32 FRUTO DEL ESPÍRITU: BONDAD “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12,21) Una iglesia fuerte en Dios, que se nutre por el Espíritu de Dios, muestra el carácter de Cristo en su vida y ministerios, que es tanto como decir en la vida y ministerios de sus miembros. Y un fruto destacado de ese carácter es la bondad (Gál.5,22). El entendimiento moral de nuestra sociedad se halla tan trastornado que, para muchos, una persona bondadosa es alguien falto de carácter, ingenuo hasta lo ridículo y fácil de engañar. Si se habla de bondad de forma positiva, se advierte apresuradamente que “bueno” y “malo” son términos relativos que cada cual puede entender a su manera. Pero la Biblia tiene para todos una enseñanza bien distinta: de nadie puede decirse que es bueno, salvo de Dios (Mr.10,18); por eso, por cuanto todos somos pecadores, nos es necesario “nacer de Dios” en Cristo (Jn.3,3) si queremos vivir siquiera parcialmente un reflejo de la bondad divina. El perfil de esa bondad no lo diseña cada cual según su particular criterio o conveniencia sino que nos viene mostrado en la Palabra de Dios (Sal.119,9) y se hace visible en el carácter y la conducta de nuestro Señor Jesucristo. Y lo más extraordinario: el bien según Dios triunfa sobre el mal, a pesar de todo (Rom.12,21). A menudo la experiencia parece mostrar lo contrario, pero Dios hará prevalecer la bondad sobre toda forma de maldad y pecado que hoy oprime al mundo (Sal.37). Una iglesia fuerte en Dios cree en la fuerza de la bondad, la ejercita según el poder del Espíritu Santo, y así testifica eficazmente al mundo de la vida nueva que Dios ofrece a todos en Cristo Jesús.