GUÍA No. 7

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GUÍA No. 7
PRIMERA SEMANA (III)
REPETICION EL PECADO ESTRUCTURAL1
REFLEXIONES PREVIAS
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¿En qué grado te has sentido afectado durante los diversos ejercicios de las
semanas anteriores? ¿Has experimentado que «el mismo Criador y Señor» se te ha
comunicado abrazándote con su amor-misericordia y disponiéndote para servirle
mejor en adelante (cf EE 15)?
¿El recuerdo de tu historia de pecado te ha permitido asumir con paz y alegría tu
condición de pecador perdonado?
¿Has sido capaz de captar la continua acción vivificante de Dios que hasta ahora te
ha defendido de la fuerza arrolladora del pecado?
¿Has pedido la gracia propia de la primera Semana y la has recibido de alguna
manera? ¿O hay algo que te ha impedido hacerlo? ¿Qué otra actitud deberías
adoptar para disponerte mejor a recibirla?
El acercamiento al Señor y a su amor-misericordia es la condición para llegar a
reconocernos pecadores. Esta gracia, sin embargo, puede tardar un poco (cf EE 4). Para
San Ignacio la primera Semana se prolonga en repeticiones de los mismos cinco ejercicios
que aparecen en el texto, tantas veces cuantas sean necesarias hasta conseguir la gracia
deseada. Precisamente esta es la función de las repeticiones. Por eso conviene hacerlas, ya
que constituyen una dinámica clave de los Ejercicios ignacianos; mediante ellas puede uno
percibir y acoger más ampliamente las mociones que el Espíritu suscita en el corazón y
permitir que estos movimientos interiores desplieguen todo su significado, su fuerza y
eficacia a lo largo de algunos días de oración.
FIN QUE SE PRETENDE
Este tercer ejercicio, que es una repetición de los anteriores, está encaminado
a obtener la gracia de la liberación, no solo de los pecados cometidos cuanto de sus
tendencias más perniciosas y de sus raíces más ocultas. Apunta a acentuar el grado de
conciencia que el ejercitante maneja con respecto a la influencia que el “mundo”
ejerce sobre toda su conducta y actividad.
El “mundo” está permanentemente atrayéndonos para alejarnos del Señor y
desvirtuar los compromisos hechos. Y esto de dos maneras principales: a través de todo lo
negativo que solemos asociar con la palabra “mundo”, esto es, ambición, avaricia,
competitividad, permisividad, materialismo, sensualidad…; y por la influencia que de
El término “pecado estructural” no se encuentra en el texto de los Ejercicios pero está en consonancia con
ellos, usando la repetición que S. Ignacio pone en los nn. 62-63.
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manera más sutil e ineludible está ejerciendo sobre nosotros la cultura ambiente, que en
tan alto grado condiciona nuestra capacidad de escucha de la Palabra del Señor. Es decir,
el mundo en el que de hecho está atrapada nuestra estructura mental y nuestra manera de
ver y valorar las cosas y que cómodamente nos economiza toda confrontación con los
dictámenes y estructuras injustas y pecaminosas.
GRACIA QUE SE QUIERE ALCANZAR
1. «La primera, para que sienta interno conocimiento de mis pecados y
aborrecimiento dellos;
2. la segunda, para que sienta el desorden de mis operaciones, para que,
aborreciendo, me enmiende y me ordene;
3. la tercera, pedir conocimiento del mundo, para que, aborreciendo, aparte de mí
las cosas mundanas y vanas» (EE 63).
Con el triple coloquio a nuestra Señora, al Hijo, al Padre.
TEXTO IGNACIANO
Al proponer un tercer ejercicio de esta naturaleza (repetición del primero y
segundo ejercicio, haciendo tres coloquios), Ignacio parece suponer que el ejercitante ya
es capaz de percatarse de que las mociones recurrentes piden un tiempo para detectar
asuntos pendientes o aspectos evidentes que se han querido ignorar. La repetición se hace
«notando y haciendo pausa en los puntos que he sentido mayor consolación o desolación o
mayor sentimiento espiritual» (EE 62).
Es aquí cuando las diferentes dosis y modalidades de la experiencia de las
injusticias de este mundo y el conocimiento más o menos profundo que tengamos de las
causas, vienen a convertirse en un presupuesto para los Ejercicios. Ahora bien, Dios no
suele conceder como gracias extraordinarias lo que el cristiano debe cosechar en su
experiencia cotidiana. De hecho, personas que no actúan expresamente en fuerza de
móviles evangélicos están siendo con frecuencia mucho más relevantes para la coyuntura
actual que muchos religiosos y hombres de iglesia. Quizás han estado más “expuestos” a
esta Palabra del Señor en los acontecimientos.
De todas maneras, algo o mucho podría lograrse si la actitud del que hace los
Ejercicios, con ayuda de su acompañante, ofrece al Señor esta “disposición” para que la
gracia que él tenga a bien concederle, cuente con una base sólida sobre la cual apoyarse.
En este sentido, los Ejercicios abiertos ofrecen una posibilidad para adquirir esta
experiencia, precisamente porque se hacen sin retirarse de las ocupaciones y relaciones de
la vida diaria.
El triple coloquio. Nos encontramos ante un instrumento muy eficaz para alcanzar
del Señor mayor iluminación y libertad. Ignacio lo saca siempre de su arsenal cuando
prevé un paso crucial en el proceso del ejercitante. Y este triple coloquio es uno de los más
significativos entre los diversos que se proponen a lo largo de la experiencia (cf EE 62, 63,
3
109, 147, 156, 168, 199). Es la manera propia de seguir el consejo de insistir en la oración
para pedir la libertad (EE 16).
El triple coloquio puede parecer complicado en su mecánica. Pero una vez
familiarizados con él, se va convirtiendo en el vehículo de una gracia muy simple y rica.
La oración insensiblemente llega a ser una conversación muy íntima con nuestra Señora,
con su Hijo y con el Padre. Recordemos la presencia imprescindible de La Madre y
Señora como intercesora, en el Diario Espiritual de San Ignacio. Anota que sentía, con
gran devoción y lágrimas, a la Madre y al Hijo propicios para interpelar al Padre. Veía que
el Padre celestial se le mostraba piadoso, propicio y dulce, dándole señal de que «le
placería fuese rogado por Nuestra Señora», a la que sentía «como quien es parte o puerta
de tanta gracia que en espíritu sentía»2.
Fíjate detenidamente en las tres peticiones escalonadas. Donde se habla de
desorden de operaciones, podrías entender las afecciones y tendencias, en cierta manera
ocultas, que permanecen en el inconsciente y que están influenciando tu actuar. Así
mismo, por “conocimiento del mundo” podrías entender la sutil solicitud de la cultura
ambiente sobre nuestra manera de pensar, juzgar y actuar.
En el coloquio hay tres peticiones:

En el nivel más exterior está la actividad consciente o semiconsciente, cuando, con
frecuencia, como dice San Pablo, «no hago lo que quiero, y en cambio, aquello que
odio, es precisamente lo que hago» (Ro 7, 15). Son los pecados.

En un nivel más interior están todas las tendencias, temores, compulsiones,
impulsos, defensas. Con frecuencia no somos conscientes de ellos a no ser que nos
detengamos a detectarlos por debajo de quereres y aversiones, querencias y
prejuicios. Son como “el pecado”, «el pecado que habita en mí» (Ro 7, 20), o “la
fábrica” de nuestros pecados;

En un nivel fuera de mí están las solicitudes externas que provienen de la cultura y
la sociedad en que me muevo, de los medios de comunicación, de mis relaciones,
connivencias y compromisos. Solo el Señor puede iluminarnos sobre lo que
verdaderamente acontece en este nivel, raíz de muchos de nuestros pecados y
consecuencia, a la vez, del pecado estructural que absorbemos del medio ambiente
social. El influjo del medio, sin embargo, se da en todos los tres niveles, pues a
veces su acción es consciente, inconsciente, subliminar o cultural.
Ten especialmente presente en el triple coloquio el segundo nivel, buscando un
“conocimiento interno” de todas esas tendencias que ya son medio conocidas, para irte
disponiendo a la iluminación y liberación que el Señor quiere operar en ti.
2
Cf Diario Espiritual, 4, 30, 31.
4
En esta repetición puede ser útil partir de la lista de los “siete pecados capitales”:
soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza3, que nos ayudan a identificar las
fuerzas e inclinaciones que están influenciando nuestras decisiones. Se habla de “pecados
capitales” porque son vicios o tendencias a los que la naturaleza está inclinada, cabeza de
muchos procederes desordenados. Pero tú podrías encontrar otras “cabezas”, como, el
resentimiento, la hostilidad, el cinismo, el deseo de impresionar, de tener siempre la
razón…
FUENTES DE ORACIÓN PARA LA SEMANA
Textos bíblicos

Tomar conciencia agradecida del amor de Dios y de la misericordia que él ha
tenido con toda la humanidad
Jn 13, 1-20: Jesús lava los pies a los discípulos
Jn 21, 15-19: Jesús perdona a Pedro. Le encomienda sus ovejas
Ef 1, 3-10: bendito sea Dios que nos ha bendecido en Cristo

Tomar conciencia de la influencia del pecado en el mundo y de sus
consecuencias
Mt 5, 21-26: la fuerza del desorden que opera en el insulto al hermano
Mt 13, 1-23: los negocios y preocupaciones de esta vida y el amor por las riquezas
que ahogan el mensaje y no le permiten dar fruto
Lc 12, 16-21: el rico insensato, movido por el deseo de asegurarse
1 Jn 2, 15-17: no amen al mundo, que ofrece malos deseos de la naturaleza
humana, avidez de poseer lo que agrada a los ojos, y orgullo de las riquezas
Stg 3, 1-5; 12: los malos deseos del corazón se exteriorizan en malas acciones
Ro 12, 1-2: no vivan ya según los criterios del tiempo presente…cambien su
manera de pensar
Textos de la Compañía
CG 32, d.4, 13-27: una mirada al mundo actual para captar sus desafíos e
interpelaciones; los ídolos que está siempre tentado de adorar: dinero, placer,
prestigio, poderío, acaparamiento, búsqueda de privilegios, dominación,
explotación; imágenes falsas o ambiguas de Dios
CG 33, d.1, 34-36: situación de un mundo cada vez más hostil al progreso del
Reino: sistemas, ideologías, materialismo, culto exclusivo a la autonomía
humana; ateismo teológico, práctico e institucional…«todo esto demuestra hasta
dónde el pecado invade los corazones de los hombres y de la sociedad actual»
3
Las virtudes contrarias son: humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad, diligencia.
5
CG 34, d.3, 7-10: a pesar de los admirables progresos, la sociedad actual puede
comportar injusticias masivas, irrespeto a la vida humana, e inconsciencia
ecológica
Otros textos:
Peticiones de perdón del Papa Juan Pablo II por los pecados históricos de la
Iglesia: intolerancia religiosa, inquisición, contra los judíos, contra los indígenas, contra
personas de ciencia…
Tercer Milenio Adveniente, nn. 33-36;
Misterio de la Encarnación, nn. 20-27;
Caso Galileo4
PARA EXAMINAR EN LA SEMANA
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
¿Estoy sintiendo realmente aborrecimiento de mis pecados?

¿Cuáles son algunas mis mayores tendencias desordenadas? ¿Dónde encuentro
principalmente el «desorden de mis operaciones»?

¿Estaría bien dispuesto para recibir las correcciones que los demás quisieran
hacerme sobre faltas que quizás yo no he percibido? ( cf Const., 63)

¿Cómo está influyendo el mundo en mi vida y en mis decisiones? ¿Cuáles son mis
principales amistades, solidaridades, connivencias, dependencias, compromisos,
respecto a las ideologías y a los poderes? (cf CG 32, d.4, 74)

¿He hecho las repeticiones que recomienda San Ignacio en las diversas
meditaciones, con el triple coloquio? ¿He practicado la oración propuesta en el
cuarto ejercicio: «resumiendo»?: «dije resumiendo, porque el entendimiento sin
divagar discurra por la reminiscencia de las cosas contempladas en los ejercicios
pasados y haciendo los mismos [tres] coloquios» (EE 64).
Audiencia a la sesión plenaria a la Academia de las Ciencias, Ecclesia, 21/11/92, pp.18ss.
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