Limitaciones a la libertad de prescripción de medicamentos

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LIMITACIONES A LA LIBERTAD DE PRESCRIPCIÓN
DE MEDICAMENTOS: DERECHOS HUMANOS
Y SALUD PÚBLICA
Carlos Valerio
Apartado Postal: 802-2400 Desamparados, San José, Costa Rica
[email protected]
RESUMEN
La prescripción de medicamentos es un acto en el cual el médico debe ajustarse a dos principios (orden científico y orden ético) y tiene límites que responden a criterios legales, de especialidad médica y de orden administrativo, los cuales se justifican
en razones de interés público y de protección de bienes jurídicamente superiores, cuales son la vida y la salud. Cuando existe
o se aduce incapacidad financiera, surge un conflicto ético para el médico, una afectación a la salud del paciente, incluso en su
vida y un problema de Derechos Humanos para el Estado. Este conflicto debe ser resuelto por el Estado y otros sectores de la
sociedad, para establecer una forma objetiva en la definición de prioridades de problemas y necesidades en salud de la población.
Palabras claves: conflicto ético, capacidad financiera, tratamiento costoso, derechos de los pacientes.
ABSTRACT
In medical prescription physicians must adjust to two principles (scientific order and ethical order) and respect limits that respond
to legal criteria, medical specialty and administrative order, considering public interest and the protection of superior goods such
as life and health. When financial incapacity exists or at least is claimed, there is an ethical conflict for the physician, a damage
to the health of the patient that might even affect life and death, and a problem of human rights for the State. This conflict must
be solved by the State and other sectors of society, by establishing an objective definition of priorities for problems and necessities in health.
Key words: ethical conflict, financial standing, expensive treatment, patient rights.
INTRODUCCIÓN
El acto médico implica una o varias decisiones
que se adoptan con el concurso de otras personas,
lo cual incluye a otros profesionales de la salud y la
activa participación del paciente, quien decide, previa información suministrada por el médico acerca
de las intervenciones clínicas a realizar.
“Los tiempos del clínico omnisa piente han pasado y la integración
en el trabajo de las diferentes es pecialidades es imprescindible”( 1)
Incluso, la participación de abogados, economistas y a veces sacerdotes es considerada
importante en los Comités de Bioética de los
hospitales modernos.
“Para cumplir los objetivos, la me dicina necesita de un equipo de
salud y del concurso de toda la so ciedad. La salud no es obra del
médico sólo; él necesita un equi po, enfermeras, odontólogos, in genieros sanitarios, administrado res de salud, etc.”(2)
Rev. Latinoam. de Derecho Médico y Medicina Legal 7 (2), Dic. 2002- 8(1), Jun. 2003: 69-76.
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
En cuanto a las pacientes, las decisiones
médicas no responden únicamente a criterios
biológicos pues “ ningún enfermo- (...) es bioló gicamente puro, todas las personas tienen in variablemente una respuesta psíquica y social
a la enfermedad.” (3)
a las mejores oportunidades de atención a la
salud y, el Estado, quien debe asegurar el derecho a la salud como un derecho humano para todos, mediante la adecuada administración
de los recursos disponibles.
En este mismo sentido se expresa Luis Rodríguez Rivera al señalar que una “hipótesis
diagnóstica debe tener en cuenta todos los da tos del paciente: síndrome de la esfera afecti va, su actitud ante la enfermedad y su valora ción como persona y como miembro de una fa milia y un grupo social.” (4)
ÉTICA MÉDICA Y NUEVOS PARADIGMAS
EN SALUD
Como es bien conocido, en Ética Médica
son planteados tres principios que rigen el
buen ejercicio de la Medicina:
•
El acto médico además es un acto reglado,
es decir, debe responder a normas, procedimientos y muchas veces protocolos, los cuales,
sin imponer limitaciones inapropiadas o excesivas al ejercicio de la Medicina, buscan que el
médico en el ejercicio de su profesión intente
satisfacer, desde el punto de vista clínico y médico, el mejor beneficio para los pacientes.
•
El acto médico sobre todo tiene implicaciones éticas. La medicina es una profesión
de declaración de compromisos. Como bien lo
señalan Antonio Piga y Teresa Alfonso Galán,
“los juramentos y los códigos de la profesión
médica históricamente elaborados comprome ten al médico a deberes en sus relaciones con
sus pacientes, que implican un reconocimien to de los derechos de los enfermos- de hecho,
un reconocimiento anterior al de los derechos
humanos.” (5)
•
Principio de Autonomía, que hace referencia a que todo ser humano es autónomo
e inviolable, es decir que el ser humano tiene la capacidad de auto-gobierno y por lo
tanto la posibilidad de elegir entre distintas
alternativas que le sean presentadas.
Principio de Beneficencia / No-Malefi cencia, principios que hacen alusión a que
ningún ser humano tiene derecho a hacer
daño a otro.
Principio de Igualdad y Justicia, que aluden a la naturaleza intrínseca de que todos
los seres humanos tienen iguales derechos
e igualdad de oportunidades.
Se ha indicado que el Principio de Autonomía se encuentra en relación con el usuario de
servicios de salud o con el paciente, que el
Principio de Beneficencia se encuentra en relación con el médico y, que el Principio de Igualdad y Justicia se refiere a los derechos de la
sociedad en cuanto a la salud.
El Estado, por su parte, tiene la obligación
de establecer un orden y un sistema regulatorio de la prestación de servicios médico, así como las demás condiciones de orden legal, económicas y de infraestructura que permitan al
médico ejercer su profesión y, al habitante le
otorguen el derecho a gozar de condiciones
que aseguren un acceso oportuno a los servicios de salud, en igualdad de condiciones.
Estos principios de Ética son universales e
inmutables. Sin embargo, el ambiente en el que
éstos se desarrollan actualmente ha cambiado.
Cabe señalar el desarrollo de una medicina
moderna, la cual avanza aceleradamente, así
como el nuevo papel de los prestadores de los
servicios de salud que experimentan cambios
en sus responsabilidades e interrelaciones y,
una nueva generación de usuarios que están
mejor informados y que esperan y exigen una
mejor calidad de los servicios de salud.
En cuanto al acto médico, existen en la
práctica diaria conflictos entre tres partes. Los
médicos, por un lado, quienes solicitan más y
mejores condiciones para el ejercicio de su profesión; los pacientes, quienes reclaman acceso
Estos nuevos procesos generan -en opinión de algunos- un cambio en el paradigma de
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Carlos Valerio / Limitaciones a la libertad de prescripción de medicamentos: derechos humanos y salud pública
las implicaciones de estos tres principios. Se
señala que para la Beneficencia, en cuanto al
médico respecta, las obligaciones de éste consisten en prescribir el mejor tratamiento disponible a un paciente y, ofrecer información y
educación a los usuarios de los servicios de salud. En cuanto a la Autonomía se refiere, se establece la obligación de las personas de proteger su propia salud en el entendido de que
“parte de la curación está en la voluntad de sa nar”. Finalmente, se señala en cuanto a la Justicia, que existe una obligación de la sociedad
de incrementar, mejorar y distribuir adecuadamente los medios disponibles a la salud.
La prescripción de un medicamento representa entonces la finalización de todo un proceso integral entre el médico tratante y el paciente cuyo objetivo es la prevención, mejoramiento o restablecimiento de la enfermedad u otro
problema de salud que éste presente.
En resumen, el médico realiza una valoración
de la sintomatología del paciente con referencia
expresa a exámenes físicos y técnicos, que en
conjunto con la información psicosocial del paciente le permiten al médico elaborar un diagnóstico y determinar el mejor tratamiento el cual será
propuesto al paciente. Como bien los señala
Anrys Henry, “el enfermo tiene una infinidad de
derechos, pero lo que espera del médico es final mente que él haga lo mejor, es decir que le brin de una atención concienzuda, diligente y confor me al estado de los conocimientos médicos” (6)
La salvaguardia de los derechos individuales, particularmente en el moderno sistema de
atención a la salud que considera a los médicos como empleados o como sus órganos y no
como los interlocutores de los pacientes, representa el primer gran desafío de la ética médica
actual.
LA PRESCRIPCIÓN MÉDICA DE FRENTE
AL DERECHO DEL PACIENTE DE RECIBIR
EL MEJOR TRATAMIENTO DISPONIBLE
EL ACTO DE LA PRESCRIPCIÓN
DE MEDICAMENTOS
La Defensoría de los Habitantes de Costa
Rica ha emitido una serie de pronunciamientos
en relación con el conflicto existente entre el
derecho de un paciente a recibir un determinado medicamento y el acto médico de prescribir
sólo cierto tipo de medicamentos. A partir de dichas resoluciones, es posible establecer algunos principios generales que orientan la prescripción de medicamentos en estas condiciones, como se detalla de seguido:
Debe el médico ser diligente en el diagnóstico a un paciente, para lo cual debe valorarlo
personalmente. Luego, la función de prescribir
medicamentos por un médico es una competencia que se desarrolla como parte de la reali zación de las llamadas obligaciones de medios.
Particularmente, el médico tiene el deber de
poner toda su mejor diligencia y emplear los
mejores medios disponibles al servicio de su
paciente cuando va a prescribir un medicamento. En este sentido, el médico debe tener el cuidado de prescribir un tratamiento medicamentoso que debe ser idóneo, en el sentido de que
éste sea útil y adecuado. Además, dicho tratamiento debe ser necesario, en el sentido de
que la enfermedad debe justificarlo.
En la prescripción debe haber una preferencia; de diversas opciones disponibles, el
médico escoge la más adecuada. Es decir, se
autoriza al médico a ejercer una forma de libertad prescriptiva, que consiste en indicar un tratamiento con base en principios científicos y
éticos aceptados por la Ciencia.
71
•
Reducción o control del daño: “En la me dida de las posibilidades que la ciencia ge nere, deben buscarse siempre alternativas
de tratamiento que permitan una equiva lencia terapéutica con la menor aparición
de reacciones adversas, o al menos su
concurrencia en menor intensidad o menor
afectación de la integridad corporal.”
•
Apego a la Ciencia: “El tratamiento que
decida el galeno indicar debe no sólo res ponder específicamente a la patología del
paciente, sino a los requerimientos que
obligan la ciencia y la técnica para enfren tar tal enfermedad.”
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
•
•
Principio de Beneficencia: “En el Dere cho Médico y en los principios éticos que
orientan el ejercicio de la medicina, está
ampliamente aceptado que la incerteza
científica no puede operar en perjuicio del
paciente, quien en todo momento tiene de recho a recibir la mejor alternativa terapéu tica disponible.”
oficiales por el Poder Ejecutivo y quedan en
todo caso, sujetos a las disposiciones regla mentarias y a las órdenes especiales que di cho Poder dicte, para el mejor control de los
medicamentos y el mejor resguardo de la sa lud y seguridad de las personas”
Por su parte, el Reglamento del formulario Terapéutico Nacional de Costa Rica establece la lista oficial de medicamentos, en el
cual se dispone que: “Los médicos, odontólo gos y enfermeras obstétricas de la Caja Cos tarricense de Seguro Social prescribirán y los
farmacéuticos sólo podrán dispensar los me dicamentos autorizados por el Comité Cen tral de Farmacoterapia.” (7)
Derecho al mejor tratamiento disponi ble: “Un paciente individualmente conside rado tiene el derecho a recibir del Sistema
de Salud la mejor alternativa terapéutica
disponible que le asegure que no será me noscabado ni se le someterá a un riesgo in necesario su integridad física, su calidad
de vida e incluso su derecho a la vida.”
Limitaciones por especialidad médica
En conclusión, brindar la mejor alternativa
terapéutica al menor riesgo posible para beneficio del paciente, no es sólo un derecho de éste, sino la obligación de un médico. El problema está en cuanto a los alcances de la prescripción médica y las restricciones económicas
para hacerlo ampliamente.
Se establece en el caso costarricense que
para la atención de cierto tipo de enfermedades, sólo están autorizados médicos calificados
o especialistas, como el caso de oncólogos para los tratamientos con quimioterapia o el caso
de los tratamientos psiquiátricos.
Limitaciones por nivel de atención
ALCANCES DE LA LIBERTAD A LA PRESCRIPCIÓN MÉDICA
No se autoriza que cierto tipo de medicamentos sean prescritos en servicios del primer
nivel de atención. Se trata de medicamentos de
uso cuidadoso los cuales requieren controles y
evaluaciones especiales que sólo están previstas en el nivel hospitalario, tal es el caso de la
prescripción de los antirretrovirales para las
personas que viven con el VIH/sida. Sin embargo, existe la posibilidad de que los servicios de
salud del primer nivel puedan prescribir cierto
tipo de medicamentos como hierro natal o ácido fólico.
No resulta revelador admitir que el acto
médico de la prescripción de medicamentos
cuenta con limitaciones de diversa índole. Sin
embargo, vale la pena recordar que existen diversos alcances a dicha libertad que responden a los siguientes criterios:
Limitaciones legales
Se trata pues de aquellas que vienen impuestas por la ley. En este sentido, el artículo
54 de la Ley General de Salud de Costa Rica
estable que “Sólo podrán prescribir medica mentos los médicos. Los odontólogos, veteri narios y obstétricas, sólo podrán hacerlo den tro del área de su profesión”. Adicionalmente,
el numeral 55 de la misma ley establece que:
“Los profesionales autorizados legalmente
para prescribir medicamentos y los autoriza dos para despacharlos, deberán atenerse a
los términos de las farmacopeas declaradas
Limitaciones determinadas por las principales causas de morbi-mortalidad
La normativa costarricense del Ministerio
de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social establecen que el acceso a los medicamentos básicos está determinado en función de las principales causas de morbi-mortalidad como las enfermedades cardiovasculares
y el cáncer, así como por otros indicadores de
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Carlos Valerio / Limitaciones a la libertad de prescripción de medicamentos: derechos humanos y salud pública
salud, como los motivos de consulta hospitalaria. Es decir, el criterio epidemiológico es el
que priva en este tipo de determinación.
•
SALUD PÚBLICA Y DERECHOS HUMANOS
DE FRENTE A LOS DERECHOS DE LOS
PACIENTES A RECIBIR
EL MEJOR TRATAMIENTO.
¿ EXISTE CONTROVERSIA?
Resulta paradójico, el incremento en la
posibilidad de obtener mejores resultados y
mayor eficacia debido a los avances en Medicina contrasta con las limitaciones financieras
para aplicar la mejor tecnología médica a los
pacientes.
Al igual que todos los derechos humanos,
el derecho a la salud impone tres tipos o niveles de obligaciones a los Estados Partes: la
obligación de respetar, proteger y cumplir. A
su vez, la obligación de cumplir comprende la
obligación de facilitar, proporcionar y promover.
La obligación de respetar exige que los Estados se abstengan de intervenir directa o indirectamente en el disfrute del derecho a la salud. La obligación de proteger requiere que los
Estados adopten medidas para impedir que terceros interfieran en la aplicación de las garantías prevista en el artículo 12.
Cabe preguntarse si se violenta el derecho humano a la salud si un médico que, considerando lo más beneficioso para su paciente, no puede prescribir un medicamento por
cuanto esté no está disponible, debido a que
el Estado ha establecido limitaciones económicas para adquirirlo y distribuirlo entre los
habitantes que lo necesitan. La posición del
médico es difícil pues, “ la defensa de la pri macía de los intereses del paciente sobre los
de la autoridad y de la sociedad de parte del
médico tiene una fuerza de carácter y un valor
personal poco comunes”. (8)
Particularmente, la obligación de cumplir
requiere que los Estados adopten medidas
apropiadas de carácter legislativo, administrativo, presupuestario, judicial o de otra índole para dar plena efectividad al derecho a la salud.
Es decir, la efectividad del derecho a la salud
se puede alcanzar mediante numerosos procedimientos complementarios, como la formulación de políticas en materia de salud, la aplicación de los programas de salud o la adopción
de instrumentos jurídicos concretos
Continua señalando Anrys que “la autoridad
que paga pretende ser quien autorizar -en lugar
del paciente- al médico la realización de un tra tamiento o el suministro de medicamentos.”
Se tiene claro que la salud es un derecho
humano fundamental e indispensable para el
ejercicio de los demás derechos humanos. Todo ser humano tiene derecho al disfrute del
más alto nivel posible de salud que le permita
vivir dignamente.
En relación con este asunto, dos tesis han
sido desarrolladas, las cuales parecen entrar
en contradicción. Una, por una parte, establece
que no debe existir ningún motivo para limitar el
acceso a la salud a una persona, pues el derecho a la salud es un derecho humano que, para su goce y disfrute, no acepta ninguna limitación, en especial las de orden económico, que
El Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales dispone en el artículo 12 que: (9)
•
Entre las medidas que deberán adoptar los
Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:
a. La reducción de la mortinatalidad y de la
mortalidad infantil, y el sano desarrollo
de los niños;
b. El mejoramiento en todos sus aspectos
de la higiene del trabajo y del ambiente;
c. La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas,
profesionales y de otra índole, y la lucha
contra ellas;
d. La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad.
Los Estados Partes en el presente Pacto
reconocen el derecho de toda persona al
disfrute del más alto nivel posible de salud
física y mental.
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
son las más frecuentes. La otra posición, que
viene desarrollada desde la Salud Pública, establece que en razón de las limitaciones de recursos en salud, una sociedad debe priorizar
las intervenciones sanitarias, por lo que estaría
justificada la imposición de restricciones al acceso a cierto tipo de prestaciones sanitarias, lo
cual incluye el acceso a medicamentos, si ello
no es posible luego del establecimiento de prioridades que respondan a los principales problemas y necesidades en salud de la población.
Según esta postura, el derecho a la salud
no puede ser restringido a sólo algunas prestaciones médicas que pueda ofrecer el Estado,
pues a éste se le exige -como garante de la salud de sus habitantes así como a los demás actores sociales- la realización de todas las medidas necesarias para asegurar que el ser humano contará con las condiciones para su desarrollo integral, esto es que el Estado fundamentalmente está en la obligación de obtener los
medios para satisfacer las necesidades de todos, conforme lo establece el artículo 12 del El
Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.
Posición de los Derechos Humanos
La Sala Constitucional de Costa Rica en la
resolución del recurso de amparo sobre el suministro de los medicamentos antirretrovirales
para personas que viven con VIH/sida pronunció las siguientes palabras, las cuales ilustran
la importancia de la protección del derecho a la
salud:
Posición de la Salud Pública
Desde la perspectiva de la Salud Pública, las intervenciones en salud deben estar
establecidas dependiendo de la determinación de necesidades y problemas en salud
de la población. El establecimiento de las
prioridades sanitarias supone, entre otro tipo
de actividades, un complejo proceso de evaluación de la situación de salud de la población para identificar los grupos más desfavorecidos y las intervenciones en salud más
apremiantes.
“¿De qué sirven todos los demás
derechos y garantías, las institu ciones y sus programas, las venta jas y beneficios de nuestro siste ma de libertades, si una sola per sona no puede contar con que tie ne asegurado el derecho a la vida
y a la salud?” (10)
Bajo este supuesto, la organización de la
Salud Pública tendría el deber de orientar el
Estado hacia la atención de las poblaciones
más vulnerables y, en especial mejorar la asignación de los recursos destinados a los servicios de salud.
Coincidente con el criterio de la Sala Constitucional, la Defensoría de los Habitantes de
Costa Rica considera que no son de recibo los
argumentos de orden económico para restringir
el acceso y disfrute del derecho a la salud. En
el mismo asunto que resolvió el tema de los
medicamentos antirretrovirales, la Sala señaló:
Esta posición acepta que la salud y el acceso a los servicios de salud entrañan un asunto de Derechos Humanos. Sin embargo, al reconocer que los recursos son limitados, si éstos se administran adecuadamente, la sociedad debería ser capaz de atender las principales necesidades de atención en salud de toda
la población.
“ ... Si el derecho a la vida se en cuentra especialmente protegido
en todo Estado de Derecho Mo derno y en consecuencia el dere cho a la salud, cualquier criterio
económico que pretendiera hacer
nugatorio el ejercicio de tales de rechos, debe ceder en importancia
pues como ya se indicó sin el de recho a la vida los demás dere chos resultarían inútiles.” (11)
En tal sentido, la misma Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
consigna en su artículo XI que la protección del
derecho a la salud depende de los recursos
que tenga un Estado.
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Carlos Valerio / Limitaciones a la libertad de prescripción de medicamentos: derechos humanos y salud pública
“Toda persona tiene derecho a
que su salud sea preservada por
medidas sanitarias y sociales, re lativas a la alimentación, el vesti do, la vivienda y la asistencia mé dica, correspondientes al nivel que
permitan los recursos públicos y
los de la comunidad”.
acceso a los tratamientos antirretrovirales. Por
este motivo han sido planteadas varias denuncias ante la Comisión Interamericana de Derecho
Humanos contra los Estados que rechazan dicho
acceso, quienes afirman no contar con ninguna
posibilidad económica para satisfacer la demanda de este servicio de salud. Sin embargo, no se
descarta una posible dosis de discriminación
contra el colectivo de personas que viven con el
VIH/sida y contra la misma enfermedad per se.
Para esta posición, además no sería aceptable que en la asignación de recursos, el Estado prefiriera acciones distintas a la salud.(12)
CONCLUSIONES
La crítica que se le presenta a esta postura radica en la subjetividad que puede presentarse en la determinación de una necesidad o
de un problema de salud y de la mejor forma
para atenderlo. Estos factores pueden ser vistos de manea distinta desde la perspectiva del
paciente, la del médico o de la familia, de un
gobierno o incluso de un grupo de presión social importante; por este motivo, la Salud Pública tiene previstas estrategias que permiten objetivar esta definición de prioridades. (13)
La prescripción de medicamentos es un
acto en el cual el médico debe ajustarse a dos
principios. a) uno de orden científico, en tanto
se hace referencia a las reglas de la Ciencia, y
b) otro de orden ético que responde a que el
tratamiento recomendado debe ser beneficioso
para el paciente, de modo que el perfil de riesgos sea bajo o controlado.
La prescripción médica debe ajustarse a
cierto tipo de límites que responden a criterios legales, de especialidad médica y de orden administrativo, los cuales se justifican en razones de
interés público y de protección de bienes jurídicamente superiores, cuales son la vida y la salud.
Desde este punto de vista cuando la sociedad, por medio del Estado, no cuente con los suficientes recursos para que un grupo de pacientes en particular reciba un tratamiento medicamentoso, el papel de la Salud Pública consiste
en señalar los errores y las omisiones en la administración de los recursos, es decir las deficiencias en la planificación de la prestación de
los servicios de salud, y hacer que el Estado
asigne y administre los recursos de forma tal que
sea posible ofrecer mejor y mayor cobertura.
En los supuestos en los cuales el médico se
ve impedido de prescribir un medicamento que,
según su juicio clínico, es el que mejor conviene a
los intereses de un paciente, pero que no puede
ser despachado por cuanto el Estado no cuenta
con suficiente capacidad financiera, surge un conflicto ético para el médico, una afectación a la salud del paciente, incluso para su vida y, un problema de Derechos Humanos para el Estado.
Finalmente, cuando no fuera posible suministrar un medicamento a un paciente por problemas de orden económico y de deficiente administración de los recursos, parece que lo más
acertado sería, desde el punto de vista de los Derechos Humanos y la Salud Pública, imponer la
responsabilidad al Estado no por no suministrar
dicho medicamento, sino en cuanto el Estado ha
incumplido con su deber de administrar correctamente los fondos y los recursos públicos.
Este conflicto debe ser resuelto por el Estado en el concurso de otros sectores de la sociedad, mediante la realización de esfuerzos de la
Salud Pública, la cual tendría que establecer una
forma objetiva en la definición de prioridades de
problemas y necesidades en salud de la población. Además, el Estado deberá administrar y
planificar adecuadamente los recursos con los
que cuente para lograr la satisfacción de las
principales necesidades y problemas de salud
de los grupos de población más vulnerables.
El asunto parece no estar felizmente resuelto. En el ámbito latinoamericano, miles de
personas que viven con el VIH/sida no tienen
75
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
En todas estas intervenciones, el Estado y
los demás actores sociales deben tener presente que la protección de la salud y a la vida
de las personas debe ser el fundamento princi pal de su actuación.
Efectivamente existe una controversia entre la posición de los Derechos Humanos que
es la posición ideal de frente a la posición de la
Salud Pública que es la situación real.
Se trata de una obligación estatal de cumplir con un mandato de los Derechos Humanos,
el cual es proteger la salud, prevenir las enfermedades y emplear los recursos de la forma
más adecuada.
BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1.
Rodríguez Rivera, L. La clínica y su méto do. Reflexiones sobre dos épocas. Ediciones Díaz de Santos. Madrid, España.
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Velez Correa, L.A. Etica Médica. Interrogan tes acerca de la Medicina, la vida y la muer te. Corporación de Investigaciones Biológicas. Medellín, Colombia. 1987. pp 99.
3.
Rodríguez Rivera, L. Ob.Cit. pp 73
4.
Rodríguez Rivera, L. La clínica y su méto do. Reflexiones sobre dos épocas. Ediciones Díaz de Santos. Madrid, España.
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5.
Piga Rivero, G. y Alfonso Galán, T. Una
Perspectiva Internacional de los Derechos
de los Pacientes. En: la Salud y los Derechos Humanos. Aspectos éticos y morales.
Organización Panamericana de la Salud y
Consejo de Europa. Publicación Científica
No. 574, 1999. pp 91.
6.
7.
Es interesante notar que las primeras reglas de la profesión del farmacéutico dictadas en Inglaterra en el siglo XVI por el apotecario Boleyn establecían, por el contrario
que “ (…) ( el apotecario) recordará que su
ministerio es prepararle los medicamentos
al médico”
8.
Anrys H. La Etica Médica y los Derechos
Humanos. En: La Salud y los Derechos Humanos. Aspectos éticos y morales. Organización Panamericana de la Salud y Consejo de Europa. Publicación Científica No.
574, 1999. Página 46.
9.
En este sentido, el artículo 12 del Pacto no
adoptó por la definición de la salud que figura en el preámbulo de la Constitución de la
Organización Mundial de la Salud, que concibe la salud como “un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente como ausencia de afecciones o enfermedades”. Sin embargo, la referencia
que en el párrafo 1 del artículo 12 del Pacto
se hace al “más alto nivel posible de salud
física y mental” no se limita al derecho a la
atención de la salud. Por el contrario, el historial de la elaboración y la redacción expresa del párrafo 2 del artículo 12 reconoce que
el derecho a la salud abarca una amplia gama de factores socioeconómicos que promueven las condiciones merced a las cuales las personas pueden llevar una vida sana, y hace ese derecho extensivo a los factores determinantes básicos de la salud, como la alimentación y la nutrición, la vivienda,
el acceso a agua limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas, condiciones
de trabajo seguras y sanas y un medio ambiente sano.
10. Sala constitucional.
Voto 6096-97
11. Sala constitucional. Voto 6096-97
Anrys H. La Etica Médica y los Derechos
Humanos. En: La Salud y los Derechos
Humanos. Aspectos éticos y morales. Organización Panamericana de la Salud y
Consejo de Europa. Publicación Científica
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12. Defensoría de los Habitantes, Informe
Anual 1996, Tomo I, Pág. 244
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de Servicios de Salud. Organización Panamericana de la Salud. 1991. Pags. 62-67.
76
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