Universidad Distrital: Sesenta años de memoria y vida

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Universidad Distrital:
Sesenta años
de memoria y vida
Universidad Distrital:
Sesenta años
de memoria y vida
UNIVERSIDAD DISTRITAL
FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
1948 - 2008 SESENTA AÑOS DE VIDA UNIVERSITARIA
Vicerrectoría Académica
Universidad Distrital
Francisco José de Caldas
Universidad Distrital:
Sesenta años
de memoria y vida
ISBN 978-958-8337-39-5
Primera edición: Julio de 2008
1948 - 2008
SESENTA AÑOS
DE VIDA UNIVERSITARIA
Rector
Carlos Ossa Escobar
Vicerrector Académico
Orlando Santamaría Vergara
Vicerrector Administrativo
Dagoberto Quiñónez Collazos
Decana Facultad de
Ciencias y Educación
Clara Inés Rubiano Zornosa
Decana Facultad de Ingeniería
Lilia Edith Aparicio Pico
Decana Facultad de Medio Ambiente
y Recursos Naturales
Irma Yolanda Ramírez Guarín
Decana Facultad Tecnológica
Dora Marcela Martínez Camargo
Decano Facultad de Artes
Edgar Ricardo Lambuley Alférez
Directora Instituto de Estudios
e Investigaciones Educativas
Flor Alba Santamaría Valero
Fotografía de Portada
Sin título. UDFJC (Sede ASAB)
© Abdú Eljaiek
Primera guarda
Vida UD. Yeimmy Ramos
Segunda guarda
Balcones. Myriam Moreno
© 2008 Universidad Distrital
Francisco José de Caldas
© Instituto de Estudios
e Investigaciones Educativas
(IEIE)
© Dirección editorial.
Flor Alba Santamaría Valero
Diseño y diagramación:
Carlos Andrés Almeyda Gómez
Héctor Suárez Castro
Impresión:
Panamericana Formas e Impresos S.A.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Instituto de Estudios
e Investigaciones Educativas (IEIE)
www.instituto-ieie.org
http://ieie.udistrital.edu.co
Correo electrónico: [email protected]
Teléfono: 3238400 ext. 6331
Todos los derechos reservados. Esta obra
no puede ser reproducida sin el permiso
previo y escrito del Instituto de Estudios e
Investigaciones Educativas.
Contenido
Presentación
El contexto de creación
de la Universidad Distrital
Francisco José De Caldas
Carlos Arturo Reina Rodríguez
Fotografía y Universidad
Nevis Balanta Castilla
Aportes al
Teatro Colombiano
Jairo Florián Bocanegra
Más allá de los muros
y las aulas
Flor Alba Santamaría Valero
Movimiento estudiantil,
la imagen de la juventud rebelde
Emilce Garzón Peña
Los ecos de mayo de 1968
Fabio Lozano Santos
5
7
16
21
25
34
42
En pos de la memoria
Entrevista a tres de los primeros
egresados de la Universidad Distrital
Carlos Alberto Martínez
52
Presentación
“La fotografía es un impulso espontáneo que
surge de mirar continuamente y
que capta el instante y su eternidad.”
Henri Cartier-Bresson
E
l Instituto de Estudios e Investigaciones
Educativas (IEIE), rinde con esta publicación
un homenaje a nuestra querida Universidad
Distrital Francisco José de Caldas, en sus sesenta años de
existencia. La convocatoria fotográfica “Sesenta años de
memoria y vida”, realizada en el año 2007, y la selección
de los jurados Abdú Eljaiek, Hernán Garcés y Paola
Álvarez, permitieron que esta obra naciera. Las diversas
fotos e imágenes recibidas ―captadas en su mayor parte
por estudiantes y algunos profesores y funcionarios
de la Universidad―, se convirtieron en un espacio de
encuentro y de miradas. De esta forma, se enriquece el
acervo icónico y nos aseguramos con pie firme en la
historia. En este libro, las fotos están acompañadas por
la palabra, importante complemento dialógico. Gracias
a ello, la imagen visual se vuelve palabra y la palabra se
transforma en imagen visual, conservando una y otra, por
esas leyes enigmáticas del arte, su autonomía.
◄ Sin título.
Abdú Eljaiek..
Archivo personal.
Universidad Distrital (Sede ASAB).
2006
El grupo interdisciplinario, Observatorio de niños y
jóvenes, proyecto naciente del IEIE, compuesto por
Nevis Balanta, Karina Bothert, Carlos Arturo Reina,
Flor Alba Santamaría y Emilce Garzón, tuvo la delicada
responsabilidad de mirar y remirar las fotos recibidas. Fue,
en verdad, un ejercicio de reconocimiento de los ámbitos
íntimos de la Universidad, dadores de conocimiento y
sabiduría, fuente viva de nostalgias y proyectos. Estas
imágenes y recuerdos, siempre nuevos y siempre los
mismos, han terminado por fijarse en estas páginas. Los
invitados a escribir los textos no se hicieron esperar.
Sesenta Años de Memoria y Vida
El primer escrito lo aportó Carlos Arturo Reina, quien ha pasado
buena parte de su vida en la U, primero como estudiante y ahora
como profesor. Carlos Arturo, desde una mirada histórica, nos
presenta el contexto de creación de la Universidad, es decir, nos
habla de su fundación. Continúa Nevis Balanta, también egresada y
ahora profesora: como estudiosa del lenguaje nos habla de esa otra
dimensión, la de la fotografía, y su innegable legado que permite
revelar los rostros y los rastros de nuestra Universidad y eternizar
los instantes de espacios y seres que habitan y han habitado en ella.
Jairo Florián, director del grupo de teatro “El Nuevo Pregón”, nos
muestra cómo el teatro siempre ha permanecido en la Universidad
y ha ayudado con ideas y acciones libertarias a trazar su rumbo y
darle gestos y voz a su destino. Flor Alba Santamaría, quien lleva casi
la mitad de su vida en el oficio docente, nos pinta con palabras el
camino recorrido como una huella de su experiencia en un diálogo
de saberes, que siempre ha establecido con estudiantes, bien sean
niños, jóvenes o adultos. Esta vez, nos narra la experiencia de los
caminantes y el encuentro con la naturaleza en un día de recorrido
al Páramo del Verjón. Emilce Garzón cumple su empeño por
adentrarse en los movimientos estudiantiles, redescubrir y arrojar
nueva luz en las huellas que han dejado y las conquistas, los fracasos
y las luchas desarrolladas, siempre en pro de una educación justa y de
calidad. Fabio Lozano, quién parece haber estado desde siempre en
la Universidad, nos presenta la influencia que tuvo para la Distrital
el movimiento de Mayo del 68, originado en las universidades
francesas, y que llegó con todo su desenfado, salvando fronteras
terrestres y acuáticas, hasta nuestra Alma mater. Cerramos el libro
con las palabras de tres de nuestros primeros egresados, los cuales
le cuentan a Carlos Alberto Martínez fragmentos de sus vidas y su
paso imborrable por la Universidad.
El tiempo, esa imagen móvil de la eternidad inmóvil de que
habla Platón, pasará; nuevas cohortes de profesores, estudiantes
y funcionarios llenarán los ámbitos de la Universidad, y entonces
habrá que abrir una y otra vez este libro para tener y mantener la
idea de continuidad en el hilo del cambio y la noción de cambio en
el continuum institucional. Porque este libro es también un espejo,
un ojo de agua, con más de un parecido con la laguna del silencio
que brinda refugio a las imágenes fugitivas del cielo del páramo de
El Verjón.
¡Gracias Universidad Distrital!
Equipo IEIE
Sesenta Años de Memoria y Vida
El contexto de creación
de la Universidad Distrital
Francisco José De Caldas
Carlos Arturo Reina Rodríguez*
Pensar en el contexto de creación de la
Universidad Distrital, también es referirse a la historia de la
Universidad en Colombia y, desde luego,
a una coyuntura particular
a fines de los años 40 del siglo XX.
E
ste siglo consolidó a la Universidad Nacional
como proyecto de educación superior pública
en Colombia, mientras al mismo tiempo, Bogotá se convirtió en el centro educativo por
excelencia. Al finalizar los 40, y comenzar los años 50, fueron
fundadas buena parte de las univer­sidades regionales actualmente vigentes, mientras apareció una enorme preocupación
por el desarrollo de los campos técnico y tecnológico que se
materializaron con la creación de carreras de esta índole.
* Candidato a Doctor en Historia
de la Universidad Nacional.
Profesor de la Facultad de
Ingeniería, Universidad Distrital
Francisco José de Caldas.
En esta década, el país continuó con los procesos de
industriali­za­ción iniciados por el gobierno de Alfonso López
Pumarejo en 1934 y que facilitaron en las décadas siguientes
avanzar en el desarro­llo y modernización de buena parte de
la infra­estruc­tura del país. Era muy importante por entonces,
generar condiciones que facilita­ran un proceso como este.
Crear escuelas técnicas se convirtió en una alternativa frente a
las carreras profe­sionales que se ofrecían en las universidades
existen­tes, instituciones influenciadas por la acción y presencia
de la Iglesia católica y de los partidos políticos. La formación
de mano de obra calificada, resultó ser prioridad en este
contexto.
Sesenta Años de Memoria y Vida
A partir de 1948, y después del asesinato
de Jorge Eliécer Gaitán, la historia de
Colombia generó una nueva dinámica que
puso en directa contravía los esquemas
mentales de lo rural y lo urbano que se
venían dando desde dos décadas antes.
La reconstrucción de las ciudades y
pueblos afectados, así como la de Bogotá,
sirvieron como punto de partida para
nuevos procesos de desarrollo urbano, así
como para la formulación de estrategias
de planeación que involucraron el espacio público, vías,
transporte y comunicaciones, así como también Salud,
vivienda y Educación.
▲ Personal Directivo y Docente. Anuario Universidad Distrital
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá. 1964.
10
Sesenta Años de Memoria y Vida
Años antes, se observaba en el ambiente nacional el
afán y la urgencia de industrializar al país, en donde las
misiones extranjeras fueron importantes en este proceso,
algunos de cuyos miembros posteriormente ingresarían
como profesores a las nacientes universidades. Tiempo
atrás, desde la creación de la Escuela de Artes y Oficios de
Bogotá, hasta el desarrollo del Instituto Técnico Central,
se planteó la necesidad de realizar cambios en las formas
como se educaba a los sectores populares, en perspectiva
de generar posibilidades de mejorar sus condiciones
socio-económicas. No obstante, la pugna entre los
partidos impidió realizar ajustes apropiados. Esto fue
denunciado en abril de 1940, cuando el entonces Ministro
de Educación, Jorge Eliécer Gaitán, realiza un balance
del sistema educativo, y señala algunos de sus principales
problemas, entre ellos, la dificultad para los sectores menos
favorecidos de ingresar a la Universidad. Este expresa
la necesidad de brindar mejores garan­tías educativas y
sobre todo, haciendo énfasis en la necesidad imperiosa de
mejorar la educación, sobre todo secundaria por medio de
la creación de departamentos técnicos, que permitieran que
aquellos que no pudieran entrar a la Universidad, poseyeran
herramientas para ingresar al campo laboral. También
se debatió en esta década, acerca de la importancia de la
educación de la mujer y de cómo debían ser
creadas algunas carreras donde ellas pudieran
contribuir al desarrollo intelectual del país.
Gaitán se retira de este cargo, no sin antes
haber creado un Concejo Técnico de la
Enseñanza primaria, el Concejo Nacional de
Segunda Enseñan­za, al tiempo que impulsó
la Enseñanza Agraria, la construcción y
creación de más de 50 instituciones escolares,
el fortale­cimiento de la enseñanza comercial,
el ordenamiento de la carrera administrativa
y la creación de un instituto para el desarrollo
científico denominado Ateneo Nacional de
Altos Estudios.
Se expresa la necesidad de
garantías educativas, por
medio de departamentos
técnicos, que permitan que
aquellos que no puedan entrar
a la Universidad, posean
herramientas para ingresar
al campo laboral.
El diario El Tiempo dió noticia de tal hecho: “El gobierno
procuró intensificar los múltiples aspectos de enseñanza
orientada hacia la especialización en nuevos oficios y la
vinculación estrecha con la industria nacional y con las
escuelas complementarias." Luego Gaitán agregaría:
“Existe una urgencia de promover entre nosotros una
campaña tendiente a lograr la organización científica de la
enseñanza industrial técnica".
Desde 1941 a 1945, el Ministerio de Eduación quedó a
cargo de Guillermo Nanneti quien fue continua­dor de
las políticas educativas gaitanistas. Uno de los problemas
que se cuestionaron de manera frecuente, fue el acceso de
los bachilleres a la ecuación superior. En este momento
fue nombrado como rector de la Universidad Nacional
Gerardo Molina, tiempo en el que se realizaron varias
discusiones acerca de la autonomía universitaria y donde
los estudiantes exigieron mayor participación mientras que
realizaban algunas huelgas.
Aparece el Instituto Caro y Cuervo en 1944, resaltado como
una entidad de Altos Estudios lingüís­ticos y Filológicos que
pretendió llevar a Colombia a estar en los primeros lugares
a nivel mundial, en cuanto a estas áreas se refiere. Se llevó a
▲ Dpto. de Tecnología de Maderas.
Anuario Universidad Distrital.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá. 1964.
El Tiempo. Bogotá, Abril 17 de 1940.
Sesenta Años de Memoria y Vida
11
cabo un plan de reformas para la educación
pública donde la dirección de educación
fue dividida en cinco departamentos:
departa­mento técnico, administrativo,
de negocios generales, de medicina
escolar y de construcciones escolares. El
Se realizó el debate acerca
Departamento Técnico será fundamental
del ente que debía encargarse
pues la razón del Colegió Municipal habrá
de administrar la educación
de ser precisamente el departamento
en Bogotá. En el caso de
técnico concebido por Antonio García
la Educación Superior, se
como Politécnico en el anteproyecto de
propuso una reforma en 1947,
1947 y materializado después de la muerte
donde se creó el Supremo
de Gaitán en el acta de fundación de la
Consejo de la Universidad
Universidad Distrital. Posteriormente y en
Colombiana.
medio de caldeados debates, se planteó
una reforma educativa en el año de 1947,
mismo año en el que falleció Gabriel
Turbay y se anunció la candidatura única de Gaitán en un
prematuro ambiente pre-electoral. En el mes de Octubre
de 1947, fueron realizadas las elecciones para el concejo
de la ciudad, las cuales son ganadas ampliamente por el
partido liberal, quienes eligen a 11 concejales sobre 4
del partido conservador. Entre los concejales elegidos
se encuentra el proponente del proyecto de creación
del Colegio Municipal, que a la postre se convirtió en
la Universidad Distrital, el economista Antonio García
Nossa, amigo de Jorge Eliécer Gaitán con quien también
diseñaron el llamado Plan Gaitán.
▲ Personal Directivo y Docente. 12
Anuario Universidad Distrital.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá. 1964.
Sesenta Años de Memoria y Vida
Este mismo año de 1947, el Ingeniero Italo Amore,
especialista en radio-electricidad, trató el problema para la
reglamentación de esta indus­tria en Colombia, asegurando
que “ya no es suficiente en una radio reglamentación
moderna, considerar únicamente los campos de la telegrafía,
telefonía y radiodifusión, que según la antigua escuela
europea, solamente podían ser encomendados a rígidos
monopolios estatales.” Hay una necesidad abierta y esta
El Tiempo. Bogotá, Marzo de 1947.
será precisamente la que llenará la Carrera
de Radio Técnica del Colegio Municipal,
hoy, la Carrera de Ingeniería Electrónica
de la Universidad Distrital. Hasta 1948,
se realizó el debate acerca del ente que
debía encargarse de administrar la educación en Bogotá. Se
discutió si era conveniente que lo tomara el Departamento,
el Municipio o la Nación. En el caso de la Educación
Superior, se propuso una reforma en 1947, donde se
creó el Supremo Consejo de la Universidad Colombiana,
teniendo como asiento la Universidad Nacional. Allí se
estipuló que no podían existir diferencias de Pensum ni de
progra­mas, ni de intensidad en los estudios, ni en la escala
de calificaciones en cada una de las Universidades oficiales.
Además se indicó que cada una de las universidades del país
debía organizar escuelas industriales con capacidad mínima
de 1000 estudiantes en la Nacional y 500 en las seccionales,
quedando autorizadas para contratar en el exterior los
técnicos indispensables para el eficaz desarrollo de su labor
docente.
El Colegio Municipal y La Universidad
El proyecto de creación del Colegio Municipal es presentado
por Antonio García Nossa el 6 de diciembre de 1947,
siendo ratificado en el mes de febrero de 1948 y solo hasta
marzo se planteó el inicio de clases, que fue postergado en
varias ocasiones debido a problemas de infraestructura:
EL PRIMERO DE MARZO INICIARÁ TAREAS
EL COLEGIO MUNICIPAL DE BOGOTA: El Colegio
Municipal tendrá una educación gratuita para varones. Este Colegio
se organizará como externado. La selección de los estudiantes se
realizará entre las personas que poseen escasos recursos.
No obstante, la fecha se posterga unos días. Nuevamente la
prensa destaca la noticia de la siguiente manera:
EL POLITECNICO MUNICIPAL ABRIRÁ EL QUINCE
DE ESTE MES. EL COLEGIO SERA UNO DE LOS
El Tiempo. Bogotá, Febrero 8 de 1948.
▲Estudiantes
laboratorio de Electrónica.
Anuario Universidad Distrital.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá. 1964.
Sesenta Años de Memoria y Vida
13
No podían existir
diferencias de Pénsum
ni de programas,
ni de intensidad
en los estudios,
ni en la escala de
calificaciones de las
Universidades oficiales.
MEJORES DEL PAIS. Educación técnica gratuita se dará a la
juventud. Funciona­rá en un amplio y cómodo edificio del barrio San
Fernando. Se inaugura con cerca de 300 alumnos. Anzola Gómez,
rector del Colegio habla sobre los fines del establecimiento.
Aparece, por primera vez, el nombre del rector del
Colegio, Gabriel Anzola Gómez y que posteriormente
será sucedido por el presbítero Daniel Caicedo, que
es quien aparece en la mayoría de documentos. Con el
acaecimiento de los hechos del 9 de Abril y la muerte
de Gaitán, el Concejo de Bogotá determinó renombrar
algunas calles, plazas, barrios y avenidas, con el nombre
del caudillo asesinado. Posteriormente, el proyecto del
Colegio Municipal tuvo un claro matiz tanto desde sus
objetivos como desde su perspectiva, relacionada con la
bancada liberal en el concejo. De allí el nombre de Jorge
Eliécer Gaitán en sus primeros dos años:
EL COLEGIO MUNICIPAL: Una de las iniciativas que mejor
acogida puede merecer de la ciudadanía bogotana es la referente a la
fundación del Colegio Municipal, instituto dedicado al servicio de la
niñez proletaria y cuyo prospec­to abarca proporciones que responden a
las más exigentes necesidades de la moderna organización pedagógica.
Con capacidad para cerca de dos mil estudiantes...
Más adelante, se renombra el colegio y asume como
Colegio Municipal Jorge Eliécer Gaitán:
ESPLENDIDA
REALIDAD ES EL COLEGIO
MUNICIPAL “JORGE ELIECER GAITAN”: Este colegio
busca la democratización de la enseñan­za y el poder dar a las clases
populares una enseñanza que esté acorde con sus necesidades. Según el
Alcalde Mazuera, el propósito del Colegio es ambicioso y corresponde
a la imperiosa necesidad de ofrecerle a la juventud colombiana una
preparación moral e intelectual sólida que capacite para luchar
ventajosamente por la vida en esta época compleja y difícil como ninguna.
Su rector es Gabriel Anzola Gómez.
En 1949, Antonio García empezó a formular la idea de
diversificar la educación del Colegio y amplió la propuesta
El Tiempo. Bogotá, Marzo 1 de 1948.
El Tiempo. Bogotá, Domingo 27 de Junio de 1948.
El Tiempo. Bogotá, Lunes 5 de Junio de 1948.
14
Sesenta Años de Memoria y Vida
hasta configurar un modelo que posteriormente sirvió de base para la estructura de
la Universidad en 1950. Anota el concejal
Carlos Lleras ante el Concejo de Bogotá:
El proyecto crea la Ciudad Politécnica del Municipio de Bogotá en desarrollo de los Acuerdos 10 y 51 de 1948 y 7 y 33 de 1949, y he hecho
al título una modificación para ajustarlo a un carácter más técnico de
esta entidad, consistente en denominarlo Instituto Politécnico en vez de
Ciudad Politécnica, por que este término no me parece el más aparente,
ya que es usado para diversas clasificaciones como organizaciones urbanísticas, etc, y en cambio el instituto corresponde mejor a un criterio
técnico educacional. Este instituto se compondría según el proyecto de las
siguientes escuelas: Colegio Municipal Jorge Eliécer Gaitán, que funciona como sección de bachillerato hasta 4to año, y que incluirá una sección
preparatoria para niños que lleguen a 4to año de escuelas primarias;
la escuela de profesiones técnicas o auxiliares, que constituye el actual
Departamento Politécnico del mismo y que creo ya funciona; la escuela
técnico-industrial para la formación de operarios expertos y técnicos en
las diferentes ramas de la industria, y de una escuela de capacitación
técnica en las distintas ramas de artesanos.
Antonio García no estuvo de acuerdo con la denominación de instituto, porque, según él:
...hay una suma orgánica de institutos y nos encontramos con una suma
de construcciones que responde a unas cuantas fundamentales, cuales son
el colegio, que no es una institución aislada de bachillerato sino que es
un bachillerato eminentemente técnico, o sea que se orienta a dar la formación general y fundamental para seguir las carreras cortas auxiliares
que o pueden hacerse dentro de la Universidad. En seguida se tiene la
sección politécnica, o sen las profesiones técnicas auxiliares superiores,
tales como la de topógrafo, ayudante de laboratorio, dibujante industrial,
estadígrafo, administrador, etc .
Como se aprecia, prácticamente se empieza a diseñar una
nueva institución, máxime cuando en la misma sesión se
aprueba que el concejo directivo estará constituido por
el representante de la Universidad Nacional, el rector del
Acta No. 59. Sesión del viernes 12 de agosto de 1949. Anales del
Concejo de Bogotá, 1949.
Ibid. Anales del Concejo de Bogotá, agosto de 1949.
▲ Estudiantes en la Biblioteca.
Anuario Universidad Distrital
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá. 1964.
Sesenta Años de Memoria y Vida
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Colegio Municipal, el representante del Alcalde y uno del
Concejo de Bogotá, lo que perfila a su vez, el origen del
concejo Superior de la Universidad. Es de este proyecto,
de donde finalmente se dará vida en el año de 1950, a la
Universidad Municipal de Bogotá, el 6 de agosto, inaugurada por el Presidente Ospina Pérez precisamente en el
último día de su mandato. Informa el periódico El Siglo:
La Universidad Municipal de la Capital se Fundará Oficialmente
Esta Tarde: tendrá especializaciones sobre carreras menores, con cinco
facultades. El Acta se firma esta tarde. El decreto correspondiente será
expedido hoy. La Universidad Municipal de Bogotá será inaugurada
oficialmente hoy a las dos de la tarde en una ceremonia simbólica que
se efectuará en el despacho del Alcalde Santiago Trujillo Gómez, con
la asistencia de miembros de la junta directiva del Colegio Municipal
y de otras personalidades invitadas especialmente. El acta de fundación
será firmada por el presidente Ospina Pérez, el gobernador Jorge Leiva,
el alcalde Trujillo Gómez, el Ministro de educación Mosquera Garcés,
el vicario capitular de Bogotá, monseñor Emilio de Brigard, el vocal del
Concejo municipal Carlos Alberto Guzmán, el vocal de la Universidad
Nacional, Álvaro Marín, el rector del Colegio, presbítero Daniel Caicedo, el inspector de educación municipal de Bogotá, Luís Eduardo Sánchez y el Secretario del Consejo directivo del Colegio Municipal, Salvador
Linares. La Universidad Municipal constará de cinco facultades de especializaciones menores y que en su orden serán: Ingeniería radio técnica,
3 años, ayudante de topografía, 2 años, perito forestal, 2 años, ayudante
de geólogo, 3 años, y perito en sondeos y perforaciones de pozos, 2 años.
La Universidad Municipal de Bogotá será la primera entidad educativa
de su género que funciona en el país. Hasta el momento se habían hecho
algunos intentos que prácticamente no culminaron en nada satisfactorio.
Por su parte, la facultad de radio-técnica con estudios sistematizados será
el primer plantel universitario que funcione en América del sur.
El nombre de Jorge Eliécer Gaitán desaparece para la Universidad y en 1952 esta incorpora el nombre del personaje
histórico payanés Francisco José de Caldas. Por su parte,
el Colegio Municipal perdió temporalmente también este
nombre hasta que pasados más de 15 años, cuando maestros y estudiantes del plantel buscaron su reconocimiento
El Siglo. Bogotá. Domingo 6 de Agosto de 1950. Páginas 1 y 7.
16
Sesenta Años de Memoria y Vida
para llevar nuevamente el nombre con el cual se mantiene
hasta la actualidad como IED Jorge Eliécer Gaitán.
Dos años después, el gobierno municipal en el decreto
número 88 de febrero 26 de 1952 ratificó la creación de la
Universidad, reconociéndole todas las prerrogativas que
como Universidad le corresponde. Posteriormente por
resolución No. 403 de 1952 el ministerio de Educación
Nacional concedió el permiso autorizando provisionalmente el funcionamiento de la Universidad Municipal
como instituto de enseñanza profesional, en las ramas de
Ingeniería Radio técnica, Ingeniería forestal y topografía
y otorgando el título de Licenciado en el área respectiva.
Finalizando ese año, se expidió el decreto 653 de Noviembre 13 de 1952, el cual amplió el alcance del acuerdo
No. 51 de 1948, en el sentido de crear carreras de larga duración que la habilitaron para otorgar títulos estrictamente académicos. Finalmente, por medio de la resolución
número 3410 de diciembre 9 de 1952 el Ministerio de
Educación Nacional, aprobó los estatutos de la Universidad en razón a encontrarse los pensum y programas de
las facultades de Topografía, Ingeniería forestal, e Ingeniería electrónica, conforme a lo dispuesto en el artículo
12 de la ley 56 de 1927 y el decreto No. 260 de 1936. En la
resolución numero 5128 se encuentra la aprobación definitiva que a los planes de estudio concedió el MEN. Este
mismo año, la Universidad asume el nombre de Universidad Municipal de Bogotá Francisco José de Caldas.
▲
Mosaico Ingenieria
1956-1957.
Archivo Universidad Distrital
Francisco José de Caldas.
Como se puede apreciar, los años siguientes removieron
los objetivos iniciales y en cuestión de cuatro años, del colegio Municipal se desprendió una Universidad que partió
de un departamento técnico que vinculara estudiantes de
cuarto año de bachillerato a una entidad educativa del orden superior. Tanto el Colegio como la Universidad siguieron caminos distintos, pero unidos por objetivos similares
y bajo una visión fundacional, emanada del proyecto gaitanista de los años 40, cumpliendo en conjunto 60 años de
memoria y vida. ■
Sesenta Años de Memoria y Vida
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Fotografía y Universidad
Por Nevis Balanta Castilla*
“Las fotografías transforman el pasado
en un objeto de tierna reminiscencia.”
Susan Sontag
E
n la fotografía, la universidad revela su rostro
impreciso. Allí, en ese instante de luz, se prolongan
sus leyendas y sus sueños. Toda universidad tiene
en sus fotografías las lunas y los soles conseguidos, las
multitudes escondidas en sus ojos y la festividad de sus
cejas.
* Magíster en Investigación
Social interdisciplinaria,
con estudios de Comunicación y periodismo
de la Universidad
Estatal de Voronezh,
Rusia. Docente de la
Universidad Distrital.
18
Las fotografías dignifican la universidad y le confieren
una especie de eternidad nostálgica que nos instala
en momentos, espacios y personajes que rumoran su
gloria detenidos en el tiempo . Entonces las fotos dan
valor a la universidad, a su historia y sus fragmentos,
porque allí se recogen experiencias: minucias de la vida
urbana y nacional , que conmemoran los logros, las
travesuras y las dificultades superadas. Así la fotografía
encierra misterios universitarios en una suerte de museo
de realidades que desafía la temporalidad y admite,
acudiendo a Sontag, “ver una belleza nueva en lo que
desaparece” o permanece.
SONTAG, Susan. Sobre la Fotografía. Alfaguara. Madrid, 2005.
Sesenta Años de Memoria y Vida
▼ Título: Escanear.
Oswaldo Enrique Rocha.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
19
► Título: Construyendo Academia.
Oscar Gordillo.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
De este modo la fotografía permite comprender más
quienes somos, lo que hacemos y para dónde vamos (si
es que vamos a algún lugar), pues todo lugar tiene una
referencia al espacio que ocupa. También fotografiarnos
implica otros modos de mirarnos, pues, como lo afirma
Susan Sontag: “coleccionar fotografías es coleccionar
el mundo”, todo lo cual nos ayuda a ampliar la mirada
interna sobre el porqué somos así y no de otra manera,
pues en esos estuches de rutinas y momentos está nuestro
carácter, reflejo de nuestra condición académica y social
y víctima de nuestro talante y estilos de Ser y Hacer la
política.
La universidad fotografiada activa las ansias de
saborear y compartir esos aromas que anidan
La universidad
en nuestro propio cuerpo, pues ésta pasa de ser
fotografiada activa las
objeto a sujeto activo con alma y lenguaje propio,
ansias de saborear y
porque la fotografía en general ha elaborado
compartir esos aromas que
una serie de procedimientos expresivos que la
anidan en nuestro propio
convierten en una dimensión estética que se
cuerpo, pues ésta pasa de
basta en sí misma a través de un código visual de
ser objeto a sujeto activo
aprehensión de la realidad. Ésta, además de hacer
con alma y lenguaje propio.
poesía, invita a renovar el lenguaje que nombra
y alude a la universidad, dado que cada imagen
contiene una autorreflexión, (cargada de una profunda
mirada desde adentro) representada en lo que significa
ser Universidad Pública con una gran misión artística,
humanista e histórica.
Por otro lado, la fotografía es, como bien lo ha afirmado
Peter Burke, una forma importante de documento
histórico independientemente de su calidad estética,
pero también advierte de su fragilidad y de las trampas
en las que se puede caer al utilizarla como testimonio,
SONTAG, Susan. Ante el Dolor de los Demás. Alfaguara, 2003.
BURKE,Peter. Visto y No Visto. El uso de la imagen como documento
histórico. Crítica. Barcelona, 2005.
20
Sesenta Años de Memoria y Vida
por ello la necesidad de tener claro el objetivo que se
persigue, en este caso hacer un homenaje a la memoria de
la Universidad Distrital en sus sesenta años de vida, asunto
que permite imaginar el pasado de un modo más vivo y
recrear una especie de historia cultural de la universidad
a través de fotografías que cuentan algo acerca de sus
orígenes, sus espacios y el movimiento de la gente que
oscila entre los eventos académicos y la protesta.
En otro orden de ideas, tal como pensaba Virginia Wolf,
las fotografías hablan por sí mismas, sin que se necesiten
pie de fotos y explicaciones, porque “la vista llega antes
que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar” y
en las fotografías hay un relato gráfico que habla sin
palabras; así sucede con las fotos de las guerras que
retratan el horror y la barbarie por lo que nadie discute
su veracidad.
En las fotografías sobre la universidad también se registran
hechos académicos que se convierten en verdaderos
documentos de referencia. Huellas indelebles de la historia
universitaria y vestigios de sus fábulas y tradiciones. ■
BERGER, John. Modos de Ver. Gustavo Gili. Barcelona, 2000.
Sesenta Años de Memoria y Vida
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Sesenta Años de Memoria y Vida
Aportes al Teatro Colombiano
Por Jairo Florián Bocanegra*
◄
Título: Entre sombras.
Oswaldo Enrique Rocha. 2004.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
* Director del grupo de teatro
“El Nuevo Pregón”,
de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas
El teatro en Colombia, y en especial la Comunidad
Teatral Universitaria, alcanzó su auge y trascendencia en
la época de los años setenta, cuando el trabajo propio,
ante la carencia de escritores y de una dramaturgia
nacional, fue el impulso para el desarrollo de la técnica de
creación colectiva, que estuvo fuertemente influenciada, a su
vez, por autores de avanzada como Peter Weis, Friedrich
Durrenmat y, sobre todo, por Bertolt Brecht, colocando
nuestro teatro a la vanguardia del Teatro Latinoamericano.
Es así que, luego de una breve pausa, dominada por la
fiebre del teatro del absurdo cuya moda a nivel mundial
suscitó en Colombia algunos montajes como el Triciclo
(Fernando Arrabal), Las Sillas (Ionesco), Esperando a Godot
(Samuel Becket) y otra serie de piezas influidas por esta
escuela (Adamov), se pasa a un teatro fundamentado en
las enseñanzas de Brecht. Este dramaturgo se convierte,
finalmente, en el autor pedagógico por excelencia.
Brecht, poeta y hombre del teatro alemán (Baviera),
fundador del Berliner Ensemble con el que llevó a la
práctica sus teorías teatrales, es una de las personalidades
que más influyó en la teoría y en la praxis del teatro del
Siglo XX, a través de textos como el “Messingkauf ”, un
diálogo entre un director, un actor, una actriz y un filósofo,
que recogen los distintos problemas de la escena. Para el
teatro colombiano Bertolt Brecht es definitivo. Su teatro
y sus ideas se conciben como una forma de denuncia,
de ilustrar tesis políticas, de desenmascarar la miseria y
Sesenta Años de Memoria y Vida
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la lucha por la “concientización de masas”. Es de esta
manera, que el teatro universitario se lanza a la búsqueda
de un teatro popular que, a partir de la vertiginosa difusión
de las ideas marxistas, promueve la escenificación de
numerosas piezas didácticas, de agitación, denuncia y
protesta.
El teatro universitario
se lanza a la búsqueda
de un teatro popular
que promueve la
escenificación de
numerosas piezas
didácticas, de
agitación, denuncia y
protesta.
▲ Escena de la obra
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El médico a palos.
Grupo de teatro "Nuevo Pregón".
2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
Los grupos de teatro más representativos de esta corriente
son los de la Universidad Nacional, dirigidos, entre otros,
por Carlos Duplat, el de la Universidad de los Andes,
coordinado por Ricardo Camacho y el taller teatral de
la Universidad Distrital, a cargo de Paco Barrero, cuyos
trabajos alcanzaron gran nivel profesional y de aceptación
entre los distintos públicos. Con la desarticulación del
movimiento estudiantil universitario colombiano, que
nunca dejó de ser una expresión rebelde, se entra en una
irremediable declinación, que da origen a la creación de
grupos independientes, que se convierten en el eje del
desarrollo del Nuevo Teatro Nacional. Los aportes del
Teatro Universitario fueron fundamentales en cuanto
a formación de un público, atrayendo varios sectores,
promoviendo el teatro entre estudiantes, obreros,
sindicatos y campesinos, grupos sociales que hasta
entonces estaban completamente marginados de la magia
de la representación artística. A su vez, también aporta
a la formación de actores, directores, críticos, músicos,
escenógrafos, etc.
Bajo estos criterios, hoy la Universidad Distrital continúa
su proyección a nivel cultural a través del grupo de
teatro “El nuevo Pregón”1, espacio que cuenta con más
de seis años de experiencia y labor ininterrumpida,
buscando que el estudiante de la universidad encuentre
en el teatro un espacio de expresión y de comunicación
de sueños, proyectos y realidades. Asumiendo, de forma
concreta, el reto de servir a la comunidad a través de
la descentralización de la cultura del espectáculo para
llegar a grandes sectores populares de la población
colombiana (barrios, comunas, escuelas, municipios,
colegios, universidades, veredas, etc.) promoviendo,
coordinando y representando una serie de funciones
didácticas en un proceso de formación y apreciación
para el espectador, proporcionando los conocimientos
necesarios para comprender el teatro como un arte
que debe ser apreciado y comprendido. Concebido
como un proyecto de formación de públicos, que tiene
como objetivo la sensibilización y apreciación de los
espectadores frente a un espectáculo teatral. ■
1 El grupo "Nuevo Pregón" de la Universidad Distrital, cuenta
en su repertorio con obras de autores clásicos y modernos: Los
fusiles de la señora Carrar (B. Brecht), Il Cornatu Felice (Boccaccio)
La casa de Bernarda Alba (F. Lorca), La Autopsia (E. Buenaventura)
El médico a palos (Molière) El Monto Calvo (Jairo A. Niño). Se ha
hecho acreedor a varios premios, estatuillas, nominaciones y
reconocimientos a su labor. Realiza talleres de formación teatral,
cuyo objetivo es el de desarrollar en el estudiante un proceso
de formación que comprende una preparación general, física,
intelectual y técnica del universo extraño y complejo del arte de
la representación.
▲ Título: Puesta en escena.
Diego Moreno.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
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Sesenta Años de Memoria y Vida
Más allá de los muros y las aulas
Flor Alba Santamaría Valero*
◄ Cascada Páramo del Verjón.
Flor Alba Santamaría V.
Archivo Cátedra UNESCO
en desarrollo del niño.
2006.
La Universidad no se agota en sus ámbitos íntimos; éstos son apenas
puertas de acceso hacia otros mundos reales y virtuales. Más allá está la
vida en su maravilloso despliegue de formas. La escritura, ese lenguaje
del ausente de que habla Freud en El malestar en la cultura, tiene
la virtud de hacer vivir a los lectores y revivir a los protagonistas la
larga marcha hacia el corazón de la Tierra, para captar sus reclamos
y aprender de su sabiduría inagotable. Se trata aquí de un aprendizaje
con todo el cuerpo, en el cual se han disuelto las jerarquías y que no
tuvo el propósito explícito de conocer, sino de vivir.
El camino recorrido.
Expedición por el Páramo El Verjón
D
espués de la salida de campo, el día 25 de
Octubre de 2006, y ya casi llegando la noche,
no sentía cansancio. Me miré al espejo y vi
mis mejillas un poco enrojecidas, tenía la sensación de
sueño pero era un sueño que me invitaba a cerrar los ojos
y a continuar con la caminata que habíamos iniciado al
comenzar el día.
* Doctora en Ciencias del
lenguaje, París V-Sorbona.
Directora del IEIE, del grupo
Lenguaje, Discurso y Saberes
y de la Cátedra UNESCO: en
desarrollo del niño. Profesora
titular Facultad de Ciencias y
Educación, Universidad Distrital
Francisco José de Caldas.
Este escrito, resultado de las experiencias académicas y de
investigación realizadas desde la Catedra UNESCO en desarrollo
del niño, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas,
hace parte de la investigación "Almas Rostros y Paisajes: Una
aproximación a los saberes de niños y niñas acerca de los recursos
hídricos de su entorno, en contextos rurales y urbanos a través
del análisis de sus interacciones y de sus narrativas".
Sesenta Años de Memoria y Vida
27
Entonces entendí que todo mi cuerpo se había oxigenado
y que mi espíritu se había fortalecido, este estado de ánimo
era ocasionado no sólo por el contacto con la naturaleza
sino también por haber disfrutado de cerca la algarabía,
las risas, el asombro, las preguntas desprevenidas y los
comentarios espontáneos de los niños y de las personas
con quienes compartimos tan inigualable experiencia.
Empecé entonces a recordar lo vivido, la llegada al
páramo El Verjón en compañía de niños de las escuelas
de San Carlos y del INEM del Tunal y de sus profesoras
y profesores, posteriormente la organización en tres
grupos donde cada uno haría un recorrido diferente.
Cuando don Víctor, uno de los administradores de la
reserva de Matarredonda, donde está ubicado el páramo
El Verjón, me preguntó si me gustaba untarme de barro
▲ Expedición al Páramo del Verjón.
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Archivo Cátedra UNESCO
en desarrollo del niño.
Octubre, 2006.
Sesenta Años de Memoria y Vida
Los páramos son regiones que se encuentran ubicadas en las
zonas más altas de las montañas de Colombia, Venezuela y
Ecuador, entre los 3.200 y los 4.100 m de altitud. Son fríos
y húmedos, con temperaturas que oscilan entre los 0°C y los
10°C, generalmente cubiertos de niebla o sujetos a constantes
lluvias y a fuertes vientos o alternando con días claros y de
intensa radiación con temperaturas de más 20°C; las noches
son muy frías y sobre los 4.300 m, son muy frecuentes las
nevadas.
y mojarme, le dije que sí -me contestó que
estaba de suerte porque en el recorrido que
iba a hacer nuestro grupo íbamos a tener todo
esto. Después de las acertadas instrucciones
de los guías cada grupo inició su recorrido.
El camino que tomamos era el mismo que
hace muchísimos años habían construido los
indígenas para llegar a diversos destinos, todavía
permanecían ahí, hechos con la sabiduría
natural de los pueblos ancestrales, trazados al
caminar, para poder mirar siempre desde lo
alto a cualquier sitio y contemplar todo desde
donde estuvieran ubicados, sabían muy bien
cómo llegar de un sitio a otro, observando,
mirando con sus ojos apreciaban y medían
las distancias. Los españoles a su llegada se
apropiaron de estas rutas, las adaptaron y en
algunos tramos empedraron para evitar que
los caballos con las cargas se cayeran, desde
entonces los llamaron caminos reales.
Caminando es como vivían y conocían el
mundo los indígenas. “Acuerdo hacían de que
tenían que caminar los hombres y mujeres de
maíz hasta muy lejos dentro de su corazón
para buscar las palabras que otros hombres y
mujeres que otros colores, que otros corazones
entendieran”. (Cuentos del Viejo Antonio). Desde
entonces entendieron que cuando no sabían por donde
seguir miraban hacia atrás para ver donde se habían
quedado antes, qué había sucedido y a dónde era que
querían ir. Los indios no encontraron el camino hecho,
lo hicieron así, caminando. Y a nosotros nos ocurre a
menudo que generalmente hacemos caminos caminando
juntos, a veces algunos caminan detrás de otros y hacen
camino puesto que van un tramo adelante, siempre se
necesitan de muchos pies y muchas pisadas para dejar
en firme el camino.
▲ Expedición al Páramo del Verjón. Archivo Cátedra UNESCO
en desarrollo del niño.
Octubre, 2006.
Sesenta Años de Memoria y Vida
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Casi nunca el camino se puede recorrer solo. Siempre se
necesita de alguien, bien sea porque conoce más y nos
puede guiar o simplemente para poder hablar y comentar
aquello que observamos a nuestro paso, es decir necesitamos
muchas miradas y muchas pisadas juntas. Solamente caminando
se llega, descubriendo, observando, trabajando, persistiendo.
Si tan solo nos limitamos a ver de cerca, entonces, por ahí
en el primer trecho difícil nos vamos a quedar
enterrados y enlodazados, esperando que otros
lleguen a hundirnos más o a darnos la mano; si
vemos hacia lo lejos, tropezaremos demasiado
y perderemos el camino. Para saber mirar lejos
y mirar cerca se requiere hablar y escuchar,
hablando y escuchando a los que están cerca y
a los que están lejos, a los que han construido
el camino y a los que hasta ahora empiezan a
recorrerlo.
El saludo de los frailejones
Al inicio del camino nos sorprendieron las
majestuosas montañas. Sus picos de diversos
tamaños y formas estaban allí no sólo para
indicarnos hasta donde podíamos llegar,
sino que también se levantaban como muros
de protección de los pequeños arbustos del
páramo ante las inclemencias del viento y de los
vendavales y posiblemente como protección de
los depredadores, tanto animales como humanos.
Luego, hallamos los frailejones. Observando
la planta habría mucho que aprender de su
organización, todas sus hojas en forma de roseta
Los frailejones son el tipo de vegetación más representativo del
páramo. Su nombre se deriva del aspecto frailuno de estas plantas,
especialmente en los días de niebla cuando puede ser fácilmente
confundido con un hombre, científicamente son clasificados en
familias. Las hojas generalmente están cubiertas por pelos que
les dan aspecto de orejas de burro.
30
Sesenta Años de Memoria y Vida
▼
Laguna del silencio.
Flor Alba Santamaría V.
Archivo Cátedra UNESCO
en desarrollo del niño.
Octubre de 2006.
permanecen y crecen unidas para poder guardar el agua
lluvia que recogen. Qué sabiduría de la naturaleza para
hacer que estas plantas con sus pencas se conviertan en
depósitos de agua y puedan protegerse para que el sol
no las seque, provistas de un fino y aterciopelado pelaje
y un color brillante que hace las veces de filtro solar. Las
pencas que nacen primero van soportando a las que van
naciendo pero no se observa que las más antiguas
estén secas, todo lo contrario, reverdecen y, con
un ropaje que parece escarcha, van cubriendo a
sus generaciones. Cuando se secan, después de
muchos años, se apaga toda la planta y no hoja
por hoja. Algunas especies tienen incluso espinas
para protegerse.
El barro y las embarradas
Al principio el camino estaba seco pero luego de
caminar un corto trayecto nos encontramos con
el barro. Nuestro guía nos indicó que debíamos
quitarnos los zapatos y caminar descalzos.
Algunos se resistieron a descalzarse pero luego
de ver a los otros siguieron su ejemplo. Las
enterradas en el barro no se hicieron esperar,
algunos se hundían y allí quedaban clavados
llorando hasta que alguien los auxiliaba, otros se
divertían y trataban de salir solos del percance,
mientras los demás mirones nos atacábamos de la
risa, porque era cómico y a la vez paradójico ver a
las profesoras también embarrarse y embarrarla.
Entonces en ese momento los niños supieron de
donde venían la familia de palabras relacionadas
con embarrar, tales como la embarró, la embarrada, qué
embarrada, no hace sino embarrarla, metió la pata, qué metida de
patas, metió las de caminar, por fin sacó la pata del barro. Con
un poco de práctica, algunos aprendieron a mirar bien, a
saber dónde estaba el lodazal y saberlo esquivar pero
Sesenta Años de Memoria y Vida
31
El agua y, en particular,
las lagunas tenían un
sentido especial para los
indígenas, así es como
existen en su mitología
una gran cantidad de
leyendas sobre su
creación.
no era fácil. Uno de los niños me preguntó: -Profe y
usted porqué no se ha embarrado- y la respuesta que
di fue: -De pequeña viví en el campo y al principio me
embarraba pero después conocía muy bien cómo era el
color y la forma del lodazal, buscaba atajos y además
desde entonces me emocionaba coger impulso para dar
saltos largos y elevarme en el aire para pasar al otro lado
y poder esquivarlos-. En este momento recordé lo que
podríamos llamar saberes campesinos, que se aprenden,
de pequeños, solamente con la práctica y que nunca se
olvidan.
En cuanto al contacto con la tierra, dice el jefe indio
Luther Standing Bear:
Las antiguas gentes llegaron literalmente a amar la tierra y se
sentaban o reclinaban en el suelo con la sensación de estar cerca
de un poder maternal. Era bueno para la piel tocar la tierra
y los antiguos se despojaban de sus mocasines y caminaban
descalzos sobre el suelo sagrado. Alzaban sus tepis sobre la
tierra y de tierra hacían sus altares. Las aves que volaban por
el aire acudían a descansar sobre la tierra y esta era la última
morada de todos los seres que vivían y crecían. El suelo aliviaba,
fortalecía, purificaba y curaba. Por eso el viejo indio todavía se
sienta sobre la tierra en vez de reposar lejos de sus fuerzas que
dan la vida. Para él, sentarse o yacer sobre el suelo es ser capaz
de pensar más hondamente y de percibir mejor todo.
Así, entre caídas y levantadas, fuimos avanzando en el
recorrido hasta encontrar la laguna del silencio. El guía nos
pidió permanecer callados por un minuto, aunque no
fue fácil silenciar la algarabía. Caminamos por la laguna,
palpamos con los pies y sentimos una especie de musgo
que semejaba un colchón y que, en forma de tapiz, cubría
el fondo de la laguna. Algunos niños corrían y corrían
atravesando la laguna, tocaron el agua, se mojaron y
jugaron durante un rato, era una experiencia inolvidable
pues nunca antes se habían sumergido hasta tocar el
32
Sesenta Años de Memoria y Vida
fondo acolchonado de una
laguna. El agua y, en particular,
las lagunas tenían un sentido
especial para los indígenas,
así es como existen en su
mitología una gran cantidad
de leyendas sobre su creación.
La siguiente tiene que ver, por
ejemplo, con el origen de los
Paeces:
Encima de todos y de todo está
el gran soñador “Antes del
nacimiento del tiempo y de los
seres, el Gran soñador, el espíritu
universal, en su soledad, decidió
crear el movimiento dando origen
a la vida”; cuentan los paeces
que: “Como esta creación fue
imperfecta y la vida perdió su
rumbo, los seres desaparecieron en
el agua”. Pasado el diluvio, vueltas
las aguas a su nivel y los ríos y
mares a sus cauces originales, el
Gran Soñador ordenó que todos los seres, los animales y las
cosas formaran parejas. No valió la renuencia de las lagunas
para formar pareja con las estrellas, y así, de esta unión insólita,
nacieron las diversas familias paeces. De acuerdo a la forma de
las lagunas, se formaban los apellidos. Los Piñacué son, pues, el
resultado de la unión de las lagunas alargadas con una estrella
persistente y tenaz que, finalmente, después de trasegar los cielos
y rogar hasta el llanto, pudo conquistar el amor de ese charco
esquivo.
Después de un corto descanso, que aprovechamos para
almorzar ubicados alrededor de la laguna, continuamos
Entrevista realizada a Jesús Piñacué. Revista Tizazos, 1994, p. 39.
▲ Título: En el barro.
Flor Alba Santamaría V.
Archivo Cátedra UNESCO
en desarrollo del niño.
Octubre, 2006.
Sesenta Años de Memoria y Vida
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nuestro camino en descenso, empezamos a
vislumbrar la quebrada con sus aguas cristalinas
avanzando por sobre piedras, dejando ver en
su paso troncos hojas y frutos caídos de los
árboles y a escuchar también sus murmullos
como músicas indescifrables simuladas por
una espuma blanca que cubría las corrientes
de agua mientras estas avanzaban con pasos
agigantados y sin intentar detenerse en su
recorrido.
La cascada y el encuentro con los
espíritus del agua
Nos anunciaron la llegada a la cascada, había
que subir por grupos y trepar sostenidos de
un lazo. ¡Qué sorpresa encontrarnos de frente
con la imponente caída de agua! Al mirar a lo alto, la
contemplábamos después de venir tranquilamente de
su recorrido por planicies, hasta llegar a aquel lugar
donde se preparaba para dar el salto con impulso y
decisión, convidándonos a recibirla y saludarla con
nuestras manos en alto, así es como algunos decidimos
que el agua cayera y chocara con nuestro cuerpo y lo
golpeara una y otra vez, entonces la sensación de frío
se evaporó, nuestra piel ya no se veía erizada sino suave
y tersa dando paso al agua que se deslizaba y palpaba
todo nuestro ser.
Entendimos que en realidad era un sitio para lo sagrado,
para sumergirnos y hacer el ritual de compenetración
con el agua, no solo para limpiarnos de las impurezas de
la ciudad sino también para dejar que nuestros miedos
se confundieran y disolvieran con el agua de la cascada,
convirtiéndoles en espuma apacible y retomando
rápidamente el curso de la corriente para seguir de
largo. Comprendimos el porqué los antepasados hacían
34
Sesenta Años de Memoria y Vida
sus ceremonias sagradas con ofrendas de
agradecimiento a sus dioses y purificación
de sus cuerpos y espíritus en el agua.
Entendimos también que, al meternos y
recibir el chorro de agua helada, a partir de
ese instante el espíritu del agua nos habitaba
compenetrándose con nosotros y dándonos
a conocer a través de nuestra piel todo lo que
había acumulado de su largo recorrido por
la naturaleza. Al llegar a la ciudad quienes
no habían vivido la experiencia nos miraron
con extrañeza al vernos libres de miedos y
radiantes de energía, surgidos simplemente
de un recorrido por el páramo y del encuentro
con una cascada misteriosa.
Los niños, al principio temerosos y con
la piel erizada, una vez que entraron se
volvieron cómplices de los juegos que les insinuaba la
cascada corriendo por sus cuerpos, como las cosquillas
que les hacía en el centro de sus cabezas y en la planta
de los pies, o los pequeños bucles que formaba con
sus cabellos, recorriendo sus cuerpos con dulzura y
con firmeza y penetrando hasta sus menudos huesos.
Algunos no querían salirse del juego que habían iniciado.
Su conjuro fue el continuar en aquel juego y de un
momento a otro el aparente hielo que cubría el agua
se transformaba en calor interior que daba al cuerpo la
fuerza para continuar el camino. ■
▲ Expedición al Páramo del Verjón. Flor Alba Santamaría V.
Archivo Cátedra UNESCO
en desarrollo del niño.
Octubre de 2006.
Sesenta Años de Memoria y Vida
35
Movimiento estudiantil,
la imagen de la juventud rebelde
Por Emilce Garzón Peña*
“Hacia mil novecientos sesenta y ocho
las mocedades de Oriente
y Occidente descubrimos
una cosa sorprendente, mágica,
estupefaciente, atroz, milagrosa y única:
los jóvenes descubrimos la juventud”.
Francisco Umbral
L
a voz de los estudiantes retumba en todos los
rincones. La marcha comienza y todos salen a
las calles. Las ideas se convierten en consignas, el
movimiento estudiantil irrumpe como un gran destello y
la monótona cotidianidad de la ciudad se rompe. Es día
de protesta. Los muros hablan, las pancartas se alzan y
entre gritos, risas y luchas se escuchan los discursos de
la juventud.
* Abogada de la Universidad Libre,
Candidata a Magíster en Historia de
la Universidad Nacional. Asistente
académica del Instituto de Estudios
e Investigaciones Educativas,
IEIE, de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas.
36
Sesenta Años de Memoria y Vida
Esta es la imagen de los estudiantes, del movimiento
estudiantil en acción. Una visión que durante todo el
siglo XX, “tiempo de transformaciones, revoluciones
sociales, luchas de liberación nacional y de destrucción
de imperios coloniales”, nos permitió asombrarnos
del poder juvenil, de su convicción y compromiso con
los menos favorecidos.1 Pues fueron ellos, los jóvenes
estudiantes, quienes a través de su organización lograron
11
1 Varios Autores. Historia del Movimiento Estudiantil de la Universidad
Libre. Centro de Investigaciones Socio-jurídicas Universidad
Libre. Facultad de Derecho. Bogotá, 2000.
Título: Escanear.
Oswaldo Enrique Rocha.
Archivo Fotográfico del IEIE.
“Convocatoria 60 años de
memoria y vida". 2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
37
Título: Escanear.
Oswaldo Enrique Rocha.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años de
memoria y vida". 2007.
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Sesenta Años de Memoria y Vida
Sesenta Años de Memoria y Vida
39
Es el movimiento
estudiantil: la dinámica de
un cuerpo social complejo,
compuesto por muchos
hombres y mujeres,
que desde la escuela,
preferiblemente pública,
se atrevieron a pensar
en un mundo diferente.
no sólo mejorar sus condiciones particulares de
existencia, sino que contribuyeron a transformar su
propia sociedad. Con banderas comunes, se unieron
a través de postulados universales y, como bien diría
el profesor Carlos Medina Gallego, “los estudiantes
como organización o como personas, se han abanderado
de las causas más justas y han entregado muchas veces
con integridad su vida a la defensa de las mismas…”.2
Es la dinámica de un cuerpo social complejo, compuesto
por muchos hombres y mujeres, que desde la escuela,
preferiblemente pública, se atrevieron a pensar en un
mundo diferente.
Es el movimiento estudiantil, que como suceso social
exige que se le ubique dentro de una postura teórica
concreta, cuando ha dado en convertirse en el eje
central de diversas investigaciones y discusiones que,
en un intento por lograr desentrañar su conformación,
sus aportes a las transformaciones sociales y su posible
futuro, demuestra que en estos nuevos tiempos son otros
los caminos y los retos. De esta forma, y con el fin de
conceptualizarlo, nos acogemos a una definición general
que permite concebirlo como:
Un actor social caracterizado como movimiento social, que se
mantiene en una envoltura común que lo determina: -estudiar;
desde allí confluyen diversos intereses y necesidades sociales,
culturales, políticas y gremiales. El movimiento estudiantil
se ubica entonces en la superestructura y desde allí jalona la
realidad por medio del arte, la literatura, la música, el deporte;
gracias a esta acción de voluntad social particular, se atraviesa
el Estado, se es crítico con los partidos políticos y con la misma
sociedad civil, ya sea como detonante, como cuadro, o como
correa de transmisión; es decir, que se inscribe en la lucha por la
dirección intelectual y moral de una sociedad.312
3 Ibíd., p. 5.
40
Sesenta Años de Memoria y Vida
► Título: Escanear.
Oswaldo Enrique Rocha.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años de
memoria y vida". 2007.07.”
Expresiones como el arte,
la cultura, la literatura,
unidas a la formación
política y social,
son las que han hecho del
movimiento estudiantil
un espacio de construcción
de memoria.
Por que expresiones como el arte, la cultura, la literatura,
unidas a la formación política y social, son las que han
hecho del movimiento estudiantil un fenómeno para
recordar, un espacio de construcción de memoria, que
recalca sobre la historia y deja una huella a todos aquellos
que siendo jóvenes o viejos, asumen el hecho de ser
estudiantes.
Cómo olvidar sucesos como el mayo del 68 francés,
donde los “sueños al poder” y el “prohibido prohibir”,
fueron las palabras de miles de estudiantes. Y en América
Latina, la cadena de luchas estudiantiles, forjada desde el
Manifiesto de Córdoba (Argentina) en 1918, la matanza
de Tlatelolco en México en 1968, el 8 y 9 de junio de
1954 en Colombia, y todas las expresiones de los jóvenes
estudiantes, sin las cuales no sería posible entender las
luchas sociales del siglo XX.
La juventud estudiantil ha sido el corazón de la lucha
contra la injusticia y la explotación. Las imágenes que aquí
se presentan, de los jóvenes de la Universidad Distrital,
son una remembranza de ese movimiento estudiantil,
de esa energía rebelde, de esa juventud en ebullición de
pensamiento crítico, que construye, transforma y, en
medio de ilusiones, hace sociedad y universidad. ■
► Título: Marcha.
Armando Chicangana.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
42
Sesenta Años de Memoria y Vida
Sesenta Años de Memoria y Vida
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Los ecos de mayo de 1968
Por Fabio Lozano Santos*
S
e cumplen ya cuarenta años de la famosa revuelta
obrero-estudiantil que estremeció a Francia y, en
particular, a su capital, París. “Mayo del 68”, como
se conoce el punto culminante de la protesta juvenil, que
con el trasfondo de Nietzche y Sartre, estuvo dirigida por
Jean Pierre Duteuil, de 22 años, y Daniel Cohn-Bendit
(Daniel, el Rojo), de 23, estudiantes de sociología en la
Facultad de Letras de Nanterre; y, por Alain Geismar, de
29 años, profesor de física en la Facultad de Ciencias de
París, y Jacques Sauvageot, de 25 años, Vicepresidente de
la Unión Nacional de Estudiantes de Francia UNEF.
La movilización iniciada en los claustros estudiantiles de
Nanterre, el 3 de mayo, siguió con el bloqueo y cierre
de la Universidad de la Sorbona. La huelga general se
extendió de los claustros universitarios al movimiento
obrero, y la confrontación callejera alcanzó niveles
generales casi insurreccionales, obligando al gobierno del
General De Gaulle a mejorar las condiciones salariales
de los trabajadores, a disolver la Asamblea Nacional y a
convocar elecciones para finales del mes de junio de ese
año, formas utilizadas para superar el colapso social al
que estaba llegando la situación.
La Universidad Distrital, para esos días una institución
educativa eminentemente tecnológica, no podría pasar
desapercibida ante los efectos de los convulsionados
momentos que la protesta parisina hizo correr por todo
el hemisferio occidental, tras su ebullición utópica al
trastocar el orden político y social imperante, cuestionar
la sociedad misma, la vida política y las
formas económicas, sociales y culturales,
* Ingeniero Electrónico de la
Universidad Distrital.
más allá de las fronteras del sistema escolar
Magister en Educación de la
para el cual proclamó la autonomía y la
Universidad Pedagógica. Docente
autogestión. Como relato de la revuelta
de la Universidad Distrital entre
de mayo de 1968 están sus impugnaciones
1976-1999; ex-vicerrector y
permanentes al orden establecido y la
ex-rector encargado.
44
Sesenta Años de Memoria y Vida
▼ Título: Llueve sobre la historia.
Andrés Romero B.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
45
▼ Título: Músicos
Karen Díaz.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
reivindicación del poder del veto, propias del espíritu
crítico en la formación intelectual y en una participación
directa en la vida política de la sociedad.
En efecto, “mayo del 68” muestra a una juventud que
se enfrenta en dos niveles al poder imperante: a la
organización del Estado y a las
formas escolares. Se impugna
al Estado como organización
opresora y burocrática al servicio
del capitalismo monopólico, que
bajo formas de intervencionismo
neocolonial,
universalizó
sus
intereses, mediante el control
político de naciones, recurriendo
incluso, a la guerra en muchos
lugares del mundo. Sobre la
organización escolar, se cuestionó
al profesorado y la institucionalidad,
considerándolos instrumentos al
servicio de la formación de capital
humano para las nuevas técnicas
de producción o como tecnócratas
al servicio de la cohesión de
un sistema económico y social,
excluyente y opresor, que debía
ser reemplazado por uno de poder
obrero y estudiantil de acción
directa y de autogestión, socialista, descentralizado
y libertario. Las formas esenciales de la revuelta fueron
masivas movilizaciones callejeras y la emergencia de un
nuevo lenguaje, directo y despiadado, en contra del régimen
político y sus agentes en todos los niveles, articulado
a un meta-relato que versa sobre la redención social y
sus actores. Famosos fueron sus grafitis, “Prohibido
prohibir, la libertad comienza por una prohibición”, “la
imaginación al poder”, “La barricada cierra la calle pero
abre el camino”, “La acción no debe ser una reacción sino
una creación”, “El acto instituye la conciencia”, “Gracias
a los exámenes y a los profesores el arribismo comienza
a los seis años”, “Sean realistas: pidan lo imposible”, etc.
46
Sesenta Años de Memoria y Vida
Indudablemente, los acontecimientos de mayo de 1968
conjuntamente con los influjos de la Revolución Cubana,
la guerra por la independencia de Argelia, la resistencia
del pueblo Vietnamita, bajo la dirección de Ho Chi Mihn
y la revolución cultural en China, con los intervinientes
en la coyuntura nacional de ascenso en la lucha por la
tierra y la democracia, contribuyeron en la conformación
de significativos cambios en el comportamiento
estudiantil de la Universidad Distrital. Poco a poco, con
su integración al movimiento nacional sucedido entre
los años 1970 y 1971, se produjo el rompimiento de las
formas de pensar y hacer institucionalizadas, entre ellas,
los consejos estudiantiles de facultad, conformados por
delegados de curso, que hacían la vocería y representación
particular, y la representación general de los estudiantes
a través del Consejo Superior Estudiantil, conformado
como resultado de elecciones generales. Tras la irrupción
del gran movimiento estudiantil de 1971, los estudiantes
se lanzaron al paro y la toma de las calles, y formas
directas de participación acabaron con las tradicionales
de representación. Los consejos estudiantiles fueron
reemplazados por coordinadoras designadas en las
asambleas para asumir propósitos coyunturales y tareas
definidas. La democracia directa reemplazó la democracia
representativa. El agotamiento del movimiento conllevó
▲Sin Título. Liliana Baos.
Archivo Fotográfico del IEIE.
Universidad Distrital
Francisco José de Caldas
2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
47
la desaparición de formas estables de organización
estudiantil. Dentro de los importantes logros alcanzados
por el movimiento estudiantil de la Universidad Distrital
en los años 70, está la modificación de la composición
del máximo órgano de dirección universitaria,
materializándose en cierta forma su aspiración a la
autonomía universitaria. La reforma transformó la
composición del Consejo Superior Universitario a
través de dos mecanismos: el retiro definitivo de la
representación del Concejo de Bogotá, que nombraba
dos concejales, los cuales fueron reemplazados por
estudiantes; además, se modificaron las cualidades de
algunos de los representantes externos, para que recayera
en profesores de la Universidad. Adicionalmente, se
produjo el retiro de la representación de la Curia que,
voluntariamente y en concesión a la lucha estudiantil,
consideró inconveniente e innecesaria su participación.
De esa forma, estudiantes y profesores asumieron
mayoritariamente la conducción de la Institución. Una
etapa de crecimiento y consolidación sin igual vivió la
Universidad bajo la forma del cogobierno descrito; de esa
manera los propósitos gubernamentales contenidos en el
Plan Básico para la Educación Superior y el propósito de
convertirla en una institución estrictamente tecnológica
fueron alternados, creándose nuevas carreras, entre ellas,
las licenciaturas para la formación de docentes para el
sistema de Educación Básica y Media.
La “anarquía” proveniente de una institución de educación
autónoma, cogobernada por profesores y estudiantes la
condujo al cierre temporal, en acto ordenado por el Alcalde
48
Sesenta Años de Memoria y Vida
▲ Título: Encuentro.
Carlos Reina.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años de
memoria y vida". 2007.07.”
Mayor de la ciudad y realizado por el Consejo Directivo
sin la participación del Consejo Superior Universitario.
Para los gobernantes de la ciudad, la Universidad Distrital
se había vuelto un proyecto inviable. Para la comunidad
universitaria, el reto estaba en lograr su reapertura,
rescatando la vigencia de la Institución. Las jornadas
callejeras de lucha por un mejor presupuesto y planta
física habían aportado experiencia en la interacción entre
estudiantes, profesores y trabajadores, conjugados en la
coordinación de la llamada Triestamental, organismo que
estuvo al frente de la lucha contra el cierre, y con energía
y dinámica no sólo se opuso a la clausura definitiva,
sino que después de dos años de ardua lucha logró la
reapertura.
▲ Título: Pedagogías urbanas.
Yeimmi Paola Colmenares.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años de
memoria y vida". 2007.07.”
La Triestamental, como forma organizativa de lucha
directa, reprodujo de manera ampliada la experiencia
estudiantil, aunque, paradójicamente, los únicos que
dentro de ella no tenían organización estable eran los
estudiantes, por cuanto los trabajadores y profesores
mantuvieron sus organizaciones sindicales. La dinámica
de la Triestamental, en su conjunto, y la de los estudiantes,
en particular, fue garantizada por las expresiones
políticas que pugnaron por su conducción; claro está
que, a la vez que fueron capaces de llevar el movimiento
de masas a la cúspide, también lo colapsaron con todo
tipo de distorsiones, como el anarcosindicalismo, el
vanguardismo, el aventurerismo, el populismo y el
reformismo, enfermedades graves que en épocas de
reflujo acabaron con sus posibilidades, tal y como también
había muerto la rebelión estudiantil parisina. ■
Sesenta Años de Memoria y Vida
49
50
Sesenta Años de Memoria y Vida
Título: Destellos.
Edison Ferreira.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
51
En pos de la memoria
Entrevista a tres de los primeros
egresados de la Universidad Distrital
Carlos Alberto Martínez*
L
a Universidad Distrital Francisco José de
Caldas cumple 60 años de actividades, aunque
en sus orígenes funcionara como un Instituto
Tecnológico, de los que hoy se denominan de “carreras
intermedias”. De Colegio Politécnico “Jorge Eliécer
Gaitán”, como estaba en los propósitos del concejal
Antonio García Nossa, poco a poco fue aproximándose,
con múltiples tropiezos, a centro de estudios terciarios,
con tres licenciaturas, más tarde elevadas a carreras de
ingeniería: Ingeniería Catastral, Ingeniería Forestal e
Ingeniería Electrónica.
Carlos Alberto Martínez, por invitación del Instituto de
Estudios e Investigaciones Educativas – IEIE, ha querido
recordar a tres antiguos estudiantes de las tres carreras
fundacionales. Han sido tres amenas conversaciones con
dos pensionados de la Universidad y con Gladys Isabel
Corredor, egresada del año 1964.
13
Se dice que es frágil la memoria de los seres humanos,
pero hemos preferido contar con sus recuerdos, antes que
indagar en folios amarillentos o microfilmes asépticos.
Con estas tres personas se ha urdido y tramado un tejido
* Escritor y periodista.
52
Sesenta Años de Memoria y Vida
▼ Título: Acústica Macarena A.
Myriam Moreno Amada.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Sesenta Años de Memoria y Vida
53
de vivencias, algunas de las cuales siguen tan frescas
como cuando trasegaban por los ámbitos de esa escuela
politécnica con nostalgia de futuro. Debieron realizar sus
estudios en diversas casonas y locales, hasta radicarse al
frente de la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrado
Corazón. Lo que sigue son algunos recuerdos rescatados
de la turbia corriente de los días.
Ramón Eduardo D’Luyz Nieto
“M
i apellido paterno es francés. Nací en
Barranquilla en 1925, y voy a cumplir
83 años de vida. Mi mamá era maestra,
y ella misma me enseñó en la casa, así pues que no tuve
necesidad de hacer estudios primarios fuera del hogar.
Una vez me sentí capacitado, presenté exámenes para
ingresar al Colegio Barranquilla. Pasé el examen, y en
1946 terminé el Bachillerato. Después estudié un año
de Ingeniería Química en el recién fundado Instituto
Tecnológico, más tarde convertido en Universidad del
Atlántico. Este Instituto fue fundado por un filósofo,
que estudió en Alemania: Julio Enrique Blanco. Él se dio
cuenta de las necesidades de Barranquilla, por ser puerto
marítimo, al cual ingresaban muchos extranjeros, y muchas
54
Sesenta Años de Memoria y Vida
mercancías. Julio Enrique Blanco, a pesar de su formación
humanística, se encargó de ofrecerle a la juventud de
Barranquilla la oportunidad de estudiar carreras técnicas.
Inició con las carreras de Química, Farmacia e Ingeniería
Química. Fue justamente esta carrera la que inicié en ese
instituto. Recuerdo ahora, y me sigue pareciendo muy
gracioso, que en la Barranquilla de esos años (47-48
del siglo XX) se burlaban cuando veían a una persona
adulta, que ya hubiera cursado el bachillerato, con libros.
Y decían, para molestarlos: “¡Huy, tan grande y todavía
estudiando!” ¡Cómo sería el atraso cultural que se hacía
burlas de quienes aún en la edad adulta andaban con
libros y estudiando!
▲ Título: Escalinatas. (Detalle)
Caterín Barrios.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Me orienté por la Ingeniería Química porque era la única
carrera. No había más… Bueno existía Química y Farmacia,
pero eso sí que no me llamaba la atención. Cuando hice
el bachillerato resulté bueno para las matemáticas, y elegí
una carrera en la cual la matemática era esencial. Pero
después no me gustó mucho la cosa, y resolví viajar a
Bogotá. Quiero comentarle que la formación que recibí
en el Colegio Barranquilla fue muy buena. Durante los
años 44 y 45 llegaron a mi colegio unos profesores de la
Escuela Normal Superior, la cual tenía su sede en lo que
hoy es el Instituto Técnico Industrial, cerca de la Estación
de la Sabana. Ahí recuerdo que estaba funcionando la
Sesenta Años de Memoria y Vida
55
Escuela Normal Superior, y contaba con un buen número
de profesores alemanes especializados en todas las áreas
de la enseñanza. Y entonces, en el Colegio Barranquilla
cayeron unos profesores de la Escuela Normal Superior
especializados en Matemáticas, Física y Química, los
cuales elevaron el nivel de los estudiantes y despertaron
muchas vocaciones aún en estado latente. Nos crearon
nuevos intereses y nos enseñaron que la cosa no terminaba
con el bachillerato. Para mí esto fue esencial, porque se
me desarrolló un enorme entusiasmo por el saber. El
ambiente de Barranquilla no era apto para el estudio. En
ese tiempo, se hablaba era de comercio, de importaciones
y exportaciones. Lo máximo a que aspiraba una persona
que no tuviera muchos recursos era a ser contabilista y
llevar las cuentas de una empresa.
Me vine, pues, para Bogotá. Estudié un año de Ingeniería
civil, pero las cosas se pusieron económicamente mal y
entonces debí entrar a la Universidad Municipal, que así
se llamaba la después Universidad Distrital Francisco
José de Caldas. Entré a estudiar Licenciatura en Ciencias
Topográficas, y salí con el título de Licenciado en Ciencias
Topográficas en 1952. Como esa carrera estaba orientada
al desarrollo del catastro, y la función primaria del catastro
la ejerce el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, apenas
me licencié en la Universidad Municipal, entré en el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi para trabajar en
Geodesia, Topografía y Fotogrametría en toda la Costa
56
Sesenta Años de Memoria y Vida
▲ Sin Título (Detalle)
Caterín Barrios.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
Atlántica Colombiana. Estas son asignaturas orientadas
a la elaboración de la Carta Geográfica del País y a ellas
se agrega el Catastro. La carta geográfica, porque todo
catastro es un registro de la propiedad inmueble, tanto
urbana como rural, debe ser afianzada en una cartografía,
como se dice ahora, georreferenciada. Se trata de detalles
económicos, agrícolas, ganaderos… De ahí la razón de ser
de la Topografía y la Geodesia, dos disciplinas encargadas
de hacer los levantamientos de planos y guías.
La imagen del catastro se distorsionó, subrayando su
aspecto de gravamen, y esto hizo que las gentes le tomaran
cierta ojeriza al catastro, porque veían al Ingeniero
catastral como un funcionario encargado solamente de
hacer el avalúo del predio para así poderlo gravar. Una
imagen primeramente incompleta, porque el catastro
no es solamente ni principalmente eso, sino un estudio
pormenorizado de las potencialidades de un terreno,
punto de partida sin el cual no es posible la planificación
de la economía ni el consiguiente desarrollo económico
racional de un país. Para hacer un catastro preciso hay que
hacer levantamientos topográficos (linderos y ubicación
del lote) y extraer muestras del suelo para establecer
científicamente qué tipo de nutrientes tiene y qué cultivos
son los adecuados. Entonces no todo tipo de suelo es apto
para el cultivo, ni todo tipo de cultivo se da en cualquier
suelo. Hay suelos ricos en fosfatos, otros en nitratos, y los
habrá ricos en sodio. Cada tipo de planta prospera en un
Sesenta Años de Memoria y Vida
57
suelo con ciertas propiedades químicas. Para ello se hacen
“cartas agrológicas”, las cuales describen la naturaleza
química del suelo y eso indica si un terreno está óptima
o pobremente explotado. Un campesino puede estar
sembrando papa en un terreno apto para el trigo.
▲ Título: Entrada.
Oscar Núñez.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
58
Sesenta Años de Memoria y Vida
Entonces, le decía que para
borrar esa imagen puramente fiscal e impositiva de
gravamen que tiene el catastro, había que explicarles
a las gentes, inclusive a los
funcionarios del ICFES,
todas estas cosas para
lograr la aprobación de
esta carrera. Porque en
esos tiempos, y aún ahora,
se pensaba que realizar
el estudio catastral de un
terreno tenía como finalidad
establecer el monto del
gravamen. Nosotros aquí en
la Universidad reconocimos
que para el desarrollo del
país había que formar
profesionales que pudieran
cumplir esa labor tan seria
que es el catastro. Había, pues, que contar con ingenieros
catastrales que pudieran desplazarse por todo el territorio
nacional y elaboraran estudios exactos del suelo, haciendo
un agregado de los diversos tipos de terreno de los
departamentos del país, y permitir, con esa información,
a los planificadores del desarrollo económico (agrícola y
ganadero) proyectar su gestión a mediano y largo plazo. El
Ingeniero Catastral debe tener conocimiento de geología
para poder determinar la naturaleza de las capas primarias
que han formado el suelo. Pero antes debe saber química.
Existe, como puede usted reconocer, un encadenamiento
lógico de asignaturas: conocer los elementos químicos,
después hacer el levantamiento cartográfico agrológico,
lo que permite hablar del uso potencial del suelo; por
el solo examen químico del suelo se pueden saber las
posibilidades que tiene un terreno para producir, con un
▲ Título: Panorámica.
Oscar Núñez.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
mínimo de inversión, determinado producto. También
existe la cartografía que nos habla del uso real del suelo.
Es diferente el uso potencial de un suelo al uso real de ese
suelo. Establecer estas diferencias constituye un valioso
aporte de la Ingeniería catastral.
Otro aporte que el ingeniero catastral puede dar a los
planificadores es el conocimiento del Plan Vial del país:
qué vías existen, qué sitios comunican, si realmente
Sesenta Años de Memoria y Vida
59
comunican los lugares de producción con los centros de
consumo. La planificación vial de un país va determinada
por las necesidades económicas: producción y consumo,
siempre partiendo de las concentraciones poblacionales.
Le estoy anotando, así de pasada, la visión que teníamos
en los 60 y 70 del siglo anterior.
Ahora hablemos de la fotogrametría. Es una disciplina
desarrollada en Alemania a raíz de la Primera Guerra
Mundial, con fines puramente bélicos. Los alemanes
inventaron unos aviones desde los cuales se tomaban
fotografías aéreas, pero principalmente para saber donde
estaban los hospitales, centrales de abastos, estaciones
ferroviarias, hoteles, bases militares enemigas. Después
de la guerra fue que se pudo descubrir el gran aporte de
la fotogrametría. Desde entonces se utilizaba la fotografía
aérea con el fin de conocer los recursos económicos y las
concentraciones demográficas, así como su cercanía a los
lugares de producción y fuentes hídricas. Por ello una
de las asignaturas fundamentales con la cual se amplió
y enriqueció el Plan de Estudios fue la Fotogrametría.
Hay fotografía terrestre y fotografía aérea. La primera es
muy limitada, aunque muy precisa, razón por la cual es de
uso corriente en criminalística o en casos de accidentes
en carreteras. La fotografía terrestre proporciona
60
Sesenta Años de Memoria y Vida
◄ Título: Nocturnos.
Mauricio Castro Sierra.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
muchos detalles que escapan a la inspección ocular in situ.
Fotografiar, por ejemplo, a 30.000 pies de altura, es un
recurso para reconocer un vasto territorio; algo demasiado
dispendioso mediante la fotografía terrestre. Esa fue una
de las funciones iniciales dadas al Instituto Geográfico [y
Militar] Agustín Codazzi, puesto que la Carta de un país
es un recurso militar, tanto para los invasores como para
el ejército encargado de defender su soberanía. Después,
poco a poco, se fue consolidando el criterio de ser este
más catastral que militar.
El catastro, no sobra insistir en ello,
El catastro
es una radiografía de los recursos
es una radiografía de los
de la tierra de una nación: mineros,
recursos de una nación:
agrícolas, ganaderos, hídricos, estado de
mineros, agrícolas,
las vías, puertos marítimos y fluviales,
ganaderos, hídricos,
accidentes topográficos, concentraciones
estado de las vías, puertos
demográficas. Son disciplinas gemelas
marítimos y fluviales,
la Topografía, la Geodesia y el Catastro.
accidentes topográficos
Nuestros profesores eran ingenieros
y concentraciones
funcionarios del Instituto Geográfico
demográficas.
Agustín Codazzi. Por ejemplo, el doctor
José Ignacio Ruiz, quien fuera director
del Instituto, especialmente en cartografía y catastro. El
doctor Luis Felipe Valencia, Belisario Arjona, Federico
Wanderhausenn (alemán), llegado directamente de Europa
para enseñarnos fotogrametría aérea. En ese tiempo era
una cosa deslumbrante: ¡hacer mapas con esas fotografías!
Ahora tenemos el satélite y la fotografía satelital que
ausculta hasta en los mínimos detalles el territorio. Los
profesores señalados anteriormente fueron los más
memorables para mí. También recuerdo al profesor García
del Departamento de suelos del Instituto Geográfico.
La Topografía (de topos, lugar, y graphein, describir) se
ocupa de representar en un plano los linderos y vías de un
predio o un lote. Sencillamente: se ocupa de hacer mapas.
Sesenta Años de Memoria y Vida
61
▲ Título:
Facultad del Medio Ambiente.
Juan Pablo Gordillo.
Proyecto Comuniquémonos.
Archivo Fotográfico del IEIE.
Bogotá, 2007.
62
Sesenta Años de Memoria y Vida
Intervienen en esta tarea dos disciplinas:
la planimetría y la altimetría. Describir
en un papel a escala los detalles físicos
de un predio. A escala confiable para
evitar que el Ingeniero civil tenga que
desplazarse hasta el terreno para tomar
las medidas, sino que las puede medir
en un plano, y de conformidad con la
escala hacer las conversiones en metros.
Como sería muy dispendioso ir con
teodolito y cinta métrica para medir
todo el departamento de Cundinamarca,
por ejemplo, se echa mano entonces
de la fotogrametría. Un avión o una
avioneta sobrevuela el departamento y
toma las fotografías. Pero la fotografía
aérea distorsiona la realidad, pues desde
una misma altura registra tanto lo que
está en la cima de una montaña elevada como lo que está
en un valle. Esto quiere decir que hay escalas diferentes
en el registro aerofotográfico. Por ello se precisa de la
topografía. La Geodesia es una ciencia inventada con
el objeto de hacer mediciones en vastas extensiones de
tierra, en donde debe tenerse en cuenta, para una total
exactitud, la curvatura del planeta. Imagínese una esfera
a la cual usted le aplica un plano, un papel: solamente en
el lugar en donde el papel hace contacto con la esfera
habrá correspondencia exacta entre la realidad curva del
terreno y el plano, y en cambio las zonas curvas que se
distancian más o menos del plano deben proyectarse en
proporción a la distancia del punto de contacto. Para
realizar el mapa de un país, por ejemplo, hay que tener
en cuenta la curvatura de la tierra. Aquí se miden ángulos
esféricos. El hecho de que
la tierra no es un plano sino
aproximadamente una esfera,
determina que las mediciones
que se hagan sobre el suelo
más allá, pongamos, de
veinte kilómetros no sean
exactas sino se tiene en
cuenta la curvatura. Si usted
suma los ángulos esféricos
de un triángulo ya no suman
180º. Entonces leemos las
tangentes que es lo que se
llama ángulos esféricos.
Ángulos formados por dos
círculos máximos. Porque
en la esfera terráquea no
existen rectas, sino círculos
máximos, o sea los meridianos, que van de polo a polo, y
los paralelos al Ecuador.
La Geodesia es una ciencia muy exacta que se propone
medir la forma y las dimensiones de la tierra. Con base
en estos levantamientos más precisos, se determina si
la tierra es esférica, elipsoidal o paraboloide. La tierra
se aproxima más a una elipsoide: un eje mayor y un eje
menor, los cuales al ponerse en revolución reproducirían la
forma aproximada de la tierra. Y ni siquiera es una forma
geométrica bien definida, sino que tiene ondulaciones,
irregularidades, rugosidades. No es lo mismo la
aceleración de la gravedad cerca del Ecuador que cerca
de los polos. Trabajé diez años en el Instituto Geográfico,
allí en la Carrera Séptima con calle 52; allí también
funcionaba la carrera de Topografía. Ahora queda algo de
▲ Título: ASAB-SET
Armando Chicangana.
Archivo Fotográfico del IEIE
2008.
Sesenta Años de Memoria y Vida
63
la sanidad militar. Tanto el Decano de la Facultad como
los profesores eran funcionarios del Instituto. También
estaban allí los equipos de topografía y de fotogrametría;
por ejemplo, teníamos estereoplanígrafos, manejados con
manivelas, en los cuales se podían ver los terrenos como
si se estuviera sobrevolando. ¿Qué hacíamos con esos
aparatos? Tomar las fotografías aéreas y con la otra mano
se iba punteando en un papel, convirtiendo los detalles de
la fotografía aérea en un plano (cartografía).
Con el triunfo de la Revolución Cubana y la conferencia
de Punta del Este (Uruguay), Estados Unidos resolvió
ponerle más atención a América Latina. Hubo una intensa
actividad de los políticos de Estados Unidos y esto se
conoció como el Punto Cuarto. Se trataba de obtener
información confiable de la geografía latinoamericana.
Especial interés despertó la descripción minuciosa de las
bahías y golfos de los 1600 kilómetros de costa colombiana
sobre el Mar Caribe. Estados Unidos no escatimó recursos
militares, aeronáuticos, civiles, científicos, humanos,
económicos y financieros para realizar la cartografía de
la Costa Atlántica y de las islas. Por ello fue que cuando
me recibí de Licenciado en Ciencias Topográficas ingresé
64
Sesenta Años de Memoria y Vida
▲ Título: Foro catastro.
Donación de Inocencio Bahamón.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
"Me recibí de Licenciado en
Ciencias Topográficas e
ingresé al Instituto
Geográfico.
Hasta ese momento,
el Instituto Geográfico estaba
dedicado al levantamiento
cartográfico de las zonas
de 'inmediato porvenir
económico', dentro de las
cuales estaba
la zona cafetera".
al Instituto Geográfico y partí
para la Costa Atlántica. Hasta ese
momento, el Instituto Geográfico
estaba dedicado a hacer el
levantamiento cartográfico de
las zonas llamadas de inmediato
porvenir económico, dentro
de las cuales estaba la zona
cafetera. Pero la necesidad del
Departamento de Guerra de
Estados Unidos ordenó otra
cosa, y de pronto la Costa Atlántica se convirtió en un
objeto de conocimiento. Esto explica por qué los mapas
mejor diseñados sean justamente los de la Costa Atlántica,
pues se hicieron con lo mejor de los cartógrafos y los
instrumentos venidos directamente de Estados Unidos.
¿Cuándo comenzó la docencia?
Después de trabajar por un tiempo de diez años en el
Instituto Geográfico, entré al INCORA, recién creado.
Pero antes de esto, estuve un año en una Comisión de
límites con el Brasil. En cercanías de Leticia existen
una serie de ríos que discurren por debajo de la selva,
completamente imperceptibles desde el cielo. Por lo tanto
era conveniente y urgente detectar y seguir el curso de esos
ríos, porque muchos de ellos pasaban al Brasil. Se trataba
de determinar a qué país pertenecían de veras esos ríos.
Trabajé un año en el INCORA haciendo levantamientos
con base en fotografías aéreas, pues estaba en pleno furor
la reforma agraria y se buscaba precisar el número real de
fundos, tanto grandes como medianos y pequeños, sobre
todo en zonas de litigio y luchas por la tierra.
En el año 64 fui convocado por la Universidad del
Quindío, recién creada, y allí ejercí como profesor de la
única carrera que era casualmente Topografía. En el 68,
después de 4 años en Armenia, ingresé a la Universidad
Sesenta Años de Memoria y Vida
65
▼ Gladys Isabel Corredor.
Anuario Universidad Distrital.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá, 1964.
Distrital como profesor de Topografía, y después en el 71
fui elevado al cargo de Decano de la Facultad de Ingeniería
Catastral. Pero ésta no estaba aprobada y debí librar
una lucha más bien larga por su aprobación. Ingeniería
Catastral había funcionado en tiempos inmediatamente
anteriores, produjo dos promociones y después el ICFES
la cerró. Por ello estaba, a mi posesión como Decano,
desmantelada jurídica y académicamente. En el 68 surgió
la iniciativa de reanudar Ingeniería Catastral. En 1975
logramos la aprobación por parte del ICFES, exactamente
el 13 de junio.
Gladys Isabel Corredor De Molina
N
ací en el Cocuy (Boyacá); allí pasé los primeros
diez años de mi vida. Perdí a mi madre
cuando apenas tenía cinco años, y desde ese
momento, hasta la salida del pueblo, fui cuidada por mi
abuela materna, Isabel Orjuela. Mi padre fue ganadero,
comerciante y agricultor, y siempre fue un correcto liberal,
comprometido y solidario con sus copartidarios.
Después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, debimos
salir huyendo del Cocuy, al lado de muchísimas familias,
pues el Cocuy era el único pueblo liberal rodeado de
municipios conservadores. Llegamos a Bogotá y después
nos fuimos a San Cristóbal (Venezuela). Estudié allí con
monjas en el Colegio de María Auxiliadora, y cuando
Rojas Pinilla concedió la amnistía, volvimos a Bogotá
y aquí me radiqué desde entonces. Mi padre se llamaba
Carlos Corredor Gallardo y mi madre Susana Acevedo de
Corredor, ambos de pura cepa española.
Cuando llegamos a Bogotá, directamente desde el Cocuy,
me sorprendieron la Carrera Séptima y el tranvía. Ingresé
al Colegio de María Auxiliadora, que está sobre la carrera
13 con calle 32. Aquí hice hasta tercero de bachillerato, y
continué mis estudios en el Colegio del Carmelo, cerca de
66
Sesenta Años de Memoria y Vida
la Universidad Nacional.
Allí me gradué de bachiller.
Debo decir que las monjas
me enseñaron la disciplina y
el orden; desde que recuerdo,
fui una niña disciplinada,
juiciosa y buena lectora;
desde temprano, aún en el
Cocuy, cultivé la memoria y
siempre me he jactado de mi
capacidad para recordar con
precisión. Aún sigo leyendo
todo cuanto papel impreso
cae en mis manos. Fui muy
buena para las Matemáticas,
la Física y la Química, materias
fundamentales en la carrera que escogí posteriormente.
El amor por las plantas me viene de los tiempos del
Cocuy, desde mi primera infancia cuando andaba por
el potrero en compañía de papá, mamá y mis hermanos
mayores. Recuerdo esas mañanas cuando el sol iluminaba
las crestas nevadas de la Sierra. La jornada de estudio en
el Colegio de María Auxiliadora, así como en el Colegio
del Carmelo, era larga: desde las ocho de la mañana hasta
las cuatro de la tarde. Mi lema era “Estudiar, estudiar,
estudiar”. Y las monjas lograron darme un orden y una
disciplina, acompañada de una buena memoria, porque
había concursos de matemáticas, y en ellos la memoria
era fundamental. Me gradúo de bachiller en 1959.
Me presenté a la Universidad Nacional, pero no pasé.
Después un amigo me habló de la Universidad Distrital,
y fui a inscribirme. No era mucho lo que sabía de la
Ingeniería Forestal, pero sí sabía que tenía que ver algo
con las plantas. Me interesaron muchas asignaturas, pero
me hice fuerte en Dasonomía (estudio de los árboles) y la
▲ Mosaico.
Ingenieria, 1953.
Universidad Distrital.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Sesenta Años de Memoria y Vida
67
Conmigo se matriculó otra
niña en medio de 59 hombres.
Yo fui la única que aprobó el
primer año y pasé a segundo.
En ese tiempo, se estudiaba no
por semestres, sino por años.
Muchos hombres tampoco
dieron la talla, y ya para el
segundo año sólo había
unos 25 estudiantes de
Ingeniería Forestal.
Fitopatología (estudio de las enfermedades de las
plantas). Conmigo se matriculó otra niña en medio
de 59 hombres, pero yo fui la única que aprobó
el primer año y pasé a segundo. En ese tiempo,
se estudiaba no por semestres, sino por años. En
mis tiempos de estudiante de Ingeniería Forestal,
ésta funcionaba en donde hoy funciona la Facultad de
Derecho de la Universidad La Gran Colombia. Muchos
hombres tampoco dieron la talla, y ya para el segundo año
sólo había unos 25 estudiantes de Ingeniería Forestal. Por
esos tiempos había muchos profesores europeos, sobre
todo alemanes y holandeses. Había también las llamadas
misiones: estaba la misión alemana, especializada en
maderas, la cual tenía en el Carare-Opón sus instalaciones.
También estaba la misión holandesa, especializada en
el uso de la fotografía aérea e imágenes de satélite. Era
fascinante, con decirle que estaban mucho más avanzados
que los Estados Unidos en esta área. Mi profesor de tesis,
que casi no hablaba español, y se hacía entender por
señas, era un holandés, un hombre excelente. Su nombre
se hizo famoso en Colombia en los medios científicos:
Gerardus Sicco-Smit, más conocido como “el pájaro
loco”. Sicco-Smit era profesor de fotogrametría y estuvo
inicialmente cuatro años con nosotros hasta cuando
culminamos los estudios de Ingeniería Forestal. Después
viajó a Holanda, y volvió al país un poco después. De los
59 varones y esa niña que no terminó el primer año y yo,
sólo pasamos al segundo año de manera completa, sin
ninguna asignatura pendiente, tres estudiantes, incluida
yo. Los demás se fueron nivelando poco a poco, dentro
de éstos quien más tarde sería mi esposo, Carlos Molina.
Cursando el cuarto año me casé con Carlos y durante el
quinto estuve embarazada de mi niña. Era el año de 1963.
Carlos Molina, mi esposo, es bogotano y era bachiller
de la Universidad Libre. Había junto con Carlos muchos
egresados de colegios nacionales, pero, aunque inteligentes
68
Sesenta Años de Memoria y Vida
▼ Seminario
Catastro y valorización, 1981.
Donación de Inocencio Bahamón.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
y de buen puntaje, esos muchachos eran muy bandidos,
nunca tuvieron la dedicación que yo tuve. Obtuvimos
el grado de Ingenieros forestales en diciembre de 1964.
Creo que ya teniamos unas tres o cuatro promociones.
De mis profesores, aparte de los alemanes y holandeses,
recuerdo al colombiano García Meza, especialista en
estudios de resistencia de suelos para construcción.
También teníamos a un especialista en vías de apellido
Ñaña, y Mikele, austriaco, y García Barriga, botánico;
también un profesor peruano. Cuando termino Ingeniería
Forestal tenía ante mí una amplia perspectiva. Recibí la
oferta de trabajar como docente en la misma Universidad,
pero finalmente se me dio la oportunidad de trabajar con
los holandeses. Estando embarazada de mi segundo hijo,
estudié inglés en el Colombo-Americano, y después de
un año de estudios viajé a Holanda, en 1967, gracias a
Sesenta Años de Memoria y Vida
69
una beca dada por el ICETEX. Para Holanda me llevé
mi niña que tenía dos años, y dejé el bebé de siete meses
al cuidado de mi suegra. Estuve en Delft exactamente un
año, y di con una familia maravillosa. Se trataba de un
curso básico, y mientras estuve allá los holandeses crearon
un instituto de estudios para América Latina, con sede
en Colombia. De allá me vine a trabajar directamente en
este instituto y ahí estuve 21 años. Tres años después de
estar trabajando con ellos, volví a Holanda a realizar una
maestría. Para mi tesis de maestría trabajé en los bosques
de Bélgica; también conocí los bosques cercanos a la
ciudad de Moscú, así como los bosques de Alemania,
Austria y Tailandia.
Pienso que mi principal orgullo es haberle abierto el
camino a las mujeres. Ya para terminar, quiero decir que
no hemos explotado suficientemente los alcances de la
Ingeniería Forestal, porque ésta, por ejemplo en Estados
Unidos, tiene mucha importancia para conocer las plantas,
pues de ellas vienen los medicamentos. La Distrital es una
gran universidad, pero debe ser más generosa: abrirle las
puertas a la gente de escasos recursos y pensar también
en llegar al Estado, a ejercer influencia en el alto gobierno
para incidir en las políticas públicas. Debe tenerse en
cuenta que este es un país con un enorme potencial
agrícola y forestal. No tenemos nada que envidiarle a los
70
Sesenta Años de Memoria y Vida
◄ Sin título.
Ivet Alejandra Piñeros.
Archivo Fotográfico IEIE.
Universidad Distrital.
2007.
austriacos, alemanes, belgas, suizos, rusos o tailandeses,
cuyos bosques conozco. También tuve la oportunidad de
recorrer el país y trabajar en sus bosques, sobre todo en
zonas templadas y frías y en la selva chocoana. Cuando
estuve vinculada con Cartón Colombia, trabajamos
mucho con coníferas. Debo recordarles que nosotros
sólo tenemos una conífera nativa, el pino romerón, que
prospera por aquí muy cerca en el municipio de Pacho
(Cundinamarca). El resto de coníferas son de
La Distrital es una gran
fuera, muy bien adaptadas a nuestros climas y
universidad, pero debe
suelos. Otro árbol que se adaptó muy bien es
ser más generosa: abrirle
el eucalipto, procedente de Australia, y también
las puertas a la gente de
los urapanes que vienen de Asia. Quiero, antes
escasos recursos y pensar
de cerrar estos recuerdos, darle un consejo a las
en llegar al Estado, ejercer jóvenes estudiantes de la Universidad Distrital:
influencia en el alto
Deben estudiar y esforzarse para seguir adelante,
gobierno para incidir en
para superar obstáculos, para salir del círculo de
las políticas públicas.
la pobreza y ser mejor.
C
Ramón Gonzalo Pérez (“El Tigre”)
omencemos por decir que la hoy llamada
Carrera de Ingeniería Electrónica comenzó a
funcionar en el Instituto Tecnológico ubicado
en el barrio Modelo de Bogotá. Y recuerdo mucho a su
primer decano Kostas Bekeris, de origen lituano, quien
había sido traído a Colombia por la Philco, una compañía
encargada de ensamblar televisores. También recuerdo a
uno de mis profesores de Matemáticas llamado Antanas
Kinza. Debo decir que los estudiantes tanto de Ingeniería
Forestal como de Electrónica y Catastral recibíamos
las mismas clases de Matemáticas y este lituano era el
encargado de darlas. Kostas Bekeris, entre tanto, era el
encargado de la parte tecnológica propiamente dicha
de estas carreras. Nosotros continuamos la carrera de
ingeniería electrónica en una casa grande ubicada en el
Parque Nacional. La Universidad Municipal, como se
Sesenta Años de Memoria y Vida
71
llamaba entonces, contaba con muy escasos recursos.
Después de abandonar esta casona, la carrera de
electrónica funcionó en los fondos de lo que era una
marquetería, y finalmente fue a dar a la sede de los
Ferrocarriles Nacionales, en la carrera sexta con calle
13, muy cerca de la Plazoleta del Rosario, hoy sede de la
Facultad de Derecho de la Universidad Gran Colombia.
Fue en esta sede donde me gradué.
Finalmente, la carrera de Ingeniería Electrónica
funcionó en la calle 40, en un edificio de la Armada,
al frente de la Parroquia “Nuestra Señora del Sagrado
Corazón”.
Yo nací en Cúcuta, el 6 de abril de 1930; hice mis estudios
primarios en colegios públicos y el bachillerato en el
“Antonio Nariño”, con un énfasis muy avenezolanado,
porque la propietaria era de Venezuela. El rector era
de un pueblo que se llama Salazar de las Palmas. El
propósito del colegio era atraer a los venezolanos.
Cucuteños netos éramos muy pocos, además porque
es muy difícil hallar un cucuteño neto, todos son
mezclados. Por ejemplo, mi papá era de un pueblo
más allá de la frontera llamado Rubio, pero hacía
muchísimos años se había residenciado en Cúcuta. En
mis épocas de estudiante, yo caminaba por los pueblos
de San Antonio y Ureña, ya en territorio venezolano.
También recuerdo el Colegio del Sagrado Corazón,
regentado por hermanos, y otro, cuyos propietarios
eran familiares del padre Rafael García Herreros,
padre eudista fundador del Minuto de Dios, quien fue
muy amigo mío. También había el Colegio Gremios
Unidos, de la Logia Masónica, pero éste solo llegaba
hasta segundo de bachillerato. Tenía fama de preparar
muy bien a sus estudiantes, hasta el punto que quienes
72
Sesenta Años de Memoria y Vida
estudiaban en él salían mejor preparados que quienes
hacían el bachillerato completo en los otros planteles.
Sobre el año 1950 me gradué en el “Antonio Nariño”.
Muchos de los bachilleres de éste colegio terminamos
viniéndonos para Bogotá. En esos años, existía la
carrera de Ingeniería y Radio en la llamada Universidad
Municipal. Una tarde que me paseaba yo por los
alrededores de la sede del Instituto Tecnológico,
observé el letrero que decía: “Hágase Ingeniero en tres
años”. Y resultaba que a mí siempre me había llamado
la atención ser radio técnico, porque uno como radio
técnico se gana la vida cacharreando tranquilamente y
escuchando música, sin necesidad de estarse asoleando
por ahí. También tenía predilección por la peluquería,
porque el peluquero se sabe la vida de todo el mundo,
y sin ser letrado, como lee mucho, sabe muchas cosas.
Después de leer ese aviso, informé a algunos amigos
también cucuteños y nos fuimos a matricular allá.
Nuestro interés era estudiar y triunfar en Bogotá;
teníamos muy claro que a Cúcuta no volveríamos
derrotados. La otra posibilidad era ingresar a la Escuela
de Cadetes “General Santander”.
▲ Diploma profesional.
Ramón "El tigre" Pérez.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Bogotá, 1957.
Cuando ingresamos a la Universidad Municipal, éramos treinta y ocho los estudiantes de Ingeniería Electrónica. Sólo había tres carreras: Ingeniería Catastral,
Ingeniería Electrónica e Ingeniería Forestal. Es en el
año 1954, si no estoy mal, que empezó a tomar forma
la Universidad, porque cuando yo entré en 1951 aún
no estaban consolidadas las carreras, y se salía no como
Ingeniero, sino como licenciado en alguna de las tres
modalidades. En ese tiempo era muy fácil entrar, pero
pocos terminaban los estudios; no bien iniciaba el año,
comenzaba a desmoronarse el grupo. En mi caso, sólo
nos graduamos seis de los que ingresamos en 1951.
Sesenta Años de Memoria y Vida
73
Yo me gradué como Licenciado en Ingeniería y Radio, y
siempre estuve interesado en la electromedicina. Había
aquí en Bogotá una empresa de rayos X, representante de
la Westinghouse, cuyo propietario era don Ramón Cuéllar.
Este señor era muy amigo del decano de la carrera de
Electrónica y tenía contactos con una escuela de radio en
la cual terminé realizando mi pasantía. Estamos en el año
de 1954; por ese tiempo llega la televisión a Colombia,
gracias a la labor de don Fernando Gómez Agudelo. Él
estuvo en Cuba, en Estados Unidos y Alemania y de esos
países trajo tanto equipos como técnicos. De la Dumont
obtuvo la emisora, y de la Siemens, los transmisores.
Nuestra televisión fue producto gracias a la colaboración
de Europa, Estados Unidos y Cuba. El señor Ramón
Cuéllar se ganó la licitación para montar los aparatos, y
el gringo que vino a hacer la instalación, William Batista,
pidió un auxiliar que tuviera conocimientos en electrónica
e inglés, puesto que él no hablaba español. Fue así como
llegué a ser su asistente. Empecé a trabajar en enero de
1954, y ya para mayo empezamos a montar la planta de
televisión. Los equipos fueron instalados en un lado de
la Biblioteca Nacional; aquí estaba el transmisor, el cual
fue instalado a la antena máster que estaba en el Hospital
Militar. La televisión de la época era en blanco y negro,
desde luego, y a tubos, y quien esto habla empezó a tener
un cambio en su vida, porque yo andaba, a mis 24 años,
con el maletín del míster, y comía y dormía en el Hotel
Tequendama. El míster, traído por el gobierno militar,
ganaba 1500 dólares mensuales, y yo empecé con 800
pesos.
El doctor Fernando Gómez Agudelo se había traído una
estación de televisión humana de Cuba, pues contó con
la suerte que uno de los canales locales había sido cerrado
y habían quedado muchos ingenieros sin trabajo. De La
Habana vinieron don Sergio Segarra, Fernando Virguez,
Luis Álvarez Tabio, Dionisio Kammanel, Enrique
74
Sesenta Años de Memoria y Vida
En el año 1954
empezó a tomar
forma la Universidad,
pues en 1951 aún no
estaban consolidadas
las carreras, y se salía
no como Ingeniero, sino
como licenciado.
Loainas y Gabriel Siqueiras. Como siempre me gustó el
dibujo y fui bueno para él, terminé, a pedido del cubano,
haciendo los planos. En ese tiempo inaugural, llegué a ser
el segundo ingeniero en importancia, después de Batista,
el gringo, quien fue reemplazado por Santiago, el cubano.
Recuerdo mucho que un 13 de junio de 1954 salió la
primera señal, y me sentí complacido porque habíamos
cumplido con el General Rojas y con el doctor Gómez
Agudelo. Después se fueron los cubanos y vinieron los
alemanes, un ingeniero jefe, llamado Wilhelm Putt, Klaus
Einstein y Hermann Dahlmann.
Fueron siete años y medio trabajando como ingeniero
electrónico en la televisión colombiana. Mi asistente fue un
colombiano de Santander del Sur, llamado Rafael Gómez,
quien venía de la Radiodifusora Nacional, hermana gemela
de la televisión. Por eso Bernardo Romero Lozano, que
era director de radio, pasó a la televisión a dirigir la parte
cultural. Al salir de la televisión ya yo ganaba lo mismo que
el cubano: él ganaba 1800 dólares y yo 1800 pesos, que, al
cambio de época, resultaba exactamente lo mismo.
▲ Título: Encuentro.
Carlos Reina.
Archivo fotográfico del IEIE
Universidad Distrital
Francisco José de Caldas
2007.
Mientras estuve trabajando en la televisión, la Universidad
Municipal estructuró programas de ingeniería, y a la
televisión fueron llegando jóvenes estudiantes de estas
carreras. Una vez me encontré con un paisano mío,
Mayor retirado de la Fuerza Aérea, también ingeniero,
que me dijo: “Mira, Tigre, allá en la televisora te llaman
Ingeniero, pero en realidad tú eres licenciado. Cuando
salgamos, usted va a seguir siendo licenciado; camine y
lo matriculo.” Fue así como fui a la sede de la Sexta con
13 y me matriculé. Recuerdo que la matrícula valía 50
pesos. Entonces, cursé mis dos años y ahí sí me recibí de
Ingeniero Electrónico. Me gradué con muchos bombos y
platillos, porque enviaron a los camarógrafos para que me
grabaran, pues era el primer colombiano en recibir el título
de Ingeniero. Por ese tiempo, ya sí se llamaba Universidad
Sesenta Años de Memoria y Vida
75
◄ Mosaico (Detalle).
Ingenieria, 1935.
Universidad Distrital.
Archivo Bienestar Institucional
Área de egresados.
Distrital “Francisco José
de Caldas”. El título de
Ingeniero Electrónico,
además, impresionaba,
campaneaba más, y la
gente se sentía admirada con ese título, aunque
muy poco se supiera qué
podía significar y de qué se ocupaba ese tal señor. Ya
graduado, y aún trabajando en la televisión, entré a la Sociedad Colombiana de Ingenieros, de la cual soy socio
vitalicio.
Alguna vez, llegó un grupo de estudiantes de Ingeniería
Electrónica, y me dijo que querían modernizar la
Universidad, pero que el decano Bekeris se oponía. Fue
entonces cuando nombraron decano de la Facultad a
don Manuel Drezner, Ingeniero mecánico y amante de
la música clásica, hombre de extensas lecturas, autor de
una columna de respuestas a casos y cosas raras en El
Espectador. Yo ya conocía al doctor Drezner, porque
una vez, estando yo de estudiante de último año de
Ingeniería, él me ayudó a resolver un complejo problema
76
Sesenta Años de Memoria y Vida
de Termodinámica. Don Manuel
había ejercido un cargo en la
televisora, y era, además, miembro
de la Sociedad Colombiana de
Ingenieros. Basado en esto fue
que le sugerí a los estudiantes que
pensaran en el nombre del doctor
Drezner. Por ese tiempo, la facultad
no tenía secretarias ni nada, y el
doctor Drezner dijo: “Hombre,
si quieren que yo les reestructure
la Facultad tienen que asignarme
un secretario.” Y así fue cómo
llegué a secretario de la Facultad
de Electrónica de la Universidad
Distrital. Esto fue en el año 1961.
¿Por qué me fui para allá? Porque allá estaba mi gente,
y esa era mi escuela. Además, me pagaban mejor que en
la televisora. Mientras que en la televisora ganaba 1800
pesos, la Universidad me ofreció 2800 pesos. Junto con
mis funciones de Secretario de la Facultad, dictaba clases,
las cuales eran pagadas a doce pesos hora. En algunas
temporadas, ni siquiera cobrábamos por las clases. Había
un profesor lituano, de quien fui asistente, que le decía al
doctor Drezner: “Les pido que, cuando la Universidad
esté bien económicamente, nos paguen retroactivo.”
Estos tipos que han sufrido tantas guerras y destierros,
tienen mucha más austeridad que uno. Un gringo jamás
llegaría a esos gestos de desprendimiento y generosidad.
Estuve dos años en la Secretaría. Me gradué en el 58, y en
el 59 empecé a dictar clases en la Facultad de Ingeniería
Electrónica, jornada de la noche. Quiero recalcar que
los estudios siempre han sido pesados en estas carreras.
Quien no da la talla, sale, y nadie se gradúa tambaleando: o
sale caminando derecho o no sale, no hay más alternativa.
Entrar como docente en mis tiempos no era muy difícil.
"Quien no da la talla,
sale. Nadie se gradúa
tambaleando: o sale
caminando derecho
o no sale, no hay más
alternativa".
▲ Sin título.
Seminario Permanente de Formación e Investigación.
Archivo Fotográfico del IEIE.
Universidad Distrital.
Bogotá, 2008.
Sesenta Años de Memoria y Vida
77
No había concursos, y si se tenía el escudo de la Sociedad
Colombiana de Ingenieros y un buen padrino, se entraba.
Ahora no. Yo he encontrado a antiguos discípulos míos
haciendo esas largas filas para presentar los concursos, y me
han dicho: “Mire, Tigre…” A propósito, a mí siempre me
han dicho “Tigre”, porque cuando me despedía, siempre les
decía: “Hasta luego, tigres, que les crezca el rabo, pero que
les crezca.” Y me iba.
La Universidad nuestra tiene una peculiaridad, como
muchas otras universidades públicas de Colombia, que
no hay muchos distingos de clase. Puede haber gente de
dinero revuelta con gente pobre, pero todos nos sentimos
iguales. A nuestra Universidad, como a la Nacional, llega
gente que usted no sabe si tiene o no tiene con qué comer
o tomar un bus. La medida la da cada cual en el tablero,
porque ahí se disuelven las diferencias de estrato: se sabe
o no se sabe.
Mi vida fue bastante rápida: me gradúo de Licenciado a
los 24 años; entro inmediatamente a la televisión; empiezo
a dictar clases a los 29, como profesor de Dibujo, el cual
era una asignatura esencial. Primero tuve dificultades
para ingresar a la Facultad de Ingeniería Electrónica para
terminar la carrera, porque me dijeron: “Usted es radio
técnico remienda planchas.” Aquí donde ustedes me
▲ Título: Prácticas.
Donación de Inocencio Bahamón.
Archivo Fotográfico del IEIE.
"Convocatoria 60 años
de memoria y vida". 2007.
78
Sesenta Años de Memoria y Vida
ven, bien viejito, sigo ganando dinero, vendo aparatos
electroacústicos, vivo a dos cuadras (el negocio del
Tigre queda en la Calle 116 con la Quince), y tengo la
Universidad metida en el alma. Después de Secretario
de la Facultad de Ingeniería Electrónica, me paseé por
todas partes; fui miembro del Consejo Académico,
por el Consejo Directivo, por el Consejo Superior, y
finalmente fui Representante del Ministro de Educación.
Y me di el lujo de nunca ser expulsado de ninguna parte
ni de ningún cargo. Cuando me sentí cansado, le dije al
Ministro: “Mire, Ministro, usted es mucho más joven que
yo; nombre a otro igualmente joven, porque yo vengo
a estas reuniones del Congreso es a dormirme.” De las
gestiones que recuerdo una fue contribuir en que se le
concediera un Doctorado Honoris Causa al profesor
Bekeris. Mi Tesis fue sobre Amplificación de Videos, y
estoy inmensamente agradecido a todos mis colegas de
la televisora que me ayudaron a realizar un buen trabajo.
Recuerdo que los estudiantes que ingresaban a la
Universidad habían ocupado los primeros lugares en
los mejores colegios nacionales del Distrito: el Nicolás
Esguerra, el Camilo Torres, el Sergio Arboleda, el Colegio
de la Universidad Libre… Había otros que llegaban del
Instituto Técnico Central. ■
Sesenta Años de Memoria y Vida
79
Este libro
Se terminó de imprimir en el mes
de Julio de 2008, año en que la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
celebra sesenta años de labores académicas.
El trabajo editorial corrió a cargo de
los talleres gráficos de
Panamericana Formas e Impresos S.A
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