El siglo XVIII En Francia se afianza un importante movimiento intelectual, fruto del predominio del auge de la burguesía frente a la nobleza: la Ilustración. Este movimiento que se caracteriza por los siguientes aspectos: el racionalismo y la experiencia; la búsqueda de la felicidad a través de progreso, y el reformismo de los ideales ilustrados en propuestas sociales, económicas y políticas que lo hagan posible. Los gobiernos tienen como lema el Despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Se procura su bienestar pero sin que intervenga en la política. El Neoclasicismo es el movimiento artístico propiamente ilustrado que constituye un retomo a la sencillez y equilibrio de los modelos clásicos. La prosa no narrativa. Ensayos. El género que mejor se ajustaba a los intereses de los ilustrados era el ensayo porque facilitaba la difusión de sus ideales. Los principales ensayistas del XVIII fueron: Fray Benito Feijoo quien en sus dos obras fundamentales Teatro crítico universal y Cartas eruditas, critica las supersticiones y los prejuicios del pueblo defiende la razón y la experiencia como bases de la ciencia y del pensamiento moderno. La utilidad pública es el objetivo de sus ensayos, en los que desarrolla temas como el bien común, la libertad, el trabajo, la paz y la educación. José Cadalso en sus Cartas marruecas presenta la crítica del país desde el punto de vista de un extranjero; el cruce de cartas entre un español y dos extranjeros ofrece distintos puntos de vista sobre distintos temas. Gaspar Melchor de Jovellanos, como otros ilustrados escribió numerosos textos en prosa en los que se abordaron los problemas del país y propuso reformas. Los más importantes son: Memoria sobre el arreglo del teatro, un intento de reforma que afecta al espectáculo teatral; Memoria sobre instrucción pública, obra en la que expone sus ideas pedagógicas para conseguir la prosperidad de la nación. La poesía ilustrada: • Poesía bucólica o anacreóntica: tema del amor galante y sensual, de la naturaleza y belleza femenina; personajes estereotipados pastores o amante-amada; el elogio y la alegría del vino. En definitiva, exaltación del presente y de una vida sencilla y despreocupada. • Poesía didáctica: Pretende difundir verdades útiles, ideales reformistas o consideraciones filosóficas o morales que sirvan al interés la formación y el progreso de la sociedad. • Poesía fabulista: de carácter didáctico e intención poética, proceden de la realidad inmediata y de los temas tradicionales tomados de los fabulistas clásicos. Destacan las fábulas de Iriarte y Samaniego como La Cigarra y la Hormiga, La Lechera o El burro flautista. El teatro neoclásico: Pervive el teatro barroco con las comedias de santos, de magia y de capa y espada. En el teatro neoclásico encontramos la verosimilitud, conflictos dramáticos cotidianos, la regla de las tres unidades, el realismo y el didactismo. En la comedia encontramos a Leandro Fernández de Moratín con La comedia nueva y El sí de las niñas, que atienden a la regla de las tres unidades y mantiene un fondo didáctico y moral. El Romanticismo Los principales acontecimientos históricos que tuvieron lugar en este periodo son: La Revolución Francesa; La invasión napoleónica, que suscitó una reacción de defensa de pueblo español a favor de su independencia; Las Cortes de Cádiz, que trataron de poner en marcha un proyecto político moderno basado en el liberalismo; El régimen de Fernando VII, que eliminó todos los avances propiciados por las Cortes de Cádiz e instauró un régimen absolutista. A pesar de que el romanticismo tradicionalista y el liberal fueron antagónicos en muchos aspectos, comparten una serie de características: imposición del yo del escritor a la realidad (individualismo, culto al héroe), recuperación y valoración de la literatura anterior, culto del nacionalismo, reivindicación del cristianismo y de la cultura europea, imitación de modelos nuevos (Shakespeare, Dante,…), belleza medusea (el descubrimiento del horror como fuente de placer) y una originalidad literaria. Los temas del romanticismo son: la historia nacional como reflejo del presente; los sentimientos como el amor, la religión, la muerte o la vida como mal, y los conflictos sociales como la denuncia de la injusticia social, afirmación de la libertad (elogio del rebelde) o el nacionalismo costumbrista o regionalista. Las técnicas y el lenguaje son: el uso de un escenario romántico; el uso de lo fantástico, lo sobrenatural, lo onírico; personajes planos (héroes y villanos), marginales y rebeldes; se rechaza la distinción entre palabras nobles y plebeyas; el uso de epítetos románticos (lúgubre son, fúnebre ciprés), y grandilocuencia (énfasis, hinchazón retorica, exceso verbal). En la poesía romántica se rehabilita el romance y suelen cambiar de métrica. Escriben poesía narrativa y lirica donde los temas suelen ser melancólicos, de exaltación, de protesta y sus ambientes suelen ser nocturnos, apartados y exóticos. Los principales poetas fueron: Espronceda que tiene gran capacidad imaginativa y maestría para conseguir la musicalidad, escribe la Canción del Pirata y El estudiante de Salamanca; de Bécquer destacan Las rimas que tratan sobre el amor de manera positiva, la poesía como algo inexplicable y la desesperación, la soledad y la muerte como resultado del fracaso, y Rosalía de Castro que escribió en lengua gallega Cantares Gallegos y Follas Novas en las que se encuentra una visión nostálgica y denuncia social. En el teatro romántico se rechazan la regla de las tres unidades, suelen ser misteriosos y exóticos de entorno costumbrista y se mezcla el verso y la prosa. Las obras más representativas son Don Álvaro y la fuerza del sino del Duque de Rivas que rompe la regla de las tres unidades y Don Juan Tenorio de Zorrilla que toma al protagonista de El burlador de Sevilla y lo caracteriza con rasgos nuevos. En la prosa romántica se distinguen la novela histórica y el cuadro de costumbres que son descripciones breves de la realidad en ambientes populares. El autor más destacable de la prosa es Mariano José de Larra que fundó una serie de folletos satíricos llamados el Pobrecito Labrador y también destaca Bécquer con las Leyendas que son breves relatos sobre temas exóticos legendarios que nos transportan a un mundo de terror y misterio. El Realismo y el Naturalismo El Realismo es el movimiento literario dominante en la segunda mitad del siglo XIX. Tuvo como objetivo principal el reflejo fiel de la realidad. El afianzamiento de la burguesía y de la revolución industrial en Europa es el hecho histórico más destacado. El aumento del poder e influencia de la burguesía en la sociedad conlleva también un cambio en sus ideas. Comienzan a desarrollarse los movimientos en defensa de las clases trabajadoras. En 1868, una revolución de ideas liberales, "La Gloriosa", derroca a la reina y proclama la Primera República Española. El periodo liberal es corto porque en 1875 vuelve la monarquía con Alfonso XIII. Se inicia así la etapa histórica conocida con el nombre de Restauración. La Iglesia apoya a los poderosos, controla el pensamiento del pueblo y monopoliza la educación. Las características generales de la literatura son: una evolución del Romanticismo; su género estrella es la novela destinada a la burguesía a la que critica y afirma sus valores; utiliza la verosimilitud; son obras documentadas; se utilizan personajes vulgares y un uso adecuado del lenguaje a cada personaje; abundancia de descripciones; un narrador omnisciente en 3ª persona con monologo interior; predominio de la estructura lineal; el tema fundamental es la sociedad; suele adoptar la forma de novela por entregas (folletín), y tiene una doble vertiente tradicional y liberal. Benito Pérez Galdós destaca entre los autores progresistas. Escribió los Episodios Nacionales con una visión novelada, objetiva y documentada del siglo XIX. También escribe novelas de tesis para transmitir una cierta concepción de la realidad, defiende a los personajes liberales y progresistas, en este estilo escribe Doña Perfecta. También escribe novelas españolas contemporáneas que constituyen un frescor del Madrid y de la España del momento, como Fortuna y Jacinta. También destaca Leopoldo Alas “Clarín” que cultivó más de setenta cuentos y novelas cortas, donde destacó La Regenta en sus novelas largas, donde se tratan graves problemas humanos y trata de la conquista por don Álvaro Mesia, típico seductor, de Ana Ozores esposa del regente de Oviedo; el narrador es omnisciente y en el destaca la técnica del estilo indirecto libre. Y José María Pereda escritor de ideas tradicionales y gran fuerza expresiva que destaca su obra Peñas Arriba. Más tarde aparece el Naturalismo a partir de la década de los 80 como desarrollo del Realismo al que llevó a sus extremos y su creador fue Zola, un autor francés. El Naturalismo pone de relieve la influencia del medio y de la herencia en el ser humano que determina el destino del personaje, la novela es un estudio social y psicológico de la realidad y presenta los aspectos más negativos de esta y se caracteriza por la tendenciosidad (el punto de vista que se impone es el del autor). En España, destacan Emilia Pardo Bazán que rechaza el materialismo y el determinismo y de sus obras destacan Los Pazos de Ulloa donde describe rudos ambientes sociales y pasiones violentas, y Vicente Blasco Ibáñez que fue un novelista fecundo de gran éxito en el extranjero y escribe Cañas de Barro o La barraca. EL MODERNISMO El Modernismo fue un movimiento literario que se caracteriza porque llevó a cabo una renovación de los temas y técnicas literarios, sobre todo en poesía. Surgió primero en Hispanoamérica con Rubén Darío. Además hay dos grandes movimientos poéticos franceses, el Parnasianismo y el Simbolismo. A estas dos corrientes debe el Modernismo español algunas de sus más claras características, como la preocupación por la musicalidad del verso y el empleo de símbolos. La renovación poética modernista busca su inspiración en la poesía hispanoamericana y francesa de aquel momento y rechaza tomar como modelo a los poetas tradicionales españoles. Los temas que con frecuencia encontramos en los poemas modernistas son los siguientes: • El malestar romántico. El modernista se siente fuera de lugar en la sociedad que le rodea. Eso provoca una sensación de malestar, desarraigo y soledad que lleva al poeta a desear un mundo más armónico y una vida más plena y perfecta. • El escapismo. No hablan en sus obras del mundo que les rodea. Prefieren "escaparse", situar los poemas en lugares exóticos o en épocas pasadas. El escapismo se observa también en la presencia de temas hispanoamericanos, (mediante los que se recoge el pasado y los mitos de las culturas anteriores al Descubrimiento) y en la importancia que cobran las alusiones a la mitología grecorromana. • El cosmopolitismo. Rechazan aquellos temas que están ligados a la realidad inmediata de su ciudad o su país y prefieren reflejar ambientes mundanos, más atractivos y aristocráticos. El modernista se considera "ciudadano del mundo". Este cosmopolitismo se observa claramente en la preferencia por París, que era la capital cultural y artística de Europa y un símbolo de refinamiento y grandeza. • Lo hispánico. El interés por la búsqueda de las raíces culturales propias. La explicación hay que buscarla en dos motivos: el ya mencionado sentimiento de desarraigo y en la necesidad de las culturas hispánicas de reafirmarse ante el poderío creciente de Estados Unidos. • El amor y el erotismo. El amor resulta un tema perfecto para desarrollar la exaltación de la sensualidad. El ideal de estilo modernista es el esteticismo, la poesía se define como la creación de belleza. Los efectos y técnicas son: la búsqueda de la sensorialidad que se manifiesta en el empleo de las siguientes técnicas: predominio de adjetivos ornamentales cuya finalidad es la creación de belleza y que hacen referencia a los sentidos, empleando la triple adjetivación, el uso de la sinestesia y el uso de sustantivos relacionados con el color, el sonido y con los sentidos; el exotismo con el enriquecimiento léxico empleando palabras cultas, palabras que remiten a otros lugares del mundo, voces exóticas..., y la musicalidad, por medio de aliteraciones o el enriquecimiento métrico en el que se amplían el tipo de versos y estrofas, como el verso alejandrino, el dodecasílabo, el eneasílabo y la trasformación de las estrofas tradicionales como el soneto. Rubén Darío es el principal autor modernista y su principal obra es Azul publicada en 1888. Hay que destacar también como poetas modernistas a: Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado (al comienzo de su vida) con su obra Soledades y a Valle-Inclán con sus Sonatas que son cuatro novelas de en las que se narran las aventuras amorosas del Marqués de Bradomín, un donjuán maduro. LA GENERACIÓN DEL 98 La Generación del 98 abarca el primer tercio del siglo XX. Estaba encabezada por el Grupo de los tres (Azorín, Baroja y Maeztu) unidos por la representación de Electra de Galdós, el homenaje ante la tumba de Larra y la protesta por el Premio Nobel a José Echegaray. El hecho aglutinante fue el desastre del 98 que alzaron sus voces críticas contra la situación. El principal tema de la generación del 98 es el tema de España. La preocupación por España: existe el interés por la historia española, por la historia de la vida cotidiana del pueblo (intrahistoria), por la tradición literaria (estudiando y recuperando autores y textos anteriores) y por el paisaje sobretodo en la exaltación del paisaje castellano. Los rasgos de estilo de la Generación del 98 son: una percepción subjetiva de la realidad con tendencia a lo lírico; el predominio del fondo con respecto a la forma; un antirretoricismo en el que existe una voluntad de no recargar lo escrito buscando la sobriedad, transmitir el máximo de ideas con las palabras justas y apropiadas; utilización de un léxico tradicional recuperando y empleando palabras terruñeras; uso del subjetivismo, los autores de la Generación del 98 están más interesados en dar su visión de la realidad que en muchos casos se traslada a la obra desde un punto de vista lírico y personal, y destaca el ensayo como género predominante. LOS AUTORES • Miguel de Unamuno plasmó en sus obras sus más hondas preocupaciones existenciales. Esta preocupación por encontrar el sentido de la existencia conduce a que sus obras giren en torno a temas filosóficos y reflexiones abstractas reflejadas en Del sentimiento trágico de la vida y del tema de España en Vida de Don Quijote. • Ramiro de Maeztu Su evolución personal le lleva hacia una actitud más tradicionalista y conservadora en su madurez que se observa en el ensayo Defensa de la Hispanidad. • José Martínez Ruiz "Azorín" Su pensamiento está centrado en la fugacidad de la vida. En los temas destacan sus evocaciones del pasado. Escribe con frases cortas, abundante adjetivación y uso de un léxico tradicional. Entre sus ensayos destaca Castilla y entre sus novelas, La voluntad. • Pío Baroja Es un novelista prolífico con un gran pesimismo radical y escribe novelas de acción, con una prosa viva y espontánea. Los personajes son seres al margen de la sociedad o enfrentados a ella. De sus obras destaca César o Nada. • Antonio Machado Destaca su ensayo Juan de Mairena que es una colección de ensayos sobre literatura, arte y filosofía. En poesía, refleja tres etapas: una etapa modernista en su obra: Soledades, Galerías y otros poemas, en la que trata los temas y sentimientos universales que giran en torno al tiempo, la muerte y Dios, y en donde la soledad, la angustia y la melancolía traspasan sus versos; una segunda etapa en su obra Campos de Castilla, con el paisaje castellano, el tema de España y la melancolía por la muerte de su esposa, y en la última etapa publica Nuevas canciones con poemas breves de tipo filosófico. • Ramón del Valle-Inclán Utiliza un lenguaje expresionista. Con su novela Tirano Banderas trata la degradación del ser humano por la tiranía de un dictador hispanoamericano. Como dramaturgo, realiza un teatro poético en verso, escapista y que evoca mundos de la nobleza y el teatro conservador y crea Luces de Bohemia, subtitulada esperpento, que relata el recorrido nocturno del poeta ciego Max Estrella y su amigo don Latino por diferentes escenarios de Madrid, y en la que distorsiona y deforma la realidad y el lenguaje para hacer un profundo análisis de la sociedad. LA NOVELA DEL 98 La novela y el ensayo va estar más relacionada con los escritores del 98. Desde el punto de vista temático, se centra en: el tema de España, enfocado desde su visión individualista. Sin embargo, tienen una intención clara, el descubrimiento del alma de España por medio de: El paisaje, en especial el de Castilla, en el que descubren es espíritu austero y sobrio del hombre castellano; La historia, pero la historia del hombre anónimo y de la vida cotidiana, a la que Unamuno llama intrahistoria, y una valoración de la literatura medieval y renacentista; muestran interés por Cervantes, especialmente por el Quijote, y por obras que reflejan las conductas de los españoles, como Mariano José de Larra. Y el tema existencial, que abarca la preocupación por el sentido de la vida, conflictos psicológicos que origina la personalidad del hombre. Tienden a la precisión léxica; buscan términos con sabor local o arcaizante (palabras terruñeras) y un léxico impregnado de valoraciones subjetivas que poseen connotaciones negativas o pesimistas. Las características de la novela del 98 son: la visión que de la realidad tiene el autor es el tema principal; un narrador omnipresente que manifiesta sus ideas y opiniones; reflejan lo cotidiano, pero para conocer lo esencial de la propia realidad; utilizan la técnica descriptiva subjetiva, impresionista; la novela se centra en un personaje que focaliza la acción; utilizan un estilo sobrio; presentan una ausencia de intención moralizante; utilizan un léxico preciso, valorativo y tienen preferencia por los relatos cortos. Los autores de la novela del 98 son: Valle-Inclán. Su obra, inicialmente modernista, evoluciona hacia esa creación tan particular como innovadora denominada esperpento y que consiste en una deformación o degradación de la realidad. Su primera gran obra en prosa es las Sonatas. Trata en ellas los temas del amor y la muerte, y se caracteriza por una prosa modernista, elegante, bella y rica en efectos sensoriales. En ellas, se presentan las memorias del Marqués de Bradomín, un don Juan feo, católico y sentimental, en sus distintas etapas de la vida. Su siguiente gran novela es Tirano Banderas. El tema central es el del dictador que tiraniza a los hombres sometidos a su máxima degradación. Intenta reflejar los aspectos lingüísticos y las costumbres de América. Pío Baroja es el mejor narrador de su generación. El tema principal va a ser la protesta contra la sociedad del momento, a la que critica por sus conductas hipócritas, sus falsas moralidades, sus injusticias y su aburguesamiento regresivo. Baroja manifiesta una sinceridad total y muestra ternura por lo marginal. Las consecuencias de esa actitud son: Un escepticismo absoluto por los aspectos religiosos y éticos del hombre y una presencia importante de la acción. En sus obras predomina el autor de opinión, como en La busca o El árbol de la ciencia. Miguel de Unamuno su carácter crítico y su inquietud y angustia caracterizan su producción literaria a la que impregna de un fuerte contenido filosófico. Los temas son: preocupación por España y la preocupación por la personalidad del hombre. Estos temas aparecen ya en sus primeras novelas, pero es Niebla la que refleja mejor las características temáticas y formales de sus "nivolas". El tema de la relación entre el Creador y las criaturas, junto a la angustia de la propia existencia cobran interés en el protagonista de la obra, Augusto Pérez, quien se rebela contra su creador, el mismo Unamuno. José Martínez Ruiz “Azorín” La preocupación por el tiempo que pasa se percibe en una prosa triste, melancólica y fluida que delata ese afán por apresar lo sustancial de las cosas. Sus novelas más conocidas son: La voluntad en el que el protagonista, Antonio Azorín, (su "yo") aparece como un hombre contemplativo, pesimista y pasivo. EL NOVECENTISMO Se conoce como Novecentismo al movimiento cultural que comienza en el siglo XX y que se opone frontalmente a la literatura del siglo XIX. El Novecentismo presupone un tipo de intelectual diferente. Ya no se trata de los bohemios modernistas que se ganan la vida con sus artículos periodísticos, sino de profesionales (filósofos, científicos, filólogos, juristas...) sólidamente formados muchos de los cuales han seguido estudios en el extranjero. Las características del novecentismo son: el racionalismo, los novecentistas prefieren el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias y la claridad expositiva; el antirromanticismo, Se rechaza lo pasional y se prefiere lo clásico, las actitudes equilibradas y serenas y la expresión intelectualizada de las emociones; la defensa del arte puro, el arte tiene que limitarse a proporcionar placer; el aristocratismo intelectual, la búsqueda en las humanidades de la objetividad y de la perfección casi matemática, y el estilo cuidado, el ideal de la obra bien, persiguiéndose un estilo pulcro y depurado. El papel de los escritores novecentistas no se circunscribe a la actividad intelectual o artística, sino que pretenden también influir en la realidad española de su tiempo. En el ensayo encontramos a: JOSÉ ORTEGA Y GASSET que entre sus numerosos ensayos cabe destacar: Ideas sobre la novela en la que propone una novela innovadora, La deshumanización del arte en la que realiza una defensa del arte puro y La rebelión de las masas donde expone la importancia de la sociedad de masas en la época central y critica el producto de la sociedad de masas, y a EUGENIO D’ORS que fue el gran animador de la cultura catalana posmodernista a través de sus glosas, breves e ingeniosos comentarios sobre temas diversos que recogió en su Glosario que era una crítica del arte con un estilo muy cuidado y elegante, además fue el creador del término novecentismo. En la novela encontramos a: GABRIEL MIRÓ destaca en novela lírica por el uso de la prosa poética y el predominio de la descripción sobre la acción y como obra podemos destacar Las cerezas del cementerio, y a RAMÓN PÉREZ DE AYALA destaca en novela intelectual en la que desaparece la importancia de la acción, se produce un desarrollo de la introspección psicológica del protagonista, una introducción de elementos autobiográficos y la presentación de protagonistas “extraños” y como novelas destacan A.M.D.G. y Troteras y Danzaderas. En la poesía encontramos a: JUAN RAMÓN JIMÉNEZ maestro del 27 que utiliza la poesía como una forma de conocimiento, se le considera el sacerdote de la literatura y es panteísta, es decir, ve la presencia de Dios en todas las cosas. Sus obras se clasifican en tres etapas: la primera es la época sensitiva y modernista y su principal libro es Ninfeas que muestra un tono decadente y neorromántico; la segunda es la época intelectual que principalmente es poesía pura que busca la expresión de lo inefable casi a la manera de los viejos místicos con su obra Diario de un poeta recién casado, el abre la poesía española a las innovaciones vanguardistas: verso libre, poemas en prosa, enumeraciones caóticas, palabras y frases en inglés, aún perduran las huellas de la Historia e incluso se advierte la realidad de la gran ciudad moderna, y la última etapa es la época suficiente o verdadera que comprende toda su producción de los años de exilio y que su principal obra es Dios deseado y deseante en la que se llega a la posesión de esa conciencia que se identifica con Dios, un dios creado por el poeta, fruto de su esfuerzo casi místico de depuración y perfección, un dios que se identifica con la Naturaleza y con la Belleza. LA GENERACIÓN DEL 27 La generación del 27, se da a conocer públicamente en 1927, con motivo de la celebración en Sevilla del tercer centenario de la muerte del poeta barroco Góngora. Todos ellos forman parte de una generación histórica más amplia, de novelistas, cineastas, pintores, músicos... (Buñuel, Dalí, Manuel de Falla). Sus maestros fueron Góngora, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado… y se reunían en la Residencia de Estudiantes. Pretendían una innovación en la tradición. CARACTERÍSTICAS Escribían de Temas tradicionales y modernos: entre los tradicionales destacan el amor, la muerte, en la nostalgia de la infancia perdida y entre los temas modernos, los relacionados el Futurismo, el mundo de los avances tecnológicos. En el estilo se observan una ampliación del léxico; un cuidado con los aspectos formales del poema, con su construcción, con la valoración del lenguaje como material poético; la importancia que dan a la metáfora y a la imagen, base del lenguaje poético de la generación y son más subjetivas e intuitivas. La métrica es variada utilizando: El verso libre y la métrica tradicional (verso corto, estribillos) y culta (el endecasílabo, el soneto). Las tendencias y evolución más significativas son las siguientes: Poesía pura y conceptual. La define la desaparición del sentimentalismo, de la anécdota personal, de modo que sólo quede la emoción esencial, la tendencia al poema breve y el carácter intelectual. Neopopularismo. Consiste en la recuperación de las formas y temas de la poesía popular española. Se revaloriza el romancero y la copla popular andaluza. Surrealismo. Con el Surrealismo se consigue la vuelta a la realidad auténtica, a lo humano. Los poetas del 27 no siguieron el Surrealismo al pie de la letra; tomaron la temática onírica y rechazaron la escritura automática. Estos utilizan los recursos surrealistas como un medio para expresar crisis personales, sentimientos de confusión y angustia existencial. Neorromanticismo. El camino hacia la rehumanización puede calificarse en algunos poetas de neorromántico porque trata los problemas esenciales de la existencia humana: el amor como pasión irresistible, como sentimiento total que produce en el poeta la máxima felicidad y plenitud, o la frustración vital; la angustia por el paso del tiempo, el olvido, la soledad y la muerte. Son temas románticos tratados con un lenguaje y unas técnicas diferentes a las del Romanticismo. El modelo seguido es el Bécquer, muy presente en la poesía de Luis Cernuda. La nomina de autores estaba compuesta por: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, García Lorca, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti. Procedentes de distintos ciudades de España, Madrid y la Residencia de Estudiantes fueron los lugares de encuentro de una relación de amistad y de aprendizaje, de enriquecimiento artístico y personal. Defensores de la causa republicana, la Guerra Civil les pasó una trágica factura. LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27 (AUTORES) Pedro Salinas Es el máximo representante de la poesía "pura". En sus poemas, presenta el "yo" lírico en diálogo con el "tú" de las cosas, fusionando vanguardia y tradición en su obra Seguro azar. Destaca el tema del amor que concibe como conocimiento lúcido y enriquecimiento personal en su obra La voz a ti debida. Jorge Guillén Poeta puro o intelectual, dio a toda su obra el título común de Aire nuestro. Consta de un libro de 300 poemas, Cántico, que encierra la idea de alabanza pues expresa el gozo de vivir; Clamor equivale a "gritos de protesta". Ve las injusticias y miserias, y Homenaje recoge figuras de la historia, arte, letras… Gerardo Diego Su poesía tiene dos direcciones: Poesía vanguardista, es el máximo representante del creacionismo y destacan sus libros Imagen y Manual de espumas. Su libro Evasión se considera ultraísta, y Poesía tradicional, con sonetos, romances y cancioncillas de tipo tradicional destacan Versos humanos y Alondra de verdad, con 42 sonetos de poesía alada y auténtica. Vicente Aleixandre fue maestro del verso libre y utilizó procedimientos surrealistas. Su obra expresa su visión del mundo en tres ejes: amor, naturaleza y muerte. En su obra se distinguen dos etapas: Primera etapa, tiene una visión pesimista del hombre como criatura desvalida y doliente del universo destaca La destrucción o el amor; segunda etapa, en Historia del corazón, el hombre es visto ahora de forma positiva y se convierte en el protagonista de su obra, y en la última etapa, Aleixandre se hace más sencillo en Poemas de consumación, habla de la vida contemplada desde la vejez y de la vecindad con la muerte. Dámaso Alonso En su primera etapa, destaca Poemas puros, Poemillas de la ciudad. En su Segunda etapa, el mundo le resulta un caos, una angustia con su obra Hijos de la ira es un grito desgarrado ante la crueldad, el odio y la injusticia. Tercera etapa destaca Hombre y Dios, donde el poeta se reconcilia con su angustia. Federico García Lorca Su poesía conjuga lo popular y lo culto. En su primera etapa, destaca Romancero gitano que es un canto a los gitanos andaluces y en el Poema del cante jondo, Lorca hace suyo lo tradicional, el dolor y la muerte. En la segunda etapa, destaca Poeta en Nueva York, donde razona sobre lo que ve y ataca una sociedad que no le gusta. Los temas son los negros, la guerra, la degradación de la naturaleza y la muerte en versos largos, cargados de imágenes oníricas e incoherentes. En el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, la elegía expresa la cogida y la muerte, la sangre derramada. Rafael Alberti Cultivó la temática popular, preferentemente la andaluza, aliada con el recuerdo de la lírica de los siglos XV y XVI. Marinero en tierra trata de la nostalgia natal. Rezuman sus poemas luz, blancura, colorido, en formas tomadas de la lírica tradicional. Cal y canto representa un giro hacia lo culto y lo vanguardista. Sobre los ángeles es de tipo surrealista: imágenes libres y trata el amor, la ira y el fracaso. Luis Cernuda Su poesía presenta una actitud apasionada y un espíritu insatisfecho. Los placeres prohibidos son los libros surrealistas. Donde habite el olvido está vinculado a un amor desdichado del poeta. Sus obras completas se han publicado bajo el título La realidad y el deseo. Otra de sus obras es Desolación de la quimera. Miguel Hernández Alcanza su plenitud con El rayo que no cesa cuyo tema es un amor vitalista y amenazado que, igual que "un rayo", se clava en el corazón. Con la Guerra Civil, se forjó en él una conciencia social y escribe Viento del pueblo, una poesía comprometida, de combate. Ya en la cárcel, escribe Cancionero y romancero de ausencias que tiene mucho de diario íntimo. Los temas son la mujer y el hijo recordados por el poeta. A esta obra pertenece "Nanas de la cebolla". EL TEATRO DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX Un teatro comercial triunfa en estas primeras décadas. Se sigue representando con gran éxito el teatro popular de Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero. Eran autores de obras en las que se idealizaban la sociedad madrileña y andaluza, respectivamente; los protagonistas respondían a tipos representativos de esas sociedades y se reflejaban las virtudes y los defectos tópicos de ambas regiones. Varias tendencias destacan en el teatro español de la primera mitad del siglo XX: • Comedia burguesa. La realidad se mira desde una perspectiva burguesa. En la Alta comedia de Jacinto Benavente destacan sus obras El nido ajeno y Los intereses creados. Como características presenta: escenarios de la clase alta; naturalidad de los diálogos; conflictos dramáticos leves, para que el espectador no piense, y una leve crítica social. • Teatro poético: es en verso, es un teatro conservador en lo político y trata los temas del amor y del honor. Los autores que destacan son Eduardo Marquina con su obra En Flandes se ha puesto el sol y los hermanos Machado con La Lola se va a los puertos que es una obra de recreación folklórica. • Teatro de humor y costumbrista. En el destacan los sainetes de Carlos Arniches, que es el inventor del habla de Madrid, en los que presenta un conflicto dramático sencillo donde existen muchos personajes secundarios que hacen chistes, y como obra destaca La señorita de Trévelez; destacan las comedias andaluzas de los hermanos Álvarez-Quintero, y la Astracanada de Muñoz Seca con su obra La venganza de don Mendo. El teatro innovador es un teatro que desde presupuestos ideológicos distintos, pretende innovar en lo temático (verdadera crítica del mundo burgués) o en lo formal. • Teatro del 98. En Unamuno destaca en el teatro simbolista en el que trata temas existenciales y de sus obras destacan La esfinge y Fedra. En Azorín destaca el teatro surrealista en el que trata el tema del paso del tiempo y de sus obras destaca Brandy, mucho brandy. En Valle-Inclán destaca el teatro poético, el teatro de farsa del mundo rural donde destaca Comedias barbarás en la que describe un mundo de supersticiones, de pasiones y de violencia, y el esperpento que es un teatro expresionista que presenta una deformación de la realidad y un distanciamiento del autor, es un teatro de crítica social cuyas obras son Luces de Bohemia y Martes de Carnaval. • Teatro del 27. Algunos rasgos son: el interés por un teatro de contenido poético; la incorporación de nuevas formas de las vanguardias (surrealismo); el propósito de acercarse al pueblo. Alejandro Casona destaca con un teatro realista-poético con su obra La dama del alba. García Lorca destacan sus dramas rurales donde se presenta la frustración del individuo frente a la sociedad con sus obras Yerma, Bodas de Sangre y La casa de Bernarda Alba y su teatro surrealista con escenas irreales, una dificultad de representación y la utilización de lo onírico con sus obras El público y Así que pasen cinco años. EL TEATRO DE POSGUERRA Al acabar la guerra se produce un panorama desolador con: la muerte de Unamuno, Valle-Inclán y Lorca; el exilio de Alberti, Casona y Max Aub; la entrada en la cárcel de Miguel Hernández y Buero Vallejo; las presiones comerciales y la rígida censura que afectaba al texto literario. En los años 40 se producen los siguientes movimientos: • Teatro maniqueo. Exaltación los valores defendidos por los vencedores y desprecio de los vencidos. Compuesto por hombres vinculados al Régimen. Jacinto Benavente participa de este teatro con Aves y pájaros, donde las aves son los nacionales y los pájaros, los republicanos. • Comedia burguesa. Es un teatro casi sin variantes, continuador del de los años 20 (“Alta comedia benaventina”). Los autores son: José Mª Pemán, Juan Ignacio Luca de Tena y Alfonso Paso. Las características son: obras bien hechas, con diálogos sólidos y sorpresas calculadas; escenario de interiores elegantes y confortables; los personajes son de clase media sin problemas económicos; los temas se repiten: el amor, la infidelidad, discusiones de padres e hijos; el sistema de valores que es la primacía de los valores espirituales, defensa de la honradez y de la fidelidad. • Teatro cómico. Prolonga la renovación que ya había comenzado antes de la guerra, a base de humor, de inverosimilitud, de lo absurdo. Las características son: la defensión de un teatro inverosímil, irreal, que negara todo costumbrismo o realismo; la renovación de la escenografía con puestas en escenas complicadas y costosas; la renovación de los personajes; la originalidad de los diálogos en los que se busca el lenguaje humorístico, que en muchas ocasiones surge de su contraste con la acción. Se busca la comicidad por medio del absurdo. Los autores son: Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro y Miguel Mihura con Tres sombreros de copa y Maribel y la extraña familia. En los años 50 se produce un realismo social con el Teatro existencialista y social. Los autores son Buero Vallejo con tendencia posibilista con su obra Historia de una escalera, obra que supone el nacimiento de un teatro preocupado e inconformista cuyos temas son la frustración, la libertad, las limitaciones y miserias humanas y la lealtad humana; Alfonso Sastre con tendencia imposibilista con su obra Escuadra hacia la muerte, y Lauro Olmo con su obra La camisa. Ambos ponen de relieve las desigualdades sociales y la falta de humanidad. Parte esta generación de escritores de la función social del teatro como instrumento de agitación y transformación de la sociedad, prioritario al fin artístico. Las características son: los protagonistas son populares o humildes, a los que se presenta como víctimas de la sociedad; los argumentos y temas están basados en la realidad cotidiana, y utiliza el lenguaje común de las clases humildes. En los años 60 se produce un teatro experimental, innovador y vanguardista: aparece una nueva generación que rechaza el realismo y muestra su interés por las formas del teatro de vanguardia que da menos importancia al texto, realiza cambios en el escenario y es una creación colectiva. Fernando Arrabal anuncia el nuevo teatro que es un teatro onírico, a través del cual critica cualquier régimen político y ataca todos los tabúes y convencionalismos. Es un teatro irracional como respuesta a la sinrazón del mundo y destaca con su obra Pic-nic. LA NOVELA ESPAÑOLA POSTERIOR A 1936 La guerra civil supuso la casi total paralización de la actividad literaria y la ruptura con la tradición anterior. Las consecuencias políticas, económicas, sociales e ideológicas van a influir y condicionar la creación novelesca: el exilio, la censura, la importancia de lo ideológico y la estética realista. Hay tres elementos comunes a casi todos los novelistas que tuvieron que exiliarse: el recuerdo de España y el tema de la Guerra; la presencia de los nuevos países en los que se instalaron y la reflexión existencial. En los años 40 destaca la novela existencial: Se trata de una novela realista que se ocupa de temas como los problemas de los personajes y la angustia de estos en su lucha contra un mundo hostil. Entre las novelas existenciales destacan: La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela que inicia la corriente denominada tremendismo al profundizar el relato en los aspectos más sórdidos de la realidad humana, y por la crudeza del lenguaje; Nada, de Carmen Laforet; Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada, y Gonzalo Torrente Ballester con La sagal fuga de J.B. En los años 50 destaca la novela social: Los rasgos más destacados de la novela social son: el reflejo de la realidad; la denuncia de las injusticias sociales; la descripción de ambientes sociales tanto del campo como de la ciudad; la técnica objetivista en la que el diálogo que pretende recoger el habla popular tiene gran importancia; los personajes son representativos de problemas sociales de grupo; la reducción del espacio (una casa, un barrio) y del tiempo (unas horas, un día); el desarrollo breve de la acción, y la sencillez léxica. Los temas son: el mundo de lo cotidiano, la soledad, la incomunicación y los recuerdos de la guerra. Los autores son: Sánchez Ferlosio con su obra El Jarama y Camilo José Cela con La Colmena donde se muestra el vivir cotidiano, lleno de miseria y penurias, en el Madrid de la inmediata posguerra donde el dinero, el hambre y el sexo son las únicas preocupaciones de unos personajes alienados en esa gran colmena donde lo importante es sobrevivir. LA NOVELA DE POSGUERRA DESDE 1960 La novela de los años 60 tiene las siguientes características que tienen como fin buscar a un lector activo: el uso de frases largas y complicadas, el punto de vista múltiple, el juego con el lenguaje, la ruptura del orden cronológico con el uso del laberinto temporal, el uso del monologo interior y del estilo indirecto libre. Los temas de esta novela son la introducción del cine, la radio, la música… (culturalismo). Martín Santos destaca con su obra Tiempo de silencio cuya importancia está en la renovación formal: abandono de la técnica objetivista, empleo de las tres personas narrativas, el monólogo interior y el uso de diversos niveles del lenguaje. Otra obra es La ciudad y los perros del peruano Mario Vargas Llosa. La novela a partir de los años 70 destaca por el rechazo de la novela comprometida, el interés por la experimentación, el monólogo interior, la simultaneidad de tiempos, la multiplicidad de narradores, la importancia de la anécdota. Con la aparición de la novela posmoderna se abandona la originalidad y se usan técnicas de género ya utilizadas. Se recuperan géneros olvidados en décadas anteriores: el histórico, el policíaco, la novela de aventuras, la novela erótica,… Algunos autores son: Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán, Julio Llamazares, Javier Marías... LA POESÍA ESPAÑOLA POSTERIOR A 1936 Las circunstancias políticas y sociales marcan decisivamente la poesía de este periodo. La Generación del 27 se ha disgregado. En los años 40 encontramos las siguientes tendencias: • Poesía arraigada: el ideal de los autores del movimiento garcilasista se simboliza en la idea imperial y caballeresca de la vida. Los temas son la nostalgia por la España imperial y su paralelo en el orden presente, el amor y el sentimiento religioso. Predominan las formas clásicas, sobre todo el soneto o el endecasílabo. Los autores son: Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo y José García Nieto. • Poesía desarraigada: La fecha de 1944 es clave por cuanto dos poetas del 27 impulsaron la renovación poética de la posguerra y se funda la revista Espadaña (León) que está formada por Eugenio de Nora y Victoriano Crémer y tratan del tema de España. Dámaso Alonso escribe Hijos de la ira en la que expresa la angustia del poeta, la rabia y el dolor ante la vida y utiliza técnicas surrealistas. Vicente Aleixandre escribe Sombra del paraíso que es una exaltación del mito del paraíso perdido. Tratan los temas existenciales: el mundo caótico y deshecho, dominado por el sufrimiento y la angustia; la religiosidad, pero con desesperanza y dudas. • Otras tendencias son: el Postismo, fundado por Carlos Edmundo de Ory y que reivindica la libertad expresiva, la imaginación y lo lúdico, y el Grupo Cántico de Córdoba, que es un grupo de poetas que quieren recuperar el componente andaluz y realizan un refinamiento formal (esteticismo). En los años 50 se produce el realismo social en el que la poesía se define como comunicación dirigida a la inmensa mayoría que aspira a convertirse en testimonio y denuncia de la realidad histórica y social de España con el objeto de transformarla. La nueva línea la marcan fundamentalmente: Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero, y Cantos iberos, de Gabriel Celaya. Los temas se basan todos en la realidad social y política y estéticamente es una poesía en la que el contenido predomina sobre la forma; esto explica el tono narrativo y el lenguaje sencillo, coloquial y directo. En los años 60 se produce la poesía de la experiencia que es llevada a cabo por un grupo de poetas que alcanzan su plenitud poética a lo largo de los 60 como Ángel González y Jaime Gil de Biedma. En esta etapa se produce un regreso a la subjetividad del poeta y un abandono del realismo social. La temática tiene un retorno a lo íntimo con la evocación de la infancia y la adolescencia, nostalgia, tristeza por el paso del tiempo, el amor, la amistad. En los aspectos formales destacan por ser una poesía más cuidada influenciada por la tradición anglosajona. En los años 70 se produce la poesía de los novísimos. En sus temas ocupa un lugar importante la cultura de los medios de comunicación de masas como el cine, la música, los cómics, la televisión y la política. Son representantes del Culturalismo, que es la creación del poema a partir de una experiencia cultural y defienden la autonomía del arte y la autosuficiencia del poema. Los autores son: Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena. LA NOVELA HISPANOAMERICANA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX En el contexto histórico podemos ver: una larga tradición democrática con la aparición de dictaduras militares; una sociedad con muchas desigualdades sociales; una influencia de EEUU en la cultura hispanoamericana, y una novela tardía e imitatoria. La novela modernista es una novela lirica, de estilo preciosista y decadentista. Los principales autores de este periodo son Enrique Larreta con su obra La gloria de don Ramiro y Leopoldo Lugones con su obra Cuentos fantásticos. La novela regionalista es una novela realista ya que realiza una descripción de la realidad, utiliza el narrador omnisciente, un léxico estándar y sirve para analizar la sociedad. El fin era que el lector cambiase la sociedad que se le presenta y sus temas son la civilización y la barbarie. La novela regionalista se ha dividido en varios grupos: • Novela de la Revolución Mexicana, que realiza una interpretación sobria y realista de los acontecimientos sociales, políticos y militares de la revolución mejicana, desde una perspectiva entre vitalista y profundamente escéptica cuya obra más importante es Los de abajo de Mariano de Azuela. • Novela de la tierra, donde la tierra y la naturaleza americanas son el protagonista principal. Los temas fundamentales serán: la lucha de la civilización contra la barbarie y la naturaleza vista como una fuerza avasalladora y fascinante a la vez. La novela de la tierra se subdivide en: Novela de la selva, cuya obra más importante es La vorágine de José Eustasio Rivera; Novela del llano, cuyo autor más importante es Rómulo Gallegos con su obra Doña Bárbara, y Novela de la Pampa o Gauchesca, cuya obra más importante es Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes. • Novela indigenista, el protagonista principal es el indio visto desde un hombre que vive como un paria sufriendo las consecuencias de un progreso que no le beneficia. Desarrollan el enfrentamiento entre dos culturas y dos formas de concebir la vida y las relaciones sociales. Supone el rescate de lo primitivo, de la raíz étnica de Hispanoamérica. El tema básico será la marginación y explotación del indio. Entre los autores destacan Jorge Icaza con Huasipungo, Ciro Alegría con El mundo es ancho y ajeno y José María Arguedas con Los ríos profundos. LA NOVELA HISPANOAMERICANA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX En los años 40 y 50 destaca la superación del realismo con una novela urbana de temática existencialista influida por EEUU y Europa. Las características de esta novela son: el uso de un punto de vista múltiple, la ruptura del relato lineal (laberinto temporal) y una presencia de lo imaginativo y de lo fantástico. Con Alejo Carpentier surge lo “real maravilloso” que es la sensación que se produce en el lector de que la realidad americana resulta tan extrema que llama la atención y parece inventada. Entre los autores destacan Alejo Carpentier con Los pasos perdidos, Jorge Luis Borges con Cuentos y Juan Rulfo con Pedro Páramo. En los años 60 y 70 destaca el boom hispanoamericano con una campaña de publicidad de las editoriales europeas y están los autores de la superación del realismo y todos los posteriores. Es una novela innovadora, urbana, de géneros (históricos, policiaco). Se consolida el realismo mágico como medio de profundizar en la realidad, mezclando realidad y fantasía. Entre los autores destacan Gabriel García Márquez con Cien años de soledad, Julio Cortázar con Rayuela y Mario Vargas Llosa con La fiesta del chivo.