LA PR!'.NSA MÉDICA MEXICANA ------------------------------------------- 3'B -TRASPOSICION DIGITAL PARA RECONSTRUCCION DEL PULGAR Fernando ORTIZ MONASTERIO y Alionso SERRANO REBEIL L las constituye indudablemente una de partes más perfectas y complicadas del organismo humano. Está dotada de una extraordinaria sensibilidad y se encarga de transmitir al cerebro infinidad de percepciones diferentes, las cuales son almacenadas en la memoria para condicionar más adelante los movimientos de la misma mano, así como la energía y direcci6n que debe aplicarse en cada uno de ellos. Colocada en la extremidad del miembro superior puede utilizar los movimientos del hombro y el codo para ser transportada casi en caulquier dirección. Es fundamentalmente una pinza formada por dos unidades que se oponen una a otra. La primera unidad está constituída por los dedos Índice, medio, anular y meñique. La segunda, que se opone a la unidad en conjunto o a cada uno de los dedos en particular, está formada por el pulgar. Se considera en términos generales que el pulgar representa el 40 por ciento del valor funcional de la mano y la pérdida de este solo dedo nulifica la acci6n de pinza de la misma. Esta incapacidad tan grave originada por la pérdida del pulgar justifica los procedimientos más complicados para lograr su reconstrucci6n. Los métodos empleados más comúnmente para la reconstrucción del pulgar pueden dividirse en cuatro grupos: 1. Falangización del primer metac arpiano, profundizando la primera comisura interdigital. Este método es fácil de realizar y presenta su utilidad máxima en los casos de pérdida subtotal del pulgar, cuando el metacarpio está conservado y no ha habido lesión del Índice. A pesar de constituir un dedo muy corto, conserva sus movimientos de oposici6n, es fuerte, tiene sensibilidad normal y da una mano útil,"- • 2. Construcción de un pulgar utilizando un colgajo tubular, el cual posteriormente es convertido en un elemento rígido mediante la incorporación de un injerto óseo. Aún cuando la presencia de un elemento rígido en la posición aproximada del pulgar ofrece a los otros dedos un oponente, en la práctica resulta poco útil, A MANO • Servicio de Cirugía Plástica Hospital General de México. Reconstructiva del * carece de movimientos, es débil y frágil. Debido a su falta de sensibilidad se lesiona fácilmente. Creemos que debe utilizarse solamente como un recurso extremo.', 2, 8 3. Trasposición de un dedo del pie o de la otra mano con todos sus elementos tratándolo como ut¡ colgajo pediculado, Este método, además de su laboriosa realización, con tiempos operatorios múltiples y períodos de inmovilización prolongados en posiciones incómodas, resulta mutilante para el miembro donador y da un dedo antiestético con mínima o ninguna movilidad o sensibilidad.', 6,10 4. Trasposici6n de un dedo de la misma mano. Este método es el más comúnmente usado y con él, se obtienen los mejores resultados. Es cierto que requiere una técnica cuidadosa y un manejo extremadamente delicado de los tejidos, pero se lleva a cabo en un solo tiempo y permite sustituir al pulgar por un dedo sólido con buena movilidad, tanto de los músculos intrínsecos de la eminencia tenar (cuando el metacarpio está conservado), como los de flexión y extensión, produciendo, por lo tanto, una oposición casi tan correcta como la del pulgar con la unidad completa de los dedos restantes y con cada uno de ellos en particular. Este tipo de dedo tiene una sensibilidad y una nutrición perfectas. Requiere solamente, para lograr una restitución casi completa de la función, que el enfermo reeduque sus movimientos de tal manera que la actividad que deba desarrollar el pulgar sea ordenada cerebralmente al Índice. Este inconveniente, que desaparece al cabo de poco tiempo, puede corregirse en algunos casos, haciendo secundariamente una anastomosis del extensor y el Ilexor profundo del Índice con los propios del pulgar por encima del ligamento anular del carpo."- a, 4, o, T, 11 En los primeros casos comunicados con esta técnica se insistía en la necesidad de preservar íntegra la cubierta de piel y tejido celular del dedo traspuesto, con objeto de asegurar su nutrición. Esto daba lugar a algunas dificultades técnicas y producía un defecto estético menos deseable. Más tarde, Littler demostró con trabajos experimentales que la sola preservación de los pedículos neurovasculares del dedo basta para nutrirlo adecuadamente. Más aún, se pue- LA de llevar a cabo la trasposici6n de dedos que conservan uno solo de los cuatro paquetes vasculonerviosos con muy buen margen de seguridad." Dentro de este mismo método se ha propuesto la utilizaci6n de diferentes dedos de la misma mano para reconstruir el pulgar. El empleo del anular o del medio, cuya funci6n es menos importante que la del índice, ha sido practicada con éxito y es considerado por algunos autores como el procedimiento de elección. Nosotros no lo hemos llevado a cabo en ningún caso pero, por las observaciones en cadáveres, tenemos la impresión de que es necesario dar a los tendones una angulaci6n muy marcada para lIevarlos a la posición del pulgar, lo cual limita o nulifica su función. Este hecho tiene grave importancia, ya que implica la necesidad de un segundo tiempo operatorio para hacer una tenorrafia. Existe, sin embargo, una consideración de más peso para elegir el índice para la trasposición. En virtud de ser este dedo el más cercano al pulgar, y el que más se utiliza para la función de pinza, resulta muy frecuentemente lesionado al mismo tiempo que el pulgar. Dejando a un lado la ausencia congénita del pulgar, un gran porcentaje de los casos descritos en la liteteratura como resultado de trauma presentaban también lesiones en el índice. Se justifica mejor el sacrificio de un índice parcialmente ampu-' tado, o con lesiones articulares que limitan su movilidad en beneficio del oponente, que el dedo íntegro. Aun cuando no sea el objeto de este trabajo, creemos necesario hacer algunas consideraciones técnicas sobre la cirugía de mano. La multiplicidad de los elementos contenidos en un espacio tan pequeño, muchos de ellos móviles y todos importantes desde el punto de vista funcional, hace imperativo el empleo de una técnica atraumática. Para lograr una visualización adecuada de todos estos elementos es necesario tener el campo operatorio perfectamente seco, lo cual se obtiene produciendo isquemia operatoria con un manguillo colocado en la parte media del brazo. En ninguna ocasión debe usarse gasa para secar el campo. El trauma producido por ésta es suficiente para dar lugar a adherencias secundarias. En su lugar, se emplea una jeringa para estar irrigando constantemente, con lo que no sólo se eliminan pequeños coágulos, sino que se conservan húmedos los tejidos expuestos y se proteje su vitalidad. En ninguna ocasión puede permitirse el uso de pinzas de disección y, con más razón, hemostáticas o de Allis, para manejar los tejidos. Estos deben ser tocados, sólo cuando es necesario, con los guantes mismos o con ganchos muy finos. Al llevar a cabo la hemostasia debe tenerse PRF.NSA MiDlCA MEXICA:-IA especial cuidado en pinzar exclusivamente el vaso que sangra, sin incluir tejido celular y ligar con el más fino material cortando el hilo al ras del nudo. Todas las suturas deben hacerse sin tensión alguna, muy moderadamente apretadas, y pro· curando tener una oposición perfecta de los bordes .. El apego a las reglas generales de cirugía atraurnática constituye la diferencia entre un buen resultado funcional y un fracaso; entre una mano útil y una mano rígida. PRESENTACI6N DF. DOS CASOS El enfermo 1. A. V., fué visto por nosotros en noviembre de 1954, unas cuantas horas después de haber sufrido un accidente en una máquina industrial. Afortunadamente, el paciente no fué sujeto a curación previa alguna, de tal manera que no se emplearon antisépticos, ni se a umentó el trauma sino que fué cubierto únicamente por un apósito estéril. A la exploración, encontramos que la mano derecha presentaba una amputación irregular del pulgar a nivel del segmento proxímal de la primera falange y una fractura de la cabeza del primer metacarpiano con lesiones de la articulación metacarpoíalángica. Esta fractura estaba expuesta habiendo una pérdida de sustancia de piel de forma irregular con diámetro aproximado de 5 X 6 cm en la porción externa de la articulación metacarpofalángica y extendiéndose hacia el dorso y la palma, de tal manera, que los tendones extensor y flexor superficial se encontraban des. cubiertos. Así mismo, estaba expuesto y parcialmente destruido el nervio dorsal externo del índice. El enfermo fué llevado inmediatamente a la sala de operaciones, bajo anestesia general se llevó a cabo un asco muy cuidadoso de la mano y parte del antebrazo utilizando' exclusivamente agua y jabón. Como debe ser rutina en estos casos, empleamos un torniquete de isquemia durante la operación. Este, sin embargo, fué soltado al final de este tiempo para hacer una hemostasia lo más perfecta posible. El muñón del pulgar fué regularizado a nivel de la articulación metacarpofalángica y suturado adecuadamente. Los tendones expuestos fueron cubiertos por pequeños colgajo. del tejido celular vecino con objeto de aumentar su protección, así como para proporcionarles tejido de deslizamiento. Finalmente, la pérdida de piel fué cubierta con un delgado injerto epidermopapilar. Se movilizó la mano en posición de función empleando una férula de Mason Allen y en el postoperatorio se mantuvo la mano elevada y se administraron los antibióticos de rutina. Las heridas fueron descubiertas al sexto día, encono trando que el injerto había pegado en su totalidad; la inmovilización se prolongó durante tres semanas. A pesar de no observarse radiolégicamerge la presencia del callo óseo en esta fecha, insistimos en la movilización activa a partir de ese momento e inclusive se devolvió el enfermo al trabajo al final de la sexta semana, Dos meses más tarde, se procedió a practicar la pulgarización del índice. Como muestra la figura 1 las lesiones iniciales del índice habían dado lugar a , LA PRENSA MÉDICA 325 MEXICANA una anquilosis parcial de la articulación MF limitando notablemente sus funciones. En estas condiciones, a pesar de conservarse íntegro el metacarpiano del pulgar, tanto física como fun, cionalmente, no nos pareció adecuado profundizar la pija para ser empleada intramedularmente como injerto. La cabeza del primer metacarpiano fuf también resecada (fig. 4). Liberados todos los elementos, se traspuso la porción restante del índice al metacarpiano del pulgar, fijándola sólidamente con el injerto óseo y teniendo FIG. 1. primera comisura interdigital en vista de la. poca utilidad del índice. Por esta misma razón, creímos perfectamente justificado sacrificar este dedo, en favor de la formación de una mano pulgar. Las incisiones cutáneas estuvieron necesariamente condicionadas por las cicatrices previas y la presencia del injerto cutáneo. En términos generales, se cortó FIG. 3. cuidado de darle la rotación necesaria para obtener una oposición adecuada con los tres dedos restantes. El tendón flexor tomó una posición adecuada y el FIO. 2. en raqueta, en la base del índice, dejando un pequeño colgajo dorsal; en la comisura seguimos la forma de una Z modificada para evitar retracción secundaria y el extremo de uno de sus pediculos se prolongó hasta la cicatriz de la amputación del pulgar (fig. 2). A continuación se disecaron los pediculos neurovasculares y los tendones y se seccionó el ligamento intermetaearpiano (fig. 3). Se resecó una porción ósea que comprendía desde la base del segundo metacarpiano hasta la porción media de la primera falange del índirr. De esta porción ÓS~lI se talló tina pequeña FlG. 4. extensor fué fijado en la región dorsal mediante unos cuantos puntos de nylon 4-0 (fig. 4). El enfermo tuvo un postoperatorio satisfactorio y se inició la movilización a la cuarta semana (La figura 5 muestra un estudio radiográfico tomado en esa fecha). Las siguientes fotografías fueron tomadas ocho semanas después de la operación y puede observarse 1111 326 LA resultado cosmético y funcional muy satisfactorio, con un oponente en posición correcta, provisto de fuerza y movimientos que van siempre en aumento y con circulaci6n y sensibilidad perfectos (figs. 6, 7 y 8). El enfermo J. H. P., de 19 años de edad, sufri6 una quemadura eléctrica al manejar un cable de alta FlG. l'RENSA FIG. FlG. MEXICANA un dedo muy poco útil para reconstruir un pulgar indispensable. Como tiempo preliminar se hizo la resección del proceso cicatricial de la cara palmar del índice reparando con plasrias en Z y aplicación de injertos libres de piel. Se obtuvo con esto una extensión del índice suficiente para adaptarse a la posición de oposición en 5. tensi6n. Se presentó al Servicio un año después del accidente con pérdida del pulgar y contractura cicatricial del índice. La piel de la comisura entre el pulgar y el índice estaba en buenas condiciones. El MÉDICA 7 el sitio del pulgar y proporcionar una buena pinza. Tres semanas después se llevé a cabo la trasposicién del dedo siguiendo la técnica antes descrita. Hubo una evolución satisfactoria y se iniciaron los movimientos del nuevo pulgar a la cuarta semana. 6 FlO. primer metacarpiano estaba conservado, así como los músculos de la eminencia tenar, Este caso particular representa también el problema caractertstico de lesión concomitante del índice. Existe, por lo tanto, una indicación ideal para emplear 8. La reeducación del paciente para la adecuada de los movimientos del índice función de pulgar fué más prolongada llegándose a pensar en la conveniencia coordinación en su nueva en este caso de hacer la LA PRENSA MÉDICA 3'27 MEltlCANA sección de los tendones flexores y su anastomosis con los propios del pulgar a nivel de la parte baja del antebrazo. Afortunadamente, bastó con la físioterapia y el ejercicio voluntario y el paciente pudo desempefiar normalmente su trabajo tres meses después de la operación. CONCLUSIONI';S mayoría de los casos el índice ha sido más o menos lesionado al mismo tiempo que el pulgar. Como en otros problemas de cirugía de la mano, los buenos resultados dependen de la planeación cuidadosa de la reconstrucción y del apego más estricto a las reglas de cirugía atraurnática. REFERENCIAS La pérdida del~pulgar da lugar a una inca1. Bunnell, S.: Surgery of the hand. pág. 390-105. Philadelphia.: .J. B. Lippincott Co. 1944. pacidad muy grave de la mano que puede y 4. Graham, W. C.; Brown, J. B., Cannon, B. y debe corregirse en la mayoría de los casos. Riordan, D. C.: Journal of bone and joint surg. De los métodos de reconstrucción propuestos, 29 :998-1004, 1947. la formación de colgajo tubulado con un injerto :\. Gosset, J.: journal de chirurgie. 65: N" 7-8, 1949. óseo en su interior constituye, en los casos de 4. Littler,.J. W.: Plastic and reconst. surg. 4:215amputación de varios dedos de la misma mano, 226, 1952. un recurso extremo para la formación de un . 5. Tanzer, R. y Littler, J. W.: Plastic and reconst. elemento oponente rígido. surg. 5:533-547, 1948. En nuestra opinión, el t.asplante de un dedo 6. Byars, L. T.: P1astic and reconst. surg, 3: 274276, 1952. del pie o de la otra mano no presenta ventajas 7. Iselin, M. y Murat, j.. Presse Mcd., 45: 1099sobre el colgajo tubular con injerto óseo con 1102, 1937. excepción, tal vez, del aspecto estético, y no 8. Szalazak, J.: Plastic and reconst, surg. 1: 67 -71, 1951. creemos que justifique su ejecución en varios 9. Serrano Rebeil, A.: Anales del Colegio Nacional tiempos con inmovilización muy incómoda y de Médicos Militares. 38:8-18, 1954._ hospitalización muy prolongada. 10. Velasco Zirnbrón, A.: Trabajo leído en el ConLa transposición del índice al sitio del pulgar greso de Ortopedia, México, D. F., noviembre de 1954. es indudablemente el método de elección. Cree11. Ortiz Monasterio, F. y Serrano Rebeil, A.: Remos que está perfectamente justificado sacrificonstrucción del pulgar mediante trasposición car el índice para dar un pulgar tan útil como del índice. Rev. Med. del Hosp. General. 18: el original; más aún si se considera que en la NQ 6:346--355, 1955.