TEMA 8.- EL CONTRATO (I)

Anuncio
Tripa
29/1/07
12:11
Página 133
Casos y Apuntes de Derecho privado
TEMA 8.EL CONTRATO (I)
1. EL CONTRATO: CONCEPTO Y CLASES. SISTEMAS DE CONTRATACIÓN.
El contrato no es sino un acuerdo de voluntades. Dice el art. 1.254 del
C.c.: “El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio”.
Clases.– En general, se ha dicho que el contrato es un negocio jurídico bilateral
productor de obligaciones. Como tal negocio jurídico, le son aplicables
las clasificaciones del mismo, aunque teniendo en cuenta que no algunas de ellas: así, el negocio jurídico contractual será siempre bilateral
(no unilateral), inter vivos (no mortis causa) y patrimonial (no familiar).
– El negocio jurídico puede ser unilateral o bilateral según tenga una
sola o dos o más partes. En cambio, el contrato es siempre negocio
- 133 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 134
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
jurídico bilateral. Por tanto, contrato unilateral o bilateral, no atiende
al número de partes, que siempre serán dos o más, sino al número de
obligaciones que genera.
– Contrato unilateral es aquel que sólo produce obligaciones para una de
las partes, caso de la donación.
– Contrato bilateral es aquel que produce obligaciones recíprocas, bilaterales o sinalagmáticas para ambas partes, casos de la compraventa,
permuta, arrendamiento, etc.
– Hay contratos que pueden ser indistintamente unilaterales o bilaterales; así, el mandato gratuito es unilateral, mientras que el retribuido es
bilateral.
– Contrato oneroso es aquel en que cada una de las partes obtiene una
ventaja en compensación a la que, a su costa, obtiene la otra; caso de
la compraventa o la permuta. Los contratos bilaterales son siempre
onerosos, aunque no todos los onerosos son bilaterales; el préstamo
mutuo, que es unilateral, será oneroso si es con interés.
– Contrato gratuito es aquel en que una de las partes obtiene una ventaja, sin nada a cambio. Por ejemplo, la donación, el mandato o el préstamo sin interés.
– Los contratos onerosos, a su vez, pueden ser conmutativos o aleatorios.
Contrato conmutativo es aquel en que las prestaciones de las partes están
determinadas, sin riesgo de pérdida o ganancia; mientras que el contrato aleatorio (de alea, suerte) es aquel en que las partes asumen, cada una,
el riesgo de pérdida o ganancia, caso de los contratos de juego y apuesta y renta vitalicia; pero también la compraventa, por ejemplo, de cosa
futura no fijada materialmente (la de la próxima cosecha, por ejemplo).
– El contrato consensual es aquel que se perfecciona por el consentimiento de las partes. El contrato real el que requiere, para su perfec- 134 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 135
Casos y Apuntes de Derecho privado
ción, no sólo el consentimiento de las partes, sino además la entrega
de una cosa; el contrato formal necesita, para su perfección, también
el consentimiento y, además, una forma determinada.
– Finalmente, también tenemos el contrato de tracto único, que es aquel
que produce obligación u obligaciones de ejecución instantánea (por
ejemplo, compraventa, donación); y el contrato de tracto sucesivo, que
produce obligación u obligaciones de ejecución permanente (como la
del arrendador que tiene que mantener la posesión de la cosa) o de ejecución periódica (como la del arrendatario que ha de pagar una renta
mensual, o el contrato de renta vitalicia).
Sistemas de contratación.Los sistemas de contratación son los diferentes criterios con que en cada
legislación se determina la base fundamental a que ha de ajustarse la formación de los contratos, es decir, las formas o tipos mediante las que ha
de entenderse reconocida la existencia jurídica de éstos.
Se pueden distinguir varios sistemas de contratación de elaboración doctrinal (formalista, espiritualista, ecléctico, etc.), si bien por lo que aquí nos
interesa, nos limitaremos a exponer el sistema que resulta de nuestro
Código civil.
El sistema del Código civil puede reducirse a lo siguiente:
– Libertad de forma para la celebración válida de los contratos: “Los
contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que se hayan
celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su
validez” (art. 1278 Cc).
– Exigencia de forma especial para ciertos contratos: “Si la ley exigiere
el otorgamiento de escritura u otra forma especial para hacer efectivas las obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán compelerse recíprocamente a llenar aquella forma desde que hubiese intervenido el consentimiento
- 135 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 136
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
y demás requisitos necesarios para su validez.” (art. 1279 Cc). Aunque, no
obstante, en algunos casos se exige la forma ad solemnitatem.
2. EL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD Y SUS
LIMITACIONES: REFERENCIA ESPECIAL A LA PROTECCIÓN
DEL CONSUMIDOR.
El principio de la autonomía de la voluntad y sus limitaciones.El contrato pertenece, de una manera dominante aunque no exclusiva, a
la esfera del derecho voluntario. Pero el derecho necesario despliega su
influencia estableciendo las normas generales relativas a la capacidad,
materia lícita y forma del contrato.
Fuera de estos límites es la autonomía de la voluntad proclamada en el art.
1255 Cc la que domina esta materia, autonomía que significa que cada
uno de los contratantes debe ser libre en cuanto a su decisión de celebrar
el contrato o no celebrarlo, y en cuanto a fijar en el contrato unos pactos,
cláusulas y condiciones y no otros.
Las limitaciones al principio de autonomía de la voluntad serán las
siguientes:
1. Las leyes imperativas.
2. La moral.
3. Las buenas costumbres.
4. El interés público.
5. El orden público.
6. El perjuicio de tercero.
- 136 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 137
Casos y Apuntes de Derecho privado
Referencia especial a la protección del consumidor.
La Constitución Española indica en su art. 51 que: “Los poderes públicos
garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante
procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos.”
En cumplimiento del mandato constitucional, se promulgó la Ley General
para la Defensa de los Consumidores y Usuarios de 19 de julio de 1984
(en adelante, LGDCU), que ha sido completada por otras normas posteriores, entre otras muchas, la Ley General de Publicidad de 11 de noviembre de 1988, la Ley de Defensa de la Competencia de 17 de julio de 1989,
la Ley sobre Condiciones Generales de la Contratación de 13 de abril de
1998, o la Ley de Garantías en las Ventas de Bienes de Consumo, de 10
de julio de 2003.
La LGDCU tiende a proteger a quien consume el bien o servicio de que
se trate, no al profesional que interviene en la cadena de producción, distribución o comercialización. Por eso introduce el concepto de destinatarios finales, indicando que son consumidores y usuarios las personas físicas o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan, como destinatarios finales bienes, productos, servicios, actividades o funciones, cualesquiera que
sea la naturaleza pública o privada, individual o colectiva de quienes la
producen, facilitan, distribuyen o expenden.
Las líneas generales y más destacables de la LGDCU son las siguientes:
– Son nulos los actos realizados en fraude de esta ley; así como la renuncia previa de los derechos que esta ley reconoce a los consumidores y
usuarios.
– Integra la publicidad en el contrato, de forma que, si la publicidad
prevé aspectos no regulados en el contrato, éste se integra con aquellos; y, si publicidad y contrato se contradicen prevalece lo que sea más
favorable al consumidor.
- 137 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 138
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
– Recoge el concepto de condiciones generales de los contratos, e indica una serie de cláusulas abusivas.
– Regula el régimen de reclamación y de garantía del consumidor.
– Prevé un sistema arbitral, distinto al de la Ley de Arbitraje.
– Crea las Asociaciones de consumidores y usuarios.
– Contiene un completo catálogo de infracciones y sanciones.
3. CONTRATOS NORMATIVOS Y CONTRATOS DE ADHESIÓN:
LAS CONDICIONES GENERALES DE LA CONTRATACIÓN.
El contrato normativo.El contrato normativo es aquel que tiene por objeto establecer la disciplina de un contrato eventual y futuro. Una variedad de éste es el que fija la
forma que deberá tener el posible futuro contrato.
Su efecto no es la obligación de celebrar el futuro contrato, sino que, si
voluntariamente se celebra, deberá contener aquella disciplina o cumplir
esta forma. Así, unos empresarios pueden pactar, como contrato normativo, que sus relaciones entre sí y las que lleven con terceros sigan lo que
han pactado (sobre precios, por ejemplo) o cumplan la forma que ha previsto (determinada contratación electrónica, por ejemplo). Precisamente,
se llama normativo porque establece una norma a seguir en los contratos
que se celebren en el futuro; lo que puede llevar a una estandarización de
los contratos futuros que serían verdaderos contratos tipo.
El contrato normativo obliga a las partes a que, si celebran los contratos
previstos en el mismo, tengan el contenido previsto, y si no lo hacen, se les
podrá reclamar por incumplimiento. Si se trata de contrato normativo en
que se ha previsto la forma del futuro contrato, si éste no cumple tal forma,
- 138 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 139
Casos y Apuntes de Derecho privado
se considera que será ineficaz, es decir, no constituyen pactos de contrahendo, sino pactos de modo contrahendi, en que la obligación es la de contratar de cierto modo, caso de que efectivamente se quiera contratar.
Contratos de adhesión.El contrato de adhesión, es aquel cuyo contenido se ofrece previamente
redactado por una de las partes y la otra parte se limita a aceptar o rechazar el contrato (es decir, la otra parte no lo puede modificar ni realizar
contraofertas); estando normalmente redactados con carácter previo en
formularios, modelos o impresos (ejemplos: determinados contratos bancarios, de telefonía, etc.).
El particular concepto del contrato de adhesión y sus especiales caracteres
dan lugar a unas consecuencias que tienen la común finalidad de proteger
a la parte más débil, evitando los posibles abusos del contratante (oferente) más poderoso. Son las siguientes:
1.- Intervención administrativa. La Administración del Estado controla y
aprueba contratos de adhesión, especialmente los relativos a servicios
públicos.
2.- Intervención legislativa. En determinados contratos, de especial trascendencia y relevancia jurídica y económica, una ley regula el contrato
en general, sin perjuicio de la intervención administrativa mencionada.
Tal es la Ley de Contrato de Seguro de 8 de octubre de 1980.
3.- Intervención judicial. En aplicación del principio de la buena fe que
proclama el art. 1258 Cc, los Tribunales pueden interpretar o integrar
el contrato y evitar consecuencias abusivas del mismo. Especial importancia tiene la intervención judicial en materia de interpretación del
contrato de adhesión, en el que necesariamente tendrá aplicación el art.
1288 del Cc, a tenor del cual “la interpretación de las cláusulas oscuras de
un contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad”. Por lo cual, cuando el contrato de adhesión contenga alguna
- 139 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 140
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
cláusula dudosa, se interpretará en favor de la parte aceptante, el contratante más débil, y no en beneficio del oferente, la parte más poderosa, quien ha redactado el contrato y ha ocasionado la oscuridad.
Condiciones generales de la contratación.Las podemos definir como las cláusulas predispuestas cuya incorporación
al contrato sea impuesta por una de las partes con independencia de la
autoría material de las mismas, de su apariencia externa, de su extensión y
de cualesquiera otras circunstancias; habiendo sido redactadas con la finalidad de ser incorporadas a una pluralidad de contratos.
El concepto de condiciones generales queda matizado con la distinción
del contrato de adhesión: en éste pueden negociarse una serie de cláusulas (por ejemplo, en un contrato de seguro o en numerosas compraventas
o arrendamientos) pero, tras ellas, se incluyen una serie de cláusulas predispuestas, impuestas e incorporadas a una generalidad de contratos, que
sí son condiciones generales. El art. 1.2 de la Ley Sobre Condiciones
Generales de la Contratación de 13 de abril de 1998 lo expresa así: “el
hecho de que ciertos elementos de una cláusulas o que una o varias cláusulas aisladas se hayan negociado individualmente no excluirá la aplicación de esta Ley
al resto del contrato si la apreciación global lleva a la conclusión de que se trata
de un contrato de adhesión.”
Las partes contratantes son las enumeradas en el art. 2 de la Ley, a saber:
la que predispone e impone la condición general es la predisponente, que
es un profesional, entendiendo por tal la persona física o jurídica que actúa
dentro del marco de su actividad profesional o empresarial, pública o privada; y la que acepta o rechaza el contrato que tiene la libertad de contratar pero no la libertad contractual, es el adherente, persona física o jurídica, profesional o no, consumidor o no.
Pese a que contengan condiciones generales, no se aplica esta Ley, según
dispone su art. 4, cuando el contrato es administrativo o de trabajo, o de
constitución de sociedades, o sobre relaciones familiares, o contratos suce- 140 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 141
Casos y Apuntes de Derecho privado
sorios; tampoco se aplica la ley a las condiciones generales que reflejan las
disposiciones o principios de Tratados vigentes, ni a las de aplicación obligatoria por una norma legal.
La condición general puede inscribirse en el Registro de Condiciones
Generales de la Contratación y, en casos excepcionales, es obligatorio
hacerlo y puede ejercitarse la acción declarativa con objeto de que se declare que una determinada cláusula es condición general del contrato.
Finalmente, cabe indicar que, la Ley Sobre Condiciones Generales de
la Contratación no regula las cláusulas abusivas, sino que en su
Disposición Adicional primera modifica la Ley de 19 de julio de 1984,
General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, y en los artículos de ésta, unos modificados y otros añadidos, se contiene la normativa de las cláusulas abusivas, procediéndose así, además, a la transposición de la Directiva 93/13/CEE del Consejo de la Unión Europea
de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos
celebrados con consumidores. La Ley vigente, pues, en materia de
cláusulas abusivas es la Ley General para la Defensa de los
Consumidores y Usuarios.
4. GENERACIÓN, PERFECCIÓN Y CONSUMACIÓN
DEL CONTRATO.
El contrato, como todo negocio jurídico tiene un ciclo vital y en el que
podemos distinguir entre:
1. La generación, que comprende los preliminares o proceso interno de
formación del contrato.
2. La perfección que es su nacimiento a la vida jurídica
3. La consumación, que es el cumplimiento del fin para el que se constituyó el contrato.
- 141 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 142
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
La generación del contrato.-.
Podemos distinguir varias fases:
1.- Los tratos preliminares. A través de los cuáles se va formando en la
mente de los eventuales contratantes sus posibles intereses, sin que
surja una declaración de los mismos; por lo que no tienen el carácter
de ofertas definitivas.
2.- La invitación a la oferta. Que tiene lugar cuando una persona manifiesta su voluntad de realizar determinado negocio, e indica que admite propuestas. En tal caso no hay vinculación para el invitante, que
cumple con admitir las ofertas sin estar obligado a aceptar ninguna
concreta, salvo que haya fijado tipo y condiciones, y éstos se cubran
por alguna de aquéllas.
3.- La oferta propiamente dicha. Que tiende a provocar la adhesión del
destinatario, y debe:
– Estar emitida con la intención de obligarse al oferente contractualmente.
– Ha de ser concreta, conteniendo todos los elementos necesarios
para la conclusión del contrato.
– Debe dirigirse a la persona con la cuál el proponente tenga intención de concluir el negocio.
La perfección del contrato.-.
La perfección se determina en los contratos consensuales por la simple
concurrencia del consentimiento (art. 1258 Cc), lo cual debemos complementar con lo dispuesto en el art. 1262 del Cc, que dice, “El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación sobre la cosa
y la causa que han de constituir el contrato.”
- 142 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 143
Casos y Apuntes de Derecho privado
Por tanto, la perfección, está integrada por la concurrencia del la oferta y
la aceptación. Y debe:
– Recaer sobre algo real (objeto).
– Fundarse en una aspiración lícita (causa).
– Y manifestarse externamente, para que la ley pueda extender su perfección sobre él (forma).
Como se acaba de exponer, la perfección del contrato se produce por el
consentimiento, sobre un objeto y con una causa. Y que el consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación sobre la
cosa y la causa que han de constituir el contrato.
Si la oferta y la aceptación, las partes las admiten y conocen simultáneamente, no hay problema en cuanto al tiempo de la perfección del contrato. Pero si una y otra no se producen simultáneamente (por ejemplo caso
de las partes que están en contacto por carta) se plantea el problema del
tiempo en que existe perfección del contrato, es decir, de cuándo se ha
dado el concurso entre la oferta y la aceptación. Hay varias teorías:
– Teoría de la emisión. Entiende que la perfección, o sea, el consentimiento que la produce, existe desde el momento en que el aceptante
emite su declaración de voluntad de aceptación. Habiendo habido
oferta, hay ahora aceptación, y en este momento, hay consentimiento
y, por tanto, perfección del contrato.
– Teoría de la cognición. El consentimiento y la perfección del contrato se
produce cuando la declaración de aceptación es recibida por el oferente y el oferente toma conocimiento de ella. Ya que si la aceptación es
declaración de voluntad recepticia, produce efecto cuando la conoce el
que la recibe, que es el oferente.
– Teoría de la expedición. Matiza las dos teorías anteriores y es intermedia
entre una y otra: no basta la declaración del aceptante ni es preciso que
- 143 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 144
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
la conozca el oferente. El tiempo de la perfección del contrato es la
expedición de la declaración de aceptación; es decir, que el aceptante
se desprenda de su declaración de voluntad, que la expida (la carta o
curse el telegrama).
– Teoría de la recepción. También intermedia. El tiempo de perfección del
contrato es el momento en que la declaración de aceptación llega al
ámbito o círculo de intereses del oferente, sin perjuicio de que llegue
efectivamente a conocerla o no, pero pudo y debió, actuando con diligencia normal, conocer la declaración que había recibido.
Nuestro Código civil, en el segundo párrafo, primer inciso, del artículo 1262
parece que se acoge a la teoría de la cognición, al disponer: “la aceptación
hecha por carta no obliga al que hizo la oferta, sino desde que llegó a su conocimiento”. Pero no es así, pues aplicando esta concreta norma con carácter
absoluto, resultaría que el oferente, al recibir la aceptación, podría retrasar su
conocimiento a su arbitrio (no abriendo la carta, no leyendo el telegrama,
por ejemplo), por lo cual, la doctrina mayoritaria mantiene que la teoría que
sigue el Código es la de la recepción, combinando lo dispuesto en el artículo 1262 del Cc con la norma del 1256 Cc: en el contrato, cuyas declaraciones de oferta y aceptación se dan en distintos momentos, se entiende producido el consenso y perfeccionado el contrato en el momento en que el oferente recibe la aceptación del aceptante, pues la validez y el cumplimiento de
los contratos no puede dejarse al arbitrio de uno dos contratantes.
Por lo que respecta al lugar de perfección del contrato, no se plantean problemas si oferta y aceptación se dan en el mismo lugar, pero si se emiten en lugares distintos, sean o no simultáneamente (carta, telegrama, teléfono) puede
mantenerse que el lugar sea el de donde se hizo la oferta o la aceptación.
El artículo 1262, segundo párrafo, segundo inciso, adopta una solución,
pero no con criterio imperativo, sino como presunción, siendo prevalente
la voluntad de las partes. Dispone que “el contrato, en tal caso se presume
celebrado en el lugar en que se hizo la oferta.” El lugar del contrato es, pues,
el del lugar de la oferta, si las partes no han dispuesto otra cosa.
- 144 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 145
Casos y Apuntes de Derecho privado
Consumación del contrato.-.
En el momento en que las obligaciones se exigen y se cumplen, surge la
última fase de la vida contractual: la consumación, en la que podemos distinguir dos variedades:
1.- Cuando el contrato hizo nacer obligaciones de las llamadas de tracto
único, la consumación y la extinción son la misma cosa.
2.- Si se trata de prestaciones de tracto sucesivo, el contrato se extinguirá
con el cumplimiento de la última; y de la consumación a la extinción
vivirá el contrato el último período de su vida.
Bibliografía.– Albaladejo, M.: Derecho Civil II. Derecho de obligaciones. Bosch,
Barcelona, 2001.
– Albaladejo, M.; Díez Alabart, S. (Dir.): Comentarios al Código Civil.
Tomo XVII. Vol. 1.A Derecho Reunidas S.A.. Madrid, 1995.
– Albaladejo, M.; Díez Alabart, S. (Dir.): Comentarios al Código Civil.
Tomo XVII. Vol. 1.B Derecho Reunidas S.A.. Madrid, 1995.
– Albaladejo, M.; Díez Alabart, S. (Dir.): Comentarios al Código Civil.
Tomo XVII. Vol. 2 Derecho Reunidas S.A.. Madrid, 1995.
– O´Callaghan Muñoz, X.: Compendio de Derecho Civil. Tomo 2. Vol. 1.
Derecho Reunidas S.A. Madrid, 2001.
– Bercovitz Rodríguez-Cano, R.: Comentarios al Código Civil. Aranzadi,
Pamplona, 2003.
- 145 -
Tripa
29/1/07
12:11
Página 146
Purificación Cremades García y Jesús Morant García
– Lasarte Álvarez, C.: Principios de Derecho Civil. Tomo III: Contratos.
Marcial Pons, Madrid, 2004.
– Puig Brutau, J.: Compendio de Derecho Civil 2. Derecho de obligación.
Contratos y cuasicontratos. Obligaciones derivadas de actos ilícitos. Bosch,
Barcelona, 1997.
- 146 -
Descargar