6 MEDIDA DE LA PRESION SANGUÍNEA. La presión sanguínea se considera un buen indicador del estado del sistema cardiovascular dado que es una de las variables fisiológicas que se puede medir con mayor disponibilidad. Una historia clínica de las medidas de la presión sanguínea ha salvado a muchas personas de una muerte prematura avisando sobre la existencia de presiones altas muy peligrosas (hipertensión), con suficiente antelación para aplicar un tratamiento. En pruebas clínicas de rutina, la presión sanguínea se mide normalmente mediante un método indirecto utilizando un esfigmomanómetro (del griego sphygmos, que significa pulso). Este método es fácil de utilizar. Sin embargo, tiene ciertas desventajas como son el que no proporcione un registro continuo de las variaciones de presión y que su rapidez de repetición práctica esté limitada. Además, sólo se pueden obtener medidas de la presión arterial sistólica y diastólica, sin que se indiquen detalles de la forma de la onda de presión. Este método indirecto es además un tanto subjetivo, y falla frecuentemente cuando la presión sanguínea es muy baja (tal como sucede con un paciente neonatológico, ó adulto que ha sufrido un shock). Otro método indirecto es el oscilométrico, iniciado hace unos 25 años con los medidores MAP (la marca fue DINAMAP y comenzaron aplicándose en neonatología y pediatría, midiéndose solamente la presión arterial media, pero al menos, algo era mejor que nada, pues en estos campos, el primer método es inútil). Un tercer método, la tonometría, tiene una larga trayectoria en la medición de presión (Presión intraocular, presión sobre la fontanella, en neonatología; ó en la cavidad craneana), pero hasta el momento solo es aplicable a presiones medias. La solución tecnológica de su obtención permitiría lograr la forma de la onda de presión arterial que en la actualidad solo es posible por medidas directas (también llamadas cruentas, porque requieren invadir una arteria). Los métodos para la medida directa de la presión sanguínea, proporcionan una lectura o un registro continuos de la onda de presión sanguínea y son bastante más precisos que los métodos indirectos. Sin embargo, requieren la perforación del vaso sanguíneo para introducir el sensor. Esto limita su empleo a aquellos casos en los que el estado del paciente justifica la invasión del sistema vascular. 6.2.1. Medidas indirectas. Tal como se apuntó anteriormente el familiar método indirecto de medida de la presión sanguínea supone el empleo de un esfigmomanómetro y un estetoscopio. El esfigmomanómetro consiste en un brazalete (o manguito) inflable de presión y un manómetro de mercurio o aneroide para medir la presión en el brazalete, Éste consiste en un globo de goma envuelto por una tela elástica que puede enrollarse en el brazo y sujetado mediante ganchos o con una cinta Velcro®. El brazalete se infla normalmente a mano con una perilla de goma y se desinfla lentamente a través de una válvula de aguja. El estetoscopio es, simplemente, un transformador de impedancias acústicas. En su forma más simple puede ser un simple cono o embudo que se aplica sobre una superficie en la que se quiere escuchar un sonido y un tubo de goma que luego se bifurca en dos hasta llegar a ambos oídos, con una terminación en plástico para hacer más cómoda y hermética su adaptación al canal auditivo. En la figura se muestra un esfigmomanómetro que se puede montar en la pared. Estos instrumentos también se fabrican en forma de unidades portátiles. El esfigmomanómetro se basa en el principio de que cuando se coloca el brazalete en el brazo y se infla, la sangre arterial puede fluir por debajo del brazalete sólo cuando la presión arterial es superior a la presión en aquél. Además, cuando se infla el brazalete hasta una presión que ocluye sólo parcialmente la arteria braquial, se crea una turbulencia en la sangre al tener que atravesar la pequeña abertura arterial en cada sístole. Los sonidos producidos por esta turbulencia, llamados sonidos de Korotkoff, se pueden oír con un estetoscopio colocado sobre la arteria aguas abajo del brazalete. Para obtener una medida de ]a presión sanguínea con un esfigmomanómetro y un estetoscopio, se infla primero el brazalete colocado en el brazo, hasta una presión superior con creces a la presión sistólica. En este momento, no se pueden oír sonidos con el estetoscopio, que se coloca sobre la arteria braquial, ya que ésta ha sido colapsada por la presión del brazalete. Entonces se disminuye esta presión paulatinamente. Tan pronto como la presión del brazalete se hace inferior a la presión sistólica, pasan por debajo del brazalete pequeñas cantidades de sangre y se empiezan a oír los sonidos de Korotkoff mediante el estetoscopio. La presión del brazalete indicada en el manómetro cuando se oye el primer sonido de Korotkoff se registra como presión sanguínea sistólica. Conforme va descendiendo la presión en el brazalete, se siguen oyendo los sonidos de Korotkoff hasta que la presión ya no es suficiente para ocluir el vaso durante ningún período del ciclo. Por debajo de esta presión desaparecen los sonidos de Korotkoff, señalando pues el valor de la presión diastólica. Este familiar método para localizar los valores de la presión sistólica y diastólica escuchando los sonidos de Korotkoff se denomina método auscultatorio de esfigmomanometría. Otro método, denominado método de palpación, es similar excepto en que el médico identifica el flujo sanguíneo en la arteria tomando el pulso del paciente aguas abajo del brazalete en vez de escuchar los sonidos de Korotkoff. Aunque con el método de palpación se puede medir fácilmente la presión sistólica, la presión diastólica es mucho más difícil de identificar. Por esta razón se emplea con mayor frecuencia el método auscultatorio En la figura 6.8 se muestra una medida de la presión sanguínea empleando este método. Método oscilométrico En este método, no se escuchan los sonidos producidos por la obstrucción parcial de la arteria, sino las oscilaciones de la presión del propio manguito, aún antes de la apertura de la arteria. Desde hace unos treinta años se conocía que esas oscilaciones eran máximas en coincidencia con la presión arterial media. Posteriormente se empezaron a hacer, por los fabricantes, ciertas suposiciones respecto a las presiones sistólicas y diastólicas. Finalmente se convino y así está normalizado, que la presión sistólica es igual a la presión del manguito entre las dos oscilaciones sucesivas de mayor diferencia de amplitud (derivada positiva máxima) antes de la presión media y la diastólica es igual a la presión del manguito entre las dos oscilaciones sucesivas de mayor diferencia de amplitud (derivada negativa máxima) despues de la presión media. Muchos de los medidores de presión sanguínea comercializados funcionan bien cuando se prueban con una persona sana, en reposo, pero fallan cuando se utilizan para medir la presión sanguínea durante una actividad o cuando se emplean en pacientes con un shock circulatorio. En ese sentido, los esfuerzos para automatizar las medidas han sido más eficaces con el método oscilométrico. Hoy todos los equipos que miden presión en forma automática, tanto en los monitores multiparamétricos, en terapias o quirófanos, como en los ambulatorios funcionan bajo este principio. Los más sofisticados, usan ambos sistemas simultaneamente. Tonometría: Si cuando sobre una arteria se aplica una presión tal que la arteria presenta una superficie plana, puede suponerse que la misma es igual a la presión interna. Si aplicamos un servomecanismo que constantemente mantenga la superficie plana, el mismo tendrá que ejecutar una acción cuyas variaciones representarán las variaciones de presión interiores de la arteria. Esta tecnología está en desarrollo hace muchos años, pero hasta ahora no ha demostrado eficacia. Si se logra, podría evitarse las técnicas de medición cruentas que veremos a continuación, al menos para obtener la morfología de las ondas de presión en las arterias periféricas. 6.2.2. Medidas directas. Hales insertó por primera vez en 1728 un tubo de cristal en una arteria de un caballo y midió toscamente la presión arterial. Recien a mediados del siglo pasado, independientemente de los principios eléctricos o físicos involucrados, la medida directa de la presión sanguínea se comienza a realizar normalmente por uno de los tres métodos siguientes: 1. Inserción percutánea 2. Cateterización (cortando un vaso). 3. Implantación de un transductor en un vaso o en el corazón. La inserción percutánea y la cateterización son técnicas de cirugía menor que suponen una invasión del organismo. En la primera se inserta normalmente un catéter o aguja en un vaso sanguíneo muy cerca del punto de penetración en la piel; la última supone la conducción de un catéter por la artería o la vena hasta la posición deseada, que puede ser el propio corazón. Por lo general, para la inserción percutánea se aplica anestesia local cerca del punto de invasión. Se ocluye el vaso y se inserta una aguja hueca con una ligera Inclinación respecto al vaso. Cuando la aguja está en su sitio, se introduce un catéter por su alma, normalmente con algún tipo de guía. Cuando el catéter está fijo en su sitio en el vaso, se retiran la aguja y la guía. Para ciertas mediciones, se utilizan un tipo de aguja unido a un tubo hermético, de modo que se puede dejar la aguja en el vaso y detectar la presión directamente acoplando un transductor al tubo. Otros tipos tienen el transductor dispuesto en la punta del catéter. Este último tipo se utiliza tanto en el modelo percutáneo como en el de cateterización completa. La cateterización se desarrolló por primera vez a finales de la década de 1940 y se ha convertido en la principal técnica de diagnóstico para analizar el corazón y otros componentes del sistema cardiovascular. Aparte de la obtención de la presión sanguínea en las cavidades del corazón y en los grandes vasos, esta técnica se utiliza además para obtener muestras de sangre del corazón para el análisis del contenido de oxigeno y para detectar cursos anormales del flujo sanguíneo. Los catéteres se emplean también para investigaciones en que se inyectan directamente en el corazón y en ciertos vasos, tintes radioopacos para estudios con rayos X, tintes coloreados o soluciones enfriadas para estudios de dilución de indicadores y fármacos vasoactivos. Un catéter es esencialmente un tubo largo que se introduce en el corazón o en un vaso grande a través de una vena o arteria superficial. El catéter, esterilizado, se diseña para que se desplace fácilmente por los vasos. El advenimiento de los catéteres de Swan-Ganz revolucionó la inserción venosa. Estos catéteres tienen un pequeño balón inflable con Helio o Dióxido de Carbono (para evitar la embolia gaseosa) que, al introducirse en una vena son arrastrados al lugar deseado de medición (o estímulo, si se usan para marcapasear), sin necesidad de orientación del operador por rayos X (los catéteres suelen ser radioopacos, con este fin) y el uso de ingeniosos artilugios, como los empleados en el Hospital Italiano de Buenos Aires, hace unos 25 años, con el autóctono catéter "cola de chancho" ( un catéter con alma metálica, con un rulo en la punta de esa forma, que permitía introducirlo median- te el manipuleo de la misma) La medida de la presión sanguínea con un catéter se puede hacer de dos formas. La primera es introducir una disolución salina esterilizada en el catéter, de modo que la presión del fluido se transmita a un transductor fuera del cuerpo (extracorpóreo}. Se monta así un sistema hidráulico completo con posibilidad de comprobación con respecto a la presión atmosférica, y de establecer un punto de referencia. La respuesta de frecuencia de este sistema es una combinación de la del transductor y la de la columna de fluido del catéter. En el segundo método, las medidas de la presión se obtienen in situ. Para ello se introduce el transductor, colocado en el extremo del catéter y se desplaza hasta el punto en el que se va a medir la presión. Este aparato se denomina transductor de presión sanguínea en el extremo del catéter y es, ni más ni menos, un micrófono. Con ellos se hace fonocardiografía con un espectro de frecuencia mucho más amplio que el obtenido con micrófonos en la superficie del cuerpo. Las técnicas de implantación implican la realización de cirugía mayor, y por ello sólo se utilizan normalmente en experimentos de investigación. Tienen la ventaja de mantener el transductor fijo en su sitio en el vaso adecuado durante largos períodos de tiempo. Los transductores se pueden clasificar según que el elemento del circuito que cambie con las variaciones de presión sea capacitivo, inductivo o resistivo. Los que se utilizan con mayor frecuencia son los de tipo resistivo, de modo que los otros dos tipos sólo se expondrán brevemente. En el manómetro capacitivo, un cambio en la distancia entre las placas de un capacitor cambia su capacidad. En una aplicación típica, una de las placas es una membrana metálica separada de una placa fija por unas milésimas de pulgada de aire. Los cambios de presión que hagan variar la distancia entre las placas cambian la capacidad en consecuencia. Si este elemento forma parte de un circuito resonante de alta frecuencia, los cambios en la capacidad hacen variar la frecuencia del circuito resonante produciendo una señal de frecuencia modulada. Con un circuito apro- piado se puede obtener información de la presión sanguínea y registrarla en función del tiempo. Una ventaja de este tipo de transductor es que puede ser largo y de contorno fino pudiéndose introducir por tanto en la corriente sanguínea sin deformar la forma de la onda de presión registrada. Debido a la rigidez de su estructura y a los pequeños movimientos de la membrana cuando se aplica una presión, el desplazamiento volumétrico es muy pequeño y puede ser del orden de 10-6 cc. por 100 mm Hg de presión aplicada. Las desventajas de este tipo de transductor son la inestabilidad y una tendencia a variar ante pequeños cambios de temperatura. Además, los cables de conexión introducen errores en la capacidad, y este tipo de transductor es más difícil de manejar que los de tipo resistivo. Existen varios instrumentos que utilizan efectos inductivos. En ellos se mide la distorsión de una membrana expuesta a la presión sanguínea. En algunos aparatos de este tipo se utilizan dos devanados: un primario y un secundario. Cuando un núcleo dotado de resorte, que acopla magnéticamente al primario y al secundario se mueve de un lado a otro, la tensión inducida en el secundario cambia proporcionalmente a la presión aplicada. Un método más conocido emplea un transformador diferencial, descrito detalladamente en el capítulo 9. En este elemento hay dos secundarios arrollados en sentidos opuestos y conectados en serie. Si el núcleo, provisto de resorte, está situado simétricamente, la tensión inducida en un secundario es opuesta a la del otro. El movimiento del núcleo cambia esta simetría, y el resultado es la aparición de una señal en los secundarios combinados. El núcleo puede estar provisto de resorte para admitir presión por un lado, o bien puede aceptar presión simultáneamente en ambos lados, midiendo de esta forma la diferencia de presión entre dos puntos distintos. El transductor fisiológico resistivo es una adaptación directa de las galgas extensométricas utilizadas en la industria desde hace muchos años. El principio de una galga extensométrica es que si se estira un alambre muy fino, su resistencia aumenta. Si se aplica una tensión a la resistencia, la corriente resultante cambia con las variaciones de resistencia de acuerdo con la ley de Ohm. De este modo las fuerzas responsables de la deformación se pueden registrar en función de la corriente. Para obtener el grado de sensibilidad requerido para los transductores de presión sanguínea. se montan dos o cuatro galgas extensométricas en un diafragma o membrana, y estas resistencias se conectan para formar un circuito puente. (Puente de Wheatstone) En general, al principio, cuando no se aplica presión o tensión, las cuatro resistencias son prácticamente iguales. Las galgas se encuentran fijadas al diafragma sensor de presión de tal modo que si la presión aumenta, dos de ellas se estiran mientras que las otras dos se contraen. Se aplica una tensión de excitación de la forma mostrada. Cuando los cambios de presión desequilibran el puente, aparece una tensión entre los terminales A y B, proporcional a la presión. La excitación puede ser tanto corriente continua como corriente alterna, según la aplicación de que se trate. El desarrollo de semiconductores que cambian su resistencia en grado mucho mayor que las galgas de hilo ha conducido al puente de elementos de silicio con sopor- te. Bastan pequeños desplazamientos (del orden de unas micras) del diafragma sensor de presión para obtener cambios en la tensión de salida con excitación de baja tensión. Por ejemplo, con 10 voltios de excitación, se obtiene un margen de 300 mm Hg con una deflexión de 3 micras que produce una señal de 30 mV. Cuando se incorporan galgas en transductores de presión, la sensibilidad del transductor se expresa, no en función del factor de sensibilidad de la galga, sino en términos de cambio de tensión que se produce con un cambio de presión dado. La sensibilidad de un transductor se puede dar por ejemplo en microvoltios por voltio (de excitación} por milímetro de mercurio. (En la actualidad, para la mayoría de los medidores de presión, la sensibilidad del transductor adecuado es de 5 µV/V/mmHg., para Hewlett-Packard es 40 µV/V/mmHg) 6.2.3. Técnicas específicas de medida directa. En el apartado anterior se han clasificado los métodos de medida directa de la presión sanguínea por el método clínico de conexión del aparato de medida con el paciente. En la exposición siguiente se desarrollan cuatro métodos: 1. Método de cateterización con detección de la presión sanguínea mediante una columna de líquido. En este método el transductor es externo al organismo, y la presión sanguínea se transmite a través de una columna de una solución salina a este transductor Este método permite utilizar para medir la presión tanto una galga extensométrica resistiva sin soporte como un transformador diferencial de variación lineal o un transductor descartable de semiconductor. Los dos primeros, de uso reiterado se siguen usando en investigación y diagnósticos hemodinámicos. Los descartables prácticamente monopolizan el uso asistencial. 2. Método de cateterización que implica la colocación de un transductor mediante un catéter en el lugar mismo de la medida en el caudal sanguíneo (p. ej., la aorta) o colocando el transductor en la punta del catéter. 3. Métodos percutáneos en los cuales se mide la presión sanguínea en el brazo justo por debajo de la piel utilizando una aguja o catéter. 4. Técnicas de implantación en las que se coloca el transductor de forma más permanente en el vaso sanguíneo o en el corazón mediante intervención quirúrgica. Los aspectos más importantes de los métodos anteriores se expondrán por separado METODOS DE COLUMNA LÍQUIDA. La conexión eléctrica al puente de galgas extensométricas se obtiene mediante el cable de la parte inferior del transductor Las conexiones de presión se hacen en la parte superior mediante los conectores Luer de la cúpula transparente, los cuales proporcionan conexión al sistema del catéter y un medio de lavado. La cúpula transparente que se puede quitar fácilmente, se emplea para que se puedan detectar y eliminar las burbujas de aire. El transductor en si es del tipo de galga extensométrica de hilo sin soporte Estos transductores se deben limpiar con un chorro de agua para eliminar las burbujas de aire y evitar además durante las mediciones que la sangre se coagule en la punta del catéter. Con este tipo de transductor hay un problema de respuesta de frecuencia debido a que la columna de líquido tiene su propia frecuencia natural que puede afectar a la respuesta de frecuencia del sistema. Para obtener buenos resultados es esencial cuidar tanto la elección del transductor en cuanto al desplazamiento volumétrico y al tipo de catéter, y también asegurarse de que la respuesta de frecuencia del sistema completo es adecuada. Los transductores de presión se montan normalmente en el somier de la cama o en una mesa, cerca del paciente. Es importante mantener el transductor aproximadamente a la misma altura del punto en el que se hacen las medidas para evitar los errores debidos a la presión hidrostática. Si se desea una presión diferencial, se deben emplear dos transductores de este tipo en dos puntos diferentes, y la diferencia de presión se puede obtener como: diferencia de las señales de salida. Existen instrumentos de tratamiento de señal y visualización para estos transductores de distintas formas. Sin embargo, básicamente todos constan de un método de excitación del puente de galgas extensométricas, un sistema de puesta a cero o ajuste del puente, la amplificación necesaria de la señal de salida, y un instrumento de visualización, tal como un osciloscopio, un registrador, una escala o una lectura digital. Otro tipo de transductor de presión sanguínea es el transformador diferencial de variación lineal (LVDT), Aparentemente estos transductores son similares a los del tipo de galga extensométrica sin soporte. De hecho son similares en lo que respecta a cúpula de plástico empleada para visualizar el interior, los dos conectores de presión para conexión del catéter y para lavado, y el cable que sale del fondo. También hay varios modelos de dichos transductores con variedad de características para presión venosa o arterial, para diferentes sensibilidades y para distintos desplazamientos volumétricos. Los diversos modelos tienen además frecuencias naturales y respuestas de frecuencia diferentes. Hay que observar, según el despiece de la figura, que estas unidades se desmontan en tres piezas la cúpula y conectores de presión, la parte central que consta de un diafragma de acero inoxidable y la pieza del núcleo, y el transformador diferencial de variación lineal (LVDT) MEDIDAS IN SITU.. Para evitar los problemas inherentes a la medida de la presión sanguínea con una columna líquida. se puede colocar por medio del catéter un manómetro con sensor en la punta del catéter en el lugar donde se va a medir la presión sanguínea. Este proceso requiere un transductor de pequeño diámetro que sea completamente rígido pero flexible. Un transductor de este tipo utiliza el efecto de la inductancia variable mencionado antes. La punta se coloca directamente en la corriente sanguínea de modo que la sangre presione sobre una membrana circundada por un casquete protector. La membrana se conecta a un núcleo magnético que se puede mover libremente dentro de una bobina y de este modo cambia la inductancia de la bobina en función de la presión sobre la membrana. Otro tipo incluye como sensor una galga extensométrica con soporte colocada en la punta de un catéter cardíaco. Los cambios de resistencia en la galga extensométrica son consecuencia de las variaciones de la presión en el lugar de medida en vez de serlo a variaciones en una columna de fluido. Además esta galga se puede calibrar mediante un catéter con líquido en el mismo punto de colocación. TRANSDUCTORES PERCUTÁNEOS.. La figura muestra un transductor conectado a una aguja hipodérmica que se ha colocado en un vaso del brazo,. La cúpula de triple llave permite lavar la aguja, administrar medicamentos y extraer muestras de sangre. Este transductor puede medir presiones arteriales o venosas, o las presiones de otros fluidos fisiológicos conectando directamente la aguja al punto de medida. Se puede utilizar con un sistema de autolavado continuo sin degradación de la señal. La cúpula de plástico transparente permite observar la formación de burbujas de aire y por consiguiente su expulsión. Está diseñado para utilizarlo con un monitor portátil de presión sanguínea, que proporciona la excitación para el puente, el ajuste y la amplificación. La escala de medida está calibrada directamente en milímetros de mercurio. Este transductor tiene además la ventaja de que se puede conectar a una botella normalizada de infusión intravenosa. TRANSDUCTORES IMPLANTABLES. Son transductores que se pueden implantar en la pared de un vaso sanguíneo o en la pared del corazón. Es muy útil en particular en investigaciones de larga duración en animales. El cuerpo del transductor está hecho de titanio que tiene unas excelentes características de resistencia a la corrosión, un coeficiente de dilatación térmica relativamente pequeño y un módulo de elasticidad bajo, lo cual da por resultado una mayor deformación por unidad de esfuerzo. En la superficie interna del diafragma sensor de presión se encuentran montadas cuatro galgas extensométricas semiconductoras. Existen transductores de este tipo para la medida de presión sanguínea de varios tamaños (de 3 a 7 mm de diámetro). Se dispone de tamaños grandes para presión pleural. El espesor del cuerpo es de 1,2 a 1,3 mm. dependiendo del modelo. Los cuatro semiconductores se conectan en forma de puente. Al aumentar la presión de la sangre sobre el diafragma, la superficie interior se deforma. Las galgas extensométricas están dispuestas de tal modo que dos de ellas se deforman por tracción mientras que las otras dos están bajo compresión. Cuando se excita el puente se puede obtener una tensión de salida proporcional a la presión sanguínea. Unas resistencias adicionales conectadas externamente al puente proporcionan una compensación de temperatura, si bien estos puentes no son muy sensibles a este parámetro. Dado que operan dentro del torrente sanguíneo a una temperatura bastante constante, cercana a 37 ºC, los efectos de la temperatura no son importantes. Estos transductores se pueden excitar con una tensión continua o alterna y se prestan a ser utilizados en circuitos de telemetría. En servicio han resultado ser muy fiables. Se ha publicado sobre casos de implantación crónica (durante más de dos años) sin efectos perjudiciales para el animal, el medidor o los cables. Estos están aislados normalmente con un compuesto plástico, cloruro de polivinilo que es bastante insensible a los fluidos orgánicos.