Navegando en un mar… de dudas

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ESPECIAL: ENERGÍA MAREOMOTRIZ
Navegando en un mar… de dudas
Quizás el mero hecho de pensar en la mar, nos hace imaginarla de un modo idílico
y nos lleva a inclinarnos a pensar que "todo es posible". Sin embargo, nuestro pequeño planeta azul dispone de una despensa energética de primera magnitud que
parece difícil de aprovechar.
FELIPE REBOLLO
esde los bucólicos molinos
de mareas de las costas
bretonas del siglo XII hasta la producción actual de
energía eléctrica no hemos avanzado demasiado y, hoy por hoy,
hay un gran trecho por recorrer.
D
Dejémonos mecer por la Mar
La energía mareomotriz consiste "sencillamente" en aprovechar las mareas para producir energía. La clave es la diferencia de
altura media de los mares motivada por la
posición relativa de la Tierra y la Luna.Y el
mecanismo desencadenante es así de sencillo: la atracción gravitatoria. Se producen
de este modo lo que conocemos como
mareas y que dan lugar a diferencias de
alturas del nivel de la Mar en las costas. Su
aprovechamiento sería posible interponiendo partes móviles al movimiento natural, las mareas, de ascenso o descenso
(flujo y reflujo) de las aguas.
La energía estimada que se disipa por las
mareas es del orden de 22.000 teravatios
hora (TWh). De esta energía se considera
recuperable una cantidad minúscula, que no
llega al 1% y que se situaría en los 200
TWh, a pesar de todo, una cifra interesante.
A diferencia de otros aprovechamientos
de la energía renovable, la marina en particular tiene puntos positivos diferenciales:
está disponible en cualquier clima y época
del año; actúa conforme a unas pautas predecibles y que es posible conocer de antemano. Las simples tablas de mareas que en
cualquier puerto nos encontramos y con las
que nuestros hijos planean sus salidas veraniegas nos dan el plan de carga disponible.
Un potencial por "Mar"-terializar
Pero no todo es de color de rosa, perdón,
de color azul en este acuoso medio. Para
poder generar energía de un modo razonable, debe producirse una diferencia de
altura suficiente que con el estado de la
técnica actual supera los 10 metros. Es por
ello que tanto en el océano Pacífico como
el mar Mediterráneo, en los cuales las diferencias de alturas bajamar/pleamar están
en el rango 20-40 centímetros, no hay
posibilidad de aprovechar este "azul" recurso. Buenos emplazamientos hay, conforme a los expertos, solamente en un cente-
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Septiembre 2006
Las grandes compañías ya se están involucrando en el aprovechamiento del mar.
nar de lugares en todo el mundo. Si incorporamos condicionantes técnicos, la lista
se reduce a menos de la mitad, entorno a
40 y, si además añadimos los condicionantes ambientales, quizás nos quedemos con
poco más de una decena. Este proceso de
selección es necesario, tanto para garantizar la disponibilidad de carga hidráulica
suficiente como para que las instalaciones
sean técnica y ambientalmente factibles.
Es de esperar que los aspectos ambientales sean en este tipo de instalaciones los
que impliquen los mayores condicionantes.
No debemos de olvidar que la zona de
mareas es por excelencia el área frontera
entre diferentes hábitats y donde mayor
proliferación de vida se produce y más
variedad de modos de vida están presentes. Cualquier cambio del régimen de mareas (duración de periodos secos y húmedos, altura, frecuencia, etc.), afectará al
medio marino.Visto así, parece que no hay
mucho que rascar.
De aquellos Mares del Sur
Y el resto del potencial energético de la
Mar tampoco nos va a consolar: gradiente
térmico, corrientes marinas, y las ondas y
las olas.
De ellas, la que tiene más visos de poder
materializar su potencial es la relativa al
aprovechamiento de la energía que los
vientos imprimen a las capas superficiales
de la mar y que se materializa en movimientos ondulatorios que dan lugar a las
ondas y las olas. Las primeras se pueden
observar en la mar incluso sin viento. Realmente, por las inmensas masas de agua que
hay en juego, y que avanzan y se propagan
por la superficie, son temibles. La energía
en juego es proporcional a la masa que
oscila y a la amplitud de oscilación.
Las olas se forman por la acción del
viento y descargan toda su potencia sobre
lo que encuentran en su camino. Este sí
que es un verdadero Mar de energía. No
tenemos más que acercarnos en estos días
de estío a cualquier puerto o escollera para, además de disfrutar con las vistas de la
grandiosidad de la Mar, reflexionar sobre
su inmenso poder. En cuanto a los aspectos ambientales, tienen a su favor que tanto en su aprovechamiento en forma de dispositivo aislado en la Mar (boya), como en
instalación en contramuelle, las afecciones
ambientales son mucho más reducidas que
en el caso precedente.
En resumen, y si bien hasta ahora el
hombre no ha sido capaz de aprovechar
toda esta energía disponible, tanto las
pruebas de nuevos desarrollos en curso,
como el interés de las grandes compañías
(Total, Iberdrola, etc.) nos hacen sospechar
que no está lejos el día en que finalmente
seamos capaces de domesticar la Mar. Pero, ¿es eso lo que queremos, o preferimos
seguir soñando con el Capitán Nemo? ■
Felipe Rebollo Gómez es vicepresidente de
APROMA
www.aproma.org
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