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Parejas de hecho y casadas tienen características diferentes
Parejas de hecho y casadas tienen características diferentes
25.07.2008. Investigar - Un estudio de la UAB ha comparado las características de los matrimonios y de las parejas
jóvenes que conviven sin estar casadas. La investigación concluye que la cohabitación y el matrimonio son muy
diferentes: las parejas no casadas tienen, en promedio, más hijos, son más jóvenes, la diferencia de edad entre los
miembros es mayor y viven principamente de alquiler.
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El estudio, dirigido por Pau Miret, investigador del Departamento de Geografía y del Centro de Estudios Demográficos de
la UAB, ha investigado la franja de edad más joven entre las parejas, las que tienen entre 20 y 39 años. Los datos han sido
obtenidos a partir de los censos de población de España de los años 1991 y 2001, y a partir de la encuesta de población
activa del primer trimestre de 2008. De este modo, se ha podido también estudiar cómo han variado las características de
estas uniones en los últimos años. En lo que respecta a esta evolución, los investigadores han constatado que, mientras
en el año 1991 el 4% de las parejas convivía sin vínculo matrimonial, en 2001 el porcentaje de parejas que convivían en
estas condiciones era del 12,2%, es decir, la cohabitación fuera del matrimonio se había multiplicado por tres, y actualmente
este porcentaje ya llega al 25%. Los datos de 2008 muestran, además, que la mitad de la población de entre 20 y 39 años
convive actualmente en pareja, se ha roto la tendencia descendente que se registró la última década del siglo XX, y casi se ha
recuperado el nivel registrado a principios de los años noventa.
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Entre las conclusiones del estudio destaca que la cohabitación es un fenómeno muy diferente al matrimonio, con unas
características diferenciales que se han mantenido estables a lo largo de los años.
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El estudio ha puesto de manifiesto que las parejas jóvenes en unión consensual tienen menos hijos que las parejas en
matrimonio. Se trata de una diferencia que no había cambiado mucho a lo largo de los años. En promedio, las mujeres casadas
tenían 1,6 hijos en el año 1991, frente a los 0,9 hijos de las mujeres en unión consensual. El año 2001 esta relación era de 1,3
hijos (las casadas) a 0,6 (las mujeres en unión consensual) y, actualmente, la relación es de 1,2 a 0,7 hijos.
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En lo que respecta a la edad de los miembros, la opción de la cohabitación es más habitual cuanto más jóvenes son los
miembros de la pareja. Según los investigadores, esto apoya la hipótesis que, en muchos casos, la cohabitación es un
matrimonio a prueba. En el año 2001, y en la franja de edades estudiada, la edad media de los cohabitantes era de 30,8 años
para el hombre y 26,6 para la mujer, mientras que en los matrimonios la edad media del hombre era de 33,6 años y 32,9 la
de la mujer. Los datos de 2008 muestran que los cohabitantes continúan siendo, en promedio, 3 años más jóvenes que los
casados: la edad media en las uniones consensuales es de 31 años en los hombres y de 29,9 años en las mujeres, y en los
matrimonios es de 34 y 33 años respectivamente. Actualmente 3 de cada 4 jóvenes de 20 años que viven en pareja lo hacen
en cohabitación, mientras que a los 32 años esta relación se reduce a una de cada 5, y a los 39 años sólo una de cada 10
parejas son uniones consensuales fuera del matrimonio.
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La diferencia de edad de los miembros también es característica según el tipo de pareja: es mayor en las parejas que
cohabitan sin matrimonio. Actualmente, los miembros de las parejas no casadas tienen una diferencia de edad de 4 años en
promedio, mientras que en los casados esta diferencia es de 3,3 años.
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La tenencia de vivienda también diferencia ambos casos. Las parejas no casadas tienden más al alquiler que los matrimonios,
aunque, en general, la tendencia en España es más hacia la propiedad de la vivienda que hacia el alquiler. De este modo, en el
año 2001, el 38% de los hombres y el 34% de las mujeres que vivían en pareja sin casarse lo hacían en viviendas de alquiler,
mientras que, en general, el porcentaje de parejas que viven de alquiler no llega al 20%.
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Parejas de hecho y casadas tienen características diferentes
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Un aspecto que ha dejado de ser diferencial es la ocupación laboral. Los datos de 2001 mostraban que, entre las parejas que
convivían fuera de matrimonio, era más probable el hecho de que sólo trabajase la mujer, o que no trabajase ninguno de los
dos miembros, que no en el conjunto general de las parejas. El porcentaje de parejas no casadas en las que sólo trabajaba
la mujer era del 26%, 8 puntos porcentuales por encima del de las parejas en general. Los datos de 2008 muestran que estos
porcentajes se han igualado.
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Por último, la investigación también pone de manifiesto que el nivel de estudios, que en el año 2001 era diferente según el
tipo de pareja, también se ha igualado según los datos más recientes. Los miembros de las uniones consensuales fuera
del matrimonio tenían un nivel de estudios más elevado que los de las parejas en matrimonio, y las uniones consensuales
acogían las diferencias más grandes entre los niveles educativos de los dos miembros. Ahora, esta diferencia prácticamente ha
desaparecido.
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