El concepto de cultura en la filosofía

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XX Coloquio Nacional Sobre la Enseñanza de la Filosofía
“¿Qué tipos de democracia son posibles para América latina?”
Universidad Autónoma de Zacatecas, Campus Siglo XXI
21, 22 y 23 de agosto de 2008
“El concepto de cultura en la filosofía”
Título
MC. MA. ANTONIETA JULIÁN PÉREZ
Autor
Universidad Autónoma de Guerrero
Institución de procedencia
XX Coloquio Nacional Sobre la Enseñanza de la Filosofía
“¿Qué tipos de democracia son posibles para América latina?”
Resumen:
En este trabajo se analiza el concepto de cultura en la filosofía, principalmente en
Kant, Hegel, Marx y Gramsci, en el entendido de que existen otros filósofos que
hacen lo propio. También existen otras concepciones en las Ciencias Sociales y
Humanas como en la Sociología, en la Antropología y en la Etnología. Sin
embargo el concepto de cultura en estos pensadores, nos sirve para poder
entender más la cultura en nuestros días.
Palabras clave: Concepto, cultura, filosofía, razón, libertad, progreso, relaciones
de producción, sociedad civil, estructura y superestructura.
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“El concepto de cultura en la filosofía”
EL CONCEPTO DE CULTURA EN LA FILOSOFÍA
Ma. Antonieta Julián Pérez.1
Ramón Espinosa Contreras.
INTRODUCCIÓN
La cultura es la producción espiritual del mundo simbólico que se objetiviza en: los
mitos, ritos, creencias, religiones, valores, lenguaje, arte, historia y ciencia. En esta
orientación, este trabajo inicia con una explicación breve de cómo la filosofía
concibe el concepto de cultura tomando como punto de partida al ser humano en
el mundo, productor de bienes materiales y espirituales, es decir, la
cultura. A
partir de ello se divide en cuatro partes. La primera aborda el concepto de cultura
en Kant basado en la libertad y en la razón. En la segunda se analiza el concepto
de cultura en Hegel tomando como punto de partida la razón, la libertad y el
trabajo. De igual manera, concibe la cultura de un pueblo como su historia, su
pensamiento, su derecho y su moral, cultura que está en constante movimiento y
transformación. La tercera está dedicada, al concepto de cultura en Marx., basado
en el trabajo y en las relaciones sociales de producción que conforman la
estructura económica-social y la superestructura jurídica, política, religiosa, ética,
artística, educativa, científica y el Estado. Y por último se aborda el concepto de
cultura en Gramsci, siguiendo el pensamiento filosófico de Hegel y Marx.
1
Es Lic. En Humanidades con Especialidad en Filosofía y Maestra en Ciencias Sociales y en
Ciencias de Educación Superior por la UAG. Doctorante en Filosofía, por el Centro de
Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM). ProfesoraInvestigadora de tiempo completo de la licenciatura en Filosofía de la UAFyL.
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XX Coloquio Nacional Sobre la Enseñanza de la Filosofía
“¿Qué tipos de democracia son posibles para América latina?”
I
Partimos de la premisa de que el hombre es un animal humano y racional, desde
el momento en que toma conciencia de sí y de su existencia en el mundo
ecológico y social, desde el momento en que por primera vez dice “Yo”, este “Yo”
con todos sus atributos. Es entender al ser humano en su origen y es comprender
al Yo y al Nosotros en este mundo. La relación del Nosotros con la naturaleza para
transformarla por conducto del trabajo para la producción de bienes materiales
para vivir, la reproducción de la vida real de la especie humana y la producción
espiritual.
Estos movimientos dialécticos
son la base de las formaciones
económico-sociales de los pueblos, de sus culturas y civilizaciones.
Las
relaciones sociales, la conciencia y el lenguaje de los seres humanos y de los
pueblos, son aspectos centrales de la cultura.
La noción de cultura en los filósofos suelen darles tres significaciones
principales:1) la formación del hombre para su perfeccionamiento, 2) la realización
del hombre de sí y para sí o sea su conciencia e historia, y 3) el proyecto del
hombre para su formación espiritual.
En la acepción filosófica, tomaremos algunos filósofos por considerarlos
importantes, para este trabajo.
II
Por ejemplo Kant, al definir a la Ilustración como la época en que el hombre
alcanzó la madurez de edad que le permitió pensar por sí solo sin la tutela de otro
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“El concepto de cultura en la filosofía”
con el uso de su propia razón en libertad de hacer uso público de ella teórica y
práctica de acuerdo a la ley moral y a la ley de la libertad, como lo afirma Kant:
“Lograr que un ser racional sea apto para sus fines (por consiguiente, en su
libertad) se llama cultura” (Kant, 1961: 276-277). Todo fin alcanzado por el hombre
como la libertad es fundamental para el desarrollo de las aptitudes y de las
inteligencias múltiples, la justicia, la igualdad, etc., es cultura en sentido amplio
para la humanidad pero bajo los principios del comportamiento moral y de las
normas que establece la propia libertad. Por eso la cultura para Kant es una
proyección de fines y el más importante es la libertad. La libertad como cultura es
la esencia de la naturaleza humana y solamente, ella puede ser el último fin
logrado por el género humano.
Para alcanzar los fines deseados, es necesario, que una sociedad sea capaz de
manejar un conjunto de capacidades, conocimientos, habilidades y aptitudes como
ingredientes de su formación cultural. La libertad como esencia de la cultura es
fundamental para el desarrollo de las bellas artes y las ciencias, Al hacer este
planteamiento Kant se basa en el uso público de la razón en libertad.
En suma la libertad de la razón, permite el desarrollo de la razón teórica y práctica,
es decir, del pensamiento y de las acciones de éste en la práctica, sin ellas no
puede haber cultura en términos kantianos. Esto es, para que pueda haber
avances en la ciencia y en la cultura.
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“¿Qué tipos de democracia son posibles para América latina?”
Tanto Kant como Hegel son influenciados por la Ilustración. Por eso es que
coinciden en parte en la concepción de la cultura basada en la razón, en la
libertad, en el progreso y en el trabajo.
III
Para Hegel, la cultura consiste siempre en las nociones y fines generales, en la
extensión de los poderes espirituales que gobiernan la conciencia y la vida. ¿A
qué nociones y fines se refiere Hegel?, en primer lugar a los conceptos que
elabora el hombre para elevarlos a universales, con la finalidad de constituir el
conocimiento y el lenguaje como una de las figuras centrales de la cultura y los
fines del desarrollo histórico de la conciencia racional de la vida real del ser
humano en el mundo que conduce a la libertad absoluta de pensar y gobernar el
mundo, es decir, la historia y la libertad, son constitutivos de la cultura en Hegel.
Para lograr tal fin, el individuo debe tener como fundamento el trabajo, porque los
fines para alcanzar la libertad y la gobernación del mundo, no es el resultado del
quietismo en sí y para sí mismo.
“En primer lugar –afirma Hegel--, advierto que se ha aludido en la determinación
del desarrollo cultural (evolución) que no sólo es esencialmente un surgir pasivo,
tal como nos lo representamos en el salir, por ejemplo, del sol y la luna, etc.; un
simple moverse en el medio sin resistencia del espacio y el tiempo, sino que es
trabajo, actividad frente a algo existente, transformación del mismo. El espíritu
vuelve a sí y se convierte en objeto, y la dirección de su pensar le de directamente
seguridad a la forma y a la determinación del pensamiento...” (Hegel, 1983: 223224). Aquí Hegel es claro, para él, el proceso cultural de cualquier pueblo, se tiene
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“El concepto de cultura en la filosofía”
que construir con el trabajo sobre el objeto existente que es la naturaleza para
transformarla y convertirla no sólo en objeto de satisfacción de necesidades, sino
también como objeto de conocimiento y de cultura en constante movimiento, de
ahí que para él, la cultura no es una dimensión estática sino dinámica por la
actividad que el hombre ejerce sobre ella. La actividad permite el avance de la
sociedad y su historia, superando sus etapas anteriores para que las siguientes se
vayan perfeccionando, esa es la función del espíritu del ser humano, a cada etapa
social superior le corresponde una cultura superior. “A cada época le precede otra
y es una elaboración de la misma y, precisamente es una cultura más elevada”
(idem.: 224).
En la misma lógica, Hegel escribe en: Lecciones sobre filosofía de la historia
universal, lo siguiente: “El punto supremo de la cultura de un pueblo consiste en
comprender el pensamiento de su vida y de su estado, la ciencia de sus leyes, de
su derecho y de su moralidad; pues esta unidad es la más intima unidad a que el
espíritu puede llegar consigo mismo” (Hegel, 1974: 146). Una sociedad es más
avanzada con respecto a otra, porque su cultura lo es y tiene más capacidad de
comprender sus componentes que la conforman. Esta cultura es el resultado del
trabajo y de la libertad del espíritu humano que fue capaz de separarse de su
exclusividad animal para arribar como ser racional en sociedad. “Por tanto escribe Hegel-, aquello mediante lo cual el individuo tiene aquí validez y realidad
es la cultura” (Hegel, 1973: 290,), por lo tanto para él; la cultura es, como
extrañamiento del ser natural. Gracias a la cultura, la sustancia solamente
pensada, lo abstracto se convierte en realidad efectiva y objetiva. Estos fines son
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“¿Qué tipos de democracia son posibles para América latina?”
el producto del trabajo que el hombre realiza para transformar las cosas y la
cultura. Por ello es, que la cultura es esencia del hombre y cobra realidad en la
vida real, es decir, en la vida social. Porque es aquí en la vida terrenal en donde
tiene su representación y su reproducción espiritual su conciencia,
historia y
cultura.
IV
Marx coincide en parte con Hegel en lo que concierne al trabajo como base de la
cultura. Para él, el trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura, pero no el
trabajo individual, sino en sociedad. El trabajo es la base de la producción de
bienes materiales para poder subsistir pero también es productor de bienes
espirituales en sociedad. Porque es ahí en donde se realiza la producción cultural,
resultado del proceso de producción y de sus relaciones sociales, o mejor dicho,
las relaciones sociales que se realizan a través de la conciencia social y el
lenguaje, que son fundamento de la cultura.
En suma, para Marx el conjunto de las “relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social”. Y “el modo de producción de la vida real condiciona el proceso
de la vida social, política y espiritual en general” (Marx, 1971ª: 343), es decir, la
cultura. La producción espiritual en general de la sociedad no es más que la
cultura: familia, lenguaje, religión, moral, educación, ciencia, tecnología, arte,
derecho, política y el Estado. Esta estructura, es la que le da organicidad a la
sociedad, siendo en sí misma un problema de orden cultural. Todas estas
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expresiones y actividades que se realizan en las distintas esferas de la vida social
son el resultado de las relaciones sociales de producción y del modo de cómo se
produce y se distribuye la riqueza social. En este sentido para Marx, la cultura
como formación integral de ser humano, es clasista. Al respecto escribe, en el
Manifiesto del partido comunista, “la cultura, cuya pérdida deplora, no es para la
inmensa mayoría de los hombres más que el adiestramiento que los transforma en
máquinas” (Marx, 1971b: 34), a sabiendas que para él, la cultura no es local,
nacional sino universal, pero no le quita el carácter de clasista. ¿A que tipo de
cultura se refiere Marx? A las que conforman las bellas artes: la pintura, la
arquitectura, la escultura, la ingeniería, la música, la poesía, la literatura y hoy por
ejemplo, el teatro y el cine.
La tradición marxista ha retomado la concepción marxiana de cultura algunos
siguiendo la ortodoxia y otros criticándola, entre los más sobresalientes es Antonio
Gramsci.
V
Siguiendo la concepción marxiana de la cultura y de la praxis, Gramsci nos dice
sobre, la cultura, que la filosofía de la praxis ha sido un momento central en la
transformación de cultura moderna. Esta noción gramsciana, consiste en
transformar la cultura universal a la que hace referencia Marx como alta cultura de
los doctos, que se viene desarrollando en el devenir histórico y acumulada en
nuestros días como la única cultura universal que ha dado cuenta de la historia.
Ignorando la cultura de los pueblos como una expresión del mundo y de la vida, la
cultura popular.
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Gramsci sostiene la necesidad de tomar en cuenta los distintos desarrollos
culturales, la organización de la cultura y el personal que se encarga de la
organización concreta de ella. Tomando en cuenta lo anterior, se debe de elaborar
una nueva idea de la filosofía de la praxis de acuerdo a esos aspectos y a las
realidades culturales de los pueblos, debe ser tal como lo dice: Gramsci:
“independiente, original, aun siendo un momento del desarrollo histórico mundial,
es la afirmación de la independencia y originalidad de una nueva cultura en
incubación que se desarrollará con el desarrollo de las relaciones sociales. Lo que
en cada caso existe es una combinación variable de lo viejo y lo nuevo, un
equilibrio momentáneo de las relaciones culturales, correspondiente al equilibrio
de las relaciones sociales” (Sacristán, 1974: 465).
Los cambios que se puedan gestar en la historia, en las relaciones sociales, en la
ciencia y en la tecnología que influyen en la conformación de la cultura. Para
desarrollarla, conservarla y consolidarla, es necesario no perder de vista las
necesidades concretas de los pueblos, ya que están constituidos por una
multiplicidad y una diversidad de culturas que los hacen ser y existir. En ese
sentido Gramsci nos propone las siguientes premisas: 1) basarnos en las
condiciones concretas de los pueblos que son formaciones sociales, ya que cada
uno de ellos tienen sus propias culturas que los determinan y los distinguen uno
del otro: lenguajes, mitos, ritos, costumbres, hábitos, valores éticos y religiosos, y
folklore como formas de expresión artística; 2) conservar y consolidar su
originalidad y su identidad; 3) la originalidad de las culturas debe basarse en la
autonomía y en la independencia de sus formaciones sociales; y 4) tomar en
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cuenta la evolución de las relaciones sociales y de los cambios que puedan sufrir
en el transcurso de la historia.
La cultura escribe Gramsci, “es organización, disciplina del yo interior,
apoderamiento de la personalidad propia, conquista de una consciencia superior
por la cual se llega a comprender el valor histórico, que uno tiene, de su función en
la vida, sus derechos y deberes”. ¿Por qué? se preguntaría y se contestaría,
porque el hombre es un ser espiritual. Porque él, es el creador de su historia, de
su cultura e identidad, por lo tanto, debe comprender su valor su significado, ya
que es su esencia humana. Este aspecto de la cultura para Gramsci no se
desarrolla por generación espontánea, sino que es toda una experiencia histórica
resultado de sus relaciones sociales y es a partir de ellas que desarrolla su
espiritualidad, porque no es un ente aislado, sino social, histórico y cultural.
Cultura que se va puliendo a través de la educación y la preparación de los
individuos en sociedad, que se realiza por medio de instituciones sociales: la
familia, la religión y la escuela. Y por los intelectuales orgánicos de cada una de
las clases que conforman la sociedad que toman partido en la guerra de
posiciones en la lucha por la hegemonía (dirección) de la sociedad civil, formando
sus respectivos frentes unos para conservar el poder y el control de la cultura,
otros, para establecer una nueva civilización y una nueva cultura.
La familia es la primera institución que se encarga de la formación cultural de los
niños desde el lenguaje, las costumbres, los hábitos, los valores y la conducta. Las
instituciones educativas, continúan los principios y los valores que se originan en
la familia, los consolidan, los amplían y los enriquecen a través de la adquisición
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de nuevos conocimientos en la ciencias y en las artes. En este sentido, la familia
es la primera institución social que se encarga de la formación de la educación y
de los valores de la niñez, y la escuela de la organización de la cultura dándole
una orientación humanista. La religión es otra de las instituciones de la formación
de la cultura con un gran poder en la sociedad, se encarga de conjugar los valores
y los principios de la sociedad establecida en el mundo ideal bajo el mito de lo
sagrado. Por eso es que Gramsci le daba una gran importancia capital a la familia,
a la escuela y a la religión como las tres instituciones pilares que se encargan del
desarrollo de la cultura. Para él era necesario darles una nueva orientación, por
conducto de la filosofía de la praxis para constituir una nueva cultura de acuerdo a
los intereses de las clases oprimidas que fuesen la base de su liberación.
Gramsci plantea tres problemas centrales de la cultura moderna que ha sido
incapaz de articular a la cultura popular: 1) el enciclopedismo de la cultura, 2) la
cultura de la ciencia y la técnica, y 3) el olvido de la cultura popular en la escuela y
en la cultura moderna.
Refiriéndonos al primer punto, la reflexión de Gramsci está encaminada a señalar
la importancia de comprender que la cultura no solamente es el cúmulo de
conocimientos que son adquiridos y asimilados , en ese sentido afirma que: “Hay
que perder la costumbre y dejar de concebir la cultura como saber enciclopédico
en el cual el hombre no se contempla más que bajo la forma de un recipiente que
hay que rellenar y apuntalar con datos empíricos, con hechos en bruto e
inconexos que él tendrá luego que encasillarse en el cerebro como en las
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“El concepto de cultura en la filosofía”
columnas de un diccionario para poder contestar, en
cada ocasión, a los
estímulos varios del mundo exterior” (idem.: 15). La cultura no solamente es la
acumulación de conocimientos, sino que es toda su formación espiritual, porque el
ser humano no solamente es materia sino también espíritu. En otros términos, el
conocimiento solamente es un componente de la cultura, como lo es la literatura,
la poesía, la música, el arte, etc.
Sobre el segundo caso, el desarrollo de la ciencia y la técnica como cultura de la
sociedad moderna ha conllevado a la deshumanización de la cultura. Sobre este
punto, el pensador italiano se refiere a la cultura inglesa para mencionar tal
cuestión, retoma parte de un artículo periodístico de Guido Ferrando que señala lo
siguiente. “...En Inglaterra se va acentuando progresivamente cierta orientación
hacia una forma de cultura técnica y científica en mengua de la cultura humanista”
(Gramsci, 1975: 81), es claro que esto no es exclusivamente privativo de Inglaterra
sino es de todo occidente, en donde la técnica y la ciencia han conducido al
hombre a la deshumanización de él mismo y a la pérdida de los valores. La cultura
de la técnica y la ciencia, Nietzsche ya la había cuestionado y más adelante
Heidegger, diciendo que la técnica y la ciencia habían conducido a la “pérdida del
ser”.
El tercer punto que se desprende de la cultura de la acumulación de
conocimientos en donde uno de ellos es el de la ciencia y la técnica, que son
impartidos en la escuela, han dejado de lado la cultura popular. La escuela como
institución de la organización de la cultura, afirma Gramsci: “genera una cultura
humanista, formativa que equilibre justamente el desarrollo de la capacidad de
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trabajo manual (técnicamente, industrialmente) y el desarrollo de la capacidad del
trabajo intelectual” (idem., 108).
En suma diría Gramsci, la cultura moderna ha sido ineficiente en elaborar
programas para las escuelas en donde se contemple la cultura popular como parte
de la esencia de los pueblos. “Por otra parte, la cultura moderna, especialmente la
idealista, no consigue elaborar una cultura popular, no consigue dar un contenido
moral y científico a sus programas escolares, los cuales quedan en esquemas
abstractos y teóricos; sigue siendo la cultura de una reducida aristocracia
intelectual, que a veces penetra en la juventud, pero sólo en cuanto se hace
política inmediata y ocasional” (Sacristán, 1974: 461). De suyo se desprende, que
la cultura moderna en la perspectiva gramsciana, sólo se reduce a un grupo de
personas de la sociedad civil, las cuales gozan de los privilegios de este tipo de
cultura.
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“El concepto de cultura en la filosofía”
CONCLUSIONES
A sabiendas de las distintas concepciones sobre la cultura de los diferentes
filósofos en particular Kant, Hegel y Marx, fueron influenciados por la Ilustración
que se fundamentó en la razón, en la libertad y en el progreso. Valores que
retomaron para sus concepciones, tomando como punto de referencia al ser
humano en sociedad como creador de cultura, que no es más que la producción
espiritual del ser humano. Marx retoma la dialéctica de Hegel (la somete a critica)
y el concepto de sociedad civil que lo ubica a nivel de la estructura económica de
la sociedad para explicar la cultura a nivel de la superestructura.
Antonio Gramsci sigue los pasos de Hegel y Marx. De Hegel retoma el concepto
de sociedad civil para ubicarlo a nivel de la superestructura para definir el
concepto de cultura. De Marx la concepción de la dialéctica y la concepción
materialista de la historia y la filosofía de la praxis, en su reflexionar filosófico para
explicar su noción de cultura.
Pensamos que es necesario recurrir a los clásicos con la finalidad de tener una
visión más amplia sobre el problema de la cultura, hoy que están en crisis los
valores culturales.
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BIBLIOGRAFÍA
Gramsci, Antonio (1975). Los intelectuales y la organización de la cultura. Juan
Pablos Editor, México.
Hegel, G. W. F. (1973). Fenomenología del espíritu. Editorial Fondo de Cultura
Económica, México.
Hegel, G, W. F. (1974). Lecciones sobre la filosofía de la historia universal,
Revista de Occidente, Madrid.
Hegel, G. W. F. (1983). Introducción a la historia de la filosofía, Editorial Sarpe,
Madrid.
Kant, Inmanuel (1961). Crítica del juicio. Editorial Losada, Buenos Aires.
Marx, Carlos (1971a). Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía
Política, en Marx y Engels. Obras escogidas, tomo I. Editorial Progreso, Moscú.
Marx, Carlos y Federico Engels (1971b). Manifiesto del Partido Comunista, en
Marx y Engels. Obras escogidas, tomo I. Editorial Progreso, Moscú.
Sacristán, Manuel (1974). Antonio Gramsci. Antología.
Madrid.
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