Envejecimiento Saludable: Aspectos, Biológicos, Psicológicos y

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Envejecimiento Saludable: Aspectos,
Biológicos, Psicológicos y Sociales
Publicado por Editorial Universitas-UNED (2007)
Soledad Ballesteros (Directora)
Directora del Programa Modular en Gerontología
Responsable del Programa de Doctorado en Envejecimiento y
Enfermedades Neurodegenerativas
Universidad Nacional de Educación a Distancia
1
ÍNDICE
Prefacio.............................................................................................................................
Agradecimientos...............................................................................................................
PRIMERA PARTE
Aspectos demográficos, culturales y psicosociales del
envejecimiento
Capítulo 1. Envejecimiento saludable: Una introducción
Soledad Ballesteros Jiménez...........................................................................
Capítulo 2. Sociodemografía. La revolución demográfica del siglo XXI
Rosa Gómez-Redondo, Ricard Génova Maleras y Elena Robles.................
Capítulo 3. Los sentidos culturales del envejecimiento. Una aproximación antropológica
Honorio Velasco Maillo..................................................................................
Capítulo 4. Aspectos psicosociales del envejecimiento
Ana V. Arias y Francisco Morales ............................................................
SEGUNDA PARTE
Aspectos biológicos y sanitarios del envejecimiento
Capítulo 5. El envejecimiento fisiológico: Los grandes síndromes geriátricos
Santiago Luis Ruiz Grima................................................................................
Capítulo 6. El envejecimiento cerebral: Atención integral al anciano en la consulta de
neurología
José Luis Dobato............................................................................................
TERCERA PARTE
Aspectos psicológicos del envejecimiento
2
Capítulo 7. Funcionamiento cognitivo en la vejez. Influencia de la actividad física y la
dieta equilibrada
Soledad Ballesteros Jiménez…………...........................................................
Capítulo 8. La motivación en personas mayores.
Francisco Palmero y Juan José García Meilán…………………………
Capítulo 9. El bienestar subjetivo y la felicidad en la vejez
Beatriz García Rodríguez..............................................................................
CUARTA PARTE
Modificación de conducta, recursos humanos y control de calidad
de los servicios gerontológicos
Capítulo 10. Modificación de conductas problemáticas en ambientes gerontológicos
Miguel Angel Vallejo Pareja y Carlos Manuel Jordán Cristóbal...................
Capítulo 11. Valoración Geriátrica Integral: Trabajo en equipo en contextos geriátricos
Santiago Luis Ruiz Grima.......................................................................
Capítulo 12. El control de calidad, evaluación y mejora continua en los Servicios e
Instituciones Gerontológicas
José Manuel Reales Avilés........................................................................
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Prefacio
El objetivo de este libro es acercar al lector interesado conocimientos
actualizados sobre el mundo de la vejez, un hecho universal que afecta a todos los seres
vivos. A pocos meses de haberse aprobado la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de
Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de
dependencia (BOE nº 299 de 15 de diciembre de 2006), esperamos que este libro
contribuya a concienciar al lector sobre uno de los principales retos de la política social
de los países desarrollados en los comienzos del siglo XXI. Este reto no es otro que
tratar de dar respuestas adecuadas a las necesidades de las personas con necesidades
especiales, la mayoría de las cuales son personas mayores. La ley 39/2996 viene a dar
respuesta a estas necesidades. El objeto de esta Ley es regular las condiciones básicas
que garanticen la igualdad en el ejercicio del derecho a la promoción de la autonomía
personal y la atención a las personas en situación de dependencia con la colaboración de
todas las Administraciones públicas y la garantía de la Administración General del
Estado de un contenido mínimo común para todos los ciudadanos cualquiera que sea la
parte del Estado Español donde habiten.
El alto grado de envejecimiento de la población española, a pesar de lo que tiene
de positivo por tratarse de un logro importante de la sociedad (debido principalmente al
avance de la medicina y a la mejora de las condiciones de vida) supone también un reto
sin precedentes. España se encontraba en el 2005 entre los 12 países más envejecidos
del mundo, con unos niveles próximos a la media europea tanto en la proporción
representada por los españoles de más de sesenta y cinco años en su conjunto, como en
la relativa a los ancianos más longevos (80+). Es significativo que el segmento de
población que más va a crecer en los próximos años el de los octogenarios. Cada vez las
personas viven más años. Sin embargo, la idea que deseamos transmitir en este libro es
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que no se trata de añadir más años a la vida, sino que los años que se vivan estén libres
de enfermedad; esto es, se vivan con salud física y mental.
El libro está especialmente dedicado a aquellas personas que han decidido
dedicar su esfuerzo profesional al cuidado y la atención de las personas mayores, uno de
los sectores con más futuro en los próximos años. Sobre todo, a nuestros alumnos del
programa de formación en Gerontología (Programa de Experto Profesional en
Gerontología y Programa Modular –Títulos de Experto Universitario y Master-- en
Gerontología y Atención a la Tercera Edad) del Área de la Salud de la UNED.
También va dirigido a los estudiantes de Tercer Ciclo e investigadores del
Programa de Doctorado en Envejecimiento y Enfermedades Neurodegenerativas
(MCD2003-00411) que han elegido dirigir sus esfuerzos al conocimiento y a la
investigación de los procesos cognitivos y cerebrales de las personas mayores,
intentando comprender qué pasa en la mente y en el cerebro humano cuando las
personas envejecen.
La situación de la población española con los cambios demográficos y sociales
que se han producido en los últimos años ha conducido a una situación caracterizada por
un aumento progresivo de las personas mayores y muy mayores, y el consecuente
aumento de las situaciones de dependencia. Mientras el número de personas que en
España tienen más de 65 años se ha duplicado en los últimos 30 años, el número de
personas mayores de 80 años se ha duplicado en 20 años. Esta situación demográfica
conlleva un aumento de los casos de dependencia entre las personas mayores. De todo
lo anterior se deduce la necesidad de formar a un gran número de personas que dirijan
sus esfuerzos profesionales a prestar la atención y los cuidados que estas requieren y
demandan estas personas.
5
A pesar de reconocer esta situación y de defender la necesidad de atender a las
situaciones de necesidad y dependencia que puedan tener las personas mayores, en este
libro apostamos por el envejecimiento saludable y deseamos promover el
envejecimiento sano física y mentalmente. Una forma de envejecer con salud, vitalidad,
motivación y emociones positivas que permita en envejecimiento saludable que evite en
lo posible la situación de dependencia.
Estructura de los Capítulos
Esta obra está especialmente pensada y diseñada para personas que siguen sus
estudios a través de la Enseñanza a Distancia, impartida en la Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED). Esta estructura ha probado ser eficaz en la enseñanza y
el aprendizaje de los estudiantes de grado y postgrado desde hace años. La metodología
seguida intenta ayudar al estudiante-lector en el proceso de su propio aprendizaje,
haciendo que se interese por el tema. Los capítulos del libro tienen todos ellos la misma
estructura comenzando por un Sumario de los contenidos que se van a desarrollar en el
mismo, seguido de una sección de Introducción al tema. El objetivo de esta sección es
motivar al lector sobre los contenidos que se desarrollan a continuación en el cuerpo del
capítulo. A la presentación de los contenidos, sigue un Resumen donde se incluyen los
puntos más importantes que conviene retener. La función de esta sección es que pueda
utilizarse para un rápido repaso de las principales ideas expuestas en el capítulo. De esta
forma, se puede fácilmente afianzar lo aprendido. El aprendizaje puede completarse
leyendo alguna de las referencias bibliográficas que se recomiendan en la sección
Lecturas recomendadas. La sección Palabras clave intentar ser como un diccionario
especializado en el que se definen los términos técnicos que se manejan en el capítulo.
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Una sección importante es la de Preguntas de revisión que aparece al final del
capítulo. Está demostrado científicamente que la revisión y comprobación de lo
estudiado ayuda a mejorar y reforzar el aprendizaje realizado. Un buen número de
trabajos de investigación publicados en el número monográfico
(Revisores Son y
Vandierendonck) “Bridging Cognitive Science and Education" del European Journal of
Cognitive Psychology (2007) confirman la afirmación anterior.
Finalmente, el cuerpo o parte central de cada Capítulo hace uso de Figuras,
Tablas y Recuadros que tienen como principal objetivo centrar la atención del lector y
ayudar a asimilar los contenidos e ideas principales desarrollados en el mismo.
Agradecimientos
La directora de esta obra agradece al Ministerio de Trabajo y Asuntos SocialesIMSERSO la concesión de la ayuda para realizar el proyecto de investigación (Ref.:
65/2006) “Influencia de la actividad física y la dieta equilibrada en la prevención del
envejecimiento cognitivo” que ha mostrado la importancia de llevar una vida activa para
la conservación y mejora de ciertos procesos cognitivos que se deterioran
tempranamente durante el proceso de envejecimiento. También agradece al Ministerio
de Educación y Ciencia, Dirección General de Investigación, la financiación del
proyecto (Ref.: SEJ2004-00752/ PSIC) “Envejecimiento cognitivo: Búsqueda de
marcadores para predecir el deterioro cognitivo en el envejecimiento normal y en la
Enfermedad de Alzheimer”.
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Envejecimiento Saludable: Aspectos Biológicos,
Psicológicos y Sociales
Soledad Ballesteros (Directora)
Universidad Nacional de Educación a Distancia
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PRIMERA PARTE
Aspectos Demográficos, Culturales y Psicosociales del
Envejecimiento
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Capítulo 1
ENVEJECIMIENTO SALUDABLE: UNA INTRODUCCIÓN
Soledad Ballesteros Jiménez
Universidad Nacional de Educación a Distancia
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SUMARIO
1.1. Introducción
1.2. Aspectos demográficos, culturales y psicosociales del envejecimiento
1.3. Aspectos biológicos y sanitarios del envejecimiento
1.4. Aspectos psicológicos del envejecimiento
1.4.1. Concepto de envejecimiento cognitivo
1.4.2. Envejecimiento y plasticidad cerebral
1.4.3. Principales cambios que se producen en los procesos cognitivos con la edad
1.4.4. Motivación, bienestar subjetivo y felicidad en la vejez
1.5. Modificación de conducta, recursos humanos y control de calidad de los servicios
gerontológicos
1.6. Resumen
1.7. Lecturas recomendadas
1.8. Palabras clave
1.9. Preguntas de revisión
1.10. Referencias bibliográficas
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1.1. Introducción
El envejecimiento es un fenómeno que afecta a todos los seres vivos, aunque de
manera diferente o con distinta intensidad (Arking, 1991). El ser humano no es una
excepción. El tema central de este libro es el envejecimiento saludable. Todas las
personas, como seres vivos que son, tienen que pasar por esta fase de la vida a no ser que
un accidente o una enfermedad les impida que lleguen a la vejez. En este libro queremos
resaltar la importancia de promover el envejecimiento sano, activo y saludable que evite
en lo posible el envejecimiento patológico. Desde hace tiempo los investigadores se han
interesado por intentar descubrir los factores que pudieran tener efectos beneficiosos y
que pudieran contribuir a promover el envejecimiento saludable. El estilo de vida en sus
distintos aspectos ha recibido bastante atención en los últimos años y la evidencia
acumulada a través de los resultados obtenidos en numerosos estudios sugiere que un
estilo de vida físicamente activo puede ayudar a atenuar los efectos negativos asociados
al envejecimiento fisiológico, reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades
cardiovasculares y puede mejorar el funcionamiento cognitivo.
La
neurociencia
cognitiva
ha
mostrado
que
enfermedades
cerebrales
neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer producen una pérdida permanente
de neuronas sin la posibilidad hasta ahora de regeneración celular. Sin embargo, estudios
recientes con roedores, primates y seres humanos han encontrado evidencia de que
ciertas áreas del cerebro tienen la posibilidad de regenerarse aunque no se conocen los
mecanismos a través de los cuales se produce esta reparación. La exposición a un
ambiente enriquecido (mayores oportunidades de aprendizaje, aumento de las
interacciones sociales y mayor actividad física) se ha encontrado que tiene efectos
positivos. En roedores adultos el ejercicio voluntario por sí solo es suficiente para
aumentar la neurogénesis en el giro dentado (van Praag, Kempermann, y Gage, 1999).
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En seres humanos, estudios realizados con imágenes cerebrales por resonancia
magnética funcional relacionan la influencia del ejercicio físico regular, no solo con la
mejora de la función cardiovascular sino también con la reducción de la pérdida de tejido
cerebral en el envejecimiento humano (Colcombe et al, 2003). Además, estudios
realizados con potenciales evocados han mostrado que mayores niveles de actividad
física en personas mayores están asociados a la reducción de los recursos neurales
dedicados a responder a tareas cognitivas sencillas (MacDowell, Kerrick, Santa Maria, y
Hatfield, 2003). Todos estos datos invitan por sí solos a continuar investigando en este
tema de máxima actualidad.
Este libro consta de 12 capítulos estructurados en torno a cuatro partes bien
diferenciadas. La Primera Parte se ocupa de los aspectos demográficos, culturales y
psicosociales del envejecimiento. Gómez-Redondo, Génova y Robles (Capítulo 2)
analizan el cambio demográfico que se ha producido en el siglo XX. Este cambio ha
llevado a la población española a convertirse en una de las poblaciones más envejecidas
del mundo debido especialmente a dos factores: al descenso de la mortalidad (en
concreto, por el incremento de la longevidad) y el descenso de la fecundidad. Un
objetivo principal del capítulo es estudiar detenidamente el binomio envejecimientolongevidad y su relación con la salud. En el Capítulo 3, Velasco realiza una
aproximación desde la antropología a los “sentidos del envejecimiento” en las distintas
culturas. La vida humana está formada por una secuencia de etapas y el concepto de
envejecimiento se encuentra indisolublemente ligado a las organizaciones sociales
(parentesco, sistemas de valores y creencias). El saber antropológico ayuda a
comprender la vejez proporcionando una visión cros-cultural que nos permite comparar
y apreciar diversos modos de atravesar las distintas etapas de la vida, y especialmente la
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vejez. Finalmente, en el Capítulo 4, Arias y Morales nos acercan a comprender el
envejecimiento desde el enfoque psicosociológico.
La Segunda Parte del libro está formada por dos capítulos que estudian el
fenómeno del envejecimiento desde el punto de vista biológico, neurológico y médicosanitario. En el Capítulo 5, Ruíz Grima analiza las principales teorías del
envejecimiento fisiológico para centrarse en los grandes síndromes geriátricos como la
incontinencia urinaria, la depresión, las caídas, la hipotermia o la malnutrición que
constituyen muchas veces manifestaciones de diversas patologías que condicionan la
situación funcional del anciano y dificultan o impiden el envejecimiento sano. En la
primera parte del Capítulo 6, Dobato analiza el envejecimiento fisiológico normal del
sistema nervioso y los cambios que se producen en la personalidad, la conducta y la
cognición en el anciano. La segunda parte del mismo está dedicada al estudio de
enfermedades neurológicas concretas producidas por el envejecimiento cerebral
patológico.
La Tercera Parte de esta obra se dedica al estudio de los aspectos psicológicos del
envejecimiento. El Capítulo 7 revisa resultados de la neurociencia cognitiva que
muestran que los cambios cerebrales que se producen con la edad son más marcados en
unas zonas del cerebro que en otras. Concretamente, en estos momentos está bien
documentada la especial vulnerabilidad de la corteza prefrontal y el hipocampo, regiones
específicamente relacionadas con el control de la atención y las funciones ejecutivas, y
con la memoria episódica, respectivamente. En este capítulo revisamos los resultados de
un estudio reciente en el que hemos encontrado efectos positivos del ejercicio físico y la
dieta rica en elementos antioxidantes en el mantenimiento de ciertos procesos cognitivos
como son el control ejecutivo y la velocidad de procesamiento de la información, dos
procesos que se deterioran con la edad. Palmero y Meilán, en el Capítulo 8, analizan el
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tema de la motivación en las personas mayores considerando principalmente tres
aspectos: El concepto del proceso de motivación, la importancia de la edad en los
motivos de los mayores, y el análisis de algunos motivos fundamentales en los mayores.
García, en el Capítulo 9, trata un tema importante cuando pensamos en la vejez, el
bienestar subjetivo y la felicidad. En contra de lo que se piensa, no existen fundamentos
científicos que sustenten la creencia bastante extendida de que las personas mayores
sienten menos bienestar subjetivo y son más infelices que los jóvenes, a pesar de las
situaciones de pérdida que suelen producirse a esas edades.
Finalmente, la Cuarta Parte de este libro trata de la modificación de conductas
problemáticas en contextos gerontológicos, de los recursos humanos y del control de
calidad de los servicios en centros residenciales. El Capítulo 10 aborda un interesante
tema desde el punto de vista práctico, proponiendo técnicas eficaces de modificación de
conductas que resultan problemáticas en ambientes gerontológicos. Vallejo y Jordán
presentan una serie de métodos dirigidos a aumentar las conductas adaptadas de los
residentes en instituciones de mayores y a eliminar las conductas problemáticas que más
frecuentemente se producen en estos centros, dificultando la convivencia entre los
mayores y produciendo un deterioro en las relaciones con el personal. Ruíz Grima, en el
Capítulo 11, se ocupa de la valoración geriátrica integral y presenta los instrumentos y
técnicas más utilizados en este campo, dedicando especial atención a la organización del
trabajo en contextos geriátricos. Finalmente, en el Capítulo 12, Reales trata del control
de la calidad en las instituciones y de la evaluación y la mejora continua de los servicios
que prestan a los usuarios de las residencias de personas mayores.
1.2. Aspectos demográficos, culturales y psicosociales del
envejecimiento
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Una característica importante de los países desarrollados es el envejecimiento de
su población. Al envejecimiento actual de la población española se llega por dos
factores principales: (a) el aumento de la esperanza de vida de la población; y (b) la
disminución de la tasa de natalidad. Como señalan Gómez Redondo, Maleras y Robles
(Capítulo 2), España está actualmente entre los 12 países más envejecidos del mundo,
con unos niveles próximos a la media europea tanto en la proporción representada por
los españoles de más de sesenta y cinco años en su conjunto, como en la relativa a los
ancianos más longevos (los de más de 80 años de edad). Gómez Redondo y
colaboradores realizan un estudio pormenorizado de los factores que han contribuido al
envejecimiento de la población española durante la segunda mitad del siglo XX,
haciendo hincapié en la reducción de la natalidad, las migraciones y el descenso de la
mortalidad como las principales causas de este fenómeno demográfico. Como muy
acertadamente recuerdan estos investigadores, la “conquista” de la longevidad aunque
puede entenderse como un logro por lo que implica de control sobre la muerte, en sí
misma no es sinónimo de salud ya que una larga vida no significa necesariamente que
la vida haya sido vivida con calidad de vida; esto es, con salud.
A través de un interesante análisis demográfico de la población española en
relación con la salud, estos autores señalan ciertas tendencias relevantes como son el
hecho de que, sobre todo en las mujeres, paralelamente al aumento de la esperanza de
vida al nacer se produzca un aumento de vida media, proporcionalmente mayor en las
edades ancianas que en el resto de la población. Además, a pesar de que a lo largo del
ciclo vital se produce una disminución de la salud y aumenta de la discapacidad, la
esperanza de vida “en buena salud percibida” y sin discapacidad aumenta entre los
ancianos en la misma medida que la esperanza de vida a los 65 años. Estos autores
señalan también que las enfermedades de las que mueren los españoles no son las
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mismas que las que reducen su calidad de vida durante la vejez. La situación española
es un ejemplo de equilibrio con frecuentes oscilaciones entre la larga vida alcanzada por
su población y la salud que se disfruta al llegar a la ancianidad. Un dato interesante es
que aunque las mujeres viven más años que los hombres, estos disfrutan de mejor salud,
produciéndose lo que se ha denominado la feminización de la población anciana, pero
también de la discapacidad.
Aunque la mayoría de las personas tienen un envejecimiento normal, debido al
fenómeno del envejecimiento de la población, cada vez más personas van a tener un
envejecimiento patológico. De aquí que uno de los desafíos más importantes de las
sociedades desarrolladas sea encontrar formas eficaces que permitan afrontar el rápido
envejecimiento de la población, y dar respuestas adecuadas a los problemas que
plantean la discapacidad y el envejecimiento físico y cognitivo de la población
(Ballesteros, 2004). El buen funcionamiento cognitivo es uno de los principales
determinantes de la calidad de vida de las personas mayores. El envejecimiento, pero
sobre todo enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad como el Alzheimer y
el Parkinson producen trastornos cognitivos y conductuales que disminuyen de forma
importante la calidad de vida de las personas mayores que padecen estas enfermedades
y de sus familias y afectan a toda la sociedad en su conjunto ya que inciden
negativamente aumentando los costes de los servicios sanitarios.
Las personas viven actualmente muchos más años que vivían hace un siglo. Sin
embargo, las preguntas que debemos plantear tienen que ver con qué puede hacerse para
mejorar la calidad de vida de las personas mayores, cómo pueden estas personas
mejorar su bienestar físico, social y, sobre todo, mental; cómo puede ampliarse la
esperanza de vida saludable de un número cada vez mayor de personas, qué puede
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hacerse para que las personas mayores sean más productivas y cómo se puede mejorar
su calidad de vida.
El envejecimiento no es solamente un proceso individual y biológico, defiende
Velasco (ver Capítulo 3), sino se trata de un proceso mediado por la cultura en el
sentido de que las etapas de la vida no tienen un carácter universal a través de todas las
culturas. De aquí que en las sociedades humanas, la vejez tenga distintos significados y
valores. En algunas sociedades los grados de edad son importantes y sirven como
principio organizativo dentro del grupo. El envejecimiento se define y se percibe como
estar en posesión de saberes. El viejo es el sabio del grupo. En este sentido, la edad no
se cuenta de modo cronológico por los años vividos sino como modos de control que la
sociedad utiliza para que se cumplan ciertos roles rituales que garanticen el buen
funcionamiento del grupo social. Con la edad, sus miembros cambian de estatus, de
posición relativa dentro del grupo. Frente a esta manera tradicional de entender la vejez,
en las sociedades modernas la vejez tiene un destino individual, habiendo quedad
prácticamente desprovista de roles.
Como señala Velasco, en las sociedades post-industriales el envejecimiento ya no
se entiende como “estar en la posesión de saberes” sino por la decadencia del cuerpo, y
nos permitimos añadir, por de deterioro de los procesos cognitivos. La forma de
entender la vejez en la actualidad, se centra en el cuerpo que es objeto de atención y
recelo ante la aparición de ciertos síntomas que presagian la decadencia. Para una
sociedad que se centra en el cultivo del cuerpo resulta muy duro percibir su decadencia.
A esto se une que los viejos son apartados de los roles públicos, de la vida productiva,
de las responsabilidades políticas y económicas….. El cultivo del cuerpo, tan
importante en la juventud, empieza a descuidarse en muchos casos con la aparición de
los síntomas de la vejez. Un fenómeno característico de las sociedades post-industriales,
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según Velasco, es la resistencia al envejecimiento que se manifiesta como un rechazo
por parte de los mayores a llegar a ser una carga para los demás, especialmente los
hijos. Una forma que adopta esta resistencia a la vejez es intentando mantener la buena
“imagen física”, queriendo enmascarar la edad cronológica con pautas cuidadas de
arreglo personal, pero sobre todo, manteniendo un elevado “nivel de actividad”. Esta
actividad puede entenderse a muchos niveles por tratarse de una palabra polisémica.
Estos niveles van desde la actividad física hasta la implicación en actividades de ocio o
la participación en la vida social. Todo esto sugiere, Según Velasco, la focalización en
el cuerpo característica de la sociedad actual supone una forma de hacerse presentes los
seres humanos en la sociedad en la que desarrollan sus vidas.
Arias y Morales, en el Capítulo 4, introducen al lector en el marco sociológico
del envejecimiento de las sociedades modernas que sirve para analizar las tendencias
poblacionales. Este enfoque permite introducir el concepto de esperanza de vida que
tendrá un impacto directo en el ciclo vital de las personas. En él se describe la
herramienta gráfica que sirve al estudio de las tendencias poblacionales: las pirámides
poblacionales y se destaca el tipo y el valor de la información que aportan.
Posteriormente se completa el estudio del envejecimiento actual analizando los procesos
sociales y societales que lo han impulsado. El núcleo central del capítulo se dedica al
análisis psicosocial del envejecimiento. Esta perspectiva introduce al lector en el
envejecimiento como un fenómeno construido socialmente y en el análisis de los
factores que inciden en la experiencia del envejecimiento.
El estudio de los estereotipos de la edad permite identificar una serie de
creencias sobre el envejecimiento que están ampliamente difundidas en la sociedad. Se
describen los efectos de los estereotipos en la percepción, de los mayores y los
mecanismos a través de los que actúan. Otro concepto importante es el del de
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edadeísmo en el sentido de que el grupo de los mayores es evaluado más negativamente
que otros grupos de edad.
1.3. Aspectos biológicos y sanitarios del envejecimiento
El envejecimiento es un hecho demográfico y cultural pero se trata
indudablemente de un hecho biológico que ni siquiera es exclusivo del ser humano ya
que por él pasan todos los seres vivos sin excepción. Lo importante, sin embargo, es que
no afecta a todas las personas por igual. Pero además, ni siquiera afecta por igual a los
distintos órganos del cuerpo humano y, en especial, del cerebro. La Segunda Parte de
este libro se dedica al estudio de los aspectos biológicos, neurológicos y médicosanitarios relacionados con el envejecimiento desde dos vertientes importantes, una más
general dedicada a describir aquellos síndromes más frecuentes en el anciano (Capítulo
5) y otra dedicada más directamente al estudio de las enfermedades de los mayores que
tienen su base en el mal funcionamiento del sistema nervioso y, en especial, del cerebro
(Capítulo 6).
Como acertadamente señala Ruiz Grima (Capítulo 5), en muchos casos, la edad
cronológica de una persona no se corresponde con su edad biológica. Podemos
encontrarnos con personas mayores que presentan un organismo joven, pero también
puede darse el caso contrario; esto es, personas jóvenes cuya edad biológica es mayor
que su edad cronológica. Sin embargo, como recuerda Ruiz Grima, a pesar de que se ha
intentado medir la edad biológica de las personas, hasta ahora no se han realizado
progresos dignos de mención. En este Capítulo se define el concepto envejecimiento
desde el punto de vista fisiológico y se pasa revista a las principales teorías que se han
propuesto para tratar de explicar el envejecimiento. Una parte importante del capítulo se
dedica al estudio de los grandes síndromes geriátricos. El diagnóstico temprano y la
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prescripción del tratamiento más adecuado para cada caso es de primordial importancia
y contribuye muy directamente a la calidad de vida de los mayores.
Si es importante conocer los grandes síndromes geriátricos que afectan al buen
funcionamiento de los distintos órganos y sistemas, no lo es menos adquirir ciertos
conocimientos sobre las bases del envejecimiento cerebral. Dobato en el Capítulo 6
expone los mecanismos principales a los que se han atribuido el envejecimiento de las
células del sistema nervioso. El objetivo de autor es proporcionar al lector una visión
general del envejecimiento cerebral, normal y patológico, y su atención en una consulta
de Neurología. Dobato, presta una especial atención al estudio del envejecimiento
cerebral patológico, centrándose especialmente en la demencia, en general, y en la
enfermedad de Alzheimer, en particular, debido a que se trata de la demencia más
frecuente. No en vano se denomina a esta enfermedad neurológica la “epidemia del
siglo XXI” por sus consecuencias y repercusiones sanitarias y sociales. También se
detiene a tratar los trastornos extrapiramidales y cerebrovasculares más frecuentes en el
anciano, indicando brevemente una serie de herramientas diagnósticas útiles en la
valoración de estos trastornos.
1.4. Aspectos psicológicos del envejecimiento
El envejecimiento está asociado con el deterioro de muchos procesos sensoriales y
cognitivos (Baltes y Linderberger, 1997) y de muchas funciones psicológicas y
cerebrales (Rodrigue y Raz, 2004). La vejez viene acompañada de transformaciones
estructurales y funcionales importantes en prácticamente todos los órganos y sistemas,
incluido el Sistema Nervioso Central (SNC) (Raz, 2001). Los cambios principales se
producen en áreas de la corteza cerebral frontales, parietales y temporales. El estudio de
los volúmenes de las distintas regiones corticales ha mostrado la vulnerabilidad
21
temprana de la corteza prefrontal lateral implicada en las funciones de control ejecutivo
y del control de la atención y del hipocampo y del sistema temporal-medio del que
depende la memoria episódica (ver Figura 1.1). Este deterioro cerebral parece ser la
causa del deterioro de estas funciones cognitivas con la edad. Sin embargo, no se ha
encontrado deterioro en tareas de vocabulario y de memoria implícita (facilitación
perceptiva no consciente) ya que la actuación de los mayores es semejante a la de los
adultos jóvenes (Ballesteros y Reales, 2004; Ballesteros, Reales, & García, en prensa;
Park et al., 1996).
Figura 1.1. Vista del cerebro humano en el que se muestra la localización del
hipocampo, la circunvolución del parahipocampo, y la corteza prefrontal.
Dado el aumento del número de personas mayores en la sociedad actual y el
elevado coste personal, económico, social, personal y familiar asociado al deterioro
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cognitivo y a la dependencia que produce es fundamental identificar los factores que
puedan ayudar a reducir o, incluso, invertir el deterioro cognitivo. Una serie de
resultados recientes bastante prometedores parecen confirmar la relación existente entre
la buena forma física cardiovascular y la degeneración neural; esto es, parece que las
pérdidas de tejido neural, habituales en el envejecimiento, pueden reducirse con el
ejercicio físico (Colcombe et al., 2003). En el Capítulo 7 se resaltan algunos resultados
recientes que apoyan la idea de que el ejercicio físico continuado puede ser una forma
de intervención que favorezca la conservación de las funciones cognitivas durante el
proceso de envejecimiento o, al menos, alguna de ellas.
La investigación sobre el envejecimiento cognitivo es hoy una “nueva frontera”
de las ciencias humanas (Dixon y Nilsson, 2005) que integra las aportaciones de la
psicología cognitiva del envejecimiento y la psicología del ciclo vital. En la actualidad,
disciplinas científicas como la neurociencia, la farmacología, la epidemiología, la
genética, la biología y las ciencias de la salud están realizando aportaciones muy
interesantes al estudio del envejecimiento cognitivo. En concreto, hay que resaltar las
aportaciones que está realizando en la comprensión de lo que significa el
envejecimiento cognitivo una nueva disciplina conocida como neurociencia cognitiva
del envejecimiento (Cabeza, Nyberg, y Park, 2005). El principal objetivo de esta ciencia
es el estudio de los cambios que se producen en el cerebro humano a nivel neural como
consecuencia del envejecimiento. El estudio de los cambios anatómico-fisiológicos ha
consistido preferentemente en la descripción de los procesos de atrofia cerebral y en la
pérdida de sinapsis. En la actualidad, cada día son más numerosos los estudios que
combinan el estudio de los procesos cognitivos desde un punto conductual con la
aproximación neurológica. De esta forma, esta siendo posible estudiar los efectos del
23
envejecimiento, tanto en los procesos cognitivos como en los cerebrales (Cabeza et al.,
2005).
1.4. 1. Concepto de envejecimiento cognitivo
Todos los seres vivos con el paso del tiempo sufren un deterioro físico que
conduce al final irreversiblemente a la muerte. El hombre, como el resto de los seres
vivos, nace, se desarrolla, se reproduce y muere. Una vez superado el periodo de la vida
reproductiva, entra en un proceso de involución y deterioro progresivo de sus funciones
físicas y mentales que le va a llevar a la muerte cierta, aunque cada vez se produzca más
tarde. Lo que ocurre es que incluso dentro de una misma especie, todos los individuos
no envejecen al mismo tiempo ni lo hacen de la misma forma. En cada caso particular,
los factores genéticos interactúan con factores ambientales para producir una amplia
diversidad de modos y tiempos de envejecer. El componente ambiental marca las pautas
del envejecimiento. Por eso, es importante tener muy presente que cada individuo tiene
en su mano mejorar su calidad de vida física y mental en esta etapa de la vida. La
adhesión a formas de vida activa y saludable a lo largo de la vida contribuye a que las
personas envejezcan de forma saludable. Hay que comprender que seguir pautas de vida
saludable redunda en el mantenimiento de la salud física y mental de las personas
mayores.
Los investigadores en envejecimiento cognitivo han intentado descubrir si el
deterioro cognitivo asociado a la edad puede explicarse mediante un único mecanismo
psicológico. Como se ha observado que este deterioro es bastante generalizado en un
amplio número de habilidades mentales, los investigadores han intentado buscar una
causa común a los cambios cognitivos asociados a la edad en la creencia de que debe
24
existir un mecanismo causal único, responsable de los cambios evolutivos encontrados
(ver Ballesteros, 2002).
Hay que distinguir entre envejecimiento normal y envejecimiento patológico.
Por el primero se entiende aquella forma de envejecer se produce sin que se den
enfermedades mentales o biológicas; se trata de personas mayores que no padecen
patologías de tipo físico o psicológico a pesar de que muchas de ellas puedan tener una
edad avanzada. El envejecimiento patológico, por el contrario, se caracteriza por un
envejecimiento que viene marcado por distintas enfermedades físicas y mentales. Un
ejemplo típico del envejecimiento patológico es el que se produce cuando la persona
mayor padece la demencia conocida como enfermedad de Alzheimer (Baltes y Baltes,
1990). La calidad de vida de las personas mayores va a depender del tipo de
envejecimiento que tengan. No nos cansaremos de subrayar que las personas pueden
hacer mucho por conseguir un envejecimiento activo.
1.4.2. Envejecimiento y plasticidad cerebral
Los resultados de más de un siglo de investigación sobre el envejecimiento cerebral
indican que con la edad se produce una reducción en el peso y volumen del cerebro de en
torno a un 2% por cada década que pasa (Raz, 2001). Estos cambios se producen incluso
en los mayores sanos que no muestran grandes declives en sus procesos cognitivos (Raz et
al., 2005). La neurociencia cognitiva actual utiliza la técnica de las imágenes cerebrales
para estudiar las transformaciones estructurales y funcionales que se producen en las
distintas formaciones del cerebro en el curso del envejecimiento. Estos estudios han puesto
de manifiesto que el sistema nervioso central presenta alteraciones asociadas a la edad y
que estos cambios son más marcados en unas zonas del cerebro que en otras (Raz, 2001;
Raz et al., 2004; Rodrigue y Raz, 2004; Raz et al., 2000). Para explicar lo qué ocurre en el
25
cerebro humano durante el proceso de envejecimiento, la neurociencia ha propuesto la
hipótesis de la dediferenciación. Según esta hipótesis existe menos especificidad entre los
mayores que entre los jóvenes en aquellas regiones del cerebro encargadas de realizar las
diferentes tareas cognitivas (Cabeza, 2002). Esto significa que los mayores utilizan otras
áreas corticales para compensar la pérdida de eficiencia neural en ciertas zonas del cerebro,
como puede ser la corteza prefrontal. Otros investigadores, sin embargo, lo interpretan
como una señal del deterioro cognitivo. Estos resultados sugieren que incluso las personas
que envejecen de forma patológica pueden beneficiarse cognitivamente realizando
ejercicio físico.
Los resultados disponibles hasta ahora resultan insuficientes y la investigación futura
deberá aclarar los efectos moderadores que ejercen sobre el envejecimiento cognitivo
factores como el tipo de entrenamiento, la duración del programa y la duración de las
sesiones de entrenamiento. El estudio reciente de los volúmenes de distintas regiones de la
corteza cerebral asociadas a diferentes procesos cognitivos ha confirmado la diferente
vulnerabilidad de la corteza prefrontal lateral (implicada en las funciones ejecutivas y el
control de la atención) que muestra un lento declive del volumen cortical durante el
proceso de envejecimiento. La zona del hipocampo (implicado en la memoria episódica
voluntaria y consciente) muestra un declive acelerado a partir de los 50 años de edad (Raz
et al., 2004). La lesión en esta zona del cerebro produce amnesia comparable al deterioro
de la memoria mostrado en la demencia tipo Alzheimer (Ballesteros, 2002; Ballesteros y
Reales, 2004; Prull, Gabrieli, y Bunge, 2000). Numerosos estudios “en vivo” de la corteza
cerebral en humanos muestran diversos grados de reducción asociados a la edad en áreas
bien delimitadas del cerebro. La parte más deteriorada es la corteza prefrontal, a esta le
siguen las regiones temporales y parietales de la corteza cerebral. Por el contrario, los
lóbulos occipitales son los que muestran los menores efectos asociados a la edad (Raz,
26
2001). Esto explicaría la memoria implícita intacta que muestran los mayores para
estímulos procesados a partir de las distintas modalidades sensoriales (visión, tacto,
audición). La principal tarea de la neurociencia cognitiva es descubrir las relaciones
existentes entre el cerebro y la conducta. Si queremos diseñar programas de intervención
efectivos tendentes a superar o aliviar los efectos negativos del envejecimiento, es preciso
comprender cómo se relacionan los cambios producidos en la estructura del cerebro con
los cambios conductuales, y en qué medida ciertas variables relacionadas con estilos de
vida saludables y activos, una dieta equilibrada y otros factores pueden prevenir el
deterioro cognitivo producido como resultado de las alteraciones del sistema nervioso
central (SNC) y pueden contribuir a proporcionar a los mayores una mejor calidad de vida.
Enfermedades cerebrales neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer
producen una pérdida permanente de neuronas sin la posibilidad hasta ahora de que se
produzca la regeneración celular. Sin embargo, estudios recientes con roedores,
primates y seres humanos han encontrado que ciertas áreas del cerebro tienen la
posibilidad de regenerarse aunque no se conozcan los mecanismos a través de los cuales
se produce esta reparación. La exposición a un ambiente enriquecido (mayores
oportunidades de aprendizaje, aumento de las interacciones sociales y mayor actividad
física) aumenta la neurogénesis en el giro dentado de roedores adultos (van Praag,
Kempermann, y Gage, 1999). En seres humanos, estudios realizados con imágenes
cerebrales por resonancia magnética funcional relacionan la influencia del ejercicio
físico regular, no solo con la mejora de la función cardiovascular sino también supone
una base biológica sólida del beneficio del ejercicio en la salud cerebral de los mayores
con la reducción de pérdida de tejido cerebral en el envejecimiento humano (Colcombe
et al, 2003). Por otro lado, estudios sobre la actividad cerebral realizados con
potenciales evocados han mostrado que mayores niveles de actividad física en personas
27
mayores están asociados a la reducción de los recursos neurales dedicados a responder a
sencillas tareas cognitivas (MacDowell, Kerrick, Santa Maria, y Hatfield, 2003).
1.4.3. Principales cambios que se producen en los procesos
cognitivos con la edad
Se sabe que los procesos sensoriales sufren un deterioro con la edad y parecen
indicar el estado del funcionamiento neurobiológico. Otras habilidades mentales como
la velocidad perceptiva, el razonamiento, la memoria episódica, la fluidez verbal o la
inteligencia, también se deterioran con la edad (Baltes y Linderberger, 1997). Sin
embargo, existen habilidades mentales como el vocabulario y la memoria implícita que
apenas sufren deterioro con la edad (Park et al., 1996; Ballesteros & Reales, 2004;
Ballesteros, Reales, y Mayas, 2007). De estos mecanismos, el menos conocido es el de
la inhibición y es, junto a los distintos sistemas de memoria, el que requiere más
investigación en la actualidad. Sin embargo, la inhibición hay que entenderla como una
función multifactorial más que como un concepto único. Los problemas inhibitorios no
dependen exclusivamente de la corteza prefrontal sino que, como ha indicado Andrés
(2006), también dependen de la corteza parietal y temporal, y probablemente de otras
regiones subcorticales.
El deterioro de las funciones cognitivas con la edad puede ir desde el déficit ligero
de la memoria declarativa, que se manifiesta a través de las llamadas “quejas de
memoria”, (Ballesteros, 2002) hasta la demencia (como la enfermedad de Alzheimer, la
demencia vascular y otros tipos de demencia). Los procesos que más se deterioran con
la edad son la velocidad de procesamiento de la información, la memoria episódica, los
procesos de control ejecutivo y la atención selectiva. Otros procesos psicológicos no
sufren apenas deterioro durante el proceso de envejecimiento. Por ejemplo, sabemos
que la memoria implícita evaluada a través de la facilitación perceptiva para estímulos
28
procesados a través de las distintas modalidades sensoriales, como la visión (Ballesteros
et al., 2007), el tacto (Ballesteros y Reales, 2004) o el olfato (Fusari y Ballesteros, 2006)
se mantienen sin apenas cambios con la edad. Lo mismo ocurre con el vocabulario y el
conocimiento verbal (Ballesteros, 2002). Estudios recientes de nuestro laboratorio han
mostrado que la memoria implícita de objetos presentados al tacto sin visión se
mantiene, no sólo en mayores sanos controles, sino también en enfermos de Alzheimer
(EA) en las primeras fases de la enfermedad. Esta facilitación perceptiva es semejante
en los mayores que en los adultos jóvenes.
Numerosos estudios han mostrado que existen diferencias significativas en la
actuación de adultos jóvenes y mayores en tareas de memoria episódica (explícita). La
memoria declarativa (explícita, consciente) de los jóvenes es mejor que la de los viejos
(LaVoie y Light, 1994). Se ha observado que las personas mayores presentan mejor
memoria declarativa para la información adquirida antes en la vida que para la
información adquirida más recientemente. Todos tenemos experiencias en las que los
viejos demuestran que se acuerdan mejor de hechos de su infancia y juventud mientras
tiene dificultad para recordar cosas que les han ocurrido poco tiempo antes. Esto sugiere
que pueden tener lesionado el lóbulo temporal medio que, como acabamos de ver, es
una región fundamental para la memoria declarativa (Prull et al., 2000).
Lo que más llama la atención sobre el envejecimiento de la memoria es que la
actuación de las personas mayores en pruebas de memoria varía mucho en función del
tipo de tarea. Por ejemplo, en pruebas de recuerdo libre en las que no se proporcionan
claves que puedan ayudar en la recuperación, los viejos actúan peor que los jóvenes. Sin
embargo, cuando la memoria se pone a prueba mediante pruebas de reconocimiento en
las que se presentan los estímulos (e.g., palabras, dibujos, objetos) para que señalen
29
cuáles de estos estímulos se presentaron previamente y cuáles no, ambos grupos actúan
de forma similar.
La neuropsicología cognitiva utilizando las nuevas técnicas de imágenes
cerebrales permite en la actualidad contestar a esta pregunta. Hace tiempo se pensaba
que con los años se producía una reducción importante del número de neuronas
cerebrales. Sin embargo, estudios recientes en los que se han mejorado las técnicas de
conteo y se han excluido pacientes de Alzheimer y otras enfermedades cerebrales han
demostrado que en el envejecimiento normal dicha pérdida es inexistente o muy
pequeña (Gómez-Isla et al., 1996). ¿Por qué las personas mayores tienen menos
memoria que los jóvenes? Aunque el envejecimiento no produce pérdidas importantes
en el número de neuronas de la corteza cerebral, si se ha observado que se produce
pérdidas de neuronas en algunas estructuras subcorticales como los núcleos basales.
Estas estructuras son precisamente las que proporcionan al hipocampo la acetilcolina
que es un mensajero químico necesario para el buen funcionamiento de la memoria.
Cuando estas estructuras se lesionan aparece la amnesia. Por tanto, la pérdida de
neuronas en esta parte del cerebro puede explicar los déficits de memoria asociada a la
edad (Golomb et al., 1994). Se ha encontrado, sin embargo, que en el envejecimiento
se produce atrofia cerebral en las regiones frontales del cerebro que presentan una
reducción del riego sanguíneo y menor consumo de glucosa. Esta parte del cerebro
influye más en las pruebas de recuerdo que en las de reconocimiento. Esto podría
explicar por qué las personas mayores actúan peor que los adultos jóvenes en esas
pruebas. También depende de las regiones frontales del cerebro la memoria temporal
(memoria prospectiva). Esto podría explicar que los viejos olviden más que los jóvenes
las cosas que tienen que hacer en el futuro.
30
A pesar de la implicación de los lóbulos frontales en ciertas tareas de memoria,
cuando se enseña a las personas mayores a utilizar el conocimiento que poseen para
codificar nueva información que han de retener de una manera elaborada, y después se
les proporcionan claves o pistas que ayuden en la recuperación de la información así
codificada se ha encontrado que no existen diferencias en la actuación de jóvenes y
mayores. Esto es una buena noticia porque cuando los mayores ponen más esfuerzo y
procesan la información que desean retener de forma semántica (con significado) y la
relacionan con conocimientos previos que puedan poseer, la retención de la información
mejora. La memoria semántica presenta menos deterioro con la edad que la memoria
episódica.
Nuestro Premio Nobel en Medicina (1904), D. Santiago Ramón y Cajal (ver
Figura 1.2), refiriéndose a la memoria dijo que se trataba del don más maravilloso de la
vida y que tan preciosa propiedad del cerebro flaqueaba lamentablemente en la senectud
pero, añadía, el viejo duplicando o triplicando el trabajo podrá conseguir un rendimiento
tan bueno como el del joven.
31
Figura 1.2. D. Santiago Ramón y Cajal (1852-1934). Obtuvo el Premio Nobel en
Fisiología y Medicina en 1906.9En 1934 publicó su libro “El mundo visto a los ochenta
años”.En
La memoria no declarativa
La memoria no declarativa está formada por otras formas de aprendizaje y
memoria que no dependen del sistema de memoria temporal medio y de las demás
estructuras cerebrales de las que depende la memoria declarativa (Prull et al., 2000).
Este tipo de memorias se evalúan de forma indirecta o implícita a través de pruebas que
no exigen la recuperación voluntaria y consciente de la información.
La memoria implícita, puesta de manifiesto a través de la existencia de priming
perceptivo, supone la mejor actuación con estímulos presentados previamente (durante
la fase de estudio) que con otros presentados en la fase de prueba de la memoria en
condiciones en las que la persona no tiene que recordar de forma voluntaria o explícita
la fuente de información, ni debe poner en marcha algún tipo de estrategia de
recuperación consciente de la información previamente presentada. Un gran número de
estudios realizados en la modalidad visual con mayores en los que se han utilizado una
amplia variedad de estímulos (e.g., palabras, dibujos, objetos, fragmentos de palabra y
de dibujos, etc.) han mostrado que los viejos presentan la misma cantidad de priming o,
a veces, un poco menos que los jóvenes (Fleischman y Gabrieli,1998; LaVoie y Light,
1994). Datos recientes obtenidos en nuestro laboratorio han mostrado los mismos
resultados en la modalidad háptica (sin visión). Jóvenes, enfermos de Alzheimer y
mayores sanos, que actuaban como control, mostraron una memoria implícita semejante
en una prueba de identificación rápida de objetos presentados al tacto sin visión
(Ballesteros y Reales, 2004). El mantenimiento del priming perceptivo en la vejez
parece estar presente para estímulos presentados a través de las distintas modalidades.
32
Un estudio reciente ha mostrado la existencia de memoria implícita para olores
familiares de estímulos comestibles y no comestibles en las personas mayores semejante
a la de los adultos jóvenes. Lo que es más destacable, la facilitación perceptiva para los
estímulos presentados en la fase de estudio se mantuvo con la misma intensidad al cabo
de un mes tanto en los adultos jóvenes como en las personas mayores (Fusari y
Ballesteros, 2006). Estos resultados sugieren que la memoria implícita olfativa no se
deteriora con la edad y es de larga duración.
Dadas las disociaciones encontradas entre las pruebas de memoria explícita e
implícita, se ha propuesto la existencia del sistema de representación perceptual
encargado de procesar información sensorial y perceptiva recogida a través de las
distintas modalidades sensoriales. Las localizaciones cerebrales estarían en las regiones
del cerebro asociadas con el procesamiento temprano de la información perceptiva,
principalmente en la corteza occipital (Tulving y Schacter, 1990). El sistema de
representación perceptual que desempeña un papel primordial en el priming perceptivo,
parece que se mantiene relativamente intacto con la edad a pesar de que como hemos
visto más arriba en este capítulo, se dan pérdidas importantes con la edad en los
sistemas sensoriales (visión, audición, tacto, olfato).
Una pregunta para la psicología del envejecimiento es si estas habilidades
cognitivas pueden entrenarse en la vejez para minimizar los efectos del deterioro. La
respuesta es un sí rotundo. Lo mismo que puede entrenarse al estudiante a utilizar mejor
sus recursos mentales y a aprender de manera más eficiente, se puede también entrenar
la memoria y los procesos cognitivos de los viejos para minimizar los efectos negativos
del envejecimiento (ver Ballesteros 2001, Cap. 8; Ballesteros, 2002, Cap. 8). Con este
fin se han desarrollado programas de entrenamiento de las habilidades cognitivas
33
unifactoriales (que trabajan un solo factor) y multifactoriales (que trabajan varios
procesos).
Resumiendo, las habilidades cognitivas se deterioran durante el proceso de
envejecimiento aunque este deterioro no se produce en todas las habilidades cognitivas,
ni lo hace con la misma intensidad. Además, existen muchas diferencias individuales
porque las personas no se deterioran de la misma manera. La formación del anciano y su
capacidad de partida van a ser factores muy importantes que van a influir en este
proceso de deterioro que se produce con la edad.
1.4.4. Motivación, bienestar subjetivo y felicidad en la vejez
Como hemos indicado en otro lugar (Ballesteros, 2000, Cap. 31), el estudio de la
motivación y de la emoción se ha considerado tradicionalmente como uno de los temas
centrales de la psicología durante la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, a partir
de la segunda mitad del siglo, con la llegada de la psicología cognitiva, se fue
abandonando el interés por el estudio de los aspectos motivacionales y afectivos del
comportamiento en beneficio de los procesos cognitivos. En la actualidad, está lejos de
toda duda que en el estudio de los procesos psicológicos estaría claramente incompleto
si se desatendieran los aspectos motivacionales y afectivos.
El estudio de la motivación en las personas mayores (Capítulo 8) tiene un
enorme interés aunque todavía queda mucho por aprender en este campo. A pesar de
que en ocasiones la vejez se ha asociado a “apatía” e “indiferencia”, esta interpretación
carece de fundamento científico y parece profundamente equivocada. Lo que parece
ocurrir es que las personas mayores son más selectivas a la hora de definir las metas que
se proponen alcanzar que los jóvenes y concentran su interés en la consecución de
aquellas que están relacionadas con un objetivo relevante para ellas. Como señalan
34
Palmero y Meylán, motivación implica dinamismo funcional en el sentido de que
incrementa la probabilidad de adaptación del organismo a las condiciones del medio en
el que vive. El estudio de la motivación supone la existencia de necesidades en el ser
humano. Estas necesidades producen activación y proporcionan la energía necesaria
para la realización de alguna conducta, a la vez que dirige al organismo hacia la
consecución de metas que satisfagan esas necesidades. El problema está en que no
existe acuerdo sobre cuántas y cuáles son esas necesidades fundamentales. Un estudio
realizado por Palmero y Meylán tuvo como objetivo comprobar la jerarquía de
necesidades existentes en la sociedad española teniendo en cuenta el factor edad. El
estudio mostró que las necesidades primarias ocupan un lugar secundario o incluso
están ausentes de los primeros lugares de los sistemas de necesidades de los jóvenes y
mayores que participaron en el estudio. Estos resultados, sin embargo, no deben
interpretarse en el sentido de que estas necesidades básicas están ausentes sino más bien
que se satisfacen habitualmente de forma natural y no constituyen un problema en la
sociedad española actual.
Los jóvenes españoles jerarquizaron las necesidades en el siguiente orden:
Seguridad, amor/afecto, competencia, dinero/popularidad y solidaridad. Para los
mayores que participaron en el estudio la autonomía aparecía en el primer lugar de la
jerarquía seguida de seguridad, pertenencia, competencia y relación. La autonomía se
logra manteniéndose activo y marcándose sus propias metas. En este sentido, los
programas educativos específicos para personas mayores que se han desarrollado en los
distintos países de nuestro entorno son un ejemplo de dar respuesta a las necesidades de
autonomía, competencia y relación que tienen las personas mayores. Las Universidades
de los Mayores cumplen una función social y educativa muy importante porque permite
a las personas mayores mantenerse activas, fijarse sus propias metas y conseguirlas,
35
relacionarse con otras personas de su edad cumpliendo un papel social importante, a la
vez que permite conseguir lo que muchos mayores no pudieron lograr cuando eran
jóvenes, el acceso a la educación superior. La educación a lo largo del ciclo vital es un
instrumento de adaptación ambiental de enorme utilidad que promueve la adaptación
ambiental e impide que los mayores vayan quedando cada vez más aislados en la
sociedad actual.
Un tema importante relacionado con la valoración afectiva y cognitiva es el del
bienestar subjetivo (BS) y la calidad de vida. El Capítulo 9 trata de este tema que se
encuentra en la intersección entre los procesos cognitivos y afectivos. La felicidad,
como componente del BS se ha definido como la satisfacción con las valoraciones o
juicios subjetivos de las diferentes etapas de la vida. En la felicidad juega un
importante papel los componentes cognitivos, que determinan en gran medida, el
grado de felicidad personal. Tradicionalmente se ha supuesto que las personas
mayores son menos felices que las jóvenes. Sin embargo, esto no es cierto porque
casi la totalidad de los estudios realizados en las últimas décadas no han podido
demostrar que los indicadores de felicidad y edad se encuentren relacionados.
García Rodríguez, después de revisar una gran cantidad de estudios que han tratado
de relacionar felicidad y edad ha llegado a la conclusión de que los mayores no son
más infelices que las personas jóvenes. Es lo que se conoce como la paradoja de la
felicidad en la vejez.
1.5.
Recursos humanos y control de calidad en los servicios
gerontológico
La mayor parte de las personas mayores son personas sanas que llevan una vida
independiente. Sin embargo, hay personas mayores que no pueden o no quieren vivir
36
solas y viven en residencias o centros de mayores. Para las personas mayores que viven
en instituciones es muy importante la atención y el tratamiento que reciben por parte del
personal. Una atención adecuada contribuye de manera importante a la mejora de las
condiciones de vida de los mayores. Por eso, la formación del personal, el trabajo dentro
del equipo interdisciplinar y el control de la calidad de los servicios que se prestan a las
personas mayores en las residencias son los pilares fundamentales para el buen
funcionamiento de estos centros.
Esta parte del libro trata de tres temas de vital importancia para las personas
mayores institucionalizadas. A pesar del estereotipo tan extendido que considera a la
persona mayor como alguien con una forma de ser fija, difícil o imposible de cambiar,
el comportamiento de los mayores es susceptible al cambio. Esta es la tesis mantenida
por Vallejo y Jordán (Capítulo 10) que se disponen a mostrar que no es cierto que
exista una relación inversamente proporcional entre edad y posibilidad de cambio; esto
es, que cuanto mayor es una persona menos susceptible es de cambiar. Las conductas de
las personas en cualquier etapa de la vida están estrechamente relacionadas con el
entorno físico y social. Sin embargo, en los mayores existen una serie de dificultados
sensoriales, motoras, cognitivas y de comunicación que pueden hacer más difícil el
cambio del comportamiento. Vallejo y Jordán aportan una serie de herramientas muy
útiles que pueden utilizarse para ayudar a reducir las conductas problemáticas de los
mayores en los ambientes geriátricos. Entre estas conductas, las más frecuentes son la
deambulación, la incontinencia, las conductas agresivas y los problemas de sueño. Los
autores proponen la técnica del refuerzo diferencial (reforzar la ocurrencia de conductas
diferentes o incompatibles con la que se desea eliminar) para lograr establecer
conductas adaptadas y destacan la potencia del reforzador social que supone la atención
de los cuidadores hacia los residentes. Igualmente importante es la forma en la que el
37
profesional del centro se comunica con el residente. En este sentido, tener en cuenta
ciertas pautas puede fomentar una relación adecuada y puede evitar muchas conductas
problemáticas de los mayores. Por ejemplo, dirigirse a los mayores con frases cortas y
lenguaje claro, evitar jergas profesionales que no entienden, mantener el contacto visual
durante la comunicación o atender a sus demandas con interés son pautas útiles que
favorecen la buena comunicación entre los profesionales que trabajan en una residencia
y la persona mayor residente.
El análisis funcional de la conducta es lo primero que hay que hacer antes de
planificar cualquier intervención partiendo de una definición clara de la conducta que se
desea observar. Es importante que el profesional establezca objetivos realistas,
claramente definidos, para poder evaluar posteriormente el efecto de la intervención y
que todos los trabajadores del centro tengan conocimiento del programa o programas de
modificación de conducta puestos en práctica en el centro para que todos ellos actúen en
la misma dirección y no se contradigan entre sí. En este sentido, el trabajo en equipo de
los profesionales del centro es fundamental para lograr los objetivos propuestos.
El trabajo dentro del equipo multidisciplinar en los centros de mayores, de su
composición, especialidades de sus trabajadores dentro de los distintos niveles
(Capítulo 11). Ruiz Grima defiende la idea de que “la forma sigue a la función”, en el
sentido de que la estructura del equipo interdisciplinar que trabaja en un centro de
mayores tiene, necesariamente, que depender de los objetivos y metas que se ha trazado
el equipo. El capítulo proporciona una serie de ideas y propuestas útiles para el buen
funcionamiento de sus miembros, los pasos que deben seguirse dentro del equipo para
lograr la calidad del servicio y el bienestar de los residentes, profesionales y el nivel de
formación que deberían tener para ocuparse de realizar la valoración integral del
38
anciano en la Residencia, y el tipo de instrumentos que suelen utilizarse para realizar
esta valoración.
La calidad de los centros residenciales de personas mayores es un tema central
para los residentes y sus familias. Recientemente, el grupo de trabajo sobre calidad de la
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (2004), coordinado por Alfredo
Bohórquez, ha elaborado un documento que contiene 100 recomendaciones básicas para
fomentar la calidad de las residencias de personas mayores. Estas recomendaciones se
refieren a la dirección y organización de los centros, a los derechos y deberes de los
residentes, a la familia de los mismos, a los servicios generales, los recursos humanos,
el entorno y los aspectos arquitectónicos y de accesibilidad. El objetivo del grupo ha
sido ofrecer una herramienta de autoevaluación que pueda servir a los responsables, al
personal, a los residentes y a sus familias para que puedan elegir el mejor centro en el
caso de que sea posible. Para la dirección y los trabajadores la autoevaluación es
necesaria para poder conocer el grado de calidad del servicio que están ofreciendo y
poder fijar objetivos y plan de mejora.
El Capítulo 12 estudia el tema del control de calidad y la mejora continua en los
servicios que se prestan en las instituciones gerontológicas. Concretamente, Reales
revisa dos herramientas básicas para mejorar el servicio ofrecido mejorando la calidad
de vida. Estos instrumentos ampliamente utilizados son el TQM (Control de Calidad
Total, Total Quality Management) y la Evaluación de Programas. Como señala
acertadamente, el concepto de calidad es multidimensional. En dicho concepto hay que
tener en cuenta diversos aspectos que obligan a diferenciar la calidad como excelencia,
como valor en sí mismo, como adecuación a las especificaciones y como satisfacción de
las expectativas del consumidor-usuario.
39
1.6. Resumen
1. Los países desarrollados tienen una población envejecida. El envejecimiento de
la población española se debe principalmente al aumento de la esperanza de vida
de la población y a la disminución de la tasa de natalidad. Sin embargo, la
conquista de la longevidad no debe entenderse como sinónimo de salud.
2. La situación española presenta un equilibrio aunque con oscilaciones entre la
larga vida de su población y la salud que disfrutan los mayores. La esperanza de
vida de las mujeres es superior a la de los hombres, pero éstos tienen mejor
salud, produciéndose lo que se ha denominado la feminización de la población
anciana.
3. En envejecimiento desde el punto de vista fisiológico es un proceso
degenerativo multifactorial en el que están afectados varios órganos y sistemas
del individuo. El grado de afectación y la velocidad con que se produce varían
de unas personas a otras, dependiendo de factores internos y externos.
Problemas como el insomnio, la incontinencia, la depresión las caídas, el
deterioro cognitivo o las úlceras constituyen los llamados grandes síndromes
geriátricos. La valoración clínica sistemática permite la detección precoz y el
tratamiento de estos grandes síndromes.
4. En el envejecimiento tisular se dan tres mecanismos principales, el proceso de
apoptosis o muerte programada, fallos en los mecanismos de mitosis de las
células y alteración de la proteina colágena que constituye el soporte de los
tejidos orgánicos.
5. Los cambios clínicos neurológicos más frecuentes en los octogenarios que no
resultan de ninguna enfermedad concreta son la pérdida del funcionamiento de
las distintas modalidades sensoriales, disminución de la actividad motriz,
40
disminución de algunos reflejos, disminución de la fuerza muscular y
alteraciones de la conducta, los procesos cognitivos y la personalidad.
6. Junto a estos cambios asociados al envejecimiento normal, existen enfermedades
neurológicas que se producen con más frecuencia en etapas tardías de la vida.
Las más frecuentes son las demencias. La más frecuente es la demencia tipo
Alzheimer que se trata de un síndrome plurietiológico de naturaleza orgánica
que produce un deterioro cognitivo intenso que llega a interferir en las
actividades de la vida diaria.
7. El envejecimiento no se puede evitar. Sin embargo, un tema que está suscitando
un enorme interés es el estudio de las variables que pueden actuar positivamente
en el mantenimiento de ciertas habilidades cognitivas asociadas a las zonas de la
corteza cerebral que más se deterioran durante el proceso de envejecimiento.
Entre estas variables, la actividad física aeróbica es una de las más investigadas
porque se sabe que mejora la salud, reduce las enfermedades cardiovasculares, la
diabetes, la hipertensión y la osteoporosis, mejorando también ciertos procesos
cognitivos en los mayores activos.
8. Un estudio reciente de nuestro grupo financiado por el IMSERSO sugiere que la
realización de ejercicio físico continuado actúa favorablemente en realización de
tareas que evalúan el control ejecutivo (asociado a la zona prefrontal lateral) y la
velocidad de procesamiento de la información en tareas de detección y
selección.
9. Algunos piensan que las personas mayores son relativamente apáticas y carecen
de motivación. Sin embargo, lo que parece ocurrir es que son más selectivas que
los jóvenes a la hora de definir las metas que se proponen alcanzar y concentran
su interés en la consecución de aquellas que están relacionadas con un objetivo
41
relevante para ellas. Un trabajo ha mostrado que en la jerarquía de motivos de
los mayores, el primer lugar lo ocupa la seguridad, seguido de pertenencia,
competencia y relación.
10. La autonomía se logra manteniéndose activo y marcándose sus propias metas.
En este sentido, los programas educativos específicos para personas mayores
que se han desarrollado en los distintos países de nuestro entorno son un ejemplo
de dar respuesta a las necesidades de autonomía, competencia y relación que
tienen las personas mayores.
11. Un tema relacionado con la vejez que suscita bastante interés en la actualidad es
el del bienestar subjetivo (BS) y la felicidad. Aunque se cree que los mayores
perciben menos BS y son más infelices que los más jóvenes, numerosos trabajos
realizados no permiten establecer esta relación. Más bien la conclusión a la que
puede llegarse es que los mayores no son más infelices que las personas jóvenes.
Es lo que se conoce como la “paradoja de la felicidad en la vejez”.
12. El estereotipo tan extendido de la persona mayor como alguien con una forma de
ser fija, difícil o imposible de modificar, tampoco concuerda con la realidad. La
psicología ha mostrado que el comportamiento de los mayores puede
modificarse cuando se aplican técnicas eficaces de modificación de conducta.
Estos tratamientos, aplicados adecuadamente, contribuyen a eliminar conductas
problemáticas en los residentes y contribuyen a la mejora de las relaciones entre
las personas que viven en las residencias y los trabajadores de los centros. El
trabajo en equipo de los profesionales del centro es fundamental para lograr los
objetivos propuestos.
13. Los responsables de la atención sociosanitaria trabajan dentro de un equipo
interdisciplinar de manera interdependiente con el fin de buscar soluciones a los
42
problemas de salud de las personas mayores con trastornos crónicos y
complejos. La geriatría se apoya en la Valoración Geriátrica Integral, una
herramienta que permite un análisis multidimensional del anciano que añade al
conocimiento médico información cualificada sobre los aspectos clínicos,
funcionales, mentales y sociales que permiten el seguimiento del paciente. Se
dice que un anciano es dependiente cuando necesita ayuda para realizar las
actividades de la vida diaria (AVD).
14. Actualmente, cualquier producto o institución que ofrezca servicios necesita
instrumentos de autoevaluación que ayuden a conocer el grado de calidad de los
servicios que prestan y a conseguir la mejora continua de la institución. Existen
diversos instrumentos que ayudan a las instituciones a conseguir este objetivo.
Dos de los instrumentos más utilizados que pueden contribuir a mejorar el
servicio que se presta a los mayores en las residencias son el TQM (Control de
Calidad Total, Total Quality Management) y la Evaluación de Programas.
15. El Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha
elaborado un documento con los criterios de calidad asistencial en servicios
sociosanitarios para personas mayores. Se trata de 100 recomendaciones básicas
para fomentar la calidad en residencias de mayores.
16. El concepto de calidad es multidimensional. En dicho concepto hay que tener en
cuenta diversos aspectos que obligan a diferenciar la calidad como excelencia,
como valor en sí mismo, como adecuación a las especificaciones y como
satisfacción de las expectativas del consumidor-usuario.
1.7. Lecturas recomendadas
43
El Portal de Mayores del IMSERSO constituye una fuente fundamental que
deben consultar todas las personas interesadas en el tema de los mayores. En su página
web puede encontrarse toda la documentación y legislación relevante sobre personas
mayores, además de un gran número de estudios sobre este colectivo:
http://www.imsersomayores.csic.es/
El libro de Ballesteros y Miembros de la UMAM (2002), Aprendizaje y memoria
en la vejez publicado por la UNED en su Colección Aula Abierta muestra los
principales cambios que se producen en los procesos cognitivos durante la vejez,
especialmente en el aprendizaje y la memoria.
El libro dirigido por Ballesteros (2006) titulado Envejecimiento, cognición y
neurociencia, publicado por la UNED en su colección Varia, recoge los trabajos
presentados a la Conferencia Internacional del mismo nombre celebrada en la UNED en
diciembre de 2004. El libro recoge trabajos de investigación en las áreas de la
neurociencia cognitiva del envejecimiento, el envejecimiento y los procesos cognitivos,
memoria y demencia y temas aplicados.
Los criterios de calidad asistencial en servicios sociosanitarios para personas
mayores: 100 recomendaciones básicas para fomentar la calidad en
residencias de personas mayores. Estos criterios están colgados en la página web de la
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología en la dirección que figura a
continuación:
http://www.segg.es/segg/pdf/guias_recomendaciones/100Recomendaciones.pdf
1.7. Palabras clave
Actividad física. Realización de ejercicio físico de forma periódica. Lo contrario a
llevar una vida sedentaria.
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Amnesia. Enfermedad producida por una lesión cerebral en el sistema límbico que
implica la zona del hipocampo, los cuerpos mamilares y los lóbulos temporales
medios que produce pérdida de la memoria episódica. Es un componente
importante de las demencias senil y presenil.
Envejecimiento normal. Proceso gradual que conduce al deterioro de muchos procesos
físicos y mentales, a la vez que aumenta la experiencia.
Envejecimiento patológico. Proceso que conlleva un deterioro rápido y pronunciado de
los procesos mentales como resultado de una enfermedad neurológica.
Geriatría. Parte de la Medicina que estudia las enfermedades propias de la vejez y se
ocupa de la conservación de la salud de las personas de edades avanzadas.
Memoria implícita. Memoria a largo plazo cuyos contenidos se recuperan de forma
inconsciente y puede producirse ante una única presentación de los estímulos.
Motivación. Proceso psicológico que impulsa a la persona para actuar con el fin de
conseguir alguna meta. Actúa como el motor que lleva al organismo a establecer
metas y objetivos y a poner los medios para conseguirlos.
Reconocimiento. Tarea para recuperar una información previamente presentada en la
que se enseñan al sujeto todos los ítems (dibujos, caras, palabras,...) presentados
antes junto a otros nuevos y se le pide que discrimine los que vio en la primera
presentación. Es la forma de recuperación más sencilla.
Recuerdo libre. Tarea para recuperar una información previamente presentada en la
que se pide al sujeto que diga de forma espontánea todo lo que recuerda del
texto, palabras, dibujos... que ha escuchado o visto previamente.
1.9. Preguntas de revisión
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Cuando termine de leer este capítulo, intente contestar a estas preguntas:
1. Indique la diferencia entre vivir una larga vida y hacerlo libre de enfermedad.
2. ¿Por qué se dice que en envejecimiento es un fenómeno mediado por la cultura?
3. ¿Por qué se dice que la enfermedad de Alzheimer es la “epidemia del siglo
XXI”?
4. ¿Qué decía D. Santiago Ramón y Cajal sobre la memoria?
5. ¿Cuáles son los beneficios que proporciona a la salud la realización de ejercicio
físico de forma sistemática?
6. ¿Existe un fundamento científico contrastado para poder mantener la afirmación
de que los mayores están menos motivados que los jóvenes?
7. ¿Existe una definición precisa y comúnmente aceptada del concepto “bienestar
subjetivo”?
8. ¿Cuáles son las conductas que con más frecuencia es necesario modificar en las
personas que viven en residencias para mayores?
9. ¿Cómo debe funcionar el equipo interdiciplinar de un centro de atención
geriátrica para ser eficaz?
10. ¿Por qué es necesario evaluar la calidad de los servicios que prestan los centros
residenciales y qué instrumentos pueden utilizarse para realizar esta evaluación y
tratar de conseguir la mejora continua del servicio que presta la institución a sus
usuariosy a sus familias?
1.10. Referencias bibliográficas
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