NOTA SOBRE EL LIBERALISMO POLITICO

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LIBERALISMO POLÍTICO
1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS. LA BASE DE UNA IDEOLOGÍA
Desde el punto de vista político el término liberalismo es más complejo que lo señalado
para el orden económico. Si el liberalismo económico, tal y como fue formulado en el XVIII,
mantiene una constante a lo largo de la historia hasta nuestros días, el liberalismo político es un
término que hoy significa algo que no tiene necesariamente que ser identificado con aquello que
muchos creían a finales del XVIII.
El Liberalismo político, que hunde sus raíces en el pensamiento ilustrado, tuvo diferentes
versiones desde el principio: desde la más moderada hasta la radical progresista. A lo largo de
ese gran proceso de transformaciones que denominamos Mundo Contemporáneo de esas
diferentes versiones irían naciendo las distintas formulaciones del Estado, o forma de
organización política de la comunidad, que hemos ido conociendo, desde el llamado Estado
Liberal Constitucional a los Estados Democráticos en su versión Parlamentaria. Pero hay que
pensar que eso que desde mediados del XIX conocemos como Socialismos también tiene su
parentesco, su grado de filiación en origen con el pensamiento liberal (lógicamente, insisto, no
podemos pensar este término de la misma manera si nos situamos a principios del XIX que si nos
situamos en la actualidad donde el liberalismo, sea económico o político, es uno)
El término liberal fue acuñado en España (los amigos de la libertad) en el contexto de la
Guerra de la Independencia que, a su vez, sirvió como revolución contra el A. Régimen en
España y que acabó forjando la primera Constitución de la historia española: la de Cádiz (1812).
Muy pronto fue incorporado al léxico político europeo para significar los procesos, complejos,
revolucionarios que entre 1820 y 1848 transformaron las estructura políticas de muchos países
europeos. Pero, hay que insistir, bajo esa denominación se escondían voluntades distintas.
Los diferentes modelos de política liberal se plasmaron, en un principio, en un Estado que
tenía un denominador común, o una base común: el Estado Constitucional.
En una síntesis apretada las ideas generales que podrían definir la voluntad liberal serían:
"Los liberales rechazaban todo poder absoluto y desconfiaban de los poderes constituidos.
Eran partidarios de un régimen parlamentario con garantía de derechos y separación de
poderes. Cada uno de los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) equilibraba a los otros
dos. El poder no podía manifestarse bajo la forma de decisiones arbitrarias que provinieran de una
autoridad que se reclamaba de derecho divino. Los liberales no eran hostiles a la monarquía,
siempre que fuera constitucional y que los monarcas reinaran, pero no gobernaran1.
Toda decisión debía emanar de una Asamblea elegida por sufragio, que representaba la
voluntad general de la nación y para la que defendían una gran cantidad de prerrogativas. La
voluntad de la nación debía expresarse mediante la elaboración de leyes y debía ser la ley la
que rigiera la vida pública. La Constitución era la gran ley, el marco que regulaba las
relaciones entre los ciudadanos de un Estado y garantizaba sus derechos.
Pero además, para el liberalismo, las leyes debían garantizar el ejercicio individual de las libertades
individuales frente al poder del Estado y se definía la libertad política como el conjunto de
garantías del ciudadano ante los poderes públicos2. Los liberales deseaban un Estado que respetara
las libertades y que hiciera aplicar una ley igual para todos"3
1
También hubo liberales que, muy pronto, se decantaron por formas republicanas de gobierno por contraposición
con la tradición histórica ligada a la idea de Monarquía. (Nota mía)
2
Muy pronto habrá matices que separan a los liberales que sólo defienden derechos individuales de los liberales que
defienden derechos colectivos. (Nota mía)
3
VVAA. Actual. Historia del Mundo Contemporáneo. Editorial Vicens Vives.
2
La Revolución Americana y la Francesa abrieron el camino, pero sería especialmente a
partir de 1820 cuando las fuerzas liberales irían transformando el marco político, desde un
Estado absolutista a un Estado liberal constitucional.
A partir de 1848 se produjo una clara diferenciación entre el liberalismo burgués
mayoritario y las ideas democráticas defendidas por quienes también se consideraban liberales
pero entendían que el modelo de Estado Liberal que la burguesía quería construir era muy
limitado, pues dejaba fuera de juego a la mayoría de la población (las clases populares).
Entre 1848 y la I Guerra Mundial se irá produciendo la tensión entre el liberalismo no
democrático (conservador, moderado) y el democrático (de talante más progresista) que
culminará con la imposición del modelo de Estado que hoy conocemos como Democracia
Representativa o Parlamentaria.
2. SISTEMAS POLÍTICOS CONSTITUCIONALES. EL PACTO SOCIAL BASE DEL
LIBERALISMO.
La Constitución como ley marco, ley de leyes o lugar donde se visibiliza, se hace
público, el contenido de las normas de juego social (definición del modelo de Estado, regulación
de los derechos...) es una de las contribuciones del liberalismo político y del mundo
contemporáneo a la historia de la humanidad. Lo que hoy consideramos como ley marco
imprescindible fue fruto de una larga conquista, porque en un primer momento la lucha entre las
fuerzas del A. Régimen y las de los liberales se libraría, podemos decir, en el territorio de las
constituciones.
La Constitución era vista como un grave error por los sectores que defendían el modelo
del Antiguo Régimen. Todavía en 1816, en plena reacción absolutista tras la derrota de Napoléon
y la restauración del sistema del A. Régimen con el Congreso de Viena, De Maistre escribía:
1º Ninguna Constitución es el resultado de una deliberación; los derechos de los pueblos no están
nunca escritos, (...) los derechos escritos son tan sólo títulos declaratorios de derechos anteriores, de
los cuales tan sólo se puede decir que existen porque existen.
3º Los derechos del pueblo parten de las concesiones de los
soberanos, pero los derechos de los soberanos y de la aristocracia no tienen ni
fecha ni autor.
7º Ninguna nación se puede dar la libertad si no la tiene.
10º La libertad (...) ha sido siempre un don de los reyes.
Como puedes ver, la visión que el mundo del A. Régimen tenía respecto de lo que debía
ser un Estado chocaba frontalmente con la idea liberal para la que una Constitución era el fruto
de ese pacto social señalado por Rousseau, era el lugar donde ese pacto que hacía posible una
connivencia en régimen de libertad y derecho se manifestaba.
La primera Constitución moderna data
de 1787 y se produce en el contexto de la
Revolución americana, ese proceso que
independizaría a las colonias que Inglaterra
tenía en América del Norte y haría nacer a los
EE.UU.
En este esquema que aparece en el libro de la
editorial Vicens Vives se reproduce el
mecanismo de esa primera constitución.
Especialmente se nos sitúa ante el proceso de
3
elección (sufragio) y la división de poderes.
! ¿Puede considerarse democrática? Razona la respuesta.
Como sabes, esa Constitución estuvo precedida por una Declaración de Independencia que
luego serviría como base para otros muchos textos:
Consideramos verdades evidentes por sí mismas que todos los hombres nacen iguales; que su
Creador les ha dotado de derechos inalienables, como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad;
que, para garantizar estos derechos, los hombres constituyen gobiernos cuyo justo poder emana
del consentimiento de los gobernados; que si un gobierno, cualquiera que sea su forma, llega a
ignorar estos fines, el pueblo tiene el derecho de modificarlo o abolirlo, o constituir un nuevo gobierno
que fundamentará sobre dichos principios y cuyos poderes organizará según las formas que le parezcan
más adecuadas para garantizar su seguridad y su dicha (...)
Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, encaminados invariablemente a la misma
finalidad, indica el designio de someter a los hombres a un despotismo absoluto, éstos tienen
el derecho y el deber de derrocar al gobierno culpable de los mismos y buscar nuevas
salvaguardias para su seguridad futura. Tal ha sido la paciencia largamente demostrada por estas
colonias y tal es hoy la necesidad que las obliga a modificar su antiguo sistema de gobierno.
(Preámbulo de la Declaración de Independencia de los EE.UU. 1776)
!
Es, todavía hoy, un texto precioso. Léelo y subraya que aspectos de
ese texto sigue siendo necesario subrayar en la actualidad.
CONSTITUCIÓN
SOBERANÍA
(dónde reside el poder)
Compartida (Las Cortes con el Rey)
División de poderes
Ambigua
SUFRAGIO
(quién vota)
DERECHOS
Censitario máximo
Individuales
Nacional
Censitario
Clara
Colectivos
Popular
Universal masculino
Universal total.
Los sectores más conservadores y moderados del liberalismo se identificarán con soberanía
compartida, sufragio censitario, separación de poderes ambigua y derechos individuales. Los más
radicales: soberanía popular, separación clara, sufragio universal total y derechos colectivos.
El modelo que hoy conocemos como Estado Democrático, dentro de la
llamada democracia parlamentaria, se identificaría con Soberanía Nacional,
clara separación de poderes, sufragio universal total y una amplia defensa
de los derechos colectivos (que, por supuesto, como puedes imaginar
incluyen a los individuales)
4
3. LOS GRUPOS SOCIALES Y EL LIBERALISMO
Las transformaciones políticas introducidas por el liberalismo, y acompañadas por los
cambios económicos derivados de la progresiva implantación de la Revolución Industrial,
forjaron una sociedad que también habría de diferenciarse de la del Antiguo Régimen.
Si la sociedad A. Régimen se caracterizaba por ser una sociedad cerrada (Estamental) en la
que los privilegios, el poder de un grupo social sobre otro, lo determinaban la tradición, la
sangre, el nacimiento y la movilidad social (el posible cambio en la escala de grupos) era nula; la
sociedad que nace fruto de los movimientos liberales es una sociedad abierta (de Clases) en la
que los privilegios, el poder, lo otorgaban las posesiones, las propiedades, el dinero, y donde la
movilidad social era posible (el cambio en la escala social se abría como un horizonte posible).
Siempre se identifica a esa nueva sociedad por la clase que se convirtió en dominante, la que
se iba a hacer con el poder: la burguesía; pero nos olvidamos, demasiado a menudo, que esa serie
de luchas revolucionarias que transformaron el mundo del A. Régimen no fueron obra exclusiva
de la burguesía, las clases populares también jugaron un papel destacado, sin ellas nada habría
sido como fue. Así que no hables de revoluciones burguesas, habla de revoluciones
liberales porque este término y no aquél se ajusta mejor a al realidad que, por ejemplo, puedes
ver en el cuadro que pintó Delacroix titulado La libertad guiando al pueblo4.
Delacroix. La libertad guiando al pueblo. 1831. Museo del Louvre.
Esta imagen se ha convertido en uno de los iconos que muestran el proceso de las
revoluciones que se hicieron contra el A. Régimen5, y serviría lo mismo para hablar de las que
se produjeron a finales del XVIII como de las de la primera mitad del XIX. Mira bien el cuadro.
En él, Delacroix, nos muestra esa alianza peculiar entre todos los sectores sociales que formaban
el llamado Tercer Estado, o Tercer Estamento, en su lucha por acabar con el mundo del Antiguo
Régimen.
Burguesía y Clases Populares (especialmente urbanas) unidas en torno al
símbolo, al lugar de la alianza, la Nación, identificada con esa mujer que porta la bandera y
4
5
Museo del Louvre. París.
Concretamente se sitúa en el horizonte de la revolución de 1830.
5
que el autor sitúa en el centro de la imagen, con los pechos desnudos, madre nutricia (que
amamanta) las ideas de cambio.
Burguesía y Clases populares unidas en torno a la Nación en armas, a esa Nación que se
levanta en armas contra el sistema de la opresión, contra el Antiguo Régimen.
Delacroix (1798-1863) es un artista que trabaja en los años de las llamadas revoluciones
liberales del XIX y que se inscribe dentro de una corriente o estilo artístico denominado
Romanticismo. El romanticismo en realidad no es un estilo singular puesto que dentro
de él hay diferentes tendencias que se distinguen no tanto por las características
formales (plasmación del movimiento, emotividad, pasión, contrastes de color...) como
por su identificación política. Así podría hablarse de un romanticismo liberal,
comprometido con la causa de la lucha contra el A. Régimen, y un romanticismo
conservador mucho más próximo a defender directa o indirectamente los valores de ese
mundo dominado por la aristocracia, por la tradición, por la Iglesia. Delacroix se
inscribe en el primer grupo, el que hace de la lucha por la libertad un tema de su obra.
Delacroix es una especie de fotógrafo de su época (la fotografía se acababa de presentar
al público un año antes de que Delacroix pintara este cuadro), una especie de reportero
que plasmará acontecimientos históricos sólo que vistos desde la subjetividad total del
pintor, es decir, transformados, creados en su estudio. Artista comprometido.
Pero aunque hablemos de alianza entre los sectores burgueses y los populares en su lucha
por acabar con el A. Régimen, debes tener muy claro que ambos grupos estaban animados por
motivos diversos en el fondo. La burguesía, especialmente la gran burguesía y muchos sectores
de la burguesía media, a lo que aspiraba era a desplazar del poder a la aristocracia y al clero para
hacerse ella con el control del Estado, del nuevo Estado. En ese nuevo Estado habría unas
nuevas clases dominantes que poco a poco irían cobrando forma bajo otra alianza, que
sobre todo empieza a forjarse desde los años 30 del siglo XIX, entre la burguesía, la
nobleza y el clero.
Por su parte, los sectores populares tardaron algún tiempo en cobrar conciencia de sus
intereses, unos intereses que no eran los mismos que los de la burguesía. El pueblo aspiraba,
como mínimo, a una sociedad que hoy identificaríamos como democrática, mientras que la
burguesía, en esos años del siglo XIX, tenía muy poco de democrática (salvo, evidentemente,
6
ciertos sectores burgueses, intelectuales..., que sí aspiraban a un mundo democrático sin la
exclusión de las clases populares). Pero en líneas generales, la burguesía contó con
los sectores populares para utilizarlos como fuerza de choque en
su asalto al poder, los instumentalizaron, es decir, los usaron
como instrumentos.
En un esquema un tanto imperfecto, porque simplifica bastante cosas que de por sí fueron
mucho
más
ANTIGUO RÉGIMEN. SOCIEDAD
complejas,
SOCIEDAD LIBERAL
ESTAMENTAL
podemos ver
como
Primer Estado
Nobleza
evolucionó la
GRUPOS
CLASE ALTA
DOMINANTES
estructura
P
Alto
O
Segundo Estado
Clero
social desde el
D
A.
Régimen
E
Bajo
R
hasta
la
CLASE MEDIA
sociedad
Alta
liberal. Como
GRUPOS
Burguesía
Media
ves, los que
D
Tercer
O
Baja
tenían el poder
M
Estado
I
en
el
A.
N
Urbanas
CLASE BAJA
A
Régimen no lo
D
Clases Populares
O
perdieron, pero
S
Campesinado
tuvieron
que
compartirlo
con la nueva clase dirigente que sería la burguesía. El papel del clero bajo, por ejemplo, es
mucho más complejo, pues hubo sectores de este clero que estaban más cerca de las clases
populares que de los grupos dominantes. (Igual ocurrió con una minoría de la nobleza que, muy
pronto, se puso del lado de la burguesía)
Por lo
que respecta a
las
Clases
Populares ya
ves que las he
dividido
en
Urbanas
y
Campesinas.
Éstas últimas
también
son
muy complejas
en
su
funcionamiento
social
y
político.
Mientras que
las
clases
populares
urbanas, sobre todo a medida que se iban proletarizando con la implantación de la Revolución
Industrial, se posicionaban claramente a favor de un sistema democrático y de los procesos
7
revolucionarios (primero liberales y luego, desde 1848, socialistas6), el campesinado evolucionó
de maneras mucho más complejas.
Los jornaleros, esos braceros que vivían con salarios de miseria siempre y cuando
tuvieran la suerte de ser contratados por un señor (en un régimen que tenía mucho de feudal)
fueron los que más se radicalizaron políticamente. Mientras que los pequeños propietarios
agrícolas, temerosos de que el nuevo sistema les hiciera perder sus tierras, se posicionaron en
muchas ocasiones del lado del poder, primero en un intento de frenar la revolución liberal, luego,
una vez ésta había triunfado, del lado de los nuevos poderosos y contra toda idea que pudiera
sospecharse oliera a socialismo. Los arrendatarios optaron en muchas ocasiones por una vía
intermedia, algo indefinida, que era el resultado de su situación social: vivían en unas tierras a
cambio de pagar una renta al dueño (tal vez un noble, tal vez un burgués que había comprado
tierras) y, por lo tanto, tenían algo de pequeños propietarios y algo, también, de grupos
explotados.
De todas las maneras, el campesinado en muchos casos, y salvo los jornaleros,
respondía a un modelo de pensamiento mucho más conservador. La Iglesia tenía fuerza
sobre ellos y, también, el grado de analfabetismo era mayor. Por esto, en muchas ocasiones,
fueron hábilmente instrumentalizados por los poderes para frenar cambios políticos.
Millet. El Ángelus. 1857-597
Millet (1814-1875) es un artista francés que se inscribiría en otra de las corrientes artísticas de ese
siglo XIX ya abierto a un continuo cambio de estilos. Estamos ante un Realismo naturalista, un
estilo que intenta plasmar de forma natural, es decir, de la manera más parecida posible a la realidad,
aspectos de la vida cotidiana. Millet trabajo mucho el tema del mundo rural y aunque algunos
críticos señalan que nos presenta una imagen idealizada (embellecida) de ese mundo, otros nos
recuerdan que para algunos sectores del poder consideraron la obra de este artista como subversiva.
(De hecho hay quien dice que este cuadro más que representar el momento en el que el matrimonio
campesino cesa en sus tareas para rezar el Ángelus al mediodía, lo que nos muestra es el entierro del
hijito de ese matrimonio al que han traído en la canasta que está a los pies de ambos. Esto es lo
bonito del arte, que muchas veces juega con la ambigüedad al no tener clara la intención del autor
por no haberla expresado éste de manera abierta. El Realismo sustituyó al Romanticismo cuando un
grupo de artistas creyeron que era su obligación acabar con los excesos imaginativos y ese
desbordamiento pasional del romanticismo para ser más fieles a la realidad.
6
Recuerda que considero al marxismo y al anarquismo como ramas de una misma familia, socialismos, que no hay
que confundir con lo que hoy consideramos socialismo.
7
Musée d'Orsay. París.
8
4. LOS ROSTROS DEL PODER EN LAS SOCIEDADES LIBERALES
Todo cambia con el tránsito al mundo de las sociedades liberales. No sólo la nueva
división de clases y el reparto del poder, también la definición de lo público (y, por ejemplo, la
aparición del concepto opinión pública) y la representación social de los nuevos grupos.
Goya. Los duques de Osuna 1789-908
Fraçois-Joseph Navez Familia de Hemptine. 18169
Dos grupos familiares, dos tiempos. La familia noble, la familia burguesa.
Progresivamente el arte fue acogiendo como clientes a grupos y
categorías sociales más amplios. Ya no sólo los representantes de los dos
estamentos privilegiados del Antiguo Régimen tenían cabida, la burguesía (que ya había
empezado a ser una buena clientela en los Países Bajos e incluso en Inglaterra en el XVII) se
incorporó a las obras de arte. La obra de Navez nos muestra a una familia, sin más, sin títulos y
sin otro dato que la pueda ubicar en la historia; pero de ellos queda ya el rastro de un rostro
público, territorio reservado antes a unos pocos. (Recuerda las imágenes que comentamos
cuando hablamos de la Ilustración: ahora ya aparecen los intelectuales, los científicos, los
artistas...).
Nuevos horizontes del arte que se abrían a una sociedad más abierta, más dinámica. El
prestigio lo daría el dinero no la tradición o el linaje (la sangre). Pero también el artista cambia.
Su mirada empieza a liberarse de su dependencia del patrono, del cliente. Sus ojos comienzan a
mirar el mundo de una forma más libre y, en consecuencia, en su obra todo tiene cabida:
La Marquesa de Sorcy de Thélusson pintada por David en 1790 (la Revolución Francesa
ya había estallado, pero se había impuesto la línea moderada, la línea de una burguesía que no
aspiraba a destruir nada sino a ascender en la escala social hasta estar a la misma altura que los
grandes. David, el pintor de la Revolución de 1789, todavía aquí nos muestra el rostro de la
nobleza, pero si te fijas en su manera de representar el ropaje de la marquesa y la comparas con
otras que hayas visto te darás cuenta de que algo ha cambiado. Lujo sencillo. No hay joyas.
8
9
Museo del Prado. Madrid.
Musée d'Art. Moderne. Bruselas (Bélgica)
9
Pureza. Al fin y al cabo, la mujer que estaba pintando David era una noble porque se había
casado con un noble, pero era hija de un banquero suizo. Burguesía y nobleza, un matrimonio
que pronto sería algo más que un matrimonio). La marquesa hija de un banquero...
y la loca. Podría ser un buen título para una historia. La marquesa y la loca.
David. La marquesa de Sorcy. 179010
Géricault. Retrato de una loca11
La marquesa y la loca. Dos mujeres representadas por el arte. David y Géricault. El
primero, neoclásico, el pintor de la razón (revolucionaria), y el segundo, romántico, el pintor de
lo extraño, de la pasión, de las emociones. El cuadro de la loca debe de haber sido pintado antes
de 1824, fecha en la que muere el artista. Así que, en
poco más de veinte años, la paleta de un pintor se abre a
reflejar el rostro de... una loca encerrada en un asilo, en
un manicomio. Es evidente que algo estaba cambiando.
Poco a poco las clases populares también
ganarían protagonismo en el arte. Ya no en cuadros
pintorescos donde son una anécdota, una curiosidad,
sino en obras que ellos y ellas, los excluidos del poder,
protagonizan. Como en este cuadro de Daumier titulado
La lavandera12 que fue pintado en el XIX y que nos
muestra a ese sector sin rostro porque, tal vez, tiene la
particularidad de ir adquiriendo un rostro de grupo, o tal
vez porque esos sectores hasta entonces inexistentes,
invisibles para el arte, empiezan a emerger. Una
10
11
12
Neue Pinakothek Munich.
Museo del Louvre. París.
Musée d'Orsay. París.
10
lavandera vuelve a casa. Lleva a su hija de la mano. El artista le da vida. La rescata de la
exclusión.
La fotografía se incorpora como nueva técnica la servicio de la captación de la realidad a
partir de 1830 más o menos. En el siglo de las revoluciones, la fotografía vendrá a revolucionar
la mirada y, dicen, a democratizar el retrato.
Pero tendría que pasar algún tiempo para que la fotografía fuera ese espacio de la
democratización del retrato, de la visibilidad de todo (la fotografía nos mostrará todo, lo privado
empezará a ser cada vez más objeto del ojo público; lo vedado, lo prohibido, lo excluido,
también atraerán la atención de la cámara). Al principio la fotografía era lo suficientemente cara
como para que las cámaras las tuvieran unos pocos y los retratos fueran algo que no todo el
mundo se podía permitir.
Hacia los años 40 del siglo XIX, en España un retrato (había que acudir al estudio del
fotógrafo) costaba entre 30 y 60 reales de vellón13, cuando más o menos los salarios eran: un
funcionario municipal unos 6 reales diarios, un obrero industrial en Cataluña unos 7 reales al día
(en jornadas de 11 horas), un capataz de fábrica de tabacos unos 10, y un campesino apenas
llegaba a 2 reales al día (lo que significa que para este grupo social hacerse una foto podía
suponer casi el salario de un mes). Demasiado caro para determinados bolsillos. Pero sí es cierto
que la fotografía empezó a dejarnos un rastro de seres anónimos, gente sin nombre que ha
sobrevivido hasta nosotros gracias a la magia de las sales
de plata. Como en el caso de este matrimonio
norteamericano fotografiados en 1860 aproximadamente
por Luther Holman Hale. En realidad todavía no es una
foto tal y como hoy la entendemos, sino un daguerrotipo.
El y ella posando para el fotógrafo y para la
eternidad. Han dejado su huella, aunque no sabemos nada
de ellos (podemos empezar a suponer cosas si creemos que
van vestidos con sus ropas y no con trajes prestados).
Habrá que seguir el rastro de la fotografía, pues sin
ella no podríamos entender muchas de las cosas que
ocurrieron en el XIX, por ejemplo. Es una gran fuente
histórica, con sus problemas, como todas, pero sin duda
una gran fuente de información.
13
Fuente: Publio López Mondéjar. Historia de la fotografía en España. Editorial Lunweerg.
11
A la altura de los años 60 los fotógrafos captaban con sus
cámaras a la reina de España (Isabel II)14 o a un grupo de
gitanos (foto de R. P. Napper). Una mirada más amplia.
14
Foto de Alonso Martínez extraída del libro anteriormente citado.
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