Ciencia/Salud Publicado en la ed. impresa: Ciencia/Salud Martes 29 de mayo de 2007 Noticias | Archivo | Martes 29 de mayo de 2007 | Ciencia/Salud | Nota Transcribimos este artículo del diario La Nación por implicar protagónicamente a un exalumno de nuestro colegio, el Dr. Alejandro BERTOLOTTI. Al mismo tiempo que lo felicitamos le queremos manifestar que nos sentimos orgullosos de sus logros y que lo animamos a ir cada vez por más en su destacado servicio. Dios se lo premiará. En la Fundación Favaloro Trasplante de pulmón: éxito de un nuevo método Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION Fanny Barrera, una docente de Cipolletti de 47 años, pasó los últimos cinco años de su vida conectada a un tubo de oxígeno y los últimos 12 meses recluida en una cama, “atada” permanentemente a un respirador. Le faltaba el aire hasta cuando, dormida, se daba vuelta en la cama. Pero hace un par de semanas, todo cambió drásticamente: gracias a una técnica quirúrgica que por primera vez se emplea con éxito en el país, pudo recibir un trasplante de pulmón. “Siempre fue muy delgada y todavía pesa 42 kilos, pero ahora come bien y está de muy buen ánimo. Ya no necesita oxígeno”, cuenta, en su nombre, porque todavía no puede hablar mucho, su amiga Viviana. “Hasta el momento, en la fundación estábamos haciendo trasplantes unipulmonares, bipulmonares y cardiopulmonares –explica el doctor Alejandro Bertolotti, subjefe de trasplante torácico de la Fundación Favaloro y quien tuvo a su cargo la cirugía. Pero en este caso se trasplantó sólo una parte del pulmón, un lóbulo, porque había una diferencia de tamaño muy importante entre el donante y la receptora, y la paciente no podía esperar a un donante del tamaño adecuado." Hay básicamente cuatro enfermedades que pueden llevar al trasplante. La fibrosis pulmonar, una patología de causas mayormente desconocidas que genera cicatrices por las que los pulmones se ponen muy rígidos y se van atrofiando; el enfisema, típico de los fumadores, aunque a veces obedece a causas congénitas (como el déficit de alfa-1-antitripsina), que produce destrucción de los pulmones; la fibrosis quística, mal congénito caracterizado por una disfunción de las glándulas exócrinas del organismo, que incluyen a las sudoríparas, las bronquiales, las hepáticas, las salivales, las pancreáticas y las intestinales, y que en el caso de los pulmones promueven una acumulación de gérmenes que puede desembocar en una insuficiencia respiratoria grave; y finalmente las enfermedades cardiopulmonares, como la hipertensión pulmonar o las enfermedades cardíacas congénitas, que terminan dañando a los pulmones y el corazón. Fanny padecía una fibrosis idiopática (de causa desconocida) y su estado era desesperante. De modo que el equipo de cirugía torácica de la Fundación Favaloro decidió poner en práctica una técnica que sólo se había intentado una vez con anterioridad en el país, pero sin resultados exitosos. Consiste en reemplazar con sólo una parte del órgano del donante todo el pulmón del receptor. "El pulmón -explica Bertolotti- tiene dos secciones adheridas que funcionan en conjunto. Nosotros las llamamos lóbulos. Cada uno tiene una arteria, un bronquio y una vena. Lo que hicimos fue separarlos y preparar el lóbulo inferior izquierdo del donante de manera tal que el bronquio, la arteria y la vena se insertaran en el lugar donde antes había un pulmón completo. Es decir, se reemplazó el pulmón completo por un lóbulo que tenía exactamente el mismo tamaño." Manos a la obra Según el especialista, para hacerse una idea de la operación puede imaginarse que desprender un lóbulo del otro "es como separar un gajo de mandarina", dado que son dos estructuras anatómicas diferenciadas. "Como la forma [del lóbulo individual] es muy similar [a la del pulmón entero], en algunos centros del mundo hacen este tipo de trasplante con donante vivo detalla Bertolotti-. Generalmente se trasplanta a un niño un pedazo del pulmón del padre, la madre o un hermano. Después, la hormona de crecimiento hace que ese órgano siga creciendo con el chico." En el caso de Fanny, la cirugía duró tres horas y se realizó a través de una pequeña incisión entre las costillas. "Podemos hacer una miniincisión, porque el pulmón al desinflarse es como una esponja y puede extraerse e introducirse por un espacio pequeño -dice Bertolotti-. Se usan lupas que aumentan tres veces y media lo que vemos, y un haz de luz para iluminar el área quirúrgica. A veces, podemos agregar luces adicionales a través de pequeñas incisiones. La idea de todo esto es darle más confort al paciente." Aunque hubo intervenciones experimentales con anterioridad, no es incorrecto decir que la "era" de los trasplantes comenzó en los años sesenta, aun sin que se dominaran acabadamente las técnicas de inmunosupresión. El primer trasplante cardiopulmonar del país lo hizo en 1990 el doctor Roberto Favaloro. "En bloque, aunque parezca mentira, es más sencillo", comenta Bertolotti. En 1992, el doctor Bartolomé Vasallo, del Hospital Italiano, realizó el primer trasplante unipulmonar. Y en 1994, Roberto Favaloro, el primero bipulmonar. Actualmente se hacen entre veinte y treinta trasplantes pulmonares por año, una cifra que pueden considerarse insuficiente si se tiene en cuenta que hasta ayer había 64 personas en lista de espera. "Uno se queda maravillado cuando piensa que en España hay alrededor de 35 donantes por millón de habitantes, mientras nosotros tenemos once, y Estados Unidos, 27 o 28 -destaca Bertolotti-. Sin embargo, un dato que no se conoce mucho es que todos tenemos muchas más posibilidades de terminar siendo receptores que donantes de órganos.