220-109834 Ref: Sociedad Civil- Sociedad Mercantil Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 398.836-0, por medio del cual eleva la siguiente consulta: "Si una SOCIEDAD CIVIL compra una acción de una SOCIEDAD MERCANTIL, podría la sociedad civil, ingresar a la sociedad mercantil a ejecutar actos permanentes de Comercio? No cambiaría la naturaleza de la sociedad Civil? Es decir su objeto social? Cuál es la posición de la Superintendencia cuando se presentan estas situaciones en la vida cotidiana?" Para absolver su consulta resulta oportuno reproducir el artículo 100 del Código de Comercio, modificado por el artículo 1º de la Ley 222 de 1.995 el cual es del siguiente tenor:" Se tendrán como comerciales, para todos los efectos legales, las sociedades que se formen para la ejecución de actos o empresas mercantiles. Si la empresa social comprende actos mercantiles y actos que no tengan esa calidad, la sociedad será comercial. Las sociedades que no contemplen en su objeto social actos mercantiles, serán civiles..." Pues bien, como se puede observar, lo que marca la diferencia entre una sociedad civil y una sociedad comercial es el objeto social o la empresa para la cual se constituye. A su turno se tiene que dentro de las actividades previstas como mercantiles en el Código de Comercio (Artículo 20, ordinal 5º), se encuentra relacionada como tal, la inversión como asociado en la constitución de sociedades comerciales, los actos de administración de las mismas o la negociación a título oneroso de las partes de interés, cuotas o acciones" Así las cosas, la inversión en el capital de una sociedad comercial, implica una actividad mercantil que la sociedad civil no estaría en capacidad de desarrollar en razón de su propia naturaleza, salvo que, en pro de salvaguardar su patrimonio social determine la conveniencia de hacer una inversión como la propuesta en el escrito, para lo cual tendría que estar desprovista de cualquier pretensión especulativa, pues lo contrario implicaría un desbordamiento de su la capacidad, la que, como se expresó, está dada por el objeto social para el cual fue creada, pues no hay que desconocer que la sociedad como persona jurídica, está sometida al principio de la especialidad y sólo puede destinar su patrimonio social a la consecución de los fines colectivos para los cuales se constituyó. CAPACIDAD. La capacidad de las sociedades conforme al artículo 99 del Código de Comercio, se circunscribe al desarrollo de la empresa o actividad prevista en su objeto, entendiéndose incluidos los actos directamente relacionados con el mismo y los que tengan como finalidad ejercer los derechos y cumplir con las obligaciones legal o convencionalmente derivados de la existencia y actividad de la sociedad. OBJETO SOCIAL. Se tiene que el objeto social es el conjunto de actividades para cuya realización se constituyó la sociedad como sujeto de derechos y obligaciones, mediante el cual se busca alcanzar un fin común determinado para todos los socios. El objeto social se divide en objeto social principal y objeto social complementario. El objeto principal, por su parte, se conforma con la enunciación de todas las actividades que constituyen la finalidad de la sociedad, éstas fijan su capacidad y delimitan su actividad. En él deben señalarse los actos y categorías de actos que la sociedad se propone desarrollar, de tal suerte que su contenido no ofrezca dudas ni para los asociados ni para los administradores o terceros; en tanto que, el complementario es de carácter accesorio y está conformado por una serie de actividades que permiten a la sociedad alcanzar la finalidad para la cual fue creada, esto es que se integra con las actividades o medios que contribuyen a su cumplimiento. En este orden de ideas, una sociedad está en capacidad de desarrollar los siguientes actos: a. b. los actos comprendidos dentro de las actividades principales previstas en el objeto social Los actos que se relacionan directamente con las actividades principales, o sea, los que permiten el desarrollo del objeto social. Para ello es menester que exista una relación de medio a fin entre el acto ejecutado en desarrollo del objeto y las actividades principales contempladas en el objeto principal. c. Los actos que permiten ejercer los derechos y cumplir con las obligaciones legal, o convencionalmente derivadas de la existencia y actividad de la sociedad, que aunque son ajenos a su objeto social, está en capacidad de desarrollarlos en la medida en que sean necesarios para ejercer sus derechos o cumplir las obligaciones derivadas de la existencia y actividades de la sociedad. En conclusión, si como se ha visto es el carácter mercantil o no, de los actos que constituyen el objeto de la sociedad, lo que de determina que la misma sea mercantil o civil, no puede presumirse que la realización de un acto por sí mismo suponga el cambio de su naturaleza. Así, si una sociedad civil pretende desarrollar actividades puramente mercantiles, tendría que acudir a una reforma estatutaria consistente en su conversión de sociedad civil a sociedad comercial (Artículo 158 del Código de Comercio), que es la única forma de cambiar su naturaleza; la no se requeriría si se tratara, como sucede a menudo, del advenimiento de actos accesorios o indirectos, pero que guardan una relación de medio a fin entre el objeto principal y las actividades accesorias que se realicen. En los anteriores términos se le da respuesta a su consulta y se le advierte que el alcance de la misma es el previsto en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.