Signo de Battle - Revista de Neurología

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Neuroimagen
Signo de Battle
Miguel Gelabert-González, Eduardo Arán-Echabe
a
b
c
d
Figura. Tomografía computarizada, ventana de hueso (a y b) y de parénquima (c), que muestra la fractura longitudinal del peñasco (flechas) y las
contusiones lobares. Imagen del hematoma retroauricular o signo de Battle (d).
Servicio de Neurocirugía. Hospital
Clínico Universitario de Santiago
de Compostela. Departamento de
Cirugía. Universidad de Santiago
de Compostela. Santiago de
Compostela, A Coruña, España.
Correspondencia:
Dr. Miguel Gelabert González.
Servicio de Neurocirugía.
Hospital Clínico Universitario.
A Choupana, s/n. E-15706 Santiago
de Compostela (A Coruña).
E-mail:
[email protected]
Aceptado tras revisión externa:
13.06.13.
Cómo citar este artículo:
Gelabert-González M, Arán-Echabe E.
Signo de Battle. Rev Neurol 2013;
57: 282.
© 2013 Revista de Neurología
282
El signo de Battle fue descrito por el cirujano británico William Henry Battle a
finales del siglo xix como un signo indicativo de algunas fracturas de la base
craneal [1,2]. Con frecuencia, los facultativos olvidamos algunos signos clínicos clásicos que siguen teniendo vigencia a pesar del desarrollo tecnológico de nuestras especialidades, sobre
todo en el campo del diagnóstico neurorradiológico. En una breve imagen
clínica publicada recientemente, Watanabe y Kida [3] recuerdan la importancia de tener presentes estos signos.
Caso clínico. Mujer de 45 años con antecedentes de hipotiroidismo e ingesta abusiva de alcohol que sufre una
caída casual y se golpea en la cabeza,
con pérdida de conocimiento inferior
a un minuto. Al recuperarse, está moderadamente agitada, por lo que es
conducida a su hospital de referencia.
Ingresa en nuestro centro unas seis
horas después del traumatismo, encontrándose consciente y moderadamente agitada. En la exploración se
encontraba desorientada en tiempo y
espacio, con hipoacusia izquierda y sin
ninguna otra alteración neurológica.
Presentaba, asimismo, otorragia y hematoma retroauricular izquierdos.
El estudio con tomografía computarizada mostró una fractura lineal del
peñasco izquierdo (Figura, a y b) y contusión hemorrágica de los lóbulos
temporal izquierdo y frontal derecho
(Figura, c). La paciente fue tratada de
forma conservadora y dada de alta a
los nueve días del traumatismo.
Discusión. Battle describió el primer
caso en un varón de 41 años que, tras
una caída, presentó una herida en la
región parietal izquierda (‘he was admitted into hospital unconscious, bleeding freely from the ears and nose. On
the fourth day, there was a echymosis
behind the left ear, from which flowed
clear water fluid’). En un magnífico
trabajo, describió el hematoma mastoideo y su relación con fracturas de la
base craneal, y realizó un estudio anatómico de la región retroauricular.
Analizó una serie de 17 autopsias y observó que la equimosis aparece en un
intervalo de 3-14 días tras el traumatismo (Figura, d). Para buscar el origen
del sangrado, inyectó en la musculatura occipital de cadáveres un colorante (agua con azul de Berlín y glicerina)
y observó que se extendía a los tejidos
vecinos desde planos más profundos
hacia los superficiales, y que, posiblemente, el latido de la arteria auricular
posterior ayudaría al desplazamiento
de la sangre entre los planos tisulares
[1]. La facilidad de difusión de la sangre entre los planos permite que la equimosis pueda observarse también en
otras fracturas cercanas, sobre todo del
occipital [4].
Bibliografía
1.
Battle WH. Lectures on some points relating
to injuries to the head. Lancet 1890; 1: 57-63.
2. Tubbs RS, Shoja MM, Loukas M, Oakes WJ,
Cohen-Gadol A. William Henry Battle and
Battle’s sign: mastoid ecchymosis as an
indicator of basilar skull fracture. J Neurosurg
2010; 112: 186-8.
3. Watanabe K, Kida W. Battle’s sign. N Engl
J Med 2012; 367: 1135.
4. Gelabert M, Prieto A, Allut AG. Acute bilateral
extradural haematoma of the posterior
fossa. Br J Neurosurg 1997; 11: 573-5.
www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (6): 282
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