Enigmas de la vida de san Pablo Por Ariel Álvarez Valdés

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Enigmas de la vida de san Pablo
Por Ariel Álvarez Valdés
INTRODUCCIÓN
En cierta ocasión, una junta de ministros religiosos estaban
eligiendo al pastor que debían colocar al frente de una iglesia. A
medida que se leían los antecedentes de los candidatos
presentados, todos eran rechazados sistemáticamente, uno tras
otro, por diferentes motivos, de manera que el comité no
terminaba de encontrar al hombre ideal para el puesto.
-¿Queda algún otro solicitante?, preguntó el presidente.
Entonces un miembro de la junta se levanto, y leyó la última propuesta que quedaba:
-"Señores, como la sede de la parroquia está vacante, me gustaría solicitar el cargo.
He sido misionero por muchos años, escribí varios libros teológicos y pastorales. Soy
buen organizador, y he sido líder en la mayoría de los lugares donde estuve. Pero,
para ser sincero, no alcancé mucho éxito como predicador. Tengo más de cincuenta
anos de edad, y nunca prediqué en un lugar por más de tres años. A veces tuve que
abandonar el pueblo porque mi trabajo ocasionaba disturbios y levantamientos. Debo
confesar que estuve en la cárcel tres o cuatro veces, y mi salud no es muy buena,
aunque todavía puedo hacer cosas. Las iglesias en las que prediqué siempre han sido
pequeñas, sí bien ubicadas en ciudades grandes. Nunca me llevé bien con los líderes
religiosos de los sitios donde trabajaba Algunos incluso llegaron a amenazarme, y
hasta me atacaron físicamente. No soy bueno para llevar registros, y se me conoce
por olvidarme de los que he bautizado. Pero si me nombran en el cargo, prometo
poner todo mi esfuerzo para hacer mejor mi trabajo".
Cuando el ministro de la junta terminó de leer la solicitud, preguntó al comité:
-¿Qué piensan ustedes?
Los otros miembros estaban pasmados. ¿Nombrar a un enfermizo, buscapleitos,
distraído, ex presidiario? ¡Había que estar loco para presentar semejante solicitud!
¿Quién firma la carta?, preguntaron.
El ministro miró a todos un instante, y sonriendo replicó: -Está firmada por el apóstol
Pablo.
Una de las figuras más asombrosas, y a la vez fascinantes, del cristianismo primitivo,
es sin duda la de san Pablo. Sobre todo por la época Lan difícil en la que le tocó vivir.
En aquel entonces., la Iglesia debatía vehementemente la cuestión de si ésta debía
seguir siendo una parte del judaísmo tradicional o si, basándose en él debía defender
y buscar su propia identidad e independencia. Pablo, aun siendo judío de nacimiento,
y sintiéndose orgulloso de su origen, adoptó la segunda alternativa Y no sólo la aplicó
en su experiencia misionera sino que supo traducirla también en categorías teológicas,
con un discurso tan sólido, que hasta el día de hoy la Iglesia lo tiene como su postura
oficial.
Para conocer la personalidad de Pablo contamos con una documentación amplia y
excepcional. Un primer lugar, porque él es autor de gran parte del Nuevo Testamento.
De los veintisiete libros que lo componen, trece cartas integran el llamado epistolario
paulino, las cuales nos ayudan a reconstruir los rasgos esenciales de su figura y su
actuación histórica.
De ellas, siete cartas se reconocen como auténticas, es decir, csenuis o dictadas
directamente por Pablo.
Fuera de éstas, existe también otra obra que nos permite recuperar varios datos
importantes de su vida, como es el libre de Los Hechos de los Apóstoles, atribuido a
san Lucas. En él, de los veintiocho capítulos que contiene, al menos dieciséis están
dedicados a Pablo.
Hay además varios libros bíblicos, en los que los estudiosos han descubierto cierta
influencia paulina, como el Evangelio de san Lucas, la 1º Carta de san Pedro, o la
Exhortación a los Hebreos, transmitida durante mucho tiempo como escrita por el
mismo Pablo.
Finalmente, tenemos una abundante literatura surgida durante los primeros tiempos de
la Iglesia, ya sea con su firma, ya sea sobre su persona, que no fueron aceptadas
dentro del Nuevo testamento, y que se conocen como libros apócrifos.
Todo esto hace que sobre la personalidad de Pablo podamos recoger más datos que
sobre cualquier otra figura de la antigüedad cristiana.
Sin embargo, a pesar de tan abundante bibliografía su vida está rodeada de enigmas y
y de misterios, no siempre fáciles de resolver.
El presente libro intenta aclarar algunos de ellos. En él se recogen artículos ya
aparecidos con publicaciones anteriores, junto con otros inéditos aún, todos los cuales
giran en torno a la figura del apóstol de los gentiles.
Cuando uno conoce más de cerca a Pablo, se encuentra con un ser extraordinario y
fantástico, capaz de deslumbrar desde el primer momento, Pero también con un
hombre limitado, torturado y afligido por los derroteros que tomaba la iglesia de su
tiempo, así como por la eficacia de su propio apostolado. Todo lo cual, nos ayuda a
replantearnos nuestra propia vocación y nuestro compromiso con la Iglesia.
Con ese fin está escrito este libro.
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