www.diariolaley.es Año XXXIV • Número 8128 • Miércoles, 17 de julio de 2013 WOLTERS KLUWER ESPAÑA, S.A. no se identifica necesariamente con las opiniones y criterios vertidos en los trabajos publicados. Doctrina Doctrina Tribuna La solución europea a las obras huérfanas Copia privada e ilustración en la enseñanza Gestión colectiva en la administración de derechos exclusivos 8 13 19 DOCTRINA LA LEY 4398/2013 Doctrina judicial en torno a las diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual F. Javier GARCÍA SANZ Carles VENDRELL CERVANTES sumario n Doctrina judicial en torno a las diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual F. Javier GARCÍA SANZ y Carles VENDRELL CERVANTES 1 La solución europea a las obras huérfanas: la Directiva 2012/28/UE Patricia RIERA BARSALLO 8 Copia privada e ilustración en la enseñanza: aislándonos de Europa en perjuicio de ciudadanos, autores y editores Javier DÍAZ DE OLARTE 13 Abogados. Uría Menéndez El objeto de este trabajo es destacar cuál ha sido el recorrido efectivo que, hasta la fecha, han tenido las diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual en los procesos judiciales tramitados en España. I. INTRODUCCIÓN Q uien se haya enfrentado a la tarea de interponer procedimientos civiles en materia de propiedad intelectual habrá podido comprobar que, en muchas ocasiones, la correcta determinación de elementos esenciales del proceso se convierte en una tarea especialmente complicada. En concreto y como ejemplos más significativos, la precisa identificación de los sujetos contra los que se ha de dirigir la acción constituye en no pocos casos un ejercicio particularmente complejo, que además puede significar la desestimación de la pretensión en caso de que no se realice correctamente. Asimismo, la exigencia de que en las reclamaciones económicas se fije el concreto importe reclamado o, al menos, las bases para su cálculo —derivada de lo dispuesto en el art. 219 LEC—, impone al demandante una tarea inicial de precisión cuantitativa, para la que muchas veces le faltarán los datos necesarios. A solventar este tipo de dificultades atiende la regulación de las diligencias preliminares en el proceso civil, cuya finalidad general es proporcionar al actor medios previos al inicio del procedimiento para que pueda constituir correctamente la relación jurídico-procesal (1). En materia de propiedad intelectual, las diligencias preliminares presentan algunas especialidades motivadas, en esencia, por su particular naturaleza y por la necesidad de adaptar la regulación interna a la armonización comunitaria en el ámbito de las acciones de defensa de los derechos de propiedad intelectual e industrial. Esas particularidades se concretan en la previsión de dos diligencias preliminares específicas, que son las recogidas en los apartados 7.º y 8.º del art. 256.1 LEC, ambos introducidos por el apartado uno del art. primero de la Ley 19/2006, de 5 de junio, por la que se amplían los medios de tutela de los derechos de propiedad intelectual e industrial y se establecen normas procesales para facilitar la aplicación de diversos reglamentos comunitarios (2). A raíz de la publicación de esta última Ley, surgieron diversas aportaciones doctrinales que analizaron, con particular exhaustividad, la entonces nueva normativa (3). Pero hoy en día, transcurridos siete años desde su entrada en vigor, puede completarse este análisis con la experiencia que proporciona la doctrina judicial dictada. A esta labor se dedica este trabajo, que pretende destacar cuál ha sido el recorrido efectivo que, hasta la fecha, han tenido las diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual los procesos judiciales tramitados en España. II. LAS DILIGENCIAS PRELIMINARES EN MATERIA DE PROPIEDAD INTELECTUAL: CONTENIDO Y ALCANCE EN LA REGULACIÓN LEGAL Como se acaba de apuntar, la Ley 19/2006 introdujo en la LEC dos diligencias preliminares específicas en materia de Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es Doctrina n Tribuna Gestión colectiva en la administración de derechos exclusivos: especial referencia a la solución nórdica respecto a la digitalización masiva desarrollada por bibliotecas, hemerotecas, fonotecas o archivos y a la solución inglesa respecto a la gestión de los resúmenes de prensa Susana CHECA PRIETO 3652K22805 19 2 17 de julio de 2013 www.diariolaley.es OPINIÓN L a modificación del régimen de diligencias preliminares en la Ley de Enjuiciamiento Civil por medio de la Ley 19/2006 significó una apuesta inequívoca del legislador para erigir a esta institución procesal en un instrumento adecuado para la defensa de los derechos de propiedad intelectual y cumplir así el mandato normativo de protección de la Directiva 2004/48/ CE. Transcurridos siete años desde la entrada en vigor de esa reforma, nuestra práctica judicial cuenta con un bagaje suficiente para medir su eficacia práctica e identificar, con cierta seguridad, sus presupuestos básicos. De este modo, del análisis de las resoluciones dictadas en la materia, se desprende que las diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual constituyen un remedio procesal esencialmente dirigido a obtener los medios de información necesarios para cuantificar el alcance económico de la pretensión indemnizatoria o compensatoria del titular de derechos; lo que resulta coherente con el propósito normativo de que, en este ámbito particular, las diligencias preliminares desarrollen funciones adicionales a las que tradicionalmente ha cumplido este instrumento procesal, y que incluso se proyectan en el ámbito probatorio. Con todo, la limitación de su ámbito objetivo de aplicación a las infracciones que se cometen «mediante actos desarrollados a escala comercial», así como el carácter cerrado de la lista de medidas a disposición de los titulares de derechos y legitimados para su defensa constituyen restricciones evidentes a su alcance y desarrollo prácticos. propiedad intelectual (y también de propiedad industrial). En ambos casos, su aplicación se ciñe a supuestos en los que se pretenda ejercitar una acción por infracción de un derecho de propiedad intelectual cometida «mediante actos desarrollados a escala comercial». La primera de esas medidas es la prevista en el art. 256.1.7.º LEC. Su objeto es la «obtención de datos sobre el origen y redes de distribución de las mercancías o servicios que infringen un derecho de propiedad intelectual» y consiste en el interrogatorio de las personas a las que se refiere el precepto (4) o en el requerimiento de exhibición de aquellos documentos sobre los que verse el interrogatorio, en relación con determinados datos fijados en el precepto (5). Se trata, pues, de una diligencia fundamentalmente orientada a la determinación de los sujetos infractores, de la existencia y número de los productos o servicios infractores o del precio aplicado en su comercialización. Por su parte, el art. 256.1.8.º LEC ampara la solicitud de exhibición de los «documentos bancarios, financieros, comerciales o aduaneros, producidos en un determinado tiempo y que se presuman en poder de quien sería demandado como responsable». Su finalidad es, por tanto y esencialmente, facilitar la fijación del importe económico de la pretensión indemnizatoria o compensatoria derivada de la infracción de derechos; lo que resulta especialmente relevante en atención a lo dispuesto en el art. 219.1 LEC que obliga, en las demandas de reclamación de cantidad, a la cuantificación exacta de su importe o a la fijación de las bases con arreglo a las cuales se deba practicar la liquidación, mediante una pura operación aritmética (6). Como puede observarse, estas dos concretas diligencias preliminares no resuelven todos los potenciales problemas que podrían presentarse a la hora de interponer correctamente pretensiones fundamentadas en la normativa de propiedad intelectual. De entrada, la limitación del ámbito objetivo a las infracciones cometidas «mediante actos desarrollados a escala comercial» excluye las conductas que no se realizan «para obtener beneficios económicos o comerciales directos o indirectos (7)», esto es, los supuestos en que falte el ánimo de lucro en la actividad infractora (vid. infra III [3]). Se limita asimismo la acción preparada por las diligencias a los supuestos en los que pueda existir una «infracción», con lo que se excluiría la preparación de acciones que no tienen como presupuesto jurídico-material la infracción de derechos de autor o derechos de propiedad intelectual (p. ej., la pretensión de reconocimiento de la autoría o las pretensiones contractuales para exigir la remuneración pactada) (8). Por otro lado, el propio contenido de las diligencias queda circunscrito a los concretos actos de interrogatorio o exhibición a los que se refieren expresamente los preceptos indicados. mente deducirse de deberes de colaboración e información previstos en la ley, citando a tal efecto, como ejemplo, los que figuraban impuestos «a los deudores del canon por copia privada frente a las entidades de gestión, acreedores de este derecho de crédito, al amparo del art. 25.21 TRLPI» (11). El carácter de numerus clausus ha sido también citado en resoluciones judiciales para negar que en nuestro Derecho los prestadores de acceso a internet tengan, fuera de los supuestos con cobertura legal expresa, una obligación general de comunicar los datos personales de que dispongan y que pudieran ser necesarios para interponer una demanda civil por infracción de derechos de autor (12). La legitimación activa para solicitar diligencias preliminares corresponde al sujeto que estará a su vez legitimado para ejercitar la acción que se prepara mediante la diligencia preliminar Podría así plantearse si las acciones en materia de propiedad intelectual podrían prepararse con otras diligencias distintas a las previstas en esos preceptos y, en caso afirmativo, con qué alcance. La respuesta dada por la doctrina judicial puede resumirse en torno a los siguientes parámetros: a) Las acciones fundamentadas en la normativa de propiedad intelectual no solo pueden prepararse con las concretas diligencias reseñadas en los apartados 7.º y 8.º del art. 256.1 LEC, sino también, en la medida que resulten útiles, con las previstas con carácter general para todo tipo de procesos en el resto de apartados del mismo precepto. Pueden citarse, especialmente, las previstas en el apartado 1.º (declaración bajo juramento o promesa o exhibición documental sobre hechos relativos a la propia capacidad, representación o legitimación) y en el apartado 2.º (solicitud de exhibición de la cosa a la que se haya de referir el juicio). b) No caben, sin embargo, diligencias preliminares distintas de las previstas estrictamente en la ley, que tienen por tanto carácter de numerus clausus (9). Se parte, pues, del principio general de que es la propia parte la que ha de obtener los elementos necesarios para articular su demanda, principio que solo se excepciona en los supuestos expresamente previstos en la Ley (10). Este principio ha sido, sin embargo, matizado por alguna resolución, para considerar que cabrían no solo las diligencias preliminares expresamente enumeradas en la Ley de Enjuiciamiento Civil o en leyes especiales, sino también las que pudieran implícita- c) Respecto a la posibilidad de una interpretación extensiva de las diligencias preliminares previstas en la norma, junto a resoluciones que abogan por una interpretación estricta, priman las que conceden un cierto grado de flexibilidad, pero nunca hasta el punto de forzar o desconocer la letra de la Ley (13). En concreto y en lo referente a las diligencias preliminares específicas en materia de propiedad intelectual, la práctica judicial disponible se ha mostrado reticente a extenderlas a supuestos distintos de los razonablemente encuadrables en el texto de la norma. Como ejemplo, el AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 26 de abril de 2010 (14) consideró que no quedaba comprendida en el art. 256.1.7.º LEC la diligencia consistente en que una discoteca proporcionase al amparo del precepto datos como la «fecha desde la que se viene explotando la discoteca, superficie de la misma y documentación sobre licencia de apertura, inicio y cese en la actividad, planos del local, escritura o documentos en los que conste la superficie del local», por cuanto «ni la diligencias solicitadas están dirigidas a determinar la persona del demandado, ni los datos que se solicitan están referidos a mercancías o servicios propiamente dichos» y «no puede decirse con carácter general que lo que solicita la parte actora pueda incluirse claramente en el concepto de «obtención de datos sobre el origen y redes de distribución» de mercancías o servicios» (15). III. CRITERIOS FIJADOS POR LA DOCTRINA JUDICIAL El desarrollo de una doctrina judicial amplia y uniforme en este ámbito se ve condicionado por el sistema de recursos en sede de diligencias pre- 17 de julio de 2013 3 www.diariolaley.es liminares. De acuerdo con el art. 258 LEC, el juez, tras un análisis de la petición sin audiencia del demandado, resolverá mediante auto, que solo será recurrible si las diligencias son denegadas. A su vez, cuando se acuerdan las diligencias y conforme al art. 260 LEC, una vez formulada oposición por el demandado y tras la celebración de vista, el juez resuelve mediante auto, que solo es recurrible en apelación si el juzgado considera justificada la oposición. De tal forma que lo habitual es que solo exista un auto del juzgado que resuelva cuestiones controvertidas si las diligencias son inicialmente denegadas o si hay oposición del demandado. Y la cuestión solo tiene acceso a la Audiencia Provincial en caso de que las diligencias sean denegadas por el juzgado, ya sea de forma inicial o después de que el demandado haya formulado oposición. Además tratándose de una materia en la que las resoluciones adoptan forma de auto, no cabe con carácter general el recurso ante el Tribunal Supremo. No obstante este marco, en la práctica judicial disponible es posible advertir algunos criterios interpretativos que resultan de utilidad. 1. Competencia La regulación de la competencia respecto de la solicitud de diligencias preliminares se regula, con carácter general, en el art. 257 LEC. Su apartado 1.º atribuye con carácter general la competencia al juez de primera instancia o mercantil del domicilio de la persona frente a la que se dirija la solicitud de diligencias. Pero, como excepción, en determinadas diligencias, incluidas las previstas en los apartados 7.º y 8.º del art. 256.1, confiere competencia al «tribunal ante el que haya de presentarse la demanda determinada». Añadiendo a continuación que «si se solicitasen nuevas diligencias, a raíz del resultado de las que hasta entonces practicadas, podrán instarse del mismo tribunal o bien del que, a raíz de los hechos averiguados en la anterior diligencia, resultaría competente para conocer de la misma pretensión o de nuevas pretensiones que pudieran eventualmente acumularse» de tal forma que, por esta vía, se reconoce en estos casos la posibilidad de instar nuevas y sucesivas diligencias a partir del resultado de las que se vayan practicando. Por tanto y en lo que se refiere a la competencia objetiva, viene deter- tual». Habrá, pues, de atenderse a las reglas y presupuestos de legitimación de la acción principal y, en particular y en el caso de las entidades de gestión de derechos, al art. 150 Ley de Propiedad Intelectual. minada por la que corresponda a la demanda preparada con la diligencia. Resultará, pues, de aplicación lo dispuesto en el art. 86 ter.2 a) LOPJ, que atribuye competencia a los juzgados de los mercantil respecto de las demandas «en las que se ejerciten acciones relativas a (...) propiedad intelectual (...)» (16). Y, en cuanto a la competencia territorial y siempre que estemos ante las diligencias previstas en los arts. 256.1.7.º y 256.1.8.º LEC, habrá que estar al foro que para la demanda principal en procesos en que se ejerciten demandas sobre infracciones de propiedad intelectual establece el art. 52.11.º LEC (17). En cuanto a la legitimación pasiva, cada una de las diligencias preliminares especifica su potencial destinatario. En las diligencias generales previstas en los núms. 1.º y 2.º del art. 256.1 LEC, será la persona contra la que dirigirá la acción principal. Lo mismo ocurre con la diligencia preliminar específica prevista en el núm. 8.º («[...] en poder de quien sería demandado como responsable»). No ocurre así, sin embargo, en la prevista en el número 7.º, en la que el interrogatorio o el requerimiento de exhibición documental puede solicitarse no solo de «quien el solicitante considere autor de la violación», sino también de quien, sin serlo, haya prestado o utilizado servicios o haya estado en posesión mercancías que pudieran haber lesionado derechos de propiedad intelectual, o de aquél a quien los anteriores hubiesen atribuido intervención en los procesos de producción, fabricación, distribución o prestación de aquellas mercancías o servicios (18). 2. Legitimación La legitimación activa para solicitar diligencias preliminares corresponde al sujeto que estará a su vez legitimado para ejercitar la acción que se prepara mediante la diligencia preliminar (art. 256.1 LEC: «Todo juicio podrá prepararse [...]»). En concreto y por lo que respecta a las diligencias previstas en los números 7.º y 8.º LEC, corresponde la solicitud a quien «pretenda ejercitar una acción por infracción de un (...) derecho de propiedad intelec- CEDRO y la gestión de press-clipping EDITOR ARTÍCULOS Periódicos Revistas OPERADOR PRESS-CLIPPING ELABORACIÓN PRESS-CLIPPING AGENCIA COMUNICACIÓN ADAPTACIÓN PRESS-CLIPPING INGRESOS POR LICENCIAS DE PRESS-CLIPPING EMPRESA / INSTITUCIÓN DISTRIBUCIÓN INTERNA PRESS-CLIPPING /cedrocomunicacion /CEDROenlinea /company/CEDRO /cedrovideos http://blog.cedro.org/ Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es 4 17 de julio de 2013 www.diariolaley.es de diligencias sobre la base de fundamentos tales como que «si la entidad solicitante no sabe el tipo de comunicación ni los medios efectuados, ello implica que no está segura de que haya una infracción, por lo que pretende en realidad obtener datos para saber si existe tal infracción, lo que, como ya hemos dicho no es la finalidad de las diligencias preliminares» (24); o que «dado el desconocimiento de los motivos que llevan a los solicitantes a formular su pretensión, puesto que únicamente afirman tener intención de ejercitar una acción reivindicatoria de la propiedad intelectual y sus efectos, se priva al juzgador de la posibilidad de evaluar la necesidad de la diligencia pedida así como de determinar si concurre o no justa causa que ampare la pretensión» (25). 3. El presupuesto de que se trate de una infracción cometida «mediante actos desarrollados a escala comercial» Como se ha expuesto más arriba, las diligencias preliminares específicas previstas en los núms. 7.º y 8.º de la Ley de Enjuiciamiento Civil quedan limitadas a los supuestos en que la infracción del derecho de propiedad intelectual se produzca «mediante actos desarrollados a escala comercial», que la propia Ley define como los «realizados para obtener beneficios económicos o comerciales directos o indirectos» (art. 256.1.8.º in fine LEC). La práctica judicial ha sido particularmente estricta en la aplicación de este requisito. Así, su falta de concurrencia ha sido invocada en determinadas resoluciones para excluir la proyección de esas diligencias preliminares a los supuestos en que la posible infracción se habría producido en las redes de intercambio de archivos conocidas como peer to peer o «p2p», por cuanto «la infracción denunciada (...) no consta que sea realizada a escala comercial (...) sino más bien lo que existen son intercambios de archivos entre particulares, que nada se cobran por ello» (19). Con ello, se limita notablemente la efectividad de las diligencias preliminares en supuestos infractores que pueden resultar especialmente perjudiciales para los titulares de derechos (20). 4. Presupuestos materiales para la concesión de las diligencias preliminares. En especial, la justificación de su procedencia y necesidad Los requisitos y presupuestos para la adopción de las diligencias prelimina- res son, en unos casos, comunes a todas ellas y, en otros, particulares de cada una de las distintas diligencias previstas. Además de la necesidad de que la diligencia se ajuste al contenido previsto en el listado legal, esos requisitos y presupuestos pueden resumirse en torno a los siguientes puntos: a) En la solicitud «se expresarán sus fundamentos, con referencia circunstanciada al asunto objeto del juicio que se quiera preparar» (art. 256.2 LEC). Este requisito, si no a concretar hasta su último detalle la acción que se pretende ejercitar, sí obliga al menos a justificar los hechos básicos que respaldarían la acción y, en definitiva, a dar explicación razonable de que se ostenta una posición jurídica que ampararía el inicio del pleito y, en concreto, de que existen indicios mínimos de que se está cometiendo o se va a cometer la infracción (21). De forma expresiva lo resume el AAP Madrid (Secc. 28.ª) 15 de abril de 2008 (22): «aunque no es exigible una total precisión en la expresión de la finalidad para la que se piden las diligencias preliminares, puesto que los pormenores de la demanda a entablar dependerán del resultado de las mismas, sin embargo no son admisibles solicitudes de diligencias preliminares en las que la finalidad que se dice perseguir no concuerde con el sentido y alcance de las concretas diligencias solicitadas». Debe tenerse en cuenta, a este respecto, que las diligencias preliminares constituyen una excepción al principio conforme al cual es el demandante el que debe procurarse los elementos necesarios para interponer la acción, por lo que su adopción exige proporcionar al juez indicios suficientes de la seriedad de su posición (23). Por eso, en ocasiones se ha rechazado la petición b) El solicitante debe ofrecer caución para responder de los gastos por daños y perjuicios que se puedan causar a las personas que hubieren de intervenir en la diligencia preliminar (art. 256.3 LEC). Con carácter general, se exige determinación precisa de la cuantía de la caución ofrecida (26). c) Justificación de la necesidad y adecuación de la diligencia solicitada (art. 258.1 LEC). Se rechazan por ello las medidas que puedan resultar desproporcionadas o en relación con las cuales pueda apreciarse una finalidad que trasciende la mera preparación del proceso ulterior, por cuanto se ha de evitar «que se pueda interesar la práctica de diligencias con fines distintos a los que se han tenido en cuenta por el legislador» (27). Y, en la misma línea, se invoca el principio de proporcionalidad a la hora de delimitar y concretar el alcance de las diligencias, singularmente en lo referente a la extensión de los requerimientos documentales, que deberán ajustarse a proporcionar la «información suficiente para el planteamiento de la futura demanda en los términos que se pretenden» (28). d) Concurrencia de justa causa e interés legítimo en la adopción de la diligencia preliminar (art. 258 LEC) lo que se concreta, por ejemplo, en que no sean procedentes «peticiones abstractas o demasiado genéricas, ni aquéllas que pretendan establecer si hay motivo o no para un proceso u obtener pruebas anticipadas sobre los hechos en que ha de sustentarse la demanda, siendo además exigible que los datos que se pretenden sean imprescindibles o esenciales para iniciar correctamente el proceso, no meramente convenientes para perfilarlo mejor, y que no puedan ser obtenidos de otra forma por no ser públicos o fácilmente obtenibles, y haberse negado el interesado a facilitarlos voluntariamente» (29). La exigencia de justa causa e interés legítimo en la solicitud ha llevado incluso a algunas resoluciones a imponer indirectamente requisitos no establecidos en la Ley, como exigir justificación de haber requerido extrajudicialmente la información objeto de las diligencias antes de instar su solicitud judicial (30). Pero, al mismo tiempo, se ha aclarado en otras resoluciones que la existencia de un requerimiento extrajudicial previo y de una contestación al mismo no excluye de por sí la posibilidad de promover unas diligencias preliminares, si la respuesta no es satisfactoria para el solicitante (31). e) Junto con los presupuestos anteriores, comunes a todas las diligencias preliminares previstas en la LEC, la medida específica contemplada en el núm. 8.º del art. 256.1 exige adicionalmente que a la solicitud se acompañe «un principio de prueba de la realidad de la infracción, que podrá consistir en la presentación de una muestra de los ejemplares, mercancías o productos en los que materialice aquella infracción». La práctica judicial ha destacado que esta previsión supone un grado más de exigencia que la mera acreditación de adecuación, justa causa e interés legítimo y que ha de referirse, en concreto, al incumplimiento de las obligaciones legalmente previstas, aunque siempre dentro de unos términos razonables y adecuados a la realidad de un procedimiento meramente preparatorio (32). 5. Diferencia con otras figuras procesales: medidas cautelares y prueba anticipada Las diligencias preliminares, como procedimiento encaminado a la obtención de datos para la válida constitución de la relación jurídico-procesal, se diferencian de los otros incidentes que pueden instarse con carácter previo al proceso: las medidas cautelares (arts. 721 y ss. LEC) y las medidas de anticipación o aseguramiento de la prueba (arts. 293 y ss. LEC). En línea de principio, la diferenciación entre las diligencias preliminares y las medidas cautelares debería ser nítida. Las primeras persiguen proporcionar datos para una adecuada construcción procesal de la pretensión y las segundas asegurar la efectividad de una eventual sentencia estimatoria de la pretensión. Sin embargo, la práctica judicial nos ofrece ejemplos en los que la frontera entre uno y otro cauce distaba de ser clara. Así, en el Auto del Juzgado de lo Mercantil Barcelona núm. 5 de 5 de marzo de 2009 (33), se discutió si la pretensión de obtener la entrada forzosa en la sede de una empresa que presta servicios de arquitectura a fin 17 de julio de 2013 5 www.diariolaley.es regla general tiene como excepción lo que se derive de lo dispuesto en las Leyes» (37). de registrar sus equipos informáticos y soportes de almacenamiento de datos informáticos y conseguir, en última instancia, el embargo cautelar de los objetos infractores de derechos de propiedad intelectual podía encuadrarse como una medida cautelar tutelable al amparo de los arts. 721 y ss. LEC. El Juzgado advierte, para desestimar la solicitud de medidas cautelares instada por el titular de los derechos, que aquella primera pretensión no podía justificarse como un expediente para acreditar el carácter infractor prima facie de la conducta considerada (a los efectos del art. 732 LEC), sino, en su caso, como una medida de anticipación de la prueba o como una diligencia preliminar de los arts. 256.1.7.º y 8.º LEC. ha sido destacado en alguna resolución (35). Una buena prueba de la eficacia probatoria que pueden desempeñar las diligencias preliminares en esta materia se encuentra en la SAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 8 de enero de 2013 (36), que determina la indemnización debida en concepto de ingresos obtenidos por la demandada por la comercialización de productos infractores —en este caso, por imitación desleal— a tanto alzado, por el hecho, entre otros motivos, de que la demandada no cumplió con las obligaciones de información dispuestas en las diligencias preliminares acordadas. Por su parte, las medidas de anticipación y aseguramiento de la prueba persiguen, respectivamente, la realización de actos de prueba respecto de las que exista el temor fundado de que no podrán practicarse en el curso del proceso y la preservación de objetos materiales o estados de cosas sobre los que durante el procedimiento habrá de practicarse alguna prueba, tienen por tanto, finalidad probatoria. Y ello las distingue, con carácter general, de las diligencias preliminares que, como tiene reiterado la doctrina judicial, no tienen como finalidad la obtención de medios probatorios o establecer si hay motivo o no para interponer el proceso, sino procurar la adecuada configuración de la relación jurídico-procesal y de la pretensión ejercitada (34). Mas esta delimitación, clara en otros casos, debe ser matizada en el caso de las diligencias preliminares específicas previstas en los núms. 7.º y 8.º del art. 256.1 LEC, dado que su objeto legal incluye la obtención de elementos con un decisivo componente probatorio, como las «cantidades producidas, fabricadas, entregadas, recibidas o encargadas y las cantidades satisfechas como precio de las mercancías o servicios de que se trate y los modelos o características técnicas de las mercancías» (art. 256.1.7.º LEC) o «los documentos bancarios, financieros, comerciales o aduaneros» que se estimen necesarios para la correcta cuantificación y acreditación del importe reclamado (art. 256.1.8.º LEC), lo que El objeto propio de las diligencias preliminares específicas en materia de propiedad intelectual e industrial puede afectar a elementos especialmente sensibles para la actividad empresarial, tales como la identidad de productores o clientes, las cantidades facturadas, las características de las mercancías producidas (art. 256.1.7.º) o los documentos bancarios o financieros de la empresa (art. 256.1.8.º). Ese carácter sensible o el secreto de la contabilidad empresarial no puede invocarse sin más para negar una diligencia ajustada a la Ley, por cuanto «la previsión del artículo 32 del Código de Comercio sobre el secreto de la contabilidad no resulta incompatible con la comprobación que la demandante exige, pues el propio num. 1 del mencionado precepto legal advierte que la El contenido de la diligencia prevista en el art. 256.1.7.º LEC, consistente en el interrogatorio sobre determinados extremos tanto al potencial demandado como a terceros, ofrece un problema vinculado a la utilización en el pleito posterior del resultado de la diligencia. En efecto, la diligencia permitirá obtener cierta información que podrá utilizarse en el ulterior pleito, siendo así que el interrogatorio se practica sin que se haya presentado la demanda y sin que, por tanto, el Juzgado disponga de los elementos necesarios para ponderar en todo su alcance la pertinencia y utilidad de las preguntas formuladas. Por ello, la práctica judicial ha destacado el especial celo con que el Juez debe verificar que el interrogatorio se atenga estrictamente a lo previsto en la norma y a lo que resulte imprescindible para la adecuada configuración de la pretensión. Asimismo, en determinadas resoluciones se menciona el limitado alcance que cabe atribuir a lo declarado en sede de diligencias preliminares respecto de las cuestiones de fondo (39). NOTAS «Modificaciones que afectan a los medios de tutela de la propiedad intelectual», en BERCOVITZ, R. et al., Las reformas de la Ley de Propiedad Intelectual, Tirant lo Blanch, Valencia, 2006, págs. 205 a 207; ARMENGOT VILAPLANA, A., «Las nuevas diligencias preliminares y las normas sobre prueba en materia de propiedad intelectual e industrial», Diario LA LEY, núm. 6819, 2007, págs. 1-14; J. LÓPEZ SÁNCHEZ, J., «Las nuevas diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual y propiedad industrial: el denominado “derecho de información” y la exhibición de documentos comerciales», Diario LA LEY, núm. 6429, 2006, págs. 1 a 6; SOLER PASCUAL, L.A., «Las diligencias preliminares. Notas sobre la reforma acaecida por la Ley 19/2006, de 5 de junio, con relación a los derechos de autor e inventor», Práctica de Tribunales, núm. 40, 2007, págs. 6 a 15; también, si bien estrictamente dedicadas a la propiedad industrial, CASTÁN PÉREZ-GÓMEZ, A., «El nuevo régimen de las diligencias preliminares en propiedad industrial», en VV.AA., Estudios de Derecho Judicial. Propiedad Industrial III, CGPJ, Madrid, 2007, págs. 19-41; PINAZO TOBES, E., «La protección de la propiedad industrial por (1) Así, entre otros, el ATS 11 de noviembre de 2002 (LA LEY 222960/2002) (FJ 2.º). Para una introducción al fundamento y finalidad de la institución de las diligencias preliminares en el proceso civil, vid., con carácter general, BANACLOCHE PALAO, J., Las diligencias preliminares, ThomsonCivitas, Madrid, 2003, págs. 23 a 30. (2) BOE núm. 134, de 6 de junio de 2006, entrada en vigor el 7 de junio de 2006. (3) Las referencias más relevantes pueden encontrarse en GONZÁLEZ GOZALO, A., 6. Confidencialidad Las diligencias preliminares constituyen un remedio procesal dirigido a obtener la información necesaria para cuantificar el alcance económico de la pretensión indemnizatoria o compensatoria del titular de derechos Pero, precisamente por su carácter sensible y para evitar su difusión y utilización para fines distintos de la preparación de la acción, el art. 259 LEC prevé medidas especiales de preservación del resultado de las diligencias preliminares, como la posibilidad de que el interrogatorio se practique a puerta cerrada (art. 259.2) o la declaración del carácter reservado de las actuaciones y la imposición de una prohibición de divulgación del resultado de las diligencias (art. 259.4). Este carácter confidencial ha sido también destacado en las resoluciones judiciales dictadas en la materia (38). 7. Contenido y extensión práctica del interrogatorio previsto en la diligencia del artículo 256.1.7.º de la Ley de Enjuiciamiento Civil Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es Por otro lado, el AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 19 de junio de 2008 (40) aclara que la noción de interrogatorio, a estos efectos, no se circunscribe al personal o convencional, sino también al practicado por vía documental en los términos del art. 381 LEC. IV. CONSIDERACIÓN FINAL La modificación del régimen de diligencias preliminares en la LEC por medio de la Ley 19/2006 significó una apuesta inequívoca del legislador para erigir a esta institución procesal en un instrumento adecuado para la defensa de los derechos de propiedad intelectual y cumplir así el mandato normativo de protección de la Directiva 2004/48/CE. Transcurridos siete años desde la entrada en vigor de esa reforma, nuestra práctica judicial —liderada por la doctrina sentada por las Secciones especializadas 28.ª y 15.ª de las Audiencias Provinciales de Madrid y Barcelona, entre otras— cuenta con un bagaje suficiente para medir su eficacia práctica e identificar, con cierta seguridad, sus presupuestos básicos. De este modo, del análisis de las resoluciones dictadas en la materia, se desprende que las diligencias preliminares en materia de propiedad intelectual constituyen un remedio procesal esencialmente dirigido a obtener los medios de información necesarios para cuantificar el alcance económico de la pretensión indemnizatoria o compensatoria del titular de derechos; lo que resulta coherente con el propósito normativo de que, en este ámbito particular, las diligencias preliminares desarrollen funciones adicionales a las que tradicionalmente ha cumplido este instrumento procesal, y que incluso se proyectan en el ámbito probatorio. Con todo, la limitación de su ámbito objetivo de aplicación a las infracciones que se cometen «mediante actos desarrollados a escala comercial», así como el carácter cerrado de la lista de medidas a disposición de los titulares de derechos y legitimados para su defensa constituyen restricciones evidentes a su alcance y desarrollo prácticos. n medio de medidas cautelares y diligencias preliminares», Rcd, núm. 11, 2012, págs. 203 a 213, esp., págs. 209 a 213. (4) «a) Quien el solicitante considere autor de la violación. b) Quien, a escala comercial, haya prestado o utilizado servicios o haya estado en posesión de mercancías que pudieran haber lesionado los derechos de propiedad industrial o intelectual. c) Quien, a escala comercial, haya utilizado servicios o haya estado en posesión de mercancías que pudieran haber lesionado los derechos de propiedad industrial o intelectual. d) Aquel a quien los 6 17 de julio de 2013 www.diariolaley.es anteriores hubieren atribuido intervención en los procesos de producción, fabricación, distribución o prestación de aquellas mercancías y servicios» (art. 256.1.7.º). (5) «a) Los nombres y direcciones de los productores, fabricantes, distribuidores, suministradores y prestadores de las mercancías y servicios, así como de quienes, con fines comerciales, hubieran estado en posesión de las mercancías. b) Los nombres y direcciones de los mayoristas y minoristas a quienes se hubieren distribuido las mercancías o servicios. c) Las cantidades producidas, fabricadas, entregadas, recibidas o encargadas, y las cantidades satisfechas como precio por las mercancías o servicios de que se trate y los modelos y características técnicas de las mercancías» (art. 256.1.7.º). (6) El AAP Granada (Secc. 3.ª) de 11 de octubre de 2012 (rec. 367/2012) señala que es finalidad legítima de esta diligencia preliminar la de procurar «el acceso a datos que pudieran operar como bases con arreglo a las cuales poder practicar la ulterior liquidación». En el mismo sentido, AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 10 de febrero de 2012 (rec. 579/2011). Por su parte, el Auto de la misma Audiencia y Sección de 16 de marzo de 2012 (rec. 659/2011) contiene unas interesantes reflexiones sobre la relación de las diligencias preliminares —y, en particular, de las previstas en los núms. 7.º y 8.º del art. 256.1 LEC— con las exigencias del art. 219 de la Ley: «cuando lo que se anunciase al interesar las diligencias preliminares fuera el futuro ejercicio de una acción de reclamación de cantidad la clave para establecer la frontera entre la función preparatoria propia de aquéllas y la finalidad puramente probatoria nos la proporcionaría el art. 219 LEC al considerarse en el mismo válidamente interpuesta una demanda no sólo cuando se cuantificase con exactitud la pretensión económica, sino también cuando el demandante se limitase a suministrar las bases que posibilitasen su ulterior liquidación en los términos que en el precepto se reflejan. Por lo que, como indicamos en el auto de esta Audiencia Provincial de Madrid de 7 de octubre de 2011, la diligencia preliminar podría no resultar indispensable, desde un punto de vista objetivo, para preparar un proceso si se dispusiera ya de información para la segunda de dichas posibilidades (porque la existencia de daños y perjuicios o las bases adecuadas para su liquidación no constituyesen incógnitas que la propia parte actora no pudiera despejar por sí misma). Ahora bien, también advertíamos en dicha resolución que, aun siendo la anterior la regla general, no debía patrocinarse una lectura excesivamente rigurosa o formalista del art. 219 LEC en relación con el problema de la determinación de las bases de cálculo, ya que la realidad puede presentarnos un sinfín de hipótesis diferentes dotadas de su peculiar problemática; porque existirán, junto a supuestos en los que el solicitante no disponga siquiera de elementos que le posibiliten configurar las bases de la futura liquidación, otros casos en los que, aun disponiendo en principio de tales elementos, precise del conocimiento de datos numéricos concretos no tanto para cuantificar su futura reclamación como para verificar si se superan o no los umbrales a partir de los cuales se debe aplicar o descartar la aplicación de una determinada regla económica, siendo la elección de ésta un criterio determinante a la hora de configurar correctamente la estructura de la base liquidatoria. Por lo tanto, deberán estimarse correctamente instadas las diligencias preliminares en la medida en que entre la información que se pretendiese obtener con ellas se incluyese el acceso a los datos que pudieran operar como bases con arreglo a las cuales poder practicar la ulterior liquidación o también para concretar datos numéricos precisos para la aplicación de una determinada regla económica, cuando no constase la disponibilidad de los mismos por otra vía». (7) Cfr. art. 256.1.8.º in fine LEC, que reproduce parcialmente el Considerando 14 de la Directiva 2004/48, del Parlamento y del Consejo, de 29 de abril de 2004, relativa al respeto de los derechos de propiedad intelectual. De acuerdo con ese Considerando 14 de la Directiva 2004/48, esa norma «excluye normalmente los actos realizados por los consumidores finales de buena fe». (8) En todo caso, los tribunales han descartado interpretaciones estrictas del término «infracción» y, de este modo, no han dudado en comprender en el ámbito objetivo de las diligencias preliminares la obtención de información relativa a las acciones de reclamación de la compensación relativa a los derechos de simple remuneración, así, p. ej., el AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 10 de febrero de 2012 (rec. 579/2011). Por otro lado, tampoco parece que la efectiva realización de un acto de infracción sea presupuesto jurídico de la solicitud de diligencias preliminares de los aps. 7.º y 8.º del art. 256.1 LEC, sino que será suficiente la acreditación del riesgo cierto de inicio de una conducta infractora; ello resulta, tanto del tenor literal de esas normas, como su relación instrumental con la acción de prohibición que, como modalidad de la acción de cesación, se desprende de los arts. 138 y 139 Ley de Propiedad Intelectual. (9) Así, con claridad, el ATS de 11 de noviembre de 2002 (LA LEY 222960/2002) (FJ 2). (10) El AAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 29 de junio de 2009 (rec. 754/2008) (LA LEY 174304/2009) confirma la denegación de una diligencia preliminar consistente en requerir al Registro de la Propiedad Intelectual el manuscrito de una obra determinada por cuanto «no vemos identidad de razón con ninguno de los supuestos legales (del art. 256 LEC) que pudiera justificar una aplicación analógica, ni tampoco un supuesto parangonable o básico sobre el que poder asentar una interpretación flexible, integradora o extensiva, es apreciable que la finalidad perseguida, más que alcanzar conocimiento de algún dato fáctico o documental que sea necesario o simplemente conveniente para entablar el futuro litigio, es la de preconstituir un medio de prueba (un dictamen pericial), y esta finalidad más se aproxima a la prueba anticipada y/o aseguramiento de la prueba que la LEC regula, con otros requisitos, aquí no acreditados, en el art. 293». (11) AAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 21 de marzo de 2005 (rec. 660/2004), que se sirvió de este argumento para amparar, antes de la entrada en vigor de la Ley 19/2006, los requerimientos a los que a raíz de esa norma dio cobertura expresa el art. 256.1.7.º LEC. Le siguen, entre otros, el AAP Cáceres (Secc. 1.ª) de 16 de enero de 2007 (rec. 10/2007) y el AAP Albacete (Secc. 2.ª) de 15 de noviembre de 2006 (rec. 213/2006). (12) AAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 15 de diciembre de 2009 (rec. 369/2009) (LA LEY 308468/2009), que cita a estos efectos la Directiva 2006/24/CE y la Ley 25/2007, de 18 de octubre, de conservación de datos relativos a las comunicaciones electrónicas y a las redes públicas de comunicaciones, para concluir que esa obligación solo existe en casos de procedimientos penales, pero no de reclamaciones civiles. (13) Con claridad lo explica, en lo referente a las diligencias en materia de propiedad intelectual, el AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 14 de septiembre de 2012 (rec. 76/2012), al señalar: «que no se siga un sistema de numerus apertus no implica que las diligencias preliminares expresamente previstas no puedan ser interpretadas de un modo flexible para facilitar a los interesados en interponer un litigio judicial obtener elementos fácticos que le permitan hacerlo. No obstante, la interpretación de las normas jurídicas es una técnica que tiene sus cánones y sus límites, y está destinada a la búsqueda y determinación del sentido y significación de una norma jurídica. En consecuencia, no se trata de un instrumento para renovar la legislación o para eliminar requisitos que en un determinado momento puedan considerarse absurdos, en este sentido, auto de este tribunal de 13 de junio de 2008». (14) Rec. 8243/2009. (15) En el mismo sentido, AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 30 de abril de 2010 (rec. 8242/2009). (16) El AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 5 de junio de 2006 (rec. 2751/2006) destaca que la competencia objetiva de los Juzgados de lo Mercantil no solo operará cuando la acción preparada sea de las estrictamente previstas en la legislación de propiedad intelectual, sino cuando las cuestiones que puedan plantearse en el incidente relativo a las diligencias preliminares pudiera «requerir la interpretación y aplicación de las normas reguladoras» de la materia, siguiendo por tanto una interpretación amplia de la competencia de los Juzgados de lo Mercantil. En términos paralelos se expresa el AAP Asturias (Secc. 1.ª) de 20 de julio de 2005 (rec. 209/2005): «La Ley Orgánica para la Reforma Concursal, la anteriormente citada LO 8/2003, de 9 de julio, al incorporar a la Ley Orgánica del Poder Judicial el art. 86 ter define el ámbito de la competencia objetiva de los Jueces de lo Mercantil, jurisdicción que se crea en el art. 8 de aquélla. Pues bien, dentro del apartado 2 a), además de referirse a “demandas en las que se ejerciten acciones relativas a competencia desleal, propiedad industrial, propiedad intelectual y publicidad”, se añaden “todas aquellas cuestiones que dentro de ese orden jurisdiccional se promuevan al amparo de la normativa reguladora de las sociedades mercantiles y cooperativas”. Sin duda la pretensión del legislador es fijar una dimensión de las competencias objetivas de estos Juzgados amplia al no referirse a demandas sino a “cuestiones” que se planteen al amparo de la normativa societaria y de cooperativas. Concluir, pues, que una diligencia preliminar para la preparación de un procedimiento en el que se va a ejercitar acción enmarcada en la Ley de Propiedad Intelectual, corresponde a los Juzgados de lo Mercantil es lo que se considera más correcto desde el punto de vista de la congruencia y en la búsqueda de una interpretación unitaria de las materias que regula la reseñada legislación, enmarcado todo ello en la «jurisdicción exclusiva y excluyente” del juez del concurso (art. 8 Ley Concursal, de 9 de julio de 2003)». (17) En los procesos en que se ejerciten demandas sobre infracciones de la propiedad intelectual, será competente el tribunal del lugar en que la infracción se haya cometido o existan indicios de su comisión o en que se encuentren ejemplares ilícitos, a elección del demandante. (18) AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 19 de junio de 2008 (rec. 177/2008) (LA LEY 110440/2008), que admite el requerimiento a un Colegio de Arquitectos de los proyectos visados por la institución elaborados por un determinado profesional por encargo de una empresa: «A diferencia de lo que sucede con el apartado 2.º de art. 256.1 LEC al que se refiere la resolución apelada, no pertenece a la esencia de las diligencias que es posible practicar al amparo del actual apartado 7.º que el destinatario de la solicitud de exhibición sea precisamente la persona contra la que haya de dirigirse la futura demanda». (19) AAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 10 de diciembre de 2009 (rec.. 322/2009) (LA LEY 308466/2009); AAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 15 de diciembre de 2009 (rec. 369/2009) (LA LEY 308468/2009), que en todo caso apunta que «con ello no prejuzgamos si la actividad que se denuncia infractora, intercambio de películas a través de una red de intercambio p2p constituye realmente un acto de infracción de los derechos de propiedad intelectual que los legítimos titulares pudieran tener sobre dichas películas, sino tan solo nos limitamos a constatar que estos supuestos actos infractores no consta que hayan sido realizados a escala comercial, y por ello no encajan en el art. 256.1.7.º LEC». Sin entrar en la cuestión de si estos actos de infracción se realizan a escala comercial, pero alcanzando la misma conclusión, AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 12 de abril de 2010 (rec. 309/2009) (LA LEY 80954/2010). (20) Vid., críticamente con la decisión adoptada por el legislador español al transponer la Directiva 2004/48/CE en este punto, GONZÁLEZ GOZALO, A., «El conflicto entre la propiedad intelectual y el derecho a la protección de datos de carácter personal en las redes peer to peer», pe.i., 2008, núm. 28, págs. 47-48; más recientemente, en el mismo sentido, GARROTE FERNÁNDEZ-DÍEZ, I., «Protección de datos vs. tutela judicial efectiva en casos de infracción de derechos de propiedad intelectual», pe.i., 2011, núm. 38, págs. 54 a 56. (21) AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 30 de abril de 2010 (rec. 8242/2009): «el auxilio judicial legalmente previsto no tiene la finalidad de determinar si procede o no presentar la demanda, sino que de lo que se trata, una vez que se tienen elementos suficientes para presentarla, es de precisar determinados aspectos accesorios de la misma, obteniendo datos concretos y específicos en orden a la correcta configuración del proceso y de la relación procesal, así como de la eficacia de la sentencia que se dicte en su día». Vid., en el mismo sentido, en el ámbito de la tutela contractual derivada de la infracción del derecho de patente, AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 18 de enero de 2013 (rec. 479/2012). (22) Rec. 116/2008 (LA LEY 37506/2008). (23) AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 30 de abril de 2010 (rec. 8242/2009): «cualquier proceso judicial requiere una fase preliminar de preparación, pero mientras que en el proceso penal esta fase preliminar es competencia del Estado, en tanto en cuanto al tener la obligación de perseguir de oficio los delitos, tiene también la de verificar previamente la existencia de unos hechos que revistan caracteres de delito, y porque concurre además la cuestión de orden público de que ninguna persona sea sometida a juicio criminal si no existen indicios racionales de la comisión de un hecho delictivo, en el proceso civil tal preparación corresponde a título particular a quien tenga intención de iniciarlo, pudiendo recabar en esa fase el auxilio judicial, de forma excepcional y restringida, únicamente en los supuestos expresamente previstos en la Ley». (24) AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 26 de abril de 2010 (rec. 8243/2009) (LA LEY 180851/2010). (25) AJPI núm. 3 de Santa Cruz de Tenerife de 17 de junio de 2003. (26) El AJMER de Santa Cruz de Tenerife 3 de mayo de 2006 (procedimiento 52/2006) (LA LEY 243727/2006) rechaza la petición de diligencias, entre otras razones, porque «tampoco se determina cuantitativamente la caución que se ofrece, sino que, por el contrario, la deja indeterminada «para responder tanto de los gastos que pudieran ocasionarse a quienes intervengan en las diligencias como de los daños y perjuicios que se les pudiera irrogar». 17 de julio de 2013 7 www.diariolaley.es (27) AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 30 de abril de 2010 (rec. 8242/2009). (28) AAP Barcelona (Secc. 15.ª) de 10 de febrero de 2010 (rec. 125/2009) (LA LEY 29405/2010). El principio de proporcionalidad también se cita, por ejemplo, en el AAP A Coruña (Secc. 4.ª) de 14 de marzo de 2002 (rec. 427/2002) y en el AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 30 de abril de 2010 (rec. 8242/2009). (29) AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 30 de abril de 2010 (rec. 8242/2009). (30) AAP Zaragoza (Secc. 8.ª) de 4 de febrero de 2009 (rec. 2/2009). (31) AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 15 de abril de 2008 (rec. 116/2008) (LA LEY 37506/2008): «la existencia de un requerimiento extrajudicial previo y de una contestación al mismo no excluye la posibilidad de promover unas diligencias preliminares. No hay norma legal alguna que así lo prevea (y no ha de olvidarse que los requisitos de acceso al proceso no pueden ser interpretados extensivamente, ni debe aplicarse ninguno no previsto en la ley, pues de lo contrario podría vulnerarse el art. 24 de la Constitución). Puede haber razones estimables para promover unas diligencias preliminares pese a que una solicitud previa extrajudicial haya sido ya contestada de un modo insatisfactorio para quien la ha formulado, como puede ser la mayor seriedad que denota el uso de las diligencias preliminares en vía judicial, en la que el requerido puede quizás acceder a suministrar datos que había denegado previamente. Pero, sobre todo, el art. 261 LEC prevé una serie de medidas para satisfacer el legítimo interés del solicitante para el caso de la negativa del destinatario de las diligencias preliminares a atender al requerimiento formulado, lo que no ocurre con la vía extrajudicial». (32) AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 10 de febrero de 2012 (rec. 579/2011): «La fundamentación de la resolución impugnada se presenta con trazos excesivamente gruesos y carente de matices. No se delimitan adecuadamente los requisitos legales de forzada concurrencia para la autorización de las diligencias solicitadas, en las que la necesidad de aportar un principio de prueba de la realidad de la infracción se presenta como un añadido específico a las exigencias generales de adecuación a la finalidad perseguida, interés legítimo y justa causa. Por otra parte, en el contexto en que se sitúan las diligencias preliminares solicitadas, la comercialización de dispositivos aptos para la reproducción de obras protegidas se presenta, desde luego, como premisa, pero no es el ejercicio de tal actividad, sino el incumplimiento de las obligaciones legalmente anudadas a la misma para hacer efectiva la compensación equitativa por copia privada, lo que operaría como elemento definidor de la infracción». (33) Procedimiento 114/2009. (34) Como destaca, a modo de ejemplo de una doctrina consolidada, el AAP Sevilla (Secc. 5.ª) de 26 de abril de 2010 (rec. 8243/2009) (LA LEY 180851/2010), «la finalidad de las diligencias preliminares no es preconstituir la prueba del proceso, sino prestar al demandante la ayuda precisa para conocer determinadas cuestiones esenciales para plantear la demanda correctamente desde el punto de vista procesal, debiendo en La licencia todo caso ser la medida proporcional a la finalidad perseguida. En resumen, sólo pueden pedirse las diligencias expresamente previstas en la Ley, sin que sean procedentes peticiones abstractas o demasiado genéricas, ni aquéllas que pretendan establecer si hay motivo o no para un proceso u obtener pruebas anticipadas sobre los hechos en que ha de sustentarse la demanda, siendo además exigible que los datos que se pretenden sean imprescindibles o esenciales para iniciar correctamente el proceso, no meramente convenientes para perfilarlo mejor, y no puedan ser obtenidos de otra forma, por no ser públicos o fácilmente obtenibles y haberse negado el interesado a facilitarlos voluntariamente”. (35) AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 12 de diciembre de 2008 (rec. 240/2008) (LA LEY 253030/2008): «cuando de la protección de los derechos de propiedad intelectual o industrial se trata, la nueva ley ha pretendido reforzar la posición del futuro demandante proporcionándole la posibilidad de contar, con anterioridad a la interposición de su demanda, con materiales en los que la distinción entre la finalidad estrictamente «preparatoria” que ha constituido característica tradicional de las diligencias preliminares y la utilidad «probatoria” de esos mismos materiales aparece ciertamente difuminada, pues no en vano se introduce en el Art. 328 LEC, dedicado a la prueba documental, un apartado 3 cuyo contenido es prácticamente idéntico al del apartado 8.º del Art. 256-1 . Por lo tanto, el hecho de que, junto a la finalidad de preparar la demanda, el material así obtenido pueda también llegar a reportar a la entidad solicitante una utilidad estrictamente CALIDAD probatoria en el futuro proceso es circunstancia ya contemplada y asumida por la vigente legalidad». (36) Rec. 721/2011 (LA LEY 8893/2013). (37) AAP Granada (Secc. 3.ª) de 11 de octubre de 2012 (rec. 367/2012). En el mismo sentido, AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 12 de diciembre de 2008 (rec. 240/2008) (LA LEY 253030/2008) y AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 10 de febrero de 2012 (rec. 579/2011). (38) AAP Madrid (Secc. 28.ª) de 15 de abril de 2008 (rec. 116/2008) (LA LEY 37506/2008) y AAP Granada (Secc. 3.ª) de 11 de octubre de 2012 (rec. 367/2012). (39) AAP A Coruña 21 de febrero de 2008 (rec. 3172008) (LA LEY 28300/2008): «el efecto consistente en la atribución de eficacia en el ulterior proceso a los hechos afirmados y los datos presentados por el solicitantes está prevista para los casos en que el destinatario de la Diligencia se niegue a declarar sobre su capacidad, representación o legitimación, pudiendo tener por respondidas afirmativamente las preguntas formuladas por el solicitante, pero sin que éste sea un efecto necesariamente vinculado a la incomparecencia, como resulta de una interpretación sistemática de los arts. 261.1.ª y 261.4.ª de la LEC y sin que puedan referirse a cuestiones de fondo del procedimiento que serán resueltas en el ulterior procedimiento que pretende prepararse (v. gr. Auto de la AP de Asturias, Sección 4.ª, de 23 de diciembre de 2003)». (40) Rec. 177/2008 (LA LEY 110440/2008). SOLUCIONES paraguas de SEGURIDAD Los textos completos de los documentos extractados están disponibles en www.diariolaley.es