Tema 7 GESTIÓN DE DRAGADOS Y LEY DE RESIDUOS J. Sierra Antiñolo Puertos del Estado, Avda. Partenón, nº 10. C. de las Naciones 28042 Madrid, [email protected] La transposición de la Directiva 2008/98/CE de residuos mediante la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, ha marcado un antes y un después en la gestión de los materiales de dragado, ya que dichos materiales están catalogados como residuos en la normativa europea y española. A fecha de hoy, la gestión de los materiales de dragado en los puertos de interés general viene regulada por la "Recomendaciones para la Gestión del Material de Dragado en los Puertos Españoles" (RGMD), realizadas por el CEDEX en 1994 a instancias de Puertos del Estado. Las RGMD daban cumplimiento al compromiso contraído por España como Parte de los Convenios de Londres, OSPAR y Barcelona. Dichas Recomendaciones eran totalmente compatibles con la entonces vigente Ley de residuos de 1998, la cual establecía que estaban excluidos de su ámbito de aplicación "los vertidos desde buques y aeronaves al mar regulados por los tratados internacionales de los que España sea parte". Sin embargo, la nueva Ley de residuos de 2011 establece que para poder excluir a los materiales de dragado de su ámbito de aplicación, es necesario demostrar que dichos sedimentos no son peligrosos (Art. 2(3)) y que además deben estar cubiertos por otra normativa, que en este caso son los distintos protocolos de los convenios internacionales. Por lo tanto, se hace necesario adaptar las mencionadas RGMD del CEDEX a la nueva ley de residuos, y de paso ponerlas al día conforme los avances que, desde 1994, han sufrido los Convenios Internacionales antes citados. El objeto de esta ponencia es analizar, desde el punto de vista técnico y científico, el significado jurídico del término peligroso de la ley de residuos, y aplicarlo a las características de los materiales de dragado. Como ya se ha mencionado, los materiales de dragado son residuos por estar incluidos en la "Lista Europea de Residuos" con los epígrafes 17 05 05* y 17 05 06. Solo queda demostrar que no son peligrosos para poder excluirlos del ámbito de la Ley de Residuos de 2011. El término «peligroso» no aparece en las Directrices de los Convenios Internacionales (Que utilizan el término «contaminado») sino que es típico de la ley de residuos y de las normas asociadas (clasificación, envasado y etiquetado de substancias y preparados químicos). En consecuencia, si se quiere demostrar que no son peligrosos, se debería recurrir a los criterios de la ley de residuos y no a los de los Convenios Internacionales. La Ley de residuos establece que un residuo es peligroso si presenta alguna de las 15 características enumeradas en su anejo III. En este trabajo, se demuestra que un primer análisis de las características precitadas da como resultado que un material del tipo de un dragado marino sólo puede presentar seis de estas características (no puede ser inflamable, explosivo, corrosivo, sensibilizante, etc.) ya que se trata de un material pastoso compuesto básicamente de sedimentos y agua de mar. Cinco de las seis características están relacionadas directamente con el grado de contaminación por diversas substancias perfectamente catalogadas en la normativa asociada a la ley de residuos (H6 Tóxico, H5 nocivo, H7 cancerígeno, H10 tóxico para la reproducción y H11 mutagénico). Para determinar las características H5, H6, H7, H10 y H11 no es necesario recurrir a los complicados ensayos de toxicidad, mutagénesis, etc. establecidos en la normativa de residuos; basta con comprobar si los residuos (materiales de dragado en nuestro caso) sobrepasan ciertos umbrales de concentración de substancias químicas que presentan alguna o varias de esas características, según se establece en la Orden MAM /204/2002. De la comparación de las concentraciones límite establecidas en la Orden precitada con los niveles de acción de las actuales RGMD del CEDEX, se deduce que dichos niveles son muy inferiores a los estipulados por las normas de residuos. Así, se puede asegurar que un material de dragado de categoría II no es un sedimento peligroso. Si perteneciera a la categoría III, un análisis más detallado, basado en productos de solubilidad de substancias químicas bastaría también para asegurar que no son peligrosos (Por ejemplo, el zinc y sus compuestos son considerados peligrosos (nocivos por ingestión) a partir del 25% (250gr/kg) .En consecuencia, el cumplimiento de las RGMD asegura que los materiales de dragado no son peligrosos según establece la ley de residuos en su anejo III. Sin embargo, las RGMD adolecen de falta de ensayos biológicos (bioensayos), por lo que para asegurarse completamente de que los dragados portuarios no son peligrosos habría que completar las RGMD con algún bioensayo que demostrase que no son ecotóxicos (característica H14). En algunas muestras de sedimentos portuarios se han realizado bioensayos de inhibición de luminiscencia (Orden de 13 de octubre de 1989 por la que se determinan los métodos de caracterización de los residuos tóxicos y peligrosos) dando resultados negativos. No obstante, el presente trabajo concluye con un análisis de esta característica (H14 Ecotoxicidad) pero a la luz de los bioensayos utilizados específicamente en el medio marino y desarrollados por las Partes (Estados) de los convenios internacionales repetidos a lo largo de este trabajo. Dichos bioensayos son mucho más sensibles que los de la norma de residuos. Aunque se obtienen algunas conclusiones, que se detallarán en el curso de la ponencia, este punto debe necesariamente dejarse abierto, dado que los bioensayos que finalmente se adopten para determinar la ecotoxicidad de un material de dragado (sedimento portuario) será objeto de la nueva norma que se está desarrollando, en sustitución de las actuales RGMD, por la Dirección General para la Sostenibilidad de la Costa y del Mar en colaboración con el CEDEX, Subdirección de Residuos, IEO y Puertos del Estado, en la cual se están incluyendo, además de bioensayos, otras novedades tales como nuevos niveles de acción, más parámetros químicos, modificación del cálculo de las medias ponderadas, aumento del número de muestras y restricciones para el vertido al mar.