LAVANDO LA ROPA SUCIA

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LAVANDO LA ROPA SUCIA
Por: Hazur Maharaj Sawan Singh.
Apartes de algunas de sus cartas, del libro Joyas Espirituales.
Me gustaría señalar que tengo el mismo grado de amor y de afecto a todos y a cada uno de
los miembros de la Hermandad, como un padre a sus hijos; además, de acuerdo con las
enseñanzas de R. S. (Rada Suami), los pecados y defectos de un alma son vistos por el Maestro
de la misma manera que un lavandero considera la suciedad de un paño. Le importa el paño y en
absoluto la suciedad. Su misión es limpiar la ropa, de una forma o de otra; ya sea empleando el
método suave de usar jabón, o la ruda y rápida forma de golpear la ropa contra una losa de
piedra. Todo depende de Su Voluntad.
De la misma manera el Maestro aspira a reformar a sus discípulos y curarlos de sus malos
hábitos y de sus malos hechos, para que el espíritu pueda brillar en su pureza. Decide el curso de
la vida. Primero nos hace ver nuestras equivocaciones con suavidad y con amor. Si esto falla,
adopta una forma menos dulce, y si esta tampoco sirve para sus propósitos, entonces emplea
remedios drásticos. En resumen, está resuelto a reformar. Para explicar el asunto con más
detalles, el Maestro primero trata de purificarnos con sus discursos. Si esto falla utiliza el jabón de
la pobreza, adversidad y enfermedad. Si éstas no dan resultado, entonces da otro nacimiento a su
discípulo. No descansará hasta que haya llevado al espíritu de su discípulo a su procedencia.
Aunque el discípulo le abandone, se le vuelva hostil, o desee injuriarle, él no disminuirá sus
esfuerzos. (Apartes carta N° 21)
Todas las clases de alimentos no son adecuadas para todos los propósitos. El alimento de
un luchador no le conviene a un hombre ocupado en un trabajo de oficina o en una profesión
literaria. Cada clase de alimento tiene su efecto determinado en el sistema de cada cual, y por
tanto, sobre la mente. Las almas entorpecidas y agobiadas no sienten este efecto. La carne y los
huevos (fecundados o no fecundados) y los alimentos altamente concentrados e intoxicantes no
convienen a aquellos que quieren dominar a su naturaleza animal y que deseen calmar su mente
y ganar el acceso a planos sutiles. Esta no es una mera teoría. Se basa en una experiencia
práctica. Incluso, seguidores de sistemas que concentran su atención en centros por debajo de
los ojos, y que normalmente no se oponen al uso de la carne, renuncian a su consumo
espontáneamente, y se abstienen de ella una vez que su atención empieza a subir por encima del
foco del ojo. No recuerdo haber permitido el uso del huevo fecundado o no fecundado a nadie, y si
así ha sido debe ser considerado como un caso muy especial. En cuanto al hecho de que los
huevos sin fecundar no contengan gérmenes de vida, y que por ello su consumo debería ser
permitido, esto constituiría un corto paso para que mentes débiles pasaran de comer huevos sin
fecundar a comer huevos fecundados. Es más seguro excluirlos del régimen de un Abhyasi.
(Apartes carta N° 55)
Sin embargo, debo señalar que el alimento animal, aun cuando solo se coma una
partícula, va en detrimento del progreso espiritual. Dejando a un lado el comer, aquellos que
contribuyen a matar son también culpables. Dices que comer un huevo no es tan malo como
romper un corazón. Las dos cosas están mal. Pero un corazón roto puede arreglarse con amor,
no obstante aún animal que se ha matado, no se le puede volver a la vida. (Apartes carta N° 21)
Con respecto al empleo de anticonceptivos, si deseas obtener buenos progresos
espirituales, que haya un amor puro y sin egoísmo entre tú y tu esposo sin ninguna mezcla de
sexo. Conservaras su salud y esto te hará avanzar espiritualmente sin miedo a tener hijos que no
se desean. Si gastas tus energías en el placer sexual, no podrás progresar espiritualmente.
No obstante, no quisiera interferir en tus relaciones con tu esposo. Eres libre de hacer lo que
quieras. EI mejor servicio que puedes hacerme, es trabajar con tesón en tu elevación
espiritual. (Apartes carta N° 64)
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