Las claves del descuento comercial

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Las claves del descuento
comercial
El descuento comercial es una operación clásica en la financiación de las empresas. Conocer
sus particularidades y técnicas de negociación puede ayudar a que el responsable financiero
optimice su gestión y contribuya mejor al logro de los objetivos de la compañía en la que
desarrolla su función
Arenas
, Mario Cantalapiedra
Economista
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Estrategia Financiera
Nº 233 • Noviembre 2006
[ www.estrategiafinanciera.es ]
n esta operación de financiación recordamos
cómo el banco adelanta el importe nominal
de un efecto comercial no vencido (letras de
cambio, pagarés o recibos, lo que en terminología
bancaria se conoce por papel), a cambio del cobro de
unos intereses y comisiones. Se puede decir que el
origen de la banca está precisamente en el descuento
comercial, puesto que se encuentra ligado a lo más
íntimo de la financiación de una empresa: sus ventas.
Es una operación que facilita la posibilidad de vender
a plazos con un documento que permite a las entidades bancarias anticipar el cobro a las empresas,
siendo muy utilizada por pequeñas y medianas compañías de todos los sectores de la actividad.
Instrumentos Financieros
mos con ella; sin embargo, no debemos olvidar
que el descuento resulta una operación rentable
para los bancos, por lo que es probable que nos
aprueben las operaciones fuera de línea si el papel presentado es de calidad (en los descuentos
aislados se estudiará con detalle las características de los efectos remesados tales como la calidad del pagador, el tipo de efecto, el plazo que
resta hasta su vencimiento, etcétera).
E
•
De campaña. Para atender las necesidades que
surjan en momentos puntuales de un ejercicio.
Por ejemplo, una empresa encuadrada en el sector de la vendimia que necesite recurrir al descuento en épocas de recolección, al tener mayores necesidades de efectivo con el fin de hacer
frente a sus pagos, podrá solicitar a su banco una
línea de descuento circunscrita a ese período.
•
Especiales. Líneas para un determinado tipo de
efectos, como por ejemplo para un pagador en
concreto.
¿EN QUÉ CONSISTE LA LÍNEA DE DESCUENTO?
El banco nos concederá una “línea de descuento o
clasificación” la cual, en principio, viene a representar el
límite máximo (importe nominal acumulado) de efectos
descontados pendientes de vencimiento que podremos
mantener en dicha entidad. Si, por ejemplo, esta línea es
de 10.000 euros, podremos tener descontados a la vez
una letra de 6.000 euros y otra de 3.800 euros, pendientes ambas de vencer, pero no podremos descontar
otra letra de 1.000 euros hasta que no llegue el vencimiento de alguna de los anteriores, ya que sobrepasaríamos el límite concedido. La operación se recogerá en
un documento llamado póliza de negociación de documentos mercantiles, intervenido por un fedatario público (notario o corredor de comercio), en el que se establecerá el límite de descuento concedido. En principio,
el plazo de la póliza de negociación de documentos
mercantiles será indefinido, a pesar de que sus condiciones (intereses y comisiones) se renegocien con cierta
frecuencia. Es práctica habitual de los bancos, además
de conceder una clasificación global para el riesgo máximo que pueden asumir, fijar un límite particular por
cliente, de tal modo que, por ejemplo, ninguno de ellos
supere el 20% del riesgo total de la línea. Con esta política, pretenden evitar la acumulación de riesgo en un
único pagador. Si contamos con clientes de probada
solvencia que afronten sin problemas sus compromisos de pago, lo que se conoce por papel cualificado,
será más fácil convencer al banco para superar este límite individual.
DOCUMENTOS QUE PODREMOS DESCONTAR
Letras de cambio. Son los principales documentos descontables, funcionando su descuento del siguiente modo: libramos (emitimos) la letra a nuestro
cliente por el importe de la factura pendiente de pago
y reflejando el vencimiento pactado; el cliente, normalmente, la acepta y nos la devuelve para que podamos descontarla mediante su endoso a la entidad
bancaria.
La aceptación de la letra, que “obliga” a nuestro
cliente a pagarla a su vencimiento, es voluntaria, pero
los bancos la contemplarán de forma positiva pudiendo cobrar una comisión específica por el descuento de letras no aceptadas. Si trabajamos en un
sector donde no sea habitual la aceptación de letras,
convendrá comunicárselo al banco para tratar de evitar ser penalizados con el cobro de dicha comisión.
Ficha Técnica
AUTOR: Cantalapiedra
TIPOS DE LÍNEAS DE DESCUENTO
•
Rotativas. Podemos ir descontando efectos a medida que venzan los ya descontados, y mientras
no se supere un límite concedido por el banco,
siendo el caso más habitual.
•
Aisladas. Se utilizan para una única remesa de
efectos. Podemos recurrir a ellas cuando los límites de nuestras líneas corrientes estén colapsados y necesitemos seguir recurriendo al descuento para financiarnos. La autorización de las
operaciones aisladas dependerá del perfil de la
entidad bancaria y de la relación que mantenga-
Arenas, Mario
claves del descuento comercial
FUENTE: Estrategia Financiera, nº 233. Noviembre 2006
LOCALIZADOR: 97 / 2006
RESUMEN: El descuento comercial está fuertemente ligado a las ventas de la
empresa. Mediante el empleo de esta operación los bancos facilitan la posibilidad de vender a plazos mediante un documento que permite a las entidades
bancarias anticipar el cobro a las empresas.
En este artículo se explica las características propias de este tipo de operaciones, así como los pasos a seguir, costes, ventajas y desventajas.
DESCRIPTORES: Instrumentos financieros, estrategia de financiación, descuento comercial, efectos comerciales, líneas de descuento, intereses, comisiones, tasa anual equivalente, pagarés, letras de cambio, recibos negociables,
gestión de costes.
TÍTULO: Las
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De igual modo, interesará que el pago de la letra
esté domiciliado en una entidad de crédito. Para ello,
es muy importante que nuestro cliente cumplimente
correctamente el Código Cuenta Cliente (CCC) del
banco pagador (el conjunto de 20 dígitos que identifican el domicilio de una cuenta bancaria). El banco
también podrá cargarnos una comisión por falta de
domiciliación de la letra. Es importante tener en
cuenta que las letras aceptadas y domiciliadas son las
que menos riesgo de impago presentan.
El descuento es una operación
rentable para los bancos, así que es
probable que aprueben las
operaciones fuera de línea si el papel
presentado es de calidad
Pagarés. En este caso, serán los propios clientes
de nuestra empresa los que emitan, firmen y nos
envíen los pagarés como pago aplazado de sus
compras. Si el pagaré es nominativo o extendido a
la orden, su descuento funciona igual que el de la
letra de cambio, debiendo acompañarse de los correspondientes timbres para gozar de fuerza ejecutiva, es decir, una mayor facilidad judicial para recuperar el dinero en caso de que llegado el vencimiento del pagaré se produzca su impago. El banco,
cuando descontemos estos pagarés, calculará el importe correspondiente a los timbres y los cargará
en nuestra cuenta, detallándolos en la liquidación
de la remesa que recibamos.
Si recibimos como pago de nuestras ventas pagarés que incluyan, en su anverso, la cláusula no a
la orden, costumbre cada vez más extendida en
nuestra economía, hemos de saber que éstos no son
endosables, es decir, no podemos cederlos a un tercero para que los cobre. En principio, si no podemos endosarlos tampoco podríamos llevarlos a descontar al banco, aunque, como veremos a continuación, esto tiene sus matices. El cliente firmante
del pagaré, al incluir esta cláusula, logra que, en el
supuesto de no afrontar su pago una vez llegado el
vencimiento, la entidad bancaria donde lo descontamos no pueda actuar contra él, y sólo pueda exigir el pago a nuestra empresa. Es decir, en los pagarés no a la orden la responsabilidad ejecutiva del
firmante del pagaré no existe para con el banco,
mientras que si el pagaré fuese emitido a la orden,
el banco podría reclamar el pago tanto a nuestra
empresa que lo lleva al descuento como al deudor
firmante del documento de pago. En la práctica, las
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entidades bancarias descuentan pagarés no a la orden, considerando la operación como una cesión
ordinaria de crédito y exigiendo unos requisitos adicionales, como que estén emitidos en la misma
plaza de pago, o que cumplimentemos en su reverso una cláusula de cesión por la que la entidad
bancaria pueda exigirnos el pago si incumple el
cliente firmante. El texto de dicha cláusula se asemejará al siguiente:
“Cedido este pagaré y el crédito incorporado al
mismo, mediante cesión ordinaria, al Banco
…………….., respondiendo el cedente de la solvencia del
deudor”.
A pesar de todo, estos pagarés tienen la ventaja
de no estar sujetos al pago de timbres.
Recibos negociables. También podremos descontar
los recibos que emitamos a nuestros clientes con un
formato similar al de la letra de cambio (recibos normalizados) para que nos los devuelvan firmados tras cumplimentar un domicilio bancario de pago. Al igual que
ocurría con los pagares, si se expiden a la orden su descuento no difiere del de la letra de cambio, estando sometidos al pago de los timbres correspondientes.
Certificaciones de obra. Si nuestra empresa trabaja como suministrador o ejecutor de obras para una
Administración Pública, podremos descontar las llamadas certificaciones de obras. Estos documentos consisten en liquidaciones parciales y provisionales realizadas
por la Administración a favor de la empresa, en función
de la continuación de las obras contratadas. El banco
calculará el descuento como si de una letra de cambio
se tratara calculando intereses hasta la fecha de pago
acordada por el organismo público. Para descontarlas
deberemos endosarlas firmándolas en su reverso.
COSTES DE LA OPERACIÓN Y SU NEGOCIACIÓN
Interés aplicado. En la liquidación recibida del
banco nos calcularán los intereses por el plazo que medie entre la fecha valor del abono del nominal, es decir el
momento desde el cual podremos disponer del dinero,
hasta el vencimiento de cada uno de los efectos que hayamos descontado. Cuando el vencimiento de un efecto
coincida con un día de carácter festivo, la liquidación de
intereses se calculará hasta la fecha de pago, es decir, el
primer día hábil siguiente. Los bancos fijan un mínimo
de días para el descuento, que dependerá de cada entidad, aunque, por lo general, oscilará entre quince y
veinte días, de tal modo que si descontamos efectos que
tengan un vencimiento inferior a dicho mínimo, nos
aplicarán el mismo a la hora de liquidar la operación. El
tipo de interés podrá ser único para cualquier plazo del
papel que llevemos al banco (descuento a forfait), o variar según el plazo al que descontemos (descuento por
tramos), correspondiendo a un mayor plazo un mayor
tipo (por ejemplo, podremos tener los tramos siguientes:
hasta 30 días; de 31 a 60 días; de 61 a 90 días; de 91 a
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120 días y más de 120 días). Lo habitual, en un caso y
otro, es que se vincule a la evolución del Euribor trimestral, al que se aplicará un diferencial o margen, aunque
no siempre la vinculación se pactará de forma expresa,
siendo más una práctica bancaria. Así, por ejemplo, el
banco nos cobrará un tipo de interés aplicado al descuento hasta 90 días de Euribor a tres meses más 1,5
puntos.
En la negociación del interés, nuestra labor será la
de estar atento a las bajadas del índice de referencia,
con el fin de informar al banco de las mismas y conseguir una rebaja del tipo aplicado. Además podemos exigir la entrega por escrito de los tipos aplicados en los
distintos plazos del descuento y los criterios seguidos
para su revisión (periodicidad, vinculación a índice, etcétera). En el caso de trabajar con más de una entidad,
podemos seguir la estrategia de comunicar a cada una
de ellas las bajadas de tipos aplicadas por sus competidores, de tal modo que, en su afán de no perder cuota
de negocio, lleguen a mejorar las condiciones a las que
nos descuentan. No obstante, no es ésta una política
de la que convenga abusar en exceso, puesto que los
bancos no siempre bajarán tipos ante bajadas de sus
competidores ni la empresa deber dar la impresión de
“subastar” las remesas entre los distintos bancos que
nos financian.
Comisión de estudio. El banco suele cobrar por
este concepto, a la apertura de la línea de descuento,
un porcentaje sobre el límite o clasificación, con un
mínimo tarifado. Todas las comisiones de estudio deben estar publicadas en el Banco de España, pudiendo
variar su cuantía para cada banco y cada cliente de
forma significativa.
Corretaje de la póliza de negociación. El coste
del fedatario público lo soportaremos a la apertura
de la línea, y consistirá en un porcentaje sobre el límite, con un mínimo. Por término medio está en el
0,3% y debido a que estas pólizas suelen ser, prácticamente en todos los bancos, indefinidas, resultan
baratas al pagarse una sola vez.
Comisión bancaria. Podrá ser fija por efecto o
consistir en un porcentaje sobre el valor nominal, con
un mínimo. Cuando es fija, lo más habitual, oscila entre 60 y 90 céntimos de euro por efecto, mientras que
si es variable se cobrarán porcentajes similares a los
siguientes: el 0,3% del nominal para efectos domiciliados y aceptados, el 0,4% para los domiciliados
sin aceptar y el 0,7% para los no domiciliados y no
aceptados.
Deberemos negociar que la comisión aplicada
para los efectos de valor nominal pequeño consista
en un porcentaje, mientras que para los de importes
elevados sea fija.
Correo. El coste del correo corresponde a la repercusión que el banco hace de sus propios costes
externos, bien por la notificación de la xerocopia (copia fotográfica) de anuncio del efecto o bien por la
propia presentación. Lo normal es que nos cobren 29
céntimos de euro por efecto que llevemos al
descuento.
Gastos de devolución. Sólo aparecen en el caso
de que se produzca un impago, situación en la cual el
banco cargará en nuestra cuenta el importe nominal
del efecto devuelto más una comisión variable con
un mínimo, además de otros gastos que haya sufrido
en la gestión del impagado. Los gastos de devolución
máximos se declaran en el Banco de España, como
salvaguarda de los intereses de los clientes. Cada
banco anuncia su propia comisión que suele rondar
entre el 4% y el 6% del nominal, hablando en términos de precios estándares. Para clientes con mucho
descuento de papel comercial, existen precios preferenciales más bajos que pueden variar entre el 0,5% y
el 2%, e incluso consistir en una cuantía fija por
efecto devuelto.
Siempre que nuestro índice de devoluciones a lo
largo de un período significativo (por ejemplo, un
año) sea reducido, tendremos un argumento más
para negociar con el banco una mejora en las condiciones generales del descuento.
VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL DESCUENTO
Ventajas
•
Financiación flexible. Es la principal ventaja que
ofrece el descuento comercial frente a otras
fuentes de financiación alternativas. Podemos obtener recursos a través del descuento a medida
que los vayamos necesitando, siempre que contemos con papel comercial descontable y línea de
clasificación sin ocupar en la entidad bancaria. En
principio, si nuestra empresa vende más, tendremos mayores posibilidades de recurrir al descuento como financiación, puesto que generaremos un mayor volumen de efectos. En cambio,
otros productos financieros, por ejemplo, un préstamo bancario, exigen que se determine desde un
primer momento los fondos que vamos a
utilizar.
Timbre. El coste del impuesto de actos jurídicos documentados que marca la Ley en los efectos que lo devengan. Recordemos que los efectos emitidos no a la
orden no están sujetos a este impuesto.
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•
Es una financiación rápida. Una vez abierta la línea de descuento, podemos obtener los fondos
de una manera rápida en cuanto llevemos al
banco los efectos que deseamos descontar. En
este sentido, deberemos solicitar a la entidad
bancaria que a ser posible nos abonen las remesas el mismo día de su presentación.
Deberemos negociar que la comisión
de valor nominal pequeño sea un
porcentaje, mientras que para
importes elevados sea fija
•
La póliza no caduca. Debido a que el plazo de la
póliza de negociación de documentos mercantiles
suele ser indefinido, contamos con un instrumento
de financiación del que, una vez contratado, podemos disponer siempre que lo necesitemos.
Inconvenientes
•
Podemos incurrir en una sobrefinanciación.
Frente a otras fórmulas de financiación alternativas, en el descuento es más difícil ajustar los recursos financieros a las necesidades si los importes de
los efectos en cartera son elevados. Si, por ejemplo,
necesitamos cubrir pagos por 10.000 euros y sólo
contamos con una letra de 25.000 euros en cartera
para financiarnos, tendremos que recurrir al descuento por un importe mayor al necesitado.
•
Puede resultar una financiación cara. Una vez
que se agregan todos los costes de la operación
(intereses y comisiones), podemos encontrarnos
con un coste efectivo elevado.
•
Necesita de nuestro control permanente. Quizás no sea un inconveniente propiamente dicho,
pero el descuento exige un seguimiento continuo
de los efectos recibidos y su situación (fecha de
entrada, cliente, vencimiento, tipo de efecto, número de factura, fecha de descuento y entidad),
así como del riesgo que se acumula con cada entidad bancaria.
INTERPRETACIÓN DE LA TAE BANCARIA
En las liquidaciones de esta operación financiera
que nos hace llegar la entidad bancaria aparecerá
expresada la TAE, tasa anual equivalente, la cual deberemos considerar únicamente como una aproxi-
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mación al coste real de la operación, ya que, según
el criterio del Banco de España sobre el que debe
calcularse dicha tasa, recogido en su Circular
8/1990, de 7 de septiembre, en el cálculo de la TAE
bancaria que figurará en las liquidaciones del descuento comercial:
•
No se incluirán los efectos con vencimiento inferior a quince días contados desde la fecha valor
del abono.
•
No se incluirán los timbres (pagados “a metálico”
por el banco y adeudados a la empresa en la factura de liquidación, como ya se ha comentado
anteriormente), ni los gastos de correo.
•
Sólo se tendrá en cuenta el importe de las comisiones que exceda de los mínimos tarifados para
cada efecto.
En cualquier caso, puesto que estas restricciones
afectan de igual modo a todas las entidades de crédito
con las que trabajemos, lo que si podremos es comparar
sus liquidaciones de forma homogénea a través de las
TAE reflejadas, y ver cuál es más barata, siempre, claro
está, que operemos con más de un entidad.
EL FUTURO DE LA OPERACIÓN
La creación de productos sustitutivos que complementan la idea inicial de esta operación ampliando
sus ventajas, fundamentalmente el confirming y el
factoring, parece indicar una pérdida relativa de la
importancia que tiene el descuento como fuente de
financiación empresarial.
En el caso del confirming, el resultado es similar
al del descuento comercial, pero la emisión la hace
una entidad bancaria, por lo que la empresa tiene un
importante ahorro en los timbres, reduciéndose además sus costes de personal al ser los propios bancos
los emisores de los documentos.
Con respecto al factoring, éste permite evitar el
tiempo que transcurre entre la entrega de las mercancías y la emisión del efecto por parte del pagador
mediante el descuento de la propia factura, por lo que
la financiación es más inmediata, si bien tiende a ser
también algo más cara.
No obstante, podemos concluir que, hoy por hoy,
el descuento comercial sigue teniendo un protagonismo fundamental en la financiación empresarial,
sobre todo en lo que al ámbito de pequeñas y medianas empresas se refiere.
REFERENCIAS
•
Cantalapiedra Arenas, M. (2004): Cómo gestionar
la relación de su empresa con los bancos. FC Editorial.
•
Cantalapiedra Arenas, M. (2005): Manual de gestión financiera para PYMES. Cie Dossat 2000. 9
Nº 233 • Noviembre 2006
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