“Sobre el aprovechamiento de registros administrativos en …

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Sobre el aprovechamiento de registros adm i­
nistrativos en la realización de Censos de
Población y Viviendas
Por Eduardo Teijeiro Alfonsín, Subdirector Adjunto de Censos y Estu­
dio Demográfico Longitudinal, INE
1. Introducción
La utilidad de los registros administrativos con fines estadísticos no es una e xcepción,
más bien todo lo contrario, cuando se considera en particular la operación estadística
de mayor envergadura: los Censos de Población y Viviendas.
Aunque todavía hay pocos países que realicen sus censos basándose exclusivamen­
te en combinar registros administrativos (lo que más adelante llamaré modelo nórdi­
co), su utilización con fines censales es claramente creciente y muchos países, inclu­
so aunque sigan aplicando censos clásicos (aún amplia mayoría), hacen algún uso de
sus registros, cada uno en la medida de sus posibilida des.
El objeto de esta comunicación es describir las tres maneras principales en que se
pueden utilizar los registros con fines censales.
En el epígrafe 2, se comienza por enumerar las ventajas y desventajas de usar infor­
mación administrativa en los censos, aunque la mayoría son aplicables casi por igual
a otras operaciones estadísticas.
A continuación, se citan los tres tipos principales de relación censos -registros y se
comparan entre sí, para terminar con un breve epígrafe de conclusiones.
2. Ventajas y desventajas de utilizar información administrativa en
los censos
Empecemos por los aspectos positivos:
v.1) Reducción de costes
El ejemplo más claro se da en los censos que, gracias a los registros, pueden
prescindir por completo de su característica operación exhaustiva de rec ogida, que
puede suponer entre un 75 y un 80% de su coste total. Sin llegar a ese extremo,
todo lo que sea dejar de preguntar determinada característica supone, a igualdad
de otros factores, cierto ahorro. El conocimiento previo de en qué viviendas hay
mayor probabilidad de encontrar algún residente (por haber alguien empadronado
en ellas) también permite cierta reducción de costes, al permitir métodos de envío
y/o recogida más eficientes.
v.2) Menos molestias para los ciudadanos
Una norma elemental de buena práctica administrativa es no pedir a los ciudada­
nos información que ya obra en poder de alguna Administración. Cuando la petición
1
es con fines estadísticos , ese principio es especialmente apl icable, dada la impor­
tancia que un buen estadístico siempre dará a minimizar, a igualdad de otros facto­
res, la carga del informante. La variable que se deja de preguntar porque se apro­
vecha de un registro puede ser sustituida por otra variable de interés que, en otro
caso, quedaría fuera de la encuesta; o bien, preguntar una variable menos, lo que
también incide en la ventaja anterior, la reducción de costes.
v.3) Disponibilidad continua de la información.
Los datos administrativos suelen estar disponibles con carácter continuo, no sólo
una vez cada diez años como en los censos clásicos. Por tanto, independientemen­
te de que en el momento censal pueda acometerse una combinación de registros
especialmente completa, al menos parte de esa información también puede difu n­
dirse con carácter anual o incluso inferior, lo que puede suponer una gran ventaja
para los usuarios.
En particular, desde el punto de vista de uno de los elementos más importantes de
infraestructura estadística, los directorios de personas y viviendas necesarios para
extraer las muestras de las encuestas dirigidas a hogares, se pueden mantener
más y mejor actualizados si están basados en una combinación de registros que si
lo están en un censo clásico.
v.4) Disponibilidad de información longitudinal o ‘de flujos’, además de la
transve rsal
Desde el punto de vista de la riqueza analítica para los usuarios, esta característica
de los censos basados en registros es especialmente relevante. En nuestro caso,
la acumulación de información con fines estadísticos sobre las mismas personas,
viviendas, etc. a lo largo del tiempo se va a articular alrededor del eje natural del
que ya disponemos, a saber el Padrón de Habitantes, y va a constituir un nuevo y
ambicioso proyecto del INE, denominado Estudio Demográfico Longitudinal
(EDL), que va a ser presentado expresamente en una ponencia de estas jornadas.
v.5) Mejoras metodológicas varias
Una información administrativa dada, aparte del caso extremo en que se pu ede dar
por fija y directamente mezclarla con el resto, puede ser util izada en un censo de
otras dos maneras:
? Como información previa pero susceptible de modificación al ser con­
trastada con la realidad (así se usaron, por ejemplo, los datos padrona les en
el Censo 2001).
? Como información auxiliar , que no sustituye la obtención de esa variable
sobre el terreno, pero que puede contribuir a aumentar su calidad.
En ambos casos, a pesar que no hay una sustitución directa de una variable a pre­
guntar en los cuestionarios por la c orrespondiente versión administrativa, la mejora
de la calidad en el dato censal puede ser muy importante.
Una fase censal que puede verse especialmente beneficiada es la de depur a­
ción/imputación. En efecto, en un censo que no disponga de información auxiliar
transversal, ni de información longitudinal previa, sólo es posible aplicar una dep u­
ración/imputación transversal, relacionando unas variables con otras, pero referidas
todas ellas al mismo momento censal.
2
En cambio, si se dispone de información de esas mismas unidades para m omentos
anteriores, además de esa depuración transversal, también es posible una depura­
ción longitudinal. De hecho, para ser exactos, de dos:
? La más obvia, prospectiva, es decir de atrás hacia delante. Por ejemplo,
si no se dispone de una información en 2011 pero sí para 2001, eso puede
permitir una imputación muy precisa.
? Una menos obvia pero que también será necesaria en algunos casos: lo
que puede denominarse retroimputación, es decir, imputar un valor pa­
sado (por ejemplo de 2001) a partir de uno posterior. Esto es especial­
mente necesario para garantizar una buena calidad en los datos de flujos.
Por poner un ejemplo sencillo, una persona puede pasar de soltero a no
soltero, pero no al revés. Imputar un valor pasado puede ser neces ario, por
tanto, cuando hay una incompatibilidad de este tipo y se decide que es más
fiable el dato mas reciente.1
Otro ejemplo de mejora metodológica posible a la acumulación de información: una
determinación más precisa de las cifras de población censales.
En un censo en que no se dispone de información previa de un RP, es especial­
mente difícil distinguir una vivienda no principal de una vivienda principal en que no
ha sido posible el contacto. También es muy difícil detectar cuándo una persona se
ha censado en más de una vivienda. Ambos errores, en un censo apoyado en un
RP, son bastante más fáciles de prevenir.
Pero es que incluso en los casos especialmente dudosos que sigan quedando, la
información de otros registros puede ayudar a decidirse en un sentido u otro. En el
Censo 2001, utilizamos un contraste previo con el Censo Electoral y un contraste
específico del DNI y de las tarjetas de residencia con los ficheros del Ministerio del
Interior como información auxiliar para decir los casos más dudosos. Eso quiere
decir que la decisión sobre contar o no a cada persona tuvo en cuenta, principal p e­
ro no exhaustivamente (también se hicieron contrastes con el Movimiento Natural
de la Población, por ejemplo, para no contar niños de menos ni defunciones de
más), cuatro informaciones relevantes: además de esas dos citadas, la información
procedente de la operación de recogida y la información padronal previa (las más
influyentes, claro está).
En cambio, en un censo clásico, la única información que se puede tener en cuenta
para determinar las cifras de población es la procedente de la recogida. El contras­
te, y por tanto previsiblemente también la diferencia en la precisión, es enorme. Y
en el Censo 2011 podrá haber más información auxiliar aún, en partic ular una es­
pecialmente útil: el estatus de cada persona en el censo 2001.
Pasemos ahora a los inconvenientes:
i.1) Posibles problemas de aceptación social
Si tuviese que citar un solo inconveniente, probablemente sería este, porque es
muy difícil de prevenir: una opinión pública contraria, convenientemente azuzada
1
Por ejemplo, porque el dato pasado hubiese sido imputado; detalle que conviene mantener registrado, por
tanto.
3
por algún elemento que sirva de espoleta y/o catalizador, puede echar abajo un
proyecto bien planificado en un abrir y cerrar de ojos.
Hay múltiples ejemplos pero, por citar uno especialmente relacionado con el tema
tratado, cabe recordar la polémica que se montó alrededor de los Censos de 1991,
por una supuesta intromisión en la intimidad, y que estuvo a punto de provocar su
fracaso. Variables como el número de retretes que tenía cada vivienda se convirti eron de la noche a la mañana en ejemplos perfectos de características íntimas don­
de las haya. Y todo por una mera confluencia de varios factores básicamente aje­
nos a aquella (y cualquier otra) operación censal: reciente intento de subir aprecia­
blemente los valores catastrales, lo que vino a de nominarse el ‘catastrazo’; el
‘1984’ de George Orwell, y su ‘Gran Hermano’, estaban de plena actualidad; alg u­
nos periodistas que vieron la oportunidad de montar una po lémica con tirón social,
de las que aumentan la audiencia, a la vez que pretendían dar a la ‘caduca’ Adm i­
nistración española una lección de supuesta modernidad y progresía; algunos pol íticos que se apuntaron enseguida a la polémica para no perder la oportunidad de
desgastar al Gobierno...
En el caso que nos ocupa, la combinación de datos de diversos registros adminis­
trativos, por mucho que sea perfectamente compatible con nuestra legislación en
materia estadística, y por mucho hincapié que se haga en la preservación del se­
creto estadístico, puede ser un caso sensible para los sectores de nuestra sociedad
que más valoran su intimidad. Afortunadamente, los Censos de 2001, en que ya se
usaron varios registros (Padrón, Catastro, Censo Electoral, DNIs...) para mejorar la
precisión de las cifras censales, constituyen una primera experiencia, y muy positi­
va, al respecto, al no haberse registrado ningún problema relevante de aceptación
social. A partir de ese terreno que, aun con cautela ya puede considerarse ‘con­
quistado’ a la opinión pública, habrá que seguir avanzando con cuidado.
i.2) Dependencia de las definiciones administrativas
Desde el punto de vista estrictamente estadístico, el principal riesgo de un registro
administrativo radica en que, al intentar medir situaciones sujetas a regulaciones
legales susceptibles de modificación, el concepto recogido en el registro puede
cambiar súbitamente sin que el estadístico pueda hacer nada al respecto. Además,
estos cambios pueden estar claramente definidos (en cuyo c aso, al menos es pos i­
ble intentar mantener la coherencia de la serie) o, lo que es mucho más peligroso,
deberse a cambios en el funcionamiento interno del registro que cualquier persona
que no conozca bien sus entresijos pasará totalmente por alto.
Y no es que los conceptos estadísticos no cambien nunca (el concepto de parado
de la EPA, por ejemplo, también lo ha hecho), pero al menos esos cambios se rea­
lizan de manera más controlada, intentado respetar en la medida de lo posible la
continuidad de las series, y siempre por motivos estrictamente estadístic os, relacio­
nados normalmente con una mayor armonización internacional o una mejor
aproximación a la realidad que se quiere medir.
i.3) Sesgos provocados por los derechos y deberes que confieren los regis­
tros
A nadie se le escapa que, en la medida que cada registro administrativo genera
una serie de derechos y deberes para cada ciudadano, la información que conti e­
nen en algunos casos (muy difíciles de cuantificar) no es la más veraz sino, más
4
bien, la que maximiza a nivel individual esa relación derechos/deberes 1. Por poner
un ejemplo directamente relacionado con las cifras de población, es conocido que,
en caso de duda y de poder escoger, algunas personas pueden tender a empadro­
narse en el sitio donde más les conviene en vez de en su ‘residencia habitual’, tal
como establece nítidamente la legislación padronal. Otros casos similares pueden
ser las personas apuntadas al INEM pero que no están buscando activamente tra­
bajo (no serían paradas, por tanto, para la EPA) o las que se afilian a la Seguridad
Social para conseguir algún beneficio pero sin que exista una actividad laboral real
(no serían consideradas ocupadas, por tanto, en ninguna estadística).
Claro está que estos sesgos hay que contrapesarlos con los errores de respuesta
que, obviamente, también presentan las encuestas, siendo a menudo muy difícil
valorar cuáles pueden ser mayores. Por ejemplo, en una encuesta en que se pre­
guntan los ingresos, ¿es razonable esperar que ingresos no declarados a Hacienda
puedan ser citados, en cambio, en la encuesta?; ¿o, más bien, los ingresos conoc i­
dos por Hacienda serán normalmente una cota superior de los que se recordarán y
reconocerán en una encuesta?.
Afortunadamente, no todos los casos son tan dudosos como ese. Por ejemplo, en
una información administrativa sobre defunciones, nacimientos, matrim onios, sepa­
raciones... el único error posible radicaría en que los datos identificativos (nombre,
apellidos, fecha de nacimiento, DNI...) no estuviesen exactamente igual que en
otros registros y que la diferencia fuese suficientemente grande como para ‘eng a­
ñar’ al algoritmo informático de case.
i.4) Identificar bien a las personas suele ser bastante complicado en la prácti­
ca
Con el anterior ejemplo, surge uno de los principales retos técnicos de la combina­
ción de registros, que no por conocido se puede dejar de mencionar expresamente:
aunque en teoría combinar registros debería ser muy fácil (bastaría con que exis­
tiese un identificador único para cada pe rsona y que se utilizase de manera
precisa en todas las relaciones de los ciudadanos con las Administraciones), la
práctica en el caso de nuestro país es, hoy por hoy, bastante más difícil:
?
No todos disponen de ese identific ador (por ejemplo, los niños)
?
El identificador no siempre es el mismo, sobre todo en el caso de los ex­
tranjeros: puede haberlos que figuren en un registro con un tipo de identifi­
cador (por ejemplo, un pasaporte de su país); en otro registro, con otro
identificador (la tarjeta de residencia); e, incluso, en un tercer registro, con
otro más (un DNI de su pa ís o, en caso de posterior nacionalización, un
DNI español); errores de transcripción y similares aparte, por supuesto.
?
Incluso centrándonos sólo en las personas con DNI, la situación dista mu­
cho aún de ser la óptima:
1
Es curioso lo que se dice a este respecto en un documento muy reciente sobre los registros nórdicos: Both
the citizens and the authorities in the Nordic countries have always shown high confidence in the accuracy of
register sources, which after all are the basis for many individual rights and duties. It is in the interest of the
individual to make sure that all the data within administrative register systems are indeed accurate. Entonces,
¿tendrá mucha razón de ser el prejuicio de que en los países mediterráneos somos especialmente ‘pícaros’?.
¿O más bien en los países nórdicos los registros también contendrán a veces ‘información de conveniencia’ y
lo que pasa es que o no se enteran o no quieren reconocerlo públicamente?.
5
o Los registros pueden contener DNIs erróneos para algunas perso­
nas. En esos casos, cruzar sólo con el DNI sería peor que incomple­
to: existirían muchas posibilidades de terminar casando dos perso­
nas que no tienen nada que ver entre sí.
o La informatización de los DNIs es relativamente reciente, por lo que
hay un colectivo de personas (los mayores de cierta edad, que, por
no estar obligados a renovarlo, pueden tener un DNI no informatiz ado) para los que no es posible contrastar la exactitud de su DNI.
Esperemos que la, al parecer ya inminente, puesta en marcha del DNI electrónico
contribuya a paliar algunas de estas deficiencias. En particular, sería muy conve­
niente que:
? El DNI se diese al nacer, como hacen en otros países.
? La sustitución del DNI actual por el electrónico se hiciese ‘en masa’ e inc lu­
yendo a las personas que no tienen obligación de renovarlo. Si, por el con­
trario, se terminase haciendo sólo a medida que cada persona tuviese que
renovarlo, el periodo que habrá que esperar hasta que un porcentaje apre­
ciable lo tuviese (que encima nunca sería la población total hasta que el úl­
timo de los mayores sin necesidad de renovarlo falleciese) sería muy largo,
perdiéndose un tiempo precioso para disfrutar de los beneficios que puede
aportar esta innovación.
? Se buscase una manera de identificar más unívocamente a cada extranjero
que reside en España, independientemente de que tenga permiso de res i­
dencia, sólo esté empadronado, etc.
A la espera de esas mejoras, actualmente no hay más remedio que completar y
complicar los algoritmos de identificación para que tengan en cuenta, además del
número identific ador (cuando existe), variables como el nombre, los apellidos, la f e­
cha de nacimiento, etc. Ello permite paliar algunos de los inconvenientes debidos a
la falta de idoneidad de los identificadores actuales, pero al precio de provocar pro­
blemas de otra índole, derivados de las maneras alternativas en que se pueden re­
gistrar algunas de esas variables (sobre todo el nombre) y de los errores que pue­
den presentar (todas ellas). Estas incidencias son mucho más frecuentes en las
personas extranjeras, justo donde el identificador es menos aprovechable, lo que
contribuye a que, en general, los problemas de case sean mucho mayores entre los
extranjeros que entre los españoles.
Cerrando este tema, que daría para completar por sí solo el resto de esta comuni­
cación, y antes de pasar ya a describir los distintos tipos de relación registros –
censos, se puede concluir que:
? Sería muy conveniente avanzar en la disponibilidad y utilización pre­
cisa de un identificador único y universal, extranjeros incluidos.
? Mientras tanto, para poder alcanzar magnitudes de error, tanto por cases
perdidos como por cases incorrectos, suficientemente pequeños, los algo­
ritmos de identificación deben seguir haciendo uso de otras variables
y ser muy finos.
6
3. Los tres tipos de censo basado en registros administrativos
Por orden decreciente de dependencia de los registros, son los s iguientes:
a) Censo basado exclusivamente en la combinación de registros administrativos,
al que llamaremos modelo nórdico
b) Combinación de registros administrativos y encuestas por muestreo: modelo
holandés o pseudocenso
c) Combinación de registros administrativos y una enumeración exhaustiva (mo­
delo mixto)
En la siguiente tabla se sintetizan los requisitos necesarios para la aplicación óptima
de cada uno de estos tipos de censo, sus rasgos distintivos y las ventajas de cada
uno en comparación con los otros dos:
7
M
o
d
e
l
o Requisitos para su Rasgos distintivos
aplicación
Nórdico
?
Toda la inform ación ?
censal debe poder
obtenerse combinan­
do regis tros
?
Los
recuentos
poblacionales proce­ ?
dentes del Regis tro
de Población (RP)
deben ser permane n­
temente fiables, sin
requerir ningún tipo
de
comprob ación
periódica, ni siquiera ?
decenal
‘Con mis registros tengo
suficiente’
Holandés
pseudocenso
o
‘Los registros no son
suficientes
pero
no
quiero/puedo/necesito
recurrir a una enumeración exhaustiva para
complementarlos’
?
La mayoría de la ?
información
censal
debe poder extraerse
de la combinación de
registros,
aunque
alguna variable cen­
sal puede no estar
disponible
?
Igual que en el
nórdico, los recue ntos ?
poblacionales proce­
dentes del RP deben
ser perm anentemente
fiables, sin requerir
ningún tipo de com­
probación periód ica,
ni siquiera decenal
?
Los
usuarios
no ?
demandan las varia­
bles no dispon ibles
en los regis tros con
un grado de detalle
muy alto, por lo que
es aceptable confo r­ ?
marse con sacarlas
de encues tas por
mues treo
Ventajas relativas
No
es
necesaria ?
ninguna
encues ta
complementaria,
ni
muestral ni exhaus tiva
Ahorro máximo de
costes, al no requerir
operación
comple­
mentaria, ni siquiera
mues tral
Los datos presentan ?
el detalle conceptual
y geográfico que
permitan los regis­
tros,
usualmente
altos
Posibilidad de sacar
datos con la period ici­
dad que se cons idere
óptima, incluso anual
o inferior
Se pueden obtener
datos para el periodo
intercensal
Algunas
variables ?
presentan
detalle
exhaus tivo y otras no.
Los cruces en que
haya al m enos una
variable no exhausti­
va requieren algún
tipo de elevación o
ajuste.
Las marginales de las
variables no exhaus­
tivas pueden diferir ?
de una tabla a otra,
dependiendo de las
otras variables que
interve ngan en el
cruce.
Ahorro importante de
cos tes, sobre todo si
se
aprovechan
encues tas
ya
existentes
(si
se
necesitan encues tas
nuevas, continuas y
de tam año grande, el
coste
total
puede
terminar
siendo
similar al del modelo
mixto)
Posibilidad de sacar
algun os datos en el
periodo
interce nsal,
sobre todo si las
encuestas son conti­
nuas
Poca flexibilidad para ?
atender
peticiones
cens ales no previstas
y ‘ajustadas’ expre­
s amente.
No necesita que el
sistema de regis tros
sea
tan
completo
como en el modelo
nórdico
Si las encuestas son
continuas, también se
pueden obtener datos
para el periodo inte r­
censal
8
M
o
d
e
l
o Requisitos para su Rasgos distintivos
aplicación
Mixto
‘Los registros no son
suficientes y compl emen­
tarlos con encuestas
muestrales no satisface
las
necesid ades
de
calidad y cantidad de
inform ación
de
los
usuarios’
?
No es necesario que ?
la mayoría de la
inform ación censal se
pueda extraer de la
combinación
de
registros, au nque un
RP (en nues tro caso,
el Padrón) sí que es
impres cindible
?
Alguna
variable
censal no está dispo­
nible en la com bin a­
ción de regis tros y los
usuarios no se co n- ?
forman con que se
complete por mues­
treo,
y/o
los
recuentos
poblacionales
procedentes del ?
RP requieren un
contraste perió­
dico con la reali­
dad, al menos
uno cada diez
años (en España
está incluso es­
tablecido por ley,
en el artículo 79
del Reglamento
de Población)
Ventajas relativas
La
enumeración ?
exhaustiva
com ple­
mentaria a los regis­
tros sirve para mej orar la precisión de los
recuentos, por un
lado, y para recabar
la inform ación no
dispon ible en los
regis tros con el máxi­ ?
mo
detalle
tanto
conceptual
como
geográfico, por otro
Es
posible
ir
incluyendo
nuevas
variables
censales,
ya sea adicionales o
en sustitución de
otras, sin el corsé de ?
que deban figurar en
algún regis tro
El
conocimiento
previ o
de
dónde ?
reside la mayoría de
las personas (gracias
al RP) permite usar
métodos de envío y
recogida más eficie n­
tes que en un censo
clás ico
Con un RP ya es
suficiente para poder
aplicarlo; es decir,
requiere que el siste­
ma de registros sea
menos completo aún
que el del modelo
holandés
No
es
necesario
poder suponer que los
recuentos pobl aciona­
les del RP se manti e­
nen indefin idamente
fiables a lo largo del
tiempo sin necesidad
de
com probación
periódica alguna
Permite la máxima
flexibilidad
en
la
determinación
del
contenido censal
Los resultados de
todas las variables
son
genuinamente
cens ales, es decir con
el máximo detalle,
tanto
conceptual
como
geográfico,
compatible con la
preservación
del
secreto estadístico
Además de España en 2001, otros países que han usado el modelo mixto en la última
ronda censal: Suiza, Bélgica, Eslovenia, Letonia.
A veces no es fácil clasificar algunos censos en sólo uno de esos tres tipos, por pre­
sentar rasgos de varios de ellos a la vez. Por ejemplo, el de Noruega 2000 quedó a
caballo entre el mixto y el nórdico, porque necesitó de una enumeración exhaustiva
para formar el Censo de Viviendas; el de 2010-2011, prevén que ya podrá ser nórdi­
co puro. Otro censo híbrido, esta vez entre el holandés y el mixto, es el que está pla­
neando Alemania para 2008: combinaría (aún no está totalmente confirmado) regis­
tros, encuestas por muestreo y una enumeración exhaustiva.
A continuación, un algoritmo de decisión básico para ayudar a fijar ideas sobre qué
tipo de censo es más aconsejable en cada caso:
9
¿Existe Registro de Población?:
NO: Censo clásico
SI:
¿Sus cifras son permanentemente fiables sin necesidad de
comprobación periódica?:
NO: Mixto
SI:
¿Toda la información se puede obtener de registros?
SI: Nórdico
NO:
Las variables censales que no están en los registros, ¿es posi ble y
dese a ble obtenerlas exhaustivamente?
SI: Mixto
NO: Holandés
4. Conclusiones
? El aprovechamiento estadístico de los registros administrativos es especialmen­
te útil en los Censos de Población y Vivie ndas.
? Eso no quiere decir que no haya que superar inconvenientes serios, quizá el
más importante el riesgo de que combinar registros pueda ser mal aceptado
socialmente.
? Hay tres tipos principales de censos basados en registros. Ninguno es mejor
siempre y en todo lugar que los demás, porque el censo óptimo es el que se
adapta mejor a las circunstancias de ese país y ese momento.
? En España, la intención de profundizar cada vez más en el apoyo de los censos
en información administrativa es totalmente coherente con la puesta en marcha
del Estudio Demográfico Longitudinal, por lo que cada progreso en uno de es­
tos proyectos repercutirá beneficiosamente en el otro y viceversa. Sólo así será
posible avanzar a un ritmo adecuado en ambos a la vez y que en el Censo
2011 se empiecen a notar claramente sus repercusiones positivas sobre la can­
tidad y calidad de la información censal.
? Para ello será imprescindible la colaboración de las Unidades Administrativas
encargadas de gestionar cada registro aprovechable con fines estadísticos.
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