Tendencias de la antropología - unesdoc

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Revista trimestral publicada
por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura
con la colaboración de la Comisión Española
de Cooperación con la Unesco,
del Centre Unesco de Catalunya
y Hogar del Libro, S.A.
Vol. X L , n u m . 2, 1988
Condiciones de abono
en contraportada interior.
Redactor jefe: Ali Kazancigil
Maquetista: Jacques Carrasco
Ilustraciones: Florence Bonjean
Realización: M ó n i c a Vergés
Corresponsales
Bangkok: Yogesh Atal
Beijing: Li X u e k u n
Belgrado: Balsa Spadijer
Berlin: Oscar Vogel
Budapest: György Enyedi
Buenos Aires: Norberto Rodríguez
Bustamante
Canberra: Geoffroy Caldwell
Caracas: Gonzalo Abad-Ortiz
Colonia: Alphons Silbermann
Dakar: T . Ngakoutou
Delhi: André Béteille
Estados Unidos de América: G e n e M .
Lyons
Florencia: Francesco Margiotta Broglio
Harare: Chen Chimutengwende
H o n g Kong: Peter Chen
Londres: Alan M a r s h
México: Pablo González Casanova
M o s c ú : Marien Gapotchka
Nigeria: Akinsola A k i w o w o
Ottawa: Paul L a m y
Singapur: S. H . Alatas
T o k y o : Hiroshi Ohta
Túnez: A . Bouhdiba
Viena: Christiane Villain-Gandossi
T e m a s de los próximos números
Las relaciones locales-mundiales
Modernidad, cultura y desarrollo
Ilustraciones:
Portada: Detalle de una acuarela de Paul Gauguin
(1848-1903), de un manuscrito titulado Antiguo
culto maori, escrito e ilustrado por el propio
artista, en Tahiti, en 1892.
Ahora en el Museo del Louvre, París.
Derechos reservados.
A la derecha: Hacha de ceremonias de nefrita,
Nueva Caledonia.
D e La pierre et l'homme.
París. 1987.
Musco Nacional de Historia Natural,
REVISTA INTERNACIONAL DE CIENCIAS SOCIALES
Junio 1988
Tendencias de la antropología
116
PERSPECTIVAS FUTURAS
Cyril Belshaw
Retos de la antropología social y cultural en el futuro 201
José Matos M a r
La antropología del siglo X X I
C . W . Brown
La renovación de la investigación interdisciplinaria
213
y la antropología de la década de los noventa
221
La antropología de la liberación para el año 2.000
231
Algunas cuestiones fundamentales en lingüística
241
Ikenna Nzimiro
Radoslav Katicic
CULTURA Y BIOLOGIA
L. Luca Cavalli-Sforza
Transmisión cultural y adaptación
249
Paul T . Baker
Biología de la población humana: elaboración de
un paradigma para la antropología biológica
267
Paleoantropología y Neoantropología
277
W u Rukang
Debate abierto
Jan-Erik Lane
y Svante Ersson
Conceptos correlativos del desarrollo
283
Feng Langrui
Desempleo entre la juventud china
299
El ámbito de las Ciencias Sociales
Vito S. Minaudo
Proyectos de desarrollo y las ciencias sociales: un
ejemplo boliviano
311
Tribuna libre
E . G . Khintibidze,
A . N . Surguladze
y V . A . Minashvili
El pensamiento social,filosóficoy literario en
Georgia y el papel de Ilya Chavchavadze
319
Servicios profesionales y documentales
Calendario de reuniones internacionales
327
Libros recibidos
331
Publicaciones recientes de la Unesco
333
Números aparecidos
334
Retos d e la antropología
social y cultural en el futuro
Cyril Beishaw
Situación y problemas
de la antropología
N o obstante, al m i s m o tiempo y, en particular, desde que la antropología cultural se estudia
c o m o una de las disciplinas de licenciatura, nos
hemos convertido en especialistas cerrados al exAnte la situación y los problemas imperantes en la
terior, sin tiempo a veces, ni tampoco la inclinaactualidad, mi labor podría compendiarse en este
ción de aprender los fundamentos de otras disciinterrogante: ¿cuáles son las deficiencias del sisteplinas. M e preocupa la tendencia de la nueva gem a científico constituido por la antropología social y cultural? ¿ C ó m o podrían abordarse para su- neración de estudiantes q u e contempla la
antropología c o m o un sistema delimitado y autoperarlas? M e parece que éstas son las dificultades
suficiente, sin examinar, o haciéndolo m u y somecon que se enfrenta esta disciplina en las postriramente, las raices de nuesmerías del presente siglo.
tras ideas en otros sistemas
La antropología socioculCyril Belshaw ha sido catedrático de Antrode pensamiento y sin contural depende de su interdispología de la Universidad de British Columfrontar directamente nuesciplinariedad. Esto es la conbia. Vancouver. Canadá, director de durent
tras perspectivas con las de
secuencia lógica de una caAnthropology y presidente de la Unión Internacional de Ciencias Antropológicas > Etnootros investigadores.
racterística que contribuye a
lógicas. Sus publicaciones incluyen: The Sordistinguir la antropología soEs obvio que ningún ancerera Apprentice An Anthropology ot Public
ciocultural de otras disciplitropólogo
puede controlar
Poliev. The Conditions of Social Performance
nas, a saber, nuestra preocudebidamente todas las posiAn Exploratory Theory, tntler the Ivi Tree.
Society and Economic Growth m Rural Ei/i >
pación teórica y metodológibles interrelaciones con otras
TheUreal Village Social and Economic Welca por situar a los fenómenos
disciplinas y el intentarlo enfare in Hanuabada. an L'rhan Community of
humanos en un contexto extraña por nuestra parte la nePapua
plicativo extensivo a todas
cesidad de ser diferentes
las dimensiones y variables
unos de otros. Es h u m a n o
del m u n d o natural, biológico
plasmar de manera polémica
y, sobre todo, social. Aunque
esa diferencia, aseverando
no individual, pero sí colectivamente, utilizamos que hay una determinada forma de abordar los
a un m i s m o tiempo y de m o d o paralelo, técnicas problemas que es la «correcta», mientras que las
de pensamiento que al incorporar nuestros paraotras serían erróneas, pese a disponer de m u y podigmas únicos reflejan ciertas líneas de pensa- cos criterios claros para formular juicios de supemiento de las diversas disciplinas, con lo que se
rioridad. Cuánta tinta gastan los autores defennos ofrece la oportunidad de comprobarlas c o m diendo la superioridad de las explicaciones biolóparativamente y nos permite una aportación, gicas, con respecto a las culturales y viceversa: que
aunque sea teórica, a otras disciplinas, aspecto és- es preferible el método cultural ecológico al neote que traté hace poco en relación con la economarxismo o a la teoría tradicional del cambio somía. El continuo estímulo de esa interacción ha
cial o viceversa; que el análisis transaccional es
sido vital para el auge y la madurez intelectual de m á s profundo que el estructuralismo o viceversa:
nuestra disciplina.
que el sustantivismo debería sustituir al formalisRICS 116/Jun. 1988
202
m o en antropología económica o viceversa.
¿Cuántos doctores se esfuerzan por incorporar
nuevos paradigmas sin antes haber experimentado los antiguos? N o obstante, en términos generales, lo cierto es que la mayor parte de las alternativas que se exponen de m o d o polémico no son tales, sino m á s bien medios complementarios de
contemplar las cosas.
Tres retos inmediatos
Estas breves observaciones sugieren tres problemas inmediatos: 1) elaborar y aplicar perspectivas
de formación y de investigación que mantengan y
consoliden una relación interdisciplinaria;
2) construir unos criterios m á s rigurosos para poder elegir entre las distintas posibilidades, cuando
puede demostrarse que son incompatibles unas
con otras; y 3) buscar la forma de armonizar posiciones paralelas, aunque parezcan contradictorias. Esto puede lograrse, por ejemplo, si se demuestra que, mediante ajustes terminológicos o
conceptuales, los dos sistemas pueden articularse
o incluso, en algunos casos, fundirse hasta convertirse en uno solo.
N o tengo, por supuesto, la intención de defender el punto de vista según el cual, la antropología
deba perder su identidad con la mejora de tales
vínculos socioculturales. A d e m á s , ya es hora de
defender lo esencial de mi razonamiento, es decir,
que dadas las metas y las responsabilidades específicas de la antropología sociocultural, ésta se halla en el umbral de un futuro m u y importante, posibilidad dimanante de características ya existentes, que hay que fomentar y, en todo caso, no
echar a perder. La antropología abarca, en sí mism a , la materia de que son objeto todas las demás
ciencias humanas. Sólo la antropología está, sin
incurrir en intrusismo con respecto a otras especializaciones, llamada a incorporar y elaborar
ideas tomadas de todas las demás. N o obstante,
cabe la tentación de perder de vista esta perspectiva y dejar de lado nuestros métodos específicos
a medida que los antropólogos abordan nuevos y
más importantes problemas con los que se enfrentan. H a y que tener unas perspectivas sociológicas, no sólo al estudiar una sociedad compleja,
sino de muchas otras formas, aunque al hacerlo
no debamos adentrarnos m á s allá de los límites
específicos de la sociología (o de la economía, la
biología o incluso lafilosofía),y confinarnos en
ellos.
Cyril Beishaw
T a m p o c o quiero decir que la antropología sea,
en cierto m o d o , «superior» a otras disciplinas,
aunque a veces, mi lenguaje pueda darlo a entender. L a visión del especialista, canalizada c o m o a
través de un túnel, arroja al final una luz que no
puede corresponder a una visión más general, al
menos mientras no se excave en el túnel y se distribuyan sus preciosos recursos. En algunos aspectos estamos m u c h o menos dotados de metodología que nuestros rivales, si bien esto podría ser, a
la larga, una ventaja, ya que así tenemos tiempo
de evaluar críticamente si las distintas posibilidades son eficaces. (La economía es un buen ejemplo. T e n e m o s m u c h o que aprender de los métodos del economista, a condición de no aceptar la
falsa idea de que se logra exactitud siempre que se
aplica la lógica abstracta y la cuantificación estadística.) C u a n d o escribo para economistas destaco el valor de la etnografía concreta, pero cuando
lo hago para antropólogos, he de insistir en otros
aspectos: no hemos utilizado suficientemente la
elaboración de modelos abstractos ni el juego con
la lógica de posibilidades y modificaciones de los
sistemas incorporados en nuestras monografías.
T a m p o c o hemos hecho todo lo debido por
crear teorías más sencillas y provechosas. U n o de
nuestros m o d o s operativos consiste en incorporar
un grado cada vez mayor de complejidad con objeto de modificar enfoques demasiado simplistas.
U n a etnografía «sólida» no consiste tan sólo en
exponer detalles con profusión, sino también en
oponerse a modelos simplistas. Esta tendencia es
correcta y se ha de proseguir. N o obstante, es contraria a una de las reglas cardinales de la ciencia
tradicional: cuando hay que escoger entre teorías
opuestas, igualmente explicativas, se debe preferir la m á s sencilla, y siempre hay que buscar las
afirmaciones m á s simples. Este principio debe ser
observado al menos en parte de la antropología.
A d e m á s , son preferibles las teorías que abarcan
una gama m á s amplia de fenómenos. Desde esta
perspectiva, c o m o he repetido incansablemente
en distintas oportunidades, los modelos explicativos que en un principio se aplicaron a fenómenos
regionales tales c o m o la divinización de los buques de carga en Melanesia, para simplificarse
luego y aplicarlos a todos los movimientos mesiánicos, milenaristas y revivalistas, podrían modificarse una vez m á s para incorporar otras variantes
tales c o m o los movimientos seglares de protesta
política, así c o m o adaptaciones dimanantes de
circunstancias análogas, aunque no tengan un
contenido de protesta política.
203
Reíos de la antropologia social y cultural en el futuro
*Ár* 'uentww'^
Etnografia urbana: comunidad italiana en Nueva York in Cimcr-Bmscm/Magnuni
Existen otras m u c h a s posibilidades. Se m e
ocurre la teoría de la economía del ceremonial, en
la que se seleccionan y analizan las variables del
ceremonial de m o d o que puedan determinarse las
consecuencias que tienen en los ajustes de todo el
sistema económico. Otra sería una teoría de la estratificación en la que la noción de clase, casta y
diferenciación vertical (linaje, barreras étnicas, límites federales políticos) pueden analizarse c o m parativamente en términos de variaciones, con u n
conjunto m u y limitado de variables. Estoy seguro
que el lector podrá encontrar ejemplos en cualquier sector de la antropología sociocultural.
Tres retos m á s
A partir de aquí surgen los siguientes retos: 4) hacer
que los estudiantes de la investigación tengan la
oportunidad de formular hipótesis m á s allá de los
límites circunscritos al sector que investigan; 5) proceder a síntesis disciplinarias; 6) experimentar una
serie de modelos teóricos m á s amplios y que sinteticen y se adapten mejor que los actuales.
Ciertas disposiciones teóricas de carácter general son m u y eficaces en antropología sociocultural. a condición de q u e existan posibilidades
complementarias. El c a m p o está d o m i n a d o por
profundas monografías etnográficas y estudios
comparados generales. Al examinar los artículos y
comentarios de Current Anthropology quedará demostrado que, aun aceptando sin m a y o r cuestionamiento el material etnográfico factual de los autores, no todos los lectores aceptan las conclusiones analíticas. N o existe en esta disciplina una
generalización universalmente aceptada. Desde
hace unos años, un procedimiento m á s formal de
comprobación de hipótesis trata de superar esa
debilidad. Pero los métodos de comprobación y,
entre ellos, la utilización de una sola muestra etnográfica c o m o caso de estudio, datos numéricos
con manipulación estadística y una comparación
limitada y controlada de los tipos representativos,
aunque c o n frecuencia adecuados en sí m i s m o s ,
no pueden ir lo suficientemente lejos y tampoco,
en este caso, logran, las m á s de las veces, un consenso general.
Si bien n o quisiera menospreciar esos esfuer-
204
zos, que llevan a un sano debate y a un examen
continuo, una antropología madura deberá buscar otras posibilidades. U n a de las claves podría
encontrarse en la renuencia de la antropología a
penetrar en el campo de la predicción, actividad
esta que implica el peligro profesional de hacernos caer con frecuencia en el error. A mi entender,
hay dos m o d o s de predicción relacionados, pero
distiguibles: la predicción temporal, en la que. sobre la base de hechos conocidos, se establece que
sucederá un acontecimiento, y la predicción teórica, en la que se establece que. sobre la base de una
teoría conocida y fundamentada, se demostrará
que es empíricamente cierta otra disposición teórica.
A u n q u e la predicción teórica puede basarse en
estudios comparados, ambas son esencialmente
dinámicas. El modelo fundamental se basa en
que. si A (sola o combinada) cambia, entonces B
cambiará de cierta manera o C desaparecerá o
aparecerá (lo que enuncia diciendo que C estará
correlacionada o no con A ) . Aunque no puedo
probarlo, sostengo que desde un comienzo, y pese
a los elogios insinceros tributados al estudio del
cambio y la evolución, la antropología es fundamentalmente frágil en cuanto a modelos dinámicos. A d e m á s , pueden dimanar proposiciones dinámicas tanto de análisis abstractos de sociedades
imaginarias c o m o de estudios ni MUI (aunque no
sin el estímulo de estos últimos).
A u n q u e considero que la antropología sociocultural debería dedicar un mavor porcentaje de
sus recursos a esos asuntos, el hecho de indagarlos
de forma autónoma se enfrentara con un problem a difícil de estudiar, lo que parece inevitable.
Esto puede describirse c o m o un problema de incertidumbre. Las razones aducidas por Pitirim
Sorokin hace medio siglo para demostrar la impotencia de las ciencias sociales para llegar a un eonocimento cierto, son ho> tan válidas c o m o lo
eran aver, va que atañen al fundamento m i s m o de
la relación del observador con los datos observados. N o puedo tratar ahora este asunto con detenimiento, pero si sugerirlo arbitrariamente. Incluso en las ciencias físicas es falso suponer que las
generalizaciones son ciertas; a lo s u m o parecen
serlo en determinado m o m e n t o . Así. pues, la crítica según la cual las ciencias sociales serían inseguras v aproximativ as. no conllev a ningún descrédito.
En este caso, el problema es psicológico, aunque sus ramificaciones son inmensas. Si un especialista descubre que las proposiciones pueden
Cyril Beishaw
sustentarse debidamente, afirmará desde luego
que son verdaderas, y llevado por su exaltación y
arrebato, proclamará su verdad. Esto es h u m a n o ,
natural, y de ningún m o d o censurable. N o obstante, el escepticismo de la profesión en su conjunto
debería llevar no sólo a buscar una refutación en
el sentido de Popper, sino a inducir una actitud
psicológica que nos permita vivir de manera positiva la certeza de la incertidumbre. a sabiendas de
que buscamos aproximaciones más adecuadas y
de que nuestra visión del m u n d o será siempre
aproximativa.
Teorías, estudios dinámicos
e incertidumbre
H e aquí algunos problemas m á s : n) elaborar teorías susceptibles de formar predicciones: 8) atribuir mayor peso a la teoría abstracta en una disciplina: 9) prestar mayor atención a estudios dinámicos \ rigurosos: y 10) trabajar conscientemente
partiendo de que el conocimiento está formado
por afirmaciones inciertas.
C o n el fin de alcanzar m á s fácilmente esos objetivos, creo que hay cuestiones metodológicas v
lécnicas que merecen una mavor elaboración.
Existe, por ejemplo, esta doble dificultad: hacer
que las teorías basadas en el microanálisis de la
conducta sean compatibles con los datos socioculturales generales v v incular las teorías construidas
a partir de observaciones limitadas a la plena
complejidad de los recuentos históricos o etnográficos.
El antropólogo se debate continuamente entre
estos problemas, pero existe por lo general una
enorme laguna entre la observación empírica y las
extrapolaciones. Este es el tipo de problemas, por
ejemplo, que deteriora la teoría de la dependencia. En mi propia tesis doctoral, escrita hace va
muchos años, los datos empíricos no podían probar absolutamente nada: podían, a lo sumo, coincidir con ciertas generalizaciones que se consideraban hipótesis, pese a que no las expuse de esa
manera. Este es un problema endiablado en economía, tanto m á s cuanto que algunas aseveraciones generales acerca del comportamiento del mercado se basan en afirmaciones relamas a la psicología de la persona que no tiene sentido verificar
caso por caso: el mercado parece comportarse com o si las premisas fueran verdaderas por cuanto
pueden basarse sobre ellas predicciones exactas.
Con ello se llega a que unas verificaciones empíri-
Reíos di' la antropologia social y cultural en el futuro
cas que pueden ser ciertas acaben por convertirse
en secundarias y hasta perjudiciales. Esta perspectiva no podría aceptarse en antropología, porque
aquí los problemas son reales al formular unas interpretaciones coherentes de los fenómenos en los
distintos niveles de la escala social.
C o n razón se ha encomiado a Levy-Strauss por
centrar nuestra atención en la posibilidad de gramáticas de cultura, y lo que tenemos que hacer es
redescubrir cuál podría haber sido el valor de la
labor consistente en descifrar los lazos dinámicos
y distributivos que se dan entre los rasgos culturales, labor ésta de poca actualidad. A mi juicio,
ninguno de estos enfoques nos proporcionará en
definitiva las mejores herramientas para responder a estas cuestiones cruciales. Lo que m e parece
importante es entender los nexos competitivos,
intensificantes y de toda índole, entre los elementos de una cultura c o m o base de la elucidación de
la formación de los valores y preferencias morales
y el m o d o c ó m o pueden considerarse sistémicos
los diversos sistemas culturales (habida cuenta de
las incompatibilidades). Esto sería análogo a la
forma en que puede utilizarse la teoría del cambio
social para explicar la formación de la estructura y
la organización social. Pese a la enorme atención
que se presta a la antropología cognoscitiva, simbólica > de índole similar, las técnicas son apenas
incipientes: muchos antropólogos se muestran satisfechos con los actuales enfoques experienciales,
subjetivos y arbitrariamente impuestos e interpretativos, y no parecen atender a la necesidad de
aplicar metodologías objetivas m á s rigurosas.
N o s amparamos en la importante idea de que la
cultura es cualitativa, sin tener en cuenta el hecho
de que un enunciado cualitativo puede reformularse c o m o cuantitativo y que ese ejercicio es necesario (aunque sólo sea aproximativamente), si
se quiere que las explicaciones sean m á s convincentes.
Esto no es excusa para precipitarnos en recuentos no críticos o manipulaciones estadísticas.
En las ciencias sociales un recuento «preciso» es
por lo general engañoso si se cree a pies juntillas,
además de no ser siempre necesario. Pueden bastar enunciados de mayor o menor ordenación jerárquica > escalas ordinales y las correlaciones estadísticas, por explícitas y controladas que sean,
son inútiles en sí mismas si no existe un modelo
explicati\o y verificado empíricamente que sea
compatible con ellas. Dicho esto, es preciso que la
antropología elabore un nuevo enfoque del nexo
que existe entre lo cualitativo y lo cuantitativo, lo
205
que habrá de basarse en las técnicas nuevas o aplicadas desde hace poco y consistentes en determinar los valores cuantitativos, definir los rasgos o
elementos culturales y estudiar la dinámica de los
nexos.
Problemas c o m o éstos plantean serios interrogantes sobre el m o d o en que tratamos la investigación y sobre la persona que ha de obtener los
datos.
Por ejemplo, nos hemos habituado a formar
ocasionalmente grupos de investigación. Su concepción es diferente en las distintas partes del
m u n d o , pero, en términos generales, los equipos
están integrados por profesionales asistidos con
frecuencia por estudiantes de alto nivel que quieren convertirse en profesionales en el pleno sentido de la palabra. Independientemente de su interdisciplinariedad, el carácter de la profesión exige
que todo profesional sea plenamente responsable
de su c a m p o de indagación, o al m e n o s independiente, ya que el estudio global viene formado por
las partes que actúan separadamente. Es necesario recurrir a candidatos de alto nivel, o bien limitar el trabajo de tal m o d o que quede a salvo su
licenciatura (lo que excluye en la práctica el trabajo //) situ a nivel internacional), o bien respetar la
independencia del candidato que se prepara para
mostrar su originalidad. Se trata de métodos sencillamente ineficaces y que acarrean una gran pérdida de talento. Para el acopio de datos no se precisa una persona con título de doctor, y la antropología cultural requiere en todas sus ramas un
laborioso sistema capaz de recabar una gran cantidad de datos sobre los que se basen los enunciados etnográficos.
Quisiera dejar sentado que si alguna vez se m e
pide reseñar estudios basados en la etnografía, seré m u y severo con los autores que sean vagos o
reservados acerca de la base cuantitativa de sus
observaciones. N o obstante, repito una vez m á s
que no exijo estadísticas convencionales. Preciso,
empero, saber si el análisis elaborado, por ejemplo, sobre un ritual, se basa en un solo hecho o en
una serie de hechos, y no m e bastará la afirmación
de que el análisis en cuestión se refiere a una «cultura» si no va acompañado de las pruebas correspondientes.
Del m i s m o m o d o , es preciso analizar soluciones rápidas tales c o m o elaboración de índices útiles y razonablementefiables.Desde luego, esto n o
deberá monopolizar y ni siquiera dominar la actividad antropológica, ya que la fuerza de esta disciplina es servirse de la etnografía para facilitar
206
una visión de la realidad que tal vez ninguna solución rápida podría suministrar. Por esta m i s m a
razón rechazo los cuestionarios sobre estudios sociales en la antropología sociocultural siempre
que se pretenda basar en ellos los estudios antropológicos en lugar de utilizarlos c o m o nuevos auxiliares de la investigación.
Sin embargo, hay que ser realistas sobre la economía de la investigación. Si se acepta que es preciso utilizar aún más la posibilidad de efectuar un
trabajo intenso y tener un mayor sentido de las
cantidades, podría ser varias veces superior la demanda de personal que realizará investigaciones
más o menos equivalentes a las de hoy en día. Es
preciso ser más ingenioso para economizar esfuerzos, empleando sensatamente índices que representan de manera realista fenómenos m á s amplios,
por ejemplo, reacción a las presiones culturales. índice de innovación, anomia, grado de eficacia de la
articulación entre instituciones, efectos del ceremonial en el sistema económico, volumen de intercambio social a través de las barreras culturales. Si
esto se convierte en un esfuerzo concertado, podría
modificar la forma en que los antropólogos examinan los sistemas socioculturales.
Cyril ¡iclshaw
implica un cambio en la concepción de lo que habrá de hacer cada persona en materia de investigación antropológica. N o diré que se haya de
abandonar la idea del investigador in situ, único y
autónomo. Por el contrario, se trata de una labor
demasiado valiosa para ser rechazada. Sin embargo, no cabe duda de que un equipo integrado por
un hombre y una mujer para observar un fenómeno aportará desde la perspectiva actual un juicio
m u c h o m á s objetivo que un solo investigador, independientemente de que sea hombre o mujer.
U n solo investigador in situ no podrá siquiera lograr que los datos cuantitativos necesarios tengan
la debida coherencia. En mi opinión, hay que partir del presupuesto fundamental de que la investigación en equipo es hoy m á s esencial que nunca.
Si en las ciencias naturales se da por sentada, ¿por
qué no en nuestra disciplina?
En las páginas precedentes he formulado de paso
algunas observaciones sobre las repercusiones
profesionales. Al examinar el estado profesional y
la organización de la antropología sociocultural,
m e parece que habrán de estudiarse dos tendencias: asuntos profesionales considerados c o m o
instrumentos técnicos para el logro del tipo de
metas científicas y metodológicas a que m e he referido, y problemas profesionales que dimanan de
la propia evolución de la antropología dentro de
un m u n d o que plantea nuevas exigencias. Veam o s , en primer lugar, las cuestiones técnicas.
A d e m á s , la idea de que toda investigación tenga que estar en manos de doctores o doctorandos
es absurda y hace que se desperdicie m u c h o personal capacitado, especialmente en una difícil situación de desempleo académico c o m o es la que se
vive en la actualidad en muchas partes del m u n do. H a y una arraigadafilosofíaigualitarista entre
los antropólogos,filosofíaque está bien c o m o instrumento de un c a m p o cerrado, pero que se convierte en marca de privilegios represivos cuando
con ella se niega la posibilidad de carrera a personas que desean trabajar en el campo de la antropología, pero que no tienen ni tendrán el título de
doctor. También hay que tener en cuenta el hecho
de que, si bien la concepción de la investigación
se beneficia considerablemente del carácter de
cada persona y del diálogo entre profesionales, la
investigación que m á s se precisa hoy es la que involucra a muchas personas que siguen las m i s m a s
instrucciones, dispuestas a trabajar c o m o técnicos en labores relativamente mecánicas, estimulándolas a que formulen sus propias ideas. Tal
c o m o sucede en un laboratorio científico, precisamos de un grupo de personas que quieran
hacer carrera acopiando datos sencillos, realizando el trabajo de selección y de cotejo,
parte integrante del proyecto, y sometidas a la
dirección de profesionales experimentados; en
otras palabras, una división del trabajo y una
jerarquización de las tareas. D e manera general
cabe decir que en nuestra disciplina no hay oportunidades para lo que sería equivalente a las técnicas de laboratorio.
L o que entiendo por exigencia justificable de
cuantificación, indización y conceptos similares
Ante esta situación sugiero algunos cambios
fundamentales en una parte de nuestros sistemas
Cabe aquí señalar otro grupo de problemas: /1)
concentrar la atención en los vínculos entre enunciados micro y macroteóricos; 12) intensificar el
interés teórico y metodológico por los nexos entre
los distintos elementos culturales; 13) desarrollar
convenios para informar sobre las implicaciones
cuantitativas de todas las observaciones y los datos
cualitativos; 14) elaborar índices c o m o procedimiento rápido para un examen aproximado y el
control de importantes fenómenos analíticos.
División profesional del trabajo
Retos Je la antropologia social y cultural en cl futuro
educativos y en la organización de las instituciones de investigación. Son numerosos los países en
los que la aspiración m á x i m a de muchos estudiantes que desean llegar a antropólogos y empiezan su carrera utilizando este término consiste
simplemente en obtener el titulo de Licenciatura
o Maestría. Sin embargo, no por ello estarán preparados para la técnica del tratamiento de datos
tan necesaria en mi opinión. D e todos modos, en
América del Norte, ningún título inferior a Licenciatura es considerado de índole profesional. Propongo que debería crearse un título inferior al de
Licenciado, para los estudiantes que no aspiran a
títulos superiores o que no tienen la capacidad de
formular teorías, aunque serían capaces de tratar
los datos en forma excelente y sistemática.
Algunos países socialistas y Francia podrían
estar en mejores condiciones de efectuar los ajustes institucionales necesarios, lo que también es
válido para los institutos autónomos de investigación de América latina. En primer lugar, los institutos de esos sistemas educativos tienen un presupuesto independiente del de la Universidad y, en
consecuencia, no están sometidos a la estructura
anquilosada del sistema universitario. En segundo lugar, dependen de fuentes definanciaciónque
patrocinan las ciencias naturales y las ciencias
sociales, por lo que resulta m á s fácil hacerles aceptar un nuevo modelo de investigación más próxim o a la norma de disciplinas diferentes de las
ciencias sociales. Se trata en último término de
crear equipos de investigación orientados hacia
un fin específico y capaces de realizar un trabajo intenso y. en muchos casos, durante largos
períodos.
U n a de las causas del conservadurismo inherente a esta disciplina es el m o d o de formar a los
estudiantes que se preparan para la investigación.
En todos los casos que conozco son ellos quienes
realizan todas las operaciones, lo que tiene la ventaja, que debería preservarse, de familiarizarlos
con cada uno de los pasos del proceso de investigación. A veces, los estudiantes reciben fondos
para «recompensar» a las personas que los inform a n o ayudan, pertenecientes a la población mism a o m u y cercanas a ella, técnica ésta que yo mism o he utilizado con buenos resultados. Esto es lo
m á x i m o a que se puede aspirar.
Si se siguefinanciandoa los organismos y a los
supervisores de la investigación, los estudiantes se
graduarán sin tener ninguna experiencia para organizar investigaciones complejas. (Por otra parte, este sistema estimula con frecuencia un falso
207
sentido del aislamiento individual y una teorización aparatosa que no se puede comprobar.) En
los planes de investigación debería preverse una
ayuda financiera para que los estudiantes e m pleen sistemáticamente personal que se ocupe del
tratamiento de datos, sin separar, empero, al estudiante del manejo directo de los datos, ya que es
algo esencial para la disciplina y para su carrera
profesional.
Hay otra concepción de la antropología que
m e parece m u y importante. Es la creación de un
corpus que podría denominarse «parantropólogos». En efecto, todo antropólogo in situ es m u y
consciente de que depende de una amplia g a m a
de observadores que participan de diversos m o dos en la sociedad que se estudia. Entre ellos se
cuentan los auxiliares m u y comprometidos en el
trabajo de manera sistemática, que de hecho se
convierten en asistentes, c o m o es el caso de Franz
Boas y Sol Tax. E n el trabajo que realicé en Papua
conté con la ayuda de funcionarios que m e asignaron diversos servicios estatales, los cuales leían
obras de antropología y acopiaban datos. Casi
siempre hay profesores, veterinarios, enfermeras
rurales, personal de servicios agropecuarios y
otros muchos que ya disponen de observaciones
que nosotros precisamos, debidamente seleccionadas e interpretadas. Al enterarse de lo que hacen los antropólogos, muchas de esas personas se
interesan por participar aún m á s y se convierten
en un recurso inapreciable.
Estoy convencido de que los departamentos
de antropología de los países en los que se llevan a
cabo investigaciones sobre el terreno deberían incorporar a ese personal a las investigaciones a largo término. N o cabe duda de que algunas de esas
personas se convertirían con el tiempo en verdaderos antropólogos de gran creatividad. M u c h o s
se contentarían con acopiar datos sistemáticos,
actividad ésta que se vería limitada por su actividad profesional m á s importante. E n la mayoría de
los casos no acopiarían los datos simplemente de
manera mecánica, sino c o m o personas con la
debida información y preparación, capaces de
formular sus propias opiniones y críticas. Si las
instituciones de formación pudieran brindar
cursos breves para ese tipo de paraprofesionales, contribuirían a crear una ayuda inteligente
y perspicaz, es decir, un personal necesario en
los proyectos de investigación. M á s aún, dicho
personal constituiría, a mi juicio, la única posibilidad de observar los fenómenos sociales a lo largo
de los años.
Cyril Beishaw
208
Difusión
de las investigaciones
Nuevas realidades
de la antropología
Hay otro problema técnico que m e preocupa. La
investigación es algo inútil cuando no se difunde,
lo que significa en este contexto su publicación
c o m o documento científico. En la mayoría de los
casos el autor deja que esto se decida por el método del ensayo y del error, con algunas críticas que
se formulan mientras se escribe una tesis. Si bien
se presta cierta atención al aspecto de la presentación, se insiste, desde luego, m u c h o m á s en el contenido. N o obstante, no basta con el simple contenido cuando el mensaje se oscurece u oculta envuelto en un discurso trivial e irrelevante. N o es
nada fácil el arte de escribir con precisión y claridad, utilizando una estructura o un razonamiento
elegante fundamentado en pruebas fehacientes.
M e consta, sin embargo, por esfuerzos realizados
en este sentido con estudiantes receptivos y,
además, por un taller de escritura organizado hace poco para especialistas del África Oriental y
Meridional, que escribir es un arte que puede
aprenderse con resultados m u y benéficos para
la claridad de la investigación y de la c o m u nicación.
Por último, quisiera abordar ciertas cuestiones
inevitables que son. probablemente, las m á s serias que he planteado. Es m u y probable que haya
que definir de nuevo la naturaleza y las prácticas
de la profesión de antropólogo. Son numerosas las
fuerzas sociales que se combinan para establecer
unas nuevas realidades; entre ellas, las que mejor
se conocen y, a mi juicio, las que menos calan en
profundidad, son las consistentes en ataques ideológicos y llamamientos reformistas, tan extendidos en todos los países. Los cambios que producen, en la mayoría de los casos, son mínimos, ya
que las ideologías operan a priori con presupuestos abstractos, no siempre probados empíricamente, y los ideólogos, por su honradez, están
obligados a la larga a tener en cuenta la existencia
de la observación y conceptualización antropológica, sobre todo la que se refiere a la cultura. Las
posiciones ideológicas extremas están condenadas a adaptarse hasta que. tal vez utilizando un
vocabulario nuevo, se acerquen considerablemente al discurso de las tendencias principales.
A d e m á s , al examinar este asunto en seminarios sobre las técnicas de la explicación, m e consta
que, prácticamente todos los artículos de las principales revistas, dejan m u c h o que desear en cuanto a los criterios de una comunicación eficaz y explicativa. Por falta de espacio no m e referiré al
empleo y control efectivos de los nuevos aparatos
electrónicos. E n conclusión puede decirse que
existe la urgente necesidad de incluir en la formación de los futuros investigadores y en la actualización de los especialistas ciertos aspectos de la
comunicación profesional.
Otros problemas: 15) se precisan programas
de formación y titularización del personal que se
ocupa del tratamiento de datos sin poseer el título
de doctor; 16) hay que consolidar aún m á s los
equipos de investigación y dividir el trabajo de
m o d o que refleje la mejor utilización de las distintas técnicas que domina el personal; / 7) se necesita educar a los futuros investigadores, para que
puedan dirigir las investigaciones, incluido el e m pleo de equipos de especialistas del tratamiento
de datos; 18) es menester crear y emplear grupos
de parantropólogos; 19) se precisan talleres y programas de formación, organizados sistemáticamente para mejorar la capacidad de comunicación profesional.
M á s definitivas son las presiones laborales >
políticas. E n 1986. al escribir este artículo, la Asociación Antropológica Estadounidense, que había
sido la institución académica más pura, volvía a
considerar una vez m á s su constitución > organización, debido entonces a que la mavoria de sus
miembros habían entrado va o iban a hacerlo en
un m u n d o pragmático exterior a la Academia. En
países c o m o España, donde hizo explosión la antropología sociocultural. o bien en Noruega v Suiza, el trabajo científico se había reflejado en proyectos de investigación v las tesis abordaban en la
mayoría de los casos problemas de interés público
con contenido académico > no temas académicos
sin esa dimensión. El renacimiento de la antropología en gran parte de África es m á s un reflejo de
las políticas oficiales que empezaban a reconocer
que esa disciplina no sólo podía ser útil, sino que
era indispensable c o m o contribución a la c o m prensión de la política social en los países en desarrollo y por razones prácticas en Estados multiculturales que el resultado de disquisiciones universitarias sobre su mérito académico. En América
latina, los antropólogos enseñan en centros profesionales y los graduados encuentran empleo en
una amplia gama de ocupaciones. Para hablar una
vez más de Occidente, los antropólogos trabajan en
compañías de asesoramiento o en puestos de in\es-
209
Retos de la antropología social y cultural en el futuro
i
^ W ^ J Í
\ %
Aborigen australiano preparándose para lanzar la jabalina, IB Cmpp/í'amera Press )
210
tigación aplicada, independientes de la universidad.
y utilizan sus conocimientos a diferentes niveles de
la administración pública y privada.
C o n m u y pocas excepciones, los medios académicos no han reaccionado consciente y deliberadamente ante las nuevas realidades ni a un nivel
de licenciatura ni a un nivel de postgrado. ( C o m o
consecuencia de las presiones de finales de los
años 60 y comienzos de los 70. se redefinió el plan
de estudios de la maestría y el doctorado, convirtiéndose en títulos orientados únicamente hacia
la investigación, en preparación para la docencia
universitaria, aunque m u y raras veces en una actividad profesional aplicada.) Por falta de espacio
sólo m e es posible presentar lo que, a mi juicio,
debería hacerse, dejando de lado las razones que
sustentan m i punto de vista.
En primer lugar, a nivel de licenciatura, existe
la urgente necesidad de completar la enseñanza antropológica con la de la antropología misma, m e diante cursos destinados a preparar a los estudiantes para que apliquen la antropología a profesiones
tales c o m o el derecho, la enfermería, la medicina y el comercio, facultando al m i s m o tiempo a
los antropólogos para que aspiren a títulos m á s
elevados en tanto que practicantes de la antropología. E n los programas de maestría y doctorado
debería existir la posibilidad de obtener un título
profesional de antropólogo práctico, distinto del
simplemente académico. La antropología debe
ser hoy reconocida profesionalmente c o m o un
campo de actividad tan importante c o m o la educación de adultos, el trabajo social, la nutrición, el
comercio y la administración de negocios.
Para defender la causa de la respetabilidad
académica, si se quiere que estas ideas sean convincentes, estoy obligado a poner término a una
patraña perjudicial y desafortunada que sigue vigente entre los antropólogos pisaverdes, la de que
!a antropología aplicada (o bien, en mi denominación, la antropología profesionalizada) sea intelectualmente inferior y no se vincule a los fundamentos de la disciplina.
Desafortunadamente ha habido cierta base e m pírica para ese juicio. Muchos «antropólogos aplicados» han actuado c o m o simples asesores y expertos
competentes (lo que se debe parcialmente a las deficiencias de formación que he podido colegir). M u chas personas que escriben tesis académicas no tienen la suficiente capacidad para determinar la importancia práctica de su trabajo. H a habido m u y
poca retroalimentación del trabajo aplicado a los
aspectos fundamentales de la disciplina.
Cyril BfhlniH
Esto constituye, a mi juicio, una traición tanto
a la antropología c o m o a la antropología profesionalizada. M e aterra ver c ó m o los antropólogos sobre el terreno son incapaces de comunicar sus experiencias a las revistas especializadas; con frecuencia sería preciso brindarles una formación
sobre el m o d o de vincular su trabajo al adelanto
del conocimiento. Al m i s m o tiempo m e impresiona la incapacidad de los editores de lograr que ese
importante acervo de experiencias se refleje en las
corrientes científicas.
La antropología académica y profesionalizada
son en la actualidad dos maneras separadas \ distintas de trabajar \ requieren metodologías diferentes. N o obstante, son parte integrante de una
misma tradición intelectual > de un m i s m o cuerpo de conocimientos. Para tomar un caso extrem o , las observaciones de la antropología académica dieron c o m o resultado una preocupación
práctica por el etnocidio y el racismo. M á s concretamente, la antropología académica necesita de la
antropología profesionalizada. >a que la aplicación es uno de los campos m á s importantes donde
experimentar la teoría \ suscita problemas intelectuales y prácticos. Afirmaría que. en la actualidad, el c a m p o de la educación de adultos sabe
más sobre los fundamentos de los cambios de la
sociedad y sobre la comunicación c o m o fenómeno sociocultural que la antropología, en otro tiempo única disciplina que se ocupaba de estos temas.
,',Cuál es la razón de todo esto? El nuevo educador
de adultos ha formulado hipótesis partiendo de la
práctica in situ y las ha utilizado para controlar la
investigación fundamental. Es m u y probable que
la educación de adultos cuente con un cuerpo m á s
coherente de teorías relativas a los cambios de la
sociedad y a la comunicación que la antropología
(aunque haya razones para poner esta afirmación
en tela de juicio). La psicología y la economía deben su posición en el pensamiento y en la práctica
social, así c o m o su poder intelectual, al hecho de
que muchos de sus pensadores creativos se interesan por la práctica y las tendencias del m u n d o que
estudian. Es preciso que aprendamos de sus errores y de sus éxitos.
Para terminar m e referiré a los siguientes problemas: 20) hay que impulsar y fomentar la antropología práctica; 21) se precisan programas profesionalizados de licenciatura y especialización;
22) hay que suprimir la barrera artificial que separa el conocimiento fundamental del aplicado.
Al mencionar mis ideas a un colega, éste formuló el siguiente comentario: «¿Y a qué viene to-
Retos cie la antropologia social y cultural en cl liiluro
do eso? U n a y otra vez se oye decir a nuestros
colegas que la antropología está en vías de desaparición».
Ciertamente, lo está. Espero que desaparezca
la vieja antropología, la antropología de mi generación y de la generación siguiente. Pero confío en
que renazca transformada por la generación actual. Lo que he descrito no es la vieja antropolo-
211
gía, sino una antropología genuina -ni economía,
ni sociología, ni psicología-, y. tal c o m o la he concebido (y descrito en otros artículos), no sólo ocupa un lugar en el espectro del conocimento y de
los asuntos h u m a n o s , sino que el lugar que ocupa
es esencial y central.
Traducido del inglés
La antropología
del siglo XXI
fosé Matos Mar
Toda exploración de las tendencias que comienlogo y su época reconocen c o m o válidos. Inevitazan a manifestarse para la antropología del siglo
blemente, c o m o la antropología - e n su nacimienque se acerca debe considerar, antes que nada, las
to europeo- fue hija de su época, la antropología
nuevas condiciones contextúales en que se desade los años venideros tenderá cada vez m á s a m o rrolla la actividad científica en el período de trán- delarse c o m o hija de los nuevos tiempos.
sito entre la época clásica de nuestra disciplina
Es oportuno, por eso. a este respecto, hacer redurante la primera mitad del siglo xx y este acelecuento introductorio de algunas de las condiciorado fin de siglo.
nes contextúales que establecen la matriz del quehacer antropológico para las nuevas generaciones
La consideración de tales condiciones reclam a , antes que nada, el reconocimiento de que en de nuestros colegas y que comienzan ya a influir
determinantemente en su
el curso de los años transcumanera de pensar y hacer la
rridos, desde la última postJosé Matos M a r es profesor honorario de la
ciencia.
guerra, el ámbito en el que la
Universidad M a \ o r de San Marcos > director
vida del hombre se desenEn primer lugar, el desendel Instituto de Estudios Peruanos, lima.
vuelve ha sufrido transforPeru H a realizado investigaciones antrolace económico y político papológicas sobre la región andina \ sobre
maciones radicales, algunas
ra muchos inesperado, de la
problemas rurales \ urbanos Fntre sus publide las cuales implican ruptugran
catástrofe de 1939-1945
caciones están Rc\'lii'lni pn¡)u¡at l lil ÍIIM\ Í/Í'I
ras de tal profundidad con el
aniquilando mitos hasta enE\¡iul¡> (1980) > IAI iL'lonna apiana en l'cru
pasado histórico que no po(1980).
tonces dominantes, en la
demos encontrar antecedenmente europea. El mito de
te siquiera aproximado en el
la raza y de la sangre, el de la
curso del medio millar de
superioridad innata y protaaños anteriores. A u n así. degónica de unas naciones sob e m o s tener presente, adibre otras, el mito del destino
cionalmente, una cuestión
y del imperio, que no fueron
de escala. La peculiar combipatrimonio solamente del
nación entre la magnitud, extensión \ ritmo de los
vencido, sino que fueron ampliamente comparticambios no encuentra fácilmente precedente hisdos por unos y otros combatientes.
tórico. Es un truismo en este punto afirmar que la
Queda m u c h o por hacer hasta la total extirpaciencia social, y dentro de ella la antropología, no
ción de la raíz irracional de estos prejuicios y. sin
trabaja en el vacío > no sólo debe reconocerse co- embargo, podemos percibir un amplio espacio
m o hija de una época, de un estado de espíritu \
abierto al desafío de un m u n d o diferente. En este
de una problemática característica de la Europa
espacio languidecen las místicas del nacionalismo
de los siglos win \ \i\: sino que su misma natura> los conflictos a que éstas dieron paso, al m i s m o
leza y vocación la establecen en dependencia pertiempo que se establece una nueva economía de
manente del estado y cambios del ámbito en que aspiración global \ una estructura política de alel pensar h u m a n o se ejercita > de la imagen de lo
cance regional e interregional. El florecimiento de
h u m a n o , de lo natural y de lo real que el antropólos nacionalismos tercermundistas reactivos, no
RICS 1 16/Jun. 1988
214
modifica la tendencia general a los reagrupamientos regionales. La descolonización y el desmesurado crecimiento demográfico; la urbanización
acelerada y la asimilación también acelerada, de
lo primitivo y de lo exótico; la emergencia del Tercer M u n d o con sus problemas angustiantes de
subdesarrollo y de miseria, son también elementos de la nueva situación. Generan nuevos
alineamientos y conflictos que sustituyen los antiguos y enfrentan al norte contra el sur. C o n ellos
se crean también las condiciones para la reformulación de los problemas a una escala planetaria y
totalizante.
La densidad extrema alcanzada por los contactos y la comunicación, la potencia tremenda liberada por la tecnología y las consecuencias previsibles de su mala aplicación, dan lugar a la difusión
universal de una nueva conciencia. Las multitudes juveniles de hoy, entre las que se encuentran
nuestros recién graduados y nuestros estudiantes,
piensan y actúan cada vez más en términos de una
ecumene planetaria. Las desigualdades, irracionalidades e injusticias, a que se encuentra sometido
el Tercer M u n d o , la cuestión del hambre, el equilibrio de la ecología, la paz mundial, la unidad del
hombre, son asuntos que ahora movilizan a nuestra juventud con el m i s m o apasionamiento que
hace cincuenta años las banderas nacionales y las
ideologías del totalitarismo.
La magnitud de los problemas nos ha llevado,
ciertamente, a un estado de crisis prolongada sin
precedente histórico, pero al m i s m o tiempo genera activamente las ideas, valores y medios necesarios para su superación. En la generación e impulso de las nuevas ideologías juveniles de solidaridad universal, ha cumplido un papel importante
el crecimiento y difusión del conocimiento antropológico. Es un crédito que debemos reclamar para nuestra disciplina.
N o menor importancia y la m i s m a tendencia
hacia la unidad y la síntesis se advierte en el proceso científico.
En el mismo período, y al paso de la perdida
gradual de credibilidad de los sistemas positivista
y marxista, en su pretcnsión de orientar y articular al conjunto de las ciencias, hemos visto crecer
un sentimiento cada vez mayor de descontento
frente al exceso de especialización y subespecialización, a la incomunicación y a la ausencia de una
instancia integradora que articule la inmensa producción de los últimos cien años. Se advierte, con
tendencias a ir adquiriendo mayor peso en el futuro, la aspiración de un nuevo paradigma de vigen-
José Malos Mar
cia universal en el c a m p o de las ciencias y con
capacidad renovada de articulación y comunicación entre las diversas disciplinas. La difusión cada vez más generalizada de los nuevos paradigm a s específicos de la ciencia física y las matemáticas da aliento a esta aspiración. Los avances
logrados por la lógica y el desarrollo de las ciencias empíricas del conocimiento contribuyen a este esfuerzo, poniendo sobre sólidas bases no especulativas el examen de los mecanismos psicológicos e inclusive neurológicos que se encuentran en
la base del quehacer científico.
Es en este terreno, tal vez, en el que deberemos
esperar un esfuerzo m á s consistente y sostenido
en los años del futuro. Las tendencias a la superespecialización han crecido, indudablemente, en lo
que va de este siglo hasta llegar al punto en que los
lenguajes del antropólogo físico, el lingüista, el arqueólogo y el culturalista se hacen prácticamente
solipsistas. Al m i s m o tiempo, el avance de la interdisciplinariedad se manifiesta no sólo en la
multiplicación de reuniones y simposios que favorecen y estimulan nuestra fecundación cruzada
con los avances de otras ciencias, sino que también se multiplican nuevas subespecialidades que
hacen puente sobre abismos que antes hubieran
parecido infranqueables. C o m o ejemplo, la etnoastronomía y la arqueoastronomía. Algunos colegas han expresado a este respecto, su temor a un
eventual estallido de la antropología, cuya consecuencia llegaría a ser que cada una de estas interdisciplinas fuera a reunirse definitivamente con
una ciencia diferente. Este temor es infundado.
La antropología tiende, efectivamente, puentes
hacia muchas otras ciencias, pero esto no hace sino responder a la creciente aspiración a una ciencia unificada en la que la necesaria división del
trabajo no constituya obstáculo a la cooperación y
la circulación del saber.
A este m i s m o impulso obedecen, sin lugar a
dudas, los movimientos convergentes que apuntan hacia una unificación teórica y metodológica.
Polémica c o m o la que enfrentó, en las primeras
décadas del siglo a Kroeber y a Rivers a propósito
de la cuestión del lenguaje y la cultura y la posibilidad de una ciencia antropológica, carecen hoy
día de sentido. Tendencias aparentemente inconciliables, c o m o la que dividió a la antropología
británica de la norteamericana, han ido poco a
poco abandonando los lastres de lafilosofíadoctrinaria del siglo xix que le sirviera de sustento, se
han abierto al diálogo y a la conciliación y encuentran cada vez m á s terrenos en c o m ú n . La noción
L a iinlro/'oliifiiti del siglo X XI
215
&o
VÍA « A
Monje dominico obligando a una mujer india a tejer. Crónica de G u a m o n . P o m a de Ayala, siglo xvi. (Edimedia.)
216
de estructura se universaliza y sale al encuentro de
su creciente empleo en las ciencias naturales y de
los desarrollos de la floreciente cibernética. La
distinción tan tajante entre naturaleza y cultura,
que heredamos de la Ilustración y que despertaba
emociones metafísicas y casi religiosas en muchos
académicos no hace m á s de cincuenta años, aparece hoy, a la luz de una nueva metafísica iluminada por la ciencia, c o m o menos apremiante.
D e b e m o s esperar también avances importantes en las metodologías intermedias y las técnicas
de c a m p o . Entre las primeras beneficiarias de estos adelantos, se ha contado ya - e n décadas pasadas- la arqueología con la aparición de instrumentos cada vez m á s precisos para la datación.
Para las otras ramas de la antropología, el desarrollo de la tecnología audiovisual con la fotografía y la grabadora y el vidéocassette, ha representado ya un refuerzo que se seguirá consolidando
en el futuro. La introducción de la microcomputadora, particularmente en su versión portátil, pone
al alcance del trabajador de c a m p o , herramientas
cada vez m á s poderosas para el registro y análisis
inmediato de su información. Estos desarrollos
favorecen también el acceso del antropólogo a instrumentos de análisis matemáticos cada vez
m á s sofisticados. M á s allá de las tradicionales
comparaciones estadísticas, veremos seguramente, en los próximos treinta años, una significativa
matematización de nuestros estilos de trabajo.
La descolonización, la destribalización, la urbanización, el incremento de los movimientos migratorios de trabajadores del Tercer M u n d o , en
busca de ocupación hacia los países m á s industrializados, son factores que están contribuyendo
ya a un cambio de énfasis en los intereses tradicionales de la antropología. Junto con ellos, el cambio acelerado que sufre la vida social y cultural de
los países en fase postindustrial, así c o m o la inmensa pluralización y diversificación de los estilos cognoscitivos y las normas. Al interés dominante por las sociedades primitivas y las estructuras simples que señaló a la antropología del
pasado, le sucede ahora un interés creciente por la
estructura, la dinámica y la problemática de la sociedad compleja y contemporánea.
La antropología del futuro marcará todavía
m á s esta tendencia a ocuparse de la sociedad urbana, industrial y postindustrial. Aplicará el inmenso conocimiento acumulado sobre lo arcaico
y lo primitivo a la mejor comprensión de nuestra
propia civilización y nuestra propia cotidianidad.
La emergencia crítica de la sociedad tercermun-
Jose Matos Mar
dista, que se impone amenazadoramente c o m o
foco de conflicto, trae a primer plano la problemática del desarrollo, de la ruralidad, del campesino
y de las masas miserables de las ciudades asiáticas
y americanas. Y c o m o contraparte estimula, en
los países m á s desarrollados, el interés por toda
clase de minorías étnicas y sociales, grupos marginados y subprivilegiados o contestatarios. Surgen
inusitadas subespecializaciones de las subespecialidades. N o sólo una antropología de la mujer
sino otra de la enfermedad y los enfermos, y
otra de la tercera edad, y los ancianos. N o
debemos, obviamente, esperar que esta multiplicación temática conduzca a la explosión temida.
M á s probable es que antes de iniciarse el siglo próximo veamos la articulación m á s sólida de una
rama antropológica que hasta hace poco tiempo
se mantuvo todavía en posición de retaguardia: la
antropología de la sociedad y la cultura moderna
e industrial
También la antropología aplicada resulta beneficiada en su crecimiento por el incremento de
la complejidad de relaciones en la sociedad postindustrial y por los conflictos del m u n d o subdesarrollado. U n a mayor conciencia de la relevancia
de los factores culturales y sociales en el ámbito de
los problemas económicos, políticos e internacionales, reclama la intervención del antropólogo
desde los gobiernos nacionales y los organismos
internacionales. Su presencia en todo lo que atañe
a la planificación del desarrollo, al bienestar social y a la problemática interétnica se ha hecho
indispensable. Al m i s m o tiempo, la aparición y
desarrollo de los nuevos instrumentos de observación, registro, análisis y gestión, llevan a la antropología aplicada desde su vieja condición de arte
casi inspirado, pero siempre sospechoso de improvisación y subjetividad ideológica, hacia una
nueva imagen de rigor y seriedad científica. El
hombre contemporáneo aspira m á s que nunca a
recuperar el control de la máquina económica, social y cultural, que a muchos les parece que se haya desbocado. La antropología.aplicada cumplirá
un rol importante en este c a m p o sirviendo, entre
otras cosas, de vehículo para la comunicación de
los ideales humanistas de nuestra disciplina a las
nuevas tecnocracias.
D e la cada vez m á s estrecha interacción entre
las ciencias y de la tendencia general a todas ellas
de centrar cada vez m á s su atención en el hombre
y el ámbito h u m a n o , debemos esperar el impulso
y el refuerzo a nuevas formas de encarar viejos
problemas.
La antropología del siglo XXI
En primer lugar la cuestión del ámbito natural.
Lasfilosofíasde la Edad Moderna percibieron al
hombre y su cultura c o m o enfrentados a la naturaleza. Las antropologías del período clásico prefirieron aislar lo h u m a n o de lo puramente natural.
La preocupación generalizada por la depredación
y el deterioro del medio ambiente en que vivimos,
nos inclina ahora a prestar una atención mayor a
la ecología. Los cambios producidos en nuestra
conciencia de la escala de lo h u m a n o nos hacen
otorgar m á s importancia a las relaciones de totalidad entre la cultura y la tecnología humanas y la
naturaleza del planeta. La experiencia de las otras
sociedades y culturas resulta revalorizada en el
nuevo contexto. La investigación de las etnociencias reviste ahora algo más que un valor teórico.
Se descubren en ellas perspectivas y conocimiento, alternativos pero verdaderos, que pueden ser
puestos a contribución en la elaboración de nuestras propias estrategias en relación con el medio
ambiente.
El m i s m o interés por las relaciones entre la naturaleza y la cultura, se nutre también de los c a m bios ocurridos en el c a m p o de la geología, la biología y la paleoantropología. Aquí, las nociones del
siglo xix y de la primera mitad del siglo \ \ sobre la evolución del hombre, han sufrido c o n m o ciones sucesivas sobre la antigüedad de nuestra
especie y los mecanismos de la hominización. La
m á s reciente polémica del Creacionismo, solamente ha conseguido demostrar el arraigo definitivo del evolucionismo en el m á s sólido rigor científico. La manifestación de algunas debilidades en
el darwinismo clásico se muestra c o m o impulso
de consolidación. E n el campo de la paleoantropología queda todavía por delante una labor de
síntesis de la nueva información que ocupará probablemente a los especialistas hasta fin de siglo.
U n a perspectiva m á s dinámica y totalista de
las relaciones entre la naturaleza y la cultura renueva también nuestros puntos de vista respecto
a esta última. Y a no solamente es el medio ecológico el que aparece c o m o objeto de transformación operada por el hombre, sino que la m i s m a
naturaleza h u m a n a se percibe, m á s qJe nunca, com o maleable ante la acción de la cultura. El mayor
conocimiento de las medicinas tradicionales y alternativas de las técnicas psicofisiológicas e m pleadas por innumerables sociedades primitivas y
arcaicas, nos hace prestar una atención creciente a
la elasticidad de los límites biológicos de lo h u m a no y a la inmensa capacidad de la cultura para
modificarlos. La importancia de la ciencia de la
217
cultura aumenta y alcanza una posición de mayor
centralidad entre las demás ciencias h u m a n a s .
C o m o en el caso de las otras etnociencias, nuestro
conocimiento sobre medicinas tradicionales y técnicas psicofisiológicas, pasa de su vieja ubicación
en el museo de curiosidades, exotismo y excentricidades, a ocupar una nueva posición. Contribuye
al desarrollo de una nueva psicología comparada,
de la neurología y de la biología h u m a n a en general. Y también a constituir un nuevo recurso de la
antropología aplicada.
E n retorno, la antropología recibe los aportes
de la biología, la psicología experimental, la neurología, la anatomía y lafisiologíah u m a n a . Así
c o m o también los de otras disciplinas m á s abstractas c o m o la cibernética. Gracias a esto se favorece la tendencia hacia reformulaciones cada vez
m á s empíricas y m e n o s especulativas, de las bases
ideológicas y psicológicas de la sociedad y la cultura. Los avances importantes ya ocurridos en los
campos de la antropología física v antropología
psicológica, esperan todavía por una síntesis adecuada y por una también adecuada integración al
conjunto de la teoría antropológica. Este es un terreno que se favorece de la dinamieidad alcanzada en este medio siglo por las ciencias de la vida y
del que deberemos esperar aportaciones aun más
importantes que las va logradas.
N o menos prometedores para el futuro parecen las aportaciones de otras disciplinas al desarrollo de la lingüística. Entre ellos, en primer lugar, el de las ciencias de la comunicación, la cibernética y la información. U n a corriente largo
tiempo sostenida tenderá, probablemente, a m o dificarse: la de mantener el análisis, limitado a los
aspectos formales de la estructura interna del lenguaje. A ésta sucederá. m u \ probablemente, un
énfasis mayor en sus aspectos interactivos, así com o en las cualidades v los contenidos de la c o m u nicación. D e b e m o s esperar, por eso. no solamente
nuevos desarrollos en el campo de una semántica
comparada, sino también el crecimiento de los actuales intereses en la psicolingüística y la sociolinguística. En estos terrenos los avances m á s recientes de la psicología resultarán seguramente de valor. Y también es razonable esperar m á s atención
a las variaciones del lenguaje gestual -> con ello la
proxémica-, así c o m o a los contextos culturales
y sociales en el uso del lenguaje.
Por otra parte, el incremento consistente de
nuestros conocimientos sobre el proceso m i s m o
del conocer, y las operaciones del cerebro \ del
sistema nervioso h u m a n o , abren el camino para
218
una aproximación m á s experimental hacia un
c a m p o de problemas que, hasta hoy, ha sido objeto sobre todo de un examen no solamente formal
sino casi especulativo: el de los m o d o s cognoscitivos de la cultura. Finalmente, la antropología espera aún una adecuada incorporación a la lingüística, de los logros alcanzados por la etologia, no
solamente en lo que se refiere a los lenguajes animales en su acepción m á s general, sino de m o d o
más particular en lo que atañe a la capacidad de
ciertos animales c o m o el delfín, el chimpancé o el
gorila para la asimilación significativa del lenguaje h u m a n o . También en este ámbito, una redefinición no maniquea de las fronteras y continuidades entre la naturaleza y la cultura, podrá resultar
de una inmensa utilidad para mejorar nuestra
comprensión de lo que es propiamente h u m a n o .
Cambios trascendentes se han venido produciendo también en el área de los estudios sobre
religión, mito, magia y ritual. En estos ámbitos,
nos hemos desplazado desde las preocupaciones
iniciales sobre los «orígenes históricos de la religión» y el desentrañamiento de los supuestos ingredientes de «verdad» y «superstición» en las
creencias, hacia formulaciones más concretas del
problema, en las que éste se traducía en términos
de estructuras institucionales, símbolos sociales y
conductas. M á s allá de todo eso, nuestro conocimiento m á s reciente sobre las drogas y las técnicas
alteradoras de conciencia, los avances de la psicología de la conciencia en general, y la m á s reciente
investigación sobre el chamanismo, nos llama
ahora la atención sobre la experiencia religiosa
misma, actualizando las brillantes instituciones
de Durkheim sobre la relación entre los estados
extáticos de entusiasmo colectivo y las fuentes de
la solidaridad social. El estudio del ritual, por otra
parte, comienza a destacar una nueva dimensión.
M á s allá de la actuación de conductas estereotípicas expresivas, se atiende a la función psicológica
individual y colectiva que la repetición de la experiencia asociada a estas conductas, cumple en la
generación, refuerzo y renovación de cogniciones,
valores y normas culturales.
1.a multiplicación contemporánea de pequeñas y grandes sectas y grupos religiosos, sincréticos e innovadores, y la dinamización actual del
universo mítico, abren para la antropología del
futuro una ventana privilegiada sobre los procesos creativos de la cultura, que no dejará de ser
aprovechada. D e otra parte, la mayor objetividad
y distancia que la declinación de las ideologías del
siglo \i\ pone entre nosotros y los grandes movi-
José Malos Mar
mientos a que éstas dieron origen, nos permite
asimilarlas con m á s comodidad a una m i s m a categoría de fenómenos con lo que hasta ahora hem o s llamado Religión. Esto facilita la creación de
terrenos comunes con la antropología política.
Las ideologías de masa con pretensiones de Weltanschauung total, los movimientos a que dan lugar y sus rituales y símbolos, los grandes partidos
totalitarios, aparecen ahora c o m o los mitos, rituales e iglesias de una religiosidad cívica y laica cuyos orígenes entroncan con los orígenes mismos
del Estado. La antropología política no tendrá, en
el futuro, que limitarse necesariamente a una descripción externa de las estructuras y estrategias de
la transacción y de la coacción, sino que podemos
esperar el comienzo de una exploración profunda
sobre la naturaleza m i s m a y las fuentes del poder.
También en lo que a la antropología política
respecta, las lecciones aprendidas en el pasado com o resultado del examen de las sociedades sin Estado y de los Estados primitivos e intermedios,
deberán ser aplicadas a nuevas situaciones y escalas. N o es solamente la desaparición del m u n d o
colonial lo que condiciona esta necesidad, sino
también la desaparición acelerada de las últimas
sociedades y culturas aisladas y de pequeña escala. A niveles y escalas diferentes, tanto las sociedades m á s desarrolladas c o m o las nuevas naciones
tercermundistas se presentan con características
acentuadas de pluralismo, multietnicidad e intercomunicación. En materia cultural nos encontram o s cada vez más distanciados de los sistemas
«puros» y del cambio autónomo, mientras que
ocupan ya el primer plano los fenómenos de difusión, préstamo, mimesis y aculturación. cuyo estudio ha permanecido detenido por demasiado
tiempo.
Por otra parte, la naturaleza y la escala de problemas de organización y administración política,
de orden jurídico y de reordenamiento de Poder,
que surgen de las nuevas situaciones, plantean un
importante desafío a la teoría y al método de la
antropología y a su capacidad para la formulación
de los modelos adecuados. El ascenso masivo de
grandes poblaciones, hasta ayer analfabetas y aisladas, a un m u n d o que pretende modelar sus instituciones políticas en los ideales de la democracia
occidental del siglo \i\ propone, sin embargo, desafíos que superan largamente las consideraciones
teóricas y metodológicas. Introducen en nuestra
vida cotidiana, un ingrediente temible de inestabiliad e inseguridad y amenazan -en la escala glo-
La antropologia del siglo XXI
219
Antropología de la medicina: el jefe de una tribu de curanderos, en Ecuador, explicando las propiedades curativas
de SUS hierbas. (Camera Press)
22(1
bal en la que hoy se nos presenta todo- con convertirse en ocasión de nuevas guerras. Cuestiones
c o m o la del Medio Oriente. Afganistán. Nicaragua o las guerrillas del Perú no podrán ya ser ajenas al antropólogo político del siglo v\i. c o m o no
lo fue la gran cuestión racial al antropólogo físico
del siglo \ \ .
U n a palabra sobre la antropología del Tercer
M u n d o . Es una antropología prometedora, que
cuenta ya con aportes significativos al cuerpo general de la disciplina. Cuenta con una gran ventaja: su inmediatez y convivencia diaria con las sociedades > culturas a las que se aplica. Pero esta
ventaja es también su gran debilidad. El exceso de
proximidad con una sociedad particular, tiende a
provocar ceguera frente a otras sociedades y culturas \ . muchas veces, frente a la problemática
general del hombre. Para América latina, y el Perú
en particular, la década de 1960 resultó especialmente afortunada al compensar estas limitaciones
con un inmenso incremento de contactos e intercambios: becas, fondos de viaje \ reciclaje, encuentros > conferencias, intercambios de profesores y estudiantes,financiacionesde investigación,
participaciones en proyectos conjuntos, rompieron el provincianismo de la antropología latinoamericana y dieron un impulso enorme a su apertura, puesta al día y participación en las preocupaciones comunes de la comunidad científica m u n dial. Por una desafortunada combinación de factores dependientes tanto de nuestra crisis económica continental, c o m o de las nuevas políticas
culturales, académicas y económicas de los gobiernos > fundaciones de los países m á s desarrollados, la antropología de países c o m o el Perú regresa ahora aceleradamente a su tradicional condición de aislamiento. Nuestros centros de for-
Jose Malos Mar
mación sufren no solamente la escasez de recursos
para la investigación y la docencia, sino que la pobreza de los salarios profesionales promueve la fuga de nuestros talentos o los desalienta de! quehacer científico. Al desaliento contribuye también la
penuria de recursos bibliográficos al día y el cribado negativo de los mejores estudiantes, distanciados por la estrechez del mercado laboral.
C o m o síntesis, la tendencia momentánea es
un regreso a las distorsiones del pasado: las facultades se empobrecen y decaen, las perspectivas se
estrechan y provincializan, los mejores graduados
emigran, mientras que la mayoría se deja absorber por la burocracia pública y limita su producción científica a artículos intrascendentes o termina sirviendo de informantes locales a colegas extrajeros m á s afortunados. U n o s pocos logran
sobrevivir. Pero las m á s de las veces, a costa de
pagar tributo a la burocracia de los organismos
internacionales, sacrificando su creatividad a la
necesidad política.
Para América latina y el Tercer M u n d o , en estas condiciones, la antropología del siglo xxi no
ofrece grandes perspectivas. E n esto, c o m o en
ámbitos más amplios de las relaciones internacionales, no tendrá m á s remedio que acogerse a la
responsabilidad de la comunidad científica internacional. El empobrecimiento de la ciencia en los
países más pobres, no es un problema que nos ataña a nosotros solamente, sino que compromete e\
sentido m i s m o del quehacer científico a escala
mundial. Para el siglo xxi, se requiere de parte de
quienes mantienen el liderazgo de nuestra disciplina en los países ricos y más desarrollados una
enérgica toma de conciencia de los problemas implicados y de las consecuencias de esta situación
en detrimento del avance de la ciencia m i s m a .
La renovación de la investigación
interdisciplinaria y la antropología
de la década de los noventa
C. W . Brown
Introducción
idea de que su funcionamiento puede reducirse a
unas pocas ecuaciones fundamentales y en el suGarrett Hardin nos cuenta cuánto le impresionó puesto de que éstas expresan la mecánica o el sisla audacia de un economista que abogaba por el tema en el que se basa el universo, según siempre
ha defendido la ciencia desde sus inicios. Se cree
«desarrollo» de las «junglas vacías». Si un biólogo
que las leyes propias de dicho sistema han dado
invirtiera esa forma de razonamiento, bromea
origen a todas las cosas, desde las partículas eleHardin, podría decir que «con excepción de Cenmentales hasta las obras del espíritu humano. La
tral Park, Manhattan es una isla prácticamente
esperanza de poder reducir en último término a
vacía» ( 1968. p. 2).
las leyes del sistema algo tan inmaterial como la
Esa paradoja nos hace ver hasta que punto
justicia, la moral y la cultura
consideramos el m u n d o cofue. en realidad, la vara som o un depósito en espera de
(' W . Brown. Doctor en sociología > antropobre la que la ciencia y la teclogía social por la Universidad de Lund. Suéser despojado de sus tesoros.
cia. 1 s>84 En la actualidad trabaja en un pronociencia determinaron su
La ciencia1 ha reclamado la
vecto de investigación sobre un material acometa final: la comprensión,
paternidad del descubripiado en la India, entre 1 4 8 0 - 1 4 8 5 . Su
el control, el «progreso».
miento de sus secretos y la
dirección es Grasparvsv agen 142. S-222 31
Lund
tecnología se ha encargado
Pero aunque intuitivade «desarrollar» lo que estamente sepamos que hay algo
ba en estado salvaje.
errado en esta forma de pensar, ¿hemos de concluir que
Actualmente descubridebemos abandonar la cienm o s que ese desarrollo ha
cia? Estamos obligados a resocasionado un número creponder «no» y a argüir, por
ciente de graves problemas,
el contrario, que nuestra inincluso en los países m á s
vestigación sobre las causas
«desarrollados». Los benefidel problema debe fundarse
cios de la tecnociencia tamen los conocimientos ya obtenidos por la ciencia.
poco han llegado a la mayoría de la población
D e una parte, no podemos abandonar el m u n d o
mundial, que vive un proceso de progresiva deen el que aquélla desempeña un papel activo,
pauperización en u n m u n d o cada vez más contapuesto que la ciencia es elemento integrante de
minado y desvitalizado. El tema suscita numeronuestra visión del m u n d o , de nuestro m o d o de
sas preocupaciones2 y, a poco que pensemos, nos
actuar en él. D e otra, al abordar este problema
daremos cuenta no sólo de que la culpa recae en
esa misma tecnociencia que dice habernos libera- hemos de asumir la doble responsabilidad que
do, sino de que hemos de ahondar aún más en el nos incumbe c o m o ciudadanos del nuevo orden
mundial, donde la tecnociencia es activamente
problema y cuestionar el tipo m i s m o de pensacreativa, y c o m o especialistas en ciencias sociales
miento en el que tiene origen.
deseosos de evaluar las consecuencias de ese nueLa creencia propagada por la ciencia occidental de que el m u n d o es una reserva se funda en la vo orden tanto en la teoría c o m o en la práctica.
RICS 116/Jun. 1988
-)"!•>
En el presente artículo se examinará ante todo
el problema de la excesiva reducción de la realidad a principios deterministas. Consideramos
después varias soluciones ofrecidas por las propias ciencias naturales para evaluar la importancia que pueden tener para las ciencias sociales y
para su participación en la investigación interdisciplinaria. Trataremos de demostrar sobre todo,
que la nueva reorientación del esfuerzo interdisciplinario precondiciona el desarrollo de la antropología en el próximo decenio.
El problema del reduccionismo
La in vestigación interdisciplinaria tiene c o m o base la colaboración de diferentes disciplinas en el
entendimiento de un problema mediante la elucidación de sus diversos aspectos. N o obstante, esa
colaboración implica con demasiada frecuencia
una jerarquización de las disciplinas correspondientes a favor de las ciencias naturales. Ejemplo
extremo de ello es la forma estricta de reduccionismo que pretende poder explicar la materia de
una disciplina mediante modelos aplicables en
otra de «rango inferior». Las ciencias naturales se
han caracterizado particularmente por este tipo
de investigación. Piaget ( 1970) lo llama reducción
«lineal» en la que, por ejemplo, el objetivo del
discurso científico sería expresar las leyes de la
biología primero en función de las de la química,
luego de las de la física y por último de las de la
matemática.
Las ciencias sociales y humanas, por otra parte, se han caracterizado por un discurso no lineal.
Así pues, si suponemos que la línea divisoria entre
éstas y las ciencias naturales pasa entre la biología
y la antropología, el éxito del paradigma lineal
consistiría en mostrar c ó m o cabe reducir la materia de la antropología a las leyes de la biología. El
mejor ejemplo reciente de esta posición se encuentra en la sociobiología que pretende finalmente haber podido incorporar las ciencias sociales en el ámbito de las naturales. Otra línea de
investigación relativamente afín a ésta ha intentado vincular la cultura al funcionamiento del cerebro h u m a n o . Los elementos de la cultura, por
ejemplo, pueden ser considerados c o m o «hechos
mentales» (con lo que se distinguirían de los hechos materiales) originados, en último término,
por «la red de impulsos del sistema nervioso central» (de Winter, 1984, p. 68). E n cualquier caso,
el objetivo final es expresar fenómenos difíciles
C. H Brown
de definir, c o m o «cultura» o «idea», en términos
de posible incorporación al discurso lineal de las
ciencias naturales.
Sin embargo, no se ha llegado a un total acuerdo ni entre los antropólogos y los biólogos ni entre
estos mismos en lo que respecta al reduccionismo
estricto de disciplinas c o m o la sociobiología.
Geertz critica la actitud excluyente de la sociobiología. a la que describe c o m o un «programa degenerativo de investigación destinado a fenecer en
su propia confusión» ( 1984, pp. 268 y 270). y Sahlins (1977) no encuentra palabras lo suficientemente duras para condenarla. Lewontin critica la
sociobiología por numerosas razones que incluyen su flagrante distorsión de conceptos normalmente asociados con el estudio de las sociedades
humanas (1979).
Incluso Wilson se preocupa por distinguir entre el tipo de cognición que resulta de las fuerzas
de selección natural - u n «potencial de aprendizaje» de acuerdo con el cual «cada animal está "preparado" para aprender respondiendo a ciertos estímulos» ( 1977. p. 135)- y un «aprendizaje cultural» m á s estrechamente relacionado con el
desarrollo histórico del pensamiento h u m a n o , al
que de otro m o d o llamamos «cultura». Las reglas
del aprendizaje, fundamentales para la supervivencia física, pueden engranarse en el genoma
mediante el proceso de selección natural, mientras que la cultura, el contenido de las ideas y los
conocimientos, se transmite en forma diferente y
está sujeta a otros factores. Por ejemplo. Rindos
distingue entre el contenido del aprendizaje (com o en la cultura) y la capacidad de aprender, y
también entre la disciplina (antropología sociocultural) que estudia la «herencia cultural de características específicas» ( 1986, p. 31 5) y la sociobiología que se ocupa de la herencia natural o genética.
Resulta que. c o m o no podemos reducir la cultura a la biología, el logro de los objetivos de un
determinismo lineal queda gravemente comprometido (incluso los propios biólogos son conscientes de ello, véase Mayr, 1985). Pero hay también otros aspectos críticos del reduccionismo
que nos llevan a situar el problema en la perspectiva m á s amplia de todas las ciencias; y lo que es
aún m á s interesante, el concepto de adaptación
resulta de capital importancia.
Los reduccionistas han sostenido que la adaptación puede cumplir una promesa «transdisciplinaria» reduciendo tanto la biología c o m o la antropología a una expresión c o m ú n al subordinarlas al
La renovación de la investigación inlerdisciplinaria y la antropologia de la década de los nóvenla
223
l'na llama cu \ u c \ a ^ ork aprendiendo las reglas básicas de s u p e m \ encía física, protundamente arraigadas en el
g e n o m a de la selección natural, para distinguirlas del aprendí/aje natural, in^ \i >i.:in \I.I¿I,„IV
224
m i s m o mecanismo. D a d o que la adaptación y la
selección son fundamentales para la reducción de
la cultura a modelos biológicos, desde los «genes
culturales» a la «selección cultural», y debido a su
capital importancia para explicar la biología en
general, el-concepto de adaptación ha sido un elemento importante del discurso lineal.
Empero, el concepto de adaptación ha sido objeto de severas críticas1. Las alternativas propuestas por biólogos c o m o Gould y Lewontin han
atendido más al papel desempeñado en la evolución por la autonomía, según un criterio no lineal
y m á s totalizante. La fisiología, al igual que el m e dio ambiente de una especie, por ejemplo, podría
actuar c o m o elemento intensamente inhibidor de
lo que tradicionalmente se ha concebido c o m o un
proceso continuo de adaptación y selección en el
paradigma de la selección natural. N o s referirem o s también a la propensión de la fisiología a
«mantenerse a sí misma» o a una estabilidad de
las formas que «canalizan» las vías de evolución.
En ese caso, el papel desempeñado por la adaptación y la selección natural queda subordinado a la
influencia de los factores de la «autoorganización»4.
Resumiendo, la cuestión que se vuelve a plantear es la del papel que desempeña la autonomía
de los distintos niveles en la frustración de las m e tas determinísticas del reduccionismo lineal. Pero
al poner de manifiesto la importancia de un diálogo transdisciplinar para determinar una base que
permita construir en c o m ú n , el concepto de adaptación ha abierto la vía a mayores \ m á s radicales
cambios de la modelación interdisciplinar que están cambiando los fundamentos de toda la ciencia.
De la adaptación
a la autoorganización
Volviendo a Piaget (1970). vemos que también él
insiste en la importancia de una alternativa respecto del reduccionismo lineal cuando recomienda que tratemos las relaciones entre las ciencias
en términos de «mecanismos comunes». Piaget
formuló este aspecto transdisciplinar en términos
de «estructura» y en función de los problemas de
la elaboración de modelos de la transformación
estructural.
Pero esto resulta igualmente pertinente para la
modelación de mecanismos de control, tales com o la cibernética y, por medio de ésta, para la
C. II Brown
presentación de los problemas de adaptación.
Surgieron dudas cuando se descubrió que la cibernética tropezaba con dificultades en la elaboración de modelos para los sistemas vivientes, a pesar de los intentos de construir nuevas «máquinas
cibernéticas»" que explicaran tanto la estabilidad
c o m o el cambio aleatorio característico de dichos
sistemas.
D e hecho, esas dificultades forzaron a los investigadores a alterar un poco su enfoque y a comenzar a preguntarse, en cambio, qué elementos
entraban en la definición de los sistemas vivientes; el concepto de adaptación desempeñó un papel importante para aclarar el problema. La m á quina cibernética estaba programada para corregir desarreglos y luego fue modificada para
adaptarse a su medio ambiente. Cuando se trataron las variantes ambientales en términos conceptuales c o m o «insumos». la máquina cibernética se
convirtió en un mecanismo adaptativo.
Entre otros autores (incluido Piaget). Sabal
( 1979. 1982) expone un cambio va en perspectiva,
que consistiría en abandonar la máquina cibernética adaptativa por un modelo que describa el papel de la estructura misma en su propio mantenimiento. El uso del concepto de estructura pone de
manifiesto la armonía interior del sistema v orienta el análisis hacia la autooigani/ación de la
«identidad». Por estar orientada hacia su interior,
esta «máquina» autoorganizante podría describirse c o m o adaptable en vez de adaptativa ( H a w ton 1974. pp. 90-93). con lo cual el problema de la
adaptación queda relegado a un lugar subalterno.
Esclarece también los cambios de la importancia atribuida al concepto de «autoorganización»
el uso del concepto de «autopoiesis» por Maturana > Varela ( 1980). Al acentuar la autoorganización. argumentan dichos autores, no podemos
asignar ninguna finalidad al funcionamiento de la
propia máquina «autopoiética». Lafinalidadpertenece, en cambio, a nuestro discurso sobre el sistema y tanto la finalidad c o m o la conceptualización correspondiente del papel desempeñado por
el medio ambiente pertenecen a la «historia de la
máquina en el contexto de la observación > no al
funcionamiento de su organización autopoiética»
(Maturanav Varela 1980. p. 87).
El factor histórico es aquí de suma importancia. Pero su uso no nos obliga a centrarnos en el
mecanismo que determina el sentido de la evolución del sistema, c o m o sería el caso de la adaptación. Por el contrario, nos obliga a centrarnos en
la no determinación, que es el resultado de la in-
La renovación de la investigación interdisciplinaria y la antropología de la década de los noventa
fluencia de acontecimientos aleatorios en la m o r fogénesis del sistema. Descrita c o m o la intersección de cadenas de causalidades independientes6,
la historia se convierte en «determinante» en el
sentido de que las intersecciones de sistemas autón o m o s en un universo complejo canalizan la evolución del sistema a través del tiempo. Pero n o se
trata de un determinismo, puesto que no tratamos
ya de reducir sistemas autónomos a un sistema y
una ley superiores.
La consecuencia inmediata de las ciencias sociales es la importancia del papel desempeñado
por niveles comparativamente autónomos. Se fortalecen así las afirmaciones intuitivas de la antropología respecto de la autonomía de la cultura viviente que se impulsa a sí m i s m a con su propia
variedad de energía dentro de los límites (que incluye también los biológicos) impuestos por una
diversidad de factores en un m u n d o complejo. Pero al explorar los temas más amplios que entran
en juego p o d e m o s comprobar el papel desempeñado por la «cultura» o la cognición en la fundamentación de la ciencia del determinismo.
Crisis en el paradigma newtoniano
Las tendencias generales a las que nos h e m o s referido son parte de una modificación mayor de la
cosmovisión m i s m a que ha servido de base a las
ciencias naturales, cambios q u e revelan cuestiones problemáticas sobre el fundamento de la
física.
El discurso científico ha tenido por base la
confianza en las nociones características de la cosmovisión newtoniana, según la cual el universo
puede reducirse a la aplicación de una serie de
principios. Dichos principios fueron formulados
c o m o una mecánica en la que los parámetros de
espacio y tiempo se consideraron teóricamente reversibles. Por consiguiente, en el m u n d o newtoniano, el tiempo tiene una reversibilidad análoga
a la de los parámetros espaciales en el espacio euclidiano. N o obstante, el resultado se ha descrito
c o m o una imagen idealista que distorsiona la realidad, casi c o m o ocurriría si pasáramos una película hacia atrás1. Pero, el tiempo reversible no
existe en el universo que conocemos.
C u a n d o , por el contrario, se trata el tiempo
c o m o una dimensión irreversible, la dinámica de
un universo en flujo continuo trasciende el determinismo de los principios newtonianos. D e b e m o s
concentrarnos, en cambio, en ideas c o m o las de
225
orden y desorden, y en el papel central de la c o m plejidad en este nuevo universo en el que el «devenir» reemplaza a la noción estática de «ser». Si
el universo estuviera sujeto a la predictibilidad
del determinismo, explica Morin, nunca podría
existir nada nuevo ( 1980, pp. 111 y 11 3), y la ciencia, por lo tanto, sería incapaz de explicar la m a yoría de los fenómenos que considera c o m o propios.
E n esta nueva perspectiva, el concepto de autoorganización ocupa un lugar central. Puede describir en términos m á s realistas los sistemas que
participan en un universo de complejidad evolutiva. Ciertamente, según señalan Prigogine y Stengers (1984, p. 175), los sistemas vivientes son la
«expresión suprema de los procesos de autoorganización», y dado que también participan en un
universo susceptible de reducirse a modelos físicos, la física debe prestar especial atención a la
evolución de estos sistemas vivientes, autónomos
y autoorganizados. L a cuestión importante que
plantean Prigogine y sus colaboradores es que no
son sólo los sistemas vivientes los que pueden describirse en términos de autoorganización en condiciones que están m u y lejos de constituir un
equilibrio. El concepto de «estructuras disipadoras», que se organizan sobre principios conexos,
tiene por finalidad describir cualquier cosa que
forme parte de este universo.
Al tratar de restar importancia a un universo
autoorganizado, ¿no estamos cayendo también en
la trampa de una nueva tendencia científica «neomecanicista» (Thullier. 1980. 1 983) que pretende
una vez m á s exorcizar el espíritu para eliminarlo
del discurso?1*
Denbigh observa, que además de poner de m a nifiesto la importancia de un universo no determinado, una de las principales contribuciones de
Prigogine es no observar el universo físico « c o m o
si se lo estuviera viendo desde fuera» (1982. p.
325). E n cuanto observadores, también formamos
parte de la irreversibilidad temporal y esta participación c o m o elementos de la naturaleza trae
consigo la importante consecuencia de que «se necesita un universo m u y lejano del equilibrio para
que el m u n d o macroscópico sea un m u n d o habitado por "observadores", es decir, un m u n d o viviente» (Prigogine y Stengers 1984. p. 300)1'. En
términos m á s simples, la tierra de « C e a » 1 " es una
«identidad orgánica que se convierte en algo de lo
que es cada vez m á s difícil evadirse» (Schroyer
1983, p. 161 ), y la creencia de que p o d e m o s escaparnos de ella y observarla desde algún lugar ele-
226
vado, observa Prigogine, es una «fantasía de absoluto narcisismo» (1977, p. 262).
Por lo tanto, no proponemos una nueva teoría
científica en función de la importancia de estos
cambios de nuestra cosmovisión, sino que destacamos la necesidad, c o m o ciudadanos de Gea, de
hacer frente a las consecuencias tanto de nuestra
participación c o m o de nuestra construcción de
los modelos en los que dicha participación se
basa. Las consecuencias de vivir en un m u n d o
construido por la ciencia deben aguzar también
nuestra vigilancia para evaluar en qué medida
son correctos los razonamientos f u n d a m e n tales de aquélla.
C. W. Brown
teoría política y moral, el desconstruccionismo, el
n o fundamentalismo, el antimetodismo, etc.
(1984, p. 267); las tendencias de la antropología
del presente decenio se han orientado hacia las
cuestiones afines de praxis, proceso y la cultura
local (Ortner, 1984; Vincent, 1986; Yengoyan,
1986). ¿Qué consecuencias cabe, pues, esperar
respecto de la antropología del decenio de 1990,
habida cuenta de estos cambios de orden general?
Hacia la antropología
del próximo decenio
El reconocimiento de las cuestiones planteadas en
Para las ciencias sociales, el concepto de Gea
el esfuerzo interdisciplinario no debería hacer que
plantea cuestiones de envergadura cuando se tonos retiráramos a un relativismo cultural. D e hem a plenamente en cuenta la función del elemento
cho, tendría que alentarnos a reinstaurar el «sisteh u m a n o . El componente h u m a n o en la física ya
era una cuestión importante tanto en la teoría de m a » -esta vez con una apreciación de las m á s prola relatividad c o m o en la mecánica cuántica y es fundas cuestiones epistemológicas involucradas,
que liberan al sistema del determinismo. El hecho
una de las principales razones por las que Prigode que existen en realidad sistemas es algo que Colgine (1977) reclama una renovación de la «metason (1985) nos recuerda vivamente en su exposifísica».
ción de la estructura cambiante de las sociedades
En una perspectiva ligeramente diferente, el
en desarrollo en el nuevo orden mundial. El primer
vínculo entre la percepción y el universo depende
paso es, pues, hacer que converja la nueva orientade nuestra visión general del m u n d o , que Prigogición de la teoría con la antropología aplicada para
ne y Stengers ( 1984) se refieren a ella en términos
abordar las cuestiones que han de eliminar el re«culturales», entendiendo por cultura una cosmoduccionismo del discurso interdisciplinario.
logía que estructura nuestra percepción del universo. Si una cosmología se basa en un determiEn lo referente a la práctica, las cuestiones de
nismo newtoniano que ya no representa los aspecun universo no determinado nos hacen apreciar la
tos m á s fundamentales de nuestro universo
importancia de un análisis de niveles múltiples de
viviente (véase también Castoriadis 1984, pp. 'la actividad sociocultural. Para Spitz, por ejem207-208), ¿cómo podría explicarse la sociedad y plo, esto significa conceder mayor importancia a
qué podría surgir de un orden sociocultural basala «ecología científica» en las ciencias aplicadas
do en ella?
(1985. p. 379) y para Sachs y sus colaboradores
( 1981 ) un nuevo «ecodesarrollo».
¿Es ésta una de las principales fuerzas que exTal vez haya llegado el m o m e n t o de consideplican el «desarrollo contraproductivo»? ¿Es tamrar también la recomendación de Hardin de «altebién, por lo tanto, u n factor de la crisis que, en
ración» m á s que de «desarrollo» (1986). En connuestra opinión, está penetrando tan profundasecuencia, en el contexto de la planificación, quimente en nuestra fábrica social? El Estado-nación
zás tuviéramos que seguir el consejo de Allen y
y su tecnociencia concomitante, que hasta ahora
limitarnos a señalar trayectorias posibles de «altese han atribuido el mérito de nuestro bienestar,
ración» m á s que una vía específica de «desarroestán pasando de m o d a y al intentar trascender
llo» (1985, pp. 273, 278: Allen et al., 1986, pp.
ese viejo orden las personas reflexionan sobre
200-201, 210-211, 220). Allen nos recuerda tamnuevos valores, c o m o la soberanía local y la autobién c ó m o nuestra responsabilidad, en calidad de
determinación. C o m o resultado de ello, las ciencias sociales del viejo orden, que se ocupaban de destinatarios del futuro, aumenta en proporción a
la imposibilidad de creer en una evolución prolos problemas relacionados con el Estado-nación,
gramada. Al m i s m o tiempo, nuestra responsabilihan entrado en crisis (Touraine 1985, pp. 16-22).
dad respecto del nuevo orden social no significa
Hay un ansia general de claridad y una busca de
necesariamente el resurgimiento del totalitarismo
algo substancial que sirva de asidero. Geertz habla de un «zumbido de inquietudfilosófica»en la a causa de nuestro temor al caos.
La renovación de la investigación tnterdisciplinaria y la antropologia de la década de los noventa
227
Cultura > naturaleza, un anciano con su pájaro en un parque de Beijing. 11 iiopu-r/Magnim
Desde el punto de vista teórico, pueden plantearse otras cuestiones. Primero, el lugar de la antropología en la investigación interdisciplinaria
debería reforzarse dada la importancia primordial del tactor «cultural» en todos los niveles del
pensamiento y de la acción. Por una parte, desde
el punto de vista teórico, se puede conceder m a yor importancia al nuevo respeto por la cultura
local y. por otra, la idea de «cultura» c o m o cognición tendría que convertirse en el elemento central de los nuevos «sistemas» y de nuestra participación en Gea.
Segundo, al reconsiderar nuestra participación c o m o seres cognoscitivos habrá que tener
m u > presente que esta cognición tiene su propia
historia. Al igual que otros fenómenos autónom o s , depende también de las cuestiones planteadas por la idea de un «tiempo interno» (Prigogine,
1984) \ de la contingencia histórica de un orden
no determinado. Y a no podemos creer en el desdoblamiento de un principio interno ni en las
ciencias aplicadas del «desarrollo» ni en la evolución de los contenidos de nuestra propia cognición. Tercero, y c o m o resultado de lo que antecede, debemos enfrentarnos con las consecuencias
de la G e a h u m a n a y natural, en la que el m u n d o
ya no puede seguir siendo tratado c o m o un depósito fungible.
En la educación necesitamos asumir, tanto en
la teoría c o m o en la práctica, la responsabilidad
de preparar un nuevo grupo de científicos capaces
de desempeñar un papel activo en el nuevo orden.
Necesitará ese grupo el consejo de T h o m (1981,
p. 93) de que es hora de dejar de pensar - y con
seguridad descubrirán que las junglas y las ciudades no pueden nunca estar «vacías».
Traducido del inglés
C. W. Brown
228
Notas
1. Utilizaremos con bastante
flexibilidad términos tales c o m o
ciencia y tecnociencia para
referirnos a la ciencia y a la
tecnología tradicionales según se
aplican en la sociedad moderna.
También combinaremos con
flexibilidad la antropología con la
sociología y las ciencias sociales en
general y utilizaremos sólo una
selección de referencias que den
una orientación general sobre las
cuestiones planteadas.
2. Véase Abdel-Malek ( 1981).
Conyers(l986). Russell ( 1985) y
Sarpellon(l987).
3. Véase especialmente la
discusión de Gould y Lewontin
sobre la adaptación de un caso del
«paradigma panglosiano» según el
cual todo se crea con un fin
específico (1979).
4. Véase Gould (1982). Gould y
Lewontin (1979). Lewontin ( 1969.
1979).
5. Por ejemplo, c o m o en
Maruyama ( 1963) > Taschdjian
(1976).
6. Podemos hablar también de una
«desviación natural» en el sistema
evolutivo autoorganizado.
En cualquier caso, el insumo
ambiental será considerado c o m o
«ruido» (Varela 1984, pp. 26,
28-29).
7. Prigogine y Stengers (1984,
p. 61 ). Se encontrará en este libro
una información m á s detallada
sobre los temas en cuestión.
8. El concepto de «entropía»
aparece con frecuencia en la
investigación que trata de
relacionar los procesos sociales conn
los principios científicos naturales.
Se considera un factor importante
en la elaboración de modelos de la
evolución biológica (como en
Eigen, 1977) y ha sido enfocado de
;
forma análoga por especialistas en
ciencias sociales, c o m o A d a m s
( 1981 ) y Georgescu-Roegen (1977).
).
N o obstante, su aplicación a las
ciencias sociales ha sido «informal»
1»
(Alien, citado en Brent 1978. p.
385) y autores c o m o Bnll ( 1979,
pp. 52-54), Castoriadis ( 1984. pp.
1 82-1 85) y Thullier ( 1980, pp.
13-17) han manifestado reservas
acerca de su empleo.
9. Independientemente de que
aceptemos o no el «principio
antrópico», según el cual los rasgoss
observados en el universo son
consecuencia de nuestra propia
existencia (Gale, 1981), existe no
obstante la percepción del universo
(Morin, 1980, p. 1 13).
10. La «hipótesis de Gea» se
construye sobre un modelo de la
biosfera en el cual la perpetuación
de la vida, al igual que los cambios
físicos y químicos generales, son
una unidad interrelacionada, una
homeostasis global de la vida y de
las condiciones planetarias. Esta
hipótesis encierra una crítica de la
visión tradicional de la vida c o m o
una adaptación a circunstancias
exteriores, pues insiste en el
aspecto autoorganizante de la
combinación de la vida y el medio
ambiente. Véase, por ejemplo.
Lovelock ( 1986) y Lovelock y
Margulis ( 1974). La deuda
contraída con Myrdene Anderson,
que ha puesto de relieve la
importancia de «Gea», y con
Anders N e u m a n quien ha señalado
el papel que el equilibrio
desempeña con frecuencia en la
elaboración de modelos que
pueden, no obstante, revelar un
factor crítico en la homeostasis.
En el presente caso «Gea» destaca
la interrelación total
de la Humanidad
y de la Naturaleza en un m u n d o
que ya no puede reducirse
a un mecanismo.
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La antropología de la liberación
para el año 2000
Ikenna Nzimiro
Orígenes
saron en las nociones evolucionistas, tan en boga
en el siglo xvm y que después desarrollara Charles
Darwin 3 (1858): el ser h u m a n o procede de orgaLa antropología es el estudio del hombre: esta definición influye en la forma en que la disciplina ha nismos unicelulares que han evolucionado a lo
largo de millones de años hasta transformarse en
evolucionado a lo largo de un siglo. El hombre
la especie superior del reino animal.
considerado c o m o creador de cultura es objeto de
estudio de la antropología, especialmente de la
Esos pensadores estimaban que las sociedades
antropología cultural y la etnología; c o m o ser cor- humanas habían seguido el m i s m o modelo evoluporal de la antropología física; c o m o ser social y tivo que el h o m b r e 4 (Spencer, 1852, Morgan,
creador de instituciones de la antropología social
1877). Si la raza blanca había alcanzado el máxiy c o m o criatura sapiente de
m o nivel de evolución, la
la antropología psicológica1
cultura y la civilización de
lkenna Nzimiro es profesor de antropologia y
(Radcliffe Brown, 1958).
sociología en la Universidad de Port Harlos blancos tenían que hallarcouri. East-West R o a d . Choba. P . M . B . 5823.
se en el estadio superior de
En otras palabras, todas
Port Harcourt. Nigeria. Miembro honorario
evolución del ser h u m a n o .
las ramas de la antropología
de la Unión Internacional de Ciencias AntroGuiándose por esa lógica, los
fundadas por pensadores sopológicas y Etnológicas. Entre sus libros destacan Studies in Ibo Political System (1972) y
antropólogos comenzaron a
ciales europeos, estudian al
Being an Anthropologist ( 1987).
buscar los orígenes de la culhombre. Los orígenes de la
tura h u m a n a que, a su juicio,
disciplina se remontan a la
debían encontrarse entre
época en que viajeros, exploesos pueblos «primitivos»
radores, colonos y misionepuesto que su cultura y civiros del viejo continente llelización no habían evoluciogaron al nuevo m u n d o y ennado. Del m i s m o m o d o e m traron en contacto con los
pezaron las indagaciones sonativos, «extraños seres hubre los orígenes de la
manos» que despertaron su
religión, el incesto, el tótem, la familia, el matricuriosidad. Lo que querían esos pensadores sociales era determinar la forma «extraña» en que esos monio y, en definitiva, de todo cuanto existe. Esa
pueblos podían sobrevivir en sus medios distin- búsqueda, inspirada en las ciencias naturales, hizo suya la metodología de las ciencias biológicas.
tos. Tuvieron que recurrir a todo tipo de terminoParalelamente a la investigación sobre los orígelogías para distinguir a esos pueblos. Acuñaron
nes del ser h u m a n o había que estudiar los orígeasí conceptos c o m o los de pueblos «primitivos»,
«bárbaros», «salvajes», «tribales», etc. A u n antes nes de la cultura y de las instituciones sociales,
ciertos antropólogos habían comenzado a recons- puesto que el hombre es la única especie que crea
cultura. Surgieron diferentes escuelas5 (Marvin
truir la historia de la cultura de esos «salvajes»,
2
Harris, 1968). U n a de ellas fue la escuela evolu«bárbaros», «primitivos» o miembros de tribus
(Nzimiro, 1977), sin tener siquiera relación con cionista, junto con la de los Kulturkreise o círculos
aquellos cuya cultura estaban analizando. Se ba- culturales, para los cuales la cultura h u m a n a radiRICS 116/Jun. 1988
232
caba en determinadas zonas, para extenderse seguidamente a otras. Por esa razón hubo quienes
creyeron que la cultura y la civilización egipcias
habían sido el punto de partida de todas las civilizaciones que ulteriormente se proyectaron a otras
regiones. Otra fue el difusionismo6 (Marvin Harris, 1968: 373-392).
Haciafinalesdel siglo pasado acabó rechazándose esa búsqueda de los orígenes. Y a no era necesario confiar en los datos recopilados por los misioneros, exploradores y oficiales coloniales: había que investigar sobre el terreno, de m o d o que
pudieran analizarse las culturas mediante la observación directa. Las universidades británicas7
organizaron expediciones (Fortes, 1958) a Australia y otras regiones de las que regresarían con información de primera m a n o sobre la verdadera
cultura de los «primitivos». En Estados Unidos
de América, los indígenas se resistieron a la invasión blanca y despertaron la curiosidad de los primeros antropólogos estadounidenses que se afincaron en sus territorios para estudiar la historia,
cultura y civilización8 (Morgan, 1851. 1868,
1881). Tanto en el nuevo c o m o en el viejo m u n d o ,
aparecieron antropólogos con nuevas convicciones, aunque todos tuvieron en poca estima a los
«primitivos».
En Africa, los antropólogos sociales británicos
instalados en los territorios de las colonias estaban al servicio de sus administradores1* (Talad
Asad, 1973). Entre ellos se encontraban grandes
figuras c o m o S. F. Nadel en Sudán y Nigeria,
C . K . M e e k en Uganda y Nigeria, Evans-Pritchard en Sudán, Meyer Fortes en Ghana, Audrey
Richards en Uganda, Lucy Mair en Z i m b a b w e ,
Chapera, Gluckman y otros en Sudáfrica y también en Zimbabwe.
La multiplicidad de las situaciones estudiadas por esos antropólogos dio lugar a diferentes
enfoques. Los especialistas de la antropología social se interesaron por el estudio de la estructura
de las sociedades que visitaban y, m u y especialmente, por los lazos de parentesco, el matrimonio y la familia, los sistemas políticos, jurídicos,
económicos y militares, así c o m o por sus ritos y
cosmología. En cambio, dejaron de lado el aspecto histórico por creer que, c o m o la mayoría de
esos pueblos no tenían textos escritos, no tendrían historia10 (Radcliffe-Brown, 1958). L o único que permitía entender a esos pueblos era el
carácter intrínseco de sus instituciones sociales.
El fundamento teórico se basaba en que esas sociedades tenían m u y poca necesidad de cambiar,
Ikcnna S'zuniro
ya que sus instituciones se configuraban de tal
manera que perpetuaban una situación permanente de equilibrio social. La sociedad mantenía
un orden y ponía los mecanismos inherentes al
m i s m o en virtud de los cuales se garantizaba su
cohesión.
Los antropólogos estadounidenses se interesaron por la cultura; las investigaciones de cada
uno de ellos se fundaban en teorías personales.
Francia. Bélgica y los Países Bajos también se valieron de sus antropólogos c o m o auxiliares de sus
administraciones coloniales.
Los prejuicios de muchos africanos contra la
antropología se explican por el hecho de que esta
disciplina ha estado al servicio del colonialismo,
sirviendo de soporte a la intolerancia racial y al
paternalismo. Al monopolizar la disciplina, los
gobiernos coloniales financiaron las investigaciones y utilizaron sus conclusiones para mantener su dominación efectiva sobre los pueblos
africanos" (Radcliffe-Brown, 1958: 94).
La antropologia conservadora:
etnología, antropología cultural
y funcionalismo
A u n q u e los antropólogos europeos no se hacían
ninguna ilusión sobre el objeto de sus estudios,
las «comunidades primitivas», procuraron delimitar los sectores particulares que cada especialista consideraba m á s apropiados. Los etnólogos
trataron de determinar las analogías y diferencias, con la mayor precisión posible, para clasificar a la población en función de su raza, idioma y
cultura12 (Radcliffe-Brown, 1958: 48).
Según este autor, la antropología primitiva, la
metodología funcionalista estudiada por Malinovsky, prestó sobre todo atención a la formulación de hipótesis sobre los orígenes de las instituciones, aunque según afirma, mediante el estudio
comparado de las instituciones, la antropología
social posibilitó el desarrollo de la sociología
comparada 1 3 (Ibid: 1958: 56-57), expresión con
la que designaba a la nueva antropología y sobre
la cual decía:
« C o n este término deseo denominar la ciencia que aplica los métodos de generalización
de las ciencias naturales a los fenómenos de la
vida social del ser h u m a n o y todo lo que abarcan vocablos tales c o m o cultura y civilización»™ (Ibid: 55).
La antropologia de la liberación para el año 2000
Esta sociología comparada es el funcionalismo
estructural. Rechaza «y debe rechazar cualquier
intento de hacer conjeturas sobre el origen de las
instituciones cuando no se dispone de información fundada en datos históricosfidedignossobre
ese origen»15 (Ibid: 50).
Durante varios decenios, el funcionalismo fue
algo floreciente en la antropología y la sociología,
y sirvió de herramienta teórica para los análisis de
los especialistas. Bottomore resume así sus fundamentos:
233
que tienen los pueblos antes dominados ha llam a d o la atención sobre este hecho» 18 . (Gerrit
Hulzer y Bruce M a n n h e i m , 1979).
El abandono de las tendencias conservadoras
del pasado se confirmó con la fundación de Journal of Dialectical Anthropology por Stanley Diam o n d , organizador de la sección del Congreso de
Chicago que inició un nuevo capítulo en la antropología de la liberación al introducir las perspectivas marxistas. El grupo que examinó las relaciones entre el marxismo y la antropología publicó
un volumen titulado Towards a Marxist Anthro«La idea esencial en la que se basa es que hay
que considerar a la sociedad c o m o un sistema pology que atrajo a un vasto público de marxistas
y no marxistas de todas las tendencias, aportando
equilibrado en el que cualquier perturbación
elementos nuevos a las perspectivas marxistas. El
que pueda producirse va seguida del ajuste cogrupo comprendía algunos especialistas procerrespondiente, de m o d o que ese equilibrio
dentes del Tercer M u n d o cuyas sociedades habían
quede restablecido y la sociedad conserve su
sido objeto de investigaciones realizadas por anforma original o la modifique m u y levementropólogos europeos de todo credo. El volumen
te»1" (Bottomore, 1975:20).
resultante, editado por Stanley D i a m o n d 1 9 (Diam o n d , 1979), llevaba un capítulo introductorio
sobre el marxismo: crítica e ideología, y constaba
La antropología del futuro:
de seis partes: 1 ) antropología existencialista,
la antropología de la liberación
2) obstáculos estructuralistas. 3) teoría original
del
c o m u n i s m o c o m o teoría y práctica, 4) persEl viraje hacia la nueva antropología se produjo en
pectivas
africanas. 5) reflexiones ideológicas y
el Noveno Congreso de la Unión Internacional de
Ciencias Antropológicas y Etnológicas celebrado en 6) ciertas ilusiones universitarias y burguesas. E n
cada uno de los autores se hace patente el origen
Chicago en 1973 al anunciar el nacimiento de lo
de la tendencia a liberar a la antropología de sus
que denominaré «antropología de la liberación». En
primeras connotaciones. E n un ensayo titulado
el prefacio al volumen de la serie The World oí
Anthropology, titulado The Politics oí Anthropology, l'rhan Ethnology in Africa: Some Theoretical Issues, dos autores exponen c o m o sigue su orientael director de la publicación escribió:
ción radicalmente nueva:
«El Congreso que hizo posible este libro congregó a todos los antropólogos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, procedentes de países
capitalistas y socialistas, industrializados y del
Tercer M u n d o . Se habló de las materias científicas que nos habían reunido, aunque nunca
hasta entonces habíamos sido tan conscientes
de cuanto teníamos en c o m ú n y que nuestras
diferencias ponían de manifiesto»" (Sol Tax.
1979).
La nueva antropología fue claramente definida
c o m o sigue:
«La antropología necesita liberarse de ciertas
influencias occidentales. Si hasta hoy esa había sido su orientación, ello se debía a que actuaba primordialmente en terrenos (neo) coloniales. El creciente conocimiento de sí mismos
«La penetración y ruptura violentas de las sociedades precapitalistas y la subordinación de
la vida económica de la mayor parte del m u n do al afán de lucro del burgués occidental
constituyen la realidad fundamental de \a polis
colonial africana»20 (Magubane & Marcottii,
1979: 274). «La urbanización... se produjo simultáneamente con un proceso complejo de
dislocación y de contradicciones que no era
una reedición de las primeras experiencias del
desarrollo del capitalismo europeo, sino la articulación de sus contradicciones últimas. El
significado social e histórico de la dinámica
urbana en Africa sólo puede comprenderse y
evaluarse estudiando las ciudades africanas
c o m o aspectos del sistema político y económico de los países colonizadores. La estructura
de la polis africana refleja una situación en la
¡kennet Nzimiro
234
Una serie defigurasdel relicario de los pueblos Kola y Mbédé. en Gabón y el Congo. Del catálogo de la exhibición
La YOW des ancêtres. Cil hommage
Ù Claude
Lévi-SlruitSS- Musco Dapper. Pans. ls>S6 Ci Bcrjonncau
que la constitución de las economías de las
sociedades africanas es el resultado del desarrollo y de las realidades de las economías
europeas a las que estaban sometidas c o m o
productoras y elaboradoras de materia
prima» 21 (Ibid: 275).
Estas opiniones representan el abandono de
las teorías conservadoras de la antropología funcionalista en virtud de la cual se establecía una
relación de equilibrio interdependiente entre los
sectores urbano y rural y no una relación dialéctica-(N/imiro. 1985:63).
E n el m i s m o volumen. Talad Asad, criticando
la antropología británica, calificó de superchería
el argumento de la especialización. Según su punto de vista, las disciplinas afines, la política y la
economía, existían ya m u c h o antes de la fase clásica (funcionalista) de la antropología social. L o
que había que preguntarse era por qué los antropólogos sólo las descubrían entonces y no antes:
por qué. por ejemplo, todavía en 1940, había antropólogos que podían escribir lo siguiente: «no
creemos que las teorías de losfilósofospolíticos
nos hayan ayudado a entender las sociedades que
estudiamos y consideramos que su valor científico es m u y escaso»2' (Fortes y Evans Pritchard,
1940: 4) o en 1966 « H a llegado en nuestra opinión
el m o m e n t o del diálogo, si no de la alianza, entre
la antropología y otras disciplinas que versan sobre la política comparada» (Swartz et al. 1966:
9) 24 . Asad se preguntaba, además, «¿Por qué ha
llegado ese m o m e n t o ? ¿ C ó m o podía ser que las
distintas disciplinas (economía, política, jurisprudencia, etc.) que reflejaban la conciencia fragmentaria de la sociedad burguesa con sus propias contradicciones históricas pudieran ser ahora fuentes
de inspiración para la antropología?... M e atrevería a afirmar que la respuesta estriba en que, a
partir de la Segunda Guerra Mundial, los cambios
que se han producido en el m u n d o en que estaba
inserta la antropología social son tan fundamentales que han repercutido en el objeto, el sustento
ideológico y la base orgánica de la propia antropología social y. al observar tales cambios, n o podem o s por menos que recordar que lo que hace la
antropología no es m e r a m e n t e aprehender el
m u n d o en el que se sitúa sino que es también este
m u n d o el que determina la forma en que la antropología lo aprehende» 25 (Ibid: 369-370).
Los antropólogos «que no emiten juicios de
valor», «juicios neutrales», hacen caso omiso de
estas relaciones dialécticas. Asad revela las contradicciones internas de la antropología social al
afirmar que, «para comprender correctamente
esas contradicciones, es esencial volverse a la relación de poder existente entre el m u n d o occidental
y el Tercer M u n d o y examinar de qué manera se
han vinculado dialécticamente a la práctica las hipótesis de trabajo y el producto intelectual de todas las disciplinas que representan la comprensión europea de la comunidad no europea» 26
(Ibid: 375: 17).
Esta tendencia prosperó entre los antropólogos del Tercer M u n d o y se ha manifestado aún
m á s debido a los interrogantes planteados a partir
La antropologia ele la liberación para cl ario 2000
235
del Noveno Congreso antes citado. La Journal o)
y su incorporación a la órbita del m u n d o capiDialectical Anthropology ha pasado a ser el órgano
talista, y el control de los procesos ideológicos
de expresión de estos apóstoles de la antropología
de los nuevos países ejercido por el imperialisde la liberación. Contemplan la necesidad de estum o cultural»28 (Nzimiro. 1977, 1985:6-7).
diar sus sociedades en profundidad, y esto exige
estudiar su desarrollo a lo largo de las diversas
Los antropólogos de la liberación se niegan a
épocas. Siguen a Engels cuando éste afirma que:
apoyar las políticas neocoloniales occidentales.
En un capítulo sobre la pertinencia política de la
antropología. Magubane y Faris escriben que:
«Es preciso plantearse de nuevo toda la historia; hay que examinar individualmente las
condiciones de existencia de las distintas for«en los veinte últimos años, los antropólogos
maciones sociales antes de sacar de ellas los
han procedido a un notable examen de conconceptos políticos, civiles, jurídicos, estéticiencia sobre este legado. Se ha reconocido, de
cos, filosóficos y religiosos que les son propios.
m o d o m á s o menos generalizado, que la antroEsto es algo que sólo se ha intentado en escasa
pología ha sido generada por el imperialismo
medida hasta la fecha porque son pocos los
occidental para llevar a Occidente informacioque lo han abordado seriamente»27 (Engels,
nes y objetos, c o m o consecuencia (y, a veces,
1890).
en apoyo) de la explotación imperialista de los
pueblos de Asia, Africa y América» 29 (Magubane y Faris, 1985:91).
E n los diversos números de esta Revista se ha
ido forjando un nuevo enfoque interdisciplinario
para estudiar las sociedades del Tercer M u n d o . El
El volumen especial de Dialectical Anthropoeclecticismo de la escuela funcionalista conservalogy (vol. 9, 1985) que lleva por subtítulo «State of
dora, que singularizaba determinadas institucioArt, State of Society», contiene otros muchos arnes sociales pertenecientes a «grupos pequeños»
tículos, todos ellos dedicados a las nuevas tendensin relacionarlas con las sociedades m á s amplias
cias de la antropología de la liberación10. Esas tenen las que domina el m u n d o occidental, ya no ser- dencias siguen la tradición marxista cuya posiviría. Los nuevos teóricos tomaron en cuenta la
ción intelectual es la antítesis del funcionalismo.
dialéctica histórica y, m u y particularmente:
Bottomore lo ha resumido claramente:
«el reparto del m u n d o no europeo, la explotación de los recursos de los pueblos conquistados, la dominación política de esas sociedades
« U n a razón importante del actual interés reside en el hecho de que la actual teoría marxista
se opone directamente al punto central de la
236
teoría funcionalista que tanto ha influido en la
sociología y la antropología en los veinte o
treinta últimos años, aunque cada vez haya sido menos satisfactoria. Mientras que el funcionalismo hace hincapié en la armonía social,
el marxismo pone de relieve el conflicto social:
el funcionalismo centra su atención en la estabilidad y persistencia de las formas sociales, el
marxismo tiene una perspectiva radicalmente
histórica y se centra en la estructura cambiante
de la sociedad; allí donde el funcionalismo
acentúa la regulación de la vida social mediante valores y normas generales, el marxismo subraya la divergencia de intereses y valores dentro de cada sociedad y la función que desempeña la fuerza en el mantenimiento a lo largo de
períodos de tiempo m á s o menos largos, de un
orden social determinado. El contraste entre
modelos de "equilibrio" y de "conflicto" de la
sociedad, expuesto enérgicamente por D a h rendorf en 1958, ya ha pasado a ser un lugar
c o m ú n , y las teorías marxistas se citan normalmente por oposición a las de Durkheim, Pareto y Malinowski, principales arquitectos de la
teoría funcionalista» (Bottomore, 1978: 73)-".
La dialéctica marxista revela las contradicciones internas de cualquier tipo de sociedad. Los
antropólogos conservadores que pensaron que el
orden y el equilibrio reinarían en un futuro en los
países del Tercer M u n d o se equivocaron, pues
esas sociedades serían transformadas por grandes
revoluciones.
El éxito de la Revolución Rusa (1917) desencadenó una reacción en todo el sistema construido por el antiguo imperio colonial.
D e s p u é s de la S e g u n d a Guerra M u n d i a l
(1939-1945) se produjeron revoluciones que dieron lugar a sociedades socialistas en Europa
Oriental. Las nuevas ciencias sociales de orientación marxista se transformaron en los principios
rectores de los intelectuales de esos países. Pero su
difusión no se limitó a Europa. El pueblo chino
puso en tela de juicio las ciencias sociales liberales
y adoptó el marxismo c o m o modelo teórico,
adaptándolo a su experiencia histórica y a su estructura social. La liberación de China, el mayor
país del m u n d o , fomentó la credibilidad del marxismo-leninismo y fue un acicate para la revolución de Vietnam. Las ciencias sociales marxistas
se transformaron en la herramienta analítica de la
acción. Intelectuales de C u b a , Argelia, M o z a m b i que, Angola y Guinea Bissau las han aplicado pa-
Ikenna Szimirii
ra transformar sus sociedades11 (Nzimiro. 1985:
10).
Esa revolución ha proseguido y sigue extendiéndose por América, Asia y Africa, antiguos
feudos intelectuales de los antropólogos funcionalistas conservadores donde estudiaban las sociedades «estáticas» y propensas al «equilibrio» que
suponían ser las menos desarrolladas.
Claude Meillassoux ha aducido que:
«La pertinencia del materialismo histórico para el futuro de la antropología debería cumplir
con tres imperativos: brindar una descripción
adecuada del capitalismo (sociedades excapitalistas): proporcionar una explicación teórica
adecuada de las repercusiones del capitalismo
en esas sociedades, bajo los efectos históricos
del comercio, la conquista, la colonización, el
trabajo forzado y el neocolonialismo y. por último, conducir a una teoría del desarrollo»11
(Ibid: 1987: 249).
A d e m á s , el materialismo histórico es una teoría de la práctica social y no lafilosofíade una
teoría.
La prueba de su validez reside en su capacidad
de instruir a la gente acerca de su propia condición y proporcionar los medios de actuar correctamente c o m o seres políticos conscientes. Este es
precisamente el aspecto m á s pertinente del materialismo histórico para el estudio de los países del
Tercer M u n d o y el que lleva al compromiso político del investigador14 (Ibid: 356).
¿Cuáles son, entonces, las cuestiones capitales
que tiene que abordar la antropología de la liberación?
Según Stanley D i a m o n d :
«Si el antropólogo no controla su propia alienación, que no es m á s que un indicio particular de una condición general, si no trata de entender cuáles son sus raíces y no evoluciona
ulteriormente c o m o crítico implacable de su
propia civilización, la civilización que objetiviza al hombre, no podrá comprender al otro
ni reconocerse en él ni tampoco en esa conciencia del otro»15 (Diamond, 1972: 402).
Preguntas pendientes
La nueva antropología de la liberación acepta los
conflictos sociales radicales y dialécticos. H e m o s
La antropologia île la liberación para el año 2000
237
antropología > colonialismo: \iajeros occidentales \isitando un santuario en N u e \ a Guinea, hacia 1857. ( oiianun
\ lolk-i
238
demostrado c ó m o las ciencias sociales marxistas
llevaron a las rebeliones intelectuales que transformaron una sociedad, supuestamente estática y
en estado de equilibrio, en sociedades dinámicas
en las que el pueblo había decidido ser el dueño de
su propio destino.
Ello exige plantear aún ciertas preguntas cruciales sobre las sociedades del Tercer M u n d o :
en los próximos años la tarea de la antropología
será darles respuesta.
¿Cuáles son las experiencias históricas que originaron la lucha revolucionaria en las sociedades
campesinas? ¿Cuáles son las principales instituciones que acusaron el golpe de los cambios internos y las que no, afectando de tal forma las m o d a lidades de vida que llegaron hasta el punto en que
la revolución era el único camino? ¿Qué personas
o grupos dentro de una sociedad dada utilizaron
c o m o contrapeso de su propio pueblo a los gobiernos coloniales convirtiéndose, en consecuencia,
en partícipes del colonialismo? ¿Cuál es la situación económica de esa clase de colaboradores y
cuál es su relación con la posición política que
ocupa en la estructura social? ¿Cuáles son las fuerzas que han contribuido a neutralizar a esos colaboradores en la transición del colonialismo al
neocolonialismo y a la auténtica independencia y
autonomía?
La cuestión exige examinar de nuevo los m o dos de producción, las formaciones sociales y las
instituciones dimanantes de los distintos m o d o s
de producción en las sociedades precoloniales. coloniales y postcoloniales.
¿Cuál es la naturaleza del estado en cada época? ¿ Q u é características tenían los dirigentes en
una sociedad precolonial determinada y c ó m o se
ponían en relación con las demás clases en los procesos de producción? ¿ C ó m o utilizaban las potencias coloniales a esa clase explotadora en la nueva
superestructura política colonial? ¿Se forjó el estado a partir de una carta mítica, tal c o m o la definen los antropólogos, o m á s bien a lo largo de los
procesos productivos? ¿ Q u é tipo de falsa conciencia generó la clase dirigente en apoyo a su poder
político? ¿ C ó m o utilizó el régimen colonial esos
mitos para reforzar la posición de la clase dirigente de que se valió c o m o colaboradora? ¿Qué c a m bios provocaron los dirigentes coloniales en la institución de la monarquía? ¿Cuál es la situación de
la clase dirigente precolonial en la época postcolonial? ¿ C ó m o la manipula la burguesía, nueva clase
dirigente, en el ejercicio del poder en el estado
postcolonial? ¿Cuáles son las contradicciones in-
Ikenna Nzimiro
ternas que trae consigo la transición del estado
colonial al postcolonial en la medida que afectan
a la relación de la clase dirigente tradicional y a la
nueva clase originada por el m o d o de producción
capitalista? ¿ C ó m o repercute la abolición de las
instituciones arcaicas en la situación social y cultural de los campesinos en las sociedades que se
liberaron de esas estructuras arcaicas?
Estas cuestiones generan un profundo conocimiento histórico de formas de vida que según los
antropólogos de la escuela funcionalista tenían
m u y poca importancia, dada su postura antihistórica.
¿En qué medida contribuyó esta perspectiva a
ocultar las realidades sociales de los colonizados?
¿Cuáles fueron sus repercusiones en la enseñanza
de la antropología para los antropólogos del Tercer M u n d o ? ¿Cuál es. en realidad, la relación entre la historia y la estructura social? ¿Nos permite
el conocimiento antropológico reconstruir la historia de los pueblos? ¿ C ó m o puede utilizarse ese
conocimiento para determinar su función en la
transición de la época precolonial a las fases colonial y postcolonial?
¿Nos permite el conocimiento histórico c o m prender las técnicas de producción o. en otras palabras, c ó m o producían los pueblos sus alimentos
y sus herramientas y c ó m o dominaban su medio
para reproducirse?
¿Qué innovaciones tecnológicas introdujeron
(forjado del hierro, cerámica, cestería, tejido \ teñido de géneros, tallado, trabajo del cuero, instrumentos musicales, etc.)? ¿Han persistido esas innovaciones? D e no ser así. ¿cuáles son los factores
que hicieron que desaparecieran?
¿ C ó m o se inició la organización de la producción de esas actividades para hacer frente a las
necesidades materiales de la sociedad? ¿Qué especializaciones existían0 ¿Se encontraban concentradas en determinados grupos de parentesco o
castas o grupos religiosos, o estaban, en cambio,
dispersas en la estructura social'?
¿ Q u é formas de tenencia de la tierra existían'?
¿Se aplican actualmente los mismos principios?
D e no ser así. ¿en qué circunstancia histórica fueron modificados total o parcialmente por los factores internos y externos de cambio?
¿Se movilizó a la m a n o de obra en la producción comunal o colectiva según categorías de edades, conscripción, esclavitud o servidumbre'?
¿Asumió una clase determinada la función de m o vilizar a la m a n o de obra para la producción? D e
ser así, ¿qué lugar ocupaba esa clase en el proceso
239
La antropologia de la liberación para el año 2000
de producción? ¿ Q u é formas de tributación existían en algunas de esas sociedades? D e ser así, ¿cóm o , quiénes, para quiénes y con qué fines las organizaban? ¿ Q u é cambios produjeron las nuevas form a s de tributación en la época colonial?
¿Cuáles fueron realmente los efectos del capitalismo en la estructura económica de las sociedades
precoloniales y c ó m o han provocado u n a adaptación dentro del nuevo m o d o de producción capitalista? ¿Cuál es la relación entre la religión y las instituciones políticas contemporáneas? ¿ C ó m o utiliza la n u e v a clase las creencias religiosas para
reforzar su posición en el campesinado, en las sociedades respectivas? ¿Cuál es el grado de con-
ciencia ideológica del campesinado? ¿ C ó m o se articula en el proceso político?
L a respuesta a cuestiones tan cruciales debe ser
la preocupación de la antropología de la liberación
con objeto de q u e se vaya a la raíz m i s m a de la
experiencia histórica a lo largo de las diversas épocas. Al tratar de dar respuesta a tales cuestiones nos
v e m o s impelidos a poner a prueba las viejas ideas
y probar q u e ya n o sirven, haciendo q u e emerjan
otras nuevas, basadas en las realidades existentes e
inscritas en el proceso histórico q u e los propios
pueblos p o n e n en marcha.
Traducido del inglés
Notas
1. Radcliffe Brown, 1958: Methods
in Social Anthropology. University
of Chicago Press.
2. IkennaNzimiro. 1977. 1985:
«Anthropologists and their
Terminologies: Critical View
Point». En Gerrit Hulzer & Bruce
Mannheim. The Politics
<>l Anthropology From
Colonialism and Sexism Towards
a Mew Below Mouton, La Haya.
1979:61-84.
3. Charles Darwin, 1858: The
Origin of Species, 1957.
a
4. H.Spencer, 1852 : A Theory of
Population, Deducted from General
Laws of Animal Fertility:
Westminster Review 67 445-85
Henri Morgan, 1877: Ancient
Society ,\'ew York, World
Publishing. A m b o s fueron
evolucionistas y expusieron sus
ideas en estos libros.
8. Henry Morgan, 1851: The
League of the Hoe - de - no - sau nee o ¡raquis, Rochester: Sage and
Broa.
Henry Morgan, 1868: The American
Beaver and His Works. Philadelphia
J.B. Lippincott.
Henry Morgan, I 881 : Horses
and Horselite of the American
Abongins, Washington U S
Geological Survey: Contributions
to Ethmology.
Estos son los estudios
fundamentales de Morgan sobre
las sociedades indias.
9. Talad Asad. 1973: Introduction:
Anthropology and Colonial
Encounter: Ithaca Press London.
La introducción está dedicada a este
fenómeno.
19. Stanley Diamond. 1979:
Towards A Marxist Anthropology
Mouton. La Haya. N . Y .
20. Amelia Marcotti y Bernard
Magubane. 1979: 274 Urban
Ethnology in Africa: Some
Theoretical Issues. En Stanley
Diamond. Towards A Marxist
Anthropology 1979: 274 Mouton.
La Haya.
21. Ibid: 275.
11. Ibid, 1958:94.
13. Ibid: 1958: 56-57.
22. IkennaNzimiro, 1963, 1985
The Crisis in the Social Sciences:
The Nigerian Situation.
Tercer Fórum Mundial, México
y Zima Pan. African Publishers,
Oguta.
15. Ibid: 50.
23. Fortes > Evans Pritchard,
1940:4 African Political Systems:
Londres, Oxford University
Press.
16. T . B . Bottomore, 1975:20
Sociology as Social Criticism,
George Allen & Unwin, Londres.
24. Swartz M . J . V . W . T u r n e r . A
Tudenfed.). 1966-9 Political
Anthropology. Chicago Aldine.
14. Ibid: 155.
6. Ibid. 373-392.
7. Meyer Fortes, 1953d: Social
Anthropology at Cambridge Since
1900. Cambridge University
Press.
18. Ibid Gerrit Hulzer, Bruce
Mannheim. 1979.
10. Radcliffe Brown, 1958: op. at.
12. Ibid: 1958: 48.
5. Marvin Harris, 1968: The Rise of
Anthropological Theory: Thomas Y .
Crowell, N . Y .
17. Sol Tax. 1979 v. General
Editors Remark: The Politics ol
Anthropology:
World of Anthropology Series,
Mouton. Press: La Haya.
240
Ikcnnci Xzimirn
25. [ alai Asad, /Srilisli
lnlhn>i>olo»v Ibid (19). 369-370.
26
Ibid: 375-17
27. I nedrich 1 n g e k 1X90: «1 oiler
tu k u g e l m a n n » . Londres.
2S. Ikcnna N / i m i r o . O p . eit.
19X5:6-7
29. Bernard M a g u b a n e > F a n s
19X5:91. «¡he I'nlitual Relevance
n/ tnllimpoloxv" 19X5 Ibid: 9 1
Hlsev icr.
30. Stanley D i a m o n d (ed.). 19X5
Ibid artículos por Wanly (null
32. Ikenna N / i m i r o . Ibid 1985: 10.
•< I'hc Stale al \nlhniiuiloKV". 65-70;
M a g u b a n e y F a n s . « I'lie
Relevance ol. Inllirnpolaiiy»
(citado m á s arriba); Bernard
Baloslo, I he I icissiliti/ei
ni íiilhrujioliiin,
33. Claude Meillassous. 1 9 X 5 : 2 4 9 .
II lull i\ llw tulun' Relevance al
\lar\ and I'.mieh II arks In
\nlhiopnlniiv F n Stanley D i a m o n d
I 47-1 6 4 ; John Moliaule. Problems
ni Search lor Humanistic
\nlhri'pnliii;v. 165-170, Marlin
N i |ln,lï Publishers.
31. I B . Bollomore. O p . eil.
I95X: 73.
(éd.) o p . cil
34. Ibid: 3 5 6 .
35. D i a m o n d Stanley (ed.). 1972:
4 0 2 . . Inthropalnav in Que\lion
In T h e Hagues ed
Reinventing Anthropology
Vintage Books N . Y .
Algunas cuestiones fundamentales
en lingüística
Radoslav Katicic
grado m u y notable de continuidad en materia de
N o es fácil responder con certeza a la pregunta de
alfabetización y asentamiento espacial, en las que
si el hombre creó el lenguaje o de si fue el lenguaje
los textos fundamentales, en los que se basaba la
el que creó al ser h u m a n o ; en todo caso, lo cierto
es que el hombre, en su condición de ser social, n o instrucción básica, no estaban al alcance - o al m e nos no fácilmente- del dominio lingüístico desapuede sobrevivir sin el lenguaje: sencillamente, es
rrollado espontáneamente en los miembros de
impensable sin aquél.
esas culturas. Para leer y escribir, además del alfaAsí, pues, la lingüística es una rama indispenbeto tenían que aprender la lengua, aunque puede
sable de las ciencias humanas, sin la que éstas
que ésta no fuese totalmente ajena a su habla naquedarían incompletas. Al estudiar el lenguaje,
nos ocupamos de un aspecto esencial de la natura- tural. D e este m o d o , surgió la gramática, materia
escolar que transmitía los coleza h u m a n a , una parte innocimientos de esa índole
soslayable de la integración
Radoslav katicié os profesor en el instiluto
de I ilologia I.slava. I ¡mversidad d e V icna.
que debían adquirirse en dedel hombre en el conjunto de
1 lebiggassc 5. A - I O I O Viena. Austria
terminadas culturas. Durante
la vida, aunque, tradicionalmuchos siglos, la gramática
mente, en nuestras culturas
fue el único elemento constiel estudio de la lengua no se
tuyente de la lingüística.
basa en esta concepción,
pues hasta hace poco no se
La gramática, ya fuese la
ha tenido conciencia de ello.
india, la griega o la latina, la
D e ahí que, aunque desde
árabe o la hebrea, enseñaba
sus inicios la lingüística forla lengua a partir de textos
mase parte de la antropolocon autoridad indiscutible
gía, en un sentido amplio
en un círculo cultural dado.
pero sustancial, sólo recienFijaba la lengua correcta patemente se ha orientado hara escribir y hablar con discia la antropología y ha e m tinción.
pezado a compararse con ésta. El diálogo entre
Sólo los idiomas poseen gramática, por lo que
lingüistas y antropólogos, en especial entre los que
la gramática se convirtió en el elemento determise interesan primordialmente por la sociedad y la nante de la lengua. Por lo general, se identificó a la
cultura, se halla aún en su comienzo.
gramática con el idioma y así se convirtió en un
rasgo esencial y requisito previo del idioma, aunque desde este punto de vista, se aceptaba naturalmente que el idioma real constituía una norma exEl lenguaje como gramática
plícita.
Ahora bien, sucede que el idioma no es exactaLos primeros intentos de estudiar el lenguaje no
mente idéntico en todos los textos con autoridad
se localizaron en un lugar concreto, sino que -inducidos por la situación reinante- surgieron en y, por consiguiente, que la gramática no sólo prescribe la norma sino que además precisa las diverdiversas culturas que se caracterizaban por un
RICS I I6/Jun. 14oX
242
gencias a que dan lugar contextos estrictamente
seleccionados. Así la gramática india, por ejemplo, trata de formas específicas que aparecen en
los himnos védicos; la gramática árabe, de los rasgos específicos y diferencias idiomáticas del C o rán y, concretamente, de la poesía preislámica clásica; la gramática hebrea, de la lengua aramea bíblica. La gramática griega avanzó aún m á s en esta
dirección, pues en la literatura griega clásica las
modalidades lingüísticas de los distintos géneros
difieren considerablemente entre sí. La gramática
griega ideó un nombre para esas diferencias, que
fueron denominadas dialecto. Así pues, dialecto
es originalmente un término gramatical que designa las diferencias existentes en el lenguaje literario, no las distintas formas del idioma vernáculo
utilizado, significado que adquirió posteriormente.
Bajo este entendimiento del lenguaje c o m o
gramática subyace la experiencia de su racionalidad. Si cabe expresar el lenguaje mediante reglas
objetivas y obligatorias, ¿no será, pues, su naturaleza no sólo objetiva sino además racional? ¿ N o
procederá acaso la objetividad e índole obligatoria del lenguaje correcto de su homología con el
pensamiento correcto? ¿ N o habrá una conexión
profunda entre el lenguaje correcto y el raciocinio? A estos interrogantes sobre y en torno a la
gramática no siempre se les dio una respuesta definitiva o concreta, pero fueron planteados cada
vez que se concibió el lenguaje c o m o normativo
gramaticalmente. Al principio, estuvieron íntimamente entreverados con lafilosofíaestoica, surgieron en los debates de la lingüística helenista
sobre el significado de la analogía y de la anomalía
en el lenguaje, se apoyaron en los preceptos lógicos de Aristóteles y de los aristotélicos, tanto en
la Antigüedad c o m o en la Edad Media, y acabaron por entremezclarse con la aparición y propagación del racionalismo cartesiano. Al establecer las reglas del lenguaje, los gramáticos
consideraban que perseguían leyes más profundas del pensamiento, aunque sólo fuese en términos generales.
Hacia la lingüística genética
Ya a comienzos del siglo xvm apuntó una forma
nueva de concebir el lenguaje. Al principio, parecía sencillamente un planteamiento inverso a los
anteriores. Se recogieron datos sobre el mayor número posible de idiomas. N o sólo se prescribió el
Radoslav Kaíicic
idioma correcto para textos autorizados, sino que
además se expusieron otras áreas lingüísticas y se
adujeron numerosos ejemplos que mostraban determinadas características de esas lenguas. Los
lingüistas no se limitaron a formular reglas, sino
que se dedicaron a recoger información. N o se
consagraron sólo a conservar y cultivar los valores
tradicionales, sino que además hicieron una aportación propia al conocimiento de la fascinadora
diversidad del m u n d o . N o sólo dictaron normas,
sino que además percibieron e incorporaron elementos hasta entonces pasados por alto. T o d o ello
reflejaba, sin duda alguna, una notable ampliación de perspectivas a todos los países y pueblos,
de una u otra forma: no había nada de lo que no se
pudiera aprender. Pero nadie reflexionó acerca de
la gramática, ni menos aún, se pusieron en tela de
juicio sus fundamentos. Antes bien, se convino en
que sería provechoso dotar de una gramática a todas las lenguas estudiadas. C o n todo, y aunque el
fenómeno pasó totalmente desapercibido, la gramática dejó gradualmente el terreno de la normativa y abordó el de la descripción, lo cual modificó
la concepción de en qué consiste realmente el lenguaje.
Llegó a ser patente que el lenguaje existe con
independencia de la gramática y, para un lingüista, dejó de ser imprescindible para estudiar una
lengua el conocerla realmente. Las investigaciones acerca de idiomas desconocidos se convirtieron en un punto de partida característico y en ocasiones no estaba claro si las informaciones que se
acopiaban y registraban correspondían a lo que se
denominaba lengua o a lo que se llamaba dialecto.
D e ese m o d o , el segundo término acabó por ser
utilizado con un nuevo significado para denotar
algo idéntico a la lengua, pero menos invididualizado e independiente.
La gran diversidad ante la que se vieron los
lingüistas planteó interrogantes en materia de tipología y clasificación, transformando a la lingüística, que pasó de consistir en técnicas y conocimientos gramaticales a ser una ciencia.
Ahora bien, el verdadero punto de inflexión
tuvo lugar cuando las ordenaciones y clasificaciones tipológicas pusieron de manifiesto una regularidad dinámica en medio de esa diversidad: la alteración de las lenguas a lo largo del tiempo. Se
descubrió que algunos idiomas eran formas anteriores o m á s evolucionadas de una misma base. El
cambio detectado en los idiomas no sólo los apartaba de la gramática en un sentido práctico sino
que, además, mediante la alteración observada.
Algunas cuestiones fundamentales en lingüistica
destruía sus reglas. Resultaba evidente, pues, que
las reglas gramaticales no representan la verdadera naturaleza del lenguaje y, por tanto, fácil de
comprender que los cambios lingüísticos revelan
la vida del lenguaje, con independencia de sus estructuras gramaticales. En lugar de tratar de descubrir las reglas gramaticales, se empezó a investigar las reglas que rigen la evolución de las lenguas.
U n a vez que se llegó a considerar al lenguaje
c o m o un organismo vivo, era natural confiar en
que cabría determinar, al igual que con respecto a
otros organismos, su juventud, madurez y vejez.
Las marcas tipológicas indicarían la edad de un
idioma, su evolución y decadencia, permitiendo,
además, formular juicios de valor. Pero resultó
que la analogía entre el lenguaje y los organismos
vivos, en que se basaban esas esperanzas, era excesiva. La lingüística no pudo descubrir las leyes
generales de evolución del lenguaje, aunque en
muchos casos característicos se determinaron con
seguridad las relaciones entre distintos idiomas
fundándose en sus orígenes. Sefijaroncon claridad diferentes grados de relación, trazándose las
conexiones entre distintas vías de evolución a
partir de una raíz ancestral c o m ú n . Todos los
idiomas siguen una vía propia de evolución a partir de su raíz ancestral. Dicha evolución, que se
distingue por cambios fonéticos, morfológicos y
sintácticos específicos, fue considerada la verdadera naturaleza del lenguaje, que, por lo tanto,
únicamente podía consistir en una genealogía. A
esta modalidad de la lingüística podríamos llamarla correctamente genética.
Mientras esto sucedía, la gramática no perdió
desde luego toda su importancia, pero cambiaron
el lugar que ocupaba y su significado. Y a no abarcaba ni todo el lenguaje ni su parte m á s fundamental, sino que se consideraba una descripción
de un estado dado del proceso permanente de
cambio, que sólo tenía significado relacionándolo
con otros estados procedentes de una m i s m a fuente pero que habían seguido una evolución distinta. Esta gramática también presuponía la genealogía; sólo dentro de ésta, y conforme a ésta, adquiría su verdadero valor. La propia genealogía se
basaba en el supuesto del hallazgo de las leyes fonéticas. Fundándose en las huellas dejadas por éstas en las lenguas, podía descubrirse con certeza la
orientación de la corriente temporal de la lengua,
determinando de ese m o d o las formas m á s nuevas
y las anteriores, así c o m o las que sostenían una
relación lateral. La esencia de un idioma dado se
243
determina, según esta escuela de pensamiento,
mediante esas relaciones derivadas de unos orígenes comunes.
También se atribuyó un nuevo significado a
los dialectos, nombre dado, según esto, al habla
popular orgánica en su forma m á s pura, sin referencia alguna al lenguaje literario y, en lo posible,
exenta de cualquier influencia de contactos lingüísticos y comunicaciones interdialectales. Los
dialectos pasaron a adquirir especial importancia,
por aparecer en ellos, en sus formas m á s evidentes, las repercusiones de las leyes fonéticas; representan la lengua y su relación con su origen y genealogía de la manera m á s rigurosa y directa. Sin
duda alguna, la lingüística genética estudia abundantemente los lenguajes literarios, pero lo hace
impulsada por la necesidad, pues los datos sobre
lenguajes literarios, que se aprenden y acumulan,
son siempre los m á s accesibles. El verdadero fundamento de su reflexión es el mosaico que, gracias
a una labor sostenida y a investigaciones minuciosas, proporciona la dialectología.
Ahora bien, la comprensión m á s ajustada de
los dialectos y de su distribución espacial, las relaciones de origen y parentesco descubiertas a partir
de las leyes fonéticas, en realidad se demostraban
con mayor claridad de lo que se concebían. La
estructura del tiempo lingüístico no se armonizaba fácilmente con la estructura del espacio lingüístico, o al menos no sin excepciones. D e ahí
que, además de los lingüistas dedicados a elaborar
clasificaciones genéticas de un idioma y sus dialectos, hubiera otros que, fundándose en las excepciones, pusieran en tela de juicio las bases de
tales clasificaciones.
Las innovaciones del siglo X X
La lingüística llegó al siglo xx preguntándose si las
leyes fonéticas sufrían excepciones o no, controversia que empeoró por el hecho de que el gran
edificio de la lingüística genética descansara en
unas bases teóricas m u y rudimentarias, que excluían una comprensión real de la índole e implicaciones teóricas de sus hipótesis. Los lingüistas,
pues, permanecieron desamparados durante largo
tiempo cuando se planteaban cuestiones de verificación. La lógica y validez de la clasificación genética, sin hacer referencia a determinadas cuestiones abiertas, a la incertidumbre y la indecisión,
eran evidentes, y los problemas con los que tropezaba la armonización de las relaciones temporales
244
Radoslav Katicic
Dos cuestiones fundamentales sobre lingüistica interpretadas por René Magritte (1898-1967).
Xrrdni III une de conversar ( 1 950)
I hi derecha La canción de amor ( 1948). sruivc DIIXU.MK-S pnujas
con los datos espaciales no permitían aceptar las
hipótesis en que se basaban c o m o puramente e m píricas, realidad incuestionable. Los lingüistas resolvieron a m e n u d o el dilema disociándose en
mayor o menor medida de las hipótesis teóricas
obligadas de la clasificación genética, aunque, por
su evidente conveniencia, seguían aplicándolas.
Naturalmente, los interrogantes teóricos quedaron sin resolver y en torno a la lingüística genética
se produjo un sentimiento permanente de incomodidad e insatisfacción.
A ú n no está claro si las leyes fonéticas son un
postulado en el que se basan los criterios del parentesco lingüístico genético o simplemente la
descripción de la realidad estadísticamente verificable de todas las innovaciones fonéticas que. en
el decurso del tiempo, cabe determinar en una
lengua. Sostienen con éstas la misma relación que.
por ejemplo, en la física, un péndulo ideal con respecto a las oscilaciones que se producen en la rea-
lidad. Pero no se llegó a entender que así estaban
las cosas, por haber evitado plantear importantes
preguntas y formular respuestas aplicando esquem a s rígidos de lingüística comparada en nombre
de la flexible vitalidad de los materiales y del terreno lingüísticos. Perjudicó a la lingüística el que
los notables resultados de las investigaciones de
genética comparada no fueran seguidos de una
mayor conciencia teórica de sus hipótesis.
N o cabe duda de que la búsqueda de una salida a este terreno estéril ha abierto grandes perspectivas a la teoría lingüística que, a m i juicio,
habrán de caracterizar m u y positivamente a la
lingüística del siglo xx. Está demostrado que a D e
Saussure le animaba fundamentalmente su interés por los aspectos históricos y culturales del lenguaje. Su obra teórica pretendía fundar esas investigaciones en una base y en unos cimientos seguros y firmes, pero los resultados de su labor no
coincidieron con sus intenciones personales. Se
. ilgiinas cuestiones fundamentales en lingüistica
convirtió en el padre fundador de la lingüística
descriptiva \ sincrónica que. en el m o m e n t o de su
aparición, mostró una notable despreocupación
por los aspectos históricos v culturales del lenguaje. Alzó el estandarte de la contemporaneidad > el
uso práctico, dejando completamente de lado la
concepción v orientación de su fundador, quien
murió joven v fue considerado u n a autoridad en
materia de lingüistica, pero no p u d o participar en
los debates ni en la evolución que estimulo su labor teórica precursora.
La lingüistica histórica no aprovechó los cimientos teóricos q u e D e Saussure pretendía darle.
N o p u d o responder a sus propios interrogantes
esenciales, v la lingüística descriptiva > sincrónica
combatió por su propia identidad v lugar, sabedora de que era arrastrada por una ola de la corriente
principal de la época. L o hizo con naturalidad >
franqueza en Estados U n i d o s de América, mientras q u e en Europa consistía en una mezcla de íco-
245
noclastia v malicia. Entonces, se hizo patente que
la oposición entre la sincronía v la diacronia en la
lingüística procedía únicamente de la siguiente
pregunta: ¿cabría que u n lingüista que n o conociera el latín, el griego, el sánscrito, el gótico o el antiguo eslavo alcanzase los m á x i m o s honores universitarios? C u a n d o se demostró claramente que sí
podía, la controversia se despejó v desapareció la
div isión entre la sincronia v la diacronia en la lingüística. Esta podía ocuparse de n u e v o de las
cuestiones fundamentales.
El estructuralismo
y m á s allá de sus limites
La lingüistica descriptiva había demostrado sin
lugar a dudas no sólo q u e los orígenes v antecedentes de los idiomas son problemas científicos
serios, sino a d e m á s q u e la propia descripción m e -
246
Rucloslav Küluic
rece por lo menos igual atención. N o resultaba fálos debates de los partidarios de la gramática gecil asentarla en unos cimientos teóricos sólidos.
nerativa. A nosotros nos falta distancia y perspecLos intentos por lograrlo fueron denominados estiva histórica para hacerlo. Las teorías acerca de
tructuralismo, pues, al igual que en todas las esla realidad psicológica de la descripción generaticuelas de pensamiento, se concibió y describió el
va y su determinación genética no han hallado
lenguaje c o m o una estructura. El funcionalismo
aún un soporte válido ni resultan m á s convincende la escuela de Praga y el distribucionismo de la tes por m u c h o que se repitan, en tanto que un sisescuela norteamericana están, pese a todas sus
tema que establece sólidamente un número infinicontradicciones, emparentados por su pragmatisto de posibilidades no resulta menos cerrado que
m o . El intento glosemático de elaborar un álgebra
otro que establezca, de m o d o similar, un número
lingüística descriptiva difiere de aquél y se aparta
finito de posibilidades y, por lo tanto, no pueda
aún m á s de lo que la lingüística consideraba su
ser considerado un sistema de dinámica creadora.
principal finalidad, pero ahonda incomparablePero esto no debe ocultar el hecho de que la escuemente m á s en la comprensión de sus cuestiones
la generativa ha alcanzado un nuevo nivel de la
esenciales. D e ese m o d o , empezó a entenderse el
lingüística descriptiva y de que ofrece perspectilenguaje c o m o el conjunto de relaciones que de- vas para superar considerablemente a sus primeterminan el sistema que atiende a la comunicaros grandes teóricos y dominar una descripción
ción por conducto del habla. Se denomina dialec- lingüística integrada en un plano m á s concreto de
to a cada variable de ese sistema e ¡dialecto a los
lo que pensaban sus fundadores.
dialectos personales de los distintos hablantes.
T u v o una importancia capital el que la lingüísLa descripción requería rigor, pero cuanta m á s
tica generativa se ocupara firmemente, e incluso
coherencia e intransigencia alcanzaba, m á s se le
en ocasiones con temeridad, de aspectos de las reescapaba el rigor, lo que ponía asimismo en tela laciones entre la gramática y el léxico que ponían
de juicio la posible validez de la labor lingüística.
inmediatamente de manifiesto que las cosas no
La lingüística descriptiva, pese a sus logros y al
son tan sencillas c o m o parecen en modelos teórireconocimiento obtenido, seguía sin responder a
cos de m á s amplio alcance. A este respecto, la eslas cuestiones de mayor importancia que plantea
cuela generativa incluyó también la semántica en
su método de trabajo.
su descripción integrada del lenguaje, con lo que
al cabo de poco resultó evidente que no podía
Aparecieron respuestas inéditas en Estados
ocupar un lugar secundario en esta descripción.
Unidos de América, donde únicamente podían
adoptar la forma de una crítica del distribucionisLa lingüística generativa ha producido algum o , cuyas pretensiones teóricas y expectativas
nos resultados de importancia, aunque no es de
pragmáticas eran elevadas. D e ahí que toda crítim e n o s importancia el impulso que ha dado a inca fuese forzosamente radical. La transformación
vestigaciones ulteriores, al plantear cuestiones de
surgió, así pues, c o m o una negación violenta de la
teoría descriptiva con mayor adecuación > rigor
distribución: se demostró que. registrando la disque cualquiera otra metodología teórica anterior,
tribución de segmentos textuales, n o era posible
por lo que representa un estímulo positivo para
llegar a una descripción que tuviese sentido y fueaquellos lingüistas que - a nuestrojuicio. sin justise satisfactoria. C o n ello se resolvía una de
ficación alguna- aún la siguen rechazando \ se
las cuestiones fundamentales de la lingüística
e m p e ñ a n en prescindir de ella, adoptando planteórica.
teamientos m á s conservadores de la descripción
lingüística.
Pero la lingüística transformacional apuntaba
m á s lejos. Pretendía ser expresión de un conocimiento sobre la naturaleza del lenguaje, su núcleo
creador y fundamentos psíquicos en la sustancia
hereditaria de los genes humanos. El lenguaje aparecía de ese m o d o c o m o una facultad heredada
por los humanos, u n rasgo esencial que dota de
posibilidades de expresión infinita a un organism o finito.
Puede que en el futuro los historiadores de la
cultura y los sociólogos de la ciencia puedan explicar los juicios excluyentes y la intransigencia en
A u n q u e los teóricos generati\ os se siguen considerando en lo fundamental críticos de sus antecesores estructuralistas. es e\ idente que la lingüística descriptiva, al introducir el modelo generativo, no ha modificado su paradigma fundamental.
Observando sus resultados. ad\ertimos que la
gramática generativa es sencillamente un estructuralismo mejor y. en lo que respecta a los análisis
concretos, más global, pero que no constitu>e. en
m o d o alguno, un postestructuralismo.
El postestructuralismo ha sido últimamente
Algunas cuestiones fundamentales en lingüística
objeto de debates en distintos contextos. D e ser
cierta su existencia, es m á s patente en la insatisfacción que suscita la percepción del fenómeno
lingüístico inaugurada por el estructuralismo que
en cualquier elaboración teórica pensada para
sustituir al estructuralismo. Es c o m o si estuviésem o s asistiendo a una repetición de lo sucedido en
torno al descubrimiento de las leyes fonéticas, si
bien actualmente las cuestiones e hipótesis de orden teórico están incomparablemente m á s claras.
Se ha considerado fundadamente que la teoría
descriptiva estructuralista es demasiado selectiva
al elegir los datos que considera satisfactorios de
la panoplia de la realidad lingüística. Sus fundadores eran conscientes de esta situación, pero buscaban únicamente una base firme que permitiera
incluir conjuntos cada vez más amplios de datos
en el debate. Ahora bien, las cuestiones fundamentales resultaron tan difíciles y enmarañadas
que, a lo largo de decenios, absorbieron totalmente la atención y energías de los investigadores. En
un período que tendía justamente a este tipo de
planteamiento reduccionista, la lingüística no se
apartó apenas de su punto de partida. La insatisfacción e impaciencia ante este estado de cosas
pueden constituir un útil impulso para superarlo,
a condición de no prescindir de la jerarquía de
criterios y de no extenderse desmesuradamente a
costa de un rigor metódico ya establecido. Pues
semejante retorno a la mera aplicación del sentido
c o m ú n es un paso atrás explícito en el camino de
la ciencia.
La creatividad, el entreveramiento dinámico
del habla y de su sistema lingüístico, la aprehensión y la apropiación de la realidad, y las actividades sociales, la enfermedad y el proceso de cura
son los aspectos que interesan fundamentalmente
a una lingüística que no se limita a los marcos
restringidos de los interrogantes iniciales de la
teoría descriptiva estructuralista, a las leyes fonéticas o a las isoglosas trazadas en los mapas lingüísticos. La lingüística se orienta sin duda alguna
hacia esas direcciones, en la medida en que la búsqueda de innovaciones habrá de fertilizar los resultados alcanzados hasta la fecha.
El lenguaje c o m o estilización
La idea de que el fenómeno lingüístico posee un
aspecto que no debería olvidarse simplemente
porque la gramática tradicional se centraba en él
va abriéndose paso lentamente. Y a no cabe igno-
247
rar que el lenguaje es u n valor cultural y no el m e nos importante. La lingüística debe admitir que
su ámbito de estudio son las esferas subjetiva,
emocional y estética. H o y en día, empero, no puede hacerse mediante instrumentos normativos, y
m e n o s aún agotarse en ellos. C o m p r e n d e la historia, no en el sentido de detectar el tiempo lingüístico a partir de los cambios acaecidos, sino en el
sentido de plantear la expresión lingüística en el
marco de la historia social y cultural c o m o elemento esencial. La lengua no es sólo una realidad
cambiante; no es sólo un medio de información y
comunicación; no es sólo acción en las esferas inseparables y dinámicamente contradictorias de la
comprensión, el dominio y las modificaciones de
la realidad, sino que además es siempre una estilización. D e ahí que sea inseparable de la literatura
y que el lenguaje literario no sea un discurso distinto que, por su empleo específico, se convierte
en tema de la lingüística (como durante m u c h o
tiempo se pensó), sino que ocupe un lugar central.
Si el lenguaje es una estilización, debemos partir del principio de la indecisión acerca del problem a de qué expresa con mayor adecuación el lenguaje. La lingüística procede, en tal caso, de la espontaneidad lingüística y de la confianza en sí
m i s m o del hablante nativo. Pero se trata de un
planteamiento unilateral que pasa por alto un aspecto igualmente importante de la realidad: la inseguridad lingüística del hablante nativo, sus esfuerzos decididos por expresar lo que desea decir,
que también forma parte de su experiencia cotidiana.
Todos padecemos angustia al emplear una lengua, así c o m o en otras ocasiones podemos sentirnos m u y a gusto, y no hay idioma, por familiar
que sea. en el que no haya que combatir por la
expresión. En ese combate se forma y sefijareiteradamente la lengua. El hablante no sólo elige entre las posibilidades a su disposición sino que, en
cierta medida, conforma y redefine siempre su
propio lenguaje. En ese esfuerzo creador descubrim o s la creatividad lingüística en una forma que la
lingüística descriptiva, por partir únicamente del
lenguaje considerado c o m o una base estrictamente determinada, no puede aprehender.
El acto creativo mediante el cual se supera el
desasosiego al inicio de una conversación, cuando
es preciso aliviar la rigidez de la expresión; en la
tribuna, cuando se produce un silencio y todas las
miradas están pendientes de quién va a hablar; la
angustia ante la hoja de papel en blanco en la que
248
hay que escribir letras, palabras y frases, todos
esos actos de creación no pueden permanecer para siempre m á s allá de los fundamentos empíricos
de una teoría lingüística sólida.
Este tipo de razonamiento subraya la importancia de los modelos para el lenguaje. N o se pueden superar creativamente las barreras que se
oponen a la expresión sin orientarse a ejemplo de
quienes, según el consenso de la comunidad de un
idioma concreto a la que pertenecen, establecieron con éxito modelos para distintas situaciones:
conversaciones, enseñanza y conferencias, emisiones de radio y televisión, cartas, diarios, libros
especializados, debates y obras literarias. Las
fronteras no están perfectamente delimitadas y se
pueden aplicar ampliamente modelos extraídos
de la conversación o la literatura. L a lingüística
fracasa si la literatura, y especialmente los textos
fundamentales de la vida cultural de una comunidad y de la formación de sus miembros, son mar-
RadosluY KuliCic
ginados en un proceso de descripción lingüística
simplemente por hallarse algo alejados de la espontaneidad lingüística de los hablantes nativos.
En realidad, es justamente porque difieren en alguna medida por lo que esos textos tienen especial
importancia para orientarse cuando se impone estilizar una expresión para la que no basta la espontaneidad lingüística.
La lengua, entendida c o m o estilización, en su
núcleo m i s m o y no sólo en un aspecto concreto, es
indivisible de la literatura: su historia es parte inseparable de ella. N o se puede romper esa conexión
citando leyes fonéticas y genealogías, ni relaciones
y correlaciones en el seno de un sistema que funciona c o m o medio de comunicación. La conexión
es por sí m i s m a un fenómeno que, en la realidad
lingüística, no está menos presente ni es m e n o s
fundamental que los fenómenos formalizados.
Traducido del inglés
Transmisión cultural
y adaptación
L . Luca Cavalli-Sforza
La facultad de acumular conocimientos gracias a grupos sociales (de muchos transmisores a un solo
los medios culturales, esto es, mediante el inter- receptor), horizontal (como una «infección», bacambio de información entre las personas de una sada en el contacto entre un «infectado» y una
persona que puede serlo), y de maestro o líder somisma generación y a lo largo de las generaciones,
es un poderoso mecanismo de adaptación a las cial a estudiantes o seguidores (un transmisor a
muchos receptores), incluyendo, c o m o forma exnuevas situaciones. A ese fenómeno se le puede
trema, a los grandes medios de comunicación. Los
denominar adaptación cultural y sus propiedades
están entre las de la adaptaciónfisiológica,en la dos primeros mecanismos son sumamente conservadores; los dos últimos permiten o empujan
que participa el individuo, y las de la adaptación
hacia un rápido cambio cultural. El mecanismo
genética, en la que participa toda la población.
que haya de prevalecer deEsta puede ser prácticamenpenderá en gran medida del
te tan rápida c o m o la primetipo de sociedades y rasgos
ra y se presenta de manera siL. Luca Cavalli-Sforza comienza su carrera
científica en Italia ( 1944). En la actualidad es
que se examinen. E n las somultánea, en respuesta a esprofesor v presidente del departamento de
ciedades tradicionales, la
tímulos externos, en todos
Genética de la Escuela de Medicina de la
transmisión
vertical tiende a
los individuos que forman
Universidad de Stanford. California. E E . U U .
desempeñar, y con m u c h o , el
una población o dan prueba
Está interesado en la investigación sobre genética humana y la evolución cultural. Entre
papel principal, perdiendo
de una inercia casi tan gransus numerosas publicaciones están: Cultural
relativa importancia con la
de c o m o la de la evolución
Transmission and Evolution. A Quantitative
transición
a la sociedad m o genética. Esta flexibilidad
Approach (con M . W . Feldman, 1981) y The
derna, en la que tienden a
satisface la necesidad de no
Seolühic Transition und the Geneins ot Populations in Europe (eon A . A m m e r m a n . 1984).
dominar los mecanismos caalterar las adaptaciones espaces de impulsar un cambio
pecíficas que sean favorables
m á s rápido. Por consiguieny de que haya otras que pueden cambiar de ser necesario
te cabe esperar, además de
o útil. Requiere claramente
observar, un aumento contiunos mecanismos oportunos de transferencia de
nuo del cambio cultural medio. La evolución culla información entre las personas de la misma getural es cada vez m á s rápida, aunque catástrofes
neración o de generaciones diferentes (transmiocasionales pueden detener la tendencia y dar
sión cultural). El análisis de estos mecanismos demarcha atrás, c o m o sucedió en Europa al comienbe ofrecer indicaciones sobre las propiedades dizo de la Edad Media.
námicas de adaptación cultural y, en particular,
La cultura puede ser considerada c o m o una
ayudar a entender por qué se producen o no se adaptación favorecida por la selección natural, en
producen cambios rápidos en algunos rasgos o sis- el sentido de que las ventajas de la cultura han
temas culturales de determinadas sociedades y en favorecido el desarrollo de estructuras neurológiciertos momentos.
cas que hacen posible nuevos cambios culturales.
Resumiré cuatro mecanismos de transmisión
cultural: vertical (de padre a hijo), presión de los
RICS 116/Jun. 1988
La cultura permite la extensión de las soluciones
previstas a problemas que afectan a una pobla-
250
ción, sin tener que aguardar la posibilidad de m u taciones espontáneas favorables y la subsiguiente
selección natural. La adaptación cultural incluye
la herencia de características adquiridas; sin e m bargo, los mecanismos de adaptación, ya sean culturales o biológicos, no son perfectos. A d e m á s , de
m o d o análogo a lo que sucede en biología, es con
frecuencia m u y difícil entender cuándo el cambio
cultural es realmente adaptable, pese a suponer
que lo es. A m e n u d o es difícil percibir c ó m o y
para quién es ventajoso el cambio. Conflictos entre las ventajas culturales y biológicas son también posibles, debido a que no hay identidad perfecta entre los objetivos de la selección natural y
cultural.
C o n el presente artículo se pretende poner al
día con ejemplos v consideraciones recientes el
texto titulado Cultural Tmnsmnsii»i and IWolulion (1981). escrito por el autor en colaboración
con Marc Feldman en el que muchos de los conceptos que se resumen han sido estudiados de m a nera m á s completa v cuantitativa.
Adaptación fisiológica,
genética y cultural
Los organismos \ iv ientes se adaptan de diferentes
maneras, aunque es importante distinguir entre la
adaptación de un individuo > la adaptación de
una población. Los individuos pueden adaptarse
a los cambios ambientales gracias a mecanismos
de reacción contenidos en sus células que suministran determinadas funciones cuando asi procede, con lo que se crea generalmente el organismo
necesario a las mismas bajo la dirección del A D N .
C u a n d o deja de manifestarse dicha necesidad, el
organismo se destru>e. Las adaptaciones mas comunes implican la producción de las enzimas necesarias para metabolizar algunos substratos, generalmente nutrililos. Lsas en/imas solo se producen cuando ha> un substrato especifico. Otras
adaptaciones implican la producción de en/imas
capaces de fabricar unas substancias que solo son
necesarias para la célula cuando no pueden obtenerse de fuentes externas. D e este m o d o , dichos
mecanismos hacen que la célula o el organismo
indiv idual se adapten rapidamente a un sinnúmero de circunstancias v ambientes diferentes, aunque conservan el contenido de la célula normal
simple limitado a las necesidades presentes. Algunos de estos mecanismos fundamentales han sido
L. Laca Cavalli-Sforza
m u y bien definidos por la investigación biológica
moderna.
Otras adaptaciones individuales, y por lo general de mayor complejidad, implican la reacción
a los estímulos de determinados tejidos, órganos u
organismos completos. Entre esas adaptaciones
cabe mencionar el bronceado de la piel, estimulado por la radiación ultravioleta, cuya misión es
proteger las capas m á s profundas de la piel de
unas dosis mayores de radiación cuya longitud de
onda es similar: la reacción «choque al calor» a
m á s altas temperaturas que producen una serie de
proteínas, por lo general no fabricadas; y otros
muchos ejemplos de mecanismos reguladores, entre los que citaremos los neuroendocrinos. responsables de la termorregulación. el hambre, la
saciedad, etc. Las adaptacionesfisiológicasson
componentes del sistema homeostático \ garanti-,
/an el funcionamiento normal del individuo en
una serie de parámetros ambientales, sistema sum a m e n t e variado > complejo de cada organismo.
C u a n d o se alcanzan los extremos del c a m p o a m biental de uno o m á s de estos parámetros, hay individuos que dejan de funcionar, mientras que
hav otros más resistentes a las condiciones de tensión extrema > que pueden seguir viviendo > reproduciéndose. Si la resistencia a la presión fuera
heredada, v cuando esa presión se prosigue, sera
la población v no ya el individuo quien mejor se
adapte, lo que significa que será mavor la proporción de individuos del tipo resistente. Estos c a m bios de población se observan a m e n u d o a nivel
genético cuando pueden identificarse los genes
que interv icnen en la reacción, c o m o es el caso de
los genes que determinan la resistencia a la malaria en los seres h u m a n o s . La adaptación que interviene a nivel de la población mediante la selección natural en favor de los tipos mejor preparados físicamente es genética, para distinguirla de la
adaptación fisiológica a nivel individual.
El tercer tipo de adaptación es la cultural, distinta de la adaptación genética v lafisiológica,v
que puede ser tanto individual c o m o social. T a parse la cabe/a cuando el sol es intenso es un
ejemplo. N o molestar a las v íboras. es otro. Mirar
a la izquierda para ver si vienen autos antes de
bajarse en la curv a es también cuestión de adaptación. Pero mientras que un habitante del desierto
no necesita conocer las normas del tráfico para los
peatones urbanos, un habitante de la ciudad no
necesita tener conocimientos sobre las víboras o
el calor intenso: v los habitantes de Gran Bretaña
deben seguir reglas distintas para cruzar las calles.
Transmisión cultural y adaptación
251
Otras normas de comportamiento tienen una validez m á s universal; algunas son m á s sutiles. La
mayoría de esas reglas se aprenden, por lo general,
en la infancia y todas juntas aumentan enormemente nuestras posibilidades de poder cumplir
nuestras esperanzas biológicas de alcanzar la edad
adulta y reproducirnos. Algunas de estas normas
han de ser inventadas, ya sea por una necesidad
particular que no se había producido nunca anteriormente, o reinventadas, si no hay nadie en torno nuestro para enseñarlas a algunos individuos.
Los ejemplos de normas de comportamientos que
acabamos de mencionar no son necesariamente
interesantes para los antropólogos: sin embargo,
tienen gran importancia para la vida de cada día.
Ese m i s m o tipo de pensamiento puede extenderse
a gran número de aptitudes h u m a n a s y no h u m a nas, en general, a toda clase de actividades, c o m o ,
por ejemplo, la fabricación de herramientas, la comunicación intra e interespecífica, el comportamiento social y sexual, por no mencionar m á s que
unos pocos de los m á s importantes, que son de
gran interés para los antropólogos. L'n individuo
puede poseer aptitudes inherentes (innatas o «instintivas») para una particular actividad: pero, en
general, incluso si una importante habilidad innata para determinadas aptitudes nos permite potencialmente sobrevivir sin necesidad de aprender de la experiencia de otros, sigue siendo importante, aunque no esencial, recibir la enseñanza
adecuada a la debida edad. Los gatos tienen instintos útiles que les hacen comprender fácilmente
c ó m o acercarse cautelosamente, abalanzarse sobre su presa v matarla, por no mencionar otras
muchas habilidades de la vida animal, aunque es
U n dibujo de Darwin, en I lie liorna, 1871. nx-rechos reposible que una amplia instrucción maternal auSlTV Jilos |
mente considerablemente la posibilidad de superv iv encía de los gatos domésticos si se vieran forla transmisión culturales, y sería superficial exazados a convertirse en sálvales.
minar una sin considerar la otra. D e los tres tipos
Si aprender de los padres o de otros miembros de adaptación mencionados, la adaptación fisiodel grupo es beneficioso, la adaptación resultante lógica es la m á s rápida y puede operar en minutos,
podrá denominarse cultural. Es evidente que tan- horas, días. E n todo caso, no puede ser m á s larga
to nosotros c o m o otros m u c h o s animales h e m o s que la vida del individuo, dado que es u n atributo
sido dotados de la capacidad de aprender. Aquí, de la persona. El estado adaptado no se transmite
nosotros estamos interesados en particular en el c o m o tal a ¡a progenie, sino que sólo se transmite
aprendizaje de otros. Esta capacidad se ve amplia- la capacidad de adaptarse a través de las generamente desarrollada por la posibilidad de una co- ciones.
municación eficiente, aunque m u c h a instrucción
N o se conoce hasta hoy ningún rasgo biológico
llega también a los h u m a n o s por la simple obser- de transmisión lamarekiana, incluso si el descuvación. Aprender de otros individuos, relaciona- brimiento de transcripciones inversas lo hace p o dos o no biológicamente con nosotros, es la esen- sible en principio y si se conocen retrovirus que
cia de la transmisión cultural. Por consiguiente, intervienen en los cromosomas. Por contraste, la
existe una estrecha relación entre la adaptación y adaptación genética interviene a lo largo de gene-
252
raciones. Podríamos calcular la duración de una
adaptación genética si conociéramos la presión de
selección sobre los genotipos que intervienen en
ella. Tan sólo podemos medir satisfactoriamente
coeficientes de selección que dependen de la relativa capacidad darwiniana de los diferentes genotipos cuando son amplios y, por consiguiente, determinan un cambio evolutivo rápido. Pero esto
es relativamente raro. En realidad, es justo decir
que la mayoría de los coeficientes de selección son
demasiado pequeños para poder ser medidos y
que la mayoría de los procesos de sustitución evolutiva son extremadamente lentos. Por término
medio, para que intervenga un cambio sustancial
en las frecuencias de genes, son necesarios más de
diez mil años y quizás hasta cien mil. U n defecto
grave de la sociobiología es la afirmación expuesta por E . O . Wilson de que la evolución sustancial
de las frecuencias de genes humanos puede producirse típicamente en un período de mil años. Esto
puede ser verdad en lo que respecta a rasgos típicos de la selección natural en las hormigas; en los
humanos, sólo se logra con una selección m u y
fuerte y es raro. Naturalmente, el tiempo necesario dependerá del grado de cambio en la frecuencia de genes.
U n a definición m u y conservadora de la substitución de genes es la transición del 10 al 90 por
ciento de la frecuencia de genes en un alelo favorable, lo que necesitará unos diez mil años con un
coeficiente de selección del 1 %; B o d m e r y Cavalli-Sforza (1976) dan a este problema un trato elemental.
Nosotros no disponemos de m u c h a información sobre la distribución de la frecuencia de los
coeficientes de selección, pero estimamos que es
probable que el 1% sea bastante elevado. El tiempo de evolución será casi el doble cuando se trate
del procesamiento del 1 al 99 % de frecuencia de
genes. Cuando se quieren seleccionar rasgos neutrales, los tiempos de evolución son de cientos a
miles de veces m á s largos.
Comparada la adaptaciónfisiológicay genética, la adaptación cultural es de proporción intermedia; puede tener lugar durante la vida de un
individuo, aunque por lo general sea más larga
antes de la mitad o, cuando menos, en buena parte del conjunto de cambios de la población adulta.
A d e m á s , la adaptación cultural puede compartir
algunas de las propiedades de las adaptaciones fisiológica y genética, ya que puede ser m u y rápida
en lo tocante a algunos rasgos y ciertas condiciones, aunque sumamente conservadora en otros.
L. Luca Cavalli-Sforza
Fenómenos culturales
bien preservados
Los ejemplos de fenómenos culturales s u m a m e n te preservados son m u y diversos y fascinantes. En
el Oriente Próximo, las casas contemporáneas
construidas de arcilla ayudan a los arqueólogos a
comprender c ó m o los primeros agricultores de la
Media Luna Feraz construían sus casas hace nueve mil años. Naturalmente, ha habido cambios a
lo largo de los milenios, pero la concepción básica
sigue siendo similar. Probablemente, algunas de
las ceremonias y de los ritos son extremadamente
antiguos. La conservación de las costumbres y los
valores religiosos es m u y elevada. La mayor parte
de las religiones existentes en la actualidad tienen
miles de años y muchos de sus cambios sólo son
superficiales. Los idiomas evolucionan, algunas
veces de manera tan rápida que en el transcurso
de unas pocas generaciones pueden llegar a verse
parcial o completamente sustituidos, aunque por
lo general m u c h o m á s lentamente, convirtiéndose
en lo suficientemente diferentes c o m o para dejar
de ser comprendidos al cabo de varios miles de
años (orden de magnitud). Este es un buen espacio de tiempo si se compara con la vida de las
especies o con los caracteres biológicos, aunque
sea aún m u y largo comparado con las modas y
otros fenómenos culturales transcendentes.
M u c h a s instituciones y costumbres se han
conservado enormemente, en particular las relativas a la estructura familiar y a las reglas de parentesco. Esto se investigó en un estudio sobre el
Africa subsahariana, sirviéndose del Atlas de
Murdock. Casi todos los rasgos culturales examinados estaban geográficamente agrupados (Guglielmino-Matessi et al., 1983) y reflejaban probablemente la adaptación a un medio ambiente determinado, o la difusión de una innovación de los
vecinos, o la diseminación de un rasgo o sistema
de rasgos culturales unido a las personas que emigraban atravesando el continente (fig. 1).
Estas tres hipótesis podrían distinguirse si la
historia de esos pueblos fuera suficientemente
bien conocida, pero esto ocurre raramente en
Africa. Sin embargo, existe la posibilidad de efectuar un ensayo indirecto poniendo en relación los
rasgos culturales con las características ambientales y con marcadores de la historia de las migraciones de población, que fueron, c o m o es sabido,
m u y considerables, en los últimos dos mil o tres
mil años especialmente en Africa Central y Meridional. Para llevar a cabo este segundo objetivo
Transmisión
cultural y
253
adaptación
hemos utilizado la similitud lingüística; incluso
si, por término medio, en el transcurso de un m i lenio el lenguaje se cambia en otro mutuamente
incomprensible, la similitud de ambos lenguajes
puede trazarse a lo largo de extensos periodos.
Aunque no perfecto - d a d o que, por las presiones
políticas, los lenguajes pueden cambiar y ser substituidos- es éste un buen marcador para seguir los
movimientos de la población. E n algunos casos,
los genes pueden ser el mejor marcador, aunque la
información genética disponible en Africa no sea
realmente suficiente para este objetivo.
En casi todos los rasgos culturales que guardan
relación con la familia y el parentesco observamos
una alta correlación con el lenguaje, aunque no
con el medio ambiente, lo que nos muestra que
esos rasgos son altamente preservados durante las
migraciones de los pueblos considerados.
Existen también otros rasgos estrechamente
relacionados con el lenguaje, y otros relacionados
con el lenguaje y con el medio ambiente. Los rasgos relacionados con el medio ambiente, solos o
combinados con el lenguaje, tienen por lo general
una clara importancia adaptativa. Son pocos los
rasgos que no tienen correlación con el lenguaje o
con el medio. Las innovaciones que parecen hallarse ampliamente agrupadas desde el punto de
vista geográfico son las innovaciones que se extienden de vecino a vecino c o m o si se tratara de
una epidemia.
Historia del asentamiento
Subáreas
Rasgos culturales
5
x
1
x
Medio ambiente
Discriminación cultural de la innovación
FionKA, 1. El número de líneas representa la descendencia genética de poblaciones
individuales a partir de poblaciones ancestrales comunes.
4
Y
; 2
Y X
L. Luca Cavalli-Sforza
254
En el cuadro I se resumen estas observaciones.
A m i parecer es m u y interesante que los rasgos
relativos a la familia y al parentesco estén m u c h o
m á s relacionados con el lenguaje y que, por consiguiente, se hallen m u c h o m á s preservados; m á s
tarde examinaremos la posible explicación de este
fenómeno.
El cuadro 1 representa el n ú m e r o de rasgos cuya correlación es significativa (en p=.001) con el
idioma (tercera columna) o con la ecología (cuarta
columna), entre el total de rasgos examinados (segunda columna), o donde los porcentajes correspondientes aparecen entre paréntesis. Se analiza
la correlación mediante la contingencia de x2. Por
ejemplo, de 13 rasgos relativos a la familia y a las
relaciones de parentesco, 10 se han correlacionado con el grupo de idiomas y ninguno con la ecología.
C U A D R O I. Correlaciones entre los rasgos culturales y el
idioma o la ecología
La cuestión fundamental consiste en saber por
qué la transmisión cultural de u n a generación a
otra parece ser en algunos casos perfectamente
conservadora, mientras que en otros permite u n
cambio rápido.
Evidentemente debemos buscar m á s a fondo
mecanismo cultural bien sintonizado pueda fallar. Por ejemplo, el rápido descenso de la mortalidad en este siglo no va acompañado de una rápida
disminución de la fertilidad y, por consiguiente,
nuestra especie h u m a n a está expuesta a una grave
crisis de superpoblación.
Rasgos
De familia y parentesco
Socioeconómicos
Num.
de
Correlaciones con
rasgos grupo idiomas ecología
13
16
10(77%)
7(44%)
0 (0%)
6(37%)
5
6
4(80%)
0 (0%)
3(60%)
0 (0 %)
Construcción de
viviendas
Varios
en los mecanismos de la transmisión cultural que
pueden ser la clave de estos tipos de cambio.
Quizá valga la pena tener presente que ni la
adaptación biológica ni la adaptación cultural son
perfectas. La adaptación cultural es posible en los
La flexibilidad
organismos vivientes delegando muchas de las decisiones en un sistema analítico que considere el
d e la transmisión cultural
pro y el contra de todas las opciones culturales
Está claro que la transmisión cultural es capaz de con arreglo a criterios que son análogos, pero no
ambas cosas, la conservación y el cambio rápido, idénticos, a los criterios darwinianos de supervilo que la distingue de los otros dos tipos de adap- vencia y de reproducción. Entre los seres h u m a tación. El cambio rápido de algunos rasgos es tan nos, casi todas las decisiones se hacen de manera
c o m ú n que no intentaré citar ejemplos; cualquie- analítica, incluso cuando no son necesariamente
ra que haya observado el proceso de aculturación conscientes. Ese dispositivo analítico se encuende las sociedades tradicionales podrá comprobar tra en algún lugar del cerebro; indudablemente su
a la vez la conservación y el cambio rápido. R o - evolución se vio favorecida por la selección natugando que se m e excuse la simplificación, añadiré ral a través del mecanismo de ensayo y error y,
que cabe dar por supuesta esa flexibilidad. Sólo c o m o todos los mecanismos biológicos, no es perasí la cultura servirá el objetivo de permitir una fecto. François Jacob explicó de manera elegante
rápida adaptación a las diversas condiciones de la torpeza de los mecanismos biológicos al hablai
vida, sin crear una inestabilidad caótica en todos de la naturaleza c o m o de algo «chapucero». Natulos fenómenos culturales. La inestabilidad c o m - ralmente, después de billones de años de constanpleta puede comprometer las adaptaciones cultu- tes experimentos, los mecanismos actuales tienen
rales en vez de ayudar a mantenerlas. Superficial- una tasa de error m u y baja, gracias a los numeromente puede parecer que esta flexibilidad es una sos controles y contracontroles y a la multiplicisimple consecuencia de la cultura heredada de dad de mecanismos reguladores orientados hacia
manera lamarekiana mediante la transmisión de fines similares. La cumbre de la complejidad y
los caracteres adquiridos, aunque esto no sea sufi- sintonización exacta quizá sea la lograda por el
ciente para explicar la dinámica de la adaptación sistema de inmunidad, que presenta también gracultural y, en particular, la flexibilidad que permi- ves errores (por ejemplo, las enfermedades aute toda la g a m a existente entre el conservaduris- toinmunes).
m o extremo y el cambio tan rápido.
D e manera análoga, no es sorprendente que un
Transmisión cultural y adaptación
255
U n poblado pigmeo, en el Zaire, u. NiKson/Rapho >
La transmisión cultural
y sus consecuencias evolutivas
Al analizar los mecanismos de transmisión cultural y sus consecuencias evolutivas (L. CavalliSforza y Feldman, 1981) h e m o s considerado útil
distinguir cuatro m e c a n i s m o s principales d e
transmisión, a saber:
1) de padres a hijos (vertical);
2) entre personas n o relacionadas entre sí (horizontal); u oblicua si hay una diferencia generacional entre el transmisor y el receptor. (Horizon-
tal y oblicua se examinan aquí con el n o m b r e de la
primera);
3) de una persona (educador, líder social, etc.)
a m u c h a s , y a m e n u d o simultáneamente (unimultipersonal);
4) de m u c h a s personas pertenecientes a un
grupo social a otro individuo, por lo general aunque n o forzosamente, de la generación siguiente y
de manera convergente (multi-unipersonal, o presión del grupo social).
Quisiera resumir brevemente las propiedades
de cada u n o de estos mecanismos desde el punto
de vista d e la dinámica evolutiva.
256
L. Luca Cavalli-Sforza
lo general, hechas para una población que no ocupa un espacio definido. Pero las poblaciones viven en un m u n d o real, por lo general de dos dimensiones. La teoría es útil para evaluar el índice
de difusión en esas condiciones: existe un índice
radial constante de difusión que depende de la rapidez del movimiento h u m a n o individual en el
espacio y también de la probabilidad de aceptación.
La transmisión uni-multipersonal por un
maestro, político, líder religioso u otra persona
socialmente influyente, es un mecanismo cultural
típico que no tiene paralelo con los fenómenos
biológicos. El crecimiento de los grupos sociales
se inició en los últimos diez mil años con la introducción de las plantas y la domesticación animal,
La transmisión horizontal se parece m á s a la que llevan también a la organización y a las jerartransmisión de las enfermedades infecciosas: el quías políticas. La transmisión de uno a muchos
tiene el mayor potencial para el cambio m á s rápirasgo se difunde mediante el contacto entre un
individuo infeccioso y otro que no tiene infec- do. Puede también producirse, a lo menos potención. La frecuencia del rasgo puede aumentar en- cialmente, la uniformidad, de manera m u c h o m á s
tre la población a través de un proceso autocatalí- rápida y eficaz que la transmisión en forma de
tico, según una curva de forma sigmoidea, perte- epidemia (horizontal). Es evidente que ha sido caneciente a la familia logística. El índice de da vez más importante debido al incremento de
expansión dentro de una población dependerá de las telecomunicaciones y de los grandes medios de
la frecuencia de los contactos entre individuos y la información. Pero no basta que el pueblo se coprobabilidad de que el contacto entre infecciosos munique; c o m o sucede siempre, es necesaria tame individuos susceptibles vaya seguido de una in- bién la aceptación de los que están expuestos a la
fección. En el paralelo cultural, la innovación sus- innovación, lo que significa que, cuanto m á s poderosos e influyentes son los jefes políticos, los
tituye a la enfermedad infecciosa y la transmisión
de la innovación a la de la infección. Evidente- educadores o los líderes sociales, tanto más probamente, no basta entrar en contacto con la innova- bilidades tendrán de llevar a cabo cambios imporción; es necesario aceptarla. En la práctica, puede tantes y de lograr que sean aceptados por una a m hablarse de dos fases: comunicación y adopción. plia mayoría.
En cultura, c o m o en el paradigma epidemiológiEl tipo de transmisión que hemos llamado de
co, sólo podrá establecerse la existencia de una
muchos a uno tiene justamente el efecto contraepidemia cuando la proporción de contactos y
rio. Es fácil visualizar su poder si consideramos
éxitos de la infección rebase cierto umbral. U n
que el individuo educado por un gran número de
solo acto sexual con una persona contagiada del
mentores, todos los cuales estuvieron de acuerdo
S I D A se traducirá tan sólo en pocas probabilida- en la esencia de su enseñanza, es m á s que probades de infección. La epidemia del S I D A comenzó ble que por término medio siga esa enseñanza. D e
debido a que hay bastantes personas que mantie- no ser así se le reprochará su negligencia. Los esnen una elevada proporción de contactos sexua- fuerzos combinados de muchos mentores sólo seles, con lo que aumenta la probabilidad acumula- rán más eficaces que los de un solo mentor cuantiva de infección.
do todos ellos están de acuerdo en su enseñanza, y
La transmisión vertical es m u y similar a la
transmisión genética; opera aisladamente, es altamente insensitiva a la evolución. El paralelo con
la dinámica de la evolución genética es aquí especialmente útil: en una amplia población biológica
no hay cambios, ya sea en el valor medio de un
rasgo heredado o en su variabilidad individual, a
menos que haya una presión de mutación (el equivalente de innovación) y/o selección natural (el
equivalente de la aceptabilidad de las innovaciones). U n a elevada presión de innovaciones espontáneas y aceptables es, por lo general, improbable.
D e este m o d o , la transmisión vertical es especialmente conservadora y la población tiende a permanecer ampliamente invariable con este mecanismo.
La extensión de las innovaciones de m o d o parecido al de las epidemias es, por lo general, m u cho más rápida que la extensión vertical, pero ello
no quiere decir que tenga necesariamente que
producirse, es decir, que no llevará a una adopción estable -total o parcial-. Las curvas teóricas
de las epidemias, ya sean debidas a enfermedades
contagiosas o a la innovación, están también, por
si todos los individuos de la generación joven reciben el m i s m o tratamiento múltiple de todos los
miembros de las viejas generaciones, es m u y probable que se conviertan en una nueva generación
m u y uniforme, m u y semejante a la antigua. Si había alguna variación entre los individuos, tenderá
a desaparecer con el tiempo. El resultado será una
alta uniformidad, una alta conservación.
Transmisión cultural y adaptación
Disponemos así de dos mecanismos que favorecen la conservación: la transmisión vertical y la
transmisión de m u c h o s a uno. La primera permite
la conservación de la variación individual, la segunda tiende a destruirla y a engendrar una uniformidad total. T e n e m o s dos mecanismos que
permiten un cambio rápido; la transmisión horizontal (infecciosa), en la que los contactos entre
parejas de individuos pueden originar un cambio
rápido, unas veces homogeneizando una población, otras dividiéndola, en parte sin transformar
y en parte transformada; y la transmisión de uno a
muchos, que permite el cambio m á s rápido y a la
vez la uniformidad del grupo o, al m e n o s , de esa
parte del grupo a la que llega la enseñanza y que es
susceptible de recibirla. Este último mecanismo
es también el m á s reciente en la evolución de la
transmisión cultural, ya que sólo ha sido posible
una vez que se desarrollaron las grandes poblaciones. La civilización dio lugar a un incremento del
índice de transmisión cultural, otorgando automáticamente una mayor importancia al mecanism o m á s rápido de todos, y puede ser considerada
c o m o un proceso autocatalítico.
Naturalmente, ningún rasgo cultural entra en
un solo mecanismo de transmisión cultural. Estam o s influidos (al menos potencialmente) por m u chas personas y cada u n o de nosotros tiene m u chos mentores potenciales, aunque no siempre
sean los m i s m o s para cada uno de los aspectos de
nuestro comportamiento y desarrollo. Para cada
rasgo hay probablemente, un modelo único o una
combinación de influencias de transmisión. Sin
embargo, es inevitable que haya transmisores m á s
eficaces que otros, unos rasgos que se verán afectados m á s profundamente por un tipo restringido
de transmisión y otros mecanismos que sean m á s
importantes que otros. Habrá también diferencias
entre culturas, tiempos, individuos y estratos sociales. A pesar de esta complejidad, ¿pueden deducirse algunas generalizaciones?
Observaciones empíricas
de la transmisión cultural
entre los pigmeos africanos
Pueden utilizarse varias técnicas para el estudio
de la transmisión cultural. La m á s simple y directa consiste en preguntar al individuo de quién recibió el conocimiento, la habilidad o la enseñanza. Para cierto número de rasgos, en particular las
habilidades que se aprenden a una edad no m u y
257
temprana, este tipo de cuestiones es directo y puede producir resultados aceptables. Pueden hacerse controles por observación directa o formulando preguntas a los educadores para evaluar las posibles deformaciones debidas a percepciones
erróneas u otras razones.
Esta técnica se aplicó sobre el terreno a una
investigación llevada a cabo entre los pigmeos
africanos (Hewlett y Cavalli-Sforza. 1986). Se
examinaron 50 habilidades que pueden agruparse
de la manera siguiente: caza con red; otros tipos
de caza; recolección de alimentos: preparación de
alimentos; mantenimiento: puericultura; apareamiento: habilidades especiales: y danza o canto.
La prueba se efectuó con 40 adultos. 16 adolescentes y 16 niños, siendo igual el número de varones y el de hembras. A continuación d a m o s algunos ejemplos de los resultados:
1) había cuatro rasgos específicamente relacionados con el sexo, todos limitados a los varones. Para la caza con lanza, por ejemplo, de 20
adultos varones hubo 18 que la habían aprendido de sus padres. 1 de un varón no perteneciente
a la familia y otro lo aprendió independientemente:
2) m á s de la mitad de los rasgos no tenían relación con el sexo, o solamente de manera m u y
ligera; sin embargo, la enseñanza estaba predominantemente relacionada con el sexo, así por ejemplo 12 adultos varones habían aprendido a buscar
agua de su padre, ninguno de ellos de su madre. 6
de a m b o s padres y 2 de los abuelos. Para el m i s m o
rasgo. 3 mujeres adultas lo aprendieron de su padre. 4 de su madre. 12 de a m b o s padres > una de
una persona ajena a la familia:
3) la abrumadora mayoría de la enseñanza
(81 %) era impartida por los padres: solamente el
4 % por los abuelos, el 1.4 % por otros miembros
de la familia, el 0 . 7 % por amigos, el 1 0 % por
otros pigmeos, el 1.6% por aldeanos y el 0.9%
mediante un aprendizaje independiente:
4) la categoría «otros, no pertenecientes a la familia», es importante en la educación en lo que
respecta a los rasgos relativos a los aspectos c o m u nales de la caza con red. las habilidades relativamente especializadas, tales-como fabricar ballestas (que puede considerarse todavía c o m o una innovación reciente entre los pigmeos) o las
actividades comunales, tales c o m o cantar o bailar, así c o m o la categoría «habilidades especiales», que reúne una información sobre las habilidades específicas de la sociedad pigmea que sólo
poseen en la actualidad unos pocos individuos:
258
5) la categoría de «aldeanos», es decir, africanos no pigmeos, es de cierta importancia para la
educación por dos rasgos solamente: construir
una choza del tipo de la de los aldeanos, sin relación con la cabana típica de los pigmeos, y plantar
mandioca, el alimento básico de los aldeanos, cultivo que se está extendiendo ahora entre los pigmeos. Ninguna de estas actividades era universal
en nuestra muestra de los pigmeos.
C o n m u c h o la transmisión m á s importante es
la vertical, con todo el grupo participando sólo
en la enseñanza de la información general sobre
la vida de los pigmeos y en actividades sociales
importantes tales c o m o la danza y el canto. Los
pigmeos africanos, a diferencia de los aldeanos,
casi nunca van a la escuela. H e m o s visto que la
transmisión vertical garantiza tanto la conservación de los rasgos c o m o la variación individual.
Sin embargo, cuando se trata de costumbres sociales m á s específicas, la transmisión de muchos
a uno también es activa y sirve para aumentar la
uniformidad. H e m o s observado específicamente
a los principales educadores, aunque también se
observó la participación de los educadores secundarios, pero eran pocos. Unos y otros contribuirán a su vez a incrementar la uniformidad, siempre que todos los educadores estén de acuerdo en
la sustancia de su enseñanza, y lo m i s m o ocurrirá
con la transmisión biparental (cuando ambos padres contribuyen a la educación), lo que no es raro, y que tiende también a engendrar una mayor
uniformidad que la transmisión uniparental. Los
datos relativos a los adultos de nuestro muestreo
indican que el 69 % de la transmisión parental se
debe al padre y que sólo el 12 % proviene del padre y de la madre. C o n arreglo a este análisis de
la transmisión cultural, cabe deducir que los pigmeos conservan lo esencial de sus antecedentes
culturales. Cabe también cierta tendencia a la
uniformidad, mayor de lo que podría esperarse si
hubieran recibido solamente una educación uniparental.
Existen importantes similitudes entre los diversos grupos de pigmeos africanos, separados
unos de otros geográficamente y también genéticamente, que indican que esas sociedades tienen
costumbres m u y conservadas, lo que concuerda
plenamente con su tendencia a disponer tan sólo
de mecanismos de transmisión sumamente conservadores. También es interesante observar que
la transmisión vertical permite las innovaciones
m á s fácilmente que la transmisión de muchos a
uno; sin embargo, es posible que la manera en
L. Luca Cavalli-Sforza
que se llevó a cabo nuestro análisis subestime la
contribución de la presión social resultante de lo
que el grupo social espera del comportamiento
de los pigmeos, por lo que no se estudia en su totalidad la presión de la transmisión de muchos a
uno sobre la uniformidad. Por otra parte, la falta
de escuelas, de grandes grupos, de jefes, de estratificación y de jerarquías impide esencialmente
la existencia de mecanismos rápidos de transmisión.
Este es, por lo que sé, el único análisis cuantitativo existente sobre las sociedades tradicionales; sería, por supuesto, m u y interesante llevar a
cabo análisis cuantitativos similares sobre otros
pueblos. Se plantea la cuestión de saber hasta
dónde puede extenderse este método, en el sentido de que resulta difícil a muchos cuando no se
ha trazado la vía consistente en interrogar a los
sujetos, a partir de rasgos del comportamiento
para que la sigan unos educadores dignos de confianza. Quizá sólo una introspección considerable y la libertad de cometer errores de percepción
pueden ayudar a comprender cuáles son las influencias externas m á s importantes en lo que se
refiere al comportamiento político o moral. Los
rasgos aquí examinados son de tal índole que sólo caben errores m u y pequeños en la percepción,
el error de aviso o el de dirección; en todo caso,
pueden efectuarse comprobaciones planteando la
m i s m a pregunta a aquellos educadores que estaban en la muestra y, en cierta medida, esto es lo
que se ha hecho. Las diferencias entre culturas
pueden hacer que sea difícil reunir unos rasgos
estrictamente comparables de otras culturas,
aunque habrá categorías generales de rasgos que
sean las mismas. Hay, por supuesto, pocas sociedades que sean tan incultas c o m o la sociedad pigm e a y con una escolaridad tan escasa.
Observación de la transmisión
cultural entre estudiantes
d e California y Taiwan
Para estudiar los alumnos de Stanford (L. Cavalli-Sforza, M . W . Feldman, K . H . Chen y S . M .
Dornsbusch, 1981) y de Taichung, Taiwan ( K . H .
Chen, L. Cavalli-Sforza y M . W . Feldman, 1982)
se recurrió a una metodología distinta. L a semejanza entre estudiantes y progenitores o amigos
fue medida sirviéndose de características tales
c o m o la religión, las convicciones políticas, el deporte, el tipo de diversión preferida, las costum-
Transmisión cultural y adaptación
bres y los credos. Los psicólogos suelen estudiar
este tipo de rasgos característicos, aunque son
pocas las veces en que ello se plasma en la índole
de análisis que nos interesa. Ensayamos sobre
tres modelos de transmisión de padres a hijos y
evaluamos los coeficientes de influencia paterna
y materna de cada rasgo, partiendo del supuesto
(nunca falseado en esta muestra) de que estos
efectos eran acumulativos.
Se observó que tanto el padre c o m o la madre
influían en algunos rasgos, aunque sólo de m o d o
decisivo en dos categorías: religión y política. Es
por supuesto lógico que la religión de los hijos
sea prácticamente idéntica a la de los padres,
aunque la influencia paterna y materna no sean
las mismas cuando los credos profesados por los
progenitores son distintos en cuyo caso el de la
madre pesa m u c h o m á s . Es asimismo m u c h o m á s
significativo el peso materno en un importante
rasgo religioso: la frecuencia con que se reza. Sin
embargo, la asistencia a la iglesia es algo en lo
que influyen por igual el padre y la madre. E n
cuestiones políticas los padres también son bastante influyentes, algunas veces de manera asimétrica (el peso del padre acentúa m u c h o m á s la
característica «conservadora»). Entre las otras
categorías de rasgos cuya influencia se debe a los
padres está la diversión, aunque también con notables asimetrías, algunas de ellas harto naturales
(el padre es m á s importante no sólo para ir a ver
partidos de fútbol y de béisbol, sino también para visitar museos de arte y celebrar grandes fiestas). E n cuanto a las costumbres, parece que el
uso pronunciado de la sal se debe a la influencia
materna; y en lo tocante a las creencias, las percepciones extrasensoriales pueden provenir fundamentalmente del padre. E n el caso de la religión y de algunas formas de diversión la
correlación con amigos es importante, aunque
casi siempre menos significativa que la de padres
e hijos.
La semejanza entre los padres y las madres es
m u c h o mayor que la que se da entre padres e hijos o entre amigos.
Es cierto que el análisis de la correlación entre
padres e hijos puede interpretarse de diversas
formas: c o m o producto de una clase social o de
una variación étnica en lo tocante a los rasgos
que se estudian o c o m o resultado de la transmisión genética o cultural. A falta de un análisis
pormenorizado de las correlaciones biológicas y
adquiridas resulta imposible distinguir satisfactoriamente entre las dos últimas. E n los textos so-
259
bre la genética del comportamiento h u m a n o no
figuraba ningún análisis aceptable de esa índole
hasta que se realizó correctamente en lo tocante
al cociente intelectual. El resultado de los análisis
actuales sobre el cociente intelectual indica que
la transmisión cultural y la transmisión genética
tienen aproximadamente el m i s m o peso, y que
cada una explica cerca de un tercio de la variación total (Rice et al, 1979; Rao et al.. 1982). La
metodología del análisis del cociente intelectual
se basa en un modelo sumamente sencillo y en
datos heterogéneos, aunque en general las conclusiones sean aceptables. Ninguno de los rasgos
examinados han sido objeto de un análisis tan
pormenorizado. Prácticamente los únicos datos
conocidos son las correlaciones entre gemelos
monocigóticos y bicigóticos (Loehlin y Nichols.
1976).
En cuanto a los rasgos sobre los cuales hemos
encontrado específicamente que los progenitores ejercen una mayor influencia, las correlaciones de gemelos monocigóticos son casi idénticas, por término medio, a las de los gemelos bicigóticos, y es probable que corresponda m á s a una
herencia cultural que genética. Ahora bien, esta
conclusión resulta obscura dadas las fuertes correlaciones del padre y la madre.
En estudios recientes (inéditos) se indica que
este hecho hace que la comparación entre gemelos
monocigóticos y bicigóticos sea prácticamente
inútil para distinguir la transmisión cultural de la
genética.
U n a prueba importante en favor de la transmisión cultural es la gran asimetría de influencias paterna y materna. Es posible que en principio la transmisión genética sea la causante de la
asimetría, debido a la unión de X o Y . o a la influencia del A D N del mitocondrio. aunque siempre se observará una pauta de herencia de un tipo m u y específico, cuyo origen es posible
encontrar fácilmente mediante los análisis adecuados.
El hecho de que dichas asimetrías se encuentren con tanta frecuencia apunta indefectiblemente a la transmisión cultural. D e existir los
dos tipos de transmisión, la genética y la cultural,
resulta difícil separarlas, debiendo recurnrse al
análisis conjunto de un sinnúmero de datos sobre
las relaciones biológicas y las adquiridas. A d e más, los métodos actuales de análisis conjunto se
basan totalmente en modelos de determinación
cultural y genética m u y simplificados y probablemente nada realistas.
260
Importancia del condicionamiento
en la infancia
L. Luca Cavalli-Sforza
crupulosamente la estructura familiar. U n a vez
más, esto se deriva de la transmisión de la estructura familiar dentro de la familia.
Y a hemos señalado que algunos rasgos culturales
El control de la natalidad es también un rasgo
se conservan casi intactos en el Africa subsahaque se ha conservado casi intacto. E n las sociedariana, en particular los relativos a la familia y a des tradicionales los principios que rigen el m a las relaciones de parentesco. A u n q u e no existen
trimonio y la fecundidad se aprenden a todas ludatos de fuentes directas sobre c ó m o se transmices, en la familia. En lo que respecta a casi todos
ten culturalmente estas costumbres, cabe supolos animales, incluidos los seres h u m a n o s , estos
ner que se aprendan en la familia, por lo que esprincipios hasta hace m u y poco se ajustaban a
tarán sometidas a las fuerzas m á s poderosas de la
unas condiciones de elevada mortalidad. Es proconservación cultural: transmisión vertical y prebable que la necesidad de un rápido descenso de
sión ejercida por ese grupo social estrechamente
la fecundidad no surgiera en ningún caso hasta el
vinculado a la familia. Este grupo es pequeño
siglo pasado, excepto en algunas capas sociales
cuando cada familia es estrictamente nuclear, peacaudaladas. Puede que el hecho de que esas cosro no lo es tanto cuando se trata de familias a m tumbres no se pudieran modificar en las sociedapliadas. Es, por consiguiente, lógico que estos
des m á s tradicionales, salvo con la imposición de
rasgos se conserven tan bien.
unas reglas m u y estrictas, tenga su origen en lo
poco que se ha investigado acerca de las motivaLa eficiencia de la transmisión dentro de la
ciones y de su transmisión cultural. Los m i e m familia aumenta con una consideración indepenbros más viejos de la familia deben ser los prediente: casi siempre los niños pasan los primeros
ceptores de estas costumbres. Es probable que
años de su vida en familia y con frecuencia permuchos de los miembros m á s jóvenes estén conmanecen en ella hasta pasada la adolescencia.
Probablemente estos años sean los m á s recepti- dicionados de m o d o irreversible, y si hay que
abogar por algo, para que sea eficaz, es tarea que
vos. C o m o analizaremos con m á s detalle en el
incumbe a las generaciones m á s viejas, por ser las
próximo capítulo, es probable que en el caso de
que
verdaderamente controlan las costumbres.
muchos rasgos el condicionamiento temprano
A u n cuando probablemente sea difícil tratar de
sea m á s profundo.
influir en ellas y sepamos que tal vez no cambiaEn las obras de Hervé Le Bras y Todd (1981)
rán de parecer, también sería preciso dirigirse a
y de T o d d (1985), se sustenta que la estructura
las
personas mayores para que influyan indirecfamiliar repercute en las pautas demográficas y
tamente
sobre las parejas jóvenes. Podrían obteen la conducta política e ideológica. A juicio de
nerse algunos resultados satisfactorios en la m e estos autores -especialmente en el primero de los
dos libros citados hay estadísticas sobre las que dida en que los jóvenes se trasladan a las
se basa esta aseveración- existe una estrecha co- ciudades para trabajar y disminuya el contacto
con la generación de los mayores, pero en las sorrelación entre la estructura familiar (ampliada
en contraposición a la nuclear; autoritaria en ciedades tradicionales los vínculos familiares
suelen permanecer arraigados.
contraposición a la liberal) y algunos otros fenómenos que van desde las propiedades demográficas de la población hasta las ideologías políticas.
U n a forma sencilla de comprender c ó m o es posi- Períodos d e mayor receptividad
ble que la estructura familiar tenga consecuencias tan trascendentales es considerarla c o m o el Si se pudiera generalizar a partir de los pocos remicrocosmos donde el niño conforma su expe- sultados disponibles, cabría decir que la transmiriencia social y moldea los criterios y las pautas sión de padres a hijos era de s u m a importancia
de su conducta que luego se extrapolarán al m a - en las sociedades del paleolítico y del neolítico
crocosmos formado por el m u n d o exterior. Le primitivo, en que los grupos sociales eran m u y
Bras y T o d d afirman también que la distribución pequeños y no había jefes ni jerarquías. Desde
geográfica de los grupos étnicos de la Francia de entonces los cambios sociales posibilitaron otros
finales del Imperio R o m a n o ejerce un considera- tipos de transmisión y éstos generaron el potenble poder predictivo de los fenómenos actuales cial necesario para unos cambios culturales aceledeterminados por la estructura familiar. N a d a de rados. Ahora bien, queda sitio para la conservaesto sería posible de no haberse conservado es- ción cultural, teniendo en cuenta posibles
Transmisión cultural y adaptación
diferencias de edad en cuanto a la receptividad
ante la instrucción y otras influencias. A todas luces los niños aprenden muchas cosas m á s rápidamente que los adultos y por lo general son m á s
receptivos; también podría haber períodos de
edad m á s idóneos para el aprendizaje, y en el
c a m p o de la biología existen realmente muchos
ejemplos de los denominados «períodos de m a yor receptividad» o «períodos críticos». Se conocen muchos casos de animales que controlan
unos comportamientos de importancia considerable. La idea clásica de «dejar huellas» surge de
experimentos que definen los períodos de mayor
receptividad para reconocer sus propias especies
en el caso de las aves. N o parece existir ningún
fenómeno conocido en los seres h u m a n o s que
pueda definirse c o m o caso clásico de «dejar huellas», lo que se debe sobre todo a la falta de un
período corto y definido de mayor receptividad.
Sin embargo, se han hecho observaciones que revelan la existencia de períodos de mayor receptividad para conductas específicas, aun cuando su
duración no pueda definirse con exactitud. Estos
períodos coinciden, por lo general, con la época
en que los niños viven con sus padres, c o m o sucede también en la sociedad moderna. Este hecho por sí solo puede incrementar el papel relativo de la transmisión de padres a hijos.
Las limitaciones generales con que se tropieza
al estudiar a los seres humanos pueden hacei
m u y difícil definir y medir con precisión un período de mayor receptividad. Tal vez el ejemplo
m á s impresionante, que se acerca m á s a la medida del período pertinente, es el del «tabú del incesto». Wolf (1970) demostró, partiendo de las
observaciones de matrimonios entre menores en
China, c o m o hizo Shepher (1971) sobre la base
de matrimonios en Kibutz, que era difícil sentir
un interés sexual por una persona con la cual se
ha tenido una gran familiaridad antes de la pubertad. H a y otro ejemplo de comportamiento sexual h u m a n o que ha llevado al postulado de que
existe un período de mayor receptividad aunque
no hay información sobre el período en sí, salvo
que es probable que corresponda a la época en
que se ha vivido con los padres. La hipótesis de
Draper y Harpending es que el efecto de la ausencia del padre en el niño podría depender del
aprendizaje correspondiente al período de mayor
receptividad, que influye en la expresión de su
estrategia reproductiva en la adultez, canalizándola en una estrategia de «sinvergüenza» o «papá».
261
La pubertad es la edad crítica para otro fenóm e n o . Es sabido (Lenneberg, 1967) que un idiom a extranjero únicamente puede aprenderse sin
acento antes de la pubertad. Casi todas las personas que aprenden una lengua extranjera después
de la pubertad conservan un acento m á s o menos
fuerte y que varía según los individuos, pero que
es casi siempre perceptible. El comienzo de la pubertad parece ser el límite de edad después del
cual comienzan a declinar ya sea la capacidad de
producir determinados sonidos o la de percibir
diferencias especiales, o ambas.
D e existir los períodos de mayor receptividad
es m u y probable que tengan un importante significado biológico. Huelga explicar la conveniencia
de un mecanismo que pueda ayudar a establecer
el tabú del incesto. N o está claro qué ventaja podría sacarse, si es que la hay, de no poder aprender otros idiomas después de la pubertad sin que
se note que se es extranjero, aunque sea tentador
especular acerca de ello. La atrofia precoz de determinadas facultades fonéticas podría ser ventajosa para los grupos sociales, ya que con ello
pueden reconocer a los extranjeros casi inmediatamente en cuanto comienzan a hablar. Para el
extranjero podría ser un inconveniente ser inmediatamente reconocido, aunque podría tener, no
obstante, sus ventajas si con ello saca algún beneficio al grupo visitado. Este fenómeno podría
pertenecer a la categoría de «rasgos altruistas»
en su sentido más amplio. En el próximo capítu
lo analizaremos brevemente de qué m o d o esos
rasgos determinados genéticamente pueden difundirse entre una población, aun cuando reduzcan la capacidad de adaptación darwiniana del
individuo. Por el m o m e n t o no se sabe si hay una
determinación genética del rasgo, aunque parece
que la haya.
Otros comportamientos de interés son los que
responden al medio externo: paisaje, clima, etc.
Muchas personas tienen preferencias concretas y
se identifican verdaderamente con un origen particular que se define m á s en términos de ámbito
físico que social, si bien puede haber de uno y de
otro. El hecho de hallar alguna semejanza entre
un lugar nuevo y el primer hogar parece definir
en muchos casos un sentimiento de bienestar,
factor que suele determinar la elección que hacen los emigrantes de la zona en que van a asentarse. H e m o s intentado analizar este fenómeno
con colegas psicólogos y probar la posible existencia de un período de la infancia en que el á m bito físico deja unas huellas indelebles en el indi-
262
viduo. Nuestra investigación, aún inédita, se
realizó con alumnos de Stanford, a quienes se les
pidió que respondieran a un cuestionario sobre
los lugares con los que se habían identificado, si
los había, los sitios en que habían vivido y a qué
edades. H u b o claras diferencias individuales en
cuanto a la movilidad en los años previos a la enseñanza superior, los lazos afectivos y la identificación con los lugares, así c o m o una correlación
marcadamente inversa entre las dos variables. La
identificación de un período de mayor receptividad no era clara; los estudiantes cuyas familias
cambiaban frecuentemente de residencia continuaron haciéndolo durante el resto de su niñez.
Por ende, era difícil encontrar individuos suficientes que se mudaran varias veces, pero sólo en
un corto intervalo de edad, y que hubiesen permanecido en el m i s m o lugar el resto del tiempo.
Unas muestras especiales o de mayor entidad podrían permitir determinar con mayor precisión la
situación de un período de mayor receptividad,
pero la correlación entre identificarse con un lugar y haber vivido allí bastante tiempo durante la
niñez o la juventud es inequívoca. Así, a todas
luces, nuestras preferencias dependen de experiencias previas a la hora de seleccionar un lugar
donde vivir, lo cual está influido por la historia
del ciclo vital. Es algo que puede ser m u y arraigado y que afecta muchas decisiones de importancia en la vida, especialmente de los emigrantes.
La falta de una firme identificación con un
determinado lugar puede incidir en la selección
de las alternativas de sedentarismo o de n o m a dismo. En los hijos de los nómadas que están expuestos a continuos cambios de lugar pueden
quedar trazas de esta situación, c o m o también
por la mutiplicidad de lugares.
Es notorio lo difícil que resulta convencer a
los gitanos de que se conviertan en personas sedentarias. H a n sobrevivido e incluso prosperado
durante varios siglos en muchos países europeos,
donde por lo general se les ha tolerado, en algunas ocasiones perseguido, pero nunca se les ha
alentado, y parecen llevar una vida satisfactoria
puesto que evidentemente hay m u y pocas deserciones. Continúa habiendo nómadas en muchos
lugares casi desérticos. El Gobierno iraquí ha intentado infructuosamente convencer a los beduinos de que adopten un m o d o de vida sedentario.
Lo m i s m o ha ocurrido con los pigmeos, pese a
los esfuerzos de muchos países africanos, a m e nos que se destruya totalmente su habitat. La
destrucción de los bosques africanos avanza rápi-
L. Luca Cavalli-Sforza
damente, con lo que es cada vez mayor la posibilidad de aculturación de los pigmeos.
La tendencia a elegir lugares parecidos a
aquellos en que se ha vivido en épocas anteriores
de la vida tiene una posible ventaja y puede explicar por qué esa tendencia fue probablemente
favorecida por la selección natural. La adapta
ción al clima es particularmente importante
siendo ventajoso permanecer en el medio climático en que el individuo se adaptó por selección.
Elegir un habitat similar al vivido en años anteriores aumenta la probabilidad de encontrar condiciones ambientales parecidas a aquellas en las
que es más probable la adaptación.
Adaptabilidad d e la cultura
Durante un tiempo la biología consideró que
cualquier diferencia entre individuos y especies
era adaptativa, o sea, el resultado de la selección
natural. Cada vez confiamos m e n o s en que los
componentes menores de nuestro fenotipo tengan ese carácter. Sabemos que una fracción de la
variación de la frecuencia del gen debe ser ocasionada por un cambio genético aleatorio, y que
alguna variación del A D N y de la proteína debe
ser neutral. Puede que la mayoría de los biólogos
estén hoy dispuestos a aceptar que no toda la
evolución biológica responde a u n factor de
adaptación, sino que una parte importante, aunque desconocida, de la variación individual y del
cambio producido por la evolución es neutral
desde el punto de vista de la selección, y, en ocasiones, incluso desventajosa. Ahora bien, resulta
m u y difícil distinguir con precisión cuándo el
cambio responde a una adaptación y cuándo no.
Existen criterios en este sentido, pero para verificarlos se necesitarían inmensas muestras de individuos, ya que habría que evaluar los coeficientes
de selección que, por término medio, son m u y
pequeños y no se pueden detectar con las cantidades de individuos que por lo general se estudian. A mi juicio en lo tocante a muchos casos de
variación cultural sería incluso m á s difícil decidir si se trata de un caso de adaptación o no.
Para empezar, en la evolución biológica, la
adaptación tiene solamente un significado: aumentar la capacidad de adaptación darwiniana
del individuo. En el contexto cultural, el número
de posibles significados es mayor. Al comienzo de
este artículo utilicé ese significado en el sentido de un aumento de la capacidad de adaptación
Transmisión cultural y aaaptación
darwiniana, aunque la adaptación cultural no se
proponga forzosamente ese objetivo. En realidad
las decisiones que t o m a m o s al elegir, y que determinan nuestro comportamiento y, por consiguiente, el control de la adaptación cultural, no
están conectadas directamente con ello. La conveniencia, la comodidad, el placer, la satisfacción, el logro de los objetivos deseados, son descripciones posibles -ninguna suficiente en sí
m i s m a - de los fines que persiguen los mecanism o s de la adaptación cultural. A d e m á s , no todos
los individuos tienen necesariamente las mismas
motivaciones. La jerarquía y la importancia relativa de los valores varían considerablemente según la cultura, la capa social y los individuos. L o
peor de todo es que el individuo tal vez no pueda
percibir si una decisión determinada es verdaderamente adaptable, y lo que parece m u y aceptable tal vez se convierta en algo decepcionante o
produzca tan sólo placer a corto plazo, aunque
posteriormente resulte perjudicial o pernicioso
(por ejemplo, los estupefacientes).
263
sumamente simplificados, siendo numerosos los
que valen directamente para la transmisión cultural vertical. Este es particularmente el caso del
modelo creado por Eshel (1982), para la evolución del egoísmo en contraposición con el altruism o , en el que hay poblaciones antagonistas cuya
probabilidad de extinción aumenta con la proporción de individuos egoístas, mientras que en
lo tocante al antagonismo entre poblaciones, los
individuos egoístas llevan ventaja a los altruistas.
Aquí la supervivencia del altruismo dependerá
de m o d o complejo de la migración de los individuos entre poblaciones, de la ventaja del egoísmo
en el seno de las poblaciones y del altruismo entre las poblaciones. Habría que realizar otras investigaciones para poder extrapolar teorías análogas a otros mecanismos de transmisión cultura]
no vertical, que pueda ser m á s eficaz e interesante para el m u n d o moderno que la transmisión
vertical.
Es importante observar que a un individuo se
le puede imponer una innovación «adaptativa»
También es preciso distinguir si un rasgo cul- generadora de un cambio cultural que no se
tural se adapta al individuo que se supone acepta adapte en absoluto a dicho individuo. Los goberuna innovación o a cualquier otro, o incluso a to- nantes quizás tengan poder para imponer c o m portamientos que sólo se aceptan bajo una enérdo un grupo social.
Este análisis incluye en parte el relativo al al- gica coerción, medida que sólo beneficiaría a los
truismo. E n el caso de los genes, la regla de Hal- propios gobernantes y a un grupo de acólitos. Indane y Hamilton ayuda a comprender c ó m o un cluso en una democracia, la regla de la mayoría
gen que determina el altruismo a nivel darwinia- sobreentiende que siempre habrá una minoría
no (es decir, supervivencia y reproducción) no que tendrá que aceptar lo que habría rehusado de
tiene por qué ser eliminado por selección natural haber podido. En muchos casos es m u y difícil depese a que el altruista muera o no se reproduzca. cidir qué es lo adaptable y para quién. A m o d o
Es suficiente con que el beneficio del gen incre- de ilustración, en el Africa subsahariana musulmentado con una mayor capacidad de adapta- m a n a , la circuncisión femenina es una práctica
ción darwiniana de los parientes que llevan el corriente, que entraña por lo general la clitorim i s m o gen sea superior al coste directo de la dectomía. La operación suele ir acompañada de
adaptabilidad debida al sacrificio del altruista. infecciones quirúrgicas que incluso pueden ser leHuelga mencionar el concepto de «capacidad de tales en países donde, por ejemplo, el tétanos está
adaptación inherente», tan popular en la socio- generalizado, y por complicaciones ginecológicas
biología, pero que no parece tener una definición c o m o la esterilidad y la pérdida del orgasmo. D e
rigurosa y digna de confianza; el altruismo puede este m o d o , parecería que no hay ninguna ventaja
definirse en términos de capacidad de adapta- darwiniana para las circuncisas; pero tal vez queción darwiniana (Cavalli-Sforza y Feldman. den relativamente compensadas de la pérdida de
1978). Cabría hacer el m i s m o análisis en lo to- la capacidad de adaptación darwiniana (en c o m cante a la cultura, independientemente de si se paración con otra mujer), en el sentido de que,
trata del altruismo con respecto a un individuo o para una joven circuncisa, puede ser m á s fácil
a un grupo social. Ciertamente la capacidad de encontrar esposo. Así, es posible, que las madres
adaptación del grupo tiene pleno significado en insistan en la circuncisión de sus hijas mientras
el contexto cultural. Muchos de los modelos crea- la sociedad masculina lo exija. Parece que el esdos para el altruismo o para la disposición servi- poso se beneficia m á s culturalmente: por ejemcial y el sino de los hipotéticos genes que los de- plo, corre menos riesgo de que la esposa le sea
terminan utilizan unos modelos de transmisión infiel. U n a vez m á s surgen las ventajas y desven-
264
L. Luca Cavalli-Sforza
tajas culturales y darwinianas. Parece difícil ponderarlas con precisión, pero es la mujer quien
m á s pierde. E n realidad, esta práctica encuentra
apoyo en sociedades de gran arraigo patriarcal.
Los movimientos d e liberación d e la mujer han
c o m e n z a d o a operar también en el Africa septentrional, aunque podría ser que esta práctica cultural no tenga, sin e m b a r g o , un futuro luminoso.
H e citado este ejemplo para indicar lo complicad o de la facultad de adaptación cultural y darwiniana cuando se trata de una costumbre social.
La circuncisión masculina parece ser también
compleja, al igual q u e otras prácticas religiosas
c o m o la autorización a ingerir determinados alimentos. El conocimiento convencional indica
que tienen un valor adaptativo darwiniano y cultural, aunque también se discrepe al respecto.
Las dificultades para evaluar la adaptabilidad
a u m e n t a n debido a q u e existen factores que tienden a confundir. Algunas costumbres que pueden
parecer totalmente triviales, arbitrarias o perni-
ciosas resultan en la práctica m u y útiles para
mantener la cohesión de un grupo social. Este sería el caso de m u c h o s rituales. E n resumen, parecería que en m u c h o s casos la adaptabilidad cultural apenas puede medirse y ni siquiera evaluarse
cualitativamente. Consuela recordar q u e en la
biología se encuentran dificultades semejantes,
c o m o ya mencioné, y, sin embargo, nadie d u d a
del poder de la selección natural. Es posible q u e ,
c o m o sucede con m u c h a s variantes biológicas,
haya costumbres sociales que n o sean realmente
adaptables o q u e , d e haberlo sido inicialmente,
hayan perdido su utilidad original al haber c a m biado las condiciones. Incluso así, tal vez estas
costumbres conserven algún valor de adaptación,
aunque sólo sea para ayudar a dar u n a identidad
a los individuos q u e pertenecen a u n grupo, lo
que podría serles de gran ayuda en un m u n d o altamente competitivo.
Traducido del inglés
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Biología de la población humana:
elaboración de un paradigma
para la antropología biológica
Paul T. Baker
Entre 1950 yfinalesde los ochenta, se produjo un estas materias en una auténtica ciencia transdiscicambio radical en la rama biológica de la antropo- plinaria, a la que puede darse con propiedad el
logía: una transformación fundamental de los nombre de biología de la población h u m a n a .
objetivos de la investigación, la metodología y los
El paradigma que nos brinda esta nueva
modelos analíticos. Empezaron a proliferar, ade- ciencia transdisciplinaria no sólo fue creado
más, los estudios especializados en el seno de cada
en parte por los propios especialistas en antrodisciplina, desarrollándose en particular tres pología biológica, sino que, además, probagrandes especialidades: el estudio de los primates,
blemente a él ajustarán su labor en el próximo
la paleontología y el estudio del esqueleto, y el es- decenio. Examinaremos, pues, primero, el portudio de poblaciones contemporáneas. A u n cuan- qué de esta orientación del estudio de la antrodo las transformaciones de
pología biológica; en seguntodas estas ramas hayan tedo lugar, c ó m o se fue elaboPaul T. Baker es profesor honorario Evan
nido una orientación y unas
rando el paradigma y, por
Pugh de antropología de la Pennsylvania Stacausas comunes, en este arúltimo, las consecuencias,
le Univcrsin v Presidente de la Asociación
Internacional de Biología H u m a n a . Fue Pretículo trataremos únicamenpara el futuro de la investisidente del Comité Americano H o m b r e y
te de los motivos de la transgación y de las necesidades
Biosfera ( M A B | . en el Programa Internacioformación experimentada
educativas, de la aceptación
nal de la Unesco M A B . Entre sus publicaciopor el estudio de las poblacada vez mayor de este m o ners destacan llaman Biology (con G . A . Tanner > J H . Pilbcam. 1987). y The Biology <it
ciones humanas, al que se
delo.
Human hlaplahiluy (con J.S. Weiner, 1966).
suele dar el nombre de bioloPara ello, prestamos esSu dirección particular es: 47-50. Lulani
gía humana. La tradición inpecial atención al desarrollo
Street. Kaneohe. Hawaii 96744. U S A .
telectual a la que pertenece
histórico de la teoría, la m e la biología humana ha venitodología científica y la fordo desarrollándose con relamación en antropología biotiva independencia de la anlógica.
tropología propiamente dicha. Y hasta hoy en día, sólo del 40 % al 50 % de
los artículos enviados a Human Biology y The An- Inicios d e la antropología biológica
nals of Human Biology proceden de antropólogos.
Por lo general, se considera que los inicios de la
El amplio campo que abarcan ambas revistas
no constituyen un «territorio» científico particular en la mayor parte de las Universidades y son
contados los establecimientos de enseñanza superior en que hay planes de estudios que enseñan a
los alumnos los diversos aspectos de la biología
humana.
Asistimos sin embargo a la transformación de
RICS 1 16/Jun. 1988
antropología biológica se remontan a una fase determinada de la evolución de la profesión médica,
más concretamente al estudio de la anatomía. Al
convertirse este tema en una disciplina científica
autónoma, se consideró absolutamente necesario
conocer a fondo la anatomía h u m a n a e incluso
actualmente, en la mayoría de los programas de
estudio de medicina se exige a los alumnos adqui-
Paul T. Baker
268
rir por lo menos un conocimiento práctico de la
anatomía del esqueleto.
Estos orígenes en las profesiones médicas y su
atención exclusiva en una sola especie contrastan
abruptamente con la formación m á s amplia impartida en la mayoría de las restantes ciencias biológicas. Disciplinas c o m o la botánica y la zoología, así c o m o sus homologas m á s prácticas -la
agricultura, la horticultura y la cría de animalesse ocupaban no sólo de los complejos aspectos de
los múltiples géneros y especies, sino también de
los veloces cambios que con frecuencia se observaban en especies en las que transcurría un lapso
breve de una generación a la siguiente. Esta diferencia de origen e intereses puede ayudar a explicar parcialmente por qué los especialistas en antropología biológica tardaron tanto en aceptar todas las implicaciones de la teoría darwiniana para
la evolución y la variabilidad biológica de los seres humanos. Naturalmente, a ello se sumaba el
problema de que las investigaciones se referían a
nuestra propia especie y que el concepto de selección chocaba en múltiples aspectos con las opiniones tradicionales acerca de por qué nos mostram o s , funcionamos y actuamos c o m o lo hacemos.
Sean cuales fueren las causas, durante la primera mitad del siglo xx la antropología biológica
siguió siendo prácticamente en su totalidad una
ciencia descriptiva y taxonómica. Se aceptaba que
el Homo sapiens es morfológica y fisiológicamente un producto de la evolución, pero no se consideraba tema de investigaciones averiguar por qué
evolucionan las especies. La posición teórica que
gozaba de aceptación general en la disciplina se
refleja en la actitud de Arthur Keith, quien aceptaba la evolución h u m a n a y admiraba a Darwin,
pero seguía dudando de que la selección darwiniana hubiese explicado el cambio (Keith, 1955).
Broca (1870) también aceptaba la evolución hum a n a , pero sostenía que no se había explicado satisfactoriamente. La variabilidad individual y de
los grupos en lo que se refiere a la anatomía estaba
ampliamente documentada y también se describían esporádicamente variaciones de las funcionesfisiológicasy de la conducta. Pero, aparte de
atribuir esas diferencias a las características de las
unidades taxonómicas estudiadas, no se formulaba por lo general explicación alguna de dicha variabilidad. En lugar de investigar a qué podrían
deberse las diferencias, se presumía implícitamente que cabía explicar las características de
una población dada limitándose sencillamente a
localizar sus orígenes «raciales». Se discutía cuán-
tas razas existían y se proponían lugares y épocas
para sus orígenes, aunque, aparte de la desafortunada sugerencia formulada por algunos de que
ciertas razas estaban m á s evolucionadas que
otras, no se proponía motivo alguno que justificase el estudio de los orígenes raciales. A ú n en los
años cincuenta, se aseguraba en artículos y libros
de antropología física que las «principales razas»
habían evolucionado en torno a la periferia de la
India o que eran consecuencia de una evolución
ulterior a partir de un Homo erectus racialmente
diferenciado, sin sustentar en el m e n o r asomo de
explicación a ambas afirmaciones.
Pese a que ahora nos parece un esfuerzo orientado en una dirección errónea y estéril de la antropología biológica inicial, ésta proporcionó una base para avances ulteriores. Los métodos de medición y el instrumental estadístico para estudiar la
variabilidad h u m a n a concebidos durante ese período constituyeron un fundamento útil para estudios posteriores. Los datos descriptivos acopiados siguen siendo asimismo aprovechables, aunque con frecuencia nos asalta el deseo de que las
mediciones efectuadas a seres vivos no hubiesen
sido pensadas de forma tan excluyeme sólo para
evaluar el esqueleto y lo que a m e n u d o se denominaban rasgos morfológicos selectivamente neutros. Por último, y ésta es su característica m á s
importante, la atención constante y excluyeme
por la evolución de nuestra especie y su diversidad biológica, acabó por desembocar en los centros de interés actuales, consistentes en por qué
evolucionamos y qué implicaciones tiene el pasado en nuestra salud y bienestar actuales.
La revolución lenta
En los últimos años se ha escrito abundantemente
acerca de las causas de los cambios de orientación
de la antropología biológica en el decenio de
1950, haciendo remontar el interés despertado
por la selección a las demostraciones de que las
mediciones esqueléticas básicas, c o m o el índice
cefálico, podían cambiar en una sola generación
(Boas, 1940). Se ha sugerido asimismo que la sum a de los estudios de los rasgos fenotípicos con
los de la herencia mendeliana simple impulsó una
ruptura de las perspectivas tradicionales (Brace,
1982). La mayoría de los autores atribuyen este
nuevo interés por las causas de la evolución y la
variación h u m a n a a los estudios matemáticos y
experimentales de Fisher, Dobzhansky y Wright,
Biología de la población humana
269
«La paz conduce a la abundancia», grabado británico, siglo xvin. Bibhoicque Nationale, París (Edimedia).
quienes demostraron c ó m o sucedía la selección
(Harrison, 1982).
Es cierto que, a finales de los años cuarenta y
comienzos del decenio de 1950, los antropólogos
formularon multitud de explicaciones de la evolución h u m a n a general y de las causas ambientales
de las variaciones raciales. E n el Reino U n i d o y
en Estados Unidos de América, estas explicaciones renovaron el interés por la genética de la p o blación h u m a n a y a que se pusiera el acento en
c ó m o influye el entorno natural y cultural en los
grupos h u m a n o s . E n tanto que los centros de interés de la disciplina habían c o m e n z a d o a cambiar
de forma bastante radical, el sistema educativo
seguía constituyendo u n a barrera a modificaciones rápidas. E n Estados Unidos, la tradición según la cual los antropólogos debían ser competentes en antropología cultural, arqueología, lingüística y antropología física apenas dejaba lugar para
adquirir competencia en cuestiones de biología
h u m a n a , salvo de antropología física tradicional.
que proporcionaba algunos conocimientos acerca
del entorno cultural, pero los relativos a la genética, la fisiología y la nutrición debían adquirirlos
los antropólogos por sí m i s m o s o a través de actividades relacionadas con el ejercicio de la profesión.
El sistema escolar británico, m á s flexible en lo
tocante a la obtención de títulos de postgraduado,
permitía concentrar m á s los estudios de diversos
aspectos de la biología h u m a n a , pero ello dependía en buena parte de los miembros de los tribunales examinadores. Así, por ejemplo, por haber
ejercido en numerosas ocasiones esas funciones,
J.S. Weiner, especialista enfisiología,y N . Barnicot, en zoología, ampliaron los horizontes de algunos alumnos. E n la mayoría de los d e m á s países,
las posibilidades de que los estudiantes de antropología ampliasen sus perspectivas estudiando la
biología h u m a n a eran aún m á s limitadas. C o m o
han señalado Bielicki et al. (1985) a propósito de
Polonia, el conocimiento de nuevas orientaciones
270
y métodos mediante el estudio en otros países o la
participación frecuente en reuniones y seminarios
internacionales eran habitualmente pasos previos
indispensables para modificar las actitudes personales.
A causa del desequilibrio existente entre la
orientación teórica y la competencia adquirida en
las universidades, la mayoría de los avances logrados hasta mediados de los años 60 hacia una c o m prensión de las relaciones entre la selección y la
evolución h u m a n a se fundaban en investigaciones de profesionales de ámbitos distintos a la antropología. La mayor parte de las investigaciones
efectuadas en todo el m u n d o por especialistas en
antropología biológica seguían las pautas tradicionales. H u b o , claro está, algunos que aportaron
contribuciones notables, aplicando sus conocimientos de la conducta y de la variabilidad biológica a poblaciones no occidentales y análisis estadístico a la información existente. El desarrollo
paralelo de nuevos métodos para medir la c o m p o sición de los cuerpos facilitó también las técnicas
necesarias para los estudios realizados poteriormente.
Desarrollo en las décadas
de los sesenta y los setenta
En el decenio de 1960 la ciencia en general se desarrolló a un ritmo acelerado, desarrollo que también arribó a la antropología biológica. Aumentaron los conocimientos pormenorizados de los primates no humanos y el interés por las causas de la
evolución h u m a n a produjo nuevos métodos de
análisis de un número cada vez mayor de muestras de fósiles humanos tempranos. Decayó la tradicional curiosidad por los orígenes raciales, aunque prosiguieron los esfuerzos por medir la distancia genética entre las distintas poblaciones.
Prosiguieron los debates acerca de la utilidad del
concepto de raza c o m o instrumento taxonómico
(Mead et al.. 1968), pero conforme aumentaron
los conocimientos fue cada vez m á s evidente que
para saber c ó m o influye el entorno en las poblaciones humanas era preciso estudiar unidades demográficas más reducidas y que compartiesen un
patrimonio genético m á s c o m ú n que el de las razas, basadas en un sistema clasificatorio laxo, fundado en el análisis de la morfología externa (Weiner, 1966)
D e la m á x i m a importancia, quizá, para la futura orientación de las investigaciones sobre las
Paul T. Baker
poblaciones humanas fue el Programa Biológico
Internacional (PBI), patrocinado por el Consejo
Internacional de Uniones Científicas, una de cuyas secciones fue dedicada al estudio de la adaptabilidad h u m a n a . El PBI duró oficialmente sólo de
1964 a 1974 (Worthington, 1975), pero la publicación de sus resultados se prolongó durante el
decenio de 1980. El programa carecía de un presupuesto central importante y sus repercusiones
en las ciencias biológicas, en ayuda de las cuales
fue concebido, variaron considerablemente según
los distintos proyectos y países. U n factor importante del éxito de su sección dedicada al estudio
de la adaptabilidad h u m a n a fue la energía y c o m petencia de sus coordinadores. Joseph Weiner
coordinó e impulsó la sección desde su fase de
planeamiento hasta que se finalizaron los volúmenes de síntesis. Ideó un proyecto que habría de
resolver alguno de los interrogantes acerca de cóm o se han adaptado las poblaciones humanas (en
el sentido amplio de este término) a los distintos
entornos del m u n d o (Weiner, 1966). Para elaborar las bases y estructuras necesarias a las investigaciones planeadas organizó, en ocasiones con
ayuda de otras personas, una serie de reuniones
internacionales reducidas, en las que participaron
especialistas en antropología biológica, en genética de la población humana,fisiólogosy científicos
sociales y de la conducta h u m a n a . A d e m á s , apoyó
reuniones y proyectos consagrados a elaborar m é todos y técnicas necesarios para efectuar investigaciones sobre el terreno.
Prácticamente desde todos los puntos de vista,
el esfuerzo obtuvo un gran éxito. Se elaboraron
miles de publicaciones (Collins y Weiner, 1977),
se mejoró el conocimiento de c ó m o responden las
poblaciones a diversas situaciones ambientales
extremas (Baker, 1978; Eveleth y Tanner, 1976;
Milan, 1980) y se obtuvieron nuevos datos sobre
la dinámica de la genética de la población h u m a na (Harrison, 1977). D e hecho, aumentó enormemente nuestro conocimiento de la biología de la
población h u m a n a y se elaboraron métodos para
estudiar multitud de características de la genética
h u m a n a , su morfología,fisiologíay comportamiento en situaciones reales (Weiner y Lourie,
1981). Pese a ello, hay que reconocer que las conclusiones a que se llegó plantearon m á s interrogantes que respuestas y que los conocimientos
ciertos acerca de la selección genética en el seno
de las poblaciones humanas apenas eran mayores
en 1980 que en los años sesenta.
La disciplina que sin duda m á s modificó la
Biología de la población humana
sección de adaptabilidad h u m a n a fue la antropología biológica. El proyecto estimuló y facilitó la
formación de alumnos en esta nueva materia, gracias a lo cual quienes se han doctorado recientemente en la disciplina, por lo general poseen conocimientos profundos de genética de las poblaciones y noción de al menos uno de los aspectos
de la biología humana, además de los temas que
tradicionalmente ha abarcado la antropología física. Actualmente, casi todos los manuales universitarios generales de antropología biológica
comprenden una sección sobre la adaptabilidad
h u m a n a y habitualmente hacen hincapié en las
explicaciones de la variabilidad humana. A d e m á s
de estas repercusiones en los libros de texto de
países c o m o la U R S S (Alekseeva, 1977), Gran
Bretaña (Harrison et al., 1977) y Estados Unidos
(Lasker y Tyzzer, 1982; Weiss y M a n n , 1985), las
frecuentes reuniones internacionales e investigaciones internacionales conjuntas ayudaron sin
duda alguna a acelerar los cambios acaecidos en la
antropología biológica en otros países. Ello no
quiere decir, empero, que el grado de participación de un país dado en el proyecto sobre la adaptabilidad h u m a n a estuviese relacionado directamente con la evolución posterior del estudio de la
biología de las poblaciones humanas en dicho
país. Si el país no contaba con un núcleo consistente de especialistas en antropología biológica
antes del PBI, apenas evolucionó en él el tema de
la adaptabilidad h u m a n a una vez finalizado el
programa.
271
estudios para comprender qué lugar ocupan las
poblaciones humanas en un entorno dado, aumentaron las baterías de mediciones efectuadas
en la población, de forma tal que, a finales del
decenio de 1970, se habían estudiado en profundidad varios grupos humanos, c o m o los inuit (Jamison et al., 1978), los isleños tokelau (Pryor et
al., 1977), los san de Kalahari (Lee y Devore,
1976), los cazadores algonquinos (Steegman,
1983). los quechua de N u n o a (Baker y Little,
1976) y los amerindios yanomano (Neel et al.,
1977). Estimuló en parte la realización de esos estudios la conciencia de que había que estudiar los
estilos de vida, sistemas sociales y relativo aislamiento genético de esos grupos antes de que las
poblaciones se modificasen biológicamente. H a cia mediados del decenio de 1970, resultaba evidente que todos esos grupos estaban atravesando
cambios acelerados y que los estudios que en adelante se realizasen habrían de tener en cuenta las
repercusiones de entornos en proceso de modificación y los ritmos crecientes de mezclas genéticas. Por ello, algunos estudios recientes se han
centrado en las consecuencias de la migración y
en los cambios ambientales in situ (Baker et al.,
1986: WolanskiySzemik, 1984).
Así. pues, los especialistas en antropología
biológica que estudian las poblaciones contemporáneas finalizaron los años 70 con perspectivas
m u y distintas a las anteriores, al no haberse materializado la esperanza de que se lograría describir,
mediante ejemplos abundantes, c ó m o funciona la
Evidentemente, no se debieron sólo al PBI los selección natural en las poblaciones. Se descubrió,
cambios que hubo en la teoría, métodos y forma- en cambio, que el fenotipo, tanto si se medía morción de especialistas en los años 60 y 70. E n ese fológica c o m o fisiológica o bioquímicamente,
periodo, los ámbitos de estudio de la genética m é - procedía de una plasticidad genética mayor de lo
dica y de la genética de la población h u m a n a cre- que se había previsto. Dicho de otro m o d o : sucecieron rápidamente, adquiriendo técnicas nuevas de que características c o m o las dimensiones corque permitieron comprender mejor los cromoso- porales de los adultos, la capacidad de soportar
mas, el A D N , el A R N y el descubrimiento de mul- tensiones climáticas, la resistencia a las enfermetitud de polimorfismos genéticos hasta entonces dades e incluso las necesidades de nutrición dedesconocidos. D e la aplicación de estas técnicas penden en medida considerable del entorno duse derivó un mejor conocimiento del papel que rante el desarrollo. A d e m á s , los estudios a fondo
desempeñan los genes en la formación del fenoti- de poblaciones en entornos extremados, demospo. Gracias a las nuevas generaciones de ordena- traron que la selección debe de haber actuado de
dores, los especialistas en genética de la población modos que nos son desconocidos, puede que c o m pudieron elaborar mediciones m á s precisas de la binando cambios genéticos con capacidades genodistancia genética y crear complejos modelos m a - típicas ya existentes de adaptación y aclimatatemáticos y de simulación de la evolución.
ción.
La aparición y difusión de lo que se ha conveAunque de los dos decenios de esfuerzos sólo
nido en denominar el «movimiento ecológico» se ha desprendido una panorámica borrosa de cótambién influyó hondamente en la estructura de m o pudiera haberse producido la selección genétila antropología biológica. Conforme se idearon ca en nuestra especie, han aumentado considera-
272
Paul T. Baker
aparecieron en la edición de 1964 de Human Biology, obra de Harrison, Weiner, Barnicot y T a n ner, o en el texto de 1963 de Hülse, The Human
Species: An Introduction to Physical Anthropology.
Ahora bien, las investigaciones cuyos resultados se han publicado en el decenio de 1980, indiCan que se han producido varias modificaciones
de orientación desde que se fijaron dichas perspectivas iniciales.
En primer lugar, ha disminuido el interés por
determinados aspectos de la investigación a los
que antes se prestaba gran atención. Entre otros,
se trata de los intentos de demostrar la selección
genética en poblaciones vivas, de demostrar que
existe una base genética para las diferencias de las
funciones cerebrales en distintas poblaciones y de
condensar la variabilidad biológica de las poblaLa aparición de la biologia
ciones en categorías taxonómicas.
En segundo lugar, los métodos que se considede la población humana
ran necesarios para obtener conocimientos seguros son actualmente más rigurosos, por lo que los
En 1982 (Baker. 1982), señalé que había surgido
planes de investigación y las técnicas analíticas
una nueva ciencia transdisciplinaria, que cabía
resultan cada vez m á s complejos.
denominar biología de la población h u m a n a (deEn tercer y último lugar, los problemas estunominación sugerida anteriormente por Joseph
diados presentan con frecuencia objetivos práctiWeiner en 1966). M e basaba en el contenido de
los artículos que aparecían en Human Biology, cos inmediatos y, consiguientemente, la teoría
-cuando se hace mención de ella- tiende a ser de
Annals of Human Biology y otras revistas c o m o
Social Biology, Journal of Biobehavioral Science y un nivel medio, poniéndose menos el acento acAmerican Journal of Physical Anthropology. Las tualmente en las teorías generales de la evolución
características de esa nueva ciencia estaban tam- genética.
Son varias las razones que explican estos c a m bién determinadas por los temas de la serie de libios: la demostración de los procesos de evolubros editados en todo el m u n d o a raíz del proyección mediante el estudio de las poblaciones conto PBI y de su sección sobre la adaptabilidad hutemporáneas ha resultado enormemente difícil.
m a n a , así c o m o por otros proyectos de
Se ha descubierto que buena parte de las investiinvestigaciones sobre las características biológicas y sociales de poblaciones humanas relativa- gaciones descriptivas tradicionales ya no servían
para extraer informaciones nuevas y, algo que
mente reducidas.
Las personas dedicadas a esta rama de las cien- quizá tenga suma importancia, las fuentes de ficias humanas procedían de distintas disciplinas, nanciación exigen cada vez con m á s insistencia
pero la existencia de una ciencia transdisciplina- que los estudios sobre los temas tradicionales de
la biología de la población h u m a n a tengan una
ria se fundaba en que todas ellas se centraban en
la biología de subunidades definibles del Homo utilidad práctica inmediata. Al haber un excedensapiens, compartían una metodología c o m ú n , una te de doctores en antropología biológica de titulabase teórica congruente y un conjunto similar de ción reciente, muchos de ellos han hallado trabajo
fuera de los límites tradicionales del m u n d o acafuentes de información. Esta nueva ciencia refleja
claramente las perspectivas tempranas de la di- démico. L o han conseguido gracias a las mejoras
introducidas en los decenios de 1960 y 1970 en la
dáctica de la medicina que ponían el acento en
una consideración totalizante de la persona y si- enseñanza de la biología h u m a n a y de la metodogue en parte la orientación de la obra de J.S. logía.
Voung, An Introduction to the Study of Man
A su vez, estas nuevas ocupaciones probable(1971). También se basa parcialmente en las pers- mente modifiquen en breve plazo la teoría, métopectivas acerca de la antropología biológica que dos y contenido de la disciplina.
blemente nuestros conocimientos sobre la variabilidad de la estructura genética de las
poblaciones humanas, acrecido nuestro saber
acerca de c ó m o influye el entorno físico y cultural
en la salud y capacidadesfisiológicasde las poblaciones y allegado m á s pruebas de que el entorno
en que transcurre el período de crecimiento y m a duración tiene una influencia permanente en las
características de los adultos. Algo de suma importancia es que los cambios acaecidos en los sistemas de enseñanza han producido un número
considerable de profesionales especialistas en antropología biológica capaces de comprender la
orientación de las nuevas investigaciones y que
poseen un conocimiento práctico de la biología
humana general.
273
Biología de la población humana
>*v,/"
w*^m»-
Antropometria (R D O M K M U Rapim
274
Paul T. Baker
y se pone excesivamente el acento en perspectivas
obsoletas. Se plantea asimismo la grave cuestión
de c ó m o estructurar programas que faciliten a los
Entre las especialidades científicas conexas que
alumnos una información suficientemente a m los estudiosos de la biología h u m a n a aplican acplia, al tiempo que los necesarios conocimientos
tualmente a sus investigaciones, las m á s frecuen- especializados. Estos problemas de los planes de
tes son la genética h u m a n a , lafisiologíaambiental estudio siguen sin resolverse incluso en las U n i y laboral, la nutrición, la demografía, la cardioloversidades de mayor importancia y puede q u e ,
gía y la epidemiología. Recientemente, el interés una vez m á s , haya llegado el m o m e n t o de debatir
por las investigaciones relativas a los seres h u m a internacionalmente en qué debería consistir el
nos sometidos a tensión nerviosa han dado lugar
plan de estudios básico de los estudiantes adelantambién a la adopción de la ciencia del comporta- tados de antropología biológica.
miento y a métodos sobrefisiologíade la tensión
U n problema igualmente importante para el
nerviosa.
desarrollo de u n paradigma de la biología de la
Para la antropología biológica, haber adopta- población es la comunicación internacional eficaz
do técnicas y teorías de otras ciencias h u m a n a s ha entre los estudiosos. La orientación actual de la
significado aumentar considerablemente sus co- disciplina se basa en gran parte en los programas
nocimientos sobre las causas y consecuencias de internacionales de los últimos dos decenios. La
la variabilidad biológica h u m a n a . Para las otras prosecución de los avances requerirá asimismo el
disciplinas, la amplitud de su saber sobre la biolo- tipo de intercambio de ideas e información que
gía h u m a n a , la perspectiva evolucionista y la aquéllos facilitaron. Desafortunadamente, ni las
complejidad estadística que manejan los especia- principales uniones científicas ni la Unesco cuenlistas en antropología biológica con una forma- tan hoy en día con programas comparables a
ción sólida hace que, con frecuencia, se considere aquéllos. A u n q u e algunas organizaciones internam u y favorablemente su candidatura a miembros cionales, c o m o la U I C A E (Unión Internacional
profesores de una Universidad o a investigadores. de Ciencias Antropológicas y Etnológicas) y la InCabría, pues, esperar que la rama de la antropolo- ternational Association of H u m a n Biologists, han
gía biológica centrada en la biología de la pobla- seguido constituyendo u n foro para reuniones
ción h u m a n a dé lugar a u n rápido aumento de breves, es esencial celebrar m á s reuniones en las
nuestros conocimientos y que los titulados en- que se analicen en profundidad temas escogidos
cuentren con facilidad puestos de trabajo adecua- acerca de la población h u m a n a . La Escuela de A n dos.
tropología H u m a n a de Zagreb ha proporcionado
Ahora bien, puede que este futuro halagüeño esa oportunidad en los años 80. y otro tanto ocuno constituya, por varios motivos, una perspecti- rrió con la celebración de las Bodas de O r o del
va inmediata: el problema de mayor importancia Indian Statistical Institute. Cabe confiar en que el
podría ser la implantación de programas de estu- International Institute for Advanced Studies in
dios universitarios adecuados en materia de an- Anthropology, en curso de planificación, ayude
tropología para la formación de profesionales. E n aún m á s en esta apremiante tarea.
la mayoría de los programas impartidos en el
Traducido del inglés
m u n d o siguen figurando asignaturas irrelevantes
Perspectivas futuras
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Paleoantropología
y neoantropología
W u Rukang
nes de habitantes; por su parte, la Oficina de EstaC o m o su nombre indica, la antropologia es la
ciencia del hombre. Pero el objeto de su estudio dística de Estados Unidos de América prevé que a
fin de siglo la cifra será de 6.200 millones.
varía según los países. En algunos se ocupa fundamentalmente de las características físicas del ser
Los seres humanos constituyen una especie
h u m a n o e incluso de los primates; ésta sería la
animal de gran plasticidad. C o n la posible excepantropología en su sentido m á s estricto. En otros ción de los perros y los gatos y, por desgracia, tampaíses, la antropología engloba también los aspec- bién de las ratas que viven en simbiosis con los
tos físicos y socioculturales, la etnología, la arhumanos, ningún otro mamífero presenta un graqueología e incluso la lingüística, y sería una an- do tal de adaptación a los más diversos medios.
tropología en el sentido amplio del término.
En su mayoría, los seres humanos viven actualmente en llanuras con un cliEl presente artículo versa
m a y una h u m e d a d moderaW u Rukang es profesor investigador del Inssobre la antropología física o
tituto de Paleontología Vertebrada y Pados. U n a pequeña proporbiológica, que estudia el orileoantropología. Academia Sínica. P . O . Box
ción vive en regiones
gen y la evolución de la hu643. Beijing. Presidente de la Asociación
montañosas, elevadas, cálimanidad y tiene también nuAnatómica China y miembro de la Acadedas o húmedas.
mia China de Ciencias. H a realizado n u m e merosas aplicaciones práctirosas investigaciones y publicado extensacas. Está surgiendo una
Unos 25 millones de permente en el campo de la paleoantropología.
nueva rama de la antropolosonas viven en territorios
gía biológica que estudia los
montañosos a m á s de 3.000
aspectos físicos de los seres
metros sobre el nivel del
humanos modernos, a la que
mar, con una atmósfera enel autor ha bautizado con el
rarecida. Prácticamente tonombre de neoantropología
dos los rincones de la tierra
( W u , 1986a). A continuaestán habitados por el h o m ción se tratan independienbre. Si los demás mamíferos
temente las tres ramas prinsólo pueden vivir en zonas
cipales de la antropología biológica: la paleoan
bien delimitadas, ¿cuál es la razón de que los seres
tropología, la antropología aplicada y la neo
humanos estén diseminados por todo el planeta?
antropología.
La explicación habitual es que esto se debe a la
adquisición de la cultura. El ser h u m a n o utiliza el
fuego, se refugia en cavernas y se cubre con ropas
para protegerse del frío, pero debe haber también
Orígenes de las razas humanas
adaptaciones biológicas, por ejemplo, modificamodernas
ciones de la morfología, la talla, la pigmentación,
las pautas de crecimiento, etc.
Consideremos en primer término los orígenes y la
evolución del hombre moderno. Según datos de
las Naciones Unidas, a mediados de 1987, la población mundial superaba la cifra de 5.000 milloRICS 116/Jun. 1988
Se observan grandes variaciones respecto a las
características genéticas y a la adaptación al m e dio ambiente, que afectan tanto a los individuos
278
H'u Riikang
c o m o a las poblaciones. Así, éstas presentan ras- sa que fue de Asia Occidental o, m á s recientemengos físicos que se interpretan c o m o diferencias te, del Africa Austral, de donde partieron las po«raciales». En muchos estudios sobre las razas se blaciones para ocupar las regiones en las que hoy
distinguen diversas tipologías, cada una de ellas en día viven las principales razas actuales. H a y
caracterizada por varios rasgos físicos particula- argumentos en favor y en contra de una y otra
res, por ejemplo, el color de la piel, el color y las teoría (Smith y Spencer, 1984). Es m u y probable
peculiaridades del cabello, la forma de los ojos, la que las razas hayan preservado su continuidad renariz y los labios, etc. (Coon, 1962, 1965). U n a gional desde los orígenes del Homo erectus, c o m o
raza constituye una subdivisión de la especie o se ha puesto de manifiesto en China ( W u . 1986 b)
subespécie, en términos taxonómicos, el Homo y que, además, se hayan producido intercambios
sapiens sapiens, integrada por una población con de genes entre las diferentes regiones a lo largo del
una combinación de frecuencias de genes distinta proceso de evolución de la humanidad.
de otras poblaciones de esa misma especie. Ahora
En estos últimos años se están descubriendo
bien, nunca han existido razas puras de Homo sa- en todo el m u n d o cada vez m á s restos fósiles del
piens, pues ya las poblaciones más primitivas de- Homo sapiens, y se realizan más estudios biomobían presentar un polimorfismo genético. E n la leculares de las característicasfisiológicasy biomayoría de los cálculos se estima que las diferen- químicas de las distintas razas. Gracias a esos escias «raciales» representan menos del 10 % de to- tudios, se espera que el problema del origen de las
das las variaciones que se dan en las poblaciones razas modernas quede explicado haciafinalesde
modernas. Con todo, los seres humanos se pueden este siglo, si no en su totalidad, al menos en sus
dividir en varias razas geográficas, por lo general, aspectos esenciales.
en cuatro principales: la mongolóide o amarilla, la Origen del hombre o de los homínidos: El Homo
caucásica o blanca, la negroide o negra y la austra- sapiens actual procede del Homo sapiens arcaico o
loide o cobriza.
primitivo, que poblaba amplias regiones de Asia,
Por sus rasgos físicos externos, la raza blanca Africa y Europa en épocas que se remontan de
se aproxima más a la amarilla, y la negra a la co- 35.000-50.000 años a 200.000 a 250.000 años
briza. Sin embargo, la comparación de muchos atrás. Anteriormente existía el Homo erectus, que
factores genéticos permite llegar a la conclusión
vivía también en Asia, Africa y Europa. Anterior
general de que la raza blanca se aproxima a la ne- a él es el Australopithecus, que vivía entre 1 y 4
groide y la amarilla a la australoide. Confirman
millones de años atrás únicamente en Africa, ya
esta relación los estudios de las mitosis celulares. que no hay, hoy por hoy, pruebas concluyentes de
Así, pues, los rasgos externos dependen en mayor que haya existido también en Asia. Se considera
medida de la influencia de los factores ambienta- que el Homo habilis de Africa es un tipo de transiles que de los componentes genéticos.
ción entre el Australopithecus y el Homo erectus.
¿Cuándo y dónde surgieron estas razas? GeneLa mayoría de los antropólogos cifra en 4 miralmente se estima que las razas actuales aparecie- llones de años la evolución de la humanidad desron hace 35.000-50.000 años, que es desde cuan- de el Australopithecus hasta el hombre actual
do es posible diferenciar las características racia- (Delson, 1985). Algunos expertos, sin embargo,
les del cráneo, difíciles de determinar en tiempos no están m u y seguros de que el Australopithecus o
más remotos. En cuanto al lugar de origen, existen
el Homo erectus formen parte de la línea principal
dos teorías. La primera es la teoríafilogenéticao de la evolución del ser h u m a n o y creen que se trade la evolución directa, que parte de la base de ta más bien de ramificaciones laterales.
que las razas principales aparecieron en las misD e cuatro a ocho millones de años es m u c h o
mas regiones en las que actualmente viven y son el
tiempo en la evolución del hombre. N o se han
resultado de una evolución gradual a partir del
descubierto hasta ahora fósiles que lo prueben.
primitivo Homo sapiens local. La segunda teoría Algunos biólogos marinos han propuesto una hise basa en los fenómenos de migración, substitupótesis acuática, según la cual nuestros antepasación e invasión y da por supuesto que todas las
dos vivían originalmente en el mar (Hardy, 1960;
razas principales surgieron de poblaciones extranLa Lumière, 1981 ; Morgan, 1984), pero son pocos
jeras que migraron, invadieron los territorios y
los antropólogos que la aceptan seriamente. Es nesubstituyeron a las poblaciones locales. Habida
cesario estudiar más el Mioceno superior y el Pliocuenta de que algunos fósiles humanos m u y anticeno inferior, que fue cuando probablemente se
guos presentan rasgos raciales modernos, se pienprodujo la separación del hombre y del m o n o ,
l'ulcoaulropoloifia y nctmntropologia
aunque los restosfósilesdeben ser m u y escasos.
La mayoría de los antropólogos pensaba que el
Ramapiílwcus era el homínidofósilmás antiguo,
de 8 a 14 millones de años, pero recientemente
tienden a considerar que el Ramapithccus y el Sivapillwcus no son más que diferentes sexos del
m i s m o tipo de m o n o y que los ejemplares de SivapilhiTiis descubiertos en diversos países no pertenecen a un m i s m o tipo, c o m o se creía antes. Los
ejemplares de Turquía y Pakistán presentan m u chos rasgos similares al orangután y son probablemente su tipo ancestral, en tanto que los de
Lufeng (China) tienen características comunes
con los grandes simios y los homínidos de Africa y
seguramente representan su tipo ancestral c o m ú n
(Wuetal. 1986).
La determinación de la época es de gran importancia en el estudio de la secuencia evolutiva
de los fósiles humanos. En los últimos decenios se
han efectuado grandes progresos sobre el particular, habiéndose perfeccionado sobremanera los
métodos de determinación relativa y absoluta,
gracias a lo cual se obtienen resultados m á s precisos. Entre otros, se ha adoptado el método de resonancia de los electrones (ESR). La determinación m á s exacta de la época a la que pertenecen
los fósiles de m o n o s y homínidos, ha contribuido
m u c h o a establecer la secuencia de la evolución
del hombre.
También se ha obtenido abundante información de la cronología de los estratos geológicos. Se
hanfijadonuevas fechas para los diferentes períodos de la Era Cenozoica, por ejemplo, la duración
de las distintas épocas del Período Terciario (sobre todo el Plioceno, que de 12 millones de años
se ha aproximado a 5 millones, y el Pleistocene
adelantado de 2-3 millones de años a 1,8 millones). Correlativamente se han ajustado las diferentes divisiones de Pleistoceno. Es de esperar
que en el próximo decenio se organice un congreso internacional que permita llegar a un consenso
en la materia.
Los nuevos métodos y las nuevas técnicas tienen una aplicación cada vez mayor en antropología. El análisis de múltiples variables y otros se
aplican en gran medida al estudio de la evolución
del hombre. Se han obtenido interesantes resultados analizando la estructura del esmalte dentario
al microscopio. El análisis químico de los fósiles
permite llegar a conclusiones sobre el régimen alimentario. Estos estudios plantean algunos problem a s , que requieren nuevas investigaciones.
C o n toda seguridad se descubrirán en el próxi-
279
Hanuman. dios de los monos, Rajastán, India, siglo
XVII]. (Derechos reservados)
m o decenio m á sfósilesde homínidos y m o n o s en
los estratos del Pleistoceno y del Plioceno tardío
que serán de la m a y o r importancia para poder
comprender mejor las épocas del Plioceno inicial
y del Mioceno tardío. Habrá que mejorar y perfeccionar considerablemente los métodos de determinación de fechas y elaborar otros que permitan
establecer con m a y o r precisión las de algunos períodos cruciales, con objeto de comprender mejor
los problemas que plantea la evolución del h o m bre. También se realizarán nuevos estudios teóricos sobre el ritmo que ha seguido la evolución hum a n a y las formas que ha adoptado. Según la teoría del gradualismo filético, las modificaciones
estructurales del organismo constituyen un proceso lento y constante, y las especies nuevas son el
resultado de la transformación de las especies
existentes; según la teoría del equilibrio interrumpido, las especies nuevas surgen de la ruptura de
las líneas en u n punto de rápidos cambios estructurales, al que sigue u n período de estasis (Eldred-
Un Rukung
280
ge y Gould. 1972). A mi juicio, los diversos orga-N
nismos evoucionan según modelos diferentes en
momentos distintos. A m b a s teorías son objeto de
constantes revisiones. Probablemente transcurrirá bastante tiempo antes de que quede resuelto el
problema básico de cuándo y dónde apareció el
hombre.
Es probable que se creen centros internacionales de investigación sobre los orígenes del hombre
en Asia y Africa, donde el número de fósiles de
homínidos y de monos es m u y elevado.
La antropologia aplicada
La antropología aplicada presenta cada vez m a yor utilidad para la sanidad > la economía de un
país. Reviste particular interés para la puericultura, así c o m o en las zonas industriales y agrícolas, donde contribuse a mantener y mejorar la
sanidad pública y a mejorar el rendimiento del
trabajo.
Las características antropométricas dependen
de la nutrición, la configuración genética, la actividad física, el clima y otros factores ambientales,
y se modifican en función del desarrollo económico. Así. pues, en todos los países \ poblaciones se
deberían llevar curvas de crecimiento a inters aios
de varios años. Las medidas del cuerpo h u m a n o
guardan una relación directa con la concepción de
los equipos y los espacios que los seres h u m a n o s
utilizan para el trabajo, el reposo o la protección,
así c o m o con el diseño de instrumentos, vestido >
elementos protectores (cascos, máscaras, anteojos, paracaídas).
El estudio del hombre moderno
En los últimos decenios ha a\anzado extraordinariamente el estudio del cuerpo del ser h u m a n o
m o d e r n o , pero los resultados están dispersos en
diferentes disciplinas. A m i juicio, ha llegado el
m o m e n t o de recopilar e integrar todas esas informaciones en una unidad compleja mediante la
creación de una nueva r a m a científica a la que he
bautizado con el n o m b r e de neoantropologia.
La neoaniropología es el estudio de los procesos y las modificaciones de las características físiReconstrucción del homínido Australopitecus Ajaren- cas del conjunto de la h u m a n i d a d . > c o m p r e n d e la
sis, que vivió en el este de Africa, hace de 2.7 a 6 millo- relación y las diferencias con los animales, en esnes de años. Dibujado por M . García siguiendo las indicaciones de Yves Coppens. D e su último libro: Le pecial con nuestros parientes próximos, los prisigne, l'Afrique et l'homme. Pans. Favard. i98.v
mates, sobre todo los primates superiores c o m o
Paleoantropologia y neoantropología
los m o n o s y los simios; la constitución del cuerpo
h u m a n o y sus modificaciones, comprendidos los
niveles estructurales, las variaciones y correlaciones, la estructura del cuerpo h u m a n o y sus enfermedades, la maduración, los cambios sexuales, la
menopausia, el envejecimiento y la longevidad, el
reloj biológico, las adaptacionesfisiológicasdel
organismo a los diferentes medios y climas; esto
es, los cambios cuantitativos y cualitativos del
cuerpo h u m a n o a lo largo de toda la vida; la clasificación, las características y las causas de la
aparición de las razas humanas, la crítica del racismo, etc.
Algunos de estos temas coinciden con los de la
paleoantropologia, pero el enfoque es diferente.
Por ejemplo, en el estudio de los primates, la paleoantropologia se centra en los primates fósiles,
en tanto que la neoantropología se interesa por los
primates vivos. Por lo que respecta a las razas humanas, la paleoantropologia se ocupa de sus orígenes y la neoantropología de sus características,
de su clasificación y de su causa.
A d e m á s , en el ámbito de la neoantropología
debe incluirse el estudio de las diversas formas de
las artes marciales chinas o kungfu ( J# £ ), entre
ellas el qigong ( ^ j/j ), un misterioso sistema de
ejercicios de respiración profunda, el jingluc
(H ïtr) o sistema meridiano (red de pasadizos
por los que fluye el qi o «energía vital» y a lo largo
de los cuales se distribuyen los puntos de acupuntura), funciones especiales del cuerpo h u m a n o ,
etc. El kungfu tradicional chino tiene una historia
de m á s de 2.000 años.
Es frecuente que un maestro de qigong con u n
dominio adecuado del qi pueda romper ladrillos
con la m a n o o losas de piedra con la frente. Las
partes del cuerpo pueden funcionar de forma casi
281
mágica. El cuello adquiere una dureza tal que no
es posible atravesarlo con una lanza y los maestros son capaces de danzar descalzos sobre vidrios
rotos o tumbarse sobre clavos de punta, así c o m o
otros pueden dejarse destruir a mazazos una losa
de 250 kg colocada encima de su cuerpo.
Según algunos comunicados, gracias a los m é todos biofísicos se ha comprobado la existencia
de redes de pasadizos del qi en m á s del 90 % de los
sujetos estudiados (Qian, 1986; Z h u , 1986).
En los últimos años se ha demostrado que el qi
puede funcionar no sólo dentro del cuerpo, sino
también fuera de él. Así, el qigong puede actuar
sobre el organismo de otro individuo mediante la
intervención de un agente, capaz de tratar enfermedades c o m o la hipertensión, la úlcera gástrica,
etc. La utilización de diferentes técnicas modernas ha puesto de manifiesto que la irradiación de
qi puede modificar la estructura molecular de los
objetos.
Esto parece increíble y durante m u c h o tiempo
se ha considerado el qigong c o m o algo misterioso
e incluso sobrenatural, pero resulta que es verdad.
Hay algunas funciones de nuestro cuerpo que aún
no se comprenden completamente.
El cuerpo h u m a n o puede analizarse en distintos niveles de su estructura (sistemas, órganos, tejidos, células, estructuras submicroscópicas y ultramicroscópicas), pero de todos m o d o s constituye un todo único. D e s d e el punto de vista
funcional, es una unidad compleja. El organismo
guarda también relación con su medio ambiente.
La estructura del cuerpo h u m a n o está envuelta
todavía en el misterio y habrán de transcurrir décadas antes de que ese misterio sea desentrañado.
Traducido del inglés
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Conceptos correlativos
del desarrollo*
Jan-Erik Lane y Svante Ersson
La primera contribución de J. E. Lane y S. Erson cierto, disminuiría así el impulso de la moderniestablece una triple relación con números anterio-zación, y se malograrían la planificación en la m a res de la RICS. Primero, hace referencia al desa- yoría de los países del Tercer M u n d o y los objetirrollo, tema que ha sido abordado desde diferentesvos de los Decenios de las Naciones Unidas conperspectivas en muchos números de esta Revista; sagrados al desarrollo. Para explicar el problema
segundo, del mismo modo que se discute sobre pro- es necesario considerar de qué manera cabe medir
blemas de dalos, conciernen a nuestro trabajo las el concepto de desarrollo, ya que no existe una
interrelaciones entre la producción y difusión desola definición aceptada unánimemente. Si se
datos socioeconómicos primarios y la intercepción menciona una estadística sobre la renta nacional,
se sobrentiende que se trata de uno de los diversos
y análisis de procesos sociales (ver, entre otros muindicadores posibles. Myrdal
chos números y artículos,
enfoca el desarrollo c o m o un
«La información socioeconóJan-Erik Lane es profesor del Departamento
fenómeno multidimensional
mica: sistemas, usos y necesi- de Ciencias Políticas, Universidad de U m e a ,
S-90187, U m e a , Suécia. Es Presidente del
que abarca los siguientes asdades», vol. XXXIII, núm. 1,
Comité sobre Análisis Conceptual y Termipectos: producción e ingre¡981); y por último, relacionológico ( C O C T A ) del Consejo Internaciosos, condiciones de producna cuestiones conceptuales y nal de Ciencias Sociales.
ción, niveles de vida, actituterminológicas de las cienSvante Ersson es miembro del mismo depardes frente a la vida y el
cias sociales sobre las cuales tamento.
trabajo, instituciones y políla Unesco ha promovido la
ticas (Myrdal, 1968: 1.860).
cooperación internacional y
Si bien trata estos aspectos
la investigación durante mupor separado, también soschos años (ver Fred W. Riggs,
tiene que tienden a covariar,
«A Conceptual Encyclopedia
pues cada uno de ellos fortafor the Social Sciences»,
lece a los demás en un pronúm. III, lebrero 1987).
ceso causativo circular
El segundo articulo, de
Teng Langrui, da continuación a alguno de los nú- (Myrdal, 1968: 1.859-1.866). Sin embargo, las
meros anteriores: «El trabajo» (vol. XXXII, núm. mediciones de los ingresos ocupan un lugar pre3, 1980), «La democracia en el trabajo» (vol. ponderante en la literatura pertinente y, particularmente, el PIB per capita.
XXXVI, núm. 100, 1984) y «Youth» (vol. XXXVII,
núm.
106, 1985).
A.K.
Aspectos del desarrollo
Se suele decir que la brecha que existe entre los
países ricos y los pobres es cada vez mayor. D e ser
RICS I I6/Jun. 1988
Esta última estadística puede utilizarse para
medir el nivel de prosperidad. A pesar de presentar dificultades en cuanto a la validez y la Habilidad, puede reflejar el cuadro general de las
diferencias económicas entre los países. En el
cuadro I se presentan los promedios para ciertos
grupos de países, ya que el muestreo se basa parcialmente en los datos disponibles (apéndice).
Jane - Erik Lane y Svante Ersson
284
C U A D R O 1. PIB/per capita. 1980
(dólar estadounidense al precio internacional de 1975)
C U A D R O 2. PIB/per capita, 1960
(dólar estadounidense al precio internacional de 1975)
Países de la O C D E (N=24)
Países socialistas (N=8)
Países de América latina y Central (N= 1 5)
Países de Asia (N=l 3)
Países de Africa (N= 15)
Países del Tercer M u n d o (N=43)
Muestra (N=75)
Países de la O C D E (N=24)
Países socialistas (N=8)
Países de América latina y Central (N=16)
Países de Asia (N= 13)
Países de Africa (N= 15)
Países del Tercer M u n d o (N=44)
Muestra (N=76)
5.689
3.909
2.113
1.532
866
1.502
3.099
3.034
2.083
1.331
723
620
899
1.708
Tomado de: Summers y Heston (1984).
T o m a d o de: Summers y Heston ( 1984).
¿Hasta qué punto es estable este esquema de
diferencias entre países? ¿Cuan grande es la variación dentro de la O C D E , en los países socialistas y
en los países del Tercer M u n d o ?
La variación del grado de prosperidad es considerable entre los llamados países ricos. El país
m á s rico de la O C D E es Estados Unidos con un
PIB por habitante de 8.000 dólares, que puede
compararse con Turquía, cuyo PIB es de 2.000
dólares. Los países de la O C D E no son los únicos
a los que se puede calificar de ricos; el PIB por
habitante de algunas naciones petroleras es asombroso: Arabia Saudita, 8.000 dólares; Kuwait,
17.000 dólares; los Emiratos Arabes U n i d o s ,
24.000 dólares; también está Israel con 4.000 dólares. Las diferencias n o son tan notables entre los
países socialistas a pesar de que p o d e m o s observar q u e la cifra de 5.000 dólares correspondiente
a Checoslovaquia es m u c h o más elevada que la de
1.100 dólares de la China.
El Tercer M u n d o comprende tantos países que
es lógico esperar grandes variaciones entre ellos.
En general, el nivel de prosperidad tiende a ser
superior en América latina que en Africa y Asia.
Los ingresos por habitante en Brasil (2.100 dólares) y particularmente en Argentina (3.200 dólares) son m u y superiores al promedio de Africa. En
Asia observamos la diferencia que existe entre la
India con 500 dólares y Malasia con 2.200 dólares. C o n objeto de determinar si estas diferencias
son m á s o m e n o s estables y establecer las tendencias principales en el período de postguerra, podem o s compararlas con los datos correspondientes a
1960. que figuran en el cuadro 2.
centaje revela que el crecimiento no fue uniforme
entre los diferentes grupos.
Mientras que en los países de la O C D E el aum e n t o fue de aproximadamente el 90 %, el increm e n t o general de los países del Tercer M u n d o n o
fue suficiente para colmar la brecha entre países
ricos y pobres. E n América latina el a u m e n t o fue
del 65 %, en Asia del 110 % y en Africa tan sólo
del 40 %. D e todas maneras, no ha a u m e n t a d o la
separación entre los países desarrollados y la m a yoría de los países en desarrollo, pues las variaciones son demasiado amplias en las categorías principales. Al m i s m o tiempo, el bloque socialista no
ha sido capaz de reducir la brecha en relación con
las economías de mercado, ya que el a u m e n t o no
asciende a más del 80 %.
El fuerte aumento de los países asiáticos no
está de ninguna m a n e r a distribuido por igual.
Hay una pequeña serie de economías de rápido
crecimiento y otra en que el nivel de prosperidad
sigue siendo m u y bajo. D e b e mencionarse en primerísimo lugar al Japón, a pesar de figurar entre
los países de la O C D E . Su ritmo de desarrollo es
sencillamente asombroso, con un P I B por habitante que oscila entre 1.674 y 5.996 dólares. Luego están Singapur (1.054-3.948 dólares), Malasia
(888-2.204 dólares), la República de Corea, que
pasa de una cifra baja (631 dólares) a otra aceptable (2.007 dólares), y Taiwan con su a u m e n t o sensacional al pasar de 733 a 2.522 dólares. Por desiguales que sean esos procesos de desarrollo, todos
resultan sorprendentes si se los compara con la
India, Pakistán y Filipinas. A pesar de 2 0 años de
esfuerzos dirigidos hacia el desarrollo, el nivel de
prosperidad varió sólo marginalmente; en la India pasó de 428 a 498 dólares, en Pakistán de 404
a 663 y en Filipinas de 644 a 1.092 dólares.
En general, el nivel de prosperidad aumentó
durante los últimos 2 0 años cuando el interés por
el desarrollo fue m u y intenso tanto entre los paíEn América Central y en América latina en geses c o m o entre los órganos internacionales, y
cuando el PIB había pasado a ser el objetivo prin- neral, así c o m o en Asia, hay países que se desarrocipal y el medio m á s importante de aumentar el llaron m u c h o o poco entre 1960 y 1980. E n países
bienestar social. Sin embargo, el a u m e n t o de por- c o m o Liberia (689-828 dólares), Zaire (284-296
Conceptos condal ¡vos del desarrollo
dólares). Kenya (378-460 dólares) y Z a m b i a (657672 dólares), los progresos han sido eseasos, por
no decir nulos. Por otra parte, algunos países africanos han experimentado un crecimiento notable:
T ú n e z (770-1.857 dólares), Argelia (1.209-2.043
dólares) y Egipto (54 1-1.1 77 dólares). En América
latina observamos procesos de desarrollo diferenciales en Argentina (2.1 24-3.209 dólares) y Venezuela (2.839-3.310 dólares), en comparación con
Brasil (912-2.152 dólares) y Ecuador (758-1.556
dólares). Las diferencias entre los países en materia de desarrollo y de ritmo de desarrollo son, en
realidad, tan importantes que la noción general de
un grupo de países ricos en contraposición a otro
de países pobres resulta m á s confusa que esclarecedora.
Indicadores del desarrollo
¿En qué medida las diferencias en materia de
prosperidad siguen siendo coherentes cuando se
utilizan indicadores alternativos? Las diferencias
de ingresos por habitante, medidas en función del
PIB ¿covarían con las correspondientes diferencias entre los países en materia de nivel de vida?
El bienestar o la asistencia social son nociones difíciles de fijar en índices de medición con los indicadores sociales pertinentes. E n nuestro estudio,
también deberíamos poder acceder a datos que
contengan los indicadores siguientes: mortalidad
infantil, n ú m e r o de médicos, c o n s u m o de energía,
expectativas de vida, alfabetización, matrícula escolar, teléfono, radio, receptores de televisión,
PIB real para 1980 y calorías per cápita.
L a afirmación de q u e el subdesarrollo es u n
problema general implica que esos indicadores
sociales covarían m u c h o . Según los criterios de la
econometria, deberían tener la m i s m a dimensión. A d e m á s , la teoría del desarrollo implica
también que el indicador de la renta por habitante covaríe con cada u n o de los indicadores sociales. El análisis según los factores del cuadro 3
puede probar la corrección de esas afirmaciones.
El análisis de los factores demuestra que, debido a la fuerte covariación entre los indicadores,
se plantea u n problema general de subdesarrollo.
E n los países que tienen u n P I B bajo por habitante, también suelen ser bajos los otros índices de
bienestar. Sin embargo, ello n o implica que existan dos grupos definidos d e países: los desarrollados y los subdesarrollados.
285
CII\[)RO 3. Análisis de factores
de los indicadores de
bienestar
Indicadores
Expectativas de vida
Alfabetización
Tasa de inscripción escolar
Mortalidad infantil
N ú m e r o de médicos
Calorías per cápita
P N B real 1980
Televisión
C o n s u m o de energía
Teléfonos
Radio
N = 75
Varianza explicada:
Factor 1
Factor 2
0,884
0,875
0,860
-0,850
0,775
0,728
0,610
0,542
0,396
0,387
0,208
0.357
0,338
0,308
-0.359
0,450
0,521
0,740
0,817
0,802
0,817
0,841
75,8 %
9,4 %
T o m a d o de: World Handbook of Political and Social Indicators, 3. a ed., 1984.
Ritmos del cambio
El desarrollo tiene una connotación dinámica.
Los países en desarrollo son aquéllos que, a distinto ritmo, pasan o esperan pasar de u n nivel
bajo a u n nivel alto de bienestar social. A veces
ambicionan emular a los países ricos, aunque
otras veces el objetivo es m á s realista y consiste
solamente en salir de la pobreza.
El ritmo de los procesos de desarrollo puede
medirse por diversos indicadores; por ejemplo,
por m e d i o del aumento del PIB por habitante
(cuadro 4).
C U A D R O 4. Tasas medias de crecimiento en
P N B / per capita, 1960-1980
Países de la O C D E (N=22)
Países socialistas (N=8)
Países de América latina y Central (N=15)
Países de Asia (N=12)
Países de Africa (N=15)
Países del Tercer M u n d o (N=43)
Muestra (N=72)
3,5
5,3
2.7
4.3
1,7
2,8
3,3
T o m a d o de: Banco Mundial (1982).
El crecimiento de u n a economía varía de a ñ o
en a ñ o y refleja una serie de factores n o relacionados con el desarrollo. L o que nos interesa en
este estudio es la tasa m e d i a de crecimiento de
los diferentes países, es decir, la rapidez del proceso de desarrollo cuando se t o m a n en cuenta las
fluctuaciones económicas de u n año a otro.
Jane - Erik i^ane y Svanle Ersson
286
En general, las tasas de crecimiento han sido
más bajas en los países del Tercer M u n d o que en
los países ricos, con excepción de los países asiáticos cuya tasa media de crecimiento, de aproximadamente el 4 %, supera la de los países de la
O C D E , que es del 3,5%. El crecimiento de las
economías de Africa ha sido particularmente escaso - m e n o s del 2 % por término medio-, mientras que la tasa media de crecimiento de América
Central y de América latina es de, aproximadamente, 3 %. La tasa media de crecimiento de los
países socialistas que figuraron en el muestreo es
también m u y alta, manifiestamente del 5 %, lo
que parece algo exagerado. Si se hubieran incluido datos de la década de los ochenta, el cuadro
no habría sido tan brillante.
Hay dos factores que tal vez expliquen esta situación: la producción y la población. O bien la
tasa de crecimiento de la producción del Tercer
M u n d o fue baja o bien la tasa de crecimiento de
la población fue m u y alta. El cuadro 5 informa
sobre el crecimiento del PIB total para los años
60 y 70.
En este cuadro puede verse que el dinamismo
de las economías del Tercer M u n d o era igual al
de los países ricos, siendo incluso mayor en Asia.
El rápido crecimiento de la población explica el
escaso aumento de los ingresos por habitante
(Bairoch, 1977). El cuadro 6 revela que la expansión de la población fue casi tan grande c o m o el
aumento de la producción, lo que significa que el
cambio general en el nivel de prosperidad por habitante no pudo colmar la brecha que existía entre países ricos y pobres, excepto en algunos países en rápido desarrollo.
El proceso d e desarrollo
Los países m u y industrializados han pasado por
el proceso de c a m b i o social que los ha llevado de
la pobreza a la abundancia y al estado de bienestar; para los países pobres este e s q u e m a de c a m bio social resulta el objetivo principal según la
teoría y la práctica de la modernización. El prob l e m a político básico consiste e n identificar la
estrategia de modernización: ¿planificación o
c a m b i o provocado por el m e r c a d o ? Las experiencias históricas d e las e c o n o m í a s d e m e r c a d o y las
del experimento soviético sugieren d o s tipos
ideales que en la práctica p u e d e n combinarse de
distintas maneras: el desarrollo japonés, calificad o a m e n u d o de capitalismo dirigido por el Estado, y el socialismo competitivo, hacia el q u e parece dirigirse C h i n a .
Es, n o obstante, considerable el desacuerdo
sobre los m e d i o s y objetivos del desarrollo que el
impulso de modernización p u e d e lograr c o n éxito. Los países en desarrollo n o son todos iguales.
Algunos h a n progresado rápidamente, logrando
un gran c a m b i o social, mientras que otros apenas
se han m o d e r n i z a d o . E n el cuadro 7 p u e d e n verse d o s grupos de países con arreglo al a u m e n t o
del porcentaje del nivel de prosperidad m e d i d o
por habitante. El primer grupo incluye a los países con u n fuerte a u m e n t o del P I B por habitante,
mientras que el segundo grupo c o m p r e n d e aquellos q u e registraron u n a u m e n t o p o c o importante.
A pesar de q u e sea cierto d e m a n e r a general
que la brecha entre países ricos y países pobres
n o se ha reducido, t a m p o c o es imposible q u e los
países del Tercer M u n d o resuelvan el problema.
E n realidad, la correlación entre el nivel de a b u n dancia de 1960 y el de 1980 n o es perfecta puesto
que algunos países h a n m e j o r a d o su situación.
Por ejemplo, J a p ó n (7 %). la República de Corea
(7%). Taiwan (6%), Singapur (7,5%), Malasia
(4,3 %), Iraq (5,3 %) y Argelia (3,2 %). Las cifras
del PIB por habitante en esos países son comparables a las de algunos países de la O C D E . El ni-
C U A D R O 5. Tasas medias de crecim iento en PIB 1960-1970 y 1970-1980
1960-1970
1.
2.
3.
4.
5.
3-5.
1-5.
Países de la O C D E (N=22)
Países socialistas (N=2)
Países de América latina y Central (N=14)
Países de Asia (N= 12)
Países de Africa (N=l 5)
Países del Tercer M u n d o (N=41)
Muestra (N=65)
T o m a d o de: Banco Mundial (1982).
5.3
7.2
5.2
6,5
4.2
5,2
5,3
1970-1980
(N=22)
(N=7)
(N=15)
(N=12)
(N=15)
(N=42)
(N=71)
3.3
6.5
5.2
6.8
3.8
5.2
4.7
287
Conceptos correlativos del desarrollo
C U A D R O 6. Tasas medias de crecimiento demográfico 1960-1970 y 1970-1980
1960-1970
1.
2.
3.
4.
5.
3-5.
1-5.
Países de la O C D E (N=22)
Países socialistas (N=9)
Países de América latina y Central (N=15)
Países de Asia (N=l 3)
Países de Africa ( N = 15)
Países del Tercer M u n d o (N=43)
Muestra (N=74)
0,99
0,87
2.53
2,65
2,65
2,60
1,91
1970-1980
(N=22)
(N=9)
(N=15)
(N=13)
(N=15)
(N=43)
(N=74)
0,77
0,72
2,34
2,45
2,81
2,57
1,81
Tomado de: Banco Mundial (1982).
vel de prosperidad del Japón es tan elevado com o el de los Países Bajos o Finlandia, el de
Singapur e Iraq es comparable al de Portugal y
Grecia, y el de la República de Corea, Taiwan,
Malasia y Argelia, puede compararse con el de
Turquía. Kuznets declaró, hace 20 años:
Por ello, la actual diferencia internacional en
la producción por habitante, que es aproximadamente de 1 5-20 a 1 (con arreglo al promedio de los países desarrollados y de los populosos países asiáticos que a comienzos de los
años 60 tenían un PIB por habitante inferior
a 100 dólares), resulta en parte de las diferencias en las tasas de crecimiento durante los siglos \i\ y \ \ y. en parte, de las disparidades
en la producción inicial por habitante. Además, dado que la mayoría de los países que
lograron el crecimiento económico moderno
tenían inicialmente una producción elevada
por habitante, las diferencias internacionales
se hicieron m á s profundas y continuaron
agravándose en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial (Kuznets. 1966: 304305).
ciones generales de que los países ricos pasan a
ser aún m á s ricos y que las naciones pobres se
hunden aún más en la pobreza. Al contrario, parecería que el crecimiento económico se produce
en los países que no eran ni ricos ni pobres en
1960, mientras que los m u y pobres siguen pobres
y que los m u y ricos viven un cambio lento a m e dida que sus economías llegan a sazón.
O A D R O 7. Incremento porcentual del
P N B per capita 1960-1980
Crecimiento rápido:
de 7.5% a 2,8%
Crecimiento lento
de 2.7% a -1 %
Singapur
Kenya
República de Corea
Camerún
Jordania
Venezuela
Iraq
México
Brasil
Marruecos
Túnez
Sri Lanka
Argentina
Tailandia
Bolivia
Ecuador
Tanzania
Malasia
Chile
Nigeria
El Salvador
Indonesia
Egipto
Liberia
India
República Dominicana
Esto hoy ya no es cierto. Desde 1960. la distinPanamá
Etiopía
Argelia
Uruguav
ción tradicional entre países pobres y países ricos
Perú
ha perdido sus contornos y cierto nivel de pros- Paragua\
Zambia
peridad no va necesariamente acompañado por Costa Ricai
Colombia
Zaire
una tasa específica de crecimiento.
Senegal
Malawi
N o existe una asociación lineal entre el PIB Filipinas
Madagascar
por habitante en 1960 y el crecimiento del P N B Pakistán
Ghana
por habitante entre 1960 y 1980. Algunas naciones que tenían un nivel bajo en 1960 se han desa- Tomado d e: Banco Mundial (19X2)
rrollado a ritmo lento y otros países con ingresos
medios desplegaron un rápido crecimiento económico, mientras que la mayoría de los países
que ya eran ricos en 1960 muestran una tasa de
crecimiento mediana o baja. Las conclusiones de
las investigaciones no pueden apo\ar las afirma-
Determinantes del desarrollo
El resultado de la b ú s q u e d a de las causas del subdesarrollo se ha traducido en u n gran n ú m e r o de
288
Jane - Erik Lane y Svante Ersson
10000-
X
X
X
X
*
: ooo 0
X
*
*
1
1
600
1 200
I
1 800
I
I
2 400
3 000
I
.? 600
4 ROO
5 400
6000
PIB real per capita 196(1
D I A G R A M A 1. Nivel económico, 1960 y crecimiento, 1960-1980
hipótesis relativas a las condiciones de un nivel
de vida elevado y del camino que lleva al m i s m o .
Hay factores que son transversales y otros que
son longitudinales. Entre los factores que llevan
a un estado de subdesarrollo o a un proceso lento
de desarrollo podemos observar los siguientes:
/. Agricultura: una elevada proporción de la
población empleada en la agricultura es un
síntoma de subdesarrollo (Lewis, 1955; Reynolds, 1975).
2. Población: cuanto m á s numerosa sea la población menor será el ingreso por habitante
o el crecimiento del PIB por habitante, puesto que será mayor el número de individuos
que tienen que compartir los recursos totales
(Bairoch, 1977).
3. Producción industrial: la industrialización es
considerada el sello distintivo de la modernización; por ende, cuanto m á s vasto sea el
sector industrial, m á s elevado será el nivel de
vida o la tasa de crecimiento (Rostow,
1960).
4. Sector servicios: es característica de los países
desarrollados la proporción considerable de
personas económicamente activas que trabajan en el sector terciario. Esta es la hipótesis
básica de la teoría postindustrial (Bell, 1974;
K a h n , 1970).
Conceptos correlativos del desarrollo
5. Esquema comercial: se describe la modernización c o m o u n proceso por medio del cual
el aislamiento y la tradición se enfrentan con
nuevas formas de vida que son una consecuencia de la interacción internacional.
Cuanto m á s amplio sea el sector comercial y
m á s internacionalizada la economía, m á s rápido será el desarrollo (Katzenstein, 1984).
Sin embargo, la teoría de la dependencia sostiene lo contrario, es decir, que la internacionalización reduce la prosperidad (Cockcroft,
Frank y Johnson, 1972).
6. Orientación del mercado: el gran debate entre
los planificadores y los ideólogos del mercado demuestra que hay dos teorías contrarias
sobre las exigencias institucionales del desarrollo: la asignación de mercados contra la
economía planificada. Se solía creer, tanto
en la teoría c o m o en la práctica, que la planificación era una condición necesaria del desarrollo. Sin embargo, la ideología de la planificación ha sido recientemente cuestionada
y rechazada (Caiden y Wildavsky, 1974).
7. Democracia contra autoritarismo: una de las
controversias principales de la teoría del desarrollo se refiere a la función del estado.
¿Podrá lograr la India el m i s m o ritmo de desarrollo que China? ¿La existencia de un estado fuerte y unificado es una condición necesaria para el desarrollo? Se ha sostenido
que no puede lograrse un desarrollo rápido
con un «Estado débil» (Myrdal. 1968).
8. El coeficiente capital/producción: según una
teoría predominante, el problema del subdesarrollo es el resultado del bajo nivel del ahorro y de las inversiones (el modelo de Harrod-Domar). Sin embargo, la hipótesis principal sobre el crecimiento económico tuvo
un apoyo relativo (Yotopoulos y Nugent.
1976).
9. Dimensión del Estado: en contraposición con
la hipótesis del «estado débil», se ha sostenido que el crecimiento económico exige mercados amplios. Por ende, una gran distribución de recursos públicos no conduce al
desarrollo. Cuanto m á s grandes sean el sector público y la redistribución, m á s baja será
la tasa de crecimiento económico (Wildavsky. 1986).
10. Esclerosis institucional: el desarrollo crea necesariamente actitudes innovadoras y positivas frente al cambio. Por consiguiente, cuanto m á s reglamentada y organizada esté una
289
sociedad, m á s bajo será el desarrollo económico. Es así que el crecimiento institucional
no conduce necesariamente al crecimiento
económico (Olson, 1982, 1983).
/ / . Sazón económica: según una teoría popular,
el crecimiento económico se relaciona con el
estado de la economía. Es posible que haya
economías en rápido desarrollo en países con
un modesto grado de prosperidad. Las economías desarrolladas han sazonado, lo que
significa que su tasa de cambio disminuye
(Horvat, 1973).
12. Educación: el crecimiento económico parece
vincularse estrechamente a los conocimientos y a su aplicación a la producción (Kuznets, 1966; Becker, 1964). Cuanto m á s alto
sea el nivel de los conocimientos científicos
avanzados y m á s rápida su difusión por m e dio del sistema educativo, m á s elevada será
la tasa de desarrollo.
¡3. Política industrial: el desarrollo puede estimularse mediante la utilización, por el estado, de una sene de políticas específicas en
materia de crecimiento. Los ejemplos m á s
notables son Japón y Taiwan, dos casos de
expansión económica dirigida por el Estado
(Zysman, 1983). ¿Pero cuáles son las resonancias generales de las políticas industriales0 (Johnson, 1984).
¿ C ó m o elegir entre estas explicaciones alternativas? Es posible llegar a ciertas previsiones
contradictorias a partir de factores alternativos
que dependen de la comprensión del desarrollo.
La hipótesis agrícola según la cual el pasaje de la
población económica activa del sector primario
al sector secundario o terciario permite llegar al
desarrollo, no es suficientemente precisa. T o d o
depende de si la m a n o de obra que deja la agricultura podrá emplearse en un trabajo productivo en la industria o en el sector de los servicios.
Es posible que el desarrollo de un país determinado requiera una mayor producción en el sector
agrícola por esa parte de la m a n o de obra que ya
está en actividad en ese sector. Por ende, la teoría agrícola puede significar que el sector agrícola
debería reducirse o que habría que resolver de
antemano el problema de la productividad.
La industrialización solía identificarse c o m o
el arquetipo del desarrollo, pero las hipótesis
postindustriales indican que un nivel elevado de
empleo en el sector industrial puede no conducir
al crecimiento económico. Las mismas contradicciones se aplican a la expansión del sector ter-
290
ciario. En general se considera.que una gran cantidad de servicios constituyen un indicador de
desarrollo, aunque sabemos que los problemas de
la productividad son tan importantes en el sector
público c o m o en algunos sectores privados. La
expansión del comercio puede considerarse un
signo de' desarrollo -observemos las llamadas
economías abiertas y las economías «milagrosas»
de Asia Sudoriental-, pero al m i s m o tiempo un
comercio m u y activo puede ser negativo para la
industrialización de un país pobre. El desarrollo
de naciones tan grandes c o m o Estados Unidos y
la U R S S se realizó sin un comercio intenso. La
importancia de las inversiones del capital físico
para el crecimiento, según la tradición neoclásica, fue aceptada hasta que se sostuvo que no era
el propio capital el que estimulaba el crecimiento
sino el uso de la inversión con fines productivos
que también exigen capital h u m a n o , clima innovador y espíritu de empresa.
Las teorías del desarrollo siempre discutieron
la función del gobierno o del estado. Por otra
parte, se ha sostenido que un estado fuerte es necesario para el desarrollo, pero, ¿hasta qué punto
es fuerte un estado que no es «débil»? La planificación generalizada, c o m o ocurre en una economía totalmente planificada, ¿es la única opción
factible? ¿ O bien es la planificación indicativa la
opción correcta de una economía de mercado?
U n estado fuerte puede implicar un elevado cons u m o gubernamental y una redistribución de los
ingresos que interfieren en el funcionamiento de
los mercados, pero, ¿es que el hecho de asignar
muchos recursos públicos conduce realmente a la
eficacia y a la productividad? Los partidarios de
la alternativa del mercado sostienen que un funcionamiento eficaz de los mercados conduce al
crecimiento económico. La posición del estado
parece particularmente vaga en las teorias del desarrollo, algunas de las cuales afirman que prom u e v e el desarrollo mientras que, según otras, lo
obstaculiza ya que tiende a promover sus propios
intereses mezquinos o a verse apresado en redes
institucionales que disminuyen la eficacia social.
La teoría acerca de las políticas industriales reconoce las funciones alternativas del estado. Algunos gobiernos adoptan complejas políticas orientadas hacia el crecimiento mientras que otros
actúan c o m o opresores y se apoyan en la tradición política y en la cultura política.
Cuando la teoría presenta tan pocas orientaciones sobre dónde hallar la clave de la lógica del
desarrollo (Chenery, 1983), el único enfoque que
Jane - Erik Lane y Svante Ersson
puede adoptarse para avanzar un poco es ei enfoque inductivo. V a m o s a ensayar un par de m o d e los relativos a las condiciones del desarrollo. T o m a r e m o s dos variantes dependientes, el PIB por
habitante en 1980 y las tasas de crecimiento m e dio entre 1960 y 1980. Las consideraciones teóricas, aunque indeterminadas, nos llevan a buscar
determinantes en una larga lista de indicadores
ya identificados (apéndice).
Estimación de modelos
En nuestra búsqueda de una teoría coherente del
desarrollo, e m p e z a m o s por el análisis de los factores que en cierto m o d o están relacionados con
el nivel de opulencia o con la rapidez de cambio
de la misma. El procedimiento consiste en investigar una serie de correlaciones correspondientes
a grupos diversos de países con elfinde establecer los factores teóricamente pertinentes que presentan una relación con las variables dependientes. E m p e z a m o s por el nivel de opulencia
(cuadro 8).
La variación transversal de la opulencia tiene
un carácter esencial y se observan en cada país
correlatos sociales, económicos y políticos. U n
alto nivel de opulencia está asociado a una estructura demográfica particular: una numerosa
población adulta que trabaja en la industria, y no
en la agricultura, y que crece lentamente. T a m bién corresponde a cierta estructura educativa: la
institucionalización de la educación primaria, un
porcentaje elevado de matrícula en la enseñanza
secundaria y un número importante de alumnos
en las instituciones de educación superior. Estas
observaciones coinciden con las expectativas teóricas. Resulta m á s difícil establecer las variables
económicas específicas que aparecen c o m o fuente de riqueza, por ejemplo, las pautas comerciales o las inversiones. Parece que hay cierta relación entre la riqueza y una determinada
estructura política: regímenes estables con una
inclinación democrática, respeto a los derechos
humanos, y un gasto público elevado. Cabría
pensar que se trata de observaciones banales, tan
evidentes c o m o el hecho de que haya un nivel
elevado de riqueza en países de población protestante o católica caracterizada por su homogeneidad étnica, es decir, los llamados estados occidentales prósperos y acomodados.
Es interesante comparar el reducido grupo de
países de la O C D E con el numeroso grupo de
291
Conceptos correlativos del desarrollo
C U A D R O 8. Correlaciones con el nivel de riqueza:
nivel PIB/ per capita 1980
Indicadores
Inversión nacional bruta, 1960:1980: cambio
Inversión nacional bruta, 1980: nivel
Porcentaje de población en edad de trabajar
Porcentaje de población agraria
Porcentaje de población en la industria
Inscripciones en la escuela
Inscripciones en educación superior
índice I M P E X
índice Gini
Modernización (año)
Democracia 1965
Derechos humanos aprox. en 1980
Gobierno socialista
Gasto estatal general, en % de PIB
Porcentaje de población adulta
Volumen de población (log)
Crecimiento de población 1970-1980
Fragmentación religiosa
Porcentaje de población protestante y católica
Fragmentación étnica
Fragmentación religiosoétnica
países del Tercer M u n d o . L a correlación social,
económica y política que se da en el grupo de los
países ricos del Tercer M u n d o es algo distinta a
la de las naciones ricas de la O C D E . Las inversiones a gran escala y la producción industrial están
m á s íntimamente asociadas a la opulencia en el
Tercer M u n d o que en el grupo de países de la
O C D E . Por otra parte, el alto nivel de opulencia
de los países ricos coincide con una situación política caracterizada por la democracia y un vasto
sector público, lo que n o se aplica a los países ricos del Tercer M u n d o . Asimismo, la fragmentación étnica y religiosa se manifiesta asociada m á s
íntimamente a la pobreza en los países del Tercer
M u n d o que en las naciones de la O C D E .
Estas correlaciones distan m u c h o de ser perfectas; en m u y pocos casos son superiores al 0,8
y en m u c h o s son inferiores al 0,5. Por lo d e m á s ,
no puede decirse cuál es la causa ni cuál es el
efecto. Las observaciones permiten definir una
pauta de características típicas de los países ricos
y de los países pobres, sin que se puedan aislar
las causas determinantes. A d e m á s existe una inevitable interacción entre las variables independientes. E n nuestra estimación de modelos, pasem o s ahora a examinar la interacción del nivel de
Muestra
total
(NW75)
-0,22
0,07
0,80
-0,88
0,80
0,72
0,70
0,03
-0,52
-0,82
0,49
0,58
0,40
0,54
0,85
-0,05
-0,81
-0,12
0,53
-0,43
-0,30
OCDE
Economías
de mercado
(N=68)
Tercer
Mundo
(N=43)
(N=24)
-0,24
0,07
0,85
-0,88
0,83
0,73
0,71
0,06
-0,57
-0,83
0,63
0,71
0,41
0,61
0,89
-0,07
-0,83
-0,16
0,54
-0,44
-0,32
0,35
0,35
0,46
-0,88
0,72
0,64
0,61
0,30
-0,05
-0,40
0,26
0,11
0,14
0,07
0,44
-0,18
-0,37
-0,43
0,31
-0,52
-0,52
-0,52
-0,28
0,64
-0,80
0,41
0,19
0,51
0,10
-0,31
-0,44
0,49
0,68
0,20
0,40
0,59
0,04
-0,57
0,30
0,30
0,26
0,38
opulencia con los factores demográfico, educativo, económico y político (cuadro 9).
El nivel elevado de opulencia se da en los países que se han modernizado hace tiempo y que
han hecho la transición de una economía basada
en la agricultura a una economía industrial. N o
hay datos para sustentar la idea de que un estado
fuerte equivalga forzosamente a una situación de
opulencia. Resulta interesante señalar que el rasgo que caracteriza un largo proceso de modernización en los países ricos n o se descubre cuando
se examinan sólo las naciones de la O C D E o sólo
los países del Tercer M u n d o . ¿Qué es lo que caracteriza, pues, el desarrollo rápido de los países
ricos y pobres? U n a cosa es el nivel de opulencia
y otra el ritmo de cambio de la opulencia. El ritm o de crecimiento medio está asociado a varios
factores (cuadro 10).
En primer término, puede decirse que no
existe un conjunto específico de factores d e m o gráficos que lleven a la expansión económica.
Cabe sorprenderse de que el crecimiento d e m o gráfico no corresponda ni a las tasas de bajo crecimiento ni al volumen de la población agraria.
Pese a la importancia que tiene la existencia de
una amplia población industrial, no es ésta la que
Jane - Erik Lane y Svaníe Ersson
292
C U A D R O 9. Análisis de regresión del nivel de riqueza (PIB/
Muestra
Economías
de mercado
total
Factores de predicción
(N=75)
Porcentaje de población en edad
de trabajar
(N=43)
Beta
t-stat
0,57
0,02
0,40
0,09
3,78
-6,02
-0,22
0,35
-0,49
4,13
-4,81
t-stat
0,03
0,33
-0,54
0,16
Porcentaje de población agraria
Inscripciones en la escuela
-0.02
índice 1 M P E X
índice Gini
-0,03
0,12
-0,64
Modernización (año)
Gasto estatal general, en %de P1B
-0,27
-3,43
-0.20
0,01
0.22
1.42
0,08
1,31
0,08
1,42
Fragmentación religiosoétnica
R2
R:A
0,08
OCDE
Tercer
Mundo
(N=67)
Beta
t-stal
Beta
Inversión nacional bruta
per capita 1980)
0,01
-0,06
1,73
0,88
0,86
determina el crecimiento económico. L o m i s m o
ocurre con la educación: repercute positivamente
en la expansión económica, pero su importancia
no es decisiva. Verdaderamente importante es el
nivel de las inversiones y el ritmo con que c a m bian, tal c o m o había previsto la teoría neoclásica
del crecimiento ( H a h n y Matthews, 1964). Las
estructuras políticas que se observan en los países de rápido crecimiento son diferentes de las
que se asocian a u n nivel elevado de riqueza: en
los países de crecimiento rápido brillan caracte-
0,06
0,16
-1,11
0,98
-2,17
(N=24)
0,92
1.71
Beta
t-stat
0,08
0,35
0,29
1,48
-1,99
-0.81
-0.03
-6.54
-0.56
-0,32
0,96
-0,00
-0.36
0,17
-0,02
0,10
0,20
-0,05
-- 0 , 5 5
--1,49
0.08
0,28
0,48
0,27
1,91
1,57
-0,13
-0.03
2,51
--0,33
0,89
0,84
0,80
0,87
0,80
0,66
-1.46
0,91
rísticamente por su ausencia los rasgos (democracia, derechos h u m a n o s y gastos en bienestar) que
caracterizan a los países que se h a n modernizado
desde hace tiempo. U n aspecto interesante es que
el crecimiento económico se observa en los países que presentan una homogeneidad étnica y religiosa. Al parecer, dicho crecimiento guarda relación con la unidad social que se refleja en una
importante acumulación de capitai.
V e a m o s ahora algunos modelos m á s complejos (cuadro 11 ).
C U A D K O 10. Correlaciones con el crecimiento de riqueza: PNB/crecimiento per cápita 1960-1980
Indicadores
Inversión nacional bruta, 1960-1980: cambio
Inversión nacional bruta, 1980: nivel
Porcentaje de población en edad de trabajar
Porcentaje de población agraria
Porcentaje de población en la industria
Inscripciones en la escuela
Inscripciones en educación superior
índice I M P E X
índice Gini
Modernización (año)
Democracia 1965
Derechos humanos aprox. en 1980
Gobierno socialista
Gasto estatal general, en % de PIB
Porcentaje de población adulta
Volumen de población (log)
Crecimiento de población 1970-1980
Fragmentación religiosa
Porcentaje de población protestante y católica
Fragmentación étnica
Fragmentación religiosoétnica
Muestra
Economías
Tercer
total
de mercado
Mundo
(N=75)
(N=68)
(N=43)
OCDE
(N=24)
0.67
0,65
0,63
0,68
0,85
0,69
0,38
-0,27
0,25
0,14
-0.31
0,40
0,41
0,36
0,36
-0,40
0,49
0,17
0,16
0,29
0,21
0,42
-0,21
0,21
-0,34
-0,16
-0,03
-0,03
-0,16
0,20
0,47
-0,06
-0,06
-0,07
0,14
0,16
-0,11
0,06
-0,08
0,32
0,16
0,24
0,30
0,12
0,18
0,00
0,04
-0,28
-0,12
-0,18
-0,30
-0,11
-0,22
0,01
-0,36
-0,38
0,10
0,33
-0,12
0,65
0.48
0,24
0,42
-0,19
0,24
-0,18
-0,36
-0,23
-0,49
-0,50
0,06
0,22
-0,31
0,20
-0,55
-0,10
-0,18
-0,36
-0,38
-0,37
-0,33
-0,35
-0,32
-0,45
293
Conceptos correlativos del desarrollo
C U A D R O I I. Análisis de regresión del crecimiento de la riqueza
(PIB/ per capita 1960-1980)
Muestrai
total
(N=75)
Beta
l-stat
Factores de predicción
Inversión nacional bruta
Crecimiento demográfico
1970-1980
Porcentaje de población agraria
Inscripciones en la escuela
índice I M P E X
índice G i m
Modernización (año)
Gasto estatal general, en % de PIB
Fragmentación rcligiosoétnica
R1
R2A
0,69
-0,31
0,13
0,25
0,10
-0,10
0,04
0,04
0,08
8,46
-1,97
0,87
2.06
1,34
--0,96
0,26
0.38
--0,96
0,71
0,67
El crecimiento se asocia a diferentes factores
económicos y políticos tanto en las naciones ricas
c o m o en las naciones pobres. Las observaciones
evocan una situación de variabilidad estructural,
en el sentido de que en un grupo de países hay una
serie de condiciones que conducen a un ritmo rápido de desarrollo, mientras que en otro grupo de
países el crecimiento económico se ve favorecido
por una serie distinta de condiciones. En los países del Tercer M u n d o la tasa media de crecimiento de las inversiones nacionales es un hecho d o m i nante, aunque no pueda decirse lo m i s m o en lo
tocante a los países ricos. U n estado fuerte (juzgado por el porcentaje del PIB que se destina a gastos estatales generales) no conduce en los países
ricos a una tasa elevada de crecimiento económico. Sin embargo, no cabe considerar c o m o de aplicación general la relación negativa entre el crecimiento económico y el estado fuerte en las naciones d e la O C D E . E n términos generales, el
crecimiento demográfico es con m u c h o m á s i m portante, ya que de ser rápido, disminuye el ritmo
de desarrollo.
Economías
de mercado
(N=67)
Beta
l-stat
0,74
-0.31
-0,09
0,15
0,12
-0.02
0.05
-0,02
-0,06
0,72
0,67
Tercer
Mundo
(N=43)
Beta
t-stat
8,70
-1.99
-0.55
1.15
1.39
-0,18
0,35
-0,19
-0,65
0,78
-0,06
-0.1 8
-0,02
0,18
-0.01
0.00
-0,01
-0.01
0,8 1
0,75
8,91
-- 0 , 6 8
-1,28
•-0,20
1,78
-0.10
0,00
--0,06
--0.07
OCDE
(N=24)
Beta
t-stat
0,34
1,23
-0,31
0,13
0,36
0,12
-1,02
0,42
1,94
0,46
0,06
0,16
-1,94
-1,31
-0,01
0.04
-0.61
-0.31
0.74
0.53
ya en I960 el ingreso per capita de los diferentes
países hacía que fuera evidente la oposición entre
un Occidente rico y un Sur pobre, pero no es cierto que esa diferencia se haya mantenido o incluso
acentuado. N o hay ninguna relación entre el nivel
de riqueza y el ritmo de cambio de la riqueza juzgados en las estimaciones per capita. Ello significa
que existen genuinas diferencias de desarrollo. Algunos países han salido de la pobreza entre 1960 y
1980. La variedad del proceso de desarrollo en los
diferentes países hace que ya no tenga validez la
separación tradicional entre países ricos y países
pobres, equiparada a la distinción entre naciones
industrializadas de la O C D E y países no industrializados del Tercer M u n d o . E n la actualidad, el
desarrollo tiene diferentes acepciones. Por desarrollo se entiende crecimiento económico y bienestar social, aunque no deba olvidarse que el
proceso de desarrollo provoca importantes modificaciones en la distribución de la riqueza entre
los países.
El desarrollo es el objetivo primordial de la
mayoría de los países del Tercer M u n d o . Se considera que es la clave de la solución de los problem a s sociales y una condición indispensable para
Conclusión
evitar dificultades aún mayores. Para promoverlo, se han ensayado diversas políticas que van desSe considera, por lo general, que cada vez es m a - de la planificación y la coordinación centralizadas
yor la distancia que separa a las naciones ricas de hasta la introducción de la economía de mercado.
la O C D E de los países pobres del Tercer M u n d o : Se considera de manera general que el desarrollo
a pesar de los esfuerzos realizados a lo largo de es u n objetivo económico, aunque cabe recordar
varios decenios para lograr el desarrollo de estos que no es lo m i s m o que un simple crecimiento del
últimos, la distancia n o disminuye. Es cierto q u e PIB. E n el desarrollo de los países del Tercer
Jane - Erik Lane y Svante Ersson
294
M u n d o , la inversión nacional tiene una importancia decisiva. U n rápido crecimiento demográfico
puede obstaculizar el proceso de desarrollo; la
transferencia de poblaciones económicamente activas de la agricultura a la industria constituye
una condición del desarrollo. N o resulta fácil verificar si un estado fuerte o una economía planificada conducen al desarrollo; en los países ricos, el
elevado gasto público obstaculiza el crecimiento
económico. L a homogeneidad social parece constituir un medio favorable al crecimiento e c o n ó m i co. Los factores que p r o m u e v e n un ritmo rápido
de desarrollo n o son los m i s m o s que mantienen
un nivel elevado de riqueza, por lo que cabe esperar que desaparezca la separación tradicional entre países ricos y países pobres.
Traducido del inglés
* Este artículo fue presentado en la Conferencia del C O C T A (Comité de análisis conceptual y terminológico), en
Jaipur, India, Agosto de 1986.
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296
Jane - Erik Lane y Svante Ersson
A P É N D I C E : Variables, indicadores, fuentes y países
Variables e indicadores
Fuentes
PIB real/per capita dólares U S A , 1980 (precios 1975)
PIB real/ per capita, dólares U S A , 1960 (precios 1975)
PNB/crecimiento per capita, 1960-1980
Crecimiento PIB 1960-1970
Crecimiento PIB 1970-1980
Crecimiento demográfico, 1960-1970
Crecimiento demográfico, 1970-1980
Expectativa de vida: hombres, 1975
Tasas de alfabetización, 1975
Inscripciones escolares: primaria y secundaria, 1975
Tasas de mortalidad infantil, 1975
N ú m e r o de médicos por millón de habitantes, 1975
Calorías/ per capita por día, 1974
Receptores T V por mil habitantes, 1975
C o n s u m o energía per capita, 1975
Teléfonos por mil habitantes, 1975
Radios por mil habitantes, 1975
Inversión nacional bruta, 1960-1980: cambio
Inversión nacional bruta, 1980: nivel (% de PIB)
Porcentaje de población en edad de trabajar 1975
Porcentaje de población agraria 1977
Porcentaje de población en la industria 1977
Inscripciones en educación superior 1975
índice I M P E X : importaciones/PNB +
exportaciones/PNB 1975
índice Gini
Modernización (año)
Democracia 1975
Derechos humanos aprox. en 1980
Gobierno socialista
Gasto estatal general, en % de PIB, aprox. en 1977
Porcentaje de población adulta
Volumen de población
Fragmentación religiosa
Fragmentación étnica
Población protestante y católica
Summers & Heston, 1984
Summers & Heston, 1984
Banco Mundial, 1982
Banco Mundial, 1982
Banco Mundial, 1982
Banco Mundial, 1982
Banco Mundial, 1982
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Banco Mundial, 1982
Banco Mundial, 1982
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor & Lewis, 1972
Bollen, 1980
H u m a n a , 1983
Delury, 1983
F M I , 1982
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor, 1981
Taylor & Lewis, 1972
Conceptos correlativos del desarrollo
País
002
020
040
042
070
092
094
095
100
101
130
135
140
145
150
155
160
165
200
205
210
211
212
220
225
230
235
260
265
290
305
310
315
325
345
350
355
360
Estados Unidos de América*
Canada*
Cuba**
República Dominicana
México
El Savador
Costa Rica
Panamá
Colombia
Venezuela
Ecuador
Perú
Brasil
Bolivia
Paraguay
Chile
Argentina
Uruguay
Reino Unido*
Irlanda*
Países Bajos*
Bélgica*
Luxemburgo*
Francia*
Suiza*
España*
Portugal*
República Federal de Alemania*
República Democrática Alemana**
Polonia**
Austria*
Hungría**
Checoslovaquia**
Italia*
Yugoslavia**
Grecia*
Bulgaria**
Rumania**
* Indica un país de la O C D E
** Indica un país socialista
365
375
380
385
390
395
433
450
452
471
475
490
501
510
530
551
553
580
600
615
616
630
640
645
651
663
732
740
750
770
780
800
820
830
840
850
900
920
U n i ó n Soviética**
Finlandia*
Suécia*
Noruega*
Dinamarca*
Islândia*
Senegal
Liberia
Ghana
Camerún
Nigeria
Zaire
Kenya
Tanzania
Etiopía
Zambia
Malawi
Madagascar
Marruecos
Argelia
Túnez
Irán
Turquía*
Iraq
Egipto
Jordania
República de Corea
Japón*
India
Pakistán
Sri Lanka
Tailandia
Malasia
Singapur
Filipinas
Indonesia
Australia*
N u e v a Zelanda*
Desempleo
entre la juventud china
Feng Langrui
Introducción
ducción, proporciona empleo para todos; parte
del principio según el cual el pueblo es dueño de la
sociedad y tiene derecho a trabajar. Así, pues, se
pensaba que el desempleo no podía existir, aunque la realidad impugnaba este concepto tradicional. Era y es responsabilidad de los expertos chinos encontrar una solución. A partir de entonces
el problema laboral de la juventud se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los
medios económicos y sociológicos de China.
El problema del desempleo entre la juventud china afecta principalmente a los graduados de nivel
medio ya que el estado asigna y, en consecuencia,
garantiza puestos de trabajo a los graduados universitarios y de institutos de enseñanza superior,
y c o m o en este último caso la d e m a n d a ha sido
siempre superior a la oferta, para ellos no existe el
problema del desempleo.
En la República Popular
China el desempleo surgió
Feng Langrui es el miembro investigador
más antiguo de la Academia China de Cienen la segunda mitad del deRetrospectiva
cias Sociales, 5, Jian G u o M e n Dajie. Beicenio de 1970. Según una
histórica del
jing, y Secretaria General del Consejo Chino
fuente digna de confianza, el
problema
de Asociaciones Económicas. Economista
número de desempleados asinteresada particularmente en problemas de
cendió a 15,38 millones1. Esdesempleo, ha publicado Remuneración y
Entre el año 1949, fecha de
Empleo (en chino, 19821.
ta situación fue motivo de
la fundación de la República
preocupación general, y m u y
Popular China, y 1985 se
particularmente en los círcuprodujeron grandes cambios
los de las ciencias sociales.
en lo tocante a la situación
En la segunda reunión del
laboral de la juventud, lo que
Quinto Congreso Nacional
para su análisis puede diviPopular de China, celebrado
dirse en cuatro etapas.
en 1979, se planteó la situaPrimera etapa (años
ción del empleo, ya que se
1949-1957). Este fue el pehabía convertido en un serio problema y ese año
ríodo de recuperación económica y del primer
había que planificar la creación de unos siete miPlan Quinquenal (1953-1957). Entonces el n ú m e llones de puestos de trabajo en empresas estatales
ro de desempleados ascendía en China a más de
y colectivas a fin de incorporar al trabajo c o m o
cuatro millones, situación heredada principalmínimo a parte del grupo. D e este m o d o China
mente del período previo a la liberación, además
rompió con un concepto tradicional aceptado dude un pequeño número de personas que quedó sin
rante más de 30 años y se enfrentó a la realidad de
trabajo tras los reajustes de la estructura económique el desempleo también existía en este país
ca. Ahora bien, todos encontraban trabajo en este
socialista.
período de rápido crecimiento económico. La siSegún ciertas interpretaciones dogmáticas del
marxismo, la sociedad socialista, fundada sobre la
base de la propiedad social de los medios de proRICS 116/Jun. 1988
tuación era sumamente favorable para los jóvenes, quienes, sin excepción, encontraban trabajo
una vez llegados a la edad laboral.
300
Segunda etapa (1958-1966). Durante los tres
primeros años (1958-1960) no hubo desempleo
gracias al «Gran Salto hacia Delante». Había exceso de producción y escasez aguda de m a n o de
obra. Durante los cuatro años siguientes de reajuste de la economía nacional se redujeron m u chos proyectos importantes de construcción y se
cerraron o interrumpieron su producción algunas
centrales y fábricas. Veinte millones de trabajadores y cuadros de las zonas rurales, reclutados durante el «Gran Salto hacia Delante», tuvieron que
volver a trabajar en la agricultura. Especialmente
en Shanghai y otras grandes ciudades de Jiangsu,
Zejiang y otras provincias no había trabajo para
algunos jóvenes que habían llegado a la edad laboral. Para resolver el problema se envió a un grupo
a trabajar en las provincias fronterizas y del nordeste, a la vez que se establecieron intercambios
laborales para ayudarlos a encontrar empleo.
Feng Langrui
caran trabajo por sí mismas y se abolió la institución de probada eficacia que se encargaba de
hacer los intercambios laborales. Por todo
ello, fueron millones los jóvenes que quedaron
desamparados, a la espera de que se les asignara
un empleo, lo que explica la génesis del término
«esperando empleo» (daiye).
Cuarta etapa (1979-1985). A lo largo de este
período, el desempleo alcanzó su punto álgido en
1979. sobre todo entre la juventud «instruida»
(graduados de nivel medio). Este fenómeno fue
motivo de preocupación nacional e internacional.
El gobierno chino tomó a la sazón muchas medidas para generar puestos de trabajo. El resultado
fue inmediato. A finales de 1979. encontraron
empleo 9.026 millones de personas, cifra superior
en el 28 °/o a la prevista por el plan oficial, cuyo
objetivo se había calculado en los siete millones.
En agosto de 1980. tras una preparación adeTercera etapa ( 1 966-1 978). Este fue el período cuada, el Comité General del Partido Comunista
de la «Revolución Cultural» que debilitó la ecoChino celebró una conferencia nacional sobre m a nomía nacional. Entretanto, los niños de la primeno de obra y empleo. En la reunión se resumió la
ra «explosión de natalidad» después de la fundaexperiencia acumulada durante m á s de treinta
ción de la República Popular China se encontraaños v se formuló un nuevo principio rector para
ban ya en edad laboral y buscaban trabajo. En esta
el empleo mediante el cual, en virtud de una placoyuntura M a o Zedong hizo un llamamiento a la
nificación estatal general, la colocación en un
juventud instruida para que fuese al c a m p o a
puesto de trabajo se coordinaba a través de deparaprender del campesinado pobre, de clase media e
tamentos laborales, organizaciones voluntarias de
inferior. El problema del desempleo de la juvendesempleados y trabajadores por cuenta propia.
tud en las zonas urbanas se ocultó tras la fachada
Así, la conferencia y la nueva política abrieron
del traslado de cerca de 17 millones de jóvenes a
nuevas posibilidades de empleo en las zonas urbalas zonas rurales durante 10 años. A d e m á s , cuannas. Afinalesde 1980 eran nueve millones los dedo las empresas urbanas necesitaban trabajadosempleados que habían encontrado trabajo.
res, se veían obligadas a buscar m a n o de obra en el
Se siguió insistiendo sobre el problema, mejoc a m p o , dado que la política imperante les prohirando considerablemente la situación del empleo
bía contratar personal de la ciudad. En conseen las zonas urbanas. Al disminuir el número
cuencia, durante estos 10 años fueron destinados
anual de personas que esperaban colocación entre
a los aldeanos unos 13 millones de empleos que
1981 y 1984 (cuadro 1 ). los jóvenes instruidos que
podían haber sido ocupados por la juventud urbahabían ido al campo y regresado a la ciudad tena. Sin duda esta situación incrementó el número
nían empleo, excepto una pequeña minoría. Los
de desempleados cuando el problema comenzó a
que quedaban por atender o colocar formaban
aflorar en 1973-1974. a la vuelta de grandes conparte de la cohorte anual de los egresados de ensetingentes de jóvenes instruidos a las zonas urba- ñanza media.
nas. Durante este período se creó un sistema de
regulación general de la fuerza de trabajo que centralizaba en los órganos estatales y oficinas laborales de diferentes niveles administrativos la asigSituación laboral de la juventud
nación de empleo a todo el que lo solicitase, entre
en
los ochenta:
los que se encontraban graduados de universidanuevos
enfoques
des, de escuelas de enseñanza profesional y de nivel medio, jóvenes instruidos que volvían del
La política de responsabilizarse de toda la fuerza
c a m p o , oficiales y tropa licenciados de las fuerzas
laboral y de proporcionar a cada persona un traarmadas, etc. N o se permitía que las personas busbajo asalariado, persistente hasta principios del
Desempleo entre la juventud china
301
C U A D R O 1. Desempleo y colocación, 1980-1985. Unidad: 10.000 personas
Año
Número de
desempleados
Número de
Número de
Total de
colocaciones
desempleados
colocaciones
laborales al año*
afinalesde año**
laborales
1980
1.309
900
409
900
1981
1.125
820
305
1.720
1982
969
665
304
2.385
1983
899,3
628,3
271
3.013,3
1984
957,5
721,5
235,7
3.734,8
1985
1.068,9
813,2
230,1
Notas: * Incluye 1) colocación de desempleados de pueblos y ciudades, 2) trabajo asignado a graduados de diferentes escuelas y a
los oficiales y hombres de tropa licenciados, y 3) trabajadores y cuadros rurales recientemente contratados.
** Incluye solamente los que quedan todavía por colocar en pueblos y ciudades.
Fuente: China Statistical Yearbook, 1985 (Beijing, China Statistical Press. 1986). China Statistical Digest, 1986 (Beijing. China
Statistical Press, 1986).
decenio d e 1 9 8 0 . h a puesto al gobierno en u n a
posición e m b a r a z o s a . D a d a la i n m e n s a población
de China, el n ú m e r o de jóvenes que llegan a la
edad laboral es de varios millones al año. y el país
carece sencillamente de suficientes recursos financieros para crear los puestos de trabajo que
son necesarios para satisfacer tal d e m a n d a .
A d e m á s , la política consistente en facilitar a
cada persona un empleo ha tenido efectos negativos tanto para los jóvenes c o m o para las empresas.
Las personas tienen que aguardar a que se les
asigne un empleo, en lugar de buscarlo o crearlo
por su cuenta, lo que ha fomentado entre la juventud la idea de que no sólo se depende totalmente
del gobierno para encontrar trabajo, sino de que
esa es una responsabilidad gubernamental que.
por añadidura, debe colmar todas las aspiraciones. Otros jóvenes, con mayor iniciativa, se quejaban de las prácticas que les impedían dar rienda
suelta a su talento y energía, cualidades que se
iban perdiendo por ese estado de obligada pasividad.
E n el caso de las empresas, las consecuencias
de dicha política eran aún peores. Para cumplir la
cuota anual de colocación laboral, tan inflexible
que llegó a describirse tan «dura c o m o el acero»,
el gobierno, mediante departamentos laborales en
distintos niveles administrativos, asignaba trabajadores a empresas e instituciones independientemente de que fueran necesarios o de que cumplieran o no los requisitos exigidos. El resultado fue
desastroso. E n primer lugar, al disponer de m á s
fuerza laboral que de trabajo, el empleo que requeriría a tres personas había que repartirlo entre
cinco, y a veces hasta entre diez. Esto, s u m a d o a
las irregularidades del sistema salarial, creó una
situación en la que se pagaba un salariofijoa cualquiera, independientemente de la cantidad o calidad de su labor, lo que a su vez engendró malos
hábitos de trabajo: relajamiento del sentido de la
responsabilidad y la disciplina, indolencia total y
degradación de la calidad de la propia fuerza de
trabajo. E n segundo lugar, al haber m á s m a n o de
obra que trabajo, la productividad disminuyó,
obstaculizando las cuatro etapas de modernización.
C o n la nueva política de fuerza de trabajo y
empleo, formulada en la conferencia de 1980. se
relajó paulatinamente el control sobre la situación
laboral de la juventud en la ciudad. N o obstante.
la aplicación de la nueva política era lenta, dada la
inflexibilidad de todo el sistema de gestión laboral conformado durante un período bastante largo
y la consiguiente mentalidad inflexible cultivada
entre los propios jóvenes. Sólo después de transcurridos tres años de ardua labor la juventud china llegaría a adoptar definitivamente una nueva
actitud.
En lugar de esperar la colocación del departamento laboral, algunos jóvenes tomaron iniciativas propias. Formaron cooperativas voluntarias y
grupos cooperativos basados en el principio de
trabajo por cuenta propia. Estas primeras cooperativas surgieron en 1982 en Chongqing, capital
de la provincia sudoccidental de Sichuan, ascendiendo a 1.953 con u n total de m á s de 22.000
miembros.
Estas empresas demostraron la iniciativa e independencia de la juventud, por lo que recibieron
una cálida acogida y apoyo. Se denominaban «colectivos privados» (minban qiyc). para distinguirlos de las empresas colectivas2 dirigidas por el distrito (unidad administrativa dependiente del con-
302
d a d o o municipalidad) o de los comités de
vecinos que habían surgido con anterioridad. Estas empresas colectivas privadas se caracterizaban por algunos rasgos: estaban organizadas sobre
la base del voluntariado, eran financiadas por los
propios miembros y su m o d o de dirección era la
autogestión. Estas empresas asumían totalmente
la responsabilidad de las ganancias y las pérdidas,
tenían una administración democrática y retribuían a sus miembros según el trabajo realizado.
A d e m á s , los salarios no eranfijos,sino que fluctuaban en armonía con los ingresos económicos
de cada empresa. Las investigaciones revelan que
en 1982, el salario medio más alto pagado por las
m á s exitosas de estas empresas colectivas privadas ascendía a 300 yuanes mensuales, cantidad
m u y superior al salario medio del empleado de las
empresas estatales.
Feng Langnii
un respaldo jurídico a su desarrollo. A partir de
entonces se fomentó la economía privada con la
participación en 1985 de 16 millones de personas,
en su mayoría jóvenes.
El cambio de mentalidad
de la juventud respecto al empleo
Por su complejidad y significado, el problema de
la mentalidad de la juventud china respecto al
empleo merece un extenso tratamiento, pero aquí
m e limitaré a hacer un breve examen de algunos
puntos que considero importantes.
Las posibilidades de empleo de los jóvenes de
China en los años 50 y 60 aparecen, cuando miram o s atrás, c o m o casi legendarias. Para los jóvenes
que abandonaban la escuela y hacían su entrada
Desde luego, la prosperidad de estas jóvenes en la sociedad, significaba entonces una dedicaempresas se debía fundamentalmente a su inicia- ción entusiasta a la causa sagrada de la constructiva y vitalidad. Otro factor importante de su éxi- ción socialista, ante la que nunca retrocedían y
to fue el gran apoyo brindado por toda la socie- por la que nunca esperaban remuneración espedad. Del gobierno recibían préstamos y se les exi- cial alguna. El gobierno se ocupaba de todo lo nemía del pago de impuestos durante tres años. D e cesario. Puede decirse, sin exageración, que los jólas compañías de servicios laborales obtenían venes no experimentaban entonces ni la amargura
préstamos con cargo a fondos estatales o la colo- del desempleo ni la dificultad de buscar un trabacación laboral para los jóvenes. D e las minas, cen- jo. En ello se incluye a los jóvenes que abandonatrales y fábricas estatales adquirían equipos y m a - ban sus hogares en las grandes ciudades para parteriales de construcción obsoletos o viejos. E n ticipar en la construcción socialista en las regiootros casos se les brindaba diferentes tipos de ayu- nes fronterizas y la China del Noroeste: estaban
da, c o m o , por ejemplo, locales, etc. El resultado imbuidos de ideales y bajo la providencia del gobierno: más tarde, durante los años en que estuvo
de todo ello fue alentador.
U n a segunda forma de iniciativa de la juven- vigente la política de dar trabajo a todos, la colotud para conseguir empleo fue la gestión privada. cación o la búsqueda de un trabajo fue aún m e n o s
La economía privada, según se estipula en la polí- preocupación de los jóvenes. N o hacían sino espetica estatal de agosto de 1980. es un complemento rar, sin que hubiera otra alternativa. D a d a esta
necesario y favorable para la economía estatal, situación histórica, se desarrolló, naturalmente,
por lo que se ha permitido que exista y se desarro- entre los jóvenes una mentalidad de absoluta conlle. Ahora bien, bajo la influencia del pensamien- fianza en el gobierno. Nacidos en la nueva China
to «izquierdista», m u y pocas personas mostraban y criados bajo la bandera roja, eran los favoritos
interés. Esta situación persistió durante bastante del Cielo y los hijos queridos de China. ¿Cabría,
tiempo, hasta 1984, año en que se aprobó la refor- pues, extrañar que tanto el estado c o m o la familia
m a de la estructura económica en la Tercera Reu- hicieran todo lo posible para facilitarles trabajos
nión Plenária del Duodécimo Congreso del C o m i - satisfactorios y procurarles un brillante futuro?
té Central. Esta decisión puso una vez m á s de m a - Pensándolo bien, puede que algunas de las disponifiesto que en el caso de la economía china siciones reales no fueran tan satisfactorias, auncontemporánea el sector privado asociado a la que cuando menos se garantizaba el empleo con el
forma socialista de la propiedad social, difería del sistema del «bol de arroz de hierro».
caso de las empresas asociadas a la propiedad priSin embargo, las cosas cambiaron afinalesde
vada capitalista, y que para poder desarrollar la los años 70 y a comienzos de los 80. El número de
producción social era indispensable satisfacer las personas que esperaban un empleo rebasaba las
necesidades cotidianas del pueblo y aumentar la posibilidades de los departamentos de trabajo y
capacidad de empleo, por lo que se imponía dar fue preciso abrir nuevos canales para complemen-
Desempleo entre la juventud china
tar sus continuos esfuerzos. Los jóvenes vieron
entonces c ó m o se les alentaba a buscar y crear e m pleos por sí mismos. Entretanto, en algunas e m presas y regiones se experimentaban disposiciones de trabajo contractual en preparación de una
reforma del sistema de contratación laboral.
Este cambio drástico hizo posible que algunos
jóvenes emprendieran el camino independiente
del autoabastecimiento. pese a que la mayoría se
adaptara difícilmente a este nuevo reto. Durante
la fase inicial, fueron muchos los que esperaron
que el estado siguiera ocupándose de todo. D u rante este período un gran número de padres se
acogió al retiro anticipado, para dejar puestos vacantes que pudieran ser ocupados por sus hijos o
hijas.
En julio de 1986. después de m á s de dos años
de experimentación, el Consejo de Estado promulgó cuatro cláusulas provisionales para reformar el sistema laboral del empleo, proclamando
que el nuevo sistema de contratación laboral, que
rige el reclutamiento laboral en todas las empresas
estatales, entraría en vigor el 1° de Octubre de dicho año. El nuevo sistema disponía que las e m presas del estado deberían anunciar las vacantes
para los obreros y la contratación de aquellos que
demuestren poseer calificaciones mediante exámenes en \ez del antiguo sistema de tomar a los
hijos de los trabajadores y los cuadros en su lugar
cuando se retiraban. U n a vez efectuadas las selecciones, la empresa v el aspirante a trabajador debían firmar un contrato fijando la duración del
empleo, así c o m o las obligaciones, responsabilidades, derechos e intereses de ambas partes. Indudablemente, esta reforma ayudará grandemente a
adaptar las calificaciones a las necesidades de las
empresas, rompiendo con el sistema del «bol de
arroz de hierro» > ele\ando la calidad profesional
del trabajador e incrementando los beneficios
económicos de las empresas. La idea se aceptó
con gran entusiasmo por quienes tenían una
orientación independiente. Los que tenían habilidades, capacidades empresariales, espíritu de inicia t i \ a. inspiración y una disposición favorable a
confiar en sí mismos para construir sus propias
\ idas mediante un trabajo duro, en vez de depender de otros, esos jóvenes hacía tiempo que estaban disgustados con la práctica seguida y según la
cual a la persona que se le asignaba un trabajo
debía permanecer en el m i s m o puesto toda su vida \ no hacer sino abandonarse a sus funciones.
Sin embargo, aunque ha aumentado el número de
esos jóvenes de mentalidad independiente, toda-
303
vía éste sigue siendo una minoría. Para la mayoría
de los jóvenes no ha llegado el m o m e n t o del proceso de adaptación a la nueva política. Sin embargo, la mentalidad de empleo de los jóvenes ha experimentado algunos cambios básicos a lo largo
de los últimos años y el concepto tradicional de la
vida ha perdido fuerza.
Cambios en las actitudes
profesionales de los jóvenes
Al comienzo de los años 80, cuando comenzó a
relajarse el control de la antigua política de e m pleo, los jóvenes mostraron las siguientes tendencias, diametralmente opuestas a las actitudes
idealistas de los años anteriores, cuando emprendían entusiastas el camino hacia las regiones fronterizas:
/ Preferencia por las empresas propiedad del
pueblo o de colectivos importantes (es decir, las
dirigidas por las autoridades del distrito o los
comités de vecinos) a expensas de cooperativas
privadas y de las empresas particulares.
2 Preferencia por profesiones de alto prestigio social frente a aquellas de condición social m á s
baja.
3. Preferencia por empleos que requieren conocimientos o aptitudes intensivos, frente a e m pleos que sólo exigen un trabajo físico.
4. Preferencia por empleos en zonas urbanas, especialmente en las grandes ciudades, frente a
empleos en el c a m p o o en provincias lejanas.
La lista podría ser m á s extensa. Pero, en resum e n , las preferencias hacen hincapié en los intereses personales, aunque socavan el altruismo
erigido en nombre de toda la sociedad.
El origen de esto hay que buscarlo en razones a
la vez complejas y fluctuantes. Dejado de lado el
aspecto tradicional del empleo, podemos mencionar lo siguiente: la condición social de los oficios
o profesiones; la remuneración; la estabilidad y la
seguridad del empleo; las posibilidades de utilizar
plenamente las especialidades personales y la prosecución de los intereses privados; la dificultad de
las labores y el grado de ejercicio físico necesario
para llevarlas a cabo; las condiciones para el m a trimonio, el alojamiento y las utilidades y servicios, en particular en las localidades en lo que se
refiere a la vida cultural, la comunicación y el
transporte, etc.. y las consideraciones personales
relacionadas con todo esto.
304
Feng Langnii
A comienzos de los años 80. los jóvenes e m p e - enseñanza superior seguían poniendo la condizaron a sentirse m á s preocupados por la situación
ción social por encima de las consideraciones ecosocial del empico. Esto fue objeto de particular
nómicas. Creció así el número de jóvenes que trapreocupación para los jóvenes de Beijing. Shanbajan en la economía privada, pues ésta ya no era
gai. Leshan (provincia de Sichuan) y Sanhe (proobjeto de desprecio. Al contrario, junto con la
\incia de Hebei). según se desprende del análisis
economía colectiva privada, se convirtió en uno
realizado en esas cuatro localidades. Esta preocude los dos principales canales de colocación o e m pación iba unida a la significación social v a la
pleo. Entre 1981 y 1984. en el número total de
posibilidad de dar pleno juego a las capacidades colocaciones, el porcentaje de los que trabajan
personales, a la remuneración, etc.
en empresas de propiedad estatal bajó de 63.5 al
57.6 "'o. mientras que el porcentaje de empleos en
«La situación social» alude aquí a la categoria
de propiedad en que se ejerce una profesión y a su empresas colectivas o de propiedad privada pasó
0/
prestigio social, asociada estrechamente al pensa- del 36.4 al 42.3 o. E n el último caso, el porcentaje
de colocaciones en la economía privada aumentó
miento v a la práctica «izquierdista» de los últiaún m á s rápidamente, pasando del 3.8 % en 198 I
m o s 30 años en China. La propiedad de todo el
al I 5 % en 1984. Entre los que habrían conseguido
pueblo era considerada entonces c o m o la forma
un empleo reciente, el número de los participanm á s ele\ada del sistema de propiedad pública sotes en empresas privadas se elevó a 1.086.000.
cialista v. de este m o d o , un empleo en una emprefrente a los 319.000 en 1981. Después, esa cifra
sa propiedad de todo el pueblo significaba la segupasó a ser 1.107.000 en 1985. U n a proporción
ridad de un «bol de arroz de hierro» v una mejor
considerable de estos nuevos hombres de negoretribución. La propiedad colectiva era una forma
cios eran jóvenes recientemente graduados en esinferior de propiedad pública. N o sólo se pagaba
cuelas medias.
menos, sino que se vinculaba a un «bol de arroz
de porcelana» que podía romperse. E n la parte
Durante la primera mitad de 1986. tanto las
inferior de la escalera estaba la economía privada,
economías privadas colectivas c o m o las indisujeta a reforma > proscripción («amputación de
viduales disminuyeron a consecuencia de: 1. falla cola capitalista», c o m o se la llamaba entonces).
ta de fondos, debido a la política estatal de restricLn los años 80. esa practica lue sustituida por una ción de créditos: 2. menor suministro de mercannueva política de «alentar v apoyar el desarrollo cías: v 3. exceso de gravámenes, tanto absoluta
de la empresa privada urbana». Sin embargo, en
c o m o comparativamente. Aunque no propiamenla mentalidad dei hombre de la calle la economía
te relacionados con ello, estos problemas restrinprivada seguía siendo «un bol de arroz de papel», gieron ciertamente el desarrollo de las empresas
humillante y fragil. Por otra parte, en algunas lo- colectivas e individuales, lo que repercutió en las
calidades se abandonaba la nueva política y no se
actitudes de los jóvenes al elegir sus carreras.
hacían muchos esfuerzos por llevar a cabo su aplicación. 1 as operaciones individuales eran repetidamente discriminadas e incluso jugadas al alza.
Cambios recientes
Tales sucesos no podían sino ejercer una influenen la estructura del empleo
cia negativa sobre la elección de carrera de los jovenes, algunos de los cuales hubieran preferido
\unque la racionalidad de la estructura del e m m a s bien una colocación en empresas estatales.
pico de un país se rige por la racionalidad de la
estructura industrial de dicho país, ésta determiAl m i s m o tiempo, había comenzado en China
na al m i s m o tiempo el nivel del empleo.
la reestructuración económica iniciada en el camAl comienzo del segundo Plan Quinquenal tupo > mas larde en las zonas urbanas. Los negocios
v íeron lugar en China algunos cambios en la espnv ados experimentaron un auge. Se supo que los
tructura industrial en detrimento del empleo. El
empresarios figuraban entie los que ganaban m a s
primero de ellos consistió en las irracionalidades
dinero. Dentro del contexto creado por las reforde la estructura industrial. Durante el primer Plan
mas, las actitudes de los jóvenes hacia la elección
de carrera siguieron cambiando. Los graduados Quinquenal, la industria pesada representaba el
40.NS "n del valor del rendimiento de la industria
de las escuelas medias se sentían ahora generaltotal, mientras que la industria ligera representamente ansiosos por obtener un empleo por cuenta
ba el 59.1 2 "n. Siguiendo el principio directivo de
propia en operaciones privadas con alta remuneración: incluso los jóvenes serios con diplomas de dar la prioridad a la industria pesada en el desa-
305
Desempleo entre la juventud china
rrollo de la economía nacional, las inversiones en
China se concentraron en este sector, lo que dio
por resultado el aumento del porcentaje de la contribución de la industria pesada al valor del rendimiento de la industria total, mientras que el de la
industria ligera disminuía. En 1960, el valor del
rendimiento de la industria ligera disminuyó hasta el m á s bajo récord histórico, situado en el
33.4 % del valor total del rendimento de la producción industrial, lo que indicaba un grave desequilibrio entre a m b o s sectores. M á s tarde se prestó
atención al desarrollo de la industria ligera, aunque seguía dándose prioridad a la industria pesada
y su crecimiento seguía siendo superior al de la
industria ligera. C o n la excepción del tercer Plan
Quinquenal, en el que el valor del rendimiento de
la industria ligera alcanzó el 50.44 % del valor total del rendimiento de la producción industrial,
rebasando ligeramente el de la industria pesada,
la industria ligera fue siempre un poco a la zaga de
la industria pesada en todos los otros períodos
quinquenales.
La segunda irracionalidad consiste en la proporción existente entre las industrias primaria y
secundaria, por una parte, y el sector terciario,
por otra, este último contribuyendo m u y poco,
siendo inferior a los otros, al valor del rendimiento de la producción total de los tres. Ello se debe al
subdesarrollo histórico del comercio, el transporte, la construcción, etc., y al retraso cultural, especialmente en materia de ciencia y tecnología. Poca fue la inversión del sector terciario, y éste, en
consecuencia, se desarrolló m u y lentamente a partir de la fundación de la República Popular China. Por otra parte, se liquidaron los establecimientos comerciales a lo largo de la transformación socialista de los años 50. En consecuencia.
los sectores encargados de la producción inmaterial sólo pudieron aportar una constribución m u y
pequeña a la economía nacional.
ten en diferentes sectores industriales. Las estadísticas revelan que en China de cada millón de
yuanes sólo se crean 94 empleos cuando se invierten en una empresa industrial pesada de propiedad estatal. Invertidos en una planta de industria
ligera, también de propiedad estatal, esa misma
inversión creará 257 empleos. Ahora bien, invertidos en el comercio, en los servicios o en empresas de ser\ icios públicos en las zonas urbanas, podrán crearse hasta 800 o 1.000 empleos.
En los últimos años, y gracias a los resultados
obtenidos con la reestructuración económica > la
satisfacción de las demandas crecientes de producción y consumo social, la industria ligera aumentó bastante rápidamente para hacer frente a
las demandas de la población; se prestó mayor
atención a los transportes > las comunicaciones
(servicios de correos y de telégrafos); el comercio
y otras industrias del sector terciario (restaurantes, cafeterías, establecimientos de corte \ confección, etc.) empezaron a recuperarse > a ganar el
terreno perdido. > los negocios > las empresas relacionados con las ciencias, la educación, la cultura \ la salud pública, además de otras industrias
de bienestar social. D e acuerdo con esta evolución, se han producido cambios estructurales en
la economía nacional con resultados diversos en
lo que se refiere a la estructura del empleo, llevando a un incremento del m i s m o .
Cambios en la estructura
del empleo industrial
En 1978. el coeficiente total de empleo entre las
industrias pesada > ligera era del 26.6 "o v del
73.4 "o. Desde 1981. el porcentaje de la industria
pesada disminuyó algo v el de la industria ligera
aumentó.
En el cuadro 2 puede verse que. en comparaE n tanto que expresión directa de la estructura ción con 1981. el empleo en la industria ligera inindustrial, la estructura del empleo se caracterizó dica un aumento de 4.053.000 en 1985. mientras
en China, primeramente, por el hecho de que en- el porcentaje aumentó también ligeramente en el
tre la fuerza de trabajo urbana, empleada de m a - total del empleo industrial. C o n respecto a la innera lucrativa figura un número m u c h o mayor en dustria pesada, el número total de personas e m la industria pesada que en la industria ligera, co- pleadas en el m i s m o período a u m e n t ó en
m o también en la producción de bienes materia- 2.700.000. mientras que el porcentaje disminuui
les sobre la producción de bienes no materiales: ligeramente.
en segundo lugar, ello se debe a que existe una
El aumento en el número de los trabajadores v
limitación en cuanto al número de personas e m - los cuadros en la industria ligera en 1981-1985 se
pleadas. C o m o es bien sabido, existe una amplia debe a la drástica expansión de los trabajadores
discrepancia entre el número de empleos que pue- que trabajan en empresas colectivas dedicadas a
den crear determinados fondos cuando se invier- la industria ligera.
Feng
306
Langnii
C U A D R O 2. Empleo en la industria. 1981-1985, con las diferencias entre las industrias ligera y pesada.
Unidad: 10.000 personas
Año
Empleo
industrial
total
Número
%
Número
1981
1982
1983
1984
1985
4.901,7
5.035,3
5.126,1
5.233,2
5.556,0
2.006,7
2.079,0
2.108.5
2.147,5
2.412,0
40,93
41,29
41,13
41,03
43,38
2.895,0
2.956,3
3.017,6
3.085,7
3.145,0
Empleo de la industria ligera
Empleo en la industria pesada
%
59,07
58,71
58,87
58,69
56,60
Fuente: China Statistical Yearbook, 1981-1985 (Beijing, China Slatistical Press. 1982-1986).
Las estadísticas muestran que, a lo largo de
cinco años, pocos son los cambios que han tenido
lugar en los coeficientes entre el número total de
personas empleadas en las industrias ligera y pesada de propiedad estatal, mientras que hubo un
pequeño aumento en la industria ligera y el correspondiente descenso en la industria pesada,
ambos de índole m u y pequeña. Sin embargo, en la
parte industrial del sector colectivo, la situación
era completamente distinta (cuadro 3)
El número de los trabajadores y los cuadros en
las industrias ligeras de propiedad colectiva pasó
de 9.487.000 en 1981 a 11.800.000 en 1985. El
porcentaje total del empleo en la industria ligera
del sector colectivo pasó del 57,5 al 67,8 %.
Esta expansión contribuyó a modificar el coeficiente de empleo entre la industria ligera (incluyendo las industrias ligeras de propiedad colectiva y las que pertenecen al estado) e industria pesada (incluyendo también los dos diferentes tipos de
propiedad), de m o d o que el empleo en la industria ligera cuenta con m á s del 40 % del empleo
industrial total. Así, pues, ha comenzado un proceso mediante el cual se racionaliza la estructura
del empleo en China, con lo que a su vez se racionaliza la estructura de la propia industria.
Cambios en el número
de empleados del sector terciario
El segundo cambio importante en la estructura
del empleo es la proporción creciente de empleados del sector terciario en relación con el número
total de trabajadores y personal directivo de China. Este sector no se había desarrollado suficientemente desde 1950. E n 1949. de todos los trabajadores y personal directivo de las empresas de
propiedad social, sólo el 15,7 % estaba empleado
en las ramas de comercio, abastecimiento de alimentos y servicios. Incluso si se agrega a ese personal el de transportes y comunicaciones, servicios públicos, ciencia y cultura, educación, organizaciones de masas, etc., el porcentaje total
ascendía únicamente a 38 %. M á s tarde, debido a
diferentes razones, disminuyó paulatinamente el
número de empleados en las ramas de comercio,
abastecimiento de alimentos y servicios y su proporción dentro del número total de empleados pasó a ser del 14 % en los años 60 y al 12,5 % en
1975. C o m o luego se prestó mayor atención a su
desarrollo, la proporción del empleo en esas ram a s aumentó al 13,6 % en 1981 y al 13,8 % en
1982, índices éstos que seguían siendo inferiores a
C U A D R O 3. Empleo industrial, 1981-1986, comparación de las industrias ligera y pesada y de los sectores de propiedad estatal y colectiva. Unidad: 10.000 personas
Empleo industrial
total
Industria ligera
Industria pesada
Año
Estatal
Colectivo
Estatal
%
Colectivo
%
Estatal
%
Colectivo
%
1981
1982
1983
1984
1985
3.406,7
3.502,7
3.552,6
3.592,0
3.815,0
1.495,0
1.532,6
1.573,5
1.641,2
1.741,0
1.058,0
1.117,6
1.140,4
1.137,7
1.232,0
31,0
31,9
32,9
31,7
32,2
948,7
961,4
968,1
1.009,8
1.180,0
57,5
62,7
62,0
61,5
67,8
2.348,7
2.335,1
2.412,2
2.454,3
2.583,0
69,0
68,0
67,8
68,3
67,7
566,3
571,2
605,4
631,4
562,0
36,6
37,3
38,0
38,4
32,3
Fuente: La misma que para el cuadro 2. Las cifras correspondientes a 1985 están calculadas basándose en datos publicados por
la Oficina de Estadística.
307
Desempleo entre la juventud china
C U A D R O 4. A u m e n t o del índice de empleo en el scetor terciario. Uridad: 10.000 personas
Empleo en el sector terciario
Año
Total de
Total de
Incremento anual
empleados
empleados
en relación con
el año anterior
%
1980
10.444
4.094.9
1.981
10.940
4.353,2
6.31
1982
11.287
4.555.5
4.65
1983
11.515
4.731.3
3.86
1984
11.890
5.199.3
9.89
1_985
I 1.296
5.293.9
K82
Fuentes: Citrus calculadas según los dalos del China Sniiisüial ) carhot'k. /"AS'.V
los d e los años 5 0 . Para atender a las necesidades
del e m p l e ó s e procuró luego impulsarei comercio,
el abastecimiento y los servicios. S e abrieron sobre todo canales para la iniciativa colectiva e individual; a u m e n t ó c o n bastante rapidez el n ú m e r o
de personas q u e estableció sus propios negocios
colectiva o indiv idualmente. con lo q u e siguió aumentando cada año la proporción del empleo en
el sector terciario. L o anterior se refiere únicamente a las personas empleadas en el comercio, el
abastecimiento de alimentos v los servicios. Si
adoptamos una visión m á s general e incluimos ram a s c o m o transportes y comunicaciones, servicios públicos, ciencia y cultura, educación, bienestar social, organizaciones de masa v banca, para nombrar únicamente los principales campos de
nuestra investigación, se ve claramente que el
porcentaje de empleo en el sector terciario ha venido aumentando constantemente así: 39.2 % en
1980; 39.7 %en 1982; 43.73 %en 1984; v 43.05 %
en 1985 (cuadro 4).
La Compañía de trabajo-servicios
Una nueva forma de organización
social para el empleo de los jóvenes
Creada a comienzos de los años 80. la C o m p a ñ í a
de trabajo-servicios ha desempeñado un importante papel en la formación profesional y el e m pleo de los jóvenes.
T o d o empezó en 1 978 en el municipio de J i lin
situado en el noreste del país, año en el que. bajo
los auspicios de las autoridades de la ciudad, se
creó una C o m p a ñ í a municipal de trabajo-servicios con tres compañías de la circunscripción y
unos 30 centros vecinales de servicios. Fueron inmediatas las repercusiones en el empleo: de los
42.000 jóvenes que encontraron trabajo en 1979
Total de
empleados
"•<>
39.2
39.7
40.36
41.0
43.73
43.05
en esa ciudad, cerca del 30 "o lo obtuv o a trav és deesa compañía.
Otras provincias v ciudades siguieron ese
ejemplo. En 1979 se habían creado 831 c o m p a ñías de trabajo-serv icios, cifra que en 1 980 pasó a
1.200. LT Ministerio de Trabajo estudió la modalidad y decidió extender esa nuev a forma de organizar el empleo de los jóvenes. Hasta I 985 se habían
creado en el país m a s de 38.000 compañías de diferente nivel v diversa indole, lo que constituía
una red m á s o menos generalizada para la canalización v el ajuste del trabajo de utilidad social.
Jerarquizándolas por orden descendente desde
compañías de trabajo-servicios de provincia, región, municipio, condado e incluso barrio, v analizándolas en un plano horizontal c o m o c o m p a ñías, centros de servicios v grupos de vanas e m presas e instituciones, se han convenido en una
red. Según las estadísticas de 1985. el n ú m e r o de
personas que recibió formación profesional o consiguió trabajo a través de esa red supero los ocho
millones.
Empleo de los jóvenes
La función principal de las compañías es facilitar
empleo a los jóvenes. E n sus archivos se acopian
datos sobre las personas que buscan empleo
(edad. sevo. nivel de educación, especialidad, expectativas, etc.): se hacen previsiones sobre la
oferta de trabajo social en el futuro inmediato.
Por otra parte, se investigan, evalúan v predicen
las diferentes solicitudes de trabajo. 1 ornando com o base esa información, se formulan recomendaciones a las empresas c instituciones que buscan trabajadores v personal directivo, que contratarán mediante un proceso de selección dirigido
por los mismos patronos.
Feng Langnii
308
C U A D R O 5. Número y porcentaje de empleos obtenidos a través de las compañías de trabajo-servicios en 19811984. Unidad: 10.000 personas
Año
Número de
empleos
1981
1982
1983
1_984
820
665
628.3
721.5
Fuenie. I Slum Introduction lo lhe Luhow-Scnuc
Company,
Al m i s m o tiempo, las compañías de trabajoUL J
""
servicios, crean sus propias empresas que
e emplean a jóvenes en las ramas de producción vy serser' ,.
vicios. Las empresas creadas en esa forma, de
de diferente clase \ tamaño, han creado millares
de
res de
.,. , ,
puestos para jóvenes y les han dado la posibilidad
íhdad
de dejar de ser consumidores para convertirse
rse en
productores, con lo que se ha generado una1 gran
gran
cantidad de riqueza social. Según las estadísticas,
sucas.
hastafinalesde 1984 esas compañías habíann ffunundado m á s de 210.000 empresas de producción,
ccion.
suministros, comercialización v servicios,. . que
q u e
empleaban a 5.570.000 personas > tenían
in uunn
movimiento total de transacciones de 25.700
mild millones de vuanes. El estado se benefició igualmenI mente de una contribución de más de 1.070 millones
I Iones
de vuanes de impuestos.
En el período 1981-19X4 puede discernirse
rnirse
,
una tendencia ascendente tanto en el n u m e:ro
r o de
empleos obtenidos por conducto de las c o) mmP pa "a ñías, c o m o en el porcentaje total de personas
ís que
que
encontraron puesto en este m i s m o período (cua(cuadro 5).
Formación profesional
Esta es otra labor importante. En términos genegenerales se ha encontrado entre los jóvenes desemesempleados una falta de formación profesional, lo que
loque
constituye un nuevo aspecto del problema del deleí desempleo en China. C o m o los ¡óv enes han recibido
:ibido
una educación general en la escuela media, pero
pero
muv poca formación profesional, les es difícil en;il encontrar empleo, o de lograrlo adaptarse a sus exiis exigencias. Afinde facilitarles un puesto en el m u n mundo del trabajo, el Estado obligo a las empresas a
esas a
contratarlos, independientemente de su idoneiioneidad. Se llegó incluso a asignar una cuota a cada
i cada
fábrica. Con ello se creo una situación embara/oira/osa va que durante cierto tiempo «trabajaban los
an los
trabajadores avezados, mientras que los jóvenes
venes
Empleos obtenidos
a través de las compañías
127
274
394
557
Porcentaje en relación
con el número total
de empleos
15.4%
41.2%
62.7%
77.2 %
distribuido por la Compañía en su lena de Beijing. 1985
simplemente observaban», lo que se tradujo en
una disminución de la productividad. Para resolver el K
problema, se multiplicaron
los cursos de
K
.
,
.
formación en las empresas: «primero empleo, luc.
go formación». Si bien en esa forma se logró m u ,
,,
,
.
cho. surgieron otros problemas va que empleo sig._
.
'
niticaba «bol de arroz de hierro».
n i l
.
i
Paralelamente, eran pocos los Jjóvenes que
,,
querían organizarse v establecer sus propias e m ,
.
• ' . • • . ,
presas, colectiva o individualmente, aunque se
.
,
,- , ,
sentían frustrados por falta de conocimientos teo.
, , _ > • •
,- •
ricos v prácticos de los distintos oficios A m u c h o s
, ,
,,
solo les quedaba c o m o alternativa esperar, de m o ,
.
do pasivo, a ser contratados.
. . .
.
.
.
.
.
Eue asi ev idente c o m o las instituciones educa,
,
,
j ,
uvas de enseñanza media se desconectaban de la
sociedad, sin conseguir satisfacer sus necesidades,
, . .,
va que no brindaban suficiente formación prote'.
. _. ,
, ,
,
sional. D a d a esta situación, desde comienzos de
i
-
on
i
u-
i-
l
los anos 80. el gobierno empezó a relormar la es. . .
, .
_
tructura del sistema nacional de educación. Se
crearon nuevas escuelas profesionales, mientras
que otras de nivel medio general se transformaron
en profesionales con el fin de lograr una proporción equilibrada entre esas dos ciases de instituciones de enseñanza secundaria. Parece que Suzhou. una ciudad de la provincia de Jiangsu. ha
tenido un éxito relativo en este c a m p o ,
Sin embargo, la reforma es una medida a largo
plazo. L'na solución m á s rápida a los problemas
de los jóvenes es una formación breve. El principío aplicado a los egresados de la escuela media
os: «primero, formación: luego, e m p l e o » . La
C o m p a ñ í a de Trabajo-Serv icios se conv irtió en la
base m a s importante del programa. Afinalesdel
primer semestre de 1985 se habían creado 778
centros de formación profesional. La mavoria de
'os millones de alumnos que siguieron los distintos cursos - m a s de 4 3 . 4 0 0 - encontraron un e m pico que correspondía a su preparación. La C o m pañía coloco a la minoría que no había eneontrad o empleo en una de las m u c h a s empresas de
Desempleo entre la juventud china
producción o servicios, o bien recomendaba a los
jóvenes para empleos temporales en otras unidades hasta que encontraran el puesto que les convenía. La Compañía, al contar con sus propias e m presas, está en condiciones de manejar la situación en esa forma.
Puede decirse que la formación impartida por
la Compañía abarca todos los aspectos, por lo que
a contenido se refiere: todos los conocimientos
teóricos y prácticos relacionados con la producción social y la vida cotidiana. Desde luego, las
primeras series de cursos organizados se referían
a industrias de servicios, reparaciones y artesanías. Al partir de la realidad, el contenido de cada
uno de esos cursos se diseñó para atender las exigencias de la comunidad local, lo que explica su
rápida expansión. Asimismo, dejando de lado
consideraciones de tipo puramente formal, la duración de los cursos podía ser de tres o seis meses,
o bien de un año. según los conocimientos teóricos v prácticos que era preciso impartir.
En un principio, los cursos de formación de la
Compañía se organizaron parcialmente c o m o trabajo > parcialmente c o m o estudio propiamente
dicho, lográndose así unos buenos resultados, sin
demasiado gasto público. La práctica adoptada
era la siguiente: la matrícula estaba abierta a todos: los cursillistas pagaban los derechos, pero recibían el sueldo correspondiente a su trabajo: no
se daba ninguna garantía de empleo o de grado,
aunque la Compañía formulaba las recomendaciones del caso > el patrono hacía la selección según las calificaciones del candidato: los cursillistas estaban facultados para hacer su propia elección. Al mantener el principio de la «doble
elección» (es decir: el patrono elegía a los trabajadores v el cursillista seleccionaba el trabajo), se
facilitó a los jóvenes no sólo la oportunidad de
poner en juego sus capacidades de la mejor manera posible, sino que se contribuyó también a la
reforma del sistema de gestión de la m a n o de
obra.
Además de los nuev os graduados de la escuela
media, la Compañía se ocupó también de los trabajadores > del personal directivo que había perdido su trabajo c o m o consecuencia de la modernización de las empresas. La Compañía los recom e n d a b a o les encontraba e m p l e o en otra
empresa o en una de las industrias propiedad de la
Compañía. \ otros se les asignaba un trabajo temporal o recibían una nueva formación, y se recomendaban o colocaban cuando se presentaba la
ocasión. La Compañía desempeñaba el papel de
309
una bolsa de trabajo. Se puede prever que, al continuarse el proceso de modernización del país y
adoptarse nuevas tecnologías sofisticadas, la
Compañía de Trabajo-Servicios desempeñará, com o bolsa de trabajo, una función cada vez m á s
importante para encontrar un trabajo a personas
en su mayoría jóvenes, o bien adaptarlo a su capacidad.
Perspectivas para la segunda mitad
de la década de los ochenta
Durante el sexto quinquenio ( 198 1-1985), China
logró un avance considerable al encontrar empleo
a 36.48 millones de personas. (jCuáles son las
perspectivas para el lustro. I 986-1 990?
Según las previsiones del Ministerio de Trabajo, el panorama general de la oferta de m a n o de
obra será el siguiente: en primer lugar, buscarán
trabajo unos 30 millones de personas, es decir, un
promedio de seis millones por año, en su mayoría
jóvenes de la ciudad. En segundo lugar, para responder a las presiones creadas por el desarrollo de
la economía socialista, las empresas urbanas deberán modernizar su funcionamiento, con lo que
se prevé que antes de 1990 deberán redistribuirse
de I 0 a 12 millones de personas, c o m o consecuencia de la disminución de los puestos de trabajo.
Por otra parte, debido al crecimiento constante de
la productividad agrícola, en las zonas rurales se
presentará un exceso de m a n o de obra de más"de
100 millones de personas. Muchos de esos jóvenes
se verán entonces obligados a abandonar el campo y buscar empleo en aldeas y ciudades. C o m o
consecuencia, entre 1986-1990 seguirá existiendo
el desempleo de jóvenes en las ciudades.
Por otra parte, se crearán otras buenas oportunidades de resolver ese problema durante el séptim o quinquenio. A d e m á s de la experiencia y de
determinadas facilidades con que ya cuenta el
país, cabe mencionar los dos puntos siguientes.
En primer lugar, al avanzar el proceso de reestructuración económica, en muchas instituciones se
producirán cambios que influirán necesariamente
en el empleo. Esto afectará a las empresas de
transporte y de distribución, finanzas y banca,
crédito, impuestos, sistema de precios, etc.; la estructura de los distintos sectores de la economía
nacional será más racional: los reajustes de política permitirán la ampliación del sector terciario.
En su plan, el gobierno ha decidido incrementar la
inversión en campos importantes y en infraes-
310
Feng Langrui
tructuras básicas del sector terciario. T o d o esto
mejorará sin duda alguna la situación del empleo.
En segundo lugar, durante el séptimo quinquenio,
seguirá siendo elevado el índice de crecimiento de
la economía nacional. Si se alcanzan los índices
de crecimiento medio anual previstos en el plan, a
saber, valor total de la producción de la agricultura y la industria: 6,7 %; de la industria: 7,5 %: de
la producción nacional: 7.5 %, se habrá sentado
una base sólida para el empleo en este período.
Conclusión
El desempleo de los jóvenes ha sido una realidad
en China. El problema se agudizó debido a las políticas inadecuadas adoptadas durante la «Revolución cultural», es decir, la movilización de una
gran cantidad de jóvenes hacia el c a m p o y. al mism o tiempo, la contratación de una vasta población de aldeanos para trabajar en zonas urbanas.
Ulteriormente, gracias al avance paulatino de
la reestructuración y la modernización económica, se ha logrado equilibrar mejor el desarrollo de
la economía nacional, así c o m o la estructura de la
industria. Tanto la industria ligera c o m o el sector
terciario se están ampliando m á s rápidamente, con lo que ha disminuido en gran medida el
desempleo de los jóvenes. N o obstante, sería utópico creer que este problema puede resolverse
en China en un período de diez o quince años.
Hoy por hoy. se puede prever una tendencia
paulatina al mejoramiento del empleo de los jóvenes, paralelamente a un crecimiento continuo
y constante de la economía nacional, el éxito de
la política de reestructuración económica, la apertura del país, la reforma del sistema de gestión de
la m a n o de obra, la continua labor del Ministerio
de Trabajo y. sobre todo, la iniciativa de los jóvenes.
Traducido del inglés
Notas
I. LI número de desempleados en
las zonas urbanas de China \ anabá
en 1979 entre 1 1 > 20 millones,
según los diversos cálculos. En
esle artículo figura la cifra de
1 5.38 millones, tomada de una
conferencia dictada por Hua
^ ingchung. Director de la Oficina
de formación v Empico. Ministerio
de Trabaio v Personal, en un curso
de formación para el personal
directivo de distintas unidades
económicas de la Compañía de
Trabajo-Sen icios.
2. En lo sucesivo, el término
de «empresa colectiva» se refiere
a los dos tipos de colectivos
definidos en los párrafos 6 v 7 del
capitulo: «Situación laboral
de la juventud en los ochenta.
Nuev os enfoques».
Proyectos de desarrollo
y las ciencias sociales:
un ejemplo boliviano
Vito S. Minaudo
Introducción
respuesta relativamente apropiada al problema
planteado»5.
El proyecto piloto consistía en capacitar a cinEntre 1978 y 1980 se realizó en Bolivia un proyecco asesores rurales encargados de trabajar en el
to de desarrollo internacional a pequeña escala1,
terreno, en estrecha colaboración con los pequecuyo objeto era crear una situación experimental,
ños productores campesinos. Estos campesinos
con la esperanza de extraer de ella un conjunto de
conceptos, enunciados teóricos y datos concretos eran indios quechuas del altiplano andino, cuyas
que permitieran orientar pragmáticamente2 el de- comunidades se agrupan en la provincia de C h u quisaca, en pequeñas aldeas donde la producción
sarrollo.
se limita casi exclusivamente a la patata. Los priEsta netafinalidadcientífica y la organización
m e r o s organizadores del
de una «investigación orienproyecto
piloto consideratada»' confieren a este proVito S. Minaudo, antes profesor de la Uniron que estas características
versidad de Quebec, y en la actualidad profeyecto un carácter ejemplar.
sor visitante de la Universidad René Descareran interesantes en la mediTal es la razón de que se lo
tes, Sorbona. 12, rue Cujas. 75230 Paris
da en que el medio experianalice aquí, con el fin de
Cedex 05. Francia.
mental guardaba escasa relaformular indicaciones conción con otros contextos, cocretas que sitúen en su debim o el de una gran ciudad,
do lugar los adelantos de las
por ejemplo. Aunque aislaciencias sociales, y m á s predas, las comunidades quecisamente la teoría de la «inchuas de Bolivia no carecen
tervención en función de las
de relaciones sociales con
necesidades»4. Ello significa
otros grupos. El m á s imporque este proyecto se considetante de éstos es, al parecer,
ra c o m o un ejemplo cuye
el de los camionews, mesti«forma» se encuentra tamzos conductores de camiones
bién en otros proyectos de
que operan c o m o intermediarios y transportistas
desarrollo.
entre los indios y los comerciantes mayoristas de
El carácter experimental se justificaba por la
6
voluntad de las autoridades políticas y adminis- patatas. E n el plan de la operación , se estimaba
que el grupo de camioneros mestizos constituía
trativas de extender ulteriormente a toda Bolivia
una de las numerosas causas de la dependencia
las operaciones de desarrollo, gracias a la intereconómica del indio y de la extrema precariedad
vención de agentes capacitados y conocedores del
de su condición material. Así, conceder al indio
medio rural andino.
productor de patatas el control de la venta de su
Así, este «proyecto piloto» se convirtió en un
cosecha suponía hacerle tomar conciencia de su
prototipo de la «investigación orientada», en la
situación de explotación y enseñarle los princimedida en que existe «una relación intencional
pios elementales de gestión en su calidad de camentre las necesidades y la investigación, ya que
pesino productor. Fueron éstos los argumentos
ésta debe emprenderse con el fin de aportar una
RICS 116/Jun. 1988
I Ho S. .Minando
312
que determinaron la decisión de las distintas entidades institucionales de participar en u n proyecto
de «investigación orientada».
En este provecto piloto era imprescindible recurrirá una actividad mult ¡disciplinaria de carácter pragmático. Se pidió explicitamente a los expertos investigadores que. al término del proyecto, los responsables del Organismo Canadiense de
Desarrollo Internacional ( C I D A ) . de la Universidad Laval de Q u e b e c ( P E C A N A ) y del Ministerio
de Agricultura de Bolivia ( I B T A ) pudieran basarse en recomendaciones que respondieran a «una
solución y una política que no sólo correspondieran a necesidades determinadas (presentes y futuras), sino también q u e tuvieran las mayores posibilidades de ser puestas en práctica»". E n otras
palabras, el proyecto piloto debía sentar las bases
para integrara los indios en los circuitos económicos previstos por las instituciones políticas y, de
esta manera, mejorar sus condiciones de vida. Estas ideas figuran en los estudios de viabilidad
efectuados en el terreno por un economista y por
administradores del I B T A .
La estructura teórica
E n la elaboración del proyecto piloto se tuvieron
en cuenta tres conceptos operacionales: la c o m u nicación, que es u n proceso de intercambio; la capacitación, que es u n proceso creador de cambio,
y la transferencia de tecnologías, que es un proceso global en que se establecen relaciones entre la
comunicación v la capacitación mediatizadas por
objetos en sentido lato.
La transferencia de tecnologías. L a expresión
«transferencia de tecnologías», en sentido a m plio, abarca cuatro niveles totalmente indisociables.
a) la instrumentación técnica, q u e es u n objeto
concreto o un conjunto de objetos, simples y
complejos, tales c o m o una reja metálica de arad o , u n centro de cálculo o un m é t o d o de contabilidad para pequeñas cooperativas;
b) los conocimientos prácticos relativos a la explotación racional, integral y económica de la instrumentación técnica;
c) los conocimientos teóricos que sustentan la instrumentación y los conocimientos prácticos, es
decir, el sentido que adquiere el objeto en cuestión respecto del m u n d o técnico actual. U n a reja de arado de tal o cual tipo se inserta en u n
conjunto material y técnico determinado, diná-
mico, técnicamente preciso y con u n a ubicación específica en el tiempo;
d)la dimensión cultural que la instrumentación,
los conocimientos prácticos y el saber teórico
ponen en tela de juicio. U n objeto no se s u m a a
un conjunto de objetos constituyendo el entorno material de u n grupo h u m a n o sin que ese
objeto adquiera u n sentido particular en el contexto de la cultura receptora.
Estos niveles n o constituyen categorías c o m parables entre sí. pero tienen una v inculación dialéctica. Ello significa que la acción resultante tom a en cuenta, expresa y realiza dicha dialéctica.
Este tipo de proceso puede, en consecuencia, dar
lugar a un auténtico desarrollo endógeno*.
La estructura pedagógica
La planificación de la investigación se ha efectuad o en tres etapas. Se inició en Montreal, d o n d e se
definieron las finalidades y los principios de la
«investigación orientada». Después, en el terreno,
los contenidos y la organización de las actividades
de capacitación fueron objeto de prolongadas discusiones. Por último, se elaboró u n «perfil ideal»
de asesor en materia de capacitación.
Las finalidades y los principios
de la «investigación orientada»
El método adoptado debía conducir a una situación en la cual el futuro asesor rural interviniese
libremente y asumiera los obstáculos concretos,
psicológicos, intelectuales v afectivos que suscita
toda transformación social. Se desechó el proceso
lineal habitual propio de las prácticas pedagógicas
-el programa de tipo «bancai ¡o»- en beneficio de
un proceso que se ilustra mediante el siguiente esquema:
Conocimientos
/ \
/
\
Actividades
(praxis)
Medio en que se realiza
la acción social
Implicación
personal
Provéelos de desarrollo y las ciencias sociales: un ejemplo boliviano
El elemento «conocimientos» se refiere a la
adquisición de los conocimientos prácticos y del
saber teórico.
Por «implicación personal» se entienden todas las actividades centradas en el individuo receptor de la capacitación, que lo colocan en situación de crítica, de conciencia, de reflexión sobre
su acción, de distanciamiento respecto de sí mism o , su función, su situación, su medio y su saber.
Esta faceta de la capacitación no existe en los proyectos que aspiran a ser neutros y ajenos a las viviendas emocionales del sujeto y a su lucidez respecto de las incoherencias de su medio. Abarca el
cuarto nivel, la dimensión cultural, en la medida
en que se articula y se inserta en todo acto h u m a no, es decir, dotado de un sentido explícito o implícito.
C o n la expresión «medio en que se realiza la
acción social» se designan todas las actividades
encaminadas a establecer un contacto con el m e dio de trabajo (lugar donde se produce el cambio),
a fin de extraer de él informaciones, sentimientos,
ideas, de abordarlo en términos de análisis y de
reflexión y de detectar sus causas profundas, los
vínculos reales de causalidad, las estructuras de la
organización social y las dimensiones simbólicas,
imaginarias \ materiales del subdesarrollo.
La noción de «perfil ideal»
Ea definición de un «perfil ideal» plantea ciertas
dificultades. En efecto, uno de los problemas
esenciales de los proyectos de desarrollo reside en
la relación entre la acción y la conciencia crítica
que el equipo de expertos proyecta sobre su función y que se transmite a las personas que reciben
la capacitación. Se trata de un proceso técnico,
mediante el cual se elabora una conciencia crítica
que induce a una praxis que se anticipa al futuro.
En este contexto, el comportamiento innovador,
la acción de transformación, es un acto de gestión
controlado, en el que la incertidumbre se convierte en un riesgo identificado''. El «perfil ideal» sigue siendo una proyección dinámica que sirve de
soporte a la conciencia crítica y a la acción. Este
concepto se inspira en el de «tipo ideal» de M a x
Weber 1 ". El perfil ideal adoptado es el siguiente:
al Aptitudes técnicas. El asesor rural capacitado
deberá poseer conocimientos prácticos relativos a:
-las herramientas específicas del medio rural
andino (tracción animal para las labranzas, vehículo apto para todo terreno, etc.);
-los instrumentos de gestión rural (administra-
313
ción de pequeñas unidades de producción, contabilidad por partida doble, etc.);
-los medios de comunicación (medios audiovisuales simples, etc.).
h) Conocimientos tecnológicos. El asesor rural capacitado deberá conocer las líneas de fuerza y
las problemáticas referentes a:
-los conocimientos relativos a las herramientas
rurales de que dispone el m u n d o m o d e r n o y el
ámbito denominado de las «tecnologías apropiadas»;
-los aspectos elementales de la economía política y de la comercialización.
cj Conciencia critica. El asesor rural capacitado
deberá entregarse a un proceso de t o m a de conciencia y de elucidación de la posición del agente de cambio frente a:
-sí m i s m o , sus motivaciones, su propia alienación;
-su propio proceso de capacitación, en su m e dio inmediato de trabajo, y de inserción social
morfodinámica;
-su papel de ciudadano en calidad de agente de
cambio ante las instituciones, discursos, mitos
y proyectos sociales para el futuro.
La estrategia de formación
En relación con las tres facetas, todas las actividades de capacitación convergen hacia «temas». U n
tema es un fragmento de la realidad que comprende un núcleo teórico (por ejemplo, la ley de la oferta y la d e m a n d a ) , la elaboración de un instrumento de acopio (por ejemplo, una encuesta para captar las manifestaciones de esa ley) y un período de
discusión en grupo sobre la resonancia personal
del tema en cuestión.
Abordar un tema concreto y examinarlo desde
todos sus puntos de vista no constituye una idea
nueva en pedagogía. N u m e r o s o s autores han
aportado testimonios que ilustran la riqueza de la
capacitación en espiral en torno a un tema (la imprenta de Freinct. el lenguaje total de F . Gutiérrez, etc.). La fuente de inspiración del proyecto
piloto se encuentra en las prácticas de alfabetización de Paulo Freire1 '.
La aplicación concreta
La implicación personal del sujeto
en curso de capacitación
Los elementos de un proceso de capacitación deben introducirse de m o d o que cada uno remita
314
Vito S. Minaudo
constantemente a otro, en una recíproca relación
de dinamismo e integración. El sujeto en curso de
capacitación debe situarse, integrarse, reajustarse
en una posición de equilibrio morfodinámico perpetuo respecto de sí m i s m o , de los demás y del
m u n d o . Con este fin, se ha utilizado un método
que se había experimentado en el marco de dos
proyectos de la Unesco y en la Universidad de
California, en Berkeley12. Según ese método, se
comienza por una actividad soldada a las otras
dos facetas del esquema precitado. Es dicha actividad la que proporciona los temas de reflexión.
Concretamente, este método combina la utilización de un sistema de vídeo ligero y el análisis
de grupo. El procedimiento es sencillo. El futuro
agente del cambio se graba a sí m i s m o solo y en
privado, durante un breve período (cinco minutos
c o m o máximo), luego se mira y, por último, borra
su grabación, sea mediante un pequeño dispositivo electromagnético, sea volviendo a colocar la
cinta en el punto de partida para la grabación del
colega siguiente. U n a vez que los cinco asesores
han realizado este ejercicio, siempre en privado,
se reúnen durante unas dos horas con el asesor
técnico principal para proceder a un análisis. La
reunión se celebra según los principios de la no
directividad. Los participantes pueden tomar notas personales > estrictamente privadas en una ficha de visualización elaborada previamente por el
propio grupo. El conjunto de esas fichas constituye para cada uno de ellos una reseña privada de lo
que sucede día a día.
La mayoría de las reuniones se celebraron en
la sede del proyecto, en Sucre. Pero esta diferencia
de lugar de grabación y de reunión no tiene importancia: el espacio de sombra bajo un árbol desempeña el m i s m o papel que el espacio de una
oficina. En total, se realizaron unas sesenta reuniones, antes de que el grupo decidiera poner término a esta actividad v solicitara un encuentro
El poder
M i persona
M i familia
Mis amigos
Las instituciones
La adquisición de conocimientos.
Estas actividades consisten en cursos tradicionales reunidos en dos grandes grupos de actividades.
a) La microeconomia rural. En este primer grupo,
las nociones se estructuran en torno a la m i croeconomia rural, tal c o m o queda ilustrado en
el siguiente esquema:
Contabilidad
Administración
Economía
política
Comercialización
Estos cursos tuvieron un carácter de «herramientas de trabajo para el terreno», m á s que una configuración formal y teórica.
Sesiones de
implicación personal
El campesino
para comparar textos no identificados en que se
expresaban las opiniones de cada uno de los participantes. Esta encuesta anónima les hizo tomar
conciencia de una trayectoria personal, ilustrada
por el anterior esquema, que debe leerse en el sentido de las agujas de un reloj.
Todos los futuros asesores recalcaron la aparición, para cada uno de ellos, de relaciones y
vínculos entre los siete puntos definidos en el esq u e m a . Surgió una nueva percepción, no de los
contenidos de cada elemento, sino m á s bien del
aspecto sintético global. En realidad, la integración sintética de los distintos fenómenos percibidos o elaborados en temas durante las reuniones
se establece a partir de un elemento, que trasciende al fenómeno en sí. Este elemento es la toma de
conciencia del carácter ideológico que tiñe la percepción de los fenómenos y su comprensión.
Esta adquisición de conciencia es incomunicable, pues es subjetiva, pero resulta de un retorno
sobre sí mismo, necesario para la percepción del
mundo.
Mis colegas
M i función
profesional
b) La comunicación humana se entiende c o m o lugar de expresión de la cultura y de sus relaciones íntimas con el medio rural andino. El siguiente esquema ilustra este grupo:
Provéelos tic desarrolle y las ciencias sacíales- un ejemplo boliviano
Metodología de
la investigación
Medios
audiovisuales
Comunicación humana
Antropología
La observación del medio.
Hste lipo de actividades no se abordó c o m o un
conjunto de cursillos destinados a aplicar en el
terreno los conocimientos teóricos adquiridos.
Las actividades de observación debían permitir a
los asesores tomar notas, extraer y colegir temas a
partir del medio. Estos temas, y sólo ellos, constituyeron la materia viva que debía tratarse en las
actividades vinculadas a los «conocimientos» y la
«implicación personal». La serie de hechos observados en las aldeas, los mercados y los campos
debía facilitar el descubrimiento de datos m á s
conceptuales. Estos últimos fueron a su vez reinterpretados en función de la experiencia, clarificada conceptualmente o vivida subjetivamente.
El análisis crítico
Este pequeño proyecto presenta sus aporias, sus
paradojas y sus ambigüedades.
Su valor ejemplar reside en poner de manifiesto una contradicción que gira en torno a dos hechos a m e n u d o presentes en numerosos proyectos:
a) el hecho de expresar un discurso de alcance económico a partir de la comprobación de necesidades detectadas por especialistas exógenos;
h) el hecho de concebir la capacitación con una
finalidad de desarrollo endógeno.
En el proyecto piloto, los especialistas en ciencias sociales se encerraron en el espacio restringido de la capacitación de cinco pequeños funcionarios, sabiendo perfectamente que la sociedad quechua n o iba a pasar de un día para otro del
intercambio simbólico entre camioneros y c a m pesinos al intercambio comercial al que aspiraban
una universidad canadiense y el Ministerio de
Agricultura. En cuanto a los cinco asesores, en caso de que su capacitación fuera realmente un éxito, era evidente que iban a buscar otra ocupación
315
que la de «asesores» de campesinos quechuas, o
sea convertirse en funcionarios del Instituto Boliviano de Tecnología Agropecuaria (IBTA), c o m o
deseaba el Ministerio de Agricultura de Bolivia.
La reducción de una concepción social
en psicologismo
En el plan de operaciones se considera que el trueque de la cosecha de patatas a cambio de algunos
productos que trae el camionero (hojas de coca,
harina, alcohol, azúcar, etc.) no favorece al campesino indio. Esta posición se presenta c o m o una
evidencia, y en el proyecto piloto se sustenta la
ilusión de que la transformación de esta situación
es posible si se aumenta la producción de patatas
y se enseñan al indio los rudimentos de la gestión
económica 1 '. Se observa aquí una confusión desde el punto de v ista de la ciencia económica en la
medida en que el trueque forma parte de un sistem a de intercambio simbólico y no de un estadio
primitivo, anterior al intercambio comercial capitalista, así c o m o un reduccionismo sociológico en
el plano de las relaciones reales y de los vínculos
sociales. En efecto, el camionero sólo es reconocido en su función económica y en su situación de
mestizo, es decir, c o m o sujeto ajeno al grupo quechua. La atribución de este estatus de extranjero
deslegitimiza tanto la función c o m o la intervención del camionero en la familia nuclear india, en
la que éste bautiza a los niños y desempeña el papel altamente simbólico de padrino. La relación
entre el indio y el camionero pierde su carácter
subjetivo, ya que se considera estrictamente en el
plano funcional, en el que intervienen parámetros
maleables, reproducibles.
D e este m o d o surge una inferencia sospechosa: una mejor producción y un mayor conocimiento administrativo por parte del indio darían
lugar a que las relaciones con el camionero fueran
menos opresoras y mejorarían la vida material del
oprimido. A este primer vínculo de causalidad artificial se añade la ilusión de que la capacitación
de algunos individuos contaminaría al conjunto
social y lo conduciría rápidamente hacia cambios
que sólo pueden ser las etapas de un progreso indiscutible.
Esta versión superficial y psicologista del historicismo explica la modificación de las reglas y
las costumbres sociales, las leyes y las instituciones mediante la educación de algunos individuos
y, específicamente, gracias al conocimiento administrativo de los circuitos económicos practicados
en los países ricos.
316
El sociologismo propio
de los agentes exógenos
La transformación de la estructura social quechua
no se vislumbra a priori. Ahora bien, este proyecto piloto se fundaba en la convicción de que era
posible prever el cambio con una precisión científica. Ello implica una actitud moral, reforzada por
la certeza de que la previsión del cambio social
permite también administrarlo. Así, los expertos
exógenos se apropian la función de decidir lo que
es bueno y lo que no lo es. Es una forma del historicismo moral14, variante pobre del positivismo,
según el cual la moralidad incumbe, a fin de cuentas, a quienes detentan el saber y el poder. Los
expertos, debido a sus conocimientos autentificados por los estudios universitarios, son percibidos, y se perciben a si mismos, c o m o seres que
trascienden los factores sociales e ideológicos. Este sociologismo, heredero de la sociología del conocimiento, converge con el psicologismo. En
consecuencia, tal enfoque se aleja de la historia,
queda fuera del tiempo, y los asesores en materia
de capacitación pueden encargarse de dirigir el
cambio social.
Ahora bien, esos asesores sólo harán la historia
si se despojan de su función de hombres en la sociedad quechua. Se insertaran en esa sociedad en
calidad defielesembajadores de una finalidad
económica. Su acción contribuirá a trastornar el
orden social «subdcsarrollado».
Del encuentro del psicologismo con el sociologismo surge un m u n d o quechua Moqueado, desprovisto de historia y de estructuras de futuro.
Pedagogia bancaria y
multidisciplinariedad
la ordenación teórica de la conuinnación. la <</pacitación v la Iranslcrcncia de tecnología ha
pc/ado con lo que se denomina comúnmente, en
pedagogía, un m o d o de pensamiento «bancário»,
en el sentido que le atribuye P. Lreire, Es posible
identificar dos puntos teóricos en que se produce
una interferencia de los conceptos y de su ordenación:
al id contenido de los cursos sigue percibiéndose
como un todo racionalmente coherente. Los expertos quedan fijados en la convicción de que
cada contenido posee en sí mismo una ramificación, una progresión lógica que no se puede
abandonar. Según esta concepción, tan difundida, el aprendizaje es la acumulación de cono-
Vito S. Minando
cimientos, elemento por elemento, del más sencillo al más complejo, y esta noción se opone a
la del aprendizaje basado en el proyecto del sujeto frente a lo social.
b) La distribución de los cursos se funda en la
ecuación siguiente: un curso implica un docente. La comunicación interpersonal en la multidisciplinariedad se reduce a un intercambio de
datos continuamente sometidos a la busca de
una progresión que va de lo más sencillo a lo
más complejo. La constante presión que ejerce
cada experto para definir un territorio especifico bloquea la apertura hacia un contexto teórico más amplio.
El obstáculo de la visión bancaria interrumpe
la comunicación interpersonal entre el experto y
el asesor en curso de capacitación, en tanto que el
de la territorialidad de las especialidades se erige
entre los propios expertos.
Propuestas para un método general
El método habitual para realizar un proyecto de
desarrollo consiste en elaborar una descripción
global, realizar un estudio de viabilidad, encontiai llnanciamiento y planificar el calendario > la
contratación de los expertos. A continuación de
este proceso. v sólo entonces, los expertos definen
con mayor precisión los métodos teóricos y pragmáticos, y luego emprenden la acción en el terreno, fsa ha sido la trayectoria del provecto piloto
que se analiza en el presente artículo.
Ahora bien, este tipo de proceso parece hacer
peligrar gravemente las estrategias de transformación social endógena y. además, no se ajusta a los
objetivos mínimos de una investigación científica.
El método general que se propone aquí se funtroda en el siguiente postulado: lodo proyecto de desarrollo o de intervención social debe sustentarse
en un provecto piloto de investigación minuciosamente estructurado, con una elaboración teórica v
un análisis de sus consecuencias, cuyas etapas serán las que a continuación se exponen.
El método de la implicación personal
En la primera etapa se procurará explicar los objetivos generales del proyecto de desarrollo que desean promover las instancias políticas. Para ello,
resulta sumamente útil el método que conduce a
la toma de conciencia. Al tiempo que prosigue el
Proyectos de desarrollo y las ciencias sociales: un ejemplo boliviano
trabajo destinado a organizar la investigación previa, el equipo encuentra en la aplicación de este
método la oportunidad de ir afianzando la dinámica interna del grupo de expertos investigadores
y de dilucidar la implicación personal de cada uno
de ellos. Este método, utilizado en el proyecto piloto para la capacitación de los asesores, sería m á s
necesario para constituir un equipo multidisciplinario y definir tareas, en relación con las percepciones c intenciones individuales. La contradicción entre los administradores saturados de economía liberal y los expertos obnubilados por las
ciencias «liberadoras» habría estallado en forma
evidente si este método se hubiera aplicado en
una etapa inicial.
317
quiere un conocimiento preciso de las metodologías de las ciencias sociales.
Una ingeniería social
mediante intervenciones aisladas
En la tercera etapa, el objetivo es formular una
hipótesis relativa al punto preciso de la estructura
social en que debe insertarse una acción limitada
de transformación, a fin de quebrantar el equilibrio actual e inducir a la comunidad a hacerse cargo de sí m i s m a de m o d o autónomo, en busca de
un nuevo equilibrio. El estudio de las dos complejidades, efectuado durante la segunda etapa, permite prever mejor cuál es la intervención óptima
para que el grupo comience a hacerse cargo de sí
m i s m o colectivamente, con miras a un desarrollo
El estudio de las complejidades sociológicas
endógeno, y verificar científicamente el alcance
17
En la segunda etapa se efectuará en el terreno un de dichas intervenciones limitadas y sucesivas .
estudio de las comunidades destinatárias de los
La verificación de la primera hipótesis da lufuturos proyectos de desarrollo15. En dicho estu- gar a la elaboración de otra intervención, fundada
dio se establece una distinción entre dos compleji- en los resultados de la primera. Esta segunda hidades sociales que han de abordarse inicialmente pótesis constituye una intensificación de la pripor separado y, después, cada una de ellas en fun- mera o un desplazamiento hacia otro segmento de
ción de la otra. Se trata en primer lugar de consi- la estructura social o a m b a s cosas. La edificación
derar la realidad en su complejidad horizontal. Es- social mediante intervenciones aisladas se difeta última abarca los medios de comunicación, las rencia de la «edificación utópica» (utopian social
técnicas agrícolas, la producción en relación con engineering)'* que prevalece en las acciones de ludichas técnicas y estas últimas respecto de la es- cha contra el subdesarrollo. Según la «edificación
tructura social (por ejemplo, el «compadrazgo» utópica», las ciencias sociales son, en el mejor de
con el camionero entre los quechuas" 1 ). A lo ante- los casos, una ayuda y un soporte: «los especialisrior se añaden descripciones precisas del aspecto tas en ciencias sociales pueden contribuir no solademográfico, de las estructuras familiares en que mente a la transferencia de la tecnología y a su
interviene el camionero, el habitat, la religión... y, evaluación a posteriori, sino también a la concepa continuación, las relaciones con las institucio- ción de nuevas técnicas»19. ¡Esta concepción resnes centrales, los descendientes de blancos, etc.
ponde a un utilitarismo tecnicista!
M á s adelante, se aborda el estudio de la comLas ciencias sociales, mediante aproximacioplejidad vertical o histórica, pues esos grupos rura-nes limitadas y sucesivas, permiten descubrir y
les han sido condicionados por procesos propios explicar «los resortes, m á s o menos ocultos, de la
de la colonización, el mestizaje, las evangelizacio- sociedad, determinar en cierta medida la resistennes católicas y protestantes, el alcoholismo, los cia, el peso o la fragilidad de la estructura sogrupos de edad, el analfabetismo y los grupos lin- cial»20. E n términos m á s precisos, pueden invertir
güísticos de los que hablan solamente español o la actual orientación tecnicista para lograr aborde los que son bilingües.
dar los problemas de desarrollo y de transformaEntre estas dos complejidades se establece una ción social de un m o d o auténticamente endógeno,
correlación, mediante la cual se clarifican mutua- humanizado y liberador.
mente. La tarea de los expertos investigadores en
el estudio de las comunidades es delicada y reTraducido del francés
318
Vito S.
Minaudo
Notas
1. El Proyecto deformación de
asesores en materia de
administración rural -IBTA- Laval
fue financiado y administrado por
el Organismo Canadiense de
Desarrollo Internacional ( C I D A ) ,
por el Instituto Boliviano de
Tecnología Agropecuaria (IBTA),
dependiente del Ministerio de
Agricultura de Bolivia, y por la
Universidad Laval de Quebec. Este
proyecto se llevó a cabo en Bolivia,
en la provincia de Chuquisaca,
entre 1978 y 1980. Véase
A C D I / P E C A N A , Projet de
formation de conseillers ruraux en
Région Andine. Sucre. Bolivia.
Informe de proyecto. Facultad de
Ciencias Administrativas.
Universidad Laval, Quebec, 150
pp. mimeografiadas, 1980.
Administrativas. Universidad de
Laval. 40 páginas mimeografiadas,
Quebec, enero de 1979.
2. Este término debe entenderse en
el sentido que le dan, por ejemplo,
Habermas, Watzlawick y, antes que
ellos, Peirce, Charles S., «What
pragmatism is», Monist, abril de
1905.
9. Schon. Donald, A . Technology
and Change, The New Heraclitus,
A . Seymour Laurence Book,
Delacorte Press, N u e v a York,
3. D e Bie. Pierre. «La recherche
orientée». Tendances principales de
la recherche dans les sciences
sociales et humaines.
M o u t o n / U N E S C O , Paris, 1970, p.
691 yss.
4. Popper, Karl. «La société
ouverte et ses ennemis»,
L'ascendant de Platon, t o m o I, Ed.
du Seuil. Paris, 1979, p . 9.
7. Iatradis, D . «Le rôle des sciences
sociales dans l'aménagement du
territoire: point de vue d'un
practicien». Revue international
des sciences sociales. 18 (4),
1966, p. 519.
8. A u n q u e utilizado en contextos
diferentes, el término «endógeno»
tiene aquí el sentido que se le
atribuye en la obra de
Abdel-Malek, Anouar, H ù y n h Cao
Tri, Bernard Rosier y Lê T h a n
Khoi: Clés pour une stratégie
nouvelle du développement. Les
Editions O u v r i è r e s / U N E S C O ,
Paris, 1984.
1967. pp. 20-25.
10. W e b e r . M a x . L'éthique
prolestante et l'esprit du
capitalisme. Pion. Paris, 1964. p.
68 (nota).
du Projet de formation de
conseillers en administration rurale,
IBTA/Laval, Universidad Laval,
Quebec, mimeografiado, sin fecha,
p. 24.
14. El historicismo es una doctrina
social que tiene por objeto extraer
de la historia leyes precisas a fin de
poder predecir científicamente la
evolución social. E n nuestra
opinión, el historicismo es la peor
sofística en la reflexión y la acción
contra el subdesarrollo. Véase
Popper, Karl, Misère de
l'hisloncisme. Pion, Paris, 1956.
15. Cf. Lefebvre, Henri.
«Perspectives de la Sociologie
Rurale», Cahiers Internationaux de
Sociologie, vol. X I V , 1953, pp.
122-140.
16. Cf. Nutini, H u g o y Betty
Bell. Ritual Kinship: the Structure
and Historical Development of the
Compadrazgo System in Rural
Tlaxca/a, Princeton University
Press, Princeton, 1980.
17. Popper, Karl. La Société
ouverte..., op. cit., p. 9.
18. Ibid, p. 135.
11. Freire, Paulo. Pédagogie des
opprimés, P C M Maspero, Paris.
1974.
12. Minaudo, Vito. An Effective
Training Method for Agentes
Involved in Social Change,
Educational Media Laboratories,
School of Education, University of
5. D e Bie. Pierre, op. cit.
California, Berkeley, 100 páginas
6. Pecana. Sous projet ¡H, projet de mimeografiadas. 1977.
formation de gestionnaires ruraux,
13. McGoldrick. Robert. Rapport
Facultad de Ciencias
19. Horton, Douglas, E .
Spécialistes des sciences sociales et
recherche agricole. Enseignement
du projet de la Vallée de Mataro.
Pérou. Centre de recherche pour le
développement international,
Ottawa. 1984, p. 10.
20. Popper, Karl. La société
ouverte et ses ennemis. Hegel et
Marx, tomo II, Ed. du Seuil, Paris.
1979, p. 67.
El pensamiento social,
filosófico y literario en Georgia
y el papel de Ilia Chavchavadze
E . G . Khintibidze, A . N . Surguladze y V . A . Minashvili
Las raíces de la historia del pensamiento filosófi- cisión del Concilio de Calcedonia (451), que conco, social y literario de Georgia se pierden en la sagró el diafisismo, y se declaró a favor del m o n o noche de los tiempos. Se advierten influencias fisismo. Esta evolución fue preparada cuidadosamitológicas georgianas y griegas. E n la alta E d a d mente por los círculos dirigentes de Persia, ya que
Media comenzó a constituirse una literatura ori- en la lucha contra Bizâncio y Persia por el dominio de la Transcaucasia, la polémica entre Georginal, queflorecióen el siglo xn.
El pensamientofilosófico,social y literario en gia y Armenia contra el diafisismo de Bizâncio
la antiguia Georgia, durante todo el período de la redundaba en favor de Persia. Por cierto que esta
alta Edad Media, se desarrolló en estrecha rela- orientación del Estado y de la Iglesia hizo que la
vida literaria y cultural de Georgia Oriental se aleción con el pensamiento bizantino.
jara de la órbita de Bizâncio
Por su situación geográy que se fortalecieran sus
E . G . Khintibidze, A . N . Surguladze y V . A .
fica, Georgia tuvo siempre
Minashvili son profesores de la Tbilisi State
vínculos con Armenia. A cola posibilidad de mantener
University, 1, C h a v c h a v a d z e A v e n u e .
mienzos del siglo vu, bajo
vínculos culturales y politi380028 Tbilisi, Georgia, U R S S .
Kirión, Católicos de la recoeconómicos tanto con
gión de Kartli, la Georgia
Oriente c o m o con OccidenOriental optó por una nueva
te. Pero, por propio interés,
vía religiosocultural: la iglela sociedad georgiana se
sia kartlista se apartó del
acercó principalmente a la
monofisismo y c o m e n z ó a
cultura e ideología grecobiprofesar el diafisismo.
zantinas.
E n todo caso, la Georgia
medieval se mantuvo fiel a
la ideología religiosa romanobizantina, es decir, al cristianismo, que a partir del
extremo oriental del Imperio R o m a n o , penetró
en la antigua Georgia desde el siglo i hasta m e diados del siglo iv.
Las fuentes de la literatura georgiana cristiana
se remontan precisamente a los centros espirituales y literarios de Siria y Palestina. Desde Siria,
Palestina y Capadócia penetraron en Georgia
Oriental -Iveria- tanto la idea del cristianismo
c o m o las primeras obras literarias, en particular
los escritos bíblicos.
A comienzos del siglo vi, lá iglesia cristiana
georgiana, junto con la armenia, se opuso a la deRICS 116/Jun. 1988
A causa de ello, Georgia
siguió una orientación precisa en el Bizâncio diafisista,
que le permitió evolucionar
a la manera bizantina y unirse a la corriente del pensamiento cristiano m u n dial. Este acercamiento a la cultura bizantina no
privó a la cultura georgiana de su originalidad:
desde el comienzo se produjeron rivalidades eclesiásticas y culturales entre Georgia y Bizâncio,
que dieron una importancia primordial a la vida
literaria y cultural en Georgia. Fue esa rivalidad la
que determinó el carácter particular del desarrollo
de la cultura georgiana. E n los siglos vn-x comenzó
a desarrollarse intensamente una literatura georgiana original, al m i s m o tiempo que florecían
otros aspectos de la cultura.
320
E.G. Khintibidze, A.N. Surguladze, V.A. Minashvili
literatura, leían las obras en el idioma original y
las traducían a su propio idioma.
Es evidente que influyeron también m u c h a s
otras circunstancias en el desarrollo del pensamiento literario georgiano en la baja Edad Media:
los círculos georgianos progresistas que hablaban
griego conocían la literatura de la Antigüedad. E n
los siglos xi xn, los georgianos conocían bien los
poemas de H o m e r o y las obras de Hesíodo, Hipócrates, Empédocles, Sófocles, Sócrates, Platón,
Aristóteles y otros autores.
En el siglo x m alcanzó su apogeo el carácter
nacional de la literatura georgiana, cuyas bases
había sentado en el siglo vu la obra de Johan Sabanisdze «El martirio de A b o Tbileli», y que m á s
tarde se consolidó y desarrolló en el himno «Loa
de la lengua georgiana», de Johan Zosime. Resultado inmediato de esta tendencia fue la aparición,
a fines del siglo xn, de la ilamada concepción m e siánica, según la cual Georgia era el centro del
Hacia el siglo xi, en la literatura y en la filoso- m u n d o cristiano y T a m a emperatriz de la nación
georgiana, mesías y salvadora de toda la h u m a fía georgianas se plantean los m i s m o s problemas
nidad.
que en la literatura y lafilosofíabizantinas. En la
En la frontera del siglo xi y el siglo xn surgió en
primera mitad del siglo xi los georgianos pudieron
Georgia una literatura cualitativamente nueva en
observar directamente en la Academia de Constantinopla el desarrollo de lafilosofíabizantina relación con la eclesiástica, u n a literatura
laica.
por vías nuevas y progresistas. Allí se recibieron
Al igual que en el pensamiento europeo de cojustamente las obras de dos insignes representantes del pensamientofilosóficogeorgiano de los si- mienzos del Renacimiento, en la literatura georgiana del siglo xn se afirmaron las ideas humanisglos xi y xn: Johan de Petrits y Arsénio Ikaltoeli, el
tas, los valores de la vida terrenal y del m u n d o
primero de los cuales desarrolló en sus originales
material. En primer plano se destaca al hombre
estudiosfilosóficoslas ideas progresistas de la
con sus ideales terrenales y h u m a n o s .
Academia de Constantinopla.
Factores importantes del desarrollo de las
En el siglo xn, el progreso del pensamiento liteideasfilosóficosocialeseuropeas de la baja Edad
rario, así c o m o la influencia de la literatura bizanMedia fueron el racionalismo y el intelectualistina, estuvieron condicionados en Georgia por un
m o , que también se manifiestan claramente en el
segundo factor, la literatura de Oriente.
pensamiento
georgiano del siglo xn. por ejemplo,
El auge generalizado de la cultura árabe, que se
en las obras de Johan Petritsi y Shota Rustaveli.
conoce c o m o el «renacimiento musulmán», influEl racionalismo hizo interesarse a los pensadoyó sin lugar a dudas en el desarrollo del pensamiento social de Georgia. A mediados del siglo vu res de la baja Edad Media por lafilosofíaantigua,
en particular por Aristóteles. Para el pensamiento
se establecieron los primeros contactos entre
filosoficoliterario georgiano del siglo xn AristóteGeorgia oriental y el Califato árabe. Durante vales era la autoridad suprema.
rios siglos, hasta la segunda década del siglo xn, el
Así, el desarrollo del pensamiento filosóficosopoder en Tiflis estaba en manos del emir árabe. A
cial y literario georgiano del siglo xn sigue el mispesar de que el pueblo georgiano consideraba a los
m o camino que el pensamiento cristiano de los
árabes ante todo c o m o agresores, las estrechas resiglos xn y xm en Europa. En Georgia, esta tendenlaciones políticas y económicas con el m u n d o áracia culmina en el p o e m a «El caballero de la piel de
be permitieron a Georgia familiarizarse con el
tigre», resultado natural de la evolución de la lite«renacimiento musulmán».
ratura, la filosofía y el pensamiento social georgiaLas culturas y la literatura georgianas también
estuvieron m u y relacionadas con la literatura y la nos. Pero la evolución de esta línea intelectual de
lengua persas. Los georgianos conocían bien esta Georgia quedó interrumpida en el siglo xn con las
A finales del siglo x los georgianos fundaron
un importante centro literario en la m i s m a Grecia, en el Monte Atos. La escuela literaria georgiana del monte Atos influyó profundamente en el
desarrollo de la literatura georgiana y, en términos generales, en la cultura en su conjunto; tomó
una nueva orientación y sentó una sólida base para la evolución de la vida literaria y cultural. Los
eruditos georgianos se convencieron paulatinamente de que la literatura bizantina era inagotable y de que la liturgia georgiana estaba m u y atrasada con respecto a la bizantina. El deseo de crear
obras literarias originales se manifestó en una
enorme actividad de traducción, que adquirió
una importancia nacional. Gracias a la labor de
Eufemio de Atos, Jorge de Atos, Efrén de Mzir,
Arsénio Ikaltoeli y otros, a mediados del siglo xn
se habían traducido a la lengua georgiana casi todas las obras m á s importantes y originales de la
literatura bizantina.
El pensamiento social,filosóficoy literio en Georgia
invasiones de los mongoles y la decadencia política del Estado. E n Occidente, en cambio, prosigue
> cobra fuerza ese m i s m o proceso, que llevará E u ropa al Renacimiento.
E n la segunda mitad del siglo x m se inicia la
paulatina decadencia de la literatura y el pensamiento filosóñcosocial georgianos, a causa, sobre
todo, del agravamiento de la situación política d e
Georgia. E n la tercera década del siglo xni el país
sufrió las invasiones de los khorezmios. y m á s tarde fue conquistado por los mongoles, bajo cuya
dominación permaneció dos siglos. A las constantes invasiones de los enemigos externos se s u m a ron las querellas y los derramamientos de sangre
en el propio país. La situación e m p e o r ó debido a
otros desastres: la población quedó diezmada y la
región, a n t a ñ o floreciente, q u e d ó desierta.
A partir del siglo xv el dominio de los mongoles se
extendió a Turquía y Persia. E n 1453 se desmoronó el imperio bizantino y sobre sus ruinas se creó
el imperio m u s u l m á n de los otomanos, que arrebataron definitivamente a Georgia la antigua cuna de su cultura: la Georgia meridional. T a o Klardzheti. Los turcos cerraron la ruta comercial
que cruzaba Asia M e n o r y unía Europa con Asia,
interrumpiéndose así los contactos entre Georgia
y Europa.
A pesar de su decadencia, la literatura georgiana conservó su importancia social del siglo x m al
xv. Tras las limitaciones impuestas en el siglo x m
a la soberanía política y estatal de Georgia, un o b jetivo importante -la conservación de la identidad nacional- cifró sus esperanzas en el idioma,
la cultura y la religión. E n la consecución de ese
objetivo la literatura d e s e m p e ñ ó u n papel decisivo. La poesía georgiana y las seculares tradiciones
nacionales se transmitieron de generación en generación y contribuyeron a la búsqueda de nuevos
c a m i n o s hacia el renacimiento y el p r o greso.
Junto con los aspectos positivos de la conservación de la cultura nacional, es necesario m e n cionar también una causa externa que reanimó la
vida literaria de Georgia y que fue la literatura
persa. Pese a los cien años de contiendas políticas
con Persia, la literatura georgiana supo asimilar
sus obras literarias. Teimuraz I, rey de Georgia e n
la primera mitad del siglo xvn y poeta insigne, pese a ser enemigo político de Persia, se inspiró
conscientemente para su actividad literaria en los
temas y recursos del arte persa.
C o n el tiempo, sin embargo, la sociedad progresista georgiana de los siglos xvn y x v m , con el
321
rey Archil al frente, reaccionó contra la excesiva
influencia persa. E n las ideas sociales y literarias
georgianas de esa época surgieron y comenzaron a
cobrar fuerzas las tendencias nacionales. El pensamiento social georgiano buscó u n camino hacia
la cultura europea cuya influencia se advierte con
claridad en la obra de los escritores georgianos A r chil Bagrationi, Sulkhan-Saba Orbeliani y David
Guramishvili. L a consolidación de los vínculos
con la literatura rusa contribuyó al acercamiento
a la literatura y la ciencia europeas. Entre los si:
glos xv y xvn. cuando cobraron forma las relaciones políticas rusogeorgianas, apareció en la literatura rusa una imagen de la realidad georgiana.
Desde comienzos del siglo x v m , la literatura rusa
ejerció u n a influencia constante y fructífera en la
literatura georgiana, a lo que también contribuye
la fundación de colonias georgianas en M o s c ú
San Petersburgo, Astrakan y en Ucrania.
Las relaciones culturales y literarias entre R u sia y Georgia desempeñaron u n papel primordial
en la superación de los atrasos y en la liberación
del yugo varias veces secular impuesto por los
conquistadores extranjeros. A través de la literatura rusa se conocieron también el estilo y las tendencias de la literatura europea.
A finales del siglo x v m y comienzos del xix, en
la vida política de Georgia se produjo u n giro radical: en 1781 se firmó el llamado Tratado G e o r giano, en virtud del cual Georgia oriental quedaba sometida a la protección política de Rusia. E n
1801 Rusia se anexionó esa región, perdiendo así
su independencia el reino de Kartli-Kakhetinski.
D o s décadas m á s tarde se anexionó también
Georgia occidental. L a vida económicosocial y
políticocultural de Georgia se desarrolló, por consiguiente, en un contexto nuevo.
Debilitada por la destrucción física y tratando
de evadirse de un medio hostil, Georgia se aventuró por la vía del renacimiento y del progreso.
Pero la Rusia imperial había instaurado u n régim e n colonialista cruel e inaceptable para el pueblo. El poder autocrático n o sólo consolidó la d o minación de los grandes terratenientes feudales,
sino que llevó a cabo acciones destinadas a destruir la soberanía nacional. Por eso, a partir de
1801 surgió en Georgia u n movimiento contra
esas tentativas zaristas. Existía el problema del
restablecimiento de los principios del Tratado
Georgiano, anulado en la práctica al privar de independencia al reino de Kartli-Kakhetinski.
E n la segunda y tercera décadas del siglo xix, la
vida de los pueblos de Rusia y de Europa Occi-
322
dental se caracterizó por el auge de los movimientos de liberación nacional. El eco de la heroica
intervención de los decembristas en San Petersburgo llegó hasta los últimos confines del imperio.
Georgia, adonde fue enviado un grupo de decembristas, se encontraba en la órbita de los acontecimientos de San Petersburgo. Precisamente en ese
período, en todas las actividades políticosociales
y culturales, surgió una pléyade de creadores instruidos y de talento. La creación literaria y las actividades prácticas de los representantes más ilustres de esa generación (A. Chavchavadze. G . O r beliani, S. Dodashvili. G . Eristavi. S. Razmadze.
etc.) contribuyeron a despertar la conciencia nacional del pueblo georgiano y a materializar en la
vida la idea del renacimiento de la soberanía nacional de Georgia.
El m á s importante de estos esfuerzos fue la
conspiración de 1832. cuyo principal objetivo era
ponerfinal régimen colonial del zar y restablecer
el sistema estatal nacional de Georgia según lo estipulado en el Tratado Georgiano.
La consolidación de las relaciones socioculturales y literarias rusogeorgianas contribuyó a la
penetración de las corrientes literarias europeas
en la literatura georgiana, entre ellas el romanticismo, que arraigó firmemente en la tierra de
Georgia, hl romanticismo georgiano se apoyó en
la ideología nacional y respondía al sentir de la
sociedad de la primera mitad del siglo xix. La
cumbre del romanticismo georgiano fue la obra
de Nikoloz Baratashvili (1817-1845), que influyó
en la actitud socioliteraria de Ilia Chavchavadze.
La segunda etapa del movimiento de liberación nacional en Georgia se inició en los años 60
del siglo xix y estuvo m u y relacionada con los m o vimientos revolucionarios democráticos de R u sia, con ese estado revolucionario que vivió el Imperio a fines de los años 50 y comienzos de los
años 60 del pasado siglo. En esta etapa encabezaba el movimiento de liberación nacional de Georgia una «intelligentzia» democrática georgiana
que había estudiado en la Universidad de San Petersburgo y que, de regreso a su país natal, se dedicó a unir el pueblo en la lucha por la liberación
social y nacional. Al frente de este brillante grupo
de progresistas de los años sesenta, conocido con
el nombre de «Tergdaleulebi» (los que se abrevaron en el río Terek), se encontraba Ilia Chavchavadze, y sus colaboradores m á s próximos eran los
famosos escritores y pensadores A . Tsereteli, N .
Nikoladze, G . Tsereteli, Y . Goguebashvili, D . Kipiani y S. Meskhi. Esta generación, que se dio a
E G. Khiiiiibulzc. AS Surgukuke. I'.A. Minas/nili
conocer en los años 60 y se mantuvo hastafinesde
siglo, fue la vanguardia del pensamiento social de
Georgia y del desarrollo de su cultura, y preparó el
terreno para los nuevos acontecimientos que. a
principios del siglo xx. conmocionaron a todo el
país.
C o m o punto principal de su programa, los
«Tergdaleulebi» proponían la resurrección de la
conciencia nacional y la afirmación de elevados
sentimientos patrióticos. «El dolor de este pueblo
-escribió Ilia Chavchavadze- al que despojaron
de todas las fuerzas, el dolor de este país, donde se
agotó la sangre de la reserva c o m ú n , donde en cada uno no hay nada de los demás y en los d e m á s
no hay nada de cada uno. donde el "yo" es tan
frecuente y el "nosotros" tan raro». A su juicio, el
despertar de la nación, la formación del sentimiento patriótico, debían contribuir a la consolidación de todo el pueblo en unión y armonía. Estos pensadores soñaban con que los representantes de todos los rincones del país, de todas las
clases sociales, se movieran por una sola idea, por
una sola ambición: sacudirse el yugo colonial y
obtener la transformación social según unos principios democráticos.
Ilia Chavchavadze y sus partidarios pensaban
que la ejecución de este programa seguiría siendo
un sueño irrealizable si Georgia no se curaba de
esa grave enfermedad social que era la servidumbre. Creían con razón que éste era el obstáculo
principal que bloqueaba el camino del progreso
de la ciencia, que la cerrazón feudal frenaba el
desarrollo económico y espiritual del pueblo. Ilia
Chavchavadze y sus compañeros declararon una
guerra sin cuartel al derecho de servidumbre.
El programa de los «Tergdaleulebi» no era
dogmático y dejaba libertad a los militantes de la
nueva generación. Se fue completando y corrigiendo en función de los nuevos problemas urgentes que se le iban planteando a la realidad georgiana de entonces. Los propios «Tergdaleulebi» no
eran en absoluto dogmáticos, no pertenecían a gabinetes ni elaboraban tratadosfilosóficos;eran,
ante todo, militantes sociales, artistas y pensadores sensibles que buscaban la vía del renacimiento
social y nacional de su país.
En la realización de todos los programas de
liberación nacional o social o de instrucción cultural de los progresistas georgianos. Ilia Chavchavadze, su líder espiritual, ejerció una influencia
decisiva.
Ilia Grigorevich Chavchavadze nació el 27 de
octubre de 1837 en Kakheti, uno de los m á s bellos
El pensamiento social,filosóficoy lilerio en Georgia
323
cionales georgianas, así c o m o en la salvaguardia y
rincones de Georgia, en una familia principesca
defensa de la cultura nacional. Bajo la dirección
venida a m e n o s .
de Ilia Chavchavadze, esa sociedad se convirtió
E n 1848 Ilia fue conducido a Tbilisi a una penen «el refugio nacional del pueblo georgiano».
sión privada y, m á s tarde, a un colegio, d o n d e
concluyó su educación en 1857. Ese año Ilia viajó
E n 1877 Chavchavadze fundó el periódico
a San Petersburgo, donde se matriculó en la F a - «Iveria», que en los años 80 y 90 rigió toda la vida
cultad de Derecho de la Universidad.
social de Georgia. «Iveria» y el grupo que se form ó en torno a él dirigieron los movimientos de
En San Petersburgo el joven Chavchavadze vivió con unos ideales bien definidos. Sus deberes liberación nacional, fueron los iniciadores de topara con su país natal, el futuro y el destino de das las empresas en pro de la libertad y el progreéste, eran el objeto de sus inquietudes y de sus so. Al grupo se sumaron otras destacadas personalidades, por ejemplo, Vazha-Pshavela, V a n o M a cavilaciones. E n esa ciudad e m p e z ó a desarrollarchabeli, Aleksandr Kazbeli y otros. L a redacción
se su actividad literaria.
En 1861 regresó a Georgia y elaboró un amplio de «Iveria» parecía un club político al que también acudían invitados de honor; militantes de
programa de actividades, durante cuya realización declaró la guerra a la indiferencia social q u e Rusia y del extranjero que, en su visita a Tbilisi,
consideraban u n deber conocer al líder reconocitanto cundía en Georgia.
E n 1863 Ilia Chavchavadze fundó en Tbilisi la do de los intelectuales progresistas georgianos.
revista Sakartvelos moambé (El Boletín de G e o r - Por ejemplo, fue huésped de Chavchavadze el esgia), que constituyó un acontecimiento notable en lavista inglés Morphil quien, de regreso a Inglatela vida intelectual georgiana. Gracias a ella los lec- rra, publicó una serie de artículos sobre la lengua
tores georgianos se familiarizaron con la ideología y la literatura georgianas. C o n la traducción del
democrática y conocieron la vida literaria rusa y p o e m a de Chavchavadze «El ermitaño» se inició
europea. D e s d e las páginas de la revista, Ilia la colaboración literaria con el círculo georgiano
Chavchavadze y sus colaboradores criticaban to- de dos escritores ingleses: Marjory y Oliver W a r do lo que paralizaba la energía vital del pueblo. drop, que llevaron a cabo una gran labor en G r a n
En la redacción de la revista se examinaban los Bretaña para difundir la cultura georgiana. El encuentro con Chavchavadze despertó en los erudiproblemas y se proponían soluciones para reconstos extranjeros Karl L e m a n n - H a u p t y Arthur
truir el teatro profesional georgiano, elaborar m a Leist un gran interés por el estudio de esa lengua.
nuales escolares en la lengua nacional, crear u n a
tipografía propia y otros m u c h o s asuntos de máxiLa posición ideológica de «Iveria» y de su rem a importancia.
dactor no pasó desapercibida a los dirigentes reaccionarios del Cáucaso. E n 1896, la publicación de
Tras haber sido clausurada la revista Sakartve«Iveria» fue suspendida durante 8 meses por
los moambé. Ilia Chavchavadze encabezó el rena«tendencias peligrosas» y Chavchavadze fue socimiento de la prensa democrática georgiana. B a metido a vigilancia policial.
jo su dirección se publicaron el periódico «Droeba» (Los tiempos) en 1866 y la revista «Krebuli»
Desde que a fines del siglo xix c o m e n z ó en
(La colección) en 1871. Junto con él, participaron
Georgia una nueva etapa del movimiento de libeactivamente en la preparación de las nuevas ediración nacional, Ilia Chavchavadze y sus c o m p a ciones G . Tsereteli, N . Nikoladze y S. Meskhi, q u e
ñeros participaron en ella c o m o un torrente deen distintos m o m e n t o s fueron redactores de esas
mocrático, desempeñando un papel bien definido
publicaciones.
en la preparación de la revolución de 1905-1907.
El democratismo revolucionario y las tradiciones
E n los años 80 Ilia Chavchavadze, con el apom á s vanguardistas y radicales de los «Tergdaleuyo de Akaki Tsereteli, inició la restauración de la
lebi» abonaron el terreno para la difusión del
actividad regular del teatro georgiano. Por esos
marxismo en Georgia.
m i s m o s años se constituyó la «Sociedad para la
difusión de la alfabetización entre los georgiaDurante la revolución de 1905 el escritor c o m nos». E n esa época, cuando la Rusia zarista persebatió las condenas por motivos políticos. E n ese
guía cruelmente en Georgia cualquier manifestam i s m o año exigió la autonomía política de Georción del espíritu nacional, cuando se negaba a la gia.
juventud georgiana el derecho a educarse en su
En 1906 Ilia Chavchavadze fue elegido m i e m propia lengua, esa asociación desempeñó un pa- bro del Consejo Estatal del Imperio R u s o , por lo
pel decisivo en la organización de las escuelas na- que tuvo que trasladarse a San Petersburgo. Se
324
sabe que en el Consejo intervino contra la pena de
muerte.
El zarismo y sus servidores en el Cáucaso vieron en Chavchavadze un enemigo irreconciliable
del régimen zarista y siempre le tuvieron miedo.
Y , cuando tras la derrota de la revolución, llegó el
m o m e n t o de ajustar cuentas con las fuerzas progresistas. Ilia Chavchavadze fue una de las primeras víctimas.
Chavchavadze fue asesinado el 30 de agosto
de 1907; dispararon contra él quienes «si hubieran podido, habrían matado también a Georgia»
(Vazha-Pshavela).
El pueblo georgiano manifestó su ira y su indignación contra el asesino y lloró con profundo
dolor a su líder ideológico. Akaky Tsereteli pronunció estas palabras junto al ataúd del gran poeta: «Tanto tu muerte c o m o tu vida provocaron la
sublevación del pueblo y. quién sabe, tal vez con
tu muerte reafirmes aquello por lo que sacrificaste
tu vida».
La muerte de Ilia Chavchavadze no destruyó
los ideales por los que el poeta derramó su sangre;
antes bien, se iluminaron con una luz nueva, con
una bella aureola en memoria del combatiente
por la causa del pueblo, por la fidelidad a sus
ideales.
La actitud literaria y cívica de Ilia Chavchavadze se formó temprano. Apareció ante el público c o m o un literato dotado en la vanguardia del
pensamiento ruso y europeo, y desde esa posición
examinó los problemas que se planteaban a su
pueblo.
La actividad de Ilia Chavchavadze se basaba
en la convicción de que todo debía subordinarse a
los intereses de la nación, de la sociedad. El h o m bre debe servir a su pueblo, esforzarse por enriquecerlo espiritual y materialmente, y sólo de ese
m o d o podrá contribuir al progreso de toda la humanidad.
Predicando incansablemente la igualdad y el
respeto a los demás pueblos, Ilia Chavchavadze
defendió con valentía el honor y la dignidad de su
nación. Georgia y Rusia debían permanecer juntas, codo a codo, gozando de iguales derechos, de
libertad y de posibilidades. L a potencia nacional
debía forjarse con las fuerzas conjuntas de los representantes progresistas de todas las capas de la
población, gracias a la unión de todos los intereses
nacionales.
Ilia Chavchavadze inició su actividad de gran
reformador con una ofensiva contra lo viejo y lo
caduco. E n la década de 1860 participó en una
K(¡ Khiniihictc. IA' Surgulailze, l'.l Minashvil
polémica con los literatos de la vieja generación,
siendo apoyado en breve por otros «Tergdaleulebi». Ese debate recibió la denominación de «querellas entre padres e hijos». U n tema importante
de discusión eran las cuestiones relacionadas con
la lengua literaria. Por aquel entonces se acumulaban en la lengua georgiana problemas confusos y
sin resolver relativos a la ortografía, pero también
en gran medida a la sintaxis y, en general, a las
formas epistolares. Ilia Chavchavadze elaboró el
fundamento teórico de las nuevas tendencias de la
evolución del idioma y, gracias a su talento singular, fue el auténtico fundador de la nueva lengua
georgiana literaria.
Ilia Chavchavadze condenó enérgicamente la
contemplación romántica del pasado y la pasividad que predominaban en la vida georgiana. Propuso ante todo la idea de movimiento, de acción
(el poema « A la madre georgiana», y el cuento
«Apuntes de un viajero»), Chavchavadze consideraba que el sentido de la vida del patriota contemporáneo era la acción iluminada por un gran
objetivo. Precisamente en las obras citadas fue
donde el escritor expresó con m á s claridad los ansiados ideales del pueblo georgiano -la libertad
del individuo y de la nación- y donde definió un
programa general de actividades personales creativas y prácticas.
Ilia Chavchavadze sistematizó las concepciones estéticoliterarias sobre determinadas cuestiones. Siguiendo el camino de los pensadores de
vanguardia rusos y europeos y apoyándose en
ellos, planteó y reinterpreto, en función de los imperativos de la realidad georgiana, e incluso a m pliándolas y profundizando en ellas, las cuestiones relacionadas con la esencia del arte, su función social, las relaciones entre el arte y la vida,
los procesos creativos, la traducción artística, etc.
Chavchavadze prestó m u c h a atención al tema de
la crítica y a su cometido. Se ocupó de los problemas de la dramaturgia, del teatro y de la música,
en especial de la música folklórica georgiana.
Para Ilia Chavchavadze, el arte, al igual que la
ciencia, surge de una exigencia de la vida y existe
para ella, pero a m e n u d o nos enfrentamos con un
falso concepto de las exigencias del hombre o de la
vida. Es frecuente que el resultado de los actos
humanos y, en particular, la obra de arte, n o respondan a necesidades y exigencias socialmente
importantes. El arte sólo merece una particular
atención social cuando está al servicio de intereses vitales de la sociedad y de su futuro. El arte y
la literatura son progresistas únicamente cuando
El pensamiento social, filosófico y literio en Georgia
se alimentan d e la realidad y están determinados
por la vida social y deben tener la capacidad de
influir en el proceso de transformación de la sociedad.
C o m o investigador y crítico. Ilia Chavchavadze propuso nuevas vías de desarrollo para el pensamiento y la crítica literarios georgianos. Fue la
personificación del periodista militante, y sus artículos tenían u n carácter polémico. L a prosa d e
Chavchavadze se caracteriza por una fuerza y u n a
intransigencia extraordinarias cuando defiende la
dignidad de su pueblo, cuando desmiente a los
falsarios de la historia y la cultura georgianas y
defiende el tesoro nacional de su país: la lengua
georgiana (ver sus artículos y estudios: «Respuesta a Katkov», « C o n motivo de la carta del Sr. Y a novski», «Aquí está la historia», «Las piedras clam a n » , etc.).
La temática de la obra artística de Ilia C h a v chavadze es uniforme. El escritor se plantea determinados problemas que n o varían, y que investiga
y amplía a lo largo de toda su actividad creadora.
Entre ellos, el m á s importante es la cuestión nacional, que el escritor plantea desde el punto de
vista de la actualidad: ¿Quiénes somos? ¿Cuáles
son las fuerzas vitales de nuestro pueblo? L a respuesta a estas preguntas viene dada en función del
pasado: ¿Quiénes fuimos? ¿Por qué caminos hem o s transitado? ¿En qué consiste la inmortalidad
de nuestro pueblo? Y todo ello se orienta hacia el
futuro: ¿ Q u é nos aguarda?
Esta pregunta general lleva en sí toda una serie
de cuestiones de carácter social, que cobran especial importancia tanto desde el punto de vista de
la realidad concreta georgiana c o m o desde el de la
humanidad entera: el sentido de la vida del h o m bre, la libertad, las relaciones entre las clases sociales y su igualdad de derechos y valores, las relaciones entre la sociedad y algunos de sus m i e m bros, sus derechos y obligaciones, el crimen y el
castigo, la esencia del trabajo y su significado, etc.
Ilia Chavchavadze, al definir y razonar la idiosincrasia del pueblo georgiano, examinó cuidadosamente los agudos problemas políticosociales de
particular importancia para el futuro del pueblo
georgiano. E n su época, Chavchavadze sintió claramente el riesgo de degeneración que corría el
pueblo en esas condiciones de opresión nacional e
injusticia social. Para Ilia Chavchavadze la tarea
por excelencia que era preciso llevar a cabo en el
siglo xix era la liberación de los siervos. A su juicio, el fundamento de la vida futura era el trabajo
325
libre en condiciones de libertad política de la nación; el trabajo no debía ser sólo una obligación
pesada y humillante, sino la respuesta a una necesidad interna del hombre; y, por consiguiente, la
base de su felicidad.
El escritor estimaba que la medida del verdadero patriotismo era el a m o r y la lealtad a la patria, la capacidad de sacrificar por ella lo m á s querido, incluso la vida. C o m o poeta, buscaba en el
pasado las figuras de héroes ideales, dignos de
imitación, y los trasladaba al futuro, describiéndolos infatigablemente en sus obras (por ejemplo,
en los p o e m a s « M a d r e e hijo» y «El autosacrificio
del Zar Dimitri»).
El objeto de las observaciones y realizaciones
artísticas de Chavchavadze es un problema eterno
y de palpitante actualidad, el del destino del h o m bre. Chavchavadze, moralista en sus primeras
obras, insiste en que el h o m b r e n o fue creado para
una existencia biológica o la contemplación ociosa, sino para la actividad social, para la acción.
M á s tarde se ocupó del tema del ascetismo, tan
atractivo para los artistas de todo tiempo y lugar
(el p o e m a «El ermitaño»). Partiendo de una leyenda georgiana, artísticamente reelaborada.
Chavchavadze muestra que el h o m b r e no sólo n o
debe sino que no puede renegar de la sociedad ni
de la vida, que el h o m b r e , por su propia esencia,
es un fenómeno social y la h u m a n i d a d se le revela
fundamentalmente en su sociabilidad.
En la concepción nacional de Ilia Chavchavadze cobran una importancia primordial los problemas puramente sociales.
En el período en que c o m e n z ó su actividad literaria y social, predominaban en todo el imperio
ruso las relaciones de servidumbre, incluso en sus
formas m á s monstruosas. E n Georgia, la crítica
destructiva del sistema de servidumbre y la aceleración de la supresión de ese sistema está relacionada ante todo con el n o m b r e d e llia Chavchavadze. Tal es el enorme mérito histórico de su labor creativa y social.
E n sus primeras obras, rechaza con gran m a e s tría artística todo el horror de ese sistema y m u e s tra que las relaciones de servidumbre, que el p o der ilimitado de un h o m b r e sobre otros engendran la crueldad, la impiedad y la dureza, matan
todos los sentimientos h u m a n o s y propician el desarrollo de los bajos instintos. Ilia Chavchavadze
creó figuras de héroes nacionales, que luchaban
contra la iniquidad del régimen de servidumbre
(el p o e m a «algunos cuadros o episodios de la vida
de un bandolero», y «Relato de u n mendigo»).
326
En su crítica del sistema social de la época,
puso de manifiesto que las personas espiritualmente vacías, cuyos intereses se centran en lo
transitorio e insignificante, apenas se distinguen
de los animales («¿Es un ser h u m a n o ? » ) .
Ilia Chavchavadze estimaba que la servidumbre era una calamidad no sólo social, sino nacional.
El escritor hace una reivindicación s u m a m e n te clara y desarrolla su pensamiento revolucionario: la servidumbre debe ser abolida, y sustituida
por unas relaciones sociales en las que los desposeídos recuperen el coraje y el talento que se les
había arrebatado.
En 1864 en Georgia se abolió la servidumbre y
los campesinos fueron jurídicamente liberados.
Transcurrido algún tiempo, Ilia Chavchavadze se
interesa por las condiciones que permiten establecer unas nuevas relaciones económicas, por los
cambios sociales que se producen en el país, por
los vínculos que se crean entre los representantes
de las distintas clases sociales, entre los antiguos
partidarios de la servidumbre y los campesinos
que habían sido siervos, para demostrar que la
igualdad jurídica de derechos entre todos los
hombres no significaba todavía la igualdad en el
ejercicio de esos derechos, c o m o atestiguaban las
barreras psicológicas, intelectuales y de otro tipo
que existían entre las clases sociales, tanto en lo
referente a las ideas c o m o a los sentimientos. E n
«La viuda de Otar», la hija del Príncipe no sólo no
comparte el profundo a m o r del joven campesino.
E.G. Khintibidze, A.N. Surguladze, V.A. Minashvili
locamente enamorado de ella, sino que ni siquiera
comprende sus sentimientos.
Chavchavadze formuló el concepto de filantropía también en otro sentido: el de la relación
entre la sociedad y sus diversos representantes y la
cuestión del crimen y el castigo. El escritor demuestra que la sociedad es indiferente al destino
de sus m i e m b r o s y, de hecho, su frialdad empuja
al h o m b r e por la senda del crimen. E n realidad, la
sociedad crea el criminal para castigarlo después
(«Junto al patíbulo»).
C o n su amplia y variada producción, Ilia
Chavchavadze ejerció una inmensa influencia en
la evolución ulterior de la literatura y del pensamiento social georgianos. E n la segunda mitad del
siglo xix trazó la línea maestra del desarrollo ulterior de la literatura georgiana.
La influencia de Chavchavadze se manifestó
ante todo en la creación de una escuela literaria.
El poder de su creatividad fue tal que la siguiente
generación de escritores comprendió y asimiló su
posición literaria. Ilia C h a v c h a v a d z e creó u n
ideal patriótico que sigue siendo válido hoy en día
para los escritores georgianos.
Los ideales del gran escritor en relación con la
dignidad de la persona h u m a n a , el respeto que
merece, la actividad social del hombre, el m o v i miento, la acción y la libertad del individuo, son
los ideales comunes de la literatura y el arte de!
siglo xx.
I'iculiicíilu del ru.so
Servicios
profesionales
y documentales
ÚD
Calendario de reuniones internacionales
La redacción de la Revista no dispone de información adicional sobre estas reuniones.
1988
I 5-20 m a \ o
La Haya
Federación internacional para la \i\ienda. el urbanismo > la ordenación territorial: 39.° Congreso mundial
F11IUAT. IVassenaarscweg 43. 2596 C(¡ La ¡lava (Países Ba/os)
26-28 m a v o
Estrasburgo
(Francia)
Société française des sciences de l'informatique et de la communication: 6." Congreso nacional «Babel-Communication'.'» Práctica > estrategias de la comunicación en el campo europeo
SESIC. 54 Bid Raspail. ~52~0 Paiis Cedes 06 (Francia)
12-1 5 junio
Londres
Fundación europea para la dirección: Conferencia anual (Tema: C o rrientes recientes en el desarrollo de la dirección en Europa -el estado
de las cosas)
Fondation europ. pour le management, rue Washington 40. B-10Ï0 Bruselas (Bélgica)
16-17 junio
Leiden
(Países Bajos)
International Association for Impact Assessment: Conferencia (Tema:
Impact Forecasting - Methods. Results. Experiences!
Prof. Frans \'an Vught. State University. Leiden. Dcpl of Publ. Adm..
Rapenburg 59. 2311 G J Leiden (Países Bajos)
22-25 junio
Vancouver
(Canadá)
United States Nat. Council for the Social Studies; The University of
British Columbia: International Conference on Social Studies Education
The Pacific Rim Conference, c/o Faculty of Education. University of British Columbia. Vancouver. Canadá \'6T 1Z5
25 junio
2 julio
Bolonia
(Italia
Asociación internacional de sociología rural: 7.° Congreso mundial (Tem a : Seguridad alimentaria y desarrollo rural)
7." Congreso mundial de sociología rural. Depart, de sociología, CEPC1T. via Belle Arti 42. 40126 Bolonia (Italia)
27 junio
1 julio
Amsterdam
(Países Bajos)
Grupo A d hoc ISA sobre la vivienda y el ambiente: Conferencia internacional de investigación sobre política de la vivienda y la innovación
urbana
1988 Int. Res. Conf. on Housing Policy and Urban Innovation. OTBI
TL'D. Postbus 503Ó. 2600 CA Dell (Países Bajos)
328
Servicios profesionales y documentales
24-31 julio
Zagreb
(Yugoslavia)
Unión internacional de ciencias antropológicas y etnológicas: 12.° C o n greso internacional
Air. Roy D . httzi-Mitchell, Dept. of Anthropology, 232 Kroeber Hall,
University ofCalifornia, Berkeley, CA 94720 (Estados Unidos de America)
Agosto
Sydney
(Australia)
Unión geográfica internacional: Congreso internacional
IGU, Dept. of Geography. University of Alberta, Edmonton, Alberta T6G
2H4 (Canadá)
Agosto
Washington. DC
Asociación internacional de ciencias políticas: Congreso internacional
AISP. c/o University of Ottawa. Ottawa KIN 6N5 (Canadá)
22-27 agosto
Budapest
International Committee on Computational Linguistics: 1.a Conferencia Internacional
COLING 88. Secretariat, c/o MTESZ
Congress Bureau. Kossuth ter 6-8,
H-1055 Budapest (Hungría)
28 agosto
I septiembre
Jerusalem
(Israel)
Sociedad mundial de victimología: 6.° Coloquio internacional
6th Int. Symposium on Victimology, P.O. Box 50006. Tel Aviv 61500
(Israel)
28 agosto
3 septiembre
Sydney
(Australia)
Unión internacional de psicología científica: Congreso internacional
IUPS c/o Hogg Foundation for Mental Health, University of Texas. Austin. Texas 78712 (Estados Unidos de América)
4-9 septiembre
Hamburgo
(Rep. Fed. de
Alemania)
Sociedad internacional de criminología: 10° Congreso internacional
10." Congreso internac. de criminologia. Hamburg, Messe und Kongress
GmbH. P.O. Box 302480. D-2000 Hamburg 36 (Rep. Fed. de Alemania)
6-8 octubre
Omaha
(Estados Unidos)
University of Nebraska: 13th Anual European Studies Conference
Louise Morgan. Conference Secretary. College of Continuing Studies,
PKCC University of Nebraska at Omaha (Estados Unidos de América)
21-23 octubre
East Lansing
(Estados Unidos)
1988 - Conferencia internacional sobre la mujer, el desarrollo y la salud: E x a m e n de la relación entre el cambio socioeconómico y la salud
de la mujer en el Tercer M u n d o
Rita S. Gallin, Women in Internat. Development Office. 202 Center for
international Programs. East Lansing. Michigan 48824-1035 (Estados
Unidos de América)
7-12 noviembre
Dakar
Unión internacional para el estudio científico de la población
Congreso regional africano sobre población
U1ESP. rue des Augustins 34. 4000 Lieja (Bélgica)
20-25 noviembre Kingston
(Jamaica)
Assoc, for the Advancement of Policy, Research and Development in
the Third World: 8 a Conferencia anual (Tema: Hacia la década m u n dial de cooperación científica y tecnológica para el desarrollo internacional)
AAPRD, P.O. Box 70257. Washington. DC 20024 (Estados Unidos de
América)
Servicios profesionales y documentales
329
1989
30 marzo
6 abril
Barcelona (España)
Asociación internacional de semiótica: 4 ° Congreso (Tema: El hombre
v Perpignan (Francia) y sus signos)
Asociación internacional de semiótica, 4." Congreso, cío IRSCE, Université de Perpignan, Chemin de la Passió Vella, 66025 Perpignan Cedex
(Francia)
30 marzo
1 abril
Baltimore
(Estados Unidos)
Population Association of America: Reunión
PAA, P.O. Box 14182, Benjamin Franklin Station, Washington, DC
20044 (Estados Unidos de América)
7-10 agosto
Santiago
(Chile)
Asociación científica del Pacífico: 6.° Intercongreso (Tema: El Pacífico,
puente o barrera?)
Prof. F. Orrego, Institute of Internat. Studies, University of Chile, P.O.
Box 14182 Sue. 21, Santiago (Chile)
21-25 agosto
Auckland
(Nueva Zelanda)
Mental Health Foundation of N e w Zealand: Congreso mundial
W F M H , Dr. Max Abbott, P.O. Box 37-438, Parnell, Auckland (Nueva
Zelanda)
Libros recibidos
Generalidades y
documentación
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Sidsel; Tvedt, Terje (eds.). Norwegian Development Research Catalogue, 1987. Oslo, Dept. of Social
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/ Identität und Wandel im Transitland I Identità c mulemenli in ¡in
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sciences
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tico. París, Unesco, 1987. v.p
Barcelona, Editorial Fontamara,
S.A., 1986. 316 pp.; 398 pp. 65F.
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sejo Latinoamericano de Ciencias
* Cómo obtener estas publicaciones, a) Las publicaciones de la Unesco que lleven precio pueden obtenerse en la
Oficina de Prensa de la Unesco, Servicio Comercial ( P U B / C ) . 7. place de Fontenoy. 75700 París, o en los distribuidores nacionales: h) Las publicaciones de la Unesco que no lleven precio pueden obtenerse gratuitamente en la
Unesco, División de Documentos ( C O L / D ) ; c) las co-publicaciones de la Unesco pueden obtenerse en todas las
librerías de cierta importancia.
Números aparecidos
Desde 1949 hasta 1958, esta Revista se publicó con el título de International Social Science Bulletin i'Bullletin internatio
sciences sociales. Desde 1978 hasta 1984, la RICS se ha publicado regularmente en español y. en 1987, ha reiniciado su edición
española con el número 114. Todos los números de la Revista están publicados en francés y en inglés. Los ejemplares anteriores
pueden comprarse en la Unesco. División de publicaciones periódicas. 7. Place de Fontenoy. 75700 París (Francia).
Los microfilms y microfichas pueden adquirirse a través de la University Microfilms Inc., 300 N Zeeb Road, Ann Arbor. MI 48106
(Estados Unidos de América), y las reimpresiones en Kraus Reprint Corporation. 16 Esast 46th street. Nueva York. N Y 100I7
(Estados Unidos de América). Las microfichas también están disponibles en la Unesco. División de publicaciones periódicas.
Vol. XI. 1959
N u m . 1 Social aspects of mental health*
N u m . 2 Teaching of the social sciences in the
USSR*
N u m . 3 The study and practice of planning*
N u m . 4 Nomads and nomadism in the arid zone*
Vol. XII. I960
N u m . 1 Citizen participation in political life*
N u m . 2 T h e social sciences and peaceful co-operation*
N u m . 3 Technical change and political decision*
N u m . 4 Sociological aspects of leisure*
Vol. XIII. 1961.
Num.
Num.
Num.
Num.
1
2
3
4
Post-war democratization in Japan*
Recent research on racial relations*
The Yugoslav commune*
The parliamentary profession*
Vol. XIV 1962
Num.
Num.
Num.
Num.
1
2
3
4
Vol. XV.
Num. 1
Num. 2
Num. 3
Num. 4
Images of w o m e n in society*
Communication and information*
Changes in the family*
Economics of education*
1963
Opinion surveys in developing countries*
Compromise and conflict resolution*
Old age*
Sociology of development in Latin America*
Vol. XVI. 1964
N u m . 1 Data in comparative research*
N u m . 2 Leadership and economic growth*
N u m . 3 Social aspects of African resoure development*
N u m . 4 Problems of surveying the social science and
humanities*
Vol. XVII. 1965
N u m . 1 M a x Weber today/Biological aspects of race*
N u m . 2 Population studies*
N u m . 3 Peace research*
N u m . 4 History and social science*
Vol. XVIII. 1966
N u m . 1 H u m a n rights in perspective*
N u m . 2 M o d e r n methods in criminology*
N u m . 3 Science and technology as development factors*
N u m . 4 Social science in physical planning*
Vol. XIX. 1967
Num.
Num.
Num.
Num.
1
2
3
4
Linguistics and communication*
T h e social science press*
Social functions of education*
Sociology of literary creativity*
Vol. XX. 1968
N u m . 1 Theory, trainning and practice in management*
N u m . 2 Multi-disciplinary
problem-focused
research*
N u m . 3 Motivational patterns for modernization*
N u m . 4 T h e arts in society*
Vol. XXI. 1969
Num.
Num.
Num.
Num.
1 Innovation in public administration
2 Approaches to rural problems*
3 Social science in the Third World*
4 Futurology*
Vol. XXII. 1970
Num.
Num.
Num.
Num.
1
2
3
4
Sociology of science*
Towards a policy for social research*
Trends in legal learning*
Controlling the human environment*
Vol. XXIII, 1971
N u m . 1 Understanding aggresion
N u m . 2 Computers and documentation in the socia
sciences*
N u m . 3 Regional variations in nation-building*
N u m . 4 Dimensions of the racial situation*
,\'ú»wros aparecidos
Vol. XXIV, 1972
Núm.
Num.
Num.
Num.
1 Development studies*
2 Youth: a social force?*
3 The protection of privacy*
4 Ethics and institutionalization in social
science*
Vol. XXV. 1973
N u m . 1/2 Autobiographical portraits*
N u m . 3 The social assessment of technology*
N u m . 4 Psychology and psychiatry at the crossroads*
Vol. XXVI. 1974
N u m . 1 Challenged paradigms in international relations*
N u m . 2 Contributions to population policy*
N u m . 3 Communicating and diffusing social science*
N u m . 4 The sciences of life and of society*
Vol. XXVII. 1975
335
N ú m . 3 Modos de socialización del niño
N ú m . 4 En busca de una organización racional
Vol. XXXII. 1980
N ú m . 1 Anatomía del turismo
N ú m . 2 Dilemas de la comunicación: ¿tecnología
contra comunidades?
N u m . 3 El trabajo
' N ú m . 4 Acerca del Estado
Vol. XXXIII. 1981
N ú m . 1 La información socioeconómica: sistemas,
usos y necesidades
N ú m . 2 En las fronteras de la sociología
N ú m . 3 La tecnología y los valores culturales
N ú m . 4 La historiografía moderna
Vol. XXXIV. 1982
Núm.
Núm.
Num.
Núm.
91
92
93
94
Imágenes de la sociedad mundial
El deporte
El hombre en los ecosistemas
Los componentes de la música
Vol. XXXV. 1983
N u m . 1 Socio-economic indicators: theories and applications*
N u m . 2 The uses of geography
N u m . 3 Quantified analyses of social phenomena
N u m . 4 Professionalism in flux
Núm.
Num.
Núm.
Núm.
Vol. XXVI¡I. 1976
Vol. XXXVI. 1984
N u m . I Science in policy and policy for science*
N u m . 2 The infernal cycle of armament*
N u m . 3 Economics of information and information
for economists*
N u m . 4 Towards a new international economic and
social order*
N ú m . 99 La interacción por medio del lenguaje
N ú m . 100 La democracia en el trabajo
N ú m . 101 Las migraciones
N ú m . 102 Epistemología de las ciencias sociales
Vol. XXIX. 1977
Núm.
Núm.
Núm.
Núm.
N u m . 1 Approaches to the study of international organizations
N u m . 2 Social dimensions of religion
N u m . 3 The health of nations
N u m . 4 Facets of inlerdisciplinarity
Vol. XXX. 1978
N u m . 1 La territorialidad: parámetro político
N u m . 2 Percepciones de la interdependencia m u n dial
N ú m . 3 Viviendas humanas: de la tradición al m o dernismo
N u m . 4 La violencia
Vol. XXXI. 1979
N u m . 1 La pedagogía de las ciencias sociales: algunas experiencias.
N ú m . 2 Articulaciones entre zonas urbanas y rurales
*Números agotados
95 El peso de la militarización
96 Dimensiones políticas de la psicología
97 La economía mundial: teoría y realidad
98 La mujer y las esferas de poder
Vol. XXXVII. 1985
103 International comparisons
104 Social sciences of education
105 Food systems
106 Youth
Vol. XXX VIII. 1986
Núm.
Num.
Num.
Num.
107 Time and society
108 The study of public policy
109 Environmental awareness
110 Collective violence and security
Vol. XXXIX. 1987
N u m . 111 Ethnic phenomena
N u m . 112 Regional science
N u m . 113 Economic analysis and interdisciplinarity
N u m . 114 Los procesos de transición
Vol. XL. 1988
N u m . 115 Las ciencias cognoscitivas
REVISTA MENSUAL
DE EDUCACIÓN
Cada m e s ofrecemos una amplia
información sobre el mundo de la
enseñanza.
El profesor encontrará además
elementos de reflexión teórica
e instrumentos prácticos para
el trabajo en el aula
BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN
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DOMICILIACION BANCARIA
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CUADERNOS
DE
ECONOMIA
O / ^ O I /\ |
Editado por el Instituto Argentino de investigaciones
de Economia Social
EN ESTE NUMERO
Se recogen las exposiciones del curso sobre
Cooperativismo y Economia Social, organizado
por la Cooperativa El Hogar Obrero, en el marco
de actos conmemorativos de su 81.° aniversario,
realizado entre el 19 de agosto y el 30 de septiembre de 1986.
Temas:
1. Actualidad del cooperativismo: Cooperativismo
y desarrollo: El cooperativismo ante el desafío del
siglo XXI; Sociología de la cooperación; El sector
cooperativo en el desarrollo argentino.
2. El problema agrario argentino: El problema
agrario y el progreso social; la cooperación agraria; el Impuesto a la tierra; Política agraria.
3. La participación democrática en la política económica; La planificación económica democrática;
Incorporación de los principios cooperativos a la
empresa pública; Participación y cogestion de los
trabajadores; Los consejos económicosociales.
Disertantes:
(Héctor Polino, Osear Díaz Pérez; Presentación),
Ricardo Valverde, Arturo Vainstok, René Balestra,
Héctor Bonaparte, Orlando Carracedo, Orlando
Gilardoni, Jorge Oliden Alberro, Dante Cracogna, Eduardo Yaglián, Valentín Levismam, Miguel
Salegh, Eduardo Lazzatti, Bernardo Grinspun,
Gustavo Orgaz, Adrián Goldín, Luis Carello, Horacio González y José L. Castillo.
(Coordinador: Arturo O . Ravina)
EDICIÓN CUATRIMESTRAL
Año IX - N.° 26
Mayo-Agosto 1987
BUENOS AIRES
REPUBLICA ARGENTINA
Redacción y Administración:
M o r e n o 1 7 2 9 , (1093) B u e n o s Aires
República Argentina
Teléfonos: 4 5 - 9 3 7 7 y 4 5 - 6 7 3 3
Suscripción Anual A 3 0
E n el Exterior U . S . $ 15
SUPERIOR DE INVESTIGACIONES C
/flrbòr
SEPTIEMBRE 1987
Javier Muguerza:
¿Que hay
OCTUBRE 19B7
de la situación de la filosofía
Bautista Ceballos
en el m u n d o hispánico?
(1928
Juan Ñuño:
Emilio Muñoz:
La situación de
la filosofi'a en el m u n d o
hispánico
La recepción de
NOVIEMBRE-DICIEMBRE
1987
DIRECTOR
Javier López Falca/: Manuel
Miguel Angel Quintanilla
N ú m e r o monográfico sobre.
REDACCIÓN
1987) m m e m o r i a m .
La
Biodirección, un reto de la
política científica y
FILOSOFIA POLITICA
Fernando Quesada
Vitruvio, 8 - 28006 M A D R I D
Telf
(91) 261 66 51
José Ma González García
la filosofía analítica.
tecnológica
Adolfo Sánchez Vázquez: La
Andrés Rivadulla Rodríguez:
situación de la filosofía en el
Ludwik Fleck
m u n d o hispánico1 El
Félix Ovejero Lucas
de la orientación histórico-
CS
marxismo en América Latina
sociológica en Epistemología.
Celia Amords
Vitruvio, 8 - 2 8 0 0 6 M A D R I D
Fernando Salmerón: La
José L. Rutilo Delgado y
José A. Estévez Araújo
situación de la filosofía en el
Juan J. Herrero-Borgoñón:
Germán
m u n d o hispánico
Cultura y
La irrupción
Mariano Aguirre
Gómez
SUSCRIPCIONES
Servicio de Publicaciones del
I.C.
Telf.
(91) 261 28 3 3
Orfanel
La desertjficación del litoral
Lenguaje
mediterráneo,
Miguel A. Quintanilla: Temas
José Ma Riaza Morales: En el
y problemas de la Filosofía
centenario del experimento
de la Ciencia (I)
de Michelson-Morley
Carlos Thiebaut
José Ma Mardones
antecedentes de la
C. Ulises Moulines:
relatividad especial.
¿Axiomatizó N e w t o n la
mecánica?
Miguel A. Qumtanitla: Temas
y problemas de la Filosofía
de la Ciencia (II)
AboA.
C1ÜÍCM
ven/amiento j
cxdtum
Para conocer mejor los problemas de política social y de administración laboral
en el m u n d o entero, suscríbase a la
Revista
Internacional
del Trabajo
La m á s antigua publicación periódica internacional que difunde artículos, estudios comparados y resultados de investigaciones originales sobre empleo, desempleo, inflación y niveles de vida, salarios y otras condiciones de trabajo, relaciones profesionales, participación de los trabajadores en la gestión de la empresa y
negociaciones colectivas, seguridad e higiene del trabajo, etc., preparados por
destacados estudiosos y personas con experiencia práctica y por el personal internacional de la O I T .
- Poblaciones indígenas y tribuales: Vuelta al primer plano
L . Swepston
-
A S . Bronstein
La protección de los créditos laborales en caso de insolvencia del e m pleador: Del. derecho civil a la seguridad social
_
- La Asociación Internacional de la "Segundad Social cumple sesenta anos
de existencia
- Federalismo y convenios internacionales del trabajo: Reflexiones a raix
- El desarrollo rural y los programas de alto coeficiente de m a n o de obra.
Evaluación de los efectos de varios programas piloto
-
¿La participación en los beneficios de la empresa permite luchar contra el desempleo?
Suscripción anual (1988): 6 0 francos suizos; 4 2 dólares.
Las publicaciones de la OIT pueden obtenerse en las librerías importantes o dirigiéndose a
Publicaciones de la OIT, Oficina Internacional del Trabajo. CH-1211 Ginebra 22. Suiza.
J. Dejardin
r. Maupain
J. Gaude,
A . Guichaoua,
B . Martens y
S. Miller
G . Standing
Are you interested in Mexican
and Latin American issues?
Read about them from
Mexican points of view
leo«A&*
- S c v eoce
tf\à
Quarterly magazine of the
Mexican National Autonomous University
All publicity or subscriptions should be sent to:
Hispanic Books Distributors, I N C .
Filosofía y Letras N o . 88
1665 west Grant Road
Col. Copilco-Universidad
Tuczon, Arizona 85745
C P . 04360 México, D . F .
Phone (602) 882-9484
Tel. (905) 6-58-58-53
6-58-72-79
REVISTA INTERNACIONAL
DE SOCIOLOGIA
Publicación trimestral
Redación:
I N S T I T U T O D E S O C I O L O G Í A "JAIME B A L M E S "
Duque de Medmacelí, 6 - 2 8 0 1 4 M A D R I D
Administración:
LIBRERÍA CIENTÍFICA D E L C.S.I.C.
Duque de Medinaceli, 6 - 28014 M A D R I D
Directora:
Valentina F E R N Á N D E Z V A R G A S
Secretario:
José VERICAT
Redactor-Jefe: Joaquín A R A N G O
V o l u m e n 4 4 — Fascículo 4 - O c t u b r e / D i c i e m b r e 1 9 8 6
SUMARIO
I. ESTUDIOS
Pàgs.
ATIENZA H E R N A N D E Z , A . , y FERNÁNDEZ V A R G A S , V.: Organización estamental y estructuras "supra)'amiliares"
en Madrid a finales del siglo XVI:
un modelo demopolítico
407
BATTISTELLI, F.: Guerra e pace nelle origine de lie scienze sociali: ¡a filosofia politica di Condorcet e di Constanit
CASILDA BÉJAR, R . : La deuda externa latinoamericana: un enfoque político
435
455
E N R I Q U E Z D E S A L A M A N C A , R . , y C O N Q U E R O G A G O , A . : Evaluaciones recientes de la mortalidad en los pensio-
nistas derivadas de accidentes de trabajo
483
G A R C Í A B L A N C O , J. M . : Poder y legitimación en la teoría sociológica de Niklas Luhmann
503
G A R C Í A I B A N E Z , S.: Algunas facetas del fenómeno información
527
ROVALETTI, M . a L.: Conciencia y autoridad en el pensamiento de Erich fromm
M A R T I N R U I Z , J. F.: El modelo de nupcialidad en Andalucía. El ejemplo de la Provincia de Cádiz
547
. . .
R O B L E S M U Ñ O Z , C : Algunos aspectos del sistema moral de la sociedad española después de la Revolución de 1868
563
579
R U B I O PEREZ, L.: Estructura social y mentalidad religiosa colectiva en la ciudad de León durante los
siglos XVI
y XVII
609
S A I N Z , E . : La simulación de juicios con jurados
644
II. BIBLIOGRAFIA
A ) Recensiones
B) Libros ingresados en la Biblioteca del
669
Instituto Jaime Balmes
679
1
.*:•/•.
JE** *
HOMINES
w.-:t tt
Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales
- Puerto Rico (Directora: Aline Frambes-Buxeda)
SECCIONES
A.
B.
C.
D.
Investigación
Divulgación
Diálogo entre America, Europa y África
Hechos e Ideas de Actualidad
E. Sobre la Mujer
F. Vida Cultural
G . Reseñas - Libros
AUTORES Y TEMAS
Jaime Camuñas
La Danza Puertorriqueña: Punto de
Partida Sociológico
Agustín Cueva
El Marxismo Latinoamericano: Historia y Problemas Actuales
Sylvia Arocho Velázquez
En búsqueda de una socio-historia
económica de la música puertorriqueña
Leopoldo Mármora
El movimiento Verde Alemán
Pedro J. Saadé Lloréns
El Problema del Militarismo en
Puerto Rico
Aline Frambes-Buxeda
El Caribe, transformación de la ciudad
de San Juan
Lydia Vélez
M á s Allá de las Máscaras: U n a estrategia radical feminista
Jorge Rodríguez Beruff
Emerger del Reformismo Ideológico de
Militares Peruanos, 1948-68
TARIFA DE SUSCRIPCIÓN ANUAL (Dos Números)
Puerto Rico: $ 15.00- Estados Unidos, Caribe y Centro América: $ 22.00- Europa y Sur América: $ 25.00
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Revista de la C E P A L
Santiago de Chile
Número 34
S U M A R I O
U n a política económica para el desarrollo. Norberto González
Balance y renovación en el paradigma estructuralista del desarrollo latinoamericano. Osvaldo Rosales
Esbozo de un planteamiento neoestructuralista. Ricardo Ffrench-Davis
Neoliberalismo versus neoestructuralismo en América Latina. Sergio
Bitar
Los desafíos de América Latina en el mundo de hoy. Guillermo
Maldonado
La comercialización internacional de productos básicos y América Latina. Mikio Kuwayama
Empleo urbano: investigación y políticas en América Latina. Víctor E .
Tokman
La pequeña y mediana industria en el desarrollo de América Latina.
Mario Castillo y Claudio Cortellesse
Las ideas de Prebisch sobre la economía mundial. Armando Di Filippo
Prebisch pensador clásico y heterodoxo. Benjamín Hopenhayn
Raúl Prebisch, banquero central. Felipe Pazos
Dependencia, interdependencia y desarrollo. Raúl Prebisch
La Revista de la C E P A L es una publicación cuatrimestral en español
que aparece en los meses de abril, agosto y diciembre; se publica también en inglés, aproximadamente tres meses después de la versión en
español. Los precios de los ejemplares individuales son los siguientes:
Precio por ejemplar
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Precio de la suscripción
U S $ 16.00 (español)
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Los interesados pueden solicitar su suscripción en la Unidad de Distribución de la C E P A L , Casilla, 179-D, Santiago de Chile, enviando un
cheque en dólares, personal o bancário. Asimismo, pueden obtenerse
ejemplares individuales en la Sección de Ventas del Servicio de Publicaciones de Naciones Unidas en Nueva York.
PASOS 6
¿Mend*** <**
REVISTA
PUJßßß
Una publicación del
Departamento Ecuménico
de Investigaciones (DEI)
SAN JOSE - COSTA RICA
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(6 números al afio)
América Latina . .USS 12
Otros países
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ANALES
DE LA
REAL ACADEMIA
DE CIENCIAS MORALES
Y POLITICAS
Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Plaza de La Villa, 2
28005 M A D R I D
MCMLXXXVII
Nl'MlRO 64
SUMARIO
Página
I. POLÍTICA Y D E R E C H O
Lins D u / 1111 C O R R A I : Variaciones en la fama de Tocqueville
7
G O N / A I O F I R N A N D I / ni LA M O R A : El îronisiTio de d'Ors
Li is S A M m / A G I S T A : La reciente orientación parlamentaria de los regímenes iberoamericanos
13
. . .
Jisis G O N / A L I / PIRI:/: Justicia y política
II. C I E N C I A S
39
55
SOCIALES
LAI RI A N O LOPI/ R O D O : Relaciones con la Santa Sede del Gobierno del almirante Carrero
M A M n Ai ON so O u A: El trabajo por cuenta ajena. Su consideración jurídica, social y económica en
la encíclica «Laborem exercens»
71
95
PRIMITIVO m I.A Q I INTANA LOPI/: Consideraciones sobre la violencia
107
FIRNAXIX) G A R R I D O F.AII.A: La libertad de cátedra
141
III. ECONOMÍA
Josi M A R Í A ni ARIII/A: Después de la cumbre de Islândia
153
Ji AN Vu.ARDi Fi iRiis: Informe sobre Chile
163
IV. F I L O S O F Í A S O C I A L
A N C O . G O N / A I I / Ai VARI/: El arte y el humanismo
189
M A R C H O G O N / A I I / MARTIN: La violencia en el Antiguo Testamento
205
V K T O R GARI IA H O / : Condiciones de la educación en una sociedad confusa
221
Josi: Li is PiNiiios: Q u é es psicohistona
243
AiioNso L O P I / Q i iNTv.: La manipulación del hombre a través del lenguaje
257
OLÍ-GARIO G O N / A I I / H L R N A N D I / DI C A R D I N A L : La'jerarquía eclesiástica ante U n a m u n o . Reflexiones a
los cincuenta años de su muerte
277
V. VIDA A C A D É M I C A
JOSH MARÍA DI ARLIL/A: Necrología (Manuel Diez Alegría)
291
Recepciones Académicas
Noticiario Académico
295
297
Disertaciones
299
EL TRIMESTRE
ECONÓMICO
A V . UNIVERSIDAD 975
Publicado
por
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA,
S. A. DE C. V.
03100 MEXICO. D . F.
A P A R T A D O POSTAL 44975
TEL. 660-09-53
Director:
Carlos Bazdresch P.
Director Interino:
Nisso Bucay
Secretario de Redacción: Guillermo Escalante
Vol. LV (2)
México, abril-junio de
1988
Núm. 218
SUMARIO
Artículos:
Sherwin Rosen
Los contratos implícitos: Una reseña
José Alberto Delfino
Cambios de la productividad y estrategia de crecimiento. El caso argentino d irante el período de
1953-1973.
Renato Aguilar, Eduardo Giorgi,
Rubén Tansini y Mario Zejan
La capacidad de pago de la deuda externa. Un estudio empírico sobre la Argentina y el Uruguay.
Alejandra C o x Edwards
Las diferencias salariales no compensadas: Implicaciones y medición en el caso chileno, 1974-1980.
Rodrigo Parot y Martha Rodríguez
El proceso inflacionario en el período de Belaúnde:
1980-1984
Santiago Levy
Los subsidios a la exportación y la balanza c o m e r cial.
DOCUMENTOS:
C E P A L , la evolución reciente d e las relaciones comerciales internacionales.
El trabajo en el mundo
Volumen 3
El volumen 3 de El trabajo en el mundo -obra en varios volúmenes,
de análisis de problemas laborales esenciales- versa sobre "los ingresos del trabajo: entre la equidad y la eficacia". Se detalla en él que
los ingresos reales -tanto los derivados de un trabajo por cuenta propia c o m o de un empleo asalariado- han menguado en muchas partes
del m u n d o desde principios del decenio de 1980.,Se documenta asim i s m o la vulnerabilidad creciente de muchos trabajadores en su e m pleo. Se ilustran esas tendencias en un gran número de cuadros y
análisis, basados en investigaciones realizadas por y para la O I T . El
trabajo en el mundo es una obra de indispensable lectura para todos
los que quieren estar al día de lo que ocurre en el m u n d o del trabajo.
ISBN 92-2-305951-8
40 francos suizos
Volumen 1, trata del empleo, los ingresos y los salarios en el m u n d o ,
la seguridad social, las nuevas técnicas de información, etcétera.
ISBN 92-2-303604-6
45 francos suizos
Volumen 2, trata de las relaciones de trabajo, las normas internacionales del trabajo, la formación y el trabajo femenino.
ISBN 92-2-303848-0
45 francos suizos
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de la Revue internationale
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