La Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos

Anuncio
Hacia un Control Democrático de las Actividades de Inteligencia: Estándares Legales y Métodos de Supervisión
La Comisión Bicameral de Fiscalización
de los Organismos y Actividades de
Inteligencia (Argentina)
El 27 de Noviembre de 2001 se sanciona la Ley 25.520 de Inteligencia Nacional, que define
taxativamente la estructura del Sistema de Inteligencia Nacional (en adelante SIN) y crea un
moderno mecanismo de control institucional del mismo, donde estipula las pautas y herramientas de fiscalización parlamentaria por medio de la Comisión Bicameral de Fiscalización
de los Organismos y Actividades de Inteligencia (en adelante CBI).
La misión de la CBI es fiscalizar que el funcionamiento del SIN se ajuste estrictamente a las
normas constitucionales, legales y reglamentarias vigentes, verificando la estricta observancia y respeto de las garantías individuales consagradas en la Constitución Nacional.
La Comisión está compuesta por 14 miembros, 7 Senadores y 7 Diputados, los que a su vez
se estructuran en Sub-Comisiones de trabajo, cuyo objetivo central es el cumplimiento de la
supervisión de las áreas que define la Ley.
A pesar de que la ley fue sancionada en 2001, y debido fundamentalmente al período de
emergencia y crisis institucional que vivió la República en ese año, la CBI se ha conformado
de hecho en 2004, y desde entonces ha seguido un camino de fortalecimiento institucional
que continúa hasta la fecha.
Fue entonces cuando mis pares me eligieron como Presidente de la CBI, otorgándome en
ese acto la enorme responsabilidad de construir una institución fundamental para el ejercicio pleno de la democracia, y con ese espíritu, sumados al apoyo y voluntad del resto de lo
miembros, es que encaramos la tarea.
Hoy, después de 18 meses de trabajo en silencio, puedo decir que me encuentro satisfecho
por el camino recorrido. Hemos conseguido poner en funcionamiento una institución desde
sus bases, pues hace un año y medio ni espacio físico para su funcionamiento teníamos. Hoy
contamos con él, con un presupuesto propio que asegure la absoluta independencia, y con
un equipo profesional especializado. No sólo eso, sino que también hemos avanzado en el
fortalecimiento institucional de la CBI mediante la realización de misiones parlamentarias a
Alemania, Italia, España, Suiza y los Estados Unidos, donde nos entrevistamos con nuestros
pares y acordamos principios de cooperación técnica mutua.
Finalmente, y con el mismo objetivo de crecimiento institucional, decidimos establecer una
relación seria y prudente con la sociedad civil, plenamente concientes de las limitaciones
que la propia materia requiere. Estamos convencidos de que esta relación es fundamental
para toda acción destinada a la transparencia de la función pública y de la actividad política. Por eso, inauguramos en 2005 un ciclo de desayunos-debates temáticos abiertos a los
que concurren asiduamente todos aquellos interesados en la materia y elaboramos una
página web con toda la información de carácter público que genera la CBI de modo que
pueda ser de acceso para cualquier ciudadano.
Y en esta dirección pretendemos seguir avanzando, en silencio y basados en acciones concretas como el apoyo institucional a la publicación y difusión de este libro, que cubre un
vacío literario importante en la lengua castellana sobre esta materia. Esta iniciativa surgió
gracias a un acuerdo con el DCAF llevado a cabo luego de una visita institucional realizada
a Suiza a comienzos de este año.
Sabemos que los requerimientos de la seguridad nacional y la protección del Estado se
encuentran, por su naturaleza, en tensión con los conceptos de derechos y libertades civiles
5•
Hacia un Control Democrático de las Actividades de Inteligencia: Estándares Legales y Métodos de Supervisión
que el mismo Estado debe garantizar para sus ciudadanos. El problema, que el presente libro
expone de manera excelente, radica en que si la inteligencia doméstica no tuviera ningún
poder, sería muy difícil proteger al Estado, pero si tuviera demasiado poder, podría ser en
detrimento de los derechos de los ciudadanos. Los servicios de seguridad pueden tender a
poner lo que ellos consideran como el interés por la seguridad nacional por encima de los
intereses individuales. El Parlamento posee la vital tarea de supervisar el correcto ejercicio
de las actividades de inteligencia y defender los derechos universales de los ciudadanos
frente a los poderes especiales que poseen los servicios de inteligencia. La historia argentina, ha estado marcada por regímenes militares que han hecho mal uso de los servicios de
inteligencia y seguridad. El parlamento, en su función de control, posee la tarea de asegurarle a la ciudadanía que las actividades de seguridad e inteligencia se corresponden con la
ley y en ninguna medida se encuentran destinadas al avasallamiento de sus derechos civiles, sociales y políticos.
Parte de un esfuerzo de fortalecimiento institucional implica la construcción de vínculos con
otros organismos que se encuentren trabajando en pos de un mismo objetivo con la intención de sumar esfuerzos y aprender de las prácticas de nuestros pares. En este sentido, la
CBI viene llevando adelante una tarea de cooperación internacional y construcción de lazos
con otros órganos de control de inteligencia del mundo y centros de estudios dedicados a
la materia. El libro que hemos tenido el honor de traducir se enmarca dentro de este esquema y supone un esfuerzo de elevar la discusión sobre la supervisión de las actividades de
inteligencia a un plano internacional con el objetivo de debatir y aprender sobre mejores
prácticas para la supervisión de inteligencia.
La CBI está realizando un trabajo pionero e inédito no solo en la historia del país si no en
la de América Latina. Se ha avanzado mucho. Y queda mucho todavía por hacer. La decisión
política del Gobierno Argentino de jerarquizar a la CBI brindándole poder de actuación efectivo es un respaldo que no solo nos permite estar orgullosos de todo lo hecho, sino ser muy
optimistas sobre todo lo que hará la Comisión en el futuro. Un futuro con desafíos a la seguridad cada vez más importantes que demandarán una mayor eficiencia en las actividades de
inteligencia, y las consecuentes capacidades de control y fiscalización para que ellas se desarrollen completamente en el marco de la legalidad democrática. Después de todo, alguien
alguna vez definió que la esencia de la democracia moderna consistía, primero, en brindarle al Gobierno el poder suficiente para hacer su trabajo, para luego, brindarle a los ciudadanos el poder suficiente para controlarlo, y así prevenir que fuera usado en su contra.
Senador Mario D. Daniele
Presidente de la Comisión Bicameral de Fiscalización
de los Organismos y Actividades de Inteligencia
•6
Descargar