LA DOBLE NACIONALIDAD Y EL VOTO DE LOS MEXICANOS EN EL EXTRANJERO. M.D. Themis Carrillo Gallegos. Derecho Público. Hasta hace unos años en México era imposible pensar que un sujeto pudiera ser mexicano y a la vez estadounidense, francés o argentino, nuestras costumbres sumamente nacionalistas (en algunos aspectos), no hubiesen permitido de ninguna manera que un mexicano pudiera tener dos o más nacionalidades ya que la sola idea produciría y produce todavía en algunos una seria contradicción con los principios de nacionalidad y de soberanía. Aún ante estas circunstancias, la realidad es que existen miles de mexicanos que por razones principalmente económicas, familiares o de otra índole han tenido que salir del país y viven en la disyuntiva de perder o no su nacionalidad mexicana y adoptar la nacionalidad que otro país les otorga y que tal vez les traiga beneficios; en esta situación se encuentran principalmente los miles de mexicanos que diariamente cruzan nuestra frontera norte con tal de mejorar sus condiciones de vida. Estos mexicanos que viajan con sus esperanzas y anhelos de una vida mejor, se topan en nuestro vecino país con serios problemas de racismo, maltrato, injusticias laborales, y demás inconvenientes para poder sobrevivir y así enviar dinero a sus familias en México; Ante esta situación nuestro gobierno con su poca fuerza política ante el gobierno de los Estados Unidos y con el apoyo de los grupos defensores de los derechos de los mexicoamericanos en aquél país, planteó en 1997 como solución a dichos problemas las reformas sobre doble nacionalidad, las cuales consisten principalmente en establecer la no perdida de la nacionalidad mexicana, con lo cual se pretende proteger a los inmigrantes mexicanos contra las políticas raciales que imperan en los Estados Unidos. Así, a pesar de las fuertes críticas y ante el desconocimiento de miles de mexicanos, actualmente se encuentran en vigor, las reformas a los artículos 32 y 1 37 de la Constitución General de la República y la nueva Ley de Nacionalidad, las cuales entraron en vigor desde el 20 de marzo de 1998. Resulta éste un tema con muchos aspectos interesantes para cualquier estudioso del derecho pero también resulta importante hacerlo del conocimiento de la población en general y que esta conozca los beneficios y limitaciones de estas reformas y es por lo anterior que a continuación me permitiré hacer algunos apuntes sobre dichas reformas. La reforma a los artículos 32 y 37 Constitucionales. Hasta antes de las reformas constitucionales, según el artículo 37 constitucional la nacionalidad mexicana podía perderse: a) por adquirir voluntariamente una nacionalidad extranjera; b) por aceptar o usar títulos nobiliarios que implicaran sumisión a un Estado Extranjero; c) por residir, siendo mexicano por naturalización, durante cinco años continuos en el país de su origen; y; d)por hacerse pasar en cualquier instrumento público, siendo mexicano por naturalización, como extranjero, o por obtener y usar un pasaporte extranjero. A partir del 20 de marzo de 1998, fecha en que entran en vigor las reformas constitucionales mencionadas y por medio de las cuales se modificó el artículo 37 de la Constitución: “Ningún mexicano por nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad”. De esta forma se cumplen las ansias de los grupos defensores de los derechos de los mexicanos en Norteamérica y la antigua ambición de estos grupos del voto de los mexicanos en el extranjero. El nuevo artículo 37 constitucional establece: Artículo 37. A) Ningún mexicano por nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. B) La nacionalidad mexicana por naturalización se perderá en los siguientes casos: I. Por adquisición voluntaria de una nacionalidad extranjera, por hacerse pasar en cualquier instrumento público como extranjero, por usar pasaporte extranjero, o por aceptar o usar títulos nobiliarios que impliquen sumisión a un estado extranjero, y 2 II. Por residir durante cinco años continuos en el extranjero..... De tal forma, los mexicanos por nacimiento, a los que otro Estado les atribuya nacionalidad o que, adquieran voluntariamente otra nacionalidad, conservaran su nacionalidad mexicana convirtiéndose en mexicanos sujetos a la doble nacionalidad puesto que ostentarán derechos y obligaciones en ambos países. En el mismo contexto el artículo 32 Constitucional vigente a partir de 1998, prescribe ciertas restricciones para los mexicanos con doble nacionalidad, pues reserva ciertos cargos y funciones para los mexicanos por nacimiento que no adquieran otra nacionalidad, tales como los cargos de Procurador de la República, ciertos cargos militares de alto rango, etc. Esta reforma fue impulsada desde distintos foros y con distintos enfoques; por un lado el Partido Revolucionario Institucional, proponía que los mexicanos que fueran aceptados como ciudadanos de los Estados Unidos siguieran conservando la nacionalidad mexicana con derechos de propiedad, pero sin derechos políticos; es decir, sin la ciudadanía mexicana. Por su parte el Partido de la Revolución Democrática insistió en que se permitiera el voto en el exterior como un derecho incluido en la doble nacionalidad. A pesar de las divergencias entre las posiciones de los diversos partidos finalmente en 1996 se logró un consenso y por tanto se aprobó la reforma que permitía la doble nacionalidad a partir de la irrenunciabilidad de la nacionalidad mexicana así como el derecho al voto de los mexicanos en el extranjero. La regulación sobre la nacionalidad en México permite una desigualdad entre los ciudadanos, puesto que mientras los mexicanos por nacimiento gozan de una amplia gama de derechos, los mexicanos por naturalización y los mexicanos con doble nacionalidad quedan sujetos a una serie de restricciones que los coloca en un segundo nivel respecto de aquellos, restricciones que abarcan el derecho a 3 optar por ciertos cargos públicos de relevancia así como ejercer plenamente sus derechos de propiedad, como más adelante se analizará. La Ley de Nacionalidad El 20 de marzo de 1998 entró en vigor la nueva Ley de Nacionalidad reglamentaria de los artículos 30, 32 y 37, apartados A y B, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 23 de enero de 1998, abrogando de esta manera la Ley de Nacionalidad del 21 de junio de 1993 y todas las disposiciones que se opongan a ella. Dentro de los aspectos más interesantes de esta Ley, lógicamente está el hecho de que en ella se regula lo concerniente a los mexicanos con doble nacionalidad. Conforme a las nuevas disposiciones un mexicano por nacimiento con doble nacionalidad, deberá, para poder acreditar su doble nacionalidad, poseer dos pasaportes o dos actas de nacimiento, una deberá ser la que lo acredite como mexicano y la otra que lo acredite como nacional de otro país, lo cual resulta incomodo al momento de viajar, realizar negocios etc. Resulta interesante lo relacionado con el certificado de nacionalidad mexicana, establecido en la fracción II del artículo 3º de la Ley de Nacionalidad, ya que este se otorgará a petición de parte cuando los mexicanos por nacimiento a los que otro Estado considere como sus nacionales, pretendan acceder al ejercicio de algún cargo o función para el que se requiera ser mexicano por nacimiento y que no se adquiera otra nacionalidad, de conformidad con el artículo 16 de la Ley de Nacionalidad en estudio. Más interesante aún resulta el hecho de que para adquirir el certificado de nacionalidad se tenga que formular la renuncia y juramentos que señala el artículo 17 de la Ley de Nacionalidad, lo que debe considerarse como una total incongruencia ya que primero permitimos que tengan 4 otra nacionalidad y luego le exigimos renunciar a ella para poder acceder a ciertos cargos públicos. El artículo 17 de la Ley de Nacionalidad se encuentra relacionado con el artículo 32 de la Constitución reformado, el cual limita a los mexicanos con doble nacionalidad, al reservar ciertos cargos o funciones para los mexicanos por nacimiento que no adquieran otra nacionalidad; para ello por medio del Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación con fecha 23 de enero de 1998 se reformaron alrededor de 32 leyes en las cuales se reglamenta lo relacionado a los cargos o funciones que se reservan para los mexicanos por nacimiento. Causas de las reformas en materia de doble nacionalidad. En este apartado analizaremos las causas tanto sociológicas, jurídicas y políticas que dieron cabida a la reforma sobre doble nacionalidad. Desde el punto de vista sociológico, siempre ha existido una ambivalencia en los mexicanos que parten hacia otros Estados, principalmente los Estados Unidos, ya que conservan sus raíces nacionales y se resisten a integrarse completamente a otras culturas lo cual crea una nueva forma de vida en la que combinan ambas culturas; así en los Estados fronterizos mexicanos tanto en el norte como en el sureste mexicano en los Estados colindantes con Belice o Guatemala. Diversos autores plantean que la circunstancia que la actual frontera de los Estados Unidos con México haya sido territorio mexicano estableció, desde siempre, un factor fundamental en la migración del sur al norte de la frontera: la base étnico-nacional para que fluyera naturalmente el río humano. El mercado laboral por sí mismo no hubiera provocado una migración tan grande y tan constante. Las relaciones familiares y amistosas; las organizaciones sociales; la comunión política; la lengua; la religión; la identidad cultural (comida, música, vestimenta, festividades, tradiciones, costumbres, literatura, etc.) fueron el lecho 5 natural para la migración de sur a norte de la nación escindida que la división jurídica no podía interrumpir. Otro aspecto sociológico importante es el caso de los hijos nacidos en México de padres extranjeros que se encuentran en este país por razones de trabajo; quienes por ser educados en el seno de una familia con determinadas costumbres se encuentran viviendo entre dos culturas diversas. Dentro de las causas políticas que motivaron la aceptación de la no pérdida de la nacionalidad mexicana, se encuentra principalmente el asunto del voto de los mexicanos en el exterior y la política anti-inmigrante que se inició a raíz de la Ley 187, propuesta por el gobernador californiano Pete Wilson. La nueva situación que creó el gobernador californiano Pete Wilson con su propuesta de Ley 187 impulsó a miles de mexicanos, como nunca antes en su historia, a solicitar la nacionalidad norteamericana para tener entre sus prioridades la participación en elecciones estadounidenses. El gobierno mexicano por su parte, con su poca fuerza política frente al Estado norteamericano, no pudo hacer nada en contra de tales políticas y tuvo una reacción defensiva: proponer las reformas sobre doble nacionalidad para permitir a los mexicanos residentes en los Estados Unidos defender sus derechos como ciudadanos norteamericanos, despojándose así el Estado Mexicano de su deber de protección a dichos ciudadanos. El aspecto jurídico de las reformas va íntimamente ligado con las causas políticas que hemos analizado. La política antiemigrante que se vive en los Estados Unidos, fue el detonador para que el gobierno mexicano buscara una forma jurídica de protección a los mexicanos que diariamente traspasan la frontera hacia aquél país, en busca de mejores formas de subsistencia. Consideró el gobierno mexicano que la mejor forma de ayuda a los mexicanos era el permitírseles conservar su nacionalidad mexicana, a pesar de adquirir la nacionalidad norteamericana, ya que 6 se consideraba que los mexicanos no adquirían la nacionalidad estadounidense por el temor de perder su nacionalidad mexicana, y por lo tanto al conservar su nacionalidad de origen, se les permitiría una defensa clara y eficaz de sus derechos civiles y políticos en el país de su residencia. La propuesta de la no pérdida de la nacionalidad también atendía a la situación de los fronterizos que adquieren por nacimiento la nacionalidad mexicana y en su caso la norteamericana, beliceña o guatemalteca; por el origen y nacionalidad de sus padres y a la vez su lugar de nacimiento y que a raíz de las reformas podrán ejercer sus derechos de nacionalidad según las necesidades o conveniencias de su vida en la frontera. Con la reforma se buscó proteger de manera más efectiva los derechos de los mexicanos residentes en el extranjero, quienes se veían en desventaja al adquirir una nueva nacionalidad pues perdían su nacionalidad mexicana de origen, siendo que la tendencia internacional es ha permitir que las personas puedan ostentar dos nacionalidades. De tal manera dichos mexicanos podrían defender sus derechos en el país de residencia sin menoscabo de sus derechos en México. Beneficios que trae la Doble Nacionalidad en México. Como ya se mencionó dentro de las causas de las reformas en materia de doble nacionalidad, el principal beneficio que trae consigo la Doble Nacionalidad es el disfrute de todos los derechos y ventajas que en un momento dado pueden obtenerse al ser nacional de otro país. En el caso de los miles de mexicanos que viven en los Estados Unidos, ellos podrán obtener la nacionalidad norteamericana y así recibir todos los beneficios que otorgan las leyes estadounidenses, podrán defender mejor sus derechos, podrán votar y ser votados para poder tener representación en aquél país, y además tendrán el orgullo de seguir siendo mexicanos, participar en elecciones mexicanas, adquirir bienes dentro de la República, etc. 7 Por otro lado, se consideró que el ejercicio del voto mexicano en el extranjero permitiría observar la postura política de los mexicanos residentes en extranjero respecto a los candidatos, lejos de las presiones e influencia política de los partidos políticos mexicanos. Desventajas de la Doble Nacionalidad en México. Los mexicanos por nacimiento que adquieran otra nacionalidad, como la estadounidense, se verán en un serio problema legal que podría hacerlos perder su nueva nacionalidad y con ello los derechos que hayan adquirido en aquel país. En Estados Unidos el delito de Perjurio es el principal enemigo de los mexicanos con doble nacionalidad. Otra de las desventajas con que se encontrarán los mexicanos con doble nacionalidad tienen que ver con las limitantes para ejercer sus derechos políticos, es decir, todo lo referente al voto, asimismo se toparán con una serie de limitantes para ejercer ciertos derechos en México, los cuales analizaremos a continuación y con los que se demostrará la ineficacia de la doble nacionalidad ante el problema migratorio en México. Limitaciones legislativas. A causa de las reformas de la no pérdida de la nacionalidad mexicana fueron modificadas, por medio del Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 23 de enero de 1998, alrededor de 30 leyes entre las que podemos destacar: Ley del Servicio Exterior Mexicano, Ley Orgánica del Ejercito y Fuerza Aérea Mexicanas, Ley Orgánica de la Armada de México, Ley del Servicio Militar, Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, Ley Orgánica del Tribunal Fiscal de la Federación, Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, Ley de Navegación, Ley de Aviación Civil, Ley Federal del Trabajo, Ley Federal de las Entidades Paraestatales, Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Ley 8 Federal de la Correduría Pública, Ley de Inversión Extranjera, Ley del Banco de México, Ley Federal de Competencia Económica entre otras. Estas reformas fueron encaminadas en el sentido de que quien pretenda ocupar un cargo público en las dependencias bajo las que se rigen estas leyes deberán ser mexicanos por nacimiento y no obtener otra nacionalidad, con ello en vez de permitir una igualdad de derechos respecto a lo mexicanos que adquieran otra nacionalidad, les limita de sobremanera al restringir su derecho a formar parte de altos puestos en el gobierno mexicano; de tal forma, el objetivo de lograr una igualdad de derechos entre los mexicanos, así como el permitir que los mexicanos residentes en el extranjero puedan contar con los derechos consagrados en nuestras leyes, queda vulnerado e insatisfecho. Conforme a las reformas a las leyes antes mencionadas los mexicanos con doble nacionalidad no podrán: i. Ingresar al Ejercito, a la Fuerza Aérea ni tampoco a la Armada. ii. Formar parte del Poder Judicial, ni de la Procuraduría y los Tribunales Agrarios. iii. Integrar el Servicio Exterior Mexicano. iv. Participar en altos cargos en actividades especializadas como son los de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Comisión de Energía Nuclear, los de la Seguridad Social, la Comisión Reguladora de Energía, el Banco de México, etc. Un caso digno de tomarse en cuenta es el de la Ley de Inversión Extranjera, cuya modificación consistió en considerar como extranjeros a los mexicanos con doble nacionalidad que tienen bienes o inversiones en México, pero que residen en otro país. Todas estas limitaciones traen como consecuencia que a pesar de las bondades de la reforma, ésta resulte más que en beneficios y libertades para los mexicanos que adquieren otra nacionalidad, un cúmulo de condicionantes para el 9 ejercicio de sus derechos y obstáculos en la integración de dichos mexicanos a la normativa mexicana. Podemos apreciar entonces que la reforma crea una profunda desigualdad entre los mexicanos por nacimiento y los mexicanos por naturalización, ya que estos últimos sí podrán perder la nacionalidad mexicana, aunado a las múltiples restricciones que nuestro marco jurídico señala para los naturalizados. Esta reforma a largo plazo podría poner en riesgo nuestra soberanía y las relaciones con los Estados Unidos, ya que existirán miles de individuos con ambas nacionalidades, lo cual acrecentará aún más nuestra dependencia hacia aquél país. Tanto la reforma sobre la no pérdida de la nacionalidad mexicana, como la nueva Ley de Nacionalidad en lo que se refiere al tema de la doble nacionalidad, fueron creadas al margen de la realidad social, política y jurídica de nuestro país, y sin un enfoque real del problema migratorio a los Estados Unidos. La reforma sobre la no pérdida de la nacionalidad mexicana de ninguna manera cumple con los objetivos para los cuales fue planteada, ya que no logra una eficaz protección de los emigrantes mexicanos, al poner en riesgo su nueva nacionalidad; sin contar además que crea profundas desigualdades entre los nacionales mexicanos, puesto que actualmente nuestro orden jurídico hace una distinción entre los mexicanos por nacimiento, los mexicanos por naturalización y los mexicanos con doble nacionalidad. El voto de los mexicanos en el extranjero Desde el inicio de la discusión sobre la doble nacionalidad, el tema del voto de los mexicanos en el extranjero fue motivo constante de divergencias entre los estudiosos del derecho e incluso entre los legisladores y los organismos encargados de organizar las elecciones en el país. 10 Primero la discusión se centro en si debía o no concederse dicho derecho a los mexicanos que adquirieran la doble nacionalidad a lo cual se argumentó el riesgo en que se ponía a la soberanía nacional al permitir que ciudadanos con otra nacionalidad, e incluso otros intereses pudieran votar y elegir a los gobernantes en nuestro país. Igualmente se dijo que era imposible conocer de manera real el número de personas que se encontraban ilegalmente sobre todo en los EU y a quienes también se les tendría que garantizar el derecho a votar; también se consideró la dificultad de ejercer sus derechos como ciudadanos mexicanos en los EU, puesto que una de las causas de pérdida de la ciudadanía estadounidense es el delito de perjurio que se comete cuando se ejercen derechos políticos con respecto a países extranjeros. A pesar de las críticas la reforma permitió tanto la doble nacionalidad como el derecho al voto de los mexicanos en el extranjero e incluso se abrió un plazo para que los mexicanos que ya habían adquirido otra nacionalidad recuperaran su nacionalidad de origen mexicana, ello puesto que a dichas personas no les amparaba la reforma que entró en vigor a partir de marzo de 1997, pero que a través de un artículo transitorio se permitió la aplicación retroactiva de dicha reforma. Es importante aclarar que este derecho al voto se limita únicamente a las elecciones para presidente de la República excluyendo la posibilidad para los mexicanos residentes en el extranjero de poder votar para gobernadores, diputados, senadores, etc., por tanto dicho derecho también se encuentra limitado. Una vez modificada la Constitución en el capítulo referente a la nacionalidad y una vez publicada la nueva Ley de Nacionalidad, ahora la discusión se centró en la manera a través de la cual se realizaría el voto de los mexicanos en el extranjero. En un primer momento se planteó la posibilidad de realizar un empadronamiento de los mexicanos residentes en el extranjero a través del expedición de una cedula de identificación ciudadana y distribuir casillas en los lugares con mayor presencia de mexicanos para que ahí pudieran ejercer su 11 derecho al voto en el año 2000. Lamentablemente el objetivo no pudo cumplirse y ese año de trascendental importancia para los mexicanos no fue posible materializar el ejercicio del derecho al voto de los mexicanos en el extranjero. El IFE se declaró incapaz de poder organizar las elecciones en el extranjero ya que el costo económico y los recursos humanos necesarios rebasaban las expectativas planteadas. Así las cosas durante la administración del Presidente Fox se continuó trabajando en la manera de lograr el ejercicio del voto de los mexicanos en el extranjero, por ello en junio de 2005 se aprobó el dictamen que proponía el voto por correo como la manera de ejercer el voto de los mexicanos en el extranjero para las elecciones de 2006 y a partir de ese momento se empezó a trabajar en los acuerdos operativos necesarios para lograr el objetivo. Las organizaciones de mexicanos residentes en los EU se mostraron alegres y optimistas ante el logro obtenido después de tantos años de lucha y se pronosticaba que el voto de los residentes en el extranjero pudiera ser el que inclinara la balanza a favor de uno u otro candidato. El mecanismo para poder realizar el voto postal, consistía en enviar una solicitud al IFE para ser inscritos en el padrón electoral, solicitud que se realizaría a través de correo certificado y una vez verificada la información enviada, el IFE elaboraría las listas nominales de los mexicanos residentes en el extranjero que solicitaron su inscripción, dichas listas estarían abiertas a ser conocidas por los partidos políticos para su debido conocimiento. Antes de mayo de 2006 el IFE debía haber enviado las boletas electorales para que a su vez los ciudadanos las enviaran, bajo su más estricta responsabilidad en un corto tiempo, de vuelta una vez ejercido el voto de acuerdo al instructivo anexo, dichas boletas tendrían como plazo para su recepción 24 horas antes del día de la elección. 12 Lo cierto es que, una vez iniciadas las labores para el envío de solicitudes, se pudo notar el poco interés de los mexicanos residentes en el extranjero para la realización de la misma pues se consideraba que el trámite resultaba demasiado complejo. De acuerdo con informes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, existen un número aproximado de 532 mexicanos en el Continente Africano, 4994 en Asia, 23937 en Europa y 585 en Oceanía, pero la cifra más relevante es la de más de 10 millones residentes en los EU y 36,000 en Canadá. Como vemos la cifra estimada de solicitudes sería más de 10 millones de los cuales sólo 40, 854 ejercieron efectivamente el voto a través del correo. Dicha cifra es por demás decepcionante para la amplia expectativa que se tenía con respecto a este ejercicio. ¿Qué lectura podemos dar ante estas cifras? ¿Será acaso qué el sistema empleado resultaba demasiado confuso para poder llevarse a cabo?, ¿quizás existe desinterés en los mexicanos residentes en el extranjero con respecto a las situaciones políticas del país?, ¿podría argumentarse tal vez que ninguno de los candidatos postulados convenció en definitiva al electorado fuera del país?, ¿faltaría la suficiente difusión? Respecto al sistema empleado podemos decir que ciertamente podía resultar un tanto complejo para llevarse a cabo pues requería dedicar cierto tiempo para realizar los envíos tanto de la solicitud y su documentación como de la boleta pero dicha complejidad en aras de lograr una mayor certeza en la elaboración del listado nominal. El mayor temor es siempre el mal uso de las listas nominales que se preste a situaciones fraudulentas en el momento de la elección, situación que se vivió en México durante mucho años; también se temía por la protección del envío de la boletas las cuales pudieran ser alteradas antes de la realización del conteo distrital. 13 Ciertamente las cifras mostraron apatía por parte de los mexicanos residentes en el extranjero respecto a la votación en México, situación justificable ya que como se señaló por diversos estudiosos del derecho, dichos ciudadanos se encuentran inmiscuidos en otra realidad política, económica y social en la cual tiene que luchar por su supervivencia, de tal forma, a pesar de mantenerse informados de las situaciones políticas de su país de origen, su principal preocupación se basa en las situación especifica del país de residencia. Esto ha sido plausible en las diversas marchas multitudinarias y plantones sostenidos por los latinos residente en los EU en contra de las políticas de inmigración tomadas por aquél país, a ellos les interesa su situación legal en aquél país, por tanto lo que pase en México les resulta indiferente ya que no les afecta directamente en su situación económica, política o social. El tema relativo a la difusión también resultó un factor en contra ya que si bien se realizó una fuerte campaña en medios de comunicación, apoyándose incluso en importantes figuras del mundo artístico nacional, no se logró el impacto necesario para convocar al electorado residente en el extranjero. Finalmente la votación de los mexicanos en el extranjero no fue el fiel de la balanza como se creyó, ni logró un cambio radical en la forma de realizar las elecciones, es más ni siquiera ha sido un punto de importancia en la crisis política que se vive actualmente en México después de las reñidas elecciones del pasado 2 de julio de 2006. Nuevamente estamos ante una reforma carente de sustento social y que sólo responde a intereses particulares ya sea de los partidos políticos o de determinadas organizaciones pero que no logra solucionar la emigración de mexicanos a los EU ni la correcta protección de sus derechos. 14 Bibliografía. ARELLANO GARCÍA, Carlos, Derecho Internacional Privado, Ed. Porrua, 12ª edición, México, 1998 CONTRERAS VACA, Francisco José, Derecho Internacional Privado Parte General, Ed. Harla 2ª edición, México, 1994. CUEVAS CANCINO, Francisco y otros. Manual de Derecho Internacional Privado, Ed. Porrua, 2ª edición, México, 1998 G. 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