Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MEDICIN A EN IMÁ GEN ES Le s io ne s e rite mato de s camativas de aparició n e ruptiva R. Ruiz Villaverde, J. Blasco Melguizo, M. C. Martín Sánchez, C. Dulanto Campos y R. Naranjo Sintes S ervicio de Derm atología. Hospital Clín ico S an Cecilio. Gran ada. Cas o clínico Mujer de 65 años de edad, sin antecedentes familiares de interés y con antecedentes personales de diabetes mellitus no insulinodependiente e hipertensión arterial en tratamiento con gliclazida y enalapril, respectivamente. Consulta por un cuadro de un año de evolución caracterizado por la aparición progresiva de lesiones cutáneas de pequeño tamaño situadas en cara de extensión de ambos muslos y dorso de ambas manos que tras formar una formación queratósica regresaban en un corto espacio de tiempo dejando una mácula hiperpigmentada con descamación pitiriasiforme en su superficie. Estas lesiones le causaban moderada sensación de prurito. En la exploración se observan máculas marronáceas en cara anterior de ambos muslos con descamación superficial de 3 a 7 mm de diámetro, de las que destaca una tumoración de aspecto crateriforme con tapón queratósico central (fig. 1), lesión de aspecto similar a la que presenta en dorso de mano izquierda que coexiste junto a una formación clínicamente compatible con cuerno cutáneo. No se aprecian lesiones en mucosas. La exploración por órganos y aparatos fue normal y en la exploración física no se evidenciaron organomegalias, ni otros hallazgos significativos. Se realizaron dos biopsias punch de 0,6 mm de diámetro de una lesión situada en brazo y otra en muslo, siendo compatibles con queratoacantomas en fase tardía y período de estado (fig. 2). Los exámenes de laboratorio solicitados: hemograma, bioquímica, subpoblaciones linfocitarias, proteinograma, complemento, inmunoglobulinas, marcadores tumorales, radiografía de torax, ecografía hepática y tomografía axial computarizada (TAC) toracoabdominal mostraron resultados dentro de la normalidad. Fig. 2 . H em at osilin a eosin a: qu erat oacan t om a en f ase d e estrado. Fig. 1. Lesiones eritem ato descam ativas de pequeño tam año en cara de extensión de m uslo. Rev Clin Esp 2003;203(3):159-61 159 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. RUIZ VILLAVERDE R, ET AL. LESIONES ERITEMATODESCAMATIVAS DE APARICIÓN ERUPTIVA Diagnó s tico Queratoacantomas eruptivos múltiples de Grzybowski. Evo lució n Dado el tamaño y distribución de las lesiones se optó por observación periodica con resolución completa del cuadro en 4 meses. Tras 6 meses de revisión la paciente no ha vuelto a presentar nuevas lesiones. En la actualidad sigue revisiones semestrales en nuestro servicio. Co me ntario El queratoacantoma es un tumor epitelial benigno que deriva de la vaina externa del folículo pilosebáceo caracterizado por su rápido crecimiento y un patrón histológico sugerente de carcinoma espinocelular 1 . Se presenta en la mayoría de las ocasiones como una lesión solitaria en áreas fotoexpuestas en personas de edad media de la vida o de edad avanzada. En contadas ocasiones el paciente desarrolla múltiples lesiones, constituyendo el cuadro denominado queratoacantomas múltiples (QM), de los cuales básicamente distinguimos cuatro tipos cuyas características clinicoepidemiológicas están bien diferenciadas: 1) QM autoinvolutivos de Ferguson-Smith 2 descritos por dicho autor en 1934, definido por la aparición de múltiples queratoacantomas que involucionan posteriormente dejando cicatrices atróficas. 2 ) QM de Witten y Zak 3 por el que definen la coexistencia en un mismo paciente de la variedad descrita y los QM eruptivos. 3) QM persistentes, menos autoinvolutivos que los de Ferguson Smith y con afectación de palmas, plantas y semimucosas. 4) QM generalizados eruptivos de Grzybowski 4 . En virtud de la edad de inicio, características clinicomorfológicas de las lesiones y evolución nos encontramos frente a un cuadro clínico de queratoacantomas generalizados erup tivos de Grzybowski. Esta variedad fue descrita por primera vez por Grzybowski en 1950 y se caracteriza por la aparición simultánea de decenas de lesiones de tamaño variable que oscilan de los 2-8 mm, afectando a pacientes de edades medias de la vida sin una clara predilección por sexo y básicamente de raza blanca. La mayor parte de los casos son esporádicos. Se ha descrito fenómeno de Köebner en aquellos pacientes donde se acompaña de intenso prurito y no es raro encontrar afectación de mucosas, sobre todo de la esfera otorrinolaringológica (ORL) y genitales externos. Cuando las lesiones afectan a la cara puede generar una facies de máscara y ectropión cuando la lesión se halla en la proximidad palpebral. En algunos pacientes se ha evidenciado hepatomegalia sin clara significación clinicopatológica 5 . En nuestro particular caso las lesiones se encontraban limitadas a caras de extensión de miembros superiores y cara anterior de ambos muslos sin afectación facial ni mucosa, habién-dose descrito una evolución paralela en casos muy contados, lo que lo hace particularmente singular y difícil de diferenciar de otros diag160 nósticos tales como queratomas actínicos o carcinomas espinocelulares incipientes y dermatosis perforantes (colagenosis perforante reactiva y/ o enfermedad de Kyrle). En la actualidad el origen del queratoacantoma permanece incierto y por ello se habla de etiología multifactorial. Sobre una presunta base genética, que parece más consistente en el caso de los QA autoinvolutivos de Ferguson-Smith (de probable herencia autosómica dominante de expresividad variable y penetrancia incompleta) actuarían diferentes factores desencadenantes 6 : radiación ultravioleta, carcinógenos químicos que actúan como factor de índole ocupacional (alquitranes y breas) o terapéutico (tratamiento de pacientes con psoriasis), virus HPV 16,19 y 25, cuya relación no está perfectamente aclarada a pesar de la incorporación de las modernas técnicas de hibridación in situ que ponen de manifiesto su presencia y que otros autores consideran como falsos positivos, traumatismos, dermatosis coexistentes tales como dermatitis seborreica, eccema o psoriasis y desórdenes inmunitarios de los cuales el síndrome de MuirTorre es el más claramente asociado 7 . Especialmente importante en este caso es su consideración como marcador de malignidad visceral, puesto que sí parece clara la ausencia de relación entre la aparición de lesiones solitarias y neoplasias viscerales, en las formas múltiples y sobre todo en la variedad eruptiva que aquí tratamos esta relación sí parece más clara 8,9 y se han definido asociadas a carcinomas de laringe, gastrointestinales, carcinomas de ovario, adenocarcinoma de trompas de Falopio o linfomas, si bien algunos autores consideran este hallazgo meramente casual. Las lesiones cutáneas de los queratoacantomas eruptivos muestran menos tendencia a la formación crateriforme central, pero en definitiva no presenta grandes variaciones en relación a la variedad solitaria 10,11 . En el estadio precoz se produce una invaginación epidérmica a nivel del folículo pilosebáceo que protruye en dermis. Es en este período cuando algunas células pueden mostrar atipias nucleares y se acentúan los fenómenos de disqueratosis y existe un mayor número de mitosis. La invasión perineural que en ocasiones acontece en esta fase ha sido erróneamente mostrada como evidencia de malignidad ya que estudios posteriores no han llegado a confirmar esta hipótesis. Una vez estabilizado se observa el cráter central relleno de queratina. La epidermis se extiende a ambos lados del tumor se manera similar a un labio y en la base se observa una proliferación epidérmica irregular con menos atipias que en el estado proliferativo. El estado regresivo está marcado por los fenómenos de apoptosis con formación de corpúsculos similares a los cuerpos de Civatte que favorecen la involución del queratoacantoma y desprendimiento de las difererentes capas de queratina acumulada, quedando en el estadio final una mácula atrófica y/ o hiperpigmentada. Si bien la tendencia del queratoacantoma es a involucionar espontáneamente, la mayoría de los autores revisados prefieren iniciar un tratamiento desde el momento del diagnóstico p or dos enfoques bien diferenciados: a) oncológico, por su potencial (bajo, que no nulo) de malignización, y b) cosmético, en de- Rev Clin Esp 2003;203(3):159-61 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. RUIZ VILLAVERDE R, ET AL. LESIONES ERITEMATODESCAMATIVAS DE APARICIÓN ERUPTIVA terminados casos puede alterar significativamente la calidad de vida del paciente. Las técnicas aplicadas abarcan un amplio espectro 12 comprendido entre técnicas físicas (curetaje y electrocoagulación, radioterapia, crioterapia y cirugía convencional), administración intralesional de corticoides, bleomicina y 5-fluoruracilo (5 FU), aplicación de cremas de tretinoína o soluciones de podofilino, para dejar paso a terapia sistémica donde el etretinato a dosis de 1 mg/ kg/ día se perfila como primera línea de tratamiento. También se ha usado metotrexate, ciclofosfamida, PUVA, ranitidina asociada a antihistamínicos de segunda generación no sedantes, aminopterina o interferón alfa y gamma. Sin embargo, consideramos desde el punto de vista terapéutico la necesidad de una opción individualizada para cada paciente en virtud del número, tamaño, clínica y patología basal sin descartar la abstención terapéutica y revisión periódicas del paciente. No obstante, no descartamos el uso de ranitidina 7 como segunda línea terapéutica, cuyo mecanismo de acción se basa en incrementar los niveles de IL-2 y deprimir la función de los linfocitos CD8 para favorecer el proceso de involución de los queratoacantomas. Dados los efectos secundarios mínimos asociados se plantea como una opción cuando menos atractiva y de interés sobre todo en ancianos pluripatológicos, y como plantea Dangoisse 7 habría que valorar en un futuro su asociación a retinoides sistémicos cuando el paciente presente algún desorden inmunitario asociado. BIBLIOGRAFÍA 1. Scwartz RA. Keratoacanthoma, J Am Acad Dermatol 1994;30:1-19. 2. Ferguson Smith J. A case of multiple primary squamous-celled carcinomata of the skin in a young man, with spontanoeus healing. Br J Dermatol Syph 1934;46:267-72. 3. Witten VH, Zak FG. Multiple, primary, self healing prickled cell epithelioma of the skin. Cancer 1952;5:539-50. 4. Grzybowski M. A case of peculiar generalized epithelial tumors of the skin. Br J Dermatol Syph 1950;62:310-3. 5. Ahmed AR. Multiple keratoacanthoma. Int J Dermatol 1980;19:496-9. 6. Agarwal M, Chander R, Karmakar S, Walia R. Multiple familial keratoacanthoma of Witten and Zak. A repot of three siblings. Dermatology 1999; 198:396-9. 7 . Dangoisse CH, Meyvisch K, Ledoux M. Multiple eruptive keratoacanthoma and inmunity disorders. Dermatology 1993;186:313-6. 8. Cabotin PP, Vignon-Pennamen MD, Niclea JM, et al. Keratoacanthomes multiples éruptifs revelateurs dún lymphome. Ann Dermatol Venereol 1989;116:860-2. 9. Snider BL, Benjamin DR. Eruptive keratoacanthoma with internal malignant neoplasm. Arch Dermatol 1981;117:788-90. 10. Consigli JE, González ME, Morsino R, Guidi A, Chappuis JM, Papa M, Maldonado S. Generalized eruptive keratoacanthoma (Grzybowsky variant). Br J Dermatol 2000;142:800-3. 11. Kirkham N. Keratoacanthoma. En: Elder D, Elenistsas R, Jaworski C, Johson Jr B, editores. Lever´s histopathology of the skin. 8. a ed. Philadelphia: Lippincott-Raven Publishers; 1997. p. 731-4. 12. Stavrianeas NG, Katoulis AC, Stratigeas NP, Neofotistou O, Koumantaki-Mathioudaki E, Vareltzidis G. Eruptive multiple keratoacanthomas of the extremities. Acta Derm Venereol 1998;78:228-9. Rev Clin Esp 2003;203(3):159-61 161