Revista Electrónica Año 8 / Número 19 / 2015 TRATAMIENTO TRIBUTARIO APLICABLE A LOS GASTOS PREOPERATIVOS POR EXPANSIÓN DE ACTIVIDADES Luis Sambuceti Abogado Asociado del Estudio Pizarro, Botto, Escobar CET CENTRO DE ESTUDIOS TRIBUTARIOS Universidad de San Martín de Porres Facultad de Derecho CET REVISTA PERUANA DE DERECHO TRIBUTARIO, UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES TAX LAW REVIEW TRATAMIENTO TRIBUTARIO APLICABLE A LOS GASTOS PRE-OPERATIVOS POR EXPANSIÓN DE ACTIVIDADES Luis SAMBUCETI 1. INTRODUCCIÓN.La Comisión Económica para América Latina y el Caribe señaló que el Perú cerró el 2013 con un crecimiento económico de 5.2%, superando a Argentina, Chile, Colombia, Guyana, Haití, Nicaragua y el Uruguay, los cuales crecieron entre 4% y 5%. Si bien dicha tasa de crecimiento ha ido disminuyendo en relación a las cifras que arrojaron los ejercicios 2011 y 2012, resulta evidente que en las últimas décadas, el crecimiento del Perú ha alcanzado picos no previstos hace algunas décadas, lo cual obedece a una serie de políticas económicas implantadas, las cuales han ido paulatinamente atrayendo inversiones de distinta índole al país. Siendo ello así, la realidad de los últimos veinticinco años ha reflejado que, en general, las empresas que optaron inicialmente por colocar sus inversiones en el Perú han obtenido un rendimiento más que satisfactorio de las mismas, lo cual ha generado que, en la mayoría de casos, dichas empresas opten a su vez por reinvertir, expandir y/o ampliar sus actividades comerciales en el Perú a efectos de incrementar aún más los resultados previstos. En ese sentido, consideramos que dicho crecimiento debería seguir existiendo. Sin embargo, para que ello ocurra, será necesario que existan normas tributarias claras que permitan prever el impacto impositivo que pudiera tener la realización de una nueva inversión. Bajo este contexto, desde una perspectiva fiscal, surge la necesidad de esclarecer el correcto tratamiento tributario aplicable a las nuevas inversiones que realicen las empresas que, ya habiendo realizado inversiones en el Perú, opten por expandir sus actividades en dicho territorio. Así, el presente artículo tiene por objetivo dar revisión al marco legal tributario aplicable a los gastos pre-operativos por expansión de actividades, así como determinar cuál es el contenido de tal concepto a la luz de los distintos pronunciamientos del Tribunal Fiscal sobre la materia. 2. MARCO LEGAL APLICABLE.2.1 GASTOS PRE-OPERATIVOS: REGLAS GENERALES Abogado asociado en el Estudio Pizarro, Botto & Escobar. El inciso g) del artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta, cuyo Texto único Ordenado ha sido aprobado mediante Decreto Supremo No. 179-2004-EF, en adelante la Ley del Impuesto a la Renta, establece lo siguiente: “Artículo 37.- A fin de establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida por esta ley, en consecuencia son deducibles: (…) g) Los gastos de organización, los gastos preoperativos iniciales, los gastos preoperativos originados por la expansión de las actividades de la empresa y los intereses devengados durante el período preoperativo, a opción del contribuyente, podrán deducirse en el primer ejercicio o amortizarse proporcionalmente en el plazo máximo de diez (10) años. (…)” (subrayado nuestro) Por su parte, el inciso d) del artículo 21 del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado mediante Decreto Supremo No. 122-94-EF, dispone lo siguiente: “Artículo 21.- Para efecto de determinar la Renta Neta de Tercera Categoría, se aplicará las siguientes disposiciones: (…) d) La amortización a que se refiere el inciso g) del Artículo 37 de la Ley, se efectuará a partir del ejercicio en que se inicie la producción o explotación. Una vez fijado el plazo de amortización sólo podrá ser variado previa autorización de la SUNAT. El nuevo plazo se computará a partir del ejercicio gravable siguiente a aquél en que fuera presentada la solicitud por el contribuyente sin exceder en total el plazo máximo de diez años. Los intereses devengados durante el período pre-operativo comprenden tanto a los del período inicial como a los del período de expansión de las operaciones de la empresa. (…)” Así, a la luz de las normas citadas, se observa que todos aquellos gastos preoperativos iniciales, esto es, aquellos gastos previos a la puesta en marcha de un negocio determinado, no serían deducibles para efectos de la determinación del Impuesto a la Renta de tercera categoría en el ejercicio en el cual éstos se incurran sino que los mismos deberían diferirse y deducirse en a partir del ejercicio en el cual la empresa inicie sus actividades de producción y/o explotación. De este modo, la Ley del Impuesto a la Renta ha alienado el tratamiento legal tributario señalado anteriormente con los lineamientos esgrimidos en las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC), específicamente en lo referido al concepto de asociación entre ingresos y gastos. Al respecto, tal concepto se muestra en la NIC 1, el cual ha sido recogido por el Tribunal Fiscal en su Resolución No. 539-3-2005. Así, dicho tribunal señaló lo siguiente: “Que conforme a la Norma Internacional de Contabilidad (NIC) No. 1, reestructurada en el ejercicio 1997, vigente en los ejercicio acotados, referida a la presentación de los Estados Financieros, una empresa debe preparar sus estados financieros, entre otros, sobre la base contable de lo devengado, precisando que los gastos se reconocen en el estado de ganancias y pérdidas en base a una asociación directa entre los costos incurridos y las partidas específicas de ingresos obtenidos (concepto de asociación). De acuerdo con el mencionado concepto de asociación, para efecto de la aplicación del devengado es indispensable vincular directamente el ingreso que aparece en el estado de resultados con todos los gastos en los que se incurre para la generación de dicho ingreso, por existir una relación causa y efecto entre los ingresos y gastos.” De este modo, en la medida que los desembolsos y/o inversiones realizadas por una empresa determinada se encontrarían relacionados con ingresos obtenidos en ejercicios posteriores, corresponde que los gastos correspondientes a dichos desembolsos sean diferidos y deducidos, aún para efectos fiscales, en los ejercicios a partir de los cuales se inicien las operaciones de la empresa determinada. De este modo, se cumple con el principio de asociación de ingresos y gastos. Sin perjuicio de lo señalado en los párrafos precedentes, cabe preguntarse qué es lo que debe entenderse como un gasto pre-operativo, definición que no se ha contemplada en la Ley del Impuesto a la Renta ni en su reglamento. Sin embargo, respecto a la naturaleza de tales desembolsos, cabe citar lo señalado en la RTF No. 5349-3-2005 en la cual, citando a Leopold A. Bernstein, el Tribiunal Fiscal señaló que: “(…) representan gastos ya producidos que se retrasan al futuro porque está previsto que beneficien a futuros ingresos o por que representan una verdadera asignación de costes a operaciones futuras, agregando que, si un coste producido en un periodo va a beneficiar a uno o varios periodos futuros mediante una contribución a los ingresos o una reducción en los costes, ese coste debe diferirse hasta el correspondiente periodo futuro. Así pues, si una empresa incurre en costes sustanciales de puesta en marcha para hacer funcionar unas instalaciones nuevas, mejores o más eficientes, puede diferir esos costos y cargarlos (amortizarlos) a los periodos que previsiblemente se van a beneficiar de ellos” (subrayado nuestro) En esa misma línea, dado que no existe una definición de “gasto pre-operativo” en las normas tributarias, a la luz de lo señalado anteriormente, podríamos señalar que éstos corresponden a los desembolsos o compromisos económicos necesarios para poner en marcha un negocio desde su origen y hasta el inicio de las actividades productivas. No obstante ello, de la lectura de las normas citadas, el tratamiento tributario aplicable a los gastos pre-operativos no sólo se restringe aquellos gastos relacionados a la inversión inicial que realice una empresa destinados a la explotación de un negocio concreto, sino que, adicionalmente a ello, dicho tratamiento es aplicable también a aquellos gastos realizados por empresas que, habiendo iniciado sus actividades, optan por realizar nuevas inversiones a fin de expandir las actividades productivas y/ comerciales ya existentes, como puede ser el lanzamiento de una nueva línea de servicios, comercialización de una nueva línea de productos, etc. 2.2 GASTOS PRE-OPERATIVOS POR EXPANSIÓN DE ACTIVIDADES: Al igual que ocurre en el caso de la definición de los gastos pre-operativos, la Ley del Impuesto a la Renta ni su reglamento han definido qué es lo que debe entenderse por “expansión de actividades”, lo que ha conllevado al Tribunal Fiscal a esbozar ciertos lineamientos que coadyuven a calificar a una inversión determinada como tal. Al respecto, debemos señalar que, si bien el Tribunal Fiscal se ha pronunciado sobre el tema, tal como veremos más adelante, dicho órgano no ha establecido un criterio uniforme que permita fácilmente calificar una inversión determinada como una inversión destinada a expandir actividades. Naturalmente, lo anteriormente descrito ha generado cierta incertidumbre de parte de los contribuyentes quienes, ante un aparente desembolso destinado a expandir determinadas actividades, no se encuentran en la posibilidad de otorgar i) una correcta y certera calificación del referido desembolso y ii) consecuentemente, el correcto tratamiento tributario. Siendo ello así, ante una realidad de negocios compleja, surgen interrogantes, entre otras, como las siguientes: i) ¿la apertura de un nuevo local en provincia calificaría como una expansión de actividades?, ii) la ampliación de una oficina calificaría también como tal? iii) la creación de una nueva línea de productos o servicios constituyen gastos pre-operativos por expansión de actividades? o, iv) la deducción de los gastos con motivo de dichas inversiones se encuentra supeditada a la efectiva generación de ingresos? En primer lugar, es necesario determinar si es que la calificación de un gasto preoperativo por expansión de actividades se encuentra supeditada a que tal inversión se encuentre relacionada a una expansión de actividades distintas a las propias del giro de la empresa. Sobre el particular, el Tribunal Fiscal, a través de la Resolución No. 5242-1-2003 ha señalado lo siguiente: “(…) Que, sin embargo, los gastos en referencia constituyen gastos pre-operativos respecto de proyectos de construcción vinculados con su actividad gravada con el Impuesto General a las Ventas, como es la promoción de proyectos inmobiliarios, tales como abogados, arquitectos, investigaciones de mercado y movilidad; Que dada la naturaleza del objeto social de la recurrente en la que se involucra la constante investigación y búsqueda de nuevos proyectos de inversión inmobiliaria, los gastos incurridos en estas actividades constituyen gastos deducibles para efecto del Impuesto a la Renta; (…)” (subrayado nuestro) Como se puede observar, tal como se infiere de la citada resolución, es posible calificar un desembolso determinado como un gasto pre-operativo por expansión de actividades, aun cuando éste se encuentre destinado a desarrollar nuevos proyectos relacionados al giro de negocio de la empresa. Así, tal es el caso de las empresas inmobiliarias que incurren en ciertos gastos para la realización de nuevos proyectos inmobiliarios, siendo que éstos últimos continúan estando asociados al giro de negocio de la empresa. Por el contrario, de acuerdo al criterio esgrimido por el Tribunal Fiscal, no se requeriría que la inversión asociada al nuevo proyecto se encuentre relacionada a actividades que trasciendan al objeto social de la empresa. En tal sentido, conforme a lo señalado en el inciso g) del artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta, corresponde que tales gastos sean diferidos y deducidos en el ejercicio a partir del cual se inicien las operaciones que a su vez generen ingresos imputables al nuevo proyecto. Adicionalmente a ello, debemos señalar que el criterio señalado en la resolución citada ha sido reiterado en la Resolución No. 591-4-20081, en la cual el Tribunal Fiscal señaló lo siguiente: “(…) Los desembolsos realizados para efecto de Ia elaboración de las propuestas técnicas para la preclasificación como postor y para la propuesta como postor para licitación materia de análisis calificarían como gastos pre operativos por cuanto estos han sido incurridos a efecto de postular a una licitación y posteriormente, de obtenerse la buena pro, ejecutar la obra, siendo que los mismos se encuentran claramente vinculados con su actividad gravada.” (…)” Sin embargo, si bien de lo señalado anteriormente se desprende que los gastos de 1 Ese criterio también ha sido reiterado a través de la Resolución No. 10167-2-2007 a través de la cual SUNAT aceptó como gasto pre-operativo por expansión de actividades los gastos realizados por el contribuyente vinculado al registro de la marca Espuma Zebra en el exterior. Siendo ello así, bajo esa lógica, se podría advertir que el Tribunal Fiscal podría calificaría como gastos preoperativos por expansión de actividades a aquellos gastos que tengan por objeto a su vez expandir el mercado en el cual la empresa se desenvuelve. pre-operativos por expansión de actividades deben ser gastos asociados a un nuevo proyecto, cabe precisar que dicho nuevo proyecto no debe necesariamente estar relacionado a actividades que la empresa hubiere venido realizando con anterioridad, es decir, gastos propios de su giro de negocio. En efecto, si bien el Tribunal ha aceptado y calificado como gastos pre-operativos por expansión de actividades a desembolsos vinculados con nuevos proyectos propios del giro de negocio de una empresa determinada, naturalmente también es posible que tales nuevos proyectos supongan el inicio de actividades distintas a las previstas en el objeto social de dicha empresa. Al respecto, de acuerdo a lo señalado en la Resolución No. 3942-5-2010, el Tribunal Fiscal ha señalado que: “(…) Que la Administración observo que la recurrente adquirió vía un contrato de leasing una maquina sopladora modelo Blow 6 de Gerosa que sirve para soplar botellas de plástico para gaseosas, actividad no desarrollada por la empresa en el ejercicio 2001 y parte del 2002, entendiéndose que con esta adquisición estaría expandiendo sus actividades. (…) Que obra en autos copia de la Factura NO 001-021930 por la producción de soplado correspondiente al periodo de diciembre de 2002, con lo cual se acredita que es recién en dicho periodo que la recurrente inicia esta nueva línea de negocio. Que de lo expuesto se tiene que los gastos financieros generados en etapa preoperativa por la adquisición de la maquina sopladora Modelo Blow 6 de Gerosa fueron incurridos por la recurrente con la finalidad de expandir sus actividades económicas y debieron deducirse a partir del ejercicio en el que se inició la nueva actividad económica en un solo ejercicio o amortizarlos en un plazo de diez (10) anos a opción de la recurrente, lo cual no se hizo, en ese sentido, corresponde confirmar la apelada en este extremo”. En este orden de ideas, conforme se desprende de la las de las resoluciones citadas, se puede concluir que la calificación de un gasto como gasto pre-operativo por expansión de actividades dependerá si es que éste se encuentra relacionado con un nuevo proyecto de la empresa, ya sea que éste se encuentre relacionado a i) actividades propias del giro de negocio de ésta, es decir, actividades comprendidas dentro de su objeto social o ii) nuevas actividades que anteriormente no se encontraban comprendidas. Adicionalmente a ello, cabe resaltar que, conforme a lo señalado en el inciso d) del artículo 25 del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, el universo de gastos pre-operativos por actividades de expansión incluye los intereses provenientes del financiamiento, que, en el caso de la resolución citada, se pagaron con motivo de la adquisición de la máquina sopladora. En consecuencia, en el supuesto de bienes adquiridos mediante un financiamiento, la empresa adquiriente deberá registrar en su contabilidad, como costo del activo, el precio pagado por éste, siendo que los intereses derivados del financiamiento para tal adquisición deberán registrarse como un activo diferido, el cual sería amortizado (y enviado a gastos) a partir del ejercicio en el cual se ponga en marcha la nueva actividad económica. Hasta el momento, hemos mencionado algunos ejemplos evidentes de gastos preoperativos por actividades de expansión. No obstante ello, la realidad ha determinado que, en determinadas ocasiones nos encontremos en zonas grises que imposibilitarían al contribuyente a realizar la calificación del gasto con facilidad. Sobre el particular, cabe citar el caso a través de la cual el contribuyente decidió ampliar las oficinas donde éste operaba, lo cual indudablemente conllevaba al aumento de la capacidad de productiva de la empresa, dado que le permitía obtener y/ generar mayores ingresos futuros. Siendo ello así, aun cuando supuestamente dichos gastos estuvieran relacionados con tales ingresos futuros, surge la interrogante de si tales desembolsos/gastos (como podrían ser los intereses por el financiamiento de la construcción de la referida oficina así como los estudios arquitectónicos destinados a tal fin) califican como un gasto pre-operativo por expansión de actividades. Al respecto, a través de la Resolución No. 5355-1-2002, el Tribunal Fiscal señaló lo siguiente: (…) Que debe precisarse que el gasto reparado no está destinado a la expansión de las actividades de la empresa sino a la ampliación de las áreas de la oficina, tal como lo reconoce la propia Administración en el Informe General de Fiscalización, en consecuencia no resulta aplicable el tratamiento aplicable a los gastos de organización y pre-operativos originados por la expansión de actividades de la empresa previsto en el inciso d) del artículo 21 del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta (…)” En el presente caso, si bien la ampliación de la oficina aumentaría eventualmente la capacidad productiva de la empresa y ello se traduciría en mayores ingresos futuros, tal ampliación no conllevaría a que las actividades de la misma se expandan. Es decir, la obra no se encuentra relacionada a una diversificación de las actividades de la empresa2 (desarrollo de nuevos productos o servicios) ni en la planificación de nuevos proyectos 3 , así como en la búsqueda de nuevos mercados4. De lo contrario, en caso se hubiera calificado el gasto por la ampliación de la oficina a que se refiere la RTF No. 5355-1-2002, inmediatamente debería determinarse a 2 Criterio adoptado en la RTF No. 4971-1-2006. 3 Criterio adoptado en la RTF No. 0591-4-2008. 4 Criterio adoptado en la RTF No. 10167-2-2007. partir de qué ejercicio deberían amortizarse tales gastos, lo cual, consideramos, sería imposible de determinar con precisión. Del mismo modo, a propósito de determinados gastos que en su oportunidad fueron calificados por los contribuyentes como gastos pre-operativos por expansión de actividades y luego rechazados por el Tribunal Fiscal como tales, cabe citar lo señalado en la RTF No. 9518-2-2004, en la cual se señaló lo siguiente: “Por otro lado, conforme a los incisos a) y b) del artículo 6 de la Ley Orgánica que norma las actividades de Hidrocarburos en el territorio nacional, el objeto social de la empresa, entre otros, es promover la inversión en actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, negociar, supervisar los contratos que establezca, así como los convenios de evaluación técnica, y en la información difundida por la recurrente, se señala la organización de un Banco de Datos, dotado de la más alta tecnología, ya está sirviendo como un instrumento de atracción para potenciales contratistas, en especial en el extranjero, lo que evidencia que el Banco de Datos ayuda cumplir su objetos social: promover la inversión en las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, no existiendo pues una nueva actividad, diferente, de distinta naturaleza y características a la ya existente, careciendo de sustento lo alegado por la recurrente en este extremo. Además cabe señalar que si bien la recurrente con la base de datos puede obtener ingresos, pues como sostiene al suministrar la información contenida en el Banco de Datos a los usuarios interesados recibe a cambio el pago de una retribución, éstos constituyen ingresos adicionales que no desnaturalizan su finalidad de promover la inversión en las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, En consecuencia la organización y administración de un sistema de base de datos técnicos para hidrocarburos no crea una actividad diferente a la ya existente, por lo tanto si no hay expansión de actividades no pueden existir gastos pre-operativos.” Al igual que en el caso anterior, en el presente caso no cabe hablar de un gasto pre-operativo por expansión de actividades, en la medida que dicha base de datos no se encuentra relacionada a un nuevo proyecto de la empresa o a una nueva actividad, siendo que el sistema de base de datos tiene como única finalidad atraer inversiones. Ahora bien, cabe notar que la citada resolución bajo comentario, si bien no determina precisamente qué es lo que debe entenderse por un gastos preoperativo por expansión de actividades, sí señala que, para que se de tal supuesto, el gasto debe responder a ”una nueva actividad, diferente, de distinta naturaleza y características a la ya existente”. Sin perjuicio de lo señalado en el párrafo precedente, consideramos que, a fin de mantener cierta coherencia en relación a las resoluciones citadas con anterioridad, cuando el tribunal señala que los gastos deben responder a una nueva actividad, si bien esta actividad puede ser distinta a la prevista en el objeto social de la empresa, ello no necesariamente debe ser así. En ese sentido, la nueva actividad puede responder a un nuevo proyecto del mismo rubro, como puede ser el caso de la explotación de un nuevo yacimiento (en el caso de empresas mineras) o la exportación de colchones (en el caso de empresas vendedoras de colchones en el mercado local)5. 3. SOBRE EL EJERCICIO A PARTIR DEL CUAL SE INICIA LA AMORTIZACIÓN DE LOS GASTOS PRE-OPERATIVOS: Tal como se señala en la Ley del Impuesto a la Renta y su reglamento, los gastos pre-operativos por expansión de actividades deben amortizarse a partir del ejercicio en que se inicie la producción o explotación. No obstante ello, cabe precisar qué es lo que debe entenderse como “primer ejercicio”. Sobre el particular, el Informe SUNAT No. 062-2009-SUNAT ha señalado lo siguiente: “Como se aprecia, la legislación que regula el impuesto a la Renta autoriza a los contribuyentes perceptores de rentas de tercera categoría a deducir los gastos de organización y los gastos pre-operativos en un ejercicio gravable o en un plazo máximo de diez años. En el primer caso, según se desprende del tenor de la norma, la deducción de los gastos de organización y los gastos pre-operativos debe efectuarse en el primer ejercicio, el cual no puede ser otro que el ejercicio en que se inicie la producción o explotación pues el legislador ha interpretado el adjetivo “primer”6 Bajo este contexto, cuando la norma hace referencia al término primer ejercicio, debe entenderse que la deducción de tales gastos no deberá efectuarse en el ejercicio en que estos se incurra, sino a partir del ejercicio en que se inicie la explotación la nueva actividad. En efecto, una interpretación como la descrita en el párrafo precedente no tendría sentido, dado que el objeto de la norma es diferir los gastos hasta el inicio de la producción y/o explotación de la nueva actividad, momento en que se generan los ingresos relacionados a tales gastos. 4. PROYECTOS TRUNCOS: En relación a este punto, cabe precisar que la deducción del gasto por la amortización de los gastos pre-operativos (incluyendo tanto a los generados por el inicio de actividades así como por la expansión de las mismas) no está condicionada a la efectiva generación del ingreso. Al respecto, el Tribunal Fiscal en la Resolución No. 4971 ha señalado lo siguiente: "El inciso g) del artículo 37° de Ley del Impuesto a la Renta permite la deducción de gastos de investigación, desarrollo o pre-operativos vinculados con la expansión 5 Criterio adoptado en la RTF No. V 6 Según el Diccionario de la Real Academia Española, primero (equivale al adjetivo “primer”) se dice de “una persona o una cosa: Que precede a las demás de su especie en orden, tiempo, lugar, situación, clase o jerarquía” (http:www.rae.es/) de las actividades de las empresas, es decir, que tienen por objeto lograr un nuevo producto o servicio, los cuales resultan necesarios para determinar si la inversión será adecuada o favorable para sus intereses, pero no condiciona tal deducción a la efectiva generación de esos ingresos, pues lo relevante es su potencialidad para generar beneficios futuros en el entendido que la inversión puede no ser exitosa".(subrayado nuestro) Por tanto, en caso un proyecto determinado deviniera en un proyecto trunco, el gasto pre-operativo deberá reflejarse en los resultados de la empresa a partir del ejercicio en que se abandona el referido proyecto, puesto que es en ese momento en donde se tiene certeza que el mismo no será realizado. 5. CONCLUSIONES: De lo señalado anteriormente, podemos concluir lo siguiente: 1. Actualmente no existe un concepto claro y uniforme en relación a lo que debe entenderse por i) gasto pre-operativo así como ii) una actividad de expansión, razón por la cual se hace necesario recurrir a los distintos pronunciamientos sobre la materia expedidos por el Tribunal Fiscal. 2. Así, dicho Tribunal ha señalado que la expansión de actividades alude al desarrollo de un nuevo proyecto, el cual puede estar vinculado a actividades propias del giro de negocio de la empresa o a nuevas actividades, como sería el caso de los gastos relacionados a la elaboración de una propuesta como postor en una licitación o los gastos realizados por una empresa a fin de desarrollar un nuevo producto para la venta en el extranjero. 3. De otro lado, existen gastos que, si bien se encuentran relacionados con la obtención de ingresos presentes y futuros como es el caso de los gastos relacionados a la ampliación de las oficinas así como la adquisición de la base de datos para la atracción de inversiones, dichos gastos, por su propia naturaleza, no acarrean en estricto una expansión de actividades, ya que no aluden a una actividad diferente, de distinta naturaleza y características a la ya existente. 4. En relación al ejercicio en que los gastos pre-operativos pueden ser deducidos, debemos entender que, cuando las normas hacen alusión al primer ejercicio, éstas se refieren al ejercicio a partir del cual se inicia la explotación del nuevo proyecto o actividad y no el ejercicio en el cual la empresa que realiza el gasto incurre en él. 5. Finalmente, respecto al tratamiento de los proyectos truncos, conforme ha sido señalado por el Tribunal Fiscal en reiteradas resoluciones, la deducción de los gastos por concepto de la amortización de gastos pre-operativos no se encuentra supeditada a la generación de ingresos, pudiendo deducirse éstos a partir del ejercicio en el cual la empresa toma la decisión de abandonar el nuevo proyecto o la nueva actividad a ser desarrollada.