [26] argumentaron en contra de esta hipótesis diciendo que no había tiempo suficiente para que se formara una masa de cristales que obstruyera la luz por el rápido flujo del ultrafiltrado a través del túbulo; sin embargo, algunas investigaciones recientes que utilizaban nuevos datos sobre las dimensiones de las nefronas, SS y ritmos de crecimiento de los cristales en la orina, y que incorporaban el efecto aumentador de tamaño de la aglomeración de cristales, han propuesto que durante el tiempo de tránsito normal a través del riñón pueden crearse partículas cristalinas que sean lo suficiente- 295-313 Urol3 10/7/08 14:52 Página 299 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 mente grandes para ser retenidas [24]. Robertson [80] comparó y contrastó tres modelos matemáticos usados para describir el flujo de orina a través del túbulo renal y la composición del líquido tubular a lo largo de la longitud de la nefrona. Los tres modelos coincidían en que, en condiciones normales, la probabilidad de que cristales individuales crezcan lo suficiente para ser atrapados en el tiempo medido de tránsito urinario de 3 a 4 minutos es muy pequeña. Por tanto, se concluyó que tenía que haber agregación de cristales o algún otro factor que retrasara el paso de los mismos. Robertson introdujo tres nuevos factores hidrodinámicos que pueden producir un retraso del paso de cristales: 1) el arrastre de líquido próximo a las paredes de los túbulos; 2) el efecto de arrastre de las paredes tubulares sobre las partículas que viajan próximas a las paredes de los túbulos, y 3) el efecto de la gravedad sobre las partículas que viajan por secciones del túbulo que drenan hacia arriba. Se ha interpretado que los datos obtenidos a partir de esos modelos matemáticos después de introducir estos nuevos factores hidrodinámicos demuestran que el modelo de las «partículas libres» de la formación de cálculos de calcio aún es posible. Fenómeno intravascular Low y Stoller [28] han introducido una nueva hipótesis sobre el suceso primario de la formación de la nefrolitiasis. Propusieron que los cálculos se forman como resultado de un fenómeno intravascular dentro de los vasos rectos, en la parte más interna de la papila renal. Se propone que la lesión y la posterior reparación de la vascularización papilar tiene como resultado una reacción de tipo ateroesclerótico con calcificación. La calcificación resultante podría acabar erosionando los conductos papilares renales de Bellini (BD), sirviendo de nido para la formación de cálculos. Además, se ha identificado colesterol libre y esterificado en los cálculos renales, y los autores del estudio lo esgrimen como prueba a favor de su teoría de la formación de cálculos. Esa teoría se basó en múltiples observaciones epidemiológicas, clínicas, fisiológicas y anatómicas; sin embargo, aunque fascinante, no ha sido confirmada en los estudios de Evans et al [27] en seres humanos vivos formadores de cálculos. De hecho, el tejido papilar humano obtenido de formadores idiopáticos de cálculos de oxalato cálcico, incluyendo los vasos rectos, son normales en las zonas en las que se está formando la placa de Randall. Inhibidores urinarios insuficientes o anómalos Se ha propuesto la presencia de una concentración de inhibidores urinarios menor de lo normal como un mecanismo para la patogenia de la enfermedad litiásica. Robertson et al [81] propusieron que la formación 299 de cálculos puede depender del equilibrio entre dos fuerzas opuestas: SS e inhibidores urinarios. Se considera que el citrato urinario es un inhibidor de la formación de cálculos, por unirse al calcio para reducir la SS e inhibir la nucleación y el crecimiento de cristales de calcio. El citrato se mide rutinariamente en la evaluación metabólica de los formadores de cálculos y, cuando está bajo, se considera que es un factor de riesgo para la formación de cálculos. Asplin et al [10,82] han investigado el papel de la inhibición de cristales en hombres y mujeres formadores de cálculos. Cuando se comparan con hombres normales, los formadores de cálculos presentaron reducción de la inhibición del crecimiento de monohidrato de oxalato cálcico (COM) y ULM reducido, en relación con la SS; sin embargo, no hubo diferencias en la inhibición de la agregación. La evaluación de las mujeres formadoras de cálculos demostró la reducción de los valores ULM de CaP y CaOx en relación con la SS, que es un defecto que podría fomentar los cálculos al facilitar la nucleación de los cristales. En contraste con los hombres formadores de cálculos, no hubo diferencia en la inhibición del crecimiento. Además de la cantidad de inhibidores urinarios presentes, los formadores de cálculos pueden tener defectos cualitativos de los inhibidores de cristales. Por ejemplo, se ha demostrado que la THP, un potente inhibidor de la agregación de COM, existe en una forma predominantemente autoagregada en los formadores de cálculos que reduce su eficacia como inhibidor de la agregación [83]. También se ha demostrado que el inhibidor nefrocalcina (NC) es anómalo en los formadores de cálculos de COM, ya que las moléculas de NC carecen de ácido γ-carboxiglutámico, y no inhiben normalmente la cristalización de COM [84-86]. Además de THP y NC, Suzuki et al [87] han demostrado la presencia de una forma aberrante del inhibidor bikunina en los hombres formadores de cálculos. Debido al número de inhibidores presentes en la orina, es difícil saber cuáles son los más importantes en los formadores de cálculos. Por tanto, las mediciones de los inhibidores urinarios o la sustitución de inhibidores distintos del citrato como tratamiento no forman parte del tratamiento rutinario de los pacientes con cálculos renales en la actualidad; sin embargo, sigue siendo un área de gran interés. Nanobacterias Las nanobacterias (NB) son bacterias atípicas, gamnegativas, filtrables, estériles, citotóxicas, detectadas en sangre bovina y humana, que han estado implicadas en distintos procesos patológicos, como la cardiopatía ateroesclerótica, la enfermedad periodontal y la nefropatía quística [88-94]. Recientes investigaciones han especulado que las NB pueden interpretar un 295-313 Urol3 300 10/7/08 14:52 Página 300 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 papel en la formación de cálculos renales, nucleando carbonato de apatita en sus superficies [95-98]. En un estudio in vitro, Ciftcioglu et al [88] demostraron la presencia de NB en 70 de los 72 cálculos renales analizados por microscopia electrónica de barrido y tinción inmunofluorescente. La presencia de estas NB fue independiente del tipo de cálculo; sin embargo, los cálculos de apatita dieron la mayor inmunopositividad. Otros estudios han mostrado la formación de cálculos cálcicos in vitro por NB, así como la formación de cálculos tras la inoculación de NB de riñones de rata [95,96]. Basándose en estos hallazgos, se ha planteado la teoría de que la colonización por NB puede lesionar las células epiteliales de los túbulos renales, produciendo biomineralización y la posterior formación de cálculos. A pesar de esos informes, el papel de las NB en la formación de cálculos está controvertido [99]. Cisar et al [100] demostraron que la biomineralización previamente atribuida a las NB puede ser iniciada por macromoléculas no vivas y transferida a «subcultivo» por apatita microcristalina autopropagadora. Chan et al [101] no pudieron detectar el antígeno NB por ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas en los 16 cálculos renales. Tampoco pudieron aislar ADN usando cebadores de reacción en cadena de la polimerasa para la secuencia publicada de 16S ARN de cultivos de suero bovino fetal positivo al ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas, y confirmaron así los resultados negativos de otros investigadores [102,103]. Por tanto, la contribución de las NB, si es que la hay, a la n u c l e a ción de la apatita y al crecimiento de los cristales sigue estando poco clara. Estasis Se ha propuesto la estasis de orina como un factor etiológico en la formación de cálculos renales en pacientes con anomalías anatómicas renales, como obstrucción de la unión ureteropélvica (UPU), divertículo calicial (CD), riñón en herradura, hidronefrosis y riñón medular en esponja [104,105]. Se cree que la anatomía renal distorsionada produce retención de los cristales causada por un lavado retrasado de los cristales y el riesgo de infecciones urinarias; sin embargo, se ha puesto en duda el papel de la estasis como único factor etiológico. Varios investigadores han demostrado que las anomalías anatómicas contribuyen de manera importante a la aparición de cálculos en esos pacientes [106-108]. Un estudio reciente de Matlaga et al [109] demostró que los perfiles de riesgo urinario de pacientes que tenían cálculos diverticulares eran similares a los de los formadores de cálculos de CaOx, lo cual sugiere una etiología metabólica de los cálculos diverticulares. Sin embargo, la SS de CaOx de orina aspirada directamente de los divertículos fue sig- nificativamente menor que la de las pelvis renales, lo que favorece el papel de la estasis urinaria en la patogenia de los cálculos diverticulares caliciales. Por tanto, puede ser que una combinación de anomalías metabólicas y estasis predisponga a los pacientes que presentan anomalías anatómicas renales a la formación de cálculos. Placa de Randall Hace más de 6 décadas, Alexander Randall realizó un estudio detallado de las papilas de más de 1.000 unidades renales cadavéricas no seleccionadas [110]. Observó depósitos de sales de calcio en la punta de la papila renal en el 19,6% de los individuos estudiados. Estos depósitos, a los que llamó placa, tenían una localización intersticial, estaban compuestos por CaP y no se observaban en la luz tubular. Randall propuso que estas zonas de placa serían un sitio ideal para que un crecimiento excesivo de CaOx produjera un cálculo. Desde las observaciones de Randall, publicadas en 1940, se han hecho pocos progresos para definir el papel de la placa en la patogenia de la nefrolitiasis, debido sobre todo a una falta de datos in vivo, pero tal vez también ayudado por el hecho de que Randall intentó ampliar su hipótesis para incluir a todos los formadores de cálculos. Sin embargo, Kuo et al [111] publicaron la seguridad de realizar biopsias corticales y de las papilas renales en el momento de la PNL en una serie de 19 formadores de cálculos. Datos posteriores derivados del tejido de formadores humanos vivos de cálculos bien caracterizados han demostrado un papel prominente de la placa de Randall en la patogenia de la enfermedad litiásica [4,112]. Hallazgos metabólicos y quirúrgicos patológicos en cuatro grupos distintos de formadores de cálculos han mostrado claramente que «la histología de la papila renal de un formador de cálculos es particular al contexto clínico» [2,4,5,27, 112]. Pruebas del papel de la placa de Randall en la patogenia de los cálculos renales Formadores idiopáticos de cálculos de CaOx La inmensa mayoría de los formadores de cálculos son formadores idiopáticos de cálculos de CaOx, lo que hace que este grupo sea fundamental para comprender la patogenia de la nefrolitiasis [4]. Los formadores idiopáticos de CaOx pueden ser definidos como los pacientes que forman cálculos de CaOx sin ninguna causa sistémica, aparte de la hipercalciuria familiar idiopática [113]. Cuando se exploraron con imágenes digitales de alta resolución, se observó que las papilas renales de todos esos pacientes tenían sitios de placa de Randall, que se manifestaban como lesiones blanquecinas, irregulares, localizadas generalmente en la 295-313 Urol3 10/7/08 14:52 Página 301 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 301 Fig. 2. Imágenes endoscópicas de la placa de Randall en formadores de cálculos de CaOx frente a controles. En (A), un ejemplo de una papila de un formador de cálculos de CaOx que muestra varios sitios de placa de Randall (flechas), que tienen el aspecto de zonas blancas irregulares debajo del urotelio. Además, se observó un sitio de placa que carecía de capa urotelial, y se cree que era un sitio al que había estado unido un cálculo al lado de la papila (punta de flecha). En contraste (B), la exploración endoscópica de una papila de un no formador de cálculos no muestra sitios definidos de placa de Randall; más bien se observó una estructura de aspecto nodular (flecha) al lado de la papila. (De Evan AP, Lingeman JE, Coe FL, et al. Randall’s plaque of patients with nephrolithiasis begins in basement membranes of thin loops of Henle. J Clin Invest 2003;111(5):607–16; con permiso.) (Esta figura se encuentra en color al final del libro) punta de la papila, tal como las describió Randall inicialmente (fig. 2A). Una cohorte de pacientes no formadores de cálculos sirvió de grupo control, y cuando se examinaron las superficies papilares de esos pacientes, se identificaron raros sitios de placa de Randall (fig. 2B). Se cartografiaron cuidadosamente las papilas renales de los formadores de cálculos y de los no formadores, con el objetivo de cuantificar la zona de la superficie papilar cubierta por la placa. La cobertura fraccional de la placa de los formadores de cálculos fue significativamente superior (7,6 frente al 0,5%) que la de los pacientes control (no formadores de cálculos) [113,114]. El posterior estudio histológico de Evan et al [4] usando una técnica de sustitución de metal de Yasue demostró que la placa estaba compuesta por sales de calcio (fig. 3A), y que se originaba en las membranas basales de las asas delgadas de Henle (fig. 3B). Esos depósitos estaban siempre localizados en el espacio intersticial medular interno y seguían las asas delgadas de Henle hasta la superficie basal de urotelio (v. fig. 3A). La imagen a gran aumento demostró que podían identificarse depósitos cristalinos de hasta 50 nm en la membrana basal de asas delgadas de Henle de aspecto, por lo demás, normal (fig. 3C) y se asociaban íntimamente con haces de colágeno de tipo I en el espacio intersticial de la punta de la papila (fig. 3D). Se identificó la composición mineral de los depósitos intersticiales como hidroxiapatita, basándose en la microespectroscopía infrarroja transformada de Fourier (FTIR) y en el análisis de difracción de electrones. No se detectó CaOx en ninguna de las muestras. Además de confirmar las observaciones iniciales de Randall, Evan et al demostraron que este proceso se estaba produciendo en tejido normal, sin signos de lesión celular, como inflamación o fibrosis, que fomentara el proceso. Más bien, la membrana basal y los grandes campos de colágeno de tipo I pueden ser una matriz ideal que atraiga calcio y fosfato, y la fisiopatología de la sedimentación de cristales en las asas delgadas de Henle puede estar íntimamente unida a la hipercalciuria del paciente. Para comprender mejor el papel de la placa de Randall en la formación de cálculos, Evan et al [3] caracterizaron las partículas de la placa de apatita en la médula interna de los riñones de los formadores de cálculos de CaOx, y estudiaron la relación de la apatita de la placa con la osteopontina. Los depósitos de hidroxiapatita oscilaron entre cristales únicos en las membranas basales de las asas delgadas de Henle, a densos acúmulos intersticiales que formaban un sincitio de islas de depósito mineral en un mar de material orgánico. La microscopia por transmisión de electrones (TEM) mostró que los depósitos únicos eran, generalmente, de forma esférica, de hasta 50 nm, y laminados con moléculas minerales y orgánicas en capas, una sobre otra (fig. 4A). Estudios inmunohistoquímicos confirmaron que había osteopontina en la capa orgánica, colocada sobre la superficie externa del cristal y de la capa molecular orgánica suprayacente, 295-313 Urol3 302 10/7/08 14:52 Página 302 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 Conducto de Bellini Fig. 3. Estudio histológico de la placa de Randall en formadores de cálculos de CaOx. (A) Imagen de microscopia óptica a bajo aumento de una muestra de biopsia papilar de un paciente CaOx; los sitios de depósito de calcio (flecha) fueron teñidos de negro por el método de sustitución de metal de Yasue para la histoquímica del calcio (aumento 3 100). (B) Estos sitios de depósito inicial de cristales (flechas) se originaron en la membrana basal de las asas delgadas de Henle (aumento 3 1.000). (C) La microscopia electrónica de transmisión (TEM) muestra depósitos cristalinos (flechas) de hasta 50 nm en la membrana basal de las asas delgadas de Henle, de aspecto por lo demás normal (aumento 3 15 600). (D) Se muestran numerosos depósitos (flecha verde) íntimamente asociados con haces de colágeno de tipo I en el espacio intersticial de la punta de la papila, en este formador de cálculos de CaOx (aumento 3 4.750). El recuadro muestra la relación de los pequeños sitios iniciales de formación de cristales en fibras individuales de colágeno a un mayor aumento (aumento 3 16.500). (De Evan AP, Lingeman JE, Coe FL, et al. Randall’s plaque of patients with nephrolithiasis begins in basement membranes of thin loops of Henle. J Clin Invest 2003;111(5):607–16; con permiso.) (Esta figura se encuentra en color al final del libro) lo cual sugería que la osteopontina está implicada en la biología de la placa (fig. 4B). Además de los datos anatomopatológicos, hay pruebas metabólicas y clínicas a favor de la teoría de la placa de Randall en la patogenia de los cálculos. Kuo et al [114] midieron la superficie papilar de la placa en una cohorte de formadores idiopáticos de cálculos de CaOx, y luego compararon esos datos con los datos metabólicos obtenidos de dos mediciones en orina de 24 horas de cada paciente. Se demostraron correlaciones independientes entre la superficie de la placa y el volumen urinario (inversa), pH urinario (inversa) y calcio urinario (directa) (fig. 5), apoyando la idea de que los depósitos intersticiales 295-313 Urol3 10/7/08 14:52 Página 303 303 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 1,0 0,1 10,0 Fracción cubierta por la placa, % 10,0 Fracción cubierta por la placa, % Fracción cubierta por la placa, % Fig. 4. Localización de la osteopontina en la placa intersticial. (A) TEM que caracteriza los sitios iniciales de depósito de cristal como simples esferas con una morfología interna multilaminada que consiste en una región central clara de material cristalino rodeada por una capa oscura de material de la matriz (aumento 3 70.000). (B) La localización microscópica inmunoelectrónica utilizando una marca de inmunooro (flechas) indica la localización de la osteopontina dentro de la placa intersticial. La marca de inmunooro se alinea con las regiones de la interfase de cristal orgánico, adaptándose a los contornos irregulares de las fases de apatita, lo cual sugiere que la osteopontina está implicada en la biología de la placa (aumento 3 35.000). (De Evan AP, Coe FL, Rittling SR, et al. Apatite plaque particles in inner medulla of kidneys of calcium oxalate stone formers: osteopontin localization. Kidney Int 2005;68(1):145–54; con permiso.) 1,0 0,1 0 1 2 3 200 300 400 5 Calcio urinario, mg/día Fracción cubierta por la placa, % Fracción cubierta por la placa, % 1,0 0,1 0 100 Diuresis, l/día 10,0 10,0 1,0 0,1 6 7 8 pH urinario 10,0 1,0 0,1 –1,0 ´–0,5 0,0 0,5 1,0 1,5 Índice volumen calcio –1,0 ´–0,5 0,0 0,5 1,0 1,5 Índice volumen calcio pH, l/día Fig. 5. La cobertura fraccional de la placa por papila varía inversamente con la diuresis (recuadro superior izquierdo) en los formadores de cálculos (círculos cerrados) y en los individuos de control no formadores de cálculos (círculos abiertos). La cobertura de la placa varía con la excreción urinaria de calcio (recuadro superior medio) y es inversa al pH urinario (recuadro superior derecho). Un índice de regresión compuesta multivariante usando la diuresis y la excreción de calcio (recuadro inferior izquierdo) y otro que incluye también el pH urinario (recuadro inferior derecho) se correlacionan íntimamente con la cobertura de la placa. (De Kuo RL, Lingeman JE, Evan AP, et al. Urine calcium and volume predict coverage of renal papilla by Randall’s plaque. Kidney Int 2003;64(6):2150–4; con permiso.) 295-313 Urol3 304 10/7/08 14:52 Página 304 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 de placa se producen por fuerzas que se reflejan en la excreción urinaria de calcio y en la diuresis. Además, el hallazgo de que la cobertura por la placa está inversamente relacionada con el pH urinario puede sugerir que un pH urinario bajo se asocia con un mayor aporte de bicarbonato a la médula profunda. Los datos clínicos también han apoyado el papel de la placa de Randall. Kim et al [115] realizaron cartografía endoscópica en un grupo de 13 formadores idiopáticos de cálculos de CaOx sometidos a PNL. A todos los pacientes se les había practicado anamnesis, con estricta documentación del número de episodios de cálculos sufridos. El estudio encontró que la superficie media de la placa se correlacionaba de manera significativa con el número de episodios de cálculos, incluso después de corregido por la duración de la enfermedad litiásica. Para apoyar la hipótesis de Randall de que los cálculos de CaOx comienzan como pequeños cálculos adheridos a las papilas renales en los sitios de la placa, Matlaga et al [116] investigaron la prevalencia de cálculos adheridos en formadores de cálculos de CaOx. Se estudiaron 24 riñones y 172 papilas renales en 23 pacientes. Se detectaron cálculos renales adheridos en el 50% de las papilas (fig. 6A), y había placa en el 91% de las papilas estudiadas. Tras la eliminación de un cálculo de oxalato cálcico en la punta de una papila renal, se observó una cantidad importante de placa en el sitio de unión (fig. 6B). El hallazgo de que la mitad de esos formadores de cálculos de CaOx eran portadores de cálculos renales adheridos favorece la hipótesis de que el cálculo adherido es un estadio inicial frecuente en la formación de los cálculos de CaOx. Formadores de cálculos de brushita Aproximadamente el 15% de los formadores de cálculos produce predominantemente cálculos de CaP, y alrededor de una cuarta parte de esos pacientes forma cálculos que contienen brushita (fosfato cálcico monohidratado). Parks et al [117] han observado un aumento de la prevalencia de cálculos de CaP, y Mandel et al [118] han observado un aumento de la prevalencia de la enfermedad litiásica por brushita. Para definir la anatomía patológica de los formadores de cálculos de brushita, Evan et al [5] sometieron a una serie de 10 pacientes a un análisis riguroso, idéntico al descrito previamente. Esta cohorte de formadores de cálculos era única, porque los pacientes tenían diuresis y excreción de calcio más elevadas y menor excreción de citrato, en comparación con los formadores idiopáticos de cálculos de CaOx. El estudio endoscópico de las papilas renales de los formadores de cálculos de brushita demostró tres tipos diferentes de depósitos. El primer patrón era sitios de placa de Randall, como los observados en pacientes con CaOx idiopático (fig. 7A). El segundo patrón era depósitos amarillos, grandes, que se proyectaban en el espacio urinario colector desde la apertura del BD (fig. 7B). El tercer patrón era depósitos suburoteliales amarillos a los lados de la punta papilar y, claramente, en las luces de los conductos colectores medulares internos (fig. 7C). Técnicas anatomopatológicas confirmaron los sitios de los depósitos intersticiales de cristales, así como IMCD y BD, que estaban ingurgitados con depósitos cristalinos (fig. 7D). Se observó que las papilas de los formadores de cálculos de brushita estaban cubiertas con depresiones o fosas, que se asociaban sobre todo con aperturas dilatadas de BD, pero que en ocasiones se encontraron a los lados de una papila. El estudio histológico de los conductos colectores Fig. 6. (A) Cálculo de oxalato de calcio en la punta de una papila renal que muestra un extenso depósito de placa. (B) La misma papila renal de (A) tras la eliminación del cálculo exponiendo la placa y los conductos colectores medulares internos. (Esta figura se encuentra en color al final del libro) 295-313 Urol3 10/7/08 14:53 Página 305 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 305 Fig. 7. Imágenes endoscópicas e histológicas que muestran tres patrones distintos de depósitos en formadores de cálculos de brushita. El primer patrón (A) consiste en zonas blancas irregulares de depósitos cristalinos –placas de Randall (flechas)– por debajo del urotelio, como las descritas en los formadores idiopáticos de cálculos de CaOx. Además, las papilas de los pacientes de brushita poseen sitios de depósito cristalino amarillento en la apertura del BD. (A,B,*) y en una localización suburotelial a los lados de la papila (C, flechas dobles). Obsérvese el aumento de tamaño de la apertura de un BD que está llena de material cristalino (*) que se aprecia como una depresión o «fosa» en la papila (A). Se observa una gran fosa (puntas de flecha) a lo largo del lado de la papila (A) y no parece estar asociada a un BD. Las imágenes de microscopia óptica a bajo aumento de una biopsia papilar de un formador de cálculos de brushita (D) confirman que esos sitios de depósito de cristales están compuestos de calcio, como lo indica el método de sustitución metálica de Yasue para la histoquímica del calcio, y que están localizados en el BD (flecha) y en el IMCD asociado (*). También se observa material positivo a Yasue (apatita) en el intersticio adyacente a las asas delgadas de Henle (flecha doble) (aumento 3 100). (De Evan AP, Lingeman JE, Coe FL, et al. Crystal-associated nephropathy in patients with brushite nephrolithiasis. Kidney Int 2005;67(2):576–91.) (Esta figura se encuentra en color al final del libro) medulares llenos de cristales mostró una extensa lesión celular rodeada de fibrosis intersticial (fig. 8A). Algunos túbulos ya no tenían células viables. Otros túbulos contenían células que ya estaban muertas, evidentemente, como lo había detectado el análisis TEM. La formación de un manguito de fibrosis alre- dedor de los conductos colectores aislados llenos de cristales se extendió alrededor de las asas delgadas de Henle y de los vasos rectos vecinos. También se detectaron los cambios intersticiales en las biopsias corticales, junto con glomeruloesclerosis avanzada, atrofia tubular y fibrosis intersticial (fig. 8B, C); sin 295-313 Urol3 306 10/7/08 14:53 Página 306 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 Fig. 8. Hallazgos histológicos en formadores de cálculos de brushita. (A) Imágenes de microscopia óptica de biopsias papilares que fueron descalcificadas con ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) 0,1 mol/l, muestran extensa lesión celular en varios IMCD (flechas sencillas) en los que se ha eliminado el mineral químicamente. Además, extensas zonas de fibrosis intersticial rodean los túbulos colectores lesionados (flechas dobles). En estos campos de fibrosis intersticial también se observan atrapados asas delgadas de Henle y vasos rectos (*). Junto a los conductos colectores lesionados se observó una célula gigante ocasional (puntas de flecha) (aumento 3 1.100). (B) Se compara una muestra cortical de un riñón humano normal con la de un formador de cálculos de brushita (aumento 3 1.000). (C) La biopsia cortical del paciente de brushita muestra glomeruloesclerosis avanzada, atrofia tubular moderada y fibrosis intersticial (aumento 3 1.000). (A) De Evan AP, Lingeman JE, Coe FL, et al. Crystal-associated nephropathy in patients with brushite nephrolithiasis. Kidney Int 2005;67(2):576–91, y (B y C) De Coe FL, Evan A, Worcester E. Kidney stone disease. J Clin Invest 2005;115(10):2598–608; con permiso.) (Esta figura se encuentra en color al final del libro) embargo, no se observaron signos de inflamación en ninguna de las muestras tisulares, confirmando que este proceso no es consecuencia de una calcificación distrófica. No se detectaron estos cambios en las biopsias corticales de pacientes con CaOx o derivación intestinal. Pacientes con derivación intestinal Se ha descrito que los pacientes sometidos a cirugía de derivación yeyunoileal (JIB) por motivos bariátricos forman cálculos renales de CaOx, probablemente como consecuencia de los trastornos metabólicos provocados por el procedimiento. Evan et al [4] realizaron, en una cohorte de pacientes que habían sido sometidos previamente a procedimientos de JIB, el mismo conjunto riguroso de estudios realizados a los formadores de cálculos idiopáticos de CaOx y de brushita. Las papilas renales de esos pacientes no mostraron signos endoscópicos de placa de Randall. En su lugar, pequeños depósitos nodulares parecían proyectarse del urotelio próximo a las aperturas de los BD (fig. 9A). El estudio histológico de las biopsias papilares mostró depósitos Yasue positivos sólo en las luces de unos pocos IMCD hasta la BD (fig. 9B). No se encontraron depósitos cristalinos en el intersticio o alrededor de las asas delgadas de Henle. Por microscopia óptica y TEM, se observó que los cristales estaban unidos a las superficies apicales de las células de los conductos colectores o llenaban por completo la luz tubular, conduciendo a lesión celular 295-313 Urol3 10/7/08 14:53 Página 307 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 307 Fig. 9. Imágenes endoscópicas e histológicas de la placa de Randall en pacientes con derivación intestinal. (A) Imagen endoscópica de una papila de un formador de cálculos con derivación intestinal que no demostró sitios diferenciados de placa de Randall; más bien se observaron varias estructuras de aspecto nodular (puntas de flecha) cerca de la apertura de los BD. (B) Imagen de microscopia óptica a pequeño aumento (3100) de una biopsia papilar de un paciente con derivación intestinal que muestra depósito de cristales sólo en las luces de unos pocos conductos colectores que llegan hasta el BD (*). Se observa un gran foco de material cristalino en un BD. No se observaron otros sitios de depósito. Se observaron conductos colectores dilatados (flechas) con material de cilindros y zonas de fibrosis alrededor de conductos colectores llenos de cristales. (De Evan AP, Lingeman JE, Coe FL, et al. Randall’s plaque of patients with nephrolithiasis begins in basement membranes of thin loops of Henle. J Clin Invest 2003;111(5):607–16; con permiso.) (Esta figura se encuentra en color al final del libro) extensa y a la muerte. De manera similar a los formadores idiopáticos de CaOx, se confirmó que los depósitos de cristales en micro FTIR y análisis de difracción de electrones eran de hidroxiapatita. No se detectó CaOx en ninguna de las biopsias papilares o corticales. En resumen, la anatomía patológica de los pacientes con JIB demuestra la ausencia de placa en las papilas renales y, en su lugar, túbulos con depósitos intraluminales de cristales. Estos hallazgos sugieren una patogenia de formación de cálculos distinta a la del formador idiopático de CaOx. Tal vez el hallazgo más destacable en este grupo de formadores de cálculos fue que los cristales de las biopsias tisulares eran de hidroxiapatita, un hallazgo inesperado, porque todos los pacientes eran hiperoxalúricos (oxalato urinario medio 106 mg/24 h) y formaban predominantemente cálculos de CaOx. Aunque el mecanismo por el que se inicia este proceso sigue sin aclararse, la obstrucción ductal puede producir lesión de las células del conducto colector medular, alterando así la regulación del pH y favoreciendo la retención de cristales de apatita [112]. Formadores de cálculos de cistina La enfermedad de los cálculos de cistina se produce como resultado de defectos genéticos de los transportadores de aminoácidos dibásicos que permiten la excreción excesiva de cistina [119]. Estos pacientes son muy difíciles de tratar, debido al rápido crecimiento del cálculo, y a menudo necesitan múltiples tratamientos quirúrgicos. Un reciente estudio de Evan et al [2] ha esbozado la anatomía quirúrgica y la patología microscópica de las papilas, la médula y la corteza renales en los formadores de cálculos de cistina. Para determinar los cambios tisulares específicos de este fenotipo formador de cálculos, se estudió a siete formadores de cálculos de cistina que iban a ser sometidos a nefrolitotomía percutánea, usando cartografía endoscópica digital y obtención de imágenes de las papilas renales, seguidas por biopsias papilares y corticales renales. Las papilas de esos pacientes mostraron muchas BD dilatadas, con tapones de cristales de cistina. Los tapones de cistina se proyectaban a menudo en el espacio urinario. El análisis tisular mostró signos de dilatación del IMCD y fibrosis intersticial a su alrededor (fig. 10A). Tanto en las asas de Henle como en los IMCD, las lesiones de las células epiteliales variaban de aplanamiento a necrosis completa 295-313 Urol3 308 10/7/08 14:53 Página 308 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 Fig. 10. Hallazgos histológicos en formadores de cálculos de cistina. (A) La tinición de Yasue para el calcio detectó pequeños depósitos cristalinos en las membranas basales de las asas delgadas de Henle (flecha única), un patrón idéntico a la placa intersticial llamada placa de Randall 1. Los cambios intersticiales adicionales incluyeron grados variables de fibrosis intersticial rodeando a los sitios de los depósitos cristalinos intratubulares (flechas dobles) en IMCD (*) (aumento 3 1.100). (B) Imagen de TEM que muestra lesión de las células epiteliales en el asa delgada de Henle, con necrosis franca que expone la membrana basal tubular (flecha doble), así como material cristalino mezclado con restos celulares dentro de la luz tubular (*). Obsérvese la presencia de depósitos cristalinos dentro de las membranas basales (punta de flecha) y en el espacio intersticial (aumento 3 6.000). (C) Fibrosis intersticial (flecha doble) que rodea sitios de depósitos intratubulares de cristal en las asas de Henle (*). El recuadro ampliado muestra pequeños depósitos (flechas sencillas) de placa intersticial (aumento 3 1.200). (De Evan AP, Coe FL, Lingeman JE, et al. Renal crystal deposits and histopathology in patients with cystine stones. Kidney Int 2006;69 (12):2227–35.) (Esta figura se encuentra en color al final del libro) 295-313 Urol3 10/7/08 14:53 Página 309 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 (fig. 10B). Muchos IMCD estaban dilatados, con tapones de cristales o sin ellos. Se identificaron cristales de apatita en las luces de las asas de Henle y de los IMCD (fig. 10C). Los tapones grandes de cristales en los BD eran siempre de cistina, mientras que en los IMCD y en el asa delgada de Henle los depósitos eran siempre de apatita. La cantidad de placa de Randall intersticial era equivalente a la encontrada en los no formadores de cálculos. Las biopsias corticales mostraron caducidad glomerular y fibrosis intersticial. Evan et al [2] teorizan que la cistina cristaliza en el BD, con el probable resultado de lesión celular, reacción intersticial y obstrucción de la nefrona. El hallazgo de tapones de cristales de cistina en la luz de BD no es sorprendente, ya que la extracción de agua es prácticamente completa y las concentraciones de cistina se parecen a las de la orina, que son lo suficientemente elevadas para producir cristalización y cálculos. Estos sucesos tienen la posibilidad de provocar cambios corticales y pérdida de la regulación del pH del líquido tubular de los IMCD, produciendo formación de apatita. El patrón de dilatación de los IMCD y de pérdida de estructuras medulares es más compatible con esa obstrucción, bien por los tapones de la luz de los BD, bien por la obstrucción del tracto urinario por los mismos cálculos. Resumen La patogenia de los cálculos renales no es un proceso sencillo y varía probablemente según el fenotipo del cálculo. A pesar de los grandes esfuerzos de investigación y de un considerable número de teorías, aún se desconoce la secuencia exacta de acontecimientos que llevan a la formación de cálculos renales; sin embargo, muchos grupos de investigación han hecho grandes progresos. Aunque se han utilizado modelos animales y estudios con cultivos celulares para investigar el proceso de formación de cálculos renales, la correlación de los hallazgos de esos estudios sólo puede aplicarse a una minoría de formadores de cálculos que presentan hiperoxaluria importante, como en la hiperoxaluria primaria. Datos recientes de biopsias papilares y de la corteza renal de seres humanos en formadores de cálculos no sólo han aportado pruebas del papel de la placa de Randall en la patogenia de la nefrolitiasis, sino que también han demostrado que la histología de la papila renal es particular al contexto clínico. Estos datos sugieren la presencia de fenotipos individuales formadores de cálculos, lo que significa que cada grupo de formadores de cálculos tiene una anatomía quirúrgica, una histología y un perfil metabólico únicos. Los autores creen que la placa de Randall es 309 el sitio de inicio de la subsiguiente formación de cálculos en los formadores idiopáticos de cálculos de CaOx, y que todos sus cálculos crecen en un sitio fijado a la placa. Los futuros estudios dirigidos a la caracterización del papel de las proteínas urinarias en la interfase de la placa y a promover o a inhibir la nucleación de los cristales serán esenciales para la comprensión de los mecanismos implicados en la formación de cálculos renales. Gracias a esos esfuerzos de investigación, se podrán elaborar nuevas estrategias para la prevención y el tratamiento de la nefropatía litiásica. 295-313 Urol3 10/7/08 310 Bibliografía 14:53 Página 310 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 295-313 Urol3 311 10/7/08 14:53 Página 311 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 295-313 Urol3 10/7/08 14:53 Página 312 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 312 295-313 Urol3 313 10/7/08 14:53 Página 313 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 295-313 Urol3 10/7/08 14:53 Página 314 Nicole L. Miller et al / Urol Clin N Am 34 (2007) 295-313 314 295-313 Urol3 10/7/08 14:53 Página 315