PRINCIPIOS QUE DEBEN REGIR LAS DECISIONES DE UN MAGISTRADO ELECTORAL EN EJERCICIO DE SUS FUNCIONES. Alejandro Santos Contreras Aspirante a Magistrado de Sala Regional del Tribunal Electoral. Integrante de la novena terna. Sala Regional Toluca. En México, como en todo país democrático, el sistema jurídico-político-electoral es de suma trascendencia para la estabilidad social, más aún cuando la actuación de los sujetos del derecho electoral se somete al supremo principio constitucional de legalidad. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es una institución pública a quien se le encomienda la importantísima labor de resolver, en última instancia o de manera definitiva, todo conflicto en materia electoral, ya sea con motivo de la celebración de las elecciones federales o los procesos electorales estatales y municipales. Dado que a través de este órgano jurisdiccional se busca garantizar la constitucionalidad y legalidad de los actos y resoluciones de las autoridades electorales, a través de la resolución de las controversias que se promuevan en contra de aquéllos que estima causan agravio a los ciudadanos, a los partidos políticos o agrupaciones de ese carácter, así como a sus candidatos, los juzgadores que lo representan deben ser profesionales, independientes e imparciales, que se rijan por principios éticos de objetividad, profesionalismo y excelencia y, desde luego, ajenos al poder político. Este Tribunal, como encargado de hacer viable el estado democrático, resolución debe hacer prevalecer la voluntad del pueblo, de ahí que responsabilidad que tienen los magistrados que conforman este jurisdiccional, es velar porque el sistema funcione dentro del marco establecido. en toda la gran órgano jurídico Por tanto, dada las funciones que se encomiendan a la justicia en un Estado constitucional de derecho, los Magistrados que integren las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en mi opinión, deben ser gente comprometida con el Poder Judicial de la Federación, tener conocimientos suficientes para llevar a cabo con eficiencia la impartición de justicia y, ante todo, deben ser personas honestas. Por ello, en mi opinión, los principios que deben regir las decisiones de un magistrado electoral en ejercicio de sus funciones son las siguientes: 1. Independencia. La independencia es la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes del sistema social. Consiste en juzgar desde la perspectiva del Derecho y no a partir de presiones o intereses extraños a aquél. Lo anterior, implica que los magistrados electorales deben rechazar cualquier tipo de recomendación que tienda a influir en la tramitación o resolución de los asuntos que se sometan a su potestad, incluso las que pudieran provenir de altos funcionarios del propio Poder Judicial de la Federación o externos como sería, por ejemplo, los representantes de los institutos políticos; además, deben abstenerse de recomendar, insinuar o sugerir, con un fin ilegítimo, el sentido en que deban emitir los demás juzgadores cualquier determinación judicial que tenga efecto sobre la resolución de un asunto. Esto es, la independencia institucional implica que los poderes judiciales o políticos no deben tener injerencia en el funcionamiento de las Salas Regionales, para evitar que se generen dudas sobre la actuación de los magistrados electorales. El objetivo principal de una política orientada hacia la consolidación de la independencia institucional, es constituir Tribunales capaces de proteger a sus juzgadores frente a cualquier tipo de presión externa que intente afectar el sentido de sus decisiones. Esto significa que, en mi opinión, un magistrado electoral debe oponerse a cualquier intromisión o presión externa, para que los asuntos sean resueltos con apego a derecho y, fundamentalmente, con libertad de conciencia. Por su parte, la independencia personal se centra en el establecimiento de una serie de garantías que permitan que los magistrados electorales gocen de una autonomía para emitir sus resoluciones, indispensable para impartir justicia atendiendo solamente a las características de los casos concretos, sin la injerencia, insisto, de poderes extraños a derecho. 2. Imparcialidad. Es la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes de las partes en los procesos sometidos a su potestad. Consiste en juzgar, con ausencia absoluta de designio anticipado o de prevención a favor o en contra de alguno de los justiciables. Lo anterior implica que los magistrados de las salas regionales deben evitar conceder ventajas o privilegios ilegales a cualquiera de las partes y rechazar cualquier dádiva u opinión no fundada que provenga de alguna de las partes o de terceros. Esto es, un magistrado electoral no debe tener una preferencia partidista, lo cual implica que no sólo no debe militar en un partido político, sino que no debe, ni siquiera, tener una preferencia a algún partido político, candidato o representante de partido, pues el magistrado electoral sólo debe preferir el respeto a la constitución, a la ley y al estado de derecho. Ello, porque sólo de esa manera el magistrado electoral podrá emitir sus resoluciones con conciencia democrática y, de esa manera, obtendrá que las instituciones y los ciudadanos lo respeten y tenga un reconocimiento social, pues con resoluciones emitidas con imparcialidad, dará seguridad jurídica para que los diversos factores de poder realicen, de manera segura y consciente, el trabajo político que les corresponde. 3. Objetividad La objetividad es la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenientes de sí mismo. Consiste en emitir sus fallos por las razones que el Derecho le suministra, y no por las que se deriven de su modo personal de pensar o de sentir. Trasladado al derecho electoral, considero que el magistrado electoral en sus resoluciones no debe buscar reconocimiento alguno, sino la realización del derecho frente a cualquier beneficio o ventaja personal, a fin de que sus decisiones estén desprovistas de aprensiones y prejuicios. La función jurisdiccional exige que los magistrados electorales actúen de manera objetiva, es decir, que al proponer sus proyectos de resolución expresen las razones jurídicas que el derecho y el propio expediente le suministran, y no así, razonamientos derivados de su forma de pensar o de sentir, pues éstas constituyen cuestiones extrañas al caso concreto y a derecho. Además, un magistrado electoral como integrante de un órgano colegiado debe escuchar con atención los planteamientos de sus pares, formar su propio criterio basado en los hechos y el derecho y así podrá emitir sus resoluciones con razones de derecho. 4. Profesionalismo. El ejercicio responsable y serio de la función jurisdiccional es otra de las virtudes que se requieren para ser magistrado de Sala Regional. Lo anterior exige que como funcionarios públicos estén actualizados en la materia electoral, en los principios constitucionales que la rigen y los fines que se persiguen. También debe tener conocimiento y entendimiento de la ley, la jurisprudencia, los precedentes, los principios generales del derecho, la doctrina, la costumbre, así como en la trascendencia social de sus determinaciones. Los magistrados electorales debe estudiar con responsabilidad los proyectos sometidos a su consideración, basándose en los expedientes que respaldan los hechos y pruebas aportadas durante el procedimiento, para que de esa manera se pueda emitir una sentencia debidamente fundada y motivada. 5. Excelencia. El derecho es una ciencia que cambia día a día con motivo de los criterios expuestos por los órganos jurisdiccionales constitucionales en sus sentencias y los textos emitidos por los estudiosos del derecho en la doctrina. Por ello, los juzgadores se deben perfeccionar también día a día para poder desarrollar sus funciones. En particular, los magistrados electorales de Salas Regionales deben capacitarse constantemente para que sus resoluciones contengan razonamientos jurídicos rectos, objetivos y apegados a los últimos criterios emitidos en materia de derechos humanos. 6. Eficacia y eficiencia. La eficacia y eficiencia se refiere tanto a la manera en la que los poderes judiciales, no sólo las salas de Tribunal Electoral sino todos los órganos jurisdiccionales, resuelven los asuntos, como al impacto que sus resoluciones tienen en la sociedad. La eficiencia aplicada a los magistrados regionales puede establecerse como una condición en la que al aparato de justicia resuelve de manera clara y apegado a derecho, todos los asuntos sometidos a su consideración. La rapidez o eficacia se refiere al tiempo de procesamiento de los asuntos. En materia electoral, existen asuntos que deben resolverse de manera pronta y eficaz, tomando en cuenta las tomas de posesión de los candidatos electos, por lo que, en esos casos, los magistrados electorales deben resolver, además de manera eficiente, con rapidez para evitar que los asuntos queden sin materia. Ahora bien, los principios a que me he referido los he aplicado de manera adecuada y constante durante mi desempeño como Secretario de Estudio y Cuenta en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en cada uno de los proyectos de sentencia que he propuesto a mi magistrado titular. En efecto, la independencia e imparcialidad las puedo acreditar, porque jamás he estado afiliado a partido político alguno, nunca he militado en alguno, no he fungido como representante de instituto político alguno ni muchos menos he sido postulado a algún cargo de elección popular. Con ello, en mi opinión, no existe o existirá influencias extrañas en mi actuar como magistrado electoral provenientes de algún órgano jurisdiccional superior o de alguna de las partes. Además, también podré aplicar la objetividad, profesionalismo y excelencia en mi actuar como magistrado de Sala Regional, pues cuento con la capacidad y conocimientos necesarios para desarrollarme en ese cargo, pues además de mi licenciatura en derecho tengo una maestría en Derecho Constitucional y Administrativo egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tengo una Especialidad en Derecho Electoral impartido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Actualmente curso un Diplomado en Derecho Judicial, impartido por la Universidad Austral de Argentina y la Universidad Panamericana. He trabajado en el Poder Judicial de la Federación con una antigüedad de casi diecisiete años, de los cuales los últimos siete me desempeñado como Secretario de Estudio y Cuenta de Sala Regional y de la Sala Superior. En materia académica, he sido expositor en diversos cursos de actualización en materia electoral; asesor en línea en Diplomados y Talleres Virtuales también en materia electoral; coordinador de la materia “Redacción de Sentencias” en la Especialidad en Justicia Electoral Modalidad no Escolarizada, todos impartidos en el Centro de Capacitación Judicial Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Soy Profesor de la materia “Redacción de Sentencias” en la Especialidad en Justicia Electoral, que imparte el Centro de Capacitación Judicial Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. De igual manera, durante mi carrera profesional me he actualizado asistiendo a cursos, talleres, mesas redondas, seminarios y diplomados en diversas materias, en particular en materia electoral, impartidos, entre otros órganos jurisdiccionales y administrativos, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Consejo de la Judicatura Federal y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Por último, mi aspiración a magistrado de Sala Regional es por la continuidad de mi carrera judicial en materia electoral. Como lo he mencionado, he ocupado casi todos los cargos judiciales dentro del Poder Judicial de la Federación y uno de los que siguen en la escala dentro de la carrera judicial en materia electoral, es precisamente el cargo de magistrado de una Sala Regional. Por último, en mi opinión las funciones de las Salas Regionales no sólo se centran en resolver conflictos en particular, sino que, al hacerlo, realizan otra serie de funciones necesarias para la impartición de justicia, como la aplicación, interpretación y creación del derecho hasta la definición de la orientación de las normas y las políticas públicas en materia electoral, el análisis y aplicación de los derechos fundamentales, los límites del ejercicio de la autoridad, el control social y la generación de seguridad jurídica. Además, el reto de las Salas Regionales es asegurar la vigencia de un estado democrático de derecho y garantizar la legalidad de las elecciones sometidas a su jurisdicción y proteger los derechos político-electorales de los contendientes. De esta manera, en un Estado democrático de derecho como México, los órganos jurisdiccionales electorales como las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, están obligadas a hacer prevalecer la voluntad del Pueblo y hacer viable el sistema democrático, de ahí que la gran responsabilidad de los magistrados electorales sea velar porque el sistema a que me he referido funcione dentro del marco jurídico. Febrero de 2013.