LOS CURSOS DE ACTUALIZACIÓN DENTRO DEL POSGRADO Octavio Carranza de Mendoza * Lourdes Contreras Zentella * Cuando el Sistema Educativo Nacional se plantea la idea de un posgrado que rebasa las fronteras de las Instituciones Educativas para conceptualizarse con un carácter global, se piensa en un modelo general que puede adaptarse a las particularidades de los diversos centros de formación. Este gran reto de homogeneizar conceptos y sistemas, tendría indudables ventajas, entre las que podemos citar las siguientes: manejo común de las características de cada nivel de estudios; equivalencia entre los diplomas y grados que se otorgan; requisitos de ingreso, permanencia y egreso similares. Por ello es importante adentrarse en el conocimiento de la problemática que presenta un proyecto de tal alcance y realizar el análisis de todos los aspectos realizados con estos estudios. En un esquema como el que se presenta, es necesario definir con claridad qué llamamos Posgrado y en qué niveles se conceptualiza, pues así se dan las condiciones para llevar a cabo una amplia discusión académica de la que podrían emanar las bases generales de un Sistema Nacional de Posgrado. La tarea que se presenta no es fácil a pesar de que se tiene mucho camino andado en la definición del Posgrado. Sin embargo, en cuanto a la definición y conceptualización de los niveles que lo conforman, poco o casi nada se ha avanzado, pues aún Facultades, Escuelas, Institutos y Centros de Investigación, ofrecen Posgrados que parten de ideas diferentes sobre los niveles. Para no ir muy lejos, en la propia UNAM se detectan notables diferencias al respecto entre los distintos Posgrados. Ante este reto, es imprescindible encontrar los puntos de convergencia para, a partir de los mismos, desarrollara definiciones generales sobre los niveles. Dada la magnitud del problema a resolver, en esta ponencia trataremos de aportar nuestra experiencia en este sentido analizando sólo uno de los niveles que nuestra Máxima casa de estudios considera como de Posgrado: los cursos de actualización. Dicho análisis se desarrollará a partir de los niveles siguientes: los aspectos normativos, los aspectos académicos y la forma como se implementan en la realidad educativa. A partir de ello, expondremos nuestra visión de cómo abordarlos en el esquema de un Sistema Nacional de Posgrado. * Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM 1. Normatividad El Reglamento General de Estudios de Posgrado de la UNAM, indica que los estudios de posgrado son aquellos posteriores a la licenciatura, y establece como uno de los propósitos, la actualización de los profesionales y del personal académico, ofreciendo a los mismos la oportunidad de renovar sus conocimientos en determinadas disciplinas y especialidades. En general, se establece que los requisitos de ingreso y egreso sean establecidos por las dependencias académicas, lo cual da una flexibilidad importante a este tipo de estudios, tanto en lo académico como en lo relacionado a la administración escolar. Es posible que a partir de esta flexibilidad normativa se originen las diferentes formas de actualización que al paso del tiempo se han ido traduciendo en proyectos que actualmente no forman parte del Posgrado. Las formas de actualización son: cursos de actualización de profesores (coordinados por la Dirección de Proyectos Académicos), y los cursos de Educación Continua (coordinados por la Secretaría General de la UNAM). En el primero de los casos, la actualización de profesores de bachillerato y licenciatura, se conceptualiza como elemento fundamental del proceso educativo por la posibilidad de que el profesor cuente con medios formales accesibles que le permitan estar al tanto de los desarrollos alcanzados en su área. Por otra parte, la Educación Continua, es un concepto de actualización que sin alejarse mucho del esquema original de los cursos de actualización de posgrado, ha impactado de forma importante en la vida académica de la Institución, ello da origen a un reconocimiento formar en 1986 cuando se integra la primera Comisión de Educación Continua con la participación de las distintas dependencias universitarias. Este hecho, desliga a la actualización del área de influencia del Posgrado, sobre todo si se toma en cuenta que uno de los objetivos de la Comisión, es el desarrollar la normatividad relacionada a estos cursos así como discutir sobre las principales definiciones académicas. Sin embargo, desde el punto de vista de los recursos presupuestales, la Educación Continua aún depende de las Divisiones de Estudios de Posgrado, siendo muy pocas dependencias las que cuentan con recursos específicos. En síntesis, podemos decir que la Educación Continua tiene como finalidad el facilitar la renovación del conocimiento entre quienes han concluido su educación profesional, con un sentido de adecuación a las transformaciones vertiginosas del mundo de las ciencias y el conocimiento. Actualmente, de las tres variantes de actualización expuestas, sólo la de posgrado presenta una reglamentación específica. II. Conceptos Académicos Las variantes descritas corresponden en esencia a un mismo espíritu; la actualización de conocimiento de los profesionales, ya sean éstos académicos o estén insertos en la práctica profesional. Para lograr los objetivos académicos de una actualización vista de esta manera, debería existir un programa de estudios lo bastante flexible para que el profesional pudiera actualizarse en áreas que efectivamente son dinámicas y cambiantes, y tener la opción de realizarla de manera secuencial. Se debería, asimismo, establecer una relación entre cursos y entre temas de cada curso desde un punto de vista de planeación curricular. También se debería establecer un procedimiento de integración que bien podría estar dado por la resolución de un problema de investigación. La actualización concebida así, debería ser vista como parte inseparable de los estudios de posgrado, sin embargo, la que se imparte actualmente presenta características que la desacreditan en la misma Legislación del Posgrado. Al respecto, se invalida la posibilidad de que los cursos de actualización puedan ser reconocidos curricularmente o con créditos dentro de una Especialización o una Maestría. III. Implementación en la realidad educativa En el proceso de la actualización, la Educación Continua ha cobrado especial importancia, al grado que en el informe del Rector correspondiente a 1987, de 21 dependencias que informaron sobre el particular, solamente dos se refirieron a cursos de actualización. Así, se evidencia que las Divisiones de Estudios de posgrado han abandonado el proyecto existente para este nivel de estudios. Tal vez una de las posibles causas sea que los demandantes dejaron de ser los profesores e investigadores de las distintas Universidades, los que requerían de una actualización de carácter formal la cual cabía muy bien en el espíritu del Posgrado. Este tipo de formación, de alguna manera fue suplida a través de la oferta nacional, siempre en aumento de Especializaciones, Maestrías y Doctorados. El hecho de que el demandante actual sea un profesional que no por fuerza se actualiza en su área (Arquitectos en Ecología, Médicos en Ciencias Sociales, etc.), implica un proceso de adecuación de la Universidad a los requerimientos de la sociedad y a las posibilidades de la misma Institución. Este proceso de adecuación está dado de forma general, por las características de la Educación Continua que a continuación se señalan: - En cuanto al espacio físico se reconoce cualquier espacio como lugar educativo. - En relación a la demanda social, la programación de los cursos responde a las expectativas de núcleos de la sociedad. - En cuanto a la continuidad del proceso educativo, siempre se contempla la opción de ingreso a un nuevo curso. - Otra característica es la flexibilidad de los requisitos de ingreso, priorizando la formación y no las características de quien se inscribe. Otro aspecto a considerar, por ser de interés para la institución, es el autofinanciamiento de este tipo de cursos, lo que da cierta autonomía a los encargados de llevarla a la práctica y se constituye en fuente de ingresos extraordinarios para la Universidad. El otro tipo de actualización, los cursos para profesores, poseen un criterio de ejecución que es el del servicio que la UNAM proporciona a sus docentes. En este sentido, es la propia Institución quien determina el tipo de cursos, el área de los mismos así como sus contenidos, en función de sus necesidades docentes. Esta conceptualización dista mucho de la del posgrado. IV. La inclusión de la actualización en un Sistema Nacional de Posgrado La riqueza de un programa de posgrado, radica en gran parte en su personal docente. Al respecto, los cursos de actualizaciones poseen una característica muy especial, y es que en razón a su corta duración, es posible contar con la presencia de los especialistas en el área (nacional y extranjera), lo que eleva el nivel de la discusión desde el punto de vista académico. Anualmente, la UNAM recibe la visita de más de mil profesores provenientes de 50 países. A estos cursos podrían asistir los alumnos de posgrado otorgándose el consecuente valor curricular y en créditos. Sin embargo, dado que las necesidades de formación de los posgraduados debe responder a la formación de especialistas capaces de comprender plenamente las necesidades continuas de innovación, identificarlas y contribuir a satisfacerlas y a que las tareas en que se requieren estos hoy en día incluyen la docencia universitaria, la investigación y el desarrollo tecnológico, no es posible que los objetivos de la actualización coincidan con los del posgrado. Por último, considerando que las necesidades de actualización han sido satisfechas por la Educación Continua y la actualización docente, es necesario desvincular esta actividad del posgrado para que el mismo se desarrolle exclusivamente en los ámbitos de las Especializaciones, Maestrías y Doctorados. En nuestro caso particular, y ya que existe una reglamentación vigente aprobada por el H. Consejo Universitario, presentaremos nuestras opiniones para que sean analizadas en el próximo Congreso Universitario.