Departamento de Planificación y Desarrollo División de Gobernabilidad y Democracia Strengthening Women’s Rights Poniendo fin a la violencia contra las mujeres y niñas - protegiendo los derechos humanos Buenas prácticas para la Cooperación para el Desarrollo Publicado por: Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH Postfach 5180, 65726 Eschborn Internet: http://www.gtz.de Por encargo de: Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) Contacto Michaela Paßlick, Ref. 211 Teléfono: (+49 228) 535 3734 E-mail: [email protected] Internet: www.bmz.de Concepción y contactos: Juliane Osterhaus, Anette Funk Teléfono: (+49 61 96) 79 1523 Telefax: (+49 61 96) 79 6126 Email: [email protected] [email protected] Web: http://www.gtz.de/en/themen/ politische-reformen/897.htm Responsable: Bernd Hoffmann Texto: Anette Funk en colaboración con James Lang y Juliane Osterhaus Edición: Susan Ramsay Diseño: Jeanette Geppert, konzept & design www.jeanette-geppert.de Impresión: Klarmann Druck www.klarmanndruck.de Eschborn 2006 Anette Funk es graduada en ciencias políticas y especialista en temas de género y derechos de la mujer. Ha trabajado durante varios años para una ONG alemana que apoya a mujeres víctimas de la trata de personas y la violencia. Anette trabaja actualmente en el proyecto “Fortalecimiento de los derechos de la mujer” de la GTZ. Su trabajo se centra sobre todo en temas relacionados con la violencia de género y la participación política de las mujeres. James L. Lang es consultor e instructor sobre temas relacionados con la pobreza, la equidad de género y la lucha contra la violencia basada en el género. James ha trabajado para numerosas organizaciones de desarrollo, incluyendo el PNUD, Oxfam de Gran Bretaña, el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer de las Naciones Unidas (INSTRAW) y la GTZ. Es autor de diversas publicaciones sobre la violencia de género y sobre los varones como colaboradores en la equidad de género. Actualmente trabaja para el PNUD en el Sudeste de Asia. Juliane Osterhaus es graduada en sociología y completó sus estudios de postgrado en el Instituto Alemán de Desarrollo. Desde 1990, ha venido trabajando para la GTZ en diversas posiciones en la Central y en África, concentrándose en temas de género y derechos humanos, participación y cultura social. Actualmente es directora de dos proyectos suprarregionales titulados “Fortalecimiento de los derechos de la mujer” e “Implementación de los derechos humanos en la Cooperación Alemana para el Desarrollo”. Departamento de Planificación y Desarrollo División de Gobernabilidad y Democracia Proyecto “Fortalecimiento de los derechos de la mujer” Poniendo fin a la violencia contra las mujeres y niñas - protegiendo los derechos humanos Buenas prácticas para la Cooperación para el Desarrollo Índice Prefacio Abreviaturas Resumen Ejecutivo Introducción 6 8 9 10 1. 1.1 1.2 1.3 VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: DIMENSIONES Y CIFRAS Definición de un fenómeno mundial Escala y dimensiones del problema Violencia a lo largo del ciclo de vida de la mujer 12 12 12 15 2. 2.1 2.2 2.3 2.4 2.5 CÓMO EXPLICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Violencia y género Violencia y modelos masculinos Factores sociales que contribuyen a la violencia contra la mujer Disipando mitos Oportunidades de cambio 17 17 17 19 21 21 3. MARCO LEGAL INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS 3.1 Reconocimiento de la violencia contra la mujer como una violación de derechos humanos 3.2 Los derechos humanos “en casa”: convenciones, acuerdos e instituciones regionales 4. 4.1 4.2 4.3 4.4 4.5 4.6 4.7 VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO La violencia genera pobreza La violencia dificulta la educación La violencia pone en peligro la igualdad de género La violencia puede matar bebés La violencia amenaza la salud de las mujeres y niñas La violencia acelera la propagación del VIH/SIDA Terminar con la violencia contra la mujer dentro del proyecto nacional de los ODM 22 22 25 26 26 27 28 29 30 30 31 5. 5.1 5.2 5.3 5.4 5.5 5.6 5.7 5.8 CÓMO LIDIAR CON LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: BUENAS PRÁCTICAS PROVENIENTES DE TODAS PARTES Cómo conducir investigaciones cualitativas y establecer bancos de datos empíricos Demanda de reformas en las leyes nacionales y su implementación Mejora de los conocimientos legales y del grado de conciencia a nivel local Superación de los estereotipos de género: trabajando con hombres y niños para promover la igualdad de género El género en la mira: usando los medios de comunicación para incrementar el grado de conciencia y promover una mayor igualdad de género Desarrollo de capacidades al interior de profesiones pertinentes Fortalecimiento de sinergias y cooperación entre instituciones: programas de intervención contra la violencia Aprendiendo de la experiencia: seguimiento del impacto y la eficacia de las intervenciones Perspectivas Anexo Bibliografía Enlaces (links) de Internet 32 33 35 39 41 44 47 51 53 56 57 58 63 Prefacio La violencia contra las mujeres y niñas es una violación fundamental de los derechos humanos, que se extiende a través de naciones, culturas y clases. Es un fenómeno masivo, que asume muchas formas distintas y tiene consecuencias desastrosas para la salud y supervivencia de las mujeres y niñas. Los costos económicos y sociales que resultan de tal maltrato implican una carga considerable para la sociedad entera, y obstaculizan significativamente el desarrollo. Por lo tanto, el prevenir la violencia contra las mujeres y niñas representa una contribución clave al logro de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU y a la reducción de la pobreza. El Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) subraya los vínculos entre la reducción de la pobreza, el desarrollo y el fomento de los derechos humanos en su Plan de Acción de Política de Desarrollo sobre Derechos Humanos 2004 - 2007 (julio de 2004). El plan claramente establece que el extender las facultades de las mujeres y fortalecer sus derechos son prioridades clave de la política de desarrollo alemana. El firme compromiso político con los derechos humanos de las mujeres también queda expresado y arraigado en el Programa de Acción 2015 de Lucha contra la Pobreza del Gobierno Federal Alemán (abril de 2001). Desde 1997, el proyecto de la GTZ titulado “Fortalecimiento de los derechos de la mujer” ha apoyado por encargo del BMZ una amplia gama de proyectos innovadores y ejemplares para prevenir la violencia contra las mujeres en más de 30 países en todo el mundo. Este trabajo pone gran énfasis en tratar las causas estructurales de la violencia de género: la violencia sexual, física y psicológica contra las mujeres y niñas no es una condición natural, ni tampoco el simple resultado de difíciles circunstancias sociales y económicas. Más bien, la violencia de género es consecuencia del desequilibrio de poder entre hombres y mujeres, y refleja las normas de género que prevalecen en la sociedad. 6 Los derechos humanos internacionales han sido el marco normativo guía para los proyectos presentados en este estudio. Al mismo tiempo, se ha adoptado un enfoque sensible al entorno cultural, que aspira a desarrollar estrategias desde una perspectiva local, y con frecuencia incluye la cooperación con instituciones tradicionales y religiosas en los países contraparte. Tal enfoque ha demostrado ser importante para lograr el apropiamiento (“ownership”) y la aceptación a nivel local, así como la sostenibilidad de los procesos de reforma fomentados. Los casos ilustrados en el presente documento comprenden ejemplos del trabajo implementado por tres proyectos suprarregionales de la GTZ, titulados “Fortalecimiento de los derechos de la mujer”, “Lucha contra la trata de mujeres” e “Iniciativas contra la mutilación genital femenina”, así como por numerosos proyectos bilaterales de desarrollo llevados a cabo por la GTZ por encargo del Gobierno Federal Alemán. Al compartir las experiencias de nuestro trabajo en África, Asia y América Latina, nos gustaría contribuir a un proceso internacional de aprendizaje. Esperamos que nuestras experiencias estimulen y alienten a otras instituciones a intensificar sus esfuerzos para prevenir la violencia en diferentes niveles y diversos sectores. Esta publicación no habría sido posible sin los valiosos aportes y comentarios de un grupo de colegas y expertos externos. Por lo tanto, quisiéramos agradecer encarecidamente a Bushra Barakat, Marion Bihler, Kerstin Brunner, Emmanuela Finke, Anna Erdelmann, Yasmeen Hamdan, Kerstin Lisy, Stefanie Lux, Susanne Mueller, Eva Neuhaus, Rita Schäfer, Promita Sengupta, Constanze Pfeiffer y Johanna Willems. Por último, damos las gracias a Anette Funk y James Lang - los autores principales - por su excelente trabajo. Bernd Hoffmann Director de la División de Gobernabilidad y Democracia Juliane Osterhaus Jefa del Proyecto “Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer” 7 Abreviaturas ACHPR Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (African Charter on Human and Peoples' Rights) Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer Cooperación Internacional Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit GmbH Comisión de Desarrollo de la Reforma Legal (Legal Reform Development Commission) Mutilación Genital Femenina Organización de Base Comunitaria Objetivos de Desarrollo del Milenio Organización Internacional del Trabajo Organización Mundial de la Salud Organización no Gubernamental Organización de las Naciones Unidas Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer Virus de Inmunodeficiencia Humana La Mujer en el Derecho y el Desarrollo en África (Women in Law and Development in Africa) BMZ CEDAW CI GTZ LRDCIC MGF OBC ODM OIT OMS ONG ONU SIDA UNIDFEM VIH WILDAF 8 Resumen ejecutivo La violencia contra mujeres y niñas constituye una de las expresiones más directas del desequilibrio de poder entre hombres y mujeres. El análisis de registros y estudios estadísticos presentado en la primera sección muestra que la violencia contra la mujer en sus diversas formas es un fenómeno mundial, que atraviesa culturas, naciones y grupos sociales y de edades. El presente informe sostiene que las causas fundamentales de la violencia contra la mujer son las normas dominantes de género y el desequilibrio de poder entre hombres y mujeres. Esta publicación describe el marco internacional y regional de derechos humanos relacionado con la violencia de género y evidencia el terrible impacto de la violencia contra mujeres y niñas sobre el desarrollo humano y su directa relación con la mayoría de los ODM. La segunda parte ofrece una amplia gama de ejemplos que ilustran las experiencias prácticas de la GTZ en combatir la violencia contra mujeres y niñas en América Latina, África y Asia. Los autores describen numerosos estudios de caso referidos a intervenciones a nivel micro, meso y macro, a través de varios sectores (tales como educación, justicia y medios de comunicación) y con la participación de instituciones gubernamentales y no gubernamentales, incluyendo autoridades religiosas y tradicionales. El informe plantea firmemente que para prevenir la violencia de género resulta esencial lidiar con estereotipos de género y con la relación entre ambos sexos. Por lo tanto, el trabajar con los hombres y niños resulta igualmente importante que apoyar a las mujeres y niñas. 9 Introducción Introducción “La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos y quizás la más generalizada. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz.” (Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, 8 de marzo de 1999) La violencia contra las mujeres y niñas se percibe a menudo como un problema individual y como una suerte de incidentes aislados. Sin embargo, si echamos un vistazo a las pruebas empíricas nos encontramos con un panorama alarmante. El Banco Mundial estima que la violencia contra la mujer es una causa tan grave como el cancer de muerte e incapacidad para las mujeres en edad reproductiva, y ademas representa una causa de dagnos a la salud mas significativa que los accidentes de transito y el paludismo, en conjunto. (Banco Mundial, 1993). A la luz de estos hechos, resulta evidente que la violencia contra la mujer no es sólo una fundamental violación de los derechos humanos, sino que representa uno de los desafíos de salud pública más cruciales y uno de los mayores factores de contribución a la pobreza. Por lo tanto, el reducir la violencia contra las mujeres y niñas es también un aspecto clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El reconocimiento internacional de la violencia contra la mujer como una violación de los derechos humanos fue el resultado de la dedicada campaña llevada a cabo durante muchos años por los/las activistas de los derechos de la mujer y las sobrevivientes de la violencia. En 1993, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena finalmente reconoció los derechos de la mujer como derechos humanos, una posición que ha sido reafirmada en todas las reuniones cumbre a nivel mundial, desde entonces. Desde la conferencia de Viena, la violencia contra la mujer ha dejado de ser un asunto privado y se ha convertido en un tema establecido de los debates públicos. Una diversidad de iniciativas en todo el mundo ha incrementado el nivel de conciencia y ha contribuido a fomentar reformas legales en apoyo a las sobrevivientes de los malos tratos y a favor del castigo de sus victimarios. Sin embargo, es necesario aunar mayores esfuerzos y más recursos para hacer frente apropiadamente a la enorme magnitud y naturaleza multidimensional del problema. 10 La presente publicación sostiene que existe un ámbito considerable para la acción en todos los niveles del proceso político. El documento comparte las experiencias y lecciones aprendidas de una amplia gama de proyectos implementados por la GTZ por encargo del Gobierno Federal Alemán. En este sentido, no sólo deseamos contribuir al proceso global de aprendizaje, sino también alentar e inspirar a todos los involucrados en la cooperación para el desarrollo para que participen en poner fin a esta fundamental violación de los derechos humanos. El primer capítulo define el término 'violencia' utilizado en esta publicación y describe la escala global del problema. Este capítulo hace una breve presentación de las diversas formas de violencia contra las mujeres y niñas, clasificándolas según el contexto regional y la edad. El segundo capítulo analiza en mayor detalle las causas estructurales de la violencia contra la mujer y toma en cuenta las ideas preconcebidas subyacentes que se utilizan para justificar tales prácticas. El tercer capítulo proporciona una visión panorámica del marco legal internacional y resalta los convenios internacionales y regionales de derechos humanos más importantes, que proporcionan la base para las iniciativas dirigidas a poner fin a la violencia contra la mujer. El cuarto capítulo describe los costos personales, económicos y sociales de la violencia contra la mujer, y muestra cómo estos factores obstaculizan el progreso hacia el logro de los ODM. El quinto capítulo ilustra ejemplos prácticos del trabajo de la GTZ para prevenir la violencia de género. Hemos evitado el uso de las notas de pie de página para facilitar la lectura del texto. Sin embargo, las fuentes pertinentes se citan en la bibliografía, y también se adjunta una lista de enlaces (links) de Internet para proporcionar un acceso rápido a fuentes de información adicionales. 11 1. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: DIMENSIONES Y CIFRAS 1.1 Definición de un fenómeno mundial En 1993, la Asamblea General de la ONU formuló una definición integral de la violencia contra la mujer, que dio lugar a la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ésta fue debidamente adoptada por los miembros de la Asamblea y su uso se ha extendido en todo el mundo:: “A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. Artículo 1 Se entenderá que la violencia contra la mujer abarca los siguientes actos, aunque sin limitarse a ellos: (a) La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluidos los malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, los actos de violencia perpetrados por otros miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación; (b) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada; (c) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra.” Organización de las Naciones Unidas: Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 1993 Debería añadirse en este lugar que - si bien las mujeres y niñas constituyen las víctimas en la mayoría de los casos - los hombres y niños también pueden constituirse en el blanco de la violencia de género, como ocurre en los casos de abuso sexual o violencia contra los homosexuales. Además, los varones no siempre son los victimarios: las mujeres también cometen actos de violencia de género en contra de los varones o en contra de otras mujeres. Sin embargo, existen amplias pruebas empíricas de que la gran mayoría de los autores de la violencia de género son varones, mientras que la mayoría de las víctimas son mujeres. Tomando en cuenta este hecho, la presente publicación se concentra en la violencia contra las mujeres y niñas como la forma predominante de violencia de género. 1.2 Escala y dimensiones del problema La violencia contra la mujer existe en todos los países del mundo. Afecta a todos los segmentos de la sociedad y se presenta en todos los grupos de edad. Sin distinción de contextos culturales, muchos de los autores de la violencia contra la mujer confían en que su comportamiento no será objeto de mayor censura dentro de su comunidad. Las estadísticas apuntan a que la violencia contra la mujer es 12 sorprendentemente generalizada. En términos globales, se estima que una de cada tres mujeres a nivel mundial sufrirá de algún tipo de violencia de género en el curso de su existencia. Las formas de maltrato incluyen las golpizas, la violación, la agresión física, la trata de mujeres, el asesinato, la humillación, la restricción de sus contactos sociales y su movilidad, el acoso y el ser sometida por la fuerza a las llamadas “prácticas dañinas” como la mutilación genital femenina (Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, 28.02.2000). Las siguientes secciones describen las formas y clases específicas de violencia contra la mujer. Además, se citan cifras con respecto a la preponderancia de tales tipos de violencia utilizando las categorías definidas en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. socialmente aceptados referentes al “honor de la familia”. Según la Relatora Especial de la ONU sobre la Violencia contra la Mujer, miles de mujeres y niñas son asesinadas todos los años por miembros de sus propias familias con miras a restablecer el “honor de la familia”. En última instancia, estas mujeres son víctimas de códigos de conducta patriarcales que aprueban el asesinato de mujeres y niñas como castigo por la violación de ciertas normas sociales de comportamiento aceptable: por ejemplo, el quedar embarazadas fuera del matrimonio (asesinatos “por honor”) o el ofrecer una dote inapropiada (asesinatos por la dote). a) Violencia al interior de la familia y a merced de parejas de la intimidad b) Violencia dentro de la comunidad en general y en el lugar de trabajo La violencia doméstica es un problema muy serio y ampliamente difundido. Un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos revela que las golpizas y agresiones físicas constituyen la causa individual de mayor importancia para las lesiones sufridas por las mujeres estadounidenses. De hecho, dan lugar a más consultas en las salas de emergencia (más de un millón al año) que la combinación de todos los accidentes de tránsito, los atracos y las violaciones. En Sudáfrica, se reportaron a la policía 52.733 casos de violación e intento de violación entre abril de 2003 y marzo de 2004. Se estima que esta cifra sólo representa uno de cada veinte casos, con lo cual la cifra real de incidentes podría llegar a un total de más de un millón por año. Según los registros policiales, el 41% de las víctimas de violación en Sudáfrica tiene menos de 12 años (Smith, 2004). Sin embargo, la evidencia también apunta a que - cuando una mujer logra salir de una relación violenta - corre el riesgo de ser víctima de una mayor persecución e incluso la muerte. La Organización Mundial de la Salud estima que las parejas masculinas son responsables del 40 al 70% de todos los homicidios de mujeres a nivel mundial (OMS, 2002). En Zimbabwe, un estudio realizado por Getecha y Chipika (1995) revela que la violencia doméstica es la causa de más del 60% de los asesinatos juzgados por el Tribunal Superior de Harare. El acoso sexual en los lugares de trabajo y las instituciones educativas constituye actualmente uno de los peligros ocupacionales más importantes. Un estudio reciente de la Unión Europea, basado en 21 500 entrevistas y llevado a cabo en todos los estados miembros, señala que el 2% de la fuerza laboral (tres millones de trabajadoras) fue sometido a acoso sexual durante el año anterior (Di Martino, Hoel y Cooper, 2003). La familia también juega un rol decisivo al determinar si las mujeres deben someterse a formas socialmente aceptadas de violencia contra la mujer. Por ejemplo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos estima que alrededor de 130 millones de niñas y mujeres a nivel mundial son víctimas de la mutilación genital femenina (MGF). Otros dos millones de mujeres son forzadas a algún tipo de MGF cada año, y un número desconocido muere como resultado de esta práctica. Aparte de las complicaciones agudas e inmediatas que implica para la salud, se sabe que la MGF tiene también consecuencias a largo plazo tales como serias complicaciones para la reproducción y la salud sexual, un riesgo incrementado de infección y problemas de salud mental. En forma similar, un estudio realizado en Nigeria reveló que las mujeres jóvenes con grados académicos por rutina son obligadas a conceder favores sexuales antes de que un empleador potencial esté siquiera dispuesto a considerar sus credenciales de estudios (Effah-Chukwuma / Osarenren, 2001). Las personas jóvenes son especialmente vulnerables a la explotación en el lugar de Las mujeres también corren el riesgo de sufrir malos tratos por parte de miembros de sus familias que actúan según ciertos códigos 13 Violencia contra la mujer: dimensiones y cifras trabajo. Según la OIT, unos 250 millones de niños entre las edades de cinco y catorce años que viven en los países en desarrollo son sometidos a trabajos forzados. Las niñas en particular son víctimas de una explotación extrema a través del trabajo ilegal e informal. Ya sea como trabajadoras domésticas, tejedoras de alfombras, trabajadoras industriales o prostitutas, estas niñas están a merced de sus explotadores y cuentan con muy pocas perspectivas de un futuro mejor. c) Violencia perpetrada o aprobada por el Estado En muchos países (por ejemplo, Afganistán, la India y Sudáfrica), las niñas son forzadas a someterse a exámenes de virginidad si han sido víctimas de ataques sexuales o si desean postular a alguna formación especial o ciertos puestos de trabajo. Esta práctica continúa, a pesar de que se ha comprobado que el examen forzado de los órganos genitales para buscar posibles daños al himen causa dolor, humillación e intimidación. Además, no resulta eficaz como prueba de virginidad o violación. Recientemente, los exámenes de virginidad también son vistos como una manera de refrenar la actividad sexual de las mujeres antes del matrimonio, y por lo tanto como una alternativa para combatir la epidemia del VIH/SIDA. Esto es particularmente común en África (Al, 2004). Un gran número de personas son víctimas de explotación a través de formas modernas de esclavitud. La trata de seres humanos es un negocio floreciente, comparable en su magnitud al tráfico internacional de narcóticos y armas. Con frecuencia, estas actividades delictivas se encuentran vinculadas. Se estima que la trata de personas arroja ganancias anuales de más de 30 000 millones de US dólares. Las mayores ganancias provienen de la trata de personas con propósitos de explotación sexual. Cifras recientes de la OIT sugieren que las ganancias provenientes específicamente de esta forma de tráfico podrían llegar a alcanzar los 27 800 millones de US dólares (OIT, 2005). De los aproximadamente 2,5 millones de hombres, mujeres y niños que cada año son víctimas de la trata de personas a nivel interno y transnacional, la mayoría son mujeres y niñas (OIT, 2005). La mayor parte de las víctimas son explotadas en la industria del sexo o forzadas a la remoción de órganos. Muchas son utilizadas como mano de obra barata, ya sea a través de matrimonios forzados o de adopciones. Las políticas de esterilización de los gobiernos son una clara ilustración de la violencia de género perpetrada por el Estado. Por ejemplo, el gobierno peruano impuso cuotas de esterilización entre 1996 y 1998, lo cual llevó a muchas mujeres a ser esterilizadas sin un consentimiento informado (Al, 2004 (2)). Los gobiernos también pueden estar autorizando la violencia contra la mujer al tolerar la existencia de ciertas formas institucionalizadas de violencia dentro de sus diversas instituciones. Esto es especialmente aplicable a las fuerzas policiales: según Amnesty International, miles de mujeres mantenidas en custodia policial son rutinariamente violadas mientras se encuentran en los centros de detención de la policía (Al, 2000). Crecientemente, la población civil se está convirtiendo en víctima de las guerras y los conflictos armados. Como acto bélico recurrente y deliberado, las mujeres y niñas son violadas sistemáticamente para destruir la dignidad e incluso la existencia de ciertos pueblos. Al utilizar la violencia sexual como estrategia de guerra, los grupos militantes no sólo pretenden causar dolor a las mujeres y niñas sino también a sus padres, maridos e hijos, al intentar demostrarles que son incapaces de proteger a sus hijas, esposas y madres. Al hacerlo, disminuyen la autoestima reproductiva y sexual de los varones, especialmente si estas mujeres “que pertenecen al enemigo” llegan a quedar embarazadas. El propagar el VIH/SIDA también puede formar parte de estas estrategias bélicas. De este modo, la violencia contra las mujeres es utilizada para desestabilizar a las sociedades y acabar con la resistencia. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, alrededor del 80% de todos los refugiados está constituido por mujeres y niños. La violación masiva ha sido extensamente documentada en los recientes conflictos civiles, y ha sido usada sistemáticamente como instrumento de tortura o dominación étnica. 14 1.3 Violencia a lo largo del ciclo de vida de la mujer La violencia de género afecta todo el ciclo de vida de la mujer. En cualquier momento de sus vidas, las mujeres pueden ser sometidas a formas de violencia tales como la amenaza de un ataque sexual, violación o incesto. Si bien los niños también corren riesgos, la posibilidad de que las niñas sean violadas o atacadas sexualmente es mucho mayor que en el caso de sus hermanos. Además, los victimarios de las mujeres son tan diversos como variadas son las oportunidades de agresión: puede tratarse de miembros de la familia, de hombres en posiciones de confianza o poder, o incluso de extraños. Muchas veces las mujeres deben afrontar patrones interdependientes o acumulativos de violencia, en que las formas físicas, económicas y emocionales de violencia se refuerzan unas a otras. El temor a la violencia, incluyendo el acoso, no sólo ejerce una constante presión sobre la autoestima y confianza de las mujeres, sino también implica una influencia negativa para su movilidad y acceso a los recursos, así como para sus actividades básicas de tipo social, económico y político. La violencia contra la mujer tiene un impacto intergeneracional: los niños y las niñas aprenden e imitan en gran medida los roles de género exhibidos por sus padres. En efecto, es más probable que los hombres que fueron testigos o víctimas de la violencia durante su niñez recurran a la violencia contra sus propias esposas e hijos. De igual modo, las mujeres que observan o experimentan malos tratos durante la infancia corren mayor riesgo de convertirse en víctimas durante su edad adulta. Un hecho interesante: muchas mujeres que fueron sometidas a la mutilación genital femenina suelen propugnar o permitir que se inflija la MGF a las mujeres de su familia. Es importante señalar que existen ciertas formas de violencia contra la mujer que sólo ocurren dentro de entornos culturales específicos. Ejemplos de ello son la violencia por causa de la dote, el infanticidio femenino y el aborto selectivo de fetos femeninos, los asesinatos por honor y la mutilación genital femenina. Si bien existen innegables divergencias culturales en la violencia, es necesario recordar que la violencia de género tiene rasgos universales. La violencia es un problema estructural en muchas sociedades del mundo, aunque existan diferencias en las formas en que se manifiesta este abuso del poder. El siguiente cuadro muestra una clasificación de las diversas formas de violencia de género que pueden tener lugar a lo largo del ciclo de vida de la mujer. 15 Violencia contra la mujer: dimensiones y cifras Etapa prenatal Í Primera infancia Violencia a lo largo del ciclo de vida de la mujer Í Í Í Í Í Í Í Í Niñez Í Í Í Í Í Adolescencia y edad reproductiva Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Í Edad avanzada Í Í Í Í Í Í Í Í Í Fertilización selectiva por sexo Aborto selectivo por sexo Violencia contra madres gestantes que afecta al feto Infanticidio femenino Acceso desigual a alimentos y atención médica Abandono o negligencia Mutilación genital Incesto y abuso sexual Mutilación genital Incesto y abuso sexual Acceso desigual a alimentos, atención médica y educación Trabajo infantil, prostitución infantil y trata de niñas Incesto y abuso sexual Violencia durante encuentros y la etapa del cortejo Sexo por coerción económica Matrimonio forzado Violación Violación marital Acoso y abuso sexual en el camino hacia o desde la escuela / el lugar de trabajo Acoso y abuso sexual en la escuela / el lugar de trabajo Denegación de la autodeterminación sexual - como por ejemplo el uso de anticonceptivos y otros métodos de planificación familiar y denegación del sexo seguro en tiempos del VIH/SIDA Prostitución forzada y trata de mujeres Maltrato psicológico por parte de la pareja y parientes Maltrato físico por parte de la pareja y parientes Delitos y asesinatos relacionados con la dote Asesinatos por honor Esterilización forzada Aborto forzado Maltrato y violación de mujeres con discapacidades Persecución de lesbianas Maltrato y explotación de viudas jóvenes Mutilación genital repetida luego del parto (infibulación) Maltrato de viudas Acusaciones y rituales relacionados con la brujería “Suicidio” forzado o asesinato de viudas por razones económicas Abandono o negligencia con respecto a mujeres mayores Maltrato psicológico por parte de la pareja y parientes Maltrato físico por parte de la pareja y parientes Violación Acoso sexual 16 2. CÓMO EXPLICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 2.1 Violencia y género o gozar de mayor estatus. Esto demuestra el modo en que las jerarquías de género forman parte de las relaciones económicas y sociales de mayor amplitud. Existen numerosas razones por las cuales existe la violencia y también existen muchas expresiones distintas de violencia. En un trabajo reciente de siete volúmenes sobre violencia y libertad, un autor distingue casi veinte categorías y justificaciones para explicar el comportamiento violento. La mayoría de estas justificaciones se formulan del modo siguiente: “en defensa de … xxx” (Vollmann, 2003). Dentro de este marco, la violencia se justifica en defensa de la patria, la autodefensa o la defensa de clase, credo, honor, autoridad, raza y cultura. Por lo tanto, el género ayuda a forjar las jerarquías y promueve las desigualdades. El género trata de las relaciones de poder entre los sexos, que tienden a privilegiar a los hombres frente a las mujeres y a preferir a algunos grupos por encima de otros: por ejem plo, a los heterosexuales frente a los homosexuales, bisexuales, lesbianas o transexuales. La violencia contra la mujer actúa como un “mecanismo policial” para crear, plasmar, defender o reforzar estas jerarquías injustas. En consecuencia, las justificaciones de la violencia contra la mujer son una defensa de la desigualdad en las actuales normas de género y estructuras socioeconómicas de poder en la esfera pública y privada. Vale la pena considerar en este lugar cómo se insertaría la violencia contra la mujer en esta clasificación. ¿Por qué razón los hombres son en su gran mayoría responsables de recurrir a la violencia en contra de las mujeres? Las causas para la violencia masculina contra las mujeres y niñas deben estar relacionadas con el modo en que se enseña a los individuos a ser hombres y mujeres, así como con las diferencias de género subsecuentes que estas percepciones traen consigo. Por lo tanto, las causas de la violencia contra la mujer se encuentran arraigadas en los conceptos, las desigualdades y las jerarquías de género. El término 'género' se utiliza para describir un conjunto de cualidades o comportamientos que las sociedades esperan de hombres y mujeres. Estas expectativas parten de la idea de que ciertas cualidades, conductas, características y roles resultan 'naturales' en el hombre, mientras que otras cualidades y roles son 'naturales' para la mujer. Sin embargo, el género no es natural ni biológico sino creado: se trata de un rasgo definido y aprendido por la sociedad. Los conceptos de género son parte de procesos de transformación de tipo social, político y económico. Por lo tanto, los roles de género son sometidos a la influencia de las familias, las escuelas, los medios de comunicación, la sociedad civil y el Estado. Por tal motivo, las instituciones estatales y las organizaciones no gubernamentales pueden contribuir a transformar las jerarquías de género. Para este propósito es importante contar con políticas y marcos legales de alto nivel de perfeccionamiento, porque en estos procesos de transformación a menudo coexisten conceptos de género contradictorios o competitivos entre sí: por ejemplo, la legitimación religiosa o tradicional de las jerarquías de género versus los enfoques de derechos humanos. En cada contexto individual, uno debería estudiar primero la situación específica a fin de proporcionar el mejor apoyo posible a los agentes del cambio, por ejemplo a través de la cooperación para el desarrollo. 2.2 Violencia y modelos masculinos Los hombres no son violentos por naturaleza contra las mujeres y niños; más bien, se hacen violentos como resultado de creencias y normas sobre lo que significa ser hombre. Al estudiar la violencia masculina vale la pena examinar dos aspectos de las normas de género de los varones en particular. El primero es el sentimiento de los hombres de “tener derecho” a ciertos privilegios frente a las mujeres, mientras que el segundo se refiere a algunas de las normas masculinas más comunes, es decir, a los modos ampliamente aceptados en que se supone que deben comportarse los hombres y los roles específicos que se espera que cumplan. A los hombres y niños se les enseña que tienen derecho a distintos tipos de privilegios sobre las mujeres. Entre estos ejemplos de ventajas masculinas tenemos un mayor poder y acceso a la esfera pública en comparación con las mujeres, el control sobre las actividades económicas, el ingreso y la movilidad de estas últimas, y el derecho a Muchas normas de género que gozan de amplia aceptación en todo el mundo se basan en un conjunto de creencias que tiende a valorar más a los hombres que a las mujeres. En general, los roles y rasgos asociados con los varones se suelen percibir como más valiosos que los relacionados con las mujeres. En consecuencia, los roles masculinos a menudo se consideran más dignos de recibir mejor paga 17 Cómo explicar la violencia contra la mujer existen muchos elementos comunes a través de diversas culturas. Estas normas de género “dominantes” son en esencia visiones idealizadas de cómo deberían comportarse los hombres y las mujeres. Diversas presiones sociales y “mecanismos policiales” actúan para imponer estos roles y comportamientos restrictivos a mujeres y hombres. Como consecuencia, las personas - y en particular las mujeres con frecuencia no cuentan con mayores opciones para elegir cómo interpretar estas normas. las relaciones sexuales, la obediencia y otros servicios por parte de las mujeres al interior del hogar (por ejemplo, el darles hijos, cocinar, limpiar y cuidar de los hombres de la familia). En distintos grados, los niños y hombres de las diferentes sociedades aprenden que resulta aceptable recurrir a la violencia contra las mujeres para defender estos “derechos”. Por ejemplo, según el Informe Mundial de la OMS sobre Violencia y Salud de 2002, “los acontecimientos que desencadenan la violencia contra la mujer en las relaciones abusivas son sorprendentemente consistentes. Incluyen el desobedecer o discutir con el hombre de la familia; interrogarlo sobre dinero o amantes; no tener la comida lista a tiempo; no cuidar apropiadamente de los niños o del hogar; negarse a tener relaciones sexuales y dar lugar a sospechas de infidelidad” (resumen del informe de la OMS, pág. 15). En efecto, muchos hombres explican su propio comportamiento violento como resultado de las faltas de sus mujeres y rechazan toda responsabilidad. En muchas sociedades, los sistemas morales contradictorios permiten a los varones tener relaciones extramatrimoniales y a la vez estar convencidos de ser buenos maridos y padres. Si sus esposas demandan apoyo familiar y critican a los maridos por gastar dinero en amantes, muchos hombres reaccionan con violencia. Muchas de las normas comúnmente asociadas con las mujeres tienden a relegarlas a los “roles de cuidadoras” y buscan garantizar que las mujeres se mantengan pasivas y más débiles en relación con los hombres. Sin importar si tienen hijos o no, se espera que las mujeres cuiden del hogar, los niños y los enfermos, a la vez que cumplen con otros roles de apoyo y de cuidado en el lugar de trabajo y en el hogar. En muchos casos, se socializa a las mujeres para que resulten sexualmente atractivas y se sometan a la voluntad de los hombres. En cambio, las normas masculinas dominantes valoran la fortaleza, la valentía y la capacidad de controlar las situaciones y sus emociones. Se espera de los hombres que tengan éxito en mantener y proteger a la familia. En pocas palabras, se espera de ellos que sean valientes guerreros, líderes con capacidad de decisión, varones atractivos, ricos y poderosos. Con frecuencia, se socializa a los hombres para que se sientan con derecho a exigir privilegios frente a las mujeres, tales como un estatus más alto y mejor paga, así como la capacidad de demandar respeto y placer por parte de las mujeres. ¿Cómo es que estas normas de género dominantes afectan las percepciones masculinas de la violencia? La educación de los hombres para que sean “valientes” y “ejerzan el control” resulta clave para comprender el recurso de los hombres a la violencia. Cuando se sienten amenazados, estos atributos pueden transformarse en la disposición a combatir y utilizar la violencia para imponer su control. En efecto, el sentimiento de tener derecho a recibir respeto y afecto por parte de las mujeres es un factor clave que motiva a algunos hombres a usar la violencia y la violación cuando sienten que se les está “privando” de estos derechos. Aparte de un sentido de privilegio, las normas de género juegan un papel importante en la socialización de los hombres para el uso de la violencia. Muchas personas, sin importar dónde viven, son capaces de listar las características y los roles que se atribuyen a hombres y mujeres. Estas características no se relacionan con ningún hombre o ninguna mujer en particular, sino con una noción generalizada de lo que la sociedad espera de hombres y mujeres. Estas normas de género dominantes ayudan a explicar por qué los hombres - en especial hombres jóvenes - suelen ser tanto las víctimas como los autores de todas las formas de violencia. En general, los hombres pelean más que las mujeres, ya sea en las guerras, en el hogar, en la escuela o en la calle. Las fuerzas militares en todo el mundo normalmente están compuestas por hombres. Y en casos de conflictos civiles o fuerzas terroristas, se suele reclutar a los varones. En resumen, la evidencia demuestra que los hombres recurren a las armas con mayor frecuencia que las mujeres, y tienen más probabilidades de caer en prisión o ser asesinados. Los hombres también son más propensos a utilizar la violencia contra sí mismos: las estadísticas La riqueza de la diversidad cultural mundial ha creado muchas expresiones distintas de normas de género. Sin embargo, también 18 señalan que los hombres cometen suicidio con mayor facilidad que las mujeres. que forjan y perennizan las normas de género dominantes - y por lo tanto los desequilibrios entre mujeres y hombres - son los mismos factores que fomentan los contextos en los que se permite la violencia contra las mujeres. Estos conceptos dominantes de la masculinidad presentan numerosos desafíos para los hombres en los aspectos públicos y privados de sus vidas. Si un hombre no “tiene éxito” en su rol masculino en la esfera pública - por ejemplo en lograr cierto estatus o nivel económico podría recurrir a la violencia contra la pareja íntima en la vida privada (Greig et al., 2000). Cabe citar las palabras de un grupo de investigadores de Sudáfrica: “En todas las castas y religiones, la violencia doméstica con frecuencia se relaciona con el fracaso del hombre - ya sea real o imaginario - en cumplir con el rol masculino asignado. Tal fracaso se agrava cuando la esposa reacciona echando en cara al marido su falta de éxito. Tanto el fracaso en sí como las recriminaciones de la esposa, que socavan su masculinidad, hacen que el marido se sienta humillado” (Kumar et al., 2002). Estos factores pueden describirse en todos los entornos en que ocurre la violencia contra la mujer, es decir, los contextos en que los hombres y las mujeres usan y experimentan la violencia. Para comprender las interrelaciones entre los distintos factores, resulta útil comenzar por analizar la forma en que el entorno social circundante contribuye y refuerza las conductas y actitudes de hombres y mujeres. Este mismo conjunto de normas de género restrictivas limita a las mujeres en su elección de roles en la esfera pública, en la familia o en las relaciones privadas. Esto se aplica sobre todo a las sociedades en etapa de post-conflicto, donde predominan los conceptos de una masculinidad violenta. Siempre resulta importante tomar en cuenta los desarrollos políticos y sociales, así como las actuales estructuras de poder. Al examinar los diferentes niveles de la sociedad, la siguiente lista resalta algunos de los factores que ayudan a crear un ambiente en el que puede suscitarse la violencia contra la mujer: En los casos de hombres individuales 2.3 Factores sociales que contribuyen a la violencia contra la mujer Muchos aspectos de las actitudes y conductas de un individuo, así como sus experiencias pasadas, pueden influir en el riesgo de que recurra a la violencia. Aquí se incluyen: • Haber sido testigo de actos violentos contra las mujeres durante su niñez • Haber sido víctima de abuso sexual o maltrato infantil • Haber carecido de modelos positivos en cuanto al rol a adoptar • Sentir el derecho de ejercer poder y control sobre las mujeres • Padecer aislamiento social y depresión • Hacer uso de alcohol y drogas • Exhibir actitudes y creencias que apoyan la violencia sexual • Contar con un alto potencial de agresión y violencia • Percibir la violencia como un modo aceptado de salvaguardar intereses individuales • Considerar que el comportamiento violento es parte integrante de una autoimagen positiva • Temer la pérdida de control sobre una situación • Carecer de confianza en sí mismo o autoestima La violencia contra la mujer no es el simple acto perpetrado por hombres individuales que operan en un vacío: la violencia tiene raíces estructurales y también personales. En un nivel personal, la violencia contra la mujer deriva de presiones, temores y emociones reprimidas que subyacen a muchas de las formas dominantes de hombría. La experiencia personal se añade a estos factores: los individuos experimentan y aprenden la violencia a través de la familia, los medios de comunicación, la comunidad y/u otras instituciones. Por ejemplo, existe una sólida correlación entre hombres violentos y hombres que han sido testigos de actos violentos contra sus madres cuando eran niños, o que a su vez han sido víctimas de agresión. También existe una fuerte correlación entre la violencia de los hombres y su edad. Distintos estudios en diferentes regiones del mundo han revelado que la mayor parte de actos violentos contra las mujeres en relaciones de pareja es cometida por hombres menores de 40 años. En cambio, es mucho menos probable que los hombres mayores de 60 recurran a la violencia contra las mujeres. Sin embargo, las normas de género son estructurales: son definidas y mantenidas a través de todos los niveles de la sociedad. Los factores 19 Cómo explicar la violencia contra la mujer En relaciones íntimas o familiares Todas las personas pertenecientes al círculo social más cercano de un individuo - por ejemplo sus pares, socios y miembros de su familia - tienen el potencial de influir sobre el comportamiento y las experiencias de dicho individuo. Los factores que incrementan el riesgo de violencia en las relaciones íntimas o familiares incluyen: • Actitudes relacionadas con “derechos del varón” y privilegios masculinos • Conflictos sobre el poder y control en las relaciones de pareja • Falta de habilidades para la intercomunicación personal • Dominio masculino en una relación de pareja o entorno familiar • Presiones económicas o falta de empleo • Falta de un ambiente familiar que brinde apoyo • Valoración del honor de la familia como más importante que la salud y seguridad de los individuos • Falta de estrategias pacíficas para resolver conflictos En las comunidades Todos los entornos comunitarios tales como los poblados, escuelas, lugares de trabajo y vecindarios ayudan a formar las conductas y creencias de un individuo. Los factores que incrementan el riesgo de violencia en estos escenarios incluyen: • Debilidad de las sanciones de la comunidad frente a actos de violencia contra la mujer • Pobreza y desigualdad económica • Poca o ninguna actitud de compromiso en la prevención de la violencia • Falta de medidas para prevenir la violencia por parte de instituciones del gobierno, autoridades religiosas y medios de comunicación • Tolerancia de la comunidad frente a la violencia contra las mujeres • Predominio de actitudes y normas de género en la comunidad que apoyan la violencia contra las mujeres • Socialización de género que promueve desequilibrios de poder entre hombres y mujeres • Falta de apoyo por parte de la policía y el sistema judicial En la sociedad en su conjunto Las fuerzas más amplias de la sociedad - tales como los intereses económicos, las normas sociales, las creencias culturales, las leyes y políticas, las prácticas institucionales y las ideologías políticas - ejercen una importante influencia sobre las relaciones personales y las interacciones comunitarias. Los factores de riesgo que contribuyen a la violencia contra la mujer a este nivel incluyen: • Patrones históricos y sociales que glorifican la violencia, en particular la violencia contra la mujer • Normas de género tradicionales que apoyan la superioridad masculina y los derechos sexuales • Respuestas institucionales débiles frente a la violencia contra la mujer • Sistemas de creencias religiosas o culturales que apoyan las expresiones de violencia contra la mujer • Políticas económicas y sociales que crean o fomentan las brechas y tensiones entre grupos de personas • Caracterización estereotipada de mujeres y hombres en los medios de comunicación 20 • Reportajes sexistas sobre la violencia de género y predominio de una pornografía violenta y deshumanizante • Debilidad de las leyes y políticas relacionadas con la violencia contra la mujer • Debilidad de las leyes y políticas relacionadas con la discriminación sexual y la homofobia • Incumplimiento de la legislación internacional • Altos niveles de delincuencia y otros actos violentos, así como de todas las formas de explotación sexual • Militarismo y violencia bélica durante situaciones de conflicto y post-conflicto • Falta de estrategias pacíficas para resolver conflictos Queda claro que la violencia contra la mujer tiene sus raíces en las normas de género jerárquicas predominantes. Sin embargo, resulta igualmente claro que estas normas son inevitables. El género es forjado por los comportamientos individuales y las relaciones interpersonales, así como por las estructuras institucionales y sociales: sin importar de donde provenga usted, el género es una parte fundamental de su vida. No obstante, la violencia contra la mujer también nos rodea por todas partes, y la mera omnipresencia de las normas de género dominantes no debería fomentar en nosotros un sentimiento de complacencia frente a la lucha contra sus consecuencias negativas. Las intervenciones por parte de actores gubernamentales y no gubernamentales son de hecho factibles, y pueden ser alentadas y apoyadas por la cooperación para el desarrollo. Los actos individuales de violencia pueden ocurrir debido a distintas circunstancias tales como las presiones del desempleo o la pobreza, o temas como el abuso de alcohol o drogas. Sin embargo, estos factores desencadenantes no constituyen las causas subyacentes de la violencia contra la mujer. Las normas de género y los sistemas de poder y de creencias que resultan de ellas son la clave para crear un ambiente que permite los actos de violencia contra las mujeres. Aun así, es importante recordar que tanto las personas como las organizaciones, las instituciones y los medios de comunicación son responsables en última instancia de estructurar y mantener estos roles de género. Por lo tanto, el actual sistema de normas no debería verse como un sistema ideológico inmutable. 2.4 Disipando mitos Es necesario disipar ciertos mitos con respecto a la violencia contra la mujer. Muchas personas no perciben (o no desean percibir) que la violencia existe en sus propias comunidades o que las víctimas son “gente como uno”. Algunos todavía consideran que la violencia contra la mujer es un asunto privado, a ser resuelto por los cónyuges, las parejas u otros miembros de la familia. Otros encuentran difícil asignar un rostro familiar a los autores, o se aferran a la noción de que algún otro tipo de persona es responsable de llevar a cabo los actos de violencia o violación. 2.5 Oportunidades de cambio El lograr la igualdad de género no necesariamente acabará con todos los actos de violencia. Sin embargo, cualquier progreso hacia un mayor equilibrio de poder entre ambos sexos es un paso importante para reducir la violencia. Tanto los hombres como las mujeres tienen mucho que ganar en un mundo más pacífico y menos violento. De hecho, los hombres son víctimas de muchas formas de violencia - sobre todo a manos de otros hombres. A pesar del predominio de las normas de género dominantes relacionadas con la discriminación sexual y el desequilibrio de poder entre mujeres y hombres, existen sociedades y culturas que promueven algunos roles masculinos y femeninos positivos, no violentos y más equitativos respecto del género. Es difícil imaginar a las personas que conocemos maltratando a sus parejas o atacando a alguien sexualmente. Sin embargo, las estadísticas sobre la violencia subrayan que tales formas de violencia son sorprendentemente frecuentes en todas las comunidades. Existen hombres en casi todas las culturas, clases, castas, religiones y lugares que son responsables de actos de violencia contra mujeres. El éxito social, económico o académico no exime a una persona de caer en un comportamiento violento; la mayoría de los casos de abuso sexual y violación son cometidos por hombres conocidos personalmente por la víctima, que suelen pertenecer al mismo grupo social y entorno. Muchas personas tienden también a caracterizar la violencia como una consecuencia de la pobreza o el abuso de alcohol. Sin embargo, esta interpretación deja de lado muchos de los nexos más profundos entre género y violencia. Las concepciones erradas sobre los orígenes y la naturaleza de la violencia están muy difundidas. Un estudio llevado a cabo por la Comisión Europea invitó a diversos ciudadanos de la Unión Europea (UE) a elegir entre doce de las causas más probables de la violencia. Los resultados mostraron que el 75% de los ciudadanos de la UE que participaron en el estudio creía que la violencia era causada por la pobreza y la exclusión social, mientras que sólo el 59% daba prioridad al “modo en que ambos sexos comparten el poder” (CE: Sector de Información sobre Mujeres, 1999). En diferentes etapas de sus vidas, los hombres son hijos, padres, cuidadores y proveedores. Los hombres asumen roles vitales construyendo la paz y prodigando cuidados, no sólo en beneficio de sus familias sino también para sus comunidades y las sociedades en general. Al aprovechar estas nociones más diversas de la masculinidad, los hombres y niños pueden jugar un papel activo desafiando las normas y conductas que apoyan el uso de la violencia. 21 3. MARCO LEGAL INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS 3.1 Reconocimiento de la violencia contra la mujer como una violación de derechos humanos Más aun, en muchas sociedades las mujeres van asumiendo cada vez más roles de liderazgo y toma de decisiones en todas las esferas de la sociedad. A fin de traer consigo un cambio real en las dimensiones de la violencia experimentada en el mundo, es importante que el progreso de las mujeres continúe y vaya ganando fuerza. Una expansión de los roles de género para hombres y mujeres no sólo puede contribuir a prevenir la violencia, sino además puede promover mayores oportunidades y opciones para todos los individuos. Actualmente existen numerosos convenios internacionales y leyes nacionales que prohíben la discriminación por género y la violencia contra las mujeres y niñas. Este logro fue el resultado de un trabajo de concientizacion largo y persistente por parte de las organizaciones de mujeres y de derechos humanos. Para mayor información: Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer CEDAW) http://www.ohchr.org/spanish/law/cedaw.htm A principios del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (19751985), la violencia contra la mujer aún no constituía un tema importante. Incluso la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de 1979 no incluía inicialmente disposiciones específicas relacionadas con la violencia. Tuvieron que transcurrir casi quince años para que en 1992 el Comité de la CEDAW finalmente adoptara la Recomendación General No. 19 sobre la “violencia contra la mujer”. La recomendación define la violencia como una forma de discriminación contra la mujer, y por lo tanto como una violación de la CEDAW. Subraya la responsabilidad de los gobiernos de eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer a manos de cualquier persona, organización o empresa, y por lo tanto pone de manifiesto el compromiso que deben asumir las autoridades estatales de hacer todos los esfuerzos posibles para combatir la violencia contra la mujer, sancionar tales actos y proporcionar indemnización. El año 1993 marcó el momento definitorio en este debate. Durante la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, las ONG de mujeres de todo el mundo se movilizaron y tuvieron éxito en lograr el reconocimiento formal de la violencia contra la mujer como una violación de los derechos humanos: Artículo 18, Naciones Unidas, Declaración y Programa de Acción de Viena. 1993 Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planes nacionales, regionales e internacionales y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional. La violencia y todas las formas de acoso y explotación sexuales, en particular las derivadas de prejuicios culturales y de la trata internacional de personas son incompatibles con la dignidad y la valía de la persona humana y deben ser eliminadas. 22 Esta posición ha sido reafirmada en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo (1994), la Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing (1995) y todas las cumbres mundiales desde entonces. Si bien la Declaración no resulta vinculante desde el punto de vista legal, sino más bien constituye un compromiso político de los estados signatarios, ofrece una interpretación de las garantías existentes de los derechos humanos desde el punto de vista específico de la situación de la mujer. Estas garantías aparecen en distintos Convenios de la ONU que sí son vinculantes desde el punto de vista legal, e incluyen: • El derecho a la vida y el derecho a la libertad y seguridad de las personas (Artículos 6 y 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) • El derecho a condiciones laborales justas y favorables (Artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Artículo 11 de la CEDAW). Para mayor información: Instrumentos internacionales de derechos humanos y entidades que los controlan: Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) http://www.ohchr.org/spanish/law/index.htm Implementación de la Plataforma de Acción de Beijing: División de las Naciones Unidas para el Adelanto de la Mujer WomenWatch: http://www.un.org/womenwatch/ Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer http://www.ohchr.org/spanish/law/mujer_violencia.htm Por lo tanto, los derechos de las mujeres y niñas constituyen una parte inalienable y fundamental del marco universal de los derechos humanos. La Declaración rechaza con claridad toda crítica relativista de tipo cultural con respecto a los derechos humanos, que cuestione la relevancia general del marco legal internacional con respecto a estos derechos como un modo de tratar la subordinación de la mujer. Este punto de vista sostiene que algunas tradiciones resultan cruciales para la historia cultural de los pueblos, y que por lo tanto no pueden ser gobernadas por ningún estándar transcultural sobre lo correcto y lo incorrecto. Al rechazar el relativismo, la Declaración pone en claro que la comunidad internacional ya no aceptará argumentos basados en la “cultura” o la religión como un modo de excusar las violaciones de los derechos de la mujer. La Declaración complementa aspectos importantes de la CEDAW y constituye un hito en sí misma. Un hecho crucial es que la Declaración contribuyó en forma esencial a convertir la violencia contra la mujer en un asunto de interés público. Antes de la Declaración, se había recurrido durante largo tiempo a la estricta distinción entre los asuntos “privados” y “públicos” para no reconocer a la violencia doméstica como un delito igual a otras formas más “públicas” de violencia, como son la violación, la tortura y el asesinato. Tras la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (1993). En 1994, la ONU nombró a una Relatora Especial sobre la Violencia contra la Mujer, adjunta a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos. La Relatora es responsable de formular análisis e informes sobre las distintas formas de violencia de género, y recomendar modos para eliminar tales prácticas. En agosto de 2003, la Sra. Yakin Ertürk (Turquía) reemplazó a la Sra. Radhika Coomaraswamy (Sri Lanka), quien había actuado como Relatora Especial desde 1994. 23 Marco legal international de derechos humanos A fines del año 2000 también entró en vigencia un Protocolo Facultativo de la CEDAW, de 21 artículos. El Protocolo faculta al Comité de la CEDAW para considerar peticiones de mujeres individuales o grupos de mujeres que han agotado todas las opciones legales a nivel nacional. Una vez presentada una denuncia, el Comité tiene la autoridad para adoptar medidas provisionales dirigidas a proteger a la víctima contra malos tratos adicionales. El Protocolo también permite al Comité conducir sus propias investigaciones sobre violaciones serias o sistemáticas de la Convención. Resulta importante la adopción de este Protocolo Facultativo, pues coloca a la CEDAW en el mismo nivel que el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Todos estos instrumentos cuentan con procedimientos similares para sentar denuncias. En enero de 2005, 71 estados habían ratificado el tratado y otros 22 lo habían suscrito. El Estatuto de Roma entró en vigencia en 2001, estableciendo la Corte Penal Internacional. El Estatuto constituye un instrumento legislativo de primordial importancia, que otorga reconocimiento legal internacional a la calificación de la violación como un delito que no sólo atenta contra la dignidad de la persona, sino que constituye también un delito de guerra o un crimen contra la humanidad. Adicionalmente, se incluyeron como crímenes contra la humanidad los embarazos forzados, la esterilización forzada, la esclavitud sexual, la prostitución forzada y cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable (Artículo 7). El Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Suprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños entró en vigencia a fines de 2003, como un complemento clave a la Convención contra el Crimen Organizado Transnacional. La trata de personas es vista como una forma contemporánea de esclavitud que involucra una diversidad de actos, actores, medios y propósitos de explotación. Por lo tanto, el Protocolo contiene disposiciones que apuntan a asegurar que las personas que son objeto de este tráfico no sean tratadas como delincuentes sino como víctimas de un delito. En consecuencia, tales individuos tienen derecho a formas de protección de derechos humanos como el estatus de residente temporal y refugio temporal, servicios médicos y psicológicos, así como acceso a la justicia y a la indemnización/restitución. En 2004, las Naciones Unidas nombraron a una Relatora Especial sobre la Trata de Personas, con la particular responsabilidad de lidiar con temas relacionados con la trata de mujeres y niños. La Sra. Sigma Huda ocupa el puesto durante tres años y remita informes anuales a la Comisión de Derechos Humanos, con recomendaciones sobre medidas para respetar y proteger los derechos de las personas objeto del tráfico. Para mayor información: Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer www.ohchr.org/spanish/law/ cedaw-one.htm Corte Penal Internacional http://www.icc-cpi.int/ Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Suprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños http://www.ohchr.org/spanish/law/ pdf/protocoltraffic_sp.pdf El reconocimiento de los derechos de la mujer como derechos humanos universales hace que los estados signatarios sean responsables de garantizar que las mujeres puedan ejercer sus derechos humanos sin impedimentos. Es importante señalar que tales disposiciones elevan el estatus de la mujer de “suplicantes” y “víctimas” a miembros de la sociedad en iguales condiciones, con derechos legales específicos. 24 3.2 Los derechos humanos “en casa”: convenciones, acuerdos e instituciones regionales El Protocolo a la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos relativo a los Derechos de la Mujer en África (Protocolo de Maputo) fue adoptado en 2003. Abarca una amplia gama de derechos de la mujer, incluyendo la protección de la mujer contra todas las formas de violencia (incluyendo la violencia sexual y verbal), así como el derecho a la dignidad, el derecho a la vida, a la integridad y a la seguridad de la persona. Es importante destacar que el Protocolo prohíbe explícitamente la MGF. Entró en vigencia el 25 de noviembre de 2005. Durante la década del 90, los movimientos de mujeres fueron particularmente activos en ejercer presión para que se aplicaran regionalmente convenciones, los acuerdos y las instituciones internacionales clave para los derechos de la mujer. Estas actividades reflejan la tendencia general hacia propiciar un mayor “apropiamiento” (ownership) de la agenda política nacional. Para mayor información: Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer http://www.cidh.org/Basicos/Basicos8.htm Corte Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia http://www.un.org/icty/index.html Consejo de Europa: Convención sobre la Acción contra la Trata de Seres Humanos http://www.coe.int/t/dg2/trafficking/campaign/default_en.asp Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos en lo relativo a los Derechos de la Mujer en África http://www.achpr.org/english/_info/women_en.html En mayo de 2005, Bangladesh, Bután, India, Pakistán, las Maldivas, Nepal y Sri Lanka adoptaron la llamada Declaración de Islamabad: Revisión y Acción Futura en celebración de Beijing más Diez, 2005, en la Conferencia Ministerial Regional del Sureste de Asia, llevada a cabo en Pakistán. La Declaración insta a los países a elaborar planes de acción bianuales para ayudar a implementar la Plataforma de Acción de Beijing en cinco áreas prioritarias: violencia contra la mujer, salud, educación, extensión de las facultades políticas y económicas de la mujer y medidas de preparación y gestión de desastres (UNIFEM currents, 2005). En 1996, la Corte Penal Internacional para la antigua Yugoslavia emitió un primer fallo que reconocía la violación y otros tipos de violencia sexual como delitos de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo la tortura y la esclavitud. En 1998, la Corte Penal Internacional de las Naciones Unidas para Ruanda fue el primer tribunal internacional en calificar la violación colectiva como una forma de genocidio. Más recientemente, el Consejo de Europa adoptó en mayo de 2005 la Convención sobre la Acción contra la Trata de Seres Humanos. Esta Convención asume una firme perspectiva de derechos humanos y se encuentra actualmente abierta a la suscripción de los 46 estados miembros (incluyendo 21 países de Europa Central y Oriental). 25 4. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO En el año 2000, la comunidad internacional se comprometió a reducir a la mitad el número de personas que viven en extrema pobreza para el año 2015. El resultado fue la llamada Declaración del Milenio, seguida por la definición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Resulta importante señalar que los ODM formulan plazos muy claros que deben utilizarse para controlar los avances hacia el logro de tales metas. Es más: la Declaración del Milenio reconoce la importancia de la igualdad de género para el logro de todos los ODM, y por lo tanto añade una renovada urgencia a los esfuerzos por erradicar la violencia contra la mujer: “Los hombres y las mujeres tienen derecho a vivir su vida y a criar a sus hijos con dignidad y libres del hambre y del temor a la violencia, la opresión o la injusticia.” A fin de lograrlo, es necesario “luchar contra todas las formas de violencia contra la mujer y aplicar la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer” (Declaración del Milenio, 2000). El Grupo de Trabajo sobre Educación e Igualdad de Género del Proyecto del Milenio de la ONU ha identificado la erradicación de la violencia contra la mujer como una de las siete prioridades estratégicas que constituyen el mínimo necesario para extender las facultades de la mujer y modificar el legado histórico de las desventajas de la mujer que persiste en la mayoría de sociedades (Proyecto del Milenio de la ONU, 2005). Objetivo 1: Erradicar la extrema pobreza y el hambre 4.1 La violencia genera pobreza Los estudios realizados en países individuales muestran una fuerte correlación entre prevenir la violencia contra la mujer y lograr una reducción sostenible de la pobreza. La violencia contra la mujer produce costos directos para los individuos, las familias y la sociedad. En particular, es importante reconocer el alto costo de proporcionar cuidados médicos y legales a las víctimas, así como el impacto negativo de la violencia sobre la productividad laboral. Adicionalmente, la sociedad también tiene que dedicar recursos significativos a procesar a los culpables. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, tan sólo la violencia doméstica genera costos millonarios en cuidados de la salud y rehabilitación. Las mujeres que son víctimas de la violencia padecen problemas graves de salud con mucha mayor frecuencia que las mujeres que no sufren daños. Entre las mujeres con problemas comparables de salud, el proceso de curación de las mujeres víctimas de la violencia es mucho más lento y más costoso que el de aquéllas que no han sufrido malos tratos. Las víctimas de la violencia también dedican menos tiempo al trabajo y tienden a ser menos productivas. En consecuencia, estas mujeres a menudo no logran apoyar a sus familias económicamente. Un estudio realizado en Managua (Nicaragua) concluyó que las mujeres maltratadas ganan más del 40% menos que las mujeres que no han experimentado violencia. En forma similar, el 16% de las personas entrevistadas en una encuesta representativa sobre la violencia doméstica en Camboya informaron que el año anterior habían perdido ingresos como resultado de la violencia doméstica. En los subcapítulos siguientes ilustraremos la trascendencia de prevenir y eliminar la violencia contra la mujer a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Un estudio encargado por el gobierno de Nueva Zelanda en la primera mitad de la década del 90 indicó que el gasto nacional en medidas relacionadas con la violencia contra la mujer (por ejemplo, cuidados médicos, justicia penal, tribunales, prisiones, medidas de protección, pérdida de ingresos, etc.) superaba al ingreso percibido por el país por su producto de exportación más importante: la lana. Las investigaciones realizadas en otros países corroboran los resultados de Nueva Zelanda. Por ejemplo, un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (2003) estimó que los costos relacionados con la salud y causados por violaciones, ataques físicos, acechos y homicidios cometidos por parejas de la intimidad superaban los 5 800 millones 26 de US dólares al año. De este total, casi 4 100 millones de US dólares se requirieron para servicios directos de salud física y mental, mientras que las pérdidas de productividad alcanzaron casi 1 800 millones de US dólares. Adicionalmente, un reciente informe sobre maltrato infantil estimó que los costos directos e indirectos incurridos por la sociedad llegaban a sumar 94 000 millones de US dólares al año, es decir, 258 millones de US dólares por día. Objetivo 2: Lograr la educación primaria universal 4.2 La violencia dificulta la educación La violencia física y psicológica tiene muchas consecuencias físicas, mentales y emocionales para los niños. Estas implicaciones pueden dañar su desarrollo y su potencial para convertirse en adultos saludables y miembros productivos de la sociedad. Los niños también pueden contraer lesiones físicas como resultado de la violencia doméstica. En particular, aquéllos expuestos a la violencia doméstica, el incesto y prácticas tradicionales dañinas como la mutilación genital femenina pueden también sufrir problemas psicosomáticos de largo plazo como desórdenes del sueño y la alimentación o dolencias físicas que no presentan una causa médica evidente. Asimismo, estos niños con frecuencia afrontan problemas en la escuela. Por ejemplo, les es más difícil concentrarse que a otros niños, tienen una baja autoestima y suelen faltar a clases debido a problemas de salud. A largo plazo, los niños maltratados también tienden a tener peores resultados académicos, y existe una mayor probabilidad de que abandonen la escuela por completo. Muchos estados no tienen la capacidad de proporcionar los fondos necesarios para implementar sistemas de seguridad social y salud preventiva que puedan prodigar apoyo adecuado a las víctimas de la violencia. Como resultado, gran parte de la carga financiera de la violencia es asumida por las propias víctimas. En Canadá, un estudio a nivel nacional demostró que el 30% de las mujeres maltratadas deja de trabajar por completo, y que el 50% es incapaz de trabajar temporalmente. El acoso sexual en el lugar de trabajo tiene resultados similares: las mujeres que sufren acoso en su trabajo experimentan ansiedad y tensión, con lo cual es más probable que pierdan días de trabajo debido a enfermedades, sean menos eficientes en su trabajo o prefieran buscar otro empleo. Además, el acoso sexual también puede afectar negativamente las perspectivas de una mujer de buscar empleo a corto y largo plazo - por ejemplo, si se ven obligadas a cambiar de empleo sin mayor aviso. Un estudio de los Estados Unidos estima que las empleadas federales perdieron 4 400 millones de US dólares en salarios entre 1992 y 1994 debido al acoso sexual (Junta para la Protección de los Sistemas de Mérito de los Estados Unidos o U.S. Merit Systems Protection Board, 1995). Un estudio llevado a cabo en Chicago encontró que las mujeres con antecedentes de violencia doméstica eran más propensas a experimentar períodos de desempleo, cambiar de empleo y sufrir más a menudo de problemas de salud física y mental que podían afectar su desempeño en el trabajo. Además, estas mujeres tendían a tener ingresos más bajos y era mucho más probable que recurrieran a los sistemas de beneficencia pública (Lloyd y Taluc, 1999). La MGF en especial tiene un claro impacto sobre la educación de las niñas. Al ser sometidas a la MGF, muchas niñas abandonan la escuela y contraen matrimonio a una edad muy temprana. La circuncisión también puede causar que las niñas pierdan confianza en sí mismas y se sientan inferiores a los muchachos. Asimismo, se ha encontrado que las niñas circuncidadas suelen faltar más a la escuela como consecuencia de ciertas complicaciones de salud relacionadas con el sometimiento a la MGF (por ejemplo, problemas durante la menstruación). Muchas niñas pasan por experiencias traumáticas que se agravan al ver que sus madres no La violencia de género perjudica las actividades económicas y las estrategias de generación de ingresos de la mujer en los sectores formales e informales. Su capacidad de ganar un ingreso propio y cuidar de sus familias se ve limitada. El cuidado de los niños y las personas ancianas suele ser obligación de la mujer, y estos deberes son cada vez más arduos en vista de la pandemia del VIH/SIDA. Por lo tanto, la violencia de género intensifica la feminización de la pobreza. 27 Violencia contra la mujer y Objetivos de Desarrollo del Milenio impiden su circuncisión. Como resultado, pierden confianza en los miembros más cercanos de sus familias. Objetivo 3: Promover la igualdad de género y extender las facultades de la mujer Las niñas también corren un mayor riesgo que los niños de ser violadas o secuestradas tanto en el camino a la escuela como dentro de ella. Por esta razón, muchos padres sienten temor de mandar a sus hijas a la escuela. Es una ironía cruel que - si bien se fomenta la educación primaria como una manera de lograr progresos hacia una mayor igualdad femenina - la escuela es a menudo el lugar preciso en el que las niñas son víctimas de la violencia. 4.3 La violencia pone en peligro la igualdad de género La violencia contra la mujer es uno de los resultados más visibles de la desigualdad de género y la falta de empoderamiento de la mujer. Por lo tanto, es imposible lograr el tercero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio mientras persista tal maltrato. La violencia puede tener un efecto devastador sobre el bienestar físico y mental de una mujer, y causar un impacto psicológico que dure toda la vida. El maltrato afecta todas las esferas de la vida de las mujeres, destruye la confianza en sí mismas y su autoestima, y por lo tanto contribuye a la baja participación femenina en la política y los procesos de decisión. También puede perjudicar gravemente la participación activa de la mujer en aspectos económicos, sociales y familiares. A su vez, esto reduce las oportunidades de la mujer de cambiar las causas estructurales de la discriminación por sexo y la violencia contra la mujer. Un estudio realizado en México encontró que las amenazas proferidas por sus maridos eran la principal razón para que las mujeres dejaran de participar en proyectos de desarrollo. Con frecuencia, los hombres percibían el creciente empoderamiento de sus esposas como un peligro para su control, y las golpeaban en un intento de detener esta erosión de su poder (UNIFEM, 1992). En Papua Nueva Guinea, algunos maridos han impedido que sus esposas asistan a reuniones encerrándolas en la casa o persiguiéndolas para arrastrarlas nuevamente a casa (Bradley, 1994). A fin de evitar la violencia, muchas mujeres constantemente vigilan y censuran su propio comportamiento para adecuarse a lo que perciben como aceptable para sus maridos. En última instancia, esto tiene el efecto de “convertir a las mujeres en sus propias carceleras” (Bradley, 1994). Por ejemplo, en Papua Nueva Guinea un estudio del Departamento de Educación encontró que el temor a un incremento de la violencia por parte de los maridos era una de las principales razones que las maestras esgrimían para rechazar un ascenso (Gibson, 1990). La extensión de las facultades (o empoderamiento) y la igualdad de género se interrelacionan, pero no son idénticas: las mujeres beneficiarias del empoderamiento son capaces de controlar sus propios destinos. Para que las mujeres y niñas puedan vivir sus vidas sin temor a la coerción y la violencia, no sólo requieren un acceso equitativo a los recursos y las oportunidades, sino también necesitan ser capaces de ejercer control en todas las áreas de su vida cotidiana. 28 Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil 4.4 La violencia puede matar bebés En la localidad de León en Nicaragua, los investigadores encontraron que los hijos de mujeres víctimas de malos tratos físicos y abusos sexuales por parte de sus parejas tenían seis veces más probabilidades de morir antes de llegar a los cinco años que otros niños. Se cree que el infanticidio y el aborto selectivo basados en el sexo, la desnutrición y el abandono son la causa de la “desaparición” de 60 a 100 millones de mujeres en las estimaciones estadísticas de la población mundial. En algunos contextos, los hijos varones son vistos como una especie de “seguro” para la supervivencia de la familia y como proveedores para el sostén de sus padres en la vejez, mientras que las niñas a menudo son percibidas como una carga. La institución de la dote también puede reforzar la preferencia por los descendientes masculinos. En esencia, la dote obliga a la familia de una joven casadera a pagar enormes sumas de dinero a la familia del prometido de su hija. Esta práctica es especialmente común en China, India, Taiwán, Corea y Pakistán. Sin embargo, la costumbre de la dote también existe - si bien en menor grado - en Egipto, Jordania, Libia, Marruecos, Siria, Túnez y Turquía, y en algunas partes de África como Camerún, Liberia, Madagascar, Senegal y Nigeria. Las ecografías prenatales y la amniocentesis se usan con frecuencia para determinar el sexo de un feto y luego abortar los fetos femeninos. Cuando no es posible recurrir al aborto, puede que se opte por el infanticidio o abandono de la recién nacida. En la mayoría de los países del mundo, la tasa de nacimientos masculinos es de 105 en comparación con 100 nacimientos femeninos. En la India, la tasa es de menos de 93 mujeres por cada 100 hombres en la población. El ratio del sexo de los niños en el grupo de edad de menores de seis años es incluso menor: 927 niñas por cada 1000 varones (canal de noticias CBS, 09.02.05). En China el panorama es similar. La práctica de la mutilación genital femenina también está ligada directamente a la mortalidad infantil: en algunos casos, las adolescentes mueren como resultado de hemorragias o infecciones. Los recién nacidos también corren el riesgo de morir debido a complicaciones causadas por la mutilación genital femenina de sus madres. Si las madres están circuncidadas y son VIH positivas, existe un riesgo muy alto de que sus bebés también se infecten. En algunas regiones, la discriminación en cuidados de la salud también acorta la vida de las niñas no deseadas. Además, la distribución de alimentos en los hogares con frecuencia se sesga a favor de los varones, porque éstos son vistos como proveedores o potenciales proveedores de la familia. La supervivencia y el desarrollo de un niño también se ven afectados por la depresión materna. Investigaciones ha demostrado que la depresión en las mujeres de edad fértil en el período pre y post embarazo reduce perceptiblemente la supervivencia infantil y retarda el desarrollo del infante. 29 Violencia contra la mujer y Objetivos de Desarrollo del Milenio 400 poblados y siete hospitales en tres distritos de Maharashtra. Los resultados arrojaron que el 16% de todas las muertes ocurridas durante el embarazo se debía a la violencia doméstica (Ganatra et al., 1996). Objetivo 5: Mejorar la salud materna Las mujeres que han sido sometidas a la mutilación genital femenina a menudo afrontan severas complicaciones de salud durante el embarazo y el parto. El tejido cicatricial poco elástico puede impedir la dilatación del cuello uterino y obstruir el parto, lo cual trae consecuencias de salud peligrosas y potencialmente mortales para la madre y el niño: la madre puede sufrir laceraciones, hemorragias severas y formación de fístulas, mientras que el bebé está expuesto a daños cerebrales neonatales o la muerte como resultado de la asfixia durante el parto (OMS, 2004). 4.5 La violencia amenaza la salud de las mujeres y niñas La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial han identificado la violencia contra la mujer como uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial. Es difícil determinar el impacto real de la violencia, porque los informes médicos tienden a no proporcionar datos sobre las causas de una enfermedad o lesión. Sin embargo, los efectos físicos de la violencia contra la mujer incluyen la desnutrición, los problemas ginecológicos, los embarazos no deseados y los nacimientos prematuros. Un amplio estudio de hombres casados llevado a cabo en Uttar Pradesh en la India mostró que los maridos que forzaban a sus esposas a tener relaciones sexuales eran 2,6 veces más propensos que otros hombres a causar embarazos no planificados. Los hombres abusivos también tenían más probabilidades de exponer a sus esposas a infecciones de transmisión sexual, principalmente porque eran más propensos que otros hombres a mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio (Martin et al., 1999). El limitado poder de decisión en temas reproductivos y sexuales de las mujeres se vincula con la dependencia económica y las normas de género internalizadas. Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades 4.6 La violencia acelera la propagación del VIH/SIDA Las mujeres son fisiológicamente más susceptibles a los agentes virales y bacterianos que causan el VIH/SIDA y a otras enfermedades de transmisión sexual. En particular, las víctimas del abuso sexual, la trata de mujeres y la violación son especialmente vulnerables a la infección. Cuando las mujeres temen a sus maridos, es menos probable que logren conversar con ellos sobre métodos para el sexo seguro. Como resultado, las víctimas de la violencia doméstica son más propensas a las infecciones por VIH. Los resultados de estudios llevados a cabo en Kenia y Zambia parecen demostrarlo, pues las tasas de VIH eran 10% más altas entre las mujeres jóvenes casadas que entre las solteras (Glynn et al., 2001). Un estudio de Tanzania sobre mujeres, llevado a cabo en un centro de servicios voluntarios de terapia psicológica y análisis clínicos, reveló que las mujeres VIH positivas eran 2,6 veces más propensas a haber experimentado la violencia en una relación íntima que las mujeres VIH negativas (Maman et al., 2000). Es importante señalar que las mujeres embarazadas víctimas de la violencia pueden demorar más que el resto en buscar cuidados prenatales y con frecuencia no logran ganar suficiente peso. En consecuencia, estas mujeres corren mayor peligro de abortar espontáneamente o a dar a luz a bebés de bajo peso al nacer (Curry et al., 1998). Por lo tanto, para muchas mujeres la violencia es a la vez causa y consecuencia del VIH/SIDA. Es importante señalar que las mujeres que revelan su condición VIH (voluntaria o involuntariamente) pueden afrontar una estigmatización adicional que puede llevar a la exclusión social, la indigencia, la inanición y la muerte. Las consecuencias psicológicas de la violencia también son severas. La violencia socava La violencia es responsable de una proporción considerable de muertes maternas. En la India, un estudio sobre la mortalidad materna analizó información proveniente de 30 4.7 Terminar con la violencia contra la mujer dentro del proyecto nacional de los ODM Camboya es un buen ejemplo de un modo exitoso de integrar medidas para poner fin a la violencia contra la mujer dentro de una estrategia nacional para los ODM: Con el apoyo del Gobierno Federal Alemán, el gobierno de Camboya ha definido la “reducción de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas” como una meta clave adicional en su programa nacional para alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio No. 3 sobre la igualdad de género y la extensión de las facultades de la mujer. Los siguientes cinco indicadores servirán para medir el éxito: Para el año 2005: • “Haber desarrollado e implementado leyes contra todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas, de acuerdo con los requerimientos y estándares internacionales. • Haber empezado a recolectar estadísticas anuales de monitoreo de la violencia contra la mujer. • Haber desarrollado e implementado un plan de prevención de la violencia. Para el año 2015: • Haber logrado que el 100% de la población sea consciente de que la violencia contra la mujer es un comportamiento censurable y un delito. • Haber asegurado que el 100% de los casos de violencia doméstica cuente con terapia psicológica ofrecida por personal calificado.” minuciosamente la autoestima de las mujeres, de modo tal que muchas veces empiezan a descuidarse y tienden a asumir mayores riesgos en sus relaciones sexuales. La salud de una víctima también puede verse perjudicada por la depresión post-traumática, la ansiedad, el insomnio y la falta de concentración, el aislamiento, la reclusión y el recurso al abuso de alcohol y drogas. Un 25% de todos los casos de suicidio entre las mujeres y un 60% de todos los casos de asesinato de mujeres están ligados a la violencia doméstica (UNICEF, 2000). Aparte del sufrimiento causado en cada caso, la violencia contra las mujeres y niñas ocurre en una escala que implica una carga muy pesada e incluso inmanejable para los sistemas de salud pública. El proyecto bilateral germano-camboyano titulado “Promoción de los Derechos de la Mujer” apoya al Ministerio Camboyano de Asuntos de la Mujer en organizar las actividades y establecer las estrategias necesarias para una implementación y un monitoreo exitosos. 31 5. CÓMO LIDIAR CON LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: BUENAS PRÁCTICAS PROVENIENTES DE TODAS PARTES Las mejoras tangibles y sostenibles requieren un marco legal apropiado y la institucionalización transectorial de las políticas de prevención de la violencia, acompañadas por iniciativas de capacitación y sensibilización a nivel local y nacional. Las contrapartes clave se hallan en el poder judicial, las fuerzas policiales, los sectores de educación, salud y asuntos sociales e internos. Adicionalmente resulta crucial el apoyo de las instituciones no estatales como los medios de comunicación, las iglesias, las organizaciones comunitarias y - por supuesto - las ONG defensoras de los derechos de la mujer. En los últimos ocho años, la GTZ ha apoyado por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania más de 70 proyectos en todo el mundo dirigidos a eliminar la violencia contra mujeres y niñas. Este amplio compromiso internacional nos ha permitido ganar un sinnúmero de experiencias que deseamos compartir con los demás. Las contrapartes de nuestros proyectos han sido organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, incluyendo estructuras tradicionales y religiosas, así como los medios de comunicación. Las áreas de intervención pueden dividirse grosso modo en: a) Iniciativas dirigidas a mejorar la capacidad de respuesta una vez que la violencia ha tenido lugar, a través de apoyo profesional y asistencia a las víctimas individuales o sobrevivientes de la violencia; b) Actividades centradas en la prevención (a largo plazo) de la violencia de género, apuntando a sus causas estructurales, es decir, las normas sociales, el grado de conciencia y el comportamiento respecto de las relaciones entre hombres y mujeres. A fin de lidiar con las causas estructurales de la violencia, el trabajo se debe iniciar ya en las escuelas: es necesario cuestionar los estereotipos de género comunes, promoviendo una relación más equilibrada entre ambos sexos. Especialmente los niños varones deben aprender que el ser “hombres de verdad” no implica necesariamente un comportamiento dominante o violento, mientras que las niñas deben desarrollar confianza en sí mismas y un sentido de la autonomía. Deberían prohibirse las películas sexistas y pornográficas, que celebran la humillación de las mujeres, así como los informes sexistas sobre casos de violación. Las campañas mediales pueden ayudar a informar a las personas sobre las dimensiones y consecuencias dramáticas de la violencia contra la mujer, alentando a un debate público sobre el tema. El gobierno debería proporcionar servicios de apoyo directo y asistencia a las víctimas de la violencia en la cantidad y con la calidad suficientes. Ello implica que estos servicios deberían ser accesibles para todas las mujeres y niñas, incluyendo aquéllas que sufren discapacidades y los grupos minoritarios. Sin embargo, aún existen graves deficiencias, que muchas veces son suplidas por las ONG que ofrecen refugio y proporcionan asesoría legal, social y psicológica a las víctimas de la violencia. Sin importar si estos servicios son provistos por el Estado o la sociedad civil, es una obligación de derechos humanos el respetar la dignidad, privacidad, autonomía y autodeterminación de la víctima. Tomando en cuenta la importancia de implementar estrategias tanto curativas como preventivas, nuestras experiencias subrayan la necesidad de un enfoque de múltiples sectores, niveles y actores. Los siguientes capítulos exploran en mayor detalle las dimensiones esbozadas anteriormente, y muestran que - si bien los desafíos son enormes - existen oportunidades y necesidades de acción en todos los niveles. 32 5.1 Cómo conducir investigaciones cualitativas y establecer bancos de datos empíricos una encuesta representativa sobre la violencia doméstica en colaboración con UNIFEM y la ONG East West Management. El estudio fue realizado por una compañía con sede en Camboya denominada “Indochina Research”, y recolectó datos cualitativos y cuantitativos sobre las actitudes frente a la violencia contra la mujer en la sociedad camboyana. El trabajo de campo tuvo lugar en 13 de las 24 provincias, con lo cual se pudo constituir una muestra representativa constituida por 3 300 hombres y mujeres camboyanos. La violencia de género ha venido recibiendo creciente atención en todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los países aún carece de datos detallados sobre la naturaleza, preponderancia e incidencia de los diversos tipos de violencia contra la mujer. En marzo de 2004, los participantes en una mesa redonda de alto nivel de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU (CSW) señalaron que: “En ciertas áreas, tales como la violencia contra la mujer, las deficiencias metodológicas y la falta de informes, o los informes incompletos, han llevado a una recolección inexacta de datos, y tal información no confiable o engañosa puede llevar a políticas deficientes. Los datos obsoletos a veces limitan la utilidad de la información como base para la formulación de políticas. En ciertos casos, existe una discrepancia entre los tipos de estadísticas que se producen y las necesidades de las instancias que formulan las políticas.” Para mayor información: GTZ en Camboya http://www.gtz.de/en/weltweit/ asien-pazifik/609.htm Un análisis preliminar de los datos muestra que - si bien los encuestados perciben el uso de la violencia como ilegal - hay diferentes formas que se califican con distintos grados de aceptabilidad. Esto se aplica sobre todo a los casos en los que un marido actúa con violencia frente a su esposa. Las llamadas “golpizas educativas” gozan de amplia aceptación, y sobre todo los adolescentes varones respondieron que las reacciones físicas frente a una esposa irrespetuosa resultan aceptables. Por lo tanto, existe la necesidad de llevar a cabo investigaciones cuantitativas y cualitativas, que tomen en cuenta las diferencias culturales y regionales en la preponderancia y las formas de la violencia contra la mujer. Las diferencias en las percepciones públicas y el nivel de aceptación social de la violencia contra la mujer también son factores importantes, al igual que la actitud general frente a los roles de género. Un banco de datos sólido, así como los análisis cuantitativos y cualitativos, resultan útiles para fijar las prioridades en las políticas y para permitir a los proyectos adecuar sus intervenciones de acuerdo a las necesidades de los distintos grupos meta (es decir, tanto víctimas como victimarios). La información puede ser utilizada para identificar nuevas tendencias y áreas de problemas emergentes, y para establecer intervenciones que respondan a estos temas. A su vez, estas últimas pueden ser el punto de partida para medidas adicionales tomadas por las organizaciones de mujeres, como la formulación de informes paralelos a los de la CEDAW y la promoción de la participación de la mujer en los procesos democráticos. La encuesta ofrece información detallada sobre la preponderancia de la violencia doméstica y las percepciones públicas al respecto. Es importante señalar que incluye información sobre la incidencia de formas específicas de agresión tales como la violencia física, el maltrato emocional y la violación. Estos resultados permitirán al gobierno de Camboya diseñar apropiadamente sus campañas de sensibilización, a fin de dirigirlas a diferentes segmentos de la población. También pueden usarse como base para medir el impacto de actividades futuras. Los métodos participativos de investigación también tienen un efecto educativo: por ejemplo, las preguntas sobre la preponderancia de la violencia contra la mujer pueden sensibilizar a las personas y estimular un debate sobre lo que resulta aceptable, y sobre qué medidas legales y sociales se pueden aplicar para abolir tales prácticas. Sin datos adecuados de línea de base, será difícil o incluso imposible evaluar si las estrategias elegidas han logrado el impacto deseado. En marzo de 2005, el proyecto llevado a cabo en Camboya con apoyo de la GTZ y titulado “Promoción de los Derechos de la Mujer” condujo 33 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes proyecto pudo identificar a los actores clave involucrados en la solución local de conflictos y desarrollar medidas especializadas de capacitación para estos individuos. Adicionalmente, se proporcionó una mayor capacitación a los mediadores tradicionalmente aceptados, para permitirles reconocer y contrarrestar en forma temprana las situaciones potenciales de conflicto, y enviar a las víctimas a las instituciones adecuadas para que reciban apoyo. Asimismo, se instituyeron campañas de sensibilización sobre temas específicos de la violencia de género en una forma respetuosa de la cultura local, y se intentó estimular cambios en las actitudes y los comportamientos de la población de Malawi. En 2001, el proyecto que apoya la GTZ en Malawi y que se titula “Prevención de la Violencia de Género” inició su trabajo llevando a cabo investigaciones participativas en ciertas áreas piloto del proyecto. La encuesta recolectó las opiniones de mujeres y hombres de distintos grupos de edad y clases sociales, y también las opiniones de las ONG pertinentes, las fuerzas policiales y los Ministerios de Justicia y de Asuntos de la Mujer. Las investigaciones se centraron en las distintas formas y dimensiones de la violencia de género que es común encontrar en Malawi. El estudio se concentró en particular en las comunidades rurales, y también analizó el nivel de violencia que consideraban aceptable las mujeres, los hombres y los niños. Para mayor información: GTZ en Malawi http://www.gtz.de/en/weltweit/ afrika/588.htm Los métodos de investigación cualitativos tales como las entrevistas en profundidad, los debates de grupos focales y la observación fueron respaldados por la recolección de datos estadísticos en las comisarías y los hospitales. Los resultados pusieron de manifiesto lo siguiente: • La concepción de la violencia de género en Malawi incluye no sólo la violencia física, sino también la psicológica y económica. En general, la violencia física es vista como algo casi inevitable y como una herramienta aceptada para resolver conflictos. “Las mujeres, los hombres y los niños han internalizado el hecho de que las “golpizas educativas” son una medida necesaria para convertirse en un adulto responsable o en esposa.” (Saur et al., Malawi 2003) • En las situaciones percibidas como injustas y violentas, se solicita la intervención de las autoridades locales antes de acudir al sistema judicial formal. • La idea de una solución no violenta de los conflictos y los medios que se pueden usar para ello no son de amplia difusión. Sobre la base de los resultados del estudio, el En Tailandia, el Gobierno Federal Alemán ayudó a capacitar a las mujeres que habían sido víctimas de la trata de personas a llevar a cabo investigaciones sobre la situación actual de este tráfico en la región. Para mayor información: Proyecto contra la Trata de Mujeres http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/gender/ 2691.htm SEPOM en Tailandia [email protected] Según las cifras publicadas por la Embajada de Tailandia en el Japón, en 1993 entre 80 000 y 100 000 mujeres tailandesas se hallaban trabajando en la industria japonesa del sexo. La mayoría eran inmigrantes ilegales y por lo tanto resultaban presa fácil para los traficantes. La ONG tailandesa denominada “Self-Empowerment Program of Migrant Women” (“Programa de auto-empoderamiento para Mujeres Migrantes” - SEPOM) ha asumido el compromiso de hacer respetar los derechos de las mujeres migrantes. La organización se centra en particular en las mujeres víctimas de la trata de personas (y sus hijos) que desean regresar del Japón. Desde 2001, SEPOM ha venido conduciendo un estudio cuantitativo y cualitativo de las experiencias de las mujeres víctimas de esta práctica provenientes de las provincias 34 Chiang Rai y Payao en el norte de Tailandia. La investigación cubre un total de siete subdistritos. El estudio resulta particularmente innovador porque las encuestas están a cargo de mujeres que a su vez han sido víctimas de la trata de personas. El proyecto les proporciona capacitación y apoyo para fortalecer sus habilidades de investigación. Al involucrar a estas mujeres como investigadoras, la encuesta logra una mayor profundidad que no estaría al alcance de un investigador más “neutral”. El proceso de investigación también ayuda a las investigadoras a analizar sus propias experiencias. Por su parte, las mujeres entrevistadas son organizadas en grupos de autoempoderamiento, en los que intercambian experiencias y logran acceso a oportunidades de capacitación. vive a por lo menos dos horas de distancia del tribunal más cercano, esta opción de intervenciones a nivel comunal mejorará sustancialmente el acceso de las víctimas a la protección legal. El Ministerio de Asuntos de la Mujer ha desarrollado un Plan de Acción Nacional para implementar esta ley, junto con diversas partes interesadas de los ministerios gubernamentales pertinentes y la sociedad civil, a las que se añade un número de expertos nacionales e internacionales. Este plan formula medidas para asegurar una amplia divulgación de la ley, la capacitación de funcionarios legales y mejoras en los servicios a las víctimas de la violencia. El estudio está dirigido a proporcionar un análisis profundo sobre las condiciones de vida experimentadas por las mujeres víctimas de la trata de personas. También aspira a entender el panorama y los antecedentes regionales de la trata de mujeres y el tipo de apoyo que éstas requieren. Las leyes contra la violencia doméstica y la violación marital son especialmente difíciles de implementar porque estos actos delictivos literalmente tienen lugar tras puertas cerradas. Las víctimas a menudo tienen reparos en reportar estos incidentes por vergüenza, temor a represalias o debido a una falta de alternativas viables a su situación actual. Adicionalmente, las autoridades a cargo de hacer cumplir las leyes con frecuencia se muestran reacias a dar crédito a las víctimas o acudir en su ayuda, y el sistema judicial penal es remoto, costoso y muchas veces sesgado en contra de las mujeres. 5.2 Demanda de reformas en las leyes nacionales y su implementación Al ratificar los tratados internacionales de derechos humanos, los Estados signatarios se comprometen a hacer cumplir la ley internacional y se obligan a respetar, proteger y promover activamente estos derechos humanos. A fin de cumplir con estos deberes, muchos países han adoptado leyes diseñadas para sancionar a los infractores y proteger a las mujeres contra la violencia física, psicológica y sexual. Actualmente, 45 naciones (28 en América Latina y el Caribe) han adoptado leyes contra la violencia en la familia. Otras 21 están formulando nuevas leyes y muchos países han modificado su legislación de agresión delictiva para incluir la violencia doméstica. En 27 países se reconoce la violación dentro del matrimonio como un delito penal, y la mutilación genital femenina (MGF) es considerada un delito penal en 15 países africanos. A fin de dar respaldo a la decisión política y de facto para implementar efectivamente esta ley, es necesario contar con el compromiso del gobierno y con partes interesadas al interior de las instituciones gubernamentales. Estos actores pueden trabajar en pro de las reformas estructurales y pueden actuar también como valiosos agentes del cambio. Adicionalmente, es esencial contar con una sociedad civil fuerte, que sea capaz de ejercer presión sobre las instancias políticas de decisión. En este contexto, el trabajo de las organizaciones de mujeres y de derechos humanos reviste considerable importancia. En Camboya, el Ministerio de Asuntos de la Mujer ha recibido apoyo técnico del Gobierno Federal Alemán para formular una ley destinada a prevenir la violencia doméstica y proporcionar protección a las víctimas. La Asamblea Nacional acaba de aprobar esta ley en septiembre de 2005. En esencia, la ley suple un vacío clave en el marco legal. Complementa las medidas penales existentes al establecer medidas de derecho civil, tales como órdenes de restricción temporal, a fin de proveer una protección más integral a las víctimas de la violencia. La ley también permite intervenciones a nivel local, otorgando a las autoridades públicas locales el poder de intervenir en casos de violencia doméstica. Dado que el 88% de los camboyanos 35 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes El análisis se basa en las experiencias de 120 mujeres clientes del centro, todas ellas víctimas de la violencia. Las mujeres fueron preparadas para sus procesos judiciales y se les proporcionó representación legal y asistencia psicológica. Utilizando unos formularios de seguimiento especialmente formulados, el estudio analizó y documentó los servicios de asistencia ofrecidos, el comportamiento de la policía y de la fiscalía durante las investigaciones, así como los procesos judiciales y los fallos de las cortes. En Honduras, la GTZ ha apoyado la implementación de la ley del gobierno contra la violencia doméstica. Esta ley existe desde 1998 y está dirigida a proteger a las mujeres contra malos tratos físicos, psicológicos y sexuales y contra perjuicios que afecten su propiedad por causa de la agresión de parejas de la intimidad. La violencia se clasifica aquí como violencia física, daño psicológico, violencia sexual y violencia contra la propiedad. La ley prevé medidas de seguridad para contener la violencia y prevenir daños adicionales. Estas medidas incluyen la expulsión temporal del autor de la agresión del hogar matrimonial, órdenes de restricción contra visitas al hogar y otros lugares frecuentados por la víctima, así como el arresto y desarme del infractor y la confiscación de sus armas. Estos resultados fueron debatidos en seminarios y discusiones expertas con jueces, psicólogos, médicos y trabajadores(as) sociales. Estos grupos fueron sensibilizados con respecto a la nueva legislación de protección contra la violencia, y trabajaron para identificar los pasos necesarios para solucionar los problemas de implementación existentes. También se produjo una gama de materiales para ayudar a las mujeres víctimas a hacer valer sus derechos. Estos recursos incluyen información sobre cómo presentar una denuncia y cómo tramitar la manutención de los hijos. Adicionalmente, se redactó un manual para los jueces, basado en las experiencias de los casos analizados por el CDM. El manual contiene referencias detalladas sobre la aplicación de la ley contra la violencia doméstica, y aspira a facilitar a los jueces la tarea de reconstruir y manejar los casos, comenzando con la formulación de los primeros cargos y continuando hasta la interrogación de los testigos. El manual fue puesto a disposición de todos los jueces de las cortes familiares en el país. Para mayor información: Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/politischereformen/897.htm CDM en Honduras http://www.derechosdelamujer.org/ El CDM forma parte de una entidad especial, la “Comisión Interinstitucional de Seguimiento a la Ley contra la Violencia Doméstica”. Sobre la base de las experiencias del CDM, la Comisión formuló una propuesta de reforma de la ley, que fue recientemente presentada al Congreso para su aprobación. La propuesta mantiene los principios básicos de la ley pero clarifica los procedimientos, mejora ciertos aspectos de su aplicación y prevé un trato más severo para los infractores que incumplen las medidas impuestas por los jueces. Sin embargo, la violencia psicológica, física y sexual está aún muy expandida en la sociedad hondureña. La imposición de la nueva ley se ve obstaculizada por el sexismo, las relaciones patriarcales entre los sexos, la ignorancia de la legislación formal y el machismo dentro de un poder judicial predominantemente masculino. Además, amplios sectores de la población consideran que la violencia doméstica es un asunto privado e incluso lo que se denomina un “pecadillo”. En muchos países, las normas sociales y creencias muchas veces se oponen a las leyes del Estado, y esto contribuye a dificultar la imposición de nuevos estándares legales. Por ejemplo, la mutilación genital femenina todavía se lleva a cabo en dos millones de niñas y mujeres jóvenes todos los años, a pesar de que muchos países cuentan con una legislación que la convierte en delito. Las convenciones y los planes de acción internacionales condenan la MGF como una violación de los derechos humanos y de los derechos del niño. Desafortunadamente, a menos que las leyes se vean apoyadas por medidas educativas y de sensibilización de amplio alcance que estén dirigidas a cambiar los fundamentos culturales y religiosos de estas prácticas, profundamente arraigados en la cultura, los textos En respuesta, la ONG “Centro de Derechos de Mujeres” (CDM) ha elaborado un inventario detallado de la aplicación de la nueva ley, a fin de detectar vacíos entre ésta y su aplicación. Al atraer la atención sobre estas inconsistencias, el estudio intenta promover el desarrollo de un proceso legal justo y capaz de hacer valer las denuncias de las víctimas en contra de los infractores. 36 legales serán letra muerta y no tendrán gran difusión. El enfoque debería estar centrado en cambiar las actitudes de hombres y mujeres de diferentes edades, líderes religiosos y locales, enfermeras, médicos, etc. El enfoque desarrollado por HUNDEE comprende una serie de etapas. En la primera, se consulta a los representantes de las distintas autoridades públicas (oficina de la mujer, policía, poder judicial, gobierno) a nivel distrital para identificar a unas 100 mujeres y unos 100 hombres como multiplicadores potenciales, incluyendo líderes locales de opinión, autoridades tradicionales, ancianos en las aldeas, jueces en las cortes sharia y representantes de la policía local, el poder judicial y la oficina de la mujer. Los individuos seleccionados, separados según el sexo, luego toman parte en talleres de dos días de duración en los que se discute la relación entre hombres y mujeres, y los valores, las normas y las prácticas locales ligadas al tema. Los talleres de las mujeres con frecuencia finalizan en foros donde se ventilan por primera vez las experiencias de violencia individuales en público, y se reconocen como un problema social y estructural. En los países en los que la realidad de la mujer depende de las leyes consuetudinarias, se deberían fomentar sinergias entre las reformas legales formales y las normas tradicionales, que sean consistentes con las disposiciones de derechos humanos. Según la constitución de 1995, las mujeres en Etiopía gozan de iguales derechos que los hombres. Sin embargo, en la práctica las mujeres sacan pocos beneficios de esta proclamación. Esto rige principalmente para las áreas rurales, en las que vive el 85% de la población y donde la mayoría de las personas aún sigue las normas y costumbres tradicionales. Según la ley consuetudinaria, las mujeres son consideradas propiedad de sus maridos. Las prácticas dañinas como la mutilación genital femenina (MGF), el rapto y la violencia doméstica son comunes, y la mayoría de hombres y mujeres no están al tanto de las leyes formales que prohíben estas formas de violencia. Los problemas legales y la mayoría de conflictos son resueltos por las cortes tradicionales o los consejos de ancianos, compuestos principalmente por varones. En debates dirigidos por un moderador, los participantes exploran y examinan críticamente las fuentes de la discriminación y la violencia de género: se analiza cuáles de estas prácticas pueden considerarse realmente como rasgos “auténticos” de la cultura oromo, y cuáles son en cambio manifestaciones más recientes. Los ancianos de las aldeas contribuyen a hacer renacer la conciencia sobre instituciones casi olvidadas, que en tiempos pasados concedían a las mujeres oromo ciertos derechos dentro de la familia del marido. Por otro lado, se establece claramente que ciertas prácticas que hoy en día se conocen como “tradicionales” son en realidad relativamente modernas, como es el caso de los raptos de esposas y los pagos enormemente exagerados por la mano de una joven casadera. Esta perspectiva histórica permite cobrar conciencia de que las normas y prácticas van cambiando, y de que no existe un marco de valores predefinido inequívoco e inalterable. Esta conclusión fue todo un descubrimiento para la gente involucrada. Para mayor información: GTZ en Etiopía http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/aethiopien/576.htm Hundee en Etiopía [email protected] En este contexto, la ONG local HUNDEE y el proyecto bilateral germanoetíope GALPO han venido utilizando un enfoque sensible a la cultura que ha contribuido al cambio social a través del diálogo a nivel local. La elección de trabajar desde dentro de la cultura surgió de una apreciación de las deficiencias del sistema legal moderno para proteger a las mujeres contra las diversas formas de violencia y malos tratos, y del reconocimiento de la cultura y tradición como generadoras de mecanismos para proteger a las mujeres y niñas contra la violencia de género. 37 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes El siguiente paso en el proceso consiste en una reunión de los grupos previamente separados de hombres y mujeres en un taller conjunto, en el que se intercambian y discuten sus distintas perspectivas. Aquí el objetivo es llegar a un consenso sobre las prácticas y normas que vale la pena conservar en su propia cultura, y sobre aquéllas que habría que revisar. A menudo incluyen los siguientes temas: • prohibir los matrimonios forzados para niñas y mujeres • especificar una edad mínima de 16 años para que las niñas contraigan matrimonio • prohibir el rapto de esposas • prohibir la mutilación genital femenina • fijar un pago moderado por la mano de una joven casadera Luego, las propuestas específicas de reforma se presentan en conferencias públicas en la comunidad, donde se debaten hasta que se llega a un consenso sobre las diversas reformas legales. El paso final es la celebración de la ceremonia “seera tumaa”, en otras palabras, la formalización pública de un nuevo proceso legislativo. En el marco de estos talleres mixtos, después de un debate largo, acalorado y controvertido, se sugieren propuestas conjuntas para reformar las prácticas legales locales. Este resultado - es decir, la revisión formal de ciertas normas legales locales - no estuvo previsto al iniciarse el proceso, sino que surgió en el curso de los acontecimientos como resultado de los talleres de diálogo. En principio, la cultura oromo contempla la posibilidad de reformar sus propias leyes, pero hasta ahora sin la participación de las mujeres. Las propuestas de reforma que surgen en el marco de estos procesos se aplican a un área que abarca unos 30 poblados, y toman una forma diferente en cada caso. Esta ceremonia pública muchas veces cuenta con la asistencia de miles de personas. Además de la población local, están presentes las autoridades del distrito, las autoridades de la comuna y los representantes de la policía, el poder judicial y la oficina de la mujer. Estas entidades apoyan activamente y acogen con entusiasmo la homologación de la ley local y nacional. Las resoluciones sobre la ley local modificada se registran en el idioma local y están disponibles para todas las entidades oficiales. El enfoque desarrollado por HUNDEE fue asumido y continuado en un proyecto bilateral encargado por el BMZ y ejecutado por la GTZ (GALPO). Esto significó que pudo expandirse en términos tanto geográficos como metodológicos, por ejemplo a través de la cooperación con escuelas y la capacitación de mujeres como asistentes jurídicas. El equipo de GALPO ha integrado en su trabajo a representantes del poder judicial, la policía y las oficinas de la mujer de una manera muy cercana. GALPO los ha capacitado para convertirse a su vez en multiplicadores e instructores que continúen promoviendo el enfoque HUNDEE en los niveles administrativos inferiores. Se ha planeado integrar algunos de los módulos de capacitación y los temas ya ensayados y probados en la formación estándar de los estudiantes de leyes en la Universidad de Addis Abeba y en la institución de estudios superiores para funcionarios públicos de Etiopía. El trabajo desarrollado por HUNDEE y GALPO sin duda no ha llevado a una completa transformación de la relación entre hombres y mujeres en un área extensa, ni tampoco ha acabado con la mayoría de las formas de discriminación contra mujeres y niñas. Es cierto también que ha habido resistencia y retrocesos. Pero en un total de 30 distritos, por primera vez se llevó a cabo un debate público sobre los derechos de las mujeres y niñas, y existen muchos casos individuales documentados que proporcionan pruebas del inicio de un cambio de actitudes. Por ejemplo, por primera vez se han reportado casos de violación y los violadores han sido condenados bajo el código penal. Esto se ha hecho posible gracias al cambio de actitudes en las 38 figuras tradicionales de autoridad y los padres afectados, así como en las comisarías y fiscalías, y debido a una colaboración activa entre las diversas partes. Existen numerosos ejemplos individuales de padres que no han hecho circuncidar a sus hijas y muchos multiplicadores comprometidos - tanto hombres como mujeres que desarrollan un trabajo educativo sobre los efectos dañinos de la circuncisión femenina. También se ha logrado evitar los matrimonios forzados de niñas en muchos casos. Incluso si aún se trata sólo de casos individuales, éstos tienen un valor simbólico y repercuten en el entorno. Para mayor información: Proyecto: Promoción de Iniciativas para poner fin a la Mutilación Genital Femenina http://www.gtz.de/en/themen/ uebergreifende-themen/gender/9121.htm En la conservadora región del sur de Senegal, la GTZ ha venido apoyando el programa titulado “Village Empowerment Program” (“Programa de Extensión de Facultades a nivel de los Poblados”): se trata de una iniciativa de post-alfabetización operada a nivel de las bases por la ONG Tostan. Muchas mujeres y hombres han desarrollado conciencia de que la violencia contra las mujeres y niñas en sus diversas formas no es consistente ni con los elementos originales de la cultura oromo ni con la constitución nacional. Muchas de las mujeres involucradas en los procesos de discusión se han juntado en grupos, han ganado confianza en sí mismas y se defienden en el caso de ser afectadas por la violencia. Saben a quién recurrir y dónde obtener apoyo. Mientras tanto, algunas de ellas - en un gesto por completo novedoso en toda la región - han pasado a formar parte de las entidades políticas a nivel local y de los consejos de ancianos en sus aldeas, donde - entre otras funciones - participan en los procesos de mediación de conflictos. El suministro de información básica sobre los derechos legales es parte de la constitución moderna del país, que proporciona oportunidades sin precedentes a las mujeres, mucho más allá de los límites de las prácticas legales tradicionales. Como parte del programa, los participantes tratan de trabajar juntos para resolver problemas de la vida cotidiana participando en debates, ejercicios de juego de roles o canciones y rimas tradicionales. Los problemas abordados incluyen la violencia doméstica, los conflictos en los matrimonios polígamos, el temor al VIH/SIDA y la mutilación genital femenina. 5.3 Mejora de los conocimientos legales y del grado de conciencia a nivel local Las personas que no conocen los derechos que les corresponden no pueden hacerlos valer. Las mujeres en particular a menudo carecen de conciencia y de comprensión sobre sus derechos. Por lo tanto, frecuentemente no perciben la violencia al interior de la familia como un delito, sino como un derecho del padre o del marido - al margen de la legislación formal. Además, la información sobre las leyes pertinentes es escasa y muchas veces no está disponible en el dialecto local. Por otro lado, los procedimientos legales suelen ser complicados, tediosos y costosos. La fortaleza y el éxito del enfoque residen en el uso de métodos de enseñanza interactivos para impartir conocimientos prácticos. El contenido del curso es transmitido a la familia a través de “asociaciones de aprendizaje” que se establecen entre las participantes, sus maridos y otros miembros de la familia. El involucramiento de los ancianos de las aldeas asegura que estos mensajes sean transmitidos también a la comunidad más amplia. En ceremonias públicas, las comunidades han declarado que van a renunciar a prácticas no saludables como la mutilación genital femenina, y que impondrán sanciones a la violencia física cometida en contra de mujeres y niñas en los hogares. Para poner remedio a esta situación, diversas ONG tratan de cambiar la realidad jurídica de la mujer concentrándose en incrementar su grado de conciencia y comprensión acerca de los derechos legales existentes. 39 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes El éxito de este enfoque ha llevado a su adopción en otros países, y Tostan ha capacitado a otras ONG que trabajan en Burkina Faso, Malí y Sudán. Para mayor información: Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm GF2D en Togo [email protected] El capacitar a asistentes legales es otro modo de lograr un mayor grado de conciencia y comprensión del sistema legal. En esencia, la capacitación de asistentes legales enseña a los individuos a actuar como personas de referencia para asuntos legales y como asesores y multiplicadores, de modo que el sistema jurídico formal y los derechos legales existentes se hagan más accesibles para las mujeres y los pobres. Con el apoyo de algunas ONG, a menudo asociaciones de mujeres abogadas, los asistentes legales garantizan que incluso aquellas mujeres que viven en áreas remotas estén al tanto de sus derechos y las ayudan a ejercer dichos derechos en caso de conflictos. En consecuencia, se organizaron cursos de capacitación para varones. Los hombres ahora trabajan en equipo con las asistentes legales mujeres; proporcionan información a las comunidades rurales sobre los derechos legales existentes, en particular los vinculados con el derecho de familia y de herencia. Los equipos de asistentes legales también ofrecen asesoría jurídica y mediación en casos de conflicto. Su capacitación incluye tanto la legislación de Togo como una introducción a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Los asistentes legales varones a menudo son secretarios de los jefes tradicionales; a veces incluso son los jefes de las aldeas u ostentan alguna autoridad legal tradicional. Como resultado, estos hombres gozan de mucho respeto en sus comunidades. Sus roles, al igual que su reputación personal, constituyen factores clave para la amplia aceptación y el alcance de su trabajo. GF2D considera que la capacitación y la actuación de los asistentes legales varones ha sido uno de sus mayores éxitos. Gracias al grado de compromiso de estos hombres, los varones locales suelen estar más dispuestos a participar en procesos de mediación de conflictos y a considerar el estatus legal de la mujer en general. Los hombres, los adolescentes varones y las autoridades locales tradicionales pueden ser reclutados para servir de aliados, haciéndolos participar en las campañas de sensibilización y educación; tales actividades resultan un factor clave del éxito de una iniciativa. En Togo, la ONG “Groupe de Réflexion et d'Action Démocratie et Développement” (“Grupo de Reflexión y de Acción Democracia y Desarrollo” - GF2D) recibió apoyo de la GTZ para capacitar a varones como asistentes legales. Esta iniciativa surgió de las experiencias de capacitar anteriormente sólo a asistentes legales mujeres. Estas mujeres llegaron a la conclusión de que el involucrar a las parejas de las mujeres víctimas en los procesos de asesoría era particularmente importante en los casos de conflictos familiares y violencia doméstica. Sin embargo, los hombres a menudo se negaban a ser asesorados por una mujer. Adicionalmente, las autoridades tradicionales y religiosas eran a veces reacias a trabajar con asistentes legales mujeres, o se negaban de plano a hacerlo. En el sur de Serbia y Moldavia, la GTZ ha apoyado el trabajo de la ONG “Christian Children's Fund” en lo referente a la trata de mujeres. En particular, la organización ha llevado a cabo cursos de “instrucción de instructores” dirigidos a jóvenes activistas locales. La capacitación ha permitido a los jóvenes instruir a sus pares sobre la trata de personas y sus implicaciones para los derechos del niño. Además, los jóvenes activistas han desarrollado e implementado sus propios proyectos con otros jóvenes locales, tales como campañas de sensibilización, creación de redes con instancias locales de decisión, lanzamiento de publicidad radial y preparación de una semana de celebración dedicada a los derechos del niño. Para mayor información: Proyecto contra la Trata de Mujeres http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/ gender/2691.htm http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/ gender/6669.htm 40 La iniciativa ha tenido un impacto sustancial sobre los jóvenes. Aquéllos que participaron en los seminarios de educación de pares se sintieron bien informados sobre sus propios derechos y más conscientes de los riesgos del tráfico de personas. En consecuencia, muchos de los participantes dijeron sentirse menos vulnerables al tráfico de personas y más facultados o empoderados porque habían podido realizar sus propios proyectos. Por lo tanto, existe cierta resistencia a colaborar con hombres en estos temas. Algunas organizaciones de mujeres también sienten que este enfoque relativamente nuevo de trabajar con hombres en última instancia diluirá los ya escasos recursos disponibles para afrontar los temas de mujeres. Del mismo modo, algunos hombres y niños no están listos para involucrarse y no se sienten cómodos al examinar su propia responsabilidad y potencial contribución en poner fin a la violencia de género. Los programas de sensibilización deberían empezar a dirigirse a estos niños y hombres. Los debates a nivel de la comunidad y el cuidadoso trabajo de apoyo al programa tuvieron éxito en lograr un alto grado de participación femenina en el proyecto. Esto es de gran importancia, porque a las adolescentes mujeres no se les permite normalmente participar en eventos públicos. De muchas maneras, el gran número de muchachas que participaron en el programa puede verse como un indicador clave del éxito del proyecto en promover los derechos de la mujer. El terminar con la violencia contra las mujeres y lograr una mayor igualdad de género son objetivos que surgieron al interior del movimiento de mujeres. En consecuencia, muchos todavía conciben estos objetivos como “temas femeninos”, en lugar de verlos como parte de inquietudes mucho más amplias sobre los derechos humanos y la justicia social. Esta concepción errónea mantiene a los hombres y niños al margen y asigna el peso de la responsabilidad a las mujeres y niñas. Al hacerlo, distrae la atención del análisis de las raíces de la violencia (es decir, la percepción de los hombres sobre la masculinidad / las normas de la sociedad) y el rol de la violencia en mantener un desequilibrio de poder entre hombres y mujeres. 5.4 Superación de los estereotipos de género: trabajando con hombres y niños para promover la igualdad de género Los hombres y niños tienen gran potencial de convertirse en aliados más fuertes para poner fin a la violencia contra las mujeres. Por lo tanto, el buscar su colaboración es una parte esencial de cualquier estrategia de prevención. Por un lado, la mayor parte de la violencia en el mundo es cometida por los hombres pero va dirigida contra mujeres y hombres de todas las edades. Por lo tanto, queda claro que los hombres necesitan reconocer y asumir responsabilidad por su rol en cometer, permitir y/o ser cómplices en actos de violencia. Sin embargo, por otro lado conviene subrayar que la mayoría de los hombres no son violentos. Es más: muchos hombres no están de acuerdo con la violencia de otros hombres; el problema es que a menudo no hacen nada para oponerse o detener este maltrato. Muchas organizaciones de mujeres y activistas de género esperan que - si bien algunos hombres ya trabajan con las mujeres para prevenir la violencia - existen probablemente muchos más a los que les gustaría involucrarse pero no saben cómo hacerlo. Existe un creciente conjunto de enfoques que involucra a los hombres y niños en los esfuerzos de prevención; estos enfoques son recursos valiosos por las enseñanzas que contienen, y merece la pena replicarlos. Lo importante es que la participación masculina va mucho más allá de meros proyectos individuales dirigidos a pequeños grupos de hombres. En lugar de ello, este conjunto de iniciativas va desde cambios en las relaciones de los hombres con aquéllos que los rodean hasta cambios en las instituciones dominadas por los hombres a fin de afrontar de manera más eficaz los Los hombres necesitan reconocer que terminar con la violencia ofrece una variedad de beneficios para ellos mismos, sus familias y la sociedad en su conjunto. Adicionalmente, deben aprender a tomar un rol más activo en los esfuerzos para poner fin a la violencia. A fin de incrementar la participación de los hombres, tanto ellos como las mujeres deben examinar lo que significa trabajar juntos en relaciones de cooperación basadas en una mayor igualdad y confianza. Existe un grado de reticencia de ambos sexos a trabajar juntos en temas difíciles como género y violencia. En la mayoría de las sociedades, han sido predominantemente mujeres las que han venido promoviendo la prevención de la violencia y la igualdad de género. 41 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes cintas blancas simbólicas de la campaña, los hombres hacen una promesa personal de nunca volver a cometer o permitir actos de violencia contra las mujeres. Este compromiso visible también actúa como un desafío público a los hombres que podrían recurrir a la violencia contra sus parejas de la intimidad, algún miembro de sus familias o una persona extraña. Actualmente, distintas variantes de las actividades de la Cinta Blanca se llevan a cabo en más de 30 países. En los Estados Unidos, el Fondo de Prevención de la Violencia Familiar (“Family Violence Prevention Fund”) ha lanzado otra campaña titulada “Enseñando a los niños a ser hombres” (“Coaching Boys into Men”). En esencia, la campaña alienta a los hombres a actuar como modelos a imitar. Se aconseja a los participantes hablar regularmente con niños y jóvenes en su entorno desde una edad temprana sobre temas tales como los roles de género y la violencia contra la mujer. temas de género y poder. Como ejemplos tenemos programas dirigidos a hombres jóvenes en forma individual, así como intentos de lograr reformas gubernamentales para fomentar una mayor igualdad de género. Por ejemplo, en Escandinavia y otras partes de Europa existen políticas de permisos de paternidad que alientan a los hombres a pedir licencia en sus empleos para poder participar en el cuidado de los hijos. Los investigadores han encontrado que cuanto mayor sea el tiempo dedicado por los hombres a las actividades del cuidado de niños, menos probable será que cometan actos de violencia familiar. Estas políticas también fomentan una conducta masculina más orientada a la igualdad de género, que incluye cuidar de los niños y compartir las tareas del hogar. En África Meridional, la GTZ ha apoyado un programa en el cual los hombres han hecho campaña contra la violencia masculina. Los hombres que exponen la problemática del tema y cuestionan públicamente las percepciones estereotipadas de la masculinidad pueden traer cambios positivos valiosos. Sobre la base de esta conclusión, los miembros de la red de hombres africanos “The African Network of Men” han establecido una “conferencia itinerante” para ayudar a reclutar más hombres en esta lucha destinada a terminar con la violencia contra la mujer. Existen numerosos ejemplos de iniciativas llevadas a cabo tanto con como dentro de ciertas instituciones: por ejemplo, capacitación de las fuerzas policiales y militares, los trabajadores de salud y otros proveedores de servicios públicos. Estos programas se basan en la capacidad de las instituciones para lidiar más eficazmente con la violencia de género y asegurar que los varones jueguen un rol en condenar la violencia y promover instituciones mejores y más equitativas. Para mayor información: FEMNET en Kenia http://www.femnet.or.ke/ Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm Hombres pertenecientes a diversos grupos de la red se han venido afiliando al programa “Men for Justice” (“Hombres en pro de la Justicia”) desde 2001, y han recibido apoyo logístico de FEMNET. FEMNET es una organización “paraguas” pan-africana que abarca una membresía de 25 organizaciones de los países francófonos y anglófonos. En conferencias y seminarios regionales, los hombres provenientes de una amplia gama de entornos profesionales y sociales debatieron cuál sería el mejor camino para lograr una reducción sostenible de la violencia contra la mujer. Esto ha resultado tanto en actividades transnacionales como en iniciativas específicas y llevadas a cabo en estados individuales. Para mayor información: Campaña de la Cinta Blanca: http://www.whiteribbon.ca Fondo de Prevención de la Violencia Familiar, campaña “Coaching Boys into Men”: http://endabuse.org/cbim/ También existen incontables campañas mediales, programas radiales y currículos educativos que se centran en el rol de los hombres y niños para tratar temas como la violencia, la paternidad, la salud sexual y los roles de género. Por ejemplo, la Campaña de la Cinta Blanca aspira a movilizar a los hombres para que condenen la violencia contra la mujer, y al hacerlo examinen sus propias actitudes y conductas. Al usar una de las A fin de dar realce a la campaña internacional “16 days of Activism to End Gender-based Violence” (“16 días de Activismo para poner fin a la Violencia de Género”), del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2003, los hombres de estas organizaciones viajaron por toda el África Oriental y Meridional. Más de 100 de estos hombres de Zambia, Etiopía, Kenia, Tanzania, Malawi y Sudáfrica acudieron en autobuses 42 a Lilongwe en Malawi. Sus buses estaban decorados con banderolas que proclamaban “La paz en África comienza en casa: Hombres contra la Violencia de Género” y “Hombres trabajando para detener la propagación del VIH/SIDA”. Hablaron con miles de personas en el camino sobre la violencia contra la mujer y el VIH/SIDA. Estos hombres atrajeron la atención de la gente a través de la música, la danza y el teatro callejero participativo. Usaron tambores y megáfonos para difundir su mensaje y propiciaron animados debates en los poblados en los que se detuvieron. Las estrategias también deberían identificar las oportunidades y los costos que afrontan los hombres cuando tratan de asumir la responsabilidad de cambiar sus vidas y las vidas de sus comunidades. Es importante recalcar a los hombres y niños que vivir en un mundo más saludable y menos violento beneficia a las mujeres y niños, pero también les trae considerables ventajas personales, como por ejemplo una mayor gama de opciones sobre cómo comportarse, vincularse con los demás y formar relaciones más productivas dentro de sus familias y la comunidad. Los proyectos dirigidos a fomentar la madurez personal y la reflexión también pueden incitar a los hombres y niños a explorar las relaciones, percepciones y creencias de género. Por ejemplo, en Jamaica la organización “Fathers incorporated” asiste a los hombres que desean ayudar a sus hijos transformando los roles de género existentes. Este grupo señala que los hombres son vistos tradicionalmente sólo como los proveedores materiales de sus hijos. Para cambiar este estereotipo, los miembros del grupo han organizado talleres para promover el rol de los hombres como personas que prodigan cuidados y como padres responsables. También resulta crucial centrarse en la juventud: los jóvenes adquieren actitudes y comportamientos frente a las mujeres, relaciones, sexualidad y violencia tanto antes como durante la adolescencia. Lo resaltante es que estas ideas muchas veces los acompañan en la adultez. El trabajar con los varones jóvenes y niños y el tratarlos como agentes del cambio en sus grupos de pares deberían ser componentes vitales de una estrategia de prevención dirigida a reducir la violencia contra las mujeres y niñas y a mejorar su salud sexual y reproductiva. Para mayor información: Instituto Promundo en Brazil: http://www.promundo.org.br/289?locale=es Puntos de Encuentro en Nicaragua: http://www.puntos.org.ni EngenderHealth en Sudáfrica: http://www.engenderhealth.org/ia/wwm/ Estos diversos proyectos han contribuido a un conjunto de buenas prácticas para trabajar con hombres y niños. Reconocen los vínculos entre los comportamientos de género de los hombres y sus potenciales consecuencias negativas. Dado que los comportamientos de género son aprendidos, estas iniciativas también ponen de manifiesto el potencial de los hombres y niños para el cambio. Además emplean enfoques multifacéticos para tratar una variedad de temas de género. Al hacerlo, mejoran el acceso y la comprensión de los hombres respecto de información sobre la salud sexual/reproductiva, el VIH/SIDA y la prevención de la violencia contra la mujer. En particular, las iniciativas del “Instituto Promundo” (Brasil), “Puntos de Encuentro” (Nicaragua) y el programa “Men as Partners” de EngenderHealth son buenos ejemplos de proyectos que parten de un marco holístico para promover la igualdad de género. Las iniciativas de prevención deberían centrarse conscientemente en enfoques que de verdad lleguen a alcanzar a los hombres y niños. En particular, las iniciativas no sólo deberían prestar atención al tipo de mensajes comunicados a los hombres y niños, sino también al modo en que se transmiten estos mensajes. Los individuos responsables de difundir los mensajes de prevención de la violencia deben tener un claro conocimiento de la situación, las necesidades y las motivaciones del grupo objetivo. También deben contar con credibilidad y la habilidad de conectarse con estos hombres y niños. Dependiendo de las circunstancias locales, esto podría significar capacitar a hombres y mujeres como facilitadores(as) o agentes del cambio, valerse sólo de hombres y buscar una coincidencia entre los mensajeros y las variables demográficas del grupo objetivo, Adicionalmente a un marco integral, también es muy importante que se vea a los hombres y niños como potenciales agentes de cambio desde el comienzo. Muchas iniciativas han caracterizado a los hombres y niños sólo como la causa de la violencia y desigualdad; en consecuencia, no han reconocido su rol como parte de la solución. 43 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes tales como género, etnia, edad y pertenencia a una comunidad. Los hombres pueden ser mensajeros de muchas maneras distintas; sin embargo, una de las más importantes es servir de modelos y mentores. 5.5 El género en la mira: usando los medios de comunicación para incrementar el grado de conciencia y promover una mayor igualdad de género Los medios de comunicación reflejan y contribuyen a dar forma a los valores y las actitudes predominantes en una sociedad. Esto se aplica también al grado de conciencia general sobre la violencia contra la mujer y las percepciones comunes en torno al tema. Por lo tanto, los medios de comunicación masivos tales como diarios, revistas, radio, TV, “video clips”, afiches, canciones, etc., así como la red de Internet, juegan un papel importante en: • Introducir el tema ante el público y romper el silencio que lo rodea; • Desafiar las normas y los estereotipos de género existentes, y las actitudes que los toleran; • Iniciar debates sobre estrategias no violentas para resolver conflictos y sobre nuevos conceptos de masculinidad; • Divulgar información sobre los derechos de la mujer, así como sobre los marcos legales existentes y las estructuras de apoyo que están a disposición de las víctimas. Para sensibilizar más eficazmente a los clientes de las prostitutas sobre la trata de mujeres con fines de explotación sexual, la GTZ condujo un estudio integral sobre “Cómo dirigirse a los clientes de la prostitución”. Para mayor información: Proyecto contra la Trata de Mujeres http://www.gtz.de/en/themen/ uebergreifende-themen/gender/2691.htm http://www.gtz.de/en/themen/ uebergreifende-themen/gender/6669.htm Este estudio evalúa distintos modos de abordar a los clientes de la prostitución a través de campañas de sensibilización y el uso de Internet. Los resultados del estudio muestran claramente que es posible llegar a los clientes de la prostitución a través de campañas de información llevadas a cabo en los distritos pertinentes. Más aun: los resultados revelan que estos hombres en general están interesados en aprender más sobre la trata de mujeres para la prostitución forzada. La investigación por Internet en foros y “chatrooms” dirigidos a clientes de prostitutas también confirmaron estos resultados y mostraron que el entorno de Internet resulta valioso para sensibilizar a este grupo objetivo. Las campañas de información eficaces requieren de mensajes claros y simples, sin importar si se llevan a cabo ante un público real o virtual. También es necesario evitar los tonos moralistas: sólo es posible dirigirse a los clientes de la prostitución si se sienten aceptados y tolerados. Por otro lado, resulta de suma importancia que todos los actores participen desde el inicio de una campaña planeada: esto incluye a las prostitutas, los propietarios de los prostíbulos y las asociaciones de prostitutas. En forma similar, es esencial contar con una amplia participación para fomentar un alto grado de aceptación y lograr un impacto significativo. Todos los tipos de medios masivos de comunicación pueden resultar útiles: noticias, reportajes, columnas, publicidad, llamados, anuncios, radionovelas y telenovelas, películas, canciones, anuncios de radio y TV, entrevistas y “talk shows”. Todas estas modalidades son apropiadas para campañas a nivel local, nacional, regional e internacional. La elección del medio depende de los objetivos específicos de la campaña, el dinero disponible, el entorno medial del país y el/los grupo(s) objetivo. El persuadir a representantes de los grupos objetivo para que participen en las diversas fases del trabajo medial ha demostrado ser un factor propicio para el éxito. Las buenas campañas necesitan comprender plenamente las necesidades, costumbres y conductas, los valores y rasgos culturales, y el idioma de su audiencia potencial, a fin de formular mensajes que puedan llegar a ella en forma eficaz. Adicionalmente, los grupos objetivo con frecuencia hacen gala de una plétora de ideas creativas y de potenciales que deberían ser aprovechados. 44 En la India, la GTZ trabaja en cooperación con la organización internacional de derechos humanos “Breakthrough”. En esencia, la organización usa una amplia mezcla de medios para implementar una variedad de campañas sobre los derechos humanos de la mujer. A fin de llegar a los jóvenes, UNIFEM proporcionó a Breakthrough el apoyo financiero necesario para desarrollar una canción y un “video clip” con Shubha Mudgal, una cantante india muy famosa. En pocas palabras, la canción relata la historia de una mujer que ha sobrevivido a una relación violenta. En el video que acompaña a la canción, la renombrada actriz Mita Vasisht juega el papel de una mujer valiente que deja atrás una relación matrimonial marcada por el maltrato para ganarse la vida conduciendo un camión y así mantener también a su hija. A medida que emprende su camino, mujeres de todas las edades y condiciones se suben a su camión para escapar a la violencia que afrontan en sus vidas. Las mujeres bailan y festejan su libertad en la parte trasera del camión, y el video termina con todas bailando juntas en las dunas de arena de Rajastán. El video tiene muy buena coreografía y resulta desbordante de vida y entusiasmo. Se mantuvo en los primeros lugares de la clasificación de MTV durante 5 meses, ganó el premio de los “Indian Screen Awards” en 2001 y fue nominado para los “MTV Awards” en la categoría para mejor video musical de “Indipop”. En total, la canción “Mann ke Manjeeré” llegó a 26 millones de hogares a través de seis canales de televisión vía satélite especializados en música. Ha demostrado ser una herramienta invalorable en todo el mundo, al tratar los temas importantes de la violencia contra la mujer, su acceso a ocupaciones no tradicionales y su participación en el espacio público. La canción ha tenido éxito en poner sobre el tapete los temas sobre la violencia doméstica en todo el sur de Asia, y ha llegado incluso hasta lugares como Tayikistán, Indonesia y los Estados Unidos. Breakthrough ha recibido mensajes de todo el mundo expresando apoyo a su labor, y muchos hombres y mujeres han manifestado sentir empatía hacia el argumento del video. El éxito de “Mann ke Manjeeré” muestra que es posible traer voces e imágenes alternativas al entorno popular convencional, a fin de fomentar un diálogo sobre temas sensibles relacionados con los derechos humanos. En Paraguay, la GTZ ha apoyado una campaña de información llevada a cabo por Kuña Aty (“Asamblea de Mujeres” en lengua guaraní) sobre una nueva ley contra la violencia doméstica. Ésta ha sido declarada delito por las leyes paraguayas desde el año 2000. Sin embargo, las mujeres de las regiones rurales a menudo carecen de acceso a información y asistencia, y los policías y funcionarios judiciales no saben muy bien cómo poner en práctica estas nuevas normas. Para mayor información: Kuña Aty en Paraguay http://www.kunaaty.org.py Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/politischereformen/897.htm En respuesta a esta situación, la ONG Kuña Aty implementó una campaña educativa y de relaciones públicas en las regiones rurales entre septiembre de 2001 y febrero de 2002. El programa estaba dirigido a las mujeres, la policía y el poder judicial, y los materiales de la campaña se diseñaron individualmente para adaptarlos a estos diferentes grupos objetivos. Con la ayuda de una empresa cinematográfica profesional, se produjeron varias cortometrajes y comerciales, que luego se transmitieron a nivel nacional en las cadenas televisivas tanto privadas como estatales. Al mismo tiempo, 231 hombres y mujeres que trabajaban en la policía, el poder judicial y los servicios sociales y de salud participaron en cursos avanzados de capacitación. Para mayor información: Breaktrough en India http://www.breakthrough.tv/ Un ejercicio de seguimiento del impacto encontró que tanto la campaña como los cursos avanzados de capacitación tuvieron éxito. En particular, quedó demostrado que las mujeres habían adquirido mayor confianza y tenían el valor de denunciar la violencia doméstica. En forma similar, las autoridades públicas se mostraron más dispuestas a tomar en serio las denuncias de las mujeres, Sin embargo, a fin de tener un impacto significativo, las campañas mediales deberían complementarse con otras actividades orientadas al desarrollo, tales como la promulgación de leyes contra la violencia de género e intervenciones respecto de los servicios sociales, las fuerzas policiales y el sistema educativo. 45 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes En México, la GTZ apoyó la capacitación de periodistas en métodos sensibles a los temas de género para investigaciones y redacción de reportajes. En el pasado, los medios mexicanos generalmente habían pasado por alto los malos tratos de derechos humanos cometidos contra mujeres y niñas. Si las mujeres aparecían para algo en los medios, usualmente eran presentadas de modo sexista y sensacionalista. y con frecuencia utilizaban los materiales desarrollados por Kuña Aty como ayuda para Esta decepcionante situación fue el punto de partida para el establecimiento del centro “Comunicación e Información de la Mujer A.C.” (CIMAC). En 1995, CIMAC fundó la primera red mexicana de periodistas. La organización ofrece talleres de capacitación para sus miembros sobre reportajes sensibles al género. Se suscitan debates sobre temas tales como la discriminación, los derechos humanos, las mujeres que trabajan en los medios y la manera de retratar a la mujer. Durante este tipo de eventos, los periodistas logran crear y fortalecer su red de contactos, que luego utilizan para movilizar a los miembros para campañas mediales. Para mayor información: Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm CIMAC en Mexico http://www.cimac.org.mx/ tratar estos casos. Además, se encontró que el público en general se había vuelto más sensible a la violencia en su entorno social, y que había una mayor reticencia a aceptar estos casos como un simple acontecimiento “natural”. Desde su fundación, CIMAC ha logrado forjarse un claro perfil en el panorama periodístico mexicano gracias a un periodismo investigativo de corte profesional sobre temas de la mujer. Como resultado, la ONG ahora ha ayudado a crear una situación en la que los derechos humanos y civiles de la mujer, relacionados a la toma de decisiones políticas, así como los casos de discriminación contra la mujer, son tratados y comentados en los medios. Gracias a sus relaciones cercanas con organizaciones de derechos humanos y de mujeres, CIMAC tiene acceso a información que no es analizada por otras agencias. La ONG documenta la investigación a largo plazo y se centra en el trabajo de campañas. La red incluye actualmente a alrededor de 600 periodistas de la prensa, la televisión y la radio. Los análisis y las noticias de CIMAC se publican y transmiten regularmente en más de 100 publicaciones y reportajes de prensa, radio y televisión. Si bien los medios de comunicación tienen un potencial considerable para cuestionar y transformar las ideas preconcebidas existentes sobre el género y la violencia contra la mujer, la mayoría de ellos (ya sean medios impresos, TV o radio) tienden a justificar o restar importancia a la violencia contra la mujer y transmiten mensajes sexistas, a veces en forma sutil. Los talleres para periodistas pueden ayudar a cambiar sus actitudes, creando conciencia sobre la estructuración social de los roles y las imágenes de género, y estimulando un estilo de reportaje distinto, más sensible a los temas de género. Bulgaria es un país de origen y tránsito para la trata de seres humanos. Sin embargo, la cobertura que los medios de comunicación dan a este problema con frecuencia es sesgada y no toma en cuenta el punto de vista y la necesidad de protección de la víctima. En vista de este hecho, la organización “Media and Development International” (MADI) viene conduciendo programas de capacitación intensiva con el apoyo de la GTZ, dirigidos a proporcionar a los periodistas una mejor comprensión de la trata de personas y los serios problemas de la 46 explotación. El proyecto permite a los reporteros locales trabajar con periodistas y editores experimentados para crear una serie de artículos o programas de radio o TV para examinar el tema desde una variedad de perspectivas. Lo más importante es que el programa otorga tiempo y espacio a los periodistas para que puedan investigar y desarrollar historias que toman en cuenta las necesidades de la víctima. Durante el programa, un editor internacional y un editor local trabajan juntos para guiar al equipo en la elaboración de la serie. De este modo, los periodistas no sólo aprenden las destrezas apropiadas para cubrir el tema de la trata de personas, sino también mejoran sus habilidades para llevar a cabo reportajes investigativos de buena calidad sobre cualquier tema. En Nicaragua, la Policía Nacional ha estado trabajando en transformar las actitudes y prácticas aplicadas por sus oficiales. La estrategia busca estructurar un modelo humanista de formación policial, así como fortalecer los conocimientos sobre los distintos servicios que los hombres y las mujeres requieren de las fuerzas policiales. El proyecto apoyado por la GTZ y titulado “Promoción de Políticas de Género en Nicaragua” ha venido proporcionando servicios de consultoría a las fuerzas policiales nicaragüenses para integrar la igualdad de género en todos los niveles como parte del proceso de modernización del país. En primer lugar, esto significó establecer la igualdad de oportunidades para las mujeres en la policía, con un especial énfasis en las posiciones de mayor nivel. En segundo lugar, el proyecto apuntó a mejorar la atención a los requerimientos específicos de seguridad de la mujer, implementando medidas integrales para sancionar y prevenir la violencia contra la mujer. Para mayor información: Proyecto contra la Trata de Mujeres http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/ gender/2691.htm http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/ gender/6669.htm MADI, Bulgaria http://www.madimedia.org/index.htm 5.6 Desarrollo de capacidades al interior de profesiones pertinentes Para mayor información: La mera existencia de una voluntad política y legislativa no es suficiente para lograr una reducción tangible en la violencia de género. Es importante que el gobierno y las instituciones no gubernamentales adopten, implementen e institucionalicen directrices políticas sobre la prevención de la violencia contra mujeres y niñas y las sanciones pertinentes. Los profesionales de la salud, la policía y el sistema legal, los maestros y los trabajadores sociales, al igual que el personal de las diversas ONG, son actores clave en la prevención de la violencia. Si están apropiadamente calificados, estos grupos pueden proveer una asistencia valiosa en el tratamiento, apoyo y asesoría a las víctimas de la violencia y sus familias. Aparte de mejorar los conocimientos legales, el desarrollo de capacidades para los proveedores de servicios debería atraer la atención sobre las raíces y la dinámica de la violencia contra mujeres y niñas. Es probable que muchos de estos actores compartan los mismos prejuicios y actitudes sobre la violencia contra la mujer que imperan en la sociedad en general. Por lo tanto, es difícil para estos individuos tratar profesionalmente a las víctimas - en particular a los niños o jóvenes - a menos que el desarrollo de capacidades los aliente a reflexionar sobre sus propias creencias respecto del género, poder, sexualidad y maltrato, y les permita de este modo respetar los derechos humanos de las víctimas. Proyecto: Promoción de Políticas de Género en Nicaragua http://www.gtzgenero.org.ni/ Al intensificarse la cooperación con otras instituciones, han ocurrido cambios en las fuerzas policiales: los cursos de formación en la academia de policía ahora incluyen un módulo sobre violencia de género y seguridad ciudadana, y se han establecido comisiones especiales para las víctimas de la violencia doméstica. En especial en los casos de violación y abuso sexual, las víctimas mujeres a menudo no se sienten cómodas al denunciar los hechos ante un policía varón. Por lo tanto, se tomaron medidas para aumentar la proporción de oficiales femeninas en las fuerzas policiales. La cooperación cercana con el departamento de personal resultó ser muy fructífera. 47 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes particulares de los diferentes grupos de profesionales a los que se dirigen. El documentar y compartir las mejores prácticas puede ayudar a incrementar el éxito de los programas y métodos de capacitación, y cabe decir lo mismo de las estrategias detalladas de seguimiento y evaluación. Los enfoques multisectoriales y la creación de alianzas entre las distintas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales resultan de particular importancia en este contexto. A fin de institucionalizar las políticas de reducción de la violencia contra la mujer, no basta con que los cursos de capacitación sean acontecimientos aislados: sólo resultarán eficaces los cursos continuos y a veces obligatorios, con énfasis en la ética profesional y las aspiraciones de cada grupo. Por ejemplo, la Policía Nacional de Nicaragua ha introducido políticas que permiten combinar de mejor modo las responsabilidades del puesto de trabajo y de la vida familiar. Lo importante es que este cambio de política ha promovido una mayor igualdad de género en lugar de crear excepciones específicas para las mujeres. Como resultado, tanto hombres como mujeres han podido beneficiarse con estos cambios. El proceso de reclutamiento también fue analizado para identificar procedimientos que podrían excluir a las mujeres, y los criterios para postular a las fuerzas policiales fueron adaptados para mejorar el acceso de las mujeres a la institución (por ejemplo, cambios en la estatura mínima y los requerimientos de ejercicios físicos). Los procedimientos para lograr ascensos también se han hecho más transparentes. Hoy en día, el 26% de la Policía Nacional de Nicaragua está compuesto por mujeres; ésta es la proporción más alta de oficiales policiales femeninas en todos los países del mundo. A fin de convertirse en juez o en fiscal en Camboya, es necesario aprobar una formación especial en la Real Escuela Superior de Jueces y Fiscales. El proyecto germano-camboyano “Promoción de los Derechos de la Mujer” desarrolló un manual de capacitación sobre la violencia doméstica que fue incluido en el currículo de estudios de la escuela. El manual está estructurado de tal modo que va guiando al instructor a través seis temas dirigidos a fomentar una mayor conciencia de género entre los jueces y fiscales. Los temas son: comprensión de la violencia doméstica; el rol de los jueces y fiscales; los marcos legales; derecho penal y violencia doméstica; matrimonio y derecho familiar; y violencia doméstica y las disposiciones de la nueva ley contra la violencia doméstica. La instrucción de los jueces y fiscales se basa en una metodología participativa que incrementa sus conocimientos y su grado de conciencia frente a todos los aspectos de la violencia. El manual incluye objetivos, materiales, cronogramas e instrucciones, que ayudan a estructurar los debates para cada ejercicio y sesión de capacitación. Las reformas han ayudado a la policía a adquirir más legitimidad y credibilidad frente a los ojos del público en general. Un reciente “ranking de imagen” de las instituciones nicaragüenses colocó a la policía en segundo lugar, un puesto mucho más alto al alcanzado por la Iglesia Católica. Para mayor información: GTZ en Camboya http://www.gtz.de/en/weltweit/asien-pazifik/609.htm El programa de modernización ha servido de ejemplo a otras instituciones estatales en Nicaragua, así como a las fuerzas policiales de otros países centroamericanos. En efecto, actualmente varias de las fuerzas policiales de la región intentan replicar los éxitos nicaragüenses; los oficiales de la Policía Nacional de Nicaragua colaboran con el proyecto de la GTZ para ofrecer servicios de consultoría a estas otras fuerzas. Si bien la ley de Burkina Faso que prohíbe la mutilación genital femenina (MGF) data de 1996, la práctica aún está ampliamente difundida. La GTZ apoya a la Dirección de Educación en materia de Población (Direction de l'Education en matière de Population) para integrar el tema de la MGF en los programas de estudios de las escuelas primarias y secundarias. A partir de los estudios de línea de base, se desarrollaron materiales didácticos separados para las necesidades específicas de los estudiantes de las escuelas primarias y secundarias. Estos módulos comprenden un conjunto de materiales de lectura, separatas educativas, folletos, diapositivas, afiches y videos. Los procesos exitosos de información, sensibilización y creación de conciencia requieren instructores experimentados, enfoques participativos y materiales didácticos adaptados a las necesidades y los deberes 48 los doce años de experiencia de SSC en el campo del trabajo social en Camboya. Los enfoques fueron luego perfeccionados a través de un proceso iterativo que incluía la capacitación, la observación, la información de retorno de los participantes y el seguimiento post-curso. La capacitación en trabajo social está dirigida al personal de ONG que trabaja con víctimas de la violencia de género. El objetivo es contar con trabajadores sociales semi-profesionales que puedan proporcionar ayuda eficaz a las personas necesitadas. El curso - de 30 días de duración - está dividido en seis sesiones de cinco días; éstas se centran sobre todo en desarrollar habilidades y actitudes, y a la vez ofrecer a los participantes suficiente información y nociones teóricas como para que cuenten con un marco básico de conocimientos que les sirva de guía. Cada sesión semanal se basa en los conocimientos, las destrezas y la conciencia adquiridas en la reunión previa. Al final de cada sesión, se encarga a los participantes una tarea que refuerza los principales conocimientos adquiridos. Para mayor información: GTZ en Burkina Faso http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/burkina-faso/578.htm Una vez que los materiales didácticos estuvieron listos, se ensayaron en doce escuelas piloto en seis provincias del país, y se lanzó una campaña de sensibilización dirigida a los padres de los niños que asistían a las escuelas piloto. En total, la campaña alcanzó a 1 200 padres. A fin de fortalecer las capacidades de los/las docentes, los/las directores(as) de las escuelas y otros miembros del personal educativo, organizaron cursos para familiarizarlos con los nuevos módulos. Los cursos de capacitación estaban dirigidos a tratar las percepciones, causas y consecuencias de la MGF, y presentaban métodos para clarificar los sistemas de valores y desarrollar técnicas de fomento de la solución de conflictos y de motivación grupal. Los cursos también explicaban cómo evaluar los conocimientos, actitudes y comportamientos en torno a la MGF. Luego, los módulos se ensayaron durante el curso de un año escolar. En total, 7 900 alumnos se beneficiaron con estos recursos. El tema de la MGF se trató en diferentes niveles y en distintas materias, tales como Lengua Francesa, Historia, Geografía, Biología, Ciencias Sociales y Economía Doméstica. En consecuencia, la MGF constituyó un tema que acompañó a los alumnos a lo largo de toda su formación escolar. Por lo tanto, durante todo este tiempo se fue reforzando la idea de la necesidad de abandonar esta práctica tradicional dañina. Las casas de refugio son otra área en la que el desarrollo de capacidades ha demostrado ser útil para lidiar eficazmente con la violencia de género. En esencia, estas casas ofrecen un refugio temporal a las víctimas de la violencia y a sus hijos. Son especialmente convenientes en situaciones de alto riesgo, y ofrecen el espacio necesario como para permitir a las mujeres y niños aceptar la situación y hacer planes para el futuro. Es importante que estas casas sean manejadas por profesionales sensibles y bien preparados(as), que respeten la privacidad, dignidad, autonomía y derecho a la autodeterminación de las víctimas, y las ayuden a superar las múltiples consecuencias de la violencia de modo que puedan reconstruir sus vidas y sus relaciones. El tiempo pasado en un refugio debería facultar o empoderar a estas mujeres para asumir el control de sus vidas, y - al mismo tiempo - promover su bienestar general y su seguridad física y económica. El proceso fue sometido a un seguimiento minucioso, apoyado y evaluado por la entidad ejecutora del proyecto. Todos los actores principales proporcionaron información de retorno sobre sus experiencias. Dado el éxito del proyecto piloto, los dos ministerios a cargo de la educación primaria y secundaria decidieron integrar el enfoque y sus materiales didácticos en los currículos escolares generales. El desarrollo de capacidades y la mejora de la calidad de los servicios ofrecidos a las víctimas son de suma importancia. Por ejemplo, los servicios para las víctimas en la región del Mekong se centran sobre todo en la ayuda legal. Por lo tanto, el proyecto germano-camboyano titulado “Promoción de los Derechos de la Mujer” colabora con una ONG local (“Social Services Cambodia” - SSC) para apoyar al primer programa de capacitación para trabajadores sociales en Camboya. De este modo, se proporciona a las víctimas de la violencia un servicio de asistencia especializada. El contenido y la metodología didáctica del currículo de capacitación para el curso básico de trabajo social se basan en 49 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes establecer un sistema de referencias simple pero eficiente, que permita ofrecer un servicio inmediato y eficaz para las mujeres rurales y urbanas en dificultades. El “Programa de Protección de la Mujer” (“Women's Protection Program” - WPP) se inició en 2005 a raíz de un pedido del Gobierno Provincial de Punjab / Pakistán. El proyecto es apoyado por el Gobierno Federal Alemán, y se centrará en dos áreas de intervención en la provincia de Punjab: • Cuidados de la víctima / sobreviviente • Prevención de la violencia de género El otro componente del trabajo de WPP consistirá en establecer medidas para prevenir la violencia de género. Por fortuna, los medios de comunicación en Pakistán otorgan una creciente cobertura a los casos de violencia contra mujeres, y las cortes y la policía empiezan a cooperar de modo más eficaz. Sin embargo, queda mucho por hacer. Como parte de su labor, WPP revisará las leyes y normas que discriminan a la mujer. También examinará los currículos escolares, un área en la que las mujeres y niñas son a menudo retratadas como seres socialmente inferiores. El proyecto prevé un cambio gradual en las actitudes y comportamientos, como resultado de un intensivo trabajo con hombres de todas las edades, y a través de campañas y medidas de sensibilización dirigidas al poder judicial, la policía y los líderes religiosos. Para mayor información: GTZ en Pakistan http://www.gtz.de/en/weltweit/europakaukasus-zentralasien/1176.htm La incidencia de la violencia de género en el sur de Punjab es especialmente alta. Existe una cantidad de factores en esta región que incrementan el riesgo de que una mujer sea víctima de la violencia masculina al interior de la familia y en público. Éstos incluyen: el sistema feudal que prevalece en la región, la pobreza imperante, el dominio estructural de los hombres sobre las mujeres, niveles de educación muy bajos y una adherencia muy difundida a las actitudes y creencias tradicionales. La formación de grupos de autoayuda ofrece otra alternativa a las víctimas de la violencia para hacer frente a sus experiencias. Estos grupos ayudan a reducir sus sentimientos de aislamiento, particularmente en los casos en los que no existen casas de refugio o las mujeres no están dispuestas a abandonar el hogar. En 1998, la ONG “Centro Feminista de Información y Acción” (CEFEMINA) de Costa Rica desarrolló el programa de autoayuda “Mujer, no estás sola!” como alternativa a las casas de refugio. El trabajo se centra en incrementar la autoestima de las mujeres a través de grupos de apoyo que se reúnen en sesiones semanales. La asistencia es voluntaria, y las mujeres pueden ir y venir como les plazca. No se admiten hombres. Las mujeres participantes comparten sus experiencias, conocimientos y capacidades. Los grupos no cuentan con expertos o profesionales, pero las participantes más antiguas actúan de dirigentes. Los grupos ofrecen consejos y apoyan a las mujeres en su propia toma de decisiones. No existen soluciones prefabricadas, objetivos fijados, temas o cronogramas; impera el respeto al ritmo de cada una, sus valores y sus puntos de vista. A lo largo de los últimos diez años, alrededor de 1 100 mujeres han acudido a estos grupos de apoyo. Al darse a conocer los éxitos y buenas prácticas, no sólo se ha alentado a las participantes a continuar, sino también se ha incrementado el grado de conciencia general sobre los derechos humanos. WPP aspira a desarrollar pautas estandarizadas para todas las casas de refugio públicas y privadas para mujeres en la provincia (ocho casas de refugio públicas y tres manejadas por ONG en 2005), como parte de un componente especial para prodigar cuidados a las sobrevivientes de la violencia. Los refugios públicos requieren de relativamente mayor atención para poder mejorar su desempeño. En consecuencia, WPP ofrecerá un continuo desarrollo y fomento de capacidades, a fin de solucionar la actual falta de personal calificado y directivo. También existe una serie de otras instituciones en la región de Punjab donde las mujeres pueden hallar ayuda. A la fecha, estas instituciones no colaboran entre sí ni co-ordinan sus actividades. Sin embargo, a través de la cooperación con ONG, OBC, puestos de salud y otras partes interesadas, WPP aspira a Para mayor información: CEFEMINA, Costa Rica http://www.cefemina.org/ Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm 50 Los proyectos de intervención contra la violencia a manos de parejas de la intimidad son redes institucionalizadas de cooperación entre entidades y con la comunidad. Coordinan las actividades de defensoría y los programas de intervención integrados a nivel comunal o estatal. A fin de tener éxito, es esencial que las estrategias sean de tipo incluyente; que las organizaciones trabajen en forma eficaz y transparente; que los miembros estén dispuestos a la autocrítica; y que los diversos participantes se acepten mutuamente como expertos competentes en sus respectivos campos. 5.7 Fortalecimiento de sinergias y cooperación entre instituciones: programas de intervención contra la violencia La prevención eficaz de la violencia, así como la apropiada protección y el apoyo a las víctimas, requieren una cooperación interdisciplinaria e interinstitucional que comprende la prevención, la legislación, la interconexión en redes, el trabajo con los infractores, la sensibilización de los expertos y las relaciones públicas. Las medidas a nivel político, institucional y de la sociedad civil deben ser coordinadas, por ejemplo a través de la creación de redes eficientes que vinculen los diferentes niveles de intervención y los interconecten con una gama complementaria de servicios de tipo legal, político, psicosocial y médico. De este modo, es posible incrementar las sinergias entre estas acciones individuales. El primer programa de este tipo empezó en 1980 en Duluth, Minnesota, a consecuencia de un homicidio “doméstico” particularmente brutal. En esencia, el “Proyecto de Intervención contra el Abuso Doméstico” (“Domestic Abuse Intervention Project”) coordina la respuesta de todas las agencias y expertos que actúan en los casos de violencia doméstica al interior de su comunidad. El proyecto incluye actividades de organización comunitaria y defensoría, así como servicios de asesoría sobre programas de capacitación, políticas, procedimientos y textos, formularios de registro de casos, formularios para denuncias, evaluaciones, análisis, listas de verificación y otros materiales. Desde entonces, se han creado iniciativas similares de interconexión en redes en diversos países. En muchos de los estados federados de Alemania, las instituciones policiales, los centros de asistencia y las ONG han acordado cooperar a fin de proteger a las víctimas de la trata de personas. Dado que el tráfico de seres humanos constituye un delito que sólo puede ser condenado con el testimonio de las víctimas, la policía tiene un interés particular en trabajar con ellas. Al mismo tiempo, las instituciones policiales no pueden proporcionar el apoyo que las víctimas necesitan, y que abarca el apoyo social, legal y psicológico, el acceso a permisos de residencia y oportunidades de alojamiento. Por lo tanto, los centros de asistencia cooperan con la policía a fin de identificar y apoyar a las víctimas. Las mujeres en cuestión pueden decidir si desean cooperar con las instituciones policiales mientras reciben un apoyo constante por parte de un centro de asistencia. 51 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes El manual, titulado “Vem Pra Roda! Vem Pra Rede!” (“¡Únete al círculo! ¡Únete a la Red!”) describe los resultados y las experiencias adquiridas durante los seminarios y debates públicos. Incluye pautas que pueden servir de inspiración y proporcionar consejos para ayudar a formar redes en otras áreas. En Brasil, la ONG “Rede Mulher” recibe apoyo de la GTZ para establecer una red que actúe frente a la violencia contra la mujer. En 1998 se organizó un seminario en Campinas titulado “Superando las dificultades para prevenir y combatir la violencia contra la mujer”. La amplia distribución y discusión de la publicación resultante (“Cómo superar obstáculos en las estrategias para prevenir y combatir la violencia contra la mujer”) atrajo mucho interés en el Brasil. Las organizaciones de todo el país contactaron a “Rede Mulher de Educação” pidiendo ayuda para implementar los resultados del seminario a nivel local (es decir, a nivel de un municipio), a fin de organizar a los actores pertinentes en una red sistemática. La cooperación internacional puede apoyar la formación de redes y prestarles asesoría sobre cómo adoptar un enfoque concertado que tenga un amplio impacto. En América Latina, el proyecto de la GTZ contra el tráfico de mujeres dio apoyo al proyecto titulado “Local Strategies to Prevent Human Traffic - LOST” (“Estrategias Locales para prevenir el Tráfico de Seres Humanos”). La trata de personas, especialmente de mujeres y niños, se ha convertido en un problema creciente en la región. Sin embargo, hasta ahora no se ha combatido adecuadamente. ICLEI es una red internacional de ciudades y municipios que trabaja en el marco del proyecto LOST. En América Latina, la organización intenta incluir el tema del tráfico de seres humanos como un punto clave a ser tratado durante el desarrollo de los programas locales de seguridad a nivel comunal. La red está desarrollando materiales de capacitación y sensibilización. Una plataforma de Internet viene divulgando diferentes recursos, conceptos y experiencias. Para mayor información: Rede Mulher en Brazil http://www.redemulher.org.br/ Proyecto: Fortalecimiento de los Derechos de la Mujer http://www.gtz.de/en/themen/ politische-reformen/897.htm Adicionalmente, ICLEI América Latina está preparando pautas de acción para las comunidades locales. Éstas ofrecen asesoría a las comunidades sobre cómo desarrollar métodos para prevenir y combatir la trata de personas, especialmente de mujeres y niños. En Pernambuco (Brasil) se están implementando y evaluando medidas piloto destinadas a luchar contra el tráfico de seres humanos, como parte de los programas locales de seguridad. En octubre del año 2000, todo estaba listo para comenzar la primera reunión de la interconexión en redes. La ciudad de Porto Alegre fue elegida como la localidad apropiada, puesto que existía ya una buena cooperación entre los actores individuales de la ciudad. Veinte especialistas de diversas áreas y disciplinas que trabajaban directamente con las mujeres víctimas de la violencia participaron en la reunión. Sobre la base de una experiencia previa de cooperación institucional en Porto Alegre, se identificaron elementos clave que promueven o impiden el establecimiento de una red de servicios públicos para la prevención de la violencia contra la mujer. A fin de ofrecer a las mujeres víctimas de la violencia una atención lo más integral posible, se desarrollaron propuestas sobre opciones para mejorar la cooperación interinstitucional y construir nuevas alianzas. Para mayor información: Proyecto contra la Trata de Mujeres http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifendethemen/gender/2691.htm http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifendethemen/gender/6669.htm ICLEI en Latin America http://www.iclei.org/ 52 5.8 Aprendiendo de la experiencia: seguimiento del impacto y la eficacia de las intervenciones averiguar el impacto logrado por los cursos de capacitación en los diferentes niveles. El sistema utilizó una combinación de enfoques cuantitativos y cualitativos, e incluyó las opiniones de los usuarios de los servicios (por ejemplo, instructores distritales, comités de las aldeas y aldeanos) en sus análisis de las instituciones pertinentes. Al adoptar un enfoque metodológico mixto, el sistema de monitoreo puede proporcionar una imagen más completa del impacto del proyecto, que toma en cuenta una variada gama de perspectivas. Adicionalmente, la comparación de distintos datos hace posible verificar la exactitud de la información recolectada. Los datos cuantitativos se registran continuamente durante el ciclo del proyecto, recolectando y analizando los diversos casos presentados por las víctimas de la violencia de género. Los instructores distritales y los comités de las aldeas fueron capacitados para llevar registros exactos que abarcan temas tales como el número de mujeres/ hombres que buscan asesoría, el número de casos denunciados por mujeres/hombres y el número de fallos según las leyes de Malawi clasificados según mujeres/hombres. Sin un examen crítico y sistemático de una intervención, no es posible juzgar hasta qué punto se han logrado las metas y los objetivos previstos. Por lo tanto, las actividades de seguimiento y evaluación son un prerrequisito esencial para aprender sistemáticamente de las experiencias existentes y capitalizarlas. Sólo así se podrá ir adaptando las intervenciones para optimizar su impacto y el uso de los recursos. El conocimiento basado en los hechos sobre el impacto de las iniciativas eficaces para combatir la violencia contra la mujer es todavía relativamente limitado. Esto se debe en gran medida a que son muy pocos los enfoques que han sido evaluados con rigurosidad. El llevar a cabo actividades de seguimiento y evaluación plantea un serio desafío a muchas organizaciones y proyectos, especialmente a aquéllos que promueven cambios en los comportamientos, las actitudes, las normas y los valores. Tales transformaciones son procesos de largo plazo, que tienen impactos difíciles de cuantificar. Sin embargo, los métodos cualitativos pueden ser muy útiles para analizar estos resultados complejos. Es conveniente alentar a las comunidades locales - y más específicamente a los distintos grupos comunitarios - a participar activamente en el proceso de seguimiento. Por lo tanto, resulta importante desarrollar estrategias de comunicación incluyentes y adaptadas a cada cultura. Éstas pueden contener métodos de comunicación verbales y no verbales, tales como las discusiones en grupos de pares, los diálogos de género y de generaciones o los juegos de roles específicos. En general, es necesario fortalecer las capacidades de los investigadores y las organizaciones a nivel nacional e internacional. Las actividades de monitoreo cualitativo se llevan a cabo una vez al año, y el proyecto opta conscientemente por utilizar diversos métodos experimentales. Los debates en grupos de los aldeanos divididos por sexo han demostrado ser el modo más informativo de recolectar datos cualitativos. Los debates muestran la forma en que los policías, los jueces y las autoridades locales tratan a las víctimas de la violencia de género, y cómo manejan sus casos. Se pide a los participantes que califiquen la “disposición a prestar ayuda” de las instituciones pertinentes en respuesta a casos de violencia de género, otorgando un puntaje en una escala del 1 (no prestaron ayuda alguna) al 5 (muy serviciales). El grupo debe ponerse de acuerdo sobre el puntaje otorgado, y debe poder justificar detalladamente esta decisión. Si se lleva a cabo regularmente, este ejercicio proporciona información interesante En Malawi existen dos sistemas paralelos de leyes y de solución de conflictos: las leyes escritas, promulgadas por el Estado, y las leyes tradicionales o consuetudinarias. Ambos sistemas no son mutuamente excluyentes, sino complementarios. Los dos son reconocidos como parte del sistema judicial de Malawi, y como tales son legalmente vinculantes. Para mayor información: GTZ en Malawi http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/588.htm El proyecto malawiano-germano titulado “Combating Gender-based Violence” (“Lucha contra la Violencia de Género”) ha capacitado a jueces, oficiales de policía, sacerdotes y autoridades locales para mejorar el acceso de las mujeres al sistema legal y el manejo de sus casos. Se desarrolló un sistema de monitoreo participativo para 53 Cómo lidiar con la violencia contra la mujer: buenas prácticas provenientes de todas partes Desde un inicio, el sistema de monitoreo incluyó a la comunidad en el desarrollo de indicadores y métodos. La utilización de dibujos y testimonios sobre casos de violencia experimentados durante la infancia y adolescencia fue una de las muchas sugerencias propuestas por la comunidad, y resultó ser muy informativa. A fin de evaluar la naturaleza y la preponderancia de la violencia al interior de la familia, se pide a los niños más pequeños que pinten dibujos, y a los mayores que redacten sus experiencias. La pregunta planteada a los niños es: “¿Cómo se resuelven los problemas en tu familia?” sobre la naturaleza y el alcance de los cambios en el desempeño de las instituciones, y permite llegar a conclusiones sobre las causas que propiciaron la transformación. Adicionalmente se usa el juego de roles, debido a las respuestas positivas que generan estos métodos - especialmente en África Oriental y Meridional. Al iniciarse los ejercicios, se forman grupos y se pide a los participantes representar teatralmente ciertas situaciones cotidianas que involucran a las instituciones pertinentes. En el curso de estas actuaciones, se solicita a los miembros del grupo que desempeñen los roles de los actores clave responsables de la solución de conflictos; en particular, se los alienta a mostrar cómo se comportan y cómo tratan a sus clientes. Se da a los participantes del grupo un tiempo corto para preparar sus actuaciones, y luego los actores “salen al escenario” de inmediato. Las representaciones teatrales son filmadas para permitir comparaciones entre los distintos grupos. En ejercicios previos, a menudo la desaprobación de sus esposos había desalentado a las actrices, sobre todo cuando se trataba de actuar ante un público más amplio. Sin embargo, si los grupos están de acuerdo, sus representaciones tienen lugar ante la aldea en pleno. En particular, se ha notado que la espontaneidad de las actuaciones en público redunda en beneficio de la autenticidad de las representaciones. Al finalizar estos ejercicios, los niños y adolescentes explican sus dibujos o sus testimonios escritos en entrevistas personales. Durante estas conversaciones privadas, los entrevistadores tratan de comprender mejor las formas de la violencia y la frecuencia de su aplicación, y a la vez identificar a las víctimas y los victimarios. El material revela si se están utilizando las estrategias de solución de conflictos introducidas por el proyecto, y - de ser éste el caso averigua el modo en que estas estrategias logran reducir la violencia. Las actividades de monitoreo participativo son cruciales para conocer las opiniones, ideas y experiencias de los participantes. Al involucrar a todas las partes interesadas en la planificación e implementación de los sistemas de seguimiento y evaluación, es posible fomentar una amplia identificación del público con el proyecto. Más importante aun: los participantes tienen la oportunidad de reflexionar críticamente sobre su situación y desarrollar soluciones. De este modo, un proceso de seguimiento realmente participativo logra facultar o empoderar a todas las partes interesadas, sobre todo a nivel de las bases. En Guinea, el proyecto de la GTZ en contra de la MGF apoyó el uso de métodos de investigación basados en la acción para evaluar el impacto de dos enfoques: el “diálogo de generaciones” y la “capacitación para niñas no circuncidadas”. La metodología del “diálogo de generaciones” surgió a raíz del reconocimiento de que la transformación de las normas sociales requiere la participación y el consenso de toda la comunidad. Así, grupos de participantes jóvenes y ancianos toman parte en un diálogo mediado, en el que se discuten los roles de género, la sexualidad y las normas y prácticas tradicionales. Los juegos de roles son muy importantes porque permiten llegar a conclusiones valiosas sobre la percepción que generan ante el público las personas que están recibiendo capacitación. Por ejemplo, las representaciones pueden ilustrar si el personal capacitado es percibido como más apegado a la legislación nacional cuando se trata de dictar sentencias y tratar a las víctimas. En efecto, los juegos de roles ayudan al proyecto a juzgar hasta qué punto es puesta en práctica su capacitación por las partes interesadas y las instituciones legales, tanto tradicionales como estatales. Para mayor información: Proyecto: Promoción de Iniciativas para poner fin a la Mutilación Genital Femenina http://www.gtz.de/en/themen/uebergreifende-themen/ gender/9121.htm 54 El equipo de investigación deseaba averiguar si el enfoque del “diálogo de generaciones” había tenido un impacto sobre los niveles de comunicación al interior de las familias participantes en torno a temas como la moral sexual, el VIH/SIDA y la MGF. El estudio comparó los niveles de comunicación sobre estos temas al interior de estas familias con igual número de familias que no habían sido parte de la intervención. Según los participantes, sí había aumentado la comunicación y había surgido un mayor interés mutuo entre padres e hijos desde su inclusión en el “diálogo de generaciones”. La frecuencia de la comunicación al interior de estas familias sobre los temas mencionados había aumentado mucho más en comparación con las familias no involucradas en el programa. Aparte de ello, la comunicación se había vuelto mucho más recíproca. Las evaluaciones de la “capacitación para niñas no circuncidadas” se llevaron a cabo antes y después de la intervención. Las familias que habían decidido no circuncidar a sus hijas fueron entrevistadas, a fin de identificar los factores característicos que les permitían ser diferentes y resistirse a la presión social. De acuerdo a los resultados del estudio, se habían logrado los objetivos de la capacitación y se había cumplido con las expectativas de los padres. La “capacitación para niñas no circuncidadas” contribuyó a su autoestima y las facultó o empoderó para convertirse en modelos dentro de su comunidad. Estas niñas sentían gran entusiasmo sobre educar a sus pares, y sus padres estaban muy interesados en que sus hijas aprendieran sobre la MGF y la salud reproductiva, a fin de que pudieran defender su decisión y convertirse en educadoras de sus pares. Los padres sugirieron organizar un “evento de iniciación” público después de la capacitación, a fin de celebrar esta “iniciación sin mutilación” con toda la comunidad. Los padres expresaron aprecio por las visitas del equipo de investigadores, y las entrevistas eran percibidas como una oportunidad de reflexión mutua y valoración de la valentía de los padres. En general, se ayudó a los padres a defender su posición y se les facultó para convertirse en protagonistas de una “desviación positiva”. 55 Perspectivas Perspectivas Se ha hecho mucho en los últimos veinte años para incrementar el grado de conciencia del público en general sobre la violencia en contra de las mujeres y niñas, y para garantizar que ya no sea tratada como un tabú o un asunto privado. Un hito fue la Conferencia Internacional de Derechos Humanos de la ONU, llevada a cabo en Viena en 1993. La comunidad internacional finalmente reconoció los derechos de la mujer como derechos humanos fundamentales. Desde entonces, la comunidad internacional concibe la violencia contra las mujeres y niñas como una violación de derechos humanos. A partir de esa fecha, ha aumentado el grado de compromiso internacional para combatir la violencia de género, y en muchos países se han alcanzado logros innovadores. Sin embargo, la violencia contra las mujeres y niñas no disminuye sino todo lo contrario. La violencia sexual es el delito con la mayor tasa de incremento a nivel mundial. Hoy en día, muchos países afrontan conflictos violentos y guerras; la brecha entre ricos y pobres crece y los movimientos fundamentalistas se expanden. Tal contexto apoya una cultura que ignora los derechos humanos y actúa por fuerza bruta - y la carga más pesada recae en los más débiles, es decir sobre todo en las mujeres y los niños. La Declaración del Milenio subraya que el garantizar la seguridad física, emocional, sexual y socioeconómica de las mujeres - que representan la mitad de la población mundial - constituye un aporte clave hacia el logro de los ODM. La inclusión de la igualdad de género y la extensión de las facultades de las mujeres como un ODM específico nos recuerda que muchos compromisos internacionales y nacionales a favor de las mujeres no se han cumplido, y que es necesario hacer mucho más: tanto los gobiernos como la comunidad de donantes deben destinar más recursos al trabajo de prevención, el suministro de servicios a las víctimas, la investigación y el seguimiento del impacto. Nuestra experiencia de trabajo ha demostrado que es posible lograr progresos, para así llegar paso a paso a un mundo libre de violencia. 56 Anexo Campos y niveles de intervención Í Í Í Í Í Nivel micro Í Í Í Í Í Í Í Í Í Nivel meso Í Í Í Í Í Í Nivel macro Í Í Í Í Elevar el grado de conciencia de hombres y mujeres Incrementar la confianza de las niñas en sí mismas y fortalecer su capacidad de negociar y defender sus intereses Desmantelar los patrones de comportamiento agresivos y dominantes/posesivos entre los hombres jóvenes y adultos Promover conceptos alternativos de la masculinidad Elevar el grado de conciencia de las autoridades locales / tradicionales y religiosas Promover la cooperación entre las autoridades tradicionales y modernas Ofrecer apoyo psicológico/terapia a las víctimas de la violencia Ofrecer asistencia y representación legal Suministrar ayuda social y casas de refugio para las víctimas Organizar programas de capacitación/apoyo intergeneracionales Apoyar a las organizaciones que hacen presión en pro de los derechos humanos y de la mujer Incrementar la presencia de las instancias encargadas de hacer cumplir la ley y mejorar sus servicios Fortalecer la acción concertada y las alianzas entre las instituciones judiciales, policiales y comunitarias y las autoridades locales Implementar programas innovadores de prevención en las escuelas e instituciones religiosas Ofrecer cursos de capacitación y perfeccionamiento a grupos profesionales estratégicos Fortalecer a las instituciones gubernamentales en diversos sectores y fomentar las capacidades de asesoría de las ONG Integrar la prevención de la violencia en las políticas pertinentes: seguridad, justicia, mujeres/género, salud, educación, juventud, buen gobierno Homologar las leyes religiosas y consuetudinarias con las normas legales modernas y la legislación internacional Promulgar leyes penales contra la violencia doméstica y sexual Implementar acuerdos internacionales y planes de acción sobre la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y la erradicación de la violencia contra la mujer Establecer bancos de datos y sistemas de información, estadísticas nacionales Establecer sistemas nacionales de seguimiento y evaluación Fomentar el intercambio nacional e internacional de programas innovadores de prevención y enfoques de investigación Establecer una comunicación intensiva con las iniciativas del VIH/SIDA 57 Bibliografía Bibliografía Bradley, C. 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Su trabajo de lobbiying ha merecido gran reconocimiento. http://www.cladem.org African Partnership for Sexual and Reproductive Health and Rights of Women and Girls (AMANITARE) AMANITARE es coordinado por Rainbow (Research, Action and Information Network for the Bodily Integrity of Women) y aspira a lograr apoyo dentro de la sociedad para el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas como derechos humanos y civiles fundamentales. http://www.rainbo.org/amanitare/about.html Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ACNUR ofrece información sobre la violencia contra la mujer, incluyendo las actividades de su Relatora Especial sobre la Violencia contra la Mujer. http://www.acnur.org End Child Prostitution, Child Pornography and Trafficking in Children for Sexual Purposes (ECPAT) ECPAT es una red internacional de organizaciones e individuos que trabajan en contra de la explotación sexual de los niños. http://www.ecpat.net/ Amnesty International (AI) De la página web de AI usted podrá descargar el informe sobre las violaciones de los derechos humanos de las mujeres: “Broken bodies, Shattered minds. 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Información sobre la violencia contra la mujer en el mundo árabe. http://www.amanjordan.org Association for Women's Rights in Development (AWID) AWID proporciona información y moviliza e interconecta en redes a los individuos y organizaciones que trabajan en derechos de la mujer y asuntos de género. http://www.awid.org Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) UNIFEM apoya las iniciativas estatales y los proyectos de ONG que trabajan para poner fin a la violencia doméstica, los crímenes de guerra contra mujeres y la persecución política de mujeres. La siguiente página web ofrece información sobre la campaña mundial de UNIFEM. http://www.unifem.org/ Center for Reproductive Law and Policy (CRLP) El centro proporciona diversas publicaciones sobre derechos reproductivos y humanos para descargar. http://www.crlp.org 63 Enlaces (links) de Internet Johns Hopkins Center for Communications Programs (JHCCP). 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University of Toronto Esta extensa página web ofrece links con las convenciones internacionales, documentos de la ONU e informes de ONG (la mayoría en versiones completas) con comentarios, así como links hacia todas las organizaciones pertinentes. http://www.law-lib.utoronto.ca/Diana Women in Law and Development in Africa (WiLDAF) WiLDAF trabaja como una red pan-africana de derechos de la mujer que promueve estrategias para vincular la ley con el desarrollo, a fin de lograr progresos en la participación e influencia de las mujeres en diversos niveles. http://www.wildaf.org.zw/ Women's Court (Corte de la Mujer): The Permanent Arab Court to Resist Violence against Women La Corte de la Mujer o Women's Court es una corte popular simbólica que aspira a luchar contra todas las formas de violencia en las sociedades árabes. 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Su principal comitente es el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). La GTZ también opera por encargo de otros ministerios federales alemanes, los gobiernos de los países contraparte y clientes internacionales (tales como la Comisión Europea, las Naciones Unidas y el Banco Mundial), así como por contratos con empresas del sector privado. Desempeña una labor de utilidad pública. Cualquier ganancia generada es invertida nuevamente en sus propios proyectos de cooperación internacional para el desarrollo sostenible. 66 La GTZ emplea a más de 9 500 personas en 130 países de África, América Latina, Europa Oriental, los países en proceso de reformas, los Nuevos Estados Independientes y en Alemania. Alrededor de 1100 de estas personas son expertos enviados, mientras que otras 7 100 pertenecen al personal nacional en los distintos países y 300 expertos trabajan en proyectos en Alemania. La GTZ cuenta con Agencias propias en 67 países. Unas 1000 personas trabajan en la Central en Eschborn, cerca de Francfort del Meno. 67 http://www.gtz.de/en/themen/politische-reformen/897.htm Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH Dag-Hammerskjöld-Weg 1-5 65726 Eschborn T +49 61 96 79-0 F +49 61 96 79-11 15 E [email protected] I www.gtz.de