Graffitis: las sanciones que prevé la ley

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Opinión
Graffitis: las sanciones que prevé la ley
Jueves, 17 Noviembre 2016
Hoy finalizamos el trabajo realizado por el abogado salteño Álvaro Machado Rodríguez, sobre
la problemática de los graffitis, y una visión legal y actualizada de una problemática que nos
atañe dada la invasión de vandalismo que las propiedades públicas y privadas de Salto han
sufrido, como así también calles y monumentos en un aquelarre que en pocos años transformó
nuestro paisaje urbano, para mal.
III. Nuestra realidad latinoamericana
En México, el síndico de Guadalajara presentó en 2011 una iniciativa para que la práctica del
graffiti, no como arte, sino como vandalismo, sea tipificada como delito para que los infractores
sean remitidos directamente al Ministerio Público. Las sanciones que el Código Penal de ese
país contempla por esta actividad, que el municipio califica como falta administrativa, es de 50
a 100 salarios mínimos o 36 horas de arresto.
En El Salvador, la implementación del Plan Mano Dura en el país (2003) convirtió cualquier
graffiti con estética juvenil urbana, en una mancha asociada a las maras (el término
Maras
se utiliza como sinónimo de pandillas u organizaciones criminales); y el delito. En la capital del
país (San Salvador) los graffitis se expanden sin control como una epidemia, sin que queden a
salvo la mayoría de puertas y paredes de los inmuebles expuestos al riesgo.
En Chile, si el graffiti es estampado en el muro de un lugar destinado al culto y contiene
expresiones ofensivas en su contra, se sanciona con presidio menor en su grado mínimo (61 a
541 días), más una multa (art. 139 Nº 2 del Código Penal). Si genéricamente contiene ofensas
contra una persona puede constituir injuria (art. 416), o calumnia (art. 412). Si el graffiti no
ofende a nadie, pero causa daño en alguna propiedad pública o privada, puede configurar
delito de daños (art.484). Si no causa daño, puede considerarse una falta con pena de prisión
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mínima de 1 a 20 días (art. 495 Nº1), siempre que la Municipalidad respectiva, de manera
expresa prohíba los rayados en muros.
En Brasil el problema más reciente se suscitó en la estatua del Cristo Redentor, símbolo de
Río de Janeiro y una de las 7 nuevas maravillas del mundo, donde un par de vándalos se
atrevieron a pintar en el rostro, brazos y pecho de la misma, en señal de protesta. Ante este
hecho, un grupo de empresarios brasileños ofrecieron 5000 reales a quienes dieran pistas de la
identidad de los autores del hecho vandálico.
En Argentina, la Cámara Nacional en lo Criminal concluyó que los graffitis pintados en los
frentes o paredes de inmuebles constituyen el delito de daños. En un caso particular, según la
mayoría de la Sala V, las imágenes aportadas por la División Apoyo Tecnológico Judicial de la
Policía Federal Argentina “
dejan en claro los daños ocasionados, los cuales, más
allá de las reparaciones efectuadas, subsisten aunque no se aprecien las leyendas en la
superficie de la pared
”.
IV. Respuestas de nuestro sistema jurídico
En lo referente a nuestro país, hasta el presente la postura frente al tema ha sido de llamativa
inercia, desde el punto de vista de los actores sociales, la opinión pública, como también del
ordenamiento jurídico patrio.
Es que, tal vez, este no sea un tema de tratamiento urgente o de proyección latente en nuestro
medio. Sin embargo, conviene proceder con cautela, ya que las manifestaciones descriptas en
países vecinos pueden fácilmente transgredir fronteras e instalarse a paso creciente en estos
lares.
De hecho la ciudad de Montevideo ha sido la que más ha desarrollado este tipo de fenómenos,
sin que hasta ahora haya sido un problema real.
A) Posibles sanciones a aplicar.
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En Uruguay, los daños ocasionados a las propiedades privadas son considerados las más de
las veces como simplemente faltas y no delitos.
En efecto, nuestro Código Penal se refiere –en sede de faltas contra la moral y las buenas
costumbres-a la aplicación de faltas en caso de escritos o dibujos contra la decencia pública,
exteriorizados en lugares públicos (
art. 361 Nº2). Así también
se refiere –en sede de faltas contra la propiedad-a la interdicción de “affiches” (
art. 366 Nº 2
) para el que sin permiso del dueño, escribiere o trazare dibujos o emblemas, en los muros de
edificios, cualquiera sea su objeto o realizare dichos actos sobre monumentos o edificios
públicos. En los casos mencionados y en lo que refiere a las faltas, el Código castiga a los
infractores con una multa de 10 U.R a 100 U.R o su equivalente en prisión.
Solamente en el caso particular de que el daño sea de una entidad importante podría ser
considerado un delito. En este caso, la situación estaría abarcada por el artículo 358 del
Código Penal
referente al delito de daño contra la propiedad mueble o inmueble; el cual preceptúa que para
su configuración es imprescindible la destrucción, deterioro o inutilización en todo o en parte de
alguna cosa mueble o inmueble ajena. Se requiere denuncia de parte y la sanción prevista para
este caso es la multa de 20 U.R a 900 U.R.
Más aún, el artículo 359 menciona como circunstancias agravantes del delito, cuando el
mismo se cometa sobre cosas […]
expuestas al público por la
necesidad o por la costumbre
[…].
Hace algunos años en la ciudad de Montevideo, con motivo de este tipo de ataques a la
propiedad inmueble, se ordenó por parte de la justicia a que los graffiteros procedieran a la
limpieza de las superficies afectadas por sus pintadas, como sanción a tal comportamiento
dañoso.
Por lo expuesto, cabe remarcar la flexibilidad con que hasta el momento ha tratado el tema
nuestro sistema jurídico, sin llegar a la imposición de duras sanciones contra los infractores.
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B) Un problema de difícil solución.
Ahora bien, más allá de que el tema se regule normativamente a nivel nacional o
departamental, nos encontramos con verdaderos escollos a la hora de dar una solución
efectiva al mismo.
Quizá el obstáculo más importante consiste en la tarea de individualizar a los responsables de
tales hechos vandálicos, ya que salvo que se los sorprenda en forma infraganti, resulta casi
imposible su identificación de acuerdo a que la mayor parte de las veces los hechos ocurren
durante horas nocturnas y con altas probabilidades de eludir al conocimiento de las
autoridades.
Defendamos el arte expresado en los espacios físicos adecuados y no el vandalismo que
vulnera y lesiona derechos legítimos.
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