332 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES En todo contrato existe una convención. Esta es la base y elemento esencial del contrato. No puede haber contrato sin convención aún cuando sí pueden existir convenciones que no constituyen contrato. Convención viene de cunveniere (venire cum); en derecho romano convención era sinónimo de convenio o de pacto: duorum pluriumve in idem placitum consensus (cuando dos o más personas se ponen de acuerdo acerca de un objeto determinado). Las partes, al formar una convención destinada a producir efectos jurídicos, pueden tener el propósito de crear, modificar o extinguir un derecho. La simple convención no era suficiente para producir efectos jurídicos, era pues, necesario que estuviera revestida de determinadas solemnidades exigidas por el derecho civil, para que elevándose a la categoría de contratos, produjera los efectos. Esas formalidades consistían ya en determinadas palabras solemnes pronunciadas por las partes (contratos verbis), ya en la escritura (contratos litteris), ya en la entrega de la cosa materia de la convención como en los contratos formados re, origen de los contratos reales. Es decir, en derecho romano contrato y convención no eran una misma cosa. El contrato era una convención reconocida y sancionada por la ley, como generadora de obligaciones entre las partes y, como anotamos antes, la convención era el acuerdo de dos o más voluntades para crear, modificar o extinguir un derecho. Con la evolución del derecho romano se reconocieron determinadas convenciones que bastaban, por sí solas, para formar un contrato generador de obligaciones civiles. Fue este el origen de los llamados Contratos consensuales, que no necesitaban solemnidad para perfeccionarse. Basta para ello el consentimiento de los contratantes, unido a los otros elementos esenciales del contrato. Cuando las convenciones estaban expresamente amparadas por normas, se llamaban pacta vestita, lo contrario eran las pacta nuda. Al parecer las dos maneras más antiguas de obligarse de los romanos fueron primeramente, el nexum, que tenía por causa un préstamo de dinero; después la sponcio; sin duda se practicaron desde su origen y otras operaciones indispensables aún en una sociedad naciente. El nexum se realizaba por medio del cobre y la balanza, per aes et libram. En una época en que los romanos ignoraban el arte de acuñar la moneda, la cantidad