Gastos deducibles en los rendimientos de capital MF 390s., 543 MIRPF 2570s., 3489 DGT CV 21-12-10 Los gastos de agua y luz correspondientes al inmueble desde el que se gestionan unos arrendamientos, no tienen el carácter de necesarios, al no existir una relación directa ingreso-gasto, por lo que no son deducibles en la determinación del rendimiento neto del capital, ya sea este mobiliario o inmobiliario. Unos cónyuges, bajo el régimen de separación de bienes, son propietarios de varios inmuebles que destinan al arrendamiento, manifestando que las rentas derivadas de dichos arrendamientos no constituyen rendimientos de actividades económicas. Adicionalmente, uno de ellos es titular de un piso en el que radica el domicilio fiscal de ambos, donde gestionan los arrendamientos referidos. Se plantea a la DGT, la deducibilidad de los gastos (agua, luz, etc.) derivados del inmueble desde el que gestionan los arrendamientos referidos a los efectos del IRPF, la que efectúa la contestación bajo la hipótesis de que los rendimientos procedentes del arrendamiento de los inmuebles arrendados tienen la consideración de rendimientos de capital inmobiliario. En este sentido, tienen la consideración de gasto deducible para la determinación del rendimiento neto del capital inmobiliario todos los gastos necesarios para su obtención. En el caso planteado, en la medida en que las rentas derivadas del arrendamiento de inmuebles generan rendimientos de capital inmobiliario, las cantidades que satisfagan estos últimos por gastos de agua y luz correspondientes al inmueble desde el cual gestionan los arrendamientos referidos, no tienen dicho carácter de necesarios al no existir una relación directa ingreso-gasto, por lo que no serán deducibles en la determinación de su rendimiento neto del capital inmobiliario. Por otro lado, en el supuesto de que los arrendamientos objeto de consulta constituyan arrendamientos de negocio, las rentas derivadas de los mismos tendrán la consideración de rendimientos de capital mobiliario. Al respecto, debe recordarse que la doctrina administrativa califica al arrendamiento de negocio como aquel en el que, además de arrendarse los elementos patrimoniales propiamente dichos, el arrendatario recibe un negocio o industria, de tal forma que el objeto del contrato no lo constituye solamente los bienes que en él se enumeran, sino que al mismo tiempo se arrienda una unidad económica con vida propia, susceptible de ser inmediatamente explotada. Ello supone la existencia previa de una empresa o negocio que el arrendador explotaba y, posteriormente, alquila. Partiendo de esta hipótesis, se deducirán de los rendimientos íntegros los gastos necesarios para su obtención y, en su caso, el importe del deterioro sufrido por los bienes o derechos de que los ingresos procedan. En consecuencia, en la medida en que las rentas derivadas de los arrendamientos objeto de consulta generen para los cónyuges rendimientos de capital (con independencia de que constituyan rendimientos de capital mobiliario o inmobiliario), las cantidades que satisfagan estos últimos por gastos de agua y luz correspondientes al inmueble desde el cual gestionan dichos arrendamientos, no tienen el carácter de necesarios que exige la LIRPF al no existir una relación directa ingreso-gasto, por lo que no serán deducibles en la determinación de su rendimiento neto del capital, ya sea este mobiliario o inmobiliario. (c) 2011 Ediciones Francis Lefebvre