Estómago e intestino centro de tu salud. Guía para la prevención y el bienestar gastrointestinal EN COLABORACIÓN CON Sociedad Italiana de Medicina General Apoteca Natura es una red de más de 500 farmacias que han optado por especializarse en la salud natural, escuchar y orientar a las personas en sus experiencias de automedicación para el mantenimiento, el apoyo y la optimización del equilibrio fisiológico a través de recomendaciones integrales. En colaboración con la SIMG (Sociedad Italiana de Medicina General), SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención primari) y otras entidades científicas, Apoteca Natura realiza campañas de sensibilización y ofrece Servicios Permanentes de Prevención sobre varios aspectos de la salud. www.apotecanatura.es Sociedad Italiana de Medicina General La Sociedad Italiana de Medicina General (SIMG) es una asociación autónoma e independiente fundada para promover, valorizar y apoyar la función profesional de los Médicos de medicina general, tanto en el ámbito de la sanidad italiana como en el de las organizaciones sanitarias europeas y extraeuropeas. La asociación, que se presenta a las instituciones públicas y privadas como punto de referencia científico-profesional para la medicina general, presta una atención especial a las actividades de formación, investigación y desarrollo profesional continuo. www.simg.it La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria SEMERGEN, está constituida como una Sociedad científica, profesional y reivindicativa que tiene por objeto fundamental la promoción de la Medicina General/de Familia, colaborando en la mejora de la asistencia a la población; perfeccionando la competencia profesional de los Médicos dedicados a la misma, fomentando la investigación, desarrollando la formación continuada y defendiendo los intereses éticos, profesionales y laborales de sus socios con arreglo a la legislación vigente y a los principios éticos. La información contenida en esta publicación es de carácter general y se proporciona con finalidades meramente divulgativas, por lo tanto en ningún caso puede sustituir la opinión del propio Médico. Fotografías: Photos.com 2 Introducción Dr. Giuseppe Ventriglia - Responsable Nacional Área de Formación SIMG El Servicio Permanente “Estómago e intestino centro de tu salud”, cuya finalidad es fomentar la prevención y el bienestar gastrointestinal, es desempeñado por Apoteca Natura en colaboración con la SIMG (Sociedad Italiana de Medicina General) y SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria). Concretamente, la colaboración entre Apoteca Natura y la SIMG tiene como objetivo el estudio y la experimentación de modelos de integración de la actividad del Farmacéutico con la del Médico de familia. Son muchas las situaciones en que, cuando se advierte un trastorno que en cierto modo resulta molesto, se considera posible afrontarlo sin consultar al propio Médico. Esto es totalmente correcto puesto que la automedicación es una práctica capaz de resolver una buena parte de los pequeños problemas de salud que diariamente afectan a muchas personas. Pero existen dos aspectos importantes a tener en cuenta para asegurar la máxima eficacia cuando se actúa de esta forma. El primero es que debe ser posible descubrir, además del trastorno principal del sujeto, otros posibles problemas –quizás infravalorados– que pueden constituir posibles “señales” de enfermedades más serias; se trata de situaciones que, aunque no sean muy frecuentes, deben comunicarse al Médico por razones de prudencia. El segundo concierne a la automedicación, que presupone que el ciudadano realice una elección acertada de las soluciones, y ello dependerá de que la interpretación del problema sea correcta. Todo ello no siempre es fácil, en parte por la cantidad de productos disponibles de venta libre y principalmente por el riesgo que conlleva una decisión basada en el boca a boca o en indicaciones de personas poco expertas o del todo inexpertas. Ello ha motivado la decisión de preparar con el Farmacéutico una serie de instrumentos informativos, de estudio y de profundización con la finalidad de aumentar aún más la eficacia de los consejos que el Farmacéutico da a las personas que depositan su confianza en él. De esta manera resultará más fácil servir de apoyo a las personas que tienen un pequeño problema de salud, ayudándolas a entender si puede ser conveniente el examen de un Médico o, como es más probable, si cada persona puede por sí misma comprender su problema, adquirir buenos hábitos de higiene de vida y elegir un buen producto, a ser posible natural, que a menudo constituye una respuesta eficaz a los numerosos y pequeños desequilibrios de nuestro Bienestar. 3 A qué nos referimos: dispepsia, estreñimiento, vientre hinchado Dr. Giuseppe Ventriglia - Responsable Nacional Área de Formación SIMG En esta publicación hablaremos de los trastornos más comunes que afectan al estómago y al intestino, indicando cuándo es necesario que intervenga el Médico y cuándo, en cambio, pueden gestionarse corrigiendo el estilo de vida y utilizando productos naturales. Analizaremos con detalle cada una de estas situaciones. LA DISPEPSIA: DOLOR DE ESTÓMAGO, ACIDEZ, HINCHAZÓN ABDOMINAL, DIGESTIÓN LENTA. Vamos a examinar brevemente los “problemas de estómago”, tan comunes que, según las estadísticas, casi todas las personas los sufren al menos una vez en la vida. Afortunadamente, solo para una minoría de estas personas la causa de sus problemas es una enfermedad grave. En todos los otros casos se habla de “dispepsia funcional”, es decir, de trastornos originados por numerosos motivos que de todas formas pueden considerarse “benignos” en cuanto no existe una enfermedad causal propiamente dicha. Entonces, ¿qué puede hacerse cuando aparecen problemas “de estómago”? ¿Cómo puede saberse qué producto es preferible tomar? ¿Cómo puede saberse si es necesario acudir a un Médico o por el contrario, como ocurre la mayoría de las veces, si es posible curarse por nuestra cuenta o con la ayuda del Farmacéutico? Tengamos presente que no existe un único síntoma que permita reconocer con exactitud la causa de una dispepsia, pero vale la pena recordar que algunos trastornos deben ser realmente tenidos en cuenta porque podrían estar correlacionados con una enfermedad seria. La comprensión de estos problemas puede abordarse, en nuestra opinión, en dos etapas. Primera etapa. Averiguar si existen trastornos que necesariamente requieran consultar al Médico. 4 Son aquellos que llamamos “señales de alerta” (Factores de Riesgo) y que se enumeran en la Tabla 1. Si un trastorno “de estómago” se manifiesta conjuntamente con una de estas “señales de alerta”, especialmente si sucede de forma continuada, no esporádica, conviene hablar con el Médico, quien evaluará el caso, estudiando entre otras cosas el historial clínico personal y familiar, y decidirá si debe administrarse un tratamiento o realizar exámenes específicos como análisis de laboratorio, ecografías, gastroscopias, radiografías, visitas a especialistas, etc. Recordemos, además, que los trastornos “dispépticos” deben ser especialmente tenidos en cuenta cuando aparecen por primera vez y duran mucho tiempo en individuos mayores de 45-50 años o si continúan varias semanas incluso después de haber seguido un tratamiento adecuado. Tabla 1: Paciente con dispepsia: trastornos que deben explicarse al Médico (“señales de alerta”) • Vómito persistente o con sangre, heces negras como el alquitrán o pérdidas de sangre roja en las heces, pérdida de peso inexplicable, dificultad persistente para deglutir, anemia, dolor en el pecho - haber sufrido anteriormente una úlcera gástrica u operación de estómago • Trastornos “digestivos” acompañados de coloración amarilla en los ojos (ictericia) Segunda etapa. Excluida la existencia de señales de alerta, trataremos de entender cuál es el origen de nuestra dispepsia. Para ello resulta útil saber cuál es el síntoma “que más trastorna”. En general, pueden presentarse tres situaciones distintas: • el síntoma que caracteriza nuestro trastorno es una sensación persistente de “dolor de estómago”; • los síntomas principales son eructación con sensación de acidez, ardor en el pecho o en la boca del estómago que sube hacia la garganta; • los síntomas principales son hinchazón de estómago, sensación de llenura desagradable, sensación de digestión lenta y difícil. El primer caso podría estar relacionado con acidez gástrica tipo gastritis o úlcera. En el segundo existe un reflujo de ácido desde el estómago hacia el esófago. El tercero refleja, en general, un trastorno de la motilidad del estómago. 5 Primer caso: cuando predomina el dolor Cuando los trastornos digestivos se presentan acompañados de dolor (“dolor de estómago”) intenso y persistente, que suele reaparecer tras la ingestión de un antiácido común, es posible que el origen sea una gastritis o una úlcera, cuyas causas pueden ser: infección bacteriana por Helicobacter pylori (80% de los casos) o abuso de fármacos antiinflamatorios (AINEs). En ambos casos la mucosidad que defiende de manera natural la pared interna del estómago disminuye, de forma que esta es “agredida” por el ácido presente en el estómago y se produce una inflamación (gastritis) o incluso auténticas lesiones (úlceras). En cambio, cuando el “dolor de estómago” se manifiesta con episodios fugaces o esporádicos, es posible que el daño que el ácido provoca en el estómago sea de carácter leve, muchas veces debido al uso puntual de un fármaco antiinflamatorio, el abuso de bebidas alcohólicas, comidas exageradas o el tabaco. ¿Cómo se puede tratar el “dolor de estómago”? Las formas graves de gastritis y de úlcera, que en general pueden confirmarse por medio de gastroscopia y un examen histológico, requieren un tratamiento farmacológico intenso con empleo de dos o tres antibióticos para combatir la infección por Helicobacter pylori (casi siempre presente) o bien de medicamentos que bloqueen la secreción de ácido gástrico (inhibidores de la bomba de protones). Para las formas comunes de dolor de estómago esporádico o de carácter leve, a menudo es suficiente seguir algunas reglas de “buena conducta” (ver pág.16) y el uso de productos, como algunos naturales, que protegen la mucosa interna del estómago y complementan la capacidad protectora natural de la mucosidad gástrica, evitando el uso continuado de medicamentos antiinflamatorios cuando no han sido específicamente indicados por el Médico. ¿Y si el dolor se extiende por todo el vientre? Atención: si el dolor es difuso y persistente, muchas veces acompañado de estreñimiento pertinaz o diarrea, o los dos trastornos alternados en el tiempo, ¡puede ser un caso de enfermedad intestinal! Por lo tanto esta es una “señal de alerta” que se debe explicar al Médico. Por último, existe un problema que afecta al dolor abdominal de manera importante: el colon irritable -anteriormente conocido como “colitis espástica” (ver Ficha 1)-, no por tratarse de una enfermedad “maligna”, sino por las continuas molestias que origina, incluso durante años, y por lo difícil que es encontrar un tratamiento verdaderamente resolutivo. 6 Ficha 1. Dolor, hinchazón, intestino irregular: ¿se trata de colon irritable? El colon irritable pertenece al grupo de los llamados “trastornos funcionales”, es decir, de aquellas enfermedades que provocan molestias y problemas que a veces pueden llegar a ser importantes, pero que no se reflejan en los resultados de las exploraciones instrumentales o de los análisis de laboratorio. Su diagnóstico se basa en trastornos explicados por los pacientes: dolor de barriga, alteraciones de la motilidad intestinal (estreñimiento, diarrea o su alternancia), hinchazón abdominal, a menudo asociados a distintas problemáticas de salud, como ansiedad, depresión, trastornos del sueño, dolores musculares difusos, dolor de cabeza crónico, etc. En realidad, la causa del colon irritable aún no se ha esclarecido del todo, pero se está apuntando hacia una particular sensibilidad intestinal, variaciones de la flora bacteriana, trastornos del humor, estrés, etc. Normalmente, para solucionar este problema se necesita una buena dosis de paciencia y distintos tratamientos, que se han de probar con cuidado para conocer su utilidad en un determinado paciente: suplementos de fibras (preferentemente los presentados en forma “líquida”, de fermentación lenta, que evitan síntomas como el dolor y la hinchazón) y laxantes osmóticos en caso de estreñimiento, loperamida, colestiramina o diosmectita en caso de diarrea, analgésicos o medicamentos anticolinérgicos para sedar el dolor abdominal. En algunos casos los probióticos (conocidos como fermentos lácticos) y los prebióticos pueden resultar útiles. En algunas ocasiones puede ser necesario intervenir también sobre trastornos de tipo ansioso y depresivo. Cuidado: el dolor, la hinchazón o el intestino irregular pueden ocultar un problema abdominal más serio, por ello, ¡si se trata de una novedad o si no se resuelven en pocos días con tratamientos adecuados es necesario consultar al Médico! 7 Segundo caso: individuo con “acidez”. ¿Se trata de un reflujo? Cuando se está ante una sensación de “ardor-acidez de estómago” los Médicos hablan de reflujo gastroesofágico. Este consiste en que parte del contenido del estómago sube hacia el esófago, un fenómeno que en realidad ocurre normalmente en todas las personas durante periodos breves de tiempo a lo largo de todo el día (sobre todo después de las comidas) y que generalmente no produce molestias. Aquellos que se lamentan de ardor y regurgitación ácida leves, cuando estas molestias aparecen esporádicamente, no de forma continua, es probable que no tengan nada verdaderamente serio y que no requieran tratamientos particulares. De todas maneras es fundamental llevar un estilo de vida correcto (ver pág. 16) y también puede tomarse un producto natural para aliviar las molestias, especialmente las sensaciones de ardor y acidez. Aquellos que, en cambio, sufren a menudo o de forma continua estas molestias, sobre todo cuando su intensidad es considerable, es posible que padezcan un auténtico estado de enfermedad, conocido como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que debe ser tratada por un médico. ¿Cómo se manifiesta el reflujo? Los síntomas más frecuentes y característicos de la enfermedad por reflujo son: 1) Sensación de “ardor” (denominada “pirosis”) en la parte anterior del tórax, que en ocasiones puede extenderse hasta la garganta, o en el dorso, en la zona entre las escápulas. 2) Regurgitación del contenido del estómago con sensación de sabor amargo o ácido. Estas molestias pueden aparecer en cualquier momento del día, pero son más frecuentes después de las comidas y cuando se está acostado. En algunos casos la enfermedad por reflujo puede originar síntomas “atípicos” (independientes de la digestión), por ejemplo dolor en el tórax, tos o ronquera persistentes, etc. ¿Cómo puede tratarse el reflujo? Algunos medicamentos, o en raras ocasiones una operación quirúrgica, alivian los síntomas y previenen o curan las lesiones del esófago. Los medicamentos pueden tomarse “según necesidad” (o sea, cuando se manifiestan los síntomas) o bien durante ciclos breves o en modo continuo, incluso durante mucho tiempo. Sin duda son siempre muy útiles determinadas recomendaciones sobre alimentación y hábitos cotidianos (ver pág. 16) que permiten reducir el reflujo de material ácido procedente del estómago. 8 En los casos más leves puede ser suficiente tomar productos, que pueden ser naturales, que protejan la frágil mucosa del esófago y contrarresten la acidez del material gástrico, reduciendo así la acción lesiva de los jugos gástricos que alcanzan el esófago. En los casos más intensos, en cambio, se requieren medicamentos muy potentes (llamados “inhibidores de la bomba de protones” o IBP) que bloqueen la producción de jugos ácidos en el estómago. Las dosis y duración de estos tratamientos deben establecerse de acuerdo con el Médico en función de los trastornos manifestados y los resultados obtenidos. ¿Es cierto que algunos medicamentos pueden provocar acidez de estómago? La tabla 2 enumera algunos medicamentos que pueden producir acidez. Cuando aparece acidez de estómago y se están tomando estos medicamentos hay que explicárselo al Médico, quien decidirá si seguir el tratamiento -quizás recetando productos que controlen el trastorno- o bien sustituir el medicamento que probablemente provoca el problema. Tabla 2: “Principales medicamentos que pueden provocar reflujo gastroesofágico” • Medicamentos antiinflamatorios denominados AINEs (de los que a menudo se abusa para tratar el dolor musculoesquelético) •Cortisónicos • Levodopa (fármaco antiparkinsoniano) • bifosfonatos (se administran para la osteoporosis) • Teofilina y derivados (antiasmáticos) • Antagonistas del calcio y betabloqueantes (se administran para problemas de corazón o hipertensión) • sales de hierro (antianémicos) y de potasio • nitroderivados (se administran para problemas de corazón) • anticolinérgicos Tercer caso: “tengo el estómago hinchado, digiero mal” La hinchazón abdominal sin dolor y síntomas de reflujo puede deberse a que los movimientos naturales que posibilitan el avance de los alimentos desde la boca hacia el estómago no sean regulares, originándose una desarmonía que provoca la sensación de digestión lenta y laboriosa. Muy a menudo este tipo de situación se debe a malos hábitos y a una alimentación no siempre correcta, que conviene modificar. ¿Se puede tratar la hinchazón de estómago? Si la sensación de estómago hinchado y de digestión lenta no está asociada a acidez o ardor intensos y persistentes, es posible intervenir con productos naturales como plantas con acción estomacal-digestiva y carminativa (ver pág. 20). Se deberían evitar, en cambio, los digestivos alcohólicos, generalmente “fuertes”, que a menudo se utilizan en estas situaciones. De todas formas es fundamental respetar una serie de reglas higiénicas y alimentarias (ver pág. 16). 9 EL ESTREÑIMIENTO Se habla de estreñimiento (o estipticidad o estipsis) cuando el tránsito intestinal se vuelve lento o cuando existe un problema de “expulsión”. En el primer caso las evacuaciones son poco frecuentes (menos de una vez cada dos días), no se siente la necesidad de defecar y las heces son generalmente pequeñas y duras. En el segundo caso el individuo percibe el estímulo, pero advierte una sensación de volumen, de obstáculo, de “tapón”, puede incluso ocurrir que la evacuación de las heces esté acompañada por un dolor en la zona anal que obstaculiza aún más la salida de estas. Causas del estreñimiento En general, el estreñimiento es provocado por una alteración del avance de las heces en el intestino, que puede deberse tanto a obstrucciones (estrechamientos del intestino o masas que obstaculizan el paso de las heces) como a una reducción de la motilidad sin presencia de lesiones (estreñimiento por tránsito lento). En otros caso, en cambio, el material fecal avanza regularmente a lo largo del colon pero existe una dificultad para su evacuación. Además, la permanencia prolongada de heces en el recto empeora la situación, porque se secan y endurecen cada vez más, llegando a irritar la mucosa, perjudicando la capacidad de coordinar la evacuación y originando de esta manera un círculo vicioso. Afortunadamente en la mayoría de los casos el estreñimiento no es debido a enfermedades graves, sino a hábitos incorrectos: por ejemplo el de reprimir repetida y voluntariamente el estímulo de evacuación, a veces porque “no es el momento”, pero muchas otras para evitar el dolor que se siente durante la evacuación por problemas como fisuras anales o hemorroides inflamadas. Pero es necesario recordar que en la mayor parte de los casos la causa principal es una alimentación incorrecta (demasiado pobre en agua y alimentos con alto contenido en fibras, por ejemplo cereales integrales, legumbres, fruta, verdura) o una vida demasiado sedentaria. Estreñimiento: ¿fenómeno siempre "benigno"? Como se ha visto, el estreñimiento normalmente es consecuencia de malos hábitos. En algunas ocasiones pueden aparecer “señales de alerta”, que es necesario reconocer y explicar lo antes 10 posible al Médico, ya que podrían indicar que el estreñimiento está relacionado con una enfermedad intestinal, puede que incluso grave, o del organismo en conjunto (ver tabla 3). Tabla 3: Estreñimiento: síntomas que requieren una visita al Médico (“señales de alerta”) •Sangre en las heces •Dolor abdominal importante y persistente •Sensación recurrente de necesidad de defecar no seguida de la evacuación de una cantidad significativa de heces (denominada tenesmo) •Alternancia de días de estreñimiento y de diarrea •Empeoramiento reciente de un estreñimiento preexistente invariable hasta la fecha o variaciones recientes de la forma habitual de defecar •Estreñimiento que continúa siendo persistente a pesar de un tratamiento adecuado •Astenia intensa, palidez cutánea, cabello frágil, anemia, fiebre persistente, náuseas, vómitos o anorexia, pérdida de peso injustificada, aumento de la cantidad y frecuencia de las orinas. El estreñimiento ocasional Por el contrario, no son preocupantes las variaciones ocasionales de la frecuencia de las evacuaciones, o del color o la consistencia de las heces; también es absolutamente normal la leve y pasajera “rampa en la barriga” que algunas veces se percibe antes de las evacuaciones, así como la necesidad de realizar en algunas ocasiones un pequeño esfuerzo para evacuar. Tampoco hay que preocuparse si el intestino pierde su regularidad en condiciones excepcionales, por ejemplo un viaje durante el cual se cambia la forma de comer o se está en ambientes en los que resulta difícil o desagradable evacuar. En estos casos el uso de plantas con una acción estimulante del tránsito intestinal y una dieta correcta, rica en fibras y agua, resuelven el problema. El estreñimiento persistente El caso es distinto cuando el tránsito intestinal es siempre lento, desde hace unas semanas, meses o años, sin variaciones y sin “señales de alerta”. Estas personas deben, ante todo, proponerse como objetivo lograr y mantener una regularidad de las evacuaciones mediante la corrección de los errores alimentarios: aumentar el consumo de alimentos integrales, fruta, verdura (también suplementos de fibras) y el agua que se bebe durante el día (2 litros como mínimo). En algunos casos pueden resultar útiles los productos que contienen plantas medicinales como el Sen y el zumo de Aloe, que estimulan la evacuación y ayudan a normalizar la función intestinal. Una vez resuelto el problema es conveniente reducir gradualmente su uso hasta su completa suspensión. En general, algunas semanas de un tratamiento de este tipo son suficientes para resolver una situación de tránsito intestinal lento. En caso contrario es necesario consultar al Médico, quien decidirá si se requieren controles o tratamientos particulares. De todas formas, es conveniente no utilizar de manera continuada estos productos, en la medida de lo posible, como única solución para mantener una buena regularidad intestinal. Recuerde: primero de todo hay que pensar en una abundante cantidad de agua, con consumo generoso de alimentos integrales y, si es posible, de suplementos de fibras. Por último, no debe desestimarse la posibilidad de que el estreñimiento se deba a un tratamiento en curso (ver Tabla 4), recetado por el Médico o administrado autónomamente (el denominado estreñimiento iatrogénico). En estos casos, si los medicamentos han sido recetados por el Médico, este decidirá si el tratamiento debe continuarse, modificarse o asociarse a productos que eliminen el estreñimiento. Tabla 4: Medicamentos que pueden provocar estreñimiento • Antiácidos (especialmente si contienen aluminio) •Betabloqueantes • Anticolinérgicos antihistamínicos • Antagonistas del calcio • Antidepresivos tricíclicos •Antidiarreicos • Antieméticos (ondansetrón, granisetrón, tropisetrón y dolasetrón) •Antiepilépticos •Antiparkinsonianos • Antiespásticos y antiespásticos genito-urinarios • Antitusígenos con codeína •Calcio •Clonidina •Colestiramina • Anticonceptivos orales •Diuréticos • Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) •Hierro • Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) •Opiáceos EL VIENTRE HINCHADO El volumen de gas presente en el tubo digestivo depende del equilibrio entre las causas de producción de gases (deglución, reacciones químicas en estómago e intestino, difusión, fermentación) y los mecanismos con que estos se eliminan (eructación, difusión a través de la pared de las vísceras huecas y la introducción en la sangre, consumo, flatulencia). Si los mecanismos de producción superan a los de eliminación aparece la hinchazón. Diferentes estudios han demostrado que la hinchazón que se percibe como una “sensación molesta” y la “hinchazón real" (la distensión abdominal que puede medirse, por ejemplo, con una cinta métrica) no siempre coinciden, ya que algunas personas manifiestan sentirse “hinchadas” cuando el contenido real de gases es completamente normal, y al contrario, puede existir un aumento real del contenido de gases en el estómago y en el intestino sin que esto se perciba como una molestia. La sensación de hinchado puede deberse a distintos factores, por ejemplo a un estado de ansiedad (que aumenta la percepción de todo aquello que “no va” incluso si se trata de una minucia), o a la incapacidad del intestino para soportar su contenido de gases sin dolor, etc. No siempre es fácil resolver este problema y comprender que se trata de un estado completamente benigno, aunque resulte molesto, o de un síntoma que acompaña a una enfermedad grave. A esta labor ayuda la detección de “señales de alerta” (ver Tabla 5), es decir, de otros posibles trastornos que si se presentan junto al síntoma “hinchazón” deben explicarse al Médico, puesto que podrían ser signos de una enfermedad. Tabla 5: ¿Cuáles son las “señales de alerta”? 1. Dolor abdominal recurrente o persistente 2. Sangre en las heces o heces negras (melena) 3. Diarrea persistente 4. Síntomas generales como pérdida de peso involuntaria, cansancio injustificado, palidez cutánea, falta de apetito, febrícula persistente 5. Hinchazón abdominal importante con vómito persistente o estreñimiento pertinaz Aparte de saber si existen o no enfermedades graves hay otra cuestión un poco más simple de resolver: entender si la hinchazón se debe o no a un problema “alto” (es decir, localizado en el estómago) o “bajo” (una hinchazón abdominal difusa de origen intestinal). Cuando la hinchazón es “alta” es posible que la sensación de “vientre hinchado” se deba más bien a un problema de mala digestión, o sea, a un trastorno de estómago con sensación de “digestión difícil y lenta”, de saciarse rápidamente, 12 13 incluso tras una comida no demasiado abundante, y de tener eructación. Pero atención: como se ha visto anteriormente, la eructación ocasional es muy normal después de las comidas, pues sirve para expulsar el aire que normalmente se traga cuando se ingieren alimentos sólidos o líquidos; puede, en cambio, resultar problemática si se presenta acompañada de una mala digestión o ardor-acidez, que son signos de una posible existencia de un reflujo ácido gastroesofágico. Cuando la hinchazón es “baja”, en cambio, el trastorno podría deberse a una mayor sensibilidad intestinal (como con el colon irritable), por lo que se siente el vientre hinchado sin que realmente hayan aumentado los gases intestinales; o bien estos en realidad han aumentado por una de las razones siguientes: 1. Ingestión excesiva de aire mientras se come, bebe, se mastica chicle o se chupan habitualmente caramelos duros. Una parte del aire que se traga de esta manera es expulsado con la eructación, otra parte (aproximadamente la mitad) pasa al estómago y después al intestino (para algunos individuos esta cantidad de aire es notable) y se elimina a través del recto. 2. Ingestión de medicamentos o sustancias que provocan la formación de gases. La producción de gases crece (con posible hinchazón abdominal) con el sorbitol y la fructosa -endulzantes que se añaden a algunos alimentos- (ver Tabla 6), aparte de la acarbosa (fármaco antidiabético) y la lactulosa (laxante). Tabla 7: Lista de alimentos según su capacidad para provocar gases intestinales* Capacidad elevada Capacidad intermedia Capacidad baja Alubias blancas Patatas Carne Coles de Bruselas Berenjenas Carne de aves Coliflor Cítricos Pescado Tupinambo Manzanas Huevos Cebolla Productos de pastelería Apio Pan Zanahoria Uva pasa Ciruela Plátano Albaricoque Germen de trigo * (de Ducrotté P. Abdominal bloating: an up-to-date. Gastroenterol Clin Biol. 2009 Oct;33(10-11 Suppl):F94-100) Tabla 6: Algunos alimentos comunes que contienen fructosa • Chocolate, turrón • Chicle • Bebidas azucaradas y aromatizadas • Coca cola, limonada • Zumos de fruta concentrados • Salsas tipo kétchup, salsa de tomate, mostaza; crema inglesa 3. Aumento de la ingesta de alimentos fermentables (ver Tabla 7) y variaciones de la flora intestinal. Es corriente que las personas que sufren hinchazón intestinal averigüen por su cuenta cuáles son los alimentos “culpables”. Por ello no es extraño que digan que toleran mejor el pan tostado y los grisines en lugar de pan fresco, o también las verduras cocidas y rehogadas, la fruta bien madura, el yogur natural, los quesos curados, etc. Quienes sufren estos problemas deberían tomar la pasta caliente (evitando las ensaladas de pasta fría) y, contrariamente a lo que normalmente se piensa, mejor “en su punto” que “pasada”. 14 15 Cómo mantener saludables el estómago y el intestino Dr. Giuseppe Ventriglia - Responsable Nacional Área Formación SIMG con la colaboración del Prof. Pier Luigi Rossi - Médico Especialista en Ciencias de la Alimentación ¿Problemas de estómago? Lo primero de todo: una alimentación sana y un estilo de vida adecuado Muchos libros, artículos y programas de televisión que tratan acerca de los trastornos del estómago dan muchos tipos de consejos, con largas listas de alimentos “sí” y “no”. Comencemos, por ejemplo, por el problema de la acidez. En realidad, los expertos en “buenas reglas alimentarias” aún no se han puesto totalmente de acuerdo sobre qué comportamientos son beneficiosos y cuáles perjudiciales en relación a la acidez. Pero existen una serie de recomendaciones que tradicionalmente han demostrado ser útiles para mejorar en general el buen funcionamiento del estómago: perder el peso excesivo, evitar comidas muy copiosas, especialmente por la noche poco antes de ir a dormir, evitar los alimentos que reducen la eficacia de la “válvula” entre el estómago y el esófago (chocolate, cebolla, menta), las bebidas alcohólicas, las grasas. Una recomendación sobre la que están de acuerdo gran parte de los expertos es la de eliminar los alimentos que para un determinado paciente crean problemas de estómago. Siempre resultan útiles, en estas circunstancias, las sustancias naturales (ver pág. 20), que como se ha visto antes, contribuyen a proteger el estómago frente a los daños que puede producir el ácido gástrico. En los casos en que el trastorno es más intenso o en que se sufre una enfermedad por reflujo gastroesofágico se administran medicamentos que bloquean la producción de ácido gástrico. Los más importantes son los Inhibidores de la bomba de protones (solicite la ficha técnica del medicamento a su farmacéutico). Son medicamentos que receta el Médico, pero también pueden comprarse sin receta: en estos casos, de todas formas, siempre conviene pedir consejo al Farmacéutico. ¿Y para el vientre hinchado? ¿Y para el exceso de gases intestinales? En estos casos es muy importante cumplir las reglas generales de la tabla 8, además algunas plantas medicinales han demostrado ser muy útiles, como se explica detalladamente en la pág. 20. Tabla 8: Recomendaciones higiénico-alimentarias para reducir el reflujo y mejorar la digestión Estilo de vida Alimentación •Reducir el exceso de peso: ¡el sobrepeso y la obesidad empeoran considerablemente el reflujo! • Excluir o reducir todo lo posible los alimentos que permanecen mucho tiempo en el estómago debido a su composición o a la forma de prepararlos (ver Tabla 9). • Levantar unos 20 cm la parte de la cabeza de la cama para reducir los reflujos nocturnos. • No comer demasiado rápido o fuera de horario; masticar bien los alimentos antes de tragarlos. • Dejar que pasen al menos dos horas desde la última comida antes de ponerse en posición horizontal o acostarse. • Evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas. • Realizar actividades relajantes y ligeras después de las comidas (caminar, leer, hablar, etc.), no realizar actividades físicas que supongan un esfuerzo intenso (por ej. body building). 16 • Cocinar de manera simple reduciendo los condimentos grasos (aceite, mantequilla, mayonesa..), evitar los fritos y algunos alimentos como el tomate, la cebolla, la menta, el chocolate, el té, los alimentos grasos y los picantes. Tratar de averiguar uno mismo qué alimentos empeoran la digestión o el reflujo ácido. • Evitar las comidas muy copiosas, sobre todo por la noche, y distribuir con regularidad las comidas durante el día; no acostarse antes de transcurrir tres horas después de haber comido. Tabla 9: Tiempo de permanencia de los alimentos en el estómago TIEMPO SUSTANCIAS ALIMENTICIAS Hasta 30 min. Glucosa, fructosa, miel, bebidas alcohólicas (todos en pequeñas cantidades). De 30 a 60 min. Té, café, mazada, leche desnatada, caldo pobre en grasa, bebidas azucaradas comercializadas. De 60 a 120 min. Leche, yogur, cacao, queso desnatada, pan blanco, huevos pasados por agua, puré de patatas, arroz seco, pescado hervido. De 120 a 180 min. Carne magra, legumbres verdes hervidas, zanahorias hervidas, patatas con piel y saladas, pasta hervida, revuelto de huevos, tortillas, plátanos, steak tartar. De 180 a 240 min. Pan negro, queso, fruta, legumbres al vapor o al horno, ensalada verde, gallina o pollo, carne de ternera y filete a la parrilla, patatas asadas, jamón, galletitas de mantequilla. De 240 a 360 min. Asados, pescado asado, bistec a la parrilla, guisantes, lentejas, judías blancas o verdes, salsa boloñesa, pasteles con mantequilla o crema. Aprox. 360 min. Tocino, salmón ahumado, atún en aceite, ensalada de pepino, pimientos, fritos (por ejemplo patatas fritas, chips), cerdo asado, chuletas de cerdo, setas. Hasta 480 min. Sardinas en aceite, oca asada, pies de cerdo, chucrut, algunas especies de col. (de Pitzalis G, Lucibello M. Il cibo: istruzioni per l’uso, Milán, F. Angeli Ed. 2002, modificada y ampliada por el prof. Rossi PL) ¿Qué se puede hacer si se tiene estreñimiento? En caso de estreñimiento ocasional, sin "señales de alerta", el uso esporádico de un producto que favorezca la evacuación (laxante) puede resolver el problema. En caso de estreñimiento crónico el objetivo es normalizar las evacuaciones y aliviar las posibles molestias, como el esfuerzo excesivo, la hinchazón abdominal y la sensación de evacuación rectal incompleta. El primer tratamiento, de importancia fundamental, consiste en aumentar el agua que se bebe (hasta unos 2-3 litros al día); generalmente también resulta útil aumentar la actividad física, pero es indispensable consumir más fibras alimenticias, ¡teniendo en cuenta que un aumento de fibras no acompañado de una ingestión adecuada de líquidos puede empeorar la situación! Se comienza consumiendo alimentos ricos en fibra (pan integral, legumbres, fruta y verdura) y si ello no basta (como ocurre a menudo, sobre todo con las personas ancianas) deben tomarse los “laxantes formadores de volumen”, que actúan aumentando el volumen de las heces. Estos contienen sustancias naturales o derivados semisintéticos y sintéticos. Entre las sustancias naturales cabe destacar algunas maltodextrinas resistentes que se obtienen del maíz y que no solo son útiles para el reequilibrio del tránsito intestinal, sino que además son muy tolerables. Muchas personas utilizan como emoliente fecal el aceite de parafina: se recuerda 18 que esta sustancia puede producir irritación en el recto y el ano y, si se usa mucho tiempo, reduce la absorción de algunas vitaminas. Los laxantes “osmóticos” actúan aumentando el agua que contiene el intestino. El citrato, el hidróxido y el sulfato de magnesio hacen las heces más líquidas y voluminosas. El uso frecuente de estos laxantes se desaconseja por el riesgo de acumulación de magnesio (se absorbe una pequeña cantidad de la dosis administrada), sobre todo en individuos con insuficiencia renal o en edad pediátrica. Forman parte de esta categoría la lactulosa (que generalmente produce un fuerte aumento de gases intestinales) y el polietilenglicol (PEG). Existen una infinidad de productos que estimulan el tránsito a base de plantas medicinales que contienen antraquinonas, que aumentan los movimientos intestinales y el agua contenida en el intestino. Hablaremos de ellos con detalle en la pág. 20. ¿Fibras o laxantes? Para regularizar un intestino perezoso no existe “lo mejor”: conviene aplicar estrategias basadas en el cumplimiento estricto de las reglas de “higiene intestinal” que anteriormente hemos mencionado, y ante todo seguir una dieta rica en alimentos integrales y agua. No hay que pensar que las fibras excluyen los laxantes ni viceversa, se trata de productos complementarios entre sí que contribuyen a alcanzar el mismo objetivo. ¿Heces pequeñas, secas, duras? Si esto ocurre conviene utilizar suplementos de fibras, eligiéndolos con criterio para evitar efectos colaterales desagradables (por ejemplo vientre hinchado). Para conocer muchos aspectos interesantes de las fibras alimenticias puede leerse el capítulo siguiente. ¿Se necesita restablecer o mantener la regularidad de las evacuaciones? En este caso hay que utilizar, con criterio, laxantes estimulantes, especialmente los que contienen Sen y zumo de Aloe. Un tratamiento de este tipo puede servir de ayuda a la mayoría de los individuos aquejados por este molesto problema. Una última cuestión. Las personas que están habituadas a tomar regularmente laxantes no deben suspenderlos de golpe, sino continuar tomándolos al mismo tiempo que se modifica la dieta e irlos reduciendo gradualmente. Para el vientre hinchado... Cuando el problema es el “vientre hinchado”, a menudo la causa es un exceso de gases. En estos casos resulta útil –como se ha visto anteriormente– masticar bien, deglutir con calma y consumir alimentos que tienen menos probabilidad de aumentar el contenido intestinal de gases. En cuanto a los medicamentos, como se ha dicho antes, no existen productos especialmente eficaces, excepto aquellos, evidentemente, para el tratamiento de enfermedades concretas. En cambio, pueden resultar muy útiles los productos naturales que se describen en el capítulo siguiente. Las plantas y las sustancias naturales para el bienestar gastrointestinal Redacción a cargo de Apoteca Natura Vamos a describir brevemente algunas de las plantas y sustancias naturales más interesantes y fiables que pueden resultar útiles para la acidez y el ardor de estómago, el tránsito intestinal lento, la dificultad de evacuación o la hinchazón abdominal. Para la acidez-ardor de estómago La mucosa gástrica, o sea, el revestimiento interno del estómago, está protegida de manera natural frente a los posibles daños del ácido que este contiene, gracias a la acción de la mucosidad producida por la mucosa gástrica, que contiene sustancias activas como los mucopolisacáridos y el bicarbonato. Pues bien, algunas plantas medicinales son muy ricas precisamente en polisacáridos con acción lenitiva y protectora (gel de Aloe, Malvavisco, Malva), razón por la cual, si se asocian a minerales como la Nahcolita y el Limestone, naturalmente ricos en bicarbonatos y carbonatos, forman una especie de “mucosidad protectora vegetal-mineral”, semejante a la que produce el estómago, que se adhiere a la mucosa gástrica, protegiéndola frente a fenómenos irritativos y el ardor sin alterar la acidez natural del estómago. Por otra parte, la cantidad de minerales (Nahcolita y Limestone) que es necesaria para ejercer la acción protectora anteriormente citada es más bien pequeña cuando estos se combinan con mucílagos vegetales. De esta manera se evitan los típicos problemas de reaparición de acidez y de ardor cuando se toma una gran cantidad de bicarbonato usándolo como antiácido. Además, la finalidad de la mucosidad vegetal-mineral no es neutralizar la acidez del estómago, sino proteger la mucosa gástrica y reducir los fenómenos irritativos y el ardor. Para las dificultades de evacuación y el tránsito intestinal lento La miel, conocida por sus propiedades saludables y curativas, para las antiguas poblaciones del Mediterráneo era una “sustancia medicamentosa fundamental”. Su valor era tal que se le atribuía un origen divino: se creía que la miel descendía del cielo y que las abejas la recogían para ofrecérsela a los hombres. Actualmente la miel es muy utilizada para trastornos de las vías aéreas altas, por ejemplo para la tos, pero antiguamente también se empleaba con finalidades laxantes. Su uso por vía rectal se remonta al 1500 a.C., por los egipcios, que utilizaban supositorios que contenían miel. La miel administrada por vía rectal, por ejemplo mediante un microenema, induce un estímulo no agresivo de activación de la defecación y si se complementa con una fracción de polisacáridos de Aloe y Malva, a la acción evacuante equilibrada se añade una acción protectora y lenitiva de la mucosa rectal, útil para contrarrestar las molestias, la irritación y la inflamación que acompañan el 20 estreñimiento caracterizado por dificultades de evacuación. Estas dos acciones -la evacuante equilibrada de la Miel y la protectora de la fracción de polisacáridos de Aloe y Malva- son particularmente importantes porque la mucosa rectal, de por sí muy delicada, en caso de estreñimiento, con el roce de las heces secas y duras, es propensa a irritaciones. Por lo tanto, estas sustancias naturales pueden ser una solución válida para la dificultad de evacuación caracterizada por una sensación de “tapón” acompañada de molestias e irritación. El Sen y el Aloe, plantas medicinales ricas en sustancias activas llamadas antraquinonas, resultan muy útiles para reequilibrar rápidamente las situaciones de tránsito intestinal lento. Del Sen se usan las hojas, del Aloe, en cambio, el zumo. Pero hay que prestar atención, se comercializan muchos productos “naturales”, incluso preparados “al momento” por quien los vende, cuyo contenido no se conoce del todo bien. Hay que leer con atención la etiqueta, pues es muy importante que los productos que contienen estas plantas siempre estén “titulados”, de tal manera que pueda saberse con seguridad la cantidad de sustancias activas que se toman. Esto significa, por un lado, que es necesario conocer con exactitud la composición del producto que se utiliza, por ejemplo escuchando las recomendaciones del Farmacéutico, y por otro que las dosis exactas deben establecerse individualmente teniendo cuidado con no provocar evacuaciones de heces líquidas. Los extractos de Sen y Aloe normalmente deben tomarse por la noche, para poder obtener el efecto deseado por la mañana al despertarse; se utilizan principalmente en caso de estreñimiento ocasional, o incluso en caso de estreñimiento persistente pero acompañados por una dieta apropiada rica en fibras y únicamente para superar un periodo excepcionalmente difícil. Si se cumplen las indicaciones de empleo y las dosis establecidas estas plantas son seguras y eficaces. En caso de estar tomando medicamentos, dado que pueden existir interacciones, siempre es recomendable escuchar la opinión del Médico o del Farmacéutico, quienes también pueden indicar en qué casos no deben utilizarse (por ejemplo con estreñimiento asociado a colon irritable). En cambio, cuando el tránsito intestinal lento dura cierto tiempo, es fundamental –como se ha visto antes– mejorar la dieta, complementándola con fibras (unos 20-30 gramos al día) y líquidos. En estos casos es indispensable consumir alimentos integrales, fruta, verdura y tomar fibras “funcionales” según necesidad. De estas recordamos las maltodextrinas resistentes que se obtienen del maíz y que no solo son útiles para el reequilibrio del tránsito intestinal, sino que además son muy tolerables. Gracias a su particular estructura química no dan problemas de hinchazón abdominal, a diferencia de muchas otras fibras alimenticias. 21 Para la hinchazón Cuando el problema es el “vientre hinchado” las plantas más importantes son las “carminativas”, un término antiguo que precisamente se utiliza para referirse a aquellas plantas, casi siempre ricas en aceites esenciales, que poseen la capacidad de reducir los gases intestinales y sobre todo las molestias asociadas a estos. De las más conocidas e importantes recordamos el Hinojo, la Menta piperita, el Comino, el Cilantro y la Alcaravea. A menudo se utiliza directamente su aceite esencial, en este caso es muy necesario que las formulaciones contengan las dosis precisas de estas plantas. Si la sensación de hinchazón está localizada principalmente en el estómago son particularmente eficaces los productos ricos en estas sustancias, cuyo efecto es bastante rápido, gracias al estímulo que provocan cuando entran en contacto con la mucosa del estómago. En cambio, si la hinchazón está localizada más bien en el intestino, quizás asociada a un aumento real de los gases contenidos, en este caso las plantas citadas anteriormente pueden combinarse con otras, por ejemplo el Jengibre, que favorezcan la motilidad del aparato digestivo y la reabsorción intestinal de gases. Encuesta sobre los Servicios Permanentes ¿Has utilizado alguno de los Servicios Permanentes de Prevencióm Apoteca Natura? Envíanos tu opinión a través de www.apotecanatura.es 22 23 ¿Por qué elegir una Farmacia Apoteca Natura? Apoteca Natura es una red de Farmacias que ha elegido especializarse en la salud natural, escuchar y guiar a las personas en su proceso de automedicación para el mantenimiento, apoyo y optimización del equilibrio fisiológico, gracias también al consejo integrado. Además, Apoteca Natura en colaboración con SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria) y SIMG (Sociedad Italiana de Medicina General), realiza campañas de sensibilización y ofrece Servicios Permanentes de Prevención relacionados con varios aspectos de la salud. ESAPOGASOPU-A Duerme bien, enciende tu vida Síguenos en www.apotecanatura.es