News criterios doctrinales y jurisprudenciales La cuestión que se plantea es si esta cesión irrevocable de los derechos de cobro que supone el confirming sin retorno determina el devengo del Impuesto, a pesar de que la obra no ha sido entregada. El hecho de que el proveedor, o quien efectúa las ejecuciones de obra, reciba un anticipo de la entidad financiera, anticipo irrevocable, supone una cesión de sus derechos de cobro a la misma, pero no implica que el momento de devengo se adelante en el tiempo. Comentario a consulta vinculante de la DGT de 31 de enero de 2014; V0252-14 IVA ■ Transmisión de edificaciones. Certificación final de obra. Cédula de habitabilidad Otorgada la certificación final de obra, la entrega de la correspondiente edificación tiene la consideración de primera a efectos del Impuesto, si bien la calificación como transmisión de vivienda requiere que estas dispongan de cédula de habitabilidad. A los efectos de calificar una entrega de edificaciones como primera o segunda o ulterior entrega a efectos de IVA, y aplicar, en su caso, la exención prevista en el artículo 20, apartado uno, número 22.º de la Ley 37/1992 del Impuesto, es requisito esencial que se trate de una edificación cuya construcción o rehabilitación esté terminada. Si el objeto de la entrega es una edificación en fase de construcción, no serán aplicables los conceptos de primera o segunda entrega a que se refiere dicho precepto ni, en su caso, la exención que en él se contempla, pues las entregas de edificaciones en construcción o no terminadas estarán sujetas y no exentas. En el caso de las viviendas, la cédula de habitabilidad es un trámite legal necesario para su utilización como tales, por lo que no se considerará terminada la vivienda que se entregase sin haber obtenido dicha cédula de habitabilidad. La Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación es la que determina cuándo se debe entender terminada una edificación, y entre los requisitos que figuran en su artículo 6 se recoge el de certificado final de obra suscrito por el director de obra y el director de la ejecución de la obra. El certificado final de obra tiene como finalidad confirmar que la edificación ha sido realizada por el director de la obra de conformidad con el proyecto respecto del cual se otorgó la correspondiente licencia de edificación y que la misma está en condiciones de ser utilizada para el destino previsto. Reiterada doctrina de la DGT considera que otorgada la certificación final de obra, la entrega de la correspondiente edificación tiene la consideración de primera a efectos del Impuesto. En consecuencia, la transmisión de edificaciones, una vez emitida la certificación final de obra, tendrá la consideración de primera entrega de edificaciones terminadas a los efectos de lo previsto en el artículo 20.Uno.22.º de la Ley 37/1992. Tratándose de viviendas, estas se entenderán aptas para su utilización como tales cuando dispongan en el momento de la entrega de la correspondiente CRITERIO FISCAL 25 84 MARZO 2014 Una publicación realizada por Deloitte, en colaboración con CISS cédula de habitabilidad o licencia de primera ocupación y, objetivamente considerado, sea susceptible de ser utilizada como tal. Por consiguiente, cumpliéndose ambos requisitos, la entrega de estas tributará por IVA al tipo reducido del 4%, si el devengo de dicha entrega tiene lugar con anterioridad al 31 de diciembre de 2012 o al 10%, si el devengo es posterior. Si en el momento de la entrega de las viviendas no se cuenta con la licencia de primera ocupación de las mismas, el tipo impositivo aplicable será el del 21%. Comentario a consulta vinculante de la DGT de 31 de enero de 2014; V0255-14 IVA Resolución del TEAC ■ Motivación de la culpabilidad. Imposibilidad de sancionar por el mero resultado Corresponde exclusivamente al órgano competente para sancionar, de acuerdo con las normas de atribución de las competencias a los órganos de Gestión o de la Inspección, motivar la imposición de la sanción, deber este que debe cumplirse en el acuerdo sancionador, sin que pueda suplirse posteriormente en vía revisora. Es preciso que el acuerdo sancionador motive de manera suficiente el elemento subjetivo o culpabilidad, dado que en el ámbito administrativo o tributario sancionador la conducta reprochada a un sujeto pasivo como constitutiva de infracción tributaria tipificada por la Ley, debe quedar soportada no por juicios de valor ni afirmaciones generalizadas, sino por datos de hecho suficientemente expresivos y detallados, con descripción individualizada, incluso de las operaciones que puedan entenderse acreedoras de sanción. Por esta razón, las sanciones tributarias no pueden ser el resultado, poco menos que obligado, de cualquier incumplimiento de las obligaciones tributarias a cargo de los contribuyentes. No basta, por ello, con que los órganos gestores de la Administración tributaria aleguen genéricamente las incorrecciones cometidas por el obligado tributario para que, sin más, resulte procedente la sanción; ya que es preciso que se especifiquen, además, los motivos o causas de esas incorrecciones a efectos de una posterior valoración de la conducta calificada de infractora. No puede fundarse la existencia de infracción tributaria en la mera referencia al resultado de la regularización practicada, como es la simple constatación de la falta de un ingreso de la deuda tributaria, o de la obtención de una devolución, entre otros, porque el mero resultado no constituye per se infracción tributaria, no siendo posible sancionar por la mera referencia al resultado, sin motivar específicamente de dónde se colige la existencia de culpabilidad. Respecto de los actos administrativos que imponen sanciones, el deber de motivar alcanza una dimensión constitucional, en la medida en que el derecho a la motivación de la resolución sancionadora es un derecho instrumental a través del cual se consigue la plena realización de las restantes garantías constitucionales que resultan aplicables en el procedimiento administrativo sancionador. 26 CRITERIO FISCAL