Ángel Delli Santi gananciales, plantea dos enfoques totalmente

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XXni JORNADA NOTARIAL URUGUAYA
1.3.4.
705
RENUNCIA Y CESIÓN DE GANANCIALES
por el Esc.
dos
Ángel
(*).
Delli Santi
El estudio sobre la renuncia y la cesión de los gananciales, plantea
enfoques totalmente independientes, que sólo tienen de común el con
cepto de gananciales. En efecto, mientras que el problema de la renuncia
centra en la posibilidad de la vigencia de las normas del Código Civil,
se
el de la cesión consiste
Como
de los
en
la licitud del contrato
en
sí.
punto de partida debiera determinarse la naturaleza jurídica
gananciales,
sobre lo que hallamos
en
doctrina variadas
posiciones.
Pero del
ten
en
punto de vista del tema, radica fundamentalmente en si consis
una universalidad o no; y si se trata de una universalidad, si es
de hecho
o
de derecho.
Objetivamente los gananciales se presentan como un cúmulo de bie
y de deudas, generados por la existencia del matrimonio sometido al
régimen de la sociedad legal. No Se trata de un agregado de cosas corpo
rales considerado como un todo unitario como es la universitas facto
(una biblioteca, un rebaño) sino que es una unidad autónoma considera
da en sí mismo, es una unidad jurídica con prescindencia de los singu
lares elementos que la integran. El cuantum económico depende de una
relación entre activo y pasivo, y sujeto a una liquidación con restitucio»nes de caudales propios aportados por cada cónyuge y hasta confundidos
con la masa ganancial. El principio general es que todo lo que pertenezca
a los cónyuges unidos en matrimonio y regidos por la sociedad legal, son
gananciales. Sólo no son gananciales los bienes que exceptúa la ley, pero
aun la renta de los bienes propios es de naturaleza ganancial. En modo
que los gananciales resultan conformar una universitas iuris. Y tanto el
codificador los considera así, que en la división de los bienes ganancianes
,
(
•
)
La presente exposición sólo
por escrito
a
la
Agrupación
es
la opinión del autor sobre el tema, enviada
Notarial de Soriano
la Jornada Notarial Uruguaya. Fue esbozada
en
razón de
no
haber concurrido
colegas del departa
mento de Soriano, para con quienes guarda el afecto de los nobles migos. Por tanto, el
autor considera que no se trata de un estudio doctrinal para la Jornada, puesto que ni
estuvo en su espíritu, ni la exposición tiene la forma que merece un trabajo que se
presente en evento de tal naturaleza.
a
en
atención
a
los
revista de la a.e.u.
706
luego de operada la disolución
glas de la partición de la herencia,
les
universalidad de derecho
En la vida
jurídica
Se nomina
A)
nados
También
B)
habla de
gananciales
a
las
re
en
una
diversos aspectos:
al derecho que se tiene sobre determi
cuando se afirm,i que se trata de bienes de
como
dice de
refiriéndose al patrimonio
gananciales
al afirmar la sociedad de
En otro
C)
reenvía
ganancial.
se
yugal; así,
es
como
legal,
la que indiscutiblemente existe
el patrimonio sucesorio.
en
gananciales
bienes,
naturaleza
se
de la sociedad
T. 67, 10-11-12, 19S1
—
habla de
del
plano,
cónyuge, lo
del
cónyuge supérstite
se
se ve
gananciales.
gananciales
como
frecuentemente
que
herederos cuando el Juez agrega "sin
por
sus
con
en
causa
del dominio
las declaratorias dé
de los derechos
perjuicio
gananciales".
puede ser clarificado para resolver parte de los
efecto, luego de disuelta la sociedad conyugal
al
disolverse
la sociedad legal de bienes) los gananciales
mismo
(lo
que
como
de
existir
tales,
y pasan a ser la razón legal para operar la
dejan
Este último concepto
problemas a estudio. En
,
división del condominio que
se
genera por la disolución. O sea, porque
se
gananciales, nace la vocación a que, efectuada la liquidación
de su acervo, se adjudique a cada cónyuge o al cónyuge supérstite la par
te que por la disolución le corresponde. Pero lo que se le adjudique ya no
son gananciales, sino bienes propios. Los gananciales sólo existen en tan
to exista la sociedad conyugal y legal de bienes; disuelta ésta se genera
la coparticipación en el activo y en el pasivo; y se es copropietario, co
trataba de
deudor
vo o
cotitular de derechos, en cada cosa de lo que componía el acer^
gananciales. Siendo éste el efecto de la disolución de la
o
cúmulo de
sociedad
legal,
nos
preguntamos:
¿es
posible
la cesión de
gananciales,
ge
néricamente? La respuesta debe ser negativa, pues los gananciales no son
objeto jurídico de los contratos, no son bienes o cosas que están en el co-*
mercio de los hombres, sino xma categoría jurídica que designa la natu
raleza de
una
universalidad de derecho.
En otro aspecto,
podría preguntarse
salidad fuera el objeto
con
dos
enfoques:
1)
Cuando
es
si
no
es
posible
que
esa
univer
del contrato de cesión. El asunto debe analizarse
posible
contratar sobre
una
universalidad de derecho,
se adquirió
que la componen, no se adquieren porque
caso
El
típico es
la universalidad sino por un modo de adquirir.
lo
contrato
este
que se
la cesión de derechos hereditarios: en
las
cosas
xxm jornada notarial uruguaya
trasmite
Pero
es
como
el derecho
a
el heredero
707
la herencia por la calidad de heredero.
adquiere por el modo sucesión, es éste
no el contrato lo
que produce la adquisición por el ce
sionario. Y el heredero trasmitirá su vocación de tal en tanto
modo y
efectivamente lo sea, porque si es postergado por otro, el cesio
nario no habrá adquirido nada. Cuando se quiere hacer valer por
analogía con la cesión de derechos hereditarios la cesión de ga
nanciales, el problema resulta insoluble. ¿Qué es lo que puede
comprender la cesión? Si la vocación de la calidad de cónyuge,
además de absurdo
es
contrario al orden
público
porque
no
pue
objeto de contrato. Si es de los bienes que componían los
gananciales, habría que resolver qué pasa con las deudas; pero
además falta el modo, que ha de ser derivado del título y sólo
puede ser la tradición, que por otra parte ha de hacerse de cada
cosa singular que se entrega. En consecuencia, si fuera posible
trasmitir la universalidad, cosa que no ahondamos más porque
entendemos que por el argumento siguiente no es posible, las
complejidades que apareja serían múltiples.
de
2)
ser
El otro
aspecto de contratar sobre
siderar si ello
es
permitido
en
una
universalidad,
es
el
con
nuestro derecho. Y del sistema
extraemos que, de
inicio, no puede ser objeto de contratos. La re
gla general es recogida por varios artículos del Código Civil: el
1880 no permitiendo sociedad a título universal "excepto lo que
se dispone acerca de los esposos en el Título
respectivo"; el 1626
en materia de donaciones; el 1282 al determinar lo
que puede
ser objeto de contrato; y varios más de los
que fácilmente puede
inducirse tal regla de derecho. De otra parte, la regla se confir
ma si aplicamos las normas de hermenéutica: si
por regla general
del Derecho una universalidad pudiera ser objeto de negocio ju
rídico, no habría porqué legislar sobre cesión de derechos here
ditarios, o sobre renuncia de gananciales o sobre cesión de bie
nes en el concurso de acreedores.
Precisamente, como la regla
general es que no se puede contratar respecto de una universa
lidad de derecho, como excepción a la regla el legislador estable
ció los casos admitidos como ilícitos. Y la cesión de gananciales
no está prevista en la
ley como caso de excepción.
Podría pensarse que si es posible la cesión de cuota social, la
cesión de gananciales por provenir de una sociedad legal, tuvie
ra igual naturaleza. Sin discurrir demasiado, es notable de inme
diato que la cuota social es un bien determinado y concreto a di
ferencia de los gananciales. Pero además, la cuota social es cedí-
708
revista de la a.e.u.
ble
—
T. 67,
10-11-12, 1981
tanto la sociedad esté
vigente, porque después de disuel
queda el crédito eventual en la liquidación de la sociedad
y la figura jurídica sería la cesión del crédito y no la calidad de
socio. Los gananciales no pueden cederse mientras exista la so
ciedad legal, sino recién después de disuelta. Por este lado, si
tuviera alguna eficacia la cesión de gananciales, sería del crédi
to resultante en la liquidación, pero nunca trasmitiría los bienes
que compusieron la masa ganancial por faltar el modo de ad
quirir.
en
ta sólo
la renuncia de los
gananciales, pensamos que ello es teó
aplicable en la práctica. El
Código Civil estableció la posibilidad de renunciar a los gananciales co
mo un privilegio tuitivo y exclusivo de la mujer,
porque la administra
ción pertenecía totalmente al marido considerando a la mujer relativa
mente incapaz. Este instituto no ha sido expresamente derogado, por lo
que debe tenerse como derecho positivo vigente en la medida que pueda
concillarse y no pugne con la legislación posterior (art. 10 C.C).
En cuanto
ricamente
a
posible,
aunque muy difícilmente
Ley N' 10.783 de Derechos Civiles de la Mujer, establece en su
mujer y el hombre tienen igual capacidad civil". Por los
artículos siguientes y por lógica jurídica, esta igualación de capacidad es
para elevar la de la mujer con el hombre y no de disminuir la del hombre
a la de la mujer. En un aspecto podría entonces deducirse que, como el
hombre no podía renunciar a los gananciales, por la igualación, tampoco
la mujer puede hacerlo. Pero esta deducción se contrapone con el sistema
en dos aspectos: a) El principio de derecho privado que se admite como
lícito todo cuanto no estuviere prohibido; y b) Que a la mayor capacidad
de la mujer se le quitarían facultades dispositivas, y lo que quiso ser ma
yor protección se convierta en una compensación de situaciones. En mé
rito de ello, creemos que la igualación debe interpretarse que tanto ei
hombre como la mujer gozan de las mismas facultades, y consecuente
mente, si la mujer podía renunciar los gananciales, ahora también lo po
dría hacer el hombre. Pero como se trata de un régimen de excepción, la
La
art. 1' que "La
interpretación
debe
ser
tad brindaba. Como la
estricta y
idéntico fundamento que la facul
ejercer ese derecho en razón de que
con
mujer podía
el hombre el administrador único del todo, la igualación ha de lle
varse al mismo fundamento: que el cónyuge renunciante no tenga la ad
era
ministración de
En el
la
mujer,
ciedad
algo ganancial.
todos los actos que pudiere realizar
extraordinaria de la so
la
administración
tuviera
cuando
aun
se tenían como actos y contratos del marido y obligaban a
régimen del Código Civil,
legal,
xxm jornada notarial uruguaya
709
la sociedad y al marido exclusivamente. Al regir la ley de Derechos Ci
viles de la Mujer, la posibilidad de que sólo uno de los cónyuges pueda
el titular de todas las relaciones
ser
convierte
jurídicas
de naturaleza
ganancial,
se
prácticamente teórica, pues basta que durante el matrimo
nio el otro cónyuge realice el más mínimo acto jurídico (como puede ser
el
en
boleto en el ómnibus), para que la administración de la so
compartida, y por tanto ya no se podría renunciar a los ga
nanciales. Entonces, la posibilidad jurídica de la renuncia está vigente,
pero la prueba para poder ejercerla es prácticamente imposible.
sacar un
ciedad esté
posibilidad sostenida en doctrina, de que puede renunciar a
gananciales que administra el otro cónyuge, entendemos que tampoco
es posible, pues se presentan aspectos jurídicos insuperables. Por ejem
plo: si hay un bien adquirido por ambos cónyuges y por tanto ambos son
La otra
los
administradores,
uno
de los
se
renuncia y
cónyuges
no
no se
renuncia; las deudas contraidas por
serían deudas
gananciales
sino
propias
de
quien
contradicción de lo que dispone el Código Civil y hasta el
art. 7' de la Ley N' 10.783; la renuncia debiera ser un negocio bila
las contrajo,
propio
teral, pues
en
implicaría una partición unilateral al convertir
es compatible con disposiciones del Código
exclusivo;
como el art. 2019 que impide la renuncia "después que haya entrado en
su poder, alguna parte del haber social a título de gananciales", y el 2021
lo común
en
que
de lo contrario
no
en
toma
los derechos de la sociedad
como un
todo indivisible.
En definitiva entendemos que: la cesión de gananciales no es jurí
dicamente posible en nuestro sistema de Derecho y las que pudieron ha
berse otorgado
son absolutamente nulas, o por objeto ilícito, o
por falta
objeto puesto que los gananciales no son bienes en sí sino una catego
ría jurídica de las relaciones económicas entre cónyuges. Y la renuncia
de gananciales es jurídicamente posible para ambos cónyuges, si se die
ran todos los supuestos que establece el Código Civil, lo
que por el ad
venimiento de la Ley N' 10.783 resulta prácticamente imposible que pue
de
da operarse.
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