Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005. Bóvedas de madera Luis de Villanueva Domínguez Las bóvedas y cúpulas de carpintería de madera fueron frecuentes en España, a partir del siglo XVII, como un sistema para abaratar las bóvedas tradicionales de fábrica de piedra o de ladrillo. Parece que la primera cúpula construida de esta forma fue la de la capilla del Colegio Imperial, hoy iglesia de San Isidro, en Madrid, construida entre 1622 a 1685 (Bonet Correa 1984). La bibliografía sobre bóvedas encamonadas es muy escasa. Sólo se ha encontrado la referencia de Fray Lorenzo de San Nicolás (1639 [1989]) en sus conocidos y muy utilizados libros de arquitectura, escritos a partir de 1639. En el presente trabajo, esta falta de datos se compensa con la investigación directa sobre la bóveda encamonada de la iglesia parroquial de Torija (Guadalajara) (Villanueva 2002). Con ambas fuentes se hace una descripción del sistema constructivo. También se analiza el sistema constructivo de los camones, probable origen de estas bóvedas. En paralelo con lo anterior y para completar la tipología sobre bóvedas y cúpulas de madera, se analiza otro sistema constructivo desarrollado a partir de los trabajos de Philibert de L’Orme (1561) que escribió varios libros sobre la construcción de bóvedas y cúpulas con pequeñas piezas de madera. Este método fue utilizado en Europa y también en América, donde existe el notable ejemplo de la iglesia de la Compañía de Jesús de Córdoba (Argentina) (Pollastri 2002; Page 2002), que se construyó por el hermano Lemaire, y que también se incluye en el trabajo. Las bóvedas y cúpulas de carpintería de madera fueron frecuentes en España, a partir del siglo XVII, como un sistema para abaratar las bóvedas tradicionales de fábrica de piedra o de ladrillo. Como después se indica parece que la primera cúpula construida de esta forma fue la de la capilla del Colegio Imperial, de la Compañía de Jesús hoy iglesia de San Isidro, en Madrid, iglesia comenzada en 1622 y terminada en 1685 (Bonet Correa 1984). Se han consultado muchos tratados de arquitectura y de construcción desde el renacimiento hasta nuestros días con pocos resultados. El tema de las bóvedas encamonadas parece como algo conocido por todos los autores, que se da por sabido y no merece la pena describir o detallar con dibujos. Hay también quizá un cierto reconocimiento, más o menos encubierto, de la pobreza material del sistema, que trata de imitar una sillería de piedra, que ya no se puede construir, como un siglo antes en El Escorial. Un cierto reparo en exhibir la decadencia económica del XVII, manifestada constructivamente en soluciones en que se imita y sustituye la piedra por modestos materiales. Es el caso de los revocos que encubren fábricas de tierra o de ladrillo, o el caso de las bóvedas que nos ocupa. Sin embargo aparecen dos caminos, dos modos de hacer, dos procedimientos para construir bóvedas de carpintería, que aunque sea resumidamente, se va a tratar de exponer, dada la ya comentada falta de bibliografía sobre el tema. En primer lugar se estudian las bóvedas encamonadas de tradición española, para 1104 L. de Villanueva a continuación analizar las bóvedas y cúpulas construidas con pequeñas piezas de madera, realizadas a partir de los escritos de Philibert de L’Orme. BÓVEDAS Y CÚPULAS ENCAMONADAS Textos de Fray Lorenzo de San Nicolás Este procedimiento que podríamos llamar español, está descrito por Fray Lorenzo de San Nicolás en sus conocidos y muy utilizados libros de arquitectura, escritos a partir de 1639. Según cuenta en el capítulo cincuenta y uno de su segundo libro, la primera cúpula realizada por este sistema fue la iglesia del Colegio Imperial de Madrid (colegio de los jesuitas, cuya iglesia pasó a ser después catedral, y hoy iglesia de san Isidro), construida por el Padre Francisco Bautista de la Compañía de Jesús. Textualmente dice: «en su gran fabrica de su Iglesia, que por los malos materiales de esta Corte, fue necesario echarla de madera. Yo hize la segunda en mi Convento de Agustinos Descalzos, en esta Villa de Madrid, en la capilla del Desamparo de Christo; la tercera hize en Talauera en la Hermita de Nuestra Señora del Prado, con el resto de su capilla mayor; y la quarta que traçé, se executó en Salamanca» (San Nicolás 1663 [1989]). Como se puede observar, toda una información de primera mano sobre las bóvedas encamonadas, en la segunda mitad del XVII. En el capítulo cincuenta y dos de su primer libro, al tratar de los cañones seguidos ,entre los diferentes modos de realizar una bóveda rebajada, se indica textualmente: «Demas de lo dicho se puede ofrecer en algun salon hazer alguna bobeda rebaxada, y esta vnas vezes se haze encamonada , haciendo camones de madera, que son vnos pedaços de viguetas, ò tablones, y fixanse en el asiento de la bobeda, y rematan en un tercio de su lado, y de vnos a otros se tabican, y queda la bobeda con menos peso; y por el exemplo precedente lo entendeàs mejor, aunque no es la misma traça. Supongo, que en el hueco .A.B. quieres hazer la bobeda rebaxada A.C.B. y que es su suelo de madera. M.N. claua en el suelo de parte a parte dos ristreles con buenos clauos, en el lugar que demuestra .S.T. despues a cada madero echas las çancas, ò tornapuntas .P.Q.L.V. y desde el asiento de la bobeda .A.B. vete tabicando de sencillo hasta los ristreles, y lo que ay de vno a otro ristrel entre made- ro y madero, passaràs el tabicado de bobeda, y lo demas del suelo bien entomiçado, jaharraràs según queda dicho en el cap. 50. Y quedarà como el deseño lo demuestra» (San Nicolás 1639 [1989]). Como se advierte, hasta aquí se describe un sistema de bóveda tabicada, construida con la ayuda de una estructura de madera clavada a un supuesto suelo también de madera y con tornapuntas que enlazan la base de asiento con el techo. Hay una lámina, que ayuda a comprender esta explicación (fig. 1). Figura 1 Dibujo del tratado de Fray Lorenzo de S.Nicolás, para facilitar la descripción del trazado de una bóveda rebajada Después de indicar que ha hecho una bóveda similar de 40 pies de largo por 18 de ancho, pasa a describir la forma de construir una bóveda encamonada de diseño similar, diciendo escuetamente: «Si fuera encamonada, sentaràs los camones en el lugar que están las çancas, o tornapuntas, con la parte de buelta que les toca» (San Nicolás 1639 [1989]). Una vez más se da por sabido el sistema constructivo de las bóvedas encamonadas y no se desciende a un detalle que parece superfluo. En el mismo libro y poco después, también aparece una sección longitudinal de un templo, en la que las bóvedas por su poco espesor, pueden ser encamonadas. En su segundo libro, o mejor en la segunda parte de su tratado, en su capítulo cincuenta y uno, se describe minuciosamente con ayuda de una lámina primorosamente dibujada (fig. 2), la construcción de una cúpula encamonada. El sistema constructivo se detalla con la seguridad y maestría de quien ha realizado muchas, tratando de ayudar al arquitecto y constructor con los detalles prácticos más significativos. La lámina ha sido muy reproducida, por el inte- Bóvedas de madera rés que entraña de ser la única representación gráfica de este sistema. 1105 recubierto con yeso. Así lo indica cuando dice: «el gruesso de paredes, y cornisa, y todo lo que es de madera, se ha de encubrir con yesso, y chapado de ladrillo en seco, sin que la cal pueda llegar a la madera, porque no la pudra» (San Nicolás 1663 [1989]). Sigue dando por muy conocido el procedimiento y tampoco detalla la forma de forrar con pasta o mortero la armazón de madera. El chapado de ladrillo en seco, para evitar que la cal llegue a la madera, puede suponerse que se trata de alguna parte del revestimiento exterior, chapado en ladrillo y revocado con cal, mientras que el yeso se sitúa en el guarnecido interior. Pero no está suficientemente claro. Los camones como posible origen de la bóveda encamonada Figura 2 Lámina tomada de la segunda parte del tratado de Fray Lorenzo de San Nicolás, mostrando la construcción de una cúpula encamonada No se insiste en la descripción de Fray Lorenzo ya que la cúpula presenta una complejidad estructural superior a la de una simple bóveda, y se deja al interesado en estos temas que analice directamente el texto. De los datos de Fray Lorenzo se desprende que el sistema encamonado consiste en realizar una especie de armazón de madera, que resulta ser como un negativo del tinglado de camones necesario para el cimbrado de una estructura de piedra, de tal modo que el tablazón de madera queda al exterior para ser Para ilustrar el supuesto, antes indicado, de la posible influencia de los camones de madera en todo este sistema de bóvedas encamonadas, se acompañan unas láminas mostrando dibujos de camones tomados de apuntes relativamente recientes de las Escuelas Técnica Superior de Arquitectura y Universitaria de Arquitectura Técnica de la Universidad Politécnica de Madrid (Cámara) (Avendaño). En ellos se recoge la tradición constructiva de estos apeos de madera ajustados a una directriz curva para sustentar un arco o una bóveda de fábrica de piedra o de ladrillo, durante su construcción (figs. 3 y 4). A mi juicio, la habilidad del carpintero para ajustarse con camones a la forma de la bóveda es el origen de las bóvedas encamonadas, que no hacen sino invertir la forma constructiva (pasar de un negativo a un positivo) y utilizar como definitiva lo que hasta entonces sólo era una construcción provisional. Por otra parte, la utilización de guarnecidos de yeso sobre los camones era una práctica habitual cuando el trazado de la bóveda se complicaba. A este respecto citamos textualmente los apuntes de construcción de Aparici-Soriano del curso 1885–86 de la Escuela de Arquitectura de Madrid : «Cuando hay que hacer trazados, se hace un guarnecido de yeso sobre los listones y se indican sobre él las lineas necesarias» (Aparici-Soriano 1885). 1106 L. de Villanueva Figura 3 Lámina tomada de los apuntes de Antonio Cámara sobre la construcción en madera, mostrando cimbras y camones La bóveda encamonada de la iglesia parroquial de Torija (Guadalajara) Figura 4 Lámina tomada de los apuntes de construcción de Ramiro Avendaño mostrando apeos, galápagos y camones Para compensar la falta de datos bibliográficos sobre bóvedas encamonadas y como aportación personal al tema se recoge a continuación los datos obtenidos en la bóveda de la iglesia parroquial de Torija (Guadalajara) con motivo de un informe que realicé sobre un desprendimiento parcial de una bóveda de este tipo (Villanueva 2002). La iglesia de Torija no está muy referenciada en la bibliografía general sobre arquitectura religiosa de España. Así no figura en los tratados más comunes como Lamperez, Street, Schubert, Quadrado, Chueca... Sin embargo se han encontrado noticias de la misma en guías especializadas de monumentos en España y en Castilla-La Mancha. Así en Tesoros artísticos de España textualmente se dice: «La Iglesia Parroquial, que fue levantada en el primer tercio del siglo XVI, ofrece un interior gótico de pilares y bó- Bóvedas de madera vedas de crucería, con la excepción del arco de la capilla mayor que se halla recubierto de decoración plateresca» (Selecciones 1972). Y en la Guía de Castilla-La Mancha se dice «A ella (se refiere a la plaza) da el ábside de la iglesia. Esta es renacentista del siglo XVI y restaurada en el XVIII, de tres naves en las que destaca el arco triunfal, tallado en piedra con decoración plateresca, grutescos y vegetal. Son también interesantes los escudos policromados que decoran los muros del crucero y los enterramientos de los primeros condes de Coruña y vizcondes de Torija (de la familia de los Mendoza) en el presbiterio. En el costado norte del templo la capilla fundada por don Bernardino Mendoza, de principios del XVII. A poniente, la torre de planta cuadrada» (Castilla-La Mancha 1990). Por las visitas efectuadas al lugar se estima que la cabecera de la iglesia, sin duda su mayor valor artístico, es de trazado gótico final, con bóvedas de crucería en piedra, y está separada de la nave mayor por un arco plateresco tallado en piedra, que se ajustan muy bien a las descripciones anteriores y a la fecha indicada de principios del XVI. Sin embargo las cubiertas del resto de las naves no tienen nada de góticas. Su intradós tiene una decoración renacentista o del primer barroco, marcando fajas e impostas. La nave mayor está dotada de una bóveda de cañón muy rebajada, con lunetos, correspondientes a los huecos altos de sus ventanas, y arcos fajones separando los tramos. En total tiene cuatro tramos. El primero desde los pies está cubierto por un coro, luego hay dos iguales y el último junto a la cabecera tiene un extraño trazado de bóveda para acoplarse al arco triunfal plateresco antes descrito. Desde la naves se observa que la bóveda tiene un diseño muy forzado, para ajustarse a elementos preexistentes y muy bien puede corresponder con la modificación realizada en el XVIII, que recoge las notas anteriormente aportadas. Se acompaña un croquis en planta (fig. 5) con la disposición general de la iglesia. Visitando el camaranchón existente entre las bóvedas de la nave mayor y la cubierta, se aprecia que dichas bóvedas son encamonadas, sistema constructivo en madera y yeso que se utilizó bastante en España, a partir del XVII. Todo el conjunto de las bóvedas está colgado de dobles vigas de madera dispuestas regularmente a lo largo de la nave, coincidiendo con los fajones de separación de tramos y con sus puntos intermedios. Parece que dichas vigas, en realidad son 1107 Figura 5 Esquema en planta de la iglesia de Torija, indicando la zona afectada por el desprendimiento los dobles tirantes de una desaparecida artesa de madera, que podía haber constituido la cubierta primitiva de la nave mayor, en el XVI. La combinación de cabecera gótica y nave con artesa es frecuente en dicho período. Por algún problema o deterioro, la artesa sería sustituida en el XVIII. El aprovechamiento de los tirantes como vigas superiores del encamonado, explica la falta de altura de la bóveda. Las bóvedas de carpintería son una solución para abaratar los costes de la sillería, del mismo modo que las bóvedas tabicadas. En particular, las bóvedas encamonadas, como las de esta nave mayor, constituyen una ingeniosa aportación de los carpinteros para la resolución económica de uno de los más importantes problemas constructivos de la época, como era la cubrición de los templos. La bóveda encamonada de la nave mayor está construida sobre cuatro órdenes sucesivos de elementos sustentantes, como se describe a continuación. Se adjunta un croquis en planta y sección de esta bóveda encamonada, en los tramos segundo y tercero, que corresponde a la zona afectada por el desprendimiento, para facilitar la descripción de su solución constructiva (fig. 6). Un primer orden lo constituyen las dobles vigas de madera, que atraviesan la nave de lado a lado, apoyándose en los muros laterales a través de durmientes de madera. Sobre estas vigas se apoya transversalmente un segundo orden sustentante, formado por 1108 L. de Villanueva Figura 7 Vista de la bóveda encamonada de la iglesia de Torija (Guadalajara) desde en intradós. Se pueden apreciar la dobles correa central, apoyadas sobre las vigas y recibiendo los camones con ayuda de cogotes, así como la tablazón, clavada sobre los camones Figura 6 Croquis en planta y sección de los tramos centrales, segundo y tercero, de la bóveda encamonada de la nave mayor de la iglesia parroquial de Torija (Guadalajara) la pasta de yeso del guarnecido. Las tablas van entomizadas con cordeles para mejorar la adherencia del yeso. Sobre el encamonado así construido y desde el intradós se guarnece la bóveda con pasta de yeso grueso. Del mismo modo se hacen los abultados de impostas, nervaduras y molduras, que en algunos puntos alcanzan espesores de unos 15 a 20 cm. También hay motivos ornamentales, como florones, adheridos por el intradós. Durante la primera visita efectuada, se tomaron muestras de trozos desprendidos correspondientes a seis correas longitudinales, en el sentido de la nave. En el centro hay dos correas juntas y a cada lado otras dos separadas de modo equidistante (fig. 7). De las correas cuelga un tercer orden, formado por costillas o camones de madera aplantillada con la forma de la bóveda en su cara inferior. Las costillas tienen dirección transversal con respecto a la nave. Van colgadas de las correas a través de unos cogotes de madera, que se apoyan en las correas mediante un sencillo empalme por muesca, asegurado con clavos. Las costillas van clavadas a los cogotes. Por último, el cuarto orden lo conforma una serie de tablas clavadas desde abajo sobre las costillas o camones, antes descritos. Las tablas están separadas unas de otras, dejando unas ranuras para facilitar la penetración de Figura 8 Vista de la bóveda encamonada de la iglesia de Torija (Guadalajara) desde el intradós. Se puede apreciar la formación de un luneto Bóvedas de madera las molduras y los florones. Analizados cualitativamente en laboratorio resulta que las molduras son de un mortero de yeso, cal y arena, mientras que los florones son de pasta de yeso y cal. La bóveda de la nave mayor tiene lunetos en la zona de los huecos, realizados también con costillas de madera colgadas de las correas (fig. 8). Las claves de cada dos lunetos enfrentados se unen entre sí con otra tabla, cuya posición coincide justo debajo de la separación entre tirantes. Estas tablas se apoyan sólo en las claves de los lunetos y no están colgadas de las correas, seguramente por el pequeño espacio disponible para situar cogotes. 1109 continuación se reproducen unas cuantas láminas (figs. 9 a 13) significativas del tratado de L’Orme, en las que pueden apreciarse las características constructivas de su sistema para realizar en madera bóvedas y cúpulas BÓVEDAS Y CÚPULAS DE MADERA POR EL SISTEMA DE PHILIBERT DE L’ORME El francés Philibert de L’Orme desde 1561 escribió varios libros sobre nuevas invenciones para construir bien y barato, utilizando pequeñas piezas de madera hábilmente ensambladas, en la construcción de bóvedas y cúpulas. Las piezas quedan ocultas por tablas que se guarnecen exteriormente con yeso. En esto son muy similares a las encamonadas. Pero las piezas de madera ensambladas constituyen unas costillas, trabajando fundamentalmente a compresión, dispuestas en dos direcciones transversales, en el sentido de los fajones y de sus perpendiculares, en el caso de cañones y en el sentido de paralelos y meridianos, en el caso de cúpulas. Se podría decir que es una traducción en madera de formas de sillería de piedra. A Figura 10 Lámina de Ph. de L’Orme, mostrando su sistema para una bóveda de cañón sobre la que apoya la cubierta Figura 9 Lámina de Ph. de L’Orme con su sistema para construir bóvedas de madera Figura 11 Lámina de Ph. de L’Orme, con su sistema para una bóveda rebajada 1110 L. de Villanueva Figura 12 Lámina de Ph. de L’Orme para una bóveda de cañón terminada en rincón de claustro. En planta y sección Figura 13 Lámina de Ph. de L’Orme mostrando su sistema para una cúpula Las bóvedas y cúpula de la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina) El método constructivo de L’Orme fue utilizado en Europa y también en América, donde existe el notable ejemplo de la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina) (Pollastri 2002), que se construyó entre 1650 y 1674. Una vez levantados los muros había gran dificultad para cubrir la nave de más de diez metros de ancho, debido a la falta de materiales en la zona. No había canteros para tallar la piedra, ni se disponía de ladrillos en la región. Sólo se disponía de madera de cedro traída por vía fluvial desde las vecinas misiones del Paraguay. Eran troncos muy fuerte de unos 5 o 6 metros, que resultaban de corto tamaño, para hacer un techo plano. La llegada a Córdoba del hermano Phillipe Lemaire, jesuita belga que había trabajado en astilleros en Inglaterra, Portugal y Brasil, imprimió a las obras un nuevo carácter. Conocía el tratado de Ph. de L’Orme, que lo hizo traer de Francia. Con ayuda del libro y de sus anteriores experiencias ideó el sistema constructivo de la bóveda de la nave y de la cúpula sobre el crucero (Page 2002). Se acompañan dos grabados de esta construcción en los que puede apreciarse el sistema. (Pollastri 2002). La fecha del arranque de las bóvedas se sitúa en 1667, conocemos su autoría por una nota necrológica sobre el hermano Lamaire escrita en las Cartas Aunas de 1671, se manifiesta categóricamente que «fue Bóvedas de madera 1111 quien construyó el techo, bóveda y media naranja de esta iglesia de la Compañía» (Page 2002). La bóveda (fig. 14), que salva una luz de 10,75 m, está conformada por una sucesión de arcos perpiaños, a modo de cuadernas de un navío, a poca distancia uno de otro, formados por tablas de segmento de arco que unidas constituyen el medio punto. Otras tablas de menor sección colocadas transversalmente a dichos arcos los atraviesan y unen con empalmes mediante clavijas, dando consistencia al conjunto y permitiendo el cierre total del intradós con tablas ligeras que dan la forma definitiva al cañón. La cúpula (fig. 15), con un diámetro de 10,30 m, se realizó con un sistema parecido. Sobre cuatro arcos torales de medio punto, se apoyó una base poligonal de madera de la que arrancan treinta nervaturas según los meridianos que van hasta un circulo central superior. Perpendicularmente e ellos y atándolos discurren ocho paralelos, que traban el conjunto. Toda la armazón de la bóveda y de la cúpula está mecánicamente sujeta y equilibrada con tres mil clavijas de madera, menos las lajas de tabla de cedro, que están clavados a los listones con clavos de hierro forjado Figura 14 Lámina mostrando el sistema constructivo de la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina) Figura 15 Lámina mostrando el sistema constructivo de la bóveda de la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina) 1112 L. de Villanueva En el mismo conjunto jesuítico y próximo a la iglesia existe la capilla doméstica, denominada así por ser de uso reservado a la comunidad, que también cuenta con una bóveda de las mismas características, aunque de menor dimensión (Kronfuss 1999). Su fecha de construcción es inmediatamente anterior a la de la iglesia y muchos suponen que al tratarse de una bóveda de menores dimensiones supuso un ensayo para la construcción de esta. CONCLUSIÓN Los dos sistemas de construir bóvedas con madera estudiados, aunque implican una experimentada técnica de carpintería, son tanto conceptualmente como en su realización muy diferentes. En el caso de las bóvedas y cúpulas encamonadas, se trata claramente de carpintería de armar, que va a ser recubierta con yeso. Es una trasposición en madera de las bóvedas tabicadas de ladrillo, que también exigían un guarnecido posterior de yeso con la correspondiente decoración exterior. Probablemente también necesitarían una cimbra para la construcción de las bóvedas de ladrillo, a no ser que la pericia del albañil y el empleo de juntas de yeso, de fraguado rápido, permitiera tabicar al aire. En todo caso las roscas de ladrillo empleadas en los arcos formeros o torales si debían necesitar cimbras. Se trata por tanto de utilizar una técnica conocida de carpintería de armar, empleada en cimbras provisionales, para invirtiendo el orden realizar una especie de negativo permanente que se reviste de yeso, con un procedimiento similar al empleado en las bóvedas de ladrillo. El sistema de L’Orme, es una carpintería estructural pero terminada con el esmero de una carpintería de taller, ya que va a quedar directamente vista, con sólo una decoración pintada. Los arcos fajones, que organizan las bóvedas, se conforman a partir de piezas pequeñas y de secciones reducidas y se engatillan con las correas trabándose entre sí por medio de enlaces muy elaborados. De modo similar ocurre con los meridianos y paralelos de las cúpulas. En resumen, un sistema ingenioso de carpintería con la ventaja de salvar importantes luces mediante el empleo de secciones pequeñas de madera. Ambos procedimientos constructivos analizados tienen en común la particularidad de utilizar un material como la madera en un empleo característico de la piedra, como son las bóvedas y cúpulas. La necesidad de recurrir a materiales más baratos, cuando se fue encareciendo la cantería y los recurso económicos disminuían obligó en España a sustituir la piedra, primero por ladrillo y después por madera en estas construcciones, tan características de las iglesias barrocas. El sistema de L’Orme también sustituye la cantería por carpintería en la construcción de bóvedas y cúpulas, buscando su economía y su menor peso. Tiene además en interés, ya comentado, de utilizas piezas pequeñas. En el caso analizado de la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba, fue hábilmente empleado para resolver un grave problema de falta de otros materiales, que hizo posible contar con un remate abovedado en línea con las realizaciones habituales en su época, a pesar de la lejanía de su situación geográfica. Cabe, por último, señalar el importante papel de las construcciones jesuíticas en los dos sistemas estudiados. En efecto, tanto en el la iglesia del Colegio Imperial de Madrid, citada por Fray Lorenzo como la primera cubrición encamonada que se realizó, como en la iglesia de la universidad de Córdoba, interesantísima aplicación por el Hermano Lemaire del sistema de L’Orme, los jesuitas utilizan sistemas constructivos pioneros en su tiempo, para resolver con dignidad los problemas planteados por la carencia o carestía de la piedra en los abovedamientos y cúpulas de las iglesias barrocas. LISTA DE REFERENCIAS Aparici-Soriano. 1885. Apuntes de Construcción, tomados en clase por A. Albiñana y Chicote. Curso 1885–86. Manuscrito existente en la E.T.S.A.M., en el legajo ApariciSoriano Avendaño Paisan, R. s. f. Apuntes de Construcción II. Escuela de Arq. Técnica. Universidad Politécnica de Madrid. Bonet Correa, Antonio. 1984. Iglesias madrileñas del siglo XVII. 31 y ss. Madrid: C.S.I.C., Inst. Diego Velazquez. Cámara, A. s. f. Apuntes de Construcción III: Primera parte. Construcción en madera. Madrid: E.T.S.Arquitectura de Madrid. Castilla-La Mancha. 1990. Guía de Castilla-La Mancha. Toledo: Servicio de publicaciones de la Junta de Comunidades. Kronfuss, J. 1998 Iglesia de los jesuitas de Córdoba. Ed. Nuevo Siglo. Bóvedas de madera L’Orme, F. de. 1561. Nouvvelles inventions povr bien bastir et a petits fraiz, trovvees n’agueres. Paris. Page, Carlos. 2002. El camino de las Estancias. Comisión del Proyecto. Las Estancias Jesuíticas de Córdoba y la Manzana de la Compañía de Jesús. 3ª ed. Córdoba. Pollastri, M. S. 2002 Análisis y estudio de cúpulas en la arquitectura americana del territorio colonial y sus implicancias en el Río de la Plata. Trabajo académico inédito para el Seminario Proyecto Fomec sobre Historia de las Técnicas Edificatorias en Arquitectura, dirigido por el prof. L. de Villanueva. Rosario 1113 San Nicolás, Fr. Laurencio. 1639 [1989]. Arte y uso de Achitectura. Ed. Facs. Albatros Ediciones. San Nicolás, Fray Laurencio. 1663 [1989]. Segunda parte de Arte y uso de Architectura. Ed. Facs. Albatros Ediciones. Tesoros. 1972. Torija. En Tesoros artísticos de España, 643. Madrid: Selecciones del Reader’s Digest. Villanueva, L.de. 2002. Informe sobre el desprendimiento parcial de bóveda de la iglesia de Torija (Guadalajara). Madrid. Inédito.