Errores humanos y disfagia Editorial disfagiaaldia

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ERRORES HUMANOS, IMPLICACIONES DE SEGURIDAD DEL PACIENTE Y
MANEJO MULTIDISCIPLINARIO DEL PACIENTE CON DISFAGIA
Discusión Editorial: Disfagiaaldia.com
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La evolución de las ciencias médicas, y en general de los mecanismos de minimización del
errores humanos y la seguridad del paciente, han permitido el surgimiento de disciplinas que
actualmente se encargan de velar por la seguridad y la disminución de las fallas en la
prestación de la atención en salud, particularmente con filosofías basadas en la atención
centrada en el paciente (Organización Mundial de la Salud –Reporte de Bioseguridad del
Paciente, 2007). Sin embargo, es misión de cada profesión, la de autoregular y velar que las
intervenciones de aquellos que practican una profesión sean por demás responsables y
eficientes.
Una revisión de la Comisión de Centros de Salud (The Joint Commission’s Annual Report on
Quality and Safety) identificó que el 50% de los errores médicos eran atribuibles a una
comunicación interdisciplinaria de baja calidad, sumada al poco entrenamiento de sus
miembros y la atención con técnicas poco estudiadas o de poca fundamentación científica.
Desafortunadamente, la intervencion en disfagia no ha sido ajena a errores humanos y en
consecuencia, a errores que comprometen la salud y supervivencia de aquellos pacientes que
por diversas razones padecen disfagia.
Un problema inicial que parece común a muchos países alrededor del mundo, es el entender y
porque no, adoptar una definición única del termino disfagia. La definición es compleja dado
sus componentes fisiológicos y las distintas interacciones neuromusculares que le comprende,
resultando en distintos niveles de entendimiento por parte de los miembros del equipo
interdisciplinario. Por convención general, la disfagia incluye manifestaciones clínicas de
distintos niveles como dificultades y complicaciones que tienen que ver o comprometen el
comer, el beber y la disminución en la capacidad de la persona para manejar sus propias
secreciones. En adición, incluye factores sicosociales y emocionales tanto para los pacientes
mismos como para sus familias.
La presencia de disfagia puede conducir a varias complicaciones, tales como deshidratación,
pérdida de peso y desnutrición, complicaciones pulmonares y neumonía. La incidencia y
prevalencia de disfagia a través de los centros de atención de salud varía. La Asociación
Americana del Habla, Lenguaje y Audición (ASHA) estima que la prevalencia puede ser tan alta
como 22% para personas mayores de 50 años. Se indica también que el 61% de los adultos
con disfagia son admitidos a centros de cuidados agudos y un 41% son admitidos en los
centros de rehabilitación. Entre un 30 al 75% de los pacientes residen en centros de enfermería
especializada, y entre un 25% y el 30% son admitidos en los hospitales de cuidados generales.
La probabilidad de presencia de disfagia es más común en ciertas poblaciones de pacientes.
En total, entre 300.000 a 600.000 pacientes en Estados Unidos padecen de disfagia o son
diagnosticados con disfagia anualmente. La prevalencia de la disfagia en pacientes que han
sido diagnosticados con accidente cerebrovascular es de un 25% a un 70%, con 10% a 30% de
esta población confirmada con disfagia y presencia de aspiración. Otros trastornos con una alta
prevalencia de disfagia incluyen Lesión Cerebral Traumática, Esclerosis Lateral Amiotrófica,
enfermedad de Parkinson, y cáncer de cabeza y cuello.
En las últimas dos décadas, la industria del cuidado de la salud ha experimentado un cambio
fundamental en los avances médicos y tecnológicos. Esta progresión ha aumentado el número
de pacientes diagnosticados con disfagia, en presencia de diagnósticos médicamente más
complejos, tales como enfermedades con procesos pulmonares, procesos gastrointestinales, y
neurológicos, que son tratados por el patólogo del habla o el fonoaudiólogo.
Es indudable que el manejo de la disfagia en esta población requiere de una formación
especializada, así como una comprensión sofisticada del diagnóstico y los métodos de
tratamiento.
En los Estados Unidos aproximadamente 10 millones de personas son referidas para
evaluaciones de la deglución Las evaluaciones por regla general, pueden llevarse a cabo en
cualquier nivel de atención desde cuidados de atención de consulta externa, hasta hospitales
de cuidados agudos y de trauma. Aun en algunos lugares se puede llevar a cabo a nivel
domiciliario (home careo). En cualquier caso el objetivo es la identificación temprana de signos
de presencia de disfagia, en cuyo case es responsabilidad de todos los miembros del equipo
médico. El patólogo del habla dentro de cada ámbito clínico debe educar al equipo médico
sobre los síntomas tempranos que aumentaría la sospecha de un diagnóstico de la disfagia.
Clasificar o especificar cuáles podrían ser los errores más comunes en el manejo de los
pacientes con disfagia tomaría sin duda tiempo y múltiples discusiones. Un error médico se
define como “fallas en el proceso que desencadenarían efectos negativos en el manejo del
paciente”. Si nos apegáramos a esta definición, la lista podría sin duda, hacerse más
específica.
Sin duda el entrenamiento y la experiencia clnica de quien diagnostica los problemas de
deglución es fundamental en la prevención de errores. Un profesional bien entrenado sabrá
interpretar al paciente y su sintomatologia de una manera efectiva y eficiente.
Si un profesional no reconoce o ignora síntomas y la presencia de una historia clínica de
problemas de deglución, tendrá problemas identificando factores de riesgo comunes como:
-
La incapacidad del paciente para permanecer alerta durante el consumo de alimentos,
Entender que significa para un paciente el experimentar problemas de respiración
durante la alimentación.
-
Experimentar dificultades para manejar sus propias secreciones
Problemas de postura y saliveo.
Problemas en producir tos voluntariamente.
Problemas de habla.
Problemas para entender cualquier circunstancia que interfiera con una alimentación
segura y efectiva.
El desconocimiento por parte del profesional puede sin duda causar errores que por pequeños
que pudieran parecer, pueden llegar a comprometer la vida y la seguridad del paciente.
Los errores más comunes en intervenciones con disfagia incluyen dietas prescritas
incorrectamente, fallas en la continuidad de la rehabilitación de la disfagia, y la no utilización de
estrategias de compensación según las instrucciones y recomendaciones prescritas por el
patólogo del habla o el médico tratante. Estos errores, si no son corregidos a tiempo,
generalmente desencadenan compromisos pulmonares, ahogamiento, deshidratación, pérdida
de peso, y la necesidad de re -hospitalización que en consecuencia aumenta los costos de
tratamiento relacionados.
La necesidad de informar y llevar una buena documentación del caso clínico es esencial, ya
que el tener un documento bien elaborado, que especifique las directrices de cualquier
intervencion, minimizará las falencias y carencias de comunicación entre aquellos profesionales
que tengan a su cargo la atención del paciente con disfagia.
Además de la función del Patólogo del Habla/Fonoaudiólogo de evaluar y tratar, existe un papel
crítico e ineludible: “educar al equipo médico”. En la mayoría de los casos, las
recomendaciones hechas por el patólogo del habla son el resultado de un amplio
conocimiento y formación. Avanzar en el conocimiento del equipo médico se convierte en un
componente clave que garantiza que la seguridad del paciente y debe de dirigirse a todos los
niveles profesionales. El uso de un modelo multidisciplinario en la formulación de informes
clínicos reduce la necesidad de estar “adivinando” que será lo mejor para el paciente.
Esta posición editorial busca generar una reflexión permanente entre quienes tenemos la
responsabilidad de día a día servir a los pacientes con disfagia. El diagnostico e intervencion
con este tipo de población no debe tomarse ligeramente y por el contrario, debería ser el
resultado de permanente análisis de la información disponible, entrenamiento frecuente y
cuestionamiento de ciertas intervenciones que frecuentemente son ofrecidas a los
profesionales en cursos o entrenamientos dudosos y rápidos que no tienen la rigurosidad
científica necesaria que garanticen una adecuada intervencion en disfagia.
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REFERENCES
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