EL MAESTRO DOCTOR JOSE TORRES TORIJA * JOSÉ Hace 25 años que dejamos las aulas de nuestra Escuela de Medicina y seguirnos sín , tiéndonos fuertemente unidos a ella y a nuestros Hospitales por el intenso propósito de per., Ieccíonamíento para servir mejor al semejante y, además, está presente en nuestra memoria el recuerdo a nuestros grandes maestros. El Dr. José Torres Torija es símbolo ellos y en el honraremos a todos. de La imagen que guardo del Maestro nacro principalmente en el Hospital Juárez y me lo evoca de estatura regular, de andar ligero y erguida cabeza con cabello prematuramente blanco que hacia contraste con la frescura de su rostro; su frente despejada, su mirar inquieto, sus ojos expresando frecuentemente fina ironía. Su tono de voz era agradable, todo su porte era de gran simpatía y de innato donaire, pero lo que más lo caracterizaba era el es., pecial movimiento de sus manos; si la mano del hombre es lo que permite en su libertad de ac, ción hacer grandes obras para el arte y para la ciencia, si se ha expresado que es prolongación del cerebro y reflejo del espíritu, las ma , nos del Maestro Torres Torija reflejaban la grandeza de su alma y en sus movimientos par., ticulares hacia presente un lenguaje de perso; nalidad inconfundible. Eran manos expresivas * DISClJRS') EN ANJVERSáRlO LTZAIJA EL T~A CERE~[oNIA m; l~á 28 !lE CON~[E)IORATIVA GENERACIÓN OCTUBRE DE ~H;IlICá 1959. UJ<.'L XXV 1929·34, JmA- ALVAREZ AMÉZQUlTA que daban énfasis a la frase, que acompaña; ban a la idea en la afirmación o en la negación y cuando frotaba una con la otra, parecía que nacía un pensamiento, que surgía un propósito. Cordialidad, simpatía y dinamismo emana, ban de su ser. En la cátedra mostraba que su pensamiento estaba vinculado a los ideales superiores y en; señaba cumpliendo una gran misión: la de Maestro. En verdad tenía el misticismo de la cátedra a la que sirvió como servir a Dios. Nos ense, con el dinamismo de su pensamiento. de su experiencia y de su exposición. Era persua, sivo en la idea, justo en la forma y afectuoso en -la palabra: Fue un Maestro por vocación; un gran autodidacta y un creador de técnica pedagógica, que enseñaba con el ejemplo de bondad, con la acción constructiva y con la palabra convincente. ñó El podría haber sido un gran cirujano de carrera, pero le atrajo tanto la docencia que por ello aminoró su vida quirúrgica y en sus discípulos vio la prolongación de su existencia médica. Aun enfermo iba a dar diariamente sus cla , ses, venciéndose a sí mismo en lo material por, que no conocia la fatiga y cuando el padecer lo obligó a guardar cama, dictaba artículos que eran publicados en las revistas médicas del país. 695 Fué un Maestro en la cátedra y en la vida. un creador de afectos, un hombre excepcional, representativo de la cátedra libre. de la enseñanza en el Hospital. en la Clínica y en el trabajo para los demás. Y ahora algo personal que digo con la más grande emoción. Al Maestro Torres Torija me unieron lazos de afecto de raigambre familiar. 696 El conceptuaba a mi padre, que también fue Médico, como su hermano mayor y como grata herencia de devoción por ese vínculo, lo vi siempre como el guía y el amigo que me daba orientaciones y consejos paternalmente. Así fue José Torres Toríja, tro y amigo. Médico, Maes-