En salud, el Presidente Santos sigue los pasos de Richard Nixon

Anuncio
En salud, el Presidente Santos sigue los pasos de Richard Nixon
Bernardo Useche
Las medidas anunciadas por el Presidente Santos y su Ministro Santamaría el pasado 12 de
agosto no resolverán los problemas estructurales del actual sistema de salud originado en
la Ley 100 de 1993. Ni mucho menos constituyen la solución a la profunda crisis de la
salud en Colombia. Las recientes declaraciones del gobierno fueron hechas en medio de
una retórica plena de frases calculadas sobre la salud como un derecho, el acceso
universal a los servicios, la unificación del plan de beneficios, la autonomía de los médicos,
la prevención y la promoción de la salud y el fortalecimiento de la red pública
hospitalaria. Sin embargo, el contenido de la restructuración, hasta ahora apenas
esbozado por el alto gobierno permite predecir que no es verdad tanta belleza
prometida.
En primer lugar y el ministro lo había expresado tajantemente en una entrevista con
Yamid Amat el pasado 10 de julio: no habrá una reforma estructural del sistema de salud
pues según el gobierno, tal tipo de reforma supuestamente ya se hizo con la Ley 1438 de
enero de 2011 y ahora solo hace falta expedir algunos decretos reglamentarios. Es decir,
las actuales medidas son apenas un desarrollo de dicha ley la cual no difiere en lo
fundamental de la Ley 100. En particular, la figura principal de la ley 100, la introducción
del sistema de aseguramiento y con él la intermediación financiera de las EPS se mantiene
como el pilar del sistema de salud. No en vano, en la misma entrevista el ministro también
afirmó que ni siquiera se piensa discutir un modelo de pagador único (sin intermediarios)
pues este modelo es para el gobierno cosa del pasado. Así las cosas, el que se reduzca el
número de EPS de las 72 existentes actualmente a 20 o menos, simplemente significa que
unas pocas EPS concentrarán todos los afiliados y su negocio les será todavía más
lucrativo.
De lo que se trata no es de corregir los problemas de fondo del sistema de salud vigente
sino de refinar el modelo de intermediación financiera. Con los cambios puestos en
marcha por el gobierno, las EPS quedan claramente definidas como compañías
aseguradoras que se dedican a obtener utilidades sin aportar nada a la salud de sus
afiliados a no ser por la llamada “gestión del riesgo”, un concepto que no es necesario en
un sistema de salud si de verdad se fuera a dar cubrimiento a “todos los colombianos…no
importa que enfermedad tengan” como afirmara el Presidente. El que en adelante las EPS
vayan a ser vigiladas por la Superintendencia Financiera solo confirma su naturaleza
económica.
En segundo lugar, el Presidente Santos al igual que lo hiciera Richard Nixon en 1971 con el
equivalente de las EPS en los Estados Unidos, las HMO (Health Maintenance
Organizations), ha anunciado una nueva estrategia nacional de salud que asigna al Estado
el papel de promotor oficial y garante de la intermediación o manejo gerencial de los
servicios de salud por las EPS, intermediación que es la principal causa principal de todos
los males que aquejan la atención de la salud de los colombianos. Que las medidas
anunciadas en Colombia apuntan a garantizarle a las EPS que continuarán recibiendo su
parte del negocio y a que por ejemplo, no vuelvan a repetirse represamientos en el pago
de los 240 mil millones de pesos de las cuentas por recobros que envían mensualmente
las EPS al Fosyga; lo evidencia la celeridad y entusiasmo con que la asociación de las EPS,
ACEMI celebró las iniciativas del gobierno.
Cuarenta años después de puesta en marcha por el Presidente Nixon la política de salud
basada en la intermediación financiera en los Estados Unidos, los resultados no pueden
ser más aleccionadores: en el país más poderoso del planeta, cincuenta millones de
personas no cuentan con servicios de salud porque no pueden pagar los altísimos costos
de afiliación a un seguro. Por supuesto, lo anunciado por el Presidente Santos no es
calcado totalmente de la política de Nixon pero los principios que guían las políticas de
salud en los dos países son los mismos. La verdadera reforma que requiere el sistema de
salud en Colombia implica la eliminación de la intermediación ociosa de las EPS.
Descargar