Dificultades de Medición y Diagnóstico de la Corrupción Capítulo 2 Dificultades de Medición y Diagnóstico de la Corrupción EL PROBLEMA Las reglas del método científico establecen que para el estudio sistemático de un hecho se requieren variables susceptibles de medición que permitan determinar y explicar su comportamiento y, eventualmente, predecir su dirección o movimiento. Los hechos de naturaleza social como el crecimiento demográfico, los flujos migratorios o incluso las preferencias electorales, son susceptibles de una descripción y explicación en la medida en que las variables involucradas pueden ser razonablemente registradas por los investigadores y sujetas, incluso, a un tratamiento científico de naturaleza predictiva en el que puede determinarse, de manera muy aproximada, su comportamiento futuro. Al contrario de los fenómenos sociales reseñados, el de la corrupción es producto de una negociación efectuada al margen de las interacciones formales que se llevan a cabo en las instituciones. El juego de complicidades para la obtención de beneficios personales se desarrolla en un escenario subterráneo al que es difícil acceder por observación directa. Estas características hacen que el fenómeno de la corrupción presente, desde el punto de vista metodológico, dificultades considerables para su medición. Se conoce la existencia de la corrupción a través de la denuncia del ciudadano o porque las pesquisas auditoras de los órganos fiscalizadores ponen sobre la mesa irregularidades que, en ocasiones, se hacen del conocimiento de la opinión pública; pero el fenómeno de la corrupción también es oculto porque, naturalmente, nadie reconoce su participación en él. En el caso de México, se ha estigmatizado el carácter corrupto del país producto de un conjunto de prácticas heredadas de la Colonia, continuadas por la tradición liberal y consolidadas a lo largo del siglo XX, sin embargo, pese a tratarse de un hecho plenamente reconocido, no se cuenta aún con elementos sólidos para su medición. Con todo, el problema de la corrupción y su medición no es un problema local; ningún país podría presumir de contar con una metodología de medición con absolutas credenciales de confiabilidad. 14 MEDICIÓN DE CORRUPCIÓN CON BASE EN OBSERVACIONES Una de las formas de medir la corrupción adoptada por algunos académicos consiste en establecer algunos parámetros a través del número de condenas de servidores públicos en las cortes1. Sin embargo el índice de condenas no es un indicador adecuado de los niveles reales de corrupción, ya que el número de condenas debe ser menor al número de actos corruptos y está más relacionado con la eficiencia del sistema judicial o con prioridades políticas2. Los medios de comunicación pueden ser una fuente importante de información sobre corrupción ya que la naturaleza del quehacer periodístico les permite el acceso a un número importante de informantes. Sin embargo utilizar este tipo de información para hacer comparaciones por país y a través del tiempo es problemático, ya que los medios tienden a dar prioridad a historias espectaculares, dando menos atención a las menos dramáticas pero de mayor frecuencia3. Así, se puede concluir que la información obtenida de casos de cortes de justicia o por vía de los medios son muy pocos para constituir una muestra representativa de las transacciones que impliquen corrupción. MEDICIÓN DE CORRUPCIÓN CON BASE EN PERCEPCIONES Debido a las dificultades para obtener información derivada de la observación directa, múltiples investigadores y organizaciones comerciales han optado por emplear encuestas de percepción de corrupción. La información obtenida por estos medios está basada en gran medida en evaluaciones subjetivas del nivel de corrupción en diversos países. Además, la medición de corrupción por percepciones no necesariamente refleja los niveles reales de corrupción. Sin embargo, son este tipo de evaluaciones las que han tenido un mayor uso y aceptación en un nivel internacional. El Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional es el más conocido de los métodos descritos. Se trata de un índice compuesto, basado en diversas encuestas que reflejan las percepciones de gente de negocios y analistas expertos, residentes y no residentes en el país evaluado. Transparencia Internacional argumenta que la combinación de diversas fuentes es la mayor fortaleza del índice, ya que mejora la confiabilidad y reduce la posibilidad de interpretar erróneamente las respuestas de países individuales. Sin embargo, este índice no distingue las diversas dimensiones de la corrupción (e.g. corrupción política y corrupción administrativa) que tienden a producir diferentes impactos económicos. Otra desventaja de este índice es que para aquellos países con niveles intermedios de corrupción, donde se ubica la mayoría, la media 1 Véase Goel y Nelson (1998). Lambsdorff (1999). 3 Andvig et al. (2000). 2 15 condicional, que fija su lugar en el rankeo, resulta estadísticamente insignificante y sólo lo es para los más y los menos corruptos. Además el índice no revela los esfuerzos que un gobierno realiza para combatir la corrupción. Investigadores del Banco Mundial4 elaboraron seis índices de gobernabilidad, incluyendo control de corrupción, utilizando un mayor número de encuestas de percepción para una muestra mayor que la de Transparencia Internacional, dando menor valor a los subíndices con un menor grado de intercorrelación y mayor varianza. Además sus resultados no proporcionan un rankeo por considerar que la media condicional no es suficientemente significante para hacer este tipo de clasificación, pero consideran que sí lo es para comparar los diferentes índices de gobernabilidad de diversos países entre sí. De esta forma desarrollan un modelo estadístico que enfatiza el error de medición en la variable de corrupción5. De acuerdo con Andvig et al. en la búsqueda de evidencia empírica de niveles de corrupción, la tendencia internacional se inclina hacia el empleo de cuestionarios detallados6. El Banco Mundial es un ejemplo de esta tendencia, con encuestas en las que se pregunta a empresas sobre el nivel de sus gastos en sobornos, sobre si tratan de sobornar a autoridades y legisladores para que se creen leyes con ventajas, si pagan sobornos para ganar contratos individuales y si los sobornados cumplen sus promesas etc. La Encuesta de Gobernabilidad y Desarrollo Empresarial del Tecnológico de Monterrey, que se comentará en el siguiente capítulo, es otro ejemplo de ese tipo de cuestionarios. CONCLUSIÓN La medición de los niveles de corrupción resulta problemática. La complejidad y la naturaleza subterránea de la corrupción no permiten la observación directa, por lo que se tiene que recurrir a otros métodos como las encuestas de percepción, que es la forma más recurrida y aceptada en nivel internacional. La clasificación del nivel de corrupción por países, sirve para proporcionar una medida general de la incidencia del problema, pero no refleja las acciones que se realizan para combatirla. Este tipo de clasificaciones de países es informativo ya que proporcionan información sobre si la corrupción es un problema más serio en un país comparado con otros7. 4 Kauffman, et al. (1999) y (2002). Andvig op. cit. 6 Ibid. 7 Ibid. 5 16 REFERENCIAS Andvig, J., O. Fjeldstad, I. Amundsen, T. Sissener y Soreide T. (2000), “Research on Corruption: A policy oriented survey”, Final report, December 2000: Chr. Michelsen Institute (CMI) & Norwegian Institute of International Affairs (NUPI). Goel, R.K. y M.A. Nelson (1998), “Corruption and Government Size: A disaggregated analysis”, Public Choice, XCVII, 107-20. Kauffman, D., A. Kray y P. Zoido-Lobaton (1999), “Governance Matters”, World Bank Policy Research Paper, num. 2196, Washington, World Bank. Kauffman, D., A. Kray y P. Zoido-Lobaton (2002), “Governance Matters II, Updated Indicators for 2000/01”, World Bank Policy Research Paper, num. 2196, Washington, World Bank. Lambsdorff, J. (1999), “Corruption in Empirical Research - a review”, Working Paper 1999: Transparency International 17