Autos: "PUERTO TRINIDAD S.A. s/ QUIEBRA" Expte 91371 A N E X O I. CAUSAS DEL DESEQUILIBRIO ECONOMICO DE LA DEUDORA. (ART. 39 INC. 1 DE LA LEY 24.522). I. ENCUADRE LEGAL: En este primer capítulo de su Informe General el Síndico debe emitir un juicio objetivo, circunstanciado y técnico (FASSI-GEBHARDT, Concursos y quiebras, ed. Astrea, Bs. As. 1996, p g. 132, par. g. 3), que permita un conocimiento adecuado de los mecanismos internos de la actividad del deudor y de las circunstancias externas a ella que pueden haber incidido en su estado de quebranto. El desequilibrio económico aludido, no es otro que el estado de cesación de pagos, que constituye el presupuesto objetivo para la apertura de los procedimientos regulados en la ley de concursos (arts. 1, 78 y 79, ley 24.522). La tarea no es simple, pues se deberá bucear en el transito de la empresa fallida durante varios años a fin de comprender un fenómeno complejo como lo es el de las causas de la cesación de pagos. Las causas pueden ser una o varias entrelazadas, donde el síndico debe exhibir las investigaciones realizadas que fundamentan su conclusión (CAMARA, Héctor, “El concurso preventivo y la quiebra”, vol. II, ed. Depalma, Bs. As., 1984, pág. 737). Tal juicio profesional debe nutrirse tanto de las explicaciones brindadas por el deudor, como de lo que resulta de su sistema de información contable, de la información acumulada a través del proceso verificatorio y del análisis de la situación económica general y del sector en el que desarrolla su actividad en particular. No solo constituye un análisis retrospectivo que se remonta hasta la fecha de inicio de la crisis patrimonial, sino que comprende, además, un estudio prospectivo que posibilite el conocimiento de las posibilidades futuras y las expectativas a corto o mediano plazo. La ley sobreentiende que el desequilibrio económico del deudor no se debe a una causa singular, siendo un fenómeno complejo que es necesario abarcar en su integridad. Resulta útil tener en cuenta la autorizada opinión de QUINTANA FERREYRA, quien al respecto ha manifestado que: "En el devenir económico puede afirmarse que es ilimitado el número de causas que pueden provocar la cesación de pagos. Todo ello debe ser analizado profunda y detenidamente por el síndico. ... El síndico debe realizar su estudio más allá de los datos que arroje la contabilidad y ponderar tanto los factores objetivos, externos al quehacer del deudor, como los subjetivos reflejados en una deficiente organización o incapacidad operativa del deudor. En definitiva, requiere que el síndico no se atenga a la intención exclusiva de la contabilidad, sino mucho más para que mediante el examen detenido y sobre todo debidamente fundado, llegue a conclusiones que permitan a los acreedores y al juez tomar conocimiento cierto y preciso sobre los motivos a los que nos venimos refiriendo" (QUINTANA FERREYRA, Concursos, Astrea, Bs. As., 1988, T.1. pág. 458). Por su parte, manifiesta GARCÍA MARTÍNEZ: “...podemos decir que el síndico debe opinar objetiva y subjetivamente, pero que la subjetividad de tales opiniones, debe estar basada en elementos de orden objetivo y fundarse debidamente las motivaciones que la originan” (“Derecho Concursal”, AbeledoPerrot, ed. 1997, pág. 153). Es opinión de esta Sindicatura, parafraseando lo dicho por los autores citados, que el estado de cesación de pagos no es un hecho aislado sino que obedece a un conjunto de interrelaciones entre distintos factores que se combinan para llegar a dicha situación. Si bien a los fines de la aplicación de la ley es indiferente cual haya sido la causa determinante de la cesación de pagos y no existe calificación de conducta en sede concursal, al requerir un análisis de las causas, la norma impone investigar la conducta del deudor pues ella generalmente tiene gravitación en el origen y/o agravamiento de la crisis y es sumamente útil a los efectos de la promoción de las acciones de responsabilidad y de recomposición patrimonial. Existen por lo tanto dos tipos de factores: los internos y los externos a la sociedad o de entorno. Los primeros -internos- surgen desde el propio ente, es decir, hacen a su propia estructura, son imputables al deudor, y como ejemplo podríamos citar -entre otros- su organización, directivos, gerenciamiento, ubicación y características de los bienes objeto del proyecto, actividad desarrollada, capital de trabajo insuficiente, inmovilizaciones excesivas, fallas en el estudio de mercado, organización ineficiente. Dentro ellos también se encuentran las causas originadas durante la actividad que serían por ejemplo, compras o emprendimientos sobredimensionados, ventas insuficientes, aumento de los costos. Los factores de entorno o externos tiene que ver con la política económica, la de importación y exportación, capacidad de los consumidores, tendencias del mercado, cambios tecnológicos, competencia, tasa de financiación, etc. Es dable destacar que este primer acápite se refiere primordialmente al análisis de los factores endógenos de la concursada, es decir, aquellos hechos que dependieron de sus decisiones a fin de poder desentrañar las verdaderas causas que la llevaron a la situación de crisis. II. GENESIS DE LA CRISIS. A los fines de comprender las causas de desequilibrio económico de la hoy fallida, es preciso ilustrar los prolegómenos de la sociedad , el contexto económico social y político y los hechos sucesivos ordenados cronológicamente hasta llegar al estado de falencia. Esta sindicatura ha efectuado un análisis pormenorizado de dichas causas y que presentamos de la siguiente manera: 1. La sociedad Puerto Trinidad S.A. 1.1. Su constitución y estructura jurídica. 1.2. El aumento de capital. La sociedad controlante Gindi Corp. N.V. 1.3. Los acuerdos de compraventa de acciones. La causa fin del negocio. 1.4. Los inversores y el ejercicio de derechos políticos fundado en la tenencia adquirida a Gindi Corp. N.V. La sociedad fallida PUERTO TRINIDAD S.A., tiene domicilio legal en la calle Reconquista 1011, Piso 1, Capital Federal; su actividad principal fue la adquisición, construcción, fraccionamiento, arrendamiento, venta y administración de inmuebles urbanos y rurales en el marco de desarrollos urbanísticos. Puerto Trinidad se concibió como un proyecto de urbanización náutica que, extendido sobre 336 hectáreas localizadas en la zona sur del Gran Buenos Aires, a poco más de 27 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, atraería la atención de profesionales y empresarios jóvenes casados con hijos y que viven actualmente en el centro de la ciudad de Buenos Aires. El desarrollo inmobiliario prometía parque de oficinas, centro comercial, áreas deportivas, clubhouse, hotel, colegio, puerto deportivo, junto con un sector destinado a lotes unifamiliares que sumaba un total de aproximadamente 1800 lotes. Su creación se encuentra inspirada en los proyectos denominados EICO, que son Emprendimientos de Interés Común. Hasta donde esta sindicatura puede conocer, se previó que los flujos de fondos que permitirían atender la ejecución del desarrollo provendrían sustancialmente de los recursos que se generarían con la comercialización de los 1800 lotes precitados. En este sentido se señala que el capital propio inyectado a Puerto Trinidad S.A. al tiempo de su constitución, e inclusive al tiempo de adquirirse el inmueble asiento del proyecto inmobiliario, fue escaso en comparación con la magnitud de la inversión tenida en vista para completar el desarrollo. Tanto así que -tal como surge de la escritura de venta- del precio de compraventa de las dos fracciones de terreno que suman las 336 hectáreas del Proyecto Puerto Trinidad, pactado en la suma de U$S 10.000.000, a la fecha de escrituración se pagó el 7% del valor acordado quedando hipotecado el predio a favor del vendedor como garantía del saldo. En este sentido, en la contestación al traslado corrido a la fallida en el marco de la ejecución de la ley 24.441 promovida por el ABN AMROBANK, el letrado apoderado de Puerto Trinidad S.A., a fs. 825 y sgtes., señaló que “...Para llevar adelante el Proyecto Puerto Trinidad S.A. compró al propietario del predio dos fracciones de terreno que componen el mismo y que son descriptas tanto en el escrito de demanda como en la escritura de compraventa e hipoteca por saldo de precio otorgada el 11 de marzo de 1997...como surge de esa escritura el precio de compra se fijó en la suma de diez millones de dólares, habiéndose pagado la suma de setecientos mil dólares a la escrituración o antes de ella y constituyéndose en el mismo instrumento derecho real de hipoteca a favor del vendedor en garantía de pago del saldo de precio...”. Luego apuntó que “...A fin de atender al pago de las cuotas por el saldo de precio ..., como así también para hacer frente a todas las obras que requería la construcción del Proyecto Puerto Trinidad, los accionistas de mi mandante celebraron una asamblea general extraordinaria el día 28 de abril de 1997, en la que resolvieron aumentar el capital social a la suma de $ 56.865,32 representando el capital emitido por una determinada cantidad de acciones ordinarias y preferidas de clases diversas...”. Las acciones a las que el letrado de la fallida hizo alusión fueron suscriptas por Gindi Corporation NV, sociedad extranjera constituida al efecto y para ser vehículo de la colocación de las acciones emitidas por Puerto Trinidad en manos de terceros inversores. También explica esto en la presentación ya aludida, el letrado apoderado de Puerto Trinidad al afirmar que “...Luego de haber suscripto Gindi Corporation NV las acciones que emitiera Puerto Trinidad S.A. en la asamblea del 27 de abril de 1997, ésta comenzó a venderlas a terceros. Las acciones así suscriptas se fueron adquiriendo por aquellas personas que aspiraban a la titularidad de un lote de terreno en el Proyecto Puerto Trinidad y que no habían participado directamente como suscriptores en el antedicho aumento de capital. Como la integración de las acciones originariamente suscriptas por Gindi era indispensable para que Puerto Trinidad S.A. pudiera cumplir con su objeto, Gindi cedió en forma irrevocable a favor de Puerto Trinidad S.A. el derecho a percibir el precio de las acciones vendidas a terceros...”. Lo último apuntado por el apoderado judicial de Puerto Trinidad conduce a explicar la estructura del capital de Puerto Trinidad por un lado, y la estructuración jurídica del negocio inmobiliario por el otro. Haciendo un paréntesis en el relato, cabe destacar que la aparición de GINDI en la vida de PTSA -que pasó a ser el principal tenedor accionario- motivó que los Sres. Santiago BECCAR VARELA, Emilio BECCAR VARELA, Ricardo BECCAR VARELA, Arturo BECCAR VARELA y EMILIO BECCAR VARELA S.A. se retiraran de PTSA. La problemática se exteriorizó a patir de junio de 1997 donde hubo un intercambio epistolar entre los referidos e Isidro BECCAR VARELA (ver copia de cartas documento a fs. 3628/3633). El 29 de julio de 1997 se firmó un contrato de transferencia de acciones, renuncia de derechos, reconocimiento y garantías según se desprende del Acta Nro. 7 del libro de actas de directorio Nro. 1 al folio 16, en virtud del cual los referidos al comienzo se retiraron de la firma, la cual hizo todo lo posible para ocultar dicha situación a los inversores. Ello debió tener un alto costo económico para la firma. Al aumentar su capital accionario Puerto Trinidad S.A. tuvo emitidas acciones ordinarias que conferían derechos políticos, habilitando a sus tenedores a formar la voluntad social en asamblea de accionistas, y acciones preferidas que obtenidos los permisos para subdividir el predio y cancelado el precio de la compraventa de acciones celebrada con Gindi Corp. NV, conferían al inversor accionista el derecho a exigir a la sociedad el rescate de las acciones preferidas, entregando la sociedad al accionista lotes a tal efecto. Gindi Corporation NV se constituyó entonces en sociedad controlante de Puerto Trinidad y el vehículo a través del cual las acciones de Puerto Trinidad llegaron, acuerdos de compraventa mediante, a terceros atraídos por el proyecto inmobiliario. Así las acciones preferidas permitirían a los inversores adquirir el dominio de lotes canjeables por ellas. Pero, dado que Gindi Corp NV era el titular de los créditos originados en la venta de acciones que eran propias ¿cómo llegaban a Puerto Trinidad S.A. los flujos de fondos necesarios para ejecutar las obras y completar el desarrollo?. Las acciones suscriptas por Gindi para ser transferidas a terceros cargaron una prima de emisión que representaba un valor por acción equivalente al valor del metro cuadrado de lote que el inversor esperaba finalmente recibir en canje. Gindi entonces adeudaba prima de emisión a Puerto Trinidad. Pro solvendo de esa deuda Gindi cedió a Puerto Trinidad S.A. los derechos de cobro de los que era titular originados en el convenios de compraventa de acciones; de manera que los pagos que realizaban los compradores de acciones llegaban a la caja de Puerto Trinidad, en virtud de la cesión hecha por Gindi Corporation, para cancelar parcialmente la deuda que ésta tenía en concepto de prima de emisión. Así es como Puerto Trinidad S.A., una firma que se constituyó mediante escritura pública del 10 de diciembre de 1996 y con escaso capital social (aumentado en abril de 1997 a $ 56.865,32), al poco tiempo, esto es el 11 de marzo del año siguiente adquirió la propiedad de las 336 hectáreas (en U$S 10.000.000), y según informes provistos por la propia sociedad a partir del mismo mes de marzo de 1997 comenzó con la comercialización de un proyecto inmobiliario de gran envergadura (que requería una inversión que superaba ampliamente y en varias veces dicho valor de compra). La gran asimetría entre el capital existente y los fondos necesarios a mediano y corto plazo, fue cubierta con imagen y financiamiento. Mantener la imagen tuvo costos elevados, lo cual se suma a los enormes costos incurridos. La operatoria realizada con Gindi y Beccar Varela Desarrollos (léase “triangulación”) no trajo mayor claridad. La factibilidad del negocio dependía de que se mantuviera un alto nivel de venta de los lotes (o si se quiere de las acciones preferidas). La venta de lotes no se mantuvo en los niveles esperados. A ello se sumó que la imagen fue desdibujada por los hechos: el retraso en el avance de las obras comprometidas, la morosidad, falta de integración de las primas de emisión por parte de la controlante Gindi, el impacto negativo que tuvo la pérdida de imagen, y las adversas condiciones climáticas provocadas por la llamada “corriente del niño” que provocó un retrado en las obras. El financiamiento no sólo es caro sino que -debido a la falta de confianza- requiere de garantías reales; y, cuando tales garantías no existen, se corta. Y es así como se produjo la impotencia patrimonial de la deudora. 2. El inmueble. 2.1.Sus características. 2.2. La operación de compraventa. 2.3. La cancelación del precio. 2.4. La garantía hipotecaria y los acuerdos de cesión del crédito hipotecario. El proyecto se empezó a vender antes de su desarrollo y subdivisión -pre venta-, al poco tiempo de haber adquirido Puerto Trinidad S.A. las parcelas (336 hectáreas) sobre las cuales se asienta el proyecto mediante la Escritura N° 46 de Compraventa e Hipoteca por saldo de precio. En otras palabras, Puerto Trinidad S.A. comenzó un desarrollo inmobiliario sobre dos parcelas (336 hectáreas) con una importante Hipoteca equivalente al 93% del precio de las mismas. Dicho inmueble, consta de dos fracciones de terreno, tienen una superficie de: -54 has, 31 áreas y 35 centiáreas ubicadas en Berazategui (120), que se identifican catastralmente como Circunscripción VI, Secc. B, Fracc. I, Parc. 1. Matrícula 2836. -281 has 36 áreas y 61 centiáreas ubicadas en Berazategui (120), que se identifican catastralmente como Circunscripción VI, Secc. B, Fracc. I, Parc. 3.-a. Matrícula: 64.782 Efectivamente, del informe de dominio fs. 179 en autos “ABNAMRO BANK N.V., contra Puerto Trinidad S.A. y ot. s/ Diligencias Preliminares”, surge: a) Que dicha compraventa se efectuó por escritura n° 46 (escribano Ernesto G. Miguens de Capital Federal) con fecha 11/3/97, siendo el vendedor Mario Contin S.A. b) Que la compra fue efectuada por la suma de u$s 10.000.000. c) Que se abonó u$s 700.000 de la siguiente manera: a cuenta de precio y como principio de ejecución del contrato u$s 500.000 el 8/1/97 y u$s 200.000 que en el acto de la firma de la escritura traslativa de dominio. d) Que en garantía de pago del saldo del precio se constituyó hipoteca en primer grado por la suma de u$s 9.300.000 a favor de Mario Contin S.A., pagaderos libre de intereses de la siguiente forma: Siete (7) cuotas a saber: 1. 30/04/97 u$s 50.000. 2. 30/05/97 u$s 50.000. 3. 30/09/97 u$s 1.000.000. 4. 29/12/97 u$s 1.000.000. 5. 30/03/98 u$s 2.000.000. 6. 30/09/98 u$s 2.500.000. 7. 29/12/98 u$s 2.700.000. . De lo que se infiere un total de u$s 9.300.000 pendiente de pago y por la que se constituye hipoteca a favor de Mario Contin S.A. e) Que existieron varias cesiones parciales posteriores del crédito hipotecario a favor de: 1) Lagioiosa, José Luis por escritura N° 147 del 4/7/97 pasada por ante el escribano A. M. Miguens por la suma de u$s 2.700.000; 2) Cesión de crédito hipotecario por u$s 1.000.000 a favor de La Punta del Norte S.A., efectuada por Lagioiosa, José Luis -luego absorvida por BURCO S.A.-; 3) Cesión de crédito hipotecario por u$s 1.380.000 parcial a favor de Banco Interfinanzas International Ltd, efectuada por Lagioiosa; 4) Cesión parcial de crédito hipotecario por u$s 3.830.000, a favor de Nuevo Banco del Chaco S.A., efectuada por Mario Contín S.A.; 5) Cesión del crédito hipotecario del Nuevo Banco del Chaco S.A. a favor de ABN-AMROBANK N.V. por u$s 3.830.000; f) Que se trabó embargo en autos “Burco Argentina S.A. c/ Puerto Trinidad S.A. s/ Ejecución Hipotecaria Juzgado Nacional Civil N° 14 por u$s 737.530,17 + u$s 368.765,08. A principios del año 2001 diversos accionistas que compraron acciones preferidas, a fin de intentar salvaguardar sus derechos comenzaron a realizar usufructos que anotaron a través de la escribana María Gabriela CANO TANCO en las matriculas en cuestión, tal como surge de los certificados obrantes en las ejecuciones promovidas. Luego se da la cesión del crédito de BURCO S.A. a favor de COSTA HUDSON SOCIEDAD CIVIL, por escritura pública del 26/2/2003 presetada en el registro el 7/4/2003. 2. Los inversores. 2.1. Perfil socioeconómico. 2.2. La Información recibida al momento de contratar. 2.3 Acerca de lo que razonablemente pudo entender el inversor en el momento de la contratación. La situación y comportamiento de los inversores integra necesariamente el marco en análisis. Según surge del Memorandum de información de Puerto Trinidad (noviembre 1997, pág. 20.), “...Los compradores son en general familias jóvenes que pueden ser clasificadas cómodamente en lo que se conoce en el mundo del marketing como nivel ABC1... el 43% de los jefes de hogar y el 53% de sus cónyuges tienen menos de 34 años. El nivel de educación de los jefes de hogar es muy alto: el 81% tiene título universitario o terciario completo. Igualmente sus esposas: el 78% del total tiene estudios terciarios completos y sólo una cada 10 no han siquiera iniciado estudios universitarios o terciarios....”. En cuanto a la información recibida al momento de la venta, la misma surge objetivada en el memorándum de información que la fallida entregaba a cada inversor, copia del cual el accionista Rolando Héctor Panizza agregó a la causa “Panizza Rolando Héctor c/Puerto Trinidad y otro s/Ordinario”. Allí, a fs. 106 y sigtes., se lee: “... Condiciones de Compraventa de Acciones...CONSIDERANDO...Que es voluntad del Comprador adquirir acciones de la Sociedad de las que es actualmente titular Gindi Corporation NV, una sociedad organizada bajo las leyes de las Antillas neerlandesas...Que se define como Comprador a aquella persona que haya dado inicio al cronograma de pagos...que se anexa al presente y que forma parte integrante del presente contrato de compraventa y que corresponde a la compra de un cierto número de acciones preferidas rescatables clase 7 de Puerto Trinidad S.A. y acciones ordinarias clase A de la misma Sociedad...III – DERECHO DE LAS ACCIONES ORDINARIAS CLASE A...las acciones ordinarias clase A tienen derecho a un voto por acción ... IV – DERECHO DE LAS ACCIONES PREFERIDAS...Las acciones preferidas rescatables que suscribe en este acto le dan derecho al suscriptor a solicitar el rescate de dichas acciones por parte de la Sociedad, una vez que haya completado el Cronograma de Pagos establecido en la Boleta de Depósito y estén cumplimentados los requisitos legales para que el lote de terreno pueda ser escriturado....Una vez verificado el cumplimiento de todas las obligaciones y deberes a cargo del tenedor de las acciones y concluida la división del terreno, se procederá al rescate de dichas acciones entregando el instrumento que acredite el título de propiedad del o los lotes correspondientes a las Acciones Preferidas que son rescatadas...; y a fs. 108 VI- OBLIGACIÓN DE CONTRIBUIR A LOS GASTOS DE MANTENIMIENTO DEL PROYECTO DE LOS ACCIONISTAS ORDINARIOS CLASE A...Una vez que se haya completado el Cronograma de Pago, el Suscriptor o Propietario según corresponda, se obliga a contribuir a los costos de mantenimiento del Proyecto, según sean determinados por el Directorio de la Sociedad. Esto implicará un pago mensual no capitalizable cuyo monto será fijado por el Directorio con la misma frecuencia...Luego de completado el Cronograma de Pago, y mientras el suscriptor no haga uso del derecho de rescate de sus acciones preferidas, deberá restituir a la Sociedad todos los gastos originados a esta por el lote sobre el que tiene preferencia...”. Del documento resulta entonces que al tercero inversor se le informó y conoció que concertaría un negocio de compraventa de acciones, que a través del mismo adquiriría derechos políticos plenos sobre la sociedad con la tenencia de acciones ordinarias clase A, y que adquiriría también derecho a escriturar cuando cumplidas ciertas condiciones se presentara a reclamar de la fallida el rescate de las acciones preferidas recibidas. Además así lo expresó la fallida cuando dijo: “...Se optó por esta modalidad, en lugar de celebrar un boleto o promesa de venta, por considerarse que la Ley Provincial 8912 establecía numerosos requisitos cuya tramitación insumía un tiempo prolongado. Además, la vía elegida conllevaba ventajas impositivas que la hacían preferible...”. Finalmente también resulta de la evidencia reunida, que el tercero inversor quedaba obligado, en principio frente a Gindi y aunque por efecto de la cesión de derechos finalmente frente a Puerto Trinidad, a solventar los costos de mantenimiento del proyecto. Lo que aquí en concreto se ha planteado al respecto es: (i) si el inversor tuvo información acerca del modo en que la inversión era conducida, y si ello fue así; y (ii) si tuvo capacidad para comprender los alcances del negocio jurídico que la fallida le propuso realizar para conducir la inversión y concretar aquella expectativa. La estructura jurídica del negocio y las razones que condujeron a su elección ya fueron referidas con anterioridad. ¿Pudieron razonablemente entender -más allá de la figura particular usada- los “compradores de lotes” que el acuerdo que celebraban los vinculaba a Gindi Corp., los convertía en accionistas de PTSA -o si se quiere accionistas de PTSA con derecho a un lote de terreno-, y en consecuencia que adquirían derechos y obligaciones en cuanto tales?. Así parecería. Demostrativo de ello es la actitud asumida por uno de los “compradores de lotes”, Rolando Héctor Panizza, quien promovió acción de remoción y demandó por responsabilidad a los directores de Puerto Trinidad en causa hoy en trámite por ante este Juzgado, y es claro que para todo ello invocó el status socii. Pero además, acompañó la documentación vinculada con la adquisición de la condición de socio. Entre otros elementos adjuntó en el memorándum informativo que al parecer le fue entregado por la fallida y al que ya nos hemos referido. El memorándum de marras contiene entre otra, información vinculada con características del emprendimiento y de la sociedad, formación del capital, gerenciamiento, etc. Con suficiente claridad explica el vínculo jurídico que anudará el negocio, y como a partir de su celebración el inversor se transformará en accionista, tenedor de acciones ordinarias y acciones preferidas. Al tiempo de insinuarse en el pasivo concursal como lotistas, ciertos verificantes acompañaron los títulos que los acreditan como accionistas. Los títulos a los que referimos son aquellos que documentan las acciones preferidas (rescatables por lotes), y también las acciones ordinarias (que los “lotistas” tienen derecho a conservar aun después de convertida a lote la tenencia preferida). Respecto al perfil del inversor se puede agregar que hubo un reporte periodístico aparecido en el diario Clarín el lunes 16 de octubre de 2000 bajo el título “800 vecinos ricos se unen para salvar un barrio privado”. Dice el reporte de marras que “...las 800 familias que se embarcaron en la compra de un lote en el barrio privado Puerto Trinidad...jamás imaginaron que terminarían formando una cooperativa -o fideicomiso- para salvar todo lo invertido en esa “ciudad náutica” ideada para 10.000 personas. Los avatares de estos compradores de clase media alta -entre los que hay legisladores, directores de importantes compañías y bancos-...”. Pareciera entonces que es razonable entender que los futuros “lotistas” estuvieron en condiciones de comprender, comprendieron o debieron comprender que al celebrar con Gindi Corp. un contrato de compraventa de acciones se transformarían, efectivamente, en accionistas de Puerto Trinidad. Aunque el tema no es tan lineal como parece, ya que por un lado hay quienes sostienen que se trata lisa y llanamente de accionistas (y que como tales van al remanente); mientras que otros dicen que se trata de accionistas sui generis con una preferencia especial que puede competir con los demás acreedores (y que por la preferencia patrimonial no van al remanente); o hay quienes dicen que el realidad se trata de un contrato de compraventa (simulado bajo la forma de compraventa de acciones) que había sido impuesto por la vendedora. Tampoco es lineal la conducta asumida, que al margen de la figura utilizada, en algunos casos apuntó a colaborar en terminar el proyecto “Puerto Trinidad” (a salvar el proyecto y no a la sociedad) y en otros no sólo a “salvar” la inversión inicial, sino que se fue mucho más allá al tratar de apropiarse el proyecto -o una parte del mismo-. Los mecanismos utilizados no arriman mayor claridad al respecto. Sentado ello, la calidad de accionistas es confirmado por la conducta asumida por los acreedores: las masivas concurrencias a las Asambleas de Puerto Trinidad (ver el libro de DEPÓSITO DE ACCIONES reservado en Secretaría), los debates producidos en el seno de dichas reuniones societarias (ver libro de Actas de Asambleas ej. Asamblea del 6/8/01), y la riqueza del debate mismo que radica en la existencia entre los concurrentes de un buen número de inversores abogados. Y posiblemente esto último explique la sofisticada solución encontrada en el seno societario -constitución de un fideicomiso- utilizada primero para intentar completar el emprendimiento inmobiliario desde Puerto Trinidad, y luego -frustrado aquel- para hacerlo por fuera de la sociedad. También, los medios de que dispusieron para organizarse y otorgarle una especial dinámica a la ejecución del contrato entre los que se encuentra la existencia de un e-group que sirvió también para convocar a asamblea a los fiduciantes/beneficiarios. Ello significa que cada uno de los miembros del fideicomiso dispuso de acceso a Internet. 3. La crisis financiera de la fallida. 3.1. Exteriorización. 3.2. El conocimiento sobre la cesación de pagos de la sociedad. 3.3. La refinanciación de pasivos. 3.4. La búsqueda de fondos para el desarrollo del proceso. 3.5. El fideicomiso de reserva. Los aportes de los accionistas y la gestión ante los acreedores. 3.6. La Asamblea General Ordinaria de accionistas del 31/5/00. Las causas que explican la cesación de pagos de Puerto Trinidad requieren un análisis previo del negocio inmobiliario que a través de la fallida se intentó llevar adelante; tanto la estructura de la sociedad hoy en quiebra como la complejidad que ofrece este proceso falencial están directamente emparentadas con la incorporación a la sociedad -como accionistas- de terceros inversores interesados en adquirir lotes de terreno. Así las cosas, las ventas de acciones -tanto las ordinarias cuanto las preferidas representativas de lotes- que se habrían iniciado en 1997, hasta de junio de 1999 habían sumado ventas por un total de $ 28.730.825 e ingresos por un total de $ 23.553.301. Sin embargo para esta última fecha el volumen de ventas exhibía en el trimestre abril/junio de 1999 su nivel más bajo. Las razones que informaba la administración de la sociedad acerca de la merma verificada en los ingresos las atribuía a circunstancias exógenas. El ahogo financiero provocado por una baja en las ventas, la falta de liquidez y la escasez del crédito, fue inocultable a finales del año 1999. En una nota firmada por el presidente de la fallida, dirigida a los accionistas de Puerto Trinidad S.A. fechada diciembre de 1999, nota que fuera agregada al expediente de la quiebra por Silvina Carro junto con otra numerosa documentación, textualmente se lee: . “Situación Financiera del Proyecto: Tal como lo hemos dicho en nuestra carta anterior, Puerto Trinidad tiene perspectivas promisorias. Ya se han llevado a cabo las obras más caras y difíciles, se ha tenido un gran éxito en la comercialización, pero la coyuntura actual hace necesario encontrar medios alternativos para financiarse. Las causas de este desequilibrio coyuntural, son principalmente la sostenida caída en las ventas sufrida en los últimos meses, y la imposibilidad de obtener financiación ya sea bancaria o de inversores externos debido al retraso excesivo en la obtención de los permisos provinciales y municipales finales. Hasta el momento se han invertido $ 37.660.284 que incluyen el valor del terreno, costos financieros, obras realizadas, gastos administrativos y actividades de promoción y venta. Las ventas totales del proyecto totalizan $ 29.277.525 de los que quedan por cobrar $ 4.229.171. La diferencia entre la inversión y las ventas corresponde a pasivos. Para darles condiciones de habitabilidad a Puerto Trinidad es necesario en el corto plazo completar las siguientes obras: (a) Primer etapa de salida desde la Autopista Buenos Aires-La Plata, (b) Primer etapa de pavimentación, (c) Iluminación de la calle principal, (d) Primer etapa de parquización, (e) Alambrado perimetral, (f) terminación de la red eléctrica (ya está lista en un 80%), (g) iluminación de las calles secundarias y (h) Protección de los geotubos. Estas obras requieren de un capital adicional estimado de $ 4.030.534. Para dar por concluidas otras obras (principalmente nos referimos a las redes de agua, cloacas, gas y pavimentación final) son necesarios $ 11.298.987 adicionales. Sin bien estas obras son de fundamental importancia, pueden ser distribuidas en el tiempo, y reemplazadas coyunturalmente con instalaciones individuales como pozos ciegos y perforaciones. Son necesarios pues $ 12.413.293 para cubrir los pasivos acumulados y terminar las obras de la primera etapa...”. Entonces V.S., al terminar el año 1999 las necesidades financieras inmediatas sumaban $ 12.413.293, sin que existieran liquidez ni crédito disponibles. Acerca de las alternativas de solución consideradas por el Directorio, en la misma nota referida resulta textualmente expuesto: . “Alternativa de solución: Dentro de las alternativas de solución estamos negociando la posible incorporación de inversores externos sin haber llegado al día de la fecha a formalizarse ningún acuerdo. Sin embargo, después de realizar sondeos con diversos grupos de accionistas y dado la solidaridad demostrada, se ha decidido presentar la posibilidad de que los actuales adquirentes y las personas que ellos presenten intervengan en la solución financiera, pudiendo al mismo tiempo aprovechar las buenas potencialidades del desarrollo. Conviene aclarar que en cualquier alternativa es necesario contar con el mínimo de $ 12.413.293 arriba mencionado. Si no se obtuviera un éxito suficiente con cualquiera de las iniciativas bajo estudio (incluyendo la presentada a continuación) y como medio para asegurar esta suma, el único camino consistirá en establecer una expensa extraordinaria reembolsable de $ 0,31 mensuales por cada metro cuadrado de lotes durante un período de 36 meses. De esta forma existirían los fondos necesarios para asegurar la viabilidad del proyecto de forma independiente a la marcha de las ventas. Estas expensas extraordinarias serían reembolsadas (y en su caso, suspendidas en su cobro) con el producido de la venta de lotes con prioridad a cualquier distribución de ganancias. Simultáneamente y como medio para activar la venta, se colocarán todos los Lotes no vendidos en un fideicomiso y serán ofrecidos a los actuales accionistas de Puerto Trinidad a los precios que se indican a continuación...”. Continúa el Sr. Beccar Varela la explicación acerca de cómo pensaba el directorio de la fallida superar la crisis y escribe: “...Esta venta sería instrumentada a través de un fideicomiso cuyo fiduciario será un banco de primera línea (estamos en conversaciones con el ABNAmro para que ocupe este cargo) y será este quien reciba y administre los fondos obtenidos en esta oferta. Estos fondos serán destinados exclusivamente al desarrollo de Puerto Trinidad y a reembolso de eventuales expensas. La participación en el fideicomiso podrá instrumentarse a través de la compra de un lote o de la compra de metros cuadrados de un “pool” de lotes de las varias categorías existentes si se deseara participar en menor medida que el valor de un lote...”. Es decir que sin crédito externo ni liquidez la solución pergeñada fue recurrir a los accionistas tentándolos con la potencialidad del desarrollo y “el negocio”que significaría la adquisición de “nuevos lotes” a valor de costo a través de un fideicomiso. Para ello se anunciaba que todos los lotes no vendidos quedarían “colocados” en un patrimonio fiduciario. Al mismo tiempo se incurría en mora en el pago de deuda financiera y con proveedores. Al respecto en el Acta de Directorio N° 48 fechada 14 de abril de 2000, pasada al folio 98 del Libro 1 de Actas de Directorio, se lee: “3°) Consideración de las negociaciones efectuadas con diversos acreedores. El Señor Presidente expresa que, como es de conocimiento de los Señores Directores, la sociedad tiene a la fecha una deuda de aproximadamente $ 13 millones con sus proveedores y otros acreedores que se concentra en las siguientes empresas: (a) Siemens, (b) Cimet, (c) Nuevo Banco del Chaco, y (d) Gualtieri. Habida cuenta las dificultades financieras que atraviesa la sociedad, se han efectuado gestiones tendientes a negociar una refinanciación de los pasivos indicados. El Sr. Presidente somete a consideración el “acuerdo puente” cerrado con tres de los acreedores en Diciembre de 1999 y la refinanciación a largo plazo desde mediados de Febrero de 2000, cuyos principales puntos están detallados bajo el título Refinanciación de Pasivos del capítulo Perspectivas Futuras de la Memoria.” Refiere también el acta de directorio aludida la “constitución de un fideicomiso para viabilizar la propuesta de los acreedores” en los siguientes términos: “...El Señor Presidente expresa que, conforme se adelantó al tratar el punto anterior, la sociedad deberá recaudar fondos para refinanciar sus pasivos. A tal fin, la accionista mayoritaria Gindi Corporation NV anunció su intención de ceder todos sus activos -que consisten en las tenencias accionarias en Puerto Trinidad que no han sido vendidas a terceros-, a un fideicomiso cuyo fiduciario sería un banco de primera línea...”. Acerca de la constitución del mencionado fideicomiso quedó expuesto en el acta que “...este fideicomiso sería efectivamente constituido dentro de los treinta días posteriores a la Asamblea, siempre y cuando se hubiera cerrado el acuerdo con los principales acreedores -descripto en el punto anterior-, y contando con el voto favorable de la Asamblea...”. Asimismo, la difícil situación financiera de la quebrada fue expuesta a los acreedores con adecuada precisión a través de una carta que el representante legal de Puerto Trinidad S.A. remitiera fechada 24 de enero de 2000. La carta en cuestión, dirigida al Nuevo Banco del Chaco S.A., Sabavisa S.A., Siemens Argentina S.A. y Cimet S.A., resumía la situación conforme se transcribe textualmente: “... Puerto Trinidad es un proyecto viable desde el punto de vista comercial, técnico y económico. Debido a una serie de circunstancias arriba explicadas, Puerto Trinidad posee un pasivo a corto plazo que lo dificulta financieramente. Puerto Trinidad necesita un mínimo de inversión adicional para poder ser operativo. Puerto Trinidad tiene capacidad de producir ingresos mientras se lo mantenga como un proyecto en marcha. La suspensión del proyecto tendrá como consecuencia la extrema dificultad de recibir las cuentas a cobrar y la imposibilidad de generar ventas nuevas. Alternativamente, si se crean las condiciones para la continuidad del proyecto, la venta de lotes individuales y de los demás proyectos (Harbor Town y Business Park) pueden generar al corto y mediano plazo todos los fondos necesarios para cancelar los pasivos y completar las inversiones. Por todo lo expuesto, es necesario acordar un plan que permita viabilizar el proyecto, mientras se satisfacen todos los pasivos acumulados. Las siguientes son las premisas sobre las que se debe basar cualquier plan: Que se consigan recaudar los montos correspondientes a las cuentas a cobrar. Que se consigan reanudar las ventas a terceros, actualmente no involucrados en el proyecto. Estos tres objetivos serán posibles en tanto y en cuanto los actuales accionistas que aportaran más dinero y los terceros, tengan la certeza de que el proyecto va a llegar a buen puerto. En ese sentido es fundamental que se reanuden las obras, que se tenga certeza que los nuevos capitales no servirán simplemente para mejorar la garantía de los acreedores quienes en definitiva se terminarían quedando con el proyecto, que los que aporten nuevos capitales sepan que su dinero servirá para mejorar su situación individual ante reclamos de los acreedores actuales y que los incumplimientos recaerán sobre los morosos en primer lugar. En ese sentido los promotores de Puerto Trinidad están tomando las siguientes medidas: Colocar las acciones representativas de metros cuadrados remanentes en un fideicomiso. Este las ofrecerá a un precio de costo hasta la fecha de cierre (la “Venta al Costo”), y a mayor precio de ahí en adelante (las “Ventas Futuras”). Este fideicomiso sería manejado por un banco de primera línea, el que se encargaría de distribuir los fondos de forma que cumplan los objetivos arriba enunciados...”. V.S., considerando elementos documentales ya incorporados a la quiebra, es un hecho cierto que el Directorio de Puerto Trinidad anunció a fines de diciembre de 1999 la constitución de un fideicomiso de acciones, cuyo fiduciario sería un banco de primera línea existiendo conversaciones con el ABNAmro Bank, al cual serían afectadas todas las acciones de propiedad de Gindi Corp. NV representativas de derecho a canje por lote. El contrato de fideicomiso en cuestión se perfeccionaría si sometido el proyecto a consideración de los accionistas en el marco de la próxima Asamblea General Ordinaria de Accionistas existía en los socios voluntad suficiente en tal sentido. Mientras tanto, a fin de recaudar fondos para la exigua caja de Puerto Trinidad S.A., se invitó a los accionistas que estuvieren interesados en adherir al futuro fideicomiso de acciones, a hacer reservas de las acciones comprometidas para el fideicomiso si bien todavía en poder de Gindi Corp. Los interesados suscribieron cartas preparadas como formularios de adhesión, dirigidas al ABNAmro Bank, cuyo texto se transcribe parcialmente: “Sres. ABNAmro Presente De mi mayor consideración: Tengo el agrado de dirigirme a Uds. en relación a la eventual adquisición de Acciones de Puerto Trinidad S.A. según se describen más abajo. A estos efectos le informo y encomiendo a Uds. lo siguiente: Considerando: Primero: Que tengo intenciones de, sujeto a las cláusulas y condiciones de la presente, adquirir las acciones ordinarias clase A y preferidas rescatables clase 7 de Puerto Trinidad S.A. cuya preferencia en el rescate consiste en la entrega de una fracción de terreno ubicada en el proyecto Puerto Trinidad, de una superficie aproximada de metros ____ y que está identificado en el plano maestro del emprendimiento con el número ___ (el “Lote”). Estas acciones (en adelante “Las Acciones”) son actualmente propiedad de Gindi Corporation N.V. (“GCNV”). Segundo: Que en garantía del cumplimiento de los compromisos aquí asumidos entrego al ABNAmro la suma de $ 500 por cada conjunto de acciones que dé derecho a un Lote (la “Reserva”). Tercero: Que GCNV me ha manifestado su intención de entregar las Acciones en fideicomiso a un fiduciario a ser formado antes del 31 de Marzo de 2000 (el “Fideicomiso de Acciones”)...” El ánimo de los accionistas que el Directorio pudo palpar en la asamblea iniciada el 31 de mayo de 2000 no fue el mejor. Al folio 62 del Libro de Actas de Asamblea N° 1 se lee: “...Gindi Corporation N.V. ofreció a la Sociedad una transacción mediante la cual cede el total de las acciones que conserva en Puerto Trindiad S.A., incluyendo aquellas que si están pagas (y excluyendo las que hubiere vendido a terceros), para ser transferidas a un fideicomiso al que se referirá más adelante y con la finalidad de que las mismas sean ofrecidas a terceros como medio para recaudar los fondos necesarios para completar el proyecto y pagar los pasivos. Explica que el objetivo de esta transacción es generar un incentivo suficiente a aquellas personas que inyecten liquidez a Puerto Trinidad, permitiéndoles participar en un importante porcentaje de las ganancias que resulten de la venta de acciones que confieren derecho a lotes, en base a las proyecciones que se expondrán más adelante. Continúa exponiendo en general las condiciones del contrato de fideicomiso propuesto por Gindi Corporation NV y pone en ese acto a disposición de los Señores Accionistas copia íntegra del proyecto de dicho contrato, en su versión actual. En su exposición, el Señor Presidente hace referencias a la participación de acreedores en el fideicomiso, la cantidad, naturaleza, clasificación y características de los bienes que serían fideicomitidos, ejercicio de los derechos políticos que confieren las acciones fideicomitidas e instrucciones al fiduciario. Seguidamente alude a las primas impagas que pesan sobre ciertas acciones que serían fideicomitidas en caso de prosperar la oferta de Gindi Corporation N.V. y sostiene que Puerto Trinidad S.A. debería prestar su consentimiento para reprogramar los pagos de dichas primas, pues son ellas las que permitirían, principalmente, que Puerto Trinidad S.A. complete las obras y pague sus deudas, objetivos en base a los cuales se deberían recalcular las primas pendientes en cuanto a monto y ritmo de integración. Asimismo el Señor Presidente expone que existe una variante -en base lo que también ofreciera Gindi Corporation N.V.- que somete a la consideración de los Señores Accionistas, la que consiste básicamente en constituir el fideicomiso ya descripto y, una vez que el mismo tenga asegurados fondos suficientes, negociar con el Nuevo Banco del Chaco S.A. la adquisición del crédito con garantía hipotecaria que éste mantiene contra la Sociedad, a fin de asegurar en mayor grado el proyecto desde un punto de vista jurídico. Alude a la rapidez que requiere la implementación de este plan, a fin de evitar que un tercero pueda frustrar el objetivo, sosteniendo que, a su entender, los supuestos centrales en los que se debería basar el plan son: Imposibilidad de contar con ingresos provenientes de ventas nuevas en el corto plazo, en tanto se crean las condiciones para reestablecer las ventas a mediano o largo plazo. Imposibilidad de contar con una variación del flujo de fondos proveniente de la financiación de las compras por una institución bancaria basada en el otorgamiento de permisos, por cuanto esto presupone el otorgamiento de todos los permisos por parte de las autoridades, lo que se ha demostrado que está más allá del control de la sociedad. Seguidamente se refiere a las fuentes de obtención de recursos, de implementarse este plan, las que enumera y pasa a describir: fideicomiso, cuentas a cobrar originadas en ventas ya celebradas, ventas nuevas en cuanto las condiciones lo permitan y venta de proyectos dentro de Puerto Trinidad (Harbor Town, Business Park, puerto, área deportiva). También se refiere a las condiciones en que deberían ser refinanciadas las deudas de la Sociedad en caso de implementarse el fideicomiso y a las obras a realizarse en tal caso...”. En el libro Inventario y Balances al folio 121 y siguientes puede verse que en la memoria del directorio -cierre del ejercicio N° 3 correspondiente al año 1999- se informaba a los accionistas existía “una delicada situación financiera”, situación que el directorio atribuía a una importante baja en las ventas y a la imposibilidad de cerrar acuerdos que permitieran inyectar nuevos fondos al proyecto. Por otra parte al folio 123 se informaba que Puerto Trinidad S.A. mantenía un pasivo de aproximadamente trece millones de pesos con proveedores y otros acreedores, aunque con los principales acreedores se analizaban acuerdos de refinanciación a largo plazo. El auditor por su parte al folio 130 apuntaba que “...La continuidad del proyecto y por ende de la sociedad como empresa en marcha está supeditada a los resultados que arrojen las negociaciones de refinanciación que actualmente se está llevando a cabo con los distintos acreedores y a la concreción de aportes de los accionistas o de terceros...”. Al cerrarse el ejercicio correspondiente al año 2000 la memoria presentada por el directorio a los accionistas informaba el fracaso de las negociaciones tendientes a la reestructuración de la deuda, así como un súbito cambio en la estrategia de negociación con los acreedores. Al folio 225 del libro de Inventario y Balances textualmente se lee: “...El Directorio reconoció su fracaso para arribar a un acuerdo con todas las partes...y recomendó que los fondos que se habían comprometido a recaudar los interesados...fueran efectivamente recaudados, pero que fueran exclusivamente destinados a la compra del crédito hipotecario en manos del Nuevo Banco del Chaco, como medio de que un grupo de inversores interesados en la continuidad del proyecto le otorgaran una protección tanto a los accionistas de Puerto Trinidad como a los acreedores que se avinieran a acuerdos de financiación...Una vez adquirido el crédito del Nuevo Banco del Chaco, en octubre de 2000 se llegó a un acuerdo para adquirir el crédito a favor de Sabavisa...Durante el ejercicio 2000, Puerto Trinidad se benefició de la comprensión de la mayoría de los acreedores. A pesar de contar con más de un centenar de los mismos, pocas acciones judiciales fueron intentadas. Dos pedidos de quiebra relacionados con el crédito de Sabavisa...un pedido de quiebra por parte de Edesur...y un pedido de quiebra por Cimet...”. En tanto que en la nota a los estados contables, al describir en el punto 1.2. la situación financiera de la sociedad, el auditor escribió: “... El 31 de mayo de 2000 se inició la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria que fue clausurada el día 29 de junio de 2000 tras un cuarto intermedio. En el curso de la primera parte de la citada Asamblea el Directorio suministró detallada información respecto a las causas que generaron el desequilibrio financiero de la sociedad. Entre otras razones, la situación se vio agravada por el incumplimiento de Gindi Corporation NV respecto del pago de las primas de emisión correspondientes a las acciones que suscribiera oportunamente, vencimiento que operó el día 12 de abril de 2000 y que fuera prorrogado por la Asamblea...La Asamblea resolvió pasar a un cuarto intermedio para el tratamiento de los temas restantes del orden del día, entre los cuales se encontraba la consideración de propuestas para refinanciar pasivos de la Sociedad. Durante el transcurso del cuarto intermedio, y siguiendo la sugerencia dada por el Directorio durante la primer parte de la Asamblea diversos accionistas comenzaron conversaciones tendientes a la organización de un fideicomiso cuyo principal objetivo sería la adquisición del crédito hipotecario que contra Puerto Trinidad S.A. tenía el Nuevo Banco del Chaco S.A....La Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria celebrada el 29 de junio de 2000, informó a los restantes acciones respecto a la constitución de este fideicomiso, al que se lo denominó Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. En otro orden de ideas, la Asamblea resolvió la constitución de aportes extraordinarios por el término de seis meses a cargo de los accionistas y a favor de la Sociedad. Estos aportes extraordinarios han sido establecidos con fines específicos de solventar gastos generales ($ 0,075 por cada acción preferida rescatable) y para la terminación del sistema de defensas costeras...En cuanto al fondo para la terminación del sistema de defensas costeras, la suma recaudada fue utilizada con diversos propósitos...En efecto, los $ 322.684,21 percibidos, junto la recaudación proveniente de primas de emisión fueron destinados a cubrir gastos de mantenimiento y anticipos al Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad por $ 239.950,84...Otra resolución asamblearia vinculada al financiamiento de la Sociedad fue conceder un plazo de 60 meses de espera para la deuda existente en cabeza de Gindi Corporation NV por prima de emisión, en el marco de la constitución de un nuevo fideicomiso al cual se transferiría la totalidad de las acciones suscriptas por Gindi en mora a tal momento. La intención de espera otorgada fue conferir a las acciones a transferir al fideicomiso un valor real que pudiera atraer a eventuales inversores. ..Una vez alcanzado el objetivo principal del Fideicomiso en el mes de noviembre de 2000 se llegó a un acuerdo para la compra del crédito del proveedor comercial Sabavisa S.A. contra Puerto Trinidad S.A.. A fin de reunir los fondos necesarios para alcanzar dicho acuerdo Puerto Trinidad S.A. otorgó anticipos al Fideicomiso por valor de $ 239.950,84...”. La Memoria y Estados Contables correspondiente a los ejercicios siguientes, años 2001 y 2002, ya no figuran transcriptos al Libro de Inventario y Balance. La consideración de la documentación correspondiente al ejercicio finalizado el 31.12.2001 fue realizada en el marco de la Asamblea General Ordinaria N° 7 celebrada el 18 de noviembre de 2002. Al explicar las causas que motivaron la convocatoria fuera del plazo legal dijo el Presidente del Directorio -en declaración transcripta en Acta N° 9 al folio 245 y siguientes y en la causa “Panizza Rolando Héctor c/Puerto Trinidad y otros s/Ordinario” a fs. 138 lo siguiente“...2°) Consideración de las razones que justifican la convocatoria fuera del término legal...El Sr. Presidente expresa que la sociedad ha tenido durante el ejercicio cerrado al 31.12.01, como también durante el año 2002 en curso, severas dificultades para recaudar los fondos correspondientes a los gastos reembolsables (las denominadas “expensas reembolsables”) y a cualquier otro origen. Las dificultades financieras apuntadas implicaron en los hechos que resultó necesario trasladar a la sede de la administración al campo, por no poder afrontar la locación de oficinas comerciales en la Ciudad de Buenos Aires. En las sucesivas mudanzas y traslados se perdió el rastro de alguna documentación societaria; entre tal, algunos libros de la sociedad...En virtud de la carencia de tales libros, como así también de la ausencia de fondos para encomendar los trámites pertinentes, necesarios para rubricar nuevos libros, resultó muy dificultoso convocar a Asamblea...Finalmente visto que la sociedad no contaría razonablemente de fondos durante mucho tiempo, de manera particular el Directorio resolvió cubrir el importe necesario para alquilar un salón”. ESTADO DE CESACION DE PAGOS: La severa crisis financiera que se produce en el año 1999 -crisis que, tal como surge de lo expresado, ha sido reconocida por la propia fallida- es donde esta sindicatura encuentra la fecha de inicio de la cesación de pagos. Siendo que en el trimestre abril/junio de 1999 es donde se produce una sensible baja en el nivel de las ventas, y ello ha sido el principio de una caída en forma constante, se fija en abril de 1999 la época de inicio del estado de cesación de pagos. Cabe destacar que existieron distintos intentos de reestructuración de los pasivos de la fallida, tal como se desprende del escrito de contestación del traslado a la ejecución ley 24.441 presentado por apoderado de PTSA, que obra a fs. 826 vuelta y siguientes de dichos actuados: “..La difícil situación suscitada a fines de 1999, movió al Directorio de Puerto Trinidad S.A. y a la sociedad controlante de ésta -Gindi Corporation N.V.- a recurrir a los compradores de lotes para implementar alguna solución que posibilitara la concreción del Proyecto Puerto Trinidad. Es así que se decidió constituir un fideicomiso que incluyera a los principales acreedores de la Sociedad y a un grupo de inversores interesados en aportar fondos adicionales que serían destinados a la financiación de obras de infraestructura y al pago de pasivo de acuerdo a los planes de refinanciación que se acordarían con los acreedores. la sociedad controlante -Gindi Corporation N.V.- aportaría a este fideicomiso, bajo ciertas condiciones, sus tenencias accionarias en Puerto Trinidad S.A. y los créditos que tuviera a su favor por la venta de acciones de Puerto Trinidad S.A. En febrero de 2000, un amplio conjunto de personas demostró su intención de aportar U$S 3,4 millones para la constitución de tal fideicomiso. Dichas personas demostraron su compromiso a través del aporte individual de $ 500 en tal momento, depositándose dichas sumas en el ABN AMROBANK N.V. Sucursal Buenos Aires, en lo que se denominó Fideicomiso de Reserva. Esta iniciativa propuesta por el Directorio de Puerto Trinidad S.A. a los accionistas en carta que les dirigiera en diciembre de 1999 no prosperó por razones que no es del caso explicar aquí. El directorio había fijado el 31 de mayo de 2000 como fecha límite para intentar el funcionamiento de este fideicomiso que incluía a los principales acreedores de la Sociedad. A esa fecha, se celebró la asamblea general de accionistas de la Sociedad y en esa oportunidad el Directorio explicó que la iniciativa antedicha no había tenido éxito...”. Así en la continuación de la Asamblea que pasara a cuarto intermedio para el 29/6/00 desgrabada por la escribana María Gabriela Cano Tanco, a pedido de esta Sindicatura, y agregada a los autos “Puerto Trinidad S.A s/ Quiebra s/ Incidente de Investigación”, el Dr. Carlos Tonelli, expresó: “...para empezar quiero discrepar, Isidro, éste fideicomiso no es similar al anterior, al que fuera propuesto, sigue el lineamiento en cuanto a la figura del fideicomiso pero tiene sustanciales diferencias con el que fuera propuesto en el mes de diciembre. Bueno estoy entonces acá parado frente a todos ustedes en mi doble carácter en este instante, en primer lugar como coordinador o no sé que título me corresponde pero como coordinador básicamente del grupo que se puso en marcha, un grupo provisional, que nos pusimos en marcha para empujar la creación y la constitución de éste nuevo fideicomiso; y en segundo lugar en cumplimiento del pacto y del acuerdo al que arribáramos con Gindi, oportunamente, en mi carácter de apoderado de Gindi Corporation para votar en esta Asamblea. Todos aquí conocemos los problemas por los que atravesó Puerto Trinidad a lo largo del tiempo, todos aquí conocemos los problemas que enfrenta hoy, en más detalle o en menos detalle, algunos entienden un poco más la problemática y otros entendemos un poco menos pero en definitiva estamos al tanto de que hay un gran despiole, digamos, para decirlo educadamente. Eh, Voy a, sintéticamente referirme a lo que nosotros entendimos que ocurría el treinta de mayo pasado cuando entramos en el cuarto intermedio. Digamos que había una situación de, que nosotros entendimos de riesgo, me muevo mucho y puedo tirar todo abajo esto, entendimos que había una situación de riesgo, decía, porque como ustedes saben el principal activo de Puerto Trinidad es un campo y el campo éste está hipotecado. Tiene una hipoteca en primer grado derivada de un crédito que está en poder del Nuevo Banco del Chaco. El directorio de Puerto Trinidad había logrado un acuerdo de espera con los acreedores del proyecto, que es la gente que en definitiva, junto con nosotros financió la obra, eh, y evidentemente el acuerdo estaba sujeto o este preacuerdo o este acuerdo de espera era justamente un acuerdo de espera hasta la Asamblea, porque aguardaban que la Asamblea resolviera algo. Esa, ese cuarto intermedio en el que entramos que era necesario porque había un montón de documentación que no estaba en nuestro poder antes y que teníamos que considerar, en realidad, además de perjudicarnos a nosotros en cierta parte, la demora también inquietaba a nuestros acreedores. Digo que nos perjudicaba a nosotros, porque si hay algo que quiero que quede claro acá, es que ésta sociedad, Puerto Trinidad Sociedad Anónima, sigue devengando gastos cada mes que pasa, es decir que el inmovilismo, el esperar, nos significa más plata. Obviamente que el actuar precipitadamente nos puede salir más caro también, entonces hay que encontrar un justo equilibrio entre el actuar precipitado y la demora eterna porque nos sale muy caro. En síntesis decía, cuando entramos a ese cuarto intermedio, se nos ocurrió la posibilidad a algunos de que algunas personas, algunas empresas con intenciones distintas de las nuestras, intentaran apoderarse de esa hipoteca, la hipoteca estaba de alguna manera puesta en una oferta a mejor postor, sabíamos que existía una propuesta de un acreedor nuestro Gualtieri para comprarla, y sabíamos que posiblemente existía otra oferta de otro acreedor nuestro, también para comprarla. En realidad esa situación era de alguna manera peligrosa para el resto de los accionistas que individualmente tenemos muy poco poder para luego negociar con quien sea dueño del campo. Quien compre esa hipoteca de alguna manera se apodera del campo y nosotros nos quedamos con papeles, papeles que representan una sociedad anónima que, eventualmente puede estar quebrada. Por éste motivo fue que decidimos empezar a dar impulso a contrareloj, a toda máquina a la idea del fideicomiso con el ánimo de ver si podíamos juntar la cantidad de fondos necesarios, para como mínimo comprar esa hipoteca. Los primeros llamados que hicimos, este, fueron muy exitosos, nadie nos gritaba, nadie nos pegaba, digamos la idea tenía algún grado de coherencia parecía, y se fue formando un volumen de gente cada vez más grande que representaba un volumen de dinero también importante, y un volumen, un grupo de gente que además estaba poniendo su tiempo, o que estábamos poniendo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo para avanzar en esa dirección concreta, el intento de recompra de la hipoteca. Evidentemente hubo un planteamiento que surgió entre nosotros en el primer instante fue, todo esto no tiene sentido si el grupo desarrollador no cede su posición dominante en el proyecto, porque no vamos a volver a hacer otro esfuerzo monumental como implica generar fondos de nuestros bolsillos, en el mismo proyecto en el que ya nos clavamos una vez, para que el grupo desarrollador siga haciendo su negocio, digamos. Por lo tanto cuando apenas alcanzamos a alguna envergadura quisimos sentarnos a conversar con el grupo desarrollador y plantearle cual era nuestro punto de vista a este respecto y que si el grupo desarrollador no estaba dispuesto a ceder su posición dominante en realidad nuestro trabajo no tenía ningún objetivo y allí parábamos. El grupo desarrollador estuvo bien predispuesto en esta negociación, hay múltiples versiones de los motivos, tal vez los agarramos cansados, que sé yo, hay múltiples versiones, la, el tiempo esta noche no me deja entrar en todos los detalles, voy a tener que hacer un repaso rápido. Eh, lo concreto es que conseguimos que Gindi firmara un acuerdo sujeto a algunas consideraciones, éstas que mencionó Isidro Beccar Varela hace unos minutos, eh, de las cuales la que parecía más difícil en aquel momento era reunir, no tanto la cantidad de gente que nos pedía el grupo desarrollador, sino la cantidad de dinero que tenía que estar en el fideicomiso para que tuviera sentido éste intento de compra de la hipoteca. Bueno, con el correr de las reuniones en “GEBA” y en el auditorio de “Previnter” y con los llamados por teléfono y con el grupo de correo electrónico que se creó y que casi todos los que están aquí, porque veo muchas caras conocidas que ya conocen, con el correr del tiempo, decía, en estas cuatro semanas, cumplimos esos objetivos que estaban, que significaban una condición suspensiva para el acuerdo de Gindi y hoy pudimos notificarle a Gindi fehacientemente, que cumplida la condición, el control de las acciones, de todas las acciones que tiene Gindi en su poder, que tenía Gindi en su poder pasa al fideicomiso y quiero dejarlo aclarado a éste punto muy especialmente, en el acuerdo firmado con Gindi es condición que éstas acciones pasen al fideicomiso, no a mi o a ninguno de los que estamos empujando esta iniciativa, es condición que pase al fideicomiso. Bueno, eh, cumplidas estas condiciones es necesario para los que no lo saben todavía y para los que lo saben les pido un minuto de paciencia que explique sintéticamente cual es la idea del fideicomiso, y por qué, después cuando tratemos los puntos del orden del día, que tenemos que tratar al final voy a mocionar para que de alguna manera aprobemos la creación de este fideicomiso. Entonces si me cambian la. Éstos eran básicamente los objetivos cuando largamos: tomar el control de Puerto Trinidad S.A., que el control no estuviera más en manos de Gindi y que pasara a los accionistas que quisieran sumarse a la iniciativa del fideicomiso, recuperar la hipoteca, asegurar la conservación de las mejoras realizadas, todos saben ya lo escuchamos en la Asamblea pasada y no lo voy a volver a repetir hay mejoras que se están deteriorando porque no estamos haciendo nada, y completar las obras faltantes y concluir el proyecto. Como yo sé que ésta noche hay aquí representantes de nuestros acreedores quiero aclarar que cuando digo completar las obras faltantes y concluir el proyecto estoy incluyendo lógicamente pagar nuestras deudas. Tomar el control de Puerto Trinidad como dije recién implicaba un acuerdo con Gindi Corp, que lo tenemos, y analizar la situación del directorio actual, la situación del directorio actual sé que es un tema irritante para todos nosotros, lamentablemente hay un punto del orden del día que va a exigir que consideremos este tema. Oportunamente voy a proponer una moción que la hemos consensuado con la gente que se acercó a las reuniones y con la gente, y con mucha gente que tampoco se acercó a las reuniones y que creo que refleja el sentir de la mayoría, así que te pido que sigamos. Para recuperar la hipoteca que era otro objetivo había que empezar las negociaciones con el Nuevo Banco del Chaco para saber donde estábamos parados, eso hicimos, empezamos las negociaciones con el Nuevo Banco del Chaco, nos presentamos, explicamos el carácter en el que estábamos allí, fundamentalmente el cambio de interlocución fue un tema importante, porque evidentemente frente a nuestros acreedores, entre ellos el Nuevo Banco del Chaco, nosotros somos perjudicados también, aquí no está negociando alguien que se llenó de plata en base a la deuda contraída. sino que estamos negociando nosotros que nos, en realidad, este, nos complicamos junto con ellos en este proyecto”. Y ello también surge del escrito de contestación del traslado a la ejecución ley 24.441 presentado por apoderado de P.T.S.A.., donde a fs. 829 de dichos actuados se dice: “...Esta asamblea se constituyó el 31 de mayo de 2000 y -luego de pasar a cuarto intermedio- continuó el 29 de junio de 2000. En esa ocasión, un accionista -el Dr. Carlos Tonelli- expuso a los asistentes la iniciativa de un grupo de co-accionistas consistente en la constitución de un fideicomiso. Allí explica claramente que Gindi Corporation NV había remitido la Carta del 20 de junio de 2000 que posibilitaba la conformación de dicho fideicomiso por cuanto la oferente se comprometía a aportar los bienes que consituirían el patrimonio fideicomitido inicial...”. En el mismo sentido, el recorte periodístico de Clarín del lunes 16 de octubre de 2000, acompañado por Siemens S.A. en la observación a la insinuación del verificante ABN, se lee: “...Pero en julio de 1999, los propietarios empezaron a notar que los trabajos se restrasaban más de lo esperable. Hasta que en mayo de este año, en una asamblea de accionistas, los propietarios recibieron el baldazo de agua fría: la sociedad anónima, responsable del complejo, tenía una deuda de 12 millones y el campo estaba hipotecado...”. Aquí cabe preguntarse ¿Qué hacían los lotistas en una Asamblea de Accionistas de la fallida cuando dicha asamblea fue constituida para decidir modos y medios de superación de su crisis?. La respuesta puede encontrarse en lo expresado en el escrito de contestación del traslado a la ejecución ley 24.441 presentado por apoderado de PTSA, a fs. 827 y sgtes. de dichos actuados, donde textualmente se expresa: “...A esa fecha, se celebró la asamblea general de accionistas de la Sociedad y en esa oportunidad el Directorio explicó que la iniciativa antedicha no había tenido éxito. Asimismo recomendó que los fondos que los interesados se habían comprometido a aportar al fideicomiso -y que, como ya se dijo, ascendían a U$S 3,4 millones- fueran efectivamente recaudados, pero que fueran exclusivamente destinados a la compra del crédito hipotecario por entonces en manos del Nuevo Banco del Chaco S.A., como medio de que un grupo de inversores interesados en la continuidad del proyecto otorgaran una protección tanto a los accionistas de Puerto Trinidad S.A. como a los acreedores que se avinieran a celebrar acuerdos de refinanciación...Considerando la conveniencia de colaborar con cualquier iniciativa tendiente a llevar a buen termino el Proyecto Puerto Trinidad, la sociedad controlante Gindi Corporation NV envió con fecha 20 de junio de 2000 una carta a los promotores de tal iniciativa, quienes luego constituirían el Comité de Seguimiento del Fideicomiso, órgano de decisión representativo de los fiduciantes y firmante del contrato con el Banco aquí ejecutante... En la carta antedicha...Gindi Corporation NV ofreció a los interesados en efectuar aportes para la terminación del Proyecto Puerto Trinidad entregar en propiedad fiduciaria todos sus activos consistentes en una determinada cantidad de acciones ordinarias y preferidas de Puerto Trinidad S.A. ...El accionista oferente Gindi Corporation NV impuso varias condiciones para hacer efectiva la transferencia ofrecida. Todas ellas tendían a la terminación del Proyecto Puerto Trinidad y a la salvaguardia de los adquirentes de los lotes, integraran estos o no el fideicomiso. Así, las instrucciones que se habrían de dar al fiduciario consistían en vender las acciones fideicomitidas y utilizar su producido para adquirir la hipoteca por entonces de titularidad del Nuevo Banco del Chaco S.A...., la terminación de las obras, el pago a los acreedores de Puerto Trinidad S.A., el mantenimiento del Proyecto y la distribución de las ganancias entre los beneficiarios del fideicomiso una vez alcanzadas las finalidades anteriores...”. También es suficientemente ilustrativo el escrito de contestación del traslado a la ejecución ley 24441 presentado por apoderado de PTS (fs. 829 de dichos autos): “...Refiere allí el Dr. Tonelli que la finalidad principal del fideicomiso era la solución de los problemas urgentes de la sociedad, tales como la realización de obras de conservación impostergables, negociación con el principal acreedor hipotecario, cancelación de los pasivos de la sociedad y continuación de las obras. Se habla allí con toda precisión de la conveniencia de adquirir la hipoteca en cabeza del nuevo Banco del Chaco SA. ....Más adelante, al ponerse a consideración el punto séptimo del orden del día, se insiste en que las acciones emitidas por Puerto Trinidad S.A. que eran propiedad de Gindi Corporation NV habrían de ser transferidas en propiedad fiduciaria a favor del fiduciario a instituirse una vez celebrado el pertinente contrato de fideicomiso. Incluso se llega a tomar medidas respecto de la deuda que mantenía Gindi Corporation NV con Puerto Trinidad S.A. en concepto de prima, con la finalidad de posibilitar esta transferencia fiduciaria que presuponía la constitución del fideicomiso. La moción que proponía la resolución asamblearia para alcanzar todas esta finalidades fue aprobada por unanimidad, en una asamblea a la que asistieron centenares de accionistas tenedores de todas las clases de aciones emitidas por la Sociedad...” El precitado convenio entre el Fideicomiso y Gindi, si bien no se llegó a firmar tuvo principio de ejecución en los hechos, tal como se expondrá más adelante. En sintonía con lo expresado, del recorte periodístico del diario Clarín del lunes 15 de octubre de 2000 -acompañado por Siemens S.A. en la observación a la insinuación del verificante ABN-, se lee: “...Al principio armamos un grupo de correo electrónico para comunicarnos entre nosotros”, explicó a Clarín Carlos Tonelli, ...“Teníamos que juntar la plata y comprar la hipoteca como única salida para no perderlo todo”, contó....Sandra Sagripanti, otra de las compradoras del complejo, aseguró: “Conozco más a mis futuros vecinos de Puerto Trinidad que a los que tengo ahora”. Lo dice al describir el fenómeno del “e-group” al que, junto con su marido, se sumó para defender los dos terrenos que compraron hace dos años. Pero aparecieron complicaciones. Uno de los acreedores de la sociedad anónima, el grupo chileno Cimet (proveedora del cableado de las obras) pretendía levantar la deuda y quedarse con el emprendimiento. El jueves y después de arduas negociaciones, el banco cedió la hipoteca a quienes depositaron primero la plata: los “inversores de Puerto Trinidad”. Entonces, se firmó el Acuerdo de cesión del crédito hipotecario, instrumentado en escritura pública número cuatrocientos dieciocho del 25 de octubre de 2000 otorgado por escribana M. Gabriela Cano Tanco, habiéndose pagado el importe de: U$S 2.850.000 abonados con débito de plazo fijo número 0011524. De este modo del Acta de Asamblea de Beneficiarios N° 7 se desprendía lo siguiente: “...En la Ciudad de Buenos Aires, a los 5 días del mes de septiembre de 2001, se reúnen en el Teatro del Colegio La Salle sito en Riobamba 650, siendo las 20.00hs. los beneficiarios de los Fideicomisos denominados Garantía Hipoteca Puerto Trinidad y Sabavisa Puerto Trinidad constituido en el ABN AMROBANK conforme el contrato que fuera firmado con fecha 30 de junio de 2000, en la presencia de los Dres. Jorge Guevara Zaefferer y Dr. Oscar Szumacher, los contadores Francisco Pes y Roberto Iglesias, y el ingeniero Roberto Guillán, todos integrantes del Comité de Seguimiento de los mencionados Fideicomisos...Se encuentran presente 132 fiduciantes de los cuales tienen derecho a voto 111 quienes representan 1.564.629 acciones en total y 1.529.843 acciones con derecho a voto, convocados por fax y por medio electrónico (e-mail) difundido en el grupo de correo electrónico [email protected] que fuera creado a esos efectos...”. 4. El Fideicomiso como vehículo empleado para la “adquisición” de pasivos. 4.1. La negociación con Sabavisa. 4.2. La cesión del crédito y la constitución del Fideicomiso de Garantía Sabavisa Puerto Trinidad. 4.3. Sus integrantes. 4.4. El Fiduciario ABN. Su pretensión. Como fuera dicho el objetivo inicial y principal perseguido por el Fideicomiso, en opinión de esta Sindicatura no habría sido la adquisición del crédito hipotecario, sino la toma del control político y económico de Puerto Trinidad por parte de los accionistas fiduciantes y beneficiarios. Permite además comprender los términos de la carta de los fiduciantes iniciales del 20 de junio de 2000 y muy especialmente el contenido del anexo IV de la misma, así como el sentido de la deliberación mantenida en el marco de la asamblea de beneficiarios del 8 de marzo de 2001 (acta de asamblea de beneficiarios Nro. 4). La existencia del fideicomiso ordenada a atender el interés social, está revelada en el comportamiento promiscuo de los fiduciantes iniciales ya entonces miembros del comité de seguimiento- en el convenio de depósito del 4/8/00 del que acompañara una copia el Dr. Mariano Elián Turk, cuando presenta escrito titulado “MANIFIESTA.CORRIGE ERROR DE LA SINDICATURA.”, donde explica el fiduciante: “... Conforme surge de los recibos que la misma Sindicatura aporta dichos depósitos fueron realizados en el marco del Contrato de Depósito que oportunamente celebramos con Puerto Trinidad S.A., como particulares, y para facilitarle su operatoria ya que tenía sus cuentas embargadas. Se adjunta copia de dicho Contrato de Depósito para mayor claridad”. Su confesión exime en este punto de mayores comentarios en orden a la promiscuidad con que se manejaron los activos. También está revelada en las menciones contenidas en el contrato de fideicomiso sabavisa, donde se explicitó que el fiduciario actuaría cancelando deuda, vencida y a devengarse, de Puerto Trinidad S.A. con proveedores. De esta manera, al ejecutarse el pacto de Gindi no solo coexistieron dos administraciones, una administración de derecho encabezada por el Directorio de Puerto Trinidad S.A. y una administración de hecho encarnada en el Comité de Seguimiento, sino que el poder de decisión y la fijación de las políticas que guiaron la actuación de Puerto Trinidad de ahí en adelante residió desde entonces en los beneficiarios del fideicomiso y en el referido Comité. Veámos algunos hechos que sostienen lo afirmado: 1. Espera de hasta sesenta meses otorgada a GCNV (Gindi) para integrar primas de emisión pendientes de cancelación, siendo pertinente citar textualmente las razones dadas por Carlos Tonelli (CT) en la desgrabación ya referida, donde estuvo presente el Presidente de PTSA Isidro Beccar Varela (IBV), y que acompañó la escribana Cano a pedido de esta Sindicatura y se encuentra agregada al incidente de investigación: “CT: … Muchas gracias doctor de vuelta por su claridad en este punto. Bueno no me queda otra que leer entonces esta moción, les repito, las acciones que vamos, cuya prima de emisión que vamos a prolongar, son las acciones básicas del fideicomiso, son las acciones que después vamos a vender en los nuevos lotes y son las acciones con las cuales vamos a hacer de dinero, cash, entonces señor Presidente. Mociono para que Puerto Trinidad, consienta expresamente con la transferencia de ciertas acciones de Puerto Trinidad actualmente en poder de Gindi Corporation y que en este momento tienen las primas impagas y que de ahora en adelante vamos a denominar "las acciones", a favor de un fideicomiso, aclaro, y salgo un segundo de la moción, queda claro que esto ocurre siempre y cuando las acciones vayan al fideicomiso, esto es una condición, repito entonces, Puerto Trinidad consiente expresamente con la transferencia de ciertas acciones de Puerto Trinidad actualmente en poder de Gindi Corporation y que en este momento tienen las primas impagas que de ahora en más vamos a llamar "las acciones" a favor de un fideicomiso, cuyo fiduciario sea un banco de primera línea, con autorización para operar en la República Argentina y cuyas instrucciones contemplen que todo el producido de las ventas de las acciones transferidas sean destinadas en primer lugar al pago de los gastos del desarrollo del proyecto Puerto Trinidad, incluyendo, pero no limitado al pago de obras de infraestructura, gastos de administración y comercialización, mantenimiento, deuda con acreedores de Puerto Trinidad S.A. El fiduciario que reciba la propiedad fiduciaria de estas acciones, no podrá destinar pagos a otros objetivos, a no ser que tenga fondos disponibles o fondos comprometidos para completar las obras de infraestructura necesarias para completar el proyecto de Puerto Trinidad y el pago de las deudas que actualmente tiene Puerto Trinidad. Si se cumpliera la condición arriba establecida y con respecto a las primas de emisión impagas de estas acciones, Puerto Trinidad presta su consentimiento para otorgar una espera durante un periodo de sesenta meses, dentro de este periodo, se considerará que la prima de emisión correspondiente a las acciones impagas ha sido cancelada cuando como consecuencia del conjunto de pagos realizado por el fideicomiso en beneficio de Puerto Trinidad, se hayan desinteresado todos los acreedores de Puerto Trinidad, que tiene al día de la fecha y se hayan realizado las inversiones para obras de infraestructura necesarias para completar el proyecto Puerto Trinidad, o bien cuando, Puerto Trinidad se haya beneficiado con una suma global equivalente a un promedio de treinta pesos por cada acción preferida clase siete, lo que ocurra primero. Se considerará que se han completado las obras de infraestructura cuando la Asamblea General de Accionistas de Puerto Trinidad, apruebe una declaración en este sentido. Esta es mi moción, señor Presidente, y después se la voy a acercar para que la pueda pasar al, transcribir textualmente. IBV: … Eh, bueno, en esta moción yo quiero aclarar que el Doctor Carlos Tonelli, que en este momento está como apoderado de Gindi, y como sucesor de Gindi, no puede votar, porque de alguna forma es de interés contrapuesto, así que, si antes de votarlo un accionista le quiere hacer una pregunta. (voces) … Eso está incluido dentro de pagos de obras. (voces) Eh, (voces). Perdón. (voces) … CT: … Yo, no sé si me corresponde a mí aclararlo, pero lo aclaro para acelerar los tiempos. Digo ciertas porque hay muchísimas acciones de Gindi que están integradas, todas las de Harbour Town, todas las del Office Park y algunas de lotes ya que están integradas entonces no tienen ese, este inconveniente. Este inconveniente de integración solo ocurre con las acciones de lotes unifamiliares no vendidos, esas son ciertas acciones de Puerto Trinidad… IBV: … perdón… .y no con todos… . CT: … y no con todos, si si, ok… IBV: … Eh,..Bueno, hay una, perdón, si.. Marzoratti: … Yo tengo dos dudas, la primera es que no hemos votado, por lo tanto está rechazado el otorgamiento de garantías hipotecarias. Esta claro eso, porque acá hay un punto formalmente que no ha sido votado antes de, que es el otorgamiento de garantías hipotecarias y debo entender que no ha sido votado, porque nadie ha dicho una palabra… CT: … Perdón. En lo que respecta a la tarea que yo desempeñé con el grupo de gente nuestra, en la negociación con los acreedores que sería la única hipótesis en la cual tal vez … hola… en la cual tal vez habría que dar garantías hipotecarias, eh, en la negociación con los acreedores en el pasado se mencionó la posibilidad de otorgar garantías hipotecarias, entiendo en segundo grado y a eso obedece que estuviera puesto en el orden del día, en la negociación que nosotros, digamos nosotros no hemos empezado una negociación con los acreedores al día de hoy y en cualquiera de las dos direcciones comprometerlo doctor Marzoratti que haya que dar o que no haya que dar garantías hipotecarias sería mentirle, la realidad es que efectivamente como no ha sido tratado esto, en esta Asamblea se descarta la posibilidad de dar garantías hipotecarias, esto yo lo entiendo correctamente y en tal caso con para la negociación con los acreedores teniendo en cuenta que acá hay abogados de los acreedores y para no cerrar las puertas de quién tenga que negociar con ellos queda claro que hay un acuerdo que acabamos de votar antes que se puede hacer con los acreedores y que va a ser sometido a la Asamblea y ese acuerdo eventualmente, no lo sé, podrá incluir garantía hipotecaria en segundo grado, porque el primer grado lo tenemos nosotros en el fideicomiso… Marzoratti: … solamente quiero decir que no hemos aprobado este punto… CT: … Correcto, queda claro, no, si… Marzoratti: … .no hemos aprobado nada de garantía hipotecaria… CT: … . nada de garantía hipotecaria, exactamente… Marzoratti: … y el segundo punto antes de la moción… consideración de la constitución … con cierto … eso como ha sido reformulado, porque nadie ha entendido, porque técnicamente es muy complicada y la pregunta que tengo para el sindico y el abogado si lo postergamos, que es lo que pasa y que problemas nos crea a nosotros no votar hoy ese punto, de la liberación de las primas de Gindi, porque como ese punto no lo entendió nadie porque para entenderlo hay que tener los elementos en la mano, si los demás, si no lo votamos generamos alguna dificultad en la opinión del sindico y en la opinión del asesor legal, o no. Que explique eso, que es mucho más claro que la votación, porque la votación va a seguir una función de que sea necesario realmente, o que solo sea conveniente … CT:… perdón… (voz del accionista) Yo quiero aclarar una cosa doctor Marzoratti, no es necesario para Puerto Trinidad S.A, esto está clarísimo, Puerto Trinidad S.A no tiene por qué, y corríjame, no tiene por qué prorrogar el plazo de la integración de la prima de estas acciones. Si no prorrogamos el plazo de las primas de estas acciones el que tiene problemas es el fideicomiso porque se queda sin uno de sus principales activos que son los lotes para vender, este es el motivo básicamente… Pflaum: … doctor Marzoratti, la respuesta del doctor Tonelli es correcta en la medida que en la Asamblea de Puerto Trinidad no prorrogue la fecha de vencimiento de las primas, no prorrogue el plazo para integrar las primas de emisión de las acciones de Gindi que no han sido integradas a la fecha que correspondía, que si no recuerdo era un día del mes de abril, eh, de este año, lo que va a suceder es que las acciones esas, son acciones que están sin valor son caducas, con cual el aporte de esas acciones al fideicomiso es un activo de valor nulo, es decir esas acciones, no son acciones válidas del proyecto, esa es la razón por cual si en el fideicomiso se quieren integrar activos que tengan valor es necesario que la Asamblea de Puerto Trinidad prorrogue el plazo para la integración de las mismas… CT: … Igual quiero hacer, quiero dar un dato más, que a mi me gustaría de cualquier manera, como el doctor, doctor Marzoratti es un profesional destacado supongo que esta explicación del síndico la conoce sobremanera digamos no necesita ni mi clase, ni la del doctor Pflaum, para llegar a esta conclusión y me interesa sobremanera conocer el motivo del reparo, en el fondo hay un reparo en el punto, digamos.. Marzoratti: … no, el reparo no es tal, porque simplemente se me ocurrió pensar es que si Gindi no tiene las acciones igual tiene la posibilidad de tener ese espacio de venderse como espacio, porque no hay ningún inconveniente que eso ocurra. Que caduquen las acciones no quiere decir que los espacios se pierdan y que el lugar se pierda… es correcto… Pflaum: … Es correcto, doctor Marzoratti, lo que sucede es que si los espacios son vendidos por Gindi, los fondos que provienen de la venta de esos espacios van a Puerto Trinidad y no al fideicomiso, lo que el proyecto del fideicomiso quiere preservar con esto es que los fondos que provengan de la venta de esos espacios que corresponden a las acciones que hoy se estaría prorrogando si la Asamblea lo aprueba, el plazo de integración vayan al fideicomiso con las garantías que ello implica en vez de reinvertir en la sociedad cuyos fondos entrarían en la sociedad y estarían a disposición de otros acreedores, esa es la razón por la cual yo creo que en el concepto de la constitución del fideicomiso no solo es conveniente, sino que es necesario la prórroga del plazo de integración de las acciones que estaban en poder de Gindi, no sé si la respuesta es suficiente… Marzoratti: … es claro para mi, no tengo nada más que preguntar … Pflaum: … ok… CT: … Perdón… yo no doy la palabra, la da … IBV: … Si, adelante, si. (accionista): ...tiene que ver con lo último, básicamente me gustaría que quede, que quede en forma explícita cual es en este momento la situación de las acciones integradas por Gindi, dado que hemos hecho referencia… no tengo nada claro que ha pasado con las acciones que en cierta forma… IBV: … En realidad, me gustaría contestarle, es, acá en este punto específico, lo que está hablando es de las acciones no integradas, y yo como este es un debate bastante arduo prefiero, sobre las acciones integradas, encantado, cuando pasemos, me parece que no es exactamente en este momento, de que pasa en las acciones integradas… CT: Yo, perdón, yo quiero, me parece que se puede ser contestar perfectamente y rápidamente, las acciones, Hugo, con relación a las acciones integradas, en la que están integradas esto es “Harbour Town”, “Office Park”y las que dan el control político de la sociedad, están cedidas por un contrato de fecha de la semana pasada, que está sujeto a una condición suspensiva, que era que se reuniera una cantidad de dinero, que se ha cumplido, de lo cual fue notificado Gindi, esta mañana y... IBV: … Perdón, ahí tengo que hacer una rectificación, por eso no es tan fácil el asunto, de acuerdo a esa misma carta y a ese mismo convenio que vos has mencionado y me imagino que es a eso que Hugo apunta, hay tres páginas de descripción de contratos que afectan a las acciones integradas de Puerto Trinidad, muchas de las cuales, como inclusive Carlos mencionó al principio están afectadas en garantías en contratos de espera.... CT: … No me dejaste terminar...IBV: … ah, perdón… CT: … Yo iba a llegar a ese punto, lo concreto es que Gindi nos ha cedido es un paquetón de acciones entre integradas y no integradas y para ser muy precisos ha cedido en buena parte cosas que no tiene, si esa es tu pregunta Hugo. Cosas que se pueden perfeccionar con el paso del tiempo y con esfuerzo, pero algunas cosas que no tiene, por ejemplo acciones que hacen a Harbour Town que fueron entregadas .... CASSETTE 2 LADO B: CT:… sujeto a que esta Asamblea aprobara la prolongación de la, del tiempo para integrar la prima, si eso no ocurre nada me puede ceder Gindi porque no lo tiene. Esto está claro. No sé si esa era la pregunta, Hugo. Hugo: … si es la pregunta… digamos no tengo capacidad en este momento de … CT: … Además está obviamente a disposición de todos los que entiendan algo y quieran leerlo, cual es el estado de una por una, es más está descripto en el balance si no me equivoco, no. Es decir en el informe están descriptas si, todas, en el informe están descriptas que obligaciones tiene la sociedad en cuanto a sus acciones, Puerto Trinidad, que tipo de complicaciones tiene cada clase de acciones, yo recuerdo haberlo leído… Pflaum: … Si en las notas a los estados contables están puestas todas las acciones que están dadas en prenda o garantía de alguna forma y también los montos de las acciones que estaban con primas integradas o sin integrar a la fecha de los estados contables, eso está… eso figura en el balance… CT:… Eso está en el balance… .Pflaum: … En los estados contables y no ha habido cambios desde la fecha del cierre del ejercicio hasta ahora en ese aspecto… (accionista): Como se… esta moción.. digamos… -no se puede entender correctamente ...” 2. Discontinuación de la venta de acciones desde Gindi que pasaron a ser vendidas dentro del Fideicomiso (conforme lo informado en estados contables y las coincidentes afirmaciones hechas por verificantes en la quiebra, los certificados de participación representativos de lotes emitidos con la firma de dos de los miembros del Comité de Seguimiento Sres. Cagnonero y Ponte). 3. Participación activa en la reestructuración de pasivos y en el proceso de negociación abierto con Make A Team. SABAVISA. La cesión se instrumentó mediante escritura pública número cuatrocientos sesenta y dos otorgada por escribano H.E. Cano Vazquez, y se denominó “Acuerdo de Cesión de derechos, créditos y acciones contra Puerto Trinidad S.A.”. En el convenio celebrado el 15 de noviembre de 2000 Sabavisa S.A. se constituyó en cedente, y Pedro Guillermo Ponte, Sandra Mabel Sagripanti, Mariano Elian Turk y Anibal Marcelino Cagnonero (todos los nombrados miembros del Comité de Seguimiento del Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad) en cesionarios. El dinero para el pago del precio de cesión provino de la cuenta fiduciaria administrada por ABN AMROBANK, según puede verse de la rendición de cuentas del fiduciario copiada al folio 50, donde entre los egresos se destaca la “Transferencias de fondos a la Cta. Fiduciaria del Fideicomiso de Garantía Sabavisa-Puerto Trinidad” por $ 440.121,59. Lo sorprendente V.S. es que una parte del dinero utilizado para cancelar el precio de cesión derivó de la propia caja de la hoy fallida Puerto Trinidad S.A.. En efecto en los informes del auditor correspondientes a los Estados Contables del ejercicio 31/12/00 se lee: “Una vez alcanzado el objetivo principal del Fideicomiso, en el mes de noviembre de 2000, se llegó a un acuerdo para la compra del crédito comercial del proveedor Sabavisa S.A. contra Puerto Trinidad S.A. A fin de reunir los fondos necesarios para alcanzar dicho acuerdo Puerto Trinidad S.A. otorgó anticipos al Fideicomiso por valor de $ 239.950,84 (según nota 3.2.1.)....”. Así por decisión de Asamblea de Beneficiarios del Fideicomiso de Hipoteca Puerto Trinidad, el 18 de julio de 2001 todos los beneficiarios del Fideicomiso de Hipoteca pasaron a constituirse en beneficiarios del Fideicomiso Sabavisa. En el Acta de Asamblea de Beneficiarios del Fideicomiso Hipoteca Puerto Trinidad N° 4, al tratarse el punto 6 del orden del día (“Situación Financiera de Puerto Trinidad S.A. y del Fideicomiso Sabavisa”) textualmente se lee: “...Sobre el punto 6 del Orden del Día, el Dr. Tonelli, informa sobre la situación actual del Fideicomiso Sabavisa Puerto Trinidad y luego de relatar que hace aproximadamente unos quince días se logró sacar una cláusula denominada de muerte súbita del contrato de cesión de crédito que Sabavisa tiene contra Puerto Trinidad S.A., cuyo mecanismo implicaba que se retrotraían los efectos del mismo al estado anterior automáticamente cuando se verificaba el incumplimiento de un pago y que en ese mismo acto se desdobló el pago en dos veces por mes, con una cuota de $ 100.000, el día 5 de cada mes y otra de $ 200.000 la última semana del mes a fin de tratar de adecuar los pagos al flujo de depósitos existente. Que aún así la situación es harto difícil porque las proyecciones de recaudación del Fideicomiso son de $ 50.000 mensuales y faltan pagar 6 cuotas por un total de $ 1.800.000 y la morosidad total verificada de Puerto Trinidad y del Fideicomiso asciende a la suma de $ 1.400.000. Se informa que ya se han incumplido dos pagos y en ese caso se manifiestan nuevamente el riesgo del pedido de quiebra y del remate de las acciones por parte de la empresa acreedora...” Las declaraciones transcriptas al acta antecedente anunciaban el problema de iliquidez, que terminó finalmente en la frustración de la cesión (volviendo el crédito a la cedente) y en la ejecución de las acciones prendadas, todo lo que obligó a los accionistas-fiduciantes-beneficiarios a un cambio de estrategia. Por último en este punto se agrega respecto a la coexistencia del Fideicomiso Sabavisa y Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad lo siguiente: “Por resolución de la Asamblea del 18 de julio de 2001 todos los beneficiarios del Fideicomiso Hipoteca Puerto Trinidad pasaron automáticamente a ser beneficiarios del Fideicomiso Sabavisa. Continúa diciendo el Dr. Szuchmacher, que hoy tenemos funcionado dos Fideicomisos. El Fideicomiso Hipoteca Puerto Trinidad cumplió su objeto con la compra de la Hipoteca que estaba en ese entonces en poder del nuevo Banco del Chaco y el objeto quedó concluido. Estuvimos estudiando desde lo económico si era conveniente reunir los dos Fideicomisos en uno o si mantener los dos, y se resolvió mantener el Fideicomiso Hipoteca Puerto Trinidad con el objeto cumplido, con su duración prorrogada y el Fideicomiso Sabavisa apto para recibir fondos ...El Fideicomiso Sabavisa -que tenía por objeto específico la adquisición de un crédito que estaba a nombre de esa firma, se consolidó una cesión que no pudo cumplir con la totalidad- permite adquirir otros pasivos que se determinen para adquirir, o incluir el pago de cualquier factura que el Comité de Seguimiento señale al Fiduciario para que se pague...3) Autorizar al Comité de Seguimiento para firmar las addendas de modificación de objeto del Fideicomiso Sabavisa permitiendo que se pague cualquier tipo de deuda relacionada con el Proyecto Puerto Trinidad a indicación del comité de Seguimiento y previa aprobación de la Asamblea ...4) Autorización al Comité de Seguimiento a incorporar en el Estatuto el reconocimiento taxativo, como aportes extraordinarios de los préstamos efectuados por algunos fiduciantes para la compra del crédito de Sabavisa y la construcción del bar...Informa el Dr. Guevara que de aquí en adelante los temas que tenemos son temas que tenemos en común con Puerto Trinidad, la diferencia es que si bien son temas en común, el voto de Fideicomiso es decisorio en la Asamblea de Puerto Trinidad, por lo que debemos darle instrucciones al apoderado. Señalamos la independencia del Fideicomiso con Puerto Trinidad y tenemos un debate común por eso invitaremos al Directorio y la Sindicatura de Puerto Trinidad para que nos acompañen de aquí en adelante...”. 4.4. El Fiduciario ABN. Su pretensión. El comportamiento del Fideicomiso no ha sido inocente en la crisis en que estaba inmersa PTSA al momento de la declaración de quiebra. A tal fin, es conveniente hacer referencia a la insinuación que el Fideicomiso realizara. Pidió el ABNAMRO Bank la admisión en el pasivo concursal de dos pretensiones: a) Se registre a su nombre la compraventa en remate de una porción del inmueble sobre el cual la fallida desarrolló su operatoria comercial, subasta que habría sido llevada a cabo en un trámite de ejecución hipotecaria extrajudicial; b) Se declare verificado un crédito que expresó parcialmente en moneda extranjera (U$S 6.055.738,18) y parcialmente en moneda nacional ($ 104.239,95). Como fundamento de su pretensión verificatoria, el insinuante dijo ser titular fiduciario de un crédito hipotecario en virtud de cesión que le fuera hecha por el Nuevo Banco del Chaco S.A. El peticionante de la verificación invocó que la condición de fiduciario le fue dada en el marco de un contrato denominado Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad, el cual fuera constituido con aportes recibidos de adquirentes de lotes en el proyecto inmobiliario gestionado por Puerto Trinidad S.A. Alegó que la constitución del fideicomiso tuvo lugar ante la amenaza de ejecución formulada por el cedente, y que su finalidad fue asegurar a cada uno de los compradores de lotes de buena fe la parcela que, según afirma, les fuera prometida en venta por la fallida. Señaló que la venta mereció aprobación judicial con prelación al dictado de la sentencia de quiebra y que aquella resolución hizo “cosa juzgada material”. Añadió que el valor de remate de la propiedad, U$S 3.830.000, quedó fijado en la base de subasta, y que para cancelar el precio concurrieron en condominio ABN AMROBANK (en un 84,52%) y la Sociedad Civil Costa de Hudson (en un 15,48%). El ABNAMRO BANK afirmó también que dado que el crédito cedido, liquidados intereses compensatorios y punitorios, a la fecha de subasta sumaba U$S 8.906.990; y dado también que de pretenso acreedor debió contribuir con U$S 3.237.115 para la adquisición del bien en la subasta, el 4 de agosto de 2003 restaban insolutos U$S 5.669.874. Ese saldo con más los intereses compensatorios y punitorios pactados sumarían la cantidad impaga de U$S 6.055.738,18. En tanto que los gastos del remate, en la parte indivisa a su cargo, sumarían $ 104.189,95. Finalmente el verificante solicitó que las sumas que dice se le adeudan sean admitidas con privilegio especial. El crédito fue observado por Siemens S.A. por cuanto sostuvo que los fondos empleados para la adquisición del crédito insinuado fueron fondos de la fallida, y que por lo tanto el crédito hipotecario invocado por el pretenso acreedor se encontraría cancelado. Señaló también que los sujetos que hicieron aportes al fideicomiso son accionistas de la fallida, calidad que habría sido admitida en el propio contrato. Expresó que existiría documentación adicional que integra el contrato de fideicomiso, no presentada por el verificante en el escrito que contiene su petición, de la cual resultaría que los aportes de los fiduciantes conferían a los aportantes derechos sobre acciones de la fallida, acciones que a su vez conferían derecho a sus titulares a canjearlas por lotes. El acreedor Siemens S.A. cuestionó además el negocio en virtud del cual el ABN AMROBANK esgrime ser acreedor hipotecario, por cuanto habrían existido -previo a formalizarse la cesión- pagos de la fallida que habrían amortizado el capital del crédito, no computados por cedente ni por cesionario. Cuestionó también la regularidad del trámite de venta en subasta, y la pretensión de mantener expresado en moneda extranjera un préstamo de dinero que, según afirma, se encontraría pesificado. Esta sindicatura aconsejo, por su parte, en el informe individual, declarar inadmisible el crédito insinuado, pues encontramos que existían, a nuestro entender, razonables dudas acerca de la pertinencia de la pretensión, por cuanto exisitían indicios que permitían arribar a la conclusión que la obligación principal garantizada con la hipoteca se encontraba extinguida. Para ello se consideró que: La fallida operó comercialmente vinculada a una tercera sociedad, denominada Gindi Corporation NV, quien dada la prohibición de la LS, vendía a los interesados en adquirir terrenos acciones ordinarias y preferidas de Puerto Trinidad S.A. Las acciones preferidas conferían a sus titulares el derecho, cumplidos ciertos recaudos, a canjearlas por lotes, por lo que toda la operatoria encubriría promesas de venta de inmueble. El precio de compra revestía la apariencia de una prima de emisión, y la entrega del lote se disfrazaba bajo el ropaje de un rescate de capital. Las dificultades financieras que la fallida habría enfrentado desde 1999 y profundizadas- a mediados del año 2000, condujeron a Gindi a proponer a los accionistas de Puerto Trinidad S.A. realizar aportes destinados a la constitución de un fideicomiso, al que de su lado Gindi transferiría todos sus activos. El fideicomiso se constituyó con los aportes de los accionistas y aunque por razones que no hallábamos claras a la fecha del informe, el texto del contrato no documentaría la totalidad de los compromisos que habrían anudado el mismo. Pese a todo el Fideicomiso habría instruído a Gindi el sentido del voto en Asamblea de Accionistas de Puerto Trinidad S.A.; también a través del Fideicomiso se habrían vendido acciones preferidas representativas de lotes y el producto de la venta habría sido destinado a adquirir el crédito hipotecario de Nuevo Banco del Chaco S.A. y el de Sabavisa S.A. Tales consideraciones que se apoyaron en las siguientes constancias: -Libro Inventarios y Balances de la fallida, -Copias del expediente caratulado “ABN AMRO BANK N.V. c/Puerto Trinidad S.A. s/Diligencias Preliminares”, -Copias de la causa “Panizza Héctor c/Puerto Trinidad s/ordinario”, -Documentación acompañada a la quiebra por la accionista Silvina Carro, -Copia autenticada del Acta de Asamblea de Beneficiarios del Fideicomiso Hipoteca Puerto Trinidad N° 4 del 8 de marzo de 2001, -Copia simple del denominado “Certificado de Participación en el Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad”, acompañado junto con su petición por el verificante Abraham Szuchmacher, -Copia simple del denominado “Formulario de Adhesión al Fideicomiso” acompañado por el verificante Szuchmacher en respaldo de su pretensión verificatoria, y por Siemens S.A. como respaldo de las observaciones al crédito. El informe de la Sindicatura fue impugnado por el pretenso acreedor ABN AMROBANK. Este último criticó la opinión de la Sindicatura fundado sustancialmente en que el denominado Convenio Gindi quedó en simple oferta nunca aceptada por parte del Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. Argumentó que el único autorizado para obligar al Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad es el ABN AMRO BANK en su condición de fiduciario y titular del patrimonio afectado, que la oferta nunca le fue dirigida, y que no aceptó la misma en momento o forma algunos. Añadió que el negocio ofrecido por Gindi NV no se concretó sino uno bien distinto que es el que habrían llevado a cabo 400 fiduciantes con el impugnante. Luego sostuvo no haber recibido en el patrimonio afectado activo alguno de titularidad de Gindi Corporation NV. Refirió la existencia de una carta suscripta por los fiduciantes iniciales el 3 de julio de 2000, dirigida a los fiduciantes adherentes donde los primeros claramente habrían explicado “que no ha sido posible implementar el Fideicomiso propuesto por la carta de fecha 20 de junio de 2000, habiéndose decidido optar por un negocio fiduciario distinto”. Seguidamente añadió que el negocio fiduciario ofrecido y aceptado por el ABN AMRO BANK ha sido el de administrar un patrimonio de afectación creado únicamente por los fiduciantes individualizados en el pertinente anexo del contrato respectivo, con el objeto descripto en dicho contrato y ningún otro. Negó que Gindi tuviera facultades para representar al Fideicomiso en Asamblea de Accionistas de Puerto Trinidad S.A. y aseguró que sólo el fiduciario puede actuar por los intereses del fideicomiso por lo que todo lo demás le resulta ajeno e inoponible. Negó haber ofrecido lotes a la venta ni suscripto documentación alguna vinculado a ello, y que cualquier documentación “apócrifa que haya sido adjuntada carece de cualquier valor probatorio en tanto y en cuanto no haya sido suscripta por el Fiduciario”. Negó haber afectado fondos al desarrollo del Proyecto Puerto Trinidad y añadió que tampoco hubiera podido hacerlo ya que tales actos excederían el mandato otorgado en el contrato. En cuanto a las evidencias que sostuvieron el parecer de esta sindicatura, descalificó las mencionadas en el punto 3.3. del informe por ser meros “dichos de la fallida”, y asignó ningún valor probatorio a los informes del Síndico de Puerto Trinidad S.A. y del auditor KPMG fundado en que aquellos se habrían abstenido de opinar sobre si los estados contables presentan razonablemente la situación patrimonial y financiera de la sociedad. Del acta de asamblea de beneficiarios del fideicomiso de fecha 4 de marzo de 2001 dijo que “en lo que hace al Fideicomiso de Garantía Hipoteca de Puerto Trinidad, jamás existió”. Y que el Fiduciario es el único que puede comprometer al Fideicomiso, y que éste jamás ha sido notificado o instruido para actuar en consecuencia de dicha eventual asamblea, la cual de haber existido no pasa de una deliberación interna cuyas conclusiones jamás se materializaron. Sostuvo que esta sindicatura no cuestionó el “crédito originario con garantía hipotecaria”, ni las cesiones de dicha acreencia, ni la subasta pública llevada adelante y aprobada judicialmente. Explicó que los fondos aportados al fideicomiso por compradores de lotes de buena fe resultan “fondos frescos”, adicionales y diferentes a los que entregaran a Puerto Trinidad S.A., aportes integrados por los fiduciantes ante la inminencia de un remate del inmueble de la fallida, y que como finalidad tuvieron preservar derechos sobre “los lotes” adquiridos a Puerto Trinidad S.A. Finalmente enfatizó el impugnante que el inmueble sobre el cual se proyectó el emprendimiento náutico Puerto Trinidad, no se encontraba dentro del patrimonio de la fallida con anterioridad a la declaración de quiebra de ésta. El traslado de la impugnación fue contestado por esta Sindicatura acompañando documental y destacando con base en ella: (i) diferencias entre el importe del crédito hipotecario denunciado por el verificante y el informado por el Nuevo Banco del Chaco, cedente del mismo; (ii) recibos de depósitos de dinero de Puerto Trinidad S.A. ingresados a cuenta fiduciaria. Como corolario, se ratifico el consejo oportunamente brindado. V.S.: sabido es que existen incorporados a la quiebra elementos documentales, que provienen de muy distintas fuentes, los cuales permiten provisoriamente concluir que el crédito cuya titularidad formal inviste y reclama verificar el ABN AMRO BANK se encontraría total -o al menos parcialmente- extinguido. Para determinar con claridad la extinción parcial sería menester una clara rendición de cuentas (documentada por cierto) por parte del fieicomiso. Cierto es que el ABN exhibe la titularidad de un crédito hipotecario y el resultado de un remate extrajudicial, y que las circunstancias que la sindicatura ha señalado como óbice para el reconocimiento de las pretensiones insinuadas involucran a terceras personas. Ello sin embargo no alcanza para sostener, según postulara el insinuante en numerosas y sucesivas presentaciones suyas que siguieron al consejo sindical, que la venta en subasta sea perfecta y oponible per se en la quiebra y que las referidas circunstancias les son inoponibles. Sobre lo primero apunto que falta la registración de la venta, acto cuya virtualidad consiste precisamente en tornar oponible a terceros el resultado del remate (conf. art. 63 primer párrafo de la Ley 24.441). A ello se agrega que, la quiebra es una acción colectiva donde no resulta oponible la cosa juzgada que pueda invocarse de una acción individual, ya que además de no darse la identidad de sujetos, donde -a la quiebra- le resulta inoponible el limitado análisis que pudiera haber resultado en el trámite ejecutivo de limitada cognición, donde precisamente por ello el derecho creditorio del verificante, cuestionado por la fallida, no pudo ser objeto de decisión sustancial. No solo la venta en subasta es revisable por así disponerlo la propia Ley 24.441 (art. 65). La sumaria cognitio característica en los procesos de ejecución limita los efectos de la cosa juzgada, a cosa juzgada meramente formal, e impone a los acreedores la carga verificatoria en iguales condiciones que a los restantes verificantes (conf. Rivera, Julio César, “Instituciones de Derecho Concursal”, T I, pág. 397). El ABN-AMRO BANK esgrime ser titular del crédito insinuado, en virtud de haber sido nombrado fiduciario en el marco de un contrato de fideicomiso denominado “Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad”. Ejerce la propiedad del mismo, lo administra y conserva, para disponerlo en los términos del acuerdo fiduciario (art. 17 de la ley 24.441), en el interés y para beneficio de fiduciantes iniciales y adherentes. ¿Cuál es el contenido del Contrato de Fideicomiso?. Aquí comienzan las desaveniencias. El verificante sostiene que la estipulación se agota en el contenido del instrumento suscripto el 30 de junio de 2000 entre los señores Tonelli, Ponte, Sagripanti, Turk y Cagnonero y su parte, con más sus anexos. Enfáticamente sostiene ningún otro documento le es oponible. Sin embrago esta sindicatura en el informe previsto por el art. 35, señaló otros elementos pretendidamente complementarios de aquel. Ahora, para establecer los alcances del Contrato de Fideicomiso intentaremos establecer cuál ha sido la intención común. Revisaremos entonces las motivaciones que condujeron a los fiduciantes a la constitución del patrimonio fideicomitido, limitando el análisis a la voluntad de los fiduciantes pues la creación de un patrimonio especial es exclusiva a ellos. Así pues, como se dijera el Fiduciario limita su intervención en el negocio del caso a custodiar, administrar y disponer activos separados y afectados a tal fin por terceros (fiduciantes) en el interés de terceros, y sujeto a las instrucciones de tales terceros. Concretamente, el negocio fiduciario tiene como causa fin el objeto perseguido por quienes decidieron e impulsaron la materialización del patrimonio de titularidad del fiduciario (causa fin que pareciera estar nombrada en los Considerandos del Contrato de Fideicomiso). Entonces, se ha dicho que para la formación del contrato concurrieron los señores Tonelli, Ponte, Sagripanti, Turk y Cagnonero, denominados en el acuerdo los “fiduciantes iniciales”. ¿Cómo se habría logrado reunir la masa de aportes que concurrieron a formar casi 400 fiduciantes?. Entre numerosa documentación, la fiduciante Silvina Carro adjuntó copia de una nota fechada 3 de julio de 2000, mediante la cual aquellos fiduciantes iniciales habrían invitado a accionistas de Puerto Trinidad. Ahora, ¿qué se lee en el texto del convenio?. En el artículo 3.4., al referirse a la finalidad de garantía del fideicomiso, el contrato literalmente dice “...El presente Contrato tiene como única finalidad asegurar a los fiduciantes iniciales y a los fiduciantes adherentes que una vez recaudados fondos suficientes, el Fiduciario destinará los mismos a la compra de la Hipoteca en los términos establecidos en el presente...”. No obstante el artículo 5 añade otras posibles finalidades, indeterminadas en el momento de constitución, aunque susceptibles de determinación en la forma de instrucciones del Comité de Seguimiento al Fiduciario -confrontar apartado (iii)-. Específicamente la norma contractual prevé destinar fondos remanentes “...a un nuevo Fideicomiso que el Comité de Seguimiento identificará oportunamente pero que deberá estar directamente relacionado con el desarrollo del Proyecto Inmobiliario conocido como Puerto Trinidad...”. El sometimiento del Fiduciario a las instrucciones del Comité de Seguimiento resulta asimismo del artículo 8.2. del Contrato. Otra declaración relevante para la solución del caso, pues revela la motivación que guió a los contratantes, se encuentra en el último párrafo de los ya mencionados “Considerandos”del convenio. Allí las partes expresaron por escrito que “...es intención de los Fiduciantes Iniciales y de los Fiduciantes Adherentes garantizar un mecanismo que asegure la terminación del proyecto inmobiliario que desarrolla Puerto Trinidad S.A., de manera tal que los titulares de acciones ordinarias y preferidas rescatables clase 7 de Puerto Trinidad S.A. se encuentren en condiciones de obtener a su favor la escrituración de lotes de terreno en la forma prevista en las condiciones de emisión de las acciones de la cual son titulares...” Fueron fiduciantes iniciales quienes aparecen mencionados en el texto del Contrato de Fideicomiso de Garantía (Tonelli, Sagripanti, Ponte, Turk y Cagnonero). Fiduciantes adherentes fueron aquellos a quienes el fiduciario registró como tal luego que le fuera rendida por el Comité de Seguimiento la lista del Anexo III del Contrato de Fideicomiso. De manera que el Fiduciario conoció la persona de los fiduciantes iniciales al celebrarse el contrato, y conocería la persona de los adherentes por indicación del Comité de Seguimiento. Cómo accedieron al contrato los fiduciantes adherentes se verá más adelante. Así, existió en el génesis del acuerdo fiduciario otro acuerdo que determinó la constitución del fideicomiso, y que guiaría a concluir que el crédito que ahora se intenta verificar se encuentra extinguido. La denominada Carta de Gindi, hasta donde no existe controversia, fue continente de la propuesta que la controlante de la fallida (Gindi Corporation NV) dirigiera a accionistas de Puerto Trinidad. En lo pertinente el oferente se obligó a transferir a un fideicomiso acciones ordinarias y preferidas de su propiedad, con el objeto que las mismas y el producto que resultara de su venta se entregara al fiduciario para adquirir todas las acciones y derechos contra Puerto Trinidad S.A., incluyendo la garantía hipotecaria, que al tiempo de la propuesta se encontraban en cabeza del Nuevo Banco del Chaco S.A. También para terminar las obras, pagar a otros acreedores y mantener el Proyecto. Cómo se dijera el verificante sostiene que ese acuerdo no se concretó pues: (i) ella no concurrió a perfeccionarlo, y (ii) existe documentación agregada a los autos ABN AMROBANK N.V. C/PUERTO TRINIDAD S.A. S/EJECUCIÓN LEY 24.441, suscripta por los señores Tonelli, Ponte, Sagripanti, Turk y Cagnonero, donde estos explicarían claramente que no ha sido posible implementar el Fideicomiso propuesto por la carta de fecha 20 de Junio de 2000, por lo que se habría optado por un negocio fiduciario distinto (la documentación de marras está copiada en los autos de la quiebra, pues es parte de la evidencia que Silvina Carro en calidad de Amicus Curiae incorporó al proceso falencial). Ahora, según se sigue de la copia acompañada al expediente, la oferta de Gindi Corporation no se dirigió al ABN AMROBANK sino a los fiduciantes iniciales. Esto es, el acuerdo para perfeccionarse no requirió la concurrencia del fiduciario. Lo cual por lo demás es de toda lógica, pues la constitución del fideicomiso prevista en ella seguiría y sería consecuencia de su aceptación por parte de los accionistas a quienes fue dirigida. Dicho de otro modo la intervención de un fiduciario importaría la previa aceptación de la oferta y ejecución del convenio, entre el oferente Gindi y aquellos a quienes se dirigió la oferta, señores Carlos Tonelli, Pedro Guillermo Ponte, Mariano Turk, Aníbal Cagnonero y Sandra Sagripanti. Ahora, ¿fue el Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad el fideicomiso previsto por Gindi?. ¿Puede decirse que con su constitución se revela la existencia de un acuerdo entre Gindi Corporation N.V. y los señores Tonelli, Ponte, Turk, Cagnonero y Sagripanti? Se considera a la carta incorporada a los autos ABN AMROBANK N.V. C/PUERTO TRINIDAD S.A. S/EJECUCIÓN LEY 24.441, que en el marco de su impugnación a nuestro consejo mencionara el verificante, y que existe entre las constancias de la quiebra gentileza mediante de la Amicus Curiae. La carta de marras, dirigida a los Accionistas de Puerto Trinidad S.A. persiguió explicar a ellos “el esquema de fideicomiso propuesto en la Asamblea General de Accionistas y del contrato de fideicomiso listo para ser suscripto en las oficinas centrales del ABN AMROBANK” (sic). Se transcriben textualmente algunos de los párrafos de la misma, pues la intención de los fiduciantes al contratar queda aclarada en la misiva. Dijeron los fiduciantes iniciales: “...La propuesta del esquema del fideicomiso es ampliamente conocida por la mayoría de los accionistas de Puerto Trinidad. Tiene su base en lo que fuera puesto a consideración en el mes de Diciembre de 1999 por los desarrolladores, aunque ha sido mejorada respecto de la original ya que en su actual versión Gindi Corp. NV ha entregado absoluta y definitivamente todas sus acciones al fideicomiso (carta-oferta firmada el 20 de junio de 2000)...”. “...todos los que aportemos fondos nuevos al Proyecto estaremos tranquilos sabiendo que no podrán ser utilizados con otros destinos que los propuestos de antemano y aceptados por todos nosotros (y que básica y genéricamente están destinados a la culminación del Proyecto Puerto Trinidad)...”. “...Tanto los nuevos fondos que estamos aportando, como la hipoteca cuya compra estamos negociando con el Nuevo Banco del Chaco y todas las acciones de Gindi Corp. NV (lotes unifamiliares, Harbor Town, Office Park, etc.) formarán parte de este fideicomiso. Todo el producido de las ventas de todo lo antes mencionado ingresará a formar parte del fideicomiso también. Con esos activos, el fideicomiso tendrá que hacer frente a todas las erogaciones para pagarle a los actuales y futuros acreedores, y de este modo terminar las obras necesarias para la habitabilidad del predio. Por ello, confiamos que a la finalización de todo el programa sobren fondos dentro del fideicomiso...” Más adelante explican los fiduciantes iniciales que: “...El contrato que ha sido firmado el viernes por cinco de nosotros (“fiduciantes iniciales”) y que será sometido a vuestra firma en las oficinas del Banco en la medida en que se vayan sumando (“fiduciantes adherentes”) no contiene entre sus bienes ni la hipoteca ni las acciones de Gindi Corp. NV. No contiene instrucciones de obra... Todas las acciones de Gindi Corp. NV, junto con la hipoteca sobre el campo y el dinero remanente formarán parte del segundo fideicomiso que hoy se encuentra en formación y estudio en el mismo banco. Sin embargo y por obvias razones, quienes no hayan formado parte de ese primer fideicomiso no podrán ingresar al segundo... ¿Por qué tuvimos que obrar de este modo creando dos fideicomisos (uno chico y rápido) -Junior- y otro “con todo y lento” -Senior-? Simplemente porque los tiempos de la negociación con el Nuevo Banco del Chaco por la compra de la hipoteca no se compadecen de los tiempos que requiere la conformación de un fideicomiso que incluyera todas las instrucciones de obra y todos los bienes definitivos. Por un lado el Nuevo Banco del Chaco nos exige el pago de la hipoteca en forma inmediata y por el otro y con toda lógica, el ABN AMROBANK no acepta formar un fideicomiso de larga duración, sin contar con un “comfort letter” (carta) proveniente de KPMG que explicite que está todo bien con Puerto Trinidad S.A. y con Gindi Corp. NV y sin un pormenorizado Plan de Obras que contenga todas las instrucciones de pago necesarias...Por otro lado, la firma de este segundo fideicomiso también requiere un preacuerdo de pago con nuestros acreedores actuales ya que no debemos olvidar que todos los activos con los cuales hacerles frente se encontraran indisponibles dentro del ABN AMROBANK...”. La carta llevó anexos, entre los cuales el primero contiene el Plan de Acción -que incluyó entre sus puntos negociar con acreedores y modificar la “estructura” de Puerto Trinidad S.A.-; el tercero contuvo “INSTRUCCIONES PARA ADHERIRSE AL FIDEICOMISO”. Entre las “INSTRUCCIONES” se destaca y transcribe el punto 1) “...presentar a Carlos Tonelli, Guillermo Ponte, Mariano Turk, Marcelo Cagnonero o Sandra Sagripanti, o a Tomás Delacre de Puerto Trinidad, por fax o por mail, el formulario de adhesión (ANEXO IV) a fin de que se informe al Banco la nómina de fiduciantes...”. Ahora bien, ¿Qué es el “FORMULARIO DE ADHESIÓN” (ANEXO IV)? Agregado al expediente obra copia de una carta fechada 20 de junio de 2000, que dirigida a los señores co-propietarios Accionistas de Puerto Trinidad S.A. contiene firmas atribuidas a Anibal M. Cagnonero, Carlos A. Tonelli, Guillermo P. Ponte, Sandra Sagripanti y Mariano Elian Turk. En dicha carta se propone un mecanismo de solución para lo que se califica como “gravísima situación actual del Proyecto”. En palabras de los firmantes de la carta, sobre la base de reunir el aporte de nuevos fondos (“propios o de conocidos que cada uno de nosotros pudiera interesar”), se haría viable la recuperación del Proyecto. ¿Qué se prometió al aportante como contraprestación por la inversión? En el párrafo sexto de la nota se lee: “...el esquema del fideicomiso que estamos considerando permite la mayor variedad de modalidades de participación posible, para que los interesados integren capital adicional: compra de nuevos lotes, cambios de lotes por mayor valor y compra de un porcentaje de un pool de lotes en forma indivisa...”. Según dijeron los remitentes, por entonces habían renegociado “las condiciones del contrato de Fideicomiso con los desarrolladores y con el accionista mayoritario Gindi Corp. NV y asimismo habían establecido contacto con algunos acreedores y en particular con el Nuevo Banco del Chaco”. Las condiciones del contrato de Fideicomiso están descriptas en el ANEXO III de la carta, bajo el título “CONDICIONES PREACORDADAS PARA LA CONSTITUCIÓN DEL FIDEICOMISO”. Entre ellas se destaca: (1) El fiduciario sería un banco de primera línea, en principio el ABN AMROBANK; (2) Gindi Corporation NV cedería todas sus acciones -representativas de aproximadamente 730 lotes unifamiliares, Harbor Town, Business Park, Marinas y Areas Educativas y Deportivas- y para hacerlo posible la Asamblea de Accionistas debía aprobar la reprogramación de las primas de algunas de las acciones a ser fideicomitidas; (3) los ingresos al fideicomiso provendrían de las compras de las acciones correspondientes a todos los activos cedidos por Gindi. Y el ANEXO IV de la carta del 20 de junio de 2000 es el FORMULARIO DE ADHESIÓN, del cual entre las declaraciones predispuestas al adherente se destaca la siguiente: “...hago saber que es mi intención que los fondos de mi propiedad que fueran depositados en fideicomiso en el ABN AMROBANK N.V. en concepto de reserva por la compra de un determinado número de acciones de Puerto Trinidad S.A., actualmente propiedad de Gindi Corporation NV, permanezcan depositados en dicha entidad afectados a la adquisición de las acciones indicadas oportunamente, o en su caso las que indico a continuación en las condiciones que aquí se detallan y bajo el régimen que en términos generales se describe en la carta dirigida por Guillermo Ponte, Carlos Tonelli y otros y sus Anexos de fecha 20 de junio de 2000...” No sería irrazonable inferir entonces que al 3 de julio de 2000, esto es cuando los fiduciantes iniciales se dirigieron a los accionistas de Puerto Trinidad en la carta que mencionara el impugnante, existió un convenio celebrado entre Gindi y los fiduciantes, en virtud del cual Gindi transferiría acciones con derecho a canje por lotes unifamiliares y restantes áreas del desarrollo inmobiliario, y los fiduciantes aportarían dinero con derecho a reservarse las acciones que indicare en el momento de la adhesión. La obligación de Gindi Corp. N.V. había sido cumplida para entonces, conforme también se colige de los términos de la carta del 3 de julio, al afirmar los fiduciantes iniciales que Gindi Corp. NV ha entregado absoluta y definitivamente todas sus acciones al fideicomiso. Cierto es que los fiduciantes informan no había sido formalizada la transferencia fiduciaria de esos activos. Ello empero no perjudica el hecho -reconocido por los firmantes de la carta- de la disposición de esos activos a favor de los fiduciantes. Disposición que, amén de la falta de formalización del traspaso al fiduciario, no impidió a los accionistas participantes del fideicomiso el ejercicio de los derechos que las acciones de Gindi Corp. NV conferían. Concerniente a la faz económica de los derechos inherentes a las acciones, destaco que conforme el contenido del CERTIFICADO DE PARTICIPACIÓN EN EL FIDEICOMISO HIPOTECA PUERTO TRINIDAD anejado en copia por el verificante Oscar Szumacher y obrante en su legajo, dos miembros del Comité de Seguimiento -según parece los señores Cagnonero y Ponte conforme aclaración de firma que luce al pie del CERTIFICADO- dejaron constancia que: “...el Sr. Abraham Oscar Szuchmacher, aportó al 5 de Diciembre de 2000 a dicho fideicomiso la suma de $ 7.648,60. Sin perjuicio de los derechos que le asisten en su calidad de fiduciante bajo el contrato de Fideicomiso, y de ciertas acciones de Puerto Trinidad S.A. convertibles en metros cuadrados adquiridas en esa oportunidad, certificamos que sus aportes tendrán el siguiente tratamiento bajo los términos de la Carta de Gindi: 3.638 a la Clase A..., 4.010,60 a la Clase B...”. No se pasa por alto que el Fiduciario ha dicho que el Certificado en tanto no emanado de él, le es inoponible. Esa afirmación empero está en desacuerdo con el mecanismo instituido en el propio Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. De acuerdo con el Anexo III del Fideicomiso, la persona de los adherentes sería indicada al ABN AMROBANK por el Comité de Seguimiento, ante quien -conforme el instructorio de la carta del 3 de julio de 2000- debían los adherentes presentar el FORMULARIO DE ADHESION. Esto es, la incorporación de nuevos fiduciantes no dependió del Fiduciario, quien, al efecto fue mero ejecutante de instrucciones del Comité de Seguimiento. Se añade por otra parte que en el caso del verificante Szuchmacher, lo certificado coincide con el detalle de fondos recibidos en pesos, que acompañó al informe de gestión por el período 30.6.00 al 28.02.2002 presentado por Fiduciario ABN AMROBANK (que autenticado por notario público obra copiado en el Acta de Asamblea de Beneficiarios del Fideicomiso Hipoteca Puerto Trinidad N° 4). Coherente con lo que se expone resulta lo transcripto al folio 235 del Libro Inventario y Balances. Como nota 9 a los estados contables correspondientes al ejercicio cerrado el 31 de diciembre de 2000, informa el auditor Finsterbusch Pickenhayn Sibille lo siguiente: “...En cuanto a la prima correspondiente a operaciones posteriores a junio de 2000, y en virtud de lo resuelto por la Asamblea del 31 de mayo y 29 de junio de 2000, se discontinuó la venta de acciones en forma directa. En su lugar, el Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad (constituido según se establece en Nota 1.2.) estructuró un negocio de venta de “pool de acciones”. Los interesados han anticipado al fideicomiso dinero en carácter de reservas por la compra de las acciones de Puerto Trinidad S.A. de propiedad de Gindi Corporation NV. Es decir que las primas correspondientes a esta nueva operacion no han ingresado a Gindi Corporation NV ni a Puerto Trinidad S.A. sino al Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad...”. Y concerniente al ejercicio de los derechos políticos, la solución hallada fue dotar a miembros del Comité de Seguimiento de la representación de Gindi, a fin que concurrieran y votaran en Asamblea de Accionistas. El ejercicio de los derechos políticos disponible para los fiduciantes implicaba ejercer el control de la fallida. El efectivo ejercicio del control político de la sociedad está expuesto en el debate transcripto en la copia notarial del Acta de la Asamblea de Beneficiarios N° 4. En el último párrafo del folio 95 se lee: “...Surge asimismo un debate sobre la implementación del acuerdo fundacional firmado con GINDI NV el 20/6/2000, introducido el tema por parte del Ing. Ponte y del Dr. Turk, en manifiesta discrepancia con lo propuesto por el Dr. Tonelli en el correo Mi Pensamiento, antes referido, quienes argumentan que la propuesta del Dr. Tonelli de darle a los desarrolladores el 40% de participación en la estructura de Gindi viola dicho acuerdo fundacional y que le estaría dando a los desarrolladores la oportunidad de volver a controlar la compañía en el futuro y según el esquema propuesto...”. Lo transcripto reafirma la existencia del acuerdo con Gindi y la disposición de los activos por su parte a favor de los accionistas y fiduciantes. Implica además, como se expusiera, el reconocimiento del ejercicio del control de la compañía, y la resistencia de ciertos de miembros del Comité de Seguimiento a cederlo. ABN AMROBANK ha desconocido en su libelo impugnatorio del informe sindical el Acta del que la escribana Cano Tanco dejó copia auténtica de su original. Enfatizó allí “...que en lo que hace al Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad jamás existió...”, y que “...el Fiduciario es el único que puede comprometer al Fideicomiso y éste jamás ha sido notificado o instruido para actuar en consecuencia de dicha eventual asamblea, la cual de haber existido no pasa de una deliberación interna cuyas conclusiones jamás se materializaron...”. Ahora, el Fideicomiso es mero contrato sin aptitud para constituirse en sujeto de derecho, por lo que en sentido estricto no puede resultar en centro de imputación normativa de derechos y obligaciones. La relevancia jurídica del contrato en cuestión está dada por el hecho que cierto patrimonio se desprende de la titularidad y/o propiedad de su aportante, para ser asumida la titularidad y/o propiedad por un tercero -el Fiduciario- en la forma de un patrimonio especialmente afectado, distinto del patrimonio del nuevo titular y/o propietario. Las instrucciones al Fiduciario no determinan la existencia o inexistencia de actos jurídicos, originados de conformidad con las normas individuales que rigen el Fideicomiso. Las asambleas de beneficiarios están contempladas y reguladas en el Contrato de Fideicomiso Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. Algunas pudieron generar decisiones que trascendieron en instrucciones al fiduciario. Serían aquellas emparentadas, directa o indirectamente, con la administración, conservación y/o disposición de los activos que formaron el patrimonio especialmente afectado. Según se observa del acta copiada, salvo en lo concerniente a la aprobación de la rendición de cuentas del Fiduciario -aspecto sobre el cual el Fiduciario pudo brindar una mayor precisión que revelara su íntima y definitiva convicción acerca de la falsedad del instrumento-, los comentarios de los asambleístas acerca del acuerdo de Gindi y la transferencia del paquete de control a los desarrolladores no interesaban al Fiduciario, pues como se observa -y el fiduciario conoce- no se formalizó la propiedad fiduciaria de las acciones de Gindi. Esa no obstante no es la cuestión que analizo. La cuestión en estudio es si de algún modo los accionistas y fiduciantes, pretensos aportantes de fondos que formaron el acervo fiduciario, dispusieron en propio interés de los derechos económicos y políticos inherentes a las acciones de Gindi, que ésta entregó conforme términos empleados por los fiduciantes en su carta del 3 de julio-. Pues si así hubiera sido, los aportes colectados resultarían dinero que retribuiría el valor de aquellas acciones de propiedad de Gindi, por lo que siendo producto de la asignación de las acciones a los aportantes -por haber sido cedido el derecho de cobro de Gindi a Puerto Trinidad- el dinero pertenecería a la fallida. Luego, dado que el dinero reunido en cuenta fiduciaria sería ése -esto es el dinero que retribuyó la asignación a los aportantes al fideicomiso de acciones que representan lotes- y no otro, la “adquisición” del crédito por parte del ABN AMROBANK ejecutando el encargo de los accionistas fiduciantes, ocultaría la cancelación del mismo. Con los elementos que hasta el presente encuentro reunidos en el expediente de la quiebra, sin perjuicio de una revisión de la presente con las mejores evidencias que en el futuro se incorporen, esta Sindicatura se en el sentido expuesto en potencial en el párrafo anterior. La existencia de actos simulados dirigidos a resguardar activos de la fallida, ejecutados por miembros del fideicomiso, fue admitida por el accionista y fiduciante inicial, Sr. Mariano Turk, en su presentación en la quiebra cuando contestó la presentación de la sindicatura de fs. 1076 a través de un escrito titulado: “MANIFIESTA. CORRIGE ERROR DE LA SINDICATURA”. So pretexto de aclarar que ciertas salidas de caja de Puerto Trinidad no constituían transferencias al fideicomiso, Turk expresó que los movimientos de fondos desde la caja de la fallida que esta sindicatura atribuyó fueron efectuados hacia la cuenta fiduciaria, fueron movimientos de fondos efectuados en el marco de un Contrato de Depósito celebrado entre Puerto Trinidad S.A. y particulares, con el fin de facilitar a la fallida “...su operatoria ya que tenía sus cuentas embargadas...”. Ahora, el Convenio de Depósito celebrado el 4 de agosto de 2000, que el Fiduciario trajo a la causa anexado a su presentación (mediante escrito precitado), vinculó a la fallida con los señores Tonelli, Cagnonero, Sagripanti, Ponte y Turk (fiduciantes iniciales en el Contrato de Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad), constituyéndose los últimos en depositarios de dinero de la primera. Esto es, en fecha contemporánea a la constitución del fideicomiso los fiduciantes iniciales se constituyeron en depositarios de dinero de la fallida para, conforme aduce Turk, evitar el embargo de los mismos, y los depositaron, conforme informa Turk, en caja de ahorro común abierta a nombre de los depositarios en el ABN AMROBANK (entidad verificante del crédito hipotecario observado). Pero además existe otro fideicomiso, celebrado el 9 de enero de 2001, denominado Contrato de Fideicomiso de Garantía, en el que el Fiduciario es el ABN AMROBANK N.V. y los fiduciantes iniciales son los señores Tonelli, Ponte, Sagripanti, Turk y Cagnonero. El Contrato persiguió reunir en el patrimonio fideicomitido un crédito previamente adquirido por los fiduciantes iniciales y aportes dinerarios, declarando los Fiduciantes su intención de cancelar determinados pasivos contraídos y a contraerse por Puerto Trinidad S.A. “...por y para el desarrollo del Proyecto Inmobiliario conocido como Puerto Trinidad (el “Proyecto”)...” y a la vez “...instrumentar un mecanismo que procure garantizar la terminación del Proyecto, de manera tal que los actuales titulares de acciones ordinarias y preferidas rescatables clase 7 de Puerto Trinidad S.A. se encuentren en condiciones de obtener a su favor la escrituración de los lotes de terreno oportunamente adquiridos en la forma prevista en las condiciones de emisión de las acciones de las cuales son titulares...” (formula que replica la empleada en los considerandos del Contrato de Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad). Con mayor énfasis al aludir a la “Finalidad de garantía del Fideicomiso”, el artículo 3.4. del contrato de marras dice “...el Fiduciario podrá destinar parte de los fondos recaudados para pagos, a realizarse con la previa instrucción del Comité de Seguimiento y por cuenta y orden de Puerto Trinidad S.A, de facturas emitidas contra Puerto Trinidad S.A. por aquellos contratistas de obras relacionadas al Proyecto, de esta forma se procurará garantizar a los Beneficiarios la continuación del Proyecto hasta su terminación, lo cual posibilitará a los Beneficiarios obtener la escrituración de aquellos lotes de terreno que oportunamente hubieran adquirido a Puerto Trinidad S.A....”. Nuevamente, los accionistas de Puerto Trinidad S.A. reunidos como fiduciantes en un fideicomiso, donde el fiduciario es ABN AMROBANK, constituido a fin de procurar a los accionistas la escrituración de lotes de terreno adquiridos en las condiciones de la emisión de las acciones de las cuales son titulares. Nuevamente fondos aplicados a la adquisición de un crédito que cargaba el pasivo de la hoy fallida. Como corolario, prima facie tengo para mí que accionistas de la fallida, informados en asamblea de las dificultades financieras que ella afrontaba, ante la inminencia del ejercicio de una acción de cobro por parte del acreedor hipotecario Nuevo Banco del Chaco S.A., realizaron aportes dinerarios que alcanzaron (i) para participar en un proceso que el Nuevo Banco del Chaco S.A. abrió con el objeto de cancelar el crédito hipotecario, y (ii) para obtener la cesión del crédito. Así procedieron, pues tuvieron presente que con el aporte realizado, resguardaban en el patrimonio de Puerto Trinidad S.A. el inmueble donde ella ejecutaba el desarrollo inmobiliario denominado Proyecto Puerto Trinidad, y reservaban para sí la titularidad de acciones de la fallida de propiedad de Gindi Corporation NV que representaban lotes en el Proyecto. Gindi puso las acciones a disposición de los fiduciantes iniciales en el fideicomiso, quienes recibidos aportes de accionistas informaron al fiduciario que los aportantes resultaban fiduciantes adherentes, al tiempo que atribuían a tales aportantes acciones representativas de lotes. Expuestas las cosas de tal modo, razonablemente podría postularse que aportes dinerarios ingresados a cuenta fiduciaria en rigor pudieron constituir el precio que compensó la adquisición de acciones, y que dado que los derechos de cobro del precio de venta de las acciones correspondían a la fallida, en sustancia el crédito hipotecario se adquirió -en la hipótesis de mínima al menos en parte- con dinero de Puerto Trinidad. No modifica las cosas el hecho que al menos formalmente, al tiempo de la “adquisición”, no existió confusión entre acreedor (ABN AMROBANK NV) y deudor (Puerto Trinidad S.A.). La titularidad asignada al ABN AMROBANK resultaría ser el modo en que se resguardarían los fondos aportados para reserva de lotes de la agresión de terceros, para luego, formalizada la “adquisición”, lograr con la propiedad de un crédito idóneo para “adquirir” el inmueble, el definitivo resguardo ante reclamos de terceros. Cierto es que para disponer de manera definitiva la inoponibilidad del acto de constitución del patrimonio fideicomitido y la “adquisición” del crédito hipotecario frente a los terceros acreedores, deberá agotarse un proceso de pleno conocimiento. Sin embargo, sin que ello implique reitero adelantar criterio sobre la cuestión una vez incorporada toda la prueba que resulte posible, existen suficientes evidencias documentales para considerar prima facie verosímil que los dineros que sirvieron para la adquisición del crédito hipotecario pertenecieron a la fallida, y precautoriamente disponer la inadmisibilidad del pedido de inscripción de la compra en subasta y verificación del saldo del crédito. Y por si esto fuera poco, el crédito en cuestión está pesificado, existieron pagos anteriores a la cesión que redujeron el capital, la fecha de mora no coincide con la empleada en el juicio ejecutivo para liquidar intereses a lo cual se agrega que dichos accesorios son excesivos e inválidos por violar los arts. 21, 502, 656. 953 y 1071 del Código Civil. Santiago Manuel Quiben. Contador Público Nacional. T. 67-F. 204 CPCECF. A N E X O II. COMPOSICION ACTUALIZADA Y DETALLADA DEL ACTIVO Y COMPOSICION DEL PASIVO. (ART. 39 INC. 2 Y 3 DE LA LEY 24.522, MODIF. POR LEY 25.589). Es también obligación de la Sindicatura suministrar la información teniendo a la vista los balances de años anteriores y las registraciones contables del deudor, cotejando la evolución de los bienes del activo y de los rubros del pasivo y "...la intención de su inclusión o su exclusión ..." (Quintana Ferreyra, Francisco, “Concursos”, ed. Astrea, Bs. As., 1988, T. 1, pág. 460). “El Síndico debe describir el patrimonio concursal en forma analítica, descriptiva y estimativa, buscando expresar en forma detallada, la situación patrimonial del deudor al momento del informe. Indicará la totalidad de bienes y derechos, deudas y obligaciones, que resulten de la contabilidad y de sus propias averiguaciones, independientemente, de las insinuaciones en el proceso de verificación; los valores del activo serán estimados de acuerdo a su probable realización; calculará los valores de los bienes ilíquidos, de los créditos en monedas extranjeras, de los valores mobiliarios y de los inmuebles; en los papeles cotizables, tendrá en cuenta los valores de cotización en plaza... Al comentar la ley anterior, Quintana Ferreyra consideraba que debían incluirse las patentes, contratos de licencia, convenciones sobre el know how y el valor llave; todo a los fines de que los acreedores valoren las consecuencias que pueda producir una posible liquidación por quiebra.” (conf. García Martinez, Roberto, “Derecho Concursal”, Ed. Abeledo Perrot, Bs. As., 1997, pág. 153/4). I. ACTIVO. La norma legal exige la composición actualizada y detallada del activo, con la estimación de los valores probables de realización de cada rubro, incluyendo los intangibles. La ley 25.589 modifica el inciso 2 de la ley 24.522 en su art. 15, esto significa que la composición detallada del activo y del pasivo que exigía el inc. 2 de la ley 24.522, precisa su contenido, ya que tratándose del activo se deben incluir los intangibles (marcas –registradas o no-, valor llave, clientela, mercado, etc –se hayan producido o no a partir de la actuación de la empresa-), es decir los bienes inmateriales suceptibles de valor económico, ya sea que figuren o no en los libros o estado contables de la firma. Sabido es que dicha estimación depende del arbitrio del síndico sobre la base del valor corriente (valor de mercado, en base a transacciones recientes), su capacidad para generar beneficios económicos futuros y todo otro elemento razonable que pueda dar una idea de su costo, o en su defecto el valor original actualizado a la fecha del informe con las amortizaciones pertinentes. “La Resolución Técnica N° 9 de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (F.A.C.P.C.E.), en el capítulo III, A.6. Activos intangibles, señala: “Son aquellos representativos de franquicias, privilegios u otros similares, incluyendo los anticipos por su adquisición, que no son bienes tangibles ni derechos contra terceros y que expresan un valor cuya existencia depende de la posibilidad futura de producir ingresos. Incluyen, entre otros, los siguientes: derecho de propiedad intelectual, patentes, marcas, licencias, etcétera. Gastos de orgeanización y preoperativos. Gastos de desarrollo.” Cabe tener presente que el valor de realización de los bienes debe ser informado a la fecha del decreto de quiebra. Ello sin perjuicio de que dicho valor sea posteriormente reformulado al momento de la realización de cada bien. En primer lugar, cabe destacar que existe una gran diferencia entre el valor del inmueble como predio con las mejoras realizadas hasta la actualidad y el valor del country desarrollado, en ese orden de ideas tanto directivos de la fallida, como accionistas –en virtud de la tenencia de acciones preferidas canjeables por lote, están contestes en que aquí lo que se pretende es el predio desarrollado, esto es, terminar con el proyecto y lograr el barrio prometido. No escapa a esta sindicatura que debe asignársele un valor al proyecto –como intangible-. I. Puerto Trinidad S.A. En el caso en análisis, si bien es cierto que son varios los parámetros que se pueden utilizar para determinar el activo de la quiebra (v.gr. valor de las accciones, según su clase y color de lote que representen, valor de los lotes unifamiliares, con más sus áreas de puerto y parque de oficinas, valor del predio con sus mejoras más lo invertido hasta la fecha de la quiebra, datos suministrados en los considerandos del proyecto Make a Team, la carta publicada en diciembre de 2000 por el Directorio de Puerto Trinidad, los Memorandum de información 97/99, Memorias y Estados contables hasta el 31/12/00, y demás docuementación compulsada, consultas verbales efectuadas a Ricardo Seoane Inmobiliaria –quien publicita actualmente la venta de predios en la zona) esta sindicatura, optó por el que a su juicio le parece el más razonable. Sin duda aquí estamos frente a un desarrollo inmobiliario cuyo valor está dado por el desarrollo del proyecto sobre 336 has., en ese orden de ideas el predio sin desarrollo, no tiene el valor que adquiriría si se concreta el proyecto, en el caso de la incorporación de un inversor global, donde la evolución del proyecto dependería escencialmente de las condiciones ofrecidas por el mismo. Sin perjuicio de ello el valor del terreno sin las mejoras es de u$s 10.361.933,39 según la Memoria y Estados Contables al 31/12/00. El valor del predio con las mejoras han ampliamente duplicado su valor. i) Lotes unifamiliares. Así Puerto Trinidad está compuesto en principio por 1.800 lotes unifamiliares, para determinar un justo precio del valor de cada lote de 1000 m2 aproximadamente se tuvo en cuenta que el proyecto comprende 6 clases de lotes: dorados, colorados, violetas, celestes, salmones y amarillos, siendo los primeros de ellos los más caros por su ubicación y los últimos los más económicos, se tuvo en cuenta que el precio de los dorados se estimaba a diciembre de 2000 en u$s 120 (en la paridad 1/1) y los amarillos u$s 29,97. El precio del m2 en el proyecto ha evolucionado desde marzo de 1997 hasta julio de 1999 en un 2% mensual, dependiendo de los grados de avance del proyecto (de $ 28,5 en marzo de 1997 hasta $ 51 en julio de 1999). En función de ello estimamos que el valor del lote unifamiliar sería u$s 65.000 valor promedio del lote de 1000 m2. ¿Qué tiene en cuenta la sindicatura para determinar que un valor razonable para asignarle a los lotes unifamiliares sería u$s 65.000 cada uno? En primer lugar el análisis de mercado de los barrios cerrados, esto es “el informe inmobliario de barrios cerrados- Abril/1999, Pix Investment”, valorando la dispersión de precios de los countries situados en la zona norte (San Isidro, San Fernando, Tigre, Malvinas Argentinas, Escobar) El precio promedio de Puerto Trinidad es considerablemente inferior a los valores manejados en áreas ubicadas a una distancia similar, (entre 21 y más de 60 kilómetros), pero con un mayor grado de madurez en el desarrollo o terminación del proyecto, entonces tenemos que el precio promedio en Puerto Trinidad entre el 10/98 al 3/99 era de $ 46 por m2 ) -paridad $ 1/u$s 1. Así entonces ese era el valor a 1999. Por otra parte, anexamos Suplemento Countries del diario Clarín de fecha 19 de marzo de 2005, de donde surgen los precios actuales del valor del mt2 en countries, en el mismo figura en el plano de pág. 8 con el nro. 28 E2 Puerto Trinidad entre los countries de zona sur y debajo se puede observar como zona 1 Berazategui, donde el m2 de terreno en country es de u$s 40 a u$s 120, con lo cual se puede ver la variación existente en cuanto al valor y que en el caso específico de de Puerto Trinidad, se justifica aún más por la cercanía a las lagunas o al río, de hecho los iniciadores del proyecto así lo previeron al fijar los valores, teniendo en cuenta que se publicitaba como ciudad náutica. Como otro hecho objetivo exponemos y siempre en el orden de establecer parámentros de equidad que en el mismo Suplemento y como ejemplo comparativo de puede ver en su pág 2 que en Ezeiza donde el precio del m2 de terreno en country varía entre los u$s 30 y u$s 60, se invertirán en el Country El Lauquén (ruta 52 km. 10), $ 60.000.000, para desarrollar 200 has. De lo dicho se infiere que el metro cuadrado en la zona sur es caro, atento a que se cotiza bien (ver pág. 3 recuadro titulado “El Sur Crece y se cotiza bien”). Ello sin perjuicio de la existencia de precios mucho más caros aún por ejemplo, San Fernando donde el metro cuadrado es de u$s 150 a u$s 400 y San Isidro donde el metro cuadrado es de u$s 120 a u$s 350. Por lo expuesto el valor de los 1.800 lotes unifamiliares es de u$s 117.000.000. Ahora bien de los 1.800 lotes existentes sólo existirían disponibles alrededor de 1000 lotes, teniendo en cuenta la admisibilidad en el pasivo falencial, pues si bien la mayoría de los insinuantes se presentaron a verificar (art. 32 ley 24.522) y obtuvieron la inadmisibilidad de su crédito, no es menos cierto que se han iniciado incidentes de verificación tardía y de revisión tendientes a obtener la obligación de hacer. A más de ello de los registros contables de la fallida surge que se han vendido aproximadamente entre 570 y 630 lotes, y que conforme la resolución de V.S. la sociedad civil Costa de Hudson tiene un crédito por la suma de $ 528.491 con más intereses y CER con el privilegio del art. 241, inc. 2 L.C. En virtud de ello esta sindicatura considera prudente extraer del activo 800 lotes para que los cálculos efectuados cobren viso de realidad y seriedad. En mérito a ello el valor de los 1000 lotes unifamiliares con el proyecto desarrollado en moneda de curso legal se fija en $ 187.850.000,00 (1000 lotes x u$s 65.000 x 2.89 cotización asignada al dólar libre = $ 187.850.000,00) ii) Parque de oficinas. Además de los lotes unifamiliares existen otros usos de suelo previstas en Puerto Trinidad que al momento de este capítulo cobra particular importancia y que es lo que se ha dado en llamar en los mail de público conocimiento por los accionistas “la torta de cumpleaños” refieriéndose a las áreas de Parque de Oficinas y Puerto (más conocidos por los accionistas de la fallida como Harbor Town). En el sector frente a la Autopista Bs.As. La Plata se hubieron reservado en el ámbito del proyecto 10 has. Destinadas a la instalación de un parque de oficinas y un centro comercial de proximidad. De acuerdo al plano maestro aprobado por decreto, en ese sector se pueden construir hasta 70.000 mts2 destinados a actividades comerciales/ administrativas. En su oportunidad, BURCO DESARROLLOS, tuvo una opción para construir 50.000 mt2 divididos en 12 edificios de oficinas. El contrato frustrado previó la posibilidad de ejercer dichas opciones individualmente por cada edificio y el valor fijado e el contrato varió entre $ 100 (u$s 100) el mt2 de incidencia aumentando hasta $ 150 a medida que las opciones eran ejercidas. En caso de ejercerse todas las opciones de acuerdo a lo que fuere programado los ingresos por ese concepto ascenderían a u$s 6.187.500. Así entonces, esta sindicatura fija como valor del área en u$s 8.587.500. Dicha suma convertida a moneda de curso legal queda en la suma de $ 24.817.875,00 (u$s 1 = $ 2,89). iii) Harbor Town. Se previó además una zona de 70.000 mts2 ubicados sobre el puerto, en la que se autorizó la construcción de una mayor densidad: factor de ocupación total 1,5 (esto significa que se autorizó la construción de hasta 105.000 mts2. En esa zona se previó construir 60.000 mts2 destinados a vivendas multifamiliares dividido en 18 edificios. El anteproyecto fue elaborado oportunamente por The Burmgardner Architects, un estudio de Seattle, Washington con experiencia en proyectos frente a espacios con agua (costaneras, puertos, etc.) recreaba el ambiente de una pequeña aldea portuaria con un paseo frente a las marinas. Ese proyecto fue dividido en módulos pues ello facilitaría el financiamiento de su construcción. A efectos meramente indicativos se pueden extrapolar los términos del contrato que pudo haberse firmado con Burco para valuar este terreno, lo que arrojaría un resultado de u$s 5.568.750 sobre los mts2 vendibles (75% de los mts2 construídos). En función de ello, esta sindicatura fija el valor del área de puerto en u$s 5.568.750. Dicha suma convertida a moneda de curso legal hace un total de $ 16.093.687,50 (u$s 1 = $ 2,89). Por último dejamos establecido que no escapa a esta sindicatura que si bien es cierto que se han perdido obras, por falta de mantenimiento, no es menos cierto que las mismas no son tan vitales y se puede, con obras por ejemplo de dragado entre otras, recuperar el terreno que ha ganado el agua. iv) MAQUINARIAS EQUIPOS Y RODADOS. Un automóvil dominio APX 535, marca Suzuki Jeep Maruti, Modelo Gypsy, Tipo todo terreno, chasis SJ41-IN-160243, Motor nro. F10A-IN208226, inscripto en el registro N° 73 de Capital Federal y un Unimog del que no se ha encontrado documentación. Al 31/12/00 al cierre del ejercicio. Maquinarias y equipos. $ 14.717,36. Rodados $ 67.889,83. TOTAL $ 82.607,19. Teniendo en cuenta la depreciación que sufren los bienes de uso dichos valores han sido reducidos teniendo en cuenta las amortizaciones que fueron calculados por el método de la línea recta, aplicando tasas anuales suficientes para extinguir sus valores al término de la vida útil estimada., llegando así a la suma de $ 66.085,76. v) APORTES DE LOS SOCIOS NO INTEGRADOS. Este punto se torna particularmente difícil, ya que, Puerto Trinidad registra un alto grado de morosiadad, -hecho objetivo que surge de todas las constancias de autos y del incidente de investigación a los cuales me remito a fin de no desviar el centro de esta exposición-, de la documentación tenida a la vista surge una deuda por aportes de los socios de aproximadamente u$s 1.401.655., pues los datos que tenemos a la vista podrían variar sensiblemente si de la documentación en poder de cada accionista se pudieran acreditar pagos en forma fehaciente. En virtud de lo expuesto esta sindicatura considera que “prima facie”, se llegaría a un total de $ 3.363.972 (CER más intereses) Total del activo: 1. $ 187.850.000,00 (lotes unifamiliares en predio desarrolado). 2. $ 24.817.875,00 (Parque de oficinas). 3. $ 16.093.687,50 (Area de puerto). 4. $ 66.085,76 (máq. y rodados). 5. $ 3.363.972,00 (aportes de los socios no integrados). TOTAL ACTIVO CON EL COUNTRY DESARROLLADO. $ 232.191.620,30 Hay que tener en cuenta que el estudio Inglese señaló que la inversión total para finalizar las obra tendientes a la concreción del proyecto es de u$s 18.000.000 aproximadamente, esto es, $ 52.020.000. Ahora exponemos los valores asignados a dichas áreas del predio sin desarrollo urbanístico. 1). 1.000 lotes unifamiliares de 1000 mts2 a un valor de u$s 30 el mt2 que en moneda de curso legal representa $ 86,70 el mt2, esto es la suma de $ 86.700.000. Lotes unifamiliares 1000 $ 86.700.000. 2). Parque de oficinas se fija su valor en u$s 65 que equivale a $ 187,85 el mt2 lo que sobre 70.000 mt2 disponibles representa un valor de $ 13.149.500. Parque de oficinas $ 13.149.500. 3) Area de Puerto (Harbor Town) se reduce su valor a $ 114,95 el mt2, lo que sobre 70.000 mt2 hace un total de $ 8.046.500. Harbor town $ 8.046.500. 4) Máquinas y rodados. Se mantiene la cifra consignada ut supra esto es $ 66.085,76. 5) Aportes no integrados de los socios. Se mantiene la cifra consignada ut supra de $ 3.363.972,00. TOTAL ACTIVO CON EL COUNTRY SIN DESARROLLO URBANISTICO. $ 111.326.057,70. Por último se fija el valor de realización efectuando una reducción en 1/3 de los 4 primeros puntos, manteniendo sólo el valor del rubro 5) Aportes no integrados. 1) Lotes unifamiliares. $ 57.800.000,00 2) Parque de oficinas. $ 8.766.333,33 3) Harbor town. $ 5.364.333,33 4) Maq. y rodados. $ 44.057,17 5) Aportes no integrados de los socios $ 3.363.972,00. TOTAL $ 75.338.695,83 TOTAL ACTIVO A VALOR PROBABLE DE REALIZACION. $ 75.338.695,83. II. PASIVO. La norma del art. 39 en su inc. 3 establece expresamente lo siguiente: “...La composición del pasivo, que incluye también, como previsión, detalle de los créditos que el deudor denunciara en su presentación y que no se hubieren presentado a verificar, así como los demás que resulten de la contabilidad o de otros elementos de juicio verosímiles...”. En la redacción original de la norma, en el inciso 2 se hacía referencia a la composición detallada del activo y del pasivo. Dice el Dr. Ricardo Daniel Sosa Aubone: “... La modificación introducida por la ley 25.589 en el inciso 3 del art. 39, L.C., establece que en el pasivo se deben incluir los créditos respecto de los cuales los acreedores no se hubieren presentado a verificar. Si bien tales créditos conforman sin hesitación alguna el pasivo no prescripto de la firma, era común que los síndicos al presentar su informe se limiten a los acreedores que se presentaron a verificar. La actual redacción de la norma evita que no se valore todo el pasivo de la firma, a fin de se sepa realmente cual es su entidad, tratando de determinarlo lo más exacto posible. Ello a fin de limitar la incidencia negativa que tiene para el éxito del concurso preventivo la aparición de pasivos ocultos o no declarados. La valuación requrida por la norma tiene que ver con el valor de mercado y no necesariamente con el contable. El valor de mercado, tratándose de la valuación de una compañía apunta al valor presente de los beneficios futuros (Conf. aut cit., Concursos y Quiebras, Ley 25.589, Comentada Anotada con Jurisprudencia, Ed. Lex, Ed. 2002, pág. 90). El pasivo de Puerto Trinidad S.A. éstá compuesto por: Pasivo verificado y admisible:$ 10.223.035,97 Pasivo inadmisible:$ 27.129.558,53. (Se acompaña planilla como Anexo I + u$s 13.107.486,36). Pasivo Potencial (*): $ 23.409.000. Pasivo total: $ 60.761.594.50 + u$s 13.107.486,36. (*) El pasivo potencial está dado por aquellos acreedores que según surge de los registros de la fallida han adquirido acciones preferidas de ésta canjeables por lote y aún no se han presentado a verificar en la quiebra, estos datos surgen de un listado de morosos, por lo puede sensiblemente modificarse en el caso que existan personas físicas o jurídicas, que hayan abonado la totalidad de las acciones y que por ende no surjan de estos registros. Estos registros indican que existen 270 lotes vendidos por Puerto Trinidad S.A. y repito, que aún no se han presentado a verificar. Para su cálculo ya que existe disparidad en los precios pagados se ha tomado como común denominador la suma de u$s 30 el mt2 y sobre lotes de 1000 mts2 lo que hace un pasivo potencial u$s 8.100.000, lo que a moneda de curso legal a U$S 1 =$ 2,89 se traduce en la suma de $ 23.409.000. A N E X O III. ENUMERACION DE LOS LIBROS DE CONTABILIDAD DICTAMEN SOBRE SU REGULARIDAD. (ART. 39 INC. 4 DE LA LEY 24.522). La norma antes citada dispone que se deben enumerar los libros de contabilidad, con dictamen sobre la regularidad, las deficiencias que se hubieren observado, y el cumplimiento de los arts. 43, 44 y 51 del Código de Comercio. En esta instancia se trata de determinar si el deudor ha llevado una contabilidad con arreglo a derecho y con regularidad, o si presenta omisiones, errores o deficiencias. Cabe adunar que subsisten con pleno vigor, las normas referentes al orden uniforme de la contabilidad regulado por los arts. 43 al 67, con el sentido resultante de lo expresado por el art. 44 del Código de Comercio (conf. QUINTANA FERREYRA, Francisco, “Concursos”, Bs. As., Ed. Astrea, 1985, T.1 pag. 460). II. ANTECEDENTES DE PUERTO TRINIDAD S.A. La nómina de los libros a que esta Sindicatura tuvo acceso son los siguientes: Libros rubricados NUMERO Acta de 17915-97 Asamblea N° 1 Actas de 17916-97 Directorio N°1 Actade Directorio N° 2 40843-00 Registro de 17924-97 Accionistas N° 1. Registro deAccionistas N° 80924-97 2 Depósito de 17917-97 Acc.y Reg Asist. Asamb. N° 1 Depósito de Acc. Y Reg. Asist. Asamb. N° 2 Inventario y FECHA RUBRICA 17/3/97 DE ULTIMO FOLIO UTILIZADO N° 99 17/3/97 N° 100 29/5/00 N° 29 17/3/97 N°49 24/9/97 N° 119 17/3/97 N°49 N° Balances N° 1. Diario n° 1 Diario n° 2 Diario n° 3 Diario n° 4 SUBDIARIOS Compras N° 1 Ventas N° 1 17912-97 6843-98 82870-98 70970-00 17/3/97 29/5/00 29/5/00 29/8/00 N° 500 N° 500 N° 1000 N° 860 17927-97 17929-97 17/3/97 17/3/97 N° 393 En blanco Se deja constancia que también se compulsó el Libro del art. 52 de la L.C.T., (inscripto bajo el n° 273228 Tomo 1 Serie C, con fecha 23 de abril de 1997 utilizado hasta el folio 48).de Puerto Trinidad S.A.del que surgen los pagos efectuados al personal, no teniendo nada que observar al respecto. III. CONCLUSIONES. El dictamen sobre la regularidad de los libros que exigen los artículos precitados, supone una indagación por parte del síndico de, cuanto menos, los siguientes tres principios: uniformidad, veracidad o exactitud y claridad. La uniformidad significa que la contabilidad se encuentre organizada en función de un SISTEMA COMUN O METODO. En los arts. 33, inc. 2, 43 y 45 del Código de Comercio se hace referencia, respectivamente, al orden uniforme de la contabilidad, a una base contable uniforme y a la uniformidad de las cuentas y principios de valuación. En base a lo dicho, es dable afirmar en principio que la base contable de la fallida ha sido llevada respecto a este punto en forma uniforme. Se observa una contabilidad mercantil organizada de la que resulta una justificación clara de los actos suceptibles de registración contable, conforme a lo normado por el artículo 43 del Cód de Comercio. La veracidad o exactitud esta impuesta por el Código de Comercio, y reiterada en relación al balance en el art. 51 del mismo cuerpo legal. La veracidad hace a la realidad de las anotaciones efectuadas. Un balance en que se adulteren las partidas o los valores asignados a las mismas, es un balance falso. La exactitud hace a la concordancia de sus anotaciones con la de los asientos, toda omisión o alteración se aparta del principio de exactitud. A dicho efecto, es necesario diferenciar el balance falso de los balances irreales. El balance falso presupone la adulteración deliberada y dolosa de los rubros, el balance irreal, en cambio no se ajusta a un criterio de realidad por defectos técnicos, pero sin implicar un propósito deliberado de falsedad.. Los métodos de cometer faltas contra la veracidad pueden ser los siguientes: a) declaraciones sustancialmente falsas b) valoraciones deliberadamente inexactas 3) mezcla de diversas verdades con una falsedad en conjunto y d) mezcla de partidas verdaderas con otras confusas, parciales o conscientemente inexactas. No se han detectado alteraciones en los asientos de orden progresivo, respecto a las fechas y operaciones consignadas en los mismos, por lo que cabe concluír que pueden gozar de valor probatorio en posibles conflictos (art. 63 Cód. Com). Tampoco se observa comisión de delitos sobre ellos, razón por la cual la información que brindan, ofrece cuanto menos una somera seguridad a los señores acreedores. El principio de la claridad resulta del art. 43 y 52 del Código de Comercio. Dicho principio puede ser entendido con la comprensión que le da el art. 656 del Código Suizo de las Obligaciones, que dice que el balance debe formarse con claridad y facilidad de comprensión, esto es, una visión lo más certera posible de la situación patromonial. Sin perjuicio de lo anterior, a efectos de ponderar la regularidad de la contabilidad y en particular respecto a los balances se debe tener en cuenta los principios de continuidad y actualidad e independencia de ejercicio. Respecto a estos últimos principios citados que deben observarse, puede afirmarse que se ha cumplido con la continuidad externa e interna hasta el 31 de diciembre de 2001. Posteriormente no existen estados contables que reflejen con claridad cual ha sido la evolución patrimonial de los negocios de la fallida. Llamó la atención de esta sindicatura, en lo que hace a la evolución de los negocios llevados a cabo por Puerto Trinidad S.A,. el informe del síndico respecto a el ejercicio económico n° 3. El examen realizado por el síndico de la sociedad fue confeccionado de acuerdo a la Resolución Técnica n° 15 de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas. Asimismo cabe acotar que los estados contables han sido auditados por la firma Finsterbusch Pickenhayn Sibille en su carácter de auditores externos, habiendo los mismos verificado la congruencia de los documentos examinados con la información sobre las decisiones societarias expuesta en actas y la adecuación de dichas decisiones a la ley a los estatutos, en sus aspectos formales y documentales. Sin embargo, cabe observar que los estados contables por el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 1999 fueron preparados según se desprende textualmente “...considerando que la sociedad continuará sus actividades como empresa en marcha. Como se menciona en las notas 1.2, 7 y 8 a los estados contables, debido a la situación financiera de la sociedad, existe incertidumbre respecto a la continuidad de la sociedad como empresa en marcha. Los planes de la Dirección con respecto a este tema se describen en la mencionada nota 1.2. Los estados contables por el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 1999 no incluyen ningún ajuste relacionado con la valuación y clasificación de los activos y pasivos registrados que pudiera ser necesario si la sociedad no fuera capaz de continuar como empresa en marcha. Por las razones descriptas en el párrafo precedente, y basado en mi revisión y en el informe de auditores externos de fecha 14 de abril de 2000, me abstengo de emitir una opinión sobre los estados contables mencionados presentan razonablemente, en todos sus aspectos significativos, la situación patrimonial y financiera de la Sociedad al 31 de diciembre de 1999, los resultados de las operaciones y la evolución del patrimonio neto por el ejercicio terminado en esa fecha, de acuerdo con las norma contables profesionales vigentes en la República Argentina.” Ello denota al menos el momento inicial del estado de cesación de pagos en el que hoy se haya inmersa la fallida, ya que se duda sobre la continuidad empresaria de la misma atento al gran pasivo que para esa fecha había contraído. En efecto, el resultado del ejercicio fue una pérdida de $ 3.391.697,63 la que adicionada al quebranto del año anterior de $ 3.440.686,71 arroja un resultado negativo no asignado de $ 6.832.384,34, importe que dejaron a consideración de la próxima Asamblea General. Sin perjuicio de lo expusto se observa respecto a los estados contables del ejercicio económico n° 3, que estos se encuentran asentados en el libro de Inventario y Balances y surgen de las registraciones contables de la sociedad, llevados de conformidad, al menos en apariencia de conformidad con las disposiciones legales vigentes. A N E X O IV. REFERENCIA SOBRE LAS INSCRIPCIONES DEL DEUDOR EN LOS REGISTROS CORRESPONDIENTES. (ART. 39 INC. 5 DE LA LEY 24.522). I. ENCUADRE LEGAL: En este inciso la Ley concursal impone a la Sindicatura enumerar todas las inscripciones del concursado. Entendiendo que corresponde informar todos aquellos datos que ayuden a individualizar correctamente al deudor y todas las inscripciones ante los diferentes organismos, reparticiones y registros, tanto a nivel nacional como provincial y municipal. Es por ello que, el Síndico debe indagar con todos los medios a su alcance, independientemente de los datos denunciados por el deudor en su presentación concursal -ya que estos pudieron haberse acreditado sólo formalmente- tratando pues de reflejar la realidad que gira en torno de PUERTO TRINIDAD S.A. II. ANTECEDENTES DE PUERTO TRINIDAD S.A. 2.1. De la Sociedad: La deudora es una persona de existencia ideal, conforme surge de la Escritura N° 80 pasada ante el escribano Hector María SARASA, titular del Registro 777 al folio 255 de Capital Federal, inscripta en la I.G.J. bajo el N° 1230, del Libro 120, Tomo “A” de Estatutos de Sociedades Anónimas Su capital inicial estaba compuesto por la suma de $ 12.000 representado por 12.000 acciones de un peso valor nominal cada una y que sería nominativas, endosables, ordinarias o preferidas. Estas últimas tenían derecho a un dividendo de pago preferente, de carácter acumulativo o no, conforme a las condiciones de su admisión. Su domicilio legal se fijó en calle Reconquista N° 657, Piso 2, Capital Federal. Por escritura N° 42 de fecha 28/1/97 pasada ante la escribana Lucía Hilda Nora Bruno de Esquivel se reformó la redacción del art. 5 del estatuto en el cual por error se consignó que las acciones sería nominativas, endosables, ordinarias o preferidas cuando en realidad debieron ser nominativas no endosables, ordinarias o preferidas. Ambas se inscribieron en forma conjunta el 6 de febrero de 1997 en I.G.J., bajo el n° 1230, L° 120, Tomo A de S.A. Por escritura 267, pasada ante el escribano Carlos A. Barceló al folio 970 del Registro Notarial 508 a su cargo la fallida resolvió mediante Acta de Asamblea General Extraordinaria unánime N° 1 de fecha 28 de abril de 1997, asentada en los folios 2 a 31 del Libro de Actas de Asambleas N° 1 de Puerto Trinidad S.A. el aumento de capital y emisión de nuevas acciones, ampliación de su objeto social, el cambio de la sede social como así también modificar el número de miembros del directorio y la duración de sus mandatos, someter la sociedad a Fiscalización a cargo de un síndico titular y un suplente y la consecuante reforma de los arts. 3, 4, 5, 6, 8, 10, 14, 17 y 18 del estatuo social. Así aumentó el capital social de la suma de $ 12.000 a la de $ 56.865,32 y la consecuente emisión de 5.686.532 acciones nominativas no endosables de un centavo valor nominal cada una. Se determinó que las accione serían, no endosables, ordinarias o perferidas. Las acciones ordinarias serían de dos clases: 2.243.266 acciones clase A con derecho a un voto por acción y 1.200.000 acciones ordinarias clase B con derecho a 5 votos por acción. Las acciones preferidas no tendrán derecho a voto, con excepción de los casos previstos por la ley de Socidades y estarán divididas en 7 clases: -----25.855 acciones clase 1. -----42.942 acciones clase 2. -----33.053 acciones clase 3. ----154.515 acciones clase 4. ----104.130 acciones clase 5. ----201.000 acciones clase 6. ---1.681.771 acciones clase 7. Su preferencia consistiría en el derecho de sus tenedores a pedir el rescate de las mismas por la sociedad en las condiciones, forma y modo que determine y reglamente la Asamblea Extraordinaria que resuelva su emisión, la que también podrá fijar una prima de emisión. El cambio de la sede social fue llevado a calle Reconquista 1011, 1er Piso. La administración de la sociedad originalmente a cargo de un Directorio compuesto de un mínimo de uno y un máximo de 7 con mandato por año fue llevada con esta reforma a un mínimo de tres y un máximo de 9 que durarían en su cargo 3 ejercicios. Se sometió la Fiscalización de la sociedad a un síndico Titular designando al Dr. Hernán Pflaum y como síndico Suplente al Dr. Jorge Hugo Asiain PUERTO TRINIDAD S.A., tuvo su domicilio social en calle Reconquista 1011, Piso 1, Capital Federal, dedicada a desarrollar las siguientes actividades: inmobiliaria, constructora, comerciales y financieras. Inscripta en la I.G.J. Estatuto 6/2/97, y la modificación de fecha 3/7/97, inscripta bajo el N° 6907 del libro 121, Tomo A de S.A. Inscripto como contribuyente en AFIP, para IVA, Ganacias con alta el 2/97, bajo el C.U.I.T. 33-69079812-9. En cuanto a los trámites efectuados a nivel nacional, provincial, municipal y frente a los prestadores de servicios públicos se anexa fotocopia de las fs. 4516/18, a las que me remito. 2.2. Del Presidente, Vicepresidente, Directores Titulares, Directores Suplentes, Síndico Titular y Síndico Suplente. En su constitución 2.2.1. Presidente Isidro María Beccar Varela, de profesión abogado, casado, argentino, DNI 18.270.737, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 1, Capital Federal. 2.2.2. Vicepresidente Santiago Beccar Varela, argentino, casado, empresario, L.E. 4.587.171, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. Directores Titulares: 2.2.3. Ricardo Beccar Varela, argentino, casado, empresario, con L.E. 8.259.128, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. 2.2.4. Arturo Beccar Varela, argentino, casado, empresario, DNI 12.076.455, con domicilio en calle Arenales 1132, Piso 3, Capital Federal. 2.2.5. Emilio Ignacio Hardoy, argentino, soltero, comerciante, DNI 20.470.863, con domicilio en calle Guido 1742, Piso 1, Capital Federal. Directores Suplentes 2.2.6. Adolfo Guillermo de la Torre, argentino, nacido el 5 de marzo de 1959, casado, empresario, con DNI 13.416.421, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. La administración está a cargo del Directorio, conforme el Estatuto social. 2.3. Según modificación 3/7/97, por haber renunciado Santiago, Ricardo y Arturo Beccar Varela el Directorio quedó conformado de la siguiente manera: 2.3.1. Presidente Isidro María Beccar Varela, de profesión abogado, casado, argentino, DNI 18.270.737, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 1, Capital Federal. Directores Titulares: 2.3.2. Emilio Ignacio Hardoy, argentino, soltero, comerciante, DNI 20.470.863, con domicilio en calle Guido 1742, Piso 1, Capital Federal. 2.3.3. Martín Beccar Varela, argentino, casado, empresario, DNI 12.949.568, con domicilio en calle Arenales 1132, Piso 3, Capital Federal. Directores Suplentes 2.3.3. Adolfo Guillermo de la Torre, argentino, nacido el 5 de marzo de 1959, casado, empresario, con DNI 13.416.421, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. Síndico Titular. 2.3.4. Hernán Pflaum, argentino, casado, nacido el 2 de octubre de 1956, contador público, DNI 12.548.208, con domicilio en Avda. Leandro N. Alem 1050, Piso 5, Capital Federal. Síndico suplente. 2.3.5. Jorge Hugo Asiain, argentino, casado, nacido el 22 de enero de 1949, contador público, DNI 4.558.197, con domicilio en Avda. Leandro N. Alem 1050, Piso 5, Capital Federal. Por Acta N°7 de Asamblea Ordinaria celebrada el 31/7/97, se acepta la renuncia del Director Martín Beccar Varela y se propone como Director Titular a Adolfo de la Torre quien ocupaba el cargo de Director Suplente siendo ello aprobado por unanimidad. Por Acta de Asamblea General Extraordinaria celebrada el 19 de agosto de 1997, surge que de los comicios efectuados han resultado electos votos emitidos por los accionistas clase A- los Sres Norberto José de la Torre como Director Titular y la Sra. María Magdalena Brennan como Director Suplente, ambos con mandato hasta la Asamblea Gneral ordinaria correpondiente al ejercicio social con cierre 13/12/97. Por Acta de Asamblea General Extraordinaria del 28/4/97 se dispuso que la clase B sería representada por entre uno y cinco Directories Titulares proponiéndose que se designe dos directores titulares: Sr. Adolfo de la Torre y Ericka Oltmann y como director suplente Alfonso María Beccar Varela. Por Acta de Directorio N° 18 del 30/5/98 se redistribuyen los cargos quedando confomado el Directorio de Puerto Trinidad S.A : Presidente Isidro María Beccar Varela,. Vicepresidente Emilio Julio Hardoy L.E. 4.289.643. Director Titular: Adolfo de la Torre. Director Titular Norberto de la Torre DNI 4.63.209. Directores Suplentes: Magdalena Brennan y Alfonso María Beccar Varela. Todos con mandato hasta el 31/12/00 3.1. De la sociedad controlante de la fallida GINDI CORPORATION N.V. Esta sociedad según memoria a los estados contables por ejercicio económico -no anual- N° 1 iniciado el 6/2/97 y cerrado 31/12/97 es una sociedad controlante de P.T.S.A. con una tenencia accionaria del 62,62% equivalente al 57,63% de la voluntad social. Esta sociedad en adelante G.C.N.V. fue constituída en Curacao, Antillas Neerlandesas, mediante acta notarial otorgada el 13 de diciembre de 1996, sobre un proyecto al cual el Ministerio de Justicia de la Antillas Neerlandesas otorgó el 13/12/96 la declaración requerida de no objeción bajo el N° 3039/N.V. Sus estatutos fueron reformados mediante acta notarial otorgada el 19/6/97 sobre un proyecto al cual el Mnisterio de Justicia de las Antillas Neerlandesas otorgó la declaración requerida de no objeción el 18/7/97 bajo el N° 1327/N.V. El domicilio social ha sido establecido e la calle Wilson Papa Godett 24, Curacao, Antillas Neerlandesas. La G.C.N.V. ha sido inscripta en el Registro Público de Comercio de la I.G.J. bajo el N° 1252 del Libro 54, Tomo B de estatuto de sociedades extranjeras con fecha 30/7/97 y estableció su domicilio especial en la República Argentina en la Avda. Libertador 894, Piso 2, Ciudad de Buenos Aires. Sus representantes legales en la República Argentina conforme surge de la documentación de la fallida de fs. 3924/25 fueron: Isidro María Beccar Varela, Alfonso María Beccar Varela y Emilio Ignacio Hardoy a partir del 10/2/97. Así en un principio su capital social ascendía a u$s 30.000 y estaba dividido en 10.560 acciones A, con derecho a voto, cada una de valor nominal de un dólar estadounidense numeradas de A 1 hasta A 10.560 inclusive y 19.440 acciones B con derecho a voto limitado, cada una de un valor nominal de un dólar estadounidense, numeradas de B 1 hasta B 19.440 inclusive. Que según el Libro de Depósito de Acciones y Registro de Asistencia a Asambleas n° 1 , rubricado bajo el n° 17917-97 en su página 25 (ver también pág. 27,28) surge que hacia el año 1999 representaba a dicha sociedad Cosme M. Beccar Varela D.N.I. 16.982.621 con domicilio en Reconquista 652, 2° Piso Capital Federal. Que de la Asamblea General Ordinaria n° 4 celebrada el 31 de mayo de de 2.001 (fs. 80 del Libro de Actas de Asablea n° 1 rubricado bajo el n° 17915-97 ) surge que el respresentante de Gindi CNV es el Sr. Emilio Ignacio Hardoy. Considerando elementos documentales ya incorporados a la quiebra es un hecho cierto que el Directorio de Puerto Trinidad anunció a fines de diciembre de 1999 la constitución de un fideicomiso de acciones, cuyo fiduciario sería un banco de primera línea existiendo conversaciones con el ABN-Amro Bank, al cual serían afectadas todas las acciones de propiedad de Gindi Corp. NV representativas de derecho a canje por lote. El contrato de fideicomiso en cuestión se perfeccionaría si sometido el proyecto a consideración de los accionistas en el marco de la próxima Asamblea General Ordinaria de Accionistas existía en los socios voluntad suficiente en tal sentido. Mientras tanto, a fin de recaudar fondos para la exigua caja de Puerto Trinidad S.A., se invitó a los accionistas que estuvieren interesados en adherir al futuro fideicomiso de acciones, a hacer reservas de las acciones comprometidas para el fideicomiso si bien todavía en poder de Gindi Corp.. Los interesados suscribieron cartas preparadas como formularios de adhesión, dirigidas al ABNAmro Bank. Al cerrarse el ejercicio correspondiente al año 2000 la memoria presentada por el directorio a los accionistas informaba el fracaso de las negociaciones tendientes a la reestructuración de la deuda, así como un súbito cambio en la estrategia de negociación con los acreedores. 4.1. De Beccar Varela Desarrollos S.A. De la documentación compulsada por esta sindicatura surge en copia simple- un contrato de asociación de fecha 18 de abril de 1996, celebrado entre: Santiago Beccar Varela. Emilio Beccar Varela Ricardo Beccar Varela. Isidro Beccar Varela. Y Paulo Bausili. En virtud de ello habrían manifestado los socios haber constituído una sociedad de hecho que tendría como denominación B.V.& B. y Asociados, a fin de desarrollar un proyecto inmobiliario. De los considerandos del contrato surge que por ley 11.366 la Pcia de Bs. As. Y por el convenio celebrado entre el Poder Ejecutivo de la Pcia. de Bs.As. y Corporación de Defensa Costera S.A. (Codeco), esta última tiene la concesión de los derechos para la ejecución de todas las obras necesarias de relleno, recuperación, saneamiento y urbanización de la franja costera que se extiende desde el lado norte del Arroyo Sarandí hasta la división de los Partidos de Berazategui y Ensenada, ganando tierras la Río de La Plata, asi como el derecho a recibir en propiedad las tierras que fueran ganadas al Río de La Plata como consecuencia de dicha obra (La Concesión). Así también existe en copia simple -pero a diferencia del anterior- sin firmas un contrato de opción y promesa de asociación que si bien no son prueba fehaciente constituyen indicios de cómo se fue estructurando el negocio inmobiliario que nos ocupa desentrañando así los pasos seguidos por los desarrolladores que derivaron en la frustración de todos los involucardos ya sean accionistas, acreedores y hasta los propios desarrolladores del negocio. En dicho esbozo de contrato, de fecha 3 de julio de 1996, B.V.& B. y Asociados, sociedad de hecho integrada por: Emilio Beccar Varela (Beccar Varela -SEPRA Arquitectos-). Santiago Becar Varela (S.B.V.-Operadores inmobiliarios-). Ricardo Beccar Varela (R.B.V.S.R.L) Pablo Bausili e, Isidro María Beccar Varela -POR UNA PARTE y Mario Contín S.A., POR OTRA PARTE -representada por el Sr. Reinaldo Omar SAAVEDRA, en su calidad de accionista mayoritario, tal como consta en el contrato de compraventa de acciones de fecha 20 de junio de 1996-, Manifiestan en sus considerandos que Mario Contín S.A. es la única propietaria del predio sito en Autopista Buenos Aires-La Plata, Km. 27 Hudson, Provincia de Buenos Aires. Que B.V.& B tienen la intención de desarrollar un barrio cerrado náutico, que es intención de Mario Contín S.A. dar un opción irrevocable de compra a favor de B V.& B. Al parecer tal esbozo del 3 de julio de 1996, habría sido efectivamente firmado el 29 de julio de 1996 pues surge del documento también hallado en fotocopia en la documentación aportada por el Sr. Pedro Guillermo Ponte que el 14 de octubre de 1996, se firmó una cesión de derechos y acuerdo de accionistas -se recuerda que es una fotocopia-., que en sus extractos más importantes dice que: Emilio Beccar Varela. Santiago Becar Varela. Ricardo Beccar Varela. Isidro María Beccar Varela como “actuales socios” y, Emilio Ignacio Hardoy (en conjunto los accionistas) integran una sociedad de hecho que es beneficiaria de un contrato de opción de compra firmado el 29 de julio de 1996 sobre la fracción de campo descripta “ut supra”, que basándose en dicha opción los actuales socios han iniciado el desarrollo de un proyecto de urbanización náutica denominado Puerto Trinidad S.A., que los actuales socios tenían previsto percibir de la entidad que lleve adelante Puerto Trinidad el 12% de todos los ingresos que tuviere el proyecto en concepto de aconcepción y administración (el honorario), indican que el proyecto recaudará un total de aproximadamente u$s 60.000.000, siendo el honorario de u$s 6.000.000, que Emilio Hardoy estaba interesado en adquirir de los actuales socios el 20% de todos los derechos que pudieren tener sobre P.T., que los accionistas constituirán una S.A. que será la cesionaria de todos los derechos y obligaciones que tienen los accionistas sobre P.T. y que será denominada Beccar Varela Desarrollos S.A., teniendo por objeto el desarrollo de proyectos inmobiliarios de todo tipo, entre otras cosas, incluyendo pero no limitando a Puerto Trinidad., que los accionistas aportarán a la sociedad la suma conjunta de u$s 200.000. 4.1.1. La formación de Beccar Varela Desarrollos S.A. Dicha sociedad se constituyó por escritura N° 66 con fecha 23 de octubre de 1996, pasada por ante el escribano Héctor MarÍa SARASA inscripta en I.G.J. bajo el N° 11676, del Libro 120 Tomo A de Sociedades Anónimas. 4.1.2. Del Presidente, Vicepresidente, Directores Titulares, Directores Titulares y Director Suplente deBeccar Varela Desarrollos S.A. Presidente Isidro María Beccar Varela, de profesión abogado, casado, argentino, DNI 18.270.737, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 1, Capital Federal. Vicepresidente Santiago Beccar Varela, argentino, casado, empresario, L.E. 4.587.171, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. Directores Titulares: Ricardo Beccar Varela, argentino, casado, empresario, con L.E. 8.259.128, domiciliado según estatuto en calle Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. Arturo Beccar Varela, argentino, casado, empresario, DNI 12.076.455, con domicilio en calle Arenales 1132, Piso 3, Capital Federal. Director suplente. Emilio Ignacio Hardoy, argentino, soltero, comerciante, DNI 20.470.863, con domicilio en calle Guido 1742, Piso 1, Capital Federal. Su capital social de $ 12.000, su objeto inmobilaria, constructora, financiera, comercial, su domicilio social Reconquista 657, Piso 2, Capital Federal. Así planteadas las cosas Puerto Trinidad y Beccar Varela Desarrollos S.A. fueron incialmente quienes lanzaron el proyecto y prueba de ello son los Memoramdun de Información fechados FEBRERO 1997. y que se entregaron a los compradores de acciones que se interesaban en el proyecto náutico Puerto Trinidad. Empero en el seno de ambas sociedades comenzaron rápidamente desaveniencias -que esta sindicatura las considera de orden económico- que no tardaron en salir a luz. En efecto, cuando la mayoría del paquete accionario pasa a manos de GINDI comienza un intercambio espistolar que culmina con la desvinculación de varios socios. Tal es así que hubo en circulación varios memorandum de información uno de febrero de 1997, donde se encontraba B.V.Desarrollos S.A., otro de Mayo de 1997 donde no aparece Beccar Varela Desarrollos S.A. y los posteriores en los que se informaba la existencia de Gindi como controlante de Puerto Trinidad S.A.y en la que se reformulaba también entre otras cosas el Reglamento de Arquitectura. Por CD. de fecha 27/6/97, Emilio, Santiago, Ricardo y Arturo Beccar Varela y Emilio Beccar Varela S.A., en su calidad de directores y/o accionistas de Beccar Varela Desarrollos S.A. y /o de Puerto Trinidad .S.A. dirigida a Isidro Marái Beccar Varela, dicen: ”... Haber tomado conocimiento por documentación que se les entregara recientemente, que en el Libro de Acciones de Puerto Trinidad S.A. figura como accionista principal una sociedad extranjera denominada Gindi Corporation N.V. (Curacao) con domicilio en Avda. Libertador 894, Piso 2, Depto “B” de la Capital Federal. De la existencia de esa sociedad, de la que nada sabemos y nada puede informar la Inspección de Justicia, nos hemos enterado el pasado 25 de junio. 2) Que las acciones que figuran a nombre de la referida sociedad extranjera, pertenecen en realidad a Beccar Varela Desarrollos S.A. en razón de los acuerdos entre accionistas y de todos los antecedentes puestos en conocimiento de los terceros adquirentes. En la reunión realizada en el día de la fecha, cuya duración fue de alrededor de noventa minutos, omitió suministrar toda información relativa a esa sociedad extranjera. 3) Que solamente mediante un abuso de confianza, esto es, una maniobra defraudatoria, pudieron haberse efectuado esos asientos a nombre de la referida soceidad extrajera, provocando un millonario desplazamiento patrimonial. 4) Que si bien esos asientos ilícitos e irregulares carecen de firma responsable, Ud. y el Sr. Emilio Ignacio Hardoy han reconocido haber dispuestio la realización de los mimos. 5) Que el abuso de confianza en perjuicio de nuestros mandantes, particularmente de Beccar Varela Desarrollos S.A., que puede estimarse en alrededor de las cuartas partes del valor integral del proyecto, ha sido en beneficio de dicha sociedad extranjera cuyo domicilio coincide con el domicilio real suyo. 6) Que la gravedad del hecho ilícito perpetrado se redobla, toda vez que además de ser Ud. presidente y director ejecutivo de Puerto Trinidad S.A., es presidente de Beccar Varela Desarrollos S.A., siendo esta última la empresa que ha sido defraudada mediante la maniobra que se denuncia. Su deber específico, emergente de su posición institucional en Beccar Varela Desarrollos S.A. y en Puerto Trinidad S.A. era y es resguardar la participación accionaria de aquella en el aumento de capital de ésta (continúa pág 2). 7) Que todo ello es así, toda vez que se acordó mediante contrato entre Ud. y nuestros mandantes, que Beccar Varela Desarrollos S.A. y Puerto Trnidad S.A. llevarán a cabo un emprendimiento inmobiliario náutico en que el dominio del inmueble objeto de fraccionamiento fuera de Puerto Trinidad S.A., en tanto que la propiedad de las acciones emitidas por dicha sociedad, sería de Beccar Varela Desarrollos S.A. Esta última era la encargada de desarrollar y comercializar los lotes formados en ese parcelamiento, mediante la venta de las acciones emitidas por Puerto Trinidad S.A.. Ello fue acordado, en el documento intitulado “Cesión de derechos y acuerdo de accionistas” el 14 de octubre de 1996, además de constar en toda la difusión publicitaria, particularmente en la documentación entregada a los adquirentes de los lotes-acciones denominada “Memorandum de información”...Puerto Trinidad...Beccar Varela Desarrollos S.A.”(febrero 1997).... Finalmente Beccar Varela Desarrllos S.A. acuerdo mediante con Puerto Trinidad se retira del negocio según se desprende del Acta N° 7 del Libro de Actas de Directorio N° 1, folio 16 firmando un Contrato de Transferencia de acciones. Renuncia de derechos. Reconocimientos. Garantías., de fecha 29 de julio de 1997 También habría un contrato original entre Emilio Julio Hardoy y Roberto Martín Oltmann de fecha 22/11/96 del que surge participación accionaria de ambos en Puerto Trinidad S.A. de un 20% de la tenencia accionaria. También surge de copia simple de documentación que ese 20% es 20% de Emilio Hardoy y 80% de Roberto Oltmann. 5.1. Del Comité de Seguimiento Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. Así coexistieron dos Administraciones sobre Activos y Pasivos de la fallida, una de derecho y otra de hecho conformada por el Comité de Seguimiento de Fideicomiso Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. Así el Comité de Seguimiento de Fideicomiso Garantía Hipoteca Puerto Trinidad, se integró en su constitución el 30/6/00 CON LOS FIDUCIANTES INICIALES. CARLOS TONELLI. GUILLERMO PONTE. SANDRA SAGRIPANTI. MARIANO TURK ANIBAL M. CAGNONERO. Con fecha 18/7/01 se renovaron los integrantes del Comité de Seguimiento quienes para esa fecha serían: ARTURO ALONSO PEÑA. JORGE GUEVARA ZAEFFERER. ROBERTO GUILLAN ROBERTO IGLESIAS. FRANCISCO PES. OSCAR SZUCHMACHER. El 20/1/02 renuncia Roberto Iglesias siendo reemplazado por JUAN C. AGUSTIN. Con fecha 11/12/02 renuncia Abraham Oscar Szuchmacher, quien fue reemplazado por MARIANO TURK. Actualmente está conformado por. EDUARDO JOHANSEN. MARIANO TURK. FRANCISCO PES. MAXIMO BATISTI ROBERTO GUILLAN PEDRO GUILLERMO PONTE. Santiago Manuel Quiben. Contador Público Nacional. T. 67-F. 204 CPCECF. A N E X O V. EXPRESION DE LA EPOCA EN QUE SE PRODUJO LA CESACION DE PAGOS (ART. 39 INC. 6 DE LA LEY 24.522). I. ENCUADRE LEGAL: En nuestra legislación la imposibilidad de pago emergente del patrimonio en crisis, debe exteriorizarse (arts. 1, 78 y 79 de la ley 24.522). La doctrina y la jurisprudencia coinciden en señalar que dicha imposibilidad de pago -"impotencia patrimonial"- está referida a una situación definitiva, respecto de la cual no hay posibilidad de hacerla desaparecer mediante el giro normal y propio de la actividad del deudor, y que no debe ser confundido con meras dificultades de orden financiero. Es decir que la cesación de pagos tienen como características la PERMANENCIA y la GENERALIDAD (FASSI-GEBHART: Concursos, Astrea, Bs. As., pág. 10). El síndico deberá tomar en cuenta las circunstancias para indicar con la mayor precisión posible el efectivo comienzo de la cesación de pagos. (QUINTANA FERREYRA, Concursos, T. 1, pág. 468). No obstante ello, la Ley vigente ha eliminado la expresión fecha -sustituyéndola por "época"- puesto que el proceso de decaimiento de la actividad económico-financiera suele ser paulatina, lo cual hace difícil precisar una fecha exacta de inicio del estado de cesación de pagos. Por otra parte, el informe del síndico no obliga al juez, que es quien -en definitiva- debe fijar la fecha de la cesación de pagos teniendo en cuenta ese informe y los demás antecedentes obrantes en autos. II. ANTECEDENTES DE PUERTO TRINIDAD S.A. Y SU CRISIS. Las causas que explican el estado de cesación de pagos de Puerto Trinidad necesitan de manera previa ser analizadas con alguna precisión por el negocio inmobiliario que a través de la fallida se intentó llevar adelante; tanto la estructura de la sociedad en quiebra como la complejidad que ofrece este proceso falencial están directamente emparentadas con la incorporación a la sociedad -como accionistas- de terceros inversores interesados en adquirir lotes de terreno. El desarrollo inmobiliario prometía parque de oficinas, centro comercial, áreas deportivas, clubhouse, hotel, colegio, puerto deportivo, junto con un sector destinado a lotes unifamiliares que sumaba un total de aproximadamente 1800 lotes. Debido a la gran asimetría existente entre el capital disponible y los fondos necesarios para desarrollar el proyecto, el avance del mismo requería un importante flujo de fondos que tenía que provenir de la venta de los 1800 lotes precitados. En este sentido se reitera que el capital propio inyectado a Puerto Trinidad S.A. al tiempo de su constitución, e inclusive al tiempo de adquirirse el inmueble asiento del proyecto inmobiliario, fue escaso en comparación con la magnitud de la inversión tenida en vista para completar el desarrollo. Tanto es así que, del precio de compraventa de las dos fracciones de terreno que suman las 336 hectáreas del Proyecto Puerto Trinidad, pactado en la suma de U$S 10.000.000, a la fecha de escrituración se pagó el 7% del valor acordado quedando hipotecado el predio a favor del vendedor como garantía del saldo. En este sentido, en la contestación al traslado corrido a la fallida en el marco de la ejecución de la ley 24.441 promovida por el ABN AMROBANK, el letrado apoderado de Puerto Trinidad S.A., a fs. 825 y sgte., señaló que “...Para llevar adelante el Proyecto, Puerto Trinidad S.A. compró al propietario del predio dos fracciones de terreno que componen el mismo y que son descriptas tanto en el escrito de demanda como en la escritura de compraventa e hipoteca por saldo de precio otorgada el 11 de marzo de 1997...como surge de esa escritura el precio de compra se fijó en la suma de diez millones de dólares, habiéndose pagado la suma de setecientos mil dólares a la escrituración o antes de ella y constituyéndose en el mismo instrumento derecho real de hipoteca a favor del vendedor en garantía de pago del saldo de precio...”. Luego apuntó que “...A fin de atender al pago de las cuotas por el saldo de precio ..., como así también para hacer frente a todas las obras que requería la construcción del Proyecto Puerto Trinidad, los accionistas de mi mandante celebraron una asamblea general extraordinaria el día 28 de abril de 1997, en la que resolvieron aumentar el capital social a la suma de $ 56.865,32 representando el capital emitido por una determinada cantidad de acciones ordinarias y preferidas de clases diversas...”. Las acciones a las que el letrado de la fallida hizo alusión fueron suscriptas por Gindi Corporation NV, sociedad extranjera constituida al efecto y para ser vehículo de la colocación de las acciones emitidas por Puerto Trinidad en manos de terceros inversores. También explica esto en la presentación ya aludida, el letrado apoderado de Puerto Trinidad al afirmar que “...Luego de haber suscripto Gindi Corporation NV las acciones que emitiera Puerto Trinidad S.A. en la asamblea del 27 de abril de 1997, ésta comenzó a venderlas a terceros. Las acciones así suscriptas se fueron adquiriendo por aquellas personas que aspiraban a la titularidad de un lote de terreno en el Proyecto Puerto Trinidad y que no habían participado directamente como suscriptores en el antedicho aumento de capital. Como la integración de las acciones originariamente suscriptas por Gindi era indispensable para que Puerto Trinidad S.A. pudiera cumplir con su objeto, Gindi cedió en forma irrevocable a favor de Puerto Trinidad S.A. el derecho a percibir el precio de las acciones vendidas a terceros...” Lo último apuntado por el apoderado judicial de Puerto Trinidad conduce a explicar la estructura del capital de Puerto Trinidad por un lado, y la estructuración jurídica del negocio inmobiliario por el otro. Gindi Corporation NV se constituyó entonces en sociedad controlante de Puerto Trinidad y el vehículo a través del cual las acciones de Puerto Trinidad llegaron a terceros atraídos por el proyecto inmobiliario. Así las acciones preferidas permitirían a los inversores adquirir el dominio de lotes canjeables por ellas. Pero, dado que Gindi Corp NV era el titular de los créditos originados en la venta de acciones que eran propias ¿cómo llegaban a Puerto Trinidad S.A. los flujos de fondos necesarios para ejecutar las obras y completar el desarrollo?. Las acciones suscriptas por Gindi para ser transferidas a terceros cargaron una prima de emisión que representaba un valor por acción equivalente al valor del metro cuadrado de lote que el inversor esperaba finalmente recibir en canje. Gindi entonces adeudaba prima de emisión a Puerto Trinidad, y tal incumplimiento influyó negativamente en la crisis del deudor. Pro solvendo de esa deuda Gindi cedió a Puerto Trinidad S.A. los derechos de cobro de los que era titular originados en el convenios de compraventa de acciones; de manera que los pagos que realizaban los compradores de acciones llegaban a la caja de Puerto Trinidad, en virtud de la cesión hecha por Gindi Corporation, para cancelar parcialmente la deuda que ésta tenía en concepto de prima de emisión. Entonces, la sociedad que se constituyó mediante escritura pública del 10 de diciembre de 1996 con un capital inicial de $ 12.000, el 11 de marzo del año siguiente adquirió la propiedad de las 336 has. por un valor de U$S 10.000.000 (pagando solo U$S 700.000 e hipotecando por el resto con el inmueble adquirido) , y según informes provistos por la propia sociedad a partir del mismo mes de marzo de 1997 comenzó con la comercialización del proyecto inmobiliario. Las ventas de acciones -tanto las ordinarias cuanto las preferidas representativas de lotes- se habrían iniciado entonces en 1997 y hasta de junio de 1999 habían sumado ventas por un total de $ 28.730.825 e ingresos por un total de $ 23.553.301. Sin embargo para esta última fecha el volumen de ventas exhibía en el trimestre abril/junio de 1999 su nivel más bajo. Las razones que informaba la administración de la sociedad acerca de la merma verificada en los ingresos las atribuía a circunstancias exógenas. El ahogo financiero provocado por una baja en las ventas, la falta de liquidez y la escasez del crédito, fue inocultable a finales del año 1999. En una nota firmada por el presidente de la fallida, dirigida a los accionistas de Puerto Trinidad S.A. fechada diciembre de 1999, nota que fuera agregada al expediente de la quiebra por Silvina Carro junto con otra numerosa documentación y que se refleja también en la Memoria a los estados contables al 31/12/1999, por el ejercicio económico N° 3 iniciado el 1/1/99, textualmente se lee: “Situación Financiera del Proyecto: Tal como lo hemos dicho en nuestra carta anterior, Puerto Trinidad tiene perspectivas promisorias. Ya se han llevado a cabo las obras más caras y difíciles, se ha tenido un gran éxito en la comercialización, pero la coyuntura actual hace necesario encontrar medios alternativos para financiarse. Las causas de este desquilibrio coyuntural, son principalmente la sostenida caída en las ventas sufrida en los últimos meses, y la imposibilidad de obtener financiación ya sea bancaria o de inversores externos debido al retraso excesivo en la obtención de los permisos provinciales y municipales finales. Hasta el momento se han invertido $ 37.660.284 que incluyen el valor del terreno, costos financieros, obras realizadas, gastos administrativos y actividades de promoción y venta. Las ventas totales del proyecto totalizan $ 29.277.525 de los que quedan por cobrar $ 4.229.171. La diferencia entre la inversión y las ventas corresponde a pasivos. Para darles condiciones de habitabilidad a Puerto Trinidad es necesario en el corto plazo completar las siguientes obras: (a) primer etapa de salida desde la Autopista Buenos Aires-La Plata, (b) Primer etapa de pavimentación, (c) Iluminación de la calle principal, (d) Primer etapa de parquización, (e) Alambrado perimetral, (f) terminación de la red eléctrica (ya está lista en un 80%), (g) iluminación de las calles secundarias y (h) protección de los geotubos. Estas obras requieren de un capital adicional estimado de $ 4.030.534. Para dar por concluidas otras obras (principalmente nos referimos a las redes de agua, cloacas, gas y pavimentación final) son necesarios $ 11.298.987 adicionales. Sin bien estas obras son de fundamental importancia, pueden ser distribuidas en el tiempo, y reemplazadas coyunturalmente con instalaciones individuales como pozos ciegos y perforaciones. Son necesarios pues $ 12.413.293 para cubrir los pasivos acumulados y terminar las obras de la primera etapa...” Entonces V.S. al terminar el año 1999 las necesidades financieras inmediatas sumaban $ 12.413.293, sin que existieran liquidez ni crédito disponibles. Cabe agregar también aquí, el informe del síndico de la fallida contador Hernán Pflaum respecto a los estados contables por el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 1999, dirigido a accionistas y Directores de Puerto Trinidad S.A. y que dice en su parte pertinente: “...considerando que la sociedad continuará sus actividades como empresa en marcha. Como se menciona en las notas 1.2, 7 y 8 a los estados contables, debido a la situación financiera de la sociedad, existe incertidumbre respecto a la continuidad de la sociedad como empresa en marcha. Los planes de la Dirección con respecto a este tema se describen en la mencionada ntoa 1.2. Los estados contables por el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 1999 no incluyen ningún ajuste relacionado con la valuación y clasificación de los activos y pasivos registrados que pudiera ser necesario si la sociedad no fuera capaz de continuar como empresa en marcha. Por las razones descriptas en el párrafo precedente, y basado en mi revisión y en el informe de auditores externos de fecha 14 de abril de 2000, me abstengo de emitir una opinión sobre si los estados contables mencionados presentan razonablemente, en todos sus aspectos significativos, la situación patrimonial y financiera de la Sociedad al 31 de diciembre de 1999, los resultados de las operaciones y la evolución del patrimonio neto por el ejercicio terminado en esa fecha, de acuerdo con las norma contables profesionales vigentes en la República Argentina”. Ello denota al menos el momento inicial del estado de cesación de pagos en el que hoy se haya inmersa la fallida, ya que se duda sobre la continuidad empresaria de la misma atento al gran pasivo que para esa fecha había contraído. En efecto, el resultado del ejercicio fue una pérdida de $ 3.391.697,63 la que adicionada al quebranto del año anterior de $ 3.440.686,71 arroja un resultado negativo no asignado de $ 6.832.384,34. En mérito a lo que surge de lo hasta aquí expuesto, cabe colegir que para esta sindicatura la época en que se produce la cesación de pagos se encuentra instalada desde ABRIL de 1999, que es cuando comienza a raíz del decrecimiento en las ventas comienza un endeudamiento del cual la sociedad no puede salir. Sin embargo a los fines de la retroacción que prescribe el art. 116 de la ley 24.522, deben tenerse en cuenta el máximo de dos años, contados a partir de la fecha de la sentencia de quiebra, por lo que esta sindicatura fija como época en la que se produce la cesación de pagos el 4/11/01. En dicho marco, se ubica la fecha en que se produce el estado de cesación de pagos de la fallida. III. CONCLUSION. Por todo lo expuesto éste Síndico entiende que debe establecerse como fecha de INICIO DE CESACION DE PAGOS LA DEL 4 DE NOVIEMBRE DEL AÑO 2001 a los efectos del ejercicio de las acciones de responsabilidad patrimonial (se toma el límite de dos años que fija la ley), sin perjuicio de que la época real se ubique en abril de 1999. Santiago Manuel Quiben. Contador Público Nacional. T. 67-F. 204 CPCECF. A N E X O VI. APORTES REGULARES DE LOS SOCIOS. RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL (ART. 39 INC. 7 DE LA LEY 24.522). I. ENCUADRE LEGAL: La Ley de Concursos y Quiebras atiende al principio de integridad del patrimonio del ente jurídico cuya protección debe considerarse prioritaria a la de los socios individualmente considerados. La norma del inc. 7 del art. 39 de la Ley impone al síndico la carga de informar si algún socio se encuentra en mora de realizar su aporte -ya sea el inicial o el que corresponda por aumento o reintegración de capital- como también la obligación de informar si es imputable responsabilidad patrimonial a los socios como consecuencia de su actuación en tal carácter. (QUINTANA FERREYRA: Concursos T.1 pág. 476). II. APORTES ADEUDADOS A PUERTO TRINIDAD S.A. El Inc. 7 del art. 39 de la ley 24.522 dice textualmente: “En caso de sociedades debe informar si los socios realizaron regularmente sus aportes, y si existe responsabilidad patrimonial que se le pueda imputar por su actuación en tal carácter.” Cabe destacar que a criterio de esta sindicatura existe mora en la integración de los aportes de los accionistas de la fallida, ello en virtud de que la estructura jurídica implementada para llevar a cabo el desarrollo inmobiliario y su posterior frustración, hizo que los accionistas dejaran de pagar en su mayoría los saldos por las acciones preferidas y comenzar a aportar a un Fondo de Administración Fiduciario. Por lo que cabe colegir que se impone la existencia de un alto grado de morosidad de los socios frente a la fallida. Ello surge por ejemplo de la nota 9 a los estados contables informado por la firma auditora K.P.M.G. que dice: “...OPERACIONES Y SALDOS CON LA SOCIEDAD CONTROLANTE (ART. 33 LEY 19.550) (cont. ). En cuanto a la prima correspondiente a operaciones posteriores a junio de 2000, y en virtud de lo resuelto por la Asamblea del 31 de mayo y 29 de junio de 2000, se discontinuó la venta de acciones en forma directa. En su lugar, el Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad estructuró un negocio de venta de “pool de acciones”. Los interesados han anticipado al Fideicomiso dinero en carácter de reservas por la compra de las acciones de Puerto Trinidad S.A de propiedad de Gindi Corporation N.V. Es decir que las primas correspondientes a estas nuevas operaciones no han ingresado a Gindi Corporation N.V. ni a Puerto Trinidad S.A. sino al Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad… .”. Queda claro para esta sindicatura el momento en el cual comienzan a desviarse fondos de la sociedad al fideicomiso, cuestión que importa un hecho perjudicial para la sociedad hoy fallida, atento a que dichos actos han facilitado, permitido, agravado y/o contribuído al estado de cesación de pagos en la que hoy se haya inmersa. Deviene aplicable también al caso en análisis el art. 150 de la ley 24.522 que dice que la declaración de quiebra hace exigible el cumplimiento de todos los aportes no integrados por los socios, a efectos de su inclusión en el activo falencial liquidable y distribuible entre los acreedores de la fallida. Resulta improcedente su exigibilidad, cuando los acreedores resultasen satisfechos por conclusión no liquidativa de la falencia (pago total, avenimiento, o cuando el activo existente alcanzara para pagar íntegramente a los acreedores de la fallida y los gastos del concurso (art. 240 LCQ). Debe tenerse presente que dicha reclamación puede efectuarse por vía incidental en el presente juicio de quiebra pudiendo V.S. decretar de inmediato las medidas cautelares que resulten necesarias para asegurar el cobro de los aportes en caso de tratarse de socios con responsabilidad limitada. La integración de los aportes resulta sumamente importante a los fines de recomponer el activo liquidable. Sin perjuicio de la naturaleza especial de uno de los tipos de las acciones que los terceros adquirían de la sociedad Puerto Trinidad (las “preferidas”), lo cierto es que -tal como lo señalara V.S. en la resolución del 27.12.04- “… no existen dudas del carácter de accionistas de la hoy fallida que revisten estos acreedores… ”. Desde el dictado de dicha resolución y hasta el presente, han sido incorporados al expediente de la quiebra y los incidentes en trámite, innumerables antecedentes documentales que terminan -si cabe- de ratificar de manera categórica esa apreciación. Como tales, los socios tenían como mínimo la obligación de integrar sus aportes. Del anexo II del presente informe informe general surge una deuda por aportes de los socios de aproximadamente u$s 1.401.655,00, que “prima facie”, llegaría a un total de $ 3.363.972 (CER más intereses), en concepto de deuda por integración de aportes de los socios. Tal información ha sido extraída de la documentación compulsada y tenida a la vista por esta Sindicatura y por tanto habrá de ser confrontada “en el caso de cada accionista” con cada una de las situaciones en particular y la documentación que cada uno de ellos hubiera aportado en el marco de los respectivos pedidos verificatorios y/o de los incidentes en trámite. A todo evento, y dada la gravedad del punto, los accionistas interesados podrán expedirse sobre el particular a fin de despejar cualquier posible error u omisión en el listado. Ahora bien, como también lo señalara V.S. en la citada resolución, “… ante la situación crítica financiera de Puerto Trinidad, los accionistas hicieron aportes a un fideicomiso con la finalidad de terminar el proyecto Puerto Trinidad”. También al respecto obra en los expedientes vinculados voluminosa documentación que refuerza esa conclusión. Tal era claramente la motivación e intención inicial de los aportantes, del Comité de Seguimiento, en fin, de la creación fideicomiso. En tal contexto, los aportes así efectuados por los accionistas de Puerto Trinidad S.A., bajo tal régimen, no aparecerían en principio cuestionables en relación a su condición de tales. Sin embargo, la posición asumida por el fideicomiso y expresada por las autoridades que lo representarían en tanto promovieron la ejecución hipotecaria, lo que resultaba incompatible con “… las razones que llevaron a las partes a celebrar el fideicomiso… ” (punto a) in fine de la resolución citada); y las explicaciones y argumentaciones formuladas para sostener tal conducta y las posteriores y consecuentes con ella; ciertamente altera la perspectiva del análisis de la situación de aquellas personas que, siendo accionistas de Puerto Trinidad, se encontraban en mora en relación a la integración de sus respectivos aportes y -no obstante- efectuaron aportes dinerarios para -en la tesitura asumida por aquellas- “adquirir créditos” de terceros acreedores de la sociedad y luego ejecutarlos contra ella, obteniendo como resultado final la por ellas pretendida salida del patrimonio de la fallida del principal activo de la sociedad. Es decir, más allá de la suerte que en definitiva corran las pretensiones verificatorias del fideicomiso (y en lo pertinente de Costa de Hudson SC, a la que referiremos más adelante), lo cierto es que –a mérito de tal asumida tesitura- existe responsabilidad de los accionistas morosos. En efecto, los accionistas morosos sindicados en el ANEXO I del presente informe, mantenían con la sociedad deuda por integración de prima, y -en lugar de cumplir con esa, la obligación mínima que compete al socio en su condición de tal- optaron por canalizar su esfuerzo económico a través de un vehículo jurídico distinto destinado -según lo argumentan y confiesan- no a proveer al “salvataje” de la sociedad que integraban, sino a la “adquisión” de un crédito en condiciones que habrían resultado aparentemente ventajosas. Los deudores de Puerto Trinidad S.A. por integración de acciones, que deliberadamente dejaron de pagar las acciones comprometidas para aportar el dinero al fideicomiso -y en tales condiciones- coadyuvaron para ejecutar la deuda de la fallida, podrían ser pasibles de acciones de responsabilidad por haber agravado la situación de insolvencia, respondiendo con todo su patrimonio. Refuerza tal conclusión y agrava tal responsabilidad: a) que los accionistas conocían cabalmente el estado crítico de las finanzas de la sociedad; b) controlaban la voluntad social de la sociedad ahora fallida a través del control de Gindi, accionista que detentaba la mayoría del capital social de Puerto Trinidad S.A. Un ejemplo que podemos citar es la Asamblea General Ordinadia N° 4 de Puerto Trinidad de fecha 31/5/01 donde al folio 70 se lee: “...Acto seguido la accionista Dra. Sandra Sagripanti expresa que el accionista mayoritario Gindi N.V., de conformidad con el compromiso que asumiera mediante la carta de fecha 20 de junio de 2000 dirigida a quienes luego constituyeran el Comité de Seguimiento del Fideicomiso de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad, ha comunicado que participará en esta Asamblea votando en cada caso conforme a las instrucciones que le impartirá la Asamblea de Fiduciantes que se está celebrando en forma simultánea con esta Asamblea societaria”. Las mismas consideraciones les podrían resultan aplicables a aquellos accionistas morosos, que en lugar de cumplir con sus obligaciones por integración de aportes, deliberadamente optaron por aportar sumas de dinero para capitalizar la sociedad civil Costa de Hudson con la intención de agravar la crisis de la fallida, causando con aquel incumplimiento, grave daño a la misma y agravando notablemente su crisis. Es ilustrativo tener en cuenta que la deuda por integración de prima de estos accionistas morosos en su conjunto supera largamente la suma aportada a Costa de Hudson, y que les bastó -junto con otros- para adquirir la hipoteca a Burco -acreedor hipotecario de Puerto Trinidad S.A. que le cediera a la sociedad civil a la que referimos-. Capítulo aparte merecerá oportunamente, el tratamiento de una responsabilidad agravada de quienes detentaron cargos y/o desplegaron especiales conductas claramente incompatibles con aquella que les era legalmente impuesta y exigible por su condición de accionistas de la sociedad ahora fallida. En tal contexto, no debe ignorarse la trascendencia que tienen los aportes para el desarrollo de la sociedad, en tanto permiten el desenvolvimiento empresario y en el caso específico de Puerto Trinidad S.A. hubiera permitido el saneamiento de la problemática que la aquejaba. Dichos aportes son exigibles para las sociedades por acciones (arts. 149, 172 y 193 de la ley 19.550). En la segunda parte del inciso debemos informar si existe responsabilidad patrimonial que se les pueda imputar a los socios por su actuación en tal carácter. Si bien es cierto que esta sindicatura ha iniciado un Incidente de Investigación -que se encuentra en pleno trámite- donde se ventilan entre otras cuestiones, la actuación de los socios y su eventual responsabilidad, no es menos cierto que su actuación resultaría “prima facie” inoponible a Puerto Trinidad S.A. en los términos del art. 54 2do párrafo de la ley 19.550 ya que responderían por ende, en forma solidaria e ilimitada por los perjuicios causados. Más aún, la doctrina del citado art. prevé que la indemnización adeudada por el socio en razón del daño ocurrido a la sociedad por su dolo o culpa no puede ser compensada con el lucro que la actuación del mismo haya proporcionado en otros negocios. Cabe resaltar también que para el supuesto de no haber existido ganancias, el socio igualmente deberá todos los daños y perjuicios resultantes a la sociedad por el uso indebido de sus fondos, ya que la ley prevé que la reparación a la sociedad debe ser integral. CONCLUSION: Atento a lo expuesto, cabe colegir que existe mora en la integración de los aportes de los socios para con la sociedad fallida, estando esta sindicatura preparando las acciones individuales para promover el cobro de dicha deuda (a la brevedad se va a iniciar un cobro judicial de dichas cuotas). A N E X O VII. ACTOS SUSCEPTIBLES DE SER REVOCADOS. ARTS. 118 Y 119 DE LA LEY CONCURSAL. (ART. 39 INC. 8 DE LA LEY 24.522). I. ENCUADRE LEGAL: El art. 39 de la ley 24.522, impone a esta Sindicatura la obligación de investigar y denunciar los actos realizados por el deudor durante el período de sospecha, que sean susceptibles de ser revocados por aplicación de los arts. 118 y 119 de la nueva Ley de Concursos y Quiebras. Si bien es cierto que en los concursos preventivos no cabe la posibilidad de declarar la ineficacia concursal dispuesta por los mencionados artículos, no menos cierto es que la información resulta vital para el interés de los acreedores, que deben decidir que actitud asumir con respecto a prestar o no sus conformidades a la propuesta que oportunamente y en los términos del art. 45 de la Ley 24.522 efectúe la deudora. La norma exige la enumeración de los actos que pueden ser revocados (se refiere a los actos declarados inoponibles conforme lo establecen los arts 118 y 119 de la LCQ). También la doctrina deja en claro que además de los actos de oponibilidad de pleno derecho (art. 118 LCQ) y susceptibles de acción revocatoria (art. 119 LCQ), deberá denunciarse si se han dado supuestos de responsabilidad de representantes o de terceros (art. 173 LCQ y 278 LSC) o de extensión de quiebra (art. 160 y 161 LCQ). También deberá denunciarse los actos sobre los cuales se pueden iniciar la acción pauliana del derecho civil (art. 955 y sgtes. CC) y la acción de inoponibilidad de la personalidad jurídica societaria ( art. 54 3er. Párrafo LSC). El síndico debe pues suministrar toda la información que cuente al respecto, especialmente teniendo en consideración que la fecha por él aconsejada como de inicio del período de sospecha, puede posteriormente no ser aceptada por el Juez (arts. 41 y 121 de la citada Ley). II. ANTECEDENTES DE PUERTO TRINIDAD S.A. En cuanto a la aplicación del art. 118 de la LCQ, no existen a criterio de esta sindicatura actos ineficaces de pleno derecho. En cuanto a los actos ineficaces por conocimiento del estado de cesación de pagos o cualquier otra acción derivada del art. 120 LCQ- es dable afirmar que se deja planteada subsidiariamente la acción revocatoria concursal para el hipotético caso de que no proceda el planteo de inexistencia planteado por esta sindicatura al tratar el crédito insinuado por ABN-AMRO BANK., solicitando por tanto a V.S. suspenda por resolución judicial el plazo establecido en el art. 124 de la LCQ para interponer dichas acciones. Sin perjuicio de lo solicitado precedentemente, la Sindicatura se reserva expresamente el derecho a expedirse respecto de algún otro acto que detecte en aplicación de la acción revocatoria concursal. En primer lugar hay que distinguir las acciones propias de responsabilidad dispuestas por la ley de quiebras esto es responsabilidad de representantes, administradores, mandatarios gestores de negocios o de terceros (art. 173 LCQ) y las acciones de responsabilidad de la ley de sociedades (art. 278 LSC). El art. 173 de la Ley 24.522 distingue dos tipos de conducta y ello en función de los agentes responsables de las mismas: los legitimados pasivos de la acción de responsabilidad. El primer párrafo de dicho artículo refiere a la responsabilidad de los representantes administradores, mandatarios o gestores de negocios como un modo de significar la existencia de un vínculo jurídico o situación de dominio del administrador sobre el patrimonio del deudor. El Dr. Julio César Rivera dice que la ley atribuye responsabilidad a quienes tienen vinculación funcional (administradores), contractual (madatarios) o legal (representantes) y por dicha ligazón jurídica han ejercido un poder de disposición o administración sobre los bienes del deudor. En efecto, el objetivo del instituto es la indemnización de los perjuicios causados y en el caso de terceros a la sociedad el reintegro de los bienes que tengan aún en su poder. Es dable precisar cuales son los daños resarcibles por vía de esta acción concursal. En este sentido, se deben entender por daños causados a la quiebra la sustracción de bienes del activo que constituirían la prenda común de los acreedores sin el correspondiente contravalor, pudiendo extenderse también a cualquier otra operación que importe un agravamiento de la responsabilidad patrimonial. El alcance de los supuestos de responsabilidad se extienden respecto a los administradores y mandatarios que hubieren facilitado, permitido o agravado la situación patrimonial del deudor o ser causante de su insolvencia. Respecto de terceros, la realización de actos tendientes a la disminucón del activo o exageración del pasivo. La ley falencial considera conductas antijurídicas el producir (ocasionar, causar, originar), facilitar (el hacer posible la consecuencia de un fin), permitir (no impedir lo que se pudo evitar) o agravar (hacer más extenso el resultado dañoso) la situación patrimonial del deudor. Si el daño atribuido es la insolvencia, el agente es responsable de haber causado la cesación de pagos y por ello la quiebra, por lo que deberá pagar a los acreedores UNA SUMA EQUIVALENTE A LA DIFERENCIA ENTRE MASA ACTIVA Y PASIVA DE LA QUIEBRA, DE MODO QUE AQUELLOS ENCUENTREN SATISFACCION INTEGRA DE SUS ACREENCIAS INCLUIDOS LOS GASTOS. En este orden de ideas serían en principio pasibles de tal acción: 1) Isidro María Beccar Varela como presidente de Puerto Trinidad S.A. 2) Los sucesivos representantes de Gindi Corporation N.V.. 3) Beccar Varela Desarrollos S.A. 4) Los sucesivos miembros que integraron el Comité de Seguimiento de Garantía Hipoteca Puerto Trinidad. Con referencia a la responsabilidad del primero de los nombrados, la jurisprudencia ha señalado que “… debe determinarse la responsabilidad de los directores de la sociedad fallida en caso de abandono de sus funciones y desaparición del activo de la sociedad, o cuando esta última cesó en su actividad comercial y liquidó de hecho su activo y pasivo. Los directores que abandonaron los negocios sociales, omitieron solicitar el concurso en tiempo oportuno luego de la cesación de pagos, no llevaron registros contables ni presentaron la documentación obligatoria ante los organismos de control, son merecedores de las responsabilidades previstas en el art. 166 ley 19.551 (hoy art. 173, ley 24.522 (Cámara Nacional Comercial, Sala B, 26/11/1998, “Estructura Escora S.A. s/ quiebra v. Y.R. y otro –Oridnario” ED, del 20/5/1999. También serían aplicables a las personas físicas y jurídicas mencionadas ut supra, las acciones sociales de responsabilidad que preven los artículos 54, 59, 255, 274 y 275 de la ley de sociedades, de acuerdo a la actuación que hayan tenido en tal carácter Respecto a este punto también debe agregarse que la responsabilidad jurídica responde al antiguo axioma del neminem laedere. De conformidad con lo expuesto, toda falta obliga a su reparación (1109, 1068, 1111 1113 y ccs del Código Civil)., y por lo tanto la obligación de reparar está unida a la idea de compensación del daño injustamente causado. Respecto a la acción de extensión de quiebra el art. 161 LCQ dice textualmente: “(Actuación en interés personal. Controlantes. Confusión patrimonial). La quiebra se extiende: 1) A toda persona que, bajo la apariencia de la actuación de la fallida, ha efectuado los actos en su interés personal y dispuestos de los bienes como si fueran propios, en fraude a sus acreedores. 2) A toda persona controlante de la sociedad fallida, cuando ha desviado indebidamente el interés social de la controlada, sometiéndola a una dirección unificada en interés de la controlante o del grupo económico del que forma parte. A los fines de esta sección, se entiende por persona controlante: a) Aquella que en forma directa o por intermedio de una sociedad a su vez controlada, posee participación, por cualquier título, que otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social. b) Cada una de las personas que, actuando conjuntamente, poseen participación en la proporción indicada en el párr. a precedente y sean responsables de la conducta descripta en el primer párrafo de este inciso. 3) A toda persona respecto de la cual existe confusión patrimonial inescindible que impida la clara delimitación de sus activos y pasivos o de la mayor parte de ellos Así se ha entendido que : “ la persona que actuó enmascarada en la fallida preexistente, no necesariamente tiene que ser un gerente, director, accionista: basta que sea el verdadesro dueño del negocio...” (Azerrad, Rafael, Extensión de la quiebra, pág 91, Bs.As., Astrea, 1979). Los administradores de la sociedad de hecho o derecho, son pasibles de dicha extensión (LL 1978-B-494). Por tanto, la extensión de la quiebra puede hacerse contra una persona física o jurídica, el sujeto a quien debe extenderse la quiebra puede ser o no ser socio de la sociedad quebrada, esto es,puede ser un tercero. La disposición de los bienes como si fuesen propios alude desde una simple distracción de fondos hasta la confusión patrimonial (no debe tratarse de actos aislados sino que importe una conducta del interés personal por encima del fallido. Se aplica la teoría de la apariencia (disgregard o descubrimiento de velo de la personería). El inciso 2 presupone un control abusivo, esto es, control de tipo interno (de hecho o derecho), pudiendo la persona ser física o jurídica, donde la mera existencia del control es insuficiente, pues la norma exige que este se haya ejercitado abusivamente, guardando relación de causalidad la conducta jurídica reprochable con la insolvencia de la sociedad controlada. De esta manera, esta sindicatura considera que podrían encontrarse inmersos en la previsión de la citada norma en primer lugar a: Gindi Corp N.V. por ser la controlante de la fallida. En segundo lugar y dado que se habría generado cierta promiscuidad en el manejo de los fondos, y que se podría presumir que de ciertos hechos y actos jurídicos habría derivado un perjuicio para los acreedores (en este punto me remito a lo expuesto a lo largo del Anexo I), cabrían en la previsión de esta normativa las siguientes personas físicas, quienes responderían con su patrimonio: Carlos Tonelli, Mariano Turk, Sandra Sagripanti, Guillermo Ponte, Aníbal Cagnonero, Arturo Alonso Peña, Jorge Guevara Zaefferer, Roberto Guillán, Roberto Iglesias, Francisco Pes, Oscar A. Szuchmacher, Máximo Battisti y Eduardo Johansen. Por último y sin perjuicio del ejercicio de otras acciones de responsabilidad que les pudieran corresponder a los referidos, el ABN AMROABNK resultaría pasible de la aplicación del art. 1.113 del Código Civil y demás acciones que le pudieren correspondieren por el dercho común. Santiago Manuel Quiben. Contador Público Nacional. T. 67-F. 204 CPCECF. A N E X O VIII.. OPINION FUNDADA RESPECTO DEL AGRUPAMIENTO. Y CLASIFICACION DE ACREEDORES EFECTUADA POR LA CONCURSADA. (ART. 39 INC. 9 DE LA LEY 24.522). I. ENCUADRE LEGAL: Atento la nueva reforma introducida al régimen concursal por la Ley 24.522, el acuerdo del deudor con sus acreedores, no se logra en un acto deliberativo único al estilo de la junta de acreedores establecida por las anteriores leyes concursales argentinas. La aprobación de la propuesta debe gestionarla el concursado -extrajudicialmente- ante cada uno de quienes tienen poder de decisión sobre la misma (acreedores verificados y declarados admisibles). Es importante señalar que la ley 19.551 concibió la igualdad de una manera estricta, lo que imponía que la propuesta de acuerdo preventivo fuera única para todos los acreedores. El sistema era permanente y necesariamente vulnerado, pues no todos los acreedores son iguales, ya que algunos han prestado dinero, otros han aportado su fuerza de trabajo, otros han vendido insumos o prestados servicios; asimismo los acreedores por impuestos pueden ser de diferente envergadura. De modo que las ofertas de acuerdo eran iguales sólo en apariencia, pues en la realidad el deudor tejía acuerdos diferenciados. La ley 24.522 permite -en el marco del concurso preventivoque el deudor distinga a sus acreedores en función del monto, la naturaleza de las prestaciones, el carácter de los acreedores y cualquier otra circunstancia razonable que permita diferenciarlos. OPINION DE LA SINDICATURA. Atento a que nos encontramos ante un proceso falencial donde no corresponde que el deudor categorice a sus acreedores, este inciso no es aplicable en autos. Santiago Manuel Quiben. Contador Público Nacional. T. 67-F. 204 CPCECF. A N E X O IX. INFORME SOBRE CONCENTRACIONES Y FUSIONES. (ART. 39 INC. 10 DE LA LEY 24.522, Modif. por Ley 25.589). I. ENCUADRE LEGAL: El inciso 10 de la ley 24.522, texto según ley 25.589, textualmente reza: “Deberá informar, si el deudor resulta pasible del trámite legal prevenido por el Capitulo III de la ley 25.156, por encontrarse comprendido en el art. 8 de dicha norma”. Por su parte, el art. 8 de la ley 25.156 de Defensa de la Competencia, insertado en el Capítulo II, referido a las concentraciones y fusiones, textualmente expresa -en la parte no vetada por decreto 1019/99-: “Los actos indicados en el art. 6 de esta ley, cuando la suma del volumen de negocio total del conjunto de empresas afectadas supere en el pais la suma de doscientos millones de pesos o cuando el volumen del negocio total a nivel mundial, del conjunto de las empresas afectadas supere los dos mil quinientos millones de pesos deberán ser notificadas para su exámen previamente o en el plazo de una semana a partir de la fecha de la conclusión del acuerdo, de la publicación de la oferta de compra o de canje, o de la adquisición de una participación de control, ante el Tribunal de Defensa de la Competencia, contándose el plazo a partir del momento en que se produzca el primero de los acontecimientos citados, bajo apercibimiento, en caso de incumplimiento, de lo previsto en el art. 46 inc. d). Los actos sólo producirán efectos entre las partes o en relación a terceros una vez cumplida las previsiones de los artículos 13 y 14 de la presente ley, según coresponda”. “A los efectos de la presente ley se entiende por volumen de negocios total los importes resultantes de la venta de productos y de la prestación de servicios realizados por las empresas efectadas durante el último ejercicio que corresponda a sus actividades ordinarias, previa deducción de los descuentos sobre ventas, así como del impuesto sobre el valor agregado y de otros impuestos directamente relacionados con el volumen de negocios.” “Para el cálculo del volumen de negocios de la empresa afectada se sumarán los volumenes de negocios de las empresas siguientes:” “a) La empresa en cuestión; “ “b) Las empresas en las que la empresa en cuestión disponga, directa o indirectamente;” “1. De más de la mitad del capital o del capital circulante.” “2. Del poder de ejercer más de la mitad de los derechos de voto.” “3. Del poder de designar más de la mitad de los miembros del consejo de vigilancia o de administración o de los órganos que representen legalmente a al empresa, o “ “4. Del derecho a dirigir las actividades de la empresa.” “c) Aquellas empresas que dispongan de los derechos o facultades enumerados en el inciso b) con respecto a una empresa afectada.” “d) Aquellas empresas en la que una empresa de las contempladas en el inciso c) disponga de los derechos o facultades enumerados en el inciso b).” “e) Las empresas en cuestión en las que varias empresas de las contempladas en los incisos a) a d) dispongan conjuntamente de los derechos o facultades enumerados en el inciso b).” La ley 25.156 (B.O. 20/9/99), De Defensa de la Competencia, prohibe y sanciona los actos o conductas que, relacionadas con la producción el intercambio de bienes o servicios, tengan por objeto limitar, restringir, falsear o distorcionar la competencia o el accceso al mercado o que constituyan abuso de una posición dominante en el mercado, de modo que pueda resultar perjuicio para el interés económico general (art. 1). Dicha norma enumera una serie de conductas que considera “prácticas restrictivas de la competencia”, lo que no constituye numerus clausus: a) Fijar, concentrar o manipular en forma directa o indirecta el precio de venta o compra de bienes o servicios; b) Establecer obligaciones de producir, procesar, distribuir, comprar o comercializar sólo una cantidad restringida o limitada de bienes o servicios; c) Repartir en forma horizanotal zonas, mercados, clientes y fuentes de aprovisionamiento; d) Concentar o coordinar posturas en las licitaciones o concursos; e) Concentrar la limitación o contro de desarrollo técnico o las inversiones destinadas a la producción; f) Impedir, dificultar u obstaculizar a terceras personas la entrada o permanencia en un mercado o excluirlas de éste; g) Fijar, imponer, practicar, directa o indirectamente, en acuerdo con competidores o individualmente, en cualquier forma de precios y condiciones de compra o de venta de bienes o de servicios; h) Regular mercados de bienes o servicios; i) Subordinar la venta de un bien o prestación de servicios mediante acuerdos limitativos; j) Sujetar la compra o venta a la condición de no usar, adquirir , vender o abastecer bienes o servicios; k) Imponer condiciones discriminatorias para la adquisición o enajenación de bienes o servicios, l) Negarse injustificadamente a satisfacer pedidos concretos, para la compra o venta de bienes o servicios; ll) Suspender la provisión de un servicio monopólico; m) Enajenar bienes o prestar servicios a precios inferiores a su costo, sin razones fundadas en los usos y costumbres comerciales con la finalidad de desplazar la competencia en el mercado o de producir daños en la imagen o en el patrimonio o en el valor de las marcas de sus proveedores de bienes o servicios. OPINION DE LA SINDICATURA. Sentado lo expuesto precedentemente, cabe destacar que el deudor no resulta pasible del trámite legal previsto en el art. 8 de la ley 25.156 de Defensa de la Competencia. Santiago Manuel Quiben. Contador Público Nacional. T. 67-F. 204 CPCECF. SINDICO PRESENTA INFORME GENERAL (ART. 39 LEY 24.522, Modif. Ley 25.589). SEÑOR JUEZ: Santiago Manuel Quiben, contador público nacional, (Tomo 67 Folio 204 CPCECF), IVA Responsable no inscripto , CUIT 20-04540899-0) con el patrocinio letrado de las Dras María Fernanda López Spañol (Tomo 60 Folio 249 CPACF) y Karina Gabriela Massone (Tomo 60 Folio 824 CPACF) con domicilio constituído en calle Esmeralda 783, Piso 3, Oficina “B”, Capital Federal, en autos caratulados “PUERTO TRINIDAD S/ QUIEBRA” Expte 91371, a V.S. respetuosamente digo: I. PRESENTA INFORME GENERAL Que conforme lo dispone el art. 39 de la ley 24.522, vengo a presentar el informe general correspondiente a estos autos, con una copia adicional para conformar el Legajo de copia del art. 279 de la referida Ley. II. PETITORIO. 1.- Se tenga por presentado el informe General en forma 2.- Se ponga de manifiesto en forma inmediata en mesa de entradas el presente informe. Proveer de conformidad SERA JUSTICIA.