CAMBIAR ES UNA ACTITUD

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CAMBIAR
ES UNA ACTITUD
DALE LA VUELTA A TU
Cambiar es una actitud.
Dale la vuelta a tu rutina.
Seguro que en mil ocasiones te has propuesto cambiar
un montón de cosas en tu vida. Como tú,
casi todo el mundo.
El problema es que el 87% de las personas que se
plantean llevar a cabo un cambio, no lo consigue.
Los hábitos, costumbres, rutinas e incluso manías se han
instalado en sus vidas y les impiden descubrir nuevas
sensaciones, asomarse a un mundo diferente.
Ha llegado el momento de cambiar todo eso. El momento
de probar, experimentar y VIVIR.
Los grandes momentos tienen su origen en un cambio y
de cambiar trata este libro*.
Bienvenido al cambio.
Bienvenido a esta actitud.
*Este libro no tiene fecha de caducidad. Guárdalo por si no consigues
cambiar a la primera o por si vuelves a la rutina.
#1
“Yo solo guardo lo necesario.
¿Qué culpa tengo si lo necesito todo?”
Aquel jersey que pasó de moda pero que guardas
porque SEGURO que volverá a modo Vintage.
Tu serie favorita completa en VHS que tienes en el altillo.
O la televisión de tubo que tanto te costó
y que algún día pondrás en esa segunda vivienda
que ni tan siquiera tienes...
Es increíble la cantidad de objetos que acumulamos aun
sabiendo que no los volveremos a utilizar.
Este comportamiento responde a nuestra necesidad de
sentirnos preparados para un futuro que no sabemos
si llegará y cuando lo llevamos al extremo
se conoce como Síndrome de Acumulación Compulsiva.
Ha llegado el momento de cambiar.
Abre tus armarios, rebusca en los cajones,
vacía tu trastero y deshazte de todo aquello que no
hayas usado en los últimos dos años.
Si crees que no puedes, pídele a un amigo que lo haga
por ti. Eso sí, asegúrate que no se llama Diógenes.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#2
“Me encanta probar platos nuevos.
Sobre todo si ya los conozco”.
Reconócelo, ¿cuántos restaurantes frecuentas en los
que ya sabes qué plato vas a pedir? Pizza napolitana en
este, osobuco en el otro y, cuando te sientes exótico,
cerdo agridulce en el chino de la esquina.
No te sonrojes. La mayoría de nosotros comemos
siempre lo mismo. El miedo a equivocarnos o la pereza a
tener que preguntar, ¿qué es ese plato?, no nos dejan
descubrir un mundo infinito lleno
de placeres gastronómicos.
Quizá no lo sepas, pero a partir de los 60 años las papilas
gustativas de nuestra lengua van disminuyendo y vamos
perdiendo el sentido del gusto.
Cambia ahora. Aprovecha. Busca algo que no hayas
catado nunca y saboréalo. ¿Sabes que recientemente los
japoneses han identificado un nuevo sabor llamado
Umami? Pruébalo también, si esperas mucho puede que
luego ya no lo percibas.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#3
“Los Mamuts se extinguieron.
Pero por las noches
entran en mi casa”.
¿En qué lado de la cama duermes? Siempre el mismo
¿verdad? Incluso cuando viajas, seguramente,
eliges también ese lado.
Un estudio reciente revela que 8 de cada 10 personas
duermen en el mismo lado de la cama. En el caso de los
hombres, el más cercano a la puerta.
Parece ser que esta costumbre responde a una razón
antropológica que viene de la época de las cavernas
cuando el hombre tenía que proteger a su familia
del posible ataque de bestias nocturnas.
Afortunadamente bestias ya hay pocas. Algunas quedan
en zoos, museos, bosques remotos y los que sueltan de
vez en cuando en un reality o tertulia de la tele.
Aun así, ninguno de ellos trepa por las paredes
o es capaz de abrir una ventana.
Cambia ahora.
Atrévete y dile a tu pareja que quieres un cambio
en la cama. El otro lado es tan tuyo como suyo.
Descubre otra forma de dormir, otra forma de levantarte
y, lo más importante, descubre el placer
de cambiar por cambiar.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#4
“Hoy dejo el móvil en casa.
Bueno, mejor mañana”.
Seguro que tú podrías estar sin móvil, apagarlo, dejarlo o
incluso olvidarte de él. Todos podemos ¿verdad?
Según un informe reciente, miramos el móvil una media
de 150 veces al día. Llamadas, mensajes, noticias o
incluso la hora. No importa que llevemos reloj, la hora del
móvil es mejor porque se sincroniza con la estación
espacial en Neptuno.
Eres capaz de identificar un minúsculo arañazo en la
pantalla de tu móvil antes de darte cuenta de que tu hijo
se ha puesto un piercing en la nariz.
Ha llegado el momento de cambiar. Elije un día y deja el
móvil en casa. No pongas excusas ni lo aplaces. Sales de
casa, cierras la puerta y hasta la noche. Cambia y
descubre el mundo que te rodea. ¿Te has fijado qué
ridículas se ven las personas que miran todo el rato
la pantalla? Tú ya no eres así.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#5
Quedan 2 horas, 30 minutos y
14 segundos para que todo siga igual.
Mira tu muñeca. Sí, esa, la que tiene un reloj. No importa
si es de agujas, digital, moderno, antiguo, cuadrado o
redondo. Seguro que este es uno de los muchos que has
tenido puestos en esa muñeca. Exacto, en esa misma
muñeca desde tu primera comunión.
El 97% de las personas diestras en la muñeca izquierda y
el 85% de las zurdas en la derecha. Pero, ¿por qué?
Se supone que es así para poder darle cuerda con
comodidad o para que no moleste cuando se escribe.
Algunos incluso afirman que es una costumbre que
iniciaron los aviadores de la primera guerra mundial para
no soltar los mandos. Pero nosotros no somos aviadores
¿verdad?
Te proponemos un experimento.
Quítate el reloj y póntelo en la otra muñeca.
¿Sientes algo raro? ¿Se ha parado? ¿Las agujas van al
revés? Seguramente no, pero es curioso.
Siendo el mismo reloj lo ves distinto.
¿A que sí?
Por cierto, cambiar el reloj de muñeca
no va a hacer que seas puntual.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#6
La distancia más corta entre dos puntos
es siempre la misma.
6,4 km exactos desde la puerta de mi casa a la de la
oficina. Y de vuelta, igual. Siempre las mismas calles, los
mismos edificios, los mismos semáforos y el mismo mimo
haciendo el truco del cristal. Siempre lo mismo.
9,5 de cada 10 personas van, todos los días,
por el mismo camino a sus destinos.
Unos afirman que es el más corto. Otros que es el más
rápido. Incluso, los más nerviosos, toman la misma ruta
porque no soportan estar parados aunque para ello
den la vuelta a la ciudad.
Abandona la rutina. Sal de esas calles y, mañana mismo,
vete por otro camino. Puede que tardes 4 minutos más
pero serán 4 minutos llenos de casas nuevas, de nuevos
paisajes y, seguramente, de un malabarista capaz de
mover mil platos a la vez.
Si todos los caminos llevan a Roma, seguro que algunos
pasan por tu destino. Elige uno distinto cada vez
y pruébalos todos. Verás cómo te gusta.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#7
¡Atención! Esta agua puede provocar
somnolencia. No conduzca ni realice
trabajos peligrosos.
Nos levantamos, vamos a la ducha, giramos el grifo a la
derecha y nos metemos debajo del agua bien caliente.
Es pronto y no hay nada como una buena ducha
caliente para despejarnos.
Curiosamente, nuestro cuerpo lo interpreta al revés.
Tomar una ducha caliente, lejos de activarnos, nos
adormece. Pues al salir, la temperatura de nuestro
cuerpo cae de forma acelerada, lo que nos conduce a
un estado de ánimo reposado.
Gira el grifo hacia el otro lado. Aprieta los dientes y deja
que el agua fría estimule cada centímetro de tu cuerpo
durante 30”. ¿Sabías que una ducha fría reduce el
estrés, mejora la circulación, aumenta nuestras defensas
y ayuda a combatir la depresión?
Cambia la temperatura. Y si eres de los que te duchas
con agua fría, pruébala caliente y vuélvete a la cama.
Mañana ya dirás en el trabajo que estabas enfermo.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#8
“Si algo me gusta, no me lo pienso dos
veces. Normalmente cinco o seis”.
Has encontrado aquello que buscabas
en una página de internet. Haces clic y ya está en tu
cesta de la compra. Añades un par de cosas más y,
cuando te decides a terminar la compra, algo te detiene.
No sabes bien qué ocurre pero, de repente,
todo son dudas.
Decides pensarlo dos veces y cuando ya te has armado
de valor vuelves. Lamentablemente la oferta ya pasó
y ahora todo cuesta el doble.
Según cifras de compra online, solo el 5% de los
usuarios terminan su compra. El resto abandonan sus
cestas y cuando vuelven, ya es tarde.
Pensamos demasiado, buscamos excesivamente y al final
no hacemos nada. El 83% de las personas mayores de 70
años se arrepienten de las cosas que no han hecho y no
de los errores cometidos. Incluso el 52% volverían con su
primer amor. Seguramente por volver a la edad del
primer amor.
Forma parte del otro 17%.
Haz más cosas y piénsalas menos.
Solo así al mirar atrás podrás decir: “Sí, he vivido”.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#9
“Yo no soy una persona supersticiosa,
da mala suerte”.
¿En qué piensas cuando ves cruzar
un gato negro por delante de ti?
Todo empezó en 1560, en Lincolnshire.
Una noche, un padre y un hijo empezaron a apedrear
a un gato negro. El felino corrió a refugiarse a una casa
donde habitaba una supuesta bruja. Al día siguiente toda
la población vio a la anciana cojeando y magullada y
dieron por hecho que esta se convertía en gato negro
por las noches. Ese fue un día negro para los felinos
oscuros porque a partir de entonces se les identifica
con el mal y la mala suerte.
Gatos negros, espejos rotos, sal derramada
o un paraguas que se abre dentro de casa. Ninguno de
estos hechos tiene una base científica pero todos
sentimos cierta inquietud cuando nos encontramos ante
alguna de estas cosas. ¿Verdad?
Olvida las supersticiones, los mitos y las fantasías.
Deja de lado los amuletos y los fetiches. Piensa que si la
pata de conejo trajera buena suerte, esta seguiría en la
pierna del conejo y no en llaveros.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
#10
“Mi coche sigue oliendo a nuevo.
A papilla nueva, a perro nuevo,
a tabaco nuevo”.
Lo cuidas como nadie.
Lavándolo cada semana, encerándolo de vez en cuando
y pasándole el aspirador a conciencia.
Incluso utilizas ese producto que le da brillo a los
neumáticos. Pero, por más nuevo que parezca, el olor
que tenía cuando era nuevo, nuevo, ha desaparecido.
Es olor a estreno, a satisfacción. Olor a
“fíjate qué cochazo me acabo de comprar”.
Un estudio, realizado en hombres y mujeres,
de diferentes edades con los ojos vendados, demostró
que el grado de felicidad aumentaba en el momento
en el que percibían el olor a coche nuevo.
Nuestro sistema olfativo envía señales a nuestro cerebro
que se traducen en estímulos placenteros.
Cambia de coche. No esperes más. Cambia a un coche
que cambie tu vida. Cambia al Nuevo Tucson. Y deja que
el olor a coche nuevo vuelva a tu vida.
Cambiar es una actitud y
tú puedes adoptarla.
Cambiar es una actitud.
Dale la vuelta a tu rutina.
Copyright© Hyundai 2015
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