Alimentación OPINIÓN 10 Innovación: crecimiento y bienestar Ignacio Larracoechea Presidente de Promarca La distribución que alcanzan los nuevos productos en España (un 26 por ciento) es la peor de los principales mercados europeos, entre los que se encuentran Alemania, Francia, Italia y Reino Unido a industria del Gran Consumo (alimentación, bebidas, droguería y cuidado personal) es determinante para la economía y el crecimiento de nuestro país. Es el primer sector industrial en España y el segundo que más aporta al PIB detrás, únicamente, del turismo. En particular, las marcas de fabricante (MDF) dan empleo a 1.018.000 personas de forma directa e indirecta, representan el 7 por ciento del PIB, concentran el 85 por ciento del gasto en innovación dentro del Gran Consumo y más del 90 por ciento de las exportaciones del sector. Existe un consenso unánime entre los expertos, las distintas administraciones y la industria en que el crecimiento del consumo es el resorte que marcará el comienzo de la salida de la crisis y de la recuperación de nuestra economía. Y todos coincidimos en que sin la innovación esto no será posible. Y las marcas de fabricante pueden y deben jugar un papel importante para impulsar ese crecimiento que todos deseamos para España porque son el motor de la innovación y, según un reciente estudio de Kantar World Panel “su innovación hace crecer el consumo de las categorías” hasta un 3,7 por ciento, generando así crecimiento económico y bienestar para los consumidores. L Sin embargo, los datos del mismo estudio revelan que la progresiva caída de nuevas referencias a disposición de los consumidores pone en peligro ese ciclo virtuoso de innovación, crecimiento y bienestar. Los datos están ahí: en su informe de octubre de 2011, la Comisión Nacional de Competencia señaló que la tasa de introducción de nuevos productos baja del 6.78 por ciento entre 2003 y 2006 al 1.94 por ciento entre 2007-2010, es decir, un 70 por ciento. Otros informes independientes también alertan sobre esta tendencia negativa: Alimarket menciona una caída del 60 por ciento entre 2007-2011 y Kantar World Panel habla de un 22 por ciento de caída en 2012. Esta espiral negativa no ha pasado desapercibida en Europa: un informe encargado por la Comisión Europea y publicado en 2011 concluyó que España es el único país de Europa donde la innovación desciende y lo atribuyó a la política de surtido limitado de algunas cadenas de distribución españolas. Efectivamente, esta política de surtido limitado ha supuesto que la distribución que alcanzan los nuevos productos en España (un rácano 26 por ciento) sea la peor de los principales mercados europeos como Alemania, Francia, Italia y Reino 11 Unido. La cadena líder de supermercados en España solo referencia un 17 por ciento de las innovaciones de los fabricantes. La segunda cadena, solamente un 28 por ciento. Es cierto que la cadena líder de los hipermercados referencia un encomiable 61 por ciento de los nuevos productos. Pero no es suficiente si lo analizamos para el total de la distribución. La cadena alimentaria recibe ese nombre porque es un sistema integrado compuesto por varios eslabones (productores, industria, distribuidores) que deben trabajar y cooperar de forma eficiente para crear cada vez más valor y servir mejor a los consumidores. Si la distribución no considera rentable referenciar y apoyar las innovaciones de los fabricantes, si los fabricantes no consideran rentable sacar al mercado más innovaciones y apoyar a los distribuidores que las referencian, si los productores no consideran rentable modernizar sus procesos y adoptar nuevas tecnologías, nadie será culpable de la destrucción de valor de la cadena alimentaria, pero entre todos la habrán matado. Ha llegado el momento de hacer honor a su nombre y demostrar que los eslabones pueden pedalear conjuntamente creando valor y mejorando el bienestar de los consumidores alrededor de la innovación. Si todos apuestan por la innovación, desde la fase de I+D, pasando los estudios de mercado/tendencias y las estrategias de publicidad y marketing, hasta su comercialización, que requiere presencia en las tiendas y la desaparición de malas prácticas como el uso de la información sensible o la copia de envases por la marca del distribuidor, podremos superar este Alimentación OPINIÓN reto decisivo para la cadena pero también para la economía española. Soy consciente de que las autoridades españolas están tomando medidas para incentivar la innovación y el crecimiento del consumo. A iniciativa del ministro Miguel Arias Cañete, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) ha tenido en cuenta estos factores tan importantes para la economía española y ha puesto en marcha la Ley de Medidas para Mejorar el Funcionamiento de la Cadena Alimentaria. Creemos que es un gran acierto, que contribuirá a aumentar la productividad de los mercados, a corregir los defectos de nuestro sistema y a dinamizar la eficiencia del sector, equilibrando las relaciones entre los distintos eslabones de la cadena. Esta Ley, pionera en nuestro continente, ha sido aplaudida por otros países y por la Comisión Europea y estamos seguros que vertebrará y garantizará mejoras en la cadena alimentaria impulsando de manera decidida la innovación. Las empresas fabricantes, los agricultores, la distribución y la administración debemos trabajar conjuntamente en un gran pacto que impulse la innovación y su acceso a todos los consumidores. De esta forma podemos mejorar el bienestar de los consumidores españoles y transformar este entorno negativo en un ciclo virtuoso de crecimiento, empleo y exportaciones. Esta será nuestra mejor contribución a la recuperación económica de España, por encima de nuestros intereses particulares. Ignacio Larracoechea Presidente de Promarca Las empresas fabricantes, los agricultores, la distribución y la administración debemos trabajar conjuntamente en un gran pacto que impulse la innovación y su acceso a todos los consumidores