Las Voces De Los Que Dejaron De Ser (Masacre De Las Bananeras Y Trojas De Cataca) Luis Herrera Escorcia 1 Copyright © 2016 por Luis Herrera Escorcia. Todos los derechos reservados. 2 Para mis padres: Carolina Escorcia y Nelson Herrera 3 “El destino es la vida de cada uno, la historia es la vida de todos nosotros. Quiero contar la historia sin perder de vista al ser...” Svetlana Alexievich “Me gusta que se equivoquen. En esto radica la superioridad del hombre sobre los demás organismos. Así llega uno a la verdad. Yo soy un hombre, y lo soy precisamente porque me equivoco. Nadie llega a una verdad sin haberse equivocado catorce veces, o ciento catorce, y esto es, acaso, un honor para el género humano.” Fiódor Dostoyevski 4 Prólogo «La Voz Que Da Paso A Los Coros» ¿De qué escribir? ¿De la vida o de la muerte? Escribo sobre ambas, juntas hacen parte de una misma catástrofe: “la guerra”. Esta, a su vez, hace parte del departamento del Magdalena como de todo el país colombiano; sus historias son ella de inicio a fin: “Vida y Muerte igual a Guerra”. La historia siempre habla del heroísmo de los combatientes del Ejército Nacional defendiendo al país, defendiendo la libertad; memoriza huelgas que terminan en masacres con un gran número de evidencias que más tarde son enterradas en el mar y después, descaradamente la misma historia la cataloga de ficción; o también describe excusas baratas de grupos armados en contra de la ley para masacrar y desplazar a humildes habitantes de sus lugares de origen. De esto siempre nos habla la historia, siempre del hecho o el suceso, pero jamás habla de las personas como personas, de las victimas del evento como justamente eso: “victimas”, de las almas inocentes cruelmente arrebatadas; pero principalmente de aquellos sobrevivientes al hecho de guerra, sobrevivientes al silenciamiento… Jamás. ¿De qué escribir? ¿De historia quizás? Dos líneas de tiempo muy distintas que se cruzan una y otra vez… La Masacre de las Bananeras más La Masacre y Desplazamiento de las Trojas de Cataca son ésas, esas dos líneas de tiempo, igual de desgarradoras, igual de reales. Si…También escribiré sobre historia, pero esa que debemos siempre tener en cuenta. Autor 5 LO QUE ESTÁ PLASMADO EN LA HISTÓRIA Masacre de las Bananeras La empresa norteamericana United Fruit Company (UFC), creada en Boston en 1899, había llegado a la zona bananera del Magdalena a comienzos del siglo XX. La mayoría de los trabajadores de sus plantaciones eran vinculados indirectamente por medio de contratistas, razón por la que nunca se pudo precisar su número exacto, pero se habla de una cifra que oscilaba entre 10.000 y 30.000. El 12 de noviembre de 1928, uno de los sindicatos que funcionaba en la región, lanzo la huelga para presionar la solución de un pliego de 9 puntos… Memoria De Una Epopeya, 2008 Masacre y Desplazamiento de las Trojas de Cataca La matanza de los ‘paras’ contra la población de la Ciénaga Grande de Santa Marta empezó a principios del año 2000 en Trojas de Cataca. El 10 de febrero de 2000 un grupo de 50 paramilitares llegaron por la tarde al pueblo. Días antes habían asesinado a 6 pescadores que estaban trabajando con sus atarrayas sobre la Ciénaga… La masacre provocó un éxodo masivo de los habitantes de Trojas de Cataca a Tasajera, Ciénaga, Pueblo Viejo y Fundación… VerdadAbierta.com, 2010 6 Muerte en Ciénaga …En consecuencia, a la 01:30a.m. del 06 de diciembre de 1928, el general Cortés Vargas, formó a la tropa delante de los trabajadores concentrados en Ciénaga. Luego de leer los respectivos decretos y de conminar a la multitud de retirarse, dio un plazo de 5 minutos que prolongó por uno más. Al concluir el tiempo, dijo ¡fuego! Después de que todo terminó Cortés sólo dijo: “era menester cumplir la ley, y se cumplió…” Memoria De Una Epopeya, 2008 Una década después Trojas de Cataca, uno de los 3 pueblos de pescadores que fueron desolados por la guerra. Una década después, los pocos que regresaron todavía recuerdan con miedo ese terrible año y los que se desplazaron no tienen la esperanza de volver. VerdadAbierta.com, 2010 7 I Coro De Voces «El Génesis, La Puerta Al Éxodo» 8 H ace mucho tiempo en el departamento del Magdalena quedaron plasmados en su historia varios sucesos terribles, de ellos puedo mencionar la Masacre de las Bananeras y el Desplazamiento de las Trojas de Cataca, tan distintos entre ambos, pero igualmente desgarradores, quedaron enmarcados fuertemente en mi memoria. La Huelga y Masacre de las Bananeras fue un genocidio de los trabajadores sindicalizados de la United Fruit Company que se produjo entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, en el departamento del Magdalena, Colombia. Se estima que a la 01:30 a.m. del 6 de diciembre fueron abatidos 1.800 trabajadores y 100 heridos fatales. Este suceso se dio por la exigencia de un pliego de 9 puntos que solicitaban el respeto de sus derechos. La Masacre y Desplazamiento de las Trojas de Cataca fue la matanza de las AUC contra la población de este pueblo ubicado en la Ciénaga Grande de Santa Marta el 10 de febrero de 2000. Esta masacre provocó un éxodo masivo de sus habitantes a Tasajera, Ciénaga, Pueblo Viejo y Fundación. Nadie se puede imaginar el dolor de esos terribles infiernos… Yo lo sé, lo viví… Estuve allí. Puedo recordarlo todo perfectamente: sobrevivientes destrozados, niños pensando por primera vez en la muerte, familias desoladas, cadáveres rodeando el lugar por todos lados o esos mismos arrastrados por canoas. Al recordar aquello, sólo escucho resonar en mis oídos cada una de las voces de las víctimas de esos sucesos de guerra… En estos momentos escucho con nostalgia la voz de ella…Ella que estuvo presente ese 10 de febrero del 2000. Decía: 9 Era solo una niña de seis años cuando ocurrió… [Calla un instante]… Pero puedo recordarlo todo… Como te decía solo era una niña de seis años, jugaba con mis primos y hermanas, era de tarde, cuando de repente mi hermana mayor corre hacia nuestra habitación; ella dice con voz asustada: “mamá, mamá ven y mira a unos hombres con la cara tapada” ella, mi hermana, tan solo tenía ocho años, yo salí detrás de mi mamá, entonces pude ver una canoa muy grande con hombres armados a bordo que atemorizaban hasta al más viejo del pueblo, en la proa de esa canoa, iba un hombre amarrado, tenía una mirada angustiante, quiso decirnos algo, pero esos sujetos no lo dejaron, yo en mi inocencia pregunté: ¿Qué pasa mamá?... Ella con temor me respondió: “nada hija, todo está bien”. Trojas de Cataca era un pueblo dedicado a la pesca, pequeño, armonioso, fiestero. Éramos felices. Vivíamos humildemente, pero nunca nos faltó nada gracias a mi padre que trabajaba a diario para darnos lo necesario. A mi corta vida en esos momentos, viéndolo desde ahora – ¿sabes? – me pegunto: ¿cómo pude soportar todo aquello?… Aún puedo recordar los pies blancos de los cuerpos sin vida de mis paisanos envueltos por sabanas… [Se detiene y suspira] Más tarde, ese día, 10 de febrero del 2000, exactamente a las 06:00 p.m. llegaron a mi casa 2 de esos tipos, fueron a dar una información, ellos dijeron: – Se realizará una reunión en la plaza del pueblo, pero que sólo deben asistir los hombres, las mujeres y los niños tienen que quedarse en casa –. Ninguno pudo negarse, el miedo controlaba nuestras vidas en esos momentos – Mi padre y todos los hombres del pueblo asistieron a esa reunión, las mujeres quedaron angustiadas pues pensaban que ya no verían a sus esposos, hijos o padres, además con el temor de quedarse en casa y que esos hombres procedieran a hacerles daño. El 11 de febrero del año 2000 en horas de la mañana, mi madre nos llama a mi hermana y a mí, fuimos nuevamente a casa, mamá sólo pensaba en mi papá, desde la noche anterior no sabíamos nada de él… Luego de unos minutos se escuchó una 10