El bagaje de las proteínas*

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Noticias de salud ambiental
El bagaje de las proteínas*
La toxicidad de las organotinas ligada a la interferencia con el proteasoma
L
as organotinas han sido ampliamente utilizadas como
plaguicidas agrícolas, agentes
antifúngicos, estabilizadores del
cloruro de polivinilo, catalizadores
industriales y aditivos contra los
efectos del clima en las pinturas para
barcos. Estas sustancias químicas
derivadas del estaño, que han sido
detectadas en diversos sistemas ambientales, son lipofílicas y, por ende,
capaces de volverse cada vez más
concentradas a medida que suben
en la cadena alimenticia. Un nuevo
estudio sugiere que los efectos tóxicos
de las organotinas sobre las células
vivas son mediados en parte al inhibir la función del proteasoma, una
estructura molecular que degrada las
proteínas que el cuerpo no necesita o
que están dañadas [EHP 117:379–386;
Shi et al.].
En los organismos eucarióticos
(animales, plantas, hongos, algas y
plancton), más del 80% de las proteínas intracelulares se degradan a
través de la vía mediada por el proteasoma. Al interferir con la función
del proteasoma, las organotinas permiten que las proteínas se acumulen
de manera inadecuada. Debido a que
la función inmune normal y muchos
procesos celulares dependen de la vía
del proteasoma, la interacción entre
la organotina y el proteasoma podría
contribuir a explicar algunos de los
efectos adversos de las organotinas
sobre la salud –particularmente el
trastorno endocrino, la infertilidad
y la disfunción inmune– que se han
observado en los estudios de la fauna
y la flora. Además, se ha propuesto
que la exposición de los humanos a
las organotinas puede ser un factor de
riesgo para cáncer (puesto que inhiben la función citotóxica de las células
asesinas naturales), neurotoxicidad,
obesidad, alergias, asma y desarrollo
reproductivo alterado.
Los investigadores proporcionan varias líneas de evidencia que
sugieren que la trifeniltina (TPT),
una organotina común, se liga al
proteasoma y bloquea su actividad al
inhibir irreversiblemente su actividad
de degradación de las proteínas. Se
demostró que la TPT tiene una mayor
potencia a este respecto que otras
siete organotinas examinadas por los
autores. Los investigadores dedujeron que el estaño presente en la TPT
interactúa con la treonina N-terminal
de la subunidad proteasómica β5,
posiblemente proporcionando un
objetivo específico para las organotinas. Durante mucho tiempo se ha
sabido que las organotinas inducen
la necrosis; los autores proponen
que esto puede ocurrir por muerte
celular dependiente de la caspasa
e independiente del daño al ADN.
Además, los investigadores afirman
que lo más probable es que las organotinas maten a las células por una
vía independiente de p53.
Los nuevos hallazgos sugieren
que los otros objetivos potenciales de
las organotinas identificados previamente, como el factor de transcripción
NFκB y la proteína pro-apoptótica
Bax, podrían encontrarse corriente
abajo de la inhibición del proteasoma.
Los investigadores plantean además
que la inhibición de la actividad de la
aromatasa observada en los humanos
y animales expuestos a las organotinas –un efecto vinculado al desarrollo
reproductivo alterado– puede deberse a la inhibición del proteasoma,
porque esa inhibición provoca la
suprarregulación de los factores que
suprimen la transcripción del gen
humano CYP19 aromatasa.
M. Nathaniel Mead
* Publicado originalmente en Environmental Health Perspectives, Volumen 117, Número 3, página A116.
salud pública de méxico / vol. 51, no. 3, mayo-junio de 2009
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